Vivimos en una época de grandes avances, en la que los cambios tecnológicos existentes, y en referencia a las tecnologías de visualización cerebral, tenemos la posibilidad de obtener un mayor conocimiento sobre cómo aprende nuestro cerebro.
Según Salas (2003), la Neurociencia hace referencia a un “conjunto de ciencias cuyo sujeto de investigación es el sistema nervioso, con particular interés en cómo la actividad del cerebro se relaciona con la conducta y el aprendizaje” (p. 156). Entendemos que el estudio del cerebro humano es un proceso realmente complejo, pero nos encontramos en un momento de crecimiento en el que gracias a los nuevos conocimientos aportados por la Neurociencia, disponemos de suficiente información empírica, que nos permite abarcar y poner en práctica distintos programas y metodologías educativas innovadoras y afines, a las competencias y necesidades personales y de aprendizaje que presentan nuestros alumnos.
Tal y como indica Lacoboni (2009) “Estamos en un punto en el que los resultados de la neurociencia pueden ejercer una influencia significativa en la sociedad y en la comprensión de nosotros mismos y cambiarlas” (Lacoboni, 2009,p. 260). El término Neurociencia también es definido por el doctor en Medicina y Neurociencia, catedrático de Fisiología Humana, Francisco Mora Teruel, siguiendo las ideas y planteamientos de Eric Kandel, premio Nobel de Neurociencia en el año 2000. Mora define la Neurociencia como un “conjunto de conocimientos sobre cómo funciona el cerebro y el producto de ese funcionamiento, que es el pensamiento, los sentimientos y la conducta humana”. (Mora, 2009, p.5).
En la actualidad, gran cantidad de especialistas de distintas disciplinas, (Jessell, Kandel & Schwartz, 1997; Beiras, 1998; Geake, 2002; Sierra & Sierra 2000); resaltan la necesidad de cambiar la forma de enseñar y de aprender en colegios y universidades. Destacan la importancia de generar y aplicar metodologías basadas en la información que podemos obtener sobre el funcionamiento del cerebro, incidiendo en cómo estas modificaciones en las sesiones, pueden mejorar el proceso educativo y de desarrollo de nuestros alumnos.
Autores como (Robinson, 2009; Mora, 2016 y Sáez, 2014); se incluyen en este grupo de profesionales, los cuales apuestan por una nueva visión de la enseñanza basada en el cerebro, la Neuroeducación. La Neuroeducación nace de los grandes avances descubiertos en los últimos 25 años en el estudio del funcionamiento del cerebro (Neurociencia), y esta demostrando la inefectividad de los modelos educativos tradicionales que imperan en las aulas.
La Neuroeducación, se ha desarrollado a través de la propia comunidad de maestros, al intentar hallar nuevos métodos educativos, basados en datos empíricos. De este modo observamos como la confluencia entre la educación y la Neurociencia, ofrece la posibilidad “de encontrar vías a través de las cuales poder aplicar en el aula los conocimientos que ya poseen sobre los procesos cerebrales de la emoción, la curiosidad y la atención, y cómo estos procesos se encienden y con ellos se abren puertas al conocimiento a través de los mecanismos de aprendizaje y memoria” (Mora, 2016, p.27)
De acuerdo con la Neuroeducación, la enseñanza debe potenciar y perfeccionar las habilidades propias y biológicas de cada sujeto, “porque cada cerebro es único y singular, y tiene un ritmo de maduración concreto, (…) cuando se utilizan estrategias en consonancia con la forma natural de aprendizaje de nuestro cerebro, el proceso se facilita” (Guillen, 2015). (Bueno 2015; Howard-Jones, 2011 y Sáez, 2014); añaden que la misión de la Neuroeducación es la de ayudar, ampliar y facilitar el aprendizaje, tanto para aprender como para enseñar, a partir de los descubrimientos obtenidos sobre el cerebro.
Es necesario resaltar, que en el ámbito de la Atención a la Diversidad, y en especial, en alumnos con dificultades de aprendizaje, la Neuroeducación puede influir de forma significativa en el proceso de detección e intervención de déficits en el aula; que puedan obstaculizar o disminuir distintas habilidades como la lectura, la escritura, el cálculo o aprendizaje, de manera temprana. Además de ayudar a “prevenir, reducir o mitigar todas aquellas consecuencias de vivir en ambientes estresantes y negativos o de constante amenaza, con lo que adquieren hábitos que influyen también de manera negativa en el desarrollo normal de sus cerebros” (Mora, 2016, p. 29).
Tenemos que tomar conciencia de que este nuevo planteamiento resalta la necesidad de trasformar la manera de educar y de trasferir el conocimiento, de “enterrar” y dejar de lado, los antiguos enfoques metodológicos tradicionales y diseños curriculares que imperan aún en la actualidad, y en la gran mayoría de aulas. Aunque no debemos de olvidar que estos cambios, para ser efectivos deben de ir acompañados de la formación adecuada a cada caso, con la perspectiva de que los docentes se aprovechen de estos nuevos conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro humano y como aplicarlos en el aula.
Es importante mencionar que estas metodologías insisten en la importancia de entender al alumno como un ser global, y cómo su formación en conceptos puramente académicos deben ir ligados a la comprensión del funcionamiento de su entorno cotidiano, tanto nivel conceptual como instrumental. ¨Muchas veces formamos a las personas para que sean grandes profesionales, pero nos olvidamos de que antes tienen que ser personas” (Sáez, 2014, p.79). De manera transversal y como señala Jesús C. Guillem, autor de diversos artículos pertenecientes a la Neuroeducación, y colaborador de Master Class realizada en la Universidad Internacional de Valencia (VIU), insiste en que los docentes han de ser capaces de fomentar aptitudes y valores correspondientes a la Inteligencia emocional, crear climas positivos de aprendizaje en los que los alumnos se sientan valorados, escuchados y respetados, fomentar la empatía y las habilidades emocionales que les permitan entenderse, valorarse y seguir motivados cuando algo no les sale como esperaban.
