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“La cuarta ola de la educación”

Por: José Manuel Restrepo

Participé en el Latino Impact Summit 2017 que realiza Naciones Unidas alrededor de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El evento tuvo espacios de debate sobre América Latina, como el tránsito de ingreso medio a ingreso alto, la construcción de una región más equitativa, el emprendimiento y la generación de empresas, la infraestructura, la igualdad de género, el desarrollo de las ciudades, la innovación y la nueva realidad en los medios de comunicación, entre otros asuntos.

Un tema crítico, como era previsible, es cuál es y cuál debería ser el papel de la educación en el logro de esos ODS. Es un hecho que la educación, desde el hogar hasta la educación superior, juega un rol clave en la destrucción de pobreza e inequidad, el aumento en la productividad y el crecimiento, el mejoramiento en el bienestar de vida de las personas, la innovación y el emprendimiento, y, en general, la construcción de sociedades sostenibles y prósperas.

Sin embargo, y tal como lo expresara en dicho espacio, una educación que sólo avance en el aumento en la escolarización, sin involucrarse en otros asuntos, puede, por el contrario, aumentar la brecha de la pobreza y de la inequidad. La educación en la región ha experimentado al menos tres olas de cambio. Una primera ola anterior a los 90 que se concentró en aumentos en cobertura y fortalecimiento de la descentralización por la vía de más cobertura, en especial en la educación primaria y secundaria. Fruto de esta ola se lograron en promedio en ciertos niveles educativos coberturas del 70 al 90 %. En los 90 llegó la ola de preocuparse por la calidad y por la permanencia, esto último reduciendo formal o informalmente las tasas de repitencia de niños y jóvenes. Ya a inicios del nuevo siglo, la educación en la región se empieza a preocupar por la pertinencia de programas educativos para aumentar la competitividad y productividad de las naciones y por mayores niveles de eficiencia en el gasto público dedicado al sector, que para muchos países se acercaba al de países OCDE, pero sin los resultados de estos últimos.

El problema de fondo es que estas tres olas se han quedado a medias. Los aumentos de cobertura en promedio en primaria y secundaria, por ejemplo, no se dan en muchas poblaciones olvidadas de cada nación latinoamericana, construyendo mucha más inequidad. Los mejoramientos en calidad se han acompañado de falta de claridad sobre qué significa esa calidad, qué se requiere para lograrla y cómo evaluar sus avances. Los avances en disminución de repitencia han respondido más a modelos regulatorios que no llegan al meollo del asunto en problemas serios de financiamiento o de dificultades en competencias básicas. Y lo que queríamos lograr en pertinencia no ha dado fruto en una productividad mayor en la región, ni en la satisfacción de los mercados laborales respecto de lo que ellos reciben. Seguimos, pues, atorados en las tres olas, sin cerrar la página de ninguna.

El desafío mayor es que el mundo clama a América Latina la entrada a una cuarta ola, que ya no es el mañana sino que representa el hoy. Esta nueva ola obliga a hacer del aprendizaje y la experiencia del estudiante el centro de atención del modelo educativo; propone avanzar a una retención 2.0 en la que el desarrollo de competencias (duras y blandas) y nuevas formas de financiamiento aparezcan; incita a que los modelos educativos centrados en la educación en ciudadanía no sigan perpetuando la exclusión y matoneando la diversidad, y llaman la atención por una formación humanística como complemento indispensable del modelo que integra esa cuarta revolución industrial entre lo físico, lo tecnológico y lo humano. Una ola en la que lo objetivo de la educación (el dato, el examen, el indicador, el ranquin) da paso o reconoce más importancia a lo subjetivo de ella (la curiosidad, la felicidad, la pasión, el compromiso, el engagement, la responsabilidad, la ética y los valores).

