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Costa Rica: Corrigen ley de finanzas públicas para favorecer a docentes ticos

Centro América/Costa Rica/17 Enero 2019/Fuente: Prensa Latina

La Asamblea Legislativa de Costa Rica aprobó hoy en segundo y definitivo debate el proyecto legal que garantiza el porcentaje por recargo de funciones y dedicación exclusiva de los docentes del país.
Esa iniciativa corrige la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, recientemente aprobada, pese a un fuerte rechazo popular y una huelga general sindical que duró casi tres meses, encabezada por los trabajadores del sector educativo.

Aunque los legisladores aclaran que el objetivo de la propuesta legal no constituye un regalo para los docentes, sino enmendar un error en la cuestionada norma sobre las finanzas públicas, lo cierto es que restablecen uno de los motivos por los cuales los educadores costarricenses mantuvieron el paro de labores por unos 90 días.

Con este proyecto legal se elimina la reducción aprobada en la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas al porcentaje de ese plus salarial, que afectaba las remuneraciones de los educadores y las del propio Ministerio de Educación Pública (MEP).

Citado por el informativo digital crhoy.com, el diputado por el Partido Liberación Nacional Wagner Jiménez -quien presentó la iniciativa legal- el MEP no tendrá que contratar a más personas por el trabajo que puede complementar un docente, lo cual les permite aumentar sus ingresos económicos.

‘Soy educador y he dedicado mis mejores años a la enseñanza, he trabajado en zonas rurales y urbanas y reconozco el esfuerzo que implica ser educador en el siglo XXI para que el país avance en niveles de cobertura’, afirmó Jiménez.

El proyecto legal pasa ahora al Poder Ejecutivo para su firma y publicación en el Diario Oficial La Gaceta, con lo cual entrará en vigor.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=244532&SEO=corrigen-ley-de-finanzas-publicas-para-favorecer-a-docentes-ticos
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India aprueba ley que otorga 10 % de empleos y plazas educativas a pobres

Asia/India/17 Enero 2019/Fuente: El país.cr

La Cámara alta del Parlamento de la India aprobó hoy una ley que reserva una cuota del 10 % de los empleos y plazas en instituciones educativas a los sectores más pobres de la sociedad, normativa que ya obtuvo luz verde en el Congreso el martes.

La enmienda constitucional recibió 165 apoyos y siete votos en contra y fue declarada como aprobada por el vicepresidente del Senado, Harivansh Narayan Singh, de acuerdo con las emisiones de la sesión, difundidas por la televisión oficial de la Cámara alta, Rajya Sabha TV.

En 1950, la Constitución india garantizó un sistema de cuotas para rectificar la enorme y milenaria discriminación que habían sufrido los eslabones más bajos del jerárquico sistema de castas hindú y los grupos tribales.

El sistema se amplió en 1989 a lo que se denominó Otras Clases Subdesarrolladas (OBC), que amparaba a castas intermedias con poder político, pero no económico, reservándoles el 27 % en educación y trabajo público.

Diversos grupos que quedaron fuera de ese sistema o consideran insuficientes las cuota establecidas protagonizan de tanto en tanto protestas en las urbes del país asiático.

El pasado julio, miles de miembros de la casta maratha pusieron fin a tres días de protestas, que causaron tres muertos y obligaron a desplegar a millares de policías en el estado occidental de Maharashtra, para exigir su inclusión en un sistema de cuotas y beneficiarse, entre otros, de empleos públicos.

Fuente: https://www.elpais.cr/2019/01/09/india-aprueba-ley-que-otorga-10-de-empleos-y-plazas-educativas-a-pobres/

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Maestros griegos se enfrentan a policía antidisturbios en el centro de Atenas

Europa/Grecia/17 Enero 2019/Fuente: TRT

Cerca de 2.000 manifestantes, en su mayoría los maestros contratados, protestaron el proyecto de ley que prevé la modificación de los criterios de nombramientos

En Atenas, la capital de Grecia, se produjo una conmoción entre algunos grupos y la policía durante la protesta de los maestros.

Cerca de 2.000 manifestantes, en su mayoría los maestros contratados, convocados por los gremios, marcharon hacia la plaza Sintagma en el centro de la ciudad para protestar el proyecto de ley que modificó los criterios de nombramientos.

Los manifestantes, con pancartas sobre las que se leían «diploma de desempleo», trataron de subir a las escaleras del Parlamento griego.

La policía antidisturbios de Atenas reprimieron a los manifestantes con bombas lacrimógenas y carros especiales para lanzar chorros de agua.

Según las noticias en la prensa griega, algunos manifestantes resultaron levemente durante la conmoción.