En el Máster Universitario de Necesidades Educativas Especiales y Atención Temprana de la VIU parte de la Neuroeducación, siendo aplicada a los alumnos con Necesidades Educativas Especiales, favoreciendo así su inclusión en el sistema educativo, teniendo a su disposición metodologías basadas en la Neurociencia.
Europa /España/Fuente:http://blogs.periodistadigital.com
Por: Bertrand Regader.
Un 20% de los alumnos, en alguna ocasión, han acosado activa o pasivamente a un compañero, según un estudio del Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar.
El acoso escolar, también denominado como “bullying”, es una lacra sigue ocurriendo entre las paredes de los centros educativos, y también fuera de ellos. La comunidad educativa debe tomar consciencia de este hecho y adoptar todas las medidas a su alcance para erradicarlo, así como toda las sociedad tanto docentes como padres deben implicarse al máximo en este asunto.
Bullying: una triste realidad en los centros educativos:
Este artículo tiene por objetivo realizar una clasificación de aquello que entendemos por acoso escolar.
Los cuatro apartados que exponemos únicamente son un punto de partida, sin embargo pueden ser asombrosamente efectivos si logramos que lleguen a nuestros alumnos y tomen consciencia de lo crucial del asunto, tanto de la detección como de la prevención del acoso escolar o bullying.
Tipos de acoso escolar:
Estos son los cuatro tipos de acoso escolar:
Bullying físico:
Esta forma de acoso consiste en la persecución constante hacia una persona pretendiendo tener contacto físico contra la voluntad de esta. Este tipo de acoso puede suceder dentro y/o fuera del centro educativo. Este maltrato es deliberado e intencionado, sus características son:
Acoso directo:
Se considera bullying directo el acoso basado en las siguientes acciones:
Golpear
Empujar
Escupir
Arañar
Tirar del pelo
Morder
Dar un puntapié
Dar una paliza
Acoso indirecto:
Espiar a un compañero
Escribir notas ofensivas y difamatoria
Seguir a un compañero por el centro
Robar o romper objetos de su propiedad
Pintar su nombre en paredes y muros
En definitiva, el acoso indirecto consiste en hostigar y vejar sistemáticamente a una persona, obtener información sobre el para difamarlo y humillarlo públicamente.
Bullying verbal:
Este tipo de acoso, aunque no es físico, resulta especialmente dañino para la persona que lo padece, por el menoscabo que supone para su autoestima. Consiste principalmente en los siguientes actos:
Burlarse de la víctima
Insultar
Poner motes peyorativos
Resaltar defectos
Amenazar
En este caso, el acoso es más difícil de detectar puesto que es muy habitual y no existe agresión física, la agresión es más de tipo psicológico y moral. Esta forma de humillación es sumamente dañina puesto que afecta a la autoestima de la víctima, sufriendo una estigmatización que puede repercutir en complejos profundos que le afectan gravemente.
Además, el menor perjudicado puede ver mermada su capacidad repercusión para establecer interacciones interpersonales y puede empeorar significativamente su rendimiento académico.
Bullying social:
El acoso social se centra básicamente en dañar la reputación de una persona, de forma que pueda ser excluido y marginado por el conjunto de compañeros.
Sus puntos característicos son los siguientes:
Dejar de lado a un compañero.
Manipular e influir a otros compañeros para que dejen al alumno de lado.
Propagar rumores, mentiras y calumnias sobre un alumno.
Avergonzar y ridiculizar a un alumno en público.
Acoso cibernético:
Acoso cibernético o ciberbullying. En este caso, dado el acceso a las nuevas tecnologías y la importancia social y comunicativa que desempeñan, en especial en la etapa de la adolescencia, tal vez sea el tipo de acoso más extendido y que va más en aumento.
Este tipo de acoso se extiende más allá del centro educativo y suele producirse fuera del horario académico. Con total seguridad es el más difícil de detectar, puesto que escapa al control de los docentes y de los adultos en general.
El ciberbullying consiste en usar las herramientas telemáticas para perjudicar a una persona, por ejemplo:
Facebook, Twitter…
WhatsApp
Skype
Blogs
Correo electrónico
Webs difamatorias
Llamadas acosadoras al móvil
Envío de fotos hechas con el móvil y utilizadas para amenazar
Colgar en Internet información personal
El cyberbullying es un tipo de acoso perfectamente intencionado y con un objetivo perjudicial para el acosado. En ocasiones es relativamente dificultoso encontrar la fuente acosadora, puesto que el agresor suele ampararse en el anonimato que le brinda internet y las redes sociales.
De igual manera, el avance de las tecnologías de la comunicación es tan rápido que a menudo la legislación en contra de este tipo de actividades se queda atrasada y es complicado poner freno a los acosadores. No obstante, en la actualidad esta forma de acoso puede ser constitutivo de un delito.
Medidas de prevención contra el acoso escolar:
A continuación enumeraré varias medidas prácticas para eliminar progresivamente el acoso de las aulas.
Los patios de recreo deben ser espacios de relación positiva, con una vigilancia adecuada y juegos cooperativos.
Para actuar de manera adecuada es necesario conocer los mecanismos de protección de la infancia (protocolos de actuación en situaciones de violencia dentro y fuera del ámbito educativo).
