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La sociedad civil: ¿una causa para los ciudadanos o para el Estado?

Fausto Segovia

Nuevas lecturas sobre la sociedad civil frente al ocaso de los partidos políticos, y la influencia notoria de las redes sociales en una sociedad conectada.

El discurso oficial y las supuestas contradicciones entre una revolución ciudadana y el ejercicio de una ciudadanía plural que intenta participar sin la tutela estatal. Elementos para un debate abierto. La pregunta es pertinente, cuando los vientos de las reformas se cuecen no tanto en las ‘cúpulas’ como antaño –hoy casi desaparecidas-, sino en las calles donde se manifiesta la gente, gracias a un adminículo súper moderno –el celular- que es la ‘estrella’ de las redes sociales.

• El desarrollo humano: el contexto

La sociedad civil – ahora cuestionada en foros internacionales por el oficialismo – no nació de la nada. Fue en la década de los setenta, gracias a Manfred Max-Neff, un científico sueco que lideró un grupo de especialistas patrocinado por las Naciones Unidas, cuando el concepto y praxis de un nuevo modelo de desarrollo, tomó fuerza en nombre de la denominada tercera vía, ante el supuesto fracaso del socialismo y el capitalismo. Su trabajo se expresó en el libro ‘El desarrollo a escala humana’, que es un verdadero referente para el diseño de las políticas públicas de desarrollo hasta nuestros días, especialmente en el Tercer Mundo.

Asumida por las Naciones Unidas esta teoría se expresa en los Índices de Desarrollo Humano –IDH- que ubica a los países según tres variables fundamentales: la escolaridad (educación); la esperanza de vida (salud y nutrición); y el empleo (trabajo), que se complementa con algunos indicadores. La satisfacción de las necesidades básicas de las personas constituye la calidad de vida, que es el propósito central del desarrollo humano sustentable.

En este escenario, la sociedad civil organizada asume un papel importante, no tanto como contrapoder frente al Estado tradicional, sino como una instancia visible de la organización popular, antes liderada exclusivamente por los gremios de artesanos, comités de empresa y sindicatos. Y comenzó a hablarse de tres sectores plenamente definidos: el público, representado por el Estado; el privado, con sus cámaras y gremios instalados en la lógica del mercado; y la sociedad civil, abierta y plural que, en principio, halló un desfogue en las llamadas organizaciones no gubernamentales o ONG y en otras expresiones de militancia, cuyo eje articulador es algo difuso todavía, pero de gran significación social y política: la ciudadanía.

• Democracia y ciudadanía

Y con la ciudadanía –más allá de un eslogan electoral- surge una nueva expresión de concebir y hacer política, dentro de los parámetros democráticos. Veamos por qué: la ortodoxia consideraba que la democracia era el conjunto de procedimientos para elegir gobernantes. Esta teoría elitista de la política fue cuestionada por la teoría participativa que, sin salirse del enfoque institucional, intentó recuperar la acción política para los ciudadanos, pero dentro del ámbito del Estado y sus instituciones.

El resultado ha sido exitoso para el oficialismo, y un fiasco para el pensamiento alternativo. El supuesto éxito del modelo estriba en que los ciudadanos ahora ejercen el poder, con énfasis en una nueva institucionalidad derivada de la Constitución de 2008, mientras la otra concepción plantea lo contrario: desestatizar la política, en el sentido que los asuntos públicos, en esencia, conciernen no solo exclusiva y excluyentemente al Estado, como plantea la teoría tradicional, sino al pueblo (ciudadanos y ciudadanas conscientes y libres). De ahí la interrogante de este ensayo: La sociedad civil, ¿una causa para los ciudadanos o para el Estado?

