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La Educación Expandida

Los cambios sociales y tecnológicos de las últimas décadas por una parte obligan, pero por otra ayudan, a la evolución de la educación tal como han hecho en muchos otros ámbitos como la política, la cultura o la empresa. Es esta una relación inicialmente conflictiva pero que si se logra traspasar la fase dialéctica para llegar a un enfoque basado en el diálogo entre agentes puede conducir a mejores procesos de aprendizaje tanto formales como informales. Estos cambios podemos definirlos a partir del desarrollo de tres elementos básicos como son las tecnologías sociales, las nuevas comunidades de práctica y los laboratorios ciudadanos que se convierten en piezas clave para entender el escenario actual.

Las tecnologías sociales se originan con el surgimiento de Internet que ha sido el espacio de acción donde se han desarrollado “todo tipo de tecnologías (infraestructuras, hardware, software, servicios web) que son susceptibles de ser utilizadas para el empoderamiento ciudadano, y especialmente para el desarrollo autónomo de proyectos colaborativos”. Estas tecnologías son sociales porque van asociadas al nacimiento de comunidades de práctica que las construyen, las hacen crecer, las gestionan y las utilizan en sus propios proyectos. Pero estas son nuevas comunidades, que a diferencia de las tradicionales son electivas, múltiples, recursivas y combinan procesos y espacios analógicos y digitales. Su mayor novedad en todo caso quizás resida en la escala que alcanzan, dado que la tecnología permite procesos de coordinación entre grandes colectivos que antes eran inviables o muy costosos. De este modo hoy en día contamos con multitudes inteligentes capaces de generar verdadera inteligencia y acción colectivas (más allá de la mera agregación estadística y minería de datos). Estas comunidades son herederas en muchos de sus valores y reglas de gobierno de las comunidades hacker dado que se basan en su funcionamiento en el consenso aproximado, la posibilidad de hacer “fork”, y la cultura digital (meritocracia; conciencia de red; “makers” dado que la reflexión se sustenta en la acción, en el hacer).

Por último, para completar el dibujo que hacemos del presente debemos incluir los laboratorios ciudadanos que constituyen la evolución de los espacios públicos institucionales dedicados al consumo cultural a otros enfocados a la producción ciudadana. Espacios donde ocurre la producción colaborativa entre diferentes públicos, y que normalmente conlleva la transdisciplinariedad y la participación activa de amateurs y profesionales en el desarrollo de proyectos que generan nuevo conocimiento. Estos laboratorios son diversos en sus orígenes dado que en ocasiones suponen la evolución de centros cívicos y culturales, en otras son espacios de coworking, o incluso las tradicionales bibliotecas que desarrollan nuevos programas para dar servicio a sus usuarios. Pero son también diversos porque son creados y gestionados tanto por instituciones públicas, como por empresas o diferentes tipos de organizaciones ciudadanas.

2. Dónde sucede hoy en día la educación

La educación no puede permanecer al margen de las innovaciones sociales y tecnológicas descritas antes. En este nuevo contexto es relevante por una parte comprender qué innovaciones afectan a los procesos de aprendizaje y a los roles de las instituciones educativas y por otra reflexionar estratégicamente sobre cómo debe transformarse la educación para aprovechar de forma óptima este nuevo escenario. No vamos a recopilar aquí los múltiples proyectos que, de manera directa o indirecta, afectan a la educación, pero si utilizaré algunos casos que creo son paradigmáticos de lo que está sucediendo. En el ámbito digital puede valer como referencia lo que están representando los MOOCs(massive open online courses) que demuestran que hoy en día el proceso nuclear en que se han basado la mayor parte de estrategias pedagógicas en las últimas décadas, la transferencia de conocimiento, puede suceder ya de modo igual o más efectivo por otras vías (usando otros canales y con la participación otros agentes). Pero además de los MOOCs han nacido múltiples comunidades digitales centradas en intereses comunes (casi siempre aparentemente alejados del ámbito educativo) que se convierten en espacios de producción de conocimiento y que a la vez permiten el aprendizaje de contenidos y competencias por los participantes.

