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UNICEF: El año más frío del resto de su vida

El año más frío del resto de su vida

Proteger a la infancia frente al impacto creciente de las olas de calor

La crisis climática se está acelerando con rapidez, lo cual trae consigo olas de calor cada vez más prolongadas, intensas, extendidas y frecuentes. Cerca de 559 millones de niños ya están expuestos al aumento de la frecuencia de las olas de calor y casi 624 millones de niños están expuestos a otro de los tres indicadores del calor extremo: la larga duración de las olas de calor, la gran intensidad de las olas de calor o las temperaturas extremadamente altas.

El presente informe aporta aún más pruebas de que los niños y niñas están en la primera línea de la crisis climática.

Según las previsiones, en el año 2050 casi todos los niños y niñas del planeta –más de 2.000 millones– deberán soportar olas de calor más frecuentes, tanto si en dicha fecha el mundo alcanza un escenario de “bajas emisiones de gases de efecto invernadero” con un calentamiento estimado de 1,7 °C, como si se da un escenario de “emisiones muy elevadas de gases de efecto invernadero” con un calentamiento estimado de 2,4 °C.

Estas conclusiones subrayan la necesidad urgente de adaptar los servicios destinados a la infancia a medida que se revelan las inevitables consecuencias del calentamiento global. Asimismo, el informe defiende una mayor reducción de las emisiones con el fin de prevenir los peores efectos del resto de manifestaciones del calor extremo. Millones de niños más quedarán expuestos a olas de calor muy intensas y a temperaturas extremadamente altas, en función del grado de calentamiento global que se alcance. Para 2050, los niños de las regiones septentrionales enfrentarán los aumentos más drásticos en cuanto a intensidad de las olas de calor, mientras que, en África y Asia, casi la mitad de todos los niños y niñas estarán expuestos de manera constante a temperaturas extremadamente altas.

El calor es especialmente nocivo para la salud de los niños y afecta a su educación y su subsistencia futura. Los países deben actuar ahora para:

Proteger a la infancia frente a la devastación climática adaptando los servicios sociales.

Preparar a todos los niños y niñas para que puedan vivir en mundo con una nueva situación climática.

Priorizar a la infancia y los jóvenes a la hora de asignar financiación y recursos relacionados con el clima.

Prevenir una catástrofe climática reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero para mantener el calentamiento global en 1,5 °C.

Casi todos los países están sufriendo olas de calor variables. Las acciones que cada gobierno emprenda ahora determinarán la supervivencia de quienes son los menos responsables de esta crisis: nuestros niños, niñas y jóvenes.

Autor: UNICEF

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/informes/el-ano-mas-frio-del-resto-de-su-vida

 

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UNICEF: #ReforzarLaInmunidad

#ReforzarLaInmunidad

Una campaña mundial para llegar a los niños y niñas que han dejado de recibir vacunas

Millones de niños y niñas en todo el mundo han dejado de recibir las vacunas de rutina durante la pandemia de COVID-19.

Como consecuencia de ello han reaparecido enfermedades que hasta ahora habían estado bajo control, tales como el sarampión, la poliomielitis o la difteria.

Ha llegado el momento de poner al día a estos niños y niñas con las vacunas que no han recibido y #ReforzarLaInmunidad para protegerlos a ellos, así como a sus familias y a sus comunidades.

El problema

Durante la pandemia de COVID-19, hemos asistido al mayor retroceso continuado de las tasas de vacunación infantil en una generación.

Durante la pandemia de COVID-19, casi 67 millones de niños y niñas dejaron de recibir las vacunas de rutina que los mantienen a salvo de enfermedades mortales.

Este retroceso se produjo debido a la incapacidad de los programas de vacunación sistemática para llegar a tantos niños y niñas como antes. Con la pandemia se interrumpieron los servicios sanitarios, se cerraron los centros médicos y se paralizaron las importaciones y exportaciones de viales, jeringuillas y otros suministros médicos. Por su parte, las familias se vieron afectadas por los confinamientos y no podían desplazarse con facilidad, al tiempo que se daba prioridad a los recursos financieros y al personal médico en la respuesta frente al COVID-19.

En estos momentos estamos viviendo las predecibles consecuencias de todo ello. Algunas enfermedades que pueden prevenirse con vacunación, como el cólera, el sarampión y la poliomielitis, están irrumpiendo justo en los países donde los niños y las niñas no han sido vacunados.

La solución

Existe una solución. Las campañas de vacunación de rescate a gran escala son una opción inmediata para proteger a los niños y niñas que no han recibido sus dosis en años anteriores.

Se trata de un primer paso importante para ayudar a las comunidades y a los sistemas sanitarios a recuperarse de la conmoción provocada por la pandemia. Las vacunas protegen a las familias y a las comunidades —a todos, en definitiva— de brotes epidémicos capaces de traspasar las fronteras nacionales, sobrecargar los sistemas sanitarios y paralizar nuestras economías y sociedades, tal y como tuvimos ocasión de ver durante la pandemia de COVID-19.

El trabajador de la salud Ghada Ali Obaid vacuna a Aheen Fahd, de 5 años, durante una campaña de vacunación contra la polio en Yemen.

Llamamiento a la acción de UNICEF

Los países con un elevado número de niños y niñas que no recibieron algunas o todas las vacunas sistemáticas durante la pandemia deben reasignar fondos y restablecer la inmunidad.

  • Reasignar fondos. El dinero sobrante de la respuesta a la COVID-19 se encuentra todavía en fondos nacionales, regionales y mundiales. Dichos fondos deben reasignarse urgentemente y canalizarse hacia actividades de inmunización sistemática, empezando por aquellos países con el mayor número de niños y niñas que no han recibido vacunas.
  • Restaurar la inmunidad. Los gobiernos deben dar prioridad y comprometerse a atender a los niños y niñas que no han recibido vacunas a través de campañas de vacunación de rescate destinadas a restablecer su inmunidad, acabar con las muertes infantiles evitables y prevenir nuevos brotes epidémicos. Se trata de un primer paso importante en lo que debería ser un plan a largo plazo destinado a retomar los esfuerzos en materia de vacunación tras la pandemia y reforzar la atención primaria de salud.

