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Publicación del estudio sobre la situación educativa de la juventud sorda en España

22 Junio 2021 · CNSE-Confederación Estatal de Personas Sordas

El objetivo de este estudio es conocer la situación actual de este colectivo joven en el ámbito educativo, los recursos de accesibilidad y soportes a la inclusión existentes, además de la repercusión en su rendimiento educativo.

El ‘Estudio sobre la situación educativa de la juventud sorda en España’ parte de la experiencia académica del propio alumnado sordo para analizar cómo repercuten en su rendimiento académico las políticas de inclusión educativa que se llevan a cabo desde las diferentes Administraciones Educativas, e identificar aquellas estrategias que permitan a estas alumnas y alumnos participar de una educación equitativa, inclusiva y de calidad que de respuestas a sus necesidades y demandas.

Estudio sobre la situación educativa de la juventud sorda en España

El presente “Estudio sobre la situación educativa de la juventud sorda en España” es una iniciativa y ha sido elaborada por la CNSE, Confederación Estatal de Personas Sordas, y su comisión de Juventud Sorda (CJS-CNSE), realizada en colaboración con el Equipo de Estudios e Investigación Social de ILUNION Tecnología y Accesibilidad, y financiada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de su convocatoria de subvenciones para la realización de programas de interés general, con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del IRPF del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, y la Fundación ONCE.

El objetivo general del estudio es conocer la situación actual de la juventud sorda en el ámbito educativo, los recursos de accesibilidad y soportes a la inclusión existentes, su disposición en la práctica, barreras y aspectos facilitadores, y la repercusión de estos factores en su rendimiento educativo.

Para ello, la metodología del estudio combina diferentes vertientes. Como punto de partida, revisión del conocimiento disponible: se han analizado datos y fuentes estadísticas, estudios e informes, junto al marco legislativo.

Se celebró una sesión de debate grupal (grupo de discusión) con estudiantes sordas y sordos signantes, con el objetivo de explorar las cuestiones más relevantes en su experiencia educativa en las distintas etapas. Se realizó, asimismo, un cuestionario (encuesta) orientado a captar, en términos más  amplios, la experiencia educativa de la juventud sorda. El cuestionario recabó 127 respuestas válidas: se trata en la práctica de un acercamiento cualitativo complementario en los resultados, sin pretender una representatividad de tipo estadístico.

Se han llevado a cabo además 6 entrevistas con informantes clave, de diferentes ámbitos: académico, educativo y asociativo.

Es preciso agradecer la perspectiva experta aportada por Marta Vinardell, Lourdes Gómez, Teresa López, Antonia Espejo, Enrique Huertas, Gerardo Echeita y Mónica Rodríguez, así como agradecer también su participación a los informantes del cuestionario y del grupo discusión.

Mediante la consideración cruzada de cada una de estas vertientes metodológicas se trata de realizar un mejor acercamiento al objeto de estudio, desprender conclusiones y aprendizajes para avanzar en inclusión y éxito en las trayectorias educativas de este colectivo. El enfoque empírico es eminentemente cualitativo.

La presente síntesis de resultados aporta, en primer lugar, elementos de enfoque teórico y una breve mención a la normativa de referencia. Se presentan, asimismo, las conclusiones y recomendaciones del estudio. La versión completa del estudio está disponible en el portal web de CNSE y en el del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

Podemos descargarnos este estudio en las dos versiones disponibles:

Fuente: https://www.discapnet.es/actualidad/2021/06/estudio-situacion-educativa-juventud-sorda-espana

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France: Déclaration de boycott du CT-MESR consacré aux « chaires de professeur junior »

Europe/France/25-06-2021/Auteur et Source: www.ferc-cgt.org

Le 18 juin 2021, le Comité technique du Ministère de l’Enseignement supérieur et de la Recherche (CT-MESR) est convoqué pour une présentation du projet de décret portant création des contrats de « chaire de professeur junior ».

Les organisations syndicales signataires de ce communiqué ont décidé de le boycotter.

Elles tiennent par cet acte à dénoncer publiquement :

D’une part les conditions de travail insoutenables, au niveau du rythme entre les différentes réunions de présentations des projets de décrets de la loi de programmation de la recherche. Réunions qui s’enchaînent telle une course poursuite en vue de comités techniques qui déferlent sur le mois de juin. Tout doit être réglé au plus vite. Cette précipitation est absurde et néfaste. Peu importent les imprécisions et les incohérences relevées dans les textes par les organisations syndicales.