Pero no toda, ni tan siquiera la mayoría, de la innovación educativa sucede “dentro” de Internet. El valor de las tecnologías sociales no reside tanto en los proyectos digitales en si mismos como en su papel como instrumento para desarrollar proyectos que van más allá de lo digital. Y en este sentido tan importante como la propia tecnología es la comunidad y sus nuevos modos de relación y gobernanza. Tomemos como ejemplo el caso de El Campo de Cebada donde “vecinos y vecinas del Distrito Centro [de Madrid] agrupados, para fomentar el uso temporal del solar del derribado polideportivo de La Latina”. Con estos vecinos trabajan activamente activistas políticos y urbanistas (como el colectivo Zuloark) mostrando la superación de la distinción tradicional entre lo amateur y lo profesional. El Campo de Cebada se ha convertido en un espacio que acoge comunidades que desarrollan diversas actividades, muchas de ellas con un fuerte componente educativo. Pero al mismo tiempo el propio espacio es una infraestructura educativa ya que facilita que diversos colectivos desarrollen proyectos que son su vehículo de aprendizaje. El Campo de Cebada es un espacio público analógico, pero es consecuencia también de las tecnologías sociales y las nuevas comunidades que describíamos antes que lo han convertido en un laboratorio ciudadano. Lo digital está presente como herramienta de coordinación y gestión, pero también como modelo organizativo y como ética. Por todas estas razones este proyecto acaba de recibir el premio Golden Nica de Digital Communities del Prix Ars Electronica 2013.

3. (Casi) todo puede ser aprendizaje: la educación expandida

Aprender no ha sido nunca algo que solo suceda dentro de espacios acotados e institucionalizados para ese fin. La vida es un continuo de experiencias que significan oportunidades para aprender. Esto siempre ha sido así pero quizás lo es hoy más que nunca por el potencial educativo que representan las tecnologías sociales, los nuevos entornos de comunidades de práctica y los laboratorios ciudadanos. En 2009 gracias al trabajo del colectivo Zemos98 se empezó a utilizar el término educación expandida para referirse al hecho de que “la educación puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar”, que fue el subtítulo elegido para el libro que recoge una serie de reflexiones teóricas y casos de prácticas de aprendizaje expandido y que “bebe de las propuestas de la educación no formal, del activismo social y de la investigación en procesos de participación”. El reconocimiento de estas prácticas expandidas como  educación ha provocado un renovado interés desde instituciones y colectivos y está sentando las bases para abrir las instituciones educativas a la sociedad incorporando estas prácticas en los currículos.

4. Los retos de la transformación de la educación

Nos encontramos por tanto en un momento de transformación radical de la educación. Podemos entender que el nuevo entorno tecno-social es el que fuerza este cambio, pero a la vez es el que abre nuevas e inmensas posibilidades para desarrollar procesos educativos más potentes e integradores. El primer reto se relaciona con lo comentado respecto a la educación expandida: cómo incorporar las experiencias de construcción colectiva de conocimiento que suceden fuera de las aulas (sean los MOOCs o proyectos como El Campo de Cebada) y de las instituciones educativas (tanto en el espacio público como en comunidades digitales) pero que son procesos con un importante componente de aprendizaje.

Pero esto no es más que una parte del desafío y de la oportunidad. Al tiempo, la propia Educación, la que sucede desde las instituciones, se debe transformar para seguir siendo significativa y con relevancia social. Dentro de esta transformación es precisa la evolución de los modelos pedagógicos hacia otros que se enfocan en las competencias, en el desarrollo de proyectos (“aprender haciendo” inspirado en la idea de que el aprendizaje es más efectivo cuando se basa en problemas y retos específicos), a la vez que se hace un uso intensivo de la tecnología digital tanto en la transferencia de conocimiento como en la interacción y desarrollo de proyectos. Por último, un aprendizaje realmente significativo solo es posible cuando el estudiante trata de entender su entorno más cotidiano y aplica lo que aprende a la resolución de problemas próximos y reales en la relación con otros agentes sociales. Esta idea nos lleva al concepto de ecosistemas de aprendizaje, y a la necesidad de desarrollar entornos donde la educación se mezcle con otros agentes como empresas y organizaciones sociales.

