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España: La izquierda y la España que dejó de ser problema

La izquierda y la España que dejó de ser problema

El otro relato olvidado de una transición ejemplar

Al principio fue una aspiración colectiva: ser como ellos, poner fin a una historia de guerras civiles, de golpes de Estado y de una dictadura eterna. España era el problema y Europa la solución. Fue la consigna, se malinterpretó a Ortega, pero no importaba. Sutilmente, el acento se puso en Europa: ella nos salvaría. Nuestro europeísmo fue una huida de España y de sus problemas. La nueva generación política que llegó al gobierno con Felipe González fue más lejos: España no era capaz de autogobernarse, tendría que hacerlo un Mercado Común que pretendía ir hacia una mayor y superior integración europea.

Ni el ingreso en el Mercado Común ni la integración en la OTAN eran elementos de una política exterior a la altura de los tiempos. Era algo más profundo, más sustancial. Puesto que no éramos capaces de autogobernarnos; puesto que, de una u otra forma, llevamos siglos intervenidos por las grandes potencias, era necesario un anclaje en estructuras de poder externas que consolidaran el poder de las clases económicamente dominantes en España y que impidieran, de una u otra forma, que la correlación real de fuerzas fuese cuestionada. Las bases norteamericanas no bastaban, había que alinearse claramente con una potencia hegemónica que estaba derrotando al “imperio del mal”. La OTAN era la definición precisa de donde y con quién estábamos. Lo del Mercado Común era algo más complejo; les pasaba igual a todas las economías del sur de Europa: problemáticas económicamente, ingobernables socialmente y con aspiraciones políticas demasiado avanzadas.

El Tratado de Maastricht fue la salvación: perder soberanía a cambio de ganar estabilidad macroeconómica para disciplinar a un movimiento obrero demasiado fuerte; subordinar a unas izquierdas que no habían interiorizado que el muro cayó y que el tiempo del reformismo terminó. Fue la “gran audacia” del PSOE de González: gobernar la globalización neoliberal e impulsarla sin reservas en estrecha alianza con los grandes poderes. Con un poco de suerte y algo de habilidad se podría conseguir que los trabajadores alemanes terminaran financiando nuestro incipiente y débil Estado de Bienestar.

España, por fin, dejaba de ser un problema. Su futuro ya no dependía de ella. Estaba sólidamente determinada por una alianza política armada y por una integración europea que empezaba a dirigir de facto nuestra política económica. El futuro de España era dejar de ser un Estado y convertirse en una “comunidad autónoma” de una forma-dominio político esencialmente no democrática y bajo el control de unas élites que conseguían institucionalizar las reglas jurídico-económicas neoliberales. Eso sí -paradoja de las paradojas- bajo la hegemonía del poderoso Estado alemán.

La otra parte del relato se empezó a escribir desde aquí. La vieja cuestión nacional-territorial que siempre estuvo ahí, volvió a emerger. Las burguesías nacionalistas vasca y catalana -Galicia siempre fue otra cosa- acompañaron entusiásticamente el diseño de unas políticas que, de una u otra forma, garantizaban la economía capitalista, la democracia liberal y, sobre todo, la integración supranacional militar, económica y política. La idea era simple pero clara: puesto que el Estado español era una entidad a desaparecer en el marco de una Europa federal, había que apostar decididamente por su desmantelamiento y por una Cataluña y una Euskadi, primero regiones y luego Estados. Más Europa significaba menos España soberana e –inevitablemente- menos España democrática. El demos decidía muy poco en la política real y la democracia se cuarteaba entre la impotencia y la dictadura de una oligarquía omnipresente. El 15M fue la consecuencia, en gran parte fallida, de todo esto.

La operación era, al menos, curiosa. Se negaba el concepto de soberanía como antigualla en un mundo felizmente globalizado. A la vez, se reafirmaba la soberanía originaria de Euskadi y Cataluña y, finalmente, se apostaba por una Europa estatalmente organizada. Por decirlo de otro modo, se reconocía como hecho positivo que España era una democracia limitada; se aceptaba que la UE era el futuro y, coherentemente, se apostaba por su desmantelamiento. Lo que decían realmente los nacionalistas vascos y catalanes es que preferían ser regiones de la UE que comunidades autónomas de un Estado español condenado a la extinción. El paso al independentismo fue su consecuencia lógica. Algunos creyeron que se podía romper el Estado español sin que nada pasase y con el apoyo de una Unión Europea todopoderosa. Los resultados están a la vista: ruptura de la comunidad política catalana, emergencia de un nacionalismo español de masas y giro a la derecha en los aparatos del Estado en un proceso de automatización todavía no desvelado del todo, pero que se deja sentir cada vez con más fuerza.

Hablar de izquierda en serio: veracidad y radicalidad

De nuevo se habla de (re) fundar la izquierda. De abrir un debate de masas sobre su futuro, de escuchar mucho e iniciar una conversación sincera entre política y ciudadanía, entre política y clases trabajadoras en un mundo que cambia y no sabemos muy bien hacia dónde. Yo quisiera contribuir a este dialogo desde la realidad, intentando que esta no sea ocultada en los frondosos bosques de la retórica y, mucho menos, negada en el cotidiano quehacer del gobierno.   Por eso he querido comenzar por este “otro relato” conocido y casi siempre eludido: España es una democracia limitada, parte del dispositivo político-militar norteamericano en Europa, que no decide, desde hace años, sobre su política de seguridad y defensa; parte de la Unión Europea, que no decide, desde hace años, sobre su política monetaria, económica y fiscal. La que ya no tiene “derecho a decidir” es España. El otro lado de la contradicción es la crisis del Estado español; es decir, su cuestionamiento sustancial por dos movimientos nacionalistas que hacen del independentismo identidad y programa, en un proceso ampliado de desintegración y desarticulación espacial puesto en evidencia por las demandas de eso que se ha dado en llamar oblicuamente la “España vaciada”.

