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Hace 23 años que es docente, pero desde hace dos que ejerce como mujer

América del Sur/Argentina/Fuente: www.perfil.com.

La historia de Milena Moreno, la profesora trans que da clases de filosofía en Córdoba.

Milena Moreno nació bajo el nombre de Claudio Moreno hace 50 años en la provincia de Córdoba. Desde hace 23 ejerce la docencia y si bien comenzó su carrera con una imagen masculina, hace dos años cambió su identidad. En la actualidad da clases en cuatro establecimientos educativos.

“Soy filósofa, profesora de Filosofía y maestra de grado. Me recibí cuando no era Milena, en el Garzón Águlla. Tengo una carrera docente, humanista”, sostiene durante una entrevista a la periodista Mariana Otero, según consignó el diario La Voz.

Al definirse, precisa: “La gente te ama o no te ama. Cuando tenés esta diferencia de tu cuerpo con tu identidad –llámese física, psíquica o emocional–, al otro le genera una reflexión y una incomodidad, porque se tiene que poner a pensar sobre sí mismo”.

Es profesora en cuatro escuelas, tres estatales y una privada: la Juan José Paso, de barrio Zumarán, el Instituto Integral Modelo (ex-Liceo de Señoritas), el Ipem 270 y el Cenma 215 en Villa Azalais oeste. “Tengo cuatro realidades sociales y educativas diferentes. Es lo que me nutre permanentemente”, precisó.

Ingresó al sistema educativo con una imagen masculina y vivió su transición de identidad sin demasiadas dificultades externas. “El profesor de Filosofía Claudio Moreno aparecía con sombrero y pipa, traje y tiradores, pero con una percepción en el otro, sobre todo en la mujer, de un hombre que no existía”, relató.

Para la OMS, la transexualidad ya no es una enfermedad mental

“Claudio tenía esa sensibilidad, que no cerraba. Me decían: ‘Sos diferente a los hombres’. Y es que, en verdad, no era hombre, en el sentido de ser varón”, indicó en alusión al cambio físico que estaba por suceder. Después de dos años, comenzó el tratamiento hormonal, y en 2016, le realizaron la cirugía para la extirpación de los testículos en una clínica privada de la ciudad de Córdoba. Acto seguido cambió su DNI.

“El día siguiente de la operación, cuando el médico me preguntó: ‘¿Estás feliz?’, le dije: ‘No estoy feliz, estoy en paz. Ya no necesito luchar tanto’”, completó en su relato.

Cambio. Terminó el ciclo lectivo en 2016 con imagen masculina y en febrero del año siguiente, ingresó como mujer. El Ministerio de Educación acompañó a las escuelas en este proceso y reunió a los directores de las instituciones, a los equipos de Educación Sexual Integral, al sexólogo de Milena y debatieron cómo trabajar su presencia en los colegios. “Fue muy fuerte y muy bello”, remarcó.

Su historia. A sus 7 años, cuando aún era Claudio, le preguntó a su mamá si era posible “cambiar de cuerpo”. A modo de respuesta, ella le dijo que se fuera a jugar. “No sólo me sentía así por la idea de pensar que tenía un cuerpo en el que no me hallaba, sino que me preguntaba por qué odiaba partes de mi cuerpo que no habían experimentado intimidad”, expresó en declaraciones al mencionado medio.

En ese marco, recuerda que jugaba a la pelota con los varones. “Iba obligado para que no hubiera conflictos familiares ni señalamiento social, que hoy sigue estando, aunque con menor intensidad. Era el mejor arquero, no quería ser el objeto que ya era, el objeto humano de la burla, del bullying o el comentario. Yo ya estaba en ese proceso tan conflictivo”, manifestó.

Ya en la adolescencia “tenía pelo largo, me podía pintar los labios, usaba un mix de ropa, no te identificaban como hombre o mujer sino como un hippie sucio. No tenías conflicto de decir al otro: ‘No soy lo que usted piensa, soy otra cosa que todavía no sé. Por qué me iban a catalogar por algo que todavía no sabía qué era’”, agregó.

Estudios. Cursó el secundario en una escuela nocturna en una época muy dura, y confesó que intentó suicidarse. “No es fácil lidiar con todo lo que hay dentro tuyo, donde no hay palabras”, sostuvo. Viajó a España y luego a Grecia, donde se recibió en la Facultad de Filosofía en la Universidad Nacional de Atenas. Allí fue donde

comenzó a vestirse y a vivir como mujer y hasta fue modelo publicitaria. “Fui la mujer más feliz del mundo”, contó. Luego volvió a Córdoba, se enamoró de una mujer llamada Mercedes y tuvieron a Gregorio, quien en la actualidad tiene 19 años. Los tres conviven como familia en una misma casa, aunque dejaron de ser pareja cuando el bebé tenía seis meses.

Fuente de la reseña: http://www.perfil.com/noticias/sociedad/la-historia-de-la-profesora-trans-que-da-clases-en-4-escuelas-de-cordoba.phtml

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La maestra que hace más kilómetros

Por Tomer Urwicz

Viaja todos los días desde Batlle y Ordóñez hasta San Ramón: 270 kms. entre ida y vuelta.

Gabriela Gómez a veces pierde el ómnibus y tiene que correrlo varias cuadras. Con la ayuda de otros conductores, que hacen cambio de luces para que el otro chofer se detenga, ella logra subirse al vehículo y comenzar su travesía diaria por el Este uruguayo. Porque si hay algo que esta maestra de 23 años no puede darse el lujo de perder es el medio de transporte que le permite ostentar el título de la docente que más kilómetros recorre por día para ir a dar clase. De lunes a viernes, si es que logra llegar a tiempo para todas las conexiones que necesita y no tiene que alejarse a otro pueblo, recorre 270 kilómetros entre Lavalleja y Canelones para enseñar en la escuela rural número 20. En total pasa cuatro horas arriba de un ómnibus y otra media hora encima de una mo-to para cumplir con su apretadí-simo calendario. ¿Por qué lo hace?

El dicho popular reza que «sarna con gusto no pica», y en el caso de Gómez además de no picar tampoco tiene la apariencia de la sarna. Es que esta maestra aprovecha el largo recorrido para pasar la lista online, planificar las clases de los días siguientes o corregir el trabajo pendiente de alguno de sus once alumnos. Eso cuando el chofer de Chevial no le saca charla al grito de «Maestra, está frío para la moto, ¿no?».

Uruguay cuenta con 1.700 maestros rurales. Poco más de la mitad, entre ellos Gómez, está a cargo de una escuela, sin otro docente, y cumple la doble función de maestro y director.

Gómez fue una de las últimas en sumarse a esta tribu de docentes. Hace dos años terminó su formación en Magisterio, ejerció un año en una escuela que le quedaba 20 kilómetros más cerca y este 2018 optó por viajar un poco más con tal de seguir con su vocación. De última, dice, el recorrido no se le hace para nada pesado y de última, acota, fue su decisión la de no quedarse a dormir en la escuela para pasar las noches en su pueblo.

Por estos días de invierno, su vida de entrecasa transcurre en la oscuridad. A las 5.30 de la mañana le suena el despertador; 20 minutos después está en la parada de ómnibus de José Batlle y Ordóñez; a las 08.05 se baja en la intersección de las rutas 7 y 65, muy cerca de San Ramón; camina hasta la casa de una lugareña donde guarda la moto y hace en ese vehículo otros cinco kilómetros hasta la escuela.

La travesía de regreso, que empieza a las cuatro de la tarde, tiene el agregado de una combinación de ómnibus y la llegada a destino a las 19.30 horas; justo a tiempo para hacer las compras y ponerse a cocinar junto a su pareja.

Los maestros y profesores del interior tienen los boletos gratis, pero el costo del combustible de la moto corre por cuenta de ellos. De ahí que muchos docentes prefieran radicarse en la escuela y, a cambio, reciben una prima para la jubilación: cada dos años de trabajo, se le adiciona otro de yapa. Entre los maestros urbanos la regla es uno cada tres.

Para Gómez la recompensa no pasa por lo económico. «Siento que mi trabajo influye en la comunidad, hay un trato cercano con los niños y con las familias, hay otro respeto hacia el maestro y además me enfrento cada día al desafío de enseñarles a once niños que están en distintos grados», cuenta con la seguridad de que si pudiera volvería a elegir esta travesía y esta escuela.

Pero no todo es el cuento idílico del campo. Hay veces que Gómez siente la falta de una compañía, más allá de la auxiliar de servicio. Necesita alguien con quien planificar o simplemente chusmear que se cayó en la calle en su intento de correr al ómnibus para no tener que hacer más de 270 kilómetros.

Fuente de la reseña: https://www.elpais.com.uy/informacion/educacion/maestra-kilometros.html

 

 

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Reseña: Alfonso López Quintás. Un Pensador para Brasil

América del Sur/Brasil/Por Jean Lauand/19.06.18/Fuente: www.hottopos.com.