Un ejemplo paradigmático de este nuevo enfoque lo tenemos con la metodología Team Academy, nacida en Finlandia y hoy en día representada en su comunidad internacional por la Team Academy Learning Network, que además de centrarse en el aprendizaje activo basado en proyectos para el desarrollo de competencias, sitúa como eje central del aprendizaje el equipo y por tanto la cooperación activa entre “aprendices”. En el ámbito universitario español la experiencia Team Academy ha sido desarrollada y ampliada por la red de laboratorios Mondragón Team Academy en programas de grado y posgrado que integra tanto a universidades como empresas y laboratorios.

Tomado de: http://blog.educalab.es/intef/2013/09/09/la-educacion-expandida/

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La locura de la evaluación

Hugo Aboites

En un país donde las percepciones con las que viven y crecen niños, jóvenes y familias son de asesinatos reiterados, creciente pobreza, falta de empleo, debilidad de la economía y desesperanza política, increíblemente las políticas gubernamentales insisten en exacerbar aún más los ánimos y juegan a provocar casi hasta el límite de lo tolerable. Es el caso de la evaluación masiva de maestros y de aspirantes a la educación superior que añade, de manera desproporcionada e innecesaria, una carga enorme de hostilidad y violencia institucional.

En el caso del magisterio, si, como mostrábamos en la entrega anterior, es perfectamente posible e incluso legal desplegar una iniciativa de evaluación distinta, orientada directa y específicamente a mejorar las escuelas, ¿Qué sentido tiene ir construyendo con el discurso y los hechos la evaluación como amenaza de desempleo o reubicación para cerca de un millón (la mitad del total) de los maestros? Estimamos esa cifra porque en las recientes evaluaciones de aspirantes a docentes de educación media y candidatos a promoción (que bien pueden considerarse pruebas piloto) seis o siete de cada 10 han sido descalificados como no idóneos. La insistencia en evaluar para excluir sin duda agregará una carga enorme de conflicto y crispación social, alentada por un discurso agresivo en el que ya ni siquiera queda muy claro cuándo habla Mexicanos Primero o el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE). Por eso, la preocupación y creciente indignación que recorre al magisterio del país. Igual que la que se provocaría entre el empresariado cuando una campaña de proporciones y profundidad semejantes fuera organizada por el gobierno y clases populares, con base en un cambio constitucional y argumentando el bien nacional, para suprimir o desplazar a otras actividades a un contingente igualmente importante de empresarios.

Del lado de los estudiantes que aspiran a llegar a la educación media o superior las tasas son todavía más altas: hasta ocho o nueve jóvenes de cada 10 –en instituciones de la ciudad de México– no ingresan a la educación superior. Y a escala de país esto significa que más de siete millones quedan sin educación superior. Por otra parte, en el caso de la educación media superior, a partir del inicio de la evaluación masiva del Ceneval en la ciudad de México (1996) y hasta la fecha, más de un millón de jóvenes interesados en estudiar el bachillerato no llegó a inscribirse en un plantel. Estas proporciones tan altas de exclusión se explican en el fondo no por razones académicas, sino de fuerza política. En el conflicto de clases sociales en que se ha convertido el acceso (estudiantes) y permanencia (maestros) en la educación, las tasas de exclusión han estado directamente relacionadas con la fuerza política del sector correspondiente. Si para los estudiantes –carentes de una organización nacional y larga historia de resistencia– tasas aún más altas de exclusión han sido una constante desde hace más de una década, es sólo en 2012-2013 que se intenta imponer tasas similares y esto ha generado una muy importante resistencia.