Quizás la primera cosa que habría que reivindicar es una visión crítica del pasado reciente. Venimos de una refundación y vamos hacia otra en apenas cinco años. ¿ Qué se hizo mal?; ¿qué se hizo bien?; ¿dónde poner los acentos y qué instrumentos reivindicar?. Además, se está gobernando: ¿algún balance?; ¿cambió la Unión Europea de paradigma? Los fondos europeos, ¿se orientan a transformar realmente el modelo productivo? ¿Este gobierno está reforzando efectivamente el Estado social, democratizando la economía, asegurando el futuro de las pensiones y poniendo freno al poder omnímodo empresarial en la relaciones colectivas e individuales del trabajo?

Las personas cuentan. Pablo Iglesias combinaba radicalidad verbal al servicio de un reformismo a ras del suelo. La agresividad cobarde de las derechas; unos medios de comunicación controlados por los poderes económicos, construyeron una figura-símbolo que concitaba grandes rechazos y significativos consensos. Decidió que había que aliarse con el PSOE de Pedro Sánchez para poder gobernar; es decir, con su principal rival electoral y, él lo sabía muy bien, con el auténtico partido del Régimen. La clave, según él, era dejar atrás a una izquierda que teme gobernar, que no está en disposición de asumir riesgos y mancharse las manos con la política de cada día; una izquierda que prefiere la comodidad de la oposición al duro quehacer para mejorar la vida de las gentes. Se aceptó como inevitable la pérdida de más de millón y medio de votos y la reducción a la mitad del grupo parlamentario. Menos fuerza social y electoral, pero más poder; las cuentas salían o lo parecía. Gobernar desde el BOE y gestionar con pericia las relaciones con los medios, esa era la política ganadora.

Había que ser realista. Negociar un programa de gobierno de verdad no era posible dadas las diferencias (reales o imaginarias) entre el PSOE y UP. La dirección de la coalición lo que hizo fue presentar una plataforma social y económica acompañada con sus mecanismos de financiación, centrando sobre ella la negociación. Los llamados “temas de Estado” nunca estuvieron en la agenda, solo declaraciones generales. Se dejaron en manos del PSOE la definición y la gestión exclusiva de todo lo referente a la política exterior, defensa y seguridad en momentos donde los cambios geopolíticos se aceleraban y, hay que subrayarlo, la crisis político-militar entre los EEUU y China se hacía presente con toda su importancia. Se aceptó que Pedro Sánchez se responsabilizara de todo lo referente a una Unión Europea obligada a diseñar nuevas políticas y se fue asumiendo la idea de que esta estaba cambiando de paradigma. Los fondos europeos eran la señal inequívoca de las nuevas orientaciones que, se decía, ponían fin a las etapas de austeridad.

Lo más sorprendente fue que nada se propusiese realmente para intentar resolver los variados problemas de la llamada “crisis territorial” más allá de las conocidas apelaciones al dialogo, a las buenas formas y a los consensos democráticos básicos. Cuestiones decisivas como democratización sustancial de la justicia, la reforma en profundidad de las administraciones públicas o de la urgente necesidad de organizar y diseñar nuevas estructuras para la gestión estatal de las políticas sociales, fueron dejadas prudentemente a un lado. La transición energética y ecológica, tema central, se asumió al modo PSOE; es decir, respetando el control del sector que tienen los grandes oligopolios. Se podía continuar. O se aceptaba este tipo de acuerdo o no habría gobierno de coalición posible. De camino, se clausuraban debates esenciales y se eludían otros: OTAN, bases militares, la Unión Europea del euro y el alineamiento férreo con los EEUU en su lucha existencial para mantener su orden y poder contra una China cada vez más fuerte, en alianza con Rusia, devenida, una vez más, en el “Imperio del mal”.

La salida de Pablo Iglesias del gobierno y, por ahora, de la política hubiese sido un buen momento para hacer un balance de los resultados de la coalición PSOE-UP. No se hizo así y lo que es peor, nombró a una “heredera” que, como era natural, hizo todo lo posible por separarse de quien le designó. ¿Qué tenemos? Un gobierno de coalición que no es capaz de dar un mensaje en positivo de cambio, una oposición hegemonizada por el discurso de la extrema derecha y un bloque que hizo posible el gobierno de Pedro Sánchez compuesto por nacionalistas e independentistas catalanes, vascos y gallegos que no acaban de sintonizar con las políticas que se promueven. En pocos días habrá elecciones en Castilla y León y parece que en primavera llegarán las andaluzas. Todo esto en un contexto presidido por la pandemia y una recuperación que arranca con menos fuerza de lo esperado y con una inflación que amenaza el crecimiento económico futuro.

La esperanza se ha ido depositando en Yolanda Díaz. Por ahora los medios la tratan bien. Su estilo reposado, dialogante y educado sintoniza con una parte significativa de la ciudadanía. Su gestión está bien valorada y sus políticas han significado, no sin una fuerte discusión, avances en determinados aspectos laborales y en mejoras económicas. Desde fuera se tiene la impresión que hay una complicidad personal fuerte entre ella y Pedro Sánchez que periódicamente tiene que ser renovada ante los conflictos recurrentes en el gobierno. El debate sobre la reforma laboral sigue abierto. Aquí, como en otros temas, los grandes calificativos acaban por oscurecer los avances reales. Más allá de las palabras, ¿se ha conseguido derogar la reforma laboral del PP? A mi juicio, no. ¿Los avances son positivos? Sí. Entre otras cosas porque la reforma laboral del PP estaba relacionada íntimamente con la reforma previa del PSOE. Queda por ver si la “reforma de la (contra)reforma” produce o no el fortalecimiento del poder contractual de las clases trabajadoras que siempre fue la clave de la negociación. De ello depende la mejora de los salarios, el fortalecimiento del sindicalismo y la estabilidad en el empleo. Veremos.

No me equivoco mucho, creo, si afirmo que el proyecto de la Vicepresidenta segunda del gobierno tiene un carácter fundacional; es decir, pretende abrir una página nueva más allá de lo que hoy es Unidas Podemos. No habría que dejarse confundir: todo proyecto nuevo, en cierto sentido, es transversal ya que pretende ir más allá de los alineamientos políticos establecidos y crear un mapa electoral sustancialmente diferente al actual. La palabra clave es autonomía: político-programática frente al PSOE y estratégico-organizativa frente a los partidos políticos que componen Unidas Podemos. Esta última cuestión no será fácil. Sin las organizaciones que componen Unidas Podemos no es posible construir algo nuevo; con ellos puede haber dificultades. La clave es gobernar el proceso, crear dispositivos que amplíen las alianzas, que sumen colectivos sociales, personas independientes, cuadros y militantes.