Et surtout, d’autre part pour dénoncer leur opposition sans faille au projet de décret sur les chaires de professeurs juniors et de directeurs de recherche juniors (CPJ ou « tenure tracks »). Depuis le début des échanges sur la Loi de Programmation de la Recherche (LPR), la création de ce type de contrat « donnant vocation à accéder à l’emploi titulaire en qualité de professeur des universités ou assimilé et de directeur de recherche », tel que l’énonce le projet de décret, est rejeté par la totalité des organisations syndicales représentatives. Cette procédure contourne les instances normales de recrutement des fonctionnaires, en créant une voie parallèle de recrutement « hors statut ». Un chercheur ou une chercheuse en CPJ serait contractuel-le pendant 3 à 6 ans, avant de passer directement professeur ou professeure des universités ou directeur ou directrice de recherche : la titularisation en rang A via la précarité, ou la porte : quel progrès statutaire ! De plus la titularisation serait conditionnée à la satisfaction d’objectifs fixés dans une « convention » en termes de publications, valorisation, réponses à appels à projet… Le ministère introduit pour les CPJ des obligations de résultats en matière de recherche ! Une telle obligation de l’obtention de résultats, n’est pas seulement une absurdité en ce sens qu’il est impossible de prévoir l’issue d’une réelle aventure scientifique, mais traduit une méconnaissance dangereuse de ce qu’est la recherche en confondant ce qu’elle sous-tend avec ce qu’elle implique. Ces CPJ auront également un impact sur la situation du personnel en poste. Cette « innovation », tout comme le CDI de mission scientifique, est une violente attaque contre les statuts du personnel et va accroître la concurrence entre eux.

Dans un pays où le recrutement des chercheurs chercheuses, enseignantes-chercheuses et des enseignants- chercheurs est fait sous statut, recrutement envié internationalement, le modèle prévu dans le cadre des « chaires juniors » piétine les libertés académiques. Le modèle prévu est celui de la précarisation des débuts de carrières, à l’instar du modèle allemand qui est mis en avant par le ministère malgré ses conséquences néfastes pour le personnel et la recherche.

La logique qui prévaut dans ce décret repose sur le recrutement sur projet de recherche, alors que la logique de recrutement sur statut décorrèle le grade et l’emploi et garantit par là-même l’indépendance de la recherche.

Le décret s’évertue à essayer de concilier deux logiques irréconciliables car diamétralement opposées.
Les syndicats signataires en boycottant ce comité technique marquent leur profond désaccord avec la mise en œuvre d’une procédure actant la déconstruction des recrutements sur statut et par là même fragilisant le statut de fonctionnaire et les libertés académiques et de recherche.

Les syndicats signataires appellent les établissements et les organismes de recherche à ne pas mettre en place les chaires de professeurs juniors et de directeurs de recherche juniors.

Signataires : FERC CGT, SGEN CFDT, FSU, FO ESR, SUD Éducation et SUD Recherche

Source et Image: https://www.ferc-cgt.org/declaration-de-boycott-du-ct-mesr-consacre-aux-chaires-de-professeur-junior

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LGBTIQ: ¿Cambio de mentalidad en Suiza?

Por: Katy Romy

El 26 de septiembre el pueblo suizo votará sobre el matrimonio para todos. De este modo, la Confederación tendrá la oportunidad de ponerse a la par de otros países europeos en materia de derechos de las personas LGBTIQ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y queer).

En la actualidad Suiza es uno de los pocos países de la Europa Occidental que no permite el matrimonio a las parejas del mismo sexo. Estas personas solo pueden formar una unión registrada, es decir, una forma de vínculo que no les brinda los mismos derechos que el matrimonio ofrece a las personas heterosexuales. Pero esto podría cambiar el 26 de septiembre, cuando Suiza vote el proyecto de ley de ‘Matrimonio para todos’.

El texto, que el Parlamento aprobó en diciembre de 2020, prevé la apertura del matrimonio a las personas homosexuales. Además, facilitaría a las parejas de mujeres acceder a la donación de esperma, permitiría la adopción conjunta así como que el cónyuge obtenga la nacionalidad.

