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Entrevista a: Basha Changuerra (Cup) Y Jess González (En Comú Podem): “El racismo es como el agua, toma la forma de allí por donde te mueves”

Por: Meritxell Rigol 

Basha Changuerra, hija de migrante ecuatoguineano, y Jess González, migrada colombiana, son las primeras afrodescendientes que entrarán como diputadas en el Parlament de Catalunya. Allí nos encontramos, a pocos días de tomar posesión de sus escaños por la CUP y En Comú Podem, respectivamente. Desde partidos distintos, y en numerosos aspectos distantes, comparten el propósito de visibilizar el racismo que afecta a todos los ámbitos: de la atención sanitaria a la educación, pasando por las políticas de seguridad y los servicios sociales. Su elección ha despertado felicitaciones y expectativas entre organizaciones del movimiento antiracista y ambas afirman recogerlas con fuerza y responsabilidad. El salto a la política catalana es un paso más en un camino que tienen claro que va más allá de sí mismas.

Que resulte algo excepcional y novedoso que dos mujeres afrodescendientes entren en el Parlament habla de la grandísima infrarrepresentación de personas migrantes y racializadas en las instituciones. ¿Vuestra presencia, per se, transforma ya algo? 

J.G: No, igual que el hecho de que haya mujeres haciendo política no implica que se feminice la política. Las instituciones, que están en este mundo racista, perpetúan el racismo. En los titulares hemos visto estos días “El Parlament con más escaños independentistas”, “El Parlament más escaños de izquierdas” e incluso “El Parlament con más escaños de mujeres”, pero nada sobre la diversidad cultural infrarepresentada. ¡No ha habido ninguna diputada ni diputado gitano tras 600 años aquí! Continuamos sin hacernos la pregunta de quiénes faltan en las instituciones. Nosotras somos hijas de luchas que vienen de hace muchos años. La presencia es un paso. Pero la mera presencia de representantes racializadas no supone una apuesta firme antirracista.

B.C: No, claro que no. La única representación de personas racializadas que ha habido en anteriores legislaturas no ha implicado apostar por el eje antirracista. Hemos visto a Najat [Driouech] de ERC, pero no se ha traducido en una ERC tirando adelante políticas en clave antirracista. Y esta legislatura tenemos a Ignacio Garriga [de Vox], que no es una anomalía.

¿No es una anomalía que una persona afrodescendiente, hijo de migrada, encabece una formación de ultraderecha? 

B.C: Se tiene que entender muy bien el contexto colonial. Cuando me dicen: ¡Es que Ignacio Garriga también es de origen guineano! Yo les digo que no conocen nada de Guinea. No conocen los estragos que hizo el franquismo en Guinea Ecuatorial, la inoculación del pensamiento de derechas y españolista que se hizo en toda una generación de guineanos y guineanas. Y, además, España contribuyó a aniquilar a todas aquellas pensadoras e intelectuales que podían romper con esto. Las mataron, directamente. Y ha quedado lo que ha quedado. Ignacio Garriga es parte de una realidad que existe. Ser una persona no blanca no significa ser antirracista, ni hablar en clave comunitaria ni velar por los intereses de nuestra comunidad, del mismo modo que ser una mujer no implica ser feminista.

J.G: Visibiliza la heterogeneïdad frente a la homogeneidad con la que se nos ve a las migradas y a las marrones, como si todas tuviéramos la misma clase, la misma orientación sexual y el mismo objetivo en la vida. Ignacio Garriga es un hijo sano del sistema y también forma parte de la foto de nuestras comunidades.

Vox superó los 200.000 votos el 14-F, que son más de los que lograsteis tanto en el caso de la CUP como en el de En Comú Podem. La misma noche electoral lanzaron a redes sociales el mensaje “Ya hemos pasado”, burlándose de la consigna antifascista “No pasarán”. Efectivamente, ya han pasado, en unos días estarán dentro de un parlamento más. ¿Y ahora qué? ¿Qué parte de responsabilidad a la hora de articular una respuesta antifascista tienen las instituciones? 

B.C: Mucha. Primero, la responsabilidad de la autocrítica del trabajo no hecho. Ellos han pasado porque no estábamos preparados institucionalmente. Se ha ignorado culturalmente y educacionalmente el franquismo y lo que hemos pasado en tierras catalanas. Y esto ha generado ignorancia durante generaciones, en lugar de mantener la consciencia antifascista arraigada en la población. Esto ha permitido que partidos como Vox, Plataforma per Catalunya o Front Nacional Català puedan ser legales. Este es el primer problema. Han entrado porque no hay un marco legal que suponga un cordón sanitario frente al fascismo. La memoria histórica ha fallado. ¿A partir de aquí? Pues mucho trabajo

J.G: A partir de aquí no hay una única respuesta sobre cómo combatir a la extrema derecha porque no es una cuestión ni de barrios obreros ni de barrios de renta alta, es una cuestión transversal. Hace falta mucho diálogo. Hay casos en los que se les tiene que ignorar pero hay casos en los que hace falta un ataque frontal. No hay una fórmula única pero va en la línea de revisar lo que no hemos hecho, escuchar también a quienes han votado a Vox y hacer un cordón sanitario desde muchos lados.

¿Es el antifascismo la única vía amplia que no dudáis encontrar esta próxima legislatura en Catalunya? 

B.C: Espero que sea una vía amplia, pero espero y deseo que no sea la única. Esta es imprescindible pero la anti-represión tiene que ser también un punto de encuentro importante. ¿Qué estamos viendo estos días? Por cómo están respondiendo los cuerpos policiales, una constatación de que hay un sistema que se protege a sí mismo cuando pones en duda que la actuación policial haya sido proporcionada y correcta. Hay que atacarlo, porque no son unos errores. Llega un punto en el que tienes que poner el cuerpo políticamente para traspasar el límite, claramente insuficiente, en la responsabilidad de gestionar los Mossos d’Esquadra. La directriz política tiene que partir del Govern y llevarse adelante hasta las últimas consecuencias. No hay excusa para no haberlo hecho antes.

J.G: Esto tiene que ver con una reforma del modelo policial de arriba a abajo. Hay que asumirlo con mecanismos de control y que los abusos policiales no sean tratados como casos aislados.

Las identificaciones por perfil étnico son una de las formas de racismo institucional más denunciadas públicamente en los últimos años. ¿Os preocupan? 

Ser una persona no blanca no significa ser antirracista, ni hablar en clave comunitaria ni velar por los intereses de nuestra comunidad

B.C: Tratar con los cuerpos de policía las identificaciones por perfil étnico para mí es una prioridad. Es muy habitual la criminalización. Yo, que soy madre y tía, tengo ganas de poder dejar de decir a mis niños: cuidado con ponerte la capucha, cuando te pare la poli tienes que actuar así… ¡Ya no si te para la poli, cuando te pare la poli! Porque tienen que ser conscientes de que esto les pasará. Hay programas cómo fue el PIPE [Protocolo de Identificación Policial Eficaz], que fue una prueba piloto y allí se quedó. La persona parada tenía que recibir un papel que justificara esa parada y esto ya te da una tranquilidad, porque no queda en el aire.

J.G: También la protección de menores es urgente. Es impresionante que en debates electorales sobre infancia o juventud no salieran los menores extranjeros no acompañados. ¿Entonces dónde salen? ¿Solo salen si delinquen?

Más allá de las actuaciones policiales, ¿consideráis que la perspectiva antirracista está ausente en otros ámbitos de la acción pública? 

J.G: En un momento en el que tenemos que reconstruir a nivel económico y social, se habla de no dejar a nadie atrás, pero a la gente migrada sin papeles siempre se la ha dejado atrás. Pondremos esta perspectiva encima de la mesa. Tocará picar mucha piedra y juntar fuerzas porque esta perspectiva no es central en la agenda política. Algo tan sencillo como garantizar el empadronamiento, como puerta de acceso a derechos básicos, no se ha hecho. Además, a veces vemos que se inmigracionalizan problemas, como el incendio de la nave en Badalona, que lo que fue es un problema de acceso a la vivienda.

B.C: Cuando hubo el incendio de la nave de Badalona, la Generalitat decretó tres días de duelo. De acuerdo. ¿Pero tu contrato de pesca con Senegal cómo va? España es uno de los principales extractores y Catalunya está participando en la negociación de este contrato y de ello se beneficia. Las políticas antirracistas van más allá de la urgencia de cómo acogemos. Cuando hablamos de políticas antirracistas también hablamos de relaciones internacionales con los países del Sur global, de las relaciones de la Generalitat con los países de origen de los flujos migratorios, territorios a los que se desprovee de sus recursos y se propicia que su gente se tenga que ir.

¿Qué otras prioridades os fijáis como diputadas en relación al racismo institucional?

