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Llamado urgente por la paz a los presidentes y presidentas del continente

Carta abierta

Señores y señoras, Presidentes y Presidentas de los Estados de América Latina y el Caribe:

Reciban un saludo en nombre de las delegaciones académicas, organizaciones sociales, movimientos comunitarios, guardias territoriales, defensores y defensoras de derechos humanos, colectivos de comunicación, movimientos sociales cooperativos, artísticos, culturales, instituciones educativas y liderazgos populares de más de ocho países que participamos en el II Encuentro Regional “Geopolítica y Militarización en Nuestra América”, celebrado en Medellín, Colombia.

Nos dirigimos a ustedes con sentido de responsabilidad histórica y con convicción democrática, conscientes de que las decisiones tomadas por los gobiernos impactan directamente la vida, la paz y la autonomía de los pueblos.

I. Nuestra América, zona de paz: coherencia entre la palabra y la acción

Desde el año 2014, la CELAC declaró a América Latina y el Caribe como “zona de paz”, compromiso que fue ampliamente acogido por nuestros gobiernos y respaldado por los pueblos del continente.

Sin embargo, en los últimos años observamos con profunda preocupación una creciente tendencia de algunos gobiernos latinoamericanos a vincularse con bloques militares globales y regionales, como la OTAN, así como a adoptar enfoques de seguridad que reproducen lógicas de confrontación, disuasión bélica y subordinación geopolítica frente a potencias con intereses globales.

En este sentido, rechazamos de manera categórica las reiteradas violaciones al derecho internacional, a los acuerdos multilaterales, a los derechos humanos y a los derechos de los pueblos que el Gobierno de los Estados Unidos ha venido cometiendo mediante políticas sustentadas en el engaño, la injerencia y la agresión contra nuestras naciones. Tales acciones, además, implican un despilfarro de recursos públicos que podrían destinarse a atender las profundas necesidades sociales del propio pueblo estadounidense, que enfrenta crecientes niveles de pobreza y precarización.

Estas alianzas contradicen:

Los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos.

Los compromisos multilaterales de nuestra región frente a la paz, la soberanía y la cooperación solidaria.

La tradición latinoamericana de resolver conflictos mediante el diálogo diplomático, la integración regional y el multilateralismo respetuoso.

Por ello, desde este Encuentro Regional solicitamos a sus gobiernos una revisión profunda y urgente de estos procesos y el abandono de Tratados que vulneran la soberanía continental y de los pueblos.

II. Militarización y alianzas bélicas: riesgos para la soberanía y la vida

La incorporación —explícita o indirecta— de países latinoamericanos a alianzas militares como la OTAN u otras estructuras de guerra tiene implicaciones serias:

Erosiona la soberanía regional, colocando decisiones de seguridad bajo doctrinas ajenas a nuestras realidades.

Desplaza recursos esenciales que deberían dirigirse a educación, salud, transición ecológica y bienestar social.

Profundiza la militarización interna, reforzando doctrinas del “enemigo interno” que han causado históricas violaciones de derechos humanos.

Nos involucra en conflictos geopolíticos globales que no responden a los intereses de nuestros pueblos.

Debilita la integración y la tan necesaria unidad latinoamericana, al fragmentar posicionamientos conjuntos y generar dependencias estratégicas.

Desconoce las recomendaciones de las diferentes Comisiones de la Verdad de nuestro continente, un aprendizaje histórico que no podemos desestimar.

Nuestra América no debe convertirse en escenario, ni plataforma de confrontación entre potencias. Nuestro compromiso debe ser, preservar la paz, proteger la vida y fortalecer la justicia social.

III. Solicitud formal a los gobiernos de la región

En coherencia con las discusiones, análisis y consensos alcanzados en este Encuentro, solicitamos:

  1. Reconsiderar, frenar o revertir los acuerdos de cooperación militar o de alineamiento estratégico con la OTAN y otros bloques de guerra global y regional.
  2. Abstenerse de establecer nuevas alianzas bélicas, misiones de entrenamiento o protocolos de interoperabilidad con potencias globales.
  3. Reafirmar explícitamente, en foros internacionales y en políticas nacionales, el compromiso de América Latina y el Caribe como zona de paz.
  4. Priorizar un enfoque de seguridad centrado en la vida, la democracia, los derechos humanos, el desarrollo social y el cuidado de la Madre Tierra.
  5. Promover una agenda regional de desmilitarización y fortalecimiento del diálogo político entre Estados.
  6. Alternativas para una seguridad latinoamericana basada en la vida

Reconocemos que la región enfrenta desafíos reales: extractivismos violentos, criminalidad corporativa transnacional, dinámicas de desestabilización, disputas territoriales alimentados por intereses extranjeros y aplicación de nuevas tecnologías de vigilancia en contra de los pueblos, entre otras.

Pero ninguna de estas amenazas justifica la subordinación militar a potencias o bloques de poder.

