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El falso feminismo de las marchas anti Trump

Ilka Oliva Corado

Marchas de feministas pro Hillary Clinton. No se necesita tener más de dos dedos de frente para saber que estas manifestaciones son manipuladas y que tienen intereses que nada tienen que ver con los derechos de género.   Sin embargo entiendo lo geniudo de la decisión de muchas en participar y no voy a generalizar.

Toda mujer que crea que Hillary Clinton es feminista no ha entendido en lo más mínimo el feminismo, y peor aún que la apoye y le dé su voto.   Y es lo que ha sucedido en Estados Unidos con la ola de mujeres jóvenes que se han dejado llevar por la emoción y el discurso anti género de Trump. Y satanizan a Trump cuando tienen a un ejemplar a cada dos metros de distancia: en sus casas, en las escuelas, en su comunidad, en su trabajo; porque los hombres como Trump son producto del sistema como lo es el un falso Obama que resultó más kukluxklan que el más caucásico de los racistas. Obama es un negro pro sistema. Y que se disfrace y que la gente le crea es otra cosa, como lo hace Clinton con el feminismo.

¿Por qué estas feministas que marchan contra Trump no marcharon contra Obama durante su mandato, cuando murieron cientos de niñas, adolescentes y mujeres sirias y yemeníes, por la invasión estadounidense en esos países? ¿Por qué no se plantaron tomando las calles cuando soldados estadounidenses violaron a por lo menos 53 niñas colombianas? ¿Acaso estas niñas, adolescentes y mujeres no importan como las nacidas en Estados Unidos? ¿Por qué estas mujeres feministas no se interesan por la política exterior de su país, más bien la solapan, callando o justificando que su país lo único que hace es defenderse de ataques terroristas e intenciones de invasión?

¿Por qué apoyar a una mujer como Clinton que representa igual o peor peligro para la política exterior de Estados Unidos que el mismo Trump? Y peor aún, tomarla como referente del feminismo e instar a que mujeres jóvenes la sigan. ¿Por qué feministas anti sistema se han volcado a apoyarla y a convertirla en una plataforma anti Trump? Para no ir tan lejos, ¿por qué estas multitudes de mujeres no forman un frente anti deportaciones de indocumentados? Sería una plataforma sólida y con un mensaje claro al mundo.

¿Acaso importan más los derechos de género de ciudadanas o residentes estadounidenses que los derechos humanos de quienes son los más golpeados del sistema por no tener documentos? Cualquier feminista sabe que los derechos de género son derechos humanos, por ende una feminista real jamás iría a manifestar sin exigir derechos para las minorías; donde viéndolo por el lado del género también hay niñas, adolescentes y mujeres indocumentadas. Hay familias que están siendo separadas y no por la administración Trump, esto viene desde la administración Obama.

Porque muchas de estas falsas feministas que abarrotaron las calles de Estados Unidos, tienen mujeres indocumentadas trabajando en sus casas, limpiándolas, cuidando a sus hijos mientras ellas asisten a la universidad o al trabajo, mientras ellas logran desarrollarse profesionalmente. Y no les conviene que tengan derechos laborales que ellas exigen sí para ellas y su manada, porque entonces las perjudica como empleadoras, no podrían aprovecharse más de quienes les trabajan por migajas. Quienes cuidan sus jardines son indocumentados, quienes siembran y cosechan las frutas y verduras que ellas comen todos los días, son indocumentados. Quienes limpian los baños en los centros comerciales, en las escuelas, en las universidades son indocumentados. De los indocumentados se aprovechan todos, porque quién quisiera que tuvieran derechos laborales si tendrían que pagarles conforme a la ley.

¿Por qué estas feministas pro derechos humanos entonces si saben el peligro que sufren familias completas por las deportaciones no hacen un frente y exigen una Reforma Migratoria Integral? Sería un ejemplo claro y humano de querer cambiar el sistema. Sin necesidad de andarse pegando golpes en el pecho o auto proclamándose feministas. El feminismo se demuestra en acción, no en recitales ni en bacanales.