Habría que aprender de errores pasados. La forma dominante actual de hacer política no creo que pueda servir para construir una fuerza alternativa de la izquierda. Lo normal hoy es que una fuerte personalidad política se reúna con un grupo de notables y se relacione con la población a través de los medios de comunicación. Luego viene la construcción de un grupo parlamentario homogéneo y, desde ahí, disputar el gobierno. Esto no ha funcionado ni creo que funcione en el futuro, insisto, para una fuerza que pretende ser alternativa; es decir, comprometida con la defensa de los derechos sociales, la democracia económica, el fortalecimiento del poder de las clases trabajadoras y la defensa intransigente de la soberanía popular.

No se debería confundir a una ciudadanía cansada de engaños y falsas promesas. Una cosa es construir una fuerza alternativa de la izquierda y otra, digamos que diferente, un partido bisagra aliado estratégico del PSOE y con la misión de hacerlo girar a la izquierda. Para esto no haría falta construir algo nuevo; basta con tirar con lo que hay, potenciar la imagen de la Vicepresidenta y fomentar relaciones públicas ampliadas y desarrolladas. Para una fuerza alternativa con voluntad de mayoría y de gobierno, la esperanza tiene que ser organizada, convertida en compromiso político, sólidamente enraizada en el territorio, en los lugares donde se trasforma el sentido común y se potencia imaginarios críticos y rebeldes. La condición previa es la POLÍTICA entendida como proyecto de país, con mayúsculas y a lo grande.

Una propuesta nada modesta

Tres conceptos: proceso, consenso y programa en sentido fuerte. Repito lo ya dicho, una fuerza alternativa de la izquierda no se puede construir con las mismas formas y métodos que las de derechas. Hace falta dispositivos políticos que fomenten la (auto) organización, la pertenencia y la identidad. Los viejos partidos de integración de masas tienen que ser reformulados, adaptados a un tipo de sociedad que ha cambiado radicalmente para cumplir un papel imprescindible: crear poderes sociales, movilizar a la población y organizar la participación política.

Proceso para ir de menos a más, consenso en torno a los métodos organizativos y programa como construcción de un proyecto de país. Lo primero, definir una dirección política del proceso. No quiero entrar en temas delicados. Hace falta un núcleo político-organizativo que dirija el proceso, que tome decisiones y que promueva la idea de equipo, de colectivo dirigente. Se es grande cuando se cabalga a hombros de gigantes. Lo segundo, preparar a fondo una conferencia que apruebe un manifiesto-político dirigido al país y, lo tercero, ir a una constituyente para una nueva formación política.

Me quiero centrar en el tipo de conferencia política. El objetivo es aprobar un manifiesto que exprese un análisis veraz de las grandes transformaciones en curso y un conjunto de ideas-fuerza que promuevan un imaginario alternativo que dé cuenta de un proyecto de país. Lo normal sería un decálogo claro, preciso, transformador que impulse el debate público, el compromiso político y la organización. Programa, sujeto y organización están muy unidos. El método podría ser en dos fases: una conferencia que aprobara un borrador de manifiesto político; este sería discutido territorial y sectorialmente en un debate público lo más amplio posible que podría durar 3 o 4 meses. En la segunda fase se aprobaría y se convertiría en la base del programa de una nueva fórmula electoral.

Este manifiesto político tendría que definirse y decidir sobre algunas cuestiones fundamentales mal resueltas en Unidas Podemos y que fundamentarían una propuesta autónoma formulada en positivo. Estas deberían ser las siguientes: a) posición sobre los cambios geopolíticos y caracterización del orden multipolar en gestación. b) Plantearse con rigor una política de defensa y seguridad que supere a la OTAN y que consolide una política internacional al margen de la dependencia de EEUU. c) Caracterización de la UE, de su política económica centrada en el euro; su relación con la soberanía popular y el constitucionalismo social. d) Definición de lo que se entiende aquí y ahora por Estado federal en el marco de una propuesta constituyente. e) La democracia económica como consolidación y ampliación del Estado social, como democratización de los poderes económicos y revitalización del poder de las clases trabajadoras.

Se podría continuar. Esta (in)modesta proposición trata de propiciar el debate y la polémica. No acepta que la conversación con los ciudadanos sea solo a través de los medios de comunicación y eludiendo los debates básicos. Hay que aprender de las derechas y de las derechas extremas. Esperanza Aguirre, la señora Ayuso y el señor Abascal hacen de lo que ellos llaman el debate cultural, el núcleo duro. Cada día hablan más de ideología, proyecto, programa. La respuesta usual de la izquierda es eludir la ideología y centrarse en las medidas concretas; es decir, oponen tecnocracia a la política. Esta estrategia es perdedora, les deja la iniciativa a las derechas, sitúan a la izquierda a la defensiva y se entra en el territorio de la post verdad. La clave es la de siempre: ideas, proyecto que suscite compromiso político y que promueva la organización y la movilización social.

Fuente: La Casamata.

Fuente de la Información: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/izquierda-y-espana-que-dejo-de-ser-problema/

 

 

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España: despedido por sindicalista: un motivo que no reconocen las empresas

Por: Guillermo Martínez

La Plataforma de Represaliadxs Sindicales reúne a trabajadores a los que, según denuncian, no se les permitió luchar por sus derechos.

Un despido antes las elecciones sindicales en la empresa. Un patrón que infunde temor a la plantilla que desee organizarse. Subcontratas como correa de transmisión del capitalismo más depredador. Indefensión laboral continua. Todos y cada uno de los miembros de la recién nacida Plataforma de Represaliadxos Sindicales aseguran conocer bien estas prácticas. En torno a esta organización se aglutinan personas con diferentes siglas detrás pero unidas por un denominador común: los despidieron por exigir sus derechos en su centro de trabajo.

Álex León solo es un nombre propio como el de tantos que conforman la plataforma. Su historia, también la de sus compañeros y compañeras, ilustra quiénes son y lo que han venido a hacer: «En mi empresa, el año pasado dos chicas preguntaron sobre el paro de dos horas por la huelga del 8 de marzo y al mes siguiente las despidieron. España tiene que saber que aquí se reprime al trabajador organizado». León, de la CGT, es secretario general de la sección sindical de Marktel.