Pese a estas diferencias, lo que es evidente es que la situación –agudizada por sucesos como el de Ayotzinapa– está colocando a ambos sectores poco a poco en un piso común de resistencia. Los estudiantes observan y analizan la resistencia magisterial, y en momentos y lugares específicos puede ocurrir que estas luchas no sólo coexistan, sino incluso se vinculen de manera directa. Entre esos lugares destaca, sin duda, la ciudad de México, lugar de arribo de múltiples conflictos magisteriales y estudiantiles. El hecho de que incluso los maestros de educación media superior de las preparatorias del Gobierno del Distrito Federal, junto con los del Colegio de Bachilleres, Conalep y otros, estén en la mira de la evaluación punitiva plantea un contexto nuevo y mucho más tenso, pero también uno donde si se da la oportunidad, los diversos actores pueden pensar y generar propuestas nuevas e importantes, tanto en el terreno de las demandas estudiantiles como de los docentes. En esa ruta, el primer gran paso indispensable para unos y otros y para en general distender el clima en la educación es abrir las puertas a un diálogo serio respecto de sus demandas. La decisión que ha dado a conocer el Gobierno del Distrito Federal de intervenir de manera expresa en la temática de los rechazados (aunque habrá que valorar las iniciativas concretas) envía un mensaje de reconocimiento de un problema y con ello contribuye a la discusión sobre el tema.

De todo esto se deriva la importancia de que se lleve a cabo la mesa de discusión entre la Secretaría de Educación Pública e instituciones públicas con los estudiantes rechazados, y entre Gobernación y el movimiento magisterial. Sin diálogo real no habrá conducción política del conflicto, sólo la política de contención y de represión, generada ahora por la locura de la evaluación. Y en un país donde parece que pronto también siete de cada 10 mexicanos estarán en la pobreza, esa es una opción cada vez menos aconsejable.

A Carmen Pineda, fallecida prematuramente, mujer excepcional, leal a la Universidad y a sus amigos.

*Rector de la UACM

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España. Chrysallis Euskal Herria pública el primer material didáctico para trabajar en las aulas la transexualidad con menores

EFE – Miércoles, 20 de Abril de 2016 –

SAN SEBASTIÁN. Chrysallis Euskal Herria, la asociación que agrupa a familias de menores transexuales de la CAV y Navarra, ha publicado el «primer material didáctico específico para trabajar en las aulas el tema de la transexualidad con menores».

Según explica en una nota este colectivo, se trata de unas fichas que «ya se han hecho virales» en las redes sociales y que en los dos primeros días desde su publicación han llegado a 120.000 personas y han sido compartidas más de 800 veces.

Chrysallis ha aclarado que se trata de seis fichas ideadas por el sexólogo Aingeru Mayor e ilustradas por Mattin Martiarena que «muestran las figuras de niños y niñas con sus genitales y proponen a los menores ejercicios para ahondar en la idea de que existen niñas con pene y niños con vulva».

El material, publicado en euskera y en castellano, es pionero en España y está siendo traducido al italiano, aunque Chrysallis ha recibido peticiones para volcarlo también a otros idiomas.

El objetivo de las fichas es «trabajar el conocimiento sobre la identidad y el cuerpo para poder comprender los hechos de diversidad», así como «la relación entre la identidad sexual y los genitales».

«Hasta ahora -señala Chrysallis- en los centros escolares se ha transmitido el planteamiento: ‘chico-pene’ y ‘chica-vulva'», algo que, a su juicio, «no es correcto y niega la existencia de una parte de las niñas y los niños».

«Con este material -que puede se descargado a través de Facebook- se pretende aclarar que la identidad sexual es un hecho subjetivo que solo cada uno puede relatar», insiste este colectivo.

Fuente: http://www.noticiasdenavarra.com/2016/04/20/sociedad/navarra/chrysallis-euskal-herria-publica-el-primer-material-didactico-para-trabajar-en-las-aulas-la-transexualidad-con-menores

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América Latina y Chile: ¿Hay salida del capitalismo académico?

