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Francia: La educación en la igualdad de los sexos y las sexualidades, el núcleo de la contraofensiva reaccionaria

Por: Fanny Gallot | Cécile Ropiteaux

Mientras se elaboran nuevos programas sobre la Educación en la vida afectiva, social y sexual (EVARS), la ofensiva reaccionaria se ha reconfigurado después de la Manifa por todos (LMPT) que había conseguido la retirada de los ABCD de la igualdad en 2013-2014. Fanny Gallot y Cécile Ropiteaux pasan revista a los elementos de lenguaje, modos de acción y alcance de estos grupos, para combatirlos mejor[1].

En la primavera de 2024 [el Ministerio de] Educación Nacional dio a conocer su proyecto de nuevos programas para la Educación en la vida afectiva, social y sexual (EVARS), y el 10 de setiembre el Consejo Económico, Social y Ambiental (CESE) ha publicado un informe alertando sobre la falta de cursos de educación en la sexualidad en los establecimientos escolares[2].

Al mismo tiempo, una constelación de grupos conservadores e incluso de extrema derecha se rebela por medio de panfletos distribuídos delante de las escuelas, notificaciones formales, emailes enviados a directores de escuelas o dueños de establecimientos: SOS Educación ha lanzado una petición titulada “En la escuela enseñadme a dividir, no a eyacular”, que ha recogido más de 70.000 firmas. Sigún informaciones del sindicato FSU-SNUipp, en un volanterepartido en varios departamentos (16, 33, 39, 44, 64, 72, 90), se pide la paralización inmediata del proyecto de elaboración de un programa[3]:

Diversos colectivos y asociaciones se han agrupado para informaros del programa EVARS (Educación en la vida afectiva, social y sexual desde la guardería); nos han llegado muchas denuncias de niños y adolescentes gravemente impactados por las informaciones de carácter sexual y pornográfico […]. El programa impuesto por Educación Nacional no protege a los niños, sino que por el contrario los expone y fragiliza. […] ¡Reclamamos la paralización inmediata de dicho programa!

Desde el inicio de curso 2023, la presión de estos grupos se intensifica, al menos a través de las redes sociales. No exactamente los mismos que en 2013-2014, se sitúan en continuidad con aquellos. Esta contribución pretenderepassar la secuencia de 2013-2014 antes de precisar los elementos de lenguaje actuales de estos grupos así como sus modos de operar, para mejor combatirlos e impedir la retirada del programa EVARS o su reformulacióndirigida a cerrar el campo de posibilidades en un enfoque naturalizante heterocentrado.

2013-2014, contra la llamada Teoría del género: “No toques mis estereotipos”

A finales de 2013, tras la derrota de su movilización contra la ley que abría el matrimonio a todas las parejas, la (mal llamada) Manifa por Todos (LMPT) apuntó contra la escuela pública, y más en concreto contra los ABCD de la igualdad. Este mecanismo, destinado a combatir los estereotipos de género en la escuela primaria, se había puesto en marcha a título experimental en 600 clases, por iniciativa del Ministerio de Derechos de las Mujeres y el Ministerio de Educación Nacional. Desde la vuelta a clase en setiembre, comenzaron a circular panfletos en varios departamentos, denunciando las fechorías de la pretendida teoría del género. Estos panfletos fueron distribuídas por autoproclamados colectivos de padres, asociaciones católicas tradicionalistas o grupúsculos del tipo «vigilantes» o «vigi-gender» surgidos de La Manifa por Todos.

La retórica de estas octavillas era una mezcla de mentiras, exageraciones, cambios de sentido, malas interpretaciones, frases fuera de contexto… Los grupos actuantes se presentaron como defensores de «la complementariedad de los sexos», en una postura esencialista. ¡Esto quedó simbolizado en los colores rosa y azul, utilizados hasta provocar náuseas! Citaban el ser y la naturaleza (implícitamente divina) de las mujeres y los hombres, como si el individuo no fuese una construcción social.

Mezclaban intencionadamente el mecanismo institucional de los ABCDcon un trabajo sindical realizado por la FSU-SNUipp, «Educar contra la homofobia desde la escuela primaria», que iba mucho más lejos en la deconstrucción de los estereotipos y deseaba poner en marcha una necesaria banalización de la homosexualidad: intentaban desacreditar de esta manera todas las acciones de educación en la igualdad y de lucha contra las discriminaciones que la escuela podía llevar a cabo, cuestionando la educación en la sexualidad. Denunciaban los métodos calificados de «totalitarios» de Educación Nacional, el hecho de que los padres fueran dejados al margen, y reivindicaban que la escuela sólo se debía ocupar de la instrucción. ¡Se decía claramente que no estaba ahí para luchar contra las desigualdades!

Algunos discursos, más sutiles, parecían hacer concesiones al constructivismo: «No se nace mujer, se hace», y pretendían oponerse a las discriminaciones. De hecho expresaba una homofobia más relajada, menos desmedida, como la que considera a las personas LGTB como inferiores[4].Presentaba la heterosexualidad como la única sexualidad natural y plena, al ser fecunda. En el conjunto de estos panfletos, las reivindicaciones de igualdad se asociaban, negativamente, al individualismo. Se trataba de «control totalitario de los cerebros», de «enseñantes izquierdistas de costumbres depravadas que quieren corromper a la juventud».

Las convergencias de vocabulario y de argumentos falaces muestran que, tras la multiplicidad de llamamientos, aunque las conexiones sean diversas y variadas, está la más pura tradición de los discursos de la extrema derecha contra la escuela pública y laica. Se trata desde luego de una red, de la derecha tradicionalista a las extremas derechas. La LMPT fue la ocasión para establecer pasarelas, acercamientos, como entre la UNI[5] y los identitarios, desde fanáticos religiosos de todo tipo hasta la derecha más tradicional, desde los convencidos del esencialismo para quienes LA mujer debe quedar en SU sitio, hasta electos que se apuntan al oportunismo electoralista.

A esto se añaden los enemigos de la escuela pública y los defensores del anti-pedagogismo. El empleo de la palabra gender [género] en los argumentarios reaccionarios expresa sexismo y LGTBfobia, pero también anti-americanismo y anti-intelectualismo. También se encuentra muchas veces una dimensión conspirativa: habría lobbies promoviendo una supuesta teoría del género. Tras la defensa de la mítica complementariedad de los sexos se esconde el rechazo de la igualdad. En efecto, en la visión binaria del mundo que tienen estos grupos, lo masculino se asimila al principio activo y a la esfera pública; a las mujeres les corresponde la pasividad y la esfera doméstica. Un reparto jerárquicoque es la fuente misma de las desigualdades y alimenta la dominación patriarcal.

Son los mismos que se oponen al aborto, al reparto delpermiso parental, etc. Su temor a la indiferenciación enmascara su rechazo a la diversidad, predican de hecho la uniformidad dentro de cada categoría de sexo, expresando homofobia y transfobia, y negando la realidad y la diversidad de las familias. En cuanto a los ataques contra la educación en la sexualidad, son evidentemente de orden moral opuesto a la emancipación de las mujeres y de las chicas.

Al mismo tiempo, en enero de 2014, se lanzaron las Jornadas de Retirada de la Escuela (JRE), promovidas por Farida Belghoul y difundidas por Igualdad y reconciliación y las redes ligadas al movimiento Dieudonné-Soral. El sociólogo Simon Massei destaca la «desigualdad de recursos y de capitales en poder de los militantes VigiGender y de los JRE». Los primeros proceden de la «gran burguesía económica católica, con muchos titulados, y residente en los distritos centrales de París», en cuanto a los segundos son «de origen popular, muy pocos graduados, algunos desclasados, y residente en municipios medios o populares de las afueras parisinas»[6].