J.G: El antirracismo en la educación. El PRODERAI (Protocolo de prevención, detección e intervención de procesos de radicalización islamista)  pone al profesorado a hacer de policía. Es un protocolo que no ha contado con las comunidades, que son las primeras interesadas en prevenir la radicalización. La obligación de empadronar: no lo podemos dejar al libre albedrío de los municipios. La contratación de gente no blanca: tiene que aumentar porque si no la gente que está educando, que atiende en la sanidad o en servicios sociales y toma decisiones sobre nuestras vidas no tiene otras perspectivas. También está la Dirección General de Infancia y Adolescencia…

B.C: Esta dirección tiene que ser fiscalizada hasta la última fotocopia. Es una institución criminalizadora de la pobreza y de la migración, gestionada de manera opaca y corrupta. Las madres migradas están perseguidas por esta institución y sus tentáculos en los servicios sociales. En cuanto a la educación, los currículos escolares no incorporan la visión para que las criaturas puedan ver el lugar de sus comunidades en la historia de Catalunya y de España. Cuando en las aulas de primaria ves una diversidad que no ves en aulas universitarias, algo pasa. En algún momento nuestros niños se caen del sistema. Es imprescindible un censo racial porque no puedes legislar si no tienes una base de datos. Necesitamos contarnos para saber las afectaciones en ámbitos como sanidad y educación.

J.G: El racismo es como el agua, que va tomando la forma de allí por donde te mueves. De aquí a unos meses podremos explicar cómo funciona el racismo en el hemiciclo o en las comisiones parlamentarias o cosas que nos encontremos en los pasillos. Pero ya lo estamos viviendo.

B.C: Lo que ya nos encontramos son las consecuencias del racismo aplicadas a nuestro ejercicio político. Tú sabes que estás ocupando un espacio que se supone que no te corresponde. Esto te genera inseguridad, sensación del síndrome del impostor, que a las mujeres tanto nos pasa. Pues siendo no blancas ocupando espacios nos pasa aún más. Convertirte en un muermo antirracista genera dinámicas de rechazo, porque saltan fragilidades y privilegios, porque es otro marco mental que te interpela, que te dice que a eso o lo otro le tienes que dar una vuelta. Es una confrontación constante y como dice Jéssica, cuando empecemos a participar en las comisiones todavía lo veremos más.

JG: Además, que a mí no me hayan pegado en un ataque racista en la RENFE no significa que no me afecte. Es un yo colectivo. Yo no he trabajado como empleada del hogar pero es una lucha de mi comunidad.

B.C: La identidad colectiva es la base de nuestra identidad. Y el individualismo occidental juega muy fuerte en contra.

Fuente e imagen: https://ctxt.es/es/20210301/Politica/35243/Meritxell-Rigol-entrevista-Basha-Changuerra-CUP-Jess-Gonzalez-En-Comu-Podem-diputadas-Parlament-Catalunya-racismo.htm

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“Dark kitchen”: El oscuro negocio que toma fuerza en los barrios

Por: Oriol Sabata

El capital no descansa nunca. Está constantemente ideando nuevas formas de explotación para maximizar sus beneficios. Y lo hace, como siempre, a costa de la clase trabajadora. Buen ejemplo de ello son las llamadas “dark kitchen” o “cocinas fantasma”, un nuevo modelo de negocio que está desembarcando con fuerza en España y que consiste en instalar grandes cocinas industriales dedicadas exclusivamente a la producción de comida para su reparto a domicilio.

La irrupción de este nuevo modelo de negocio ha puesto en pie de guerra al movimiento vecinal. No solo por las molestias que pueden ocasionar los olores, los ruidos, los humos, la ausencia de horarios comerciales o el vaivén de bicicletas y motos que reparten. Otro de los aspectos que preocupa, y mucho, es la precariedad que hay detrás de todo esto.

¿Quién hay detrás?

Foto: The Spoon

Por lo general, detrás de este tipo de cocinas se encuentran las grandes empresas de reparto como DeliverooGlovoUber Eats o Just Eat, quienes ahora quieren controlar toda la cadena de negocio, desde la producción hasta el reparto de la comida. Y para ello, estas “start ups” del sector “delivery” han creado sus filiales. Deliveroo, por ejemplo, tiene “Editions” [1]; Glovo compró “Instamaki” [2] y Travis Kalanick, uno de los fundadores de Uber, ha creado “Cooklane” [3].

Estas empresas han sido denunciadas en reiteradas ocasiones por los sindicatos por tener a sus trabajadores como falsos autónomos y por lo tanto sin legislación laboral que los proteja [4]. En septiembre de 2020, el Tribunal Supremo admitió que los repartidores operan como falsos autónomos y que en realidad son trabajadores asalariados. La sentencia contra la compañía Glovo afirmaba que esta empresa no actúa como “mera intermediaria en la contratación de servicios entre comercios y repartidores” y que es la que fija “las condiciones esenciales para la prestación del servicio”. Además, asegura que Glovo se sirve de repartidores que no tienen una organización empresarial “propia y autónoma” [5].

Este es el método que usa el capital para implantar el “trabajo bajo demanda”. El llamado “coworking” o “economía colaborativa” supone, en definitiva, un mayor grado de explotación: trabajo temporal, peor pagado y con menos derechos.

Vecinos en pie de guerra

Foto: Christyan Martos

En Barcelona, los vecinos y vecinas del barrio de Sant Martí han alzado su voz contra las “dark kitchen”. En una nave de 565 metros cuadrados adyacente al mercado quieren instalar 20 cocinas industriales. Al enterarse comenzaron a correr la voz y a organizarse colectivamente [6]. En el barrio de Les Corts el vecindario también está tratando de poner freno a 40 cocinas repartidas en dos plantas que suman 1.500 metros cuadrados [7]. Detrás de estos proyectos se encuentra la compañía británica Cooklane, de Travis Kalanick, fundador de Uber, y que también está construyendo otra cocina fantasma en el madrileño barrio de La Prosperidad donde cuenta con un amplio rechazo por parte de los residentes [8].

En todas estas obras los ayuntamientos de Barcelona y Madrid han concedido la licencia argumentando que dichos proyectos se “ajustan a la normativa vigente”. Sobre las molestias que pueden ocasionar decenas de hornos encendidos las 24 horas del día, chimeneas con alturas de hasta siete pisos y el ajetreo constante de cientos de vehículos, parece que la administración no tiene nada que decir. Y sobre la precariedad laboral que se deriva de todo ello tampoco. Hace unas semanas, el Regidor de Sant Martí, David Escudé (PSC), afirmaba en una rueda de prensa que no es competencia del Ayuntamiento de Barcelona “valorar si un negocio es legítimo o no” [9]. Pues claro que lo es. Y también la de intervenir la economía si es necesario por el bienestar de la ciudadanía y de la clase trabajadora. Y más un Ayuntamiento que dice fomentar el “comercio de barrio y proximidad”.

En este sentido, la organización de los vecinos y vecinas está siendo clave. En Barcelona, las concentraciones de protesta, las caceroladas y las asambleas que se han llevado a cabo hasta ahora han forzado al Ayuntamiento a tirar adelante una ordenanza municipal para regular esta actividad. Así lo ha confirmado la teniente de alcalde Janet Sanz [10]. Sin embargo, esta es una lucha que no ha hecho más que empezar. El movimiento vecinal se enfrenta a grandes corporaciones sin escrúpulos y con enormes intereses económicos que no dudarán en presionar y corromper al poder político para alcanzar sus objetivos de mercado. Y solo la conciencia y la organización lograrán poner freno a esta nueva amenaza.

Oriol Sabata

Notas:

[1] https://foodscene.deliveroo.es/restaurantes/cocinas-exclusivas-deliveroo.html

[2] https://www.lavanguardia.com/economia/20191213/472202414614/glovo-instamaki-sushi-compra.html

[3] https://www.merca20.com/kalanick-el-ex-ceo-de-uber-y-su-startup-secreta-de-cocinas-fantasmas/

[4] https://www.expansion.com/economia/2020/10/25/5f95bd52468aeb7e5c8b45dc.html

[5] https://www.lavanguardia.com/economia/20200923/483635906954/riders-repartidores-tribunal-supremo-autonomo-glovo.html

[6] https://www.metropoliabierta.com/distritos/sant-marti/sant-marti-cocinas-fantasma_37634_102.html

[7] https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2021-03-18/cocinas-fantasma-barcelona-crisis-ayuntamiento-normativa_2996243/

[8] https://www.telemadrid.es/programas/buenos-dias-madrid-om/denuncia-vecinos-Prospe-cocinas-fantasma-9-2310758908–20210202122125.html

[9] https://twitter.com/oriolsabata/status/1369911642004283393

[10] https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20210317/barcelona-estudia-ordenanza-nuevas-macrococinas-11584062

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/dark-kitchen-el-oscuro-negocio-que-toma-fuerza-en-los-barrios/

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Consideraciones clave para el activismo hoy: charla de apertura para una conferencia nocturna sobre resistencia

Por:  Ángel Sanz Montes*

Reproducción de la charla que dio Lieven de Cauter [9] en la apertura del acto “una conferencia nocturna sobre el activismo”.