La compañía, que se dedica al telemarketing, tiene unos 1.600 trabajadores en su centro de operaciones en Madrid. «Después de pensar una estrategia, creamos la sección sindical sabiendo lo que podía ocurrir. Pusimos muchas denuncias por incumplimiento del convenio, como horas de trabajo que no nos pagan, y también acudimos a Inspección de Trabajo. En diciembre de 2021 me echaron, y eso que mi nombre consta en el envío de la constitución de la sección como secretario general», narra este canario de 32 años afincado en la capital. Según denuncia, le despidieron porque la empresa a la que en última instancia prestaba sus servicios, CaixaBank, supuestamente los presionó. Es decir, que «externalizaron el despido», tal y como él lo denomina.

El pasado sindical de la empresa tampoco propicia que un trabajador pueda defender sus derechos sin miedo al despido. Según dice León, en 2011 la empresa despidió a 15 de los 21 delegados sindicales. En la actualidad son cuatro los representantes sindicales en el centro de trabajo, que tal y como denuncia el ahora despedido, «no dan ningún tipo de información a la plantilla y continúan con la opacidad generalizada de la empresa». Hasta cuatro decenas de trabajadores conforman las filas de CGT en la corporación. León asegura que no lo tienen nada fácil: «Cuando saben que estás afiliado, la empresa intenta reprimirte cambiando tus condiciones laborales, lo que produce mucha incomodidad y no deja de ser una forma de acoso».

Motivos del despido sin justificar

Los despidos se suceden en Marktel, compañía que, al estar el caso judicializado, prefiere “esperar al resultado del procedimiento judicial correspondiente para emitir una opinión al respecto”. Con contratos generalizados por obra y servicio a todos aquellos que lleven menos de tres años en la entidad, las salidas forzosas, según León, son constantes. «Alegan bajo rendimiento, pero no lo prueban en ningún momento. Saben que si se denuncia, lo que el trabajador conseguirá será un despido improcedente, pero en ese lapso de tiempo en el que se llevan a cabo los trámites judiciales, la empresa intenta negociar pagando menos de lo que finalmente podría salir en la sentencia pero asegurando que lo abonará en el momento, por lo que en ocasiones llegan a un acuerdo», narra el cegetista.

Sara ni siquiera quiere dar sus apellidos. A sus 33 años, trabajaba desde 2018 en un tanatorio de Huelva como recepcionista. Servisa es otra de las empresas que ilustran esta historia. De baja por ansiedad, la trabajadora interpuso una demanda declarativa de derecho exigiendo que la empresa le dejara vestir igual que sus compañeros varones, es decir, sin la obligación de portar falda y tacones. Cansada de que la compañía no atendiera sus reclamaciones, en la demanda también solicitó el calendario laboral y una reclamación económica, ya que no les abonaban el plus de nocturnidad. Sara, igual que León en su empresa, sabía lo que podía ocurrir: «Me incorporé a mi trabajo el 1 de febrero de 2021, y ese mismo día envié un burofax a la empresa declarando un preaviso de elecciones sindicales. Ellos ya tenían mis datos como candidata», explica la ahora despedida.

Paralizar la actividad sindical a toda costa

Exactamente 25 días después, Sara se quedó sin trabajo. Tan solo quedaban cinco días para la celebración de las elecciones: «Está claro que querían que no me presentara, ni que saliera elegida. Yo era la única candidata», apostilla. Al final, fue UGT quien se hizo con la representación de los trabajadores. La batalla judicial tan solo había comenzado: «Ahora luchamos por el despido nulo por garantía de indemnidad [derecho del trabajador a no sufrir represalias sindicales] y hemos impugnado las elecciones judicialmente», explicita la antigua recepcionista de Servisa, que asegura que tuvo que llamar a la Policía local el día de los comicios para poder impugnarlos, pues desde la empresa no le dejaban acceder al interior de las instalaciones.

«Después de mi despido, Servisa envió dos burofaxes al sindicato diciendo que yo no podía ejercer mi actividad sindical porque no soy una sección legalmente constituida», relata esta mujer. Es ella misma quien concreta que «la jurisprudencia recoge que hasta que ese despido no sea declarado procedente o nulo, la actividad sindical no debe paralizarse». Así llegó la tercera demanda que interpuso por vulneración de derechos fundamentales, entre los que está la libertad de sindicación.

Algo más de 30 trabajadores desempeñan sus funciones para Servisa en Huelva. A nivel nacional, la entidad puede tener a más de tres millares en sus filas, calcula Sara. «Un compañero al que vieron hablando conmigo le suspendieron de empleo y sueldo, y otros que se han negado a hacer las horas extras que no les pagaban también han sido sancionados. Están con el látigo», denuncia Sara. Por el momento, las denuncias interpuestas ante la Inspección de Trabajo le dan la razón a la trabajadora, tal y como ella misma afirma.

Pero la historia no termina ahí: «Yo salí en muchos medios contando mi experiencia. Salía anonimizada, solo con mi nombre de pila. La empresa, como represalia, mandó burofaxes a los medios de comunicación exponiendo todos los datos personales», relata la afectada. De nuevo, otra denuncia hacia Servisa por cesión indebida de datos. Ahora, Sara espera la resolución de la Agencia Española de Protección de Datos para iniciar la vía civil. Afirma que este combate que está librando le provoca cierta ansiedad, pero confiesa que su única meta es recuperar su puesto de trabajo. «Yo voy a ir hasta el final», expresa esta afiliada a CGT.

Servisa, por su parte, afirma que “todas las trabajadoras pueden optar por falda o pantalón así como zapato de tacón o plano”. Pese a que desde la empresa en ningún momento aclara los motivos del despido disciplinario, sí añaden que este “tampoco guarda ninguna relación ni con la demanda declarativa de derechos interpuesta ni con la convocatoria de elecciones sindicales”.