La conocida sentencia que afirma ser el medio mensaje se aplica de maravilla a D. Alfonso López Quintás, un pensador que profesa ser profesor. Como catedrático de Filosofía de la Educación en la Universidade de São Paulo, desde hace muchos años me han interesado los escritos de Alfonso López Quintás, por su actualidad, profundidad y claridad. Pero desde que he tenido el privilegio de conocerlo y tratarlo personalmente, primero en su casa en Madrid y luego en las aulas de nuestra universidad brasileña, he podido comprobar que la incomparable fuerza filosófica de sus escritos no es otra cosa que la profunda verdad personal de vivir la relación pedagógica como una forma de encuentro, de diálogo personal.

En su despacho ALQ firma un libro para JL. Madrid, 02-01-2004

La docencia de Don Alfonso es todo un laboratorio donde he podido comprobar la verdad de su filosofía: delante de una clase de estudiantes de primer año de Ciencias de la Educación o delante de un auditorio rebosante de profesores y filósofos, apenas Don Alfonso empieza a hablar ya se establece un cálido diálogo, como si no hubieran barreras de lengua, de generaciones y esto tras un agotador viaje intercontinental. Y uno se da cuenta inmediatamente de la verdad de sus tesis que afirman ser el hombre un ser de encuentro. La huella que las conferencias de Don Alfonso han dejado en nuestros estudiantes es muy honda y duradera.

Es natural, por tanto, que su mensaje (un mensaje encarnado, profesado por el profesor D. Alfonso) vaya teniendo un interés creciente por parte de pensadores y educadores en Brasil. No creo exagerar si digo que Brasil es un país que vive (o tiende a vivir…), naturalmente los valores afirmados por el pensamiento de Don Alfonso: el diálogo, el encuentro, la convivencia, la cordialidad… Y no es casualidad que algunos de los más destacados jóvenes investigadores de nuestra universidad dedican sus tesis doctorales a estudiar dicho pensamiento. En este momento dirijo dos tesis doctorales que intentan aplicar a la realidad brasileña la formación integral de López Quintás e interpretar el arte (la poesía, la pintura, la música etc. ) de nuestro país en los marcos antropológicos y educativos de ese gran filósofo.

Desde que empezamos a publicar las entrevistas y conferencias de Don Alfonso en la Universidad de São Paulo (la más importante de Brasil), hemos creado también una página de Internet “Special Collections – Signatures” que recoge artículos de las principales “firmas (signatures)” que colaboran con la USP: y naturalmente la de Don Alfonso se destaca en esa página: http://www.hottopos.com/4.htm ), que cuenta con muchos miles de lectores y ha sido distinguida muchas veces por la Agencia Zenit de la red RIIAL del Vaticano y ha sido destacada más de una vez el premio en el semanario “Alfa y Omega” de Madrid.

Una de nuestras colegas chinas, la profesora Ho Yeh Chia, profesora de lengua y cultura china en la USP y además filósofa, entusiasmada con las conferencias de Don Alfonso en São Paulo, tradujo al chino algunas de esas conferencias y creó la primera página de pensamiento católico en chino en la Net: http://www.hottopos.com/spcol/catch.htm . La creación de esa página fue noticia en todo el mundo (Agencias Zenit, S.O.I. y tantas otras de la red RIIAL del Vaticano), por abrir a los innumerables lectores en lengua china, la posibilidad de leer en esa lengua autores tan importantes como Alfonso López Quintás.

Y es que ALQ es siempre sinónimo de encuentro: la claridad de su pensamiento despierta inmediatamente el diálogo con todas las gentes que buscan un referencial seguro y fiable para pensar las grandes cuestiones del hombre y la educación.

 

Fuente de la reseña: http://www.hottopos.com/rih7/jean.htm

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Daniel Mato: una vida de interculturalidad

América del Sur/Colombia/Por Alejandro Maldonado Fermín/Fuente: nomadas.ucentral.edu.co

Daniel Mato: una vida de interculturalidad

Daniel Mato: uma vida de interculturalidade

Daniel Mato: a life of interculturality

Resumen

El presente artículo es una biografía intelectual necesariamente incompleta de uno de los autores latinoamericanos contemporáneos más emblemáticos y polémicos en el campo de los estudios sobre cultura, política y comunicación: Daniel Mato. Mediante el recorrido por algunos momentos clave de su vida y la manera como éstos guardan relación con sus obras, se ofrece una panorámica de este intelectual-activista, como forma de homenajear su trayectoria intelectual.

Palabras clave: Daniel Mato, cultura, política, comunicación, interculturalidad, América Latina, estudios culturales, globalización.

Resumo

O presente artigo é uma biografia intelectual necessariamente incompleta de um dos autores latino-americanos contemporâneos mais emblemáticos e polêmicos no campo dos estudos sobre cultura, política e comunicação: Daniel Mato. Mediante o percurso por alguns momentos fundamentais de sua vida e a maneira como estes guardam relação com suas obras, oferece-se uma panorâmica deste intelectual-ativista, como forma de homenagear sua trajetória intelectual.

Palavras chave: Daniel Mato, cultura, política, comunicação, interculturalidade, américa latina, estudos culturais, globalização.

Abstract

Daniel Mato is one of the most emblematic and controversial authors in the Contemporary Latin American field of culture, politics, and communication. In a necessarily incomplete biography, some key times in his life are analyzed in relation to his work giving a general view of this intellectual-activist, as a tribute to his professional development.

Key words: Daniel Mato, culture, politics, communication, interculturality, latin america, cultural studies, globalization.


Introducción

Describir la trayectoria de Daniel Mato es, sin duda alguna, una tarea compleja por varias razones. La primera tiene que ver con la extensión de su obra, la cual abarca autoría, coordinación y/o edición de más de una veintena de libros o números especiales de revistas, así como más de un centenar de artículos y capítulos en libros colectivos, tanto en español como en inglés, incluso algunos en portugués y francés. Además, su producción intelectual sigue creciendo, pues actualmente prepara al menos dos libros y algunos artículos. La segunda razón es la intensidad de su biografía, con un punto de inflexión que, a mi juicio, marcó su historia personal e intelectual: dejar su país para salvar su vida, la de su hija recién nacida y la de su entonces compañera. Así llegó a Venezuela, país que hizo suyo por más de treinta años, hasta que, desde su interpretación de las perspectivas de desarrollo de la situación de polarización política en el país, así como el deseo de volver para reunirse con sus hijas, hermanos, sobrinos y viejos amigos, entre otras razones, lo llevaron a tomar la decisión de regresar a Argentina. Daniel1 es, tal vez, un nómada contemporáneo. Él mismo me llegó a comentar que, en ocasiones, se sentía un Marco Polo contemporáneo, por la cantidad de viajes que realiza y las largas estancias que algunos de éstos contemplan.

Antes de dar inicio a este recorrido por la historia de Daniel, de la cual sólo participé por algunos años recietemente2, quiero destacar algo que para él era una inquietud: lo relativamente poco apreciado que era su trabajo en Venezuela, situación que consideraba, padecían también otras personas que hacen vida en el campo académico nacional, al punto que, por ejemplo, nunca pudo realizarle un homenaje público a una de las personas que él considera su mentor en el campo de la antropología, y quien fuera además su tutor de tesis doctoral, Esteban Emilio Mosonyi, por más que deseaba hacerlo. Por mi parte, este artículo es, de alguna manera, una forma de honrar mi deuda con Daniel Mato, de homenajear su trayectoria.

A continuación ofrezco una síntesis de su vida y obra construida desde la óptica de uno de los campos problemáticos que, desde mi perspectiva, ha guiado su trabajo: cultura, política y comunicación3. Para Daniel, este campo no es el del análisis de los sustantivos en sí. Es decir, no le interesa definir o problematizar cada concepto, sino que éstos definen tres ámbitos analíticamente fértiles para mirar procesos de construcción de sentido, de poder y formas de circulación y reproducción de estos procesos. Propongo, a continuación, mirar cómo esto ocurre en su vida y obra, a partir de la lectura de las cinco secciones siguientes, cada una de las cuales representa, a mi juicio, hitos dentro de su trayectoria intelectual.

El economista político

La formación de base de Daniel es en economía política: Licenciado en Economía, graduado por la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1974, una época definitivamente convulsionada en el Cono Sur, que se caracterizó por ser política y socialmente compleja, teniendo como signo distintivo el paso de gobiernos democráticos a una seguidilla de dictaduras represivas y brutales. Estos regímenes autoritarios tuvieron como política común «curar la enfermedad del comunismo», «derrotar toda muestra del peronismo» mediante persecuciones, desapariciones, asesinatos y cualquier clase de despropósitos que aún hoy generan secuelas y resquemores, además de impunidad y, por tanto, ausencia de reconciliación y paz. En otro plano, esta situación coincidió con el cambio de orientación de la carrera que estudiaba, de Economía Política a -simplemente- Economía, paso en el cual se perdió la relación casi inmanente entre economía y política, y se convirtió el programa en uno de corte más técnico, más tecnocrático.