Tenemos que aprender a mirar la historia de los movimientos de protesta como olas u oleadas.


Tenemos que aprender a mirar la historia de los movimientos de protesta como olas u oleadas. Quienes afirman que la nueva generación ya no está en la calle tienen poca memoria. Olvidan una de las constelaciones más importantes para una reflexión sobre el activismo hoy: el año 2011, fue el año del manifestante según la revista Times. Piense en los indignados y Occupy Wall Street, … alimentados, curiosamente, por la Primavera Árabe, la Plaza Tahrir en Egipto. Recuerdo bien, “‘Everywhere Tahrir Square!”[1] , ese año fue mi eslogan. De hecho, esa fue una segunda ola de protestas anticapitalistas que comenzaron en Seattle en 1997 y culminaron en un amplio movimiento antiglobalización distinto a los pasados y famosos enfrentamientos en Génova y otros lugares, pero también en el Foro Social Mundial, con su apogeo en Porto Alegre, Brasil. (El FSM todavía existe hoy, pero ha perdido mucha importancia) [N.d.T.: Lieven no nombra los movimientos en España que acabaron en la marcha sobre Madrid, y en general “el 15M” y la “Spanish Revolution”] … Lo que a su vez fue una consecuencia de las protestas del mayo del 68 … Entonces, de hecho, hay protestas. Aquí también, en los Países bajos. Las protestas contra TTTP y CETA, los acuerdos comerciales con Estados Unidos y Canadá respectivamente, también deben verse como sucesores de las diferentes protestas antiglobalización. Como demuestran Negri y Hardt, las diferentes protestas antiglobalización vienen en oleadas. Es parte de la imagen del mundo que nos dan los principales medios de comunicación que nos hace pensar que la protesta es mucho más algo del pasado.

Tenemos que aprender a mirar la historia de los movimientos de protesta como oleadas. Y esto da perspectiva, nos enseña que hay continuidad bajo las aparentes derrotas o fracasos. Por otro lado: también debemos aprender a ver nuestras victorias. Pero también hay malas noticias: también hay olas populistas de derecha (en la década de 1930 y así sucesivamente), y lo que ahora estamos experimentando es una marea primaveral de populismo de derechas: Trump, Le Pen, Wilders, Orban, Bolsonaro [N.d.T.:Agregado por T.] etc.

 

¿Qué hacer?. Surge la pregunta: ¿Cómo podemos resistir?

Trataré entonces de enumerar una serie de líneas, formas y métodos del activismo actual:

1.─ El redescubrimiento de los bienes comunes

El redescubrimiento de los bienes comunes es uno de los eventos más prometedores de nuestro tiempo. Es hora no tanto de resistencia como de transición, “prácticas del procomún” (RAE)”, (o prácticas comunitarias) con las cuales podemos abordar, tal vez no resolver, pero sí abordar los increíbles desafíos que enfrentamos: cambio climático, súper diversidad, migración. Debemos aprender a ver el mundo desde el punto de vista de los bienes comunes: tanto lo local como lo global, ambos privado, un jardín de la ciudad o una red eléctrica local o los paneles solares, y lo universal, como los océanos, el cielo pero también lenguaje, ‘naturaleza’ así como ‘los bienes comunes digitales’. El redescubrimiento de los bienes comunes es la utopía que necesitamos. Autoorganización y preocupación por el bien común contra la privatización de todo y contra la retirada (o desmantelamiento) del estado. Código abierto, Peer2Peer, “Repair” cafés, jardinería y huertos en la ciudad, etc. El regreso de los bienes comunes también va en oleadas, según el historiador Tine De Moor (hubo una ola a principios del siglo XVI, asociada con el nombre Morus o Moro (Les suena?), y también una ola en el siglo XIX: el mutualismo del movimiento obrero). Importante ver eso. El redescubrimiento de los bienes comunes es siempre una respuesta a una ola de restricciones, a principios del siglo XVI era la cerca de los pastos para las ovejas, ahora lo son la privatización de todo, del conocimiento, de las semillas, de los servicios públicos, de todo lo público y de todo bien común. La defensa del procomún, tanto de la biosfera como el bien común cultural y la creación de bienes comunes (código abierto, etc.) es uno de los temas más importantes de nuestro tiempo (lo hemos dicho y escrito muchas veces, pero tenemos que seguir repitiéndolo).

2.─ Las protestas y los movimientos civiles autoorganizados en todo el mundo son una novedad

Las protestas y los movimientos civiles de autoorganización en todo el mundo son una novedad. Forman parte de la globalización digital. No es necesario creer en el poder revolucionario de la multitud, la multitud de Negri y Hardt, para ver que Internet, o más ampliamente la sociedad en red, ha llevado a la aparición de nuevas formas de organización de movimientos sociales. Creo que la autoorganización en redes horizontales es una novedad en la historia del activismo, aunque pensar en oleadas también podría ser el mensaje. Los sindicatos, las sufragistas, por supuesto, también intentaron hacer redes, pero eran principalmente “círculos” (basados en la proximidad, la fábrica o el círculo de conocidos de mujeres), y en su mayoría jerárquicos.

Cuán grande es esa diferencia, requeriría un tratamiento por separado. Requeriría bastante teoría de los medios, historiografía o sociología de los movimientos sociales … ¿Es un salto cualitativo? Tal vez sí. Puede comunicarse en todo el mundo, hay activismo global por primera vez. La manifestación más grande de todos los tiempos, la manifestación contra la invasión ilegal de Irak, el 15 de febrero de 2003 (debería ser conmemorado como día festivo), reunió a 30 millones de personas en todo el mundo, que solo podían organizarse a través de Internet y las nuevas redes sociales (entonces principalmente correo electrónico, creo). La velocidad con la que, por ejemplo, las marchas de las mujeres contra Trump (y por los derechos de las mujeres) se organizan en todo el mundo, era completamente impensable antes de Internet y las redes sociales. En 3 meses, por iniciativa de una abuela de Hawai en Facebook, si es que puedo aún creer en los periódicos y si no me equivoco. Acciones virales. Las redes y la acción viral son el futuro.

3.─ Los nuevos movimientos ciudadanos son democracia en acción.

Los nuevos movimientos ciudadanos son democracia en acción. Los movimientos ciudadanos son una forma de amplia “democracia radical”, “a la Mouffe[2].” Rancière dice que la democracia es la forma de gobierno de aquellos que no deben gobernar (aquellos que no tienen derecho a gobernar). Por lo tanto, esta democracia también es siempre incompleta, la inclusión nunca es total… Después de las mujeres las minorías ahora también deben involucrarse en la democracia, y la democracia siempre debe ser defendida y aplicada nuevamente. Los movimientos sociales y los activistas juegan un papel importante en esto. Tomemos, por ejemplo, en Bélgica, el caso «Oosterweel» (Staten Generaal y Ademloos), dos grupos de acción derrotaron al gobierno y sus planes para el gigantesco puente Lange Wapper, en Amberes. Con un amplio consenso desafiaron, con éxito, al Consejo de Estado para que el conflicto acerca de la ruta Oosterweel ─un punto muerto (para el tráfico)─ condujese al diálogo y a una mejor solución, al cerrarse el anillo de comunicaciones por un punto más alejado de la ciudad. Hasta el momento de que se dicta esta charla, los activistas han participado activamente en el proceso de planificación…

Manifestación en Concepción – Chile, Octubre 2019

4.- La importancia de las ciudades

Todo lo dicho anteriormente nos lleva a visualizar la importancia de las ciudades: el activismo urbano en todas sus formas es uno de los fenómenos más emocionantes de nuestro tiempo: desde las sentadas en protestas hasta urdir guerrillas, ocupación temporal y protestas de todo tipo, intervenciones festivas y lúdicas en lugares específicos… Las ciudades son nuevos puntos de anclaje para la identidad colectiva (social y política) y la ciudadanía y, por lo tanto, tienen un nuevo significado para los activistas. Los movimientos urbanos son locales, pero también hay redes de ciudades, el caso de alcaldes contra el cambio climático … Nos llevaría demasiado lejos para profundizar en esto, pero me gustaría referirme al trabajo de Eric Corbijn y Benjamin Barber, pero también se puede pensar en el trabajo de Henk Oosterling y su Rotterdam Vakmanstad, en el que la educación y la educación ecológica deben hacer que los niños y los jóvenes, además de ser profesionales, también sean ciudadanos del mundo.

