Historia de una maestra de Josefina R. Aldecoa. Un canto al idealismo y la esperanza. Este es el mensaje que su autora transmite este libro, ambientado a principios de la década de los años 20. La trama se desarrolla hasta el inicio de la Guerra Civil Española y su protagonista es Gabriela, una maestra que desempeña su labor en escuelas de zonas rurales de España y de Guinea Ecuatorial; como trasfondo, Aldecoa incide en la importancia de enseñar en aquellos días tan difíciles. Se trata entonces de una narración hecha desde el recuerdo, llena de verdad y de sentimientos auténticos. En 1923, Gabriela recibe su título de maestra. Es el comienzo de un sueño y de una progresiva toma de conciencia, un trayecto vital que nos descubre una época de pobreza, ignorancia y opresión,desde los años veinte a la guerra civil, en la que el idealismo y la esperanza trataban de abrirse camino. Una narración hecha desde el recuerdo, llena de verdad y de sentimientos auténticos. Editorial: Punto de Lectura. Páginas: 240.
Year: 2016
Costa Rica: Padres y madres demandan educación más responsable para los niños
acompañamiento en la crianza respetuosa de sus hijos e hijas
Costa Rica/15 de Marzo de 2016/elmundo.cr

padres y madres piden acompañamiento en la crianza respetuosa de sus hijos e hijas, señalando que necesitan información para la educación en valores, sexualidad y el uso seguro de Internet, con el objetivo de prevenir la violencia.
Este es uno de los resultados de los estudios Percepciones acerca de la violencia contra la niñez y la adolescencia en Costa Rica y Percepciones acerca de los patrones de crianza de la niñez y la adolescencia en Costa Rica llevados a cabo por el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y el Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO) de la Universidad Nacional.
En ambos estudios se tuvo una muestra de 800 personas de las que 53,2% fueron mujeres y 46,8% hombres. Un 48% están entre los 18 y 44 años y un 51,5% entre los 45 y 55 años y más.
Respecto de las percepciones sobre los patrones de crianza de la niñez y la adolescencia se establecen como principales necesidades de los niños y niñas las emocionales y en específico se citan los conflictos familiares, las drogas, el alcohol y la sexualidad temprana.
Mención especial se hace al uso de las tecnologías. Un 50,4% indica que las personas entre los 13 y 17 años los usan más de 8 horas y un 35% de 1 a 4 horas diarias en niños y niñas menores de 3 años utilizan los aparatos electrónicos. Además, un 78,6% expone que las tecnologías se usan para juegos, Redes Sociales, entretenimiento, hablar con amigos y comunicarse en general.
En este sentido, señalan que entre las recomendaciones para prevenir estas violaciones a los derechos de las personas menores de edad se requiere más educación, capacitación y mayor preparación por parte de los responsables, mejorar la legislación, realizar campañas de prevención, educación y concienciación.
Para la presidenta ejecutiva del PANI, Ana Teresa León Sáenz, contar con el criterio de la ciudadanía “permitirá crear las estrategias y programas para el fortalecimiento de la educación, la prevención y la promoción”. Asimismo, agradece a todas las personas consultadas que con sus aportes “han enriquecido estas investigaciones”.
Fuente: http://www.elmundo.cr/padres-madres-demandan-educacion-mas-responsable-los-ninos/
NICARAGUA: Realizan tercer TEPCE del año
NICARAGUA: Realizan tercer TEPCE del año
Por: Tania Cerón Méndez
Fuente: http://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:39941-realizan-tercer-tepce-del-ano-en-colegios-de-managua
Maestros de la capital una vez más participaron de los Talleres de Evaluación, Programación y Capacitación Educativa (TEPCE) a través de los cuales logran fomentar la promoción y formación de valores, la calidad educativa y programación didáctica para el próximo mes de clases, avanzando de esta manera en las rutas por alcanzar la calidad educativa.
En el Centro Escolar Clementina Cabezas, escuela base ubicada en el Barrio San Judas del Distrito III, los docentes y directores de los centros de esa zona participaron del tercer TEPCE del año, asegurando que los encuentros les han permitido fortalecer sus conocimientos didácticos y pedagógicos.
“Los Tepce nos permiten analizar los encuentros anteriores y evaluar el trabajo que vamos a desarrollar junto a las Consejerías de las Comunidades Educativas, así mismo nos permite darnos cuenta si estamos cumpliendo con los objetivos de trabajo trazados en encuentros anteriores. Realmente los encuentros permiten que entre maestros intercambien experiencias asociadas a las nuevas estrategias educativas” manifestó Nidia Mena, Directora del Centro Clementina Cabezas.
El fortalecimiento de los conocimientos en los maestros ha permitido un mejor desempeño del proceso de enseñanza aprendizaje, al cual se le suma el apoyo de los padres de familia y tutores, quienes se manera activa colaboran en la educación de sus hijos.
“Este años estamos enfocados en trabajar en el enriquecimiento de los conocimientos pedagógicos, en el tercer encuentro trabajamos en el sistema de evaluación, a través material audio visual nosotros conocemos más a fondo las tareas a desarrollar en las aulas de clases. Los Tepce son claves para el avance en la ruta educativa donde además les brindamos a nuestros alumnos una educación integral en la que se conjugan los valores y principios” finalizó Nelda Gutiérrez, Centro Preventivo Los Quinchos.
La educación en Panamá enfrenta “un problema didáctico pedagógico”
análisis y diagnóstico sobre la problemática del sistema educativo panameño
Panamá/18 de Marzo de 2016/ Eltelemetro.com/Nimay González

El profesor Antonio Castillo, miembro de la Confederación de Trabajadores de Panamá, hizo este viernes un análisis y diagnóstico sobre la problemática del sistema educativo en el país, señalando que éste va más allá del problema en las infraestructuras.
Indicó, que si bien es cierto tener buenas escuelas es vital, más allá de eso, la educación enfrenta un «problema didáctico pedagógico» y un problema de falta voluntad de poner al frente de la gestión educativa a personas que enfrenten esta problemática, «usted puede tener una muy buenas escuelas, pero mientras no se solucione esto, siempre las decisiones educativas estarán al margen de los gobiernos de turno», enfatizó en RPC Radio.
