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Mundo: Injusticia climática y pandemia

Injusticia climática y pandemia

Un informe de Oxfam de septiembre 2020 sobre quien produjo el cambio climático entre 1990 y 2015, expone la lacerante desigualdad en el tema, que está directamente relacionado a la salud de los ecosistemas y de las personas. Las causas del cambio climático se entretejen con las de la pandemia: en ambos casos el sistema alimentario agroindustrial es uno de sus principales causantes.

Según el informe mencionado, el 10% más rico de la población mundial (630 millones de personas) generó 52% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) acumuladas, mientras que la mitad del mundo más pobre (3100 millones de personas) generó tan sólo 7% de las emisiones. O expresado de otra manera, la mitad más rica del mundo ha generado el 93% de las emisiones acumuladas.

En el lapso 1990-2015 las emisiones anuales de gases de efecto invernadero (gases como dióxido de carbono y otros que calientan la atmósfera en forma permanente) se incrementaron en un 60%, pese a que ya existía claro conocimiento de sus causas y el riesgo de colapso climático.

El 5% más rico de la población (aproximadamente 315 millones de personas) fue responsable de 37% de este aumento. El aumento total de las emisiones de apenas el 1% más rico fue en volumen tres veces mayor que el de todo el 50% más pobre.

Solamente 10 países son responsables de dos terceras partes de las emisiones históricas de GEI acumuladas desde 1850 –aunque esa referencia es engañosa, porque la gran mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero se realizaron en los últimos 50 años, y se aceleraron después de 1990. Estados Unidos encabeza esa lista. Con menos del 5% de la población mundial consume cerca del 25% de la energía global. En la última década, China se convirtió en el mayor emisor de gases de efecto invernadero y Estados Unidos pasó a segundo lugar, seguido de la Unión Europea e India. No obstante, medido en emisiones per cápita, Estados Unidos sigue emitiendo 10 veces más GEI que India y más del doble per cápita que China.

El 5% más rico de la población (aproximadamente 315 millones de personas) fue responsable de 37% de este aumento. El aumento total de las emisiones de apenas el 1% más rico fue en volumen tres veces mayor que el de todo el 50% más pobre.

Solamente 10 países son responsables de dos terceras partes de las emisiones históricas de GEI acumuladas desde 1850 –aunque esa referencia es engañosa, porque la gran mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero se realizaron en los últimos 50 años, y se aceleraron después de 1990. Estados Unidos encabeza esa lista. Con menos del 5% de la población mundial consume cerca del 25% de la energía global. En la última década, China se convirtió en el mayor emisor de gases de efecto invernadero y Estados Unidos pasó a segundo lugar, seguido de la Unión Europea e India. No obstante, medido en emisiones per cápita, Estados Unidos sigue emitiendo 10 veces más GEI que India y más del doble per cápita que China.

Lo más terrible es que más de 100 países del Sur global, y la mitad de los habitantes más pobres del planeta prácticamente no emiten gases de efecto invernadero, pero son los que más sufren por las consecuencias del cambio climático, con inundaciones y sequías extremas, migraciones obligadas, por quedar sin casa ni vías de sustento, etc. En todo el mundo, dentro de cada país, los efectos del calentamiento global provocado por las minorías más ricas los sufren los más pobres y marginalizados, tanto en comunidades urbanas como rurales e indígenas, como entre otros, los efectos de huracanes en Nueva Orleáns, las inundaciones en Reino Unido o los incendios descontrolados de la costa Oeste de Estados Unidos, Australia, Brasil, Argentina, Indonesia.