• Una mirada académica

Ángel Sermeño en el ensayo ‘Democracia y participación política: los retos del presente’ sostiene que ‘como sabemos, la exitosa y oportuna invocación de la noción de sociedad civil a lo largo de los ochenta y noventa estuvo acompañada de evidentes desventajas analíticas y conceptuales en razón de la extraordinaria y laberíntica polisemia del término y por el abuso de su instrumentalización, así como de su usualmente pésima operativación (Honnet, 1999; Giner, 1996: 117–146; Olvera, 2003)’. ‘Sin embargo, más allá de esos usos erróneos, la categoría de sociedad civil, con su indiscutible riqueza normativa, posibilitó fundamentar el principio antiautoritario de autonomía de la esfera de lo social, sin el cual es impensable concebir un nuevo tipo de orden político genuinamente democrático.

En consecuencia, diferenciar la sociedad del Estado y del mercado permitió, por una parte, teorizar el rol de las redes de asociaciones independientes del Estado que, no obstante, persiguen influir en la definición de las políticas públicas; pero, por otra parte, también permitió caer en la cuenta de la importancia estratégica del espacio público y de la opinión pública para la ampliación del discurso democrático. Es decir, hizo posible tomar conciencia de la importancia para la democracia y la ciudadanía de una esfera pública asentada sobre la sociedad civil’, concluye Sermeño.

• La opción por la solidaridad E

En esa perspectiva, Agapito Maestre, investigador de renombre, siguiendo a Hannah Arendt, visualiza dos grandes corrientes: las democracias liberables que padecen una grave crisis de representatividad, y la sociedad civil, que busca denodadamente espacios que intentan resolver el dilema de los que creen -y hay muchas razones para ello- que la política equivale a corrupción, es decir, a una perversión de lo político.

Si la política es ‘materialmente de nadie y potencialmente de todos’, en la feliz expresión de Dubiel, está en los sujetos concretos y no en algunas instituciones -virtualmente desacreditadas- la construcción de una democracia posible. ¿Qué hacer entonces para lograr que ese ‘privatismo apolítico’, esto es, aquel en el que el individuo se refugia en lo privado, sin ningún contacto con lo social ni con lo político, tenga una salida hacia una participación real en las cuestiones que interesan a todos?

La respuesta no es fácil, porque este tipo de individuo -ensimismado y sin proyección histórico-social- está, en cierto modo, favorecido por el sistema que sacraliza el voto (El voto es igual a democracia, lo cual es un sofisma, porque el sufragio no pasa de ser para muchos un mero ejercicio formal de elección a cambio de un certificado).

Otra razón es que los llamados políticos profesionales nos tratan en época de elecciones como infantes o clientes, donde las demandas de los ciudadanos no aparecen. La alternativa es, según Maestre, a contrapelo de las tendencias privatistas, proponer la solidaridad como esencia de la democracia, sobre la base de animar la participación efectiva; no la manifestación ni el griterío, sino la generación de propuestas y acciones que ayuden a creer y crear oportunidades para construir una sociedad mejor.

• Cultura política

Pero la solidaridad no basta, según Jesús Martín Barbero: ‘Tenemos una cultura política trasplantada que se condensó en instituciones formales necesarísimas, pero profundamente ajenas, distanciadas de los modos de ver, de sentir, de decir, de estos países’. Así, los partidos tradicionales no sintonizaron con la cultura política del pueblo y se produjo una especie de simulación, que dio origen a los populismos puramente gestuales, sin contenidos y definitivamente antidemocráticos y antisociales. El resultado no pudo ser más cruel: la democracia se volvió insignificante, en términos de participación de los bienes sociales. Y el populismo -que sigue vivo- tuvo la ventaja de ‘conectarse’ con la cultura política del pueblo, mientras en la otra orilla, la hegemonía del discurso ortodoxo e intelectual, convirtió a los ciudadanos en audiencias y públicos. En ambos casos la participación ciudadana quedó en el limbo.

 El despertar de la sociedad civil

La expresión sociedad civil tiene diversas connotaciones. En lo conceptual es un grupo humano constituido por ciudadanos y ciudadanas, libres e iguales, que participan, asumiendo derechos y obligaciones, en la construcción del bien común, que actúa –debe actuar- en espacios propios, no estatales ni centrados en la empresa o el mercado. A diferencia de la sociedad armada, la sociedad civil es deliberante y actúa dentro de espacios plurales, diferentes o divergentes al discurso oficial, donde la no violencia activa y la resistencia son estrategias reales, incluso garantizadas por la Constitución. La participación ciudadana es entonces una respuesta creativa frente al desgaste de los mecanismos de representación formal, porque intenta una acción directa sobre la base del reconocimiento de las diversidades políticas, económicas, sociales y culturales.

