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España: Las nuevas economías viajan al futuro para frenar el cambio climático

Redacción: Tendencias 21

NESI Global Forum vuelve a Málaga para dar respuesta a los desafíos del desarrollo sostenible.

La próxima semana se inicia en Málaga la II edición del Foro Global de la Nueva Economía e Innovación Social, que dará respuesta desde lo local a los desafíos del desarrollo sostenible. Los participantes viajarán a 2030 para descubrir cómo frenar el cambio climático.

La capital malagueña acoge del 24 al 26 de abril, la II edición del Foro Global de la Nueva Economía e Innovación Social.

Contará con la participación de más de 30 ponentes nacionales e internacionales para, desde lo local, dar respuesta a los retos globales recogidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y cumplir con la Agenda 2030 y el Acuerdo de París.

Considerado como el ‘Davos’ de la nueva economía y la innovación social, NESI Global Forum 2019 concentrará sus esfuerzos en buscar solución a tres necesidades básicas (alimentación, vivienda y vestido) y tres recursos que las hacen posibles (energía, finanzas y trabajo). Su celebración tendrá lugar en el Palacio de Ferias y Exposiciones de Málaga (FYCMA).

El encuentro, coorganizado por el Ayuntamiento de Málaga, el centro de innovación social “La Noria”, de la Diputación de Málaga y la Universidad de Málaga, está respaldado por CIFAL Málaga, dependiente del Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR).

Además, cuenta con la colaboración especial de la Wellbeing Economy Alliance (WEAll), una iniciativa global que conecta movimientos que trabajan para crear una economía al servicio de las personas y el Planeta. European Cultural Foundation, Hidralia y Triodos Bank son colaboradores del evento.

Un viaje al año 2030

En esta II edición, NESI Global Forum contará con una innovadora metodología: los participantes serán trasladados en el tiempo a la ‘Ciudad 2030’, un viaje que les permitirá comprobar cómo será esa ciudad en la que ya se han alcanzado los ODS y se ha frenado el cambio climático.

La misión de todos los participantes será cocrear un informe en formato ‘magazine’, que será enviado de vuelta a 2019, a modo de recomendaciones, para que gobiernos, empresas, ONG y ciudadanía puedan avanzar hacia la Agenda 2030. El informe se hará público durante la última jornada del Foro.

Este último día, viernes 26 de abril, a partir de las 13:00 horas, la programación de NESI Global Forum se abre a la participación de toda la ciudadanía malagueña con la celebración del Festival Internacional de Innovación Social (FiiS): nueve horas de música en directo combinada con charlas inspiradoras y actividades de innovación social.

La conferencia inaugural del encuentro correrá a cargo de Peter Holbrook, CEO de Social Enterprise UK, y llevará por título “Una historia llena de esperanza”. Durante los tres días que dura el evento, serán protagonistas los NESI Trucks, los seis sub-sistemas que deben transformarse de cara a acelerar la transición hacia una nueva economía al servicio de las personas y del planeta: Soberanía alimentaria, vivienda y urbanismo; Moda sostenible; El futuro de la energía y los recursos; El futuro de las finanzas; y El futuro del trabajo.

Las intervenciones correrán a cargo de referentes globales en nueva economía e innovación como Pedro Tarak, cofundador de Sistema B; Marcos Eguiguren, director ejecutivo de la Global Alliance for Banking on Values; Andrea Somma, fundadora de OMINA Foundation; Albert Cañigueral, conector de Ouishare en España; Ana Gómez, coordinadora de redes de WEAll; Carol Blázquez, directora de Innovación y Sostenibilidad y Directora de la Fundación Ecoalf; o Daniel Truran, B Corp Ambassador en B Lab Europe, entre otros.

álaga, referente internacional

La I edición de NESI Global Forum, celebrada en 2017, reunió en Málaga a más de 700 personas de más de 40 países, incluyendo referentes empresariales, académicos y del activismo social que trabajan para construir una nueva economía al servicio de las personas y el planeta. Para esta II edición, y con la incorporación de Festival Internacional de Innovación Social, se superará el número de asistentes.

Diego Isabel La Moneda, fundador y director de NESI Global Forum, ha subrayado la “importancia de este Festival, que se celebra por primera vez en Europa y contribuirá a posicionar a Málaga como referente internacional en nueva economía e innovación social”.

Por su parte, Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, ha subrayado la proyección internacional de este evento, y ha considerado “un acierto la celebración en la ciudad de este encuentro, que profundizará en la divulgación de los objetivos de desarrollo sostenible, con los que está comprometido el Ayuntamiento de Málaga”.

En este sentido, ha enfatizado que “se necesita realizar un esfuerzo para afrontar en los próximos años los nuevos retos en materia económica, de educación y social, entre otros, en términos de sostenibilidad”, y ha destacado que “es necesario que la sociedad civil sea consciente de las oportunidades que conlleva ofrecer una respuesta a ello”.

Fuente: https://www.tendencias21.net/Las-nuevas-economias-viajan-al-futuro-para-frenar-el-cambio-climatico_a45208.html
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Sandra Campó: “Tenemos derecho a vivir una sexualidad libre de violencia”

Redacción: Wapa

Distintas mujeres fueron reconocidas por su labor en el empoderamientofemenino. Sandra Campó fue una de ellas.

