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Deporte femenino y oportunidades educativas, ¿existen?

Por: Sofía García-Bullé

Un número significativo de niñas dejan de practicar deporte a nivel competitivo en la pubertad y adolescencia.

El talento deportivo ya tiene historia siendo una de las vías mejor afianzadas para el acceso a la educación. Muchos atletas profesionales consiguieron una educación y una carrera universitaria gracias a la facilidad de las instituciones educativas de crear oportunidades vía equipos representativos que les otorgaban algún tipo de beca o apoyo económico, sin contar a estudiantes graduados que quizás no persiguieron una carrera deportiva, pero que obtuvieron sus grados académicos gracias a su participación en diversas disciplinas físicas.

El beneficio de hacer deporte desde  temprana edad es innegable. Sumado a esto, cuando un estudiante tiene habilidad suficiente como para desarrollarse a nivel profesional en la disciplina que escoge, puede asegurarse mejores oportunidades educativas y posteriormente laborales. Si el deporte es tan buena plataforma para el desarrollo físico y socioemocional, la integración, la socialización, y en algunos casos hasta la construcción de una carrera, ¿por qué existen tan pocos mecanismos para el crecimiento del deporte femenino a nivel escolar?

En Australia, dos tercios de las estudiantes adolescentes reportan que participar en actividades deportivas les ayuda a generar autoconfianza, sin embargo, la mitad dejan los deportes para los 17 años de edad. Canadá presenta un caso de decremento continuo de la participación deportiva femenina en las escuelas, bajo este contexto, si una niña no ha participado en disciplinas físicas para cuando tiene 10 años, las posibilidades de que se integre a alguna actividad deportiva durante la educación media superior y superior es solo del 10 %. En México, atletas profesionales que lograron romper la barrera de género en un deporte tan complicado como el fútbol femenil, constantemente comparten historias sobre sus inicios en equipos infantiles y juveniles de varones, porque la oferta para el deporte femenino no existía.

“Me metieron en un club por mi hermano. Era un equipo de niños, porque en ese entonces no había nada de niñas”, comentó Katty Martinez, delantera de Tigres Femenil y goleadora del torneo pasado de la Liga BBVA MX Femenil para Grupo Reforma en noviembre del año pasado. Otras figuras del fútbol femenil mexicano como Belén Cruz, Rebeca Bernal y Alison González han hablado en distintos medios sobre experiencias que van desde jugar en circuitos varoniles por un tiempo, hasta perseverar en la práctica del deporte aun cuando su familia no lo aprobaba en un principio.

Existe una desconexión entre los espacios de desarrollo para el deporte femenino y las oportunidades educativas que estos pueden generar. Para cuando las estudiantes con habilidad atlética llegan a la edad en que podrían aplicar para una beca deportiva, muchas de ellas han dejado de practicar el deporte al nivel que les permitiría conseguir un lugar en alguna institución de educación superior. Las causas de esto no se limitan solamente a problemas estructurales, es también una cuestión de género.

Cuando el género juega en contra

En artículos anteriores hemos hablado sobre la importancia de una educación con perspectiva de género. Esto es especialmente necesario cuando se trata de educación física. Durante las edades que niños y niñas practican deporte infantil, es más fácil crear un espacio seguro en donde el desarrollo motor, cognitivo y socioemocional que proporciona el deporte pueda darse sin complicaciones adicionales, pero esta situación cambia para las estudiantes mujeres cuando llegan a la pubertad.

En esta etapa, cambios físicos, fisiológicos y sus efectos psicológicos, así como los estándares sociales y juicios normalizados sobre el cuerpo femenino entran a la ecuación. El impacto de estos nuevos aspectos suma un peso significativo sobre las atletas jóvenes. Sin una estructura de apoyo para procesar estos retos adicionales ni para gestionar su permanencia en disciplinas físicas, las niñas comienzan a dejar el deporte en la pubertad y conforme van creciendo, esta proporción de abandono a la práctica deportiva también se hace mayor.

La necesidad de instancias de educación deportiva con perspectiva de género y espacios de crecimiento para el deporte femenino es crítica. ¿Qué se está haciendo para asegurar la permanencia de las niñas en las actividades deportivas?

¿Cómo darle la vuelta a la falta de oportunidades?

Alrededor del mundo existen diversas iniciativas para incentivar el deporte femenino. Fundaciones como Street Games en Reino Unido o Women’s Sport Foundation en Estados Unidos, proponen modelos basados en la recaudación de fondos para el apoyo al crecimiento del deporte para niñas y mujeres. Estos proyectos, son un buen inicio para la visibilización y el respaldo de las disciplinas físicas para mujeres jóvenes y niñas en edad escolar, pero más que las piezas de una estructura sólida para la promoción y apoyo del deporte femenino son más bien circuitos aislados.

Para asegurar un incremento de las oportunidades educativas de niñas y mujeres con intereses atléticos es necesario trabajar la interconexión entre quienes practican el deporte, quienes lo hacen posible, aquellos que lo fondean y los que lo promocionan. La noción de que los organismos de gestión deportiva necesitan de este tejido conectivo no es nueva, pero en la esfera del deporte para mujeres, esos canales no se han construido.

