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Esclavas del señor. Relatos de vida de mujeres que se emanciparon del Opus Dei

FERNANDO ÁLVAREZ-URÍA

En los últimos veinte años la publicación de biografías y autobiografías ha conocido en España un incremento exponencial.Las narraciones autobiográficas, un género que hasta ahora había tenido un especial predicamento en los países anglosajones, de raíces protestantes, proliferan ahora en los países de la Europa del sur, los países en los que impera el catolicismo. A las memorias de varones singulares, especialmente de políticos e intelectuales, se suman, como consecuencia de las luchas por la emancipación femenina, las biografías y autobiografías de mujeres. Existe sin embargo un subgénero, con frecuencia olvidado o relegado, pues se nutre de relatos secuenciados a lo largo del tiempo, en los que se recogen narraciones de vida en las que reflejan experiencias en organizaciones religiosas. Tal es el caso de algunos libros de mujeres que durante años fueron socias numerarias del Opus Dei, y que han optado por dejar de pertenecer a esta organización piramidal implantada en numerosos países del mundo. Sus testimonios, sistemáticamente silenciados o ignorados por los suplementos culturales y las revistas de libros, son una contribución especialmente valiosa para poner de manifiesto no sólo los esfuerzos de algunas mujeres para emanciparse de las tutelas de religiosas, sino también para desvelar la lógica de funcionamiento de pretendidasorganizaciones comunitarias que durante demasiado tiempo han permanecido protegidas por una espesa niebla de silencio y secretismo.

He seleccionado aquí los libros de cuatro mujeres españolas que fueron especialmente sensibles al sexismo que ejerce la Obra, en este caso en el interior de la organización, pues lo sufrieron en su propia carne. Las cuatro nos transmiten una percepción negativa de la prelatura personal fundada por Escrivá de Balaguer, a la que se adhirieron en un momento determinado, y a la que entregaron años de desinteresada dedicación. Nos referimos concretamente a los libros de María Angustias Moreno, María del Carmen Tapia, Isabel de Armas, y, en fin, al más reciente de Ana Azanza Elio/1. Estos libros no son siempre de fácil acceso, lo que refuerza la vieja imagen conspiratoria, de la que participan muchos enemigos del Opus Dei, que aseguran que los tentáculos de esta institución fundamentalista se extienden a periódicos, editoriales, librerías y bibliotecas.

Uno de los principales objetivos de la reaccionaria cruzada de recristianización en la que trabajan los discípulos de Escrivá radica en instituir un aura de santidad en torno a la Obra, lo que implica eliminar por todos los medios cualquier rastro de crítica que la pueda ensombrecer o empañar. En estas cuatro trayectorias de vida, que confirman buena parte de los análisis sociológicos realizados hace años por Alberto Moncada y Joan Estruch, las coincidencias en las críticas dan pie para objetivar regularidades discursivas, e incluso toda una formación discursiva articulada en torno a la siguiente lógica: todas estas mujeres creyeron de buena fe, cuando se afiliaron al Opus Dei, que optaban por santificar sus vidas, y contribuir a extender los valores cristianos, colaborando activamente en una organización benéfica, reconocida por la Iglesia. Tras sufrir una experiencia dolorosa, de constante mortificación del yo, denuncian el funcionamiento de una institución jerárquica, rígida, casi militar, en la que Escrivá, déspota severo, oficiaba como sumo pontífice, como autoridad sacralizada. Se refieren también a toda una serie de mecanismos de coacción y de manipulación de las conciencias, destinados a asegurar el sometimiento de los miembros de la Obra a la voluntad de los superiores. Todas ellas denuncian en sus libros el sexismo, el recurso a la santa intransigencia, para amordazar las libertades de los numerarios, y, en este caso, de las numerarias. En fin, concluyen que el Opus Dei, lejos de ser una institución cristiana, abnegada, y altruista, funciona como una secta antidemocrática, autoritaria, ansiosa de conseguir dinero y poder, una secta que, protegida por un mar de silencio y encubrimientos, se aprovecha de la buena voluntad de sus afiliados para extender sus tentáculos a lo largo y ancho de la vida social, una congregación religiosa muy alejada, en fin, de los ideales de pobreza y caridad que preconiza el verdadero cristianismo evangélico.

El libro de María Angustias Moreno, El Opus Dei. Anexo a una historia, data de diciembre de 1976, es decir, es posterior a la muerte de Monseñor José María Escrivá de Balaguer, marqués de Peralta, fundador del Opus Dei, que ha sido primero beatificado y posteriormente canonizado por la Iglesia católica. María Angustias señala sin embargo en el prólogo que la mayor parte de los apuntes que sirvieron de base al libro ya estaban redactados con anterioridad al momento en el que se produjo la muerte de Escrivá. La autora del libro permaneció en el Opus Dei como socia numeraria entre 1959 y 1973, es decir, cerca de catorce años, y con su estudio trata de proporcionar un testimonio meditado y madurado que sirva, entre otras cosas, para romper la muralla de silencio impuesta por el fundador, y por sus seguidores, sobre el funcionamiento de esta organización eclesiástica.

María del Carmen Tapia, por su parte, publicó en inglés en 1983 un conocido artículo en el que denunciaba el carácter sexista del Opus Dei/2. Tras el umbral, tal es el título de su importante y valiente libro, resulta un testimonio enormemente clarificador, pues su autora, que fue colaboradora directa de Escrivá en Roma, nos introduce en el centro del puesto de mando de la organización. En el número 36 de Vía di Villa Sacchetti, en el elegante distrito del Parioli, de la Ciudad Santa, se encuentra la casa central de la sección femenina delOpus Dei, la casa en la que la autora vivió seis años como numeraria. La puerta de la casa está cerrada, pero la autora invita a los lectores a entrar, a traspasar el umbral, para ir desvelando con ella los secretos inaccesibles a las personas que no pertenecen a la Obra. María del Carmen Tapia fue Vicesecretaria de San Miguel y Delegada de Italia, pero fue también durante diez años directora regional del Opus Dei en Venezuela, al frente de la sección de mujeres.

