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8 de Marzo: la calle es para nosotras…

Por: Begoña Zabala / Emakume Internazionalistak

Sí, vamos a salir a la calle este 8 de marzo. Además, vamos a salir crecidas, autoafirmadas y colectivamente organizadas, para gozar de uno de nuestros mayores rituales de conjuro, confluencia, sanación y lucha. Y, digámoslo también, no es para echar un pulso a los que mandan en las esferas del Estado, que nos recomiendan no manifestarnos, (aunque un poco sí, por eso del antiauritarismo), sino porque en este aspecto, por supuesto, nosotras decidimos. Y en estas épocas que nos ha tocado vivir, queremos manifestar muchas cosas, porque tenemos razones para rebelarnos, como ya hemos dicho tantas veces, y ahora sí que hay tareas urgentes, y son las nuestras.

De entrada, me gustaría señalar, que esta prohibición-recomendación de no salir el 8 de marzo me suena un poco a pasado, yo creo que ya lo he visto. No, no estoy hablando de la época más dura de la dictadura o de la Transición represiva. Fue el 8 de marzo de 2008. Si amigas, nos prohibieron salir a la calle, aquí en Iruñea, y en otras partes del Estado, por razones electoralistas. Y salimos, nos concentramos en la Plaza del Castillo, pacíficamente, nos sentamos en la plaza reivindicando. Vinieron también de los barrios con las pancartas, y los megáfonos. Gritamos las consignas más borrokas y también los cánticos. …y nos ahostiaron guapamente. La policía, claro. Según pasaban para acercarse a las de los megáfonos y las pancartas nos dieron de patadas, sentadas en el suelo como estábamos, con nuestros cantos y nuestros gritos. Nos llamaban putas, hijas de puta,…. Se disolvió la manifa, a golpes, carreras, bolas de goma, amenazas e insultos. Y, además, nos multaron, por algo así como concentración ilegal y/o desobediencia a la autoridad. ¿A todas las que estábamos allí?. Pues no, que la policía no es tonta y los que les mandan hasta saben de leyes. Multaron a un  manifestante, varón, alegando que éste, el hombre, era el que dirigía el grupo de manifestantes gritando las consignas. En este caso supongo que nos consideraban víctimas engañadas, ya que aunque la actuación se hacía con nuestro propio consentimiento y acción, incluso la comunicación a las autoridades delegadas de Madrid se había hecho por parte de los grupos feministas, quien nos dirigía y nos manipulaba era otra persona, que resultó ser hombre. Ya sabéis que detrás de cada mujer a la que denominan puta, hay un varón o una mafia, que la engaña, pues ella no tiene permitida la acción libre y voluntaria.

A estas alturas ya habéis situado perfectamente que el 9 de marzo de 2008, se celebraban unas elecciones muy importantes para el Estado español. Y precisamente el día 8, sábado, caía en esa fecha sacralizada: el día de la reflexión y ¡ole!. Lo más curioso del mundo mundial, y de la España en particular, fue que en muchos lugares no prohibieron las manifas, y en otros se hicieron y no pasó nada. Hubo gran debate, ¿la hacemos? ¿nos arriesgamos? ¿impugnamos?. Hicimos de todo, también recurrir a otras instancias, y poner nuestros argumentos sobre la mesa. En vano. Esto es Navarra y nosotras feministas: hicimos la concentración con toda la alegría y la contundencia que nuestro 8 de marzo se merece.

En estos momentos, cuando se nos cruza la pandemia, y siguiendo las consignas y argumentaciones de las derechas y la ultraderecha más tramontanas, resulta que las feministas son las causantes de la extensión de la pandemia y los contagios por miles del año pasado. No la ceguera de autoridades sanitarias y políticos del lugar; no la falta de previsión y preparación para una pandemia anunciada más que la muerte misma; no la estructura de salud pública maltrecha y privatizada; no la masificación en pésimas condiciones de nuestras mayores y enfermas en lugares de almacenamiento bajo privatizaciones asesinas; no la falta de personal en condiciones de trabajar y atender a la población en riesgo o contaminada; no los medios de comunicación alarmistas y amarillistas haciendo el show de los números y las adivinanzas; no las grandes industrias de los fármacos y sus derivados, apostando para obtener todavía más beneficios…. El maligno somos nosotras.