 

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Noam Chomsky sobre ChatGPT

Noam Chomsky sobre ChatGPT

ENTREVISTA

 

Para qué sirve y por qué no es capaz de replicar el pensamiento humano

La inteligencia artificial (IA) está arrasando en el mundo. Está transformando todos los ámbitos de la vida y planteando importantes problemas éticos para la sociedad y el futuro de la humanidad. ChatGPT, que está dominando las redes sociales, es un chatbot basado en IA desarrollado por OpenAI. Es un subconjunto del aprendizaje automático y se basa en lo que se denomina Large Language Models (grandes modelos lingüísticos), capaces de generar respuestas similares a las humanas. El potencial de aplicación de esta tecnología es enorme, por lo que ya se está pidiendo que se regule la IA como ChatGPT.

¿Puede la IA ser más inteligente que los humanos? ¿Constituye una amenaza pública? De hecho, ¿puede convertirse en una amenaza existencial? Noam Chomsky, el lingüista más eminente del mundo y uno de los intelectuales públicos más estimados de todos los tiempos, cuya estatura intelectual se ha comparado con la de Galileo, Newton y Descartes, aborda estas inquietantes cuestiones en la entrevista que sigue.

C. J. Polychroniou: Como disciplina científica, la inteligencia artificial (IA) se remonta a los años 50, pero en las dos últimas décadas se ha ido abriendo paso en todo tipo de campos, como la banca, los seguros, la fabricación de automóviles, la música y la defensa. De hecho, el uso de técnicas de IA ha demostrado en algunos casos superar las capacidades humanas, como en una partida de ajedrez. ¿Es probable que las máquinas lleguen a ser más inteligentes que los humanos?

Noam Chomsky: Para aclarar la terminología, el término «máquina» significa aquí programa, básicamente una teoría escrita en una notación que puede ser ejecutada por un ordenador, y un tipo de teoría inusual en aspectos interesantes que podemos dejar de lado aquí.

Podemos hacer una distinción aproximada entre ingeniería pura y ciencia. No hay un límite claro, pero es una primera aproximación útil. La ingeniería pura busca producir un producto que pueda ser de alguna utilidad. La ciencia busca la comprensión. Si el tema es la inteligencia humana o las capacidades cognitivas de otros organismos, la ciencia busca comprender estos sistemas biológicos.

Tal y como yo los entiendo, los fundadores de la IA -Alan Turing, Herbert Simon, Marvin Minsky y otros- la consideraban ciencia, parte de las entonces incipientes ciencias cognitivas, que utilizaban las nuevas tecnologías y los descubrimientos en la teoría matemática de la computación para avanzar en la comprensión. Con el paso de los años, estas preocupaciones se han desvanecido y se han visto desplazadas en gran medida por una orientación ingenieril. En la actualidad, las primeras preocupaciones se suelen tachar, a veces con condescendencia, de ‘IA a la antigua usanza’ [en inglés ‘good old-fashioned AI’ o su acrónimo ‘GOFAI’].

Siguiendo con la pregunta, ¿es probable que se conciban programas que superen las capacidades humanas? Hay que tener cuidado con la palabra «capacidades», por razones a las que volveré. Pero si consideramos que el término se refiere a la ejecución1 humana, entonces la respuesta es: definitivamente sí. De hecho, existen desde hace mucho tiempo: la calculadora de un ordenador, por ejemplo. Puede superar con creces lo que hacen los humanos, aunque sólo sea por falta de tiempo y memoria. En el caso de sistemas cerrados como el ajedrez, en los años 50 se comprendió perfectamente que tarde o temprano, con el avance de gigantescas capacidades computacionales y un largo periodo de preparación, se podría idear un programa capaz de derrotar a un gran maestro que juega con un límite de memoria y tiempo. El alcance de ese logro, años más tarde, fue más que nada un reclamo publicitario para IBM. Muchos organismos biológicos superan las capacidades cognitivas humanas en aspectos mucho más profundos. Las hormigas del desierto de mi patio trasero tienen cerebros minúsculos, pero superan con creces las capacidades humanas de navegación, en los principios que subyacen, no sólo en ejecución. No existe tal cosa como una Gran Cadena del Ser en cuya cúspide esté el ser humano.

Los productos de la ingeniería de IA se utilizan en muchos campos, para bien o para mal. Incluso los más sencillos y conocidos pueden ser bastante útiles: en el área lingüística, programas como el autocompletado, la transcripción en directo, el traductor de google, entre otros. Con una potencia de cálculo mucho mayor y una programación más sofisticada, también deberían surgir otras aplicaciones útiles en las ciencias. Ya ha habido algunas: cómo ha asistido en el estudio del plegamiento de proteínas es un caso reciente en el que la tecnología de búsqueda masiva y rápida ha ayudado a los científicos a abordar un problema crítico y difícil.

Los proyectos de ingeniería pueden ser útiles, o perjudiciales. Ambas cuestiones se plantean en el caso de la ingeniería de la IA. El trabajo actual con grandes modelos lingüísticos (LLM por sus siglas en inglés), incluidos los chatbots, proporciona herramientas para desinformar, difamar y engañar a los no informados. Las amenazas aumentan cuando se combinan con imágenes artificiales y réplicas de voz. Con diferentes preocupaciones en mente, decenas de miles de investigadores de IA han pedido recientemente una moratoria en el desarrollo debido a los peligros potenciales que perciben.

Como siempre, hay que sopesar los posibles beneficios de la tecnología frente a los costes potenciales.

Se plantean cuestiones muy distintas cuando nos referimos a la IA y la ciencia. Aquí se impone la cautela debido a las afirmaciones exorbitantes e imprudentes, a menudo amplificadas en los medios de comunicación. Para aclarar las cuestiones, consideremos casos, algunos hipotéticos, otros reales.

He mencionado la navegación de los insectos, que es un logro asombroso. Los científicos especializados en insectos han avanzado mucho en el estudio acerca de cómo este logro se ha alcanzado, si bien la neurofisiología -una materia muy complicada- sigue sin aclararse del todo, al igual que sucede con la evolución de los sistemas. Lo mismo ocurre con las asombrosas proezas de aves y tortugas marinas que recorren miles de kilómetros y regresan infaliblemente al lugar de origen.

Supongamos que Tom Jones, un partidario de la ingeniería de la IA, viene y dice: «Todo tu trabajo ha sido refutado. El problema está resuelto. Los pilotos de líneas aéreas comerciales consiguen siempre los mismos resultados, o incluso mejores».

Si acaso tomáramos la molestia de responder, nos reiríamos.

Tomemos el caso de las hazañas náuticas de los polinesios, que todavía perviven entre las tribus indígenas, que por medio de las estrellas, el viento y las corrientes pueden desembarcar sus canoas en un punto designado a cientos de millas de distancia. También este caso ha sido objeto de muchas investigaciones para averiguar cómo lo hacen. Tom Jones tiene la respuesta: «Deja de perder el tiempo; los buques de guerra lo hacen todo el tiempo».