El imperio de las subcontratas

Miquel Domínguez también conforma la Plataforma de Represaliadxs Sindicales. Él procede de Comisiones Obreras y trabajaba realizando repartos por parte de una subcontrata de Amazon en Barcelona. Se muestra claro: «Esta multinacional subcontrata de forma ilegal a las empresas, y no lo digo yo, sino Inspección de Trabajo. Así consiguen dividir a la plantilla, que las demás empresas compitan entre sí y suban y bajen rutas, lo que implica potenciar el trabajo temporal y mayores dificultades para que los operarios nos sindiquemos. En última instancia, si a Amazon le incomoda alguna organización sindical en la subcontrata, les rescinde el contrato y se acabó el problema».

Además de la Plataforma, Domínguez forma parte de la Asociación de Drivers Amazon España (ADAE). Asturias, Cantabria, Valladolid y Catalunya son algunas de las zonas en las que ya tienen implantación, y desde las que luchan «para hacer frente a la cesión ilegal de trabajadores y abusos que perpetra Amazon», dice este repartidor. Y así resume la forma de actuar por parte de las empresas subcontratadas por la multinacional ante el mínimo atisbo de organización laboral: «Cuando intentamos realizar una asamblea o convocar elecciones al comité, lo primero que hacen es despedir a toda la candidatura. Después llega la reducción de rutas, despidos de la plantilla y, en algunos casos, difamaciones y amenazas».

Esto último lo vivió él mismo en primera persona, una situación que terminó agravándose por el ERE que acometió Varzea Logistic. «Montamos una candidatura clandestina para evitar las represalias. Salimos a la luz al convocar elecciones sindicales, es decir, que ya estábamos protegidos legalmente. Aun así, al día siguiente despidieron a todos los candidatos bajo el pretexto de que habían bajado las rutas y se trataba de un despido objetivo». Pasados cuatro días, fueron readmitidos, pero ya habían trasladado un mensaje: «El de que cualquiera que se juntara con nosotros sería señalado». Algo de lo que se dieron cuenta con el tiempo. A partir de entonces, empezaron «las amenazas y las difamaciones». «Incluso un alto cargo de la empresa envió por el grupo de WhatsApp un vídeo de neonazis en el que deseaban la muerte a los rojos», sostiene Domínguez. Tras escribir al correo electrónico facilitado en sus datos fiscales, desde La Marea no hemos logrado una respuesta por parte de Varzea Logistic.

Cerrar la empresa antes que pagar según convenio

Con todo, decidieron seguir con la candidatura. Las presiones de la empresa de reparto consiguieron que uno de ellos se cayera de la lista. «La mesa, formada por compañeros proempresa, no nos dejó presentarnos, aunque manteníamos a más del 60% de los candidatos. Lo recurrimos y un juez nos dio la razón. Al final conseguimos sacar dos delegados de los cinco posibles», cuenta este barcelonés. Poco después, los 35 operarios de la plantilla se enfrentaron a un ERE que la empresa justificó al afirmar que tenía pérdidas. Domínguez lo aclara: «A nosotros nos presentaron unos beneficios en abril de 2021 de 70.000 euros y en mayo de 50.000. Las cuentas que expusieron en el ERE ni siquiera estaban auditadas, pero con el visto bueno de Amazon cerraron la empresa».

Este repartidor subraya como una de las irregularidades el hecho de que a «todas las subcontratas de Amazon se les aplica el convenio de mensajería, cuando en realidad debería ser el de transporte, lo que implicaría una subida media del salario al mes de 600 euros». «Entiendo que el empresario que se quedaba con ese dinero de cada trabajador al mes prefirió cerrar antes que mejorar las condiciones de la plantilla», conjetura. Las elecciones sindicales se celebraron el 6 de mayo y la empresa cerró el 28 de agosto. Ahora, el ERE se debate en los tribunales. «Pedimos que se declare nulo y que Amazon nos incorpore directamente a su plantilla por la cesión ilegal que realiza», completa Domínguez.

La Plataforma de Represaliadxs Sindicales aglutina este tipo de casos, en los que la maraña judicial, en ocasiones, no deja ver el trasfondo del asunto. Plantillas organizadas para defender y mejorar sus condiciones laborales terminan sufriendo acoso y, en último término, el despido. «Son casos continuos en diferentes partes del Estado, pero en luchas deslocalizadas», agrega Álex León, quien también tiene palabras para la modificación de la ley laboral: «Aunque se haya aprobado, la reforma mantiene estos mecanismos en los que las patronales quieren volver al siglo XIX, echando a los trabajadores a la calle si tratan de organizarse en un sindicato. Y cada vez lo vemos más».

Fuente de la información e imagen: https://www.lamarea.com

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¿Educación Emocional o Coeducación Afectiva, Sexual y Emocional Integral?

Por Mary C. Bolaños Espinosa

En el Pleno del Parlamento de Canarias del pasado 23 de febrero de 2022 se aprobó una PNL en la que se insta al Gobierno de Canarias a que se dé continuidad a la impartición del área “Educación Emocional y para la Creatividad”, ampliándose la misma a 5.º y 6.º de Educación Primaria y a la Educación Secundaria Obligatoria.

Esta asignatura se estableció en el curso 2014-2015 en el currículum canario, en los cursos de 1º a 4º de Primaria, como materia obligatoria y evaluable, “con premura, con escasa información y sin la formación necesaria para todo el profesorado que debería impartirla, una formación que permitiera un planteamiento riguroso, serio y seguro de la educación emocional en la escuela” (Consejo Escolar de Canarias, 2014).

Después de ocho cursos de desarrollo de esta materia en las aulas canarias no se ha hecho pública ni una evaluación de su implementación, ni de su impacto, adquiriendo, en estos momentos, una importancia innegable, dado el cambio de ley educativa (de LOMCE a LOMLOE, en la que los Reales Decretos de Enseñanzas Mínimas fijan, en virtud de lo establecido en esta Ley, el 50% del horario escolar en las Comunidades Autónomas).

¿Educación emocional, al servicio de qué y de quién?

