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Hambre, estrés y enfermedades: los estragos que padecen los venezolanos en su éxodo por América

En función de los síntomas referidos por los propios migrantes y de acuerdo a la evaluación realizada, les proporcionan gratuitamente los medicamentos que necesitan para tratar sus patologías.

 

Entre esas personas se encuentra Janeth Díaz, una venezolana de 60 años de edad que por segunda vez está viajando desde Venezuela a Perú, para nuevamente reencontrarse con su hija, que está en Lima.

 

Sin embargo, lleva tres meses en Huaquillas, donde busca tratarse distintas dolencias como fibromialgia y cálculos renales para cruzar la frontera y continuar su desplazamiento hacia la capital peruana.

 

«(Aquí) me siento muy bien por la atención», señaló a EFE Díaz, quien valoró la predisposición y amabilidad del personal de salud porque «este es un punto donde convergen muchas cosas».

 

«Venimos cansados, con hambre, deprimidos, a veces con actitudes agresivas porque uno está dejando muchas cosas en su tierra», reconoció.

 

Comida escasa y gripe

Díaz comentó que los problemas con los que lidian los migrantes venezolanos al recorrer estos países es el hambre, la desnutrición y la gripe producto de los cambios de clima, «porque son días de viaje y la mayoría lo hacen caminando». «Igual a mí me tocó caminar bastante, y a mi edad, que tengo 60 años», advirtió.

 

La sexagenaria migrante incidió en la falta de medicinas que encontró en Venezuela al intentar tratarse sus dolencias. «En cambio aquí tú llegas y enseguida te dan. A mí me acaban de dar aquí todos los remedios y no gasto nada. Esto hay que valorarlo y agradecerlo», concluyó.

 

Para Campoverde, las poblaciones locales también se ven afectadas por este fenómeno migratorio, porque «los servicios se ven sobrepasados» para atender a los recién llegados, «y esto genera conflictos sociales».

 

Por ello, la Cruz Roja Ecuatoriana también está creando brigadas comunitarias de salud entre la población local, con la entrega de kits para atender eventuales emergencias, para promover el desarrollo de la población en salud, salud mental, manejo de agua segura, reducción de riesgos, medios de vida, género e inclusión.

 

Una de estas Brigadas Saludables, Seguras y Sostenibles (BSSS) se creó en la localidad de El Retiro, cercana a la ciudad de Machala, donde sus integrantes valoraron a EFE haber recibido las orientaciones necesarias para dar una respuesta efectiva en caso de emergencias.

 

Hambre, estrés y enfermedades: los estragos que padecen los venezolanos en su éxodo por América

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UNICEF: “No se puede normalizar que niños o niñas sean víctimas de la violencia que existe en sus entornos”

Organismo internacional pidió tomar acciones que permitan su protección y garanticen su seguridad.

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Comunicado de prensa

UNICEF: “No se puede normalizar que niños o niñas sean víctimas de la violencia que existe en sus entornos”

Organismo internacional pidió tomar acciones que permitan su protección y garanticen su seguridad.

06 Marzo 2024

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UNICEF Chile

SANTIAGO/CHILE, 6 de marzo de 2024 – El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, condenó los reiterados hechos de violencia en contra de niños, niñas y adolescentes, quienes han resultado muertos o heridos. Solo en esta última semana falleció un adolescente de 13 años y dos niñas, una de siete y la otra de dos, resultaron heridas.

 

En ese contexto, UNICEF solicitó adoptar a la brevedad acciones orientadas a la protección de niños, niñas y adolescentes y a reforzar la construcción de espacios protectores de la niñez. “No se puede normalizar la muerte de un niño o niña, producto de la violencia que existe en su entorno. El Estado debe ser efectivo en la protección de la niñez y ello también implica garantizar entornos libres de violencia».

 

De acuerdo con información oficial, durante este año han fallecido seis niños, niñas o adolescentes producto de la violencia ocurrida en sus entornos.

 

Según la encuesta CASEN 2022, un 43% (53% para el caso de la R.M) de los hogares con niños, niñas y adolescente en Chile han vivido o presenciado balaceras en su entorno residencial. “Esta información muestra el contexto de extrema vulnerabilidad donde muchos niños, niñas y adolescentes crecen y se desarrollan. Pero también evidencia la deuda que tiene el país con este grupo de la población, a quienes debe garantizar las condiciones para desarrollar sus proyectos de vida”.