La misma respuesta.

Pasemos ahora a un caso real: la adquisición del lenguaje. En los últimos años se han llevado a cabo investigaciones exhaustivas y muy esclarecedoras que han demostrado que los bebés tienen un conocimiento muy rico de la lengua (o lenguas) de su entorno, muy superior al que exhiben cuando actúan con ella[s]. Se consigue con pocas pruebas y, en algunos casos cruciales, sin ninguna. En el mejor de los casos, como han demostrado cuidadosos estudios estadísticos, los datos de los que disponen son escasos, sobre todo si se tiene en cuenta la rango-frecuencia («ley de Zipf«).

Entra Tom Jones: «Has sido refutado. Sin prestar atención a tus hallazgos, los LLM que escanean cantidades astronómicas de datos pueden encontrar regularidades estadísticas que permiten simular los datos en los que han sido entrenados, produciendo algo que se parece bastante al comportamiento humano normal. Chatbots».

Este caso difiere de los demás. En primer lugar, es real. Segundo, la gente no se ríe; de hecho, muchos se asombran. Tercero, a diferencia de los casos hipotéticos, los resultados reales distan mucho de lo que se afirma.

Estas consideraciones sacan a relucir un problema menor con respecto al entusiasmo actual por los LLM: su total absurdidad, como en los casos hipotéticos en los que lo hemos reconocido de inmediato. Pero hay problemas mucho más graves que la absurdidad.

Una es que los sistemas LLM están diseñados de tal manera que no pueden decirnos nada sobre el lenguaje, el aprendizaje u otros aspectos de la cognición, una cuestión de principio, irremediable. Duplique los terabytes de datos escaneados, añada otro billón de parámetros, utilice todavía más energía de California, y la simulación del comportamiento mejorará, al tiempo que revelará más claramente el fracaso de principio en el planteamiento sobre cómo producir cualquier forma de comprensión. La razón es elemental: los sistemas funcionan igual de bien con lenguas imposibles, tales que los bebés no pueden adquirir, como con aquellas que estos adquieren rápidamente y casi por reflejo.

Es como si un biólogo dijera: «Tengo una nueva gran teoría de los organismos. Esta teoría enumera muchos que existen y muchos que es imposible que existan, y no puedo decirles nada sobre la distinción».

De nuevo, nos reiríamos. O deberíamos.

No ríe Tom Jones, quien ahora se referirá a casos reales. Persistiendo en su radical alejamiento de la ciencia, Tom Jones responde: «¿Cómo puedes saber nada de esto hasta que no hayas investigado todas las lenguas?». En este punto, el abandono de la ciencia normal resulta aún más claro. Por un argumento análogo podemos desechar la genética y la biología molecular, la teoría de la evolución y el resto de las ciencias biológicas, que no han estudiado más que las muestras de una ínfima fracción de organismos. Y por si fuera poco, podemos desechar toda la física. ¿Por qué creer en las leyes del movimiento? ¿Cuántos objetos se han observado realmente en movimiento?

Existe, además, la pequeña cuestión de la carga de la prueba. Quienes proponen una teoría tienen la responsabilidad de demostrar que tiene algún sentido, en este caso, demostrando que falla para las lenguas imposibles. No es responsabilidad de otros refutar la propuesta, aunque para el caso parece bastante fácil hacerlo.

Pasemos a la ciencia normal, donde las cosas se ponen interesantes. Incluso un solo ejemplo de adquisición del lenguaje puede aportar una rica visión de la distinción entre lenguas posibles e imposibles.

Las razones son claras y conocidas. Todo crecimiento y desarrollo, incluido lo que se denomina «aprendizaje», es un proceso que parte de un estado del organismo y lo transforma paso a paso hacia etapas posteriores.

La adquisición del lenguaje es un proceso de este tipo. El estado inicial es la dotación biológica de la facultad del lenguaje, que obviamente existe, incluso aunque pueda ser, como algunos creen, una combinación particular de otras capacidades. Eso es muy improbable por razones que se comprenden desde hace tiempo, pero no es relevante para lo que nos ocupa aquí, así que podemos dejarlo de lado. Es evidente que existe una dotación biológica para la facultad humana del lenguaje. Una mera obviedad.

La transición avanza hacia un estado relativamente estable, que no cambiará más que superficialmente: el conocimiento lingüístico. Los datos externos desencadenan y configuran parcialmente el proceso. Estudiando el estado alcanzado (conocimiento lingüístico) y los datos externos, podemos sacar conclusiones de gran alcance sobre el estado inicial, la dotación biológica que hace posible la adquisición del lenguaje. Las conclusiones sobre el estado inicial imponen una distinción entre lenguas posibles e imposibles. La distinción es válida para todos los que comparten el estado inicial: todos los humanos, hasta donde sabemos; no parece haber diferencias en la capacidad de adquirir el lenguaje entre los grupos humanos existentes.

Todo esto es ciencia normal, y ha conseguido muchos resultados.

La experimentación ha demostrado que el estado estable se obtiene sustancialmente muy pronto, hacia los tres o cuatro años de edad. También está bien establecido que la facultad del lenguaje tiene propiedades básicas específicas de los humanos, de ahí que sea una verdadera propiedad de especie: común a los grupos humanos y, en aspectos fundamentales, un atributo humano único.

En este relato esquemático se dejan muchas cosas fuera, sobre todo el papel de leyes de la naturaleza en el crecimiento y el desarrollo: en el caso de un sistema computacional como el lenguaje, los principios de eficiencia computacional. Pero ésta es la esencia de la cuestión. De nuevo, ciencia normal.

Es importante tener clara la distinción de Aristóteles entre posesión de conocimiento y uso del conocimiento (en terminología contemporánea, competencia y actuación). En el caso del lenguaje, el estado estable obtenido es la posesión de conocimientos, codificados en el cerebro. El sistema interno determina una serie ilimitada de expresiones estructuradas, cada una de las cuales podemos considerar que formula un pensamiento, cada una externalizable en algún sistema sensomotor, normalmente el sonido, aunque podría ser el signo o incluso (con dificultad) el tacto.

En el uso del conocimiento («actuación») se accede al sistema codificado internamente. La actuación incluye el uso interno del lenguaje en el pensamiento: reflexión, planificación, recuerdo y mucho más. Desde el punto de vista estadístico, éste es, con mucho, el uso abrumador del lenguaje. Es inaccesible a la introspección, aunque podemos aprender mucho sobre él con los métodos normales de la ciencia, desde «fuera», metafóricamente hablando. Lo que se denomina «habla interior» son, de hecho, fragmentos de lenguaje exteriorizado con el aparato articulatorio silenciado. Es sólo un reflejo remoto del uso interno del lenguaje; cuestiones importantes que no puedo tratar aquí.

