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Nuccio Ordine: “La cultura es peligrosa para la clase política”

Por Emma Rodríguez/ Fuente: Lecturassumergidas

Nuccio Ordine no puede disimular que es profesor y que ama la enseñanza. Lo demuestra al exponer sus ideas de manera diáfana, ayudándose de ejemplos certeros que por sí solos son capaces de eliminar cualquier duda, cualquier brizna de confusión. Nacido en una pequeña localidad de Calabria, en cuya universidad aprendió que los libros le podían llevar muy lejos, y donde actualmente imparte clases de literatura e intenta transmitir esa experiencia a sus estudiantes, este hombre ha removido a los italianos inquietos con “La utilidad de lo inútil”, un ensayo sencillo y directo, un manifiesto altamente combativo y, no nos quepa la menor duda, conveniente, imprescindible, para padres, para educadores, para todo aquel que no se conforme, que no claudique en un momento en el que se nos quiere inocular la idea de que el saber no tiene sentido si no aporta dividendos, en que la cultura está amenazada por la lógica del beneficio, por esa nefasta idea de que en tiempos de recesión el alimento espiritual que proporciona es algo superfluo, un lujo del que se puede prescindir y al que es necesario aplicar la tijera sin ningún tipo de reparo ni remordimiento.

Ordine no está solo al impartir la lección magistral en que se convierte su entrega. Se hace acompañar de los grandes clásicos de la literatura, de pensadores y científicos que a lo largo del camino han demostrado que ni toda la riqueza del mundo es capaz de comprar el conocimiento y la dignidad. Y nos guía a través de obras y discursos que no debemos permitir que sean acallados. En tiempos en los que, como indica en el prólogo, se ha olvidado el valor de lo inútil, de esas actividades que nos conducen a lo sublime y nos hacen apreciar la belleza y la felicidad de los pequeños gestos, Ordine nos regala los versos de Hölderlin: “Lo que permanece lo fundan los poetas” y retoma el horizonte que ya atisbaba Rousseau cuando decía que mientras “los antiguos políticos hablaban incesantemente de costumbres y de virtud; los nuestros solo hablan de comercio y de dinero”.

“Ojalá este libro se convierta en un grito, en una llamada de atención”, señalaba el autor en un reciente viaje a Madrid en el que tuvo lugar la conversación que a continuación se reproduce. Un grito, una pequeña revolución, me atrevo a añadir, en la medida en que los lectores sepan aprovechar su mecha y hacer que su espíritu subversivo, el acto de subversión, de agitación del pensamiento, que supone toda obra reveladora, toda lectura inteligente, les ilumine en sus actos cotidianos, porque por mucho que se nos diga que los libros son “inútiles, inermes, silenciosos, inofensivos”, seguimos las palabras de Ordine en el prólogo, el curso de la historia nos ha demostrado hasta qué punto han sido considerados peligrosos por el poder, consumidos por las llamas, destruidos, censurados.

Me imagino que el impulso que le llevó a poner en pie este manifiesto fue la constatación de que la cultura está amenazada, de que las actividades que nutren el espíritu y que enriquecen al ser humano cada vez son más ninguneadas.

– Mi punto de partida fue la exigencia de convencer a mis estudiantes de que no se va a la escuela, al instituto, a la universidad, para conseguir un diploma, una licenciatura, sino que se estudia en primer lugar para mejorar como personas. Debemos ayudar a los jóvenes a eliminar esa idea, propia de estas sociedades utilitarias, de que se estudia con el objetivo de conseguir algo material. Para demostrarles que no es así, lo que yo he hecho es recoger, a lo largo de los años, una serie de ejemplos, extraídos de los clásicos, que les permitan entender que nutrir al espíritu puede ser tan importante como alimentar al cuerpo, que, probablemente, necesitamos los conocimientos inútiles, los que no se traducen en un beneficio económico, más que aquellos aparentemente útiles porque sí producen dividendos. En este sentido, el ensayo responde a la necesidad de defender lo que es gratis, desinteresado, en unas sociedades donde la dictadura de la utilidad y de las ganancias, ha llegado a contaminar toda nuestra vida.

No se va a la escuela, al instituto, a la universidad, para conseguir un diploma, una licenciatura, sino que se estudia en primer lugar para mejorar como personas. Debemos ayudar a los jóvenes a eliminar esa idea, propia de estas sociedades utilitarias, de que se estudia con el objetivo de conseguir algo material.

– Pero, ¿cómo enseñar a nuestros hijos esos valores de lo inútil cuando en las escuelas, desde muy pronto, se les impulsa a competir con los otros, a obtener resultados?. Los niños son permanentemente evaluados. Se valoran más las notas que obtienen que la creatividad o la capacidad de pensar por sí mismos, por ejemplo.

–  Es muy complicado responder a esto. Yo no desdeño del todo las evaluaciones. Creo que la recompensa que puede ser una nota o cualquier otro incentivo puede tener incluso un efecto de tipo educativo. Pero eso tiene que llegar en segundo lugar, después de que los estudiantes entiendan que hay que estudiar para ser mejores personas. Si el principio de la recompensa, que en términos absolutos podría no ser negativo, se convierte en lo único importante, mal vamos.

– Pero pocos niños escuchan en los colegios que lo primordial es ser mejores personas. Y no digamos en las casas, en los hogares de tantas familias que hoy se preocupan más por tener un buen televisor o el último modelo de coche que por inculcar a sus hijos determinados valores.

–  Así es. Mi trayectoria como profesor me ha llevado a constatar que la mayoría de las familias actuales no están preparadas para enseñar a los jóvenes la experiencia de lo gratuito. Lo que yo observo es justamente lo contrario. Nací en un pequeño pueblo en Calabria y, a menudo, cuando voy a ver a mis padres, que siguen viviendo allí, hay gente que se acerca a mí para decirme: “Mi hijo se tiene que matricular en la universidad y quiere hacer letras o filosofía, pero yo creo que está loco. ¿Cómo comerá con letras o filosofía, cómo se va a ganar la vida?”. La lógica de la utilidad, incluso en una acepción no negativa, ya que los padres quieren el bien de sus hijos, conduce al mal, al error. Yo a esas personas les digo siempre que los chicos deben escoger en la universidad las disciplinas que aman, porque estoy convencido de que un médico que es mal médico nunca será feliz, mientras que un maestro de escuela que enseña lo que le gusta seguramente será más pobre, pero también se sentirá mucho más afortunado y pleno como persona. Estoy convencido de que no es dentro de las familias, sino en el seno de las escuelas, donde tenemos que trabajar intensamente para cambiar esta percepción tan dañina, pero para eso hay que evitar esa degeneración de la enseñanza dirigida a obtener resultados como única meta, olvidando que el saber debe llevar a los estudiantes a entenderse mejor a sí mismos y al mundo que les rodea, a amar el bien común, a ser tolerantes, a comprender que la solidaridad es una de las cosas más importantes de la vida de un ser humano.