De acuerdo con el proyecto de ley del Ministerio de Educación y Asuntos Religiosos de Grecia, 15 mil maestros serán nombrados en los próximos 3 años, mientras que los criterios para estos nombramientos se hacen difíciles.

Mientras la moción reduce la influencia de los años de experiencia y la puntuación de nombramiento de los maestros, se prevé un aumento en el número de futuros maestros con títulos de maestría y doctorado.

Los sindicatos de la educación exigen más nombramientos de profesores.

La manifestación de los maestros pasó con incidentes durante la protesta producida la semana pasada.

Además, un grupo de manifestantes hicieron una redada en la transmisión en vivo de la radiotelevisión pública griega ERT colgando pancartas en la noche del pasado sábado.

Fuente: http://www.trt.net.tr/espanol/economia/2019/01/15/maestros-griegos-se-enfrentan-a-policia-antidisturbios-en-el-centro-de-atenas-1125761

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“Pensar que la mera presencia de todo el alumnado convierte a la escuela en inclusiva es una falacia”. Entrevista a Ignacio Calderón

Entrevista/17 enero 2018/Autor:  Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la educación

La inclusión educativa obliga a hacer un cambio de mirada con el que pensar qué escuela queremos tener. Los recursos son importantes después, pero no suficientes. Para Calderón la cllave está en que haya escolarización pero, sobre todo, participación.

Ignacio Calderón, profesor titular de la Universidad de Málaga en el departamento de Teoría e Historia de la Educación y MIDE, cree que en España se practica la inclusividad de boquilla. Está en la ley, se dice que se ejerce, pero no se hace. “Me dedico a investigar la experiencia escolar y educativa y me interesan sobre todo lo procesos de inclusión educativa”, responde cuando se le pregunta quién es. El año pasado publicó Reconocer la diversidad. Textos breves e imágenes para transformar miradas (Editorial Octaedro), el último de una serie de libros sobre inclusividad y escuela que recoge ya desde el título una expresión que utilizará a menudo durante la entrevista: “Cambiar la mirada”, un ejercicio imprescindible, en su opinión, para cambiar el modo en el que concebimos la escuela y pensar los cambios que esta necesita para lograr la inclusividad total.

Para fijar el marco: ¿se practica la inclusión educativa en España?

Se practica de la misma manera que también está muy extendido que la institución escolar es muy excluyente. Se practica en determinados casos y no se practica en buena parte de las instituciones escolares. Estructuralmente, la escuela española no es inclusiva todavía a pesar de que nos llenemos la boca de decirlo.

Y de que debería serlo por ley.

Debería serlo por ley, pero por ley también se impide que lo sea. Como está organizada la escuela es la que impide que sea inclusiva pese a que por ley se dice que deba serlo.

¿Puede elaborar esto?

Me refiero a muchas cosas. Que la escuela sea inclusiva está reñido con que existan modalidades de escolarización excluyentes. ¿La escuela debe ser inclusiva? ¿El Estado español ha firmado la Convención de la ONU sobre los Derechos de Personas con Discapacidad? Sí, pero existen modalidades de escolarización excluyentes que ni siquiera se eligen. La escuela inclusiva es una escuela en la que todas las personas están juntas y se educan juntas. En el momento en el que se hacen escolarizaciones que no lo hacen, la escuela deja de ser inclusiva. Y esto no es anecdótico, está en el ADN de nuestro sistema escolar.

La orientación escolar está organizada en torno a esto, las evaluaciones psicopedagógicas están orientadas en torno a esto, no a otra cosa. ¿La escuela es un espacio en el que construir justicia social? Todo el mundo diría que sí, pero a la vez no. Una cosa es lo que decimos que es la escuela y otra es lo que de hecho es. Y eso tiene que ver con cómo está constituida y construida la escuela. ¿Cómo puede ser la escuela un lugar donde se construye democracia y a la vez se clasifica la infancia? Eso es hablar del sistema escolar en sí. Cada vez que calificamos, clasificamos la infancia. Son funciones que se le están encomendando a la escuela y que los profesionales estamos asumiendo cuando formamos parte de esa escuela, aunque no todas las escuelas ni profesionales lo abordan igual. Yo le puedo preguntar a mis alumnos para qué sirve la escuela y uno me dirá que para formar ciudadanos, otro que para formar trabajadores, otro que para clasificar a la infancia. Y todas las cosas son reales y están en la escuela, aunque no de igual manera en todas.

Mala solución tiene esto, si el ‘enemigo’ es el propio sistema.

