Page 3 of 3
1 2 3

Oriente Medio: Aumentan en el Líbano los matrimonios infantiles de niñas sirias refugiadas

Noticia/ 06 de mayo de 2016 / Por: mundo.sputniknews.com

LÍBANO (Sputnik) — El número de matrimonios entre menores de edad está creciendo entre los refugiados libios en el Líbano, advierten las ONG.

«Podemos confirmar que ha crecido el número de matrimonios infantiles entre los refugiados sirios: en el Líbano también se casan menores y es legal», explica a Sputnik Nóvosti Maya Ammar, de la ONG libanesa Kafa.

Un estudio universitario elaborado en Beirut en 2015 indicaba que el 23 por ciento de las mujeres sirias en el Líbano se había casado antes de cumplir 18 años.

Una encuesta de la ONU de 2014 señalaba que el porcentaje de matrimonios infantiles entre los refugiados sirios en el Líbano era más alto que antes de la guerra y que el 18 por ciento de las chicas encuestadas se había casado entre los 15 y los 18 años.

No hay estadísticas fiables sobre el aumento de los matrimonios infantiles, pero algunas ONG han constatado que la edad de las novias ha disminuido: la mayoría tienen entre 14 y 16, pero existen casos de 12 y 13 años.

En Siria y en el Líbano todas las confesiones aceptan que los menores se casen.

El matrimonio pertenece a la esfera religiosa, no civil.

«La mayoría son concertados, no son resultado de la libre voluntad de los contrayentes menores, cuando tienes menos de 18 años no puedes consentir», subraya Ammar.

La inmensa mayoría de los menores sirios casados son niñas, el porcentaje de niños es muy reducido.

Suelen desposarlas con hombres de entre 20 y 30 años, que a menudo son sirios y muchas veces parientes.

«Pero también hay hombres libaneses que se aprovechan de la situación de las chicas y a cambio de casarse ofrecen ayudar a las familias con el alquiler o con un trabajo», recalca Ammar.

Amina tiene 17 años y ya está divorciada; a los 15 la casaron con un joven libanés de 26 años cuya madre la solicitó en matrimonio.

Los padres de Amina, nacida en una zona rural cercana a Damasco, la capital siria, aceptaron la oferta después de consultar a su hija, la mayor de ocho vástagos.

Amina y su familia huyeron de los bombardeos y los combates hace dos años y medio y se refugiaron en la localidad libanesa de Saadnayel, en el valle de la Bekaa, cerca de la frontera con Siria.

Se alojan en una minúscula vivienda de dos habitaciones cuyas paredes parecen a punto de desmoronarse.

El alquiler, incluida la electricidad, les cuesta 175 dólares, según explica Um Jalil, la madre de Amina, que también se casó cuando era menor de edad.

«El matrimonio infantil siempre ha existido en Siria y en zonas específicas del Líbano, pero ha aumentado con la crisis por la guerra siria», indica Lama Naja, coordinadora del programa de Respuesta de Emergencia del Centro de Recursos para la Igualdad de Género Abaad.

Los matrimonios de menores sirias también se han incrementado en Jordania, Irak y Egipto.

La mayoría de las chicas que se casan antes de los 18 años son de áreas rurales.

«Las principales razones de estos matrimonios son la pobreza y la intención de proteger a las hijas del acoso sexual o la explotación a la que podrían estar sujetas», señala Naja.

En el caso de Amina, sus padres vieron la posibilidad de alimentar a un hijo menos.

Tres de sus hermanos, de 14, 12 y 10 años han dejado de ir a la escuela y venden verduras en una tienda o en la calle por unas libras libanesas para ayudar a pagar los gastos familiares.

El 1,1 millón de sirios registrados como refugiados en el Líbano son considerados como residentes extranjeros porque este país no firmó la Convención de Refugiados de la ONU.

Cada sirio mayor de 15 años tiene que pagar 200 dólares al año para renovar su permiso de residencia, una cantidad que la mayoría no puede permitirse.

Los refugiados tienen que registrarse a través de la ONU como residentes bajo la condición de no poder trabajar o a través de un patrocinador libanés.