5.─ La mayoría de los nuevos movimientos civiles son noviolentos

La mayoría de los nuevos movimientos civiles son noviolentos pero…: la desobediencia civil es el camino y vale la pena. La desobediencia civil es de hecho una forma de resistencia (y no solo de compromiso), que todavía es más válida hoy. Rinde frutos, porque crea un hecho que vale más que cien artículos de opinión. Doy el ejemplo de la llamada “Guerra de la Patata” como un caso emblemático. Barbara Van Dyck fue despedida de la Universidad de Lovaina (KU Leuven) a principios de junio de 2011 por defender la destrucción simbólica de un campo de prueba de OGM (organismos modificados genéticamente) con patatas genéticamente modificadas en Wetteren (el 28 de mayo de 2011). Junto con once de sus partidarios del Movimiento de Liberación del Campo, también Bárbara sufrió un juicio por nada menos que “bendevorming” (N.d.T.: “formación de pandillas” – o crimen organizado en el código penal). Si bien, ella ha sido reinstalada (por un nuevo rector) en la Universidad de Lovaina. Los 11 activistas fueron condenados por violencia y destrucción de propiedad, pero al menos no por crimen organizado. Resultados: por toda la eternidad y por un día, muchas cosas están en el mapa simultáneamente: el conflicto de intereses entre universidades y multinacionales y la privatización del conocimiento, la neoliberalización de la universidad (que resultó finalmente en el Manifiesto por la Slow-Science), y por último, pero no menos importante, la conciencia pública de los peligros de los OGM. La lección es clara para mí: ¡la noviolencia y desobediencia civil valen la pena!

Sentada de protesta en Concepción – Chile, Octubre de 2019

6.─ El boicot como forma válida de acción política no violenta

El boicot es una forma válida de acción política no violenta, o más bien: un medio no violento de presión. Un ejemplo es el movimiento BDS (Boicot, Inversión y Sanciones) contra la política de ocupación, las violaciones sistemáticas de los derechos humanos y los crímenes de guerra de Israel.

Me centro en BACBI[3]: el boicot académico y cultural belga a Israel. La primera campaña tuvo lugar en mayo de 2015 cuando el centro de arte de Gante, CAMPO, quería participar en el Festival de Israel en Jerusalén con una pieza de la creadora teatral Miet Warlop. Después de una carta abierta y las respuestas de varias personalidades, Warlop y el centro cultural CAMPO, finalmente decidieron retirarse del Festival de Israel.

La segunda campaña fue en mayo de 2016: en una carta abierta al rector de la Universidad de Gante, cincuenta profesores protestaban contra la cooperación de la UGent con Technion – Instituto de Tecnología de Israel y con Industrias Aeroespaciales de Israel (IAI). Technion: el Instituto de Tecnología de Israel es más que cualquier otra universidad entrelazada con el complejo militar-industrial de Israel. Está a la vanguardia de la innovadora tecnología militar de avanzada. Israel Aerospace Industries (IAI), propiedad del gobierno y una de las grandes compañías de armas de Israel, tiene una estrecha asociación con Technion. Produce armas a medida para el ejército. Esto incluye la producción de drones militares.

Una tercera campaña de BACBI se opone al proyecto de investigación ‘Law Train’, una cooperación del Servicio Federal de Justicia y el KU Leuven con la policía israelí y la universidad israelí Bar Ilan. El proyecto de investigación se refiere a técnicas de interrogación de personas arrestadas, tiene un valor total de más de 5 millones de euros y está financiado a través del fondo Horizonte 2020 de la Unión Europea. Además de Bélgica, España y Portugal también están involucrados. Este último país se ha retirado desde entonces. En septiembre de 2016, unos treinta académicos de la Universidad de Lovaina(KU Leuven) escribieron una carta abierta a su rector Rik Torfs. BACBI apoyó esta acción, pero no fue quien tomó la iniciativa esta vez (ya que no se basó en el argumento del boicot, sino en los derechos humanos). Después de dos años de acción, con un grupo de profesores y activistas locales de Lovaina (Leuven), el nuevo rector decidió no prolongar la colaboración. Es importante tener en cuenta que BDS es un movimiento global que actúa localmente pero que quiere tener un efecto en el Medio Oriente. Este es un buen ejemplo de una enseñanza importante para los activistas: Piensa global, actúa local.

Cartel de la petición de cientos de artistas y académicos belgas instando al gobierno a que finalice su participación en un proyecto de la UE que coopera con la Policía Nacional de Israel.

7.─ La defensa de la libertad de expresión y el imperio de la ley es y sigue siendo una tarea urgente

La defensa de la libertad de expresión y el imperio de la ley es y sigue siendo una tarea urgente, particularmente frente al estado de excepción llamado la guerra contra el terrorismo. Desde el 11/09, el activismo ha sido sistemáticamente criminalizado. Artículos de opinión, polémicas en la prensa, juegan un papel muy importante en estos casos, a menudo demandas judiciales. Tanto durante la guerra de la patata, hubo docenas de artículos de opinión y polémicas (en las que participó el abajo firmante) y también, muy recientemente, la renuncia de Abou Jajah. Dyab Abou Jahjah, quien después de sus apuros con la editorial “De Bezige Bij” (donde algunos autores del editor no querían que se publicara un libro suyo) fue despedido recientemente como columnista en De Standaard, porque llamó a un ataque contra soldados israelíes con un camión un acto de resistencia. “Por cualquier medio necesario. #FreePalestine”, había tuiteado y luego “la violencia contra los soldados de una ocupación ilegal es resistencia según el derecho internacional”. Su “Por cualquier medio necesario” se consideró un llamado a la violencia, pero en realidad era una cita del derecho internacional. El “ancho de banda” de la libertad de expresión es muy limitado cuando se trata de Israel (véase mi artículo del mismo nombre en el sitio web De-Wereld-Morgen). Está garantizado que la sala se dividirá tal como el Mar Rojo si entramos en esto. Pero da igual si uno está de acuerdo con él o no: su derecho a la libertad de expresión debe ser defendido. Incluso cuando se trata de Israel. En Francia, llamar al boicot ya es punible como antisemitismo. Y esa es la tierra de Voltaire, realmente inimaginable. El derecho a la libertad de expresión es el derecho a una opinión equivocada. Como dije, defender la libertad de expresión es también una tarea eterna, la tarea central del intelectual público, ciertamente en estos tiempos de medidas antiterroristas en las que el estado de derecho se defiende aboliendo el estado de derecho, o al menos restringiéndolo.

8.─ La “profesionalización” del activismo me parece una transformación o desarrollo muy importante en la metodología contemporánea del activismo y los movimientos sociales

La “profesionalización” (o especialización) del activismo me parece una transformación o desarrollo muy importante en la metodología contemporánea del activismo y los movimientos sociales. Se trata de coaliciones o círculos verdaderamente transdisciplinarios entre grupos e individuos muy diferentes, lo que produce muchos procesos de aprendizaje e intercambios de conocimiento en el interior de esos ámbitos de participación (aquí también, la sociedad del internet y las redes está dando sus frutos). Uno puede pensar en la guerra de la patata ─que os mencionaba─, donde profesores, científicos, bioingenieros, agricultores orgánicos, ciudadanos preocupados, ONGs como Greenpeace y políticos (del partido ecológico ¡Groen!), se encuentran, se apoyan y se refuerzan mutuamente. Y aprenden unos de otros. La filosofa de la ciencia belga, Isabelle Stengers, que estuvo involucrada tanto en la guerra de la patata como en el Manifiesto de la Slow-Science, habla en sus escritos de manera que me resultó cautivadora sobre “aprender a pensar y actuar juntos”, y “practicar juntos el arte de prestar atención”. El caso Oosterweel mencionado anteriormente sigue siendo un espléndido ejemplo de tal “profesionalización” y de esas coaliciones transdisciplinarias. Activistas urbanos que paran un gigantesco proyecto de construcción apoyado con una enorme maquinaria del estado, donde la corporación municipal y el gran capital están detrás. El poder de detener licencias y peticiones, pedir referéndums, manifestaciones, rutas alternativas elaboradas, quejas al Consejo de Estado, etc, significa que hay especialistas en marketing, arquitectos, urbanistas, ciudadanos, abogados, trabajando juntos y reforzándose mutuamente y el movimiento Ringland es la coronación del mismo, aunque puede ser que se produzca un estancamiento para que no pase nada.

El resultado, el efecto final de las protestas civiles, del activismo es siempre incierto y las victorias pueden convertirse en victorias temporales, pero a menudo hay más influencia a largo plazo de lo que parece. A menudo invisible, en el lecho del río de la historia (local) se ha movido una piedra. La conciencia, sí, también el impacto teórico de esas temporalidades, el impacto lento de las acciones a menudo de corta duración, puede ser parte de la “profesionalización” o especialización de los movimientos civiles. También necesitamos aprender (y esa es una tarea para académicos comprometidos o académicos activistas) para ver victorias e influencias indirectas, para ver el impacto indirecto de eventos, como la guerra de la papa, como el nuevo movimiento antiglobalización, como los indignados, que trabajaron en Podemos y Syriza y, en cierto sentido, también en nuestro local Hart boven Hard[4].