El reto que sigue para Latinoamérica y sus líderes públicos y privados es cómo cubrimos las deudas pendientes de las olas anteriores y simultáneamente nos responsabilizamos de la nueva ola.

jrestrep@gmail.comTwitter: @jrestrp

Fuente del Artículo:

https://www.elespectador.com/opinion/la-cuarta-ola-de-la-educacion-columna-727485

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México: Construir comunidad, reto del personal de apoyo y asistencia a la educación

México/ 12 de diciembre de 2017/ Por: Nora Rachel RAMÍREZ/ Fuente: https://www.elsoldetlaxcala.com.mx

Como parte del Día del Personal de Apoyo y Asistencia a la Educación, organizado por la Sección 31 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Tomás González Lima, director de Educación Básica de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (Uset), aseguró que el reto más importante que tienen estos trabajadores es “tratar de construir en nuestras escuelas comunidades, equipos de trabajo”.

Durante su mensaje, expresó que la modalidad de telesecundaria surgió como un gran proyecto de innovación y también para atender a las comunidades más marginadas, por lo que el maestro de este nivel tiene que ser un promotor social.

De tal suerte, reconoció a nombre de la Secretaría de Educación Pública del Estado la labor de Demetrio Rivas Corona, secretario general de la Sección 31 del SNTE, como representante de esta institución.

Ponderó que “en México y en el mundo lo que hacen falta son líderes que recuperen el sentir de sus agremiados y que los hagan valer ante las instancias correspondientes, qué bueno que asuman con responsabilidad y profesionalismo la tarea de escuchar a los compañeros y dé un cauce a sus soluciones a través del diálogo”.

Por su parte, Rivas Corona mencionó que servir con compromiso no es solamente un trabajo, sino una virtud de incalculable valor, por lo que en el comité ejecutivo de la Sección 31 “valoramos mucho, agradecemos su presencia en este evento y reconocemos esta labor que realizan cotidianamente”.

Reflexionó sobre la enorme tarea que tienen en el trabajo cotidiano y, sobre todo, en el rol actual de la educación, “en el crecimiento y desarrollo de los pueblos, las naciones y las comunidades”.

Dijo que es indudable que en la medida que la educación toma mayor importancia en el proceso de desarrollo social y económico de cada nación, el papel de los que intervienen en el sector educativo también toma mayor relevancia, incluyendo al personal de apoyo y asistencia.

“El trabajo que realizan cotidianamente tiene que ver en este proceso de llevar educación de calidad en la escuela, y en este proceso están inmiscuidos ustedes como trabajadores importantes en el engranaje educativo”.

A este acto acudió Miguel Ángel Angulo, de la sección 55 del SNTE; Zully Pérez Flores, jefa del Departamento de Telesecundarias en la Uset, a quien Corona felicitó por “el esfuerzo y disposición para que el nivel de telesecundarias vaya a la vanguardia con la visión para transformar la sociedad en general”.

Fuente de la Noticia:

https://www.elsoldetlaxcala.com.mx/local/771796-construir-comunidad-reto-del-personal-de-apoyo-y-asistencia-a-la-educacion

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Educación en Bogotá: mejora la cobertura, ahora falta calidad

Colombia/12 de diciembre de 2017/Por: Mónica Rivera Rueda/Fuente: https://www.elespectador.com

Un reciente informe del BID sobre la educación en Latinoamérica pide mayor atención a los nuevos programas de educación superior en la ciudad.

La cobertura en la educación en Bogotá es una de las más altas del país y la región. Tanto en básica primaria como secundaria el alcance supera el 90 %, mientras que en la educación superior es del 86 %. Esto, en gran medida, se debe a que el sector público ofrece educación gratuita y a que la formación técnica, tecnológica y profesional cuenta con una oferta variada en la capital.

Además, la percepción de la ciudadanía sobre educación en Bogotá es alta. Según la última encuesta de Bogotá Cómo Vamos, el 65 % de las personas se sienten satisfechas con la formación que reciben sus hijos en primaria y secundaria y el 72 %, con la que reciben los jóvenes en educación superior. Pero, ¿qué tan bien está la educación?

De acuerdo con el último informe del Banco Interamericano de Desarrollo en América y el Caribe, denominado “Aprender mejor: Políticas públicas para el desarrollo de habilidades”, a pesar de que en la región se destina en promedio el 5 % del PIB para educación, algo similar a la inversión que hacen países desarrollados, al comparar la calidad los resultados son menores.