Según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) de hace un mes, el 56 por ciento de los sirios refugiados en Líbano no tiene permiso de residencia.

Los que viven en tiendas no se libran de pagar alquiler, ya que los dueños de los terrenos donde se instalan les cobran.

«A algunas niñas las casan para poder pagar el alquiler unos meses», recalca Naja.

Amina estuvo casada tres meses.

Su boda fue tres semanas después de ver a su pretendiente por primera vez.

«Enseguida llegaron las peleas, me maltrataba psicológicamente, me dejaba sola con su familia, que me daba órdenes, me despreciaba, gritaba, sexualmente no me trataba bien y tenía otra novia, quería una segunda esposa», cuenta Amina a Sputnik Nóvosti.

«Yo pensaba que el matrimonio era diferente, ya no pienso en volver a casarme y creo que es un error que las chicas se casen antes de los 18 años, hay que pensar muy bien antes con quien te casas», afirma Amina.

Esta joven trabaja como voluntaria en las actividades que una ONG libanesa realiza para niños sirios refugiados en Saadnayel y ahora se dedica a advertir a las menores de que no accedan a contraer matrimonio.

Las niñas casadas se enfrentan a consecuencias nefastas: «Las privan de su educación, del movimiento libre, no pueden salir de casa, sufren violencia sexual y embarazos prematuros, son niñas criando a otros niños», advierte Saja Michael de Abaad.

«Hay muchos matrimonios temporales, algo específico del contexto de los refugiados, hay hombres que ofrecen dinero por casarse con las menores y luego se divorcian tras dos o tres meses», alerta la experta de Abaad.

«La chica vuelve a casa socialmente estigmatizada: ya no es virgen, está divorciada y probablemente no se vuelva a casar; y en el caso de las que regresan embarazadas, la familia que la casó por razones económicas se encuentra con que tiene un miembro más que alimentar», expone Michael.

Muchas menores casadas son víctimas de violencia doméstica perpetrada por sus maridos o por sus parientes políticos.

«Muchos matrimonios infantiles empiezan con una violación y siguen así, el embarazo es muy peligroso para la salud de las niñas porque su cuerpo no está preparado», destaca Ammar.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los embarazos infantiles y las complicaciones que conllevan son la segunda causa de muerte de las chicas de 15 a 19 años en el mundo.

 

Fuente: http://mundo.sputniknews.com/orientemedio/20160506/1059394820/libano-matrimonios-ninas-siria.html#ixzz481Q7z5CN

Foto: KAFA/Youtube

Comparte este contenido:

Caso “Matatena”, reflejo de pocas acciones de educación sexual y políticas públicas: experta

www.educacionfutura.org/05-05-2016/ Por:  Erick Juárez Pineda

Las autoridades educativas no solo deben actuar con firmeza contra los casos de abuso infantil, sino que deben establecer políticas y programas urgentes de educación sexual para niños, maestros y padres, así como tener una mayor vigilancia en los centros escolares, señaló Eugenia Flores.

Flores, reconocida educadora sexual, en entrevista para Educación Futura, advirtió que la Secretaría de Educación Pública (SEP) se ha tardado en establecer medidas de confianza y control en escuelas públicas y privadas, a fin de prevenir casos como el del Jardín de Niños Montessori-Matatena.

Explicó que los niños menores de 6 años son los más vulnerables a abusos sexuales, pues son las personas más indefensas y existe un mayor riesgo porque están siendo educados para obedecer a sus mayores.

“Unos de los principales riesgos es que en las escuelas y los hogares a los niños se les enseña a obedecer a todos los adultos, sin cuestionar nada de lo que se les dice”.

En este sentido, dijo que es fundamental instruir de manera adecuada a los niños, para reportar o evitar abusos a su persona. Para lograr esto, agregó, es necesario un acompañamiento psicológico, pedagógico y jurídico, todo desde un marco de enseñanza y aprendizaje.

Señaló que si se ha detectado un caso de abuso sexual como el caso del Jardín de Niños Montessori-Matatena, es fundamental, primero, ver si los niños son conscientes de que han sido agredidos y, a partir de ahí, comenzar a actuar.