Nuccio Ordine © Nacho Goberna

–  Pero, desgraciadamente, eso no es prioritario en los planes de estudio. Los conocimientos que se siguen memorizando están por delante de todos esos valores.

– Sí, lo que está sucediendo es que la dictadura del beneficio ha producido un modelo de comportamiento egoísta en el que las personas piensan solamente en su propio interés, en su propio bien, pero insisto, hay que cambiar eso desde la escuela. Yo suelo poner un ejemplo que me funciona muy bien con mis estudiantes. Les digo que hoy con el dinero podemos comprar cualquier cosa, que en Italia con dinero se compra incluso a los jueces, a los parlamentarios, a las cadenas de televisión y que si se es rico se puede obtener el éxito y el erotismo. Pero, hay algo que, sin embargo, no se puede alcanzar con todo el oro del mundo, el conocimiento. El saber es el fruto, el resultado, de un esfuerzo personal y únicamente quien lleva a cabo ese esfuerzo puede entender el sentido de lo que está aprendiendo. Si el jeque más acaudalado del mundo quiere comprar el saber y firma un cheque en blanco para lograrlo, nadie le podrá vender el conocimiento. Si el jeque no hace el esfuerzo para aprender no aprenderá nunca. Yo estoy convencido de que la universidad es el lugar ideal para que los chicos entiendan que el conocimiento no es un don sino una conquista, una costosa conquista cotidiana. Estoy convencido de que las escuelas y las universidades son el espacio idóneo para demostrar que las leyes del mercado no valen, porque éstas se basan en el principio de la pérdida y la ganancia; en cualquier intercambio de tipo comercial siempre hay algo que sale y algo que se queda. Pero el intercambio entre profesor y estudiante es un proceso virtuoso donde el que da y el que recibe se enriquecen ambos. Nadie pierde. Las escuelas deberían ser ese lugar donde las leyes del beneficio acabaran rompiéndose, naufragando.

Yo suelo poner un ejemplo que me funciona muy bien con mis estudiantes. Les digo que hoy con el dinero podemos comprar cualquier cosa, que en Italia con dinero se compra incluso a los jueces, a los parlamentarios, a las cadenas de televisión y que si se es rico se puede obtener el éxito y el erotismo. Pero, hay algo que, sin embargo, no se puede alcanzar con todo el oro del mundo, el conocimiento.

Pero en toda esta bella argumentación hay algo que falla, un problema de fondo que no debemos olvidar. En las sociedades actuales el conocimiento no se valora. El creador, el científico, el intelectual, no está valorado en la misma medida que el empresario, el banquero, el futbolista de éxito… En otras épocas no sucedía esto, pero hoy podríamos decir que el respeto ha cambiado de bando. No se admira al que sabe, al que crea, al que lee, sino al que es capaz de acumular lujos y riquezas, incluso al que se lucra de manera amoral y es capaz de eludir a la Justicia.

– Correcto. Es lo que estamos viviendo. Hay un capítulo en “La utilidad de lo inútil” sobre la dignidad del hombre. Es un apartado donde se argumenta en torno a este asunto que viene de antiguo a través de varios ejemplos, desde Platón hasta el Renacimiento. Los filósofos siempre se han planteado la misma pregunta: ¿el hombre vale por el dinero que tiene; es la cantidad de dinero que posee lo que le convierte en una persona digna? La respuesta es no, absolutamente no. La dignidad del hombre no se mide por las riquezas que posee; más bien, a menudo, el que acumula mucho dinero suele ser corrupto. La dignidad del hombre está en el saber identificar y ver los verdaderos valores de la vida, esos valores sencillos de los que hablábamos antes: la solidaridad, la tolerancia, la paz, el diálogo, el respeto hacia los demás. Hay una página, un fragmento precioso de Demócrito, en el que éste se ríe ante la locura de los hombres, a los que ve todo el día corriendo detrás del dinero, persiguiendo el dinero. ¿Para hacer qué?, se cuestiona. Y constata que el dinero que ganan les sirve para ganar más, que el dinero ya no es un instrumento, un medio, sino que se convierte en un fin en sí mismo. Ante esto el filósofo pregunta: ¿es correcto abrirle las venas a la tierra, destruir la tierra, para acumular riquezas? Eso es lo que estamos viendo hoy: no hay respeto por la naturaleza.

– Otro tema crucial, que debería ser obligatorio en los colegios, porque de él, del respeto a la naturaleza, al medio ambiente, dependerá la supervivencia del planeta, de la Humanidad.

– Exacto. Hay que enseñar a las nuevas generaciones el amor a la naturaleza. Enseñarles a razonar que cuando hay grandes inundaciones, por ejemplo, la culpa no es siempre de las fuerzas de la naturaleza, de su carácter violento y agresivo, sino del hombre que ha construido en el cauce de un río. Si talamos los árboles de una colina y ésta se desploma encima del pueblo, ¿la culpa de quién es: de la naturaleza que hace llover o del hombre que ha cortado los árboles?, estas son preguntas sobre las que hay que reflexionar. Yo hablo de Italia porque es la realidad que mejor conozco y en Italia tenemos un problema muy grave: en una zona de Nápoles, la camorra, que es la mafia napolitana, ha comprado muchos terrenos para enterrar las basuras, los residuos tóxicos, de las industrias del Norte, industrias que en lugar de pagar una cantidad elevada por el reciclaje de esos residuos, prefiere financiar a la mafia para que, a un coste menor, los entierre. En esa zona hoy se han elevado escandalosamente las posibilidades de contraer cáncer y otras enfermedades. Hay mucha gente que está muriendo por esta causa. Ésta es una de las consecuencias de los beneficios económicos.

Hay una página, un fragmento precioso de Demócrito, en el que éste se ríe ante la locura de los hombres, a los que ve todo el día corriendo detrás del dinero, persiguiendo el dinero. ¿Para hacer qué?, se cuestiona. Y constata que el dinero que ganan les sirve para ganar más, que el dinero ya no es un instrumento, un medio, sino que se convierte en un fin en sí mismo. Ante esto el filósofo pregunta: ¿es correcto abrirle las venas a la tierra, destruir la tierra, para acumular riquezas? Eso es lo que estamos viendo hoy: no hay respeto por la naturaleza.

– Pero, ¿qué se puede hacer para cambiar esos modelos, para que la gente, los ciudadanos, se conciencien de que no se puede mirar para otro lado y seguir instalados en el conformismo, de que hay que dar pasos para construir otro tipo de sociedades?