Educar en derechos a los niños y niñas previene la violencia entre pares.
Propiciar en los estudiantes la identificación y superación de estereotipos y prejuicios para Promover relaciones basadas en el respeto.
Realizar actividades específicas de sensibilización en el tema de la violencia y la convivencia.
También debemos ayudar a desarrollar en los niños y niñas habilidades personales para:
Promover la empatía. Buscando siempre el apoyo a la víctima y el rechazo de todas las actitudes violentas.
Fomentar la cohesión entre compañeros y las relaciones basadas en la solidaridad y el respeto mutuo. Un niño o niña que tenga amigos difícilmente será acosado.
Identificar las situaciones de violencia.
Expresar emociones para liberarse del sufrimiento y encontrar a personas que les ayuden.
Buscar y solicitar ayuda: No ocultar lo que sucede.
Ser asertivo: Defender los derechos sin vulnerar los de los demás.
Denunciar: Aprender que la denuncia es un paso necesario para superar las experiencias injustas y evitar otros delitos.
Diseñar estrategias educativas en el uso responsable y seguro de la red.
¿Qué hacer cuando se detecta un caso de bullying?
Ante la identificación del problema, los adultos debemos seguir una serie de pautas para intentar ayudar al menor acosado.
No minimizar la gravedad de las agresiones.
Observar de manera sistemática al niño o niña en todos los espacios.
Informar al tutor y al equipo directivo del centro, mediante una hoja de observación, donde se recojan los hechos y los implicados con la mayor precisión posible.
Intentar actuar lo más inmediatamente posible, tomando las medidas acordadas y dialogadas con la comunidad educativa para proteger a la víctima.
Hacer intervenciones individuales con las personas involucradas, las víctimas, los agresores y los observadores.
A modo de conclusión:
Con este artículo he pretendido ilustrar, tanto a los alumnos como docentes y padres, cuáles son los principales tipos de acoso escolar y proporcionar unas herramientas básicas para su identificación.
En conclusión, el acoso escolar o bullying es un problema en el que cabe profundizar en materia de prevención, detección y educación, para ello la comunidad educativa y la sociedad en su conjunto debe tomar consciencia de este problema a menudo invisible y destinar todos los recursos posibles para su erradicación en nuestros centros de estudio.
Europa/España/16 de agosto de 2016/Fuente: redaccionmedica
Juegos con payasos, parques infantiles, terapias con animales; todo vale para hacer más llevadero el tiempo de ingreso.
El ingreso hospitalario siempre supone una ruptura temporal con la rutina de cada persona. En el caso de los niños, ese cambio brusco, unido al motivo del internamiento, puede suponer un auténtico calvario que muchos profesionales y asociaciones intentan mitigar con propuestas que lo hagan más llevadero.
Teniendo en cuenta que se entiende por “niño” a toda persona menor de 18 años, es normal que dentro de las
unidades de hospitalización haya también separación por edades, diferenciando entre los más pequeños y los adolescentes. A este criterio se une el de la enfermedad por la cual se ha tenido que ingresar al menor. Precisamente para adaptar todo lo posible los distintos servicios a las necesidades del paciente, varios hospitales han creado una red de ofertas que intentan que estos pacientes rompan lo menos posible con su día a día y no recuerden los días de ingreso como algo traumático.
En este tipo de actividades se distingue a niños de adolescentes para adaptarla a sus características.
“Lo primero que hay que diferenciar son aquellas actividades que se ofrecen con un objetivo lúdico, de entretenimiento, de aquellas que son terapia y que buscan la recuperación o tratamiento de la enfermedad”, explica a LA REVISTA de Redacción Médica Núria Serrallonga, enfermera y psicóloga del Hospital San Joan de Déu.
Este centro concertado es uno de los paradigmas de la atención especializada para niños, y desde hace años trabaja en el proyecto Hospital Amigo, un “programa para intentar que los menores ingresados, en el hospital de día o en consultas externas, mantengan sus actividades de niños aunque estén enfermos. Lo que les toca por su edad infantil”, señala Serrallonga.
Oferta variada
Por ello, los menores tienen a su disposición talleres con fines lúdicos, salas de juego, equipos de música y musicoterapia, aulas de seguimiento escolar, ‘arteterapia’ o el equipo de ‘payapupas’, payasos de hospital que se están instalando también en otros centros españoles y que intentan sacar sonrisas a los más pequeños. Además, en el centro catalán han sido pioneros en instalar un modelo exportado de Estados Unidos llamado ‘Child-Life’ del que Serrallonga es coordinadora. “Es un programa con indicación para prepararles para una cirugía, un ingreso o unas pruebas diagnósticas, y ayuda a que el niño sepa lo que va a pasar y cómo será todo, el seguimiento post operatorio, explicarle cada procedimiento o tratamiento, en qué consisten y por qué se aplican. No es tan lúdico a nivel distractivo, pero tiene detrás una fundamentación para colaborar en esa estancia hospitalaria”, dice Serrallonga.
La enfermera afirma que lo que se intenta con ‘Hospital Amigo’ es acercarse a los niños de manera amigable, mostrando un hospital pensado para ellos, y como tal desarrollan sus actividades, diseñadas en principio para todos, aunque con ciertas restricciones. “Si hay un niño con una enfermedad infectocontagiosa y puede transmitírsela a otro, no podrá entrar en la sala de juegos, por ejemplo, del mismo modo que si está bajo de defensas, como ocurre con los pacientes oncológicos, tampoco podría acudir allí; pero en esos casos se les lleva la actividad a su habitación”, explica la especialista del centro catalán.