En ese despertar de la sociedad civil, las redes sociales ocupan un lugar protagónico. Pero ese es otro tema. Hasta pronto.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-ElComercio.com

Fuente de la imagen: http://laboratoriosdepaz.org/wp-content/uploads/2013/10/sociedad_civil.jpg

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Perú: MINAM promueve la construcción de conocimiento científico ambiental desde las escuelas a través de la participación ciudadana

América del Sur/Lima/Abril 2016/Fuente y Autor: minam.gob.pe

En el marco del Programa GLOBE Perú, la Dirección General de Educación, Cultura y Ciudadanía Ambiental (DGECCA) del Ministerio de Ambiente (MINAM) y LOF – Ciencia y Tecnología para América Latina, organizaron el pasado jueves 28, el seminario público “Promoviendo aprendizajes en jóvenes a la luz del problema del cambio climático.

Educación, ciencia y tecnología para la participación ciudadana”, continuando con una serie de acciones para  promover la construcción de conocimiento científico ambiental desde las escuelas a través de la participación ciudadana.
El evento que contó con la participación de representantes de diversas instituciones educativas y especialistas del MINAM y MINEDU, tuvo como objetivo presentar los aprendizajes logrados en la educación sobre el Cambio Climático en escuelas de Perú, Chile y Colombia, como parte del proyecto piloto “Promoviendo aprendizajes en jóvenes a la luz del problema del cambio climático” implementado durante el año 2015.
El proyecto integró en las escuelas GLOBE de la ciudad de Lima el conocimiento científico en torno al cambio climático y cambio global con enfoque pedagógico – didáctico y ciudadano.Como parte del evento se presentó la Plataforma para la enseñanza del cambio climático que será una herramienta a disposición de todos los docentes del país y que contendrá una serie de recursos pedagógicos para enseñar el cambio climático en las escuelas.
GLOBE Perú es una iniciativa promovida por el MINAM para la enseñanza de la educación ambiental y cultura científica, y busca involucrar a escuelas y al público en general en la generación de información ambiental para un mejor conocimiento y comprensión del ambiente para la toma de decisiones en la materia.

Como se recuerda, el Perú es considerado un país altamente vulnerable al cambio climático; y en este sentido ha asumido una serie de compromisos internacionales para promover la educación y sensibilización en cambio climático.

Fuente de la noticia: http://www.minam.gob.pe/notas-de-prensa/conocimiento-cientifico-ambiental-desde-escuelas/

Fuente de la imagen:http://www.minam.gob.pe/wp-content/uploads/2016/04/pix60038.jpg

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Uganda: Makerere should learn from Mamdani-Stella Nyanzi Saga

África/Uganda/Abril 2016/Fuente y Autor: TheObserver

Resumen: La Universidad de Makerere se encuentra en el ojo de otra tormenta, después  del conflicto público entre el profesor Mahmood Mamdani y el Dr. Stella Nyanzi llego a un punto sin precedentes.

Makerere University finds itself in the eye of another storm, after – last Monday – the very public conflict between Prof Mahmood Mamdani and Dr Stella Nyanzi plunged to an unprecedented low.

Locked out of her office for refusing to teach on the PhD programme at the Makerere Institute of Social Research, anthropologist Nyanzi dropped her clothes in a bid to expose what she sees as Mamdani’s autocratic maladministration.

Mamdani, the MISR executive director, argues that people like Nyanzi are guilty of using public facilities to conduct private business without doing official work – meaning the public is being cheated.

The university’s appoints board was today expected to meet to discuss these absurd developments and, hopefully, devise sound solutions. Our view is that it is a pity that this meeting, and the ones that preceded it last week, are only happening now.