Los pueblos de Nuestra América demandan una seguridad que:

Proteja las comunidades, no que las controle.

Defienda los territorios, no que los militarice.

Cuide la vida, no que prepare la guerra.

Fortalezca la integración regional, no que la fracture.

Este es el camino sensato, justo y coherente con nuestra historia.

IV. A los gobiernos de Nuestra América: un llamado firme

En nombre de quienes resisten en los territorios, guardias indígenas, campesinas y cimarronas; organizaciones barriales; defensores ambientales; comunidades rurales y urbanas); sindicatos y organizaciones de trabajadoras y trabajadores, movimientos populares, hacemos un llamado:

No permitir que Nuestra América vuelva a ser patio militar de ninguna potencia.

No comprometer la soberanía del continente en alianzas de guerra que no representan a nuestros pueblos como la OTAN.

Sean coherentes con la palabra empeñada, América Latina y el Caribe son, y deben seguir siendo, zona de paz.

Confiamos en su responsabilidad histórica y en su obligación con la vida digna de nuestros pueblos.

Firman,

Participantes del II Encuentro Regional “Geopolítica y Militarización en Nuestra América”

(Canadá, EEUU, México, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Brasil, Canadá)

Medellín, Colombia — 28 de noviembre de 2025

Foto: www.colombiainforma.info

https://www.colombiainforma.info/encuentro-sobre-geopolitica-y-militarizacion-en-nuestra-america/

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Destacan la educación en el país donde «no hay ganadores ni perdedores, sino niños que crecen de manera diferente»

La idea es que la escuela se adapte al niño, no al revés.

Sandra Hernández Jiménez

La educación finlandesa se ha convertido en un referente mundial por su enfoque humano y su capacidad para desafiar los modelos tradicionales basados en la competencia y las calificaciones. Lejos de concebir la escuela como un escenario de rivalidad, Finlandia apuesta por un sistema que prioriza el bienestar, la autonomía y el desarrollo integral del alumno. Cada niño aprende a su propio ritmo y merece un entorno donde crecer sin miedo a equivocarse.

Esa filosofía, compartida por docentes y familias, se traduce en prácticas y derechos que garantizan igualdad de oportunidades y menos estrés para los alumnos. Para Marianna Tolvanen, profesora de inglés con más de una década de experiencia en el norte de Europa, la clave está en el respeto y la confianza: “El éxito se mide en si los niños llegan felices a clase y en su capacidad de reflexionar sobre lo aprendido”, asegura en declaraciones a Ziarul de Gardă.

Según explica, en las escuelas finlandesas los alumnos llaman por su nombre a los docentes, se abrazan con naturalidad, y se valora más el diálogo que la presión por una nota. “El sistema educativo finlandés me impresionó por su humanidad. Aquí, al niño no se le compara, se le presiona ni se le juzga, sino que se le comprende”, relata Marianna. Para ella, esta cercanía genera un clima de confianza donde los estudiantes se sienten seguros para preguntar, equivocarse y aprender sin miedo.

Un modelo a seguir

Otro rasgo distintivo es que la evaluación se realiza dos veces al año y no solo se centra en el rendimiento académico, sino también en el bienestar social y emocional. Para ello, se mantienen reuniones semestrales entre el estudiante, sus padres y los maestros. La política finlandesa prioriza la confianza en el profesorado para diseñar métodos de enseñanza y evaluación en lugar de someter a las escuelas a inspecciones y pruebas constantes.

Este es el enfoque que Marianna Tolvanen quisiera ver en la República de Moldavia. La integración de alumnos con necesidades especiales en aulas regulares y el apoyo personalizado son prácticas habituales: la expectativa es que la escuela se adapte al niño, no al revés. “Cada alumno tiene derecho a aprender a su ritmo. No hay ganadores ni perdedores, sino niños que crecen de manera diferente”, resume Tolvanen.

La transparencia entre familia y escuela es cotidiana y tecnológica, ya que los profesores registran avances y observaciones en plataformas electrónicas accesibles a los padres, de modo que la información fluye sin dramatismos ni juicios. En definitiva, el éxito de la docencia finlandesa se debe a una combinación de cultura cívica, sistemas de bienestar, alta formación docente y políticas públicas que sostienen la igualdad.

https://www.huffingtonpost.es/sociedad/destacan-educacion-pais-no-hay-ganadores-perdedoresnos-crecen-manera-diferente.html

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Los grandes retos de la IA en la educación de América Latina

María Santacecilia

La humanidad se adentra en el abismo de la inteligencia artificial. La rapidez vertiginosa de sus avancesarroja numerosas cuestiones prácticas y éticas, a las que el mundo educativo no es ajeno.  Uno de los aspectos primordiales es qué lugar debe ocupar el ser humano frente a la nueva tecnología.