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Actividades extraescolares para aprender disfrutando

Redacción: El Periódico

Las actividades extraescolares forman parte de la rutina diaria de los más pequeños de la familia. Una vez terminado el horario escolar, es posible disfrutar y seguir aprendiendo mediante actividades que refuercen la educación de los niños desde el propio hogar.

El aprendizaje de idiomas, una inversión de futuro

Las actividades extraescolares son una excelente manera de que los niños inviertan su tiempo libre en seguir aprendiendo y completando su formación mientras disfrutan. Además, son una solución para la dificultad de horarios y de conciliación laboral a la que muchos padres se enfrentan.

Una de las actividades que prácticamente se ha convertido en imprescindible son las clases de inglés. Conocer y manejar este idioma es un valor fundamental para el presente y futuro de cualquier persona, ya que esto le abrirá muchas posibilidades en su futuro personal y profesional.

Las academias de inglés son la mejor vía para aprender inglés. En Zaragoza, por ejemplo, es posible encontrar centros que ofrecen clases que se adaptan al horario y nivel de cada niño. Todo ello en grupos reducidos, lo cual hace más fácil que todos los alumnos participen e interaccionen.

Esta alternativa es, sin duda, más enriquecedora y estimulante que optar por profesores particulares. Aunque este puede dedicarse al 100 por cien al niño y a que aprenda, no hay que olvidar que se trata de su tiempo libre y de que es mejor que aproveche para relacionarse con otros niños y de este modo disfrute más de su actividad extraescolar.

Juguetes educativos: la mejor manera de aprender mientras se divierten

Cada vez es más frecuente que los niños pasen las horas pegados a las pantallas de los teléfonos móviles o de los videojuegos. Los expertos recomiendan que se limite el tiempo que se pasa haciendo este tipo de actividades, ya que repercute de forma negativa en su capacidad de concentración y atención.

Para muchos padres, sin embargo, hacerlo es toda una odisea. Estos viven asimismo su propio ritmo frenético diario y cuando llegan a casa no tienen fuerzas para enfrentarse a discutir con sus hijos, por lo que terminan cediendo y “premiando” con este rato de desconexión.

No obstante, hay otros muchos medios por los que se puede conseguir que un niño esté entretenido sin necesidad de acudir a la Tablet o al smartphone. Un ejemplo son los juguetes educativos como los que se vende en la juguetería online Cerebrito Pérez.

La clave está en poner unas normas donde se especifique de forma explícita cuál es el horario de uso de los dispositivos tecnológicos. Una vez llegada la hora de descansar, el premio será jugar con este tipo de juguetes y juegos. Así asociarán esta actividad a algo positivo.

Estimula su creatividad mediante dibujos y la escritura

Otros recursos educativos que es posible explotar son los dibujos y la escritura. Si aún son muy pequeños, se puede optar por hacer una selección de fichas para imprimir, de modo que el niño se familiarice con la escritura y se entretenga mientras aprende.

Este tipo de actividades tales como el dibujo y la escritura fomentan su capacidad de concentración y, lo más importante, dejan rienda suelta a su creatividad. Es decir, les hace pensar por sí mismos y desarrollar sus propios recursos.

La lectura es otra de las actividades que ha de formar parte del día a día del niño, ya que además de estimular su creatividad y capacidad de concentración, hará que aprenda a ver el mundo a través de historias que le harán desarrollar su imaginación.

Lo importante es encontrar el libro que se adecúe a su nivel y a sus propios gustos, pues en muchas ocasiones el fallo está en intentar que lean un tipo de libros con los que no empatizan o que están por encima de su nivel de comprensión.

Es preferible comenzar con libros de fácil comprensión, donde se estimule su curiosidad, fáciles de entender, para así progresivamente ir avanzando hacia otro tipo de libros con un lenguaje más complicado y rico. Con paciencia y mimo, es posible conseguir que el niño ame la lectura.

La adolescencia, la etapa más difícil

En el caso de que el niño se encuentre ya en la etapa de la adolescencia y esté buscando algún tipo de clases extraescolares que pueda servirle a nivel laboral, es recomendable tener en cuenta las tendencias del mercado laboral.

En el contexto actual en el que impera la comunicación a través de internet, aprender a manejar los recursos relacionados con la red puede abrirle muchas puertas laborales en el futuro.

Podría hacer, por ejemplo, un curso de elementor de diseño web con WordPress, una formación cada vez más valorada. Así el niño puede convertirse en un page builder para WordPress, una profesión con muchas salidas laborales.

Más allá de las actividades que se realicen con vistas a un futuro profesional, no hay que obviar actividades que le hagan realizar ejercicio, ya que es una edad en la que, si conseguimos mantener su ritmo de actividad física, es probable que este mantenga estas rutinas a lo largo de su vida.

Los deportes en equipo son una excelente alternativa, ya que suponen una oportunidad también para establecer relaciones sociales a la par que se ejercita esta parte física. Es también una actividad que aumentará su disciplina.

El uso de los dispositivos tecnológicos también ha de ser muy controlado, especialmente llegadas ciertas edades en las que las redes sociales comienzan a ser una parte esencial de sus vidas.

En esta etapa es más necesario que nunca fijar unos límites de uso y de horarios. También se puede optar por algún tipo de taller o curso que les permita desarrollar su creatividad, como pueden ser las clases de pintura, o aprender a tocar algún instrumento.