En el caso de Colombia se destacan las mejoras significativas en las pruebas Pisa, pero persisten las deficiencias en materias importantes. Según Carolina González Velosa, investigadora del BID, la mayoría de los jóvenes de 15 años tienen puntajes bajos en matemáticas, “o sea que no son capaces de resolver los problemas simples, usando formulas básicas o números enteros. En ciencias el caso es similar, pues tenemos a la mitad con resultados deficientes, lo que implica que no pueden explicar los fenómenos más familiares de la ciencia. La noticia positiva es que Colombia ha ido mejorando los resultados en estas pruebas. La noticia negativa es que hay mucho por hacer”.

Si bien una de las principales preocupaciones en la educación es el tema de las desigualdades sociales, este no es el único al que se debe apuntar. El estudio demuestra que hay una gran brecha entre un estudiante de Bogotá y uno de una zona rural, no sólo en el tipo de educación que reciben, sino en las decisiones que toman en cuanto a las instituciones y carreras que elegirán. Esto demuestra que ahora hay mayor cobertura y oferta en la educación superior, pero también que hay un reto en la calidad, una responsabilidad tanto de las universidades como de los colegios con sus graduados.

Un reciente estudio de la Universidad de los Andes con el Banco Interamericano señala que en los últimos años en el país ha habido una clara caída en la preparación académica de quienes entran a las universidades y esto se evidencia en que, a pesar de que la calidad de los programas es estable, el nivel promedio de las habilidades de los alumnos se redujo, porque no cuentan con las bases suficientes para acceder a la educación superior.

Esto se debe a que en el país se han creado nuevos programas de pregrado en áreas de conocimiento que tradicionalmente, a la hora de salir al mundo laboral, representan bajos retornos. “Están apareciendo nuevos programas con una rapidez impresionante. En la última década se duplicaron, lo que pone un reto muy grande para el sistema, que debe ser capaz de supervisar y asegurar calidad y una oferta más diversa”, asegura González Velosa.

Pero, más allá de la calidad, una preocupación sería en el retorno económico. Para la investigadora es evidente que en casos como el de Chile y Colombia hay carreras como las ingenierías, en las que si se suman los salarios del año, alcanzaría para restar lo que costó la matrícula de la universidad y el lucro cesante del tiempo que se estudió. No obstante, hay otras carreras que generan más pérdidas que ganancias.

González no cree que la solución esté en controlar los programas que generen bajos ingresos. “La educación ofrece ganancias que van más allá de los salarios. Lo que hay que asegurar es la calidad y que el sistema no genere frustraciones económicas. Un error del que debemos aprender es el de Chile, donde los estudiantes se endeudaron para acceder a una educación superior de calidad cuestionable”.

Ser Pilo

El estudio, además de poner en evidencia este panorama, dedica una parte a analizar el programa Ser Pilo Paga, del cual destaca, por un lado, la influencia que ha tenido en la calidad y en la permanencia de los estudiantes en la educación secundaria, y por el otro, la forma como “ha transformado a muchas universidades que tradicionalmente habían sido reservadas para las élites”. Eso sí, recomienda complementar estos proyectos con iniciativas que velen por la calidad de las universidades del país, para que la apertura en educación crezca de la misma forma, debido a que muchas veces los estudiantes de los nuevos programas obtienen puntuaciones en exámenes finales y salarios más bajos que los profesionales de carreras tradicionales.

Para esto el BID sugiere incentivar la formación en programas que sean coherentes con la realidad de las comunidades, ya que buena parte de la oferta en educación superior está desalineada con el sector productivo. “Por ejemplo, los estudios indican que en Colombia hay un déficit de personas con títulos tecnológicos, que cuenten con un título postsecundario de tres años”, manifiesta González.

Los retos son grandes. Se ha logrado aumentar la cobertura y el acceso a la mayoría de jóvenes del país, incentivándolos a seguir y retomar sus estudios a través de becas y programas como Ser Pilo Paga, que han mostrado efectividad, pero ahora el camino continúa por el lado de la calidad y la necesidad de formar profesionales en carreras tanto productivas para el país, como rentables para los estudiantes. “No es sólo pensar en la cobertura concentrándose únicamente en aumentar cupos. También es clave mejorar la calidad y el truco es no gastar más, sino gastar mejor”, concluye González.