Las violaciones sexuales que sufren niñas, adolescentes y mujeres por parte del ejército estadounidense fuera del país, son tan importantes como las que sufren mujeres nacidas en Estados Unidos, viviendo dentro del país.

¿Por qué estas miles, miles de mujeres no protestaron por la insolencia de Trump ante Palestina? Fácil, porque las mujeres palestinas les importan un carajo y lo que pueda pasarles a otras en cualquier lugar del mundo por parte del gobierno estadounidense.

Así de grande es su doble moral y su falso feminismo.

¿Por qué estas mujeres arrechas que se auto flagelaron en las marchas no pidieron el alto al bloqueo a Cuba? ¿La devolución de Guantánamo? ¿Por qué no pidieron un alto a la invasión de Estados Unidos a otros países? Porque lo que les suceda a las personas de otros países, sean del género que sean, a ellas les importa un carajo. ¿Cuál feminismo entonces?

Existe una confusión bárbara en cuanto al concepto feminismo entre las mujeres jóvenes estadounidenses. Porque ninguna feminista de verdad, apoyaría que una Clinton   dirija una invasión estadounidense en países como Venezuela, como ya lo vimos cuando en Miami prometía sacar al “dictador” Maduro cuando el tiempo de las guarimbas, que ellos mismos armaron. O que una feminista de verdad apoye las deportaciones de niños y adolescentes que llegaron al país sin compañía, como lo hizo Clinton cuando Obama decidió acabar con el programa temporal que ellos mismos armaron para justificar la militarización de México y el triángulo norte de Centroamérica.

O una Clinton que le dio continuidad a la construcción del muro entre México y Estados Unidos, que inició su esposo. Trump es el hombre típico de la sociedad y este falso feminismo también lo es.

Como vemos, ser feminista no es solo de soplar y hacer botellas, el feminismo se vive con las acciones cotidianas, no con pancartas, bacanales y fotos para las redes sociales.

Estamos a años luz de un feminismo consecuente, irreverente y humano. Ante todo humano.  Por ahí alguien dirá: “pero de algo a nada…”  Justificar diciendo  algo nada, son patadas de ahogado. Y disculpen flores si les marchito un pétalo pero a las cosas por su nombre.

Fuente del articulo: https://cronicasdeunainquilina.com/2018/01/22/el-falso-feminismo-de-las-marchas-anti-trump/

Fuente de la imagen: https://www.telesurtv.net/__export/1516635197556/site

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¿Cómo educar chicos con conciencia de género?

Por: La Nación

Diálogo para poner fin a los estereotipos y acciones que funcionen como ejemplo son los caminos que eligen padres y docentes.

«Vos partí de la base de que todo es un no». Así de rotunda fue la frase que Alejandra, mamá de Ramiro, de 16 años, le dijo en medio de una charla surgida a raíz del caso de la alumna del Nacional de Buenos Aires que denunció haber sufrido un abuso por parte de un chico de 5° año durante una de las últimas tomas del colegio. «No es no, así de simple. No quiere decir ni sí, ni tal vez, ni quizás. Un no de una chica es siempre no. Y si vos no parás, entonces podés tener un problema serio», le dijo, sin dejar lugar para las dudas.

Desde pequeñas, a las chicas les abrimos los ojos acerca de los cuidados que tienen que tener porque lamentablemente se sabe que pueden sufrir este tipo de situaciones. «No hagas nada que no quieras hacer»; «no te dejes presionar por tu novio o tus amigas». Hasta les pedimos que sean ellas las que sean responsables y se cuiden de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Pero no suele pasar lo mismo con los varones. «Como padres les enseñamos a las niñas a prevenir el abuso, pero no les enseñamos a los varones a no cometerlo. Si yo tuviera un hijo varón, sin duda haría que se cuestionara ciertas actitudes -sostiene la autora de Diván King Size para padres-. Por ejemplo, si una chica que está alcoholizada te dice que sí, ¿vale? Si una chica te dice primero que sí, pero después te dice que no, entonces ese primer sí ¿cuenta? Por supuesto que no, hay que parar. Me parece importante invitar a los chicos a ponerse del otro lado, a ser empáticos con el otro. Algo que sirve mucho es plantearle la situación con la hermana como posible víctima: «¿Te gustaría que eso se lo hicieran a ella?»», propone Russomando.