«La IA está haciendo profundos y paradigmáticos cambios en la forma de relacionarnos, en la forma de crear conocimiento, de relacionar datos, de crear narrativas», dice a DW Eugenio Severín, director ejecutivo de la organización chilena sin ánimo de lucro TuClase.  «No sabemos el potencial que va a alcanzar y, por lo tanto, hay que poner mucha atención para cuidar que prevalezca el dominio humano, es decir, que la última decisión responsable respecto a su uso sea siempre ejercida por los humanos», prosigue Severín.

El reto básico de la infraestructura

Y si hay un sector en cuyo núcleo está presente el elemento humano, ese es el de la transmisión de conocimiento, la educación. ¿Qué retos implica el uso de una herramienta con tanta capacidad transformadora? «El gran desafío para América Latina es asegurar las condiciones tecnológicas que permitan aprovechar el potencial de la IA, porque sin conectividad adecuada, la brecha se amplía y no todos los establecimientos podrán acceder a estos beneficios», comenta a DW Soledad Ortúzar, directora ejecutiva del Centro de Innovación en Liderazgo Educativo de la Universidad del Desarrollo, en Chile.

El tema de la infraestructura no solo se limita a la conectividad, sino también al acceso igualitario a dispositivos y a personal capacitado. «Hablar de IA sin resolver lo básico es ilusorio», subraya, por su parte, a DW Marcela Tenorio, profesora investigadora del Centro de Investigación de Mejora de los Aprendizajes de la Facultad de Educación de la Universidad del Desarrollo. «Es importante recordar que la IA no se limita a los modelos generativos como ChatGPT, incluye sistemas de recomendación, análisis de datos, detección automática de patrones y plataformas adaptativas, todas ellas con requisitos técnicos y regulatorios distintos», prosigue Tenorio.

Preparación docente, desigualdad e influencers

La IA en el mundo educativo arroja otros retos no menores, como la dispar preparación docente. «La mayoría de los programas de formación inicial no incluyen contenidos sustantivos sobre datos, algoritmos o ética digital; asumir lo contrario sería engañoso», apunta Marcela Tenorio.

Manos infantiles sobre el teclado de un ordenador portátil.
La IA tiene una enorme capacidad transformadora, también en el sector de la educación.Imagen: Dominic Lipinski/PA Wire/picture alliance

Además, podrían profundizarse las desigualdades educativas en una región como América Latina, que ya de por sí tiene una enorme desigualdad económica. «Si solo algunos establecimientos acceden a herramientas avanzadas, la distancia entre estudiantes aumentará en vez de disminuir», señala Tenorio, que también alude al riesgo que implica la presencia en redes sociales de influencers sin formación necesaria y sin conocimiento basado en evidencia, que promueven acciones que llegan incluso a concretarse en acuerdos o leyes.

Carga administrativa y diversidad

No solo los procesos de enseñanza y aprendizaje pueden beneficiarse de la IA, sino también las labores puramente administrativas que hoy recaen en docentes y directivos. «Si logramos que estas tecnologías asuman tareas de gestión —desde sistematizar información hasta agilizar procesos internos— liberaremos tiempo valioso para el liderazgo pedagógico y el acompañamiento a los estudiantes”, explica Soledad Ortúzar, de la Universidad del Desarrollo.

La experta menciona asimismo el gran potencial en la atención a la diversidad en las aulas, «con contenidos pedagógicos más individualizados de acuerdo con las necesidades y motivaciones de los estudiantes», apunta Ortúzar.

Reflexión y regulación

Ante los retos que plantea la IA en la educación, los expertos recomiendan reflexión y la elaboración de regulaciones para el uso de esta poderosa herramienta: «La mayoría de los países todavía tienen un marco regulatorio incompleto, lo que deja vacíos relevantes en transparencia, protección de datos y responsabilidad», subraya Marcela Tenorio.

En ese sentido, Chile es pionero en América Latina, tras aprobar un Marco Orientador de Competencias Digitales Docentes, un instrumento de política pública para guiar —no imponer— el desarrollo profesional de los docentes frente a la transformación digital.

«Lo interesante de este marco, es que lo que manda son las prácticas de enseñanza que promueven el buen aprendizaje y cómo las tecnologías contribuyen a la buena docencia», valora Eugenio Severín, de TuClase.  Y lo esencial es que el elemento humano siga siendo preponderante: «Lo importante es cómo abordamos la IA desde el pensamiento crítico, sabiendo y teniendo conciencia de que, en última instancia, son nuestras decisiones humanas las que tienen que prevalecer y que la IA es un instrumento de apoyo».

(cp)

https://www.dw.com/es/los-grandes-retos-de-la-ia-en-la-educaci%C3%B3n-de-am%C3%A9rica-latina/a-75041367

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Rita Segato vuelve al origen: Literatura UNAM publica “El camino de regreso”, su primera obra poética

MÉXICO.- La palabra es un territorio de resistencia, y Rita Segato lo sabe desde siempre. Pero ahora, una de las pensadoras feministas más influyentes de América Latina abre una puerta que había mantenido cerrada durante medio siglo: la de su poesía. Literatura UNAM presenta El camino de regreso, el primer libro de versos de la antropóloga argentina, una obra que traza la cartografía íntima detrás de su pensamiento crítico.