No voy a denostar la gestión de la crisis en tiempos de pandemia, hay ya mucho dicho, y muy bien dicho. Nuestro terreno es ahora mismo otro: queremos la calle para el 8 de marzo, y os vamos a explicar por qué y para qué.

Estamos esperando, con cierta ansiedad, una regulación de fundamento a nivel estatal, de la despatologización de los procesos trans, de autodeterminación de sexo/género. Tema, por otro lado, que ya se ha regulado, en sus limitadas competencias del Estado centralista de la autonomías, por parte de once Autonomías. En la calle, no os preocupéis, ya lo estamos demandando nosotras, y de paso ejerciendo dentro de un movimiento inclusivo que nos quiere a todes feministes.

Exigimos con urgencia que no se utilice la ley de libertad sexual para criminalizar más todavía a las trabajadoras sexuales. No contentas con extender el estigma de prostitutas, contrapuestas a las buenas mujeres y a las feministas políticamente corrrectas ubicadas en los aledaños del poder, se pretende ahora legislar negándoles la capacidad de agencia política y la libertad personal para tomar decisiones propias.

Observamos con espanto cómo la atención a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, y en particular las Interrupciones Voluntarias del Embarazo (IVE), y no por efecto de la pandemia, no son atendidos en los servicios públicos, de forma universal y gratuita. Derivadas en su inmensa mayoría a los privados, en muchos casos por objeción de conciencia o por falta de servicios en condiciones, quedan en manos de una atención no integral y regida por la economía de mercado en tiempos de pandemia.

Asistimos a un deterioro gigantesco de las condiciones de trabajo de las mujeres, en su mayoría, contratadas para los cuidados. No ya solo por el incremento de contagios debido a la falta de prevención, sino también, y esto es muy grave, porque cualquier solución pasa por incrementar los horarios de trabajo, ya de por sí bastante altos, denegar vacaciones o libranzas, e incluso establecer la reclusión con las personas a las que cuidan. Las propias Administraciones Públicas están haciendo alarde mediático y constante de las valerosas y sacrificadas conductas de tanto personal sociosanitario que se sacrifica para mejor cuidar. Esto no es sacrificio, es explotación.

Y, en especial, vamos la calle este 8M para expresar nuestra unión y fuerza frente a este sistema que aprovecha la pandemia para negarnos nuestro elemental derecho: la calle, la noche, también son nuestras.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/8-de-marzo-la-calle-es-para-nosotras/

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España: Retrato de la violencia contra las mujeres desde 2015: un 68% la cometen las parejas o exparejas y la sexual creció un 72%

El Ministerio del Interior ha presentado este miércoles datos detallados sobre los hechos denunciados por violencia contra las mujeres que, por primera vez, abarcan la que se da también fuera del ámbito de la pareja o expareja. En total, han sido 601.416 las infracciones registradas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desde 2015 hasta 2019, divididos en violencia física, psicológica, sexual y económica. En la inmensa mayoría, un 68%, el agresor era la pareja o expareja de la mujer, constituyendo casos de violencia de género. El resto, casi uno de cada cuatro casos, han sido cometidos por otros familiares (violencia doméstica, que engloba el 12%) u otro tipo de personas como amigos, vecinos, compañeros de trabajo, desconocidos… Una categoría esta última en la que destacan especialmente los ataques contra la libertad sexual.

Son algunas de las conclusiones del estudio Informe sobre Violencia contra la Mujer 2015-2019, elaborado por el Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad y dado conocer a las puertas del 8M con el objetivo de «visibilizar un concepto más amplio de la violencia contra la mujer», tal y como señala el Convenio de Estambul, ratificado por España en 2014. La base estadística está formada por los llamados «hechos denunciados», que no necesariamente se corresponden con personas ni con denuncias porque en una misma puede haber varias víctimas y varios hechos, han explicado fuentes del ministerio.