9.─ Coaliciones entre las pequeñas acciones locales y los grandes movimientos sociales

Las pequeñas acciones locales y los grandes movimientos sociales deberían idealmente formar coaliciones. También debemos tomar en serio la “resistencia menor”. Aquí pongo a Parckfarm como ejemplo: un parque público de Bruselas en una antigua trinchera ferroviaria, una pieza post-industrial de paisaje urbano romántico, con jardines populares para el vecindario, un gallinero, una colmena, un baño seco, un gran huerto comunitario lleno de hierbas comestibles y el conservatorio, como un lugar de parada para todo tipo de grupos, que trabajan en actividades de barrio (y jóvenes) y comida orgánica y cadenas de producción cortas. Parckfarm: un conjunto de bienes comunes bajo los auspicios del BIM[5], el Instituto de Bruselas para el Medio Ambiente, pero dirigido por residentes y voluntarios locales, donde ocurren todo tipo de cosas hermosas, que son buenas para el vecindario y buenas para el medio ambiente, y uno a través del otro, y viceversa, eso es hermoso … No salvará al mundo, pero sigue siendo un paso muy concreto aquí y ahora, de ahí que lo he bautizado con bastante optimismo como una ‘utopía concreta’ (ese era el título de mi pieza al respecto: ‘Parckfarm como una utopía concreta‘). La lección que aprendí fue esta: una utopía concreta puede unir a las personas y conectar la micro y macro política, la super-diversidad y la ecología, los dos principales desafíos del siglo XXI. Este tipo de micropolítica funciona “globalmente”. Piensa global y actúa local, sigue siendo el mensaje, que también llaman una utopía “glocal”.

Una segunda lección del caso de Parckfarm para mí, personalmente: es la tarea de dar publicidad intelectualmente a estas iniciativas frágiles, apoyando esto discursivamente al reflexionar sobre ello como un compañero de viaje. Creo que esto también es una contribución importante (aunque puede ser una ligera excusa por mi falta de pericia o “dedos verdes” y mi renuencia a todo lo que es práctico). A riesgo de promover la gentrificación con esa publicidad y atención (ver mis reflexiones sobre el activismo urbano en otros lugares). Pero Parckfarm se está sembrando en toda clase de formas en la ciudad … La piscina, reciente, es una especie de continuación: una piscina móvil en el verano para reunir a todas las personas a través de niños de barrios desfavorecidos y dar a los lugares subutilizados algo de aura … Tenemos que ver este tipo de dispersión, este tipo de impacto temporal y sí, de hecho, tenemos que investigarlo (he estado haciendo esto durante años con estudiantes, hoy en día, en el departamento de arquitectura, se están escribiendo doctorados sobre activismo y movimientos sociales urbanos).

Debemos continuar trabajando en una coalición de los pequeños compromisos e iniciativas a menudo apolíticos y el panorama general, el verdadero activismo político de los grandes movimientos sociales. ‘Klein Verzet’ (como lo llamó Tine Hens, lo que significa al mismo tiempo resistencia pequeña, equipo pequeño y entretenimiento pequeño) en las grietas del capitalismo y movimientos importantes como las Marchas por el clima, pueden cambiar el rumbo … Mouffe[6] llama a este tipo de coalición las “equivalences des luttes”, la equivalencia de las luchas: “Hart boven hard” intenta, por ejemplo, agrupar las protestas de los mundos culturales y sanitarios y el sistema de bibliotecas y de los sindicatos de toda la sociedad, un movimiento maravilloso que no se veía en los países bajos y reúne prácticamente a todos los actores del ‘centro del campo’ (como lo llamamos) contra las políticas de austeridad y ‘políticas duras’ … una única que aún se está ampliando … Ringland, un movimiento que discute la carretera de circunvalación de Amberes, también es una coalición tan amplia de urbanistas, trabajadores sociales, organizaciones activistas como Staten Generaal y Ademloos (sin aliento) y arrastran, sobre todo una gran multitud. Si organizan algo, aparecen unas 20.000 personas.

Todo bien, te escucho pensar, pero ¿qué hacer con Wilders y otros populistas en Europa y más allá? ¿Qué hacer con la ola de protestas antiglobalización del populismo de derecha, que tiene a América y Europa bajo control? Yo no lo sé. Las recientes marchas rosadas de “Pussy hats[7] señalan el camino: las equivalencias entre los derechos de las mujeres, las vidas negras importan (BLM), todo tipo de problemas se conectaron en un movimiento amplio.

Debemos seguir intentándolo: la manifestación mundial de las mujeres, un día después de la investidura de Trump en 20 de enero de 2017, causó un gran impacto. Quién sabe, con Trump se pueden unir las fuerzas de aquellos que luchan por la justicia, los derechos humanos (y por lo tanto por los derechos de las mujeres y las minorías) y aquellos que están comprometidos a salvar el planeta, etc. Debemos continuar expandiendo coaliciones y buscando puntos en común: como en el concepto de justicia climática: vinculando justicia, ecología y derechos humanos. Ponerle corazón y pasar por encima de lo difícil pero luego mundial. Quién sabe. La marcha feminista del “sombrero del gato rosa” (pussyhat) es un movimiento global  ciudadano auto organizado bajo la bandera de los bienes comunes. Quién sabe. [También es interesante la rapidez con que esta ola ha desaparecido, esta conferencia de 2017 ha envejecido … ¿o es que nuestra memoria del movimiento social es corta?]

10.─ El “activismo estructural” o el “consejo/círculo activista” 

El “activismo estructural” o el “consejo/círculo activista” pueden ser una necesidad. Si saco las conclusiones de lo anterior (y preparo una guía sobre profesionalización y coaliciones), llego a esa observación casi desconcertante … El activismo es importante, pero, de todos modos, tiene un impacto modesto y, a menudo, lento, ciertamente en los problemas globales. La política, en sentido estricto, sigue siendo extremadamente importante; el reformismo de las estructuras tendrá que producirse a través de la política, los partidos, los Estados y las negociaciones.

¿La transición o la catástrofe? Eso finalmente se resolverá políticamente. La intervención estructural en el capitalismo, por ejemplo, obligándolo a cambiar a una economía de emisiones cero, es urgente. No podemos primero abolir el capitalismo (si hay consenso) y luego salvar el planeta, solo podemos esperar que haya suficiente voluntad política para forzar al capitalismo a través del activismo civil para que ese propio activismo se convierta en “política real”. Las ONGs que participaron en la mesa de la conferencia climática de París lo han entendido correctamente y están haciendo lo que me atrevería a llamar “activismo estructural” o estructurado.

Desde un punto de vista puramente político, quizás solo la línea que va desde Sanders pasando por Corbyn hasta Podemos y Syriza hasta “Hart boven hard”[8] contiene los vagos contornos políticos de una alternativa política real, pero el activismo estructural es por el momento una opción mucho más segura. Sentarse con los bancos para convencerlos de que se retiren de las inversiones en combustibles fósiles, por ejemplo. Eso es lo que necesitamos, de todos modos. Eso es consecuencia de la transdisciplinariedad, la profesionalización del activismo y la formación de coaliciones y la búsqueda de equivalencias, con la esperanza de concretar algo estructuralmente. Las decisiones de la conferencia climática de París son, en ese sentido, pese a todas las dudas e incertidumbres, un punto brillante. Algunos llaman a este activismo estructural “resistencia desde adentro”. Quizás esa sea también y, sobre todo, la resistencia que necesitamos hoy.

¿Conclusión?: El propósito de todo activismo sigue siendo claro hoy: la defensa de los bienes comunes (tanto locales como globales, privados y universales, naturales y digitales) y los derechos de los comuneros (los Derechos Fundamentales, Derechos Humanos, Sociales y Sostenibilidad ambiental). En cada acción activista, en cada “práctica de comunión” hay una chispa utópica. El sistema mundial tal como funciona actualmente (o mejor dicho como “no-funciona”) es insostenible, tanto ecológica como socialmente. Tenemos que hacer algo de todos modos. No hacer nada no es una opción. Mi lema sigue siendo: “pesimismo, en la teoría, optimismo en la práctica”.