Fuente de la Noticia:

https://www.elespectador.com/noticias/bogota/educacion-en-bogota-mejora-la-cobertura-ahora-falta-calidad-articulo-727681

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Argentina: Educación sexual en las escuelas: un 98% menos de docentes capacitados

Argentina/12 de diciembre de 2017/Por. Josefina Hagelstrom/Fuente: http://www.perfil.com

Mientras que en 2015 el Programa de Educación Sexual Integral (ESI) en escuelas realizó capacitaciones a 55 mil docentes en 14 mil establecimientos del país, este año las mismas se redujeron drásticamente y alcanzaron a sólo mil docentes de 500 escuelas.

Mientras que en 2015 el Programa de Educación Sexual Integral (ESI) en escuelas realizó capacitaciones a 55 mil docentes en 14 mil establecimientos del país, este año las mismas se redujeron drásticamente y alcanzaron a sólo mil docentes de 500 escuelas. Así se desprende de un informe presentado por el Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires, que analizó los datos proporcionados por el Ministerio de Educación nacional en base al programa. “Este año la inversión en el programa que se implementó por ley en 2006 fue de 12 millones de pesos menos que en 2015”, denuncian desde el ODH.

En el informe se remarca que en el programa trabajan 17 personas, y que las capacitaciones presenciales para docentes de todo el país pasaron de 55 mil docentes en 2015 a 1.050 en 2017. “Durante 2015 las capacitaciones se realizaron en 14 mil escuelas de diez provincias distintas. En 2017 llegaron a 500 escuelas en sólo dos provincias. En relación con los cursos dictados online, la cantidad de docentes fue de 16.914 en 2015 y 4.450 en 2017”, advierten.

Y con respecto a la inversión, se pasó de contar con $ 55.755.738; a $ 27.662.623 en 2016, y $ 43.211.136 en 2017. “Más allá de la reducción drástica en el presupuesto, nos llamó mucho la atención que, de lo destinado para este año, la mayor parte estaba para las capacitaciones online y que los cursos estuvieron dedicados a prevención de embarazos adolescentes. Esto plantea un cambio de paradigma, porque la ley aborda la educación sexual de manera integral, y se dejan de lado conceptos fundamentales en el marco de una ley que busca prevenir abusos en niñas y niños menores de edad, promover mayor equidad de género, respeto por las diversidades, y en las relaciones interpersonales”, dice Wilma Martínez, abogada del ODH.

Desde el Ministerio de Educación de la Nación, en tanto, sostienen que la Educación Sexual Integral está en agenda y que las capacitaciones masivas continúan en todas las jurisdicciones, de forma conjunta con los referentes de cada provincia.

“Se viene construyendo, con otros ministerios en conjunto, la participación de temáticas e indicadores que permitan avanzar lo que la ley, que ya cumplió 11 años, establece, y siga vigente en todas las escuelas y jurisdicciones. Seguimos trabajando con el mismo equipo, y cada provincia tiene referentes, a quienes convocamos para capacitaciones y para relevar las acciones que se llevan a cabo en cada una”, explica Viviana Dalla Zorza, de la Secretaría de Innovación y Calidad Educativa de la Nación.

La Ley de Educación Sexual Integral sancionada en 2006 establece y garantiza el dictado de la educación sexual integral en todas las escuelas, públicas y privadas, laicas y confesionales, en todos sus niveles, en todo el país.

Fuente de la Noticia:

http://www.perfil.com/sociedad/educacion-sexual-en-las-escuelas-un-98-menos-de-docentes-capacitados.phtml

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Uruguay: Educación. Construir «con el compañero que piensa distinto

Uruguay/ 12 de Diciembre de 2017/Fuente de la Noticia: http://www.universidad.edu.uy

Cientos de delegados de todo el país participaron este fin de semana del Plenario Final del Tercer Congreso Nacional de Educación (CNE) «Maestra Enriqueta Compte y Riqué». El sábado en la apertura el rector Roberto Markarian alentó a discutir respetando al otro en la discrepancia, «en un ambiente de solidaridad y de elaboración positiva».