– Yo creo que no existe una fórmula mágica para cambiar de golpe las cosas, que no hay recetas, y que la única posibilidad que tenemos como seres humanos es la de educar a las nuevas generaciones no en el egoísmo, no en la avaricia de los beneficios, sino en el amor por el bien común, por el respeto hacia el otro y hacia el entorno en el que se desarrolla la vida. Y la única herramienta que tenemos para hacer esto es la cultura. Estoy de acuerdo en que es difícil conseguir que estas cosas tan sencillas se entiendan, pero hay que seguir intentándolo. Hay un pasaje muy revelador en una novela de David Foster Wallace. Se trata de un episodio en el que se plantea la pregunta de qué es el agua. Y hay dos pececillos jóvenes que nadan en el acuario y no saben nada del medio en el que se mueven. Igual que esos pececillos, hoy nosotros, no comprendemos que la cultura y el conocimiento constituyen el agua en la que nadamos en cada instante de nuestra vida. No es por casualidad que los gobernantes, en todos los países del mundo, sin excepción, lo primero que recortan son aquellas cosas que ellos consideran inútiles y que, al revés, son las más útiles para conseguir que las sociedades sean más humanas.

Yo creo que no existe una fórmula mágica para cambiar de golpe las cosas, que no hay recetas, y que la única posibilidad que tenemos como seres humanos es la de educar a las nuevas generaciones no en el egoísmo, no en la avaricia de los beneficios, sino en el amor por el bien común, por el respeto hacia el otro y hacia el entorno en el que se desarrolla la vida.

– ¿Lo hacen por el principio de la austeridad o porque sin cultura la gente es más manejable?

– Ahí quería llegar. El interés de la clase política hoy en día, al igual que el interés de la clase política de ayer, consiste en mantener a la gente en la ignorancia. No cabe duda de que es más fácil vender todo lo que quieren a personas que no saben, que no tienen herramientas para comprender. Lo que sucede es que en la actualidad la clase política que tenemos es una clase política cada vez menos culta y cada vez más corrupta. Vuelvo de nuevo a Italia, aunque en España cada vez se conocen más casos deleznables. El Tribunal Supremo de Italia, al que corresponde hacer balance del Estado, ha declarado recientemente que en nuestro país se gastan unos 150.000 millones de euros al año a causa de la corrupción. Es muy fácil de comprender: si hay que construir una carretera, la carretera en lugar de costar dos millones vale cuatro y ese dos de más que pagamos es el precio de la corrupción. Con estos números en la mano es evidente que hoy no haría falta masacrar a la clase media; destrozar a los más débiles;  eliminar la financiación a los enfermos graves; recortar constantemente los fondos destinados a la educación, a las bibliotecas, a la cultura en general… Pero es que todo lo que significa cultura, saber, es considerado como peligroso por la clase política. Cuando a mí me dicen que estamos en crisis y que hay que recortar en sanidad y en educación, yo me pregunto por qué no en corrupción si el dinero que se gasta en corrupción es muy superior al que se obtiene con los recortes en todas esas partidas que tanto afectan a los ciudadanos en su bienestar, en su día a día.

El interés de la clase política hoy en día, al igual que el interés de la clase política de ayer, consiste en mantener a la gente en la ignorancia. No cabe duda de que es más fácil vender todo lo que quieren a personas que no saben, que no tienen herramientas para comprender. Lo que sucede es que en la actualidad la clase política que tenemos es una clase política cada vez menos culta y cada vez más corrupta.

– Shakespeare ya lo tuvo claro en “El mercader de Venecia”, una de las obras a las que se hace referencia en el libro.

–  Sí. La metáfora de Shakespeare es bellísima. Él habla de recortar una libra de carne del cuerpo. El personaje de Antonio para pagar la deuda contraída tiene que dar un trozo de su cuerpo. Eso tiene tanto que ver con lo que está sucediendo ahora mismo… Cuando el hombre se convierte en mercancía, cuando para pagar la deuda es necesario cortarle la carne, quitarle, expropiarle, el derecho de tener derechos, como decía Hannah Arendt, estamos dibujando un escenario atroz, monstruoso. Hoy cualquier derecho de los obreros, de los estudiantes, de los enfermos, se niega en nombre de la necesidad de la crisis y esto es una gran mentira. De nuevo volvemos al mismo punto: la única manera que tenemos para salir de esta situación es la cultura, hacer que la gente entienda cuál es la verdadera raíz del problema, que sea consciente de que si no luchamos contra la corrupción, si no luchamos contra el egoísmo de nuestra sociedad, nunca saldremos de esta situación.

– ¿Cómo combatir la sensación de desaliento, de tristeza, de impotencia ante la visión tan repetida de políticos que se saltan todas las reglas éticas, que roban con total impunidad, que no piensan lo más mínimo en el bien de aquellos a los que representan?. Está claro que hace falta más cultura, más educación, pero volvemos a lo de antes: los que tienen el poder buscan la manera de ningunear, de anular esos ámbitos. La cultura que profundiza, que ayuda a pensar, desaparece cada vez más de la televisión, de los medios…

– Por un lado existe el problema de la conciencia. La gente en Italia, por ejemplo, no acaba de tener conciencia de la corrupción de la clase política. Hay un señor en mi país que ha sido condenado en muchas ocasiones y que no quiere aceptar las sentencias de los tribunales. Pero es que este señor recibe millones de votos. Ese es el gran problema. La gente no entiende que detrás de esa persona hay unos intereses personales, hay un partido que en estos años lo único que ha hecho ha sido salvar sus propias empresas. En ese gobierno precisamente hubo un ministro que tuvo el valor de decir que con la cultura no se come y que si la cultura no sirve para dar de comer, no sirve para nada. Ante esto no hay más respuesta que la toma de conciencia, la preparación de las generaciones venideras a través de las escuelas, las universidades, los círculos de lectura, los teatros, todo lo que sea cultura en su más amplio sentido. Se trata de formar a ciudadanos capaces de decir no a esta gente, a estas maneras de gobierno; ciudadanos capaces de razonar con sus propias cabezas y de no dejarse influir por el poder de los medios de comunicación al servicio del poder. Naturalmente me doy cuenta de lo que me plantea; del círculo vicioso en el que estamos inmersos, de esta especie de pescadilla que se muerde la cola.

– Pongamos algo de positividad en la conversación. ¿Hasta qué punto esta crisis está llevando cada vez a más gente a darse cuenta de que la felicidad no tiene nada que ver con el consumo de bienes materiales? ¿Hasta qué punto se empieza a cambiar el orden de las prioridades, a poner en circulación otras ideas?