La proliferación de parques infantiles en los hospitales ha aumentado notablemente en los últimos años.
Jardines de altura y amigos de cuatro patas
Otra de las iniciativas que se ha ido abriendo paso en los centros españoles es la que desarrollan desde la Fundación Juegaterapia bajo el nombre ‘El jardín de mi hospi’, y que se ha propuesto sembrar las azoteas de muchos centros sanitarios de parques y jardines para los más pequeños ingresados. El 12 de Octubre de Madrid o el Hospital Universitario de La Paz ya tienen sus tejados “sembrados” de columpios y zonas de ocio para los menores, y está en proceso el correspondiente en el Hospital de La Fe de Valencia.
También el Hospital Ramón y Cajal inauguraba hace unas semanas una zona de juego educativapara los menores de la Unidad de Endocrinología y Diabetes Pediátrica. Esta ‘Play Zone’ busca también crear un entorno hospitalario más amable y acogedor para los pacientes.
Sin embargo, entre todas las propuestas que gestionan diferentes fundaciones y centros quizás la más llamativa sea la Terapia Asistida con Animales, una ‘perroterapia’ que está revolucionando el modo de afrontar la enfermedad en varios proyectos a nivel nacional. Uno de ellos es ‘Sonrisas perrunas: terapia asistida con perros para niños hospitalizados’, una iniciativa del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid que ha dejado entrar a los perros en el Hospital Gregorio Marañón –después de las autorizaciones correspondientes, estricto protocolo de zoonosis incluido-.
“Era un programa piloto que empezó el pasado mes de mayo. Hemos estado dos meses con dos sesiones semanales de una hora con pacientes del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente. Los profesionales, que han estado presentes viendo cómo se trabaja, querían que fuera algo muy lúdico para no cargar a los chavales de terapias. Han hecho un estudio y los resultados son muy positivos. La idea es que tras el verano continuemos en esa misma unidad y comenzar también en Psiquiatría de adultos y en rehabilitación infantil”, explica a este diario Luz Jaramillo, coordinadora de programas de la Asociación Perros Azules.
El programa se ha llevado a cabo en una terraza acondicionada del hospital, pero en caso de ampliarse a servicios como rehabilitación se trasladarán al gimnasio en el interior del centro, al igual que para el acompañamiento en pruebas diagnósticas y valoraciones de los pacientes más pequeños, momentos en los que los perros consiguen bajar los niveles de ansiedad de los niños. Como limitaciones solo existen dos muy establecidas: alergias claras y fobias, que hacen incompatible la terapia.
“Padres y niños están encantados. El hospital quería humanizar la visión de la unidad, complicada por los trastornos mentales con cuadros agudos que presentaban los chicos, y ha sido un éxito. La incidencia que tengamos va a depender un poco de la financiación externa que vayamos logrando, porque el sector está en auge y tenemos datos objetivos que avalan los resultados, pero tenemos que ir más allá del ‘qué bien se lo pasan los niños dándole premios al perro’. La idea es llegar a lo que se tiene en el Sant Joan de Déu, donde han sido capaces de crear una unidad canina dentro del propio hospital”, sentencia Jaramillo.
No son los únicos ejemplos, ya que tanto el Hospital de Villalba como el de Torrejón también han apostado por los terapeutas de cuatro patas para los menores en sus instalaciones, el primero para un ensayo clínico con niños que sufren síndrome de intestino irritable y dolor abdominal y el segundo en procesos rehabilitadores tras una cirugía.
Mientras estas terapias se van implantando, los niños que se vean obligados a pasar un tiempo ingresados deberán tener, según los estándares de calidad del Ministerio de Sanidad, algunos recursos siempre disponibles. Además de poder estar acompañados por padres y familiares las 24 horas al día y tener contacto con compañeros, hermanos o amigos, deberán disponer de libre acceso a ordenadores con conexión a internet, televisión, consolas de videojuegos y lectores de DVD, cualquier recurso que pueda hacer de su periodo de estancia en el centro una simple etapa más en su desarrollo y que le permita seguir con su vida habitual.
Europa/España/16 de agosto de 2016/ Fuente: elmundo
Restringe las reducciones horarias a las organizaciones que apuestan por la liberación parcial
Esta discriminación motivó ya en 2011 una sentencia que condenó a la Junta.
La Junta de Andalucía prefiere los modelos clásicos de representación sindical, con liberados que se dedican exclusivamente a las tareas vinculadas al sindicato. Pero, al menos en el ámbito educativo, hay ya dos organizaciones que rechazan por principio ese modelo y apuestan por que sus representantes sindicales sigan en contacto con las aulas, para evitar que la labor de representación se convierta en un privilegio y se pierda conexión con el mundo real. Ésa es al menos la apuesta de APIA y PIENSA que, sin embargo, se han visto ‘castigadas’ por la administración precisamente por negarse a liberar de manera total a sus representantes.
«La Consejería de Educación ha decidido incrementar las horas de reducción a aquellos sindicatos que se acogen a un modelo de liberación total. El incremento es de un 33 por 100 más o menos. En cambio, a los sindicatos que optan por la liberación parcial (APIA y PIENSA) no les ofrece absolutamente ningún incremento», explica esta última organización a EL MUNDO.
Ese trato discriminatorio motivó ya en 2011 una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en favor del sindicato APIA. La Consejería recurrió y el Tribunal Supremo ratificó la sentencia. En ambos casos con expresa condena en costas a la administración, recuerda PIENSA.