María de Carmen Tapia pidió el ingreso en el Opus Dei en 1948, cuando trabajaba como secretaria del sacerdote Raimundo Panikkar en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en donde el Opus Dei aún cuenta en la actualidad con un enorme elenco de presuntos investigadores. Tapia permaneció en esta organización hasta 1966, cuando en Roma fue obligada por Monseñor Escrivá a pedir su dimisión. Estuvo por tanto 18 años en la Obra, en la que desempeñó importantes puestos de responsabilidad. En su libro considera al Opus Dei como una iglesia dentro de la Iglesia, con todas las características de una secta. Su testimonio es de gran valor no sólo por la singular proximidad que tuvo con el Fundador, y por los importantes puestos que desempeñó, sino también porque explícitamente quiere llenar una laguna sobre las mujeres en esta organización: “no hay nada de fondo escrito sobre las mujeres del Opus Dei, escribe, si se exceptúa el testimonio de María Angustias Moreno referido solamente a España”. El libro está escrito como si se tratase de una autobiografía en la que resume los casi 18 años del itinerario personal de la autora en el interior de una institución religiosa que, siguiendo al sociólogo norteamericano Lewis Coser, se podría definir como una institución voraz, una red institucional que exige de los miembros una entrega total a la causa. María de Carmen Tapia considera al Opus Dei como la organización más conservadora, retrógrada y sectaria de la Iglesia Católica Romana. El viaje narrado es personal, pero la autora de libro hunde el escalpelo, como si se tratara de un cirujano experimentado, en la piel de este gran tinglado eclesiástico, como si se tratara de una lección de anatomía, para realizar la anatomía de su lógica de funcionamiento. Uno de los medios a través del cual el Opus Dei encamina a sus adherentes al fanatismo, escribe, es precisamente “abolir de sus mentes, bajo pretexto de formación, todo aquello que, de cerca o de lejos, se asemeja a la más velada crítica a la institución”. Al igual que María Angustias Moreno, con quien en múltiples ocasiones coincide, María del Carmen Tapia nos presenta en el libro una crítica de la secta en la que militó, y hace su denuncia no sólo para descargar su conciencia, sino también, y sobre todo, por el bien de la Iglesia católica, en la que sigue confiando.

La principal originalidad del Opus, frente a los jesuitas y otras órdenes religiosas que conocieron una gran expansión durante la contrarreforma católica, es precisamente la búsqueda de la santificación de los miembros en el ejercicio de la actividad profesional en el mundo. El Opus Dei responde por tanto a un proceso de secularización de las sociedades modernas, se enfrenta a la laicidad, sin renunciar a participar plenamente en la vida social y política. El objetivo no es sin embargo propiamente moderno, pues lo que pretende la Obra es la recristianización de la sociedad para hacer frente a los avances de la secularización y al laicismo. Se podría decir que el modelo en el que se mira el Opus Dei como en un espejo es a la vez la Institución Libre de Enseñanza y la Asociación Católica de Propagandistas, más conocida como la Acción Católica. De la ILE retoma el interés por las élites y su formación intelectual. De la Acción Católica la voluntad de recristianizar el mundo moderno, en la línea marcada por el pontificado de León XIII. Frente a los que identifican la modernidad con la salida de la religión, el Opus, que se formó, consolidó y expandió a la sombra de la dictadura franquista, adopta una imagen de marca caracterizada por partir de la secularidad para recatolizar a las sociedades sin Dios.

El libro de Isabel de Armas, Ser mujer en el Opus Dei. Tiempo de recordar, se publicó en 2002, y en él transmite con claridad la sensación liberadora que invadió a la autora cuando abandonó el Opus Dei, una organización en la que, como ella misma expresa, no dejaba espacio para respirar: “allí dentro nos atiborraban con frases hechas, consignas, reglamentos, normas, intenciones semanales y mensuales…”.Isabel de Armas, una joven como Carmen Tapia “de buena familia”, pues las dos provienen de familias de la alta burguesía madrileña, tuvo su primer contacto con el Opus Dei cuando aún era muy joven, en 1960, cuando estaba cursando el quinto curso de bachillerato. Estudió en un colegio de monjas, en el Colegio de la Asunción de la calle Velázquez en Madrid, y entonces el Opus le pareció un mundo más moderno y más abierto que el de las monjas. Idealista, educada en los valores religiosos cristianos, le atraía de la prelatura personal la idea de un cristianismo secular. Estudió en la Escuela Oficial de Periodismo, y señala que en esta elección de carrera tuvo mucho que ver la Obra. Tras el plan de estabilización de 1959, en la España franquista de los años sesenta, se produjo un impulso modernizador en el que ejerció un fuerte peso el turismo masivo, y el nacimiento de la contracultura. En el ámbito católico el Papa Juan XXIII inició un proceso de aggiornamento de la Iglesia católica y convocó el Concilio Vaticano II que se abrió en Roma el 11 de octubre de 1962. Toda una serie de teólogos que habían sido relegados por el Vaticano, especialmente holandeses, alemanes y franceses, intentaron airear los santos recintos enrarecidos de la Iglesia, acartonados y apergaminados, momificados por el paso del tiempo. Un signo de identidad de la nueva contracultura secular era entonces la incorporación de las mujeres a la vida social y política, es decir, el cuestionamiento del estatuto de las mujeres identificado con la maternidad y con el encierro en la intimidad del hogar.

Isabel de Armas y Serra, periodista de profesión, fue numeraria del Opus Dei durante cerca de nueve años, más concretamente entre 1966 y 1974. El día de San José, el 19 de marzo de 1966, tuvo lugar su admisión como numeraria adscrita. Entraba así en una organización vertical, antidemocrática, regida fundamentalmente por varones que han adquirido las órdenes sagradas. Y es que el Opus Dei es una sociedad autoritaria, dirigida por clérigos, una institución que a su vez se inserta en la organización jerárquica de la Iglesia católica presidida por el Santo Padre, el obispo de Roma, rodeado a su vez de cardenales, abades, obispos y arzobispos, e incluso de una guardia pretoriana, la guardia vaticana, con sus vistosos trajes diseñados por Miguel Ángel, un cuerpo en el que tampoco hay cabida para las mujeres. Isabel de Armas publicó más recientemente otro libro, La voz de los que disienten. Son libros importantes, pero silenciados sistemáticamente en un país que no acaba de emanciparse de las telarañas tejidas durante siglos por la Iglesia católica.

El libro de Ana Azanza Elio, titulado Diecinueve años de mi vida caminando en una mentira: Opus Dei, se edito en Úbeda en el año 2004. La autora, doctora en filosofía y profesora en un instituto de enseñanza secundaria en Andalucía, escribe el libro para evitar que otras personas cometan el error que ella misma cometió al convertirse en numeraria del Opus Dei, es decir, “entrar en un sistema que reprime al máximo los mejores sentimientos de las personas”.

Perteneciente a una familia de la burguesía de Pamplona, muy vinculada al Opus Dei, Ana Azanza señala que tuvo relación con la Obra cuando tenía 14 años, y que ingresó en ella cuando tenía tan sólo 16, es decir, una edad especialmente inmadura en la que la manipulación de las conciencias, en nombre de una presunta vocación sobrenatural, resulta especialmente fácil. El Opus Dei promete a los adeptos que respondan a una presunta llamada de Dios para incorporarse a sus filas la felicidad y la santidad, es decir, podrán disfrutar de la felicidad en la vida eterna, en el más allá, pero a cambio deben entregar por entero en este mundo su vida a una organización militante que los acoge con júbilo para instrumentalizarlos sin escrúpulos. Como señala Ana Azanza “en el Opus solo piensan en su propio prestigio”. El control de las vidas de los numerarios es total, lo que contradice la libertad del cristiano, pues, como escribe en su libro, “es imposible que el Espíritu Santo esté donde no hay libertad”.