“Suena polémico, pero muchas veces los niños no se han percatado del todo que han sufrido un ataque, y por lo tanto, aunque se sienten confundidos, no se les ha generado algún tipo de trauma. No es necesario hacerlo”.

manifestacion-montessori3Puntualizó que en primer lugar, se debe hablar con el menor para saber qué tanto daño tiene, y si se percibe que no ha sido vulnerado psicologicamente, la tarea siguiente es orientarlo para evitar que sea una nueva víctima de abuso.

Sin embargo, indicó que si el niño presenta diversas anomalías en su comportamiento, es fundamental que sea atendido por diversos expertos, para que eviten que el daño sea mayor y pueda el niño sentir confianza en los centros educativos.

Autoridades poco capacitadas

Ante el caso de abuso de la escuela, la sexóloga señaló que las autoridades aún no cuentan con mecanismos eficientes de atención, prevención y difusión de medidas al respecto.

“Considero que a las autoridades educativas, de procuración de justicia y administrativas no tienen la suficiente capacidad para atender este tipo de casos, pues, como vemos, se siguen presentando en diversas partes de la República”.

Finalmente, consideró que a partir de ahora, non basta con que se despida a los funcionarios que no atendieron oportunamente esta situación, pues “con ello no se arregla nada”; por lo que es necesario establecer medidas jurídicas y legislativas al respecto, donde exista la participación de toda la sociedad civil y gobiernos de los tres niveles.

Comparte este contenido:

Impactantes revelaciones de una chica de 15 años quien se libró de la explotación sexual en Colombia

Colombia/Paola Morales Escobar / 24/04/2016/ Noticia al día

En plena vía pública, en presencia de los transeúntes y comerciantes, más de 209 niños, niñas y adolescentes son explotados sexualmente en el centro, según la Alcaldía de Medellín.

Rosa*, de 15 años de edad, fue una de ellas. En las noches, durante nueve meses frecuentó algunos de estos lugares en donde los menores de edad son incitados a vender su cuerpo.

 “Yo ya me di cuenta que a veces se aprovechan de nosotros porque somos jóvenes y no tenemos a nadie, así también lo hacen con los vicios y las necesidades. También hay maridos que reciben el dinero”, cuenta la joven, oriunda del departamento del Cesar.

Ahora trabaja en una tienda, empaca verduras y ayuda en los oficios del lugar, además asiste al programa Casa Vida, de la Alcaldía de Medellín, que atiende a 40 niños, niñas y adolescentes víctimas de la explotación sexual infantil.

Allí, según Marielisa Ruiz Camacho, coordinadora del programa, la atención comienza en calle, donde los psicólogos y pedagogos establecen vínculos con los menores de edad y los invitan a asistir a los talleres.

La experta señaló que hay modalidades de explotación sexual infantil soterradas, que no están a la vista de la sociedad, que no se exponen en la vía pública, pero que implican la vulneración de derechos para los menores de edad.“Desde que llegan acá hay una reactivación del restablecimiento de derechos. Se les brinda la oportunidad de realizan un aprestamiento escolar y de nivelarse, también asisten a cursos técnicos para un futuro laboral”, dijo Ruiz.

Por eso, las únicas cifras que hay de menores de edad explotados son el récord de casos atendidos por la Alcaldía. De pornografía infantil, matrimonios serviles, Turismo sexual infantil y trata de personas, no existen datos concretos, muchos menos estudios e investigaciones de laAdministración municipal.

Según un informe de la Universidad de Antioquia, la falta de información se debe a la carencia de registros oficiales, además del temor social que tienen las víctimas y sus familiares a denunciar.

“De las modalidades de explotación, en la ciudad solo hay información de la abierta o en calle. Pero la problemática se presenta en barrios u otros sectores que no están en los registros oficiales”, dijo Iván Felipe Muñoz, profesor e investigador de la Universidad de Antioquia.

La misma investigación evidenció que en la comuna 10 (La Candelaria) los lugares o puntos de encuentro en donde se ubican los menores de edad aumento en un 550 por ciento; es decir, de dos sectores pasó a 11 en el 2012.