Este Congreso da continuidad al Primer Congreso «Maestro Julio Castro» (2006), y al Segundo Congreso «Maestra Reina Reyes» (2013). El actual se desarrolló durante todo 2017 a través de diferentes instancias como asambleas territoriales, comisiones temáticas y departamentales, de representantes de la comunidad y de instituciones de enseñanza pública y privada, formal y no formal, en todos los niveles. Se discutió en torno a cuatro ejes: 1: Aportes para la elaboración del Plan Nacional de Educación; 2: Democratización, universalización y educación de calidad; 3: Educación, diversidad y diversificación; y 4: Los desafíos de la educación.

Al igual que los anteriores, este Plenario Final busca emitir resoluciones que influyan efectivamente en la elaboración de políticas educativas. Las jornadas se inauguraron con la participación de la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, el presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, Wilson Netto, el rector de la Universidad de la República, Roberto Markarian, y la consejera de la Universidad Tecnológica (UTEC), Graciela do Mato. Esta última celebró el hecho de que la UTEC participa por primera vez en un CNE. El próximo «va a tener una nueva universidad», vaticinó, en referencia a la de la educación.

Muñoz destacó que este CNE tuvo muy amplia participación, en un grado que «sorprendió a los propios organizadores». Recordó que la educación es mucho más que un capítulo específico de las políticas de Estado, es «la auténtica fuerza vertebradora de la nación» y «verdadera creadora de la república», como generadora de ciudadanos responsables y comprometidos. Hablar de educación es también hablar de valores, de afectos, de solidaridad, de cooperación, desarrollo, innovación y futuro, expresó.

Agregó que los tres congresos realizados homenajearon a tres referentes fundamentales para el país, que «nos ayudarán desde nuestra mejor historia a dar cuenta de las actuales complejidades y a desatar también enredos contemporáneos». Afirmó que si los paradigmas educativos atraviesan a nivel mundial una etapa crítica, «con más razón es necesario emprender todo proceso de renovación revisitando las fuentes, retornando a los orígenes, a donde siempre debe volverse porque allí está con seguridad la esencia de lo que somos».

Se refirió en especial a la figura de Compte y Riqué: «fue una adelantada, para toda América del Sur», y en definitiva «una mujer inteligente, preparada y resuelta, con arrojo y determinación para acometer proyectos ambiciosos, y lo más importante: concretarlos». Según Muñoz, cuando la sociedad está impactada por fluctuaciones importantes que modifican la vida cotidiana, la educación es el ámbito donde más se percibe. Por eso es comprensible que «nuestros docentes sean la primera línea de fuego», en la cual «detonan situaciones y efectos que vienen de afuera: de la familia, del barrio, las transformaciones en el campo del trabajo o de las comunicaciones». Maestros y profesores son «el primer radar que registra dificultades, crisis, desbordes, contradicciones, amenazas, perplejidades», explicó.

Respecto de la agenda política y mediática sobre educación, la ministra indicó que los docentes y las autoridades se sienten a toda hora «bajo el escrutinio de quien todo lo mira bajo la sospecha y la desconfianza», de una forma que no promueve un clima de estímulo y motivación. Si bien reconoció la necesidad de «rodear al sistema de exigencias», también es necesario darle «respaldos y apoyos», para contribuir a desenvolver mejor las políticas públicas en educación.

A contrapelo de los cuestionamientos sobre la incidencia de estos congresos en las definiciones educativas, dijo que a partir de 2005 «ha habido avances importantes». Muñoz también anunció la remisión al Parlamento del proyecto que crea la universidad de la educación: «otro hito en la jerarquización de la profesionalización docente». A juicio de la ministra «resulta imprescindible que articule de forma proactiva las funciones de enseñanza, extensión e investigación, ofrezca formación continua y genere sinergia con otras instituciones».