José Joaquín Brunner

América Latina es la región del mundo con una mayor participación de matrícula privada dentro del total de la matrícula de educación terciaria. Según la cifra más reciente de la UNESCO, los 18 países latinoamericanos, exceptuando a Cuba, poseen una matrícula privada promedio de un 45% la cual, puesta al día para cada uno de ellos, podría estimarse ascendería a un 50% o más. Las cifras nacionales oscilan entre un 14% en el caso de Uruguay y un 84% para el caso a Chile. De hecho, puede decirse que en varios países de la región,  la expansión, masificación y, en ciertos casos, universalización de la educación terciaria fue producto de procesos de privatización de la provisión. En un sentido podría afirmarse que ha culminado una amplia fase de expansión privatizada de la cobertura que se inició en los años ochenta y que estuvo acompañada por numerosas transformaciones en cuanto al financiamiento y la provisión de la educación superior, así como la multiplicación de los diplomas (títulos y grados) y el crecimiento de la heterogeneidad de los productos y servicios provistos y la calidad de los mismos.

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Frente a este contexto, se observa el inicio –durante los años recientes– de lo que podría llegar a ser un verdadero cambio de marea en las políticas de educación superior en la región. Según un estudio en elaboración, 11 de los 19 países latinoamericanos han promovido “iniciativas significativas de cambio de la legislación de base de la educación superior”. Una revisión panorámica de dichos cambios permite constatar que ellos corresponden en su mayor parte a una reacción frente a lo que se consideran excesos de las políticas neoliberales que favorecieron la privatización de la expansión, la creación de mercados en el ámbito de la educación superior y el uso por parte de los gobiernos de mecanismos e instrumentos de cuasimercado para el financiamiento de las instituciones estatales. Como consecuencia los sistemas nacionales habrían perdido cohesión, crecido anárquicamente y segmentado social y académicamente, debilitado su vocación pública y capacidad de servicio al desarrollo y bienestar nacionales. En breve, habrían sido envueltos por el capitalismo académico y hoy se desenvolverían de acuerdo a sus lógicas.

Un buen ejemplo del significado y  los límites de aquel cambio de marea es la reforma en curso en Chile, aunque todavía se halla en proceso de discusión, elaboración y recién al comienzo de su concreción. Programáticamente, esta reforma se propone modificar el paradigma de la política pública en este sector. Se trataría de pasar de la educación superior entendida como un bien de consumo, se dice, a entenderla como un derecho social garantizado. Representaría un intento de desmercantilizar o descomodificar de la educación superior chilena. En otras palabras, el objetivo programático y paradigmático sería crear un espacio desprivatizado (no comercial ni competitivo) para el desarrollo de una educación pública entendida como un bien público “puro” y, por ende, exclusivamente financiado por la renta nacional. Desaparecerían los precios (de mercado) de la educación superior y ella sería sujeta a una regla de “gratuidad universal”, según proclama el gobierno de la presidenta Bachelet.

Tan ambiciosa meta choca, sin embargo, con el hecho de que el régimen de provisión chileno es, como vimos, altamente privatizado tanto en la dimensión de la provisión (84% de la matrícula es privada)  como en la dimensión del financiamiento (éste alcanza en Chile a un 2.5% del PIB, del cual al momento un 60% es aportado por los estudiantes y sus familias con el apoyo de becas y créditos subsidiados por el Estado). Por lo mismo, desprivatizar la provisión supondría traspasar una parte progresivamente mayor de la matrícula del sector privado al estatal, aumentando el tamaño actual de las universidades estatales y creando un amplio conjunto de nuevas instituciones de este tipo en las principales ciudades del país. De hecho, desde ya el Estado ha acordado crear dos nuevas universidades regionales, pero de tamaño menor, y una red de centros de formación técnica (formación de ciclo corto), uno en cada una de las 15 regiones del país. De modo que la tarea de incrementar significativamente el peso de la provisión estatal aparece aun como una cuestión incierta y constituye un formidable desafío.

Desprivatizar el financiamiento, por su lado, supondría sustituir gasto privado por gasto fiscal, incrementando el financiamiento del Estado hasta alcanzar en el límite un 100% del gasto en educación de pregrado al momento de materializarse la “gratuidad universal”. En ese momento, el fisco chileno se transformaría en líder mundial de gasto en educación superior, por encima incluso de los países nórdicos, pero con una captación de recursos por vía de impuestos inferior a la mitad de aquellos países. Es decir, se trata de un desafío aún más formidable que el anterior. Y, a todas luces, imposible de afrontar en el actual estado de desarrollo del país, con su actual carga tributaria y con los enormes déficit de arrastre en cuanto a gasto público en educación temprana y cuidado de los niños y en los niveles primario y secundario de la educación.