El procedimiento se había iniciado en 2006. «Es decir, tuvieron que pasar 7 años para que se hiciera justicia creando un perjuicio irreparable», añaden.
PIENSA, por su parte, exige ahora lo mismo que planteó APIA en 2006 y que es res iudicata, ‘cosa juzgada’. La solicitud fue presentada el pasado mes de febrero. Pero la dirección general de Recursos Humanos de la Consejería de Educación ya les ha hecho llegar su negativa a admitir su reclamación, negando por un lado que exista tal discriminación (cosa que los tribunales ya sentenciaron) y, argumentando que la liberación total resulta «más cómoda» para la administración en lo que afecta a la organización de las plantillas de los centros.
Por contra, el sindicato responde a la administración que actualmente existen muchas fórmulas para todo el profesorado que implican reducción de jornada (que son equivalentes a la liberación parcial): «En consecuencia, es absurdo negar a un sindicato un trato análogo sobre esta base».
Por otro lado, PIENSA sostiene que «el modelo de reducción que aparece en Ley Orgánica de Libertad Sindical como natural es el de la reducción parcial. La posibilidad de acumular los créditos en una liberación total tiene un carácter contingente y subsidiario. Si hay algo que no necesita ser incentivado es la liberación total, precisamente por la ‘comodidad’ que supone para los liberados sindicales y sus sindicatos».
El sindicato PIENSA ha interpuesto ante la Consejería de Educación una demanda por vulneración de derechos fundamentales. De momento, los servicios jurídicos de la administración consideran que la Consejería no es competente y que ese tipo de demandas deben plantearse ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
El sindicato teme que se trate de una maniobra dilatoria que conseguirá de nuevo retrasar varios años el reconocimiento de una situación de discriminación, que perjudica a los representantes de los trabajadores y sobre la que la Justicia ya había resuelto.
VALENCIA. La reciente remodelación en el segundo y tercer escalón del Consell implicó la creación de una nueva dirección general de la Infancia y Adolescencia dentro de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas al frente de la que estará Rosa Molero, psicóloga y logopedacon más de 18 años de experiencia.
Entre sus 26 páginas de currículum destacan calificaciones «cum laude», numerosas publicaciones, estancias en otras universidades de España y su papel como consultora de EMDR, una terapia avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el tratamiento del trauma.
Dentro de la labor que desempeñará, su formación como «experta en orientación y mediación familiar», su papel como especialista europeo en psicoterapia o su desarrollo como mediadora familiar le ayudará a encaminar su trabajo hacia un cambio del modelo de institucionalización del acogimiento del menor. Un término que se ha esquivado, por otra parte, en el nombre del cargo por motivos que a continuación describe.
La directora general de Infancia y Adolescencia recibe a Valencia Plaza para realizar su primera entrevista. Habla con pasión de los retos que tiene esta nueva dirección y, de la misma manera que acostumbra su consellera, no deja pasar la ocasión para distanciarse de las políticas llevadas a cabo en esta materia por el gobierno anterior.
¿Con qué carencias y necesidades se encuentra la Conselleria de Igualdad para crear esta nueva Dirección General de la Infancia y Adolescencia?
Necesidades todas y carencias también. Esta dirección general nace desde la necesidad de darle una entidad propia y visible a la infancia y adolescencia. De hecho, todos los partidos políticos que tienen representación parlamentaria se unen y junto a entidades que trabajan con la infancia como Unicef, Save the Children, Cáritas o Cruz Roja, firman un Pacto en el mes de junio. Este Pacto por la Infancia es un punto de salida de las políticas que tenemos que hacer y es lo que verdaderamente permite darle forma a lo que queremos hacer, aunque el modelo aún tenemos que construirlo.
¿Qué perfil debía tener la persona que ocupara este cargo?
Es una dirección general transversal. Era muy importante tener una perspectiva holística, ponernos unas gafas para mirar con perspectiva y reconocerlo no con los principios, sino con los derechos del interés superior de los niños y las niñas. Era importante tener presente el precepto del niño y adolescente de ser escuchado. Por tanto, esto son dos máximas que debía tener clarísimas la persona que ocupara este cargo. Esta dirección general es de la Infancia y Adolescencia, no es de aquellos niños llamados «menores» que es un término jurídico, pero ni es amable ni es inclusivo.
¿Cuáles son las líneas básicas de esta nueva dirección general?
La infancia es todo y, precisamente por eso, pensamos que quien ostenta este cargo tiene que generar o tener clara una idea, nosotros la llamamos las cuatro P: Promoción, Participación, Prevención y Protección. El antiguo gobierno tenía olvidados los tres primeros ámbitos y solo aplicaba el de la protección. Pero la promoción de los derechos de la infancia y la participación tienen que ser apuestas muy potentes. Queremos promover políticas en este sentido de manera que se potencien espacios y recursos.
Pero sobre todo el bastión más importante es el de la prevención, ya que es la política más adecuada para evitar la protección. Sin embargo, antes se fomentaba la protección dentro de un lenguaje adultocentrista. Un lenguaje del que nosotros queremos huir. Hasta ahora la protección ha sido un espacio para atrapar a los niños. Con la protección lo que se hace es decidir que un niño se debe retirar de su espacio convivencial porque no es el adecuado, pero la administración pública, el antiguo gobierno no tenía los recursos, ni la voluntad, además de no tener implantado el modelo para trabajar con su familia biológica. Trabajar para el retorno. De manera que el niño y la niña quedaba atrapado en el sistema de protección hasta que tenía la mayoría de edad y cuando la tenía, en un acto absolutamente demencial, lo que hacían era echarlo a la calle sin herramientas con las que buscarse la vida.