Daniel es fruto de ese tiempo revuelto, movido, cuando militaba activamente en una organización de izquierda. Esto significó al menos dos cosas: primero, un interés académico muy claro por lo que sería la interpretación económico-política de la sociedad, y que se rubricó en la publicación de su primer libro (Características y análisis histórico de la inversión extranjera en la Argentina, 1975) y en la realización de un curso de especialización en comercio exterior en su Buenos Aires natal (ambas cosas en 1975). Y lo segundo, el desarrollo de un sólido pensamiento crítico, que lo fue alejando intelectualmente del pensamiento oficial de la izquierda dominante, y que se fue haciendo vida poco a poco en su trayectoria académica.

Definitivamente, 1975 es un año complejo para Daniel, pues si bien visto su currículum vítae parece un año excepcional, en lo personal debe enfrentarse a un exilio para salvar su vida, la de su compañera y la de su hija recién nacida. Fue víctima de amenazas e intimidaciones por la temible Triple A4. En ese contexto, llegó Daniel a Venezuela5. A partir de entonces, se convirtió en uno de los muchos exiliados políticos que han dedicado su vida a una institución venezolana.

Ser especialista en comercio internacional, con sólida formación en economía política, le abrió rápidamente las puertas en Venezuela, país que para la época estaba comenzando a vivir su boom petrolero6. Así logró hacerse con una plaza como asesor en el Departamento de Investigaciones del Banco Central de Venezuela (BCV) desde su llegada en 1975 hasta 1977, para luego pasar a serlo de la Dirección de Planificación Regional de Cordiplan (la para entonces Oficina Central de Planificación del Estado venezolano) durante el periodo 1978-1979. Como se verá, Daniel ya había vivido intensamente. No obstante, su trayectoria académica aún no despegaba, entre otras cosas, porque hasta el momento su inserción en el ámbito universitario era incipiente. Desde 1976 tenía unas horas de clase en la por entonces novedosa Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), tiempo que le valió para ir conociendo el mundo académico venezolano. De cualquier modo, no faltaba mucho para que todo comenzara a cambiar.

Así fue como en 1979, una vez más por su especialización en comercio exterior, logró una plaza en la Universidad Central de Venezuela (UCV), en el posgrado en economía internacional y, posteriormente, también en la escuela de administración y contaduría de la misma casa de estudios. Durante más de un año fue coordinador adjunto de dicho posgrado, pero comenzaba el tiempo de la primera mudanza en la trayectoria intelectual de Daniel.

De este primer periodo de su trayectoria, además de su libro, destacan dos artículos publicados por una de las revistas arbitradas más importantes de la época, en el campo del comercio internacional, la mexicana Comercio Exterior. El primero de éstos se tituló «La deuda externa de Amé rica Latina» (1977) y el segundo, «La mundialización de las relaciones capitalistas de producción y el Estado-nación» (1982).

El contador de cuentos que se va haciendo antropólogo

La década de los años ochenta inició para Daniel con aires de renovación, de cambios. Todo nos indica que comenzó a darse cuenta de que su vida no pasaba por desarrollar un espíritu de economista. Tal vez los cambios bruscos que sufrió lo hicieron ver las cosas de forma distinta. Ser un exiliado, padre que se quedaba soltero un tiempo largo, con pocas redes familiares y de amistad en un país marcadamente diferente a su Argentina natal, no fueron limitaciones para el desarrollo de una de sus pasiones: narrar.

En general, Daniel desarrolló durante sus primeros años en Caracas una intensa vida artística, cuya actividad principal fue la de contar y enseñar a contar historias, lo cual combinó con la práctica de la danza experimental, que luego mezcló con teatro. En estos casos, la referencia de Augusto Boal (Técnicas latinoamericanas de teatro popular, 1975 y Teatro del oprimido, 1980) fue importante, pues se constituyó en su base para que estas actividades no fueran sólo una práctica «artística», sino también política, con perspectiva progresista, según la cual, el teatro era un instrumento para la liberación. A esto le agregaba el desarrollo de un muy refinado y amplio gusto por la música, que fue potenciando en la medida en que mutaba en antropólogo y se paseaba por el rock argentino, el son cubano, la cumbia colombiana, la salsa caribeña, el joropo venezolano, el corrido mexicano o el jazz estadounidense. Es decir, para él, ya entonces, se hacía clara la imbricación entre política y cultura. Tal vez por ello, por ejemplo, rápidamente comprendió lo que significaba el movimiento musical urbano caraqueño, que se expresaba principalmente a través de la salsa. Pero también sus similares en las ruralidades del país, que lo acercaron a lo que pudiéramos llamar la Venezuela adentro, conocimientos que le serían muy valiosos para el desarrollo de sus prácticas intelectuales y sin los cuales difícilmente hubiese podido completar su tesis de doctorado.

En 1983 inició las actividades del Taller Permanente de Creación e Investigación en Narración Oral (Tapicno), instancia que le sirvió como núcleo para facilitar la formación de numerosos narradores, incluyendo estudiantes de la UCV, así como para desplegar todas sus acciones como narrador y «maestro» del arte de narrar. Era su pasión por entonces, que combinaba con la crianza de su hija Sol, y sus roles como profesor y estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales de la UCV. En ese contexto fue prefigurando una nueva orientación a su trayectoria, que comenzó a visualizar a partir de su investigación doctoral.

En ese trabajo, precisamente, Daniel puso en debate algunos problemas epistemológicos y teóricos alrededor de la noción de literatura oral.

Esto lo hizo con un trabajo de campo minucioso, que lo acercó a distintos rincones de Venezuela durante más de cuatro años, tiempo durante el cual logró levantar las observaciones que posteriormente darían vida a una de sus obras más importantes: Narradores en acción: problemas epistemológicos, consideraciones teóricas y observaciones de campo en Venezuela, título de su tesis de doctorado presentada en 1990, de la cual obtuvo mención y la publicación del libro homónimo en 1992.

Con este trabajo, Daniel comenzó a discutir con las por entonces visiones hegemónicas respecto a la oralidad, y puso las prácticas concretas asociadas a la par de la escrituralidad. Es decir, consideró que en lo que hace a los cuenteros, cacheros, cuentacuentos hay también una práctica intelectual que resulta fundamental para comprender las sociedades/comunidades que imaginan y narran. De allí que, desde un punto de vista epistemológico, lo central sea lo que hacen quienes narran y no el relato, lo que se cuenta. Con esto discute también con las nociones fetichizadoras de estas prácticas, que bajo la denominación folclore esconden las disputas por la construcción de sentidos alrededor de los narradores y sus cuentos. Y es en este trabajo el lugar donde comienza a aparecer la noción de interculturalidad, que irá acompañando sus futuros aportes. Antes, justo en 1990a, escribió un artículo en el que comienza a darle cuerpo a dicha noción: «Interculturalidad y transposición de lenguajes en la constitución y difusión de la ‘literatura oral'».

Durante ese periodo que va entre 1980 y 1990, Daniel se hizo antropólogo crítico, con el deseo de ser parte central de los debates contemporáneos en el campo de la relación antes mencionada: política-cultura y cultura-política. De allí que su trabajo de investigación también haya sido de activismo político-académico, en tanto cuestionador de posiciones conservadoras en lo teórico, en lo epistemológico, en lo ético, como por ejemplo, aquéllas que invisibilizan a los «informantes» y no les reconocen su estatus dentro de las investigaciones, o que observan las manifestaciones culturales tradicionales como objetos folclóricos, vaciados de contenido y de efectividad simbólica y política. En fin, Daniel trabajó con un programa intercultural, fuertemente influenciado por lecturas de autores fundamentales para la época, de esos que algunos deciden etiquetar con el adjetivoposestructuralistas; de allí que Foucault, Bachelard, Bourdieu pasaron a ser referencias centrales en su trabajo, por tanto, comenzó a desarrollar una línea de crítica epistemológica aguda, bien fundamentada, que lo llevó, no mucho tiempo después, a asumir posiciones político-académicas profundamente latinoamericanistas que le han traído muchas satisfacciones y, también, bastante polémica, pues marcan discusiones políticas en el campo de los estudios sobre procesos sociales de transformación en América Latina, como podrá verse más adelante.

Durante estos años, además de su tesis de doctorado, comenzó a ser un autor, a hacerse de un piso intelectual y de un reconocimiento por su trabajo académico: presentó más de una decena de ponencias, publicó más de una docena de artículos en revistas arbitradas, un par en libros colectivos y cuatro libros de su propia autoría. En 1990b fue publicado El arte de narrar y la noción de literatura oral: protopanorama intercultural y problemas epistemológicos; en 1992, su ya mencionada tesis de doctorado; en 1993a, Cuenteros, cuentahistorias y cacheros del oriente venezolano: Notas etnográficas y discusiones teóricas sobre el arte de narrar; en 1994a, Cómo contar cuentos: el arte de narrar y sus aplicaciones educativas y sociales.