– Todo eso es cierto. En cualquier momento de la Historia, las crisis, lo que nosotros llamamos crisis y que en la raíz etimológica significa también oportunidad de debate, son momentos en los que se hace una reflexión sobre las cosas que puede generar un cambio de ruta, una ocasión para entender aspectos que nos resultaban incomprensibles, confusos. Yo también espero que de la gran contradicción de esta crisis pueda emerger la necesidad de volver a valorar las cosas inútiles frente a las cosas útiles. Otro de los placeres que me está dando la publicación de este libro es la posibilidad de dialogar con muchos directivos de empresas. Me ha sorprendido que algunos de ellos estén viendo la necesidad de revisar los modelos porque se dan cuenta de que una empresa que pone en el centro el beneficio, que hace que éste se convierta en el único fin, acaba engendrando un entorno humano inaceptable, invivible, un entorno en el que las personas no colaboran en proyectos comunes sino que ven a los otros como potenciales adversarios que les pueden llegar a quitar poder.

Una empresa que pone en el centro el beneficio, que hace que éste se convierta en el único fin, acaba engendrando un entorno humano inaceptable, invivible, un entorno en el que las personas no colaboran en proyectos comunes sino que ven a los otros como potenciales adversarios que les pueden llegar a quitar poder.

Nuccio Ordine © Nacho Goberna

Los libros son una herramienta magnífica para conseguir esa concienciación. Su ensayo es un buen intento.

– Así es, los libros pueden redimirnos. Si algo me satisface es que con este manifiesto, en su modestia, en su pequeñez, estoy contribuyendo a levantar una alarma. En Italia el éxito del libro fue inmediato. Se superaron las 30.000 copias en pocas semanas, algo extraordinario para un ensayo. Pero lo que de verdad me entusiasma es recibir cartas de estudiantes, de profesores de instituto, de conservadores de museos, de jóvenes músicos que me dicen que lo que he escrito es lo que ellos llevan en el corazón y lo que viven cada día. Son muchos los creadores, los artistas, que siguen su pasión pese a saber que están marginados, que no son escuchados.

En el libro se alude a un discurso de Víctor Hugo, que tiene que ver con todo esto, y en el que el escritor se refiere a los pobres artistas. Está claro que quien crea no lo hace para enriquecerse, pero también es cierto que se está instalando en la sociedad la peligrosa idea de que el artista, el que genera cultura, debe hacerlo de modo altruista, gratuitamente.

–  Sí. Cuando yo hablo de lo gratuito para nada quiero decir que el trabajo de los creadores, el trabajo intelectual, no se deba pagar. En absoluto. Precisamente una de las crisis del mundo de la educación consiste en  que los profesores se sienten humillados. En Italia están muy mal pagados. Es posible encontrar hoy a profesores que enseñan con 60 años y que están en una situación precaria, como interinos. Cuando yo hablo de lo gratuito me refiero a que las grandes obras artísticas, los grandes descubrimientos, no se han hecho en principio pensando en el lucro, aunque luego, a posteriori, acaban generando beneficios. Me refiero a que hay cosas que se hacen por la necesidad interior de hacerlas. Cuando vamos a escuchar un concierto lo hacemos porque hay en nosotros una pulsión emotiva, desinteresada, bello concepto al que hacía alusión Kant.

Si a algo nos conduce “La utilidad de lo inútil” es a la reflexión. Unas cosas, unos conceptos, van llevando a otros. El tema del interés en todo tipo de relación es muy interesante.

– Sí. En el libro pongo un ejemplo para demostrar cómo el amor, que debería ser el campo de lo gratuito por excelencia, también ha llegado a corromperse. El interés también ha entrado en ese territorio. El matrimonio se basa en la exigencia económica de formar una familia y muchas veces se sigue con una pareja a la que ya no se quiere porque la empresa familiar obliga a hacerlo. Aquí también vuelvo a mirar a los jóvenes, a esos jóvenes que han de entender que deberían existir unas esferas de la vida humana en las que no exista el concepto del beneficio, de lo útil. Cuando entra en juego esa lógica se acaban matando, ensuciando, valores básicos, incluso el de la verdad. Ahora mismo podemos hablar de vendedores de verdad, de camellos de la verdad, idénticos a los que venden droga, que nos dicen que los suyos son los principios que hay que seguir. Y poseer la verdad significa matarla. Hay muchas mujeres que son asesinadas en el mundo porque existen hombres que creen que poseen sus cuerpos, sus almas; que están convencidos de que otro ser humano puede pertenecerles. Este es para mí un ejemplo de cómo la idea de posesión puede causar un deterioro de los valores que deberían proteger algunos aspectos esenciales de la vida humana.

Cuando entra en juego la lógica del beneficio se acaban matando, ensuciando, valores básicos, incluso el de la verdad. Ahora mismo podemos hablar de vendedores de verdad, de camellos de la verdad, idénticos a los que venden droga, que nos dicen que los suyos son los principios que hay que seguir.

– Pero esa tendencia es muy minoritaria. En España ese empresario aún no ha nacido.

–  (Risas) Habrá que ir hacia ahí. Es el camino. En Italia se ha celebrado recientemente el aniversario de Adriano Olivetti, un empresario que fue en contra de la corriente y nos enseñó algo muy bonito: que una empresa no debe producir únicamente beneficios, sino también belleza y libertad. Él se dio cuenta de que a través de la belleza y de la libertad el hombre aprende a entender cuál es el camino para la felicidad. Olivetti invirtió sus beneficios en bibliotecas, en casas y en guarderías para los hijos de los trabajadores. Se preocupaba de darles una dignidad humana y por ese camino llegó a construir una empresa de competitividad a nivel internacional que ni siquiera existía en Estados Unidos. Su ejemplo debería cundir. Si hoy las empresas no crecen no es solo por culpa de la crisis. En muchos casos tiene que ver con la deshonestidad de muchos de sus directivos: directivos que han falseado las cuentas, se han llevado gran parte del dinero obtenido a paraísos fiscales y han acabado despidiendo a los obreros, diciéndoles que el negocio iba mal. Cuántas veces se ha descubierto que detrás de los despidos masivos hay decenas y decenas de millones de euros, que han sido derivados hacia los bancos de los paraísos fiscales para el exclusivo uso personal de unos pocos.

– Tendrían que crearse otro tipo de escuelas empresariales y tendría que nacer otra nueva clase de empresarios, insisto.