 

La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por Chile en agosto de 1990, y la Ley que crea el Sistema de Garantías establecen que el Estado debe contar con mecanismos que permitan proteger de manera efectiva a niños, niñas y adolescentes de cualquier forma de violencia. “No es aceptable que niños, niñas y adolescentes resulten muertos o heridos en sus propias comunidades, en sus entornos, realizando actividades cotidianas”.

Fuente: https://www.unicef.org/chile/comunicados-prensa/unicef-no-se-puede-normalizar-ninos-ninas-victimas-de-violencia

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Qatar 2022: la trágica historia de los migrantes

Por: UNAM Global

Como bien sabemos, organizar un Mundial de Futbol es una tarea titánica que requiere contemplar muchos aspectos: los medios de transporte y la infraestructura (estadios, hoteles), entre otros. Necesarios para que la máxima justa futbolística se realice de manera exitosa y pueda albergar a los visitantes sin contratiempos.

Un Mundial genera empleo para muchos trabajadores que brindan sus servicios. Sin embargo, también puede ser el marco de diversos abusos. Qatar 2022 es una prueba contundente de ello. Amnistía Internacional recopiló datos que muestran la violación de los derechos humanos de los trabajadores migrantes que participaron en la construcción de los estadios.

Para comenzar, los migrantes tuvieron que pagar elevadas comisiones para trabajar. Dependiendo de la tarea que podían realizar, estas sumas iban desde 500 hasta 4,300 dólares, que se pagaban a los contratistas, quienes “abusaron de manera reiterada de esta situación”.

Los abusos de los contratistas no sólo quedaron en eso. Por medio de fotografías, Amnistía Internacional enseñó las pésimas condiciones en las que vivían los migrantes. Los cuartos eran muy chicos, por lo que había condiciones de hacinamiento: alrededor de ocho hombres vivían en espacios que sólo eran aptos para cuatro personas; por lo tanto, la falta de higiene y seguridad eran la norma.

También hubo engaño en cuanto a los salarios. Por ejemplo, migrantes a los que se les había dicho que la paga sería de 300 dólares, recibieron en su primer sueldo sólo 190 dólares. A pesar de los reclamos, los gerentes no hacían caso y amenazaban con quitarles la visa y deportarlos a sus países de origen. Sumado a ello, se presentaban casos de retrasos de pagos.

Por otro lado, los empleadores no expedían (o en otros casos no renovaban) los permisos de residencia, lo cual afectaba a los trabajadores porque no podían abandonar los campamentos en los que vivían. Esta situación también implicaba que aquellos que decidieran renunciar no lo pudieran hacer, ya que para obtener un “permiso de salida” era necesario tener el documento de residencia.

Muchos empleados fueron sometidos a trabajo forzoso en situaciones de alto peligro, ya que carecían del equipo para realizarlo. “Fundación para la Democracia” mencionó que algunos trabajadores debían cumplir 60 horas continuas sin descansar, o en su defecto trabajar más de 18 horas al día, soportando temperaturas que alcanzaban los 50ºC.

De acuerdo con datos del diario inglés The Guardian, publicados a principios de 2021, alrededor de 6 mil 500 trabajadores migrantes habían fallecido en Qatar desde que este país fue elegido como sede del Mundial en 2010. Y se cree que gran parte de ellos trabajaban en la construcción de infraestructura para este evento. De manera oficial, el Comité Organizador informó que sólo hubo tres muertes relacionadas directamente con la construcción de estadios.

Fuente de la información e imagen:  UNAM Global

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Hay 33 docentes bajo investigación por posible abuso sexual en escuelas de BC

Las denuncias abarcan desde el nivel preescolar hasta el superior, de acuerdo con la Secretaría de Educación.

Un total de 33 maestros han sido denunciado en planteles escolares por presunto abuso sexual en contra de estudiantes en lo que va del 2022, de acuerdo con Gerardo Arturo Solís Benavides, titular de la Secretaría de Educación de Baja California.

Especificó que esta cantidad abarca desde el nivel preescolar hasta el de educación superior.

Aclaró que no todas las denuncias están plenamente documentadas porque algunas están en proceso, sin embargo, ya hay 10 maestros suspendidos definitivamente.