Segato, cuyas reflexiones han sido fundamentales para entender la violencia de género, la colonialidad del poder y las fracturas que sostienen al patriarcado, revela aquí su voz más vulnerable. El camino de regreso reúne poemas escritos entre 1974 y la actualidad, un arco temporal que atraviesa exilios, amores, pérdidas, dictaduras y reconstrucciones. Es también, como lo indica el nombre de la colección Trayectos, una ruta vital: la de una mujer que ha pensado el mundo mientras intentaba volver a sí misma.

La historia del libro nació de un gesto mínimo. En la FIL Guadalajara 2024, durante una charla despreocupada, Segato confesó a Julia Santibáñez, directora de Literatura UNAM, que escribía poesía desde joven. Ese comentario, casi accidental, derivó en el rescate de más de cuarenta textos guardados en carpetas y silencios. “Estoy saliendo del clóset”, le dijo Segato. “De ensayista a poeta”. Una frase que lo resume todo: nombrarse, romper el miedo, confiar en el efecto transformador de la palabra propia.

Organizado en siete secciones, el volumen recorre distintas etapas de su vida. Aparecen los poemas marcados por la dictadura y el miedo a la muerte, los escritos del exilio en Venezuela y Brasil donde la autora piensa el desarraigo, y también los textos que celebran la maternidad, el amor y las pequeñas iluminaciones del regreso. En todos ellos late la misma lucidez ética que la ha convertido en referente latinoamericano: la convicción de que la memoria es una herramienta política y la intimidad, un acto de resistencia.

En El camino de regreso, la crítica se vuelve susurro, la denuncia se hace temblor y la teoría encuentra su reverso emocional. Si en sus ensayos desarma las violencias que sostienen el orden social, aquí su voz poética reivindica algo igual de poderoso: el derecho a dudar, a sentir, a recordar, a volver.

El libro ya está disponible en Librerías UNAM y en línea, y será presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2025 el 1 de diciembre a las 18:00 horas, en el Salón Juan Rulfo, con la participación de la propia autora junto a Rosa Beltrán y Julia Santibáñez.

Fuente de la información e imagen: https://leviatan.mx/2025

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El velo como excusa

Por: Rosa Cañadel

Hace pocos días, la Najat El Hachmi dijo: «Soy partidaria de prohibir el velo islámico en las escuelas. El islam hace trampas cuando dice que el velo es una pieza religiosa cuando no se dice en ningún sitio dentro del Corán. No podemos aceptar que los islamistas impongan el velo».

Por su parte, la líder de la extrema derecha catalana, Sílvia Orriols, en una intervención en el Parlament, dijo: «En vez de hacer leyes para castigarme a mí de cara a la pared, legislen para que el velo islámico, misógino y fundamentalista, no pueda sentarse dentro de esta cámara».

Susana Alonso

Así pues, dos mujeres, totalmente opuestas en origen y en ideología, están de acuerdo en «salvar» a las chicas y mujeres musulmanas de la «imposición del velo». Es evidente, sin embargo, que detrás de estas declaraciones hay intenciones y objetivos totalmente diferentes.

A la derecha y extrema derecha, que ha hecho bandera de su propaganda antiinmigración, ¿le importan las mujeres musulmanas, o las utiliza para justificar su islamofobia?

Yo no tengo claro que se tenga que prohibir el velo, más bien lo contrario, pero de lo que sí estoy segura es que es una gran contradicción estar en contra de la inmigración, especialmente la musulmana y luego querer «defender» a las mujeres de las imposiciones de su cultura, religión y/o familia. Y es que la sensación que tengo es que lo que les molesta no es que las mujeres musulmanas tengan que llevar «obligatoriamente» el pañuelo o la hiyab, sino que les molesta el propio pañuelo (tanto si lo llevan voluntariamente como si lo llevan obligadas), porque este pañuelo es un símbolo claro de que pertenecen a «otra cultura». despreciada constantemente por todos estos sectores. En definitiva, el velo como excusa.

También es curioso, que los sectores de la derecha que dicen «defender» a las mujeres musulmanas de la «imposición» que supone el velo, son los mismos sectores que defienden a Israel y su genocidio sobre Palestina. O sea, les preocupa que a las mujeres musulmanas les impongan un velo pero no parece que les preocupe nada que en Palestina las asesinen por miles, a ellas y a sus hijos e hijas.

Hay que denunciar todas estas contradicciones y es necesario también buscar una estrategia educativa que evite que la población en general y los más jóvenes en particular absorban esta cultura y se instale el racismo y la islamofobia entre nosotros.