Así como estos libros, una parte significativa de los artículos enumerados fueron publicados durante el primer lustro de la década de los noventa. No obstante, forman parte de la mudanza que comenzó a operar durante la década anterior, y que fue adquiriendo forma, cual viento de cola, hacia finales de ésta y principios de la siguiente.

El antropólogo gregario que se va globalizando

La década de los noventa fue para Daniel un periodo intelectualmente intenso y dinámico. Se convirtió en Doctor en Ciencias Sociales (1990), ganó el Concurso de Oposición que lo convirtió definitivamente en profesor ordinario, categoría agregado, de la Universidad Central de Venezuela7, tras once años de haber trabajado como contratado (1991). En ese mismo año, ganó una beca para realizar una estancia de investigación pos doctoral en el Departamento de Antropología de la Universidad de California-Berkeley, Estados Unidos.

Uno podría imaginarse que haber logrado el más alto título académico, gozar de estabilidad laboral, tener una nueva familia y contar con un piso intelectual propio, le generó a Daniel un ímpetu especial, manifiesto claramente en su trayectoria durante esa década. En ese tiempo contrajo nupcias y, con ello, además de su nueva compañera, Pía, su familia se amplió, pues ella también era madre de una hija, Carla, quien se convirtió en la hermanita de Sol.

En el plano académico comenzó a dar muestras de que tenía mucho por decir, así que es necesario contar que dictó múltiples ponencias y conferencias en diferentes países de América (treinta y seis, para ser más precisos), publicó varios artículos en revistas arbitradas (quince, más ser el coeditor de un número de la revista Identities: Global Studies in Culture and Power), escribió otros tantos capítulos de libros colectivos (nueve, más la coordinación de tres libros colectivos), coordinó eventos nacionales e internacionales (destaca la organización de la comisión de trabajo «Sociedad y Cultura» durante el XIX Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología -ALAS-, realizado en Caracas en 1993) y conformó grupos de trabajo en asociaciones internacionales (grupo de trabajo sobre «Cultura y Transformaciones Sociales en Tiempos de Globalización», luego llamado «Cultura y Poder», del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales -Clacso-, y de la sección sobre Cultura, Política y Poder de la Latin American Studies Association – LASA-).

Lo anterior sólo ilustra una parte de lo desarrollado por Daniel durante esa década. Falta, a mi juicio, lo más importante, lo que será su producto más distinguido y al que le puso todo su empeño durante dieciocho años: el Programa de Estudios sobre Globalización, Cultura y Transformaciones Sociales en el Centro de Investigaciones Posdoctorales (Cipost) de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, su apuesta más fuerte que pretendía hacer escuela, ser la forma de conformar una tradición intelectual.

Esto bien vale una digresión. Soy parte de esa tradición, tal vez el último formado en el Programa por Daniel. Fui su asistente de investigación e investigador joven asociado. Él fue tutor de mi trabajo final de grado para obtener el título de Sociólogo. Por tanto, me consta que Daniel hizo muchísimos esfuerzos por hacer del Programa un espacio de formación permanente, de allí su reiterado interés por incorporar estudiantes de pregrado a las actividades que desarrollaba principalmente con tesistas de doctorado y doctores en formación posdoctoral. Así llegué. Así llegamos varios8.

A principios de la década de los noventa, en conjunto con otros importantes intelectuales venezolanos, entre quienes destaca Rigoberto Lanz, Daniel formó parte de la fundación de un espacio de discusión y debate académico que pretendía convertirse en un centro de estudios avanzados, cuya organización estuvo fundamentada en programas de estudio -un poco en el sentido de Lakatos- en el que se articularan seminarios de posgrado, investigaciones, producción editorial, coordinación de eventos y talleres. El Cipost estaba llamado a ser un espacio de mucha efervescencia intelectual. Es así como, formalmente, en 1990 inició lo que comúnmente en la UCV se conoció como el Programa Globalización, que luego cambió su nombre al de Programa Cultura, Comunicación y Transformaciones Sociales, esto ya en el siglo XXI.

El nombre inicial del Programa era toda una declaración de principios, pues ofrecía dos ejes transversales para el estudio de las transformaciones sociales contemporáneas, especialmente las que ocurrían en América Latina. Así, la idea de globalización es una excusa para definir un tiempo histórico, según el cual, los procesos que se gestan, que son parte de las agendas de los actores sociales, son vistos y analizados políticamente desde una consciencia de globalización. Estos procesos, además, deben ser entendidos desde una óptica que se interese por las formas en las cuales se expresa el poder y las lógicas o -como lo llamaría más recientemente- interculturalidades que dan cuenta de una política de construcción de identidades y diferencias. Adicionalmente, para Daniel, esos procesos son transnacionales: forman parte de complejos transnacionales de producción de sentido. Es por ello que la idea de cultura no es un sustantivo, sino la excusa para adjetivar procesos en los que se desee hacer énfasis en la producción de sentidos, en lo simbólico-social. Como podrá advertirse, Daniel trabaja con la idea de procesos, lo cual implica un posicionamiento epistemológico, según el cual, la realidad es cambiante y el investigador, en la medida en que pretende ofrecer luces sobre ésta, la va modificando, va interviniendo. En ese sentido, en su trabajo las preguntas para qué (los propósitos), con quiénes (los sujetos que colaboran y son actores principales de nuestras investigaciones) y con qué (el aparato teórico-conceptual y metodológico) son fundamentales. Y aunque ya no le guste mucho su libro de 1995, Crítica de la modernidad, globalización y construcción de identidades, estas preocupaciones están esbozadas allí, además de presentar en ese trabajo lo que constituyó su plan de acción de los siguientes años.

Crítica ha sido hasta ahora su último libro de producción individual, aunque entiendo que tiene al menos dos en camino. No obstante, en Daniel los «estudios introductorios», las «introducciones» o sus capítulos en cada uno de los libros colectivos que ha coordinado han sido una fuente importante de información sobre sus posicionamientos teóricos, epistemológicos, éticos y políticos. Para la década de los noventa, tres de estos estudios fueron centrales para comprender la magnitud de su plan de trabajo intelectual, el cual incluía el trabajo con narradores, con organizaciones indígenas, con grupos subalternos. Estos son: a) «Construcción de identidades pannacionales y transnacionales en tiempos de globalización» (1993b), b) «Teoría y política de la construcción de identidades y diferencias. Estudio introductorio» (1994b), c) «Procesos culturales y transformaciones sociopolíticas en América Latina en tiempos de globalización. Estudio introductorio» (1996).

Otro elemento que comenzó a nutrir su trabajo fue el de sus viajes. Cada vez fue intensificando su ritmo de visitas a otros países, en los que Estados Unidos tiene un rol fundamental. Desde su primera estancia de investigación posdoctoral en 1991, en Berkeley, Daniel hace de la academia estadounidense un ámbito permanente de debates e intercambios. Entre 1993 y 1996 convierte la Universidad de Texas (Austin) en su «centro de operaciones», con residencias de investigación en los veranos de 1994 y 1995 en la Smithsonian Institution. Posteriormente, va a dictar seminarios, conferencias, a realizar investigación documental, a atender compromisos diversos en muchas universidades estadounidenses, algunas de renombre internacional o de importancia por sus aportes específicos en el campo de la antropología y/o las ciencias sociales.

En esas «idas y venidas», Daniel fue construyendo y consolidando relaciones de intercambio y colaboración que no sólo le fueron dando más prestigio y renombre, sino que le permitieron abrir espacios para continuar con su trabajo crítico, en lo teórico, en lo epistemológico. Hay tres artículos en inglés que permiten visualizar su programa de acción en la academia estadounidense y con ésta, y que contienen los cuestionamientos más importantes en torno a las ideas de culturaprácticas intelectualesconstrucción de identidades y diferenciascolaboración intelectual, entre otras, lo cual forma parte de sus prácticas de activismo político-intelectual. Los artículos mencionados a continuación fueron publicados en revistas arbitradas importantes, pertenecientes al circuito de los llamados cultural studies: a) «On Global-Local Connections, and the Transnational Making of Identities and Associated Agendas in Latin America» (1997), b) «Culture, Development, and Indigenous Peoples in the Age of Globalization: The 1994 Smithsonian’s Folklife Festival and the Transnational Making of Representations» (1998), c) «Not ‘To Study the Subaltern’, but to Study With the Subaltern, or at least To Study the Hegemonic Articulations of Power» (2000).