– Exactamente. Hoy una de las limitaciones de la universidad es que ha llegado a ser demasiado profesionalizadora. La gente va a las universidades a convertirse en médicos, abogados, ingenieros. Sin duda hay que aprender esas profesiones, pero en primer lugar hay que aprender a ser personas. Solo cuando se sea mejor persona se llegará a ser un buenísimo ingeniero o médico. Cuando transformamos la escuela y la universidad en una empresa, donde los estudiantes se convierten en los clientes, la cosa varía. Esto es demoledor. En el léxico de las universidades italianas se han introducido palabras como créditos y deuda. Este lenguaje lo ha contaminado todo en la educación y de esto debemos huir. Y el mismo discurso vale para argumentar sobre la investigación científica. Cuando el Estado ya no invierte en la investigación de base lleva a las universidades a buscar los fondos sobre el territorio para poder sobrevivir. Y si se acude a una empresa farmacéutica, ésta nos dará dinero a cambio de un producto de mercado. Es cierto que la ciencia sigue avanzando, pero está claro que por este camino no será la ciencia la que haga las grandes revoluciones a favor de la humanidad. Como apéndice a mi ensayo decidí incluir un texto magnífico de Abraham Flexner [pedagogo, 1866-1959; fundador creador del Institute for Advanced Study de Princenton] para que se entienda que la gran revolución de la ciencia no fue la que realizó Marconi. Marconi hizo una gran revolución, sí, pero si no hubiera tenido los estudios previos de investigadores como Maxwell y Hertz, que no tenían ninguna necesidad práctica en su interés como estudiosos, hoy no tendríamos la radio. Incluso en el campo de la ciencia lo que vale es la curiosidad, dejar libremente al científico perseguir o cultivar sus ideas. El problema es que hoy esto es cada vez más difícil.

Nuccio Ordine © Nacho Goberna

– Estamos hablando de la necesidad de la cultura y de cómo se la anula tanto desde el poder. Pero, por otro lado, nunca como ahora, la gente ha tenido tanto acceso a la cultura, más bien al espectáculo.

– Bueno, pensemos en el cine, por ejemplo. Es verdad que hoy hay muchas más salas cinematográficas, pero también que el mercado de la distribución está cada vez más dominado por las películas de efectos especiales. El cine clásico, el de los grandes directores, cada vez se ve menos. Es cierto que en París sigue habiendo muchas salas de películas de autor, pero en otras ciudades como Roma prácticamente han desaparecido y en Nueva York, donde he vivido, quedan muy pocas, frente a unas 50 salas donde se expone el cine comercial, de efectos especiales, con grandes estrellas, pero muy pobre de contenido. Muchas de las cosas que hoy llamamos cultura en realidad son productos de subcultura. Y las librerías siguen existiendo pero, ¿qué es lo que venden?. Hay muchos más libros que antaño, pero, ¿estamos contentos con los libros que interesan al público?. ¿Quiénes están hoy en el “top ten” de las ventas?. Pues abundan  esos señores que hablan en la televisión o figuras del fútbol o similares. ¿Qué valor literario tienen las cosas que más se leen?. Sí. es verdad que hay más posibilidades, pero también es verdad que hay muchas cosas que no valen para nada y que hunden, ahogan, todo lo que sí merece la pena, pero que cada vez se ve menos. Y tenemos Internet, una gran revolución, sin duda, pero habría que educar a los jóvenes en su correcta utilización. Cuando mis estudiantes quieren hacer una investigación sobre un autor en concreto siempre les digo que en vez de bucear en Internet se lean un buen libro. De Giordano Bruno, uno de mis filósofos favoritos, existen en Internet decenas de páginas delirantes en las que hay informaciones equivocadas. Hoy en día cualquier persona puede escribir en Internet lo que le parezca, sin ningún tipo de control. El buscador competente, el que sabe, sabrá moverse en esas aguas, pero el joven tiene que ser guiado, porque, paradójicamente, cuando hay tantas informaciones todo y nada es lo mismo. Habría que hacer una guía Michelin de Internet, una guía que indique cuales son las mejores páginas a seguir en cada materia.

– ¿Una etapa de la Historia a la que podríamos mirar para tomar como ejemplo, tal vez el Renacimiento?

– Sí. Si viajamos al Renacimiento nos encontramos con personajes  como Copérnico, como Galileo, que no estudiaban los cielos porque hubiese alguien que les pagara un dinero para que hicieran un descubrimiento. Lo suyo era curiosidad, puro deseo de saber. Por otro lado, en el Renacimiento los conocimientos, las distintas disciplinas, no estaban separadas. Leonardo da Vinci fue un pintor, un constructor, un arquitecto, un ingeniero, un escritor. Miguel Ángel también dominaba con brillantez distintas disciplinas. Lo que hoy nosotros separamos, en el mundo clásico y en el Renacimiento estaban juntos. El premio Nobel de química Ilya Prigogine ha escrito un maravilloso libro, “La nueva alianza”, donde señala que si nosotros no mantenemos juntos los conocimientos. la humanidad se deslizará hacia la barbarie.

– Antes hablábamos de cómo los gobernantes buscan pueblos incultos, más dóciles y fáciles de dirigir, pero la ignorancia también conduce a los fanatismos, a los extremismos. Lo hemos visto en el pasado y lo estamos viendo en la Europa actual. Da la impresión de que esos gobernantes no están siendo conscientes de ese peligro.

– Totalmente de acuerdo. Antes hablaba de los traficantes de certezas, los traficantes de verdad, porque justo los momentos de crisis, de incertidumbre, son momentos en los que es fácil la explosión irracional. Surgen líderes que empujan a la gente inculta a abrazar determinados fanatismos porque es en esas etapas de crisis cuando se crea la necesidad de tener puntos de referencia seguros. Por eso el fanatismo religioso, el fanatismo político y otros, encuentran hoy un campo de cultivo muy fértil. En el libro hay un capítulo precisamente sobre el fanatismo y la verdad y, como indico, para abordarlo sería suficiente con leer una impresionante narración de Boccaccio, “Los tres anillos”, donde se le pregunta a un judío cuál de las tres religiones es la verdadera y el judío contesta contando una historia en la que da a entender que el hombre nunca sabrá cuál es la verdad absoluta. Montaigne, también Giordano Bruno, nos enseñan que la mejor manera de encontrar la verdad es buscándola y que toda la vida andaremos detrás de una verdad que no se dejará atrapar, pero que es el camino hacia ella el que nos convertirá en hombres solidarios, hombres que piensan que para acercarse lo más posible a su centro es necesario conversar con otros hombres.

Los momentos de crisis, de incertidumbre, son momentos en los que es fácil la explosión irracional. Surgen líderes que empujan a la gente inculta a abrazar determinados fanatismos porque es en esas etapas de crisis cuando se crea la necesidad de tener puntos de referencia seguros. Por eso el fanatismo religioso, el fanatismo político y otros, encuentran hoy un campo de cultivo muy fértil.

– ¿La lectura, la literatura, no es una forma de buscar la verdad y de estimular el diálogo con los otros?