Por otro lado, sobre las declaraciones que hace Najat El Hachmi, desde la izquierda y el feminismo, tengo muchas dudas sobre si realmente prohibir el velo en las escuelas es la mejor estrategia para ayudar a las chicas musulmanas. Creo que prohibir el velo en la escuela dejaría a las chicas entre dos prohibiciones, la de la familia (si es que es esta que la ha impuesto) y la de la escuela. Dos prohibiciones contradictorias y en las que la chica, o la mujer, no ha tenido nada que decir.

Por otro lado, la prohibición siempre conlleva un juicio moral, se prohíbe lo que está mal. Y, en este caso, ¿qué es lo que «está mal», que una chica o una mujer lleve un pañuelo en la cabeza, o que a una chica o una mujer la obliguen a llevarlo? Es evidente que yo estoy en contra de cualquier imposición a cualquier mujer, pero la prohibición no ayuda a cambiar la situación, sino que la puede complicar más. A la chica se le plantea un dilema muy cruel: hacer caso a lo que le «impone» la escuela, con el peligro de ser marginada por la familia o la comunidad, o hacer caso a la familia y tener que dejar la escuela, si es que la prohibición se hace efectiva. En el fondo, dejamos a la chica aún más marginada y estigmatizada.

No sabemos tampoco, exactamente, cómo viven las chicas y mujeres esta cuestión. Puede ser que para unas sea una grave obligación y quieran cambiar la situación, y en este caso las tendremos que ayudar, pero también puede ser que se sientan cómodas formando parte de una comunidad que las acoge frente a otra comunidad que las rechaza. Yo diría, que si lo que nos molesta de verdad es la imposición, tendremos que buscar fórmulas para ayudarlas, y la escuela y las feministas podemos hacer este papel sin tener que prohibir nada.

A mí el velo, en sí, no me molesta más que muchas otras cosas que, si pudiera, cambiaría, como la discriminación que sufren muchas niñas y jóvenes de familias inmigrantes al acceder a las actividades de ocio, a la sociabilidad, o a seguir estudiando, lo que vulnera sus derechos fundamentales (tal y como varias voces han denunciado en la presentación de la Asociación «Per elles»). Justamente todo eso es lo que no preocupa nada a la derecha que sólo está preocupada por el velo.

Quizás sería mejor empoderar a las chicas y a las mujeres musulmanas y darles herramientas para luchar por su emancipación, en lugar de intentar «liberarlas» desde fuera. Así es como las mujeres de mi generación conseguimos muchos derechos que nuestras abuelas y madres no tenían.

https://www.eltriangle.eu/es/2025/11/21/el-velo-como-excusa/

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Por qué la izquierda necesita volver a pensar la cuestión generacional

La izquierda envejece cuando deja de seducir a la juventud. La extrema derecha ya lo entendió: conquistó las redes, el lenguaje digital y la rebeldía. Recuperar esa energía es una tarea urgente.

Una corriente que invalida el saber de las antiguas generaciones de militantes anula con ello no solo su memoria, sino también su capacidad presente de actuación y lucha. Construir direcciones lleva tiempo. Por eso, las generaciones más viejas son el cimiento de cualquier agrupamiento. Ellas cargan con la experiencia política, la tradición ética y organizativa, el programa histórico. Su papel, por tanto, no es el de sabios y pasivos consejeros, sino el de miembros activos. Pero el cimiento no es todavía el edificio. Es la juventud la que debe constituir las paredes, las aberturas y el acabado fino del edificio. Un colectivo que no promueva la renovación generacional de sus cuadros dirigentes está condenado a la crisis y al estancamiento. No fueron pocas las rupturas recientes en el campo de la izquierda que tuvieron como motivo alguna forma de conflicto generacional. La integración de las distintas generaciones en la estructura de la organización es un tipo de arte tan delicado como imprescindible para la salud interna de una corriente.

Pero las cosas cambian un poco de figura cuando se habla de la composición general del grupo. Una organización que pretenda cumplir algún papel en la historia necesita ser, en promedio, una organización joven. El envejecimiento generalizado de una corriente, la permanencia de un mismo equipo de dirección durante largos años al frente del aparato partidario, la desaparición del papel de la juventud en la estructura del colectivo, una débil actuación en el movimiento estudiantil y juvenil son síntomas que deben preocupar.

No se trata de un deseo interno, sino de una necesidad de la lucha. Difícilmente podemos encontrar algún movimiento histórico importante que no haya tenido a la juventud como protagonista: desde la Revolución Rusa hasta las actuales protestas de la Generación Z (aún no estudiadas por la izquierda), pasando por la Revolución Cubana, la Revolución de los Claveles, el Mayo del 68, la resistencia contra las dictaduras en América Latina, las protestas de los últimos años en la región y el mundo, las luchas de solidaridad en defensa del pueblo palestino y muchas otras.