Con América Latina, sus intelectuales y debates, Daniel también comenzó a construir y consolidar relaciones importantes de intercambios y colaboración. Una muestra de ello se puede apreciar a través del poder de su convocatoria para la constitución del grupo de trabajo sobre Cultura y Transformaciones Sociales en tiempos de Globalización del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), cuyos frutos comenzaron a ser vistos durante los primeros años del siglo XXI. En estas reuniones -y sus posteriores publicaciones- es posible encontrar a intelectuales de la talla de Néstor García Canclini, George Yúdice, Michel Wieviorka, Alejandro Grimson, Gustavo Lins Ribeiro, Nelly Richard, Elizabeth Jelin, Martín Hopenhaym, Virginia Vargas, Arturo Escobar, Evelina Dagnino, Jun Ishibashi, Partha Chaterjee, entre muchos otros.

Redoblando las apuestas por el Programa

La entrada del nuevo siglo fue importante para Daniel, pues obtuvo fondos por parte de la Rockefeller Foundation para desarrollar una agenda de investigación mediante el desarrollo de un subprograma de becas para investigadores residentes en su Programa Globalización. Aún no se había cerrado el capítulo del grupo de trabajo de Clacso cuando este nuevo reto apareció. De este modo, el Programa tuvo una intensa vida intelectual, que incluyó seis reuniones de trabajo internacionales en Caracas entre 1999 y 2004, de cada una de las cuales se obtuvo una publicación9.

Este nivel de actividad en Caracas no fue impedimento para que Daniel continuara su agenda internacional. Para entonces, según lo que él mismo contaba, estaba plenamente consciente de qué significaba circular en la academia estadounidense: era la posibilidad de incidir en los circuitos sociocomunicacionales académicos que influían en otros tantos circuitos, muchos latinoamericanos, y, para entonces, una batalla de ideas era su principal leit motiv: los cultural studies y su variante vernácula llamada estudios culturales latinoamericanos. Un texto es clave para la discusión, el que publicó en el libro producto de la tercera reunión del grupo de trabajo de Clacso, que a partir de ese momento pasó a llamarse Cultura y Poder: «Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder» (2002). En inglés, también esa discusión la enfrentó y está expresada en su texto «Latin American Intellectual Practices in Culture and Power: Experiences and Debates» (2003).

En el texto introductorio de Estudios, Daniel utilizó la noción de prácticas intelectuales para cuestionar ciertas construcciones de sentido común que las asociaban sólo con el trabajo académico institucionalizado, dejando de lado otras prácticas, la mayoría de las veces fuera del campo universitario, con igual fuerza epistémica. Adicionalmente, enfatizó en la conceptualización de un campo teórico-analítico que sirve para comprender los procesos de transformación social al cual denominó cultura y poder. Por último, ofreció su crítica a los así llamados estudios culturales latinoamericanos, pues consideraba que son producto de un uso descontextualizado de la idea de cultural studies, por un lado, pero que, por otra parte, se constituyen en un campo que desconoce -porque las invisibiliza- precisamente a ese conjunto de otras prácticas que suelen cuestionar los estudios disciplinares académicos, además de tener una potencia crítica que vale la pena revalorar.

En estas discusiones, como en todas las otras, pero con la diferencia de que ahora lo hacía más explícitamente, Daniel profundizó sobre la noción de interculturalidad, pues en el fondo es una noción ontológica que contiene compromisos epistemológicos que él asumió con cada vez más claridad y compromiso político. Esto tiene una forma de expresarse en sus prácticas en el Programa: la incorporación de activistas de movimientos y organizaciones sociales de base en sus actividades. Así, gente como Jesús «Chucho» García, María Martha Mijares, Marcia Ochoa, Pablo Ortiz, Virginia Vargas, Soraya El Achkar, Libia Grueso, entre muchos otros, están presentes en los eventos y en las publicaciones que organizó por entonces.

No obstante, el Programa tenía una debilidad: no se había terminado de enraizar puertas adentro de la UCV, ni siquiera de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Cosa que sí había logrado tanto en el seno del Cipost, como parcialmente con un grupo de profesores de la Universidad del Zulia, entre quienes destacan: Gildardo Martínez, Emilia Bermúdez, Emmanuel Borgucci, Thais Gutiérrez y Carlos Luis Villalobos, relación que se construyó cuando Daniel participó como profesor en el Doctorado en Ciencias Sociales de esa Universidad. Daniel siempre estuvo consciente de las debilidades de este proyecto, algunas de las cuales asumía como su responsabilidad individual, y en varias ocasiones trabajó para romper con esta situación, sin que ello tuviera mayores frutos. Durante los años noventa, las relaciones de entrecruzamiento no pasaron de organizar un evento o de incorporar colegas en algún seminario de doctorado. En esta década, contando con la oportunidad que brindaban los fondos de la Rockefeller Foundation, y en coordinación con las autoridades de la Faces, amplió la posibilidad de incorporar profesores de esta facultad al Programa, mediante una semibeca, con el compromiso de que participaran en las actividades por un semestre10. Asimismo, abrió un programa de pasantías de investigación para estudiantes de semestres avanzados de la Facultad, para que también se incorporaran plenamente a las actividades del Programa. Así conozco a Daniel. Siendo honestos, esta estrategia rindió pocos frutos11, lo cual aumentó cada vez más el desánimo y la decepción de Daniel con ciertos sectores de la UCV.

En especial porque la UCV de entonces -aunque valga decir que aún no ha cambiado mucho- representaba lo arcaico en términos de procedimientos y facilidades para que Daniel, u otros como él, pudieran trabajar a la velocidad a la que estaban acostumbrados, sin contar con que debían convivir con prácticas no muy académicas que solían privilegiar las relaciones de amiguismo sobre la calidad y/o pertinencia de los trabajos de investigadores como él. Es decir, la combinación de situaciones institucionales poco claras y dependientes de decisiones no muy académicas, la poca disposición que tenían algunos de los invitados locales al Programa de asumir responsabilidades cotidianas y de envergadura en éste, la velocidad y exigencia de trabajo de Daniel que solía ser incompatible con la de otras personas, y también la sensación que él tenía de no sentirse reconocido en el campo académico-intelectual nacional, fueron cuestiones que tuvieron cierto peso en la decisión de Daniel de irse de Venezuela. Hubo otras, más asociadas con la oportunidad de ampliar sus posibilidades de seguir haciendo de su trabajo un ámbito de formación, así como las familiares antes mencionadas.

Tal vez por ello, fue intensificando su trabajo internacional, así como el desarrollo de su agenda de trabajo individual. Al parecer, la apuesta fue muy alta y las ganancias pocas con el Programa. Lo sentía con más fuerza porque al principio de la década, en 2002, optó por jubilarse de la UCV y mantenerse en lo que en Venezuela, especialmente en esta Universidad, se suele llamar jubilado activo, es decir, que trabaja ad hónorem, con menos ataduras, pero con mucho compromiso, razón por la cual, ver que el potencial y el capital del Programa no eran suficientemente utilizados le resultaba francamente insoportable.

Sin embargo, para esta década, Daniel duplicó, en promedio, su producción intelectual, incorporando otras preocupaciones y otros temas al debate. De allí que comenzó a estudiar, por ejemplo, los think tanks, para lo cual parecía que daba con un «nuevo comienzo», en el sentido de que después de varios años volvía a iniciarse con una problemática. Se sumergió en lecturas y búsquedas, al punto que incluso viajó a Estados Unidos a documentarse directamente sobre esos think tanks que se convirtieron en «objetos» de su análisis. De alguna manera, fue un reencuentro con su formación de base, la economía política. Entiendo que aún está preparando un libro sobre este tema12. Igualmente, de modo sistemático comienza a trabajar con los temas de la diversidad e interculturalidad en la educación superior (Mato, 2008 y 2009b) y la comunicación intercultural. Aquí se nota la influencia de intelectuales indígenas ecuatorianos, especialmente Luis Macas, Mario Bustos y Luis Maldonado, o de la intelectualidad negra-afrolatinoamericana, siendo la relación de amistad y trabajo con Jesús «Chucho» García fundamental, pero también con autores como Pierre Bourdieu, Paulo Freire y Orlando Fals Borda.

Asimismo, asume algunos debates y disputas con cierto teoricismo latinoamericano, que no trabaja con referentes empíricos o bien con prácticas y actores concretos: algunas vertientes de la teoría política latinoamericana son ejemplos de ello, pues pretenden explicar los fenómenos de índole política desde teorías foráneas, sin ni siquiera contextualizarlas, o cierta sociología y antropología que trabaja con teorías extranjeras de moda y sin ponerlas «a prueba», y que evoca como las explicaciones más profundas de lo que en América Latina ocurre. Tal vez, los mejores ejemplos sean sus textos de crítica a la idea de desterritorialización y el de crítica a la noción de industrias culturales (Mato, 2007b y 2007c).