La presencia de miembros del Opus Dei en el campo de la política, y también en el mundo académico, especialmente en las Universidades y centros de investigación, como el CSIC, no deja de resultar inquietante a la luz de estos testimonios, y más si se tiene en cuenta que el artículo 58 de las Constituciones de 1950 del Opus Dei, traducidas por Agustín García Calvo en el libro de Jesús Infante sobre la Santa Mafia, establecía textualmente que “tanto los socios numerarios como los supernumerarios consultarán con los superiores toda clase de cuestiones importantes de tipo profesional y social, aunque no constituyan materia directa de voto de obediencia”. En esta España, que avanza con demasiada lentitud hacia la democratización de las instituciones y la separación entre la Iglesia y el Estado, nos inquieta tan sólo pensar en la imagen orwelliana de un Gran Hermano que a través de socios y simpatizantes extiende sus redes de poder desde el Secretariado General en Roma hasta los centros neurálgicos de los gobiernos autonómicos y del Estado, así como sobre organizaciones públicas y privadas, sirviéndose de la coartada de contribuir a la mayor gloria de Dios. En el interior de este proyecto totalitario, en el que “unos mandan sobre otros y deciden los más mínimos detalles de la existencia de los demás”, a las mujeres se les asigna un papel muy preciso: someterse humildemente a la voluntad de sus superiores varones, especialmente eclesiásticos, y negarse a si mismas para convertirse en las esclavas del Señor. Afortunadamente no siempre triunfa este programa de dominación masculina. Estas cuatro mujeres, sensibles, sinceras, ilustradas, prueban con las denuncias que valientemente formulan en sus historias de vida que aún en las condiciones mas adversas es posible optar por la libertad.

Notas

1/ Cf. María Angustias MORENO, El Opus Dei. Anexo a una historia, Libertarias/Prodhufi, Madrid, 1992, 5ª ed.

María del Carmen TAPIA, Tras el umbral. Una vida en el Opus Dei, Ediciones BSA, Barcelona, 1992.

Isabel de ARMAS, Ser mujer en el Opus Dei. Tiempo de recordar, Foca Ediciones, Madrid, 2002.

Isabel de ARMAS, La voz de los que disienten. Apuntes para San Josemaría, Tres cantos, Foca, 2005.

Ana AZANZA ELIO, Diecinueve años de mi vida caminando en una mentira: Opus Dei, El Olivo, Úbeda, 2004.

2/ Cf. María de Carmen TAPIA, “Good housekeepers for Opus Dei”, National Catholic Reporter, 27-05-1983, pp. 10-13.

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UNICEF: Innovación para todos los niños y niñas

En todo el mundo, una revolución de la innovación en favor de la infancia está creciendo… a menudo en los lugares más inesperados… y está cada vez más dirigida por los propios niños.

 

En los estudios de diseño de tecnología y en los laboratorios universitarios, en las organizaciones del desarrollo y en las empresas, en las cocinas y los centros comunitarios están surgiendo nuevas formas de resolver los problemas, impulsadas por la creatividad, la capacidad de conectar y la colaboración.

 

Para conmemorar el 25º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, elEstado Mundial de la Infancia destaca la labor de innovadores jóvenes notables que ya están reinventando el futuro, e invita al mundo a unirse a este movimiento en ascenso para impulsar los derechos de todos los niños.

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PNUD: Seis razones por las que debería interesarte otra cumbre internacional

El 23 de mayo, los líderes del mundo se reunirán para celebrar la primera Cumbre Humanitaria Mundial en Estambul. Como sé de sobra que esta frase no alentará al público a seguir leyendo este blog, a continuación presento seis razones por las que la cumbre merece la atención del lector.

1.       La magnitud de la crisis humanitaria no es una exageración

La respuesta a necesidades humanitarias no había alcanzado índices tan altos desde la Segunda Guerra Mundial. Más de 60 millones de personas han huido de sus hogares (la mayoría son mujeres y niños) y el promedio de desplazamiento de refugiados suma 17 años hasta ahora.

Los conflictos son más complejos que antes y, según algunas estadísticas, el costo del conflicto y de la violencia ahora rebasa el 13% de la economía mundial. Además, el cambio climático exacerba la volatilidad de la situación.

Para hacer frente a estos problemas, las solicitudes de financiamiento para la asistencia humanitaria  se multiplicaron por 12 en solo 14 años, lo que equivale a $24,5 mil millones de dólares. Con todo esto, el último año apenas se pudieron cubrir la mitad de las necesidades humanitarias en el mundo.

2.       Es posible remediar la crisis

Sabemos lo que se debe hacer para afrontar el problema y es factible.

En primer lugar, requerimos soluciones políticas de parte de los Estados Miembros. Es preciso que los gobiernos asuman compromisos firmes en miras de poner fin a los conflictos.

Asimismo, debemos poner fin a las necesidades humanitarias en lugar de pedir más ayuda para abordarlas. Tenemos que prevenir los conflictos y desastres, no solo dirigir la acción en casos de desastre. Lo anterior indica que, más que competir por fondos o trabajar de manera autónoma, los actores encargados de cuestiones humanitarias, de desarrollo y de consolidación de la paz deben encontrar nuevas maneras para colaborar estrechamente. Además, los donantes deben destinar más fondos para pronosticar, preparar y prevenir las crisis; el financiamiento a su vez debe ser flexible y plurianual.

3.       Más que nunca, debemos tratar a los refugiados y a las personas desplazadas con humanidad

A raíz de los devastadores ataques en Bruselas, algunas personas afirman que tratar a los refugiados con dignidad conlleva al terrorismo, argumento que es incorrecto.

El Secretario General dijo que el objetivo de la Cumbre es conferir prioridad a la humanidad a la hora de tomar decisiones mundiales. Asimismo, señaló el peligro que vivimos tras 150 años de debilitamiento del derecho internacional humanitario e hizo un llamamiento para “fomentar la firme labor en pro de la protección de los ciudadanos”.

4.       El dinero que se gasta es tuyo

Quizá no vives en un país que está recibiendo millones de refugiados, pero es casi seguro que tu gobierno esté financiando organizaciones de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales o gobiernos locales para hacer frente a esta crisis, o que esté ejecutando programas de desarrollo. De manera que si pagas impuestos, debería interesarte cómo se gasta ese dinero.

5.       No es el único desafío mundial

Los recursos financieros mundiales son limitados y debemos elegir cómo gastar nuestro dinero, al igual que lo hacemos con nuestro presupuesto del hogar. Si solo esperamos a que surjan las crisis para actuar después del conflicto, las necesidades humanitarias no cesarán de crecer exponencialmente y nunca podremos cubrir los costos.

En cambio, si encontramos una mejor manera de abordar estas situaciones humanitarias, podremos invertir más en otros desafíos mundiales, como el cambio climático.