Esta situación de crecimiento desproporcionado, señaló el académico, se debe hay una tendencia a la reproducción social de la problemática: los hijos e hijas de madres explotadas sexualmente o se dedicaban a la prostitución tienden a dedicarse a lo mismo.

Todo esto se debe a que, según Cesar Zapata, de la Unidad de Niñez de la Alcaldía, en la ciudad encontramos familias con alto nivel de disfuncionalidad, que han legitimado la explotación sexual infantil, pues significa una opción de vida más.

“Pero tampoco se trata de señalar o juzgar, pues dentro de esa cadena hay muchos factores, actores, un contexto cultura. Se trata de una sociedad que no cuida y protege sus niños”, agregó el psicólogo.

Las leyes en contra de este flagelo

A la falta de información se agrega que la explotación sexual comercial es un fenómeno que la legislación apenas está regulando. Por lo que hay que hacer partícipes de estos cambios a los ciudadanos, que ante un contexto social irrespetuoso de los derechos de los niños, aceptan esta situación.

Según Lina Marcela Estrada, docente de la Facultad de Derecho la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), hay normas que han vinculado hoteles y aerolíneas con el objetivo de que denuncien cuando un adulto ofrezca estos servicios o estén ante la explotación sexual.

“Siempre habrá modalidades donde se puede sancionar la persona desde el punto de vista penal, judicializando al adulto a través de la Fiscalía, pero además debe generar un proceso de protección administrativo para los niños, de restablecimiento de sus derechos”, dijo Estrada.

Para él, el daño que les causa a los niños es irreparable, por eso las autoridades deben actuar desde la prevención y vinculando a otros actores, para que historias como la de Rosa no se repitan.Por eso, según Muñoz, se requiere que las acciones también ataquen a esos actores que participan de la cadena de explotación, como los expendios de droga, bares, tabernas y algunos hoteles. Intermediarios como taxistas, administradores y empleados, que reciben alguna comisión y se lucran del negocio.

En Casa Vida vuelven a ser niños y niñas

En un internado en el corregimiento de San Cristóbal, la Unidad de Niñez, por medio del proyecto Casa Vida, atiende a 21 niños que fueron víctimas de explotación sexual infantil.

Allí, en medio de la naturaleza, recuperan su niñez, vuelven a pintar, a imaginar, a crear y a jugar. La confianza hacia ellos mismos regresa de a poco, pero también el poder relacionarse con los demás de forma sana.

“Nosotros hacemos trabajo vocacional y ocupacional, hacemos abordaje desde la educación obligatoria, trabajamos con los chicos las habilidades sociales, con un plan de formación humano para el desarrollo integral”, dijo Catalina Salazar, coordinadora del programa Casa Vida 2.

Para ella, el objetivo es resignificar la vida de estos niños, que comiencen a soñar, a creer que todo lo que se proponen puede ser posible, pues comienzan a ver en ellos unas potencialidades, habilidades de trabajo y liderazgo.

En el programa, que lleva siete meses, los menores de edad también reciben talleres sobre prevención de consumo de sustancias sicoactivas, expresión corporal y prevención de enfermedades.

“Tenemos una propuesta de atención bajo tres fases de tratamiento, donde el proceso es totalmente pedagógico y con asistencia a la vulneración, amenaza e inobservancia de sus derechos de los niños y niñas”, dijo la pedagoga.

El objetivo es que los menores de edad cambien su estilo de vida y hábitos sociales obtenidos por la calle, las drogas y otros vicios, y se conviertan en recuerdos para no repetir.

Por eso, los maestros y terapeutas realizan una atención desde la familia, con los padres o abuelos. Pues son ellos los que les podrán brindar apoyo y compañía cuando salgan. Ellos cumplen una función importante en la recuperación de los niños y niñas.

En este lugar pueden retomar sus estudios, disfrutar de la naturaleza, del deporte. Los fines de semana realizan actividades recreativas, que les permiten compartir, volver a ser niños y niñas, disfrutar de lo simple.