En el mundo actual, en que se profundiza el abismo generacional debido al acelerado avance de la tecnología y a la precarización y «plataformización» de la vida, esta cuestión asume dimensiones dramáticas. Una organización que no logre atraer a la juventud (no solo la estudiantil, sino también la periférica, la de los movimientos culturales, la de la clase trabajadora, la de las clases medias intelectualizadas) simplemente no tiene futuro. El vicio del «presentismo» es tanto la ignorancia del pasado como el olvido del inevitable porvenir. La extrema derecha está muy por delante de la izquierda en el manejo de las redes sociales y del lenguaje digital. Nuestros ensayos han sido tímidos. La renovación de la dirección fascista también es una realidad, con figuras emergentes, organizaciones relativamente jóvenes y miles de influencers esparcidos por todas las plataformas y explorando todo tipo de formato. La idea de que el fascismo es un movimiento de viejos acomodados es extremadamente equivocada. Tal vez haya sido así hace algunos años. Ya no lo es. Es imprescindible conectarse con la juventud. No cabe aquí el viejo consuelo de que el movimiento estudiantil es tradicionalmente de izquierda y por lo tanto constituye un espacio naturalmente nuestro. Esa realidad ya está cambiando. Lo que hoy son incursiones puntuales de provocadores en las universidades públicas mañana puede convertirse en trabajo estructural del fascismo. Si eso sucede, las cosas se pondrán mucho más difíciles para nosotros.

La juventud es un dinamizador de las luchas

La juventud no es una clase social ni un sector política o ideológicamente diferenciado. Hay jóvenes ricos y pobres, revolucionarios y reaccionarios. La juventud es solo un período de la vida. Pero la vida humana tiene una cierta mecánica más o menos previsible en cualquier cultura. Por eso, en todas las sociedades, la juventud es siempre el sector más dinámico. El propio análisis económico y social de fondo debe tener en cuenta el peso de la juventud. Es sabido que los países más viejos pierden dinamismo económico, cultural, político y militar. En cambio, los países más jóvenes disfrutan del llamado «bono demográfico», cuando la población activa es mayor que la población inactiva (niños y ancianos), lo que crea una importante ventana de oportunidades para el crecimiento y la innovación.

Este hecho debe orientar también la actuación de las organizaciones socialistas. Los análisis políticos deben considerar el humor de la juventud, su condición estructural, su situación laboral, el problema de la educación y del movimiento estudiantil, las nuevas tendencias culturales del mundo analógico y digital.

Se trata aquí de comprender realmente la dinámica política de la juventud, el papel más profundo de ese grupo etario en la propia historia del país. Y estar atentos a los signos de crisis e insatisfacción de ese sector de la población. Ser joven tiene consecuencias programáticas.

La juventud es ideológica

Una organización política que no realice trabajo ideológico tendrá mucha dificultad para conectarse con la juventud. Cuando se tienen 16, 20 o 24 años, las ideas importan más que cuando se tienen 40 o 50. Con frecuencia, ellas determinan los proyectos de vida, las elecciones profesionales y personales de esas nuevas generaciones. Basta recordar la importancia que las ideas tuvieron para nosotros, miembros de las generaciones más viejas. Empezamos a militar en alguna lucha concreta, alguna huelga, alguna movilización. Pero no elegimos cualquier organización. Optamos por aquella que mejor representaba nuestro deseo de cambiar el mundo. Nuestra elección se basó en ideas. Una organización que sustituya la política concreta por la propaganda abstracta está condenada a la marginalidad. Pero una corriente que no hable de comunismo, revolución, alienación, capitalismo y de cómo construir una nueva sociedad no merece llamarse socialista.

Mientras leemos este artículo, ¿cuántos jóvenes estarán buscando en ChatGPT cuál es la organización más revolucionaria, más socialista y más radical? Por eso, hacer lucha ideológica en el siglo XXI es tener presencia en las redes, promover debates, participar en lives, producir videos. No bastan los viejos encuentros presenciales. Siempre serán importantes, pero ya no satisfacen nuestras necesidades. Se necesita no solo un perfil político y organizativo, sino ideológico.

La juventud quiere enfrentarse al mundo

Las posiciones sindicales, los despachos parlamentarios, la «institucionalidad» (vida cotidiana ordenada) del movimiento de masas son muy importantes. Ayudan a dar un sentido de continuidad, estabilidad y fuerza a la lucha. Son instrumentos poderosísimos, sobre todo en tiempos de retroceso y avance del fascismo. Pero una organización que se limite a esa institucionalidad tendrá enormes problemas para conectarse con los sectores más combativos, más valientes de la juventud. Es necesario combinar distintos terrenos de lucha. Quien reivindica para sí la designación de revolucionario debe estar en la primera línea del enfrentamiento extrainstitucional. No necesitamos inventar nada, ningún foco ejemplar. La lucha de clases ya está llena de conflictos callejeros, acción directa, resistencia activa. Basta con ser parte de ellos. Y no solo estar presentes, sino ser el sector más consciente, proponer no solo tácticas de lucha, sino salidas estratégicas.