La mayor parte de las infracciones violentas contra las mujeres puestas en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en este periodo, en concreto un 51% del total, se corresponden con la violencia psicológica, que abarca desde las amenazas a las coacciones o al trato degradante. Le sigue la violencia física (cuatro de cada diez hechos denunciados), la violencia sexual (7%) y la económica (3%). Todas, salvo esta última, han crecido en los últimos años, sobre todo la sexual, que ha escalado un 72% al pasar de los 6.692 hechos denunciados de 2015 a los 11.525 de 2019. La psicológica también ha experimentado un ascenso del 11%.

Sin embargo, las conclusiones más detalladas se arrojan a partir del análisis concreto de las tipologías y cómo se reparte cada una de ellas en las categorías estudiadas: en la violencia de género, en la violencia doméstica –cometida en el ámbito familiar por alguien que no es ni la pareja o expareja de la víctima– o en otro tipo de relación.

Las menores, víctimas en el 40% de ataques sexuales

La mayor parte de hechos englobados como violencia física, psicológica y económica han sido cometidos por parejas o exparejas de las víctimas, con porcentajes que van del 71% al 75%. Sin embargo, en la violencia sexual, es justo al revés: el 86% de los ataques a la libertad sexual denunciados por mujeres han sido cometidos por agresores fuera de este marco, o bien otros familiares (un 9%), o amigos, conocidos, vecinos, desconocidos…Casi la mitad, el 48%, han sido cometidos en viviendas o anexos. Destaca en este sentido, la escasez de denuncias de violencia sexual en el ámbito de la violencia de género –solo un 5%–, a pesar de que suele ir acompañada de ella, según señalan víctimas, expertas y organizaciones.

Otra de las conclusiones que resaltan es que en las agresiones sexuales, el grupo de edad más representado es el de las chicas menores, que fueron víctimas en un 40% de los hechos denunciados desde 2015. Sobre todo, son abusos sexuales –que según el Código Penal actual, no requiere violencia ni intimidación– y que constituyen el 53,5% de los casos. En la tipología de agresiones sexuales, con o sin penetración, destacan las mujeres de 18 a 30 años.

El estudio arroja una cifra que contradice los estudios de prevalencia realizados hasta ahora en lo que respecta a menores y violencia sexual: según las denuncias, el 80% se da fuera del ámbito familiar (ni violencia de género ni violencia doméstica), mientras que habitualmente se señala el círculo más cercano de la víctima como el más frecuente. Un estudio reciente de la Fundación Anar, que analizó 6.000 casos de abusos sexuales a la infancia desde 2008, concluyó que más de la mitad, el 58,8%, fueron cometidos por un miembro de la familia del niño o niña. Las diferencias, apuntan fuentes del Ministerio del Interior, pueden deberse, por un lado, a que en este caso las víctimas son únicamente chicas, por otro lado, a la procedencia de los datos. «Los nuestros se basan en denuncias y hechos conocidos por las policías. El origen es diferente y de ahí pueden llegarse a conclusiones distintas», señalan.

Fuente: https://rebelion.org/retrato-de-la-violencia-contra-las-mujeres-desde-2015-un-68-la-cometen-las-parejas-o-exparejas-y-la-sexual-crecio-un-72/

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Retrato de la violencia contra las mujeres desde 2015: un 68% la cometen las parejas o exparejas y la sexual creció un 72%

Fuentes: https://www.eldiario.es

El Ministerio del Interior ha presentado un estudio que analiza los 601.416 hechos violentos denunciados en cinco años que tienen como víctima a una mujer, de los cuales la mitad, el 51%, son ataques psicológicos