“Hay evidencias tan obvias que no necesitas comprobar, entonces se da de baja automáticamente y hay otras que deben ser investigadas”, indicó Solís Benavides

Dijo que los otros 23 maestros están suspendidos de manera preventiva como medida cautelar, porque así lo marca el protocolo, y eso no significa que sean culpables.

El secretario de Educación informó que en total tiene registro de 126 incidencias denunciadas por alumnos, ya sea a los docentes o a los padres de familia.

Las incidencias incluyen violencia entre niños y niñas, violencia familiar, presencia de armas y sustancias ilegales, omisión de cuidados, maltrato infantil y escolar, discriminación, amenazas, autolesiones y lesiones, detalló.

Fuente: https://www.elsoldetijuana.com.mx/local/hay-33-docentes-bajo-investigacion-por-posible-abuso-sexual-en-escuelas-de-bc-9303348.html

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María Ramírez: De las cenizas volví para decir ´Nunca Más´”

Por:  Victoria Ginzberg

 

Durante la última dictadura fue confinada junto a sus hermanos en el Hogar Casa de Belén, donde sufrió todo tipo de abusos

Su madre desapareció. Su padre estaba en la cárcel. Ella y sus hermanos fueron llevados a un hogar de menores donde los apropiaron. La historia de los abusos y de cómo pudo reconstruir su vida. El juicio que se está realizando en La Plata. La complicidad del Poder Judicial y la Iglesia.

Vicenta Orrego les dio a sus tres hijos un largo y fuerte abrazo y les dijo: “Los quiero muchísimo, cuídense entre ustedes”. Luego, puso un colchón en la ventana y empezó a sacar a los chicos. Mariano Alejandro, de cinco años, María Ester, de cuatro, y Carlos Ramírez, de dos años, siguieron escuchando disparos. El 14 de marzo de 1977 Vicenta les salvó la vida pero no pudo salvarlos del infierno que vivirían durante otros siete años, más de dos mil días, encerrados en el Hogar Casa de Belén. “Nos levantaban a la mañana con agua fría, nos bañaban con agua helada, nos torturaban, nos daban órdenes, palos, represión, sufrimos violaciones sexuales. Todo porque no querían que saliéramos como nuestros padres. Entramos en su plan de destrucción”, cuenta María.

Antes de Belén

“Cuando las fuerzas tiroteaban la casa, Carlos corrió detrás de nuestro perro, que se había escondido detrás de la heladera. Yo pegué un grito porque pensaba que lo mataban, había muchas balas. Todo fue muy rápido, habían venido para matarnos a todos. Cuando salimos, las balas seguían entrando. No vi a mi madre muerta aunque escuchaba que seguían tirando. No lo he superado. Estuve traumatizada, es inmenso lo que he pasado. Ella nos salvó y después llegamos a la Casa de Belén, en Banfield. Ahí aprendí a dividir mi cuerpo y mi alma”. María Ramírez hizo un relato detallado de su historia cuando declaró ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata y también habló con Página/12 de sus recuerdos. Vive en Suecia, donde su padre llevó a sus hijos cuando pudo reencontrarse con ellos.

Julio Ramírez es paraguayo, desde antes del golpe de Estado de 1976 estaba preso en la cárcel de La Plata y fue expulsado del país en 1981. “A partir de 1977 me dediqué a investigar el destino de mi señora y mis hijos. Escribí a la jueza de menores de Lomas de Zamora Marta Pons, que se negó rotundamente a darme información. Después, tuve la ayuda de la ACNUR (el organismo de Naciones Unidas para los refugiados), la Cruz Roja, Amnistía Internacional y de Emilio Mignone (fundador del CELS). Recién en octubre de 1983 la jueza me dio permiso para visitarlos en la Casa de Belén y pude volver a Suecia con ellos”, narró cuando declaró por videoconferencia.

El caso de los hermanos Ramírez deja expuestas un sinfín de aristas del terrorismo de Estado: la complicidad del Poder Judicial, en la figura de la jueza Marta Pons (ahora fallecida pero multidenunciada por las Abuelas de Plaza de Mayo por su conducta con menores durante la última dictadura) y los integrantes de su juzgado, la complicidad de la Iglesia, que estaba vinculada con el Hogar Casa de Belén, los asesinatos, desapariciones, secuestros y torturas, la cárcel, el silencio de muchos y el padecimiento de los niños, con quienes personas con mucho o poco poder se ensañaban y sometían porque podían, porque eran hijos de “subversivos”.