Las causas del cambio climático son ya bien conocidas. Es una consecuencia del sistema de producción y consumo industrial a gran escala y basado en combustibles fósiles. Según el Panel intergubernamental de expertos en cambio climático (IPCC) los principales sectores emisores, por orden de magnitud, son la extracción y generación de energía, la deforestación y agricultura industrial, la construcción y transportes. Si de estas fuentes extrapolamos el uso de energía, uso de suelo, deforestación, transportes, emisión de gases por desechos orgánicos, se muestra que el sistema alimentario agroindustrial (desde las semillas y agrotóxicos, a los supermercados con empaques, refrigeración, transportes, desechos) es responsable de 40 a 55 por ciento de las emisiones de GEI. Ese mismo sistema agropecuario industrial es el factor principal en la generación de epidemias y pandemias.

Pero ni en el cambio climático ni en las pandemias, las políticas oficiales se dirigen a eliminar las causas: en ambos casos se privilegia volver a subsidiar a las poderosas industrias causantes de tan tremendas crisis, apoyando salidas tecnológicas que les garantizan nuevos mercados.

En la pandemia, con enormes inversiones públicas en vacunas escasamente evaluadas y que plantean nuevos riesgos (Ver Covid y vacunas transgénicas) dejando intocadas las causas.

En políticas climáticas, permitiendo que en lugar de reducir emisiones reales, las empresas y países se basen en el concepto perverso de “emisiones cero netas”, es decir, que puedan seguir contaminando con GEI, pero que supuestamente lo compensen con otras medidas. En la reciente Semana del Clima, realizada en Nueva York paralela a la Asamblea de la ONU, las mayores corporaciones globales expusieron varios proyectos en ese sentido, como tecnologías de geoingeniería y lo que llaman “soluciones basadas en la naturaleza”, que es un concepto para disfrazar megaproyectos de plantaciones y otras formas de explotar y mercantilizar áreas naturales.

Ni la injusticia climática ni las pandemias son naturales. Son producto de sistemas de producción y consumo que nos enferman y que tenemos que terminar.

Informe: https://tinyurl.com/info-oxfam 

Por Silvia Ribeiro. Investigadora del Grupo ETC www.etcgroup.org

Ecoportal.net

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/covid-19/injusticia-climatica-pandemia/

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Pasar tiempo al aire libre sin peligro durante la COVID-19

Pasar tiempo al aire libre sin peligro durante la COVID-19

UNICEF

Consejos para mantener segura a tu familia mientras disfrutan del tiempo al aire libre

La actividad al aire libre es un pasatiempo favorito tanto de los adultos como de los jóvenes. Pero debido a que la pandemia de la COVID-19 no remite, los progenitores se enfrentan a la dificultad de cómo disfrutar del tiempo al aire libre a la vez que protegen la salud de sus familias. ¡Estos recordatorios te permitirán mantener más segura a tu familia cuando salgan a pasarlo bien!

¿Se puede propagar la COVID-19 en los espacios abiertos?

Por desgracia, sí. La COVID-19 se puede propagar en cualquier lugar donde uno entre en contacto con una persona infectada. Recuerda que el virus se propaga sobre todo por medio de las microgotas respiratorias que las personas infectadas emiten al toser, estornudar, hablar o cantar, y que a continuación penetran en la boca, la nariz o los ojos de las personas que están cerca. Es posible que también se transmita por vía aérea (o en aerosol), sobre todo en espacios que están poco ventilados o muy concurridos. Y uno también puede contagiarse si se toca la boca, la nariz o los ojos después de haber tocado una superficie que esté contaminada con el virus.

Teniendo en cuenta esto y lo que se conoce sobre el virus, podemos concluir que el riesgo de transmisión es mucho menor al aire libre que en los espacios cerrados; aunque también influirán las medidas de precaución que estén adoptando las personas, como, por ejemplo, guardar la distancia de al menos un metro de los demás; usar una mascarilla de tela cuando estén cerca de otros; lavarse las manos con frecuencia; y verificar antes de salir de casa que no tienen síntomas de la COVID-19.

¿Cómo puedo mantener segura a mi familia mientras disfrutamos juntos al aire libre?