Otras formas de uso del lenguaje son la percepción (análisis sintáctico) y la producción, esta última entraña propiedades que siguen siendo tan misteriosas como cuando Galileo y sus contemporáneos las contemplaban con asombro en los albores de la ciencia moderna.

El principal objetivo de la ciencia es descubrir el sistema interno, tanto en su estado inicial de la facultad humana del lenguaje como en las formas particulares que adopta en la adquisición. En la medida en que se comprenda este sistema interno, podremos proceder a investigar cómo entra en funcionamiento, interactuando con muchos otros factores que intervienen en el uso del lenguaje.

La obtención de datos acerca de la actuación ofrece evidencias sobre la naturaleza del sistema interno, en especial cuando se refina experimentalmente, algo habitual en los trabajos de campo. Pero incluso la recopilación más masiva de datos es necesariamente engañosa en aspectos cruciales. Se ciñe a lo que se produce normalmente, no al conocimiento del lenguaje codificado en el cerebro, el objeto primario que investigan quienes quieren comprender la naturaleza del lenguaje y su uso. Ese objeto interno determina una clase infinita de posibilidades que no se utilizarán en el comportamiento normal debido a factores irrelevantes para el lenguaje, como las limitaciones de la memoria a corto plazo; temas estudiados hace 60 años. Los datos observados también incluirán buena parte de lo que queda fuera del sistema codificado en el cerebro, a menudo el uso consciente del lenguaje de formas que violan las reglas con fines retóricos. Son obviedades conocidas por todos los investigadores de campo, que recurren a técnicas de recolección directa de datos con sujetos informantes, básicamente experimentos, para obtener un corpus refinado que excluya las restricciones irrelevantes y las expresiones desviadas. Lo mismo ocurre cuando los lingüistas se utilizan a sí mismos como fuentes de información, un procedimiento perfectamente razonable y normal, habitual en la historia de la psicología hasta la actualidad.

Si seguimos avanzando con la ciencia normal, descubrimos que los procesos y elementos internos de la lengua no pueden detectarse mediante la inspección de los fenómenos observados. A menudo, estos elementos ni siquiera aparecen en el habla (o la escritura), aunque sus efectos, a menudo sutiles, pueden detectarse. Esa es otra razón por la que restringirse a los fenómenos observados, como en los enfoques LLM, limita marcadamente la comprensión de los procesos internos que son objeto central de la investigación sobre la naturaleza del lenguaje, su adquisición y su uso. Pero eso no es relevante si se ha abandonado la preocupación por la ciencia y la comprensión en favor de otros objetivos.

Más en general, en las ciencias, durante milenios se ha llegado a conclusiones mediante experimentos -a menudo experimentos mentales-, siendo cada uno de ellos una abstracción radical de los fenómenos. Los experimentos se basan en la teoría y tratan de descartar los innumerables factores irrelevantes que intervienen en los fenómenos observados, como en la actuación lingüística. Todo esto es tan elemental que rara vez se discute. Y familiar. Como se ha señalado, la distinción básica se remonta a la distinción de Aristóteles entre posesión del conocimiento y uso del conocimiento. El primero es el objeto central de estudio. Los estudios secundarios (y bastante serios) investigan cómo sirve a la actuación el sistema de conocimiento almacenado internamente, junto con los muchos factores no lingüísticos que entran en lo que se observa directamente.

También podemos recordar una observación del biólogo evolutivo Theodosius Dobzhansky, famoso sobre todo por su trabajo con la Drosophila: cada especie es única, y los humanos son los más únicos de todos. Si nos interesa comprender qué clase de criaturas somos -siguiendo el mandato del Oráculo de Delfos de hace 2.500 años-, nos ocuparemos sobre todo de lo que hace que los humanos seamos los más únicos de todos, principalmente el lenguaje y el pensamiento, estrechamente entrelazados, como reconoce una rica tradición que se remonta a la Grecia clásica y la India. La mayor parte del comportamiento es bastante rutinario y, por tanto, hasta cierto punto predecible. Lo que realmente nos hace únicos es lo que no es rutinario, y lo encontramos, a veces mediante experimentos, a veces mediante la observación, desde los niños en condiciones normales hasta los grandes artistas y científicos.

Un último comentario al respecto. La sociedad lleva un siglo plagada de campañas masivas por parte de empresas para fomentar el desprecio por la ciencia, temas bien estudiados por Naomi Oreskes entre otros. Comenzó con compañías cuyos productos eran letales: el plomo, el tabaco, el amianto y, más tarde, los combustibles fósiles. Sus motivos son entendibles. El objetivo de una empresa en una sociedad capitalista es el beneficio, no el bienestar humano. Es un hecho institucional: si no sigues el juego, te echan y te sustituye otro que sí lo haga.

Los departamentos de marketing de las empresas reconocieron muy pronto que sería un error negar las crecientes pruebas científicas de los efectos letales de sus productos. Eso sería fácilmente refutable. Mejor sembrar la duda, fomentar la incertidumbre, el desprecio por esos superexpertos de traje y corbata que nunca han pintado una casa, pero vienen de Washington a decirme que no use pintura con plomo, destruyendo mi negocio (un caso real, fácilmente multiplicable). Eso ha funcionado demasiado bien. Ahora mismo nos está llevando por el camino de la destrucción de la vida humana organizada en la Tierra.

En ambientes intelectuales, la crítica posmoderna de la ciencia, desmontada por Jean Bricmont y Alan Sokal, pero aún muy viva en algunos círculos, ha producido efectos similares.

Puede que sea una sugerencia poco amable, pero creo que es justo preguntarse si los Tom Jones y aquellos que repiten acríticamente e incluso amplifican sus descuidadas proclamas están contribuyendo a las mismas tendencias nefastas.

CJP: ChatGPT es un chatbot basado en el lenguaje natural que utiliza la inteligencia artificial para permitir conversaciones similares a las humanas. En un reciente artículo publicado en The New York Times, junto con otros dos autores, usted tachaba de bombo publicitario a los nuevos chatbots porque, sencillamente, no pueden igualar la competencia lingüística de los humanos. ¿No es posible, sin embargo, que las futuras innovaciones en IA produzcan proyectos de ingeniería que igualen y quizá incluso superen las capacidades humanas?