Históricamente, el sistema educativo ha sido objeto de enormes presiones para adaptarlo a las necesidades del mundo económico. En las últimas décadas, llama bastante la atención que, con este objetivo, las empresas hayan convertido el trabajo emocional en un recurso esencial para incrementar la productividad y el rendimiento, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico destaque que las habilidades socioemocionales tienen un papel específico para abordar situaciones imprevistas, controlar las emociones y cumplir con las expectativas laborales (OCDE, 2016) o la Fundación Botín realice un informe sobre la situación internacional de la educación emocional y social. Lo cierto es que la educación emocional se ha convertido en una piedra angular de las nuevas formas de individualismo que promueve el neoliberalismo, impulsando una formación cuyo objetivo es preparar a las nuevas generaciones «para la implacable competición de la vida». Una educación emocional que se encarga de la percepción, comprensión y regulación de las emociones, sin un análisis crítico, sin que le acompañe una educación ética, corriéndose el peligro de fomentar un hiperindividualismo emocional, contribuyendo, así, a formar personas más “adaptables” a la precariedad y que se resignen ante cualquier situación, e incluso preocupadas solo por sí mismas, reforzando uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, la presencia de personas que se divierten o disfrutan con el sufrimiento ajeno.

Una educación para la sociedad que queremos.

Urge construir sociedades que pongan la vida en el centro, articuladas en torno a las condiciones básicas de existencia para todas las personas, que tengan como prioridad el sostenimiento de vidas dignas de ser vividas. Esto requiere, entre otras condiciones, que en nuestros centros educativos se desarrolle una verdadera Educación Integral. Una educación que acompañe a nuestro alumnado para que sea capaz de definir su biografía personal, analizar la realidad que vivimos, disponer de habilidades para el diálogo, la resolución de conflictos y el consenso, así como promover una ética fundamentada en la solidaridad, la responsabilidad socio‐ambiental, el respeto y el amor.

Somos seres para el contacto, la vinculación y la vida social, profundamente interdependientes, y nuestra riqueza emocional va más allá de las emociones, pues construimos sentimientos, vivimos afectos sociales (apego, amistad, sistema de cuidados, altruismo…) y sexuales (deseo, atracción, enamoramiento) y establecemos vínculos, que han de ser satisfechos para alcanzar nuestras necesidades básicas y nuestro bienestar. Conocer las características de esta dimensión emocional y social, las necesidades que se derivan de ella, las formas de gestionarlas y satisfacerlas, es fundamental para promover el bienestar personal y social. Y lo debemos hacer entendiendo este complejo mundo emocional como una construcción cultural, que hay que situar al lado de la ética, a favor de la libertad y la dignidad humana.

Necesitamos el aprendizaje en buenos tratos, en respeto, en humanidad, hace falta una Educación Emocional, Afectiva y Sexual enmarcada en el ámbito del autocuidado y de los cuidados personales, relacionales y del medio, como elementos substanciales para el sostenimiento de la vida. Necesitamos integrar la “cuidadanía”en las aulas.

¿Cómo concretamos esta propuesta educativa?

Es fundamental que el aula sea un sitio seguro, de confianza, y el centro educativo, un espacio de aprendizaje para la vida, un lugar de convivencia. Eso demanda que estas temáticas se incorporen, de forma explícita y sistemática, en el curriculum, reestructurándolo para que la educación formal realmente desarrolle las competencias necesarias para vivir de manera plena y feliz en esta difícil época.

Por ello, se hace ineludible una reflexión que enriquezca la demanda de una materia obligatoria en el currículum canario de las diferentes etapas educativas, que no esté ligada solo al conocimiento y regulación “eficaz”de las emociones, sino que también dé paso a la inclusión de la calidad de vida, de la coeducación afectiva, sexual y emocional. Una asignatura con horas suficientes, con ratios adecuadas, con profesorado formado y con tiempos para la coordinación, la reflexión y el trabajo colaborativo con el resto de docentes y familias. Una asignatura que promueva una transversalización real de sus contenidos, permeando tanto las diferentes áreas y materias, como los diversos espacios de la educación formal. La complejidad y multiplicidad de los aspectos que se interpelan, comporta abordarlos de una forma integral. Es poco significativo trabajar sus contenidos como una asignatura más, mientras el sistema de rutinas y actitudes que se desarrollan a lo largo del día contradicen el posible trabajo que pretendemos realizar.

Se precisa repensar la estructura y las funciones del propio sistema educativo. Este cambio exige un cambio trascendental, que hace imprescindible el reconocimiento de un nuevo perfil docente. Además de la atención al alumnado, hay otras funciones inherentes a la tarea educativa, que han de conllevar menos horas de docencia, con la finalidad de que el profesorado pueda investigar, reflexionar sobre la práctica, compartir y contrastar con sus compañeros y compañeras, coordinarse con las familias y otros agentes sociales… Este cambio ha de vincularse a la formación del profesorado, sin olvidar el acompañamiento que se le ha de realizar, para asegurar que estos cambios lleguen a todas nuestras aulas, evitando que sean patrimonio de los sectores más innovadores.

Hemos de ser conscientes de que no solo importa lo que queda escrito en una ley y/o en los currículum, sino que su trascendencia vendrá determinada por las condiciones que se creen para hacerlos realidad en las aulas y centros educativos. Hay que lograr inclinar la balanza social hacia el logro del bienestar personal y social, hacia los cuidados compartidos, hacia vidas dignas de ser vividas. ¡Aún confiamos en que haya voluntad personal, profesional, sindical, y sobre todo política,para no perder esta oportunidad!

Mary C. Bolaños Espinosa. Colectivo Harimaguada

Fuente: https://rebelion.org/educacion-emocional-o-coeducacion-afectiva-sexual-y-emocional-integral/

 

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España: La manifestación ‘Andalucía se construye con lo público’ reivindica «la defensa de los derechos» a sanidad y educación

La manifestación ‘Andalucía se construye con lo público’ reivindica «la defensa de los derechos» a sanidad y educación

La manifestación ‘Andalucía se construye con lo público’, convocada por la Plataforma Andalucía 28F con el apoyo de formaciones como Unidas Podemos o Adelante, –marca refundada por Anticapitalistas, Primavera Andaluza, Izquierda Andalucista y Defender Andalucía tras el cisma vivido en dicho grupo parlamentario–; ha contado con la participación de los líderes de los citados partidos y la asistencia de unas 1.600 personas, según cálculos de la Policía Nacional consultados por Europa Press.

Los portavoces de Unidas por Andalucía, Martina Velarde (Podemos) y Toni Valero (IU), han participado en la manifestación, celebrada desde la Puerta de Carmona hasta el Palacio de San Telmo, sede del Gobierno andaluz.