Para Russomando, es ideal que estas charlas en las familias empiecen a darse de forma más temprana, ni bien los chicos entran en la pubertad, cuando empiezan a despertar el interés sexual. «Sirve tomarnos de cosas que pasan en la realidad, como lo del Buenos Aires, o las series que ven los adolescentes -dice la especialista-. En 13 Reasons Why, por ejemplo, a la chica la violan en una fiesta después de que arranca una situación íntima y ella no quiere seguir. Pero el chico sigue. Es un buen ejemplo para señalar que una puede decir que sí y después que no cuando se le antoja y que el otro debe respetarlo. Hace poco, en la novela Las estrellas, volví a escuchar esa frase tan remanida «cuando una minita dice que no, está diciendo que sí». Es preocupante, porque estamos habilitando a todos los hombres a dar el paso pese a un no dicho. Por eso como padres, si estamos viendo eso con nuestros hijos, tenemos que reaccionar y decir que lo que están diciendo está mal».

El fútbol, deporte que apasiona a Theo, le sirve a Valeria como disparador para tratar temas de violencia de género
El fútbol, deporte que apasiona a Theo, le sirve a Valeria como disparador para tratar temas de violencia de género. Foto: Victoria Gesualdi / AFV

Marcela Bordenave, mamá de Augusto y Oriana, sostiene que la línea de respeto que bajan en la casa no es con las chicas en particular, sino a nivel general. «La que más habla es Oriana, ella está todo el tiempo señalando cosas que están mal. Pero que a raíz de todo lo que está pasando con temas de violencia de género lo estamos abordando bastante más. Una de las charlas que tuvimos fue a raíz de lo del Buenos Aires. Discutimos si era o no era abuso y llegamos a la conclusión de que mientras uno no quiera, lo es. El abuso en sí no tiene que ser algo violento, para mí es no tener registro de lo que quiere el otro, aprovecharse de tu lugar de poder para jorobar a los demás».

Marcela reconoce que habla de temas de género más con Oriana que con Augusto. «Charlamos mucho de todas las cosas que te pasan por ser mujer. La mujer no está en un lugar de poder, por eso suceden este tipo de cosas -plantea-. Augusto sin duda tiene mayor empatía con lo que puede sentir una chica por tener una hermana, que además es mayor. Pero ni siquiera es necesario tener una hermana, si vas a un colegio mixto una compañera tuya puede ocupar ese lugar. Los que fueron a colegios de varones o mujeres no saben cómo tratar o relacionarse con los del otro sexo», reflexiona.

Machismo y más

Según los especialistas, no sólo el machismo que pervive en varios sectores e instituciones de la sociedad explica que las mujeres sigan sufriendo abusos de todo tipo. También habría que sumar a las causas padres ausentes o con poca autoridad y el acceso de los adolescentes a situaciones que antes eran propias del mundo adulto y que aceleran los tiempos de maduración. «Hay chicos que se sienten muy solos y buscan el cariño fuera de casa y acceden a contactos que los exceden en su edad biológica y psíquica. Hablar sólo no alcanza, hay que acompañarlos, estar pendientes de lo que los chicos miran. Hoy ven pornografía a muy temprana edad, son películas con escenas muchas de ellas violentas donde el hombre es el que avanza y la mujer la que está siempre dispuesta. Los chicos están sobreexcitados. Hay una erotización que los padres no registran y los hijos viven situaciones que no corresponden a la edad», plantea Eva Rotenberg, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y directora de Escuela para padres.