La juventud es antropofágica

Existe un cierto sentido común bastante difundido según el cual «¡La juventud no lee!», «¡La juventud no estudia!». Sería necesario acceder a estadísticas serias al respecto para formarse una opinión. Sin embargo, por la forma en que ese asunto suele surgir, parece mucho más una ideología justificativa de la dificultad, por parte de los mayores, de establecer un diálogo intergeneracional. La juventud vive en las redes, es verdad. Lee menos que nuestra generación —también parece verdad—. Pero está absorbiendo el mundo, devorando ideas, nutriéndose de todo lo bueno y lo malo que circula en las redes, exactamente como nosotros lo hicimos en nuestra época. La juventud mira toneladas de cursos, conferencias, clases en línea, pequeños videos, carruseles, stories. ¡Quiere saber, y mucho! Pero lo hace a su manera, a la manera de su generación. Somos nosotros, los mayores, quienes miramos esta nueva forma de devorar el mundo con cierta arrogancia y muchas veces dejamos de dialogar. La juventud está en el apogeo de su curiosidad intelectual. Es necesario aprovechar esa estrecha ventana. Son pocos los individuos en los que ella no se cierra después, allá por los 40 o 50 años.

La juventud quiere más que política

«No solo de política vive el hombre», escribió Trotsky en su famoso artículo de 1923 publicado en la colección Cuestiones del modo de vida. En ese texto magistral, el organizador del Ejército Rojo defendía la necesidad de que el partido bolchevique se conectara con las masas a través de otros canales además de la política pura: cine, cultura, fiestas populares, clubes de alfabetización, incluso la secularización y resignificación de los rituales religiosos. Todo valía en la lucha por conectar con una población interesada no solo en las cuestiones estatales, sino sobre todo en la propia vida humana. La revolución socialista era un despertar total del individuo, y era necesario tenerlo en cuenta.

Lo mismo sucede con la juventud, que también puede ser vista desde el punto de vista de la consolidación de la personalidad, del establecimiento de los gustos personales, del autodescubrimiento y del desarrollo psíquico. Por eso, una organización que desee conectarse con la juventud necesita ofrecerle más que política. No se trata de crear nuevas pequeñas sectas destinadas a suplir todas las necesidades de conexión. No. La organización política no sustituye el mundo real. Pero es necesario que existan, dentro de la corriente juvenil, espacios de expresión y promoción artística, literaria, de ocio, de estudios más allá de la política, incluso de deporte y salud. «Nada de lo humano me es ajeno», habría dicho el dramaturgo romano Terencio en el siglo II a.C., y lo repitió Marx en una carta a su padre en 1837, en su fase bohemia y lírica. Y eso es muy sintomático. El hombre que escribió El capital pasó su juventud bebiendo cerveza en las tabernas alemanas y escribiendo poemas para su amada Jenny. Debemos orientarnos por esa vía: una juventud que no sea solo política, sino que ofrezca a sus miembros y simpatizantes un sentido de pertenencia más amplio. La Iglesia sabe aprovechar esto muy bien y ofrece a sus fieles mucho más que religión. Nosotros debemos hacer lo mismo.

La juventud quiere y tiene derecho a espacio

No es raro que en el interior de las organizaciones socialistas la juventud sea considerada un «sector» como cualquier otro, cuando debería constituir el objetivo general de la corriente en términos de construcción. ¿Cuántos dirigentes de la vieja generación están dedicados al apoyo de la juventud? No se trata de colocar artificialmente adultos de 30 o 40 años a recorrer aulas convocando reuniones de centros de estudiantes, sino de brindar apoyo político, ideológico y organizativo a los cuadros que están al frente de las tareas. No basta con integrar representantes de la juventud en los organismos de dirección. Eso es solo el primer paso. Es necesario promover su formación, realizar cursos, campamentos, discutir los documentos de juventud en la máxima dirección de la corriente. Es preciso que una parte significativa del presupuesto de las organizaciones se destine al trabajo con la juventud. El cuidado con las profesionalizaciones demasiado largas de jóvenes que aún no han ingresado al mercado de trabajo es válido e importante, pero no anula la necesidad de un alto grado de inversión. En este terreno, tenemos importantes experiencias que pueden enseñarnos mucho. Es necesario conocerlas y debatirlas.