Mantenerse activo físicamente es lo mejor que pueden hacer todos los miembros de la familia para conservar la salud de cuerpo y mente. La adopción de algunas medidas básicas puede ayudarte a minimizar el riesgo de que tu familia se exponga al virus de la COVID-19.

  • Cuando planifiques las salidas, procura evitar las horas punta y los lugares muy concurridos, y opta por itinerarios en los que haya menos congestión de tráfico siempre que sea posible.
  • Recuerda llevar contigo un desinfectante para las manos que contenga como mínimo un 60% de alcohol, además de toallitas desinfectantes, pañuelos de papel, mascarillas de repuesto y bolsas con cierre para guardar la mascarilla cuando no se esté usando (por ejemplo, mientras comen o beben).
  • Antes de salir de casa, asegúrate de que todos los miembros de la familia se encuentran bien y que no presentan síntomas.
  • Es importante que durante el tiempo que estén fuera, se recuerden unos a otros la importancia de cumplir las normas básicas de precaución, como guardar una distancia física de al menos un metro de los demás, usar la mascarilla cuando se acerquen a otras personas que no sean de la familia, no tocarse la cara (ojos, nariz, boca) o la superficie de la mascarilla, y lavarse o desinfectarse las manos con frecuencia.
  • Si deciden comer fuera, lleven su propia comida y utensilios, y si esto no fuera posible, elijan la opción más segura, como, por ejemplo, pedir comida para llevar, en lugar de comer en el interior de un local. No olviden lavarse o desinfectarse las manos antes de comer.
  • Cuando regresen a casa, recuerden, primero que todo, lavarse las manos con jabón durante al menos 20 segundos.

¿Es peligroso si mi familia se reúne con un pequeño grupo de amigos cercanos? ¿Cómo decidir si es seguro o no pasar tiempo con alguien?

Cada familia debe tomar sus propias decisiones basándose en su situación. Estos son algunos factores que conviene tener en cuenta:

  • Mantente informado de cuál es el grado de transmisión de la COVID-19 en tu comunidad. En general, cuanto mayor sea el índice de transmisión, más elevado será el riesgo de exposición en los espacios públicos.
  • Si en la familia hay personas que corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por la COVID-19 (abuelos, parientes ancianos o que padezcan trastornos médicos subyacentes), toda la familia deberá adoptar precauciones adicionales para protegerlas. Estas medidas podrían consistir, por ejemplo, en evitar el contacto de tus hijos con otras personas (sobre todos los encuentros con amigos), o si esto es difícil –como puede ocurrir cuando los niños regresen a la escuela–, en mantener a tu hijo apartado de esos familiares siempre que sea posible.
  • En cuanto a los encuentros en persona, lo mejor es que tengan lugar al aire libre y que sean breves. Procura que el grupo sea muy reducido y asegúrate de que los familiares o amigos que lo integran practican también las medidas preventivas cotidianas.

Habla con tu hijo acerca de tu decisión y explícale bien por qué la has tomado y por qué es importante. Decidas lo que decidas, es esencial que mantengas una comunicación abierta con tus hijos. Anímales a que compartan sus preocupaciones y a que sean honestos cuando no hayan cumplido las reglas. Esto es especialmente importante en el caso de los niños mayores y de los adolescentes, que suelen ser más propensos a correr riesgos o a ceder a la tentación de reunirse con sus amigos. Procura orientarles y reencauzarles mediante argumentos científicos (lo que sabemos y lo que no sabemos), con empatía y compasión.

¿Es seguro usar los baños públicos?

Anima a tu familia a que usen el baño antes de salir de casa y procura evitar en lo posible el uso de aseos públicos, que pueden estar muy concurridos. Si tienen necesidad de usar un baño público, guarden una distancia de al menos un metro de los demás, utilicen la mascarilla y lávense las manos con jabón inmediatamente después. Si no hay agua y jabón, empleen un desinfectante de manos que contenga como mínimo un 60% de alcohol.