Adicionalmente, la reforma chilena  intentaría modificar los demás componentes del modelo de gasto público de la educación terciaria, de forma tal manera de: (i) eliminar progresivamente el actual esquema de apoyos estudiantiles basado en créditos y becas, (ii) ofrecer un trato preferente a las instituciones estatales mediante fondos basales (no condicionados), (iii) mantener los subsidios directos actuales al grupo de universidades privadas “con vocación pública” como se las denomina allí y ampliar su número, y (iv) perseverar en el uso de ciertos mecanismos de cuasimercado (como fondos competitivos y contratos de desempeño) para el financiamiento de funciones de bien público de las universidades que reciben financiamiento directo del Estado.

Las anteriores medidas serían complementadas con cambios en la gobernanza del sistema de manera de ampliar la esfera de atribuciones del Estado; el fortalecimiento de la institucionalidad de control de la calidad (acreditación); la creación de un régimen de supervisión y fiscalización del uso de los recursos (superintendencia); el establecimiento de un marco nacional de cualificaciones para ordenar la oferta de cursos y programas y la adopción de nuevas modalidades de admisión y cuotas de discriminación  positiva para fines de mejorar la equidad.

Como puede verse, se trata de un ambicioso –iluso, lo llaman otros– plan de reformas que, expresivo del cambio de marea que parece estar ocurriendo en América Latina, reúne en un solo paquete el conjunto de reformas que diferentes gobiernos vienen promoviendo separada y gradualmente durante el último quinquenio.

Su aprobación en un solo paquete supondría una alta capacidad política-técnica y luego, su implementación, un aparato administrativo y de gobernanza de la educación superior dotado de una gran capacidad de ejecución. En ausencia de esos factores parece difícil que las reformas puedan acordarse y luego llevarse a la práctica. Existe la idea, además, que el gobierno Bachelet –que ha prometido presentar esas reformas durante los próximos meses– carece del respaldo de opinión pública, de los equipos, las habilidades y el tiempo requeridos para montar y conducir una tan compleja transformación socio-política, cultural y organizacional.

En suma, y cualquiera sea la evaluación sustantiva de las reformas anunciadas, resulta difícil imaginar que en los 24 meses que restan al actual gobierno, éste pueda poner en marcha una reforma paradigmática de las políticas y del sistema de educación superior para sustraerlo de las contradicciones del capitalismo académico y elevarlo a la condición de un servicio público gratuito, de calidad y libre de las tensiones del entorno. Por el contrario, lo más probable es que –por ahora– las contradicciones del sistema aumenten y su desempeño y resultados no mejoren significativamente.

José Joaquín Brunner es Profesor Titular de la Universidad Diego Portales de Chile y Director de la Cátedra UNESCO de políticas comparadas de Educación Superior.

Publicado originalmente en nexos: http://www.brunner.cl/?p=14120

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¿Es el preescolar la última oportunidad para enseñar habilidades blandas?

Autora: Aimee Verdisco

Exámenes, exámenes y más exámenes. Y aun así, en muchos países de todo el mundo, los estudiantes no parecen progresar de la manera esperada a pesar de todos los esfuerzos. Todas estas pruebas tratan de medir los resultados de aprendizaje en materias clave como lenguaje, matemáticas y ciencias, pero se presta poca atención al desarrollo de carácter, la mentalidad y de otras habilidades no técnicas que son importantes para el éxito, no sólo en el ámbito escolar sino más adelante en la vida.