Aunque las aspiraciones de uno y otro grupo coinciden puntualmente, los retos son diferentes. Como escribe Joëlle Magar-Brauner partiendo de un estudio,

«aunque el objeto que está en el centro de la relación de fuerzas se refiere a la educación en la sexualidad, con la sutileza de una posible desestabilización de la heteronormatividad, se superpone a ello la tensión entre los respectivos roles educativos de la escuela y la familia, inserta en la cuestión de la ciudadanía en un contexto de racialización [en particular de sexismo]»[7].

Finalmente, los ABCD fueron enterrados en julio de 2014 y el Plan de Educación en la igualdad, presentado por el Ministerio de Educación Nacional como una generalización de las acciones en favor de la igualdad de los sexos, no cumplió sus promesas a falta de medios y de decisiones coherentes. Los ataques reaccionarios continuaron sin embargo, por ejemplo en 2016 con el folleto El género en imágenes (¡50 páginas en papel satinado!), enviado a cientos de escuelas, y en el que se desacreditan la educación en la igualdad y la lucha contra las discriminaciones[8].

¿Qué reconfiguraciones de los discursos y de las prácticas desde 2023?

Siguiendo el modelo de los Moms for Liberty (M4L), una organización conservadora estadounidense que lleva a cabo una verdadera «guerra cultural» en torno a las escuelas a partir de «campañas agresivas» para denunciar el «wokismo en la escuela»[9]. Eric Zemmour lanzo lós «Padres vigilantes» al inicio del curso 2023: se trataba de presentarse a las elecciones de padres de alumnos para luchar contra lo que se califica de «wokismo» y de «proselitismo trans». El contexto es diferente: se caracteriza por una fuerte contestación feminista, expresada también mediáticamente. Se denuncian las violencias sexistas y sexuales, así como la cultura de la violación, a la vez que se difunden los llamamientos a la huelga feminista del 8 de marzo, pese a los obstáculos. Además, parece que los más jóvenes se han apropiado más de los saberes y las ideas feministas y LGTBQIA+[10].

Ante el mar de fondo abierto por el campo de posibilidades, crece el pánico moral. No se trata de «gender», sino de «wokismo». LKPT se convierte en Sindicato de la Familia, mientras que grupos antes constituídos en reaccionarios movimientos antivacunas se reconvierten, a imagen de las Mamás Lobas que hicieron su aparición en el momento del Covid. Los discursos difundidos son engañosos: «No al aprendizaje de la masturbación a los 4 años, del cambio de sexo a los 6, de la felación y la sodomía a los 12»; «No a la incitación al consentimiento sexual precoz y al transgenerismo, no a la transgresión»; «Stop sexualidad». Circulan los deepfake de manera viral, sembrando la duda en muchos padres.

Algunos grupos proponen on-line correos de rechazo para justificar la ausencia de los niños a las sesiones EVARS, argumentando que la sexualidad pertenece a la vida privada y familiar. Estos correos multiplican las referencias jurídicas, con el fin de asustar a los dueños de establecimientos y directores de escuela, amenazándoles con acciones judiciales con el pretexto de que la educación en la vida afectiva y sexual no respetaría ni la Convención Europea de Derechos del Hombre, ni la Convención Internacional de Derechos del Niño, ni el Código Penal, ni siquiera el Código de la Educación. ¡Es difícil imaginar a un Ministerio estableciendo un programa que contravenga las leyes nacionales y supranacionales! Pero si se mira un poco de cerca los artículos citados, el globo se desincha.

Además del hecho de que algunas referencias no son más que aproximativas, si no dudosas, todo el argumentario está basado en la idea de que la EVARS sería una incitación a tener prácticas sexuales, que los niños estarían expuestos a contenidos pornográficos y a una «exaltación» de la sexualidad, en resumen que se trataría de corrupción de menores e incluso de acoso sexual. La EVARS es calificada también de ideología y sería un «adoctrinamiento de los niños». Esta presentación deformada de la EVARS no se ajusta ni al contenido de los programas, ni a la realidad de lo que ocurre en las aulas.

Estos discursos se basan en la tensión existente entre lo que corresponde a la Escuela y lo que corresponde a las familias: la educación en la sexualidad pertenecería a la esfera privada y no a decisiones políticas y por tanto educativas. El historiador Yves Verneuil muestra cómo esta tensión no es propia del siglo XXI. Partiendo de un corpus variado de archivos, subraya que la educación sexual constituye «una cuestión caliente» desde comienzos del siglo XX: las polémicas se refieren por lo general a la «perversión» a la que podrían conducir a los niños y adolescentes los cursos de educación sexual[11].

Además, el posicionamiento adecuado de la institución no consiste en hacer juicios sobre lo que se hace en las familias, ni siquiera en ir contra las decisiones de los padres. Pero la escuela, al igual que los espacios donde los niños son acogidos fuera de las escuelas o en los tiempos intermedios en el marco de una delegación de servicio público, debe tener una palabra propia, manteniéndose en su espacio.

Nombrar las cosas, educar en la vida sexual, social y afectiva de manera igualitaria, abrir el campo de posibilidades, dar confianza a los alumnos, forma parte de las misiones de la escuela y del conjunto de educadores y educadores en el marco del aprendizaje en la ciudadanía. Revisar nuestras prácticas enseñantes o de animación forma parte de la fabricación de una sociedad más igualitaria. La educación en la vida afectiva, social y sexual es por tanto una de las misiones de la escuela: forma parte de la construcción de la autoestima y de la prevención de las agresiones y violencias sexuales, por una sexualidad plena e igualitaria para todas y todos.

Aunque el nuevo programa presentado no es perfecto, ofrece instrumentos a los enseñantes para hacerse cargo de la cuestión, porque las tres sesiones anuales de educación en la sexualidad establecidas desde 2021 no siempre se cumplen. Hasta hace poco, según cifras de la Inspección General de la Educación, Deporte e Investigación, menos del 15% de los jóvenes acceden finalmente a esta información y a esta educación.

Los colegas se sienten desarmados, insuficientemente formados para responder al conjunto de cuestiones, en un momento en que los retos son importantes: el sexismo se sigue imponiendo, sobre todo entre los jóvenes, como lo revela el informe del Consejo Superior de Igualdad (HCE), de enero de 2024; los jóvenes LGTB están sujetos a depresiones y a un riesgo superior de suicidio (acoso, homofobia y/o transfobia interiorizadas, desprecio de sí mismos); [Entre 2017 y 2022], más de la mitad de las infracciones de carácter sexual fueron cometidas sobre menores (53%). Además, el 36% de las violaciones a menores y el 30% de las agresiones sexuales a menores fueron cometidos por personas también menores de edad[12].

Conclusión

Se desconoce la amplitud de esta ofensiva reaccionaria. No obstante, aunque estos grupos son probablemente poco importantes en cuanto a número, tienen un poder dañino que podría extenderse. Pueden encontrar un eco entre padres, desestabilizar a las personas comprometidas en la educación en la sexualidad, y desanimar a quienes querrían comprometerse. Repuntes dispersos -según FSU-SNUipp que recopila el conjunto de informaciones y realiza una intervención sobre el tema desde el curso 2023- muestran una estructuración en curso y acciones más coordinadas favorecidas por el contexto político, por lo que es necesario:

1) hablar y tranquilizar a los padres a quienes estos discursos reaccionarios hacen dudar;

2) no dejarse engañar por las cifras anunciadas por personalidades como Eric Zemmour: no se basan en nada tangible, pero ayudan a construir un movimiento reaccionario. Ninguna encuesta cuantitativa permite acreditar las cifran anunciadas;

3) verificar las fuentes: los argumentos dados deforman la realidad. El modo operativo se apoya en rumores difundidos por las redes sociales sin que se aporte prueba alguna en ningún momento.

https://www.contretemps.eu/education-egalite-genre-sexualites-contre-offensive-reactionnaire/

Traducción: viento sur

[1] Agradecemos también a Sophie Abraham, Julien Cristofoli, Gaël Pasquier y Céline Sierra por sus relecturas y/o informaciones varias.