El juicio

Actualmente, nueve personas están siendo juzgadas por la desaparición de Vicenta y el asesinato de María Florencia Ruival y José Luis Alvarenga, dos militantes de Montoneros que alojaba en su casa, y por los crímenes cometidos contra los tres menores. Los acusados son el exministro de Gobierno bonaerense Jaime Smart y el ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz, el ex jefe del centro clandestino de detención Pozo de Banfield, Miguel Wolk, y cino exmiembros de la policía bonaerense que eran integrantes de la Brigada de Investigaciones de Lanús: Roberto Guillermo Catinari, Héctor Raúl Francescangeli, Armando Antonio Calabro, José Augusto López y Rubén Carlos Chavez. Por el caso de los chicos, la única imputada –por la sustracción, retención y ocultamiento de los niños y la niña– es la ex secretaria del tribunal de menores de Lomas de Zamora Nora Susana Pellicer.

Ninguno de los autores directos de los abusos a los hermanos Ramírez está en el banquillo ya que algunos de ellos murieron y otros fueron apartados por problemas de salud. Ese es el caso de Manuel Maciel (fallecido), Dominga Vera (apartada) que fueron los encargados del lugar, y el ex padrino del Hogar, Juan Carlos Milone (apartado). “Dicen que Manuel está muerto pero yo desconfío. Lo dije en mi declaración, quiero pruebas, que le hagan un ADN, porque desconfío de todo lo que han hecho”, dice María a Página/12.

Durante el juicio, los hermanos Ramírez tuvieron acceso a testimonios que les permitieron reconstruir parte de lo sucedido con Vicenta, hechos y detalles que nunca antes habían escuchado. Los más reveladores vinieron de quienes, como ellos, eran niños en esa época. Francisco Nogueira y Aldo Pietrantuono tenían 10 y 13 años, eran vecinos de los Ramírez y presenciaron el operativo en la casa de Almirante Brown. «Hubo una balacera por 20 minutos. En un momento, un hombre desde adentro de la casa pidió una tregua y ahí fue que la mamá de los chicos comenzó a sacarlos. La señora saca a dos de los chicos y cuando sale con el tercero se acerca un personal policial de civil y la ejecuta de un tiro en la cabeza. Otro personal le saca la criatura y le tiran a ella una ráfaga de disparos», relató Nogueira.

Nogueira y Pietrantuono contaron que los policías retiraron los cuerpos de Vicenta y la pareja que vivía con ella y luego saquearon la casa. “El nene mayor me dijo: ´se llevan mis juguetes´, recordó Nogueira. «Pasaron 45 años, quiero que el tribunal tome en cuenta mi declaración aunque tenía 10 años en ese momento. Yo no escribí un diario como Ana Frank pero tengo todos los recuerdos acá», les reclamó a los jueces emocionado mientras se tocaba con su dedo la cabeza.

Hasta ese momento, la familia Ramírez desconocía los detalles del asesinato de Vicenta. Escucharlos fue una conmoción pero, también, la reafirmación de que las respuestas deben venir de los responsables: qué pasó con su cuerpo, dónde está.

Los chicos fueron dejados en un baldío y luego llevados a la casa de un vecino, que los alojó unos días. Después, fueron puestos a disposición del tribunal de menores de la jueza Marta Pons. Previo paso por poco tiempo por un hogar de monjas, Mariano Alejandro, María Ester y Carlos Ramírez terminaron en el Hogar Casa de Belén.

 

María Ramírez a los cuatro años, antes de la desaparición de su madre. 

 

Los abusos y la resistencia 

Infierno. Infierno. Infierno. Es la palabra más repetida en el relato de María. Y como contrapartida, el ángel que, en la figura de su mamá Vicenta, la acompañó y le permitió sobrevivir. “Tengo recuerdos felices de mi primera niñez, de amor, de que mis padres me querían y esos recuerdos se quedaron dentro mío como un diamante y no me los pudieron sacar. Lo más absurdo era que nos decían que teníamos que estar agradecidos de estar en el hogar, porque mi mamá me había abandonado y era una prostituta, y mi papá estaba en la cárcel, era un criminal, un borracho. Mi madre Vicenta aparecía cuando más me torturaban, cuando no podía caminar del dolor. Esos recuerdos me ayudaron a diferenciar en la vida qué es el amor y qué es el infierno, qué es la verdad y qué son las mentiras. Ellos (Dominga Vera y Manuel Maciel) me preguntaban si tenía recuerdos de mi madre y yo aprendí que me podían torturar, me podían matar pero que no les iba a decir, no les iba a hablar de los recuerdos de mi madre, esos recuerdos me los llevaba yo hasta la muerte. Eso me dio mucha fuerza para sobrevivir”.