Un comité entre partidos –compuesto sobre todo por representantes de la derecha conservadora– ha puesto en marcha con éxito un referéndum contra esta ley. Consideran que el “matrimonio para todos equivaldría a abrir una brecha social y política que vaciaría de contenido la histórica definición del matrimonio, entendido como la unión duradera entre un hombre y una mujer”.

El pueblo deberá decidir en las urnas. Se trata de una decisión que las familias arcoíris suizas esperan con impaciencia para poder beneficiarse de una mayor seguridad jurídica.

La última pequeña victoria de la comunidad LGBTIQ tuvo lugar el 9 de febrero de 2020. Ese día la población suiza acordó en las urnas castigar la discriminación basada en la orientación sexual y el racismo.

Aunque todavía queda mucho por hacer para que las minorías sexuales y de género tengan plena igualdad de derechos, advierten los expertos en Suiza y en el extranjero.

No obstante, a pesar de los progresos continuos de la sociedad para aceptar la homosexualidad, la homofobia sigue siendo un problema en Suiza. La discriminación y los ataques verbales y físicos por la orientación sexual o la identidad de género marcan, todavía hoy, el camino de algunas personas.

“La característica de la homofobia y la transfobia es que el rechazo puede provenir de la propia familia”, dice Caroline Dayer, experta en cuestiones de violencia y discriminación, de género e igualdad.

Además, algunos movimientos religiosos ultraconservadores siguen siendo especialmente intolerantes hacia las minorías sexuales y, de manera más o menos transparente, practican a veces las terapias de conversión.

En los últimos años se han puesto en marcha medidas para combatir la homofobia, sobre todo en el contexto escolar. Son, a menudo, iniciativas privadas basadas en el voluntariado, como la de la asociación bernesa ABQ.

En el pasado, Suiza estuvo a la vanguardia de los derechos de las personas LGBTIQ. En 1942 (en un momento en que en los países vecinos la represión contra las personas homosexuales era feroz) Suiza despenalizó la homosexualidad. Y cuando en 2007 introdujo la unión registrada [las parejas de hecho], la Confederación se convirtió en el primer país del mundo en reconocer de forma directa y masiva a las parejas del mismo sexo. El 58% votó a favor.

Desde enero de 2018, las personas homosexuales tienen derecho a adoptar al hijo (o hija) de su pareja. Sin embargo, ser pareja inscrita no pone en el mismo plano de igualdad a las personas homosexuales y a las heterosexuales. Ya que esta unión civil no permite a las parejas del mismo sexo adoptar o beneficiarse de la reproducción asistida. Esto hace que muchas parejas opten por soluciones alternativas, y sobre todo que recurran a bancos de esperma en el extranjero.

Fuente e imagen: https://www.swissinfo.ch/

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Las madres de niños con necesidades especiales se organizan contra la soledad de los cuidados

Por: Sarah Babiker

Los cuidados de la infancia con necesidades especiales son a menudo asumidos en solitario por las madres. Ante la no implicación de los padres, y la falta de acompañamiento institucional, muchas apuestan por la organización colectiva y el apoyo mutuo.

“Lo logré después de mucho pelear” es una expresión que se repite con cierta frecuencia conversando con madres de hijas e hijos con necesidades especiales. Las circunstancias, limitaciones, desafíos y recursos de estos menores son muy diversos pero sin embargo hay algo que les une: no lo tienen nada fácil. Tampoco es fácil para quienes asumen sus cuidados: la distancia entre lo que necesitan estas niñas y niños y lo que las administraciones ofrecen, la suplen, habitualmente, los esfuerzos y la dedicación de la familia. Y más que la familia, en muchas ocasiones, la madre.

Hace unas semanas nacía en Barcelona el Sindicat de Mares en la Diversitat Funcional. María Herrero, una de sus promotoras, apostaba de esta manera por el apoyo mutuo y la politización del colectivo para visibilizar el problema e influir sobre las políticas públicas con una perspectiva feminista. Tenía como referente la experiencia del Sindicato de Inquilinos, y la convicción de que eso que le pasaba a ella —verse sola ante los cuidados de su hijo autista, por la ausencia de implicación del padre— le tenía que pasar a más gente.