[2] Ya en 2021, el IGESR había publicado un informe, enterrado por Jean-Michel Blanquer, para alertar sobre este punto. En 2019, otro informe señalaba ya estas cuestiones en relación con la formación de los enseñantes.

[3] Ver el conjunto de asociaciones y colecivos en: https://linktr.ee/stopevars

[4] Ver la Asociación de Familias Católicas

[5] Unión Nacional Inter-universitaria: https://www.uni.asso.fr/

[6] Simon, Massei, «S’engager contre l’enseignement de la «théorie du genre». Trajectoires sociales et carrières militantes dans les mouvements anti-«ABCD de l’égalité». Genre, sexualité & societé (on-line), 18, otoño 2017, puesto en línea el 1 de diciembre de 2017-

[7]Joëlle Magar-Braeuner, «La mésentente à l’école des Tilleuls: Des effets et de quelques enjeux de l’appel à la journée de retrait de l’école dans une école primaire», Cahiers du Genre, 2018/2 nº 65, 2018, p. 59-79.

[8] Como consecuencia de intervenciones sindicales, el Ministerio envió a las academias la consigna de bloquear estos envíos.

[9] Piotr Smolar, «Aux États-Unis, la voix influente des Moms for Liberty», Le Monde, 30 de noviembre de 2023; Hélène Vissière, «États-Unis; quand les mamas trumpistes réécrivent les programmes scolaires»

[10] Oscar Taupas, «Les réseaux sociaux rendent-ils woke? Les conditions de l’appropriation ordinaire par des lycéen.nes des idées et savoirs féministes et LGBTQIA+», memoria de master 2, EHESS, 2024

[11] Yves Verneuil, Une question «chaude», Histoire de l’éducation sexuelle à l’école (France, XXe– XXIsiècle), Peter Lang, 2023.

[12]https://www.justice.gouv.fr>sites>default>files>2023-11>infos_justice_n9_violences sexuelles.pdf

https://vientosur.info/la-educacion-en-la-igualdad-de-los-sexos-y-las-sexualidades-el-nucleo-de-la-contraofensiva-reaccionaria/

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Un tercio de los españoles juzga que el sistema educativo es el principal problema de los niños

Un tercio de los españoles juzga que el sistema educativo es el principal problema de los niños

José Luis Fernández

El 30,2% de españoles cree que el principal problema de los niños es el sistema educativo en nuestro país, el 30,1% asegura que es la carencia de educación y valores, como el respeto, la responsabilidad y el esfuerzo, y para el 20,3% las dificultades económicas de sus familias.

Así lo refleja el primer estudio que realiza el CIS sobre ‘Fecundidad, familia e infancia’, el cual aborda aspectos muy vinculados con la educación y, particularmente, con la caída demográfica.

A la pregunta específica de cuáles son, a juicio de los encuestados, los tres problemas principales que tienen los niños en España, casi un tercio de la población, un 30,2% afirma que el sistema educativo en lo concierne a su calidad, nivel, recursos públicos, etcétera.

En segundo lugar, el 30,1% señala como otro de los grandes problemas que acusan los más jóvenes en edad escolar la carencia de educación y valores, esto es, el respeto, la responsabilidad o el esfuerzo, por ejemplo.

A distancia, para un 19,8% de españoles un tercer problema sería la adicción a las pantallas, en tanto que, ya a distancia, el 9,6% considera que lo es el acoso escolar y un 8% el uso excesivo de RRSS por parte de los menores.

Cierran el listado de preocupaciones que los españoles estiman que más afectan a la nueva generación el fracaso o abandono escolar temprano, con un 2,5% que ven en ello un serio problema, un 0,8 el acoso por redes sociales y un 0,6 la exposición a la pornografía.

También se le pregunta a los españoles en este pionero estudio del CIS por su la circunstancia de haber tenido su primer hijo le ha supuesto o le supuso algún cambio en su vida, y contesta un 8,9% del total de personas entrevistadas que tuvo que dejar de estudiar antes de los deseado por esta razón.

Querer y no poder

Con todo, y ligando con el problema de demografía en España que está poniendo en riesgo la continuidad de determinados centros educativos, en especial durante las primeras etapas, de la encuesta conocemos también que al 58,9% de los encuestados que no tienen hijos les hubiese gustado tenerlos, mientras que a un 36,7% no.

Sobre el número idóneo de hijos, el 49,8% coincide en que dos hijos es lo ideal, un 27,4% ha asegurado que lo mejor son tres. Pero la realidad es otra, a la luz de las últimas estadísticas.

En este marco, al preguntar por las razones por las que la gente no tiene hijos, un 77,3% asegura que “por falta de medios económicos”, un 44,1% “por problemas de conciliación de vida laboral y familiar” y, en tercer lugar -un 26,4%- dice que “por no entorpecer la carrera profesional”.

Sobre la edad ideal para tener hijos, un 50,1% afirma que para la mujer es entre los 25 y los 29 años. Además, el 63,2% cree que de los 31 a los 40 años es cuando las mujeres pierden de forma importante la probabilidad de lograr un embarazo, en el caso de los hombres la franja de perder posibilidades para tener hijos es de los 41 a los 50, según el 33,8%.

Sobre algunas situaciones que se plantean los encuestados a la hora de tener hijos está el precio de la vivienda en nuestro país, algo que preocupa al 40,7% de las personas, el nivel de desempleo en España también es una preocupación para el 35,5%.

Curiosamente, en contraste con la caída demográfica que afecta a España, el 93,1% de los encuestados está “muy de acuerdo o de acuerdo” en que ver crecer a los hijos es el mayor placer de la vida, si bien el 80,7% coincide en que los hijos suponen una carga económica para los padres y un 69,9% está “muy de acuerdo o de acuerdo” en que tener hijos reduce las oportunidades de trabajo y progresión profesional de uno de los padres o de ambos.

Por otro lado, un 58,3% está “muy en desacuerdo o en desacuerdo” con que tener hijos mejora el prestigio social de la gente en sociedad, prueba del cambio de paradigma socioantropológico en este contexto.

A todo esto, el 53,7% de las personas cree que tener hijos afecta más a la madre en cuanto a la reducción de oportunidades de trabajo, frente a un 0,5% que asegura que afectan más al padre. Y un 15,1% afirma que afecta a ambos por igual.

Un 19,4% de las personas asegura que haber tenido su primer hijo le ha limitado sus oportunidades de promoción profesional, un 15,3% afirma que ha aceptado un trabajo por debajo de su formación y un 15,6% ha reducido su actividad laboral. En cuanto a las mujeres, el porcentaje aumenta y son un 29,2% las que reconocen que se han limitado sus oportunidades de promoción frente al 9% de los hombres.

Estos y otros datos se encuentran recogidos en la encuesta sobre fecundidad, familia e infancia que se ha realizado del 11 al 19 de septiembre con una muestra de 5.742 entrevistas.

Fuente de la Información: https://exitoeducativo.net/un-tercio-de-los-espanoles-juzga-que-el-sistema-educativo-es-el-principal-problema-de-los-ninos/

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España: Sin teléfonos móviles hasta los 14 años ni redes sociales hasta los 16: esta es la propuesta del PSOE que debatirá el Congreso

Entre las medidas que han propuesto están la prohibición del deslizamiento sin fin (‘scroll’ infinito), las notificaciones en tiempo real o la reproducción automática de vídeos o juegos.