Por Lieven de Cauter [9]

Lieven De Cauter es un filósofo belga, historiador del arte, escritor y activista. Enseña filosofía de la cultura en el Departamento de Arquitectura de KU Leuven y RITCS (Royal Institute for Theatre, Cinema & Sound). Traducción: Leonardo Agurto Venegas

Notas:

[1]  N.del T: rima en Inglés, pero quiere decir “¡En todas partes plaza Tahrir!”
[2]  N.del T.: Hace referencia a la filósofa y politóloga belga Chantal Mouffe (Charleroi, 1943).
[3]  BACBI: BELGIAN CAMPAIGN FOR AN ACADEMIC AND CULTURAL BOYCOTT OF ISRAEL.
[4]  http://www.hartbovenhard.be/
[5]  BIM: Brussels Instituut voor Milieubeheer/NdelT: Instituto de Bruselas para la gestión medioambiental.
[6]  Se refiere a Chantal Moufee, Científica y política belga.
[7]  https://www.pussyhatproject.com/
[8]  http://www.hartbovenhard.be/
[9]  Lieven De Cauter es un filósofo belga, historiador del arte, escritor y activista. Enseña filosofía de la cultura en el Departamento de Arquitectura de KU Leuven y RITCS (Royal Institute for Theatre, Cinema & Sound). Ha publicado más de una docena de libros: sobre arte contemporáneo, experiencia y modernidad, sobre Walter Benjamin y más recientemente sobre arquitectura, ciudad y política. Además de esto, publicó poemas, columnas filosóficas, declaraciones, panfletos y artículos de opinión en periódicos y en sitios web de noticias en línea. De Cauter fue el fundador de los “juristas angustiados”, quienes formaron la base del primer juicio contra el Vlaams Blok (el partido de extrema derecha en Bélgica); él es el fundador del Tribunal BRussels, un tribunal popular contra la invasión y ocupación de Iraq (y posteriormente) la red de activistas internacionales); fue miembro fundador de la plataforma para la libertad de expresión, que se enfrentó a los excesos de la guerra contra el terrorismo en Bélgica; fue miembro del comité de acción Barbara van Dyck, Slow Science Movement, Vooruitgroep y ahora el equipo de pensamiento de Hart sobre Hard; Recientemente fundó BACBI (Boicot académico y cultural belga de Israel). Sus últimos libros en inglés son: La civilización capsular. Sobre la ciudad en la era del miedo (2004); Heterotopia y la ciudad. Espacio público en una sociedad postcivil (2008), coeditado con Michiel Dehaene, también están Art and Activism in the Age of Globalization, coeditado con Karel Vanhaesebrouck y Ruben De Roo (2011), y Entropic Empire. Sobre la ciudad del hombre en la era del desastre (2012). Vive y trabaja en Bruselas.

  • Ángel Sanz Montes
    Informático. Gestor de proyectos. Lector, paseante, escritor a ratos y fotógrafo ocasional. Residente en Ferrol (España).

Fuente e imagen: https://www.pressenza.com/es/2021/03/consideraciones-clave-para-el-activismo-y-la-resistencua/

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España: La nueva ley de infancia prohibirá la exploración genital y los desnudos para determinar edad de los menores

La ley de protección a la infancia y la adolescencia frente a la violencia prohibirá recurrir a desnudos integrales o exploraciones genitales para determinar la edad de un menor, de acuerdo con las enmiendas registras en el Senado.

El PSOE y el PP proponen incluir cambios en la norma con ese objetivo, siguiendo las recomendaciones del Defensor del Pueblo y de organismos internacionales, entre ellos el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas.
El Pleno del Congreso ha respaldado la ley de protección a la infancia frente a la violencia, que empezará a contar la prescripción de los delitos graves cuando la víctima tenga 35 años, con amplio consenso y la oposición, con distintos argumentos, de Vox y PNV. El proyecto de ley pasará ahora al Senado, donde deberá seguir su tramitación en Comisión y Pleno, con el anuncio de varios grupos de que mantienen vivas enmiendas para seguir incluyendo mejoras.

La ley, con trámite de urgencia, podría estar aprobada en el mes de mayo, ya que se espera que esté lista para votación durante el pleno del próximo 11 y 12 de la Cámara Alta y enviarla al Congreso para su aprobación definitiva, explican a Efe fuentes parlamentarias. Los socialistas plantean además limitar al máximo en los centros de menores las medidas de contención física, que no podrán aplicarse a menores de 14 años o adolescentes embarazadas.

De acuerdo con sus enmiendas, la inmovilización física del menor solo podrá realizarse en última instancia y bajo un estricto protocolo y, de forma excepcional, en centros de menores con trastorno de conducta se podrá recurrir a la sujeción de las muñecas con equipos homologados. Se prohíbe sujetar o atar al menor a un objeto fijo o anclado, como la cama u otro mueble y, en cualquier caso, si se aplican medidas de contención que exigen el uso de la fuerza habrá que informar de forma inmediata al juzgado de menores y a la Fiscalía y realizar una exploración médica en un plazo de 48 horas.

Enmiendas presentadas

En cualquier caso, si se aplican medidas de contención que exigen uso de la fuerza se hará una exploración médica del menor en un plazo máximo de 48 horas y se informará de forma inmediata al juzgado de menores y a la Fiscalía. El PSOE, que ha presentado 27 enmiendas al proyecto de ley de protección a la infancia frente a la violencia en el Senado, propone también crear en seis meses un Consejo Estatal de Participación de la Infancia y de la Adolescencia.

Por su parte, el PP ha registrado 111 enmiendas para que la ley sea «más accesible y garantista» y refuerce la asistencia y la protección de los menores, ha dicho a Efe el portavoz popular en la Comisión de Derechos Sociales, Bienvenido de Arriba, que ha reclamado una dotación presupuestaria real para que esta ley «no se quede en una declaración de buenas intenciones». La formación popular pide que se reconozca el matrimonio infantil o la trata con fines de explotación sexual como formas de violencia hacia los menores, que se priorice el acogimiento familiar y los recursos residenciales sean la «última» opción y que se refuercen los centros de protección para que sean «entornos seguros libres de violencia».

Asimismo, el PP quiere que se cree una jurisdicción especializada en Infancia, Familia y Capacidad que cuenten a su vez con plazas concretas para los menores víctimas de explotación sexual y trata de personas sujetas a medidas de protección o tutela.

Por su parte, Ciudadanos ha presentado una decena de enmiendas, muchas de ellas de mejora técnica a la redacción de algunos artículos de la ley. La formación pide que se amplíe a todos los menores que solo tengan que declarar una vez durante la investigación, que ahora se establece solo para los menores de 14 años.

Así, propone modificar la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para establecer la exploración como prueba constituida para todas las víctimas menores de edad, no solo las menores de catorce años, con la finalidad de minimizar la victimización secundaria de estos menores y que ésta se haga por personas expertas.

Además, C’s defiende extender el derecho de asistencia jurídica gratuita de los menores víctimas de violencia a todos los procedimientos en los que sean parte o les afecten, no solo judiciales. Ciudadanos reclama además desarrollar programas de formación y sensibilización a adultos y menores para «la promoción intrafamiliar del matrimonio infantil, el abandono de los estudios y la asunción de compromisos laborales y familiares no acordes con la edad».

En los casos de los niños tutelados, reclama dotación suficiente para el cumplimiento de las obligaciones de la ley y que el coordinador de bienestar y protección que debe haber en los centros vele por la aplicación de estas políticas internas de control, detección e intervención.

Fuente: https://www.20minutos.es/noticia/4680769/0/la-nueva-ley-de-infancia-prohibira-la-exploracion-genital-y-los-desnudos-para-determinar-edad-de-los-menores/

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La espada de Damocles pende sobre las escuelas infantiles municipales de Granada, un modelo con 40 años de vida

Son cuatro escuelas que forman una pequeña red que dio sus primeros pasos allá por 1980, recién estrenada la democracia, con la absorción del Ayuntamiento de dos cooperativas. Tras poner en marcha un Patronato, hace algunos años se formalizó la Fundación Granada Educa, de la que dependen todas ellas. Hoy, el consistorio, gracias a una petición de la extrema derecha, encarnada en Vox, y apoyada por el Partido Popular y Ciudadanos, hace peligrar su futuro.

Nacía la democracia en España. Después de 36 años de dictadura, llegaba el momento de levantar, de nuevo, la democracia en todo el territorio. En su modesto papel, la ciudad de Granada comprendió la importancia de la educación pública y de calidad. Aquel 1980 se celebró en la ciudad un encuentro estatal de educación preescolar y el Ayuntamiento asumió como propias las conclusiones que se plantearon. Absorbió dos cooperativas de educación infantil, con proyectos que encajaban con lo expuesto en el encuentro.

Han pasado 41 años desde su fundación. Desde el primer momento se trató de un proyecto que entendía la educación infantil como un continuo que no podía partirse en dos. Así que admiten a criaturas desde los 4 meses hasta los 6 años. La mejor manera de hacer seguimiento a las etapas evolutivas de cada cual prácticamente desde el nacimiento hasta su llegada a la primaria. El objetivo primordial, respetar los tiempos de niñas y niños. No todo el mundo llega al mismo sitio en el mismo momento y, entonces, el proceso se hace fundamental.

Le cuestan a las arcas municipales alrededor de 2,4 millones de euros. Principalmente por su modelo de trabajo. En el 0-3 abunda la pareja pedagógica, dos maestras que comparten el espacio con las criaturas, se compaginan en la atención de niñas y niños. En el 3-6 no hacen parejas, pero cuentan con el apoyo (también en el primer ciclo) del equipo psicopedagógico: psicóloga, psicopedagoga y logopeda. Para rizar el rizo, cada centro tiene cocina propia, lo que supone que dos personas más han de elaborar y cocinar el menú diario. En total son 50 personas.