Con una amiga prepararon un mail, se trataba de un ejercicio de boca a oreja para encontrar madres de hijos e hijas con diversidad funcional en la misma situación, es decir, solas con los cuidados. De ahí salió un grupo de whatsapp en el que tramar juntas: “nos atraviesan cosas que tienen que ver con el machismo y tienen que ver con la discapacidad y con los cuidados, por ejemplo, la invisibilidad, que en nuestro caso es enorme, entre que somos pocas y no tenemos tiempo por el trabajo a destajo y la sobrecarga”.

“No hay una mirada social que penalice mínimamente a los padres por desentenderse de los cuidados, no digo que les condenen ni les den latigazos, pero sí ese control social de pensar: qué bestia, ha dejado a su hijo”

Cuando el ex compañero de María desapareció unos meses dejándola sola en el cuidado de su hijo, en su centro educativo le dijeron que de todas formas, el niño estaba claramente mejor con ella, que había mejorado mucho. Ese comentario, esa mirada, no era lo que ella necesitaba: “no hay una mirada social que penalice mínimamente a los padres por desentenderse de los cuidados, no digo que les condenen ni les den latigazos, pero sí ese control social de pensar: qué bestia, ha dejado a su hijo”, en definitiva, una mirada feminista que exija lo mismo a madres y padres.

Para visibilizar y hacer políticas públicas que aborden estas situaciones quieren datos. Datos que den cuenta de la situación en familias entre las que cada vez son más las monomarentales: “para ser monoparental en Catalunya el padre debe de aportar menos de 175€ al mes. Una de las reivindicaciones a nivel más práctico es que si hay hijas o hijos discapacitados y el padre no se ocupa, la familia es monomarental, da igual lo que pague o no pague, porque el dinero es importante pero mucho más importante es tener tiempo, tener horas, tener vida”, afirma rotunda.

Extrema división sexual del trabajo

La de Ana, otra de las integrantes del Sindicato, no es una familia monoparental. “Nosotros nos concebimos como un equipo, él es el cazador que tiene que salir a cazar, y yo me quedo en casa cuidando de los niños, pero es que es así, no lo podríamos hacer de otra manera”. Los niños son dos: uno de 11 y otra de 5. Es la pequeña. Martina, quien precisa cuidados continuos desde que a los dos años le diagnosticaron diabetes infantil. “Los niños con diabetes tienen una situación super variable”, explica Ana. Hay que estar pendientes de su nivel de glucosa, de noche y de día. “De entrada, yo dejé de trabajar y de dormir”.

Cuando diagnosticaron a la pequeña estaba a punto de empezar el colegio. Sin embargo, no había noticias de que alguien iba a estar ahí, en el aula, para estar pendiente de que a Martina no le diese una subida peligrosa de azúcar: su madre se plantó un mes y medio en la puerta del colegio, subía cada hora y media para medir sus niveles de glucosa. A ella, que previamente trabajaba en un Centro de Educación Especial le dijeron en la mutua que lo de su hija no era para tanto, que casos mucho más duros habría visto en su trabajo. Mientras, Ana movía cielo y tierra para conseguir que se acompañara todo el tiempo a la niña. Lo consiguió.

Junto a un grupo de familias, esta madre reivindica las “necesidades sanitarias”, una figura que no existe y que lo que implica es un trabajo transversal entre las áreas de salud y las de asuntos sociales (en su caso, de la Generalitat), y que englobaría casos como los de su hija, que consideran, no deberían tramitarse por discapacidad o dependencia porque se tratan de una problemática distinta. También demandan que ante diagnósticos como el de Martina exista la figura de un acompañante de la familia para agilizar los trámites y que la familia pueda centrarse en los cuidados.

“Volvemos a dedicarnos a los cuidados de nuestros hijos porque las instituciones no nos dan una respuesta que nos ayude a poder conciliar y estamos aquí aparcadas. Y como estamos tristes y calladas pues tampoco hacemos mucho ruido. Y esto al sistema le va bien, tenernos calladas, ocupadas y tristes”, reflexiona Ana. Recuerda que esta vuelta, o radicalización de la división sexual del trabajo se cobra sus víctimas. “La ruptura de la relación, para muchas mujeres que han tenido que dejar de trabajar, las situa en una situación muy precaria económica y emocionalmente”. Y conservar el trabajo o los ingresos tampoco resulta fácil: Ana es interina, en estos días se abren los exámenes para entrar en la bolsa de trabajo, la sobrecarga ha hecho que se le pasara el plazo y se puede quedar sin su plaza, y por tanto sin prestación, con lo que esto supone para la economía familiar.