Prohibir el scroll infinito en redes sociales o las notificaciones constantes en tiempo real, así como recomendar no usar los smartphones hasta los 14 años y las redes sociales hasta los 16. Estas son algunas de las medidas que el Congreso debatirá este martes 22 de octubre, como parte de la Proposición No de Ley (PNL) que busca reforzar la protección digital de la juventud ante el impacto de las redes sociales y el uso de dispositivos electrónicos.

La iniciativa presentada por el PSOE se sustenta en informes y estudios que alertan de los riesgos que el uso inadecuado de las redes sociales puede tener en la autoestima y bienestar de los menores. Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2022 el 10,8% de la población joven en España, entre 15 y 24 años, admitía un uso problemático de internet.

“Las redes sociales no suelen mostrar la realidad e impactan de manera importante en la autopercepción, generando graves perjuicios a los jóvenes que persiguen una forma de ‘vida perfecta’ o estereotipos imposibles de alcanzar”, menciona el texto. Un mal uso de redes sociales se asocia a menor nivel de autoestima y más problemas de salud mental, como depresión o ansiedad, describen.

 

De gestionar el tiempo de uso a móviles éticos por defecto

Entre las acciones que el PSOE propone se encuentran la prohibición de características de diseño consideradas perjudiciales, como el deslizamiento sin fin de contenido (scroll infinito), las notificaciones constantes en tiempo real o la reproducción automática de vídeos. Estas funciones, señalan, están diseñadas para mantener al usuario enganchado, lo cual podría derivar en comportamientos adictivos, especialmente entre los más jóvenes. Además, el PSOE quier impulsar una recomendación de no uso de teléfonos móviles hasta los 14 años y, postergar el acceso a internet y redes sociales hasta los 16.

La PNL también contempla la creación de herramientas accesibles que permitan gestionar el tiempo de uso y el tipo de contenido que se consume, fomentando así una “desintoxicación digital”. Asimismo, se propone la puesta en marcha de programas de formación dirigidos a las familias para que los padres puedan gestionar de forma adecuada el acceso de sus hijos a redes sociales y dispositivos electrónicos.

El Grupo Socialista enfatiza la necesidad de promover una normativa que garantice que los servicios digitales sean éticos por defecto, evitando patrones opacos y técnicas de manipulación que busquen monetizar los datos personales de los jóvenes.

 

Desde hace meses, el Gobierno ha puesto en marcha un plan para atajar la adicción en las pantallas en menores. Ya el pasado mes de junio, el Ejecutivo de Pedro Sánchez aprobó un anteproyecto de ley para la protección de los menores en entornos digitales, un ambicioso plan que obliga a los fabricantes de dispositivos digitales a incorporar sistemas de control digital parental para que puedan ser activados por los padres o tutores, de forma que sean los adultos quienes decidan qué aplicaciones, servicios y contenidos restringen a los menores. Los productos como móviles, tabletas, ordenadores y televisiones inteligentes también deberán incluir una advertencia sobre los riesgos de su uso inadecuado.

La propuesta socialista subraya que, aunque las plataformas digitales han traído beneficios sociales, también han generado desafíos que requieren de una regulación más estricta para proteger la salud mental de los jóvenes. Según la OMS, 450 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por problemas de salud mental, y una de cada ocho personas sufrirá un trastorno mental a lo largo de su vida. En este contexto, la iniciativa busca limitar el impacto negativo de la tecnología en la vida de los adolescentes, apostando por una protección digital más efectiva.

 

https://www.infobae.com/espana/2024/10/19/sin-telefonos-moviles-hasta-los-14-anos-ni-redes-sociales-hasta-los-16-esta-es-la-propuesta-del-psoe-que-debatira-el-congreso/?outputType=amp-type#amp_tf=De%20%251%24s&aoh=17293539130400&referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com

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Ir al baño no es trabajo: un tribunal suizo permite que una empresa obligue a sus empleados a fichar cuando van al baño

La sentencia del tribunal suizo indica que el tiempo empleado en ir al baño no se considera tiempo de trabajo efectivo y, por tanto, no debe remunerarse.

El tribunal acepta que hay una laguna legal en la normativa que regula los descansos de los empleados.

Mientras que media Europa debate sobre la conveniencia de rebajar o no la jornada laboral, un tribunal suizo hila todavía más fino dictando una sentencia inédita en la definición de lo que se considera tiempo de trabajo: los empleados de una empresa suiza deberán fichar cada vez que necesiten ir al baño. Pese a entender que se considera una necesidad vital, no considera que la empresa deba pagar por ese tiempo.

El origen de la controversia. Según la investigación de la cadena de televisión suiza RTS, el origen de la disputa legal comenzó en 2021, cuando la Oficina de Relaciones y Condiciones de Trabajo de Neuchâtel (ORCT) verificaba que se estaban cumpliendo las medidas contra el COVID-19 en el fabricante de esferas para relojes Jean Singer&Cie que tiene en plantilla a unos 400 empleados. Los inspectores descubrieron que los empleados fichaban al ir y al volver del baño. La empresa no contabilizaba las visitas al baño como tiempo efectivo de trabajo y, por tanto, tampoco se pagaba.

La Oficina de Relaciones y Condiciones de Trabajo consideraba que esto estaba podía «animar al personal a contenerse o no hidratarse, lo que podría provocar graves trastornos fisiológicos». En febrero de 2022, prohibió a Jean Singer&Cie esta práctica alegando que «las interrupciones del trabajo que satisfacen necesidades fisiológicas no pueden considerarse pausas ya que no están destinadas a la recuperación» y contravenía los principios de la Ley del Trabajo suiza, según cuenta la cadena suiza.

Lo que dice el tribunal y un gran «pero». La empresa recurrió dicha sanción y, en su sentencia, el Tribunal de Derecho Público le dio la razón. Según el fallo, hecho público este mes, la empresa tiene derecho a exigir a los empleados que registren su salida al baño porque la legislación actual no regula de manera explícita qué constituye una «interrupción» de la jornada laboral.

Con su decisión, el tribunal deja al descubierto una laguna legal. La ley no prohíbe expresamente que las empresas cuenten las pausas para ir al baño como tiempo de descanso. Sin embargo, la sentencia especifica que la obligación de fichar para ir al baño sí discrimina a las mujeres. «Se enfrentan al ciclo menstrual, que comienza con la menstruación. Este fenómeno fisiológico requiere el cumplimiento de las normas básicas de higiene y, en consecuencia, visitas más frecuentes e incluso más prolongadas al baño», señala el Tribunal, e insta a la empresa a tomar medidas para «reducir esta desigualdad».

Lo que dice la Ley del Trabajo suiza. El artículo 15 de la Ley del Trabajo suiza establece una serie de tiempos de descanso obligatorios durante la jornada laboral que sí deben ser remunerados, siempre que los empleados permanezcan dentro del centro de trabajo.

El trabajo deberá interrumpirse mediante pausas de la siguiente duración mínima:

a. 15 minutos con una jornada diaria de trabajo superior a cinco horas y media.

b. 30 minutos para una jornada diaria de más de siete horas

c. Una hora con una jornada diaria de más de nueve horas.

La normativa no especifica el motivo de las pausas. Solo dice que los empleados tienen derecho a descansos regulares.