Disagreements in and between organisations are normal; what makes some get amplified in the media is the rigour of conflict-resolution structures within the concerned organisations. The Mamdani-Nyanzi row, for instance, has burbled right under our noses for years, till it exploded. There were all indications that as surely as day turns into night, the situation could only become nastier.

Yet decisive action proved elusive. It may have come late, but the opportunity is now here for Makerere administrators to figure out how to systematically resolve this and the many other conflicts in the institution. Without being distracted by the numbing image of a mother stripping in anger, authorities need to address the core issues that the present saga throws up.

Is it the case a member of staff is being paid by the university without doing the work she is paid for? If that is the case, is it the direct outcome of the alleged mismanagement at MISR? Is this defensible, according to the university’s rules and regulations?

Why is it that so many researchers have left? Is it because they were the wrong apples confronted by a no-nonsense reformer? Or is it a case of bad leadership throwing away good fruits?

Pushing Nyanzi or Mamdani away without addressing underlying issues would mean that sooner or later Makerere would have another Nyanzi fighting another Mamdani. Were that to happen, Uganda’s leading university would have Ugandans down.

Fuente de la noticia: http://www.observer.ug/viewpoint/editorial/43855-makerere-should-learn-from-mamdani-stella-nyanzi-saga

Fuente de la imagen:  http://www.observer.ug/images/Makerere-VC-Prof-Ddumba-Ssentamu.jpg

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La educación y el cuidado de la casa común

Ángela Escallón Emiliani

Las problemáticas ambientales del siglo XXI plantean grandes retos para que las sociedades puedan avanzar hacia imaginar alternativas al desarrollo en el que hoy estamos inmersos. Es insostenible seguir creyendo en el “mito del desarrollo”, en esa carrera por conseguir el progreso y la felicidad, a expensas de la naturaleza y, poniendo en riesgo la viabilidad de la vida en la tierra.

Estamos viviendo un momento crítico en la historia del planeta que nos compete a todos. Han existido a lo largo de la historia otros momentos atribuibles a eventos naturales (glaciaciones, meteoritos), pero la diferencia es que éste lo ha causado el ser humano en muy corto tiempo, y la solución está en nuestras manos.

Las reacciones frente al clima actual reflejan que no hemos alcanzado aún la suficiente conciencia sobre la gravedad del cambio climático. Nos quejamos y sorprendemos por el calor, por la escasez de agua y por el racionamiento de energía, como si el problema fuera causado por otros o se lo atribuimos al Fenómeno del Niño, que es pasajero. No se ha logrado dimensionar que lo que está ocurriendo con el clima es estructural y en gran medida irreversible: descongelamiento de los nevados y glaciares, pérdida a gran escala de la biodiversidad, desertificación, plagas, elevación del nivel de los océanos…

Creemos que para ello se requieren varios cambios que tenemos que promover, desde distintos ángulos y obviamente todos pasan por ser procesos educativos, veamos algunos de ellos:

  • Una educación que reivindique el valor fundamental de la vida misma y el derecho de todas las especies a existir, y que desarrolle en el ser humano las dimensiones del saber, del ser, del saber hacer y del saber estar en el mundo para transformar el modo en que hoy percibimos, pensamos, valoramos y hacemos, que está asociado con una visión de la realidad que no es la única posible.
  • El reto de construir estilos de vida que sean realmente sostenibles exige una educación que promueva la creatividad, el pensamiento crítico y transformador del entorno, que motive y genere autonomía en las personas y que permita adquirir los conocimientos, las competencias, las actitudes y los valores necesarios para desarrollar la capacidad en los individuos y colectivos de imaginar y construir sociedades justas, colaborativas y ecológicamente equilibradas.
  • Una educación más incisiva e ilustrativa. No basta con hablar del calentamiento global y sus graves consecuencias, como un fenómeno que sentimos fuera de nuestro alcance. Es crucial entender la interconexión de los fenómenos biológicos y los sociales y la interdependencia entre la especie humana con todo lo que existe en este maravilloso planeta, así como también, el lugar que ocupamos en el universo y lo efímero de nuestra existencia.