A juicio de Castillo, en Panamá es necesario que el Estado empiece a pensar en decisiones pedagógicas y didácticas, y no únicamente en decisiones técnicas, además de capacitar a los docentes, evitar la burocracia y avanzar en temas éticos, como parte de los principios y los fines de la educación panameña.
Castillo agregó, que la implementación de la jornada única y el programa Panamá Bilingüe no van a resolver el problema de la educación, tal como no lo hizo en su momento la reforma educativa.
«Son remiendos, eso es como si usted a un pedazo de tela muy deteriorado, le pone un pedazo de tela fuerte, qué va pasar, la tela fuerte va a tirar de la tela deteriorada y va a ser mayor la rotura que se hace, esto lo veo venir con el tema de Panamá Bilingüe, el tema dela jornada única, tal como hicimos critica anteriormente al tema de la transformación curricular», puntualizó.
Fuente: http://www.telemetro.com/nacionales/Educacion-Panama-enfrenta-didactico-pedagogico_0_899611168.htm
Asesinan a un profesor en Guatemala delante de sus alumnos
Violencia Social en los espacios educativos
Guatemala/16 de Marzo de 2016/ El mundo.es
Un profesor de 33 años ha sido asesinado este martes mientras impartía clase a sus alumnos en una escuela de la aldea Las Marías, ubicada en el municipio de Chiquimulilla, perteneciente al departamento de Santa Rosa, a 100 kilómetros de la capital de Guatemala. El crimen se produjo cuando varios individuos ingresaron en la Escuela Oficial Rural Mixta y dispararon hasta en cinco ocasiones contra Gustavo Adolfo Arias Pineda, quien falleció delante de los 14 estudiantes que acudían a su clase.
Pese a que los bomberos acudieron al lugar de los hechos, nada pudieron hacer por salvar la vida de este profesor de segundo, cuarto y sexto grado de Primaria, que llevaba 13 años al servicio del Ministerio de Educación. Mientras, tuvieron que atender a los alumnos por crisis nerviosa tras presenciar el asesinato de su maestro.
A continuación, las clases quedaron suspendidas para que los investigadores policiales recabaran todas las pruebas para esclarecer este crimen. La viceministra de Prevención del Delito y la Violencia del Ministerio de Gobernación, María Elena Orellana, ha explicado que se ha interrogado a familiares del maestro para conocer si había recibido amenazas, al tiempo que ha apuntado que no se descarta que sea un «crimen pasional» o algo relacionado con los fondos del colegio, teniendo en cuenta que él era el responsable de los mismos.
No ha sido éste el único suceso con muertos que se ha producido en el país en las últimas horas, dado que en Ciudad de Guatemala han sido asesinadas una mujer de 37 años y su hija de 14 que se dedicaban a vender productos de primera necesidad en las casas de la zona 6 de la capital. Fue en uno de los callejones de este barrio donde varios pistoleros las dispararon a quemarropa causándoles la muerte, mientras que hirieron a una niña de 3 años, también hija de la víctima.
Este asesinato se ha producido en una de las zonas de la capital de Guatemala más afectadas por las extorsiones que exigen las pandillas bajo amenaza de muerte a comerciantes, taxistas y conductores de transporte público. Precisamente, el pasado lunes colocaron un explosivo en un comedor de la zona 6 capitalina, que causó heridas a tres personas, mientras que durante el pasado fin de semana fueron asesinadas en distintos hechos tres personas en este barrio, entre ellas, un menor de 16 años tras recibir once heridas de bala.
En el día de hoy también ha sido asesinado el ayudante de un conductor de autobús en el kilómetro 14 de la ruta al Pacífico, después de que varios asaltantes intentaran robarle el dinero recaudado. Precisamente, el sector del transporte público es el más afectado por los robos y las extorsiones, lo que ha provocado en lo que va de año 46 fallecidos, mientras que desde 2010 han sido asesinadas 1.859 personas, entre ellas 509 usuarios y 474 pilotos.
Pena de muerte
Así, Guatemala es uno de los países más violentos del mundo con una media de 16 asesinatos diarios, lo que ha reabierto en las últimas semanas el debate sobre la aplicación de la pena de muerte en el país, que es apoyada por ocho de cada diez ciudadanos, según varias encuestas publicadas por medios de comunicación locales.
Concretamente, la semana pasada cuatro diputados de los partidos Viva, Unionista y FCN-Nación (partido este último al que pertenece el presidente, Jimmy Morales), presentaron una iniciativa de Ley en el Congreso, con el fin de recuperar la pena capital, recogida en el artículo 18 de la Constitución de Guatemala pero con matices. De este modo, contempla que esta medida no podrá aplicarse ni a las mujeres, ni a los mayores de 60 años, ni a los reos por delitos políticos y comunes conexos con los políticos y a presos cuya extradición haya sido concedida bajo esa condición.
El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, ya se ha mostrado dispuesto a aplicar la pena de muerte si así lo aprueba el Congreso. Durante un acto celebrado en una base militar este martes, Morales ha insistido en que no hará uso del indulto presidencial en caso de que vuelva a estar vigente la pena capital. «No discutimos la Ley, sino que hacemos que se cumpla», ha sostenido, días después de que afirmara que «Guatemala está en un momento difícil y no vamos a dejar que nos siga poniendo de rodillas cualquier persona que trabaje al margen de la Ley». El líder del Ejecutivo hizo estas declaraciones pocas horas después de que estallara una bomba el pasado 6 de marzo en el interior de un autobús causando la muerte a dos pasajeros.
Sin embargo, Morales ya se ha encontrado con la oposición de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cuyo presidente, James Cavallaro, le pidiese este lunes que desarrolle las herramientas legales para abolir el castigo capital. En este sentido, le recordó durante una visita que hizo al país centroamericano que el artículo 4 de la Convención sobre Derechos Humanos, suscrita por Guatemala en 1978, no permite que los Estados apliquen la pena de muerte en situaciones no contempladas en el momento de la ratificación.
En esta línea, la Convención establece que toda persona condenada a muerte tiene derecho a solicitar amnistía, indulto o conmutación de la pena, al tiempo que señala que no se puede aplicar la pena de muerte mientras una solicitud de este tipo esté pendiente de decisión.