El punto de vista de la empresa. Pascal Moesch, representante legal de la empresa, defendía en el reportaje de la cadena suiza que «bien sea porque se trate de pausas para ir al baño, pausas para comer o pausas para descansar, se interrumpe la actividad laboral y, por tanto, la remuneración: por eso se debe fichar». No importa para qué quieran usar los descansos, por lo que la empresa entiende que los empleados deben ir al baño durante esos periodos de descanso.

La sentencia sienta un precedente. La sentencia se ha acogido con preocupación desde las instituciones suizas por el temor a que siente un precedente y otras empresas adopten la misma política. Florence Nater, consejera de Estado responsable del empleo, expresó su preocupación a RTS: «Espero que este fallo no encuentre imitadores en otras empresas que puedan verse tentadas a utilizar tales prácticas».

Desde la patronal suiza ven el caso como anecdótico. Bárbara Zimmermann-Gerster, miembro directivo de la patronal, asegura en el reportaje de RTS que «no es la dirección en la que debería ir. En vista de la escasez de trabajadores cualificados, las empresas deben asegurarse que son atractivos y responder a las necesidades de los empleados».

«Spain is different».  En una sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, el tribunal falló a favor de los empleados de La Caixa en su demanda por considerar que el tiempo del desayuno y el de fichaje de llegada, con un margen de cortesía de hasta 15 minutos hasta el inicio de la jornada, deben considerarse como tiempo trabajado.

El Supremo también se pronunció prohibiendo a las empresas descontar de la jornada el tiempo que los empleados usaban para ir al baño o computarlo como tiempo de descanso o como tiempo a recuperar en su jornada. Asimismo, el Alto Tribunal especificaba que no podían aplicarse descuentos salariales por este motivo, independiente de si se trataba de un empleo presencial o en remoto, tal y como recogían en RTVE.

https://www.xataka.com/legislacion-y-derechos/ir-al-bano-no-trabajo-tribunal-suizo-da-razon-a-empresa-que-obligaba-a-fichar-cuando-sus-empleados-iban-al-bano/amp#amp_tf=De%20%251%24s&aoh=17287853104102&csi=0&referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com

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España STEC-IC advierte de que si el presupuesto de Educación no alcanza el 5% del PIB “la pública tocará fondo”

  • “No se explica que, transcurridos tres años desde la fecha límite marcada por la Ley, no solo no lo hayamos alcanzado, sino que estemos ahora más del objetivo”, señala el sindicato.
 Si el presupuesto de Educación no alcanza el 5 % del PIB regional en 20225, “la enseñanza pública tocará fondo”, según ha advertido este viernes en un comunicado el sindicato STEC-IC.

El sindicato ha recordado que la Ley canaria de educación no universitaria establece que para 2022, como muy tarde, el presupuesto educativo debería haberse situado en el 5 % del PIB regional y lamenta que “para el Gobierno de Canarias cumplir la ley sea algo voluntario”.

“No se explica que, transcurridos tres años desde la fecha límite marcada por la Ley para alcanzar ese 5 %, no solo no lo hayamos alcanzado, sino que estemos ahora más lejos de alcanzar el objetivo que cuando el actual Gobierno tomó posesión, en junio del año pasado”, refiere.

El sindicato recalca que “sin una financiación suficiente, es imposible avanzar en la implantación del primer ciclo de la educación infantil, una etapa en la que Canarias se encuentra entre las comunidades de cola del Estado, ni se podrá contratar al profesorado necesario (unos 4.000) para reducir las ratios hasta situar a las islas en la media de las comunidades”.

Tampoco será posible llevar a cabo las inversiones en infraestructuras, tanto en lo referente a la nueva construcción, como al mantenimiento y mejora de los centros existentes. Otras medidas igualmente necesarias, como la atención a la diversidad o la incorporación de más profesionales para orientación educativa, pedagogía terapéutica, auxiliares educativos, educación social o enfermería escolar, entre otras, seguirán sin ser atendidas, asegura la organización.

El STEC cree “contradictorio que mientras el Gobierno se escuda en la falta de recursos económicos para mejorar el presupuesto educativo, lleve a cabo la mayor rebaja fiscal de la historia para beneficio exclusivo de las grandes fortunas que, gracias a que Canarias es la comunidad autónoma con la menor presión fiscal, se ahorran ingentes cantidades de dinero en impuestos que deberían servir para mejorar los servicios públicos de los que dependen fundamentalmente las clases menos pudientes”.

Con el objetivo “de que se ponga fin a esta etapa de más de una década de recortes injustificados en la calidad educativa y en los derechos laborales”, el STEC-IC ha presentado “una batería de propuestas” a incluir en el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de Canarias para 2025, que en breve deberá ser presentado al Parlamento de Canarias para su debate y aprobación.

https://www.eldiario.es/canariasahora/sociedad/stec-ic-advierte-si-presupuesto-educacion-no-alcanza-5-pib-publica-tocara-fondo_1_11707716.html

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España: La violencia sexual contra la infancia podría costarle al Estado 4.500 millones anuales

Si hay cosas complicadas, una de ellas es tener una somera idea de cuál es la realidad de la violencia sexual contra la infancia. No solo en España, sino en todo el mundo. Es una de las realidades más ocultadas a pesar de que, según diferentes cálculos, tiene una prevalencia de entre el 10 y el 15 % de las y los menores.

Investigadores de la Universidad de Comillas y de la ONG Educo han elaborado su propio cálculo de prevalencia de la violencia sexual contra la infancia y han determinado que está en el 17,29 % de las niñas, niños y adolescentes (NNA) estudiando, explica Macarena Céspedes, directora de Incidencia de Educo, los estudios de los últimos 30 años. Además, han basado buena parte de sus cálculos en las denuncias que se interpusieron el año pasado según el Ministerio del Interior, un total de 9.185.

Desde la Cátedra de Derechos del Niño de Comillas y Educo, han calculado que el Estado gasta anualmente 1.300 millones de euros en atender los costes derivados de atender a las 9.185 menores de edad que presentaron denuncia. En esta cantidad se tienen en cuenta los gastos conocidos, como el protocolo sanitario que se pone en marcha; “todas las pruebas médico-forenses, si la denuncia llega o no a juicio, si hay o no sentencia, si hay cárcel o no”, explica Céspedes.

Para el cálculo final también se han tenido en cuenta cuestiones como la probabilidad de repetir curso de las personas que sufren violencia sexual. Una cifra que es el 60 % más que otras niñas y niños. Sobre este 60 % se han calculado los costes de esta repetición. También se ha computado el coste de quienes están en el sistema de acogida tras denunciar

Fuera de este cálculo quedan otras cifras que no es posible conocer, explica la investigadora, como los costes de un trabajador social o de la intervención de los servicios sociales en una familia cuando se realiza una intervención de desamparo.

Hasta 77.000 posibles víctimas

Con el porcentaje de prevalencia que han calculado las y los investigadores, el 17,29 %, se ha determinado que podrían existir hasta 77.000 víctimas de violencia sexual en nuestro país. Niñas, niños y adolescentes de lo que nada se sabe porque no ha mediado denuncia alguna.

Y es sobre esta cifra sobre la que la investigación ha intentado arrojar algo de luz sobre la parte más oculta del gasto que supone esta violencia. “Creemos que conlleva un gasto, aclara Céspedes, aunque no hayan sido detectados”. Y esto lo dicen porque las personas que sufren estas situaciones es muy probable que sufra desapego del sistema educativo y termine repitiendo, por ejemplo. Aunque no hayan denunciado y no hayan supuesto un gasto sanitario derivado de la puesta en marcha de determinados protocolos, es muy probable que haya realizado diferentes visitas al médico por problemas de ansiedad o depresión. “Sabemos que las visitas por problemas emocionales de las víctimas de violencia sexual aumentan exponencialmente con respecto a otras”.