Con esa área de oportunidad comienzan a verse propuestas nuevas con el propósito ya no de fondear o apoyar programas únicos, sino de establecer relaciones entre las atletas, el acceso al deporte y posteriormente a la educación y oportunidades laborales que el deporte puede brindar.

La iniciativa Dale La Vuelta, creada por Brenda Möller, estratega digital y Máster en Gestión Deportiva Internacional por la European Sport Business School, es una de las apuestas más importantes para la gestión del deporte femenino, con México como punto de partida. El proyecto comenzó como una plataforma para promover e inspirar la práctica del deporte por parte de mujeres y niñas. Como una segunda fase, el primero de diciembre del año pasado se lanzó una convocatoria para crear un directorio que habilite el contacto entre posibles deportistas de nivel infantil y juvenil amateur, equipos e instituciones que pudieran reclutarlas, así como miembros de cuerpo técnico, staff médico y administrativos que un equipo necesitaría para completar sus filas.

“El propósito de este directorio es ser un punto de encuentro, está abierto a todos los deportes”, comentó Möller para el Observatorio de Innovación Educativa. Enfatizó también el valor de habilitar el deporte femenino a nivel amateur, destacando el rol positivo que puede tener en las niñas que pasan a la pubertad y adolescencia. Cuando más necesitan un espacio seguro que les ayude a afianzar su autoconfianza mientras pasan por los cambios físicos propios de la edad, es cuando lo pierden, ya sea por falta de infraestructura o limitaciones sociales ligadas a su género, argumentó Möller.

El propósito real de la convocatoria de ‘Dale la vuelta’ es proveer de ese espacio de desarrollo físico, psicológico y social pleno que debería formar parte de la educación de las estudiantes y atletas mujeres tanto como la de sus contrapartes masculinas. Hasta ahora llevan 200 registros, la mayoría son de  equipos. “El proyecto fue muy bien recibido desde el principio, llenaba un hueco que nadie estaba cubriendo”, agregó Möller sobre la convocatoria, que en febrero de este año potencializará un portal completo enfocado a productos y servicios que habiliten el deporte femenil. Explicó también que la dimensión educativa del deporte no se reduce únicamente a la procuración de becas o grados académicos, especialmente en la esfera femenil, en el que muchas ligas e instancias de competencia no están lo suficientemente desarrolladas como para proveer de estabilidad económica y laboral a sus atletas. Bajo este contexto, el deporte es una oportunidad no solo para aprender cómo convivir, socializar y competir con otros, sino quién queremos ser nosotros mismos mientras lo hacemos.

¿Piensas que la educación física y las oportunidades deportivas para niñas y mujeres son escasas o que son necesarias en mayor cantidad? ¿Qué haces desde el salón de clases y el patio de la escuela para enseñar educación física con perspectiva de género? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/deporte-mujeres-educacion

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La educación del castigo y el capital

El corazón de la sociedad flota en veneno y está cercado con alambre de púas, y responde al miedo programado de décadas de un sistema educativo que asocia educación con dinero.

“Llamar a la domesticación del animal ‘mejoramiento’ suena a nuestros oídos casi como una broma. Cualquiera que sepa lo que sucede en una casa de fieras dudará que en ellas la bestia ‘mejore’. Es debilitada, es hecha menos dañina, es convertida, mediante el efecto depresivo del miedo, mediante las heridas, mediante el hambre, en una bestia enfermiza”.

Friedrich Nietzsche

El miedo describe, y quizá resume, la base de modelos educativos que imperan en nuestra sociedad. El castigar que se desplaza sin freno por un carril de la vía, y el premiar dosificado, entregado en pequeñas gotas, moviéndose en sentido paralelo, son dualidades que se nos venden como algo opuesto, pero que en el fondo son solo el maquillaje que esconde el carácter inseparable de mecanismos de domesticación que al final ya no requieren del verdugo que infringe dolor para sostener el statu quo, para imponer una forma de pensamiento único que castra lo diverso, que encarcela almas.

Vivimos en una sociedad que reproduce el yugo, no solo bajo formas de arrodillamiento ante tiranías y clases dominantes, sino también en cotidianidades que reflejan la marca fundida con acero en la psique, en territorios mentales colonizados que requieren de la amenaza del escarmiento como mecanismo de control para obrar o dejar de hacerlo.

De este modo acciones que antes pensamos imperdonables, ahora se convierten en una regla espantosa, mediada por el dinero y el castigo. Y así terminamos respondiendo a compromisos solo por el hecho de que éstos puedan costarnos el dinero invertido en algún curso, o formación académica en cualquier nivel.

Procesos educativos descentralizados, alternativos, desligados del chantaje de la nota que infunde miedo a través del examen, son tomados por la sociedad como un acontecimiento desechable, que se toma y se abandona con la misma facilidad que se arrojan los desechos del día a la basura.

No son procesos asumidos como una posibilidad de libertad para explorar y recuperar nuestra autonomía en una búsqueda que, sin importar las dificultades, debe nutrir el espíritu porque produce placer al hacerlo, una búsqueda donde abandonamos excusas y otorgamos tiempo y corazón para resquebrajar el statu quo que sutilmente se tomó nuestras cabezas.