En fin, la agenda de discusiones y debates ha continuado abierta para él, pero así como en la década pasada privilegió algunos espacios para la discusión, como LASA o Clacso, después de 2005 se concentró cada vez más en otros, como por ejemplo, la acción que ha sido capaz de desempeñar como asesor académico del Iesalc-Unesco13.

El porteño que vuelve a su terruño

Daniel vivió treinta y cinco años en Caracas. Es más, le molestaba sobremanera cuando era tratado como argentino en esta ciudad. Sin embargo, sus últimos años en la capital venezolana no fueron muy felices en términos de su relación con el Programa y la UCV. Entre otras cosas, en 2007 me fui apartando del Programa, por diversas razones, unas de carácter personal -deseaba probar «estar solo», gracias a que los años de colaboración y trabajo con Daniel me habían formado y animado a avanzar-, otras relacionadas con cambios en las formas de trabajo en el Cipost y la UCV (un nuevo director y una nueva decana de Faces habían asumido en sus funciones), y otras relacionadas con que las perspectivas de contar con recursos y aliados para continuar con lo que hacíamos se venían reduciendo. Así fue hasta que en 2008 decidí apartarme definitivamente. Por otra parte, él estaba cada vez menos optimista de que la polarización política se resolviera de buena manera.

La apuesta de Daniel se centraría ahora en otras trincheras, que además le significaban en lo familiar y cotidiano mayores satisfacciones. Sin contar con que en Buenos Aires existe un «público» más deseoso de hacer escuela junto con él, que el que podía reunir en ese momento en Venezuela. Así, concretó su partida, su retorno, en enero de 2010.

En concreto, su análisis contaba con una variable de peso: el Programa tenía pocas perspectivas de ser nuevamente ese espacio vertiginoso y rico en debates, lo cual se sumaba a su particular decepción con la UCV, y su preocupación por los posibles desenlaces violentos de la polarizada dinámica chavismo-antichavismo en Venezuela, país en el cual, pese a que llevaba treinta y cinco años y se sentía parte de éste, con frecuencia era tratado como extranjero. En ese contexto decidió volver a Buenos Aires, donde está ahora escribiendo mucho y desarrollando sus proyectos intelectuales personales que abandonó en la década pasada, al privilegiar la construcción de referentes colectivos. Allá ha sido aceptado como investigador principal en el Conicet, e invitado a incorporarse a la Universidad Nacional Tres de Febrero, dos importantes expresiones de reconocimiento académico y posibilidades de formación de jóvenes investigadores que él sentía que en los últimos años le faltaban en Venezuela. Está de nuevo con su familia: hermanos, sobrinas, sobrinos y, aún más importante, con su Sol y su Carla. De vez en cuando pasa por Caracas, donde se le recuerda aún con cariño y donde acaba de recibir la gran alegría de ver publicado el libro resultante del que fue su último proyecto de investigación en la UCV, en el cual tuve el placer de participar; me refiero al libro Interculturalidad y comunicación intercultural (2011).

Para muchos investigadores jóvenes latinoamericanos -como también estadounidenses-, la trayectoria intelectual de Daniel Mato ha sido una referencia importante, desde lo teórico, lo epistemológico y lo ético-político. En ese sentido, creo que ha sido un intelectual orgánico, uno capaz de mantener una coherencia entre lo que piensa y lo que hace, que está consciente de su rol como intelectual y que, además, mantiene un espíritu crítico. Así que, ¡gracias, Daniel!


Notas

1 En adelante, al mencionar a Daniel Mato lo haré sólo por su primer nombre. Esto porque para quienes hemos compartido con él, mencionarlo por su apellido, o con fórmulas como «profesor», «doctor» o «señor» es imposible, pues creemos en las relaciones entre iguales.

2 Advierto que muchas de las situaciones consignadas aquí, provienen de un ejercicio de memoria que intenta dar cuenta de mi profunda amistad con Daniel, lo cual me permitió conocer aspectos de su vida, algunos de los cuales no aparecen mencionados en este texto. Pido disculpas por las omisiones y errores de los cuales asumo la completa responsabilidad.

3 Para una comprensión pormenorizada de este campo, véase: Mato (2007).

4 Alianza Anticomunista Argentina, mejor conocida como la Triple A. Fue un grupo parapolicial y paramilitar que, antes del golpe militar de marzo de 1976, se dedicó a reprimir y matar a personas pertenecientes a grupos de izquierda, peronistas y no peronistas.

5 Sería interesante realizar una investigación sobre la llegada de exiliados del Cono Sur a Venezuela, a pesar de que este país no fue el de mayor acogida, México está muy por delante. No obstante, el rol de la inmigración política de esos años en Venezuela tiene destacados muy relevantes sobre los cuales sería muy importante ofrecer más detalles.

6 Venezuela, durante la década de los setenta del siglo pasado, tuvo su boom petrolero, según el cual, los ingresos a las arcas fiscales por concepto de exportación de crudo se multiplicaron. Nos decían la Venezuela Saudita. Esto hizo que, en términos relativos, la movilidad social fuera claramente ascendente, con buenos sueldos y salarios. Las universidades vivían un gran momento, pues había suficientes recursos para investigaciones, y el profesorado estaba bien pagado.

7 Con sus enormes diferencias temporales y académico-culturales, en Venezuela, en las denominadasuniversidades autónomas, se mantiene el sistema cuasimedieval de ingreso del personal docente y de investigación, según el cual, el aspirante debe demostrar sus conocimientos sobre el área objeto del concurso ante un jurado de tres profesores, todos de categorías y credenciales académicas superiores -al menos nominalmente-, mediante la participación en al menos dos tipos de prueba, una escrita y otra oral, que giran alrededor de un temario previamente preparado, pero cuyos temas por desarrollar son seleccionados momentos antes del inicio de cada prueba. Esto marca una tradición intelectual a la que todos somos sometidos, algunos más pronto, otros más tarde. Daniel fue uno de esos que más tardó en cumplir el ritual y no precisamente porque así lo quisiera, sino a causa de otra de las perversiones de la academia venezolana: ser displicente con muchos de nosotros y convocar el concurso cuando creen que es «conveniente». En todo caso, pasó por el ritual y lo hizo extremadamente bien. Esta acotación es importante en la medida en que muestra elementos que le hacían pensar con mucha frecuencia a Daniel que todo era «cuesta arriba» en la UCV, y forman parte de su relación siempre compleja con esta institución.

8 Aprovecho para agradecerle a Enrique Rey Torres su apoyo para completar algunas informaciones contenidas aquí, y quien también formó parte de la que pudiera ser llamada «la última camada» del Programa. Hecho que celebramos con un libro a tres manos, Interculturalidad y comunicación intercultural. Propuesta teórica y estudio de experiencias de participación social en la gestión de servicios públicos en una comunidad popular de la ciudad de Caracas (2011).

9 Véase el sitio electrónico del Programa Cultura, Comunicación y Transformaciones Sociales, disponible en: <http://www.globalcult.org.ve>, especialmente la sección «Acerca del programa». A pesar de su «inactividad», este sitio sigue siendo una fuente importante de recursos en el campo de cultura, política y comunicación. Allí, además, están disponibles para su descarga gratuita todos los libros coordinados por Daniel durante esta década, asociados con el trabajo del Programa.

10 De la Escuela de Antropología participó la profesora Yara Altez. Después participaron los profesores Andrés Cañizález, de la Escuela de Comunicación social, y Miguel Ángel Contreras, de la Escuela de Sociología.

11 Daniel reconocía que sólo con la Escuela de Sociología pudo tener relaciones más o menos estables de trabajo y colaboración. Antes de mi participación, un par de estudiantes de la Escuela habían frecuentado los espacios del Programa: Jorge Jaimes y Grisell Martínez. Después, cuatro más: Enrique Rey Torres, Nereida Figueroa, Edith Pineda, Jessica Gerdel. También la profesora Ybelice Briceño. Hago mención especial a Gloria Monasterios, de la Escuela de Artes de la UCV, quien fue su asistente en el Programa en una época de mayor efervescencia intelectual que la vivida por mí.

12 Entre tanto, véase: Mato (2005).

13 Para conocer la labor que realiza actualmente en el Iesalc de la Unesco, véase:<http://iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_content&vie w=article&id=22&Itemid=405&lang=es>.