Estamos enfrentando diversas crisis en la sociedad actual, que llevan a la turbulencia que vivimos, lo que evidencia la necesidad de un cambio de paradigmas. Para entender lo que ocurre no es suficiente contar con información, es fundamental desarrollar la capacidad de análisis sistémico y la educación no está formando para abordar este desafío. Cada vez es más evidente que lo que se necesita es una educación para el cambio, para la incertidumbre, con un enfoque de aprendizajes contextualizados en las realidades que vivimos, que incluya nuevos elementos en las comprensiones de los problemas, que reoriente la dirección y cambie las reglas de juego.

Son las nuevas generaciones las que nos han mostrado cómo romper con esos imaginarios y paradigmas que nos tienen atados sin hacer nada. Así como las llamadas generaciones X y Y trajeron grandes cambios en la sociedad, hoy estamos ante una generación que está rompiendo todos los esquemas. Estos niños y jóvenes nos dan ejemplo de cómo asumir desde ya la responsabilidad del mundo que dejamos, con verdaderos compromisos y tomando acciones reales que generen cambios. La nueva generación ya está creciendo con ese chip en su formación, su crecimiento junto al mundo digital, y la inmediatez de este, ha hecho que sean personas que no pueden esperar a que otros tomen decisiones y realicen acciones por ellos.

Casos como el movimiento “Generation Zero” de Nueva Zelanda, que fue fundado con el objetivo principal de proporcionar soluciones para para reducir la contaminación de carbono a través del transporte inteligente, ciudades habitables y la independencia de los combustibles fósiles; o el movimiento “Truth” de Estados Unidos, que busca consolidar la primera generación que decide no fumar por su salud y por la protección del medio ambiente; son muestra de que es hora de acabar con el imaginario que teníamos anteriormente, donde creíamos que la crisis ambiental era un tema que sólo les concernía a activistas o hippies.

Desde los líderes espirituales hasta los políticos, desde los jóvenes hasta los parlamentarios, desde los niños hasta los padres, no sólo tenemos que tener consciencia de las problemáticas, debemos tomar acciones que empiecen a generar verdaderos cambios. Hoy más que nunca se necesita un ser humano consciente de sus responsabilidades individuales y como colectivo, que se reconozca como agente del cambio y que entienda que las decisiones que toma día a día, relacionadas con su estilo de vida, son determinantes para profundizar estas crisis o para aportar a su solución.

La educación, como la serpiente, debe soltar su vieja piel y transformarse para responder adecuadamente a estos desafíos. Tiene el gran reto de abrir nuevos caminos para que el homo sapiens repiense su ser y estar en el mundo.


Este Post,  elaborado en colaboración con el equipo técnico de profesionales de la Fundación Corona, se publicó originalmente en la Silla Llena en abril de 2016, o puede consultarse enFundaciónCorona.org.c

Fuente del articulo: http://pcnpost.com/angela-escallon-la-educacion-y-el-cuidado-de-la-casa-comun/

Fuente de la imagen: http://images.forwallpaper.com/files/images/d/dc92/dc92b041/1029140/%C3%B6kobirne.jpg

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En FOCO 6. 10 años de Carta Cultural Iberoamericana

29 de abril de 2016/ Iberlectura

La Carta Cultural Iberoamericana (CCI) sienta las bases para la configuración de la región como un espacio estructurado de cooperación cultural y pretende contribuir a la preservación y el desarrollo de su diversidad cultural y a acrecentar el protagonismo y el liderazgo de la Comunidad Iberoamericana en su recurso más valioso: su riqueza cultural.

La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) promovió desde su inicio este proyecto en el año 2005. El desarrollo de la CCI sirvió de aliciente, estímulo y respaldo a la puesta en marcha de proyectos e iniciativas en materia de cooperación cultural y a la puesta en valor de las culturas en la región iberoamericana, procesos que a su vez sirvieron de estímulo y apoyo a la configuración de políticas culturales en la región.