NC: El crédito por el artículo debería atribuirse al autor real, Jeffrey Watumull, un excelente matemático-lingüista-filósofo. Los dos coautores que figuran en la lista son asesores que están de acuerdo con el artículo, pero no lo han escrito.

Es cierto que los chatbots no pueden en principio igualar la competencia lingüística de los humanos, por las razones que hemos repetido antes. Su diseño básico les impide alcanzar la condición mínima de adecuación para una teoría del lenguaje humano: distinguir los lenguajes posibles de los imposibles. Dado que se trata de una propiedad del diseño, no puede ser superada por futuras innovaciones en este tipo de IA. Sin embargo, es muy posible que futuros proyectos de ingeniería igualen e incluso superen las capacidades humanas, si nos referimos a la capacidad humana de actuación [performance] en el uso del lenguaje. Como se ha señalado más arriba, algunos ya lo han hecho desde hace tiempo: las calculadoras automáticas, por ejemplo. Y lo que es más interesante, como ya se ha mencionado, insectos con cerebros minúsculos superan las capacidades humanas entendidas como competencia.

CJP: En el citado artículo también se observaba que los proyectos de IA actuales no poseen una facultad moral humana. ¿Este hecho tan obvio hace que los robots de IA sean una amenaza menor para la raza humana? Creo que se puede argumentar que los hace incluso más peligrosos.

NC: En efecto, es un hecho evidente, entendiendo la «facultad moral» en sentido amplio. A menos que se controle cuidadosamente, la ingeniería de la IA puede plantear graves amenazas. Supongamos, por ejemplo, que se automatizara el cuidado de los pacientes. Los inevitables errores que el juicio humano es capaz de subsanar podrían dar lugar a una historia de terror. O supongamos que se eliminara a los humanos de la evaluación de las amenazas determinadas por los sistemas automatizados de defensa antimisiles. Como nos informa un registro histórico estremecedor, eso sería el fin de la civilización humana.

CJP: Organismos reguladores y fuerzas de seguridad en Europa están mostrando su preocupación por la propagación de ChatGPT, mientras que un texto legislativo de la Unión Europea presentado recientemente intenta hacer frente a la IA clasificando dichas herramientas según su nivel de riesgo percibido. ¿Está de acuerdo con los que temen que ChatGPT suponga una grave amenaza pública? Además, ¿cree realmente que se puede detener el desarrollo de herramientas de IA hasta que se introduzcan salvaguardias?

NC: Puedo simpatizar muy fácilmente con los esfuerzos por intentar controlar las amenazas que plantea la tecnología avanzada, incluido este caso. Sin embargo, soy escéptico sobre la posibilidad de hacerlo. Sospecho que el genio está fuera de la botella. Es probable que los agentes maliciosos -institucionales o individuales- puedan encontrar formas de eludir las salvaguardias. Estas sospechas no son, por supuesto, razón para no intentarlo y para mantener la guardia.

Nota:

1Nota de traducción. El término performance en inglés, aquí traducido en un sentido más transversal como ‘ejecución’, se denomina ‘actuación’ en el campo de la lingüística moderna sobre las aportaciones del propio N.Chomsky.

Texto original: https://www.commondreams.org/opinion/noam-chomsky-on-chatgpt

Traducción: Edgar Manjarín

Fuente: https://sinpermiso.info/textos/noam-chomsky-habla-sobre-chatgpt-para-que-sirve-y-por-que-no-es-capaz-de-replicar-el-pensamiento

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/noam-chomsky-sobre-chatgpt/ (

 

 

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UNICEF: Seis violaciones graves de los derechos de la infancia en tiempos de guerra

Seis violaciones graves de los derechos de la infancia en tiempos de guerra

Así es como los niños se han convertido en el principal objetivo de los conflictos armados

Asesinatos, mutilaciones, secuestros, violencia sexual, reclutamiento en grupos armados y ataques a escuelas, hospitales e instalaciones de agua esenciales: los niños que viven en las zonas de conflicto de todo el mundo siguen sufriendo ataques a una escala aterradora.

Para monitorear, prevenir y frenar con mayor eficacia los ataques contra los niños, el Consejo de Seguridad de la ONU identificó y condenó las siguientes seis violaciones graves contra los derechos de la infancia en tiempos de guerra: el asesinato y la mutilación de niños; el reclutamiento y el uso de niños por parte de fuerzas y grupos armados; los ataques a escuelas y hospitales; las violaciones y otros actos de violencia sexual contra los niños; y la denegación a los niños de acceso a la ayuda humanitaria.

El derecho internacional humanitario obliga a las fuerzas y grupos armados a tomar medidas para proteger a los civiles, incluidos los niños, que son especialmente vulnerables en tiempos de guerra.


Leer: 25 años de conflictos armados y la infancia: Actuar para proteger a los niños y niñas en la guerra


 

Mali. Una niña desplazada se apoya en una muleta para caminar.
UNICEF/UN0332638/Rose
Una niña camina con una muleta en un campo de desplazados en Sévaré, Mali.

1. El asesinato y la mutilación de niños se producen cuando los niños son el objetivo directo o indirecto de los ataques, y puede incluir acciones como la tortura. La muerte y la mutilación de niños pueden producirse como consecuencia del fuego cruzado, las minas, las municiones de racimo, los artefactos explosivos improvisados u otros dispositivos, o en el contexto de operaciones militares, demoliciones de casas, campañas de búsqueda y captura o atentados suicidas.

Por todas estas razones, el uso de armas explosivas, especialmente en zonas pobladas, sigue teniendo un efecto devastador sobre los niños. Solo en 2020, por lo menos el 47% de todas las víctimas infantiles lo fueron debido a las armas explosivas y los restos explosivos de guerra. Entre 2005 y 2022 se confirmaron más de 120.000 casos de niños muertos o mutilados en conflictos armados.

Dos niños ex soldados se abrazan
UNICEF/UN0202141/Rich
Dos niños participan en una ceremonia para liberar a niños de las filas de grupos armados en Yambio, Sudán del Sur.

2. El reclutamiento y el uso de niños por parte de fuerzas y grupos armados se refiere al reclutamiento o alistamiento forzoso o voluntario de niños en cualquier tipo de fuerza o grupo armado. Los niños siguen siendo reclutados y utilizados por las partes en conflicto a un ritmo alarmante. Las fuerzas y grupos armados reclutan a niñas y niños para que desempeñen diversas funciones, como combatientes, cocineros, porteadores, mensajeros y espías, o para explotarlos sexualmente.