En resumen, el aprendizaje y la diversión no tienen por qué estar separados. Este tipo de cursos puede ser el vehículo perfecto que conduzca al niño a un futuro mejor, en el que esté más formado y capacitado para enfrentarse al mundo.

Fuente: https://www.elperiodico.digital/cultura/actividades-extraescolares-aprender-disfrutando-9224.html

 

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175 millones de niños en el mundo no tienen acceso a educación preescolar

Redacción: Vatican News

«Falta inversión en la educación de 0 a 6 años en la mayoría de países del mundo», es uno de los datos que refleja el último informe de UNICEF titulado «Un mundo listo para aprender», el cual alerta sobre las consecuencias de este panorama global que afecta a millones de menores.

El problema de la falta de acceso a la educación básica durante los primeros años de vida repercute a nivel global.

El hecho de que 175 millones de niños no estén matriculados en educación preescolar implica graves consecuencias que repercutirán al desarrollo de las futuras generaciones.

Más educación, más desarrollo social 

Así lo afirma el último informe publicado por UNICEF titulado «Un mundo listo para aprender», que denuncia las irregularidades del sistema educativo en países abandonados por la comunidad internacional y busca lograr la anhelada meta de dar prioridad a la educación de calidad en la primera infancia.

Y es que los niños que reciben una educación preescolar adquieren con mayor facilidad habilidades fundamentales como la lectura, la escritura o el cálculo.

Educación preescolar: si eres pobre, no accedes

Por otra parte, según el informe, la riqueza de los hogares, el nivel de educación de las madres o su ubicación geográfica son algunos de los principales factores que determinan la asistencia o no a programas de enseñanza elemental. Sin embargo, el elemento determinante es la pobreza.

En 64 países los niños más pobres tienen siete veces menos posibilidades que los niños de familias más ricas de asistir a las iniciativas formativas de la primera infancia.

Conflictos armados = cierre de escuelas

Cabe destacar el efecto catastrófico que generan los conflictos armados: más de dos terceras partes de los niños en edad preescolar que viven en 33 países afectados por conflictos o guerras no están matriculados en programas de educación infantil.

Paradógicamente, estos son los niños que necesitarían recibir apoyo escolar para superar los traumas sufridos, disponiendo de un lugar seguro para aprender, crear y jugar, lo que supondría una opción de expresar sus emociones.

El problema de la poca inversión

Otra realidad preocupante percibida en el documento de UNICEF es la poca inversión realizada en el sector educativo dirigido a los menores.

Escasez de maestros capacitados

Esta falta de inversión mundial provoca a su vez una grave escasez de maestros capacitados en el ciclo educativo: en los países de ingresos bajos y medianos, donde viven más del 60% de los niños en edad preescolar del mundo, apenas hay un 32% de maestros preparados.

De hecho, sólo hay 422.000 profesores de preescolar enseñando actualmente en países de bajos ingresos. Con el aumento de la población y suponiendo que la proporción ideal de alumnos por maestro es de 20 a 1, el mundo necesitará 9,3 millones de nuevos maestros de preescolar para alcanzar la meta universal.

Algo nada sencillo teniendo en cuenta la situación actual.

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2019-04/175-millones-ninos-mundo-sin-educacion-preescolar-unicef.html

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Uruguay: 5G. La tecnología que viene para cambiar la economía

Redacción: Theworldnew

Es un patrón que se repite. Cada cambio disruptivo en lo tecnológico y en los modos de producción termina por sustituir trabajo por capital.

Sin embargo, la revolución industrial, capitalista y tecnológica, a pesar de ajustes fuertes en lo inmediato, lejos de reducir empleos, va acompañada a largo plazo de un fenómeno con signo opuesto, en la que lo que varia es la composición y las habilidades demandadas para generar procesos que a la luz de la historia han generado una economía más productiva, con mayor riqueza, mayor demanda de empleo y nuevas ocupaciones, con jornadas de trabajo cada vez más reducidas.

Según datos de la Oficina Planeamiento y Presupuesto (OPP), con el crecimiento de las tecnológicas y los servicios a empresas en general, en Uruguay el sector pasó en 30 años de tener 30 mil empleos a 117 mil.

El pasado miércoles 10 de abril Antel lanzó la red 5G, el nuevo estándar de comunicación móvil que comienza a desplegarse por todo el planeta con la promesa de velocidades que superan en diez y hasta 1200 veces ymás al 4G. De esta manera, Uruguay se convirtió en el primer país que apuesta comercialmente a la transición a las nuevas redes de quinta generación en América Latina y unos de los primeros a nivel mundial.

Esta tecnología implica el aterrizaje, la fase final de la Revolución 4.0 que tanto se viene anunciando, y a su vez, ya está ocurriendo. La llegada del 5 G tendrá un impacto no solo en la velocidad de la transmisión de datos sino también en la conectividad, que permitirá un salto en la productividad de la industria.

La dimensión disruptiva y revolucionaria de este tecnología es tal, que se manifiesta en la disputa entre las dos potencias globales del presente -China y Estados Unidos- por el control de este desarrollo tecnológico, con una guerra que subyace  dentro de los entramados del caso Huaewi, la mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones y segunda más importante vendedora mundial de smartphones.

