Junio de 2017/Fuente: UNICEF
El maltrato infantil se puede prevenir. Para esto es importante que madres y padres conozcan y entiendan los procesos que viven sus hijos, de lo contrario es común interpretar algunas conductas de ellos como falta de cooperación o agresividad.
En Venezuela, aproximadamente 1,6 millones de – adolescentes son víctimas de algún grado y tipo de violencia (psicológica, física o sexual) en el hogar.
UNICEF trabaja para que esta cifra se reduzca y para contribuir a la prevención de la violencia hacia la niñez y la adolescencia. Para ello, presentamos una breve guía para orientar a madres, padres, cuidadores y representantes en la promoción del buen trato dentro del hogar.
#LoQueDebeSaber
1. Muchas veces, madres o padres pierden la paciencia porque esperan que sus hijos hagan cosas que aún no son capaces de hacer. Las limitaciones de los niños y niñas no pueden ser motivo de sanción, porque equivocarse y aprender es parte de su desarrollo.
2. Los niños y niñas son personas con días buenos y malos, al igual que los adultos; tienen miedos, ganas de llorar, cosas que les gustan más que otras, derecho a discrepar de la opinión de los demás y a equivocarse. En la medida que los adultos reconocen esta condición de sujetos en desarrollo y respetan sus derechos, se puede fomentar su crecimiento y una mejor relación con todas las personas.
3. Un hecho incuestionable es que los niños y las niñas aprenden más y mejor sin castigo físico. Si se les refuerza con gestos o frases cariñosas, realizarán fácilmente los aprendizajes.
4. Una de las tareas centrales que tienen los padres en la educación y formación de sus hijos es ponerles límites, es decir, impartir disciplina. Estas normas deben ser claras, de manera que los niños sepan qué conductas están permitidas y cuáles no. Las normas y los límites le dan seguridad a los niños, sin estos se sentirían desorientados y angustiados.
5. Mantener una buena comunicación con los hijos es fundamental. Muchas madres y padres piensan que comunicarse es posible solo cuando se pueden intercambiar ideas. Eso no es así, la comunicación es verbal y no verbal. Desde muy pequeños los niños aprenden a interpretar los gestos, tonos de voz y conductas de sus padres. Si a un niño se le trata con cariño siempre, si se le transmite con gestos y palabras lo importante que es para sus padres y familiares, aprenderá que es una persona valiosa y caminará seguro por la vida.
Por el contrario, si un niño sólo recibe descalificaciones, golpes o indiferencia, se deteriora fuertemente su autoestima porque se siente poco querido e importante para sus padres.
6.Muchos padres piensan, erróneamente, que el castigo es efectivo solo cuando recurren a medios violentos. “Si no haces esto, te voy a pegar”, o “ya sabes lo que te sucederá si no me obedeces”, son frases habituales. Nunca se debe sancionar a un niño por su forma de ser o por hacer algo mal en forma involuntaria. Tampoco es bueno amenazar a un niño con quitarle el afecto, “no te voy a querer más si haces esto”.
Es fundamental para los adultos, clarificar con los niños y niñas, cuando cometen alguna falta, cuál es la conducta específica que se quiere modificar, y que es posible de ser transformada, y en caso de aplicar un castigo, dejar claro que es por la conducta indeseada efectuada, evitando así que el niño piense que se le castiga a él, por una característica intrínseca.
7.Al momento de disciplinar a alguien, se debe tener en cuenta su edad y características del desarrollo. No es lo mismo disciplinar a un niño preescolar, que a un adolescente, ya que presentan características diferentes.
En caso que exista algún tipo de comportamiento inadecuado o una secuencia de faltas graves, se sugiere consultar a un especialista como un psicólogo, quien otorgará las herramientas adecuadas para el adulto, así como para el niño, niña y adolescente.