El Hogar Casa de Belén estaba vinculado a la Iglesia de Banfield, donde, dice María “todos sabían lo que pasaba”. Los domingos se disfrazaban de familia perfecta y devota e iban bien vestidos y peinados a misa. Tenían prohibido mirar a las personas a los ojos, siempre había que mirar abajo, al piso, no hablar con nadie. Eran como muñecos. También fueron bautizados y dejaron de ser Ramírez para pasar a ser Maciel. “Nos llamábamos como el viejo de ahí. Sentí que me enterraron viva, pensaba que mi madre no me iba a poder encontrar si tenía otro apellido. Y la casa de Belén no era solo una familia, había más gente que trabajaba con el hogar: la escuela, los médicos, los militares, la justicia, la doctora Pons, los vecinos, todos sabían lo que pasaba. Yo pedí ayuda a la Iglesia, al cura gordo le dije que me violaban. El levantó su teléfono y llamó al hogar. Se pueden imaginar lo que pasó conmigo, lo que me hizo Manuel”.

Manuel la amenazaba. Cuando la violaba le decía que si se quedaba embarazada le tenía que echar la culpa a otro niño. Ella dijo que no. El la ahogó en un inodoro sucio, la agarró de los pelos, la llevó a su pieza, abrió el ropero, donde estaban su ropa, uniformes y armas y le preguntó: “¿cómo querés morir?”. El le apuntó a la cabeza, disparó, ella escuchó el clic. El le dijo “te voy a matar como mataron a tu mamá, te voy a hacer volar la cabeza”. Pero no la mató. Siguió torturándola. “Yo salí como cenizas del hogar, pero de las cenizas volví para decir Nunca Más”

La Odisea

María y sus hermanos pudieron salir del Hogar de Belén en 1983, después de que su padre lograra ubicarlos y sortear las trabas que le ponía la jueza Pons. Los chicos tenían miedo, miedo al cambio, a sufrir más, si eso era posible. En el hogar, Manuel le decía a María que el padre abusaría de ella y que no podía contarle a nadie lo que había pasado durante esos años porque los iban a encontrar y a matar. “Tenemos gente por todo el mundo y te vamos a matar si hablás, sea donde sea, en Suecia o en cualquier lado”, la amedrentaba.

Armar un vínculo con su padre no fue sencillo, cuando llegó a Suecia, María dormía con un cuchillo bajo la almohada y ni ella ni sus hermanos le contaron lo que habían vivido en el hogar. Lo que más la afectó fue que le costaba conectarse con el recuerdo de su mamá. “Se apagó esa luz interior. Me sentía culpable, como que la había dejado en Argentina. No quería vivir, no hablaba con nadie, ni con mi papá ni mis hermanos, estaba sola. La amenaza de Manuel tuvo efecto, me paralizó y me distancié de mi padre y de todos. No podía hablar con nadie”.

Dos cosas la salvaron y le cambiaron la vida. La literatura y el dibujo. “A los 16 en la escuela me dieron el libro de Dante Alighieri, la Divina Comedia. Con ese libro pude interpretar el Infiero que había pasado y pensar que mi mamá me guiaba en todo ese proceso. Otro libro que me impactó fue La Odisea, lo interpreto como la expulsión del país y el deseo de volver a mi casa natal y llegar con mi familia. Los libros me abrieron el camino para elegir la vida de nuevo. Volví a sentir a mi mamá y elegí vivir”.

A los 25 descubrió la pintura, entró en una escuela de arte y pensó que eso le traería alegría, pintar, los colores, pero la atrapó el infierno de nuevo. Todo lo que salía de sus manos y se volcaba en el lienzo estaba relacionado con el hogar Belén. El maestro les hacía comentar las obras que producían. Y así fue como María pudo comenzar a hablar sobre lo que le habían hecho. Los cuadros también fueron la base para poder revincularse con su papá y sus hermanos. “Pudimos volver a hacer una relación, antes estábamos aislados, teníamos vergüenza de lo que habíamos pasado. Las pinturas nos dieron un espacio para hablar y así decidimos que debíamos buscar justicia”.