Queremos hacer unas políticas donde la emancipación y los procesos de fomento de los recursos personales se establezcan especialmente para estos chicos y chicas que están en el sistema de protección y cumplen la mayoría de edad en ella, para que tengan un espacio de tiempo mayor y puedan desarrollar ámbitos que les permitan tener o cumplir los aspectos que te permiten tener un futuro, es decir, la preparación para el trabajo.
¿Podemos entender entonces que habrá acciones conjuntas con Educación, Sanidad y otras consellerias?
Sí. Una de las premisas fundamentales de este gobierno es entender qué es la transversalidad. En particular la vicepresidenta ha liderado y está liderando estos espacios transversales para, entre otras cosas, poder trabajar aspectos muy complejos como son los niños, niñas y adolescentes que tienen problemas de salud mental, dificultades en la escolarización o que necesitan espacios de ocio para facilitar la inclusión e igualdad de oportunidades. Es decir, no es una tarea exclusiva de esta dirección general que quiere fomentar e impulsar todo esto, sino que es una tarea de todos: Educación, Trabajo, Vivienda… La dirección general de la Infancia y Adolescencia es una tarea de todas las consellerias.
Rosa Molero durante la entrevista en el Palau dels Valeriola. Foto: EVA MAÑEZ.
El Pacto por la Infancia que comentaba antes se crea tras conocerse el último informe sobre ‘El Estado Mundial de la Infancia’ del Fondo de la ONU, que refleja que en la Comunitat Valenciana hay más de 330.000 niños y niñas en riesgo de exclusión, ¿qué políticas debe poner en marcha esta dirección general para solucionar este problema?
Tenemos dos líneas de trabajo. Por un lado paliar y por otro prevenir. Ya tenemos este problema encima, tenemos algo más de un 37% de niños y niñas en situación de riesgo de exclusión social y tenemos un problema importante también en cuanto a la transmisión intergeneracional del empobrecimiento.
Pero es que estos 330.000 niños necesitan, se merecen, y la sociedad civil -que no solo el gobierno-, tenemos la obligación de paliar estas carencias a través de, por ejemplo, la ley que se va a trabajar y promulgar de renta básica. Es un aspecto que se va a tener muy en cuenta. Yo estoy muy esperanzada con el Pacto por la Infancia porque se reconoce, además del interés superior de los niños y de ser escuchados, la necesidad de incrementar a nivel presupuestario la dotación para este segmento de la población. Necesitábamos un modelo nuevo, pero también necesitamos una economía que nos permita llevar a cabo todo lo que queremos poner en marcha.
¿Con qué expectativas se llega a este nuevo cargo?
Con todas, con estas cuatro P. Pero somos conscientes de que tenemos que empezar por le principio y nuestra tarea es muy compleja porque se basa en construir deconstruyendo lo que ya había implantado. Además, a su vez, tenemos que ilusionar a los profesionales. Es verdad que necesitamos que estén más preparados, requieren de una formación muy específica porque, sobre todo los niños que están en el sistema de protección, son niños muy dañados que necesitan unos trabajos muy particulares. Pero el primer paso y el primer reto para nosotros es organizar. No digo reorganizar porque eso implicaría que había algo organizado y se ha desorganizado, sino que tenemos que organizar desde el principio lo que tenemos, conocerlo y territorializar los recursos.
Por ejemplo, los centros de día para niños y niñas están fundamentalmente en la costa, ¿qué pasa, que el interior no tiene niños con dificultades que necesitarían estos trabajos de prevención? El reto de organizar es fundamental. Hemos tenido durante muchos años una política fragmentadora, contenedora y asistencialista y esto ha hecho mucho daño. Sobre todo porque ha construido una manera de entender que a estos niños había que esconderlos, apartarlos.
¿Cuál es el reto más importante para usted?
Hay un reto que para mí es muy importante quizá por mi formación, porque aparte de psicóloga soy logopeda, y es el de la lengua. Para mí el lenguaje es fundamental. No se llama de infancia y adolescencia por casualidad, hemos huido del término «menor» porque es un término jurídico que no respeta la intimidad, la potencialidad. Siempre hablamos de necesidades y, ¿dónde quedan las potencialidades de los niños y niñas? Este reto del lenguaje permitirá generar un cambio de pensamiento, el pensamiento modificará las actitudes y las actitudes nos pondrán gafas para mirar con perspectiva, como decía antes… Y eso va a ser desde mi punto de vista fundamental.
«NO HAY CULTURA DE LA PREVENCIÓN, PERO LA PROTECCIÓN ESTABA EXTRAEXPLOTADA»
Otro reto es generar un cambio amable, tranquilo. Que no sea amenazante para la gente que está trabajando en los centros, no queremos decir que lo hayan hecho mal, simplemente seguían otro modelo que no es el nuestro ni el que nos gusta. Un modelo que queremos cambiar y que está muy interiorizado. Por eso queremos hacer un cambio respetuoso y que refuerce y trabaje mucho la pedagogía, que relaje la inquietud sobre las diferentes cosas que queremos modificar. Luego tenemos muchos más retos, por ejemplo en el campo de la protección tenemos que cambiar tantísimas cosas…
¿Cuáles?
Tanto la promoción como la participación y prevención son campos que no están explorados. No hay cultura de la prevención, pero la protección estaba extraexplotada. Por ejemplo, en el campo del acogimiento familiar nosotros apostamos por la desinstitucionalización. Queremos pasar del acogimiento residencial, al familiar. Creemos que es la forma más normalizada y natural para que un niño desarrolle de forma óptima sus capacidades.