De hecho, el premio Nobel James Heckman, así como muchos otros, argumentan que el desarrollo socioemocional es igual de importante que el cognitivo. De hecho, es fundamental para el aprendizaje permanente. Los niños que aprenden a controlar y gestionar sus emociones son más capaces de concentrarse y resolver problemas. En este sentido, un reciente informe titulado Habilidades para el Éxito: apoyo y evaluación de hábitos fundamentales, mentalidad y habilidades  por Melissa Tooley y Laura Bornfreund me llamó la atención. A pesar de que las investigaciones han demostrado la importancia de poseer estas habilidades, los autores señalan que su enseñanza solo se encuentra en programas preescolares de alta calidad, donde se preste debida atención al desarrollo de habilidades como colaboración, perseverancia e inteligencia emocional. En el preescolar y la primaria, la tendencia más fuerte es hacia el desarrollo de habilidades académicas. Pero no me malinterpreten. No me cabe la menor duda de que todos los niños tienen que aprender a leer y escribir correctamente. Sin embargo, sí parece que el aprendizaje académico debe ir de la mano del desarrollo de habilidades emocionales claves. Por otra parte, estas habilidades son maleables y pueden continuar siendo desarrolladas y afinadas incluso en la adolescencia.

Entonces, ¿Qué podemos hacer? Como primer paso, tenemos que volver a la educación preescolar. Tenemos que tomar nota de la importancia que estas tienen en el desarrollo holístico del niño y en la promoción de un clima escolar positivo en programas de calidad. El juego creativo, la socialización y el trabajo en equipo son las características principales de este tipo de programas. Vuelvo a pensar en las visitas que hice a los centros preescolares de Reggio Emilio en Italia hace muchos años y en el ambiente increíblemente enérgico  que existe allí. Claramente, del preescolar y en adelante, el clima escolar y la escuela pueden tanto ayudar a promover como desacelerar el desarrollo de habilidades para el éxito. El mejor profesor del mundo no será capaz de superar las barreras que coloca un ambiente educativo negativo. Por último, en cuanto a las pruebas, una evaluación más integral de los estudiantes, que balancee la medición de habilidades académicas con pruebas formativas podría ser más útil para maestros, padres y estudiantes.

Fuente del artículo: http://blogs.iadb.org/educacion/2015/02/22/preschool-last-opportunity-soft-skill-development/

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Hawaii: Not Even Once

Not Even Once

Hawaii/abril de 2016/portal Midweek

Resumen: Los estudiantes en Kauai Escuela Secundaria participaron recientemente en la Semana de la conciencia de Hawai Meth Meth Proyecto, promoviendo el mensaje «ni una sola vez» al consumo de estupefacientes. Hablaron sobre la metanfetamina y otras drogas, explicando los daños que ocasiona el consumo desde la primera vez. Los adolescentes tienen un club de «ni una sola vez» y reclutan a estudiantes voluntarios para ayudar a difundir su mensaje en todos los lugares posible, incluyendo en las reuniones de la comunidad, tales como la celebración Waimea Ciudad, y cualquier otro evento.

By COCO ZINGARO
Erica Owan and Cassandra Mateo-Corpuz are determined to impart an important message to their peers about the dangers of methamphetamine. The Kauai High School seniors are encouraging other students to steer clear of the hazardous drug with the slogan: “Not Even Once.” They are ambassadors for Hawaii Meth Project and serve on the statewide Teen Advisory Council.
“Meth is a very powerful substance, so a lot of times, when people try it for the first time, they get hooked,” explains Owan. “Our motto is ‘not even once’ because it will lead you into that dangerous pathway.”
She knows just how damaging the effects of the drug can be — some of her family members were involved in drug use.
“It really damaged all of their relationships between each other,” she says. “I just wanted to help prevent others from having to face that.”
Mateo-Corpuz also is familiar with the devastation that follows a serious drug addiction. Her brother was a meth addict during his 20s, while she was between the ages of 8 and 12, and she unfortunately was exposed to its detrimental aftermath.

“He would bring me around his friends every night and every day he had the chance,” she says. “He always had an excuse to get out of the house to do meth.”
Now her brother is serving time in jail in Arizona.
“I pretty much lost my brother because of one bad choice he made,” she says.
She also lost out on a happy and carefree childhood, but that hasn’t stopped her from trying to help others avoid the same mistakes.