“Volvemos a dedicarnos a los cuidados de nuestros hijos porque las instituciones no nos dan una respuesta que nos ayude a poder conciliar y estamos aquí aparcadas. Y como estamos tristes y calladas pues tampoco hacemos mucho ruido. Y esto al sistema le va bien”

Políticas de trazo grueso

Por un lado pelear y pelear para conseguir cualquier cosa, por otro, miradas institucionales que no se adaptan a sus necesidades. “Mira María, lo que tengo ahora es un 38 y tú necesitas un 41, te va a doler” le dijo una trabajadora de la empresa que centraliza asistencia a domicilio a Herrero. La metáfora escondía una carencia: la de personal adecuado para trabajar con niños con trastornos de conducta, como es el caso del hijo de María. “Pues no lo cojo, pero entonces me quedo sin nada”, piensa. Aún recuerda cuando una de estas trabajadoras no especializadas acabó encerrada en la terraza del piso en pleno invierno.

A María le vuelve la angustia de ser imprescindible porque no se le provee ayuda que valga para ella y su hijo. Además, ha detectado cómo, cuando se le plantea ayuda, a través por ejemplo, de la ley de dependencia, se hace de tal modo que el agotamiento los cargan otras mujeres. Ante la recomendación de buscar un asistente personal para su hijo en el marco de la ley de dependencia averiguó en un par de empresas que si bien la prestación es de algo más de mil euros, el trabajador o trabajadora, ingresaría 570. “¿Perdona? Además las familias tendremos que pagar alguna cuota más. Es el modelo público privado de mercantilización. ¿Qué poder de cuidados puedes demandarle a alguien que está cobrando 7 euros la hora?”. Desde esa mirada crítica, una de las primeras cosas que ha hecho el sindicato ha sido reunirse con representantes del Servicio de Asistencia a Domicilio.

Herrero ha reflexionado sobre todo esto, entre sus lecturas, las críticas de Amaia Pérez Orzoco a la Ley de dependencia. Ante la nada previa, la economista feminista ofrece un balance general: “Mejor con la Ley de dependencia que sin la Ley de dependencia”. Lo dice con una cierta ironía antes de proceder a listar todas las deficiencias que entonces y ahora achaca a esta ley: la reprivatización de los cuidados, que vuelven al hogar, su mercantilización, y estar basada en salarios bajos y precarias condiciones laborales para trabajos feminizados y muchas veces racializados.

Pérez Orozco intuye que el foco de la ley se ha ido mucho hacia envejecimiento y se ha desdibujado en lo relativo a diversidad funcional. Además, “ha estado muy centrado en la dependencia y muy poco en la autonomía personal”, y por último, en términos de presupuesto “ha sido un brindis al sol”. En definitiva, para esta integrante de la colectiva XXK, la ley de dependencia fue resultado de las demandas feministas de abordar la cuestión de los cuidados, pero al final, si bien “como toda gran ley contribuyó a anclar el debate, también lo acotó”, limando su potencial transformador.

La cuidadora proveedora

Si la enfermedad de la hija de Ana es —al menos superficialmente— conocida, la de la hija de Sonia, una niña con el síndrome de Blount, es una enfermedad rara. Cuando a su hija le descubrieron esta afección, solo se conocían dos casos más en el Estado. Sus piernas no crecen bien, necesitan muchas intervenciones para ir enderezándolas, operaciones que le han hecho tener que ir en silla de ruedas, que generan dolores en espalda y cadera, que hacen complicada la vida. Un diagnóstico que a Sonia, vicepresidenta de la asociación leonesa Capacidad Positiva, le costó aceptar, y que el padre de la niña no supo asumir.

Llegó el divorcio y la monomarentalidad sobrevenida: y otra mujer dejando su trabajo y ocupándose netamente del cuidado de su hija. Del mismo modo que Ana tenía que subir cada rato a mirar el nivel de azúcar de su hija, Sonia tenía que poner a la suya al baño, y si había excursión, ahí estaba ella empujando su silla de ruedas. Ahora la niña tiene 17 años, y Sonia un trabajo donde no le ponen problemas con las horas que dedica a los cuidados. Pero no han faltado las peleas.