La pena de muerte dejó de aplicarse en Guatemala en el año 2000 y desde que se firmaran los acuerdos de paz de 1996, se ejecutaron a un total de 5 personas. Los últimos ejecutados fueron dos miembros de una banda de secuestradores que murieron por inyección letal el 29 de junio de 2000.
Ocho años más tarde, el Congreso de Guatemala aprobó una nueva Ley, que facultaba al presidente para decidir sobre los indultos, después de que en el año 2000 el entonces líder del Ejecutivo, Alfonso Portillo, renunciara a su capacidad para indultar a los reos condenados a muerte, lo que supuso la suspensión de esta medida por parte de la Corte de Constitucionalidad.
Pese a que el Congreso trató de retomarla en el 2008 con la aprobación de la citada iniciativa, el presidente en esa época, Álvaro Colom, decidió vetarla, lo que significó que no se pudo aplicar de nuevo en el país la pena de muerte, algo que tratan de recuperar ahora cuatro diputados.
Actualmente, 14 países de Centroamérica, Caribe y América del Sur tienen vigente la pena de muerte, si bien desde el 2008 no se ha aplicado. Así, además de Guatemala, está contemplada en Antigua y Barbuda, Bahamas, Cuba, Belice, Barbados, Trinidad y Tobago, Guyana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Jamaica, San Vicente y las Granadinas, Dominica y Granada.
Fuente: http://www.elmundo.es/internacional/2016/03/16/56e8e1d1e2704ea8758b45f6.html
Panamá necesita más educación técnica
Educación y oportunidades de capacitación técnica y profesional
Panamá/ 09 de Marzo de 2016/La Estrella
Según Esbrí, el gobierno está trabajando en mejorar la educación primaria, premedia y la capacitación técnica y profesional
El mayor activo de Panamá es su gente, pero se requiere oportunidades de capacitación
El 65% de los 232 mil trabajos que se van a requerir en los próximos años son en formación técnica y profesional en hotelería, gastronomía, turismo, logística y comercio, indicó ayer el secretario de Competitividad de la Presidencia de la República, Miguel Ángel Esbrí.
‘El país está creciendo 5.8% o 6%, lo que en términos nominales es casi cuatro o cinco veces más de lo que está creciendo la región; está siendo más competitivo y se están creando más puestos de trabajo, por lo que debemos esforzarnos en capacitar al activo más grande de Panamá, que es su gente’, subrayó.
Según Esbrí, el gobierno está trabajando en mejorar la educación primaria, premedia y la capacitación técnica y profesional, porque allí estará el gran reto de una economía que está creciendo y que es la envidia en la región.
‘La inversión extranjera directa se situó en más de $5 mil millones, pero para que permee en las clases sociales hay que educar a nuestra gente’, insistió.
El funcionario manifestó que desde hace cuarenta años, cuando una persona termina la educación media tienen dos opciones: ir la universidad o a trabajar, porque la oferta de los institutos técnicos y profesionales es casi nula y la existente solo se enfoca en hotelería y turismo, además de que el Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (Inadeh) entrega certificados que no dan créditos.
En esa misma línea, el presidente del Sindicato de Industriales de Panamá (SIP), Ricardo Sotelo, dijo que el Inadeh tiene un problema y es que si la persona que toma esos cursos quiere darle una continuidad, no puede porque ese certificado no es avalado por ninguna universidad, ni siquiera técnica; de manera que si la persona quiere seguir estudiando, tiene que empezar de nuevo .
El secretario de Competitividad hizo énfasis en que están trabajando para facilitar los trámites para abrir una empresa en el país y en su proyección, además de la transparencia institucional.
Panamá se encuentra en el puesto 69 del ‘Doing Business’ de los 189 países que conforman este ranking , que clasifica los países según la facilidad que ofrecen para hacer negocios.
En el último año, Panamá ha caído tres puestos en esta lista, según la cual es más difícil hacer negocios en el país.
Según el documento, el istmo bajó en nueve clasificaciones de diez, donde se mide: apertura de una empresa, manejo de permiso de construcción, obtención de electricidad, registros de propiedades, obtención de crédito, protección de inversionistas minoritarios, pago de impuestos, comercio transfronterizo, cumplimientos de contratos y resolución de la insolvencia.
Fuente: http://laestrella.com.pa/economia/panama-necesita-educacion-tecnica/23926728
Andragogía y educación popular: un diálogo inminente

Por: Julio C Valdez/ Venezuela
De lo que aquí se trata
La Andragogía, educación entre adultos, es una propuesta al quehacer educativo contemporáneo, especialmente en América Latina. Propone alternativas de enfoque y método tanto al mundo educativo universitario como a los procesos formativos de los llamados movimientos sociales.
La propuesta andragógica puede refrescar la universidad actual, sacudir un poco su estratificación piramidal; su sistema de promoción individualista, competitiva; su forma fragmentaria de conocer; su esquema evaluativo que da excesiva discrecionalidad al cuerpo docente. Apuntamos a una visión crítica de esa institución que logra mayor éxito en la medida que los estudiantes se desarraigan de sus contextos vitales y respiran una lógica de instrucciones y de obediencia irrestricta a la autoridad, y que muchas veces tiende a asumir esquemas de empresa privada, desde la búsqueda del máximo beneficio y el amor al lucro.
Pero la Andragogía también puede aportar elementos relevantes a procesos formativos en escenarios sociales emergentes, vinculados con la organización y movilización popular. Hablamos de una educación que se genera en problemáticas concretas, y abundan en recursos formativos que usualmente no son registrados y mucho menos sistematizados. Por otra parte, los programas formativos específicos emanados de instituciones oficiales, tales como ministerios y universidades, usualmente responden más a las racionalidades institucionales que a los requerimientos de las organizaciones comunitarias. (Valdez, 2010).
En el presente trabajo referiremos en qué consiste la propuesta andragógica y qué aporta a la educación formal y comunitaria de hoy. Siendo un enfoque orientado a la educación entre adultos, definiremos cómo concibe la Andragogía a la persona adulta y cómo caracteriza sus procesos de aprendizaje. Entendiendo que el mundo de la educación es tan complejo que hace necesario el diálogo entre y corrientes y propuestas, asumimos la necesidad de abrir diálogo fructífero entre enfoques con otras propuestas, con el propósito de enriquecerse mutuamente, sin que ninguna de ellas pierda su espacio cognitivo propio. En este sentido, escogemos la educación popular, tradicionalmente vinculada con la educación fuera del sistema educativo formal.