6.       La Cumbre está relacionada a la Agenda 2030 que, literalmente, es el plan para el futuro de nuestro planeta

Quizá hayas escuchado hablar sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que hacen un llamado a los países a poner fin a la pobreza en todas sus formas, luchar contra las desigualdades y hacer frente al cambio climático.

Si los desastres y el conflicto siguen socavando el progreso logrado relativo al desarrollo, haciéndonos retroceder en el camino hasta hoy recorrido, jamás podremos alcanzar los objetivos fijados, pues no hay un “plan B” ni para humanidad ni para el planeta.

Quizá hayas escuchado hablar sobre nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, que hacen un llamado a los países a poner fin a la pobreza en todas sus formas, luchar contra las desigualdades y hacer frente al cambio climático, garantizando, al mismo tiempo, que nadie se quede atrás.

Si los desastres y el conflicto siguen socavando el progreso logrado relativo al desarrollo, haciéndonos retroceder en el camino hasta hoy recorrido, jamás podremos alcanzar los objetivos fijados, pues no hay un “plan B” ni para humanidad ni para el planeta.

 

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OECD: The internationalisation of doctoral and master’s studies

One in ten students at the master’s or equivalent level is an international student in OECD countries, rising to one in four at the doctoral level. Almost 60% of international doctoral students in OECD countries are enrolled in science, engineering or agriculture. The United States hosts 38% of international students enrolled in a programme at the doctoral level in OECD countries. Luxembourg and Switzerland host the largest proportion of international students, who make up more than half of their total doctoral students. International master’s and doctoral students tend to choose to study in countries investing substantial resources in research and development in tertiary educational institutions. Of all international students enrolled at the master’s or doctoral level across OECD countries, the majority (53%) are from Asia, and 23% are from China alone.

 

The internationalisation of doctoral and master’s studies

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Francia: «NUIT DEBOUT» La discordancia

LÉON CRÉMIEUX

«La ruptura entre los de abajo y los de arriba; las discordancias de abajo…»

Desde hace algunas semanas, el país ha entrado en discordancia.

Los medios continúan viviendo al ritmo del hablar entrecortado de los dirigentes de los partidos institucionales. Pero en estos momentos este tartamudeo se reduce a un murmullo, porque su voz es menos audible que nunca. Esto es cierto evidentemente en lo que se refiere a la pareja Hollande-Valls, que no llega ya a hacer oír su discurso de miedo y de amenazas para paralizar cualquier acción popular con el objetivo de ejecutar mejor las órdenes del Medef [patronal francesa]. Incluso la prolongación del estado de excepción hasta finales de julio aparece como una última tentativa de mantener con respiración artificial el discurso belicista y seguritario, última muleta de un gobierno a la deriva. Este tartamudeo inaudible concierne también a los demás dirigentes socialistas y a los de la derecha.

Esta pérdida de voz hacia el mundo exterior va acompañada de una cacofonía interna, tanto en el seno del Partido Socialista (PS) como entre los republicanos. Ruido de máquinas electorales que dan vueltas en el vacío en una esfera politiquera que ha perdido toda credibilidad para la gran mayoría de la población.

Todos estos responsables políticos retienen su aliento y su discurso, intentando hacer el menor ruido posible, esperando escapar lo más rápidamente posible a la pesadilla que temen ver desarrollarse delante de sus ojos. Su esperanza es evidentemente que la vida «política» normal, privilegio de un pequeño grupo de profesionales, retome su funcionamiento y plazos normales, a base de falsas primarias y dirigida exclusivamente hacia la renovación del Presidente de la República en 2017. Este silencio ensordecedor, este temor, no excluye a Marine Le Pen, vedette anunciada para esas elecciones, cuya popularidad mediática esta en impasse desde comienzos de marzo.

La cuestión es que en estos momentos, salvo ellos y algunos mensajes de los medios, todo el mundo pasa de las presidenciales de 2017.

Desde hace algunas semanas, la política ha cambiado de escenario. Ya no es el obligado perpetuo discurso de intoxicación liberal, ejecutado por los mismos políticos y los mismos expertos, en las mismas cadenas de radio y de televisión, repitiendo incansables la letanía del capitalismo.

La política se hace oír en otra parte: en las plazas, en los institutos, las facultades, las manifestaciones, las ocupaciones, las huelgas.

Con toda evidencia, los últimos meses han acabado de distender los lazos entre los gobernantes socialistas y todo lo que existe de resistencia social y sindical al capitalismo. La ley Khomri se ha convertido en un asunto político. El Medef no se ha equivocado. Desde hace 6 años, todos sus golpes bajos han sido puestos en práctica por los sucesivos gobiernos. El fracaso en la Ley del Trabajo sería un signo que impulsaría invertir las correlación de fuerza.

Pero este fenómeno supera la simple toma de distancia de los militantes del movimiento social respecto al PS. Si el debate sobre las primarias de la izquierda resulta ridículo, es también porque parece venir de otro siglo. Nadie espera ya nada de las próximas elecciones y de la monarquía presidencial, no solo porque no hay nada que esperar de los candidatos que se postulan para la segunda vuelta, sino también porque el anacronismo de uno de los sistemas políticos más reaccionarios de Europa se revela repentinamente de forma mucho más cruda.

De las manifestaciones y de las plazas de Nuit Debout suben otras voces que en primer lugar expresan todos los combates sociales y trazan las pasarelas entre ellos, hacen salir desde abajo todas las exigencias existentes contra los múltiples estragos de la sociedad capitalista, del liberalismo reaccionario. Todo lo que los medios y los portavoces del sistema intentan aplastar cada día y negar cada noche en los medios, es expresado de forma sencilla pero con fuerza por miles de voces de hombres y de mujeres, militantes de lo cotidiano, voces multiplicadas en las redes sociales. Lo que molesta a mucha gente es que estos y estas militantes no buscan un salvador, un candidato milagroso.

Más allá de estas exigencias sociales, de opciones de sociedad, ellos y ellas quieren plantear la cuestión fundamental de un funcionamiento diferente de la sociedad para quitar el poder a los bancos y a los grupos capitalistas. Plantean la cuestión del ejercicio real de un poder político y no la de la mejor forma de elegir un salvador supremo que a fin de cuentas haga la política impuesta por los poderosos. Los ejemplos reveladores de todos los gobiernos de «izquierda» en Europa, e incluso de la experiencia de Syriza, han pasado por ahí.

Estas voces no cubren aún la letanía mediática de los políticos, las plazas no reúnen centenares de miles de personas, los estudiantes de secundaria y los de la universidad no bloquean aún la mayoría de los centros, la huelga indefinida no se ha impuesto todavía… salvo en Mayotte. Pero ¿cómo no ver que todas las voces que suben tiene que ver con el malestar popular que siguió al encarnizamiento contra los asalariados de Air France y de Good Year, la revelación de la duplicación de salario hasta los 5 millones de Carlos Tavares patrón de PSA -el grupo que ha liquidado 15 000 empleos en 3 años-, los repetidos escándalos de los Papeles de Panamá, la desviación de fondos sociales realizada cada día por los grandes grupos capitalistas, en eco también con las exacciones racistas y liberticidas que han seguido a los atentados de enero y de noviembre de 2015?