El gran enemigo realmente es una forma de organización, es una idea. ¿Qué proyecto estamos haciendo? En parte, la escuela es una gran clasificadora social, pero también podríamos pensar por qué la escuela tiene que asumir ese rol. Cuando pongo un sobresaliente estoy diciendo que ese niño o niña sobresale del resto. El sobresaliente solo tiene sentido cuando tiene alguien debajo. Hemos asumido que la escuela es así, pero, ¿debe ser así siempre? No necesariamente. Estas reflexiones hay que hacerlas si creemos que la escuela debe ser inclusiva.

¿Y usted es partidario de que sea 100% inclusiva?

Sí, por muchos motivos. Porque es de justicia, pero también porque hay evidencia de que una escuela inclusiva es mucho más valiosa que una homogénea.

¿Más valiosa en qué términos?

Educativos, de aprendizaje. Está contrastado que aprendemos de la diferencia. Solo aprendemos de la diferencia. Pensar que la escuela es homogénea, que es lo que nos ha organizado el pensamiento cuando pensamos en la escuela, desde el punto de vista educativo no tiene tanta lógica como creemos. Otra cosa es la complejidad que tenga pensar en cómo deben ser las escuelas de otra manera. Pero esa lógica de la homogeneidad es contraria al proceso de aprender. Se aprende de lo diferente.

En las últimas décadas, el cambio social se ha acelerado mucho. El cambio social afecta a las escuelas. Hemos dicho hace muy poco (en términos históricos) que la escuela es un espacio para todo el alumnado. Con la ley general de 1970 comienza a pensarse que la escuela debe ser para toda la ciudadanía. Y hemos metido a todo el alumnado. Pero, ¿qué ha cambiado dentro de la estructura de la escuela? Un profesor de mi departamento ya fallecido, José Manuel Esteve, explicaba que al profesor le han cambiado el escenario a mitad de función. Eso ha pasado. Ahora hay que pensar qué hacemos dentro de las escuelas. Si ha cambiado al alumnado, eso obliga a que cambiemos lo que hacemos dentro. Mi madre y mi padre no pudieron estar en las escuelas. Esa población de la que formaban parte estaba fuera de las escuelas. Cuando entran, ¿hay algo que cambiar en ella? No tenía sitio el pobre, el inmigrante, la mujer. Cuando decimos que tienen que estar, porque es su derecho, ¿qué cambiamos dentro para que se ejerza ese derecho? Porque una cosa es estar, que es importante, pero ahora la gente debe poder participar, progresar. Ahí está el debate: cómo hacemos para que ese alumnado esté, que no todo está, y que también pueda aprender y progresar dentro de las escuelas. Habrá que preguntarse, por ejemplo, si una persona va en silla de ruedas y ahora tiene derecho a estar en la escuela, ¿está condenada a suspender Educación Física porque no puede correr? Habrá que repensarlo. ¿Y si ese mismo ejemplo ahora lo llevamos al aprendizaje de matemáticas o al lenguaje? Para hacer efectivo ese derecho que tiene toda persona necesitamos que algo o buena parte de lo que ocurre dentro se transforme para que esa persona pueda ver su derecho a estar, pero también a aprender, participar y progresar allí y que se reconozca todo ello.

No es que sean muy habituales, pero se han dado casos de familias que han rechazado que sus hijos compartan clase con niños con autismo o similares. ¿Cree que está la sociedad preparada para la inclusión total?

¿Cómo se prepara eso? ¿Cómo se prepara uno para la interculturalidad si no es a través de la interculturalidad? ¿Cómo se puede respetar a una persona si no creo que es una persona (y esto ocurre)? Esto solo se puede transformar a través del conocimiento. Yo creo que no es una persona a través de un prejuicio. Y el prejuicio solo se combate con conocimiento. Es a través de la formación que podemos aprender a ver las personas (y a nosotros mismos). Me habla de casos en los que a pesar de que se produce el encuentro, no está habiendo realmente contacto con la otra persona. La tarea de los educadores aquí debe ser favorecer ese encuentro. Pero seguimos dando más valor a otras cosas y las ponemos por delante de estas. Por ejemplo, el bilingüismo es un proyecto que está impulsándose con mucha fuerza y que se está poniendo por encima de un derecho humano fundamental, que es el derecho a la educación. Me refiero al proyecto bilingüe como se está entendiendo ahora, que no necesariamente debería ser así. ¿A qué estamos dando prioridades en la escuela? ¿Cuál debe ser el proyecto? En los casos mencionados tenemos un proyecto genuinamente educativo, que es contribuir a que esto trascienda. Pero si como profesionales nosotros nos vemos obligados a volcar nuestros esfuerzos en otras cuestiones, probablemente los proyectos genuinamente educativos no se puedan llevar a cabo.

¿La inclusión se arregla solo con recursos?