Uno de los pulsos más importantes fue con el instituto, a la niña le correspondía uno de educación especial: pero ella no tenía dificultades para seguir en un instituto convencional, y además el centro estaba a 25 km que debía recorrer en taxi. Para Sonia no tenía sentido, la niña podía ir a un centro educativo, cerca de su casa, donde también estudiarían sus amigas del colegio, al final consiguió que se aceptara esta opción. Otra pelea tuvo que ver con la casa, después de comprar el piso, no fue fácil convencer a la propiedad de hacer el edificio accesible para su hija. Otra batalla por dar: solo tiene una pegatina de discapacidad para poder aparcar en los espacios habilitados. Una pegatina que solo sirve para su coche. Si la lleva otra persona, ya no sirve. Si esa persona tiene que aparcar lejos de su lugar de destino y hay que andar un tramo, la chica necesitará la silla de ruedas.

Sonia también cobra una prestación de dependencia, cuenta que usa el dinero para las cosas que su hija necesita, fisioterapia, apoyo en los estudios, etc. Cuando cumpla 18 años se le acabará esa ayuda, queda poco. Respecto al certificado de discapacidad, se lo dan y se lo quitan según las operaciones que lleve. La de los papeles es otra pelea: “cualquier trámite son cuatro trámites”, ella está asesorada por su prima que es trabajadora social y se entera por la asociación, pero cada vez que va al hospital Niño Jesús ve a familias que intuye que no saben nada de estas ayudas, que no consiguen arañar ni un poco de apoyo del estado. A Sonia le sorprende que un niño con cáncer no tenga minusvalía, le preocupan los malabarismon para conciliar que puedan hacer todas esas familias.

El último apocalipsis de los cuidados

A María Herrero la idea del Sindicato o algún tipo de organización le rondaba ya desde hace un año, en la recta final del gran confinamiento, cuando todo empezaba a abrir salvo los colegios.  A la hija de Sonia el confinamiento le costó un empeoramiento general de su salud. No podía salir y caminar, sus músculos se atrofiaban, el cuerpo le dolía. En realidad, sí podía salir, contaba con un certificado médico para ello, pero el clima de control social  le disuadió de hacerlo: una adolescente por ahí, ¿qué pintaba?. Acostumbradas a ser invisibles, de pronto eran demasiado visibles.

Capacidad Positiva agrupa a familias monomarentales con hijos e hijas con diversidad funcional. Trata de visibilizar una realidad muy difícil. En este momento, de hecho, realiza un pequeño estudio sobre las redes informales que se pusieron en marcha al principio de la pandemia, cuando muchas madres se veían privadas de su principal apoyo en la crianza: sus madres y padres.

“Si tenemos que reducir nuestra jornada laboral para conciliar reducimos también nuestros ingresos, entonces… ¿Cómo afrontamos el gasto extra para pagar esas horas de cuidados en el domicilio?”

Pero el confinamiento fue solo una especie de momento de intensificación descarnada de lo que viene siendo una rutina, no poder descansar. Desde el Sindicat, María Herrero refiere a un estudio del ayuntamiento de Barcelona que apuntaba que las cuidadoras eran el colectivo con el peor estado de salud. En la entidad leonesa valoran: “los cuidados que precisa [un hijo o hija] en el domicilio no se los puede prestar un auxiliar con formación general sino que necesitan cuidados especiales y esos cuidados hay que pagarlos; el precio por hora se puede llegar a duplicar. Si tenemos que reducir nuestra jornada laboral para conciliar reducimos también nuestros ingresos, entonces… ¿Cómo afrontamos el gasto extra para pagar esas horas de cuidados en el domicilio?”. Una incógnita que arrasa con la energía y el tiempo de muchas familias, sobre todo, de las que solo cuentan con un sueldo.

Fuente e imagen: https://www.elsaltodiario.com

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Por una educación sexual transformadora, libre y para todes

Por: Ana Adom

 

La falta de educación sexual en la escuela se ha colado como noticia hasta los grandes medios, aunque desde prismas moralistas y heterocentrados. Los resultados de los últimos informes arrojan luz sobre la desastrosa situación de la educación sexual y sus consecuencias.

La falta de una Educación Sexual Integral (ESI) de calidad en las aulas sigue mostrando sus repercusiones negativas en las y los jóvenes residentes en el Estado Español. La transmisión de ETS en la juventud aumenta o el uso de protección disminuye. Aunque no sólo se trata de una cuestión de salud pública. La ausencia de una formación profunda deja la búsqueda del conocimiento en manos de instituciones tradicionalmente represivas, como la Iglesia (que controla casi un tercio de la educación) o de las industrias que se lucran en torno a la mercantilización de la sexualidad.