¿Es seguro dejar que mi hijo vaya a nadar (al aire libre o en una piscina cubierta)?

Por el momento no hay pruebas de que el virus de la COVID-19 pueda propagarse en los cuerpos naturales de agua o en aguas recreativas como las piscinas. Si estás pensando en ir a darte un baño con tu familia, infórmate antes sobre cuáles son las directrices más recientes emitidas por las autoridades de tu localidad, que pueden variar dependiendo de cuál sea el grado de propagación de la enfermedad en el lugar. En el caso de que esté permitido abrir las playas y piscinas, convendrá pensar en los siguientes aspectos:

  • La ubicación: La seguridad de la instalación para nadar dependerá también de la masificación que haya en el lugar y del comportamiento del público asistente.
  • La hora: Elije una hora en la que sea más probable que haya menos gente.
  • La edad de tus hijos: Piensa en si serán capaces de mantener el distanciamiento físico.
  • Las medidas de prevención: Cerciórate de que en la instalación se adoptan medidas para prevenir la propagación del virus y otros riesgos para la salud. Por ejemplo, verifica que haya escaleras para evitar el hacinamiento y vigila la limpieza y la desinfección; la ventilación, si se trata de una piscina climatizada; y la salubridad de los sistemas de agua.

Si deciden ir a darse un baño, abandonen el lugar cuando comience a haber demasiada gente, pasen el menor tiempo posible en espacios cerrados como los vestuarios, eviten comer en la zona de baños y supervisen a los niños en todo momento.

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/coronavirus/pasar-tiempo-al-aire-libre-sin-peligro-durante-covid19

 

 

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Las escuelas sin paredes

Las escuelas sin paredes

Manuel Gil Antón

¿Quién lo iba a decir? En estos días, sin poder ir a las escuelas, nos ha sido dado entrar a conocerlas. Hoy, cuando están cerradas, vaya paradoja, han quedado abiertas a la mirada de millones. Ingresamos al sitio secreto, ese espacio que al cerrar la puerta es caja negra, territorio incógnito, lugar sin ventanas donde rige, manda y ordena una persona. Ella, en el rol que ocupa la silla del saber, dice lo que hay que hacer y dicta el deber. El aula tradicional perdió los tabiques o el adobe que impiden asomarnos. Amaneció traslúcida. ¿Vemos lo que pasa adentro, el misterio se revela?

Ocurre sin querer. Los actores principales de conducir el proceso escolar están a la vista. A través de su voz, movimientos y acciones paridas por instrucciones superiores, muestran, a las claras, lo que la autoridad educativa concibe como lo que ha de ser una clase: pantomima.

El programa Aprende en Casa II, al no poder (ni tratar de evitar) la estructura de “la clase”, sino recargarse en ella (enseñar un tema específico de equis materia, de tal hora a tal hora para cada uno de los grados en todo el país) hace visible lo que, se supone, acontece por parte de quienes somos maestras o maestros todos los días en millones de espacios escolares. Según ellos, los meros jefes, nos retrata de cuerpo entero.

Desde este punto de vista, no son vehículo de información que llega, sino espejo en que nos reflejan, como creen que somos y hemos de ser, los que mandan. Es representación de lo cotidiano que imaginan para las y los niños, con el único cambio que no se puede preguntarle a la tele ni tiene botón de pausa: ¿no entendiste? ¿No te dio tiempo de hallar en tu casa una caja de cartón? ¿Buscaste una goma de borrar y al regresar ya estaban en otro tema? Lástima.