– Por supuesto. Cuando yo hablo del hecho de que la lectura de un libro, de que el encuentro entre un maestro y un estudiante, pueden llegar a cambiar la vida de una persona no hablo de algo abstracto, es algo que yo he vivido en mi propia piel. Yo nací en un pequeño pueblo del sur, en una casa sin libros, de padres que habían dejado de estudiar a los 12, 13 años. En mi pueblo no había bibliotecas y en esas circunstancias nadie podía imaginar un futuro para mí en la dirección que he tomado. El nacimiento de la Universidad de Calabria en los años 70, en una región pobre, ha permitido a muchos jóvenes como yo ir a la universidad y encontrar allí a buenos profesores leyendo y recomendando libros maravillosos que han cambiado nuestras vidas. Yo he entendido muchas cosas y estoy convencido de que, a pesar de todo, la lectura de un clásico, la literatura, la filosofía, el arte, la música, todos esos conocimientos inútiles que conforman la cultura, pueden crear en nosotros unas reacciones, una conciencia que nos lleve a comprender mejor el mundo en el que vivimos y el corazón del ser humano.

– Si tuvieras que elegir un solo libro, un libro poderoso, ¿cuál sería?

– Es difícil que en el camino haya solo un libro. Hay muchos y cada uno de ellos es importante en fases concretas de la vida. Una de las obras que siempre he amado ha sido el “Orlando furioso”, de Ariosto, pero también me han acompañado las “Memorias de Adriano”, de Yourcenar, o un clásico sobre el que he escrito en mi libro, “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez. Tampoco me puedo olvidar de los poetas, tantísimos poetas, ni de otros escritores a los que tanto he amado como Cervantes. Don Quijote ha sido para mí una lectura extraordinaria. Mientras trabajaba en este ensayo sobre lo inútil, con esa idea en mi cabeza, me di cuenta de que no existe un héroe más famoso de lo inútil que el Quijote. Sus acciones reflejan sus valores. Él no quiere ganar nada con ellas. Simboliza todos esos actos que pareciendo inútiles pueden llegar a cambiar a veces la vida humana. Pensemos, por ejemplo, en esa famosa fotografía de la plaza de Tiananmen donde un joven se pone delante de los tanques y es capaz de bloquearlos. Esa parecía la acción de un loco y, sin embargo, diez años más tarde, esa imagen fue la portada del “Times”, que vio en ella una de las instantáneas que más han condicionado el siglo pasado.

Fuente: https://lecturassumergidas.com/2014/01/26/nuccio-ordine-la-cultura-es-peligrosa-para-la-clase-politica/

 
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Libros: En Qué Creen Los Que No Creen, del autor Umberto Eco

Europa/ Italia/Julio del 2016/Reseñas/http://www.elresumen.com/libro

Resumen:

Un representante singular de la cultura laica, Umberto Eco, y un príncipe de la Iglesia, Carlo Maria Martini, han volcado en estas páginas sus reflexiones acerca de la ética y sus fundamentos en el fin del milenio.

A modo de diálogo epistolar, con absoluta libertad dialéctica, debaten algunos de los valores que se cuestiona el hombre contemporáneo; entre otros: los confines de la vida humana según la tradición teológica y el desafío tecnológico, las limitaciones impuestas a las mujeres por la Iglesia y el sentido de la fe, tanto para quienes creen como para quienes no creen (o creen que no creen).

A este intenso epistolario público se suman las voces de un coro variopinto y curiosamente armonioso, compuesto por dos filósofos (E. Severino y M. Sgalambro), dos periodistas (E. Scaltari e I. Montanelli) y dos políticos (V. Foa y C. Martelli), que puntualizan y amplían las conclusiones de Eco y Martini.

Acerca del autor:

Umberto Eco se destacó como crítico literario y semiólogo mucho antes de ser reconocido como escritor. Se hizo mundialmente conocido con la novela “El nombre de la rosa” (1980), la cual fue llevada al cine seis años después.

 

Fuente:http://www.elresumen.com/libros/en_que_creen_los_que_no_creen.htm

Fuente imagen http://www.labartolina.com.mx/bartolina/wp-content/uploads/2016/03/umberto-eco.png

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Libro: Cuentos para Jugar, del autor Gianni Rodari

Europa /Italia/ Julio del 2016/Gianni Rodari/www.elresumen.com

Resumen:

Esta obra recoge veinte cuentos cuyos desenlaces quedan abiertos a tres finales distintos; un original recurso que ha servido para estimular la creatividad literaria de lectores de todo el mundo.

En ellos, Gianni Rodari deja retazos de su llamamiento a la cordialidad, la generosidad, imaginación y honradez.

Cada cuento tiene tres finales, a escoger. En las últimas páginas el autor ha indicado cuál es el final que él prefiere.

El lector lee, mira, piensa y si no encuentra un final a su gusto puede inventarlo, escribirlo o dibujarlo por sí mismo. Estas historias se publicaron con la amable autorización de la RAI (Radio-Televisión Italiana). De hecho, fueron escritas para un programa radiofónico que se titulaba precisamente ‘Cuentos para Jugar’, que fue emitido en los años 1969-70. Estos mismos cuentos aparecieron después en el Corriente dei piccoli.

Nombre completo: Gianni Rodari
Fecha de nacimiento: 23 de octubre de 1920 / Lugar de nacimiento: Omegna
Murió: 14 de abril de 1980 en Roma, Italia
Géneros literarios: Cuentos Infantiles – Literatura Infantil
Gianni Rodari fue escrhttp://ccet-aecid.hn/wp-content/uploads/2013/10/Cuentos-para-jugar.jpgitor, maestro y pedagogo. En 1970 este autor fue distinguido con el prestigioso Premio Hans Christian Andersen. Su principal obra teórica es ‘Gramática de la fantasía’

Fuente:http://www.elresumen.com/libros/cuentos_para_jugar.htm

Fuente imagen:http://ccet-aecid.hn/wp-content/uploads/2013/10/Cuentos-para-jugar.jpg

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Italia- FAO: Reducir la brecha entre los bosques y la agricultura para mejorar la seguridad alimentaria

Italia- Roma/19 julio 2016/Fuente: FAO

La FAO pide una mejor coordinación entre ambos sectores para lograr sistemas agrícolas y una gestión forestal sostenibles

La agricultura sigue siendo la causa principal de la deforestación a nivel mundial, y ello hace necesario promover con urgencia interacciones más positivas entre ésta y los bosques para crear sistemas agrícolas sostenibles y mejorar la seguridad alimentaria. Este es el mensaje clave del informe de la FAO “El estado de los bosques del mundo” (SOFO), presentado hoy al inicio del 23º período de sesiones del Comité de Bosques (COFO) de la FAO.