Evidentemente, todo el mundo siente con claridad que esos ecos no constituyen una voz común. Existen aún otras discordancias. En el movimiento Nuit Debout apenas participan los jóvenes de los barrios populares, las y los que han sufrido más duramente las exacciones policiales, los controles por su aspecto racial y el ascenso seguritario de la islamofobia. Quienes sufren en primer lugar la precariedad y el paro entre la juventud, que la ley El Khomri va a agravar más aún. En su inmensa mayoría, las Nuit Debout son blancas…

En numerosas empresas del sector público y privado, la adhesión al objetivo de una huelga indefinida, de un enfrentamiento con el gobierno no es mayoritaria. La necesaria extensión de estas voces depende en parte de unos dirigentes sindicales que hacen lo mínimo para convertirse en sus altavoces, para estimular un enfrentamiento directo contra el gobierno, por temor a que el movimiento contra la ley El Khomri desemboque en el fracaso total de un gobierno de izquierdas.

Los dirigentes del PC y el propio J.L. Mélenchon siguen estando en gran medida «dentro» de la situación actual, los primeros preocupados por lass primarias de izquierda, el segundo por su marcha hacia 2017. J.L.Mélenchon se autoproclama dirigente y candidato presidencial «natural» y disfruta viendo que en los sondeos alcanza a Hollande. Incluso llega a fijar él mismo la fecha del 5 de junio como cita entre el pueblo…¡y su persona!, ¡cuando resulta que miles de hombres y de mujeres quieren precisamente acabar con un régimen presidencial autocrático y fijar sus propios plazos!

Las asociaciones, los militantes del movimiento social, de la izquierda radical dudan hoy, frente a las concentraciones de Nuit Debout que parecen a menudo no dejar suficiente espacio para sus combates, sus discursos por un debate político real y organizado sobre las salidas del movimiento. Paradoja, pues este ágora es claramente un ágora política, no un lugar ecuménico, «ciudadano», suma de palabras individuales sin vector ni diferenciación de clase. No todo el mundo es bienvenido en este marco que es el resultado de todo lo que la sociedad capitalista impone de explotación y de opresión. Pero la dificultad para que estas plazas, este movimiento, tomen una dinámica política es bien real. Y esto se hará forzosamente dando un lugar organizado a todos y todas las que desde hace años llevan a cabo el combate cotidiano contra el capitalismo en su sindicato, su asociación, su partido. Es también esta unión la que debe hacerse sin que nadie imponga su discurso y aprendiendo de las nuevas exigencias democráticas aparecidas en las plazas.

De la misma manera el papel del NPA no es ni tratar a Nuit Debout y al movimiento actual como un paréntesis que se cerrará más tarde para abrir LA campaña política de 2017, ni cultivar la ilusión de que este movimiento arrastraría todo a su paso, automáticamente, limpiando los establos de Augias del sistema político y de sus efluvios.

Este movimiento es la ilustración concreta de aquello por lo que luchamos: hoy se expresan en las plazas y en las calles todas las exigencias que reivindicamos desde hace años. Constituye una ocasión única, como no hemos tenido desde hace mucho, no solo para bloquear el ataque patronal y gubernamental, sino también para volver a plantear la pregunta, y quizá de encontrar un comienzo de respuesta, a la ausencia de representación política de las y los explotados y oprimidos. Muchos de quienes están en las calles y las plazas expresan una voluntad política de nuevas herramientas, de cambio en las reglas y de dotarse de medios que permitan establecer un vínculo entre todos los combates y de luchar de forma concreta para derrocar el sistema capitalista. El NPA debe trabajar en este sentido y plantear las exigencias que ponen directamente en cuestión el sistema, en particular el poder de los bancos, el poder de la patronal de tener derecho absoluto sobre el empleo asalariado y los cierres de empresas, la sumisión a las reglas de la Unión Europea. Denunciar la realidad del Estado, pretendidamente por encima de las clases, pero instrumento cotidiano al servicio de los explotadores. Poner también las exigencias democráticas de echar abajo el régimen presidencial, imponer un sistema proporcional integral en todas las elecciones.

También somos receptores y actores la búsqueda de una convergencia política realizada al calor del movimiento; convergencia que reagruparía a decenas de miles de hombres y de mujeres que combaten en el día a día al sistema. Esto no se hará ni en un día ni en una Noche, pero este movimiento también debe hacer germinar esta perspectiva.

Estamos en una situación bisagra de este movimiento. La discordancia, la ruptura entre los de arriba y los de abajo no tiene aún la dinámica suficiente para pasar a la etapa siguiente. Las discordancias de abajo entre las Plazas, los jóvenes y los trabajadores de los barrios populares, las discordancias múltiples entre los asalariados no están aún vencidas.

En los días que vienen, dos vectores pueden unificar por abajo: la fuerza del movimiento de secundaria que es el lugar privilegiado de la unión más allá de todas las periférias; la convergencia de los ferroviarios o de otros sectores importantes en la prolongación de la huelga puede dar confianza a muchas otras empresas para entrar en la batalla. El 26 y los días siguientes van a ser decisivos para la juventud y la gente asalariada.

Ahora bien, paralelamente hay que trabajar para dar todo su aliento político al movimiento. Mantener como objetivo concreto la retirada de la ley El Khomri no quiere decir ignorar todas las dimensiones del movimiento, todas las que debe adquirir.

Es preciso mediante llamamientos, mediante encuentros, hacer que se exprese un programa político que apoyándose sobre la fuerza de la huelga, de las plazas y de las manifestaciones haga converger a todos los actores del movimiento social y sindical y todas las exigencias, que trace las pasarelas concretas entre Nuit Debout, los barrios populares y las empresas en huelga, que haga que se expresen las exigencias comunes.

25/04/2016

http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article37793

Anexo:

Comunicado colectivo:

Nuit debout y sindicatos ¡Darles miedo!

Los y las abajo firmantes, participantes en “Nuit Debout” y/o miembros de sindicatos, deseamos un acercamiento entre estas dos ramas del movimiento “contra la ley El Khomri y su mundo”.

Para esto, deseamos que todas las manifestaciones, las del 28 de abril, del 1 de mayo y las siguientes den lugar a momentos de confraternización en la plaza de la République, bajo formas diversas y a imaginar debates comunes, mítines conjuntos etc.

Deseamos que la plaza de la République se convierta en el lugar de llegada de las próximas manifestaciones, a fin de que los trabajadores y las trabajadoras se mezclen con la juventud, de que las reivindicaciones comporten una parte de utopía.

Deseamos que las estructuras sindicales de la CGT, de Solidaires, de Force Ouvrière, de la FSU, de la CNT y de todos los demás sindicatos así como los y las sindicalistas opuestos a la ley El Khomri, participen en estos momentos de confraternización, desde la base, las secciones de empresa, las uniones locales, hasta la cúspide, las federaciones y confederaciones.