Céspedes explica que teniendo en cuenta esta cifra de 77.000 y la prevalencia de determinadas cuestiones que afectan en mayor medida a las víctimas de violencia sexual en la infancia ha calculado, de manera conservadora, por lo bajo, cuál es el coste para el estado de estas intervenciones. Lo han cifrado en unos 3.200 millones de euros anuales. En esta cifra no están aquellos gastos de los que no se conocen sus precios.

“Estamos convencidos, dice, de que es un mínimo porque (el cálculo) lo hacemos bajo asunciones muy potentes”, como que se produce una sola vez, como que hay impactos que no se pueden mitigar, aunque lo puedas acompañar. Y el cálculo económico se ha hecho solo sobre los daños mitigables. “El daño mitigable es aquel que, si los sistemas de detección precoz o de determinación del riesgo funcionasen, se iniciaría todo un proceso de intervención, se pondrían en marcha una serie de recursos, y si se hace de forma eficaz supuestamente mitigan el daño”.

Céspedes asegura que los cálculos económicos que se han hecho, en todo momento, son de mínimos, conservadores. Insiste en que la realidad es mucho mayor de lo que puede calcularse entre otras cosas por las diferencias, si no divergencias, en la toma de datos de las diferentes administraciones públicas, por la falta de transparencia con esta información.

Señala la responsable de Incidencia que lo que intentan, además de poner sobre la mesa una cifra económica, esta podría utilizarse en buena medida, no como reacción ante la situación, sino para tomar medidas preventivas y de detección precoz de las situaciones de violencia.

Para la organización, este ejercicio es una forma más de denuncia de la situación en la que se encuentran decenas de miles de niñas, niños y adolescentes en su día a día. Que sufren violencia sexual en su entorno más cercano.

Macarena Céspedes insiste en que la cifra de 4.500 millones recoge cálculos exhaustivos: “Hemos podido calcular qué porcentaje de personas que sufren violencia sexual acaban teniendo una adicción y cuánto cuesta esa adicción al sistema sanitario; qué porcentaje de los niños y niñas que sufren violencia sexual desarrollan una enfermedad mental como anorexia, bulimia, depresión, ansiedad crónica; cuántos niños y niñas que sufren violencia sexual acaban expulsados del sistema educativo. Y hemos podido calcular cuánto cuesta al sistema de protección la violencia sexual contra la infancia”.

Pero, al mismo tiempo, se quedan fuera muchos otras cuestiones como la pérdida de oportunidades laborales, de productividad, el capital humano que se pierde. La falta de acción y de inversión de las administraciones públicas, de las de justicia y de las personas responsables en prevención pueden suponer, y están suponiendo, un coste enorme en la vida de miles de personas todos los años.

Un ejemplo que puede ser fácil de comprender se encuentra en el documental Cómo atrapar a un monstruo, de reciente estreno en una de las principales plataformas de streaming. Cuenta la historia de un hombre que, a pesar de estar condenado a 23 años de cárcel por abusos sexuales a varios menores, pasa unos cuantos meses más en libertad. La historia, además, se remonta al tiempo en el que el protagonista era profesor, a finales de los años 60. Una historia de 40 años de abusos en diferentes instituciones como colegios o colonias de veraneo en el que, apuntan en el documental, decenas, sino cientos, de menores pudieron ser sus víctimas. El coste emocional, vital, de oportunidades laborales y sociales de todas estas personas es y pudo ser enorme. Tal vez, con información y rompiendo el tabú que pesa sobre la violencia contra la infancia, en general, y la violencia sexual en particular, casos así podrían minimizarse.

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“El capitalismo practica una guerra civil latente y larvada o abierta y declarada”

El autor italiano Maurizio Lazzarato sostiene que no hay capitalismo sin guerra. En esta entrevista también critica a la tradición filosófica francesa de la década del 70 y considera que es necesario reconstruir la acción política a fin de pensar nuevos modos de rupturas revolucionarias a nivel macro.

Maurizio Lazzarato nacido en 1955 en Italia y residente en París desde hace décadas es uno de los filósofos contemporáneos más estimulantes para pensar el lugar de la izquierda en el desconcertante panorama político actual. Militante en su juventud en el autonomismo y estudiante en la Universidad de Padua, posteriormente su exilio en Francia lo pone en relación con la tradición filosófica de mayo del 68 en la cual Lazzarato se adscribe al mismo tiempo que polemiza fuertemente con muchos de sus conceptos y de manera muy notoria en sus últimos libros: Guerras y Capital co-escrito con Éric Alliez (2016), El capital odia a todo el mundo (2019), ¿Te acuerdas de la revolución? (2022), Guerra o revolución (2022) y El imperialismo del dólar (2023). Esta serie de publicaciones encuentra una nueva estación en su flamante lanzamiento titulado ¿Hacia una nueva guerra civil mundial? (Tinta Limón) que articula teoría y política desde una rabiosa actualidad a propósito del privilegio ontológico que para una generación de pensadores (Michel Foucault, Gilles Deleuze, Félix Guattari o Antonio Negri) ha tenido la afirmación y el desplazamiento de la negación con el consecuente efecto político de esta posición que ha llevado a eliminar del pensamiento de izquierda la categoría de “guerra” y nociones sucedáneas como el conflicto o la lucha en favor de una revolución subjetiva o micropolítica que ha evitado pensar una interpelación seria sobre la revolución a gran escala. En este sentido, según Lazzarato será imperioso construir una convergencia entre las subversiones singulares y la experimentación subjetiva (modos de vida minoritarios, feminismo, género, sexualidad, etc.) con una transformación radical de la dinámica económica y social si no queremos asistir a “subjetividades revolucionarias sin revolución”. Algo que Gilles Deleuze testimoniaba pero desde una mirada crítica de las revoluciones en la historia cuando afirmaba que “la revolución impide el devenir revolucionario de las personas”.

De acuerdo al punto de vista de Lazzarato desde hace ya casi dos décadas presenciamos una continuidad de acontecimientos especialmente visibles a partir de la crisis financiera subprime de 2007 y 2008 que nos colocan frente a una realidad ineludible: no hay capitalismo sin guerra. Los conflictos entre Rusia y Ucrania e Israel y Palestina nos ponen, según su perspectiva, frente hechos incontrastables en los cuales percibimos un mundo ya completamente ajeno a la “pacificación” global luego de la caída del Muro de Berlín, el desmembramiento de la Unión Soviética y el unilateralismo liberal anunciado por Francis Fukuyama. El presente que vivimos, por el contrario, se encuentra sumido en un espiral confrontativo y violento que requiere, según el filósofo italiano, la rehabilitación de categorías olvidadas y ocultas que permitan recrear una posición de izquierda en este contexto.

En esta entrevista Lazzarato detalla sus críticas hacia la tradición de la filosofía francesa de los setentas centrada en la microfísica del poder, la micropolítica y la producción de nuevas formas de subjetividad como alternativas post-revolucionarias que pretendían sustituir el concepto de guerra civil en un contexto de desilusión del socialismo real y de desmarxistización. Desde nuestra coyuntura Lazzarato cuestiona esta deriva intelectual y, al revés, considera que es necesario reconstruir la acción política desde una ontología que recupere el “no” y la negación a fin de pensar nuevos modos de rupturas revolucionarias a nivel macro con potencia constituyente frente al avance de las nuevas derechas a nivel mundial.