En un comunicado emitido por 5 G Américas, el vicepresidente para América Latina, José Otero, destacó  en referencia a Uruguay que esta tecnología traerá grandes avances en distintas actividades “de todas las esferas de la vida humana, desde el trabajo y las actividades económicas como también el transporte, la salud, la educación y muchos otros sectores verticales”.

En ese sentido y considerando la infinita mayor cantidad de información que el Internet de las Cosas va a generar, en el caso de las industrias, las máquinas van a estar mucho más conectadas y coordinadas de lo que están ahora, por lo que se producirá un salto en la productividad y una eficiencia “sin precedentes” en las líneas de producción, según dicen los expertos.

El encargado de soluciones tecnológicas de Nokia -la empresa que asesora a Antel en la instalación de las primeras bases- para el Conosur, Gabriel Benedetti, dijo en el programa Tiempo de Cambio que “el tiempo que demora un sensor en enviar información a otro a kilómetros de distancia es de milisegundos, a velocidades imperceptibles para los seres humanos, aspecto que será clave en lo que tiene que ver con la automatización del proceso industrial”.

“El Internet de las Cosas es algo que estamos esperando y está sucediendo, desde autos que se conducen a sí mismos, a cosas mucho más triviales como aparatos conectados en la casa. De todas formas, aún hablamos de una industria que todavía no se desarrolló lo suficiente para que sea accesible a bajo precio”.

Por su parte, para el chief data officer de Scotiabank, Diego Vallarino, una vez implementada la red 5 G el impacto no va a estar tanto en la velocidad sino en la conectividad que va a permitir esta nueva red. “Se va a dar un salto importante en lo tecnológico que va a producir disrupciones tanto económicas como sociales. Lo que va a haber es una cantidad de aparatos conectados que van a recibir más rápido órdenes, lo que va a generar impactos sociales de distintos tipos”, opinó.

Vallarino dijo que las más afectadas por estos cambios van a ser las ciudades, yendo desde sensores en la iluminación y en el tráfico, para desembocar incluso en una nueva dinámica en el transporte. “Ahora sí va a haber ciudades inteligentes, pero de verdad”, insistió Vallarino.
Otro elemento que destacó es la cantidad de datos con los que van a contar las empresas y las personas para tomar decisiones.

“Este cambio va a permitir entender comportamientos en tiempo real que hoy se escapan. Muchos más aparatos conectados entre sí van a brindar  información en tiempo real y a costos marginales casi tendiendo a cero. Esto implica para los que trabajamos con datos e inteligencia artificial una ola de información sobre las cosas, pero en el fondo sobre la interacción de las personas con las cosas”, explicó.

Conectar y controlar a las 12 millones de cabezas vacunas del país, funcionamiento de vehículos autónomos comunicados entre sí, uso de la realidad aumentada o regulación de la basura son solo algunos de los nuevos servicios económicos que surgirán con las oportunidades que  se presenten, más todos lo que todavía no se han podido prever ni imaginar, para nuevos consumidores que renovarán sus exigencias y demandas.

Primero infraestrucutura y pruebas

El despliegue de la tecnología de quinta generación comenzó en el país con dos bases instaladas, en Maldonado y Colonia, para continuar en todo el territorio nacional en lo que resta de 2019. Como sucedió con 4G o LTE, el estándar que se usa hasta el día de hoy, mediará un tiempo entre la instalación y lanzamiento y su desembarco en la vida cotidiana de un uruguayo. Uruguay también fue líder en la adopción del 4G –que se lanzó en diciembre de 2011-, pero no fue hasta 2014 cuando la tecnología se asentó y masificó, en buena parte como consecuencia de la transmisión del mundial de fútbol de Brasil en HD a través de Vera TV. Para el caso del 5G Antel estima que la evolución se dará más rápidamente; 2019 será el año que se dedicará a la instalación de las bases para más adelante desembarcar al mercado.

Fuente: https://theworldnews.net/uy-news/5g-la-tecnologia-que-viene-para-cambiar-la-economia
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El BM y UNICEF destinan mil millones de dólares a educación en países en desarrollo

Redacción: EFE

El Banco Mundial (BM) y UNICEF anunciaron hoy que destinarán 1.000 millones de dólares para promover la educación, las habilidades y la capacitación laboral de los jóvenes en países en desarrollo con el objetivo de mejorar sus perspectivas de empleo.

«Cuando millones de jóvenes ingresan a la fuerza laboral en los países en desarrollo, les importa a ellos y al mundo entero que puedan encontrar empleos decentes», apuntó la directora ejecutiva del BM, Kristalina Georgieva, en un comunicado.

La nueva asociación dedicará 1.000 millones de dólares en inversiones a través de Generation Unlimited (Generación sin límites), una iniciativa global organizada por UNICEF.

Lanzado hace poco más de seis meses, Generation Unlimited es un programa que tiene como objetivo ayudar a preparar a 1.800 millones de jóvenes en su transición al mundo laboral.

«Con las habilidades y oportunidades adecuadas, los jóvenes pueden impulsar el crecimiento y la prosperidad globales. Debemos trabajar juntos para invertir en educación, capacitación, empleo y espíritu empresarial para que puedan alcanzar su potencial», agregó Georgieva.