Qué es eso de la Andragogía
La palabra Andragogía que surge en Europa en 1833, empleada por Alexander Kapp, se recrea como disciplina en los Estados Unidos a inicios de los 70 del siglo pasado, en los planteamientos de Malcolm Knowless. Llega a América Latina en esa misma década, a través de Félix Adam, quien le imprime interesantes aportes. Mediante programas de postgrado, jornadas de investigación y diversas publicaciones, durante los años ochenta del siglo XX, la Andragogía logra expandirse por universidades y espacios comunitarios en buena parte del mundo.
La Andragogía nos señala algunos planteamientos fundamentales:
1. Por haber diferencias fundamentales entre los modos de aprender de niños y adultos, las estrategias han de ser diferenciadas. El adulto aprende valorando y analizando experiencias propias y ajenas, construyendo sus proyectos de vida y enfocando los problemas que surgen del desempeño de sus roles sociales.
2) Por ser el adulto un ser autodirigido y responsable de su propio proceso de aprendizaje, la educación debe ser necesariamente personalizada. Debe partir de los intereses personales y las búsquedas vitales. Y, aunque parezca contradictorio, esto sólo se logra cuando esas personas logran conformar comunidades de aprendizaje.
3) En la educación entre adultos, se trata de abrir todos los espacios posibles de aprendizaje. No es el sistema institucional el protagonista, sino cada una de las personas que decide aprender. Independientemente de los roles formales, todos los involucrados en procesos formativos son aprendices permanentes. Este es un punto altamente revolucionario.
Aportes de la Andragogía
Según Knowless y Adam, la Andragogía es a la vez arte y ciencia (Adam, 1977). Es estrategia formativa y campo del saber. Desde nuestra óptica, Knowless (1972), enfatiza el papel de la Andragogía como hecho tecnológico, mientras Adam, sin dejar de lado el hacer, aportó elementos relevantes para considerarla como ciencia.
Por otra parte, la Andragogía ha contribuido a refundar una visión humanista de la educación. Los seres humanos, en ella, somos multidimensionales, integrales, que requerimos de ambientes y oportunidades para crecer en todos los sentidos posibles. En cuanto a propuestas metodológicas, son innegables los aportes de la Andragogía a la educación entre adultos. Ha incidido en la adopción de prácticas más participativas, como por ejemplo la dinámica de grupos, el empleo del contrato de aprendizaje, y ha fortalecido el uso del método de proyectos.
También podemos decir que la Andragogía lleva en sí una postura transformadora. Supone que, por ser los adultos seres con tendencia a la autonomía, responsables de sí y de la convivencia con otros, con proyectos de vida en marcha, requieren para su formación ambientes flexibles, participativos, integrales. La apertura de estos espacios implica un ablandamiento de las estructuras educativas dominantes, caracterizadas por su rigidez tanto en los ámbitos formales como en los comunitarios. La Andragogía, pues, puede ser una brisa fresca en el endurecido sistema educativo existente.
La Andragogía como estrategia y disciplina
Desde nuestra perspectiva, la Andragogía constituye a la vez:
1. Un enfoque, en el sentido de proporcionar cierta óptica para mirar, nombrar y teorizar en torno al hecho educativo, y
2. Una estrategia en el sentido de presentar conceptos, principios y lineamientos para orientar la vivencia de los adultos en procesos de aprendizaje.
Una disciplina, desde nuestra mirada, es una matriz viviente, palpitante, conformada desde el encuentro de diversos autores-actores, con distintos enfoques y aproximaciones convergentes y también divergentes. Es el reto que señala Pereira (s/f): La Andragogía ha de integrar realidades disímiles entre diversos grupos y actores, en un universo de información que fluya entre la identidad y la diferencia, entre la unidad y la pluralidad. Ello la pone frente a la creatividad y la transgresión de lo cotidiano, y a la búsqueda de armonización de los rasgos interdisciplinarios de los participantes.
Lo anterior implica que la Andragogía está en proceso permanente de generación y crecimiento, pero también de revisión y de corrección. Su foco de estudio es la formación entre personas adultas, y todo lo que en ello está implicado. Sobre este ámbito nos ofrece un cuerpo sistemático de principios, conceptos y lineamientos estratégicos.
La reflexión compartida, al interior de la disciplina andragógica, favorece también el diálogo interdisciplinario, la relación íntima con otros campos del saber: la psicología, la historia, la antropología y la ergología, y también la biología, la sociología y la economía, entre otras (Adam, 1977).
Este desarrollo humano, desde la mirada de Félix Adam (1977), está mediado por la educación del adulto en sus dimensiones biológica, histórico-antropológica, social, psicológica y ergológica. La Andragogía es un camino muy importante para abrir espacios educativos que favorezcan el crecimiento de los seres humanos para vivir más plenamente, abriéndose al disfrute a la vez que al trabajo creativo en beneficio de sus semejantes.
Mas, si la Andragogía se enfoca en la educación del adulto, conviene delimitar bien qué se entiende como tal.
¿Quién es adulto?
Knowless (1972) vincula al adulto con el ejercicio permanente de autoconcepción, en oposición a su realidad vital, lo cual le plantea retos que van direccionando su conducta. Es decir, el ser humano no es algo definido, acabado, sino alguien que se concibe y se define a sí mismo en acciones que se confrontan con la realidad.
Por otra parte, Félix Adam (1977) también concibe al adulto como un ser en proceso de aprendizaje permanente, para potenciar su desarrollo pleno en diversas direcciones:
1. En los procesos fisiológicos y morfológicos.
2. En la comprensión y asunción de un rol histórico-cultural.
3. En la definición de su rol en lo económico, cívico y político.
4. En lo cognitivo, emocional y
5. En el plano de la acción, y el desarrollo de capacidades para accionar creativamente en el mundo del trabajo.
En este movimiento, el adulto definirá y decidirá conscientemente los pasos a seguir, asumiendo el despliegue de su experiencia, siendo principalmente él mismo su propio regulador (Adam, 1984b). El adulto construye saberes para orientarse en situaciones de incertidumbre. Es persona en proceso de humanización creciente que conlleva un despliegue de creatividad (Ludojoski, 2008). En otras palabras, hablamos de un proceso de autoeducación, mediante el cual elegimos libre y responsablemente qué aprender y cómo hacerlo.