Russomando coincide y agrega que muchas veces los adolescentes se encuentran en situaciones en las que después no saben bien qué hacer. «No tienen las herramientas para manejarse en algunos escenarios. Lo ideal sería que ningún chico se encuentre en una situación que no pueda discernir si está bien o mal. Aveces, en su afán por parecer más grandes, las chicas de 12, 13 años se lookeany parecen más grandes de lo que en realidad son, entonces viven situaciones que no corresponden con su edad y no saben cómo manejarlas», resume la especialista en crianza y familia.

«Cuando avanzan en situaciones que no son para su edad se están exponiendo mucho y después lo sienten, tanto chicos como chicas. Para el varón es un riesgo muy grande el que corre si no puede detenerse. Hay algunos que no creen cuando la chica dice basta y puede quedar marcado en su círculo cercano como el que abusó -advierte Rotenberg-. Es importante que los hijos sepan los riesgos, enseñarles a que desarrollen recursos internos para decir que no. Como padre uno puede ver si ante determinados «no» que le ponemos a nuestro hijo actúa de forma reflexiva o impulsiva. Si ellos se sienten respetados, si comprenden los límites en casa, es más probable que sepan respetar al otro». En este sentido también es fundamental no forzar el contacto físico: si el chico no quiere ser besado o abrazado, no hay que insistir. Nadie debería recibir un beso que no desea, por más que sea el padre el que lo dé.

Alumnos de 4to grado del Beth School trabajan en clase para romper con estereotipos de feminidad y masculinidad
Alumnos de 4to grado del Beth School trabajan en clase para romper con estereotipos de feminidad y masculinidad. Foto: Patricio Pidal / AFV

Desde chiquitos

Criar hijos con conciencia de género es uno de los desafíos que se plantean los padres que buscan desterrar mitos arraigados en la sociedad. Se calcula que hacia los 3 años los niños ya son conscientes del propio género y hacia los 5 o 6 ya empiezan a separarse según él. Por eso es importante en esta etapa no reforzar estereotipos. Si bien es cierto que todavía siguen mandando el rosa para las nenas y el celeste para los varones o las cocinitas para ellas y los autitos de carrera para ellos o las princesas y los superhéroes, algo está cambiando. Cada vez hay más padres que buscan una crianza lejos de lo que la cultura le atribuye a lo femenino y lo masculino. Hay padres que piden, incluso, que los regalos a sus hijos sean juguetes «neutros», que no puedan asociarse con uno u otro género.

Sin embargo todavía falta mucho, y varios expertos señalan que se ha evolucionado bastante más en términos de educación hacia las mujeres pero no tanto en lo que se refiere a los varones. «Hoy es más probable que le digamos a nuestras hijas que pueden ser lo que quieran pero no hacemos lo mismo con nuestros hijos. Ellas tiene más opciones para elegir, pero el mundo de los varones sigue siendo muy limitado. Se los desalienta cuando tienen intereses considerados femeninos. Se les dice que tienen que ser rudos a toda costa. Si queremos una sociedad equitativa, también debemos darles más opciones a los nenes», dijo Tony Porter, un activista norteamericano que combate las ideas arraigadas en el imaginario popular de lo que es «ser hombre» en un artículo reciente publicado por The New York Times.

Entre otras cosas, Porter, que creció en Nueva York entre Harlem y el Bronx, creó la fundación A call to men a través de la que intenta combatir lo que él llama «el kit de la masculinidad». «A los chicos se les permite el enojo o la ira cuando son pequeños, pero no tienen permitido llorar. No se espera de ellos que muestren otros sentimientos como la vulnerabilidad -dice-. Sin duda, hay que redefinir y reconstruir nuestra masculinidad», clama cada vez que toma la palabra, ya sea en las charlas TED o las que organiza a través de su fundación.