El Ministerio del Interior ha presentado este miércoles datos detallados sobre los hechos denunciados por violencia contra las mujeres que, por primera vez, abarcan la que se da también fuera del ámbito de la pareja o expareja. En total, han sido 601.416 las infracciones registradas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desde 2015 hasta 2019, divididos en violencia física, psicológica, sexual y económica. En la inmensa mayoría, un 68%, el agresor era la pareja o expareja de la mujer, constituyendo casos de violencia de género. El resto, casi uno de cada cuatro casos, han sido cometidos por otros familiares (violencia doméstica, que engloba el 12%) u otro tipo de personas como amigos, vecinos, compañeros de trabajo, desconocidos… Una categoría esta última en la que destacan especialmente los ataques contra la libertad sexual.

Son algunas de las conclusiones del estudio Informe sobre Violencia contra la Mujer 2015-2019, elaborado por el Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad y dado conocer a las puertas del 8M con el objetivo de «visibilizar un concepto más amplio de la violencia contra la mujer», tal y como señala el Convenio de Estambul, ratificado por España en 2014. La base estadística está formada por los llamados «hechos denunciados», que no necesariamente se corresponden con personas ni con denuncias porque en una misma puede haber varias víctimas y varios hechos, han explicado fuentes del ministerio.

La mayor parte de las infracciones violentas contra las mujeres puestas en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en este periodo, en concreto un 51% del total, se corresponden con la violencia psicológica, que abarca desde las amenazas a las coacciones o al trato degradante. Le sigue la violencia física (cuatro de cada diez hechos denunciados), la violencia sexual (7%) y la económica (3%). Todas, salvo esta última, han crecido en los últimos años, sobre todo la sexual, que ha escalado un 72% al pasar de los 6.692 hechos denunciados de 2015 a los 11.525 de 2019. La psicológica también ha experimentado un ascenso del 11%.

Sin embargo, las conclusiones más detalladas se arrojan a partir del análisis concreto de las tipologías y cómo se reparte cada una de ellas en las categorías estudiadas: en la violencia de género, en la violencia doméstica –cometida en el ámbito familiar por alguien que no es ni la pareja o expareja de la víctima– o en otro tipo de relación.

Las menores, víctimas en el 40% de ataques sexuales

La mayor parte de hechos englobados como violencia física, psicológica y económica han sido cometidos por parejas o exparejas de las víctimas, con porcentajes que van del 71% al 75%. Sin embargo, en la violencia sexual, es justo al revés: el 86% de los ataques a la libertad sexual denunciados por mujeres han sido cometidos por agresores fuera de este marco, o bien otros familiares (un 9%), o amigos, conocidos, vecinos, desconocidos…Casi la mitad, el 48%, han sido cometidos en viviendas o anexos. Destaca en este sentido, la escasez de denuncias de violencia sexual en el ámbito de la violencia de género –solo un 5%–, a pesar de que suele ir acompañada de ella, según señalan víctimas, expertas y organizaciones.

Otra de las conclusiones que resaltan es que en las agresiones sexuales, el grupo de edad más representado es el de las chicas menores, que fueron víctimas en un 40% de los hechos denunciados desde 2015. Sobre todo, son abusos sexuales –que según el Código Penal actual, no requiere violencia ni intimidación– y que constituyen el 53,5% de los casos. En la tipología de agresiones sexuales, con o sin penetración, destacan las mujeres de 18 a 30 años.

El estudio arroja una cifra que contradice los estudios de prevalencia realizados hasta ahora en lo que respecta a menores y violencia sexual: según las denuncias, el 80% se da fuera del ámbito familiar (ni violencia de género ni violencia doméstica), mientras que habitualmente se señala el círculo más cercano de la víctima como el más frecuente. Un estudio reciente de la Fundación Anar, que analizó 6.000 casos de abusos sexuales a la infancia desde 2008, concluyó que más de la mitad, el 58,8%, fueron cometidos por un miembro de la familia del niño o niña. Las diferencias, apuntan fuentes del Ministerio del Interior, pueden deberse, por un lado, a que en este caso las víctimas son únicamente chicas, por otro lado, a la procedencia de los datos. «Los nuestros se basan en denuncias y hechos conocidos por las policías. El origen es diferente y de ahí pueden llegarse a conclusiones distintas», señalan.


Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/primer-retrato-violencia-mujeres-denunciada-68-cometen-parejas-exparejas_1_7269577.html

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España: Docentes españoles faltan a clases por malestar tras vacunarse

Europa/España/05-03-2021/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Cefalea, fiebre, alta en algunos casos, y malestar generalizado, son los efectos secundarios asociados al fármaco de AstraZeneca.

Casi un centenar de docentes de educación Infantil y Primaria de la localidad de Leganés, en Madrid, capital de España, se vieron imposibilitados de acudir este lunes a las aulas al padecer los efectos secundarios de la vacuna AstraZeneca, que les fue aplicada este fin de semana.

De acuerdo con la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) Giner de los Ríos, algunos centros escolares han remitido circulares para que los niños no acudan a clases en esta jornada ante la elevada ausencia del profesorado, pero la comunicación se produjo cuando muchos de los niños ya estaban en el desayuno.

Ante ello, la presidenta de FAPA, Mari Carmen Morillas pidió a la Comunidad de Madrid que se lleve la vacunación de los profesores de manera «escalonada» y que la segunda dosis, que suele tener más efectos secundarios, se inocule con «previsión y con planificación».

Mientras, las autoridades oficiales ofrecen poca información al respecto, evitando manejar cifras y afirmando que las bajas por efectos secundarios de la vacunación son «casos puntuales» y no manifestaciones «exponenciales».

Solamente ha trascendido, desde las posiciones oficiales, que más de 24.000 docentes de todo el país han recibido el antídoto producido por AstraZeneca.

Otras comunidades autónomas de España, como el País Vasco y Andalucía, han experimentado situaciones similares, al reportarse bajas entre los docentes y otros profesionales prioritarios por los efectos de la vacuna.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/docentes-espanoles-faltan-clases-por-malestar-tras-vacunarse-20210302-0016.html

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España: Ante el 8M, Podemos Madrid exige a Almeida la restitución de la dirección general de Igualdad

La única declaración válida, de cara al Día Internacional de las Mujeres, pasa por devolver a Madrid la Dirección General de Políticas de Igualdad, recientemente suprimida por la derecha y la ultraderecha madrileña.

Podemos Madrid se pregunta si en estos momentos se puede prescindir de una herramienta institucional que trabaja a favor de las políticas de igualdad cuando la pandemia ha constatado que las mujeres están en una situación de mayor vulnerabilidad frente a las crisis.

Desde que en 2019 Almeida accediera a la alcaldía de Madrid el movimiento feminista está en la diana de la derecha y de la ultraderecha. PP y C’s, apoyados por Vox, están protagonizando un mandato en el que han emprendido la tarea de intentar invisibilizar a las mujeres y las personas LGTBI en la ciudad de Madrid.

El pasado mes de febrero el equipo de Gobierno municipal decidió eliminar la Dirección General de Políticas de Igualdad y de cara a este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, la derecha y la ultraderecha madrileña han impedido que los grupos políticos del consistorio se pongan de acuerdo para logar una declaración institucional.

Para Podemos Madrid la única declaración válida pasa por restituir la Dirección General de Políticas de Igualdad, ya que prescindir de ella es un retroceso que incumple directamente las directrices marcadas por la Unión Europea en materia de Igualdad.

En la Resolución del Parlamento Europeo, de 21 de enero de 2021, sobre la estrategia de la Unión para la Igualdad de Género se destaca en su punto 92 que “la integración de la perspectiva de género y la presupuestación con perspectiva de género son herramientas esenciales para evaluar y abordar los efectos que tienen las distintas medidas políticas y la utilización del presupuesto en los hombres y las mujeres y deben utilizarse durante todo el proceso de formulación de políticas y las medidas presupuestarias”; y en el 93 “Reitera la importancia de la integración de la perspectiva de género como enfoque sistemático para lograr la igualdad de género; (…) subraya la importancia de la transparencia y la participación de las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y de la sociedad civil de distintos orígenes (…)”.