El BM y UNICEF pretenden acelerar los cambios en los programas escolares de la educación formal para que las habilidades y el conocimiento se alineen con las demandas del lugar de trabajo y mejorar el acceso a planes de capacidades fuera de la educación formal, incluso en situaciones de crisis y áreas propensas a emergencias humanitarias.

Investigaciones citadas por el BM muestran que aproximadamente un tercio de los jóvenes de hoy, es decir, unos 620 millones de personas, la mayoría mujeres, no tienen empleo ni reciben educación o la capacitación.

De hecho, la gente joven tiene casi tres veces más probabilidades que los adultos de estar desempleados.

«Sin empleos dignos y la dignidad del trabajo, millones de ellos quedarán excluidos del progreso mundial hacia el crecimiento, la prosperidad y la estabilidad», anotaron los expertos de la institución multilateral en un análisis.

En este sentido, la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, destacó la importancia de invertir para transformar los sistemas educativos en los países de desarrollo para que exista una mayor dedicación a la capacitación laboral.

«A través de esta colaboración del Banco Mundial y Unicef, Generation Unlimited puede ayudar a apoyar esta transformación y crear un conjunto de jóvenes mejor preparados para formar economías prósperas y sociedades pacíficas», puntualizó Fore.

Fuente: https://www.efe.com/efe/america/economia/el-bm-y-unicef-destinan-mil-millones-de-dolares-a-educacion-en-paises-desarrollo/20000011-3947583#

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La importancia del acto de leer. Paulo Freire

Redacción: perio.unlp.edu.ar

Rara ha sido la vez, a lo largo de tantos años de práctica pedagógica, y por lo tanto política, en que me he permitido la tarea de abrir, de inaugurar o de clausurar encuentros o congresos.

Acepté hacerlo ahora, pero de la manera menos formal posible. Acepté venir aquí para hablar un poco de la importancia del acto de leer.

Me parece indispensable, al tratar de hablar de esa importancia, decir algo del momento mismo en que me preparaba para estar aquí hoy; decir algo del proceso en que me inserté mientras iba escribiendo este texto que ahora leo, proceso que implicaba una comprensión crítica del acto de leer, que no se agota en la descodificación pura de la palabra escrita o del lenguaje escrito, sino que
se anticipa y se prolonga en la inteligencia del mundo. La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquél. Lenguaje y realidad se vinculan dinámicamente. La comprensión del texto a ser alcanzada por su lectura crítica implica la percepción de relaciones entre el texto y el contexto. Al intentar escribir sobre la importancia del acto de leer, me sentí llevado –y hasta con gusto– a “releer” momentos de mi práctica, guardados en la memoria, desde las experiencias más remotas de mi infancia, de mi adolescencia, de mi juventud, en que la importancia del acto de leer se vino constituyendo en mí.

Al ir escribiendo este texto, iba yo “tomando distancia” de los diferentes momentos en que el acto de leer se fue dando en mi experiencia existencial. Primero, la “lectura” del mundo, del pequeño mundo en que me movía; después la lectura de la palabra que no siempre, a lo largo de mi escolarización, fue la lectura de la “palabra-mundo”.

La vuelta a la infancia distante, buscando la comprensión de mi acto de “leer” el mundo particular en que me movía –y hasta donde no me está traicionando la memoria– me es absolutamente  significativa. En este esfuerzo al que me voy entregando, re-creo y re-vivo, en el texto que escribo, la experiencia en el momento en que aún no leía la palabra. Me veo entonces en la casa mediana en que nací en Recife, rodeada de árboles, algunos de ellos como si fueran gente, tal era la intimidad entre nosotros; a su sombra jugaba y en sus ramas más dóciles a mi altura me experimentaba en riesgos menores que me preparaban para riesgos y aventuras mayores. La vieja casa, sus cuartos, su corredor, su sótano, su terraza –el lugar de las flores de mi madre–, la amplia quinta donde se hallaba, todo eso fue mi primer mundo. En él gateé, balbuceé, me erguí, caminé, hablé. En verdad, aquel mundo especial se me daba como el mundo de mi actividad perceptiva, y por eso mismo como el mundo de mis primeras lecturas. Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto –en cuya percepción me probaba, y cuanto más lo hacía, más aumentaba la capacidad de percibir– encarnaban una serie de cosas, de objetos, de señales, cuya comprensión yo iba aprendiendo en mi trato con ellos, en mis relaciones mis hermanos mayores y con mis padres.

Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto se encarnaban en el canto de los pájaros: el del sanbaçu, el del olka-pro-caminho-quemvem, del bem-te-vi, el del sabiá; en la danza de las copas de los árboles sopladas por fuertes vientos que anunciaban tempestades, truenos, relámpagos; las aguas de la lluvia jugando a la geografía, inventando lagos, islas, ríos, arroyos. Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto se encarnaban también en el silbo del viento, en las nubes del cielo, en sus colores, en sus movimientos; en el color del follaje, en la forma de las hojas, en el aroma de las hojas –de las rosas, de los jazmines–, en la densidad de los árboles, en la cáscara de las frutas. En la tonalidad diferente de colores de una misma fruta en distintos momentos: el verde del mango-espada hinchado, el amarillo verduzco del mismo mango madurando, las pintas negras del mango ya más que maduro. La relación entre esos colores, el desarrollo del fruto, su resistencia a nuestra manipulación y su sabor. Fue en esa época, posiblemente, que yo, haciendo y viendo hacer, aprendí la significación del acto de palpar.