En la Argentina, el debate está más abierto que nunca, sobre todo a partir de las leyes de género y el colectivo Ni una menos. «Una de las peores consecuencias de criar a un niño o niña bajo estereotipos socialmente adjudicados a varones o mujeres es la reducción de las posibilidades de desarrollo y libertad -dice Paula Chinelato, docente universitaria y directora de comunicación de Latinlab, plataforma desde donde se abordan este tipo de temas-. No es el sexo de los chicos y chicas el que determina sus gustos, actividades o preferencias, sino los caminos que van trazando, influidos por aquello que los adultos habilitan o censuran desde pequeños. Esta mirada, aunque pueda parecer inofensiva, genera fuertes desigualdades.»

Conscientes de la importancia de empezar a trabajar estos temas desde chicos, varios padres están atentos a no caer en los típicos estereotipos de género. Valeria Feder, mamá de Theo, de casi 12 años, intenta generar en él conciencia no tanto desde las charlas -aunque las tienen cada vez que la realidad impacta en la casa como el caso de Micaela García-, sino desde los hechos. «En casa confiamos más en las acciones que en las conversaciones. Theo es el más chico de tres hermanos, un varón y una mujer. Acá no hay roles o funciones enquistadas, todos hacemos todo. El padre y yo trabajamos y asistimos siempre a las marchas de Ni una menos y él está atento, pregunta, sabe de qué se trata. En el colegio tiene dos o tres compañeritas que juegan al fútbol y las incluyen en los partidos y los festejos de cumpleaños donde el fútbol es protagonista con total naturalidad. Jamás escuché de él o de los amigos un comentario machista o discriminador, al contrario.»

Como Theo es fanático del fútbol, Valeria aprovechó el caso de Alexis Zárate, jugador de Temperley, que fue separado del plantel luego de que la Justicia lo hallara culpable del delito de violación para abordar el tema de la violencia de género. «Estuvo bueno conversarlo con él, que es tan futbolero, en el momento en que surgió el tema. Theo puede separar su admiración por el futbolista de lo que hizo. El decía que era uno de los mejores, pero estaba de acuerdo en que se lo separe del plantel».

En los colegios, el tema del respeto hacia el otro género también está en el centro del debate entre padres, alumnos y docentes. En el Lenguas Vivas los alumnos formaron una comisión de género donde se debaten todas cuestiones relacionadas con el respeto a la diversidad y los derechos en relación con la sexualidad. Con bastante actividad en las redes sociales, en el Facebook de la comisión se difunden actividades, charlas y hasta se juntan firmas para terminar con el acoso verbal que sufren las alumnas para que haya «un colegio libre de violencia de género».

En el nivel primario, varias escuelas también están abordando la temática. Una de ellas es el Beth School. La idea es romper con los estereotipos de feminidad y masculinidad tradicionales. «Le damos mucha importancia al cuidado de uno mismo y del otro, a la valoración y aceptación de lo diferente. Y ponemos en cuestión estereotipos de género -describe Alejandra Mizrahi, directora del colegio-. También trabajamos sobre las maneras que tenemos de manifestar el afecto haciendo especial hincapié en que esas formas no vulneren los derechos de nadie».

Aunque el trabajo con los chicos se da en el marco de la Ley de Educación Sexual Integral, el colegio venía planteando el tema desde antes de la ley. «No es una actividad o charla aislada, sino un eje que atraviesa todas nuestras propuestas. Desde el nivel inicial hasta séptimo grado se proponen proyectos, modos de nombrar, intervenciones en lo cotidiano, que apelan a complejizar lo socialmente dado», enfatiza Mizrahi.

Por supuesto, el cambio no es automático ni inmediato. Pero tal vez algo de él empieza a divisarse en acciones mínimas aunque determinantes. «Hace poco a mi hija le levantaron la pollera en la escuela y un compañerito salió a defenderla. Cuando fui a agradecerle, me quedé duro con la contestación -relata un padre de un colegio de Belgrano-. Me dijo que además de que estaba mal, él tenía una hermanita y que no le gustaría que le hicieran lo mismo. Me quede helado. A mí jamás se me hubiera ocurrido decir algo así.»