María abre grande sus ojos marrones. Mira de frente cuando habla. Busca las palabras en castellano. Dice que quiere justicia para ella y sus hermanos, para su madre y su padre, para los otros niños que estaban en el Hogar, que eran ocho y para María Florencia Ruival y José Luis Alvarenga. Justicia porque a aquellos sufrimientos, hay que sumarles las secuelas que marcaron a toda su familia, que dejaron marcas en su generación, las están dejando en la próxima, y estarán presentes en la siguiente. Por eso, para María, es importante definir y reconstruir la historia: para poder liberarse y renacer después de tanto dolor. Para ella es importante que la Justicia entienda el trato inhumano que han vivido ella y sus hermanos y la gravedad de los delitos que se han cometido. “Nosotros no hemos tenido libertad, hemos sufrido y seguimos sufriendo. Pero estamos todos de acuerdo en que el único camino posible es el de la Justicia.” Define las barbaridades sufridas como genocidios; y exclama que es tiempo de que estos genocidas sean responsables de sus barbaridades. “Nosotros estamos condenados por vida a vivir con estos recuerdos terroríficos. El juicio es un desafío de confianza porque el propio estado destruyó nuestra base familiar y nos arrancó de las raíces al extranjero al expulsar a mi padre del país. Hemos pagado mucho, y seguimos pagando con mucho dolor, también tenemos que afrontar muchos costos económicos para volver a la Argentina, para reconstruir nuestra identidad, historia, familiares y también pagamos con nuestra salud. El daño es inmenso.”

 

Uno de los cuadros pintados por María a partir de los recuerdos de los niños del Hogar Casa de Belén

 

La reconstrucción

Los tribunales también fueron un laberinto. Un camino que se inició hace muchos años; que impulsó el abogado Luis Valenga y recorren hoy las abogadas Carolina Farotto y Carla Ocampo Pilla con la fundamental intervención del Ministerio Público Fiscal. Un paso importante fue poder recuperar la causa que estaba archivada y a la espera de la prescripción, porque los hechos no habían sido considerados como delitos de lesa humanidad, es decir, quedaban fuera del plan sistemático de la dictadura, como si no hubieran tenido relación con la encarcelación de su padre y el asesinato de su madre. “Eran tiempos de impunidad en democracia, tiempos en los que no había esperanza, de destrucción. Cuando asumió Néstor Kirchner y se anularon las leyes de Punto Final y Obediencia Debida tuvimos esperanza, cuando pudimos avanzar con el doctor Valenga sentí que mi salud mejoraba. Creo que fue admirable que el Presidente pidiera perdón por parte del Estado, fue importante escuchar estas palabras y verlas concretadas en los hechos, que se haya hecho una plataforma de derechos humanos que ayuda a reconstruir nuestra historia es importante también para la memoria colectiva del pueblo. Quiero mencionar a la gente que nos está ayudando y acompañando, que es un grupo fantástico, la fiscal Ana Oberlin, el fiscal Juan Martin Nogueira, mis abogadas, los abogados de la secretaría de derechos humanos, Pedro Griffo y Facundo Dadic y los profesionales del Comité por la Defensa de la Salud, la ética y los Derechos humanos (CODESEDH), Melanie Torre, Silvia Arrendodo, Norberto Liwski y Carmen Celiz. También quiero destacar que el hogar sigue funcionando como si nada y deseo que lo identifiquen como centro clandestino, allí se reunían militares, policías, teníamos padrinos militares. Mi “padrino” me llevó a su trabajo y era una casa abandonada con sangre en las paredes, cables en el piso y camas sin colchones, con olor a muerte. Ahí entendí lo que hacían y sabía que Manuel era capaz de matarme. Esos eran sus compañeros”.

Cuando María declaró en el juicio mostró algunos de los cuadros que pintó cuando empezó a estudiar, figuras oscuras, monstruos sentados a la mesa, bebés, muertos, cruces, un retrato de su madre. También llevó una medalla de la maratón de Berlin, porque correr es otra de las cosas que la ayuda. “Es una expresión de libertad, puedo correr cuatro horas sin pensar en nada del pasado, del presente o del futuro. Corro, respiro y no pienso, pienso en positivo. Las maratones me ayudaron un montón”.