«Las cooperativas tenían las características del proyecto: etapa completa, públicas, abiertas a cualquiera independientemente de su capacidad económica. Y con la calidad como seña de identidad. Ahora son cuatro de 0-6»: Arlequín, Duende, Luna y Belén. Quien habla es Mercedes Blasi, pedagoga y cofundadora, en su momento, del Patronato de Escuelas Municipales que, más tarde, fue el germen de la Fundación Granada Educa, entidad dependiente del Ayuntamiento que gestiona las escuelas.

Vox, como también le ocurre al PP y a C’s, son de la opinión de que este gasto debe asumirlo la Junta de Andalucía. La educativa es eso que llaman competencia impropia, es decir, una competencia que en realidad pertenece a otra administración pública. Un estudio de hace algún tiempo de la FEMP aclaraba que los municipios pueden hacerse cargo de servicios educativos como escuelas infantiles, siempre y cuando no mermaran la capacidad de la hacienda local. Los partidos que componen el Ayuntamiento (PP y C’s) apoyados por Vox, entienden que es un problema para Granada seguir manteniendo económicamente estas cuatro escuelas. Quienes defienden la red de escuelas municipales aseguran que la inversión supone el 0,67% del presupuesto de la ciudad. Según las cuentas presentadas en agosto por el Ayuntamiento, el presupuesto para 2020 era superior a los 282,6 millones de euros.

Crónica anunciada

La moción presentada por Vox el diciembre pasado para que haya una reunión entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento para que la primera asuma la gestión y el gasto de las escuelas infantiles municipales de Granada no es una novedad. Es el último capítulo de una historia con un lustro, al menos, de antigüedad.

Allá por 2016, el PP decidió que la asunción de una competencia impropia era lesiva para los presupuestos municipales. Intentó que la Junta de Andalucía asumiese la gestión de los cuatro centros en relación al segundo ciclo, el 3-6. Gracias al ruido que en aquel momento se organizó, se paralizó el intento de supresión de la mitad de la red y, poco tiempo después de aquello, en el mes de mayo del mismo año, se consiguió que el Pleno del Ayuntamiento redactase una declaración en la que se comprometía a mantener la financiación de las escuelas, al menos, hasta que hubiera un compromiso del gobierno autonómico para asumir el proyecto tal cual es, es decir, la etapa completa, sin partir.

Esta es una de las grandes reivindicaciones de algunos de los modelos más potentes de educación infantil, desde el famoso Reggio Emilia hasta las escuelas municipales de Pamplona. El respeto a la cultura de la infancia, a los tiempos de crecimiento y maduración, para en buena medida porque niñas y niños no entren en colegios de primaria a los tres años.

Aquel ruido lo montaron familias y trabajadores, antiguas y nuevas. Fue el momento en el que se creó la Plataforma Sí 0-6, integrada por ambos colectivos ante la posibilidad de que desapareciese un proyecto que ha educado a miles de ciudadanos y ciudadanas de Granada en los últimos 40 años. Es también el momento en el que ambos consiguen representación en el patronato de la Fundación Granada Educa. Desde entonces tienen información sobre la situación económica y capacidad de participar y decidir.

Aquel podríamos decir que fue el primer asalto sobre la red de escuelas, sustentada en la Fundación.

Por esto, además de por haber generado después de 40 años un sustrato social de apoyo,pudo frenarse que en el verano de 2020, de nuevo, el propio Ayuntamiento de la ciudad decidiera aumentar las cuotas que pagan las familias. Según Mercedes Blasi, así como Isabel Romero, madre de dos exalumnos y dos alumnos de las escuelas, en la actualidad el 40% de las familias no pagan nada por tener a sus hijos matriculados. Sus plazas están subvencionadas. El 60% restante paga lo que les corresponde. El Ayuntamiento decidió, sin previo aviso, aumentar las cuotas un 20% y eliminar las bonificaciones.

«El concejal, asegura Romero, ha dicho que quiere escuelas más abiertas a la población más vulnerables». Además de esto, subieron las cuotas de las escuelas de verano, durante el mes de julio y que facilitan la conciliación laboral de las familias. «Dicen que las escuelas de verano incurren en déficit y de ahí la subida. 3.000 euros de déficit. Aunque es básico para la conciliación de las familias».

De nuevo llegaron las protestas de familias y equipo profesional por lo que entendían como un ataque a las familias que, precisamente, más se benefician de la existencia de las escuelas. Finalmente, se mantuvieron los precios como estaban.

Pero la tranquilidad no dura siempre. Y, a finales de diciembre de 2020 llegó Vox con la petición de que se cree una comisión participada por los grupos políticos del Ayuntamiento y la Junta. El objetivo, que la gestión pase a esta y el Ayuntamiento se deshaga de las escuelas. Esta posibilidad deja un futuro complicado a las cuatro escuelas y a sus trabajadoras y trabajadores. En principio, el 3-6 lo gestiona directamente la Junta en centros de infantil y primaria, y el primer ciclo, el 0-3, en la mayor parte de los casos, deriva la gestión a empresas privadas.

Un proyecto educativo de prestigio

Todo esto sería un mal sueño en cualquier circunstancia. Pero en el caso de las escuelas municipales de Granada se ha rizado el rizo. Se trata de un modelo que recibe la visita todos los años de alrededor de 1.200 personas que se interesan por su funcionamiento y sus bases pedagógicas. Tiene no pocas similitudes con el modelo de Pamplona, una ciudad que apostó en su momento por sus escuelas municipales, que invierte, siendo más pequeña que Granada, 8 millones anuales en su infancia.

El modelo nació, y mantiene, la perspectiva de que ha de escolarizar criaturas hasta los 6 años. «Es un contexto amable de crecimiento paulatino, protegido» explica Blasi. En el primer ciclo funcionan con pareja educativa, no en el segundo. Ambos cuentan con el apoyo del equipo psicopedagógico. «Una de nuestras fuerzas, comenta, es que las escuelas comparten proyecto, como cada una en su contexto». Además de proyecto común, cada dos semanas se reúnen las cuatro directoras con el equipo psicopedagógico para hablar del funcionamiento y generar abordajes conjuntos. «Hay un sentido de cooperación, una cultura institucional de ayuda. Construimos juntos», asegura Blasi.

El día comienza entre las 7.30 y las 9.30, según las necesidades de las familias. Se produce el primer encuentro con los niños y se plantean las propuestas para comenzar a hacer. Hay un momento a media mañana para higiene y comer fruta. Después, el grupo pone en común y se proponen actividades: exploración, algún proyecto de trabajo, etc. Comenta Blasi que no se establece un momento y espacio para el recreo. La idea es que haya un continuo entre el dentro y el fuera. «Son tan importantes uno como otro». Además, a lo largo del día «no todas las criaturas hacen lo mismo, hay diferentes estrategias».

Esto es algo que a Isabel Romero le gustó del modelo. Las criaturas no hacen fichas, como en otras escuelas, no hacen todas lo mismo al mismo tiempo. «Me gustó la autonomía que dan a los niños desde chiquititos», asegura.

Un autonomía que, por ejemplo, se ve cuando llega la hora de comer. Se hace en el aula y son niñas y niños, ya desde que tienen un año, quienes se ocupan de preparar el menaje, montar el comedor en el aula y, una vez que han terminado, recogerlo todo.»El aula, comenta Blasi, es un espacio de vida donde sucede todo».

La red

La red, más allá de estar formada por las cuatro escuelas, la constituyen las familias y también el territorio en el que se enmarcan. Desde el primer momento se trata de centros en los que las familias se ven acompañadas en el periodo de crianza, no solo con la ayuda de las profesionales que conforman el equipo, sino por las otras familias en las que encuentran, en no pocas ocasiones, amistades que perduran en el tiempo.

La participación de las familias es uno de los pilares del proyecto. Más allá de que todos los días (también en este curso de pandemia) pueden entrar en el aula (con accesos diferentes para evitar aglomeraciones) para dejar a sus niños y, a partir de las 16.00, para recogerlas.

Se establecen, comenta Blasi, «relaciones concretas, fluidas, cotidianas, más espontáneas». A las que que se suman cuestiones más estructurales como reuniones trimestrales con el equipo docente para hacer valoración o explicar los proyectos que se ponen en marcha o la gestión de las escuelas. Se les ofrece, además, información escrita individual y participan en el consejo escolar. Además, explica Blasi, se elaboran «talleres de familias cada año; cada escuela elige un tema de estudio, que puede ser la música o los espacios exteriores» y se comparten con las familias. Esta elección de tema «permite una reflexión al personal docente, una práctica con el niño y que la familia pueda participar en las diferentes estrategias que se organicen».

«Las familias están en la escuela, la viven, con los niños. Si las familias cooperan te permite hablar sobre las criaturas a través de la acción. Permite relación interfamilias, tenes socialización en la crianza», asegura la pedagoga. Algo que, para Romero, ha supuesto estar muy contenta.