Para acceder a la misma, hacer click aqui: Libro_IBERO_Web

Fuente de la noticia: http://iberlectura.org/noticias/spip.php?article35

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“Canadá se mueve por Ecuador”: Un festival artístico en solidaridad con el pueblo ecuatoriano

América del Norte/Canadá/Abril 2016/Fuente y Autor: Redacción NMNoticias

Las demostraciones de solidaridad con el pueblo ecuatoriano siguen manifestándose en Canadá. Además de jornadas de recolección de insumos específicos, la donación de dinero en efectivo y el envío del material recabado en varias ciudades del país, este domingo 1° de mayo se realizará un gran festival artístico en Toronto, en el que se recaudará fondos para ayudar a las victimas del terremoto.

El festival artístico se llevará a cabo desde las 12:00 pm hasta las 10:00 pm, en Liuna Local 183, ubicado en el 1263 de la avenida Wilson de Toronto. Habrá músicos, cantantes, bailarines, comediantes, agrupaciones folclóricas y culturales,quienes estarán animando la jornada. Igualmente habrá platos latinoamericanos para el deleite de todos.

Durante el evento los interesados podrán contribuir a la cuenta creada para tal fin:

  • Royal Bank of Canada, “Embassy of Ecuador – Earthquake fund” cuenta No. 00006-003-1025212

Asimismo estará presente la Cruz Roja Canadiense, que también abrió una cuenta y tendrá sus delegados en el evento.

Entre los asistentes estarán el alcalde de Toronto, John Tory, el concejal César Palacio y la diputada provincial Cristina Martins, además de los representantes de la misión diplomática ecuatoriana, como el embajador Nicolás Trujillo y el cónsul de Ecuador en Toronto, Rolando Vera Rodas.

El evento es organizado por la Embajada de Ecuador en Canadá, el Consulado de Ecuador en Toronto y la ciudad de Toronto y es patrocinado por Liuna Locall 183. Cuenta, además, con el apoyo de un colectivo de voluntarios que se han vinculado de manera personal o en representación de organizaciones comunitarias.

El terremoto de magnitud 7.8 grados en la escala de Richter que se produjo el pasado 16 de abril ha sido uno de los más mortíferos de Latinoamérica en los últimos años. Destruyó varias poblaciones en las provincias de Manabí y Esmeraldas. La recuperación puede extenderse por meses, incluso años.

“Tenemos una cita humanitaria y contamos con tu participación“, es el llamado de la Embajada de Ecuador en Canadá. ” Ecuador llora sus muertos y necesita ayuda para levantarse de nuevo. De allí que, Canadá se mueva por Ecuador“.

En Canadá, la cantidad de ecuatorianos asciende a 20.000 y es Ontario la provincia que cuenta con la diáspora ecuatoriana más grande: 15.965.

La cita:

  • Fecha: Domingo, 1° de mayo de 2016
  • Hora: 12:00p.m. a 10:00 p.m.
  • Local: Liuna Local 183, 1263 de Wilson Avenue, Toronto
  • Salón: Gerry Gallagher Hall
  • Donación sugerida: $20 a la entrada

Fuente de la noticia: http://nmnoticias.ca/166924/canada-se-mueve-por-ecuador-toronto-festival-artistico/

Fuente de la imagen: http://nmnoticias.ca/wp-content/uploads/2016/04/Canada-se-mueve-por-Ecuador-2016.jpg

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La agonía del sistema educativo

 Cristián Parodi*

La muerte sobrevuela a los adolescentes. Suena fuerte pero es cierto: casi todos los acontecimientos trágicos que suceden en nuestro país tienen como principales protagonistas a los jóvenes. Consumo de drogas, accidentes de tránsito, consumo de alcohol, violencia. Son hechos recurrentes de los que solamente nos enteramos cuando adquieren magnitud, como el drama de la fiesta electrónica de Costa Salguero. Mientras tanto, con o sin fiestas, miles de jóvenes transitan diariamente por una compacta maleza que les impide concretar un futuro mejor, que los inhabilita a desplegar su potencial. Una maleza, le agrego, llena de pozos ciegos que funcionan como trampas para los que aún intentan cruzarla. Allí no hay señales de peligro ni caminos seguros que los guíen. Tal vez encuentren un letrero que con un falso deseo de “Buena Suerte” los impulse a atravesarla.