Referencias bibliográficas

  1. MATO, Daniel, 1975, Características y análisis histórico de la inversión extranjera en la Argentina 1930-1973, Buenos Aires, El Coloquio.
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  3. ________, 1982, «La mundialización de las relaciones capitalistas de producción y el Estado-Nación», en: Comercio Exterior, Año 32, No. 3, México, Bancomex.
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  5. ________, 1990b, El arte de narrar y la noción de literatura oral: proto-panorama intercultural y problemas epistemológicos, Caracas, Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la UCV.
  6. ________, 1992, Narradores en acción: problemas epistemológicos, consideraciones teóricas, y observaciones de campo en Venezuela, Caracas, Academia Nacional de la Historia.
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  9. ________, 1994a, Cómo contar cuentos: el arte de narrar y sus aplicaciones educativas y sociales, Caracas, Monte Ávila.
  10. ________, 1994b, «Teoría y política de la construcción de identidades y diferencias. Estudio introductorio», en: Daniel Mato (coord.), Teoría y política de la construcción de identidades y diferencias: América Latina y el Caribe, Caracas, Unesco/Nueva Sociedad, pp. 13-28.
  11. ________, 1995, Crítica de la modernidad, globalización y construcción de identidades, Caracas, Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la UCV.
  12. ________, 1996, «Procesos culturales y transformaciones sociopolíticas en América Latina en tiempos de globalización. Estudio introductorio», en: Daniel Mato, Maritza Montero y Emanuele Amodio (eds.), América Latina en tiempos de globalización: procesos culturales y cambios socio-políticos, Caracas, Unesco/Asociación Latinoamericana de Sociología/UCV, pp. 11-47.
  13. ________, 1997, «On Global-Local Connections, and the Transnational Making of Identities and Associated Agendas in Latin America», en: Identities: Global Studies in Culture and Power, Vol. 4, No. 2, pp. 167-212.
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  15. ________, 2000, «Not ‘To Study the Subaltern’, but to Study With the Subaltern, or at least To Study the Hegemonic Articulations of Power», en: Nepantla: Views from the South, Vol. 1, No. 3, pp. 479-502.
  16. ________, 2002, «Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder», en: Daniel Mato (coord.), Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder, Caracas, Clacso/ Faces/UCV, pp. 21-45.
  17. ________, 2003, «Latin American Intellectual Practices in Culture and Power: Experiences and Debates», en: Cultural Studies, Vol. 17, No. 6, Routledge, pp. 783-804.
  18. ________, 2005, «Instituciones privadas, empresarios, dirigentes sociales, economistas, periodistas y otros profesionales en la producción y difusión mundial de ideas (neo)liberales», en: Estudos de Sociologia, Nos. 18-19, Araraquara (Brasil), Unesp-Faculdade de Ciências e Letras, pp. 89-115.
  19. ________, 2007a, «Relaciones transnacionales, cultura, comunicación y cambio social», en: Daniel Mato y Alejandro Maldonado Fermín (comps.), Cultura y transformaciones sociales. Perspectivas latinoamericanas, Buenos Aires, Clacso, pp. 13-84.
  20. ________, 2007b, «Importancia de los referentes territoriales en procesos transnacionales. Una crítica de la idea de ‘desterritorialización’ basada en estudios de casos», en: Estudos de Sociologia, Vol. 12, No. 23, Araraquara (Brasil), Unesp-Faculdade de Ciências e Letras, pp. 35-63.
  21. ________, 2007c, «Todas las industrias son culturales: crítica a la idea de ‘industrias culturales’ y nuevas posibilidades de investigación», en: Comunicación y Sociedad, nueva época, No. 8, México, Universidad de Guadalajara-Departamento de Estudios de la Comunicación Social, pp. 131-153.
  22. ________, (coord.), 2008, Diversidad cultural e interculturalidad en Educación Superior. Experiencias en América Latina, Caracas, Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior.
  23. ________, (coord.), 2009a, Instituciones interculturales de educación superior en América Latina. Procesos de construcción, logros, innovaciones y desafíos, Caracas, Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior.
  24. ________, (coord.), 2009b, Educación superior, colaboración intercultural y desarrollo sostenible/buen vivir. Experiencias en América Latina, Caracas, Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior.
  25. MATO, Daniel, Enrique Rey y Alejandro Maldonado, 2011, Interculturalidad y comunicación intercultural. Propuesta teórica y estudio de experiencias de participación social en la gestión de servicios públicos en una comunidad popular de la ciudad de Caracas, Caracas, Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la UCV.

 

Fuente de la reseña: http://nomadas.ucentral.edu.co/index.php/inicio/15-constituciones-politicas-diversidad-y-diferencia-cultural-nomadas-34/163-daniel-mato-una-vida-de-interculturalidad

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Argentina: Rosario Vera Peñaloza, fundadora de la educación preescolar

América del Sur/Argentina/05/06/2018/ Autor: Luis Borelli/  Fuente: www.eltribuno.com.

El pasado 28 de mayo se celebró en todo el país el Día Nacional de los Jardines de Infantes y también, el Día de la Maestra Jardinera.

La fecha fue instituida por el Ministerio de Educación de la Nación a solicitud del Sexto Encuentro Nacional de Maestras Jardineras realizado en Santa Fe, en septiembre de 1971. La petición fue para homenajear a la educadora riojana Rosario Vera Peñaloza, fallecida el 28 de mayo de 1950. Años después, esa resolución ministerial fue reforzada por la Ley 27.059, promulgada el 3 de diciembre de 2014.

Sus orígenes

Según la biografía oficial, doña Rosario Vera Peñaloza nació en Atiles, a 9 km del pueblo de Malanzán, en la Costa Alta de los Llanos de La Rioja. Es lo que antiguamente se conocía como departamento Rivadavia pero que desde 1948 se llama departamento General Juan Facundo Quiroga. El pequeño poblado se encuentra a unos 180 kilómetros al sur de la ciudad de La Rioja, capital de la provincia.

Rosario nació el 25 de diciembre de 1873 y era hija de don Eloy Vera y de doña Mercedes Peñaloza, miembros ambos de familias de hacendados de la localidad y descendientes de los primeros pobladores hispanos de los Llanos riojanos. Por su madre, Rosario era además, descendiente del general Angel Vicente “Chacho” Peñaloza.

Fue la menor de cuatro hermanas que perdieron su padre cuando ella tenía 10 años de edad y poco tiempo después a la madre.

Los estudios

Como en La Rioja habían desaparecido las escuelas luego de la derrota del proyecto federal en las guerras civiles argentinas, Rosario debió asistir a una escuela primaria privada de la ciudad de San Juan, donde vivió en la casa de un pariente que residía allí.

En 1884 regresó a La Rioja donde convivió con su tía materna, doña Jesús Peñaloza de Ocampo.

En 1887 ingresó en la Escuela Normal de La Rioja, fundada ese mismo año por las docentes norteamericanas Annette Haven y Bernice Avery, y llegadas a nuestro país por gestión de Domingo F. Sarmiento. Allí cursó la carrera del magisterio y se recibió de maestra normal. Ya graduada, se trasladó a la ciudad de Paraná (Entre Ríos), donde estudió profesorado y fue discípula de Sara Chamberlain de Eccleston, otra de las docentes norteamericanas arribadas a la Argentina por gestiones de Sarmiento.

En 1894, se graduó en Paraná de profesora superior de enseñanza, cuando solo tenía 20 años de edad.

Carrera docente

En Entre Ríos comenzó a ejercer la docencia acompañada por su sobrina Veneranda. En aquella provincia pronto comenzó a destacarse en la carrera docente, tanto por su talento como por su carácter enérgico, aunque siempre supo conservar su pausada reflexión provinciana.

En 1900 fundó el jardín de infantes anexo a la Escuela Normal de La Rioja, el primero de una larga serie de jardines que más tarde creó en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Paraná.

En 1906 fue designada vicedirectora de la Escuela Normal de La Rioja, y al año siguiente se mudó a la ciudad de Córdoba donde por un lustro ocupó la vicedirección de la Escuela Provincial “Juan Bautista Alberdi”.

Entre 1912 y 1917 fue directora de la Escuela Normal Nº 1 de la ciudad de Buenos Aires y más tarde, inspectora de las escuelas municipales. Como profesora ocupó las cátedras de Pedagogía y Matemática en la Escuela Normal del Divino Maestro, incorporada al profesorado de Lenguas Vivas, en Buenos Aires.

Las bibliotecas, otras de sus pasiones

Pero su vocación docente llevó a Rosario Vera Peñaloza, a recorrer casi toda la Argentina impulsando la enseñanza, dictando cursos y conferencias y transmitiendo las nuevas técnicas en la creación de las bibliotecas.

Participó activamente del Primer Congreso Patriótico de Señoras en América del Sud, realizado en mayo de 1910 en la ciudad de Buenos Aires, con motivo del primer centenario de la Revolución de Mayo.

En 1931 creó el Museo Argentino en el Instituto “Félix F. Bernasconi”, basado en la teoría pedagógica de Joaquín V. González, que tomaba a la Geografía como base de toda enseñanza, teoría que si bien fue resistida por mucho de sus pares, fue el motor que impulsó la creación del museo, al cual le dedicó 17 años de su vida en forma totalmente desinteresada y altruista.

En la ciudad de Córdoba, y conjuntamente con su pariente y amigo, el presbítero Juan Carlos Vera Vallejo y un grupo de notables, encabezó el grupo de señoritas que colaboraron activamente en la repatriación de los restos de Chile, de su coterráneo, el presbítero Pedro Ignacio Castro Barros (1777-1849), hombre de la Revolución de Mayo, integrante de la Asamblea del Año XIII y miembro del Congreso de Tucumán.