De la mano con quienes enfocan la biografía humana como un medio de estudiar procesos sociales complejos (Ferrarotti, 1983 y Bertaux, 1983), miramos al adulto como un ser con historia. Como ser humano, el adulto sintetiza y retraduce el movimiento de la totalidad social. Podría afirmarse temerariamente que la sociedad se expresa por las acciones de las personas, sin restar a estas su autonomía y sus ámbitos de libertad. La historia no trata sólo sobre el pasado y el presente, sino también sobre el futuro, por lo menos como reto, como posibilidad abierta (Zemelman, 2002). Los procesos formativos entre adultos pueden articularse con esas proyecciones al futuro, o pueden modificarlas. Tratar con el adulto es moverse entre historias comunitarias, locales, nacionales, regionales y mundiales, e historias personales de vida entrelazadas, conformando tramas desde lo cotidiano.
Desde estos enfoques de investigación, asumimos que los adultos, en tanto humanos, son seres en relación que construyen colectivamente sus espacios sociales. Configuran la realidad desde sus actos de habla cotidianos (Taylor y Bogdan, 1990), articulándose bajo un sistema compartido de significados (Rusque, 1999). Ello les obliga a favorecer y maximizar las posibilidades de diálogo, acuerdos y negociaciones. En este sentido, los adultos son sujetos y autores (Dos Santos Filho, 1995). La Andragogía, por lo tanto, enfoca la constitución de relaciones de intercambio, reciprocidad y horizontalidad entre los seres humanos. No obstante, la formación que se da en la relación, en la conjunción de un sujeto colectivo, no menoscaba sino que enaltece el desarrollo personal.
Desde las corrientes humanistas y existencialistas, podemos ver que el adulto tiende a la autonomía y al desarrollo de la conciencia del nosotros, desde su modo de vida específico. Los sistemas educativos deben favorecer estas tendencias. Hablamos de experiencia, y ello equivale a proyecto (Adam, 1977), como vía para comprender y superar una realidad mediante un conjunto sistemático de acciones compartidas. Esto implica que tanto los fines que se persiguen como las reglas de juego han de ser generadas y eventualmente modificadas colectivamente. Expresado de otro modo, más que determinar que las personas desarrollen ciertas y determinadas competencias, se trata de propiciar ambientes para abordar visiones integrales de situaciones específicas, alimentar los modos efectivos de razonamiento, y permitir la libre escogencia de las opciones que los adultos determinen, personal y colectivamente.
Desde otro enfoque, el adulto es una persona socialmente productiva (se integra o busca integrarse al mundo del trabajo) y activamente recreativa. Sus procesos formativos han de tener en cuenta este sentido ergológico, mucho más allá de meros procesos de capacitación y adiestramiento, en búsqueda de la autorrealización y un sentido de existencia pleno, desde su medio laboral. Por otra parte, en el marco de la educación permanente, se propicia el disfrute como derecho y como modo de favorecer el desarrollo integral de las personas (Adam, 1977).
Un intento de síntesis
En síntesis, los adultos, desde la Andragogía, son seres:
1. Activos en el sentido pleno de la palabra, pero se trata de una actividad generada desde las relaciones mutuas. Los adultos actúan con autonomía en sus procesos de interpretar el mundo, en el reconocimiento, modulación y hasta control de sus emociones, y en la elección responsable de sus modos y ámbitos de acción.
2. Con tendencia a la integración de grupos y alianzas sociales con la familia, comunidades, grupos de amigos, y aún con la sociedad total (humanidad), como ente suprahumano. Ello implica el favorecimiento de la integración (no la reducción) de distintos niveles de conciencia: personal, grupal, comunitario, nacional, regional y mundial.
3. En procesos evolutivos que despliegan todas sus dimensiones humanas: física, biológica, sociológica, cultural, social, ambiental, antropológica, histórica y económica.
4. Que transforman permanentemente las realidades de las cuales son parte indisoluble. En este sentido, la sociedad es una trama multidimensional, contingente, resultante y condicionante de la diaria relación entre personas. Estas relaciones pueden ser de armonía y consenso, pero también de tensiones, desacuerdos y conflictos. De aquí la concepción de una necesaria tensión persona-sociedad, en la que se interpenetran permanentemente.
5. Que constituyen síntesis sociales, reapropiándose y retraduciendo lo social, y son a la vez sujetos activos en su conservación o su transformación.
¿Cómo se mira el aprendizaje desde la Andragogía?
La Andragogía, sin constituir aún una teoría del aprendizaje, cuenta con un conjunto sistemático de elementos relevantes. Estos pueden resumirse en dos ejes profundamente imbricados entre sí: un proceso de pleno desarrollo personal en un proceso mayor de creación de comunidades de aprendizaje.
Como proceso de desarrollo personal, el aprendizaje tiene su centro en la experiencia. Esta se asume como acciones conscientes, proyectadas intencionalmente desde los intereses particulares hacia metas de crecimiento personal y desempeño social (Adam, 1977). Las experiencias se van concatenando y, mediante un análisis crítico permanente, se cargan de sentido, resignificando el curso de los procesos vitales (Adam y Álvarez, 1987). Así, cada quien es responsable de sus acciones, y de los efectos de éstas en los demás. Hablamos de autodirección y autorregulación (Pereira González, 2005). Por lo tanto, el aprendizaje andragógico aporta conceptos, principios y ambientes adecuados para propiciar el autoconocimiento, la autodirección y el autocontrol (Knowles en Alcalá, 1998), planeando y desarrollando actividades que estén de acuerdo con sus formas de sentir y de pensar (Knowless, 1972).