María habla. Después de mucho tiempo. Espera que las palabras puedan ser reparadoras. Que le traigan paz. “Puedo confesar que he temblado, tenido miedo, he sentido de nuevo el revolver en la cabeza, el click, pero apuesto a la vida. He llorado muchísimo y sigo llorando. Seguimos sufriendo las secuelas. Estamos condenados a vivir con todos estos traumas y secuelas. ¿Quién paga todo? Estamos marcados para siempre. El juicio que se está realizando es reparador, pero también muy movilizador, porque nos rompieron en millones de pedazos y tenemos que buscar cada pieza, es muy doloroso armar el rompecabeza. Pero apuesto a la vida para buscar justicia. Me han torturado siete años pero no sabían el amor que guardaba de mi madre y que me hizo vivir. El amor de mi padre también fue fundamental. Hoy tengo un hijo al que le gusta jugar al fútbol y admira a Messi. Yo he jugado fútbol y me encanta compartir con mi hijo y transmitirle sueños, amor y recuerdos. Apuesto a tener una vida digna, a vivir y no sobrevivir. Gracias mamá y papá por el amor que me dieron de niña. Tengo más presente que nunca que el amor debe triunfar sobre el odio”.

Fuente de la información e imagen: https://www.pagina12.com.ar

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Mundo: Momento histórico para los principios de la ONU sobre empresas y derechos humanos, pero persisten los abusos

Mundo/18-06-2021/Autor(a) y Fuente: news.un.org

Aunque más empresas se están comprometiendo a respetar los derechos humanos, persisten brechas y desafíos, dijeron expertos de la ONU el miércoles al evaluar una década de estándares para las empresas que toman en consideración el bienestar de las personas y el planeta.

El décimo aniversario de los Principios Rectores de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos representa un hito, agregaron , y una oportunidad para que los países y corporaciones se preparen para una nueva década de acción. 

Marco para exigir la rendición de cuentas 

El Grupo de Trabajo de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos ha emitido un informe de balance sobre los avances realizados desde que los Principios Rectores fueron respaldados por unanimidad por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.   

La legislación europea reciente ha pedido que el respeto de los derechos humanos y el medio ambiente sea un requisito obligatorio para las empresas, dijeron los miembros, mientras que los gobiernos de todas las regiones están desarrollando planes de acción nacionales. 

“Si bien aún son lentos, estos importantes desarrollos demuestran una conciencia emergente sobre las responsabilidades de las empresas en materia de derechos humanos, que no existía una década antes. Los Principios Rectores también han proporcionado a los sindicatos, las comunidades afectadas y la sociedad civil un marco para exigir la rendición de cuentas por los daños relacionados con las empresas para las personas y el planeta ”, agregaron. 

Los abusos persisten 

Sin embargo, los trabajadores y las comunidades, incluidos los pueblos indígenas, continúan sufriendo abusos relacionados con las empresas, que se producen en todos los sectores y en todas las regiones.   

Las perspectivas de protección o reparación son pocas, según los expertos de la ONU, y los activistas que se expresan se enfrentan a la estigmatización, las amenazas y los ataques mortales. 

“El respeto empresarial por las personas y el planeta es esencial, pero a menudo permanece ausente. En el peor de los casos, la falta de respeto puede socavar un futuro sostenible para todos ”, dijeron. 

“Los Principios Rectores proporcionan la hoja de ruta para que los Estados y las empresas logren ese futuro. Pero necesitan intensificar sus esfuerzos. Todos los Estados deben hacer de la implementación de los Principios Rectores una de las principales prioridades políticas y de gobernanza. Todas las empresas, incluidas las pequeñas y medianas empresas, deben hacer del respeto de los derechos humanos parte de su cultura corporativa ”. 

A medida que los países emergen de los devastadores impactos de la pandemia de COVID-19 , los expertos afirmaron que la recuperación también brinda una oportunidad para seguir avanzando. 

Voces independientes 

Los miembros del Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos son Dante Pesce, presidente; Surya Deva, vicepresidente; Elżbieta Karska, Githu Muigai y Anita Ramasastry. 

Fueron designados por el Consejo de Derechos Humanos, que este mes considerará su informe de balance durante su última sesión. 