Romero comenta cómo muchas familias organizan planes conjuntos más allá de las escuelas, para que sus hijas e hijos tengan una infancia respetada. A esto se viene a sumar el impacto de la existencia de las escuelas en el territorio. «Esto ayuda a crecer a las criaturas. Que se inserten donde habitan supone un crecimiento para críos, familias y para el territorio», asegura Blasi. Y lo ejemplifica en el uso de un parque cercano a una de las escuelas durante el periodo de pandemia. «Los críos han dejado sus huellas, encontradas por los vecinos: tizas, poesías en los árboles». Una buena manera de acercarse a la importancia de incardinar las escuelas en el territorio es el libro Viviendo el barrio, de la Editorial Octaedro, en el que se habla de la experiencia de la escuela Arlequín.

La red generada por las familias, además, se extiende más allá de la etapa de infantil. En buena medida, todas las familias acaban en los mismos colegios de primaria del barrio. Como explica Romero, esto ha supuesto cambios importantes en algunos de ellos, donde la participación de las familias ha aumentado hasta el punto, por ejemplo, e cambiar la tendencia de que los comedores se gestiones por una empresa de cátering que les traía la comida desde Zamora hasta Granada. Ahora tienen un comedor ecológico. O la adhesión a los caminos escolares o la construcción de un rocódromo. «Son familias muy implicadas».

«Una escuela pública de calidad necesita unos mínimos», asevera Blasi. «La educación es una inversión, no un gasto, ni una pérdida. Es dinero que se invierte en ciudadanía». Algo que en las escuelas municipales infantiles de Granada tienen claro, tanto sus profesionales como las familias que las llenan cada día. «Sabemos que el PP no es afín al proyecto», dice Romero, pero «es un proyecto prestigioso que deberían aumentar». Y aunque el futuro no parece muy prometedor, esta madre de cuatro criaturas que han pasado o están matriculadas en estas escuelas infantiles, asegura que «habrá resistencia»

Fuente e imagen:  https://eldiariodelaeducacion.com/2021/03/25/la-espada-de-damocles-pende-sobre-las-escuelas-infantiles-municipales-de-granada-un-modelo-con-40-anos-de-vida/

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España: CC OO pide a Educación que abra la negociación para un nuevo acuerdo de interinos

Europa/España/29-03-2021/Autor(a): E. Rodríguez/Fuente:www.elcomercio.es

Comisiones Obreras inició ayer la primera de las movilizaciones para reclamar a la Consejería de Educación que inicie a partir del 1 de abril un nuevo acuerdo de interinidades. Según ese documento, las partes (lo suscribió la Administración con ANPE y UGT), pueden hacerlo entre abril y agosto. El motivo, sostiene el sindicato, es «el aumento de la precariedad. En 2011 había 1.600 interinos y 450 a media jornada y ahora, 4.500 y 1.500, respectivamente. Se ha incrementado un 300%». Apuntó que incluso «hay centros enteros sostenidos con interinos». La central sostiene «que de puertas para dentro la consejería reconoce que el acuerdo es injusto. Uno nuevo debería dar estabilidad y abrir el debate de si se establecen listas cerradas», que no obliguen a los interinos a tener que presentarse obligatoriamente a las oposiciones.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/asturias/pide-educacion-abra-20210327001013-ntvo.html

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Miles de inmigrantes podrán homologar su título universitario en seis meses para ejercer en España

El ministerio prepara un mecanismo de evaluación más operativo para terminar con las demoras de más de dos años. Habrá, además, un “plan de choque” para los 15.000 extranjeros que ya aguardan turno.

Homologar un título universitario en España es una odisea por la pesada burocracia. Las esperas suelen ir de los nueve meses ―para un título expedido en Europa― a más de dos años, y si la licenciatura o el grado es de Medicina, aún más tiempo si es un título extracomunitario. Ahora el Ministerio de Universidades prepara un decreto de procedimiento de homologación (para las profesiones reguladas) y de equivalencia de los títulos extranjeros que será aprobado próximamente en el Consejo de Ministros y que acorta los plazos hasta un máximo de seis meses porque agiliza la burocracia y exime en muchos casos de un informe complementario.

Las 15.000 tramitaciones en lista de espera ―aún hay 9.000 de 2019― se regirán por el decreto de 2014, pero el ministerio asegura que habrá “un plan de choque” para resolverlos de forma “inminente” digitalizando sus expedientes ―muchos están en papel― y contactando con los demandantes telemáticamente. Actualmente, el método es el correo certificado, que eterniza el procedimiento. El pasado año se aprobaron 9.000 homologaciones y se falló en contra de apenas 350, por lo que el ministerio cree que no tiene sentido ser tan puntilloso.

“Es de vital importancia para nuestro mercado laboral atraer el talento que necesitamos para recualificar nuestro país. No se puede pensar en hacerlo sin la inmigración de profesionales de alta cualificación”, ha afirmado el ministro de Universidades este miércoles en rueda de prensa. Manuel Castells estudió y dio clase en París y ha ejercido durante tres décadas en la Universidad de Berkeley (California), por lo que es muy sensible al asunto. “La espera es un drama humano que se hace insoportable. Muchos de los mejores abandonan y optan por países más acogedores en su burocracia aunque hayan optado por España”, ha añadido. El ministro confía en que haya un “efecto llamada” entre los inmigrantes muy cualificados porque lo considera “fundamental” para construir una sociedad del conocimiento al estilo de Silicon Valley. Un 25% de los ciudadanos extracomunitarios, según un estudio de la Universidad de Comillas, posee un título universitario.

Cuando el licenciado fuera de España presente la solicitud telemáticamente al Ministerio de Universidades, se generará un número de seguimiento, como el de los paquetes de correo urgente. Ya no se podrá solicitar presencialmente. En los siguientes 15 días ―según los planes del ministerio― se revisará la petición y se demandará la subsanación de errores (ocurre en la mayoría de los casos). El demandante contará con 15 días para corregirlos.

Una comisión de homologaciones ―formada por técnicos del ministerio y profesores universitarios, en total 12 personas― contará después con hasta dos meses para emitir un informe que habrán redactado expertos en la materia y el resultado se comunicará al interesado. Para las profesiones reguladas ―médico, veterinario, abogado o juez― se pedirá un informe al colegio correspondiente que deberá de concluirse en 10 días (ahora se demora meses).

Si la resolución es afirmativa, se expedirá el título en 10 días y, si es negativa, el afectado contará con 15 días para presentar alegaciones y el ministerio con otros 15 para contestarle. La novedad es que los títulos expedidos en Estados del Espacio Europeo de Educación Superior o en países con los que hay reconocimiento de los estudios no tendrán que someterse al veredicto de la comisión de homologaciones. En estos momentos hay equivalencias automáticas con determinadas universidades de prestigio en Argentina, Colombia y Chile y países como Ecuador están muy interesados en la reciprocidad.

Estarán eximidos también del informe los expedientes “cuando se corrobore que la mayoría de solicitudes ―100 como mínimo― de homologación o equivalencia de un determinado título universitario extranjero proveniente de la misma universidad de un determinado país, se ha saldado con la obtención de una resolución definitiva favorable”, se afirma en el decreto. “Así que el porcentaje de informes que se hagan va a ser mucho menor”, subrayó José Manuel Pingarrón, secretario general de Universidades.

La pandemia ha puesto de manifiesto la gravedad del problema. En los momentos más duros, las autonomías quisieron contratar a sanitarios muy experimentados en sus países de origen ―en su mayoría sudamericanos―, pero no podían ejercer por faltarles la homologación. El ministerio les facilitó entonces un permiso especial para ejercer durante un año. Universidades valida el título de Medicina y el Ministerio de Sanidad, por su parte, tiene que reconocer la especialidad. Castells ha tenido un recuerdo para los funcionarios que durante el confinamiento regularizaron a 4.100 sanitarios acudiendo al ministerio, semivacío, porque muchos de los expedientes estaban en papel. “No es posible que el sistema funcione a partir del heroísmo cotidiano de los funcionarios”, ha sostenido el ministro.

Este diario dio durante el confinamiento voz a sanitarios frustrados por no poder trabajar cuando más se necesitaba. Yasmine Chacón, que era radióloga en El Salvador, limpiaba casas en un pueblo de Valencia a falta de la equivalencia. El uruguayo Lucas Ferraz, que trató decenas de casos de malaria en el Congo como auxiliar de enfermería, hacía reformas al no tener los papeles.

CONVALIDACIÓN DE PERIODOS EN UNIVERSIDADES EXTRANJERAS

El decreto aborda también la convalidación de parte de los estudios de un ciudadano español ―quedan excluidos los trabajos de fin de máster o de grado― en una universidad extranjera. Serán los campus nacionales los encargados de la tramitación y contarán con un plazo de hasta dos meses. Regirán las normas de ese centro, pero en función de unas directrices generales del Consejo de Universidades ―conformado por representantes del ministerio y los campus―. Estas también serán responsables de la equivalencia del título de doctor.

Fuente: https://elpais.com/educacion/2021-03-24/miles-de-inmigrantes-podran-homologar-su-titulo-universitario-en-seis-meses-para-ejercer-en-espana.html

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