De hecho, en octubre pondremos en marcha una campaña de desinstitucionalización llamada «Mejor en familia» de niños de 0 a 6 años. No queremos que ningún niño con esa edad esté en ninguna institución. Es verdad que los niños que tenemos institucionalizados tienen unas necesidades, pero estoy segura que hay una sociedad civil ahí fuera que responde a las necesidades que tenemos y no las conoce. Así que haciendo este tipo de campañas, aparte de hacerles conocedores de la situación, conseguiremos encontrarles familias a estos chicos.
Rosa Molero. Foto: EVA MAÑEZ.
Desde enero las familias de acogida no reciben las ayudas. ¿Cuándo podrán recibirlas?
Hay una diferencia importante entre las familias educadoras –que son las familias ajenas– que no tienen consanguinidad con el niño o la niña que tienen y luego las familias extensas. Estas eran las que estaban cobrando un módulo de cuatro euros frente a las familias educadoras que estaban cobrando nueve. Esto no sólo lo hemos paliado, sino que se ha igualado y subido a máximos, todas cobran 12 euros diarios. Es verdad que las familias educadoras, cobran el modulo por todo el año y lo que haremos el año que viene es que cobren por meses, como hacen las familias extensas.
Las familias educadoras han cobrado ya prácticamente todas, a excepción de alguna casuística, pero en principio las familias de urgencia y diagnóstico ya han cobrado todas y las de acogimiento permanente y temporal también. Lo que falta es que cobren las familias extensas. Y este retraso se debe a dos variables: en primer lugar, tuvimos que sacar una orden de base, esto fue un caramelito envenenado que nos dejó el antiguo gobierno y conllevó mucho tiempo. Además como queríamos que fuera un derecho subjetivo, no graciable, tuvimos que convertirlo en un decreto y posteriormente tuvo que salir la orden. Todo eso lo ha retrasado, pero es algo que no se repetirá en 2017. Y otra cosa que ha influido es que todavía hay ayuntamientos que no han firmado un convenio con nosotros.
¿Cree que era necesaria la obligatoriedad de incluir un informe sobre el impacto en la infancia que tienen todos los anteproyectos de ley que aprueba el Consell?
Esto es como todo. La perspectiva de infancia no ha estado nunca presente, ni se la esperaba. Es muy importante desde mi punto de vista que se haga un análisis de todo aquello que salga como norma. De hecho es un precepto legal, la propia legislación te obliga. Pero aunque no obligara, sería ética y moralmente un precepto, porque el interés superior del niño tiene que estar por encima de cualquier otro. Por lo tanto, esto no era algo cuestionable. Era una necesidad.
¿Qué nivel de participación tendrá la dirección general en estos informes?
Nosotros hemos liderado la defensa de este precepto siempre. Lo que hicimos fue introducir un curso con los profesionales que habían creado la guía para Unicef para crear estos indicadores para estudiar cuál era el impacto generado por las normas que se aprobaran y hemos introducido un curso en el Instituto Valenciano de la Administración Pública (IVAP) para que las distintas consellerias puedan prepararse. La idea es que quien genere la norma, genere el informe. Lo que pasa es que evidentemente, desde nuestra conselleria, no solo nos importa, sino que nos gusta liderar algo que es tan necesario. Pero simplemente ofreceremos una orientación.
Rosa Molero en la plaza de Nules. Foto: EVA MAÑEZ.
Respecto a esta transversalidad que comentaba anteriormente, ¿podemos esperar interacción con los servicios municipales?
Sí, para nosotros los servicios de proximidad, el municipalismo es una máxima. Pero tenemos que tener en cuenta que los ayuntamientos han estado muy dejados de la mano, están muy faltos de personal, tienen muchas tareas asignadas y esta transición, por lo tanto, también debe ser muy amable. Y además debe ir acompañada de presupuestos que le permitan precisamente generar los recursos necesarios. Es una apuesta firme desde el primer momento.
¿Qué objetivos se marca a corto y largo plazo?
A medio plazo la reorganización, el cambio de lenguaje y tener claro el modelo. A largo plazo, que la brecha que existe de desigualdad, la inequidad desapareciera. Este es un trabajo de todos, de la dirección general, que la prevención fuera tan potente que no existieran porque no hicieran falta medidas de protección que arranquen a los niños de sus espacios vitales, etc. Pero esto es casi una utopía. No obstante, si invertimos en prevención, tendremos una sociedad mucho más justa y unos adultos –que ahora son niños– con muchas más posibilidades y romperemos la transmisión generacional del empobrecimiento. Esto sería todo un reto.
¿Cree que hay consenso en todos los partidos políticos respecto a la infancia valenciana?
Yo soy muy positiva. Por lo tanto, para mí este Pacto supone, y así se lo recordaré a cada partido que lo haya suscrito, que hay una promesa, un firme compromiso por incrementar los presupuestos para infancia.
Europa/España/ 16 de agosto de 2016/ Fuente: elperiodicoextremadura
Lanza propuestas en áreas de educación, calidad de vida, cultura y participación. El organismo pide reconocer la labor del voluntariado, «un pilar de una juventud fuerte»
La presidenta del Consejo de la Juventud de Extremadura (Cjex), Elena Ruiz Cebrián, reclamó ayer a las administraciones públicas medidas para que los jóvenes puedan avanzar en cuestiones como su emancipación, su calidad de vida ante la pobreza, su participación en áreas como la educación y la cultura, y el voluntariado.