No todo son recursos, pero necesitamos recursos. Vengo de una reunión en la que hemos analizado discursos pro inclusión. Y vienen a decir que se trata, sobre todo, de un cambio de voluntad. Y este tiene que ver con un cambio conceptual, un cambio de mirada. Y ese cambio de mirada no es cuestión de recursos. Ahora, los recursos pueden favorecer que se produzcan cambios de miradas. Por ejemplo, hacer formación y acompañamiento del profesorado.

Usted es profesor en la Universidad. ¿Los futuros maestros reciben la suficiente formación sobre inclusión como para practicarla adecuadamente?

Mejor que hace unos años, pero insuficiente. Desde hace un par de años estoy dando clase en el máster de Secundaria. Yo percibo cada día un gran avance en Málaga, y el profesorado lo hace ver. Pero nunca es suficiente. En los planes de estudio de la formación de maestros existen grandes problemas. El primero es que los propios profesores universitarios hemos construido nuestros discursos según el modelo médico de la discapacidad. En Málaga la inclusiva es una mención, no es para todo el alumnado. Si estamos pensando que la escuela tiene que ser inclusiva, necesariamente todo el alumnado debe ser formado desde esta perspectiva inclusiva. Tenemos que llegar a pensar cada materia desde el punto de vista de la educación inclusiva. Ahora son varias asignaturas que se pueden elegir. No quiere decir que no haya formación para todos, pero la propia idea de pensar en una mención en educación inclusiva es problemática. Se trata de formar a todo el profesorado para que ningún profesor pueda pensar: “Este alumnado no es mi alumnado”. Esto ocurre ahora. Ocurre en el profesorado en formación inicial, pero también en las escuelas cuando se derivan a otras modalidades de escolarización. Esto no debería poder ocurrir. Es como hacerse bombero, pero solo de incendios pequeños. O eres médico de dolores leves. No se elige. Como profesor no eliges qué alumnado quieres.

Hay familias que eligen la no inclusión para sus hijos, que prefieren un centro especializado. ¿Cómo se aborda esto? ¿Deben ser obligadas contra su voluntad a escolarizar a su hijo en un centro ordinario?

Esas familias hacen eso después de una experiencia. Y esta experiencia es de exclusión porque han vivido que sus hijos no son suficiente o mínimamente atendidos en los centros ordinarios. Es un problema innegable y, si eso ocurre, cómo no van a pensar así. El problema es que hay que hacer la escuela ordinaria para todo el alumnado. Ahora mismo la escuela ordinaria no es inclusiva, y pensar que la mera presencia de todo el alumnado convierte a la escuela en inclusiva es una falacia. La escuela debe ser un sitio en el que la gente pueda aprender, progresar y participar. Si no, no es inclusiva, aunque esté todo el alumnado. Por ejemplo, las cifras de fracaso del alumnado gitano. El alumnado está, pero la escuela no está siendo inclusiva, es racista. Y diremos que es culpa del niño o de la niña, que no atiende. Eso es la punta del iceberg. ¿Qué ocurre para que se acumule el fracaso escolar en una determinada población? Algo está ocurriendo. No es responsabilidad única de la escuela, claro, pero en el fracaso escolar algo tendrá que ver la escuela.

Supongo además que esto creará una experiencia que se va trasladando de padres a hijos. “Si la escuela maltrata a mi hijo, no lo llevo”. Y así sucesivamente.

Si tienes la experiencia de que tu hijo lo ha pasado fatal en la escuela ordinaria porque ha estado desatendido, ¿cómo vas a querer que vaya a ella? Cuando hablamos de escuela ordinaria hablamos de eso, de una transformación profunda de la escuela.

Está en contra de las adaptaciones curriculares. ¿Puede explicar por qué?

De alguna manera no dejan de ser un legitimador de que todo siga igual. Lo que hacen es que no cambie el currículum, la organización, las metodologías. Solo cambia lo que se le ofrece a este niño concreto. Cuando hablamos de escuela inclusiva hablamos de la transformación de esas formas de organización, de esas metodologías, de lo que es común. Convertirlo en algo individual, que es como se entienden mayoritariamente las adaptaciones, de alguna manera devuelve el problema al terreno personal: el problema es del niño. Pero aquí hablamos de un proceso social, de democratizar la escuela, que hasta hace nada era de unos pocos. Tenemos la obligación legal, pero también moral, de transformar lo que es común, que es lo que queda ignorado cuando hacemos las adaptaciones, porque queda de nuevo ese curriculum homogéneo de eso que hemos llamado “normalidad” y queda como no normal o incorrecto lo de otros chicos que históricamente no han estado en las escuelas.

¿Por dónde comenzaría esta transformación de la escuela de la que habla? Parece difícil cuando, según algunos estudios, un porcentaje importante de los profesores considera que la escuela no debe ser inclusiva y que ciertos niños están mejor en centros especializados. ¿Hay que cambiar esta mentalidad en primer lugar?