Estos días, enciendo el espejo (perdón, la tele) y veo, filmado, lo que “ocurre” cada día en miles de salones de los primeros grados de primaria, según los expertos hacedores de la farsa: una señora, o dos; a veces un señor y una señora hacen las veces de maestros. Saludan con afecto afectado por lo cursi a las niñas y los niños que suponen están atentos a sus palabras y gestos más allá de las cámaras. Siempre me ha dado coraje que a las criaturas pequeñas les hablen como si fuesen tontos, con un tonito que, en sí mismo, los coloca en la galería de los infelices inferiores infantes carentes de voz. Me imagino a la niña pensado: ¿por qué me hablará como tarada la maestra de la tele de tercero? Chorrean miel y falso aprecio: les abunda la soberbia, la superioridad del adulto que condesciende a hablar con animalitos del señor.

Lo peor es cuando se hacen los graciosos: aprendices malos de payasos de fiesta infantil, creen que impostar la voz y dar saltitos de alegría mientras dicen que aprendieron mucho es educativo. No se dan cuenta que es ridículo, sí, penoso a secas. Hablar claro no es lo mismo que fingir que la comunicación tiene que ser lenta y la voz lo más aguda posible, so pena que no me entiendan quienes ignoran todo.

“Pongan atención. Hay dos características de los sonidos: tono y duración. TO-NO. Hay dos tipos de tono: GRA-VE y A-GU-DO, escribe el maestro en el pizarrón, aunque la lección sea para quienes no saben aún leer. Y el del suéter verde brinca de emoción más falsa que un sábado que se cree martes. ¡YU-PI! Ya aprendí”.

Circo pedagógico, espejo de la idea dominante de enseñanza, forma segura de no aprender. Espejo de la idea educativa de los que no han pisado un salón. O, ¿así es? Sería terrible.

Autor: Manuel Gil Antón

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/las-escuelas-sin-paredes/

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Mundo: Las personas son una ‘amenaza mucho mayor’ para los mamíferos, que el clima

Las personas son una ‘amenaza mucho mayor’ para los mamíferos, que el clima

Muchas de las 5.700 especies de mamíferos que existen en el planeta se enfrentan a graves amenazas existenciales y es probable que se extingan en un futuro próximo.

Eso dice un equipo de científicos que ha utilizado la simulación por computadora y el modelado bayesiano para rastrear el destino de los mamíferos desde el comienzo del Pleistoceno tardío hace más de 120.000 años. Lo que han descubierto es que los humanos han tenido un impacto mucho mayor en la extinción de mamíferos que los cambios climáticos, que han tenido “un impacto insignificante”.

“Los mamuts, por ejemplo, sobrevivieron varias edades de hielo antes de la última y no hay ninguna razón climática por la que no deberían estar vivos en Siberia hoy”, señala Daniele Silvestro, un biólogo computacional que fue autor de un nuevo estudio .

Eso puede sonar contradictorio frente a las diversas amenazas del cambio climático, sin embargo, “el tamaño de la población humana es capaz de predecir extinciones pasadas con un 96% de precisión”, argumentan los expertos. “Basándonos en las tendencias actuales, predecimos para el futuro cercano una escalada de tasas de una magnitud sin precedentes”, escriben.

Durante los últimos 126.000 años, no menos de 351 especies de mamíferos se han extinguido en la Tierra y alrededor de 80 especies lo han hecho solo en los últimos 500 años, desde los llamados tigres de Tasmania en Australia hasta los tigres autóctonos de Bali.

Y a medida que las poblaciones humanas continúan creciendo en gran parte del planeta con crecientes impactos ecológicos, la tasa de extinción de mamíferos se está acelerando a una tasa que es 1.700 veces más alta que a principios del Pleistoceno tardío. En general, cuanta más gente vive concentrada en un área determinada, mayor es la tasa de extinción entre los mamíferos más grandes de sangrado lento allí, según los científicos que emplearon modelos informáticos para llegar a su conclusión.

Sabemos desde hace mucho tiempo que la pérdida continua de hábitat y la caza furtiva o la caza pueden poner en gran peligro a las poblaciones de mamíferos, especialmente en lugares con un gran número de personas. Sin embargo, incluso relativamente pocas personas pueden causar estragos en animales en peligro de extinción.