“What’s rewarding for me is knowing that if I help and can stop one person from doing it, it will stop them from hurting their families and feeling the same way I did,” she says.
The teens have a “Not Even Once” club and recruit student volunteers to help spread their message as far and wide as possible, including at community gatherings such as Waimea Town Celebration, “and any other events we can get our hands on,” says Owan.
They set up booths to educate teens and keiki about the multitude of emotional and physical repercussions of meth use, and even have games, including a modified version of “Operation” that identifies all the horrible things the drug can do, such as self-inflicted skin damage during hallucinations.
Their efforts seem to be working, as the most recent statistics from the survey, “Meth Use and Attitudes,” conducted by Hawaii Meth Project, indicate that 96 percent of students show a “strong disapproval” for using meth and that a majority of those surveyed statewide are aware of the organization.
“We want to see this continue. To be a part of breaking the cycle, we have to keep the message out there,” says Georgi DeCosta, executive director of Hawaii Meth Project, who is proud of the 19 members of the Teen Advisory Council and the work they do.

Though meth use usually begins with young adults between the ages of 19 and 26, Hawaii Meth Project’s prevention programs are aimed at changing youths’ understanding and sentiments toward the drug before they are lured by its temptations.
“Sometimes it’s peer pressure, but sometimes it’s that people don’t know what else to do,” says Mateo-Corpuz, explaining why so many young adults in Hawaii gravitate toward meth. “Some people reach a very low point
in their life, and then they see their friends doing it, and if they want to feel better about themselves, that’s what they start doing.”
DeCosta, who lives on Oahu but regularly visits Kauai to work with the teens, knows firsthand how tempting it is to start using drugs — when she was younger, she abused meth and heroin.
“I made a lot of bad choices,” she admits. “I regret a lot of the things that I went through. I’m so blessed to have this opportunity to maybe help others, young people, to not go through those same things I did because it was pretty painful for me, my family and those around me.”
She also feels lucky to have survived the addiction “in one piece,” as so many others do not. She knows plenty of people who sadly succumbed to overdoses, including the father of her children as well as their aunt, who died from organ failure because of meth use — she was only 30 years old.
“It’s extremely damaging what this drug can do. It’s unlike any other substance,” she says. “It really does destroy people’s mind, body and soul.”
So the nonprofit, which was founded in 2009, continues to spread a message of utmost importance.
“If we can do positive peer pressure to make people stay away from it, then we can help someone potentially continue their dreams instead of them being crushed by this drug,” says Owan.
Hawaii Meth Project will be recruiting new Teen Advisory Council members for the next school year (2016/2017). Applications will be available soon. Visit hawaii.methproject.org for updates and more information.

Fuente: http://www.midweek.com/not-even-once/
Foto: http://www.midweek.com/wp-content/uploads/2016/03/kmw-cover-012716-largegroupofstudentsstandingwithsigns-hmp.jpg

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Curso Internacional «ordenamiento territorial y ODS»

Abiertas postulaciones

CURSO INTERNACIONAL
«ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE»

Sede de la CEPAL en México DF; México,
6 al 10 de junio de 2016

El curso es organizado por el Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES), a través del Área de Planificación, Prospectiva y Desarrollo Territorial con el apoyo de la unidad de Asentamientos Humanos de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos y la sede Subregional de CEPAL México.

El curso tiene como objetivo central, indentificar conceptos y herramientas que permitar valorar la manera en que el ordenamiento territorial contribuye al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y proponer medidas para integrar políticas y programas de ordenamiento territorial. Este análisis se realiza considerando los distintos niveles del Estado aplicables a cada país o realidad particular.

Al finalizar el curso, los alumnos serán capaces de:

  • Conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenibles que se relacionan más directamente con el ordenamiento territorial.
  • Conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenibles que se vinculan indirectamente para el apoyo al ordenamiento territorial.
  • Aplicar una herramienta de análisis para evaluar la situación institucional, financiera y administrativa en su realidad concreta.
  • Proponer medidas para implementar en planes de logro de ODS en materia de ordenamiento territorial.

La inscripción de este curso tiene un costo de US$500 (quinientos dólares americanos).

Postulantes aquí:

Postulaciones

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