Deseamos que nos demos cita desde el 28 de abril, tras la manifestación, en la plaza de la Republique, para discutir sobre todo esto de forma libre, humana, hacer balance de nuestros acuerdos y desacuerdos, nuestras diferencias, así como de nuestras luchas y nuestras esperanzas comunes.

Solo esta conjunción es capaz, hoy, de dar miedo a la oligarquía y de hacer retroceder al poder.

[Texto aprobado por la Assemblée Populaire Parisienne de los días 22 y 23 de abril de 2016 ; l’Assemblée de la NuitDebout Sainte-Foy-La-Grande ; la Commission Convergence des Luttes ; la Commission Restauration ; la Commission Action ; la Commission Grève Générale ; l’Assemblée de la NuitDebout Caen ; l’Assemblée de la NuitDebout Chambéry ; la Commission accueil et sérénité ; la Commission Drogue et Liberté ; la Commission Vote Blanc ; y otras en curso…]

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

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 España: Francesco Tonucci: «Los deberes son una equivocación pedagógica y un abuso»

España/12 de abril de 2015/Antonio Sandoval/Fuente: La Voz de Galicia/

El pedagogo italiano presentó en Santiago la edición en gallego de su clásico «La ciudad de los niños», publicado por Kalandraka. Tonucci, en una entrevista concedida en el 2012 a La Voz también dejó este sorprendente titular que ha hecho reflexionar a muchos

Hablamos con Francesco Tonucci (Frato) en un restaurante del centro compostelano, sobre una mesa de madera oscura que sus manos acarician mientras va eligiendo con esmero las palabras con que va respondiendo, en castellano, a nuestras preguntas. Aprendió este idioma por sí mismo durante sus incontables viajes a España y Sudamérica. En una ocasión, en Argentina, llegó a dirigirse a 13.000 personas en un estadio.

Tonucci nació en Italia en 1940. Graduado en Pedagogía en 1963 (Universidad Católica de Milán), trabajó como maestro. Desde 1991 realiza en su ciudad natal de Fano el proyecto La Ciudad de los Niños. Es asesor científico del proyecto El Museo de los Niños, de Roma, y de otras entidades vinculadas al Proyecto Internacional de la Ciudad de los Niños, que se está desarrollando en Italia, España y varios países latinoamericanos. Ha estado en muchas ocasiones en Galicia. Esta vez ha venido para compartir sus ideas con un nuevo libro bajo el brazo: la edición en gallego de su clásico La ciudad de los niños, publicado por Kalandraka.

Esa misma mano que acaricia la mesa como con curiosidad de ebanista estaba hace un rato escribiendo y dibujando dedicatorias en los ejemplares de una cola infinita de lectores entregados. La presentación de su obra ha abarrotado como nunca el salón de actos de la Facultade de Ciencias da Educación de la Universidade de Santiago. Incluso se han fletado autobuses desde A Coruña.

«Este es un proyecto político, no educativo», ha comenzado explicando. Para apoyar su mensaje ha citado a san Agustín y a otros pensadores clásicos, pero sobre todo a niños. Niños con quienes ha dialogado sin prisa a lo largo de sus viajes. Charlar con él aviva en cualquier ánimo sensible el compromiso personal con tantos cambios como son necesarios.

-¿Qué pueden hacer los niños por la ciudad?

-Es una pregunta aparentemente pequeña, pero que implica muchas cosas. Lo primero es estar presentes. Hoy uno de los aspectos más preocupantes de la ciudad es la desaparición de categorías sociales: niños, niñas, ancianos, discapacitados… No se ve por las calles niños de en torno a los 12 años jugando. Esto empobrece mucho.

– ¿En qué sentido?

– En su ausencia nos portamos peor, como demuestra por ejemplo cómo funciona el tráfico. La presencia de niños hace la ciudad más segura, pues nos obliga a un mayor control, y también más bella y vivible. Otra cosa que pueden hacer es participar en el gobierno municipal con sus ideas. Es decir, aportar su punto de vista en las decisiones y cambios. Una ciudad buena debe ser para todos. Normalmente, cuando los adultos pensamos en «todos» pensamos solo en «todos los adultos», olvidando a ancianos, discapacitados y niños. Por eso la actitud de los niños es una gimnasia importante de democracia para los administradores.

-¿Por qué es el juego tan importante?

-Por dos razones. Una, porque si un niño no juega no crece, no se desarrolla, no aprende. Una ciudad democrática debe preocuparse por el bienestar de todos, pero en especial por el bienestar de los niños. Son ciudadanos, pero no disponen de los instrumentos de que sí disponen la mayoría de los ciudadanos adultos, y por tanto dependen de nosotros. En segundo lugar, el juego es una forma de presencia de alto nivel porque los niños, al jugar, ejercitan la etapa más importante de su desarrollo. Cuando a Freud le preguntaron cuál fue el año más importante de su vida, él respondió: «Sin duda, el primero». Así es también para nosotros. La principal actividad con la que creamos los cimientos sobre los que luego construiremos nuestra vida es el juego. No es casualidad que la Convención de los Derechos de los Niños dedique a la escuela y al juego dos de sus artículos, el 28 y el 31.

-Pero a veces hay que hacer los deberes?

-La escuela debería estar sumamente interesada en que los niños jueguen. Las experiencias pueden y deben ser comunicadas en el colegio. Por eso yo tengo una pelea desde hace muchos años contra los deberes de casa. La escuela debería pedir a los niños: «Por favor, debéis jugar para poder traer mañana experiencias». En esto hay que comprometer también a las familias. A menudo crean para los niños agendas más apretadas que las de los mayores.

-Parece clara su opinión acerca de los deberes escolares…

-Los deberes son una equivocación pedagógica y un abuso. Nunca consiguen el resultado que la escuela presume. Deberían ser una ayuda para los más débiles pero estos no son tan capaces de acometerlos, y además en casa a menudo no encuentran ayuda, pues pertenecen a familias de bajo nivel social y cultural. Así, quienes más aprovechan los deberes son los que menos los necesitan: aquellos que tienen familias que les pueden ayudar. La Convención habla del derecho a la escuela y al juego. ¡Deberían ser reconocidos como dos con el mismo peso! Si la escuela ocupa la mitad del día, la otra mitad no debería ser suya, sino de los niños.

«La garantía de una buena escuela son unos buenos maestros»

Tonucci cree que las leyes no influyen demasiado en la calidad de la educación. Por eso las leyes deberían centrarse en dar la mejor formación posible a los futuros maestros.

-¿Qué opinión le merece la nueva Lomce?