Basándose en las tendencias actuales, los investigadores predicen que hasta 558 especies de mamíferos se habrán extinguido en la naturaleza a finales de este siglo. “Para el año 2100, pronosticamos que todas las áreas del mundo habrán entrado en una segunda ola de extinciones”, advierten, y agregan que la tasa de extinción entonces será 30.000 veces el nivel natural.

En algunas áreas del planeta, las extinciones masivas de mamíferos más grandes ya están en marcha como resultado de las actividades humanas. “Descubrimos que Australia y el Caribe en particular ya han entrado hoy en la segunda ola de extinciones basadas en las extinciones que han ocurrido durante las últimas décadas”, escriben los científicos.

Esto suena bonito, pero no todo está perdido. Al menos no todavía. “Podemos salvar a cientos de especies de la extinción con estrategias de conservación más específicas y eficientes”, subraya Tobias Andermann, biólogo de la Universidad de Gotemburgo, primer autor del estudio.

“Pero para lograr esto, debemos aumentar nuestra conciencia colectiva sobre la inminente escalada de la crisis de la biodiversidad y tomar medidas para combatir esta emergencia global”, agrega. “El tiempo apremia”.

Por Daniel T. Cross. Artículo en inglés

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/temas-especiales/animales/personas-amenaza-mamiferos/

 

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Ciencia y Tecnología: En menos de 24 horas dos enormes asteroides atravesarán la órbita de la Tierra

En menos de 24 horas dos enormes asteroides atravesarán la órbita de la Tierra

Dos asteroides de unos 100 metros de diámetro cada uno cruzarán la órbita de la Tierra la semana que viene con menos de un día de diferencia, mientras otra roca espacial, del tamaño de la pirámide de Giza, se desplaza hacia nuestro planeta, según el centro de estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA (NEO, por sus siglas en inglés).

Se estima que el primer asteroide, denominado 2020 RO, tiene hasta 130 metros de ancho y se acercará a la Tierra el 25 de septiembre a las 04:10 GMT a una velocidad de 11,84 kilómetros por segundo.

Entretanto, el segundo asteroide, el 2020 SM, de hasta 100 metros de diámetro, pasará cerca de la Tierra unas 20 horas después a una velocidad de 18,43 kilómetros por segundo.

Ambos cuerpos están clasificados como asteroides Apolo, lo que significa que cruzarán la órbita de la Tierra en su viaje por el espacio, si bien no se cree que representen una amenaza para nuestro planeta.

Unos días después, el 29 de septiembre, un asteroide de hasta 200 metros de diámetro pasará a una distancia de alrededor de 2,86 millones de kilómetros de la Tierra. 

(Con información de RT)

Fuente de la Información: http://www.cubadebate.cu/noticias/2020/09/19/en-menos-de-24-horas-dos-enormes-asteroides-atravesaran-la-orbita-de-la-tierra/#.X2dftvZKh0w

 

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Unesco advierte enorme déficit en financiamiento de la educación

Unesco advierte enorme déficit en financiamiento de la educación

El déficit global en el financiamiento de la educación podría alcanzar 200 000 millones de dólares anuales, como consecuencia de la crisis desatada por la pandemia covid-19 y en perjuicio principalmente de los países más pobres, señaló este viernes 4 un nuevo informe de la Unesco.

“A menos de un decenio del plazo fijado cumplir el ODS 4, el mundo se enfrenta a una crisis de financiación de la educación que amenaza con agravarse aún más con la pandemia”, dijo Audrey Azoulay, directora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

En los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030, el ODS 4 propone “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

“Generaciones enteras están en riesgo, en particular los más vulnerables. Si bien la educación es claramente una víctima de la pandemia, también es la solución para la recuperación a largo plazo”: Audrey Azoulay.

Frente a unas necesidades de financiamiento que la Unesco calcula en 509 000 millones de dólares anuales, los presupuestos nacionales presentaban un déficit de 39 000 millones ya en 2015 y su crecimiento año tras año permitió estimar ese faltante en 148 000 millones de dólares para 2020.