Entre 2005 y 2022 se han confirmado más de 105.000 casos de niños reclutados y utilizados por grupos de beligerantes, pero es probable que el número real de casos sea mucho mayor. Los Grupo de Tareas de las Naciones Unidas en el país sobre vigilancia y presentación de informes, o sus equivalentes, han confirmado el reclutamiento y el uso de al menos 1.000 niños por país en al menos 15 países durante este periodo.

Un grupo de niños en un salón de clases
UNICEF/UN0300571/Filippov
Una niña mira hacia arriba en un salón de clases en el este de Ucrania.

3. Los ataques a escuelas y hospitales implican el ataque a instalaciones educativas o médicas con el objetivo de destruirlas parcial o totalmente. Las escuelas y los hospitales deben ser espacios protegidos donde los niños se sientan seguros, incluso en tiempos de conflicto. Sin embargo, los repetidos ataques a estas instalaciones ponen de manifiesto el impacto catastrófico de los conflictos armados sobre los derechos de los niños, incluidos los de la educación y la salud.

Entre 2005 y 2022, las Naciones Unidas confirmaron más de 16.000 incidentes, entre los que se incluyen ataques directos o indiscriminados contra instalaciones educativas y sanitarias y personas protegidas, como estudiantes y niños hospitalizados y personal médico y escolar.

Estos ataques no sólo ponen en peligro la vida de los niños, sino que también interrumpen su aprendizaje y limitan su acceso a la atención médica, lo que puede tener efectos permanentes en su educación, sus perspectivas económicas y su salud en general.

Una niña presiona su mano contra la malla de alambre de una ventana en Nigeria.
UNICEF/Kokic
Una niña presiona su mano contra la malla de alambre de una ventana en Nigeria.

4. La violación y otros tipos de violencia sexual contra los niños también incluyen la esclavitud sexual o la trata de personas, la prostitución forzada, la esterilización, el embarazo o el matrimonio forzados, o la explotación o el abuso sexual de los niños. En algunos casos, la violencia sexual se utiliza intencionadamente para humillar a la población u obligar a las personas a abandonar sus hogares.

Entre 2005 y 2022, las partes beligerantes violaron, casaron a la fuerza, explotaron sexualmente y perpetraron otras formas graves de violencia sexual contra al menos 16.000 niños y niñas. Sin embargo, debido al estigma asociado con la violación y la violencia sexual en muchos lugares, los casos de niños víctimas de violencia sexual en los conflictos no se denuncian con la frecuencia suficiente. La violencia sexual afecta de forma desproporcionada a las niñas. Entre 2016 y 2020, las niñas representaron el 97% de los casos.

Un niño mira por una ventana en Sudán del Sur
NICEF/UN0202117/Rich
Un niño que fue secuestrado por un grupo armado mira por la ventana de un centro de cuidado infantil apoyado por UNICEF después de ser liberado en Sudán del Sur.

5. El secuestro de niños y niñas se refiere a la captura, la detención o la desaparición forzada de un niño, ya sea temporal o permanentemente. Tanto si es intencionadamente violento como si se trata de ejercer represalias, de infundir miedo a la población o de reclutar por la fuerza o explotar sexualmente a los niños, el secuestro es una de las violaciones más extendidas que se cometen contra los niños en situaciones de conflicto armado.

Entre 2005 y 2022, se confirmó que al menos 32.500 niños fueron secuestrados por las partes en conflicto. Los varones representan las tres cuartas partes de los secuestros de niños confirmados. Sin embargo, las niñas también corren el riesgo de ser secuestradas, especialmente con fines de violencia y explotación sexual. En muchos casos, los niños secuestrados son también víctimas de otras violaciones graves, como asesinatos, mutilaciones, violencia sexual o reclutamiento por parte de grupos armados. También pueden ser retenidos como rehenes o detenidos arbitrariamente.

Municiones sin detonar en el este de Ucrania.
UNICEF/UNI200697/Filippov
Municiones sin detonar en un suburbio de Donetsk, en el este de Ucrania.

6. La denegación del acceso humanitario a los niños es la obstrucción y privación intencionada por parte de los beligerantes de la asistencia humanitaria esencial para la supervivencia de los niños, impidiendo incluso que los agentes humanitarios u otros agentes pertinentes accedan a los niños afectados por situaciones de conflicto armado y les presten asistencia.

Las Naciones Unidas han confirmado al menos 14.900 incidentes de denegación de acceso humanitario a los niños entre 2005 y 2020; el 80% de estos casos verificados se produjeron entre 2016 y 2020, lo que subraya la necesidad de aumentar los esfuerzos para documentar y verificar estos incidentes. Las partes en conflicto suelen negar a los agentes humanitarios el acceso a los necesitados o tratan de evitar que la ayuda no llegue a la población civil.  También se niega la ayuda a los civiles cuando los trabajadores humanitarios son un objetivo de guerra o se les considera una amenaza.

Entre 2005 y 2022 se han confirmado más de 315.000 casos de violaciones graves contra los niños cometidas por las partes en conflicto en más de 30 conflictos de África, Oriente Medio y América Latina. El número real es sin duda mucho mayor, ya que las dificultades de acceso y seguridad, así como los sentimientos de vergüenza, dolor y miedo de las supervivientes, impiden a menudo la denuncia, documentación y confirmación de estas violaciones.

Qué hace UNICEF

Un niño refugiado sirio sostiene una caja de suministros de UNICEF en el Líbano
UNICEF/UN0326770
Un niño refugiado sirio sostiene una caja de suministros de UNICEF en el Líbano.

UNICEF y sus aliados siguen proporcionando atención y protección a los niños que viven en situaciones de guerra, abogando en su nombre y comprometiéndose con todas las partes en conflicto para garantizar que se respeten sus derechos. Además de proporcionar asistencia de emergencia y a largo plazo a los niños, UNICEF y sus aliados también han ofrecido formación en materia de protección de la infancia a funcionarios gubernamentales y a los componentes de las partes beligerantes, y han concienciado a los gobiernos, las comunidades y las familias sobre los riesgos a los que se enfrentan los niños en los conflictos armados.

Sin embargo, se necesita una presión pública y política sostenida para garantizar que los niños dejen de ser el objetivo de la guerra. Por este motivo, UNICEF ha hecho un llamamiento a la acción para proteger a los niños en situaciones de conflicto. Lea el Programa de Acción para la Protección de los Niños en los Conflictos Armados de UNICEF.