Los bosques desempeñan un papel clave en el desarrollo agrícola sostenible a través de diversas vías, incluyendo el ciclo del agua, la conservación del suelo, la captura de carbono, y el control natural de las plagas, además de influir en el clima local y proteger el hábitat de los polinizadores y otras especies.

«La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, así como el Acuerdo de París sobre el cambio climático, reconocen que ya no podemos abordar por separado la alimentación y la gestión de los recursos naturales» aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva al intervenir en la apertura del Comité Forestal. «Ambos acuerdos requieren un enfoque coherente e integrado sobre la sostenibilidad en todos los sectores agrícolas y sistemas alimentarios. En este sentido, los bosques y la silvicultura desempeñan un papel clave».

«El mensaje clave del SOFO -añadió- es claro: no es necesario talar los bosques para producir más alimentos».

La agricultura representa la parte principal de la conversión de los bosques a otros usos. Según el último SOFO, en las zonas tropicales y subtropicales la agricultura comercial a gran escala y la agricultura local de subsistencia son responsables de cerca del 40 y del 33 por ciento de la conversión de los bosques, respectivamente, siendo el 27 por ciento restante debido al crecimiento urbano, la expansión de las infraestructuras y la minería.

Por otro lado, el informe subraya cómo los bosques cumplen muchas funciones ecológicas vitales que benefician a la agricultura e impulsan la producción alimentaria.

«La seguridad alimentaria puede lograrse a través de la intensificación agrícola y otras medidas como la protección social, más que con la expansión de las áreas agrícolas a expensas de los bosques», advirtió Eva Müller, Directora de la División de Políticas y Recursos Forestales de la FAO. «Lo que necesitamos –añadió- es una mejor coordinación intersectorial de las políticas en materia de agricultura, silvicultura, alimentación y uso de la tierra, una mejor planificación de este uso, marcos jurídicos eficaces y una mayor participación de las comunidades y pequeños propietarios locales».

«Los gobiernos –subrayó Müller- deben proporcionar a las comunidades locales no sólo una tenencia segura de la tierra, sino también derechos de tenencia segura de los bosques. Un campesino es el que mejor sabe cómo gestionar sus propios recursos, pero a menudo carece de instrumentos legales para hacerlo».

Mejorar de la seguridad alimentaria, mientras se frena la deforestación

Los bosques bien gestionados tienen un enorme potencial para promover la seguridad alimentaria. Además de sus contribuciones ecológicas vitales, los bosques contribuyen a los medios de subsistencia rurales y la mitigación de la pobreza a través de los ingresos generados con la producción de bienes forestales y servicios ambientales. Cerca de 2 400 millones de personas dependen de la leña para cocinar y para esterilizar el agua. Y los alimentos de los bosques aportan proteínas, minerales y vitaminas a la dieta rural y pueden servir también como redes de seguridad en períodos de escasez de alimentos.

Según el SOFO, más de 20 países han obtenido éxito desde 1990 al mejorar sus niveles nacionales de seguridad alimentaria y al mismo tiempo mantener o aumentar la cubierta forestal, demostrando así que no es necesario talar los bosques para producir más alimentos. Doce de estos países aumentaron su cubierta forestal en más de un 10 por ciento: Argelia, Chile, China, República Dominicana, Gambia, República Islámica del Irán, Marruecos, Tailandia, Túnez, Turquía, Uruguay y Viet Nam.

Todos estos logros se basaron en un conjunto similar de herramientas: marcos eficaces, tenencia segura de la tierra, medidas para regular los cambios del uso del suelo, incentivos normativos para la agricultura sostenible y la silvicultura, financiación adecuada, y una clara definición de los roles y responsabilidades de los gobiernos y comunidades locales .

Estudios de caso que muestran éxitos

El informe cita estudios de caso de siete países –Chile, Costa Rica, Gambia, Georgia, Ghana, Túnez y Viet Nam– que ilustran las oportunidades para mejorar la seguridad alimentaria y aumentar o mantener la cubierta forestal. Seis de estos países lograron un cambio positivo en el período 1990-2015 en dos indicadores de la seguridad alimentaria -la prevalencia de la subalimentación y el número de personas subalimentadas-, así como el aumento de la superficie forestal. Gambia, el único país de bajos ingresos del grupo, logró alcanzar el primer objetivo de reducir a la mitad la proporción de personas que padecían hambre en el mismo período.

Viet Nam, por ejemplo, ha implementado con éxito una reforma para proveer de tenencia segura de la tierra como forma de fomentar la inversión a largo plazo. Este proceso estuvo acompañado por un cambio desde la silvicultura estatal a la de múltiples partes interesadas, con la participación activa de las comunidades a nivel local, incluyendo un programa de asignación de tierras forestales y contratos de protección forestal con familias locales. La reforma de la tenencia de la tierra se combinó también con instrumentos normativos para aumentar la productividad agrícola, como la exención de impuestos sobre la tierra, créditos blandos, promoción de las exportaciones, precios garantizados, apoyo a la mecanización y reducción de las pérdidas post-cosecha.

En Costa Rica, la deforestación alcanzó su nivel máximo en la década de 1980, debido principalmente a la conversión de la cubierta forestal en pastos. Desde entonces, el país ha invertido esta tendencia en gran parte debido a la ley forestal, que ahora prohíbe el cambio de uso de los bosques naturales, y su sistema de Pagos por Servicios Ambientales (PSA), que ofrece a los agricultores incentivos para plantar árboles y apoya la conservación del bosque . Como resultado, la cubierta forestal ha aumentado hasta casi el 54 por ciento de la superficie terrestre del país en 2015.

En Túnez los planes nacionales de desarrollo reconocen el papel beneficioso de los bosques al proteger la tierra contra la erosión y la desertificación. La producción agrícola se ha incrementado gracias a la intensificación, que hace un mejor uso de las tierras agrícolas existentes con regadío, fertilizantes, mecanización, semillas mejoradas y mejores prácticas agrícolas. Los incentivos para crear plantaciones forestales en el país incluyen plantones gratuitos y la compensación por la pérdida de ingresos agrícolas.

Fuente de la Noticia:
http://www.fao.org/news/story/es/item/425850/icode/?utm_content=bufferd4a30&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer
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De la Quadra Salcedo y el ministro de Cultura italiano reciben la Gran Cruz de Alfonso X

Italia/ abc.es/ 13 de Julio de 2016

El aventurero español recibió el homenaje a título póstumo «por consolidar el intercambio cultural entre todos los países de habla hispana»

El ministro de Cultura de Italia, Dario Franceschini, y el aventurero Miguel de la Quadra-Salcedo, a título póstumo, han recibido hoy la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, que premia a quienes se hayan distinguido por sus servicios en España o en el ámbito internacional en la cultura, la ciencia o la educación.