Los cinco expertos no son personal de la ONU ni son pagados por la Organización.

Fuente e Imagen: https://news.un.org/en/story/2021/06/1094172

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Corregir o dialogar, el dilema presente en familias de estratos pobres

Por: Tahira Vargas García

Los matices del diálogo se muestran claramente en los grupos focales tanto con adolescentes como con personas adultas.

En una entrega anterior iniciamos la presentación de hallazgos del estudio cuanti-cualitativo sobre “prácticas de crianza que promueven u obstaculizan la protección de niños, niñas y adolescentes del abuso y la violencia, así como la igualdad de género en las provincias: Elías Piña, Gran Santo Domingo y La Altagracia” que realizamos para Plan Internacional desde la dirección del Equipo Vargas de Investigación Social y se puso a circular el 21 de abril de este año.

El estudio muestra distintas situaciones vinculadas a las prácticas de crianza siendo una de ellas la comunicación entre personas adultas y la población infantil y adolescente al interior de las familias.  Un extracto del estudio sobre este tema se presenta a continuación.

El 79% de la población adulta dialoga con niños/niñas y adolescentes al interior de las familias y el 14% solo dialoga con adolescentes y el 6% no dialoga ni con niños/as ni con adolescentes. El diálogo con la población infantil está negado en el 21% de la población adulta encuestada. En las encuestas a adolescentes el 15% señala que sus padres/madres y personas adultas responsables no dialoga con ellos/ellas.

Los matices del diálogo se muestran claramente en los grupos focales tanto con adolescentes como con personas adultas. Las respuestas ofrecidas muestran distintos estilos de comunicación como son:

a) Dialogo sostenido en base a órdenes y deberes de niños, niñas y adolescentes

Al cuestionar a padres y madres sobre qué temas dialogan con sus hijos e hijas. Muchos de ellos respondieron con frases como las siguientes:

Le digo que me pase la cuchara, o un tenedor

Me hace los mandaos.

b) Comunicación sostenida en base a las necesidades (alimentarias y otras). Esta consulta sobre la comida solo se presenta en la población adolescente masculina. Lo que demuestra la reproducción de los roles sexistas de género, a las muchachas no se les pregunta porque se supone que ellas participan de la preparación de la comida, lo que no ocurre con los muchachos.

c) Consulta en decisiones sobre actividades recreativas. Las actividades recreativas son de las pocas consultas que aparecen señaladas por la población adolescente

d) Consejos y recomendaciones de padres/madres a hijos e hijas. Al cuestionar a algunos padres y madres sobre los temas que dialogan con sus hijos e hijas, estos señalan elementos que tienen que ver con consejos y recomendaciones de como “deben comportarse”.

Mis padres hablan conmigo sobre que, debo estudiar para recibir calificaciones buenas.

e) Ausencia de diálogo entre personas adultas y adolescentes. En la población adolescente entrevistada se presentan algunos señalamientos de que no existe dialogo entre ellos y sus padres y madres.

No converso ningún tema con mis padres

No hablamos. A veces mi abuelo me pregunta algo, si hablo la verdad no me cree. Mi mamá pocas veces me cree las cosas

Llama la atención la desconfianza que tienen algunos padres y madres de sus hijos e hijas adolescentes. Señalamientos como “no me creen” o que no “quieren hablar” son elementos que demuestran una gran barrera comunicacional entre la población adulta y la adolescente.

En la población adulta encontramos algunas madres y padres que consideran que no tienen por qué hablar con sus hijos e hijas porque son niños. Entendiendo que solo se conversa con los que son más grandes.

 “No tengo muchachos grandes para hablar con ellos”.

El diálogo en la familia es muy débil. Hablar con los hijos e hijas es interpretado por la población adulta como dar órdenes o mandatos, o recomendaciones sobre lo que deben o no hacer. Los temas que provocan diálogo son aquellos que se refieren a la búsqueda de respuesta a necesidades o para recrearse. En algunos casos hay quienes reconocen que no hay diálogo y peor aún no existe confianza en las relaciones entre padres-madres e hijos/hijas. Demostrándose así una gran barrera comunicacional entre padres/madres/personas adultas responsables e hijos/hijas en las provincias estudiadas.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/corregir-o-dialogar-el-dilema-presente-en-familias-de-estratos-pobres-8942757.html

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