La situación de la ESI como contenido transversal no hace sino diluir las responsabilidades y las competencias sobre un tema central para el buen desarrollo personal y social de los alumnos y alumnas. Hasta ahora, la mayoría de propuestas educativas se han visto limitadas a unas pocas sesiones aisladas, escasas de tiempo y con contenidos muy mínimos, normalmente centradas en aspectos biológicos o de prevención y con una visión enfocada a la sexualidad heterosexual.

La ESI debería ser, ante todo, un espacio seguro de información y acercamiento donde se muestren no sólo los riesgos, sino también los aspectos más liberadores de las prácticas sexuales, señalando las opciones que existen junto con la importancia del respeto por los deseos y la integridad del resto, poniendo el consentimiento en el centro.

Además, profundizar en la importancia de los métodos anticonceptivos sin por ello perder de vista el placer, saliendo del coitocentrismo imperante, podría hacer mejorar la tendencia de los últimos años en la que las ETS aumentan entre los jóvenes.

A pesar de lo limitadísima que sigue siendo la formación en cuestiones afectivo-sexuales, en los últimos años han aparecido iniciativas de sectores conservadores posicionándose en contra de todo lo que signifique conocer y explorar mejor la propia sexualidad y las distintas posibilidades de disfrute.

Contra el pin parental, más educación sexual en las aulas

El Pin Parental presentado en 2019 por VOX y en constante debate en varias Comunidades Autónomas en las que gobierna la derecha, pretende limitar el acceso a cualquier contenido extracurricular que no esté previamente aceptado por los padres. Una propuesta que considera a les hijes como propiedad de sus adres y que atenta contra su propio desarrollo y educación. Unas familias con mínimos conocimientos de educación sexual, con poco tiempo para tratarlos, con prejuicios aún persistentes, con grandes diferencias sociales y generacionales no son el lugar más apropiado para concienciar y hablar sobre sexo de forma adecuada y libre.

Por otro lado, la aún predominante influencia de la Iglesia en la educación concertada de todo el Estado provoca que el acercamiento a las cuestiones sexuales sea, si es que existe, en ocasiones aún más retrograda. La exigencia de que los asuntos religiosos, incluida su moral conservadora, se mantengan en el ámbito de lo privado es absolutamente necesaria para quienes defendemos la libertad de expresión y el fin de la represión sexual e ideológica. Para ello es indispensable la separación total de la Iglesia de la educación y del Estado, también en las aulas.

Sin una formación de calidad que permita discernir y eliminar los elementos más perjudiciales de la sexualidad, niñas, niños y jóvenes con las redes sociales tan a mano acaban recurriendo a fuentes de información que refuerzan estereotipos, animan a prácticas poco saludables y reproducen con mayor fuerza las actitudes machistas y LGTBIfóbicas que ya encontramos de normal en nuestra sociedad.

Una Educación Sexual de calidad, abierta y libre, para todas y todos, adaptada a los niveles educativos y dispuesta a la colaboración ente alumnos, profesores y especialistas, es la base para una sociedad dispuesta a tumbar el heteropatriarcado y toda opresión que limite el disfrute y el goce, además de abrir la puerta a la organización para apropiarse del tiempo necesario para ello.

Fuente e imagen: https://www.laizquierdadiario.es

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CCOO: «La legislación homófoba aprobada en Hungría es un atentado a los Derechos Humanos»

El 12 de noviembre de 2020, la Comisión Europea (CE) publicaba su primera estrategia para la igualdad de personas lesbianas, gais, bisexuales, trans, no binarias, intersexuales y queer (LGBTIQ), en la que se establecían acciones específicas de cara a luchar contra la discriminación, garantizar la seguridad y construir sociedades inclusivas para las personas LGBTIQ, así como hacer un llamamiento para conseguir la igualdad de las personas LGBTIQ en todo el mundo».