Martina Velarde, coordinadora de Podemos Andalucía, hizo un llamamiento «a la celebración, pero también a la reivindicación en la defensa de los derechos y de los servicios públicos» en un momento en el que «pilares básicos de la autonomía y del autogobierno, como son el sistema andaluz de salud y el sistema educativo andaluz, que tanto trabajo y esfuerzo han costado construir, están en peligro por las políticas privatizadoras de PP y Cs en el Gobierno andaluz».  Velarde ha deseado así «que este 28-F sea el último con las derechas en el Gobierno de Andalucía».

Por su parte, el coordinador de IU, Toni Valero, ha explicado que «las derechas no creen en el autogobierno» y que «Andalucía les viene grande», mostrándose convencido de que «el cambio político en Andalucía está en marcha».

También ha cargado contra el Gobierno del popular Juanma Moreno Bonilla y del Partido Popular por «su negacionismo con los servicios públicos y con la protección del medio ambiente» que ha supuesto «traicionar las conquistas del pueblo andaluz» y ha hecho un llamamiento para detener «los planes de privatización» del PP en Andalucía.

Desde Unidas Podemos han destacado así el papel de Andalucía como «tierra de paz», manifestando el «no a la guerra» por la invasión rusa de Ucrania y contra «el ultranacionalismo y el militarismo que están devastando a los pueblos de Europa», en palabras de Valero, que ha señalado la «convicción pacifista» como «seña de identidad del pueblo andaluz».

Teresa Rodríguez, portavoz de Adelante Andalucía, ha expuesto de su lado que «la clave política» para afrontar los retos socioeconómicos de la región es que la misma cuente con «voz propia en el Gobierno de la Junta, el Congreso de los Diputados y en Europa».

Y es que según avisa, «los 61 diputados» andaluces en el Congreso ejercen su función con intereses más en favor «de sus partidos que de esta tierra»; mientras los gobiernos autonómicos «sólo son andalucistas cuando» en Madrid gobierna un partido ajeno al propio

Fuente: https://www.europapress.es/andalucia/noticia-manifestacion-andalucia-construye-publico-reivindica-defensa-derechos-sanidad-educacion-20220228152727.html

 

 

 

 

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Familia y escuela, filosofía y matemáticas

Roberto Atanes Torres, profesor de Estadística de la Universidad CEU San Pablo, explica en este artículo cómo de igual manera que las matemáticas son necesarias en nuestro desarrollo como civilización, «la familia lo es en nuestro desarrollo como sociedad»

Vivimos en un tiempo en el que somos testigos de cómo determinadas corrientes de pensamiento político y social tratan de soslayar, menospreciar e incluso desprestigiar valores e instituciones fundamentales de nuestra sociedad como es el caso de la familia.

Y precisamente es nuestra sociedad la que no puede, ni debe permitirse olvidar que la familia es un pilar básico de nuestra civilización, un vehículo de cohesión social cuya prevalencia nunca ha dejado de ponerse de manifiesto como un baluarte que transmite y preserva nuestros más preciados valores humanos y sociales. Pero además, ha de destacarse su papel como primer ámbito socializador del individuo, una misión trascendental que desarrolla al transmitir e infundir principios morales y éticos en conjunción con el sistema educativo en la tarea compartida de formar a los más pequeños para su integración en la sociedad.

En la imagen, Roberto Atanes Torres
En la imagen, Roberto Atanes Torres

Rescatemos de paso la noble intención de Platón al fundar la Academia de Atenas, cuyo objetivo primigenio fue formar hombres de estado basándose en el aprendizaje de la filosofía y las matemáticas, la filosofía como fundamento para la capacidad de razonamiento y valores deseables en un buen estadista, y las matemáticas como una progresión natural del ser humano que siente la necesidad de cuantificar lo que razona.

Hoy más que nunca, es necesario reivindicar esta doble vertiente, la de la educación familiar en el ámbito de los valores junto con la del aprendizaje en las escuelas y universidades en el campo del conocimiento intelectual, porque al igual que las matemáticas son milenarias, lo es la familia, de igual manera que las matemáticas son necesarias en nuestro desarrollo como civilización, la familia lo es en nuestro desarrollo como sociedad, y si las matemáticas han jugado un papel trascendental en el progreso humano, no menos importante ha sido, y sigue siendo, el papel de la familia en el pleno desarrollo de las personas.

Fuente de la información e imagen:  https://www.abc.es

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España: Los sindicatos convocan una huelga unitaria de cinco días en escuelas e institutos de Catalunya

Las movilizaciones se llevarán a cabo en dos tandas: 15, 16 y 17 de marzo y 29 y 30 del mismo mes. Los cambios anunciados unilateralmente por el Departamento de Educación han desbordado el “malestar” de la comunidad educativa.

La huelga de los docentes catalanes de primaria y secundaria ya tiene fecha:  una primera tanda de tres días —15, 16 y 17 de marzo— y una segunda tanda el 29 y 30 de marzo. Esta convocatoria es unitaria, participan desde el sindicato mayoritario en la escuela pública, Ustec-Stes (IAC), hasta CC OO —con implantación en la concertada—, y la Intersindical-CSC, Professors de Secundària (Aspec·SPS), UGT, CGT y Usoc. En medio de ambas paradas, la Ustec, la Intersindical, COS y SEPC han programado un sexto día de huelga, el 23 de marzo, para defender el modelo de inmersión lingüística sancionado por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, y su famosa sentencia de que los centros tienen que impartir el 25% de las asignaturas en castellano.

El Departament d’Educació de la Generalitat de Catalunya, dirigido por ERC, ha propuesto eliminar la asignatura optativa de filosofía y tecnología en secundaria, no ha elaborado una norma para proteger la inmersión lingüística, no ha eliminado la hora añadida a los docentes por los recortes de la crisis económica de 2008 —y el resto de recortes— y les ha exigido, sin negociar con los sindicatos y sin consultarlo en el Consejo Escolar, que avancen unos días el inicio del curso escolar —al 5 de septiembre—, que hagan jornada continua en septiembre  y que trabajen de forma presencial la primera quincena de julio. La respuesta de todos los sindicatos ha sido unitaria, recogiendo el profundo malestar de una comunidad docente que tras los esfuerzos realizados durante la pandemia esperaba mantener una relación fluida con Educación.