Respecto al cambio de mentalidad: hicimos hace no mucho una investigación con un grupo de cien personas para pensar en la escuela inclusiva. Había muchos familiares de personas con discapacidad. Una de las cosas más impresionantes es que para entenderse entre ellas no tuvieron que hablar de las discapacidades de sus hijos. En las escuelas estamos justo en lo contrario. ¿Qué diferencia hay? Estos familiares han asumido algo que es muy necesario y valioso: no cuestionar el derecho de la persona a estar en la escuela. Si esto se hace, habrá que repensar el resto de cosas.

Respecto a transformar la escuela, es sistémico. Da igual por dónde comienzas. Puede ser el proyecto educativo del centro, de la orientación, la metodología, las actividades, los materiales. Cualquiera de las patas vale para volver a pensar el sistema. No se puede pensar en una única cosa que haya que cambiar. Hace falta sobre todo cambiar los procesos, no tanto de formación vertical del profesorado, sino más bien hablar de tiempos para que el profesorado pueda volver a mirar su centro, a pensarlo y ver cómo hacerlo más participativo y democrático. Al final, el proyecto de hacer escuelas inclusivas es hacer de la escuela una herramienta de participación democrática. Los profesionales necesitan espacios en los que puedan aprender de las familias, que unos aprendamos de otros y que entre todos podamos llevar a buen puerto estos procesos ambiciosos. Esto no ocurre porque lo muevan las familias o los profesionales de un centro. Se hace porque entre todos comenzamos a construir algo nuevo, a escucharnos y a escuchar al alumnado. Al alumnado, a las familias, sobre todo a esas que decimos que están totalmente desorientadas. Esas familias tienen cosas que decirnos sobre la escuela que deseamos y necesitamos también.

Interesante. ¿Escuchamos demasiado a la gente que le ha ido todo muy bien y por tanto quizá no tenga una opinión tan informada respecto a qué falla en la escuela?

Yo aprendí un montón cuando vi que el mismo profesorado que había sido estupendo para mí no lo fue para mi hermano.

Imagen y fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/01/10/pensar-que-la-mera-presencia-de-todo-el-alumnado-convierte-a-la-escuela-en-inclusiva-es-una-falacia/

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España: Alumnos que silencian el acoso escolar: ¿hay que sancionarles?

Europa/España/17 enero 2019/Fuente: El país

Madrid prevé penalizar a los alumnos que no informen al centro de los casos de ‘bullying’. Los expertos alertan de que puede empeorar la convivencia

En la Comunidad de Madrid se considerará una falta grave que un alumno sea conocedor de una situación de acoso escolar y no lo comunique al centro, siempre y cuando esto no entrañe riesgo para sí mismo o para terceros. Esta es una de las principales novedades que recoge el proyecto de decreto por el que se regula la convivencia en los colegios e institutos —públicos, concertados y privados—, que previsiblemente será aprobado el primer trimestre de este año y de obligado cumplimiento el próximo curso. Madrid se convertirá entonces en la única comunidad autónoma en la que se contemple la penalización del alumno que no informe sobre casos de bullying.

La sanción podrá ir desde quedarse sin recreo hasta una expulsión de un máximo de cinco días lectivos. Los expertos consultados consideran positivo que se fomente la colaboración de los estudiantes para detectar potenciales víctimas y ayudarlas, pero alertan sobre las posibles consecuencias de imponer castigos.Todos los colegios e institutos madrileños deberán contar con un plan de convivencia en el que se contemplen medidas para la prevención y la actuación ante el acoso.

En 2017, los cuerpos de seguridad detectaron 170 casos en la Comunidad de Madrid y más de un millar en todo el país, con cifras de todas las comunidades autónomas, a excepción de Cataluña y País Vasco. Desde 2012 se han registrado 5.500 casos. Los expertos consideran que los compañeros, el resto de la clase, son “clave” para combatir el acoso escolar. “Hay que desmitificar la figura del chivato. Es alguien que denuncia una situación que está mal, es el defensor de la justicia”, explica Ana Cobos, presidenta de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España. “Pero las medidas educativas tienen que estar por encima de las disciplinarias. Uno tiene que saber que no es justo mantener una situación de violencia a través de procesos educativos, no sancionadores”, añade.

En el proyecto de decreto de la Comunidad de Madrid se clasifican las distintas faltas en las que puede incurrir el alumno, desde las leves hasta las muy graves. Hay 14 que se consideran graves. Entre ellas, las faltas reiteradas de puntualidad o asistencia injustificadas; los actos de indisciplina; el robo o hurto a miembros de la comunidad educativa, o la omisión del “deber de comunicar al personal del centro las situaciones de acoso o que puedan poner en riesgo grave la integridad física o moral de otros miembros de la comunidad educativa, cuando la comunicación pudiera realizarse sin riesgo propio ni de terceros”.

Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres, cree que la medida aprobada por el Gobierno madrileño “no es pertinente”. “Lanzar a los alumnos la idea de que si no se chivan serán castigados no es la mejor opción desde el punto de vista pedagógico”. La presidenta de la Asociación Madrileña contra el Acoso Escolar, María José Fernández, coincide. “Las situaciones de violencia deben comunicarse por sentido común. Pero incluirlo en un decreto es un error. Pretenden blindar a la consejería y lavarse las manos, que sean responsables el profesor, el director o el alumno”, añade. Y apunta a la importancia “de la formación y de la prevención”. El decreto contempla que en caso de actos que puedan ser constitutivos de delitos, los docentes y el equipo directivo tienen la obligación de comunicarlo a la policía o al Ministerio Fiscal.

Sonsoles Bartolomé, responsable del departamento jurídico del teléfono de la Fundación ANAR, que atiende a víctimas de bullying, se muestra a favor de las sanciones. La normativa establece una salvedad importante: el estudiante tiene el deber de comunicar el caso de acoso siempre y cuando no se ponga en riesgo a él o a terceros. «Ponemos mucho peso en el testigo, pero tiene que asumir una responsabilidad. Podemos debatir si la falta debe ser considerada leve o grave, pero todo comportamiento que no conlleve una sanción se queda en el aire”, explica.

La doctora en Psicopedagogía Ana Cobos es reticente. “Muchas veces no se denuncia por miedo. La norma exime a quien esté en riesgo, pero ese es un factor muy difícil de valorar”, añade. Ella insta a animar a denunciar. «En la convivencia, todos somos guardianes y defensores de la justicia. El acoso muchas veces persiste en un grupo porque hay un colchón social que tiene miedo a que, si la víctima deja de sufrir bullying, comiencen a sufrirlo ellos. Hay que empoderar al alumnado”, añade. Y no recomienda las sanciones. “Alguien es expulsado. ¿Qué aprende de eso? Lo que puede ocurrir es que se genere miedo a lo que puedan pensar los padres, por ejemplo, pero no genera un sentimiento de justicia y solidaridad”, matiza.

En otras comunidades, como en Castilla y León o el País Vasco, se han impulsado programas que evitan “demonizar a los alumnos”, expilcan fuentes de ambos Gobiernos. Sus protocolos abogan por dar herramientas a la comunidad educativa para ayudar tanto a la víctima como al acosador. “Llamamos a los profesores y a los alumnos a unirse, a formar un equipo contra el bulliyng”, apuntan fuentes del Ejecutivo vasco.

María Jesús Díaz-Aguado, catedrática de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense y autora del estudio Los castigos como indicador de riesgo psicosocial en la escuela, cree que el papel del alumnado es fundamental para detener el acoso en los centros, pero alerta de que las medidas exclusivamente punitivas no resuelven el problema. “Para que un castigo sea eficaz debe ser percibido como justo y legítimo, las expulsiones pueden agravar los problemas de conducta o provocar efectos adversos”, apunta. Diferentes investigaciones sobre el uso de la disciplina en la escuela indican que las medidas represivas, especialmente las que contemplan la expulsión, empeoran la convivencia y la relación entre docente y alumno, además de incentivar los comportamientos violentos.

En 2008, la Asociaciación Americana de Psicología analizó el impacto de las políticas para la prevención de la violencia en las aulas a raíz de casos como la matanza de 15 estudiantes en un colegio de Columbine tiroteados por dos de sus compañeros. Se mostraron escépticos con la efectividad de las sanciones en el aula, y alegaron que los alumnos castigados —con medidas como la expulsión— tienden a evadirse del contexto y a desarrollar actitudes negativas de miedo y hostilidad hacia el profesorado. “Hay que implicar a los alumnos, pero con la toma de conciencia de cuál es el problema”, añade Díaz-Aguado.

EQUIPOS DE MEDIACIÓN Y OTRAS TÉCNICAS DE PREVENCIÓN

El proyecto de decreto para regular la convivencia en los centros en Madrid también contempla nuevas medidas para prevenir el acoso en las aulas como la creación de equipos de mediación. Son profesores, alumnos y familiares que de forma voluntaria reciben formación y, en caso de conflicto entre alumnos, intervienen. «Diferentes investigaciones han demostrado que la ayuda entre iguales es más efectiva a la hora de solucionar conflictos y por eso es importante que otros alumnos medien», explica Isabel Serrano, jefa de la Unidad de convivencia y de las familias de la Comunidad de Madrid.