¿Hacia una nueva guerra civil mundial? es su sexto libro sobre la cuestión de la guerra y particularmente sobre la noción de “guerra civil” en este caso a propósito de los conflictos en Ucrania e Israel. En relación a ello usted señala en un pasaje lo siguiente: “La guerra y la guerra civil son los signos de la repetición de la acumulación originaria, capaces de determinar la transición de un modo de producción a otro, de una forma de acumulación a otra, porque, juntas, constituyen las fuerzas destructivas del viejo orden y constitutivas de un nuevo Nomos mundial de mercado. No hay poder constituyente sin guerra y sin guerra civil, sin organización de la potencia y acumulación de fuerzas”. ¿Por qué según su mirada es fundamental recuperar la noción de “guerra” para pensar nuestro presente y especialmente para construir una política de izquierda?

El pensamiento crítico ha reprimido la cuestión de la guerra y la guerra civil y yo he intentado con todos los límites que tengo analizar la actualidad en directo, recuperar ese retraso. En un poco más de un siglo la guerra mundial se produjo cuatro veces. No se trata de un elemento contingente. Con el imperialismo y el capitalismo de los monopolios, es decir, a partir del comienzo del siglo XX la guerra y la guerra civil son acontecimientos constitutivos del capitalismo y era necesario incluirlos de manera conceptual. El capitalismo nace históricamente de un largo período de acumulación operado no por la producción o por el trabajo sino por la violencia, por las guerras de desposesión y la esclavitud. Marx llamaba a esta época la acumulación primitiva, un período durante el cual la guerra creaba las clases, porque para que la producción pueda ponerse en marcha era necesario que las clases existan y su emergencia se realizó por la violencia de la sumisión. Nosotros sabemos ahora que la acumulación primitiva no está limitada a una época histórica, de la Conquista de América a la revolución industrial, sino que se reproduce continuamente determinando el pasaje de un modo de producción a otro, de una división internacional del poder y del trabajo a otra. Incluso el pasaje del fordismo de la posguerra al neoliberalismo necesitó de su acumulación originaria, es decir, la violencia extra-económica de la guerra civil, de la guerra de conquista y de la guerra de servidumbre. Hayek, con una franqueza reaccionaria que hace falta a los progresistas y demócratas, confirma y reivindica abiertamente esta dimensión meta-económica definida sin miedo como “dictadura” cuando, durante su visita al Chile de Pinochet, mientras los ecos de la tortura, los asesinatos y la represión generalizada no estaban todavía totalmente apagados, declara el 8 de noviembre de 1977 al diario El Mercurio: “Una dictadura puede ser un sistema necesario durante un período de transición. Quizá para un país es necesario tener por un tiempo una forma de poder dictatorial”. Para Hayek, la acumulación originaria llamada “dictadura de transición” es necesaria en Chile y en toda América Latina como condición no económica del funcionamiento de la libertad de mercado y de empresa. La necesidad de ejercer, según los términos de Hayek, los “poderes absolutos” se manifestará igualmente al fin del ciclo porque el mercado, el comercio mundial y la libre empresa se transformarán en un espiral de contradicciones y de oposiciones que solo la guerra y la guerra civil pueden resolver. La dimensión extra-económica es dada por la guerra y la guerra civil en tanto definen cada vez una nueva división del trabajo internacional y una nueva división del poder, esto no es sino la apuesta de la guerra mundial “en pedazos” que estamos viviendo en el presente. La acumulación primitiva, en la cual nos encontramos actualmente sumergidos, organiza una distribución primaria de medios de producción y de la propiedad que reposa sobre la violencia del enfrentamiento armado, esta es la única manera de articular la economía política y la lucha de clases, la producción, la guerra y la guerra civil. Eso que los marxismos occidentales, todos basados sobre el valor, la producción, la circulación y el consumo, no han podido realizar exitosamente y continúan omitiendo.

Usted es un muy crítico del pensamiento francés posterior a mayo del 68, sobre todo de la última etapa de la filosofía de Michel Foucault a fines de la década de 1970 y comienzos de 1980, particularmente de su curso en el Collège de France titulado “Nacimiento de la biopolítica” sobre la cuestión del liberalismo y el neoliberalismo. ¿Cuáles son los principales elementos que usted critica de Foucault pero también de Deleuze, Guattari y de otros pensadores soixante-huitards?

Foucault es prácticamente el único intelectual de su generación en haber teorizado la guerra civil como matriz de las relaciones de poder. Pero lo ha hecho solamente entre 1971 y 1975 para luego abandonarla por los conceptos de gubernamentalidad y biopolítica. Como todos los intelectuales de su época se radicaliza en ocasión de mayo del 68 para después seguir el declive de los movimientos políticos desarrollando conceptos que tienen por objetivo la “pacificación”, por ejemplo: el cuidado de sí, la vida como obra de arte, la estética de la existencia o la producción de nuevas formas de vida, separando así la producción de subjetividad de la ruptura revolucionaria. De la misma manera opera Guattari con el “paradigma estético” que captura las relaciones sociales bajo la forma de la existencia o bien el “devenir revolucionario” sin revolución de Gilles Deleuze. Asistimos a una involución del pensamiento crítico incapaz de captar la radicalización inevitable de las relaciones de fuerzas porque hemos construido una teoría del capitalismo centrada exclusivamente en la producción (incluso el deseo es visto como productor, tal como observamos en El Anti-Edipo de Deleuze y Guattari, esto no cambia el problema) que omite la guerra y la guerra civil. Foucault opone en 1978 las “excrecencias del poder”, que considera el verdadero problema del futuro de la humanidad, a la producción contemporánea de riqueza y miseria, reenviada al pasado, como cuestión social específica del siglo XIX. Justamente, eso que Foucault niega ser el problema del presente, va a ser el centro de la estrategia capitalista: como siempre se trata de la cuestión de la propiedad privada. Foucault critica el concepto de soberanía y ve solamente la dimensión local de la organización del poder, pasando por alto completamente la centralización “soberana” de la política y la economía. De una manera similar, Toni Negri y Michael Hardt, decretan el fin del imperialismo y el nacimiento de un Imperio fantasmático supra nacional que en realidad jamás existió porque los Estados Unidos siempre quisieron imponer su hegemonía unilateral. Lo que se impone a partir de fines de los años setenta es la imposibilidad de la revolución, sustituida por los fantasmas de la ruptura micropolítica. Negri enuncia para toda la teoría crítica ese punto de vista cuando dice: “Hay que dejar de mitificarla: la revolución está viva, ella construye sin cesar los movimientos de novedad y de ruptura. Ella no se encarna en un nombre: Jesucristo, Lenin, Robespierre o Saint-Just. La revolución es el desarrollo de las fuerzas productivas, de los modos de vida en común, el desarrollo de la inteligencia colectiva”. Dejar de mitificar la revolución es hacer de ella una actividad creadora, micro, incesante, capaz de conexiones siempre nuevas entre las singularidades que escapan a la captura capitalista produciendo, de esta manera, subjetividades autónomas e independientes. “Desdramatizar” la revolución es concebirla como una praxis sin rupturas “excepcionales”, una transformación local, micropolítica, siempre capaz de relanzarse porque es ingobernable, siempre excesiva en relación a la máquina Estado-capital. En lugar de esta ilusoria producción ininterrumpida de un proceso de liberación fantasmático, asistimos desde décadas a la ofensiva de una contra-revolución que ha ceñido progresivamente toda dimensión política a la praxis del “trabajo viviente”, reduciendo a éste a niveles de sumisión y explotación jamás esperados desde la primera fase de la revolución industrial. La “inteligencia colectiva” y las fuerzas productivas sin organización central son integradas en nuestro presente en una producción impulsada por la industria armamentística, que la histeria guerrera occidental agita en ausencia de todo proyecto político, reproduciendo así su propia dominación. En lugar de un “devenir revolucionario” asistimos a un “venir fascista” del mundo. Si comparamos todas estas teorías con la situación actual podemos constatar su fracaso resonante porque se han revelado incapaces de diagnosticar el presente.