De aquel contexto formaban parte además los animales: los gatos de la familia, su manera mañosa de enroscarse en nuestras piernas, su maullido de súplica o de rabia; Joli, el viejo perro negro de mi padre, su mal humor cada vez que uno de los gatos incautamente se aproximaba demasiado al lugar donde estaba comiendo y que era suyo; “estado de espíritu”, el de Joli en tales momentos, completamente diferente del de cuando casi deportivamente perseguía, acorralaba y mataba a uno de los zorros responsables de la desaparición de las gordas gallinas de mi abuela.

De aquel contexto –el del mi mundo inmediato– formaba parte, por otro lado, el universo del lenguaje de los mayores, expresando sus creencias, sus gustos, sus recelos, sus valores. Todo eso ligado a contextos más amplios que el del mi mundo inmediato y cuya existencia yo no podía ni siquiera sospechar.

En el esfuerzo por retomar la infancia distante, a que ya he hecho referencia, buscando la comprensión de mi acto de leer el mundo particular en que me movía, permítanme repetirlo, re-creo, re-vivo, la experiencia vivida en el momento en que todavía no leía la palabra. Y algo que me parece importante, en el contexto general de que vengo hablando, emerge ahora insinuando su
presencia en el cuerpo general de estas reflexiones. Me refiero a mi miedo de las almas en pena cuya presencia entre nosotros era permanente objeto de las conversaciones de los mayores, en el tiempo de mi infancia. Las almas en pena necesitaban de la oscuridad o la semioscuridad para aparecer, con las formas más diversas: gimiendo el dolor de sus culpas, lanzando carcajadas burlonas, pidiendo oraciones o indicando el escondite de ollas. Con todo, posiblemente hasta mis siete años en el barrio de Recife en que nací iluminado por faroles que se perfilaban con cierta dignidad por las calles. Faroles elegantes que, al caer la noche, se “daban” a la vara mágica de quienes los encendían. Yo acostumbraba acompañar, desde el portón de mi casa, de lejos, la figura flaca del “farolero” de
mi calle, que venía viniendo, andar cadencioso, vara iluminadora al hombro, de farol en farol, dando luz a la calle. Una luz precaria, más precaria que la que teníamos dentro de la casa. Una luz mucho más tomada por las sombras que iluminadora de ellas.

No había mejor clima para travesuras de las almas que aquél. Me acuerdo de las noches en que, envuelto en mi propio miedo, esperaba que el tiempo pasara, que la noche se fuera, que la madrugada semiclareada fuera llegando, trayendo con ella el canto de los pajarillos “amanecedores”.

Mis temores nocturnos terminaron por aguzarme, en las mañanas abiertas, la percepción de un sinnúmero de ruidos que se perdía en la claridad y en la algaraza de los días y resultaban misteriosamente subrayados en el silencio profundo de las noches.

Pero en la medida en que fui penetrando en la intimidad de mi mundo, en que lo percibía mejor y lo “entendía” en la lectura que de él iba haciendo, mis temores iban disminuyendo.

Pero, es importante decirlo, la “lectura” de mi mundo, que siempre fundamental para mí, no hizo de mí sino un niño anticipado en hombre, un racionalista de pantalón corto. La curiosidad del niño no se iba a distorsionar por el simple hecho de ser ejercida, en lo cual fui más ayudado que estorbado
por mis padres. Y fue con ellos, precisamente, en cierto momento de esa rica experiencia de  comprensión de mi mundo inmediato, sin que esa comprensión significara animadversión por lo que tenía encantadoramente misterioso, que comencé a ser introducido en la lectura de la palabra. El desciframiento de la palabra fluía naturalmente de la “lectura” del mundo particular. No era algo que
se estuviera dando supuesto a él. Fui alfabetizado en el suelo de la quinta de mi casa, a la sombra de los mangos, con palabras de mi mundo y no del mundo mayor de mis padres. El suelo mi pizarrón y las ramitas fueron mis tizas.

Es por eso por lo que, al llegar a la escuelita particular de Eunice Vasconcelos, cuya desaparición reciente me hirió y me dolió, y a quien rindo ahora un homenaje sentido, ya estaba alfabetizado. Eunice continúo y  profundizó el trabajo de mis padres. Con ella, la lectura de la palabra, de la
frase, de la oración, jamás significó una ruptura con la “lectura” del mundo. Con ella, la lectura de la palabra fue la lectura de la “palabra-mundo”.

Hace poco tiempo, con profundo emoción, visité la casa donde nací. Pisé el mismo suelo en que me erguí, anduve, corrí, hablé y aprendí a leer. El mismo mundo, el primer mundo que se dio a mi comprensión por la “lectura” que de él fui haciendo. Allí reencontré algunos de los árboles de mi infancia. Los reconocí sin dificultad. Casi abracé los gruesos troncos –aquellos jóvenes troncos de mi
infancia. Entonces, una nostalgia que suelo llamar mansa o bien educada, saliendo del suelo, de los árboles, de la casa, me envolvió cuidadosamente. Dejé la casa contento, con la alegría de quien reencuentra personas queridas.