Comunicado

Como se subraya en esta estrategia, la Unión Europea (UE) «tiene que estar a la vanguardia de esfuerzos para proteger mejor los derechos de las personas LGBTIQ«, en un momento en que «la discriminación por motivos de orientación sexual, identidad/expresión de género y características sexuales está aumentando en la UE» y «hay una tendencia preocupante en algunas partes de la UE de incidentes anti-LGBTIQ más frecuentes, como los ataques a eventos públicos LGBTIQ, incluyendo las marchas del Orgullo, las llamadas declaraciones de zonas libres de ideología LGBTIQ» y «el aumento del movimiento antigénero (y antiLGBTIQ)» en todas las esferas de la vida, incluido el trabajo.

La igualdad y la no discriminación son valores esenciales y derechos fundamentales, y es responsabilidad compartida de las instituciones de la UE y los Estados miembros proteger estos derechos y garantizar la igualdad de trato y la igualdad de derechos para todo el mundo.

Sin embargo, vemos cómo gobiernos de varios Estados miembro continúan en su afán persecutorio al colectivo LGBTIQ, y cómo el de Hungría destaca por sus continuos atentados contra el espíritu y políticas europeas, los Derechos Humanos y el sentido común.

La extrema derecha lleva tiempo señalando a sus víctimas: personas LGTBIQ, mujeres, clase obrera organizada, personas migrantes y, en general, cualquier persona libre y demócrata que luche, bien con sus acciones de vida pública y privada, bien reivindicando, libertad, justicia e igualdad.

El gobierno de Viktor Orbán encuentra refrendo y apoyo en partidos de marcado carácter fascista en distintos lugares de la UE. También en España. Pero, como sucede en Hungría, una mayoría social, demócrata y proeuropea, está dispuesta a luchar y defender el acervo común de paz e igualdad que garantiza seguridad, derechos fundamentales, el fin del discurso y las acciones de odio y de la violencia.

Es inaceptable que el gobierno húngaro no reconozca la paternidad o el estatuto matrimonial de personas LGBTIQ, limitando así su derecho fundamental a circular libremente en la UE. Las organizaciones firmantes acogemos con satisfacción la iniciativa legislativa horizontal europea propuesta por la CE, con la que se reconocerá la paternidad entre los Estados miembros, y apoyaremos al gobierno de España y a la CE para que exijan a Hungría su cumplimiento.

Asimismo, queremos hacer mención específica a las personas LGBTIQ solicitantes de asilo, grupo especialmente vulnerable, que en el caso de Hungría se enfrentan a una doble discriminación legal y, con frecuencia, se ven en la diana de ataques de todo tipo alentados por el discurso del presidente Orbán. Dejamos constancia del apoyo, solidaridad y compromiso de todas las organizaciones firmantes.

Queremos también solidarizarnos con las organizaciones sindicales, políticas y sociales húngaras que luchan en las calles contra los ataques a la clase trabajadora en aquel país. Los derechos de los y las trabajadoras LGBTIQ forman parte de las reivindicaciones y el trabajo sindical, que enfrenta, también, el ataque a la negociación colectiva, una herramienta vital para asentar derechos en todas las esferas de la vida privada, familiar, social y laboral. Trabajamos y trabajaremos mano a mano con nuestros compañeros y compañeras húngaras que procuran un futuro mejor a su país, a través del diálogo, el esfuerzo y la defensa de los derechos cívicos y humanos.

Los medios de comunicación, la cultura y el deporte pueden contribuir a promover la tolerancia y la inclusión en nuestras sociedades. Sin embargo, el gobierno ultraconservador de Hungría practica de manera sistemática el acoso a estos sectores y ejercita numerosas formas de censura y represión directa o indirecta, frustrando la libertad de expresión y socavando el potencial que éstos ofrecen para construir sociedades más justas e igualitarias. También aquí, los ataques de Orbán, afectan al conjunto de la sociedad, y son inadmisibles en una sociedad democrática.

Las organizaciones firmantes se solidarizan con el pueblo húngaro, que sufre el abuso de la acción política ultraconservadora y antieuropea de su gobierno. Las decisiones antidemocráticas que lleva adoptando el Gobierno húngaro desde hace más de una década, deben urgir a las instituciones europeas a tomar urgentemente, cartas en el asunto y garantizar la protección de la ciudadanía húngara.

Fuente e imagen: https://www.tercerainformacion.es

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Entrevista a Alba Plata: «Los supervivientes al cáncer infantil sufren ansiedad, inseguridad, estrés y miedo a la recaída, al dolor, al qué va a pasar ahora…»

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