Además, el nuevo decreto, que sustituirá al de 2007, contempla otras novedades como el obligado uso de nuevas metodologías que impliquen trabajo colaborativo entre los alumnos, la reorganización de las aulas en caso de conflicto, o la vigilancia por parte de los profesores en las horas de entrada y salida de la escuela. «La disposición de las sillas y las mesas es esencial; el profesor buscará a los estudiantes más sociables, identificará dónde se sienta la víctima y la alejará del acosador, al que también separará de su red de apoyo», apunta Serrano.

Vigilar los baños, los pasillos, las zonas con poca visibilidad y los pasillos será otra de las acciones que deberán cubrir los docentes en los cambios de hora y la entrada y salida al centro. «Son los espacios en los que se suelen producir los acosos y era necesario incluirlo en el protocolo», indica Isabel Serrano. En 2016, la Comunidad aprobó su primer Plan de lucha contra el acoso escolar, una guía para centros docentes con herramientas específicas para profesores, alumnos y familias. Desde entonces, en las aulas de 25 personas. «Las sanciones son necesarias, pero se tendrá que estudiar cada caso, porque hay muchos motivos para no reportar la información si se conoce». Muchas de las sanciones, apunta Serrano, se quedarán en un castigo sin recreo, espacio en el que los estudiantes tendrán que acudir al servicio de orientación.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/01/10/actualidad/1547147571_088949.html

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Unicef, OCDE y Unesco destacan la necesidad de una educación preescolar universal y de calidad

Por: UNESCO 

“Las etapas más importantes de la vida de los niños transcurren antes de que entren por primera vez en una escuela primaria. Al cumplir cinco años, el cerebro del niño ha alcanzado ya el 90 por ciento de su desarrollo y las bases para el éxito en la escuela y el resto de la vida ya están asentadas”, según explica un blog conjunto UNICEF-OCDE-UNESCO.

Pero en el mundo, el 50 por ciento de los niños de edad preescolar no pueden aprovechar las oportunidades educativas para la primera infancia, que podrían influir en sus vidas y en sus aprendizajes a largo plazo.

La atención y educación de la primera infancia (AEPI) establece cimientos sólidos para el aprendizaje a lo largo de toda la vida, realza la disponibilidad de los niños para la escolarización primaria y pone en marcha un ciclo positivo de desarrollo en sus vidas. Puesto que los déficits de aprendizaje empiezan a crecer antes de que el niño ingrese en la enseñanza primaria, es de particular importancia la tarea de garantizar una AEPI de calidad para los niños desfavorecidos.

Una AEPI de calidad es un elemento indispensable para alcanzar el objetivo de “que nadie quede rezagado”. Este fue el mensaje difundido por la Reunión Mundial sobre la Educación, celebrada en Bruselas (Bélgica) en diciembre de 2018. La UNESCO colaboró con la OCDE y el UNICEF para congregar expertos y profesionales a fin de hacer hincapié en la importancia esencial de lograr una AEPI de calidad para todos en el marco del ODS 4 de la Agenda 2030 de Educación.

Esta iniciativa conjunta abordó los retos que plantean el acceso equitativo, la calidad y la financiación de la AEPI, que afrontan tanto el Norte como el Sur, y mostró cómo Colombia, Estonia y Mongolia han hecho frente a esos desafíos.

¿Cómo podemos proporcionar una educación preescolar universal y de calidad?

En el blog conjunto UNICEF-OCDE-UNESCO, firmado por Jo Bourne, Andreas Schleicher y Jordan Naidoo (link is external), figuran propuestas de acción concreta que se pueden emprender a fin de proporcionar a todos los niños del mundo que están en edad de aprender el acceso a la AEPI de calidad que merecen.

La UNESCO apoya a los Estados Miembros en la consecución de la meta 4.2 de los ODS, mediante la promoción de base empírica, la generación y difusión del conocimiento, el aumento de capacidades y la creación de redes y asociaciones.

En particular, la UNESCO, en colaboración con la OCDE, elabora actualmente una encuesta internacional para el personal de AEPI denominada STEPP (Survey of Teachers in Pre-primary Education) destinada a los países de ingresos medios y bajos, con miras a promover la formulación de políticas de base empírica para desarrollar la AEPI.

La Oficina de la UNESCO en Bangkok acaba de publicar el volumen ECCE Teacher Competency Framework for Pacific Small Island Developing States [Marco de competencias docentes en AEPI para los pequeños Estados insulares en desarrollo del Pacífico] con el fin de apoyar el aprendizaje temprano de calidad. El IIPE, la UNESCO, el UNICEF y la Alianza Mundial para la Educación colaboran en la preparación de cursos masivos de educación a distancia (MOOC) sobre la incorporación de la AEPI a la planificación del sector educativo; estos cursos se iniciarán en 2019 con el fin de reforzar el aumento de capacidades en este ámbito.