En momentos como los actuales, donde se constata que las mujeres están en una situación de mayor vulnerabilidad por los efectos de la crisis desatada por la pandemia, ¿se puede prescindir del organismo institucional que trabaja a favor de las políticas de igualdad?
Según un estudio elaborado por la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad de la Comunidad de Madrid las mujeres tienen mayor riesgo de contagio por la Covid-19 y están sufriendo mayores cotas de precariedad laboral y destrucción de empleo que los hombres, además de apreciarse un incremento de las violencias machistas. Ellas desarrollan las actividades tanto laborales como en las familias que están en la primera línea de la respuesta ante la crisis sanitaria. En sectores esenciales feminizados como el sanitario, residencias de mayores, comercio, limpieza, enseñanza o el sector farmacéutico, hay una sobrexposición de las mujeres que acrecienta su vulnerabilidad.

La situación de pandemia también ha significado un aumento de las violencias machistas. La propia consejería asegura que las llamadas al 116 se incrementaron casi un cincuenta por ciento. Entonces, ¿es posible que sin la Dirección General de Igualdad se pueda proteger a las mujeres que están sufriendo los efectos de la pandemia de forma mucho más acusada en el empleo y en los cuidados?

Además, sin la existencia de la Dirección General de Igualdad se hace imposible posible desarrollar políticas institucionales de cualquier tipo con una mínima perspectiva de género. Es desde esta Dirección desde la que se evalúan y establecen los criterios para el fomento de la corresponsabilidad y los cuidados, o la evaluación en materia urbanismo con perspectiva de género -tan necesarias para hacer de la ciudad de Madrid un lugar más amable y seguro-.

Esta y otras muchas preguntas e incertidumbres se abren este 8M, cuando se constata que PP y Cs, plegados a las exigencias de la ultraderecha de Vox, quieren terminar de facto con las políticas de Igualdad, saltándose todas la directrices y recomendaciones tanto de las propias instituciones del Estado español, así como las de la Unión Europea.

¿Cómo abordará el Ayuntamiento de Madrid la lucha contra las violencias machistas? ¿Qué políticas, y con qué criterios, desarrollará el equipo de Gobierno para fomentar y garantizar la igualdad de trato y oportunidades de las mujeres y las personas LGTBI en Madrid? ¿Cómo enfrentará el consistorio la lucha contra la trata de seres humanos? ¿Qué políticas económicas de reequilibrio social se implementarán para eliminar las desigualdades de género en el empleo y la feminización de la pobreza?

Fuente e imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/04/03/2021/ante-el-8m-podemos-madrid-exige-a-almeida-la-restitucion-de-la-direccion-general-de-igualdad/

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La magia de cambiar la dirección escolar para cambiar la educación

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España: escuelas rurales en tiempos de pandemia: «Si tenemos que pasar algo malo, que sea aquí, en familia»

Por: Helena Cortés

Las ratios bajas y la cercanía de padres y profesores dan tranquilidad a los padres y estabilidad a los pequeños.

En el vestíbulo del CRA (Colegio Rural Agrupado) de Lozoya (Madrid) hay decenas de estanterías repletas de libros infantiles y armarios llenos de material escolar. «En el centro de Canencia tenemos biblioteca, pero aquí no hay más espacio», señala Esmeralda García, directora de esta escuela. Sin embargo, pocos recibimientos puede haber más estimulantes en un centro dedicado a formar a niños de infantil y primaria, con edades comprendidas entre 3 y 12 años. En este colegio ubicado en la sierra madrileña, a los pies del embalse de Pinilla, estudian más de 50 alumnos divididos en tres aulas: Lozoya, Garganta de los Montes y Canencia. En la primera tienen dos grupos burbuja, mientras que en los otros dos centros, con poco más de una docena de chiquillos de educación infantil y primaria, no hace falta ni dividirlos. Esta es una de las ventajas de los centros rurales que ha evidenciado la pandemia, aunque los padres y maestros que apuestan por este tipo de educación llevan años recordando los beneficios de este modelo. En España, según datos del Ministerio de Educación, casi 150.000 niños de educación primaria (4,8%) y más de 80.000 de educación infantil (4,6%) están escolarizados en municipios con menos de 2.000 habitantes.