Con el impacto de la covid, principalmente con el cierre de escuelas este año, el plazo más corto para alcanzar las metas del ODS 4 y mejores normas de calidad en la educación, el déficit se incrementa en alrededor de 30 por ciento y se acerca a 200 000 millones de dólares, según la Unesco.

Por ello exhortó a todos los agentes que intervienen en la financiación educativa “a que no escatimen esfuerzos para dar prioridad a la inversión en la educación como bien público mundial”.

Como los ministros de Finanzas de las Naciones Unidas prevén debatir el 8 de septiembre sobre la financiación para el desarrollo en la era de la covid, la Unesco pidió dar prioridad a la inversión en educación para los países de ingresos bajos y medio-bajos.

La agencia recordó que el cierre de escuelas ha causado la pérdida de aprendizaje para millones de personas y “las soluciones de enseñanza a distancia simplemente no son una opción para al menos 580 millones de estudiantes en países de ingresos bajos y medios”.

Los costos aumentan con la necesidad de volver a matricular a los estudiantes, ofrecer programas de recuperación y maximizar las posibilidades de que permanezcan en la escuela.

Además, se necesitan inversiones adicionales para garantizar que los niños estén seguros cuando regresen a las clases y tengan acceso a instalaciones de higiene y aulas adicionales que permitan mantener el distanciamiento físico.

Estos programas y acciones añadirán entre 5000 y 35 000 millones de dólares a las necesidades de financiación.

La Unesco pidió a los países de ingresos bajos y medios-bajos que resistan la presión de recortar su presupuesto para la educación debido al difícil entorno fiscal, y que traten de dirigir una parte significativa de su presupuesto a las regiones y escuelas que se encuentren más marginadas.

También se dirigió a los donantes, destacando que solo 47 por ciento de la ayuda global a la educación básica y media se destina a los países de ingresos bajos y medio-bajos, donde más se necesita, y pidió dirigir esos aportes para apoyar países y regiones con desigualdades crónicas.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2020/09/unesco-advierte-enorme-deficit-financiamiento-la-educacion/

Fuente de la Información: https://rebelion.org/unesco-advierte-enorme-deficit-en-financiamiento-de-la-educacion/

 

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Cuando esto sea una historia

Cuando esto sea una historia

Rosa Ribas

Dentro de un tiempo, espero que no muy largo, hablaremos en pasado de la pandemia y construiremos el relato de nosotros en los tiempos del virus

La memoria hace cosas muy extrañas. Hace unos días, mientras estaba trabajando, vi por la ventana de mi estudio que una paloma se posaba sobre una rama demasiado joven para el peso del pájaro y, por una asociación de ideas que solo se puede entender a posteriori, me sorprendí diciendo: «¡Mátalos, Turú!».

Me imagino que la mayoría se estará preguntando quién o qué es Turú. Pero que en la cabeza de algunos, seguramente nacidos en los 60, habrá sonado un graznido maligno. Porque Turú es un pterodáctilo. Para más señas, un pterodáctilo amaestrado que apareció en un episodio de una serie de dibujos animados que se llamaba ‘Jonny Quest’.  Una serie que veía a la hora de la merienda cuando tendría 11 o 12 años. Hasta entonces los dibujos animados eran historietas cómicas, pero aquí se trataba de las aventuras de una niño de unos 11 años, Jonny, de ahí el título, que viajaba por todo el mundo con su padre, el doctor Benton Quest, un famoso científico (ahí aprendí que no todos los doctores son médicos); un piloto con pinta de galán y un nombre, Race Bannon, que dejaba claro que era un aventurero; un niño hindú, Hadji, que llevaba turbante, es decir, elemento exótico, y un perro con cara de tonto, Bandido, que aportaba el contrapunto cómico. Como ven, todos los elementos del relato de aventuras.