Continuando en ese esfuerzo de “releer” momentos fundamentales de experiencias de mi infancia, de mi adolescencia, de mi juventud, en que la comprensión crítica de la importancia del acto de leer se fue constituyendo en mí a través de su práctica, retomo el tiempo en que, como alumno del llamado curso secundario, me ejercité en la percepción crítica de los textos que leía en clase, con la colaboración, que hasta hoy recuerdo, de mi entonces profesor de lengua portuguesa.

No eran, sin embargo, aquellos momentos puros ejercicios de los que resultase un simple darnos cuenta de la existencia de una página escrita delante de nosotros que debía ser cadenciada, mecánica y fastidiosamente “deletrada” en lugar de realmente leída. No eran aquellos momentos “lecciones de lectura” en el sentido tradicional esa expresión. Eran momentos en que los textos se ofrecían a nuestra búsqueda inquieta, incluyendo la del entonces joven profesor José Pessoa. Algún tiempo después, como profesor también de portugués, en mis veinte años, viví intensamente la importancia del acto de leer y de escribir, en el fondo imposibles de dicotomizar, con alumnos de los primeros años del entonces llamado curso secundario. La conjugación, la sintaxis de concordancia,
el problema de la contradicción, la enciclisis pronominal, yo no reducía nada de eso a tabletas de conocimientos que los estudiantes debían engullir. Todo eso, por el contrario, se proponía a la curiosidad de los alumnos de manera dinámica y viva, en el cuerpo mismo de textos, ya de autores que estudiábamos, ya de ellos mismos, como objetos a desvelar y no como algo parado cuyo perfil yo describiese. Los alumnos no tenían que memorizar mecánicamente la descripción del objeto, sino aprender su significación profunda. Sólo aprendiéndola serían capaces de saber, por eso, de memorizarla, de fijarla. La memorización mecánica de la descripción del objeto no se constituye en conocimiento del objeto. Por eso es que la lectura de un texto, tomado como pura descripción de un objeto y hecha en el sentido de memorizarla, ni es real lectura ni resulta de ella, por lo tanto, el conocimiento de que habla el texto.

Creo que mucho de nuestra insistencia, en cuanto profesores y profesoras, en que los estudiantes “lean”, en un semestre, un sinnúmero de capítulos de libros, reside en la comprensión errónea que a veces tenemos del  acto de leer. En mis andanzas por el mundo, no fueron pocas las veces en que
los jóvenes estudiantes me hablaron de su lucha con extensas bibliografías que eran mucho más para ser “devoradas” que para ser leídas o estudiadas.  Verdaderas “lecciones de lectura” en el sentido más tradicional de esta expresión, a que se hallaban sometidos en nombre de su formación científica y de las que debían rendir cuenta a través del famoso control de lectura. En algunas ocasiones llegué incluso a ver, en relaciones bibliográficas, indicaciones sobre las páginas de este o aquel capítulo de tal o cual libro que debían leer: “De la página 15 a la 37”.

La insistencia en la cantidad de lecturas sin el adentramiento debido en los textos a ser comprendidos, y no mecánicamente memorizados, revela una visión mágica de la palabra escrita. Visión que es urgente superar. La misma, aunque encarnada desde otro ángulo, que se encuentra, por ejemplo, en quien escribe, cuando identifica la posible calidad o falta de calidad de su trabajo con
la cantidad páginas escritas. Sin embargo, uno de los documentos filosóficos más importantes que disponemos, las Tesis sobre Feuerbach de Marx, ocupan apenas dos páginas y media…

Parece importante, sin embargo, para evitar una comprensión errónea de lo que estoy afirmando, subrayar que mi crítica al hacer mágica la palabra no significa, de manera alguna, una posición poco responsable de mi parte con relación a la necesidad que tenemos educadores y educandos de leer, siempre y seriamente, de leer los clásicos en tal o cual campo del saber, de adentrarnos en los textos, de crear una disciplina intelectual, sin la cual es posible nuestra práctica en cuanto profesores o estudiantes.

Todavía dentro del momento bastante rico de mi experiencia como profesor de lengua portuguesa, recuerdo, tan vivamente como si fuese de ahora y no de un ayer ya remoto, las veces en que me demoraba en el análisis de un texto de Gilberto Freyre, de Lins do Rego, de Graciliano Ramos, de Jorge Amado. Textos que yo llevaba de mi casa y que iba leyendo con los estudiantes, subrayando aspectos de su sintaxis estrechamiento ligados, con el buen gusto de su lenguaje. A aquellos análisis añadía comentarios sobre las necesarias diferencias entre el portugués de Portugal y el portugués de Brasil.

Vengo tratando de dejar claro, en este trabajo en torno a la importancia del acto de leer –y no es demasiado repetirlo ahora–, que mi esfuerzo fundamental viene siendo el de explicar cómo, en mí, se ha venido destacando esa importancia. Es como si estuviera haciendo la “arqueología” de mi
comprensión del complejo acto de leer, a lo largo de mi experiencia existencial. De ahí que haya hablado de momentos de mi infancia, de mi adolescencia, de  los comienzos de mi juventud, y termine ahora reviendo, en rasgos generales, algunos de los aspectos centrales de la proposición que hice hace algunos años en el campo de la alfabetización de adultos.