Me resulta muy interesante esta crítica que le hace a ciertos conceptos claves de la filosofía de Michel Foucault como “biopolítica” o “gubernamentalidad” ya que estos ocultarían la importancia de la noción de “guerra” al interior de la historia y del capitalismo. ¿Podría ampliar cuáles son sus principales objeciones en relación a estos instrumentos teóricos para pensar la actualidad?

Con estas categorías es imposible dar cuenta del declive del neoliberalismo que se pensaba como una alternativa al fracaso del liberalismo clásico que había conducido a las guerras mundiales y los fascismos. Ahora bien, la autoregulación del mercado nos ha conducido a la guerra y a la reedición del genocidio renovando la derrota del liberalismo clásico. La gubernamentalidad y la biopolítica describen una dinámica del poder solamente local, micro, difuso, descuidando completamente la centralización que concierne tanto a la economía como a la política. Estas categorías son muy débiles por no decir inútiles para analizar la actual fase política que era imposible de anticipar a partir de ellas mismas.

Usted sostiene que la dimensión colonial del conflicto en Gaza es la confirmación de la hipótesis de su libro Guerras y Capital (co-escrito con Éric Alliez) donde se postula que el capital funciona necesariamente a través de la guerra. ¿Podría desarrollar un poco más este planteamiento que relaciona el capital, la guerra y el Estado imperial?

La dimensión colonial del capitalismo es indispensable para su funcionamiento. Eso que el marxismo europeo y blanco ha a menudo dejado de lado. Mientras que la guerra entre los Estados europeos estaba regida por la “Jus belli” (los códigos normativos de la guerra justa), en las colonias la guerra era siempre salvaje y de una violencia inaudita. Esta era indispensable para el proceso de acumulación. La misma cosa se podría decir en relación a la sumisión y la explotación de la mujer en los circuitos de reproducción. En estos dominios igualmente no se trata únicamente de producción y de explotación sino de violencia, de guerra, de conquista y de sometimiento. Es la razón por la cual hablamos de guerras en plural (de clase, sexo, raza) y no solamente de guerra entre Estados como hace la geopolítica.

Solamente pasando a la ofensiva uno se puede oponer eficazmente a los poderes establecidos.

Luego del declive de la mundialización y la crisis de la globalización usted busca la posibilidad de rehabilitar una ruptura revolucionaria en el presente. A propósito de ello menciona ciertos acontecimientos insurreccionales como la primavera árabe, la revuelta en Irán por la muerte de Mahsa Amini en 2022, las protestas en Francia de los chalecos amarillos y contra la reforma de las jubilaciones o el estallido social chileno en octubre de 2019 para pensar la convergencia entre ciertas luchas que expresan intereses y deseos con la problemática de la clase social. ¿Cree realmente que sería posible pensar otra manera de revolución en términos macropolíticos? ¿Qué elementos nos puede ofrecer en relación a ello?

Yo no propongo reproducir las formas de la revolución del siglo XX, ellas hoy son imposibles. Parto de constatar que luego de cincuenta años de prácticas alternativas a las rupturas revolucionarias el resultado es lamentable. Verdaderamente, estamos a punto de perder todos los derechos sociales y políticos conquistados por las luchas revolucionarias de los siglos XIX y XX. Un dato al respecto: Marx evaluaba la fuerza de los movimientos obreros por los resultados obtenidos a raíz de la lucha sobre el horario de la jornada de trabajo. La tendencia histórica nos muestra que la disminución del horario de trabajo se ha detenido. No ha habido jamás desde el inicio de la industrialización un proletariado tan débil, tan impotente. El proletariado “sin revolución” no puede sino solamente soportar la iniciativa del enemigo. Javier Milei, su actual presidente, es un buen ejemplo de la estrategia, siempre al ataque, siempre el querer más por parte del capital y el Estado. La iniciativa parte todo el tiempo del enemigo. Nosotros nos defendemos desde nuestra incapacidad para detener el avance arrogante de la propiedad privada. La reacción es importante como ha sucedido en Argentina a propósito del intento de privatización de la universidad, pero siempre se trata de una reacción defensiva, en este caso para proteger la dimensión pública de la educación frente al ataque. Me parece evidente que solamente pasando a la ofensiva uno se puede oponer eficazmente a los poderes establecidos. Desde 2011 ha habido verdaderas insurrecciones de masas como en Egipto o en Chile; en Francia incluso, con una intensidad menor, hemos asistido a una impresionante continuidad de luchas. Estas luchas llegan a altos niveles de enfrentamientos pero terminan generalmente vencidas. Son incapaces de organizar y acumular “la fuerza” que es la sola cosa que el enemigo de clase teme. Es necesario abrir el debate sobre los fracasos reiterados. ¿Por qué continuamos perdiendo? ¿Por qué nos debilitamos sin cesar? En mi último libro se avanza en la hipótesis de que el problema no es solamente la multiplicidad sino el dualismo, la polarización radical de las relaciones de fuerza. El movimiento insurreccional chileno impuso la polarización pero luego le faltó una estrategia sobre qué hacer y cómo hacerlo.

En función de lo que dice creo que el análisis que realiza tanto en su obra en solitario como junto con Éric Alliez en torno a la necesidad de recuperar la noción de “negación” que ha sido perdida en favor de una filosofía exclusivamente de la “afirmación”, vitalista y deseante, es muy enriquecedor para repensar la estrategia de la izquierda en el presente. ¿Podría desarrollar un poco más esta posición teniendo en cuenta la articulación entre la política representativa y estatal (macropolítica) y la política de la vida cotidiana y la subjetividad (micropolítica)?

Las filosofías críticas posteriores a mayo del 68 han eliminado el concepto de negación porque lo identifican con la dialéctica hegeliana y con su política de conciliación y síntesis de contradicciones. Sin embargo, es imposible pensar la acción política sin decir “NO”, sin rechazo, sin negación de la estrategia del enemigo. Todo ha devenido afirmación, creación y creatividad. La destrucción de las relaciones de explotación y de dominación, la extinción de las clases y la necesidad de vencer al enemigo de clase (esta expresión también había desaparecido) ha sido reformulada en beneficio de una ilusoria afirmación de “producción de subjetividad” cuyo su desarrollo es compatible con el capitalismo, es decir, que no es contradictorio con su existencia. El “modo” spinozista de la “afirmación pura” se ha introducido y ha proliferado en los intelectuales atravesados por la crisis del marxismo. Ahora bien, uno puede pensar sin problemas una negación que no sea dialéctica. La guerra y la guerra civil son dos ejemplos de la acción de oposición, de negación, de destrucción no dialéctica. Desde los años setenta, el capital ha elegido una política de separación, de ruptura de toda mediación, de rechazo sistemático de todo compromiso y condujo una estrategia de negación de los derechos y de las conquistas de los oprimidos. El capitalismo practica una guerra civil latente y larvada o abierta y declarada, según las circunstancias. Se trata de una lógica de guerra civil asimétrica porque es asumida por una sola parte. No hemos todavía encontrado una contra estrategia para neutralizar aquella de la no mediación. El régimen de guerra nos impone pensar un nuevo concepto de negación. La guerra y la negación son las verdades de nuestra realidad fabricada por relaciones de poder no compatibles que la economía, el consumo, las imágenes y los discursos “ocultan” por un tiempo. Pero solamente por un tiempo. Con una regularidad sorprendente esta realidad emerge y con ella la “negatividad”. Es necesario saber verlas y sobre todo anticiparlas si no queremos ser esclavos.

Fuente de la información e imagen:  https://contrahegemoniaweb.com.ar

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