«Los coles pequeños dan tranquilidad a las familias, porque ya de por sí hay grupos más reducidos. Antes, los niños de los distintos pueblos se veían en encuentros, salidas conjuntas, un camping que organizábamos a final de curso… Ahora llevamos un año sin hacerlo», subraya García, que además de organizar un centro con una docena de maestros da clases de apoyo de matemáticas. «Si tenemos que pasar una crisis como esta en algún sitio, que sea en la escuela rural. Si tienes una inquietud o cualquier problema sabes que te van a atender. Una de mis hijas estudia aquí y la otra ha pasado ya al instituto, pero saben que aquí tienen una familia», cuenta orgullosa Carolina Ozaeta, que trabaja en el centro de educación ambiental. Su familia se mudó a Lozoya hace 16 años procedente de Madrid capital. A priori, no tenían esa necesidad biológica de tener hijos, pero cuando vieron las ventajas de criarse en el campo se animaron a ser padres. «Igual es exagerado, pero pensé: ‘¡Cómo no vamos a tener hijos en este entorno!’. Y luego conocí la escuela rural, y aluciné. La primera vez que nos invitaron, vi que a la hora del recreo de los niños de infantil, los mayores se quedaban en la puerta sujetándoles el abrigo. Y así es todo, hay una convivencia de niños de todas las edades y un aprendizaje constante. También ganan mucho en autonomía. Los pequeños aprenden de los mayores, pero estos también ganan en empatía», puntualiza esta madre.

Aprender en el entorno

En estos colegios, además, «la plantilla es muy estable», por lo que los maestros detectan muy pronto las necesidades o el potencial de cada niño, añade Luis Bravo, secretario del CRA Lozoya y profesor de Educación Física. En el confinamiento, como internet funcionaba muchas veces «a pedales» podían permitirse el lujo de llamar por teléfono a los chicos para ver cómo iban con sus tareas, algo impensable para cualquier profesor de ciudad. «Mi familia vive en Madrid capital y mi cuñada contrató durante el encierro a una chica para que diera clases a sus hijos porque su profesora apenas les conocía. Ese seguimiento personalizado a distancia se puede hacer con grupos de diez, no de treinta», indica Ozaeta.

«Para otros centros, recibir a tres niños es insignificante, para nosotros es fundamental»

Aunque los maestros rurales a veces agrupan dos clases para poder atender mejor a los alumnos de distintos niveles, respetan las horas de especialidades para que la formación sea exactamente la misma que la que reciben los niños en las grandes urbes. «En cada clase tenemos varios cursos, por lo que estamos acostumbrados a distribuir espacios y tiempos en el aula. Ya tenemos nuestras estrategias. Corriges a unos mientras otros trabajan o se ayudan entre ellos… Y esto es muy bueno, porque los niños aprenden más cuando son ellos los que enseñan que cuando simplemente escuchan al maestro», relata la veterana directora del CRA de Lozoya. Criada en los campos de Soria, cuando llegó a Madrid empezó a trabajar en un gran colegio de Fuenlabrada. Y enseguida se dio cuenta de que necesitaba volver al mundo rural. «Después de pasar toda mi vida en el campo, pensé que tenía que lograr ir a un pueblo como sea. Aparecimos en Canencia cuando la escuela estaba cerrada y nos asentamos allí», recuerda. Su compañero, Luis Bravo, también pedía en cada concurso plazas en localidades pequeñas: «Solo he trabajado dos años en centros educativos grandes. Esto engancha».