Hasta el momento, contó la directora del programa, uno de los logros ha sido poder reintegrar a una niña a su familia.

“Esto, por determinaciones del comisario de familia, donde se identifica que hay unas condiciones favorables para volver a colocar al menor de edad”, explicó Salazar.

*Nombre cambiado por seguridad.

Paola Morales Escobar
Redactora de EL TIEMPO
inemor@eltiempo.com
Twitter: @paoletras

Fuente de la Noticia: http://noticiaaldia.com/2016/04/impactantes-revelaciones-de-una-chica-de-15-anos-quien-se-libro-de-la-explotacion-sexual-en-colombia-especial-el-tiempo

Imagen: http://cdn.noticiaaldia.com/wp-content/uploads/2016/04/987654-400×200.jpg

Comparte este contenido:

Crisis de la develación del Abuso Sexual Infantil: Madre como víctima secundaria e impacto familiar

abusomadre-640x364

El impacto que genera el Abuso Sexual Infantil (en adelante ASI) en los niños, niñas y adolescentes (en adelante NNA) que lo viven y sus familias, cobra ribetes importantes en torno a las consecuencias de esta grave vulneración que, de no mediar la posibilidad de una intervención especializada, podría dejar huellas indelebles, que marcarán la vida de éstos, para siempre. Como refieren Perrone y Nanini (2010), el fin de la relación abusiva no implica el fin del hechizo, cuando el ASI ha conformado este tipo de extrema relación  de violencia, por lo que más sentido cobra el hecho de que las víctimas y sus familias cuenten con la posibilidad y por ende se les garantice el derecho a resignificar el daño.


La intervención centrada en la responsabilización y no en la culpabilización, concepto este último que solo inmoviliza y que por cierto no es lo que los NNA necesitan, es lo que debe primar siempre en la intervención.

La develación de un ASI de un NNA, ya sea que se haya dado de manera premeditada o accidental, trae aparejado una serie de movimientos necesarios de realizar que se esperaría comenzaran al interior de las familias. En nuestro país, quienes mayoritariamente “deben proteger” a los NNA, luego de develado el “secreto” y el comienzo del final de la “la ley del silencio”, son las madres de dichos NNA. Estas, a lo largo de una serie de investigaciones y de relatos de quienes intervienen con dichas mujeres madres, las han situado muchas veces, en el lugar de posibles “culpables” de la ocurrencia y de la mantención de la vulneración, como si el ser parte de dinámicas e interacciones altamente abusivas, fuese lo que cualquier figura materna quisiera experimentar y por ende vivir.

Si bien la teoría y los autores expertos en la temática del ASI y su dinámica específica (léase por ejemplo a Perrone y Nannini, Barudy, Intebi, Ravazzola, Summit, entre otros), han estudiado ampliamente las características particulares de estas familias y de las figuras maternas donde se genera el ASI, no es menos cierto que la responsabilidad de la ocurrencia y mantención de esta dinámica, es de única responsabilidad de quien ejerce la violencia en la esfera sexual de los NNA, por ende, del agresor. Éste, como claramente señalan Perrone y Nannini (2010), “es un adulto, que ha alcanzado completamente el desarrollo sexual, así como la capacidad de discernimiento, de alerta, de discriminación con respecto a la ley, la sociedad y la responsabilidad por lo que los abusos forman parte de una construcción voluntaria y consciente”. Es así que, este agresor sexual adulto, valiéndose de su posición de poder que ha detentado por años, entrampa no solo al NNA víctima, sino que a todos los integrantes del grupo familiar.

La diferencia claramente está en las diversas reacciones que pueden demostrar las madres ante una develación, y como bien refiere Barudy (1998), existirán las que: a) les es imposible creer que algo así haya sucedido al interior de su familia, son ambivalentes; b) otras que sabían de la ocurrencia del ASI pero, estaban imposibilitadas de generar mecanismos protectivos y un tercer grupo que; c) en algún grado actúan como cómplices y privilegiarían al adulto agresor por sobre el NNA víctima. Este último grupo, sería pequeño y por ende estadísticamente no representativo, en palabras del autor referido.