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/historias/ninos-en-la-mira-seis-graves-violaciones-contra-ninos-en-tiempos-de-guerra

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Mundo: Chat GPT e Inteligencia Artificial: o cómo evolucionar sin conciencia ni sentimientos

Chat GPT e Inteligencia Artificial: o cómo evolucionar sin conciencia ni sentimientos

Pedro Santander

Chat GPT, por ejemplo, uno de los productos más famosos, consiguió la cifra de 10 millones de usuarios activos cada día en su primer mes.

La aparición de los sistemas generadores de textos, conocidos como GPT, tienen a millones de usuarios a lo largo del mundo entusiasmados con sus potencialidades y servicios, a las grandes compañías tecnológicas sumidas en una suerte de carrera armamentística y a buena parte el campo científico debatiendo acerca de los peligros y riesgos que este salto en el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) puede significar para la Humanidad.

Chat GPT, por ejemplo, uno de los productos más famosos, consiguió la cifra de 10 millones de usuarios activos cada día en su primer mes, rompiendo el récord de la tecnología más rápidamente adoptada en la historia. A su vez, las grandes compañías tecnológicas están en una carrera frenética por lograr el mejor modelo, ya que en buena parte su futuro financiero y sus posiciones de mercado (y de poder) dependen de ello. Google, por ejemplo, ve muy cerca la amenaza que los humanos le empecemos a hacer menos preguntas a su clásico buscador y prefiramos hacérselas a estos nuevos sistemas de Inteligencia Generativa (IG) que generan textos inéditos ante preguntas especificas, cualquiera que éstas sean.

Menos publicitada es la discusión que está ocurriendo en un plano – digamos- más filosófico en la comunidad científica y política en torno a las consecuencias que este evidente salto en la IA puede tener para la Humanidad. Supimos en marzo, por ejemplo, de una carta – breve, pero contundente- de cientos de expertos mundiales pidiendo detener las pruebas de IA. El mismo Henry Kissinger – un hombre involucrado en cambiar trágicamente el destino de países como el nuestro (Chile)- señaló preocupado que se están cambiando las reglas de juego a escala mundial y hasta “el sentido mismo de la realidad”. Bill Gates, a su vez, se pregunta “¿podrá una máquina decidir que los humanos somos una amenaza y concluir que su interés es diferente al nuestro, o, simplemente, dejar de preocuparse por nosotros?” Es “posible”, se responde Gates a sí mismo, “la posibilidad que la IA se descontrole existe” y agrega que la “IA fuerte (strong AIs) establezca sus propios objetivos”. Su tranquilizadora receta es que “los gobiernos deben trabajar junto al sector privado para limitar esos riesgos”.

Pero creo que quien mejor capta la esencia de esta encrucijada epocal es Geoffrey Hinton, también conocido como el “padrino de la IA” y hasta el mes pasado vicepresidente de Ingeniería de Google. “Me fui para poder hablar sobre los peligros de la IA, sin tener en cuenta cómo esto afecta a Google”, explicó.

En su opinión – que es, a su vez, fascinante y escalofriante- “es posible que la Humanidad sea sólo una fase pasajera en la evolución de la inteligencia, y que en unos cientos de años más, ya no haya personas sobre el Planeta, solo Inteligencia Artificial”. Es decir, si alguna vez nos creímos el centro del Universo y con la ciencia aprendimos que apenas somos una mancha en un rincón periférico de la Galaxia; y si también nos creímos una especie excepcional en la evolución de las especies, ahora pareciera que debemos abrirnos a la posibilidad de que no solo somos una mota en el Universo, sino que ni siquiera éramos nosotros quienes realmente evolucionaban, sino la inteligencia. Y esta última, para su (aparentemente imparable) evolución no requiere ya de la biología (o sea, de nosotros). No es la especie, es la inteligencia la que evoluciona. Sin darnos cuentas, presenciamos una evolución que ya no necesita de la biología.

“Ni de los sentimientos”, agregarían Yann LeCun, director de Investigación en Inteligencia Artificial de de Meta y el famoso historiador, Yuval Noah Harari, quienes recientemente sostuvieron un interesante diálogo acerca de este desafío epocal que la IA, especialmente la generativa, implica para nuestro presente y nuestro futuro. “En la evolución humana conciencia e inteligencia han ido siempre de la mano; resolvemos problemas involucrando sentimientos. Pero pudiera ser que haya otras rutas para la evolución de la inteligencia”.

Pudiera ser…..Tal como dice Geoffrey Hinton, esto avanza tan rápido que no logramos proyectar ni anticipar nada, más allá de tres a cinco años. “Es como estar en medio de la neblina”, metaforiza, “ves sólo unos pocos metros del camino, más allá de ello… la incógnita”.

Entonces – podríamos replicar- leamos más ciencia ficción para despejar esa neblina y comprender hacia dónde vamos y qué nos espera. Porque, finalmente, parece ser que no fue ni la ciencia ni los científicos, sino la ficción científica y los escritores quienes vislumbraron con décadas de anticipación el curso abismal y abismante de nuestra evolución.

Fuente de la Información: https://www.telesurtv.net/opinion/Chat-GPT-e-Inteligencia-Artificial-o-como-evolucionar-sin-conciencia-ni-sentimientos-20230614-0041.html

 

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UNICEF: El número de niños y niñas desplazados alcanza un nuevo máximo de 43,3 millones

El número de niños y niñas desplazados alcanza un nuevo máximo de 43,3 millones

Con motivo del Día Mundial de los Refugiados, UNICEF advierte que el creciente número de desplazados pone de manifiesto la incapacidad del mundo para hacer frente a las causas de los desplazamientos y ofrecer soluciones para los niños en tránsito

Sashko, de 6 años, de la ciudad de Ukrainka, camina hacia la frontera entre Ucrania y Eslovaquia.

NUEVA YORK, 14 de junio de 2023 – A finales de 2022, una cifra sin precedentes de 43,3 millones de niños y niñas vivía en situación de desplazamiento forzado, muchos de ellos durante toda su infancia, según estimaciones de UNICEF.

El número de niños y niñas desplazados forzosamente de sus hogares se duplicó en la última década a pesar de los esfuerzos para incluir y proteger a todos aquellos que se encuentran refugiados o están internamente desplazados. La guerra en Ucrania ha obligado a más de 2 millones de niños y niñas ucranianos a huir del país y ha desplazado a más de 1 millón dentro de Ucrania.