Mirar los problemas por altura
El rector Roberto Markarian informó sobre su participación esta semana en un encuentro de rectores de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo, donde se analizaron aspectos de la educación superior en la región y en el mundo: «problemas que tienen que ver con la mercantilización, procesos de privatización, de influencia creciente de grupos no representativos», relató. «Los que aquí invierten en soja, carne o en picar madera, en grandes países del mundo como Brasil invierten cifras cuantiosas para sacar ganancias del sistema educativo», explicó. «Me parece fundamental mirar los problemas por altura, y no solo a nivel local», recomendó.

Markarian mostró preocupación porque estamos «sujetos a influencias globales», y defendió la necesidad de «una visión no ombliguista de los problemas educativos». Esta doble visión debe alcanzar aspectos sociales, geográficos y demográficos. Por ejemplo: en Montevideo en la zona comprendida entre avenida Italia y Camino Carrasco, «la pobreza fluye hacia el sur, los sectores más pobres se educan donde viven los de clase media, los de clase media estudian donde viven los ricos, y los ricos van a la enseñanza privada». No podemos «dejar de ver estos problemas, que son decididamente uruguayos», reflexionó.

El rector citó una carta que él y el decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Álvaro Rico, dirigieron a los delegados representantes de la Udelar: «Es claro que nuestra institución no tiene posición tomada sobre toda la diversidad de temas que se tratan», sin embargo «tenemos posiciones generales sobre temas sustantivos, que colaboren en la consolidación y coordinación del Sistema Nacional de Educación Pública». La nota expresa a los delegados: «les rogamos que colaboren para que la reunión transcurra en un ambiente de solidaridad y de elaboración positiva, más que de confrontación e imposición de posiciones».

Markarian trasladó a todos los participantes del congreso el mismo llamamiento «porque la construcción delicada del polígono de la educación se hace mirándonos tranquilamente a los ojos, y no viendo al que opina un poco distinto como un enemigo». Markarian recordó que en la época de su juventud, «cuando nos peleábamos y discutíamos (…) nos queríamos y nos respetábamos: respetar en la discrepancia es una gran virtud». «Respetando a un compañero que piensa distinto, así es que vamos a construir», completó.

Por su parte Wilson Netto destacó la importancia de la participación y el «derecho a construir nuestro propio relato». Dijo que los informes de los CNE, así como el Plan Nacional de Educación, son instrumentos que permiten «más transparencia, más garantías, y confianza en todos los actores».

Tras la mesa de apertura, la represante del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEEd), Carmen Haretche, presentó diversos datos sobre el sistema educativo. Explicó que hay más jóvenes dentro del sistema, que la educación facilita su inserción laboral, y que aun para los que viven en contextos desfavorables y tienen mayor rezago, «el clima de aula logra revertir aspectos negativos». Por otra parte, los desempeños de los estudiantes que terminan Primaria no han variado en los últimos diez años, y la inequidad entre quienes egresan de contextos más altos y los más bajos se ha mantenido, lamentó.

Haretche defendió el manejo de los perfiles de egreso en cada nivel educativo, porque «contribuye a reducir la inequidad». Afirmó que hay que definir metas de aprendizaje y promover climas de trabajo en el aula que sean favorables.

Respecto de los docentes, los estudios del INEEd muestran que son titulados el 70% en Secundaria y el 40% en UTU, y que el 42% se desempeña en un solo centro educativo. Consultados sobre el nivel de reconocimiento que perciben, maestros y profesores señalan que este es menor por parte de los padres y de la comunidad que el que reciben de sus colegas, alumnos y directores.

Fuente de la Noticia:

http://www.universidad.edu.uy/prensa/renderItem/itemId/41534

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EEUU: We’ve failed our children by neglecting sex education. Here’s what we must do

EEUU/December 12, 2017/ By: The Editorial Board/Source: http://www.fresnobee.com

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Kenya: Why we must urgently address this ugly face of inequality in education

Kenya/December 12, 2017/By Duncan Omanga/Source: ttps://www.standardmedia.co.ke

Once upon a time, parents encouraged their children to work hard in school to secure a better future. As a young boy, life was a simple reductive. Good grades begat a good life and more options. This remains partly true, but in modern Kenya making the grade is not just about career and choices. Getting the right grades has become symbolic of social status and a tool for both maintenance and negotiation of one’s position within complex social class categories.