Así lo señaló en una rueda de prensa en Mérida en la que presentó, con motivo de la celebración hoy del Día Internacional de la Juventud, una iniciativa en la que muestra un tablero de 12 reivindicaciones que afectan a los jóvenes y en las que el organismo trabaja desde hace tiempo. La presidenta del Cjex informó de que cada una de las demandas de la acción, que se denomina «Buscamos 12 respuestas para…», están relacionadas con cada una de las áreas.
Así, las propuestas están agrupadas en las áreas de educación y cultura, igualdad, economía, coordinación general, calidad de vida, participación y emancipación. Ha destacado la petición de reconocer la labor del voluntariado, que desarrolla las actitudes gracias a la educación no formal, ya que es uno de los pilares para «una juventud fuerte».
En este sentido, ha afirmado que los jóvenes tienen poca experiencia laboral pero tienen mucha práctica en el asociacionismo, algo que se reclama cada vez más en los puestos de trabajo. Para Ruiz, el objetivo es presentar algo más visual que centre la atención en las necesidades de la juventud puesto que «tiene el doble significado de que se plantea a modo de juego pero se destaca que con los jóvenes no se puede jugar».
Que sea una docena el número de reivindicaciones está ligado a que el Día Internacional de la Juventud se realice el 12, pero también a que hace un año el Cjex plasmaron los 12 compromisos para concienciar a los grupos parlamentarios sobre la importancia de los problemas de la juventud.
«Afortunadamente varios grupos lo firmaron y ahora estamos en proceso de seguimiento de esos compromisos», ha añadido. El CJEx se suma así al tema escogido este año por las Naciones Unidas para celebrar el Día de la Juventud, «la juventud lidera la sostenibilidad».
AGENDA 2030 En concreto, está basado en la implantación de la agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con lo que la ONU quiere resaltar el papel de las personas jóvenes para liderar y garantizar el consumo responsable y la erradicación de la pobreza.
Por otra parte, el organismo regional refleja el Día Internacional con la etiqueta «elmesmásjoven» en las redes sociales, para que las entidades aporten preguntas y quejas. En el conjunto del país también se ha realizado una campaña con el nombre «JovenconPasta», otro doble sentido entre el dinero que no tiene la juventud y la comida tan barata y asequible que tienen éstos, sobre todo cuando se independizan. La finalidad es concienciar sobre el riesgo de pobreza y exclusión social que padecen las personas de entre 16 y 29 años, que ha pasado de un 36,4 por ciento en 2014 a 38,2 en 2015, motivo por el que Ruiz Cebrián considera que no se realizan «buenas políticas».
Europa/España/Agosto del 2016/José Gimeno Sacristán/politica.elpais.com
por: José Gimeno Sacristán
Una vez más ocurre. Es al final de la legislatura cuando el Gobierno se plantea la necesidad de abordar la formación, la carrera docente y la evaluación del profesorado.
La razón de la preocupación por estos temas se asienta en la creencia de que el profesorado tendrá más reconocimiento si está bien formado y es evaluado, así como más dispuesto a implicarse en estrategias de innovación.
Lo que se conoce como carrera docente consiste en un sistema de promoción por una escalera de grados en dirección ascendente, que son acumulados. Los profesores pueden optar o no a esa posibilidad. Se mejora el salario de quienes logran superar los requisitos previstos y a quienes no lo logren, o no quieran ascender, no se les “castiga”.
Se presupone que con ese ascenso mejoran las buenas prácticas de los profesores. Un supuesto que no siempre se da en la realidad, Por eso se piensa que, en verdad, estos mecanismos sirven más bien como instrumentos de la política de redistribución salarial.
Cuando no se puede, o no se quiere mejorar las remuneraciones de todo el colectivo docente, se establece la distinción por méritos reconocidos para unos y no para otros. Y con los “malos” profesores, ¿qué hacemos?
Para hacer de la evaluación un instrumento para la mejora de la calidad de la enseñanza se recomienda:
En primer lugar, que entre los méritos reconocidos se contemple la valoración de la práctica del profesorado en el aula y en el centro, pues, de lo contrario, el procedimiento tenderá a burocratizarse.
El profesorado teme ser valorado, a veces por inseguridad profesional. Pero no le faltan motivos para resistirse cuando hemos conocido algunas formas de proceder, por ejemplo de la inspección; cuando desde la Administración se difunden modos burocráticos de planificar y desarrollar el currículo, ajenos a lo que son las prácticas largamente experimentadas en la educación, y cuando se le culpa al profesor de los malos resultados que obtienen los alumnos.
En segundo lugar, existe una dificultad técnica para establecer la carrera docente, pues se ha de determinar qué se acepta por mérito. ¿La antigüedad? ¿Los certificados infinitos de asistencia a cursos de los cuales nada sabemos de su enjundia? ¿La adquisición de titulaciones más altas que las necesarias? ¿El aprendizaje de idiomas? ¿El ejercer el oficio en situaciones de especial dificultad? ¿Contribuir a la formación del profesorado novel? ¿Participar en proyectos de investigación? … o cuándo se les quiere condicionar el pago de salarios a los resultados académicos de los alumnos(as).
En tercer lugar, el rol de los docentes es bastante parecido en todos ellos, pues las prácticas se han estandarizado muy notablemente en las instituciones. Esa homogeneidad es una dificultad para determinar qué distingue claramente a unos profesores de otros. Aunque, no obstante, se tiene evidencia –especialmente la tienen los alumnos- de notorias singularidades entre el profesorado.
Es indudable que existen apreciables diferencias en las formas de desarrollar el currículo, las maneras de controlar la dinámica del grupo, que realicen o no actividades complementarias, o que incorporen adecuadamente las nuevas tecnologías.
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
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