Consejos para aplicar en casa

Conversar

Se puede tomar un hecho de la realidad o una serie de las que miran para tratar de tocar el tema del abuso o del respeto de género. Lo ideal es empezar desde chicos.

Acompañarlos

Las charlas no sirven si no van acompañadas de acciones concretas. Evitar que en casa los roles estén fijos y no refuercen estereotipos de género.

Contacto respetuoso

El contacto entre padres e hijos es esencial y marcará, en muchos casos, cómo serán esos contactos futuros. No forzar a que el hijo dé un beso, no robarle uno o respetar cuando dice que no quiere ser besado o abrazado porque probablemente él reproduzca esa actitud en un futuro.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/2081227-como-educar-chicos-con-conciencia-de-genero

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República del Congo: Unicef denuncia sufrimiento de los niños en Kasai

Fuente: http://www.telesurtv.net

Unos 400.000 niños están en riesgo de padecer desnutrición aguda y muchos de ellos están reclutados por fuerzas armadas en la República Democrática del Congo.
La directora regional del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef, por su sigla en inglés) en la República Democrática del Congo, expresó este lunes que “El mundo no puede obviar la urgente situación a la que se enfrentan los niños y sus familias en la región de Kasai”.

En un comunicado, Marie-Pierre Poirier recordó que en lo que va de 2017, al menos un millón y medio de personas, entre ellas 850.000 niños, se vieron obligados a huir de sus hogares por la violencia que genera el conflicto que vive ese país.

La representante del organismo internacional señaló que unos 400.000 niños están en riesgo de padecer desnutrición aguda y muchos de ellos están reclutados por fuerzas armadas.

Más de 200 hospitales han sido destruidos y uno de cada cuatro no funciona completamente. Además, centenares de escuelas han sido atacadas o saqueadas, mientras que muchos maestros huyeron del lugar o fueron asesinados, precisó Poirer.

«Los niños y las mujeres nos hablan de terribles abusos. Muchos niños han sido reclutados por las Fuerzas Armadas, drogados y atrapados en la violencia. Nada puede justificar estas acciones», informó el director ejecutivo adjunto de Unicef, Justin Forsyth.

En julio pasado Zeid Ra’ad Al Hussein, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, nombró a tres expertos encargados de investigar las violaciones y abusos cometidos en la región de Kasai, en la República Democrática del Congo (RDC).

El conflicto en la provincia de Kasai, al noreste de RDC, inició en 2016. La milicia local Kamuina Nsapu se enfrenta con tropas gubernamentales y más de un millón de personas han sido desplazadas desde entonces.

¿Quién es Kamuina Nsapu?

Se le conoce como un grupo tribal y su nombre derivó del jefe tradicional, Kamuina Nsapu, quien fue asesinado por la Policía en agosto de 2016.

El grupo se rebeló luego de que el gobierno de Kinshasa, la mayor ciudad de RDC, no reconoció a Jean-Pierre Mpandi como nuevo Kamuina Nsapu, nombre que se le da a la jefatura tradicional del clan de los Bajila Kasanja.

El gobierno de Kinshasa acusó al aspirante a la jefatura tribal de mantener afinidad con la oposición. La respuesta de la Policía fue organizar una redada en la casa de Mpandi y como este no se hallaba en ella, los agentes reprimieron a sus familiares.

Kamuina Nsapu en respuesta al ataque se movilizó y el gobierno desplegó más fuerzas de seguridad. Desde entonces se mantiene el conflicto

Fuente de las Noticia:

http://www.telesurtv.net/news/Unicef-denuncia-sufrimiento-de-los-ninos-en-Kasai-20170807-0064.html

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