El futuro les pertenece

El gran historiador Pierre Broué describió la construcción del partido bolchevique como una sucesión de olas generacionales que comenzaron a ingresar en la fracción leninista desde finales del siglo XIX hasta 1917. En todas esas olas, la juventud fue la vanguardia. Y en relación con todas ellas, Lenin siempre fue el decano: «Por eso, la inmensa autoridad que posee sobre sus compañeros no es la de un sacerdote ni la de un oficial, sino la de un pedagogo o camarada, de un profesor y de un veterano —muchos lo llaman “El Viejo”—, cuya integridad e inteligencia se admiran y cuyos conocimientos y experiencias son muy estimados». Pero el propio Lenin tuvo en su tiempo la oportunidad de trabajar con los monstruos sagrados de la socialdemocracia europea: Plejánov, Axelrod, Vera Zasúlich y Potrésov durante el período londinense del Iskra, en los primeros años del siglo XX. La revolución más profunda de la historia fue un encuentro y una síntesis de generaciones.

De la misma forma, la revolución latinoamericana es inconcebible sin el protagonismo de la juventud, por el simple hecho de que ninguna revolución ha sido posible sin jóvenes. Los socialistas deben encarar el reclutamiento de la juventud como una tarea de vida o muerte, estratégica en todos los sentidos, no solo para una u otra organización concreta, sino para el propio país. El futuro siempre les ha pertenecido y siempre les pertenecerá. Y ellos harán de ese futuro lo que bien les plazca. Nos corresponde a nosotros abrir espacio. Al final de cuentas, la función principal de una generación es ser el puente hacia la generación siguiente. En eso consiste el mecanismo fundamental de la propia vida.

Fuente: https://jacobinlat.com/2025/11/por-que-la-izquierda-necesita-volver-a-pensar-la-cuestion-generacional/

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El psicoanalista desnudo: La novela que revela los secretos más oscuros del diván

Tras el éxito de Malamente, Gabriel Dukes Cohen regresa con El psicoanalista desnudo, una novela intensa y provocadora que se sumerge en los pliegues más íntimos del poder, la familia y la memoria. En esta nueva entrega, el autor vuelve a poner en escena al doctor Lev, un terapeuta atrapado entre sus propios fantasmas y las complejas vidas de sus pacientes.

Lev, quien ya había capturado la atención de los lectores en Malamente, regresa con una historia que profundiza en su mundo interior y en la tensión constante entre su rol profesional y su vida personal. A través de este personaje, Dukes Cohen explora temáticas tan universales como el amor, la soledad, las relaciones familiares y los dilemas éticos del cuidado emocional. Aunque Lev mantiene su esencia, en esta segunda novela se percibe una transformación marcada por sus vivencias anteriores, que lo han vuelto más reflexivo, más humano y también más vulnerable.

El psicoanalista desnudo presenta una narrativa que entrelaza con soltura la intimidad del consultorio con intrigas institucionales, amores ilícitos y un pasado marcado por la culpa y la pérdida. Con una prosa ágil, confesional y cinematográfica, el autor ofrece una historia que invita a mirar de cerca los mecanismos del deseo, los vínculos y la fragilidad humana.

La obra también se nutre del oficio de su autor. Psiquiatra y psicoanalista con años de experiencia, Dukes logra construir personajes complejos con conflictos internos creíbles y profundamente resonantes. Su formación le permite traducir el lenguaje del inconsciente a una narrativa accesible y atrapante, permitiendo al lector adentrarse en el laberinto emocional de sus protagonistas casi sin darse cuenta. Si bien hay ciertos guiños autobiográficos —especialmente presentes en su primera novela— en El psicoanalista desnudo predominan las experiencias universales que permiten al lector reconocerse en los relatos.

“Gabriel Dukes despliega en su novela conmociones existenciales de un hombre que con alegrías, miserias y penas lleva su oficio en conjunción con su vida. Y todo transcurre muy de cerca. Una y otra vez nos sorprenden los acontecimientos de los personajes que se reúnen y separan, se aman y se odian y nos confunden e involucran con sus experiencias. El psicoanalista desnudo mantiene el interés y conmueve de principio a fin”, dice Fernando Araos, psicoanalista y expresidente de la APCH, Asociación psicoanalítica de Chile.

Esta segunda novela fue concebida casi inmediatamente después de terminar Malamente, aunque el enfoque narrativo ha evolucionado. “En la primera novela, el enfoque estuvo en la relación con el padre, tanto del doctor Lev como de sus pacientes, y en el contexto histórico del país. En la segunda novela, me interesan otros temas, como los límites de las relaciones, la psicopatía, el impacto de los traumas, la religiosidad y el sentido de nuestras vidas, además se deja ver un cierto desencanto del doctor Lev al descubrir que todos cuando enfrentan dificultades propias de la vida reaccionan de la misma cuestionable forma. De esta manera, el doctor Lev se convierte para mí y también para los lectores en una herramienta para explorar temas que me resultan interesantes, manteniendo al personaje fresco y al lector entretenido”, explica el autor.

Una lectura imperdible para quienes disfrutan de novelas que iluminan los rincones más oscuros —y más reales— de la mente y el corazón humano. El psicoanalista desnudo no solo entretiene: también interpela y conmueve.

Contacto de prensa: Mariana Hales/ marianahales@gmail.com

Fuente de la información:  https://www.pressenza.com

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