La Andragogía, por tanto, no suprime ni minimiza la elaboración teórica, ni las reflexiones filosóficas, sino que las internaliza en la corriente de la vida cotidiana y de la construcción de proyectos vitales. El conocimiento no sólo guarda consistencia interna, o pertinencia científica, sino que es evaluado según sus aportes en la construcción de sentido desde lo cotidiano. Luego, la teoría, desde los procesos andragógicos, necesariamente tenderá a integrar diversas disciplinas (carácter inter y transdisciplinario).
Así, la educación es el camino privilegiado para viabilizar el crecimiento pleno del ser humano, que ha de vivir siendo fiel a sí mismo, en tanto realiza proyectos que incluyen a otros. El adulto, en el enfoque andragógico, es sujeto de su propia vida, y ello incluye los contenidos y los modos de aprendizaje (Adam, 1977). Esto quiebra la tradicional relación docente/discente, y convierte la experiencia educativa en una permanente relación entre pares. Quien por razones institucionales tenga a su cargo un rol de educador, deberá desempeñarse como un mediador, como un creador de ambientes que favorezcan el crecimiento de las personas en lo cognoscitivo, psicológico, emocional y axiológico (Gutiérrez y Román, 2005). En este sentido, se produce un cambio de polo magnético en el mundo educativo: no son los educandos los que han de adaptarse a las instituciones educativas, sino éstas las han de girar en torno a los intereses y necesidades de las personas.
No obstante, la autonomía y la autorregulación, lejos de conducir a una propuesta de corte individualista, favorece el aprendizaje compartido, la construcción de comunidades de aprendizaje, cuyo tamaño debe favorecer la tendencia a buscar consensos.
Podríamos intentar caracterizar el aprendizaje andragógico así:
1. Las acciones interpersonales de formación no sólo propician en las personas movilizaciones y reorganizaciones internas (esquemas de pensamiento, patrones afectivos, procesos valorativos), sino también tienen incidencia directa en el entorno, e inevitablemente tienden a transformarlo. De aquí que los procesos de formación, aún en una forma que pueda parecer muy privada, no pueden ser individuales y excluyentes, sino que pasan a ser un asunto social, compartido con otros.
2. Los procesos de aprendizaje, en la Andragogía, son parte de los procesos de vida de las personas. Ello implica que han de partir de las necesidades e intereses vitales de los adultos, y han de tomar en cuenta los espacios, lugares, momentos y estilos, así como las diferencias personales y culturales, en el camino de crear medios y condiciones para vivir esa vida con mayor plenitud. Lo anterior lleva a dar la mayor relevancia posible a la experiencia humana. La experiencia, como acción presente y pertinente, implica un reinterpretar, un reapropiarse de lo vivido. En síntesis, las pautas y las estrategias de formación han de corresponderse con la apertura permanente a la vida, en toda su complejidad e incertidumbre.
3. La Andragogía tiene como uno de sus conceptos cardinales el autoaprendizaje. El ser humano adulto, en relación con los otros, es capaz de plantearse tanto sus objetivos de aprendizaje como los medios más convenientes para desarrollarlos. El autoaprendizaje implica el principio de autorregulación del ser humano, en el sentido de que éste es capaz de asumir sus responsabilidades hacia los demás, y para sí mismo, según sus propios valores y convicciones, por encima de las directrices y los condicionantes de estructuras externas.
4. Los principios de libertad, respeto, autonomía y solidaridad, no son sólo fines de la formación andragógica, sino presencias vivas durante todo el proceso. Ellos estarán en el proceso de construcción colectiva de un ambiente de libertad, responsabilidad, democracia, afectividad positiva y transparencia, donde los grupos de adultos conciban sus propósitos y sus modos de desarrollar procesos compartidos y personales de aprendizaje. El ejercicio constante de la argumentación, la resolución de problemas, la toma de decisiones, los proyectos personales y compartidos, son modos específicos del proceso andragógico.
5. La experiencia andragógica requiere de la creación colectiva de un ambiente con dos cualidades fundamentales: una que permita la construcción compartida de normas claras y explícitas, donde cada cual se sienta bien y tenga claridad de las reglas de juego en que transcurrirá la experiencia de aprendizaje; otra cualidad es que se permita la libre expresión de afectos e ideas, en una reflexión permanente en torno a las historias personales y colectivas, con el fin de favorecer la autonomía y la autoconciencia, de cara a la búsqueda del crecimiento humano en todos los sentidos posibles.
6. La Andragogía favorece el conocimiento profundo de sí mismo, de las propias fortalezas, debilidades y potencialidades (autoconcepto) Desde esa exploración se va construyendo el proyecto de vida. Sólo es efectivo un proceso de construcción de aprendizajes, en la medida que las personas se conocen bien a sí mismas e intentan conocer a las demás.
7. La Andragogía se centra en el aprendizaje, no en la enseñanza. Más que un proceso de “recorrer” una serie de pautas y unidades curriculares, la Andragogía tiende a flexibilizar los modos de llevar a cabo un proceso de formación, de generar situaciones que favorezcan al máximo el aprendizaje entre las personas. El sentido que tenga el aprendizaje para las personas es más importante que la acumulación de unidades crédito. Ello implica que la formación ha de ser un proceso permanentemente creativo, significativo y vital, y las instituciones educativas tienen que transformarse para que eso sea posible.
Andragogía y educación popular
Para iniciar el diálogo entre Andragogía y educación popular conviene partir de una visión sustantiva de la sociedad en que vivimos. La visión predominante de la Andragogía, desde los años 70 del siglo pasado, seguía la de la llamada educación permanente señalada por la Unesco (Lengrand, 1973; Goguelin, 1973; Hesburg, Miller y Wharton, 1975, y Fauré, 1978).
En esta visión, la sociedad se acelera y complejiza de modo creciente. Y la educación ha de ser el canal apropiado de preparación de las personas para absorber ese conocimiento. La sociedad es una especie de macroorganismo que vive para sí y se nutre a sí mismo, con aparente independencia del quehacer cotidiano de los seres humanos. Sólo se concibe un proceso único por el cual han de transitar todas las sociedades, sin importar su ubicación, su historia y sus peculiaridades culturales. Y la educación no tiene otro camino que seguir la pauta exigida por ese gigantesco ente, como un engranaje más del sistema.