Desde momias hasta arañas mecánicas

Los dibujos de ‘Jonny Quest’ eran algo rígidos, las aventuras, cortadas todas con el mismo patrón, pero salían todo tipo de monstruos, desde momias hasta arañas mecánicas, y escenarios exóticos. A esa edad no se suele pedir mucho más. Viendo la nómina de protagonistas, salta a la vista que no había chicas. Pero, teniendo en cuenta los roles que solían tener en este tipo de aventuras, gritar y tropezar en el momento más inoportuno, casi era mejor así. Las niñas de mi generación se educaron sin mujeres aventureras, nuestros referentes fueron casi todo masculinos, de modo que o te identificabas con Jonny o con el algo más místico Hadji.

Pero volvamos al pterodáctilo. Lo tenía amaestrado un anciano malvado (el villano) que iba en silla de ruedas y que lo usaba para someter a unos indígenas que esclavizaba en una mina. Cuando alguno se rebelaba, el anciano ordenaba: «¡Mátalo, Turú!». Y pasaba lo que tenía que pasar.

También era lo que tenía que pasar que los buenos vencieran y Turú acababa cayendo en un volcán, al que se arrojaba el villano para morir con su criatura. Por lo menos así lo recuerdo.

Recuerdo de una generación

Pero lo curioso es que el pterodáctilo Turú y el grito de su malvado dueño no solo se me quedó grabado a mí en la memoria desde que lo vi con 10 u 11 años. Tras acordarme de estas dos palabras, gracias a una paloma con sobrepeso, busqué en internet y descubrí que hay mucha gente de mi generación que se acuerda de ellas, encontré el corte de los segundos en el que el malo dice lo de «¡Mátalos, Turú!» en Youtube, me di cuenta que lo cita mucha gente en las redes sociales. Encontré incluso un programa de radio en Uruguay que dedica un episodio completo al pterodáctilo.

Esta frase y el monstruo Turú son parte de mi memoria personal y, ahora lo sé, también de la memoria compartida de mi generación. Son parte de este relato que vamos escribiendo y reescribiendo incesantemente que es nuestra memoria. Que somos nosotros, porque nos creamos en el relato que hacemos y contamos de nosotros mismos.

Hoy estamos todos, el mundo entero, sometidos a un monstruo microscópico, pero dentro de un tiempo, espero que no muy largo, hablaremos en pasado de él, de la pandemia, construiremos el relato de nosotros en los tiempos del virus. Como en todo relato de la memoria, algunos hechos puntuales serán hitos de la narración «el día en que…», «la vez aquella en que me pasó…», «la noche en que…», «cuando llamó…», «cuando salí…». Mientras que las repeticiones seguramente se compactarán en bloques, «tres meses sin salir de casa», «semanas sin ver a nadie», incapaces de dar cuenta del encierro, de la monotonía, de la rutina, de la estrechez, de la soledad. Pero lo contaremos lo mejor que podamos.

Ahora todavía estamos inmersos dentro de esa realidad que algún día convertiremos en relato. Y aún podemos determinar cómo queremos aparecer en él. Si queremos ser los buenos o los villanos de la película. A mi entender, en esta historia los buenos son los solidarios, los que, aunque están hartos, cansados, agotados, siguen teniendo cuidado por ellos y por los demás, los que son considerados con los más frágiles. Se trata de que, cuando nos recordemos en los tiempos de la pandemia, no tengamos que callar fragmentos porque nos avergüenzan. Bastante lo están haciendo ya muchos políticos.

Es verdad que todavía no sabemos cuándo, pero llegará el momento en que hablaremos de esto en el pasado y podremos contar el relato de nosotros en la pandemia. ¿Cómo queremos salir en él?

 

Autora: Rosa Ribas
Fuente de la Información: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20200829/cuando-esto-sea-una-historia-por-rosa-ribas-8092028

 

 

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