-No la conozco en profundidad, pero cuando me la enseñaron y leí el prologo, dije: «Una cosa así no puede pasar en un país occidental en el 2013». Tiene algunos contenidos que están totalmente en contra de toda la teoría pedagógica. Me asombra que un ministro tenga el valor de presentarla. Que en el prólogo se hable de que la competitividad sea el motor del aprendizaje es impresionante. Creo que todos los que se dedican a la educación están de acuerdo en que la escuela debe ser un lugar en el que se educa en la cooperación y no en la competitividad. Por otro lado, la desconfianza que manifiesta hacia la educación infantil, no considerándola casi a nivel educativo, está en contra de todas las teorías pedagógicas.

-¿Y cuál puede ser el impacto de esta nueva ley?

-Yo pienso que las leyes tienen muy poco que ver con los cambios, ni en positivo ni en negativo. Así como las buenas leyes que tuvimos en Italia no consiguieron cambiar significativamente la escuela para mejor, no creo que esta otra, que considero una mala ley, pueda incidir mucho en empeorar la escuela. El día que nuestros países decidan de verdad que quieren garantizar a todos los niños una buena escuela, dejarán de pensar en reformas legales y se dedicarán exclusivamente a la formación de los maestros. La garantía de una buena escuela son unos buenos maestros. El derecho al estudio que sostiene el artículo 28 de la Convención de los Derechos del Niño no significa tener derecho a un banquito y una silla, sino a un buen maestro o una buena maestra.

Los niños y la ciudad

Pontevedra es un ejemplo de ciudad que va en el camino correcto para ser más habitable para las personas

FÁTIMA SANTIAGOPontevedra es un ejemplo de ciudad que va en el camino correcto para ser más habitable para las personas

Las ciudades necesitan un cambio profundo para crear espacios públicos compartidos por todos. Tonucci rechaza la creación de espacios específicos, como las zonas de juegos para niños.

-¿Cuáles serían las claves para convertir una ciudad en más habitable?

-Una es la posibilidad para todos los ciudadanos de moverse libremente en su propia ciudad. Esto es lo que precisa un cambio más profundo: pasar de una ciudad de «prioridad coches» a una de «prioridad peatones». Es decir, cambiar las prioridades. Esto conecta con el tema del espacio público. Hay que recuperar la idea de que lo que convierte un conjunto de casas en una ciudad es el espacio público, que debe ser de todos.

-¿Qué más?

-Hay que renunciar a dedicar espacios específicos para distintas categorías. Esto es una forma de marginación. Estoy pensando en concreto en los parques para niños. El lugar de juego debe ser para los niños un lugar elegido, no obligatorio. Deben poder elegir, según su juego, si van usar la acera, una plaza, un jardín o un paseo. Las ciudades pueden ahorrar mucho dinero si en lugar de dedicarlo a espacios de ese tipo lo destinan a espacios públicos que sean buenos para todos.

-¿Y en qué consistiría ese ahorro?

-Un parque para niños se convierte por la noche en un lugar para drogadictos y vándalos: no sirve para nada. Una plaza o un jardín pensados para que sean lugares verdaderos y buenos en cada hora del día y de la noche son lugares aprovechados para ancianos, para familias con bebés, para niños, para jóvenes. Así se convierten en lugares vigilados, nunca abandonados. Otra clave más es escuchar a los niños. Los niños no son mejores que nosotros, pero sí distintos. Una ciudad democrática escucha a los niños porque necesita conocer su otro punto de vista.

-La ciudad aleja la naturaleza de los niños?

-Mi metáfora en el comienzo de La ciudad de los niños es que una vez el bosque era el lugar del miedo, y la ciudad el de la seguridad. Ahora estamos mitificando el bosque, considerándolo el lugar de la naturaleza, y la ciudad se ha vuelto hostil. Soñamos con la naturaleza y nos asustamos del lugar donde vivimos. Tanto que nos encerramos en casa defendiéndonos con puertas blindadas e impidiendo a los niños salir, para defenderlos de peligros que solo conocemos por la televisión y que no se corresponden con la realidad de nuestros barrios y ciudades.

-¿Qué propone?

-Yo creo que las ciudades tendrían que hacer sitio a la naturaleza con más espacios verdes públicos y con huertos y jardines escolares, acostumbrando a los niños a criar animales y cultivar productos. Hay además que recuperar un encuentro con la naturaleza animando a las familias a salir de casa para conocer el bosque, considerándolo como un importante taller educativo.

-¿Qué asignaturas sobran y cuáles faltan para que el niño se conozca mejor a sí mismo y su entorno?

-El artículo 13 de la Convención de los Derechos del Niño dice que los niños tienen derecho a expresarse en todas las formas: literarias, científicas, artísticas… Las elegidas por ellos. Yo siempre me pregunto: ¿sabe esto la escuela? Loris Malaguzzi, director e inventor de las escuelas de Reggio Emilia, dice que los niños tienen cien maneras de pensar, de soñar… pero les roban 99.

-¿Quién se las roba?

-Yo creo que la escuela tiene mucha responsabilidad. Roba 99 proponiendo solo una. Las propuestas de la escuela son muy reducidas, solo son adecuadas para unas pocas personas: para las que nacen con vocación literaria, matemática o científica. Quienes nacen artistas, artesanos, deportistas, bailarines… no se encuentran reconocidos en esta escuela, y fracasan.

-¿Cuáles son las ciudades que más empiezan a parecerse a sus propuestas?

-Hoy en día yo hablo mucho de Pontevedra. Ha hecho un camino bastante rápido para asumir estas características de una ciudad para todos. Para ello ha asumido a los niños como parámetro. El cambio de diseño de las calles, como por ejemplo hacer más anchas las aceras hasta asumir como medida la de dos personas con el paraguas abierto, significa pensar una ciudad primero para la gente y después para los vehículos.

-Eso parece obvio.

-Sí, pero es casi revolucionario. Con todos estos cambios, hoy Pontevedra puede invitar a los niños a ir a la escuela sin adultos, porque está diseñada de manera que los niños están bastante protegidos. Es una ciudad en camino. No ha llegado, pero el camino es correcto. Espero que pueda seguir adelante.

«A cidade dos nenos»

PORTADA

Publicada por la editorial Kalandraka, la traducción al gallego de esta obra de Tonucci, tan clásica como resueltamente moderna, se ha convertido en un rápido superventas entre educadores y padres. De la traducción se han encargado Mónica Baleirón, Sonia Santos y Rut Vázquez.

  • Puedes encontrar más información en: http://bit.ly/1bPymQD

PARA SABER MÁS

  • Proyecto La Ciudad de los Niños: http://bit.ly/1jafgmH
  • Convención de los Derechos del Niño (PDF): http://bit.ly/1fUnTRh

Si quieres consultar otra entrevista de La Voz a Tonucci, del año 2012, en la que aseguró que un buen carpintero será más feliz que un ingeniero mediocre, puedes pinchar en este enlace.