Según esta visión, los países más desarrollos científica y tecnológicamente marcarán siempre la pauta. Los países de América Latina, por ejemplo, tienen que mimetizarse para hacerse semejantes a esas sociedades con mayor desarrollo. Así, la educación latinoamericana queda anclada a conocimientos generados desde ciertos centros de poder de los países más poderosos. Estos conocimientos que vienen en paquetes científico-tecnológicos ya diseñados desde esos espacios de poder, no son absorbidos linealmente por nuestras sociedades llamadas subdesarrolladas o periféricas, sino que ameritan que reconfiguremos estas para que tales conocimientos puedan ser aprehendidos. En otras palabras, a nuestras sociedades de menor desarrollo tecnocientífico, sólo les corresponde transformarse en la medida que respondan a los patrones productivos y organizacionales de las sociedades con mayor nivel de desarrollo científico-tecnológico.
De esta forma, nuestra educación corre el riesgo de hacerse cada vez más enajenada y dependiente. Y, aún hoy, se escuchan a través de los grandes medios de difusión los mensajes que señalan la necesidad de supeditar la actividad educativa principalmente a los procesos de globalización (como la conciben las naciones de mayor poder de industrialización).
Sin embargo, hoy día podemos vislumbrar corrientes de pensamiento crítico sobre la configuración de las sociedades contemporáneas. El proceso de globalización es una imposición de un modelo social, económico y cultural, impregnado de los patrones fundantes de la civilización occidental y el capitalismo galopante, por parte de las altas esferas del poder de Estados Unidos y Europa (Fals Borda, 2007). Penetra en nuestras sociedades “periféricas” bajo complicidad de gobernantes y agentes económicos locales, que asumen estas pautas de colonización a cambio de provechos particulares. Hay un juego de apariencias y trampas donde se predica la libre competencia entre todos, el mercado como regulador de la vida social, pero se oculta que sólo los países con mayor desarrollo pueden llevarla a cabo con mayores posibilidades de éxito. Se trata, en fin, de un pensamiento único y de una política única (Borón, 2006).
La visión crítica latinoamericana percibe que, bajo la aparente imposición mundial de la globalización, su modelo fundante ha empezado a hacer aguas (Rauber, 2006). El crecimiento vibrante de los circuitos de pobreza, de inequidad, de lacerante exclusión, genera por doquier procesos de insatisfacción creciente y de decepción en los capitalismos llamados democráticos en América Latina (Borón, 2006). Por otro lado, esta situación apunta a la generación y articulación de luchas y procesos libertarios, como por ejemplo los Foros sociales.
Desde estos escenarios en despliegue creciente, conviene repensar la educación. Esta puede rediseñarse a partir de una agenda de justicia social que revierta la situación de explotación de los trabajadores. La educación popular, por ejemplo, intenta la construcción de una sociedad profundamente democrática, en la que todos los hombres y las mujeres participen directamente en la orientación de los cambios sociales y en la toma de decisiones. Esa búsqueda ha de conducir al logro compartido del máximo grado posible de desarrollo humano y puedan contribuir, en condiciones de igualdad, a la construcción de un mundo mejor, más solidario, más cooperativo, en una mejor y mayor armonía con la Naturaleza (Coppens y Van de Velde, 2005).
Paulo Freire, según Mejía, insiste en mantener la capacidad de lucha contra toda forma de dominación, construyendo, desde la educación, acciones colectivas que apunten a la crítica de la ideología dominante. Se trata de apostar a la educación para la construcción de la sociedad en clave de liberación, construyendo nuevos escenarios signados por nuevas formas compartidas de poder. Marco Raúl Mejía se hace eco de las palabras de Freire, quien señala que la educación es una creación histórica que lleva en sí decisión, voluntad política, movilización, organización de cada grupo cultural con miras a fines comunes, que exige, por lo tanto, cierta práctica educativa coherente con esos objetivos. Que requiere de una nueva ética fundada en el respeto a los diferentes (Mejía, 1999).
En este sentido, la educación popular es una propuesta alterna a la explotación económica, la discriminación social, la dependencia cultural y la dominación política. Ha de ayudar a las personas en la identificación y análisis de las causas y consecuencias estructurales e históricas de los fenómenos sociales a partir de sus manifestaciones concretas. En otras palabras, mientras persistan desigualdades, la educación popular seguirá siendo necesaria, pues ella no termina con la liberación de los sectores oprimidos sino que debe alcanzar también la liberación de los sectores opresores, apuntando más generalmente a la superación de toda estructura injusta de sumisión-dominación, en sus manifestaciones sociales, económicas, culturales y políticas. (Coppens y Van de Velde, 2005).
Lo anterior pasa por un trabajo intenso de transmutación de la consciencia personal y social, desde la percepción espontánea hasta la consciencia crítica. Ello habla de un compromiso histórico, desde el cual los seres humanos asumiremos el papel de sujetos en el proceso permanente de hacer y rehacer el mundo (Freire, 1979).
La educación popular es fuente de profundo debates, de estudio crítico, que la replantean permanente y prefiguran interesantes perspectivas. Por ejemplo, Alfonso Torres (2007) señala las siguientes:
1. La educación popular ha de continuar y afinar la lectura crítica de la realidad, incorporando aportes de otros enfoques, disciplinas y quehaceres.
2. Debe fortalecer no sólo su capacidad crítica, sino también la posibilidad de generar utopías cargadas de esperanza.
3. Ha de retomar su papel en la generación de propuestas y esquemas teóricos en torno al hecho pedagógico mismo.
4. La educación popular tiene como reto vincularse a los movimientos sociales y otros actores sociales, en la construcción de espacios cada vez más democráticos.
5. Debe continuar haciéndose sentir en el mundo de la educación formal, con potencialidad transformadora.
6. Ha de reactivar los espacios y procesos de formación de educadores populares comprometidos, militantes.
7. Requiere contribuir en la lucha contra toda forma de discriminación, debido al género, a la proveniencia étnica, y cualesquiera otras.
8. Debe incidir en las propuestas democráticas que fortalezcan un movimiento ciudadano, que incida en las políticas públicas y en la construcción del poder local.