La muerte sobrevuela a los adolescentes y como sociedad alzamos nuestras voces para exigir que se haga algo para evitarlo. Iniciamos acalorados debates, desde despenalizar el consumo de drogas hasta aumentar los controles sobre la conducta de los jóvenes. Mientras tanto no nos damos cuenta que estamos parados en la misma maleza que nos impide ver la verdadera razón del drama juvenil: la educación, o mejor dicho el colapso del sistema educativo.

Medio millón de adolescentes abandonan la escuela secundaria cada año. La población de jóvenes con edades entre los 14 y 17 años – es decir los que asisten al secundario – es de 2.500.000. En otras palabras, el 20% de esa población deja sus estudios cada año.  Si el secundario fuese esa maleza, veríamos que de 100 jóvenes que deciden desafiarla sólo 50 lograrán atravesarla. Si la maleza estuviera en la provincia de Buenos Aires, sólo 40 llegarían al final. ¿Qué le pasa a un sistema educativo que deja en el camino a la gran mayoría?

La dinámica de los acontecimientos sociales – especialmente todo lo relacionado al mundo juvenil – supera ampliamente la capacidad de respuesta de ese sistema. Envuelto en una burocracia lastimosa, por que lastima ni mas ni menos a quienes tiene que ayudar, trata de sobrevivir en un precario refugio que supo construir antes que la maleza lo tape. Es el “sistema educativo” el que está colapsado y no las personas que trabajan allí, que también necesitan nuevas fuentes de motivación para desplegar sus inteligencias en la construcción de caminos para el desarrollo de los adolescentes. Por allí pasa la solución sustentable a la problemática de los jóvenes, para que sí puedan concretar sus anhelos. La imposibilidad de lograrlo, las frustraciones y las reacciones que estas provocan (droga, violencia) son una clara señal que el sistema educativo no está cumpliendo con su principal objetivo.

¿Qué hacer?

Primero, entender que este sistema ha colapsado: los datos y las señales que recibimos son elocuentes. Tenemos que cambiarlo. Una aproximación debe partir de la descentralización de la burocracia que lo controla. Debemos ceder el protagonismo a la comunidad para abordar el problema en cada escuela a través de la impronta de la “cultura colaborativa”: grupos de afinidad que trabajan colectivamente en pos de un objetivo común. En nuestro caso: que haya menos repitencia y abandono y más egresados con título.

Una comunidad amplia, plural, representada por las voluntades, inteligencias y recursos que cada uno de sus miembros brindará para la concreción de esa meta colectiva, complementando los esfuerzos de la escuela, de sus docentes y directivos. Formada por ex-alumnos, ex-docentes, padres, vecinos, el club de barrio, ONGs y empresas que se concentrarán en una única misión: que todos los que empiecen primer año egresen con título en tiempo y forma.

Nos corresponde a nosotros tomar la iniciativa y dejar de esperar que las soluciones provengan del sistema. Un país en donde más de la mitad de los adolescentes no termina la escuela secundaria habla de la incapacidad de sus adultos en proveer caminos para el desarrollo de sus jóvenes. Si realmente ellos son – como muchas veces se dice – “el futuro de nuestra nación”, entonces tenemos que involucrarnos para que eso pase.

Propuestas para poner en marcha:

img_1127Leer “Conectando la Escuela con la Empresa”

Leer “Cómo las empresas de tecnología pueden transformar la educación pública”

Leer “Propuesta para Mejorar la Escuela Secundaria”

El verdadero cambio depende de cuánto nos involucremos para que, finalmente, las cosas cambien.

 

 

 

*Impulsor de “Hagamos algo por la Educación”

Fuente del articulo: https://laescuelacolaborativa.com/2016/04/25/la-agonia-del-sistema-educativo/
Fuente de la imagen: http://2.bp.blogspot.com/-haILdCqS3UI/UnO6T-LDuRI/AAAAAAAAFKU/X7d97JrhjaM/s1600/Classroom1.jpg
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