Lo importante en este camino a la re significación de la experiencia traumática, puesto que ningún NNA está preparado como refiere Summit (1983), “para ser molestado por un adulto de confianza, por lo que el niño queda enteramente dependiente del intruso ante cualquier realidad que sea asignada a la experiencia”, es como bien han referido dos psicólogas chilenas Martínez y Sinclair (2006) en cuanto a la necesidad de rescatar a estas figuras (las madres), dado que estaría demostrado que la credibilidad de éstas, el apoyo y protección (todos temas que en los dos primeros grupos de madres definidos por Barudy, es posible de trabajar), conforman el ingrediente trascendental en el proceso de superación de las secuelas del ASI en la vida de cualquier NNA.

Agregan las autoras mencionadas algo que sin duda quienes hemos intervenido en la temática de re significación del daño, sabemos  y vemos con claridad en cuanto a que, “una perspectiva culpabilizadora de la madre contribuye a la impunidad del abusador ya que justifica o, al menos minimiza su responsabilidad a su vez que favorece la descalificación a priori de la madre como figura protectora”. Por ende, si bien el proceso sociofamiliar que llevamos a cabo las trabajadoras sociales en los centros especializados con estas importantes figuras, en un inicio busca que éstas puedan “ver” lo que en algún momento se les negó o se negaron a ver por el impacto de la situación y el entrampamiento en el que también las mantenía el adulto agresor, se transforme en la evitación permanente de volver a convertirse como refieren Perrone y Nannini (2010) en madres fantasmales y por ende, madres que, “se caracterizan por estar ausentes, disminuir sus percepciones, escudarse en la auto justificación y darle prioridad a la  cohesión familiar formal”.

Por ello, la intervención centrada en como señalan Martínez y Sinclair (2006), en la responsabilización y no en la culpabilizaciòn, concepto este último que solo inmoviliza y que por cierto no es lo que los NNA necesitan, es lo que debe primar siempre en la intervención. Si bien, señalan las autoras es posible reconocer falencias en estas madres, se debe priorizar trabajar desde los recursos y no enfatizar el proceso en dichas falencias, dado que lo que se requiere es garantizar la protección en el presente y el futuro.

Por ende, es necesario comprender que la crisis que conlleva un ASI en la vida de un NNA víctima, también se genera en estas mujeres madres, siendo muchas veces de proporciones, lo que debe quedar plenamente identificado en los diagnósticos especializados que se realicen, de manera que esta situación se vea reflejada a cabalidad en un plan de intervención, con objetivos claros y medibles, como asimismo, con acciones acordes y coherentes a dicha situación valorada. De allí la relevancia de llevar a cabo evaluaciones atingentes, rigurosas, basadas en la teoría al respecto de este tipo de problemáticas, donde la participación no solo del NNA en su proceso terapéutico individual es lo que se requiere, sino que la participación activa y permanente de su progenitora y demás miembros de la familia, de forma tal que todo NNA se sienta respaldado, creído, protegido y cuidado, asegurándonos que una vivencia como la sufrida, no vuelva a formar parte de la dinámica de su familia y por lo tanto no vuelva a repetirse en su vida.

De esta manera estaremos no sólo resignificando el daño de este grupo familiar, sino que además estaremos generando acciones concretas en torno a la prevención de futuras vulneraciones en dicho grupo como en otros, al ser procesos que una vez que las familias lo aprehenden, como refiere el gran pedagogo Freire, es decir les hace sentido y efectivamente logran una internalización de aquello, podrán replicarla en lo cotidiano, a otros adultos de su círculo cercano, lo que sin lugar a dudas puede ser un aporte a la prevención de este tipo de graves vulneraciones de NNA.

Jeannette Hernández Araneda
Trabajadora Social
Gendarmería de Chile

 

publicado en elquintopoder http://www.elquintopoder.cl/sociedad/crisis-de-la-develacion-del-abuso-sexual-infantil-madre-como-victima-secundaria-e-impacto-familiar/

 

Comparte este contenido:
Page 3 of 3
1 2 3