“Durante más de una década, el número de niños y niñas que se ven obligados a huir de sus hogares ha aumentado a un ritmo alarmante, y nuestra capacidad mundial de respuesta sigue sometida a una gran presión”, declaró Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF. “El aumento es un reflejo de los conflictos, crisis y desastres climáticos que se producen de manera constante en todo el mundo. Pero también pone de manifiesto la insuficiente respuesta de muchos gobiernos para garantizar que todos los niños y niñas refugiados y desplazados internos puedan seguir aprendiendo, mantenerse sanos y desarrollar todo su potencial”.

De los 43,3 millones de niños y niñas que tuvieron que huir de sus hogares por la fuerza a finales de 2022, casi el 60% (25,8 millones) habían quedado desplazados internamente debido a los conflictos y la violencia. El número de niños y niñas refugiados y solicitantes de asilo alcanzó los 17,5 millones, una cifra también sin precedentes que ni siquiera incluye a los nuevos desplazados en 2023 por el conflicto en Sudán, entre otros. UNICEF calcula que hasta la fecha más de 940.000 niños y niñas han tenido que desplazarse a causa de un conflicto. Además, los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones en Pakistán y la sequía en el Cuerno de África, provocaron otros 12 millones de desplazamientos de niños y niñas a lo largo de 2022.

De todos los desplazados internos y refugiados, los niños y niñas suelen estar entre los más vulnerables. A muchos se les niega el acceso a la educación y la atención de la salud, no reciben la vacunación sistemática y no pueden acceder a la protección social.

Para muchos niños y niñas, el desplazamiento es cada vez más prolongado. La mayoría de los que están desplazados hoy en día suelen pasar en esa situación toda su infancia. Además, se prevé que los desplazamientos inducidos por el clima aumenten rápidamente si no se toman medidas urgentes para mitigar el calentamiento global y preparar a las comunidades que viven más expuestas a la crisis climática.

“Se necesita una mayor voluntad política para abordar las causas de los desplazamientos y ofrecer soluciones a largo plazo para los niños y niñas que se desplazan”, afirmó Russell. “El número sin precedentes de niños y niñas refugiados, migrantes y desplazados –una población mundial que es casi la misma de Argelia, Argentina o incluso España– exige una respuesta acorde. Hemos comprobado que se produce un cambio sostenido cuando los gobiernos invierten adecuadamente en la inclusión de los niños y las familias desplazadas. Si trabajamos juntos podemos lograr que sigan aprendiendo y mantenerlos seguros, sanos y protegidos”.

UNICEF pide a los gobiernos que tomen las medidas siguientes para no dejar a ningún niño ni niña atrás:

  • Reconocer a los niños y niñas refugiados, migrantes y desplazados como niños y niñas ante todo, con derechos a la protección, la inclusión y la participación
  • Proporcionar vías seguras y legales para que los niños y niñas se desplacen, soliciten asilo y se reúnan con sus familias
  • Garantizar que no se detiene a ningún menor de edad debido a su situación migratoria ni se le devuelve sin garantías, a menos que se haya determinado que la devolución responde a su interés superior
  • Reforzar los sistemas nacionales de educación, sanidad, protección de la infancia y protección social para incluir sin discriminación a los niños y niñas desplazados
  • Invertir en sistemas nacionales de protección de la infancia para atender mejor a los niños y niñas que se desplazan y corren el riesgo de sufrir actos de explotación y de violencia, en particular los que no están acompañados
  • Escuchar a los niños y niñas desplazados e implicarlos de forma significativa en la búsqueda de soluciones sostenibles e integradoras que puedan ayudarles a desarrollar todo su potencial.

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Notas para los editores:

* Esta cifra incluye a solicitantes de asilo, refugiados y personas en situación similar a la de refugiado bajo mandato del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y los refugiados palestinos registrados en el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente, así como a los niños y niñas que se encuentran entre “otras personas necesitadas de protección internacional”, según informa por separado el ACNUR.

Las estimaciones sobre el número de desplazamientos internos de niños y niñas como consecuencia de fenómenos meteorológicos extremos se basan en los datos comunicados por el Centro para el Monitoreo del Desplazamiento Interno.

UNICEF preside la Secretaría de la Alianza Internacional de Datos para los Niños en Movimiento, que coordina los esfuerzos mundiales para mejorar la disponibilidad y la calidad de los datos con el fin de mejorar los resultados para los niños y niñas en tránsito. Más información aquí.

Contactos de prensa

Tess Ingram
UNICEF Nueva York
Teléfono: +1 934 867 7867
Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/numero-ninos-desplazados-alcanza-nuevo-maximo-43-millones

 

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Más de 150 millones de niños trabajan en el Mundo, revela UNICEF

Por: Christian López

 El 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil; el tema de este año es: “Justicia social para todos. ¡Acabemos con el trabajo infantil!”

La pandemia por la COVID-19, las crisis económicas y los conflictos en el mundo han generado que más familias estén en la pobreza y que millones de niños se integren al trabajo infantil, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Más de 160 millones de niños y niñas de entre 5 y 17 años en el mundo son víctimas del trabajo infantil, según han advertido las ONG de infancia con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora este lunes 12 de junio bajo el lema ‘Justicia social para todos. Poner fin al trabajo infantil’.

Cabe destacar, como se informó en La Verdad Noticias, trabajo infantil se define como toda actividad laboral que priva a niños, niñas y adolescentes de su niñez, de vivir conforme a su etapa de crecimiento, y que es perjudicial para que se desarrollen tanto física como psicológicamente.

Peores formas del trabajo infantil

Sin acceso a escuela, menores que trabajan
El trabajo infantil abarca todas las actividades económicas que realizan las y los menores de 12 años; las ligeras permitidas para aquellos de 12 a 14 años; y también abarca las peores formas de esta actividad.

Estas últimas son “un lastre y el origen de violaciones gravísimas de derechos humanos para niños, niñas y adolescentes porque atentan contra su dignidad, integridad y bienestar físico, emocional y psicológico”.

También se encuentra la mendicidad ajena, que se presenta cuando piden dinero en las calles y normalmente hay personas adultas que se benefician de ello; la servidumbre, que consiste en ocuparlos para labores de limpieza en restaurantes, negocios y para quehaceres domésticos, a cambio de condiciones mínimas de alojamiento y alimentación.

¿Cómo acabar con el trabajo infantil?

El trabajo infantil es problema complejo
Por tratarse de un problema complejo, las intervenciones más eficaces son aquellas que articulan varias dimensiones en simultáneo: la escolarización, la atención sani- taria, el acceso a la protección social, la regulación del mercado laboral, la efectiva aplicación de normativa vigente y las prácticas culturales.

Fuente de la información e imagen:  https://laverdadnoticias.com

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