There was a time when a poor boy or girl from Nyamakoroto could top the exams amid a punishing routine of tea picking, rearing goats and being a pupil. Those days are gone. As the recently released Kenya Certificate of Primary Education (KCPE) results indicate, the new heroes of our examination system are the urbane, privately schooled children of middle and upper-middle class families.

A similar trend is likely to be repeated when the Kenya Certificate of Secondary Education (KCSE) results are released. Of the primary schools that featured in the top 100, I could barely identify a single public school. Being poor and possessing a lower social-economic status is now officially the greatest hurdle to academic success in Kenya.

Kenya’s poor are having a raw deal right through to universities. Scholars define education inequality as the extent to which supply of education as a good, and the benefits that accrue from it favour certain individual(s), group, generation, race or region.

I shall restrict my focus to the social class divide and how it impacts higher education in Kenya.

Kenya is a most unequal society. This inequality partly draws from a colonial project that rewarded and privileged specific ‘railway line’ administrative outposts over outlying areas. The colonial regime later bequeathed newly independent Kenya with an education system that was set up to offer unequal treatment based on racial or ethnic criteria.

Over time, the exaltation of a capitalistic dispensation in successive post-colonial regimes only made worse the inequality. With the entrenchment of political tribalism and moral ethnicity, access to political power further accentuated this divide along ethnic fault lines. While counties in the former Central Province have 100 per cent access to primary education, in the former North Eastern Province the figure stands at around 34 per cent, despite primary school education being free. In the ‘80s, counties in the former Rift Valley Province had low literacy rates. This radically changed under former President Daniel Moi’s reign. The link between political power (whether real or imagined) and quality education is significant.

Poor quality

Experts also cite the advent of free primary education as a contributor of poor quality, and the reason for the flight from public to private schools by parents who value quality over massification of learning.

The popularity and spread of private schools and ‘academies’ deep in the rural areas is an indictment of the publicly offered free education, and evidence of a hunger for quality even among less endowed households. But how does such inequality affect the texture of higher education in Kenya?

Private primary schools constitute about 10 per cent of all primary schools, but about 60 per cent of pupils from these schools are admitted to national secondary schools and over 75 per cent of access university education. However, in the ‘90s universities admitted students from more socially diverse backgrounds than they are today.

Programmes like Medicine, Engineering and Law comprised a mix of individuals from diverse social-economic backgrounds.

Today, owing to the nature of pupils in primary schools securing places in elite secondary schools, these programmes are socially homogeneous. The students who attend private primary schools eventually end up dominating the more competitive programmes in universities. As such, growing up in a poor home in a rural area is a handicap.

When relatively economically disadvantaged students end up in university, there is a greater chance of them getting admitted in those programmes perceived to be unpopular. Most of these programmes are often those that comprise huge classes, are superficially taught and are usually the easiest for universities to mount as they require little physical or financial resources. And because of the limited agency that socially disadvantaged students have in making a choice of both the university programme and campus of choice, it is mostly this category of students that often act as sites of experiment for far-flung university campus or newly established ‘political’ university campuses that need students to start off.

The situation is even more complicated for graduate studies. It is no longer possible for ‘sons and daughters of peasants’ to access graduate studies. For the past 10 years, graduate studies in local universities have more than tripled.

Meanwhile, most universities no longer offer scholarships to bright but needy students. A graduate study has become an elitist preoccupation. The higher education system now rewards more the paying rather than the capable student.

To address the inequality in education, the government must stop politicising education, and move from articulating provision of education as a political freebie, to provision of free education as a basic right. This means heavy investment in public education.

Public education should not be allowed to suffer the same fate as the public health sector. Further, there is need for proper resource based devolution of the education function to counties. In Germany, where education is completely devolved to the states, healthy competition has improved quality.

Source:
Read more at: https://www.standardmedia.co.ke/article/2001262669/why-ugly-face-of-inequality-in-education-will-cost-us

 

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