Inicialmente me parece interesante reafirmar que siempre vi la alfabetización de adultos como un acto político y como un acto de conocimiento, y por eso mismo un acto creador. Para mí sería imposible de comprometerme en un trabajo de memorización mecánica de ba-be-bi-bo-bu, de la-le-li-lo-lu. De ahí que tampoco pudiera reducir la alfabetización a la pura enseñanza de la palabra, de las sílabas o de las letras. Enseñanza en cuyo proceso el alfabetizador iría “llenando” con sus palabras las cabezas supuestamente “vacías” de los alfabetizandos. Por el contrario, en cuanto acto de conocimiento y acto creador, el proceso de la alfabetización tiene, en el alfabetizando, su sujeto. El hecho de que éste necesite de la ayuda del educador, como ocurre en cualquier acción pedagógica, no significa que la ayuda del educador deba anular su creatividad y su responsabilidad en la creación de su lenguaje escrito y en la lectura de su lenguaje. En realidad, tanto el alfabetizador como el  alfabetizando, al tomar, por ejemplo, un objeto, como lo hago ahora con el que tengo entre los
dedos, sienten el objeto, perciben el objeto sentido y son capaces de expresar verbalmente el objeto sentido y percibido. Como yo, el analfabeto es capaz de sentir la pluma, de percibir la pluma, de decir la pluma. Yo, sin embargo, soy capaz de no sólo sentir la pluma, sino además de escribir pluma y, en
consecuencia, leer pluma. La alfabetización es la creación o el montaje de la expresión escrita de la expresión oral. Ese montaje no lo puede hacer el educador para los educandos, o sobre ellos. Ahí tiene él un momento de su tarea creadora.

Me parece innecesario extenderme más, aquí y ahora, sobre lo que he desarrollado, en diferentes momentos, a propósito de la complejidad de este proceso. A un punto, sin embargo, aludido varias veces en este texto, me gustaría volver, por la significación que tiene para la comprensión crítica del
acto de leer y, por consiguiente, para la propuesta de alfabetización a que me he consagrado. Me refiero a que la lectura del mundo precede siempre a la lectura de la palabra y la lectura de ésta implica la continuidad de la lectura de aquél.  En la propuesta a que hacía referencia hace poco, este movimiento del mundo a la palabra y de la palabra al mundo está siempre presente. Movimiento en que la palabra dicha fluye del mundo mismo a través de la lectura que de él hacemos.  De alguna manera, sin embargo, podemos ir más lejos y decir que la lectura de la palabra no es sólo precedida por la lectura del mundo sino por cierta forma de “escribirlo” o de “rescribirlo”, es decir de transformarlo a través de nuestra práctica consciente.

Este movimiento dinámico es uno de los aspectos centrales, para mí, del proceso de alfabetización. De ahí que siempre haya insistido en que las palabras con que organizar el programa de alfabetización debían provenir del universo  vocabular de los grupos populares, expresando su verdadero lenguaje, sus anhelos, sus inquietudes, sus reivindicaciones, sus sueños. Debían venir cargadas de la significación de su experiencia existencial y no de la experiencia del educador. La investigación de lo que llamaba el universo vocabular nos daba así las palabras del Pueblo, grávidas de mundo. Nos llegaban a través de la lectura del mundo que hacían los grupos populares. Después volvían a ellos,
insertas en lo que llamaba y llamo codificaciones, que son representaciones de la realidad.

La palabra ladrillo, por ejemplo, se insertaría en una representación pictórica, la de un grupo de albañiles, por ejemplo, construyendo una casa. Pero, antes de la devolución, en forma escrita, de la palabra oral de los grupos populares, a ellos, para el proceso de su aprehensión y no de su memorización mecánica, solíamos desafiar a los alfabetizandos con un conjunto de situaciones
codificadas de cuya descodificación o “lectura” resultaba la percepción crítica de lo que es la cultura, por la comprensión de la práctica o del trabajo humano, transformador del mundo, En el fondo, ese conjunto de representaciones de situaciones concretas posibilitaba a los grupos populares una “lectura” de la “lectura” anterior del mundo, antes de la lectura de la palabra.

Esta “lectura” más crítica de la “lectura” anterior menos crítica del mundo permitía a los grupos populares, a veces en posición fatalista frente a las injusticias, una comprensión diferente de su indigencia.

Es en este sentido que la lectura crítica de la realidad, dándose en un proceso de alfabetización o no, y asociada sobre todo a ciertas prácticas claramente políticas de movilización y de organización, puede constituirse en un instrumento para lo que Gramsci llamaría acción contrahegemónica.

Concluyendo estas reflexiones en torno a la importancia del acto de leer, que implica siempre percepción crítica, interpretación y “reescritura” de lo leído, quisiera decir que, después de vacilar un poco, resolví adoptar el procedimiento que he utilizado en el tratamiento del tema, en consonancia con mi forma de ser y con lo que puedo hacer.

Finalmente, quiero felicitar a quienes idearon y organizaron este congreso. Nunca, posiblemente, hemos necesitado tanto de encuentros como éste, como ahora.

12 de noviembre de 1981
En Freire, Paulo (1991), La imp

Fuente: https://perio.unlp.edu.ar/catedras/system/files/la_importancia_del_acto_de_leer.pdf

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