“Debemos situar la educación preescolar de calidad en el centro de los planes y las políticas de educación en todos los países”, concluye el blog conjunto.

*Fuente: https://es.unesco.org/news/mundo-preparado-aprender-llamamiento-conjunto-pro-educacion-calidad-primera-infancia-todos

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La médica Ozó Ibeziako se alza con el Premio Harambee España a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana

Por: opusdei.org/16-01-2019

El Premio Harambee España a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana, patrocinado por los Laboratorios René Furterer, ha sido concedido este año a la farmacéutica nigeriana, Ebele Okoye, como promotora del Proyecto social AMAD de Women Board.

Vendrá a Madrid para recoger el premio el próximo 6 de marzo, de manos de S.A.R. Doña Teresa de Borbón dos Sicilias, Presidenta de Honor de Harambee.

Ebele Okoye, sin abandonar su profesión de farmacéutica, desarrolla un ambicioso proyecto en las comunidades de Iloti, Irawo y Odelewu de las regiones de Nsukka, Ibadán y Lagos, en el sudoeste de Nigeria.

Su proyecto tiene como objetivo:

– La alfabetización de niñas para que puedan incorporarse al sistema escolar

– Proporcionar a las adolescentes autoestima, habilidades para la vida y refuerzo escolar

– Proporcionar servicios médicos y dentales básicos a los más pobres

– Capacitación profesional de mujeres y acceso a microcréditos

– Obtención de habilidades en la industria artesanal: fabricación de textiles, jabón líquido, tintado de tejidos, panadería y pastelería

– Adquisición e instalación de herramientas y máquinas simples para el procesamiento de la yuca

– Gestión de recursos para aumentar la productividad

– Gestión con proveedores de microcréditos y administración de los mismos

Ebele Okoye nos dice que la gran desigualdad en su país no es solo entre hombres y mujeres sino sobre todo entre unos pocos muy ricos y la mayoría muy pobre. “En las zonas rurales las mujeres están totalmente sometidas”. Ella sabe que formando a las mujeres, para que puedan ganarse la vida y ser independientes, a las adolescentes para que no abandonen los estudios o aprendan un oficio y facilitando a las niñas el acceso a la educación, África puede cambiar en pocos años, porque son las mujeres las que transmiten la educación, la cultura y la tradición. “Educando a una mujer, nos dice, se educa a toda la familia y con las familias a todo el país”.

“África, asegura, necesita líderes responsables y el proyecto AMAD es un modelo excelente porque no solo imparte seminarios de liderazgo, sino que también aborda los problemas sociales, especialmente la lucha contra la pobreza. Como ejemplo, la aplicación del programa AMAD en la comunidad de Iroto, en el área del gobierno local de Ijebu-Ode, del estado de Ogún se han beneficiado cerca de 4.000 mujeres y niños de la zona”.


Harambee –que en swahili significa todos juntos- es un proyecto internacional de solidaridad con África subsahariana que colabora con proyectos educativos, sanitarios o asistenciales, impulsados y realizados por los mismos africanos en sus países. Todos sus voluntarios trabajan de forma solidaria, sin percibir remuneración alguna. En 2018 Harambee desarrolla proyectos en Benín, Bwrundi, Congo, Camerún, Costa de Marfil, Kenia, Nigeria, Rwanda, Sudáfrica, Togo y Uganda.

René Furterer – marca de los laboratorios Pierre Fabre, ofrece una gama de cuidados de cuero cabelludo y cabello, así como una serie de rituales que conforman una experiencia única y personalizada al servicio de la belleza capilar. Formulados a base de aceites esenciales 100% naturales y extractos de plantas rigurosamente seleccionados por sus propiedades específicas, los cuidados René Furterer aportan unos beneficios rápidos, visibles y duraderos.

Como marca precursora en el uso del karité en cosmética, René Furterer ha iniciado una colaboración a largo plazo con una joven organización productora de karité en Burkina Faso. De esta manera mejora día a día las condiciones de trabajo de más de 200 mujeres, proporcionando a los productos para cabellos muy secos de la marca, una manteca con la garantía KARITÉ ÉTICO, elaborada sumando la tradición africana más auténtica, a nuestro rigor farmacéutico. Este junto con otros proyectos solidarios, convierten a la marca René Furterer, en una marca equitativa, solidaria y responsable.

*Fuente: https://opusdei.org/es-es/article/ebele-okoye-premio-harambee-promocion-igualdad-mujer-africana/

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