Supervivencia

Otra gran ventaja de los colegios rurales es que se puede aprender tanto en el aula como fuera de ella. «El pueblo es la tercera familia de los chicos, toda la comunidad está muy implicada con su escuela», apunta Ozaeta. En Lozoya, por ejemplo, las clases de Educación Física se imparten muchas veces fuera del patio, en las instalaciones deportivas de los distintos municipios. Y una vez a la semana también estudian Ciencias Naturales al aire libre. «En aulas tan diversas se pueden trabajar los contenidos por proyectos, de otra forma. Hace años, recuerdo que lo rural era sinónimo de tosco, inculto, apegado a cosas lugareñas. Pero esta definición desapareció hace años. En los ochenta y noventa se consideraba que la escuela rural era un modelo de aprendizaje obsoleto, que tenía mucho que aprender del de la ciudad. Ahora tengo la sensación de que quien ofrece propuestas flexibles e innovadoras son nuestros centros», reivindica esta madre.

El CRA Pinares Sur (Soria), capitaneado por Nuria San Miguel, tiene en total 21 alumnos divididos en dos localidades, Casarejos y Espejón. Pese a su tamaño, es un centro bilingüe que además forma parte de la red de escuelas conectadas creada por la Junta de Castilla y León. La conectividad es, en muchas ocasiones, el talón de Aquiles de estos colegios. «Nos están mejorando la velocidad de internet, y este curso hemos solicitado ayuda para renovar las tablets. Con poco material equipas muy bien a estas escuelas. En proporción, tenemos más material que un centro grande. Este año hemos despejado las estanterías también para que cada uno tenga la suya y toque solo su material. Lo mismo ocurre con los instrumentos de música», reconoce San Miguel, que además de ser la directora imparte Inglés, Lengua y Arts (Educación Artística).

«Antes, parecía que la escuela rural tenía mucho que aprender de los colegios de ciudad. Ahora, ofrece modelos flexibles e innovadores»

El miedo a tener que cerrar aulas por falta de niños, sin embargo, sigue ahí pese a la pandemia. En Pinilla del Valle, de hecho, tuvieron que cerrar el aula hace poco más de dos años. «Como esta crisis parece que no termina, yo creo que seguiremos sumando niños. Yo cuento con que este año vengan otros cuatro o cinco. Para cualquier otro centro educativo será una cantidad insignificante, pero para nosotros es fundamental. Antes, en Garganta teníamos una escuela unitaria que este año se han podido desdoblar. Cuando tienes 17 o 18 ya puedes justificar que hay otras necesidades», insiste García, aunque el auge del teletrabajo ha dejado a estos municipios de la sierra madrileña prácticamente sin casas para alquilar.

En el CRA Pinares del Sur también temen tener que cerrar una de sus dos sedes. «Estamos luchando para que se mantenga y para que la gente vea lo que hacemos y cómo trabajamos. El año pasado vino un niño nuevo a mitad de curso y este año sumamos dos más. Además nos llama mucha más gente, algunos porque se tienen que mudar por temas laborales y otros por cuestiones relacionadas con el Covid», admite su directora. «Mantenemos con las familias una relación muy personal, conocemos mucho a los niños y su situación. Ellos también te conocen muy bien, lo que les da más confianza»,

«Yo tengo mucha esperanza en el futuro de nuestras escuelas. Creo que la gente se va dando cuenta de que la educación rural puede cubrir todas sus necesidades e incluso superar sus expectativas. Los que han empezado este año han hecho una apuesta importante por cambiar su estilo de vida, pero para nada están arrepentidos, porque la calidad humana y atención que han encontrado en el CRA es más de lo que podían esperar», sentencia Luis Bravo. Ellos ya llevan años convencidos y orgullosos de ser «de campo».

Fuente e imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-escuelas-rurales-tiempos-pandemia-si-tenemos-pasar-algo-malo-aqui-familia-202102242111_noticia.html

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