Final de una fructífera vida

Los últimos años de la educacionista Rosario Vera Peñaloza transcurrieron en Buenos Aires. Ya enferma y a los 77 años de edad, fue especialmente invitada a participar en La Rioja, de un homenaje que se le haría en febrero de 1950. Pese a su dolencia, aceptó gustosa la invitación y se trasladó por vía férrea a La Rioja y luego a Chamical, pues allí se inauguraba el jardín de infantes al que se le había impuesto su nombre. En aquella fiesta, doña Rosario disfrutó tanto del cariño de la gente que hasta llegó a bailar una zamba; se la veía muy entusiasmada y feliz pues cuenta que aquella jornada se divirtió mucho. Pero a pesar de su fortaleza física y anímica, el dolor físico de una enfermedad incurable y terminal la doblegó en su tierra natal. Al hacerse ostensible su mal, desde Chamical se la trasladó a la quinta del Dr. Jorge Vera Vallejo. Allí permaneció hasta que por agravamiento de salud, el padre del Dr. Vera Vallejo salió en busca de médicos para que Rosario fuese atendida más adecuadamente. Uno de los doctores que la asistió fue César Vera Barros quien dispuso su traslado en carruaje a la ciudad de La Rioja. Allí fue internada en el Sanatorio Modelo, donde muy pronto la paciente comenzó a sufrir hemorragias, pues el cáncer hacía estragos. Al tornarse irrecuperable su estado de salud, se la trasladó del sanatorio a la casa de Estelita Peñaloza (excasa del Dr. Joaquín V. González), domicilio donde Rosario Vera Peñaloza pasó las últimas horas de vida, rodeada por su familia.

Fuente de la reseña: https://www.eltribuno.com/salta/nota/2018-6-2-23-50-0-rosario-vera-penaloza-fundadora-de-la-educacion-preescolar

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Perfeccionan la Educación Especial en Holguín

Por: Betsy Segura (Radio Holguín)

“Soy madre de dos niños con necesidades educativas especiales, uno de ellos con autismo y el mayor, que es el que estudia aquí es Síndrome de Down. Tanto yo, como el padre y el resto de la familia somos testigo de la manera en que se trabaja en estas escuelas donde además de atender a niños especiales, lo más grande es el amor con que hacen su labor.”
Así respondió Yolanda Hernández Portelles cuando la conocí en unos de los pasillos de la escuela especial Le Thi Rieng, del Consejo Popular Pedro Díaz Coello del municipio Holguín, centro que en esta enseñanza acoge la aplicación del tercer perfeccionamiento de la educación cubana en la provincia.
Yolanda es uno de los padres de los 148 educandos, que atiende esta institución en la que se aplica el experimento en tres grupos del primer y sexto grados en los que, según informó Madelín Rodríguez Batista, metodóloga provincial de la enseñanza especial que atiende la discapacidad intelectual, ya se evidencian avances.
“Programas, orientaciones y libros de textos reciben las modificaciones que se aplican en esta enseñanza educativa y se materializan dimensiones de importancia para el experimento como es el proyecto de grupo e institucional y las adecuaciones a los contenidos de la educación primaria” apuntó la metodóloga.
Agregó que se temporalizaron los objetivos en correspondencia con el diagnóstico y el nivel de funcionalidad de los educandos de esta escuela holguinera, a quienes se evaluan sistemáticamente.”
Si bien desde el mes de septiembre, cuando inició el curso escolar, se comenzaron a implementar las acciones correspondientes al perfeccionamiento padres, alumnos y claustro de profesores, ya se aprecian logros en programas como “Mi vida social”, que apoya la inclusión, así como el papel del consejo de escuela y la relación entre la familia y el centro donde se forman sus hijos con la comunidad que lo rodea.
Basta visitar la Le Thi Rieng, como se lo conoce por los holguineros, para percatarse de la armonía reinante, donde no solo intervienen los maestros o una dirección experimentada y exigente. Personal de servicio, familia y hasta vecinos completan esta atmósfera donde se respira voluntad y entrega.
Sin embargo ninguna obra es perfecta, quedan retos por superar, uno de ellos el fortalecimiento del trabajo metodológico para lograr una mayor calidad en el aprendizaje de los alumnos reconocen directivos del centro  Un aspecto que de seguro irán superando con esfuerzo pues esta educación en Holguín, lo más especial que tiene es el Amor.
Fuente de la Reseña:
http://www.ahora.cu/es/holguin/1737-perfeccionan-la-educacion-especial-en-holguin
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England: Why I became a music teacher: my students make me a better musician

England/ 23.04.2018/ From: www.theguardian.com.

I started learning violin when I was around four years old. I’m a fifth generation violinist in my family. So playing the violin is part of my family history and I felt that keenly even as a little boy.

My own violin teaching was really outside of school. My dad found me an incredible teacher, Warren Jacobs, an Australian who taught mainly in Edinburgh and Glasgow. I do remember loving playing the violin from a very early age.

Even when I was a small boy I wanted to play music with other people. The National Children’s Orchestra (NCO) had a massive impact on my life and it’s so amazing to see it have the same affect on children now. Children aged eight to 14 are auditioned to find the finest musical talent in the UK. They come together at residential courses three times a year, at Easter, Christmas and the summer. As a boy it was so incredible to find and play with people who were as driven and passionate as I was.

I didn’t set out to become a teacher, I just knew I wanted to play the violin. I read music at Cambridge and then the Birmingham Conservatoir studies in violin.

I’ve never been taught how to teach, it’s something that has evolved over time. I always did a lot of informal teaching, but by the time I was 21, teaching violin had become a big part of my life.

It’s quite normal for classical musicians to teach alongside playing, as a way to make some money. When I’d finished my post grad at Birmingham I seriously needed to think about how I would make a living. I was a professional violin player but didn’t have a full time salary. More formal teaching was the obvious thing, but I found I just enjoyed it so much. A lot of performers teach because they have to. For me it was always very different, it was a pleasure not just a necessity.

Some of the greatest violin teachers I’ve met have spoken about how much we learn about ourselves as a player from teaching and that’s certainly true for me. I’ve always felt my teaching improves my performing and helps me to have an intelligent approach to my own practice. I literally don’t have any time to waste so I’ve got to get things done efficiently.

To begin with I taught privately. I’ve started children off learning to play the violin at the age of four. That’s something I really enjoy, to be there right at the start rather than ‘rescuing’ someone who may have been taught less well. It’s incredible when you see talent at a really early age, but at the same time less naturally talented students can do really well with good teaching

As my interest in teaching grew and I began to get regular freelance work with all different types of schools. I taught violin at Lichfield Cathedral school one or two days a week and worked on a fantastic scheme with Birmingham City Council music service where I taught group violin lessons in a number of state schools. There was even funding for one-to-one teaching if you came across a real talent. All the while I was performing all over the country.

Then I got married and my wife got tired of my driving all over the country all the time. So when the head of strings job at Uppingham School came up, I applied. Of course I’d had interviews for my freelance music teaching but this was a really serious process. I was so delighted to get the job three years ago and I’m enjoying it so much.

Before I was mainly teaching one-to-one violin but now I’ve got a proper job I’m also involved in organising musical events and of course I’m involved in pastoral care of our students as well.

My tip on keeping students inspired is to give them the responsibility for their music. I show them how to make their instrument sound as good as possible as early as possible. The target they have is to focus on making a brilliant sound and I try to empower them to teach themselves – to me that is the definition of being a successful music teacher.

It’s really wonderful to be involved in music teaching. I so enjoy watching young musicians and young people develop. I think every child should have the opportunity to learn an instrument – and there have been countless studies on how young people who are involved in classical music do better in their life and learning especially if they are involved in orchestras and can develop all that fantastic teamwork and ability to trust and interact with each other.

The National Children’s Orchestra (NCO) has remained a large force in my life. I now teach and conduct courses as well as auditioning for them in my spare time. It’s a real focus to go into state schools and identify the really talented children and we work closely with music hubs and services to do that. There are members of the NCO from all backgrounds – if we find the talent funding is there to make it happen. Last year we had a record number of more than a thousand kids auditioning, and there are 600 to 700 members of the orchestra, although not all of them play in the national concerts. So if music teachers reading this have discovered real talent in their students then they should get in touch with the NCO.

I’m so happy teaching and performing. I want to do more of the same and want to keep improving myself. That’s very much a musician’s mindset.

Alex Laing is head of strings at Uppingham school in Leicestershire. The National Children’s Orchestras of Great Britain are celebrating their 35th anniversary this year with a series of concerts including the Main Orchestra at the Barbican on Saturday 27 July.

From: https://www.theguardian.com/teacher-network/teacher-blog/2013/jul/21/teaching-music-musician-inspire-students

 

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