Fuente de la entrevista: http://www.lavozdegalicia.es/noticia/lavozdelaescuela/2015/04/07/deberes-equivocacion-pedagogica-abuso/00031428264968120321927.htm

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España: Estudiantes «de segunda» con un cerebro de primera

España/ 29/04/2016/ Fuente: ABC

Los alumnos con altas capacidades reclaman una mayor atención por parte de las autoridades, a las que acusan de no atender sus necesidades según marca la ley.«Nuestros hijos están siendo tratados como ciudadanos de segunda», clama Dolors Rius, representante de la Plataforma de apoyo a las altas capacidades intelectuales, una característica que se atribuye a los alumnos que pueden asimilar más conceptos que compañeros de su misma edad, de una forma diferente y con mayor profundidad.

La queja de esta madre se debe a que, según su criterio, el sistema educativo español no cumple con la legislación cuando se trata de alumnos como sus hijos. «Hay la misma cantidad de chicos con altas capacidades que todo lo contrario, por lo que si a ellos se les atiende también nos tendrán que atender a nosotros. Nos llaman elitistas y segregacionistas, pero la ley nos ampara», insiste.

Según establece la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), «las Administraciones educativas dispondrán los medios necesarios para que todo el alumnado alcance el máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional» algo que, según lo que expone Rius, no se cumple casi nunca en los casos de altas capacidades: «Aunque hay excepciones realmente destacables, en el 95% de los casos ni son atendidos ni hay ningún interés por atenderlos». Erena Roldán, la presidenta del Defensor del Estudiante, especifica que la respuesta por parte del Gobierno central «con independencia del partido político» ha sido adecuada, aunque critica que algunas regiones aborden peor que otras la situación.

«Estas personas piensan, comprenden y conocen de manera diferente»

Según los datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, durante el curso 2013-2014 había en el sistema 15.876 alumnos -por 165.101 con necesidades educativas especiales- con altas capacidades intelectuales que, por definición, pueden destacar mucho en una u otra aptitud, pero que no necesariamente han de ser igual de buenos en las demás. «No se trata de cerebros más grandes, sino de cerebros más eficaces», explica Sylvia Sastre, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad de La Rioja y una de las mayores expertas de España en la materia.

José de Mirándes, secretario general del Consejo Superior de Expertos en Altas Capacidades, se sirve precisamente de una frase de la propia Sastre para terminar de señalar las diferencias entre los alumnos con altas capacidades y sus compañeros: «Estas personas piensan, comprenden y conocen de manera diferente cuantitativa pero, sobre todo, cualitativamente».

Apoyo necesario

Precisamente porque pueden ser más eficaces, ver el mundo de forma diferente, exhibir mayor creatividad o ser capaces de ir un paso más allá que el resto, los alumnos con altas capacidades necesitan apoyo educativo, bien para poder desarrollar todas sus características al máximo o bien para, simplemente y por raro que pudiera parecer, no fracasar en los estudios. «Igual que la escuela se ajusta para dar respuesta a los aprendices que necesitan apoyo, debiera dar respuesta a estos alumnos que van más allá del ritmo de sus compañeros», estima Sastre.

Dicha respuesta se debería producir, de forma óptima, en la escuela, como indica la catedrática, aunque también existan alternativas extracurriculares que puedan ser complementarias. «La normativa estatal lleva diciendo durante los últimos 25 años lo mismo, que la Administración educativa tiene que identificar tempranamente y atender a los alumnos de alta capacidad», comenta José Carlos Gibaja, subdirector general de Centros de Educación Infantil, Primaria y Especial de la Comunidad de Madrid, quien es consciente de que cada autonomía, después, puede tomar las medidas que considere oportunas para cumplir con la LOMCE.

Las altas capacidades reclaman sus derechos en las aulas
Las altas capacidades reclaman sus derechos en las aulas– ISABEL B. PERMUY

En Madrid, Gibaja asegura que se apuesta «por un modelo inclusivo», que hace referencia a que los alumnos con altas capacidades reciban ese apoyo adicional en el aula sin necesidad de buscarlo fuera de ella o en centros privados, lo que supondría un coste adicional para la familia.

Autonomía y proyectos

José de Toledo es uno de los dos profesores del Instituto José Luis Sampedro (en Tres Cantos, Madrid) que se encargan de educar a los jóvenes con altas capacidades. «Hay 12 y eso te permite trabajar con ellos en grupo», resalta el docente, quien admite los dos objetivos que persiguen: «Buscamos la autonomía de los alumnos y la integración de conocimientos».

«Intentamos que lleguen a la misma información por medio de la investiación»

Para ello y durante una hora a la semana, De Toledo y su compañero reúnen a estos 12 jóvenes para que aprendan de un modo más acorde a sus capacidades que con el rígido modelo educativo convencional de pizarra, cuadernillo de actividades y repetición. «Trabajamos temas de ampliación de Biología que están fuera del temario, en colaboración con el departamento de Orientación, con un taller de debate», suscribe el profesor, quien argumenta que otra buena forma para trabajar con estos alumnos es mediante «proyectos».

«Con el aprendizaje por proyectos se les ofrecen los mismos conocimientos que tienen que trabajar en la materia normal, pero intentando que ellos lleguen a la información que quieres transmitirles por medio de la investigación», expresa el docente.

Más flexibilidad

De Toledo sólo es un ejemplo de estos profesores que tanto agradecen dichos alumnos y sus padres, que ven cómo en realidad, y a veces, sus hijos gozan de los mismos derechos que los demás.

Aún así, Rius critica que el sistema sigue siendo demasiado rígido. «Nuestra propuesta es, en primer lugar, que se cambie el chip y se atienda a cada cual como necesita», propone esta madre, que se ha topado con algunos profesores incapaces de atender a sus hijos. Para evitar casos similares, Sastre dirige un máster en la Universidad de La Rioja para formar a este tipo de docentes que, según su criterio, «necesitan una formación específica, flexibilidad de actuación —para adecuar las competencias educativas a cada alumnos—, pero ningún otro requisito especial más».

«El avance social se ha producido gracias a mentes privilegiadas que han ido más allá»

Si con el paso de los años la tendencia se invierte y la atención a los alumnos con altas capacidades pasa a ser de una loable excepción a una norma —como por otro lado exige la ley—, la sociedad caminará hacia adelante y no dejará escapar a sus mejores cerebros. «Mi hijo tenía claro desde los 6 años que se quería ir y ahora, con 17, estamos haciendo lostrámites de admisión para Harvard», confiesa Rius. Por su parte, Sastre recuerda que tradicionalmente «el avance social se ha producido gracias a mentes privilegiadas que han ido más allá». Así que a tenor de todo esto, y a que en España haya despertado tarde el interés por las altas capacidades intelectuales, quizá ahora pueda ser el momento de evitar que los cerebros de primera, o los que ven las cosas de forma diferente al resto, tengan que emigrar, fracasar o simplemente acomodarse y dar menos de lo que pueden aportar.

Fuente: http://www.abc.es/sociedad/abci-educacion-estudiantes-segunda-cerebro-primera-201604291322_noticia.html

Imagen: http://www.abc.es/media/sociedad/2016/05/02/alumnos-altas-capacidades-desmotivacion–620×349.jpg

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