La Ustec, la Intersindical, COS y SEPC han programado un sexto día de huelga, el 23 de marzo, para defender el modelo de inmersión lingüística sancionado por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya

“Los ánimos están bastante caldeados”, resume David Caño, miembro del secretariado nacional del sindicato catalán en educación USTEC-STES (IAC). “Una huelga de cinco días no puede ser simbólica: todos los sindicatos la convocamos”, alerta, y añade que las movilizaciones podrían extenderse a los siguientes meses.

El 17 de febrero ocuparon el Departament d’Educació, y se quedaron a dormir. Solicitaron la dimisión de su titular, Josep Gonzàlez i Cambray, a gritos de “Cambray dimissió, petit dictador” (Cambray dimisión, pequeño dictador) y “volem negociar” (queremos negociar). Cambray no está bien valorado entre los docentes, asegura Caño, “es licenciado en marketing”, resalta. Su experiencia como docente se limita a unos cursos en secundaria, escuelas de negocios y otras instituciones, tras trabajar como auditor en la empresa privada (también es ingeniero técnico industrial) antes de insertarse en política en 2005, donde ha ocupado varios puestos, muchos de ellos, en Educación. Cuando gestionaba la dirección general de los Centros Públicos de Educación fue detenido por la Guardia Civil en el marco de la ‘operación Volhov’ —una pieza separada para investigar supuestamente delitos de malversación con fondos públicos relacionados con el Procés—. Quedó en libertad dos días después, como la mayoría de los 21 arrestados.

El 17 de febrero, los sindicatos ocuparon el Departament de Educació, pasaron la noche allí y reclamaron la dimisión del conseller

Por su parte, Cambray tilda de “inmovilistas” a los sindicatos y asegura que el nuevo calendario escolar “ha venido para quedarse” y no afecta a los derechos laborales de los docentes. Fue anunciado en rueda de prensa.

El comunicado conjunto de los sindicatos “reclaman de forma unitaria” aumentar al 6% del PIB destinado a Educación, revertir los recortes de 2008, una reducción de las ratios, ningún cierre de aulas en los centros públicos, su rechazo al nuevo curriculum, la estabilización del personal interino, la defensa de la inmersión lingüística, una negociación “real” y la dimisión de Cambray.

Desde la Ustec, David Caño insiste en que adelantar el inicio del curso escolar “ha sido la gota que ha colmado el vaso”. La ausencia de regulación del modelo lingüístico catalán por parte de Educación, que nació de un consenso de finales de la década de 1970 y principios de 1980, ha creado un “gran malestar” en los centros, que ven ahora como en nombre de la “autonomía” deben regular ellos mismos la transposición de la sentencia, o su desobediencia. “Educación ha traspasado la responsabilidad a las direcciones de los centros vía la autonomía”, señala.

Caño considera que los cambios planteados por Educación para el próximo curso son “una bomba de humo” para “tapar la cobardía de Cambray, porque si una cosa podía generar malestar en Catalunya es precisamente romper la inmersión lingüística, que no se atreve a blindarla”.

Fuente de la información e imagen:  https://www.elsaltodiario.com

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España: La nueva Primaria, menos Religión y más Educación Artística

www.elcorreo.com

El currículo de la etapa aprobado por el Gobierno incluye la asignatura de Valores, solo permite repetir una vez y no habrá notas de 4 o de 5 sino de suspenso o aprobado.

El Consejo de Ministros aprobó este martes el real decreto de enseñanzas mínimas de Educación Primaria, el compendio de competencias y conocimientos básicos que un alumno deberá conocer al final de esta etapa académica para considerar que está en condiciones de seguir sus estudios obligatorios, de pasar a la ESO.

Es la aplicación práctica en Primaria de las directrices, contenidos, organización y técnicas pedagógicas que marca la Lomloe, la nueva ley educativa aprobada hace algo más de un año. Es el nuevo modelo de enseñanza, el nuevo currículo que se comenzará a aplicar el próximo septiembre en los cursos impares (primero, tercero y quinto) y al curso siguiente en los pares. Ya se aprobó hace una semana el currículo de Educación Infantil y en breve les seguirán los de ESO y Bachillerato.

Marca cómo debe ser el 60% del horario escolar de Primaria en toda España (el 50% en las comunidades con lengua propia), trabajo que ahora deberán complementar las consejerías con el 40% o 50% restante de su competencia, del que deberían ceder un porcentaje representativo del diseño a los propios colegios.

Las asignaturas que más variaciones sufren en el nuevo currículo estatal de Primaria son Religión y Educación Artística, que engloba Plástica, Música y Danza. La primera, que en todos las etapas educativas pasa a ser voluntaria, pues no contará para la nota final ni tiene asignatura sustituta, se reduce de hora y media a la semana a una hora. La formación artística recorre el camino contrario, hasta colocarse en hora y media a la semana.

No obstante, como ocurre ahora, más de la mitad del horario lo compondrán Lengua y Literatura y Matemáticas, seguidas de Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural, las tres con leves aumentos de horario, más Educación Física y Lengua Extranjera, con tiempos casi idénticos a los actuales. La novedad de la etapa es Educación en Valores Cívicos y Éticos que, con 50 horas de clase, se deberá dar de manera obligatoria en quinto o sexto, según elija cada autonomía. La nueva asignatura incluirá contenidos en educación afectiva, sexual, igualdad entre hombres y mujeres, respeto a las minorías y a la identidad de género, ecología o lucha contra la violencia de género.

Según fijó la Lomloe y el real decreto de evaluación aprobado en otoño, la nueva Primaria recupera la estructura en tres ciclos de dos cursos cada uno que tenía antes de 2013, establecerá planes de refuerzo para los alumnos que tengan dificultades de aprendizaje, solo se podrá suspender al final de cada ciclo, se limitarán las repeticiones a un máximo de una en toda la etapa, y dejará de haber notas numéricas. Las calificaciones serán cualitativas: suspenso, aprobado, bien, notable o sobresaliente.

https://www.elcorreo.com/sociedad/educacion/nueva-primaria-religion-20220301203348-ntrc.html

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