9. Incidir en las iniciativas de alfabetización y de educación de adultos en general.
La Andragogía y la educación popular
Desde los planteamientos anteriores, intentaremos algunas incorporaciones a la Andragogía. Una vez descrito el proyecto de la educación popular en el continente (y aún más allá), nos abriremos a los aportes de la disciplina andragógica.
Conviene señalar con énfasis que no se trata de fusionar ambas disciplinas en una sola cosa. Cada una de ellas tiene su propio espacio; lo que nos proponemos en las siguientes líneas es integrar dimensiones específicas de las dos.
La educación alternativa, popular, si bien se orienta a la liberación progresiva de los seres humanos y a la lucha contra la dominación, tiene que centrarse siempre en el desarrollo pleno de las personas en lo biológico, social, cultural, ambiental, antropológico, histórico y económico. No son orientaciones opuestas, sino absolutamente complementarias.
En la medida que favorecemos nuestro pleno desarrollo tenemos necesariamente que incidir creativamente en las condiciones socioambientales que pudieran oprimirnos, y viceversa. Esto abarca no sólo el entorno inmediato, sino la sociedad como un conjunto mayor.
Y, como síntesis sociales que somos, la lucha cotidiana por el desarrollo pleno/ liberación abrirá infinitas lecturas para que otros se reapropien y retraduzcan sus propias realidades.
Lo anterior implica también repensar la relación persona-sociedad. Es decir, no se trata de fijar la mirada sólo en uno de esos factores, sino en ambos a la vez, desde un enfoque más integral. La Andragogía, con la educación popular, abre la posibilidad de que practiquemos un conocimiento cada vez más profundo y completo de nosotros mismos, incluyendo nuestras debilidades y fortalezas.
Mas, ese “nosotros mismos” no es una habitación cerrada, una dimensión aparte, sino una síntesis, una integración específica de la sociedad total. Así, al entrar a lo más profundo del sí mismo, seguiremos encontrando también lo que nos rodea, y mirándonos los unos en los otros. Por ende, cada uno de nosotros, supuestos individuos, y la sociedad como un todo, constituimos una trama multidimensional más amplia y activa.
En consecuencia con lo anterior, desde la integración Andragogía/ educación popular, las acciones formativas contemplan una síntesis dinámica entre los procesos personales y los procesos colectivos. El orientar nuestros proyectos de vida hacia procesos sociales de liberación y transformación social, hacia la creación de espacios compartidos de dignidad, justicia y equidad, va de la mano con procesos de auto-observación, de estudio de nuestras reorganizaciones internas, de reconocimiento, modulación y hasta control (que no represión) de nuestras emociones y la revisión permanente de nuestros esquemas de valoración.
Así, el proceso de generación de aprendizajes, desde la Andragogía/ educación popular, es un ejercicio de libertad y autonomía, en el sentido pleno de las palabras. Más, esa libertad autonómica no conduce al afianzamiento de intereses y beneficios egocéntricos, particularizados, sino que se orienta a favorecer el crecimiento multidimensional de todas las personas posibles.
Por tanto, hemos de vivir nuestras responsabilidades hacia los demás y hacia nosotros mismos, según nuestros propios valores y convicciones, por encima de las directrices y los condicionantes de estructuras externas. Nos referimos a la posibilidad de orientar nuestras acciones de aprendizaje, en una trama reticular en la que nos conectamos con todos los seres humanos posibles, a crear espacios de crecimiento, desarrollo, libertad, justicia y equidad.
Hablamos de desarrollar proyectos de formación compartida asumiendo un espiral creciente que nos involucra a nosotros mismos, a nuestras familias, grupos de amigos, vecinos, ciudades, la nación entera y aún la humanidad. Ello implica el favorecimiento de la integración (no la reducción) de distintos niveles de conciencia: personal, grupal, comunitario, nacional, regional y mundial.
Por tanto, en la Andragogía/ educación popular, los principios de libertad, respeto, solidaridad, equidad, justicia, no son fines a lograr, sino espacios a construir a lo largo de los procesos de aprendizaje. Para hacer esto posible, se requiere que los seres humanos comprometidos en las experiencias formativas, puedan generar un espacio compartido que integre a un tiempo la libertad, el respeto mutuo, el disfrute y la expresión plena.
Ahora bien, no se trata de un ambiente neutral, aséptico, para pasarla bien, sino un contexto para plantearse retos, para problematizar el mundo y problematizarnos nosotros. La argumentación, el cuestionamiento, el afinar la mirada para percibir cualquier situación de justicia y de opresión, la crítica profunda, son componente para la generación de proyectos personales/ colectivos destinados a transformar / transformándonos.
La problematización y la crítica perenne, particularmente las que nos hacemos a nosotros mismos, constituyen modos de abrirnos a todas las lecturas posibles del mundo. No es sólo conocerlo empleando los esquemas y procedimientos heredados de culturas dominantes, sino aprehenderlo desde una síntesis de mediaciones culturales en creación permanente.
Así, además del aporte de ideas, conceptos, constructos y esquemas teóricos, hablamos de asumir otros modos de recrear el mundo, como la práctica artística, las metáforas, los saberes ancestrales. Ello implica la máxima apertura posible de nuestros sentidos, de nuestras constelaciones afectivas y de nuestros esquemas de pensamiento, para acceder a una comprensión cada vez más profunda y total del mundo.
En síntesis, la Andragogía/ educación popular son concepciones prácticas de educación, que se hacen y se piensan desde la vida y para la vida. Han de ocurrir en nuestros espacios vitales, abarcando todos nuestros momentos. Han de fluir con nuestros intereses y desenvolvimientos vitales, atendiendo estilos y particularidades personales/ culturales.
Se trata, en fin, de abrirnos cauces a experiencias de libertad plena, convividas con otros, creando sentidos y propósitos compartidos, liberando posibilidades de expresión y afectos. De este modo, surgen los ambientes apropiados para que los seres humanos generemos nuestras historias de vida, imbricadas profundamente con las de otros, de cara a la búsqueda del crecimiento humano en contextos de libertad, justicia y equidad.
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(Texto publicado en el libro:
COMUNICAÇÃO, EDUCAÇÃO E CIDADANIA
Saberes e vivências em teorias e
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De autores diversos.
RED AMLAT. 2013)





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