«Si en el fútbol a veces jugamos en equipos diferentes, en el ámbito cultural tenemos que jugar en el mismo y esta condecoración es un compromiso de ello», ha dicho en el acto Franceschini, que ha recibido la distinción por su ayuda para recuperar 13 de las 14 obras del artista palentino Victorio Machosustraídas en Roma el pasado 11 de abril.

En la ceremonia, tanto él como el ministro de Educación, Cultura y Deporte español, Íñigo Méndez de Vigo, han insistido en la necesidad de una «colaboración más estrecha» entre ambos países.

«Vivimos en un tiempo en el que los bienes culturales son golpeados por los terroristas, precisamente porque son el símbolo de culturas y maneras de vivir diferentes, por ello debemos invertir en cultura y en educación», ha recordado Franceschini.

El periodista Miguel de la Quadra-Salcedo, que ha estado representado por su hija Sol, fue distinguido con la condecoración por consolidar el intercambio cultural entre todos los países de habla hispana, incluidos Brasil y Portugal, gracias a la Ruta BBVA.

«Es un gran español a quien recurrimos siempre para ser mejores españoles. Es el mejor exponente de este Ministerio, ya que representa la figura del excelente deportista, la gran labor como periodista, y el maravilloso proyecto de la Ruta Quetzal», ha indicado Méndez de Vigo.

En el acto se han entregado dos Encomiendas con Placa al embajador de la República de Polonia en España, Tomasz Arabsky, y al conservador-jefe del departamento de Pintura del siglo XVIII del Prado, Juan José Luna.

Se han impuesto también trece Encomiendas que reconocen las carreras de los expresidentes de los Consejos Escolares de Murcia (Luis Navarro), Aragón (Rosa María Rodríguez y Marino Andrés), Baleares (Jordi Llabrés), Extremadura (Juan Carlos González), Navarra (Pedro José González), Madrid (Gabriel Fernández), Cantabria (Raúl Fernández) y Valencia (Francisco Baila).

El exalcalde de Cedeira (A Coruña) Leopoldo Rubido; el consejero de la Presidencia de la FIAB, Jorge Jordana; el director del departamento de Tecnología del CERN, José Miguel Jiménez, y la comisaria de la exposición de El Bosco en el Prado, Pilar Silva, han sido los otros distinguidos con una Encomienda.

Además, también se ha entregado la placa de honor al Instituto de Enseñanza Secundaria Alfonso X El Sabio de Murcia.

Fuente: http://www.abc.es/cultura/abci-quadra-salcedo-y-ministro-cultura-italiano-reciben-gran-cruz-alfonso-201607121720_noticia.html

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Italia: Apple to open iOS App Development Center in Italy this October

Europa/Italia/Julio 2016/Autor: Mike Wuerthele / Fuente: appleinsider.com

Resumen:  Un alto directivo de Apple, Luca Maestri, ha declarado a la Universidad italiana de Nápoles Federico II, como el lugar para la primera incubadora de talento de codificación iOS en Europa, preparado para abrir sus puertas en pocos meses.

The Apple-sponsored site will support educators, as well as providing a curriculum for attendees of the college. Furthermore, Apple will partner with companies and organizations in Italy to enhance the educational materials presented, and to assist in finding opportunities for graduates.

At launch, 200 new students will be selected to participate in the nine-month class, with applicants from all over Europe invited to apply and take the admissions test. The university is seeking faculty for the program as well, according to Macerkopf.

«We are thrilled to be working with University of Nales Federico II to launch the first iOS Developer Academy in Europe,» said Apple’s Chief Financial Officer Luca Maestri. «Some of the most creative developers in the world come from Europe, and we are confident this center will help the next generation get the skills they need for success.»

The University of Naples Federico II is the oldest public university in the world, and is the third university in Italy ranked by enrolled students. It currently has a computer science department, but nothing else similar to Apple’s condensed developer program.

«Europe is home to some of the most creative developers in the world and we’re thrilled to be helping the next generation of entrepreneurs in Italy get the skills they need for success,» said Apple CEO Tim Cook when the program was initially announced in January 2016. «The phenomenal success of the App Store is one of the driving forces behind the more than 1.4 million jobs Apple has created in Europe and presents unlimited opportunities for people of all ages and businesses of all sizes across the continent.»

Apple also claims that the App Store is responsible for the creation of more than 75,000 jobs in Italy. Notable Italian developers include IK Multimedia and travel app purveyor Musement.

Apple expects expansion of the iOS App Development Center model in other European countries. No additional locations are known at this time. Several initiatives are underway in India, with a large design and development accelerator scheduled to open in Bengaluru in 2017.

Fuente de la noticia: http://appleinsider.com/articles/16/07/08/apple-to-open-ios-app-development-center-in-italy-this-october-

Fuente de la imagen: http://photos.appleinsidercdn.com/gallery/17498-15077-universityofnaples_720-l.jpg

 

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Feminismos Europeos 1700-1950 «Una historia política»

por OFFEN,KAREN

ISBN: 9788446032694
Editorial: AKAL
Fecha de la edición: mayo 2015
Encuadernación: 00
Nº Páginas: 560
Colección: FUniversitaria
En esta ambiciosa obra, rescata Karen Offen la historia de las luchas que libraron las mujeres europeas (y también los hombres) en contra de la dominación masculina. A lo largo de un recorrido de 250 años -desde la Ilustración hasta la era atómica-, la autora se marca diversos objetivos. Para lectores menos especializados y para aquellos que estén interesados ante todo en la crónica histórica, ofrece un estudio comparativo de gran aliento sobre los desarrollos feministas en las distintas sociedades europeas, así como una relectura de la historia europea desde una perspectiva feminista. En otro nivel, al ofrecer un análisis histórico amplio y preciso, el libro pretende desenmarañar algunas percepciones erróneas y arrojar luz sobre algunos confusos debates contemporáneos sobre la Ilustración, la razón, la naturaleza, la igualdad frente a la diferencia, y lo público frente a lo privado. La autora plantea que los feminismos históricos tienen mucho más que ofrecernos que meras paradojas lógicas y contradicciones, que tienen mucho más que ver con la política sexual que con la filosofía. Las victorias feministas no están relacionadas, en sentido estricto, con esgrimir las razones correctas, ni el género es tan solo «una categoría útil de análisis»; la diferencia sexual se encuentra en el corazón mismo del pensamiento y la política humana.

Fuente:

http://www.libreriaalberti.com/libros/feminismos-europeos-1700-1950-una-historia-politica/9788446032694/

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