Pero el corazón de la sociedad flota en veneno y está cercado con alambre de púas, y responde al miedo programado de décadas de un sistema educativo que asocia educación con dinero, pues está dictaminado que se estudia para competir, para sobresalir pisoteando al otro, para destruir cualquier lazo de solidaridad y ayuda mutua, mientras se persigue el espejismo de acumular capital a toda costa.

Es una asociación que además se deriva del saqueo de las condiciones materiales de existencia que el modelo neoliberal, el capitalismo voraz e insaciable, ha robado a pueblos y naciones. La educación como sinónimo vergonzante de acumulación de dinero se vende como solución a los desesperanzados que, cada vez más sumergidos en la miseria provocada por las clases dominantes en el poder, buscan salidas materiales convirtiendo la educación en castración e irreflexión, y no en liberación y rebeldía para acabar con Estados y gobiernos tiránicos como el colombiano.

Nada más terrible para una sociedad que los modelos educativos reproduzcan, en todos los niveles de la vida cotidiana, adormecimiento y control social a partir del miedo y la falsa ilusión de acumular capital.

La conciencia crítica de cada época aún reposa, a pesar de todas sus falencias y contradicciones, en la educación, aunque esto se relegue, se oculte y pretenda ser marginalizado. Recordarlo implica trabajar para que la rebeldía deje de manifestarse como una excepción y pase a constituirse en misión de un modelo educativo para un pueblo que lo necesita. Y ello también recuerda que no existe nada más político que lo cotidiano, pues es desde este lugar afectivo donde se irrigan los actos que pueden descontaminar a una sociedad intoxicada por décadas de desesperanza, miedo y opresión.

*Fuente: Rebeliom

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Absentismo y menstruación: un problema mundial

Por: Sofía García-

El absentismo escolar es un problema a nivel mundial que se ha agravado debido a las condiciones impuestas por la pandemia. Pero antes del surgimiento de esta crisis de salud global, existía otra, siempre presente pero menos notoria, afectando a aproximadamente la mitad de la población escolar mundial.


 Una de las mayores causas de absentismo en las alumnas que ya han alcanzado la pubertad es el ciclo menstrual. En 2017, se reportó un absentismo del 41 % en las niñas entre 11 a 17 años en Bangladesh, la India alcanzó el 24 % en el mismo rango de edad. En Latinoamérica, UNICEF México informó que el 43 % de las alumnas con periodo menstrual prefieren no ir a la escuela durante su ciclo.

“Si una de ellas decide faltar uno o dos días por mes, eso se acumula al final del año en un rezago educativo. Y el tema de higiene menstrual está concatenado a muchas otras cosas, que hacen que las niñas en secundaria y media superior decidan dejar la escuela”, explica Paola Gómez, Oficial Nacional de Educación en UNICEF México, sobre la problemática presente para el porcentaje del alumnado que expresa sus problemas con asistir a la escuela durante su periodo.

¿Por qué presentarse a clases durante el periodo representa una dificultad mayor que otro tipo de situaciones como algún malestar estomacal, un resfriado o una jaqueca? La complicación no estriba solamente en los síntomas del Síndrome Premenstrual, sino en la falta de recursos tanto en las instalaciones, como en la estructura educacional para mantener la calidad de la experiencia educativa de las alumnas durante su menstruación.

Sin recursos ni logística

El obstáculo más grande para la integración de las alumnas a la experiencia educativa durante sus ciclos menstruales es la falta de recursos de higiene menstrual tanto a nivel personal como en las instalaciones de la escuelas.

El aspecto social y económico es crucial no solo para obtener el derecho al transcurrir de un periodo digno, sino del acceso a la educación con o sin periodo. En países como la India el factor costumbre y la creencia de que procesos biológicos como la menstruación vuelven a una mujer un “ser impuro” pesan mucho y son un lastre para el desarrollo integral e igualitario de la mujer.

“Si ya hay niñas que menstrúan a los 9 años, la educación menstrual debe empezar entre los 3 y 4 años”.

En varias regiones de África las niñas no cuentan con acceso a toallas sanitarias ni formas de desecharlas o limpiarlas en caso de que nos sean desechables. En México, 23 % de las escuelas no cuentan con agua potable, un problema que afecta no solamente la logística de la higiene menstrual para las alumnas, sino que complica sobremanera la higiene general de toda la población de las escuelas mexicanas.

Este problema no es exclusivo de los países o regiones en vías de desarrollo. En Inglaterra, 1 de cada 10 familias no puede costear productos de higiene menstrual para sus hijas, en Estados Unidos y Alemania, los productos de higiene menstrual no se consideran objetos de requerimiento básico y se gravan como artículos de necesidad secundaria o de lujo.

No existe una base cultural ni económica para considerar los periodos como parte de la vida diaria de las mujeres en edad de estudiar o trabajar, las carencias de logística que esto genera separa a millones de niñas y mujeres del acceso a la educación y de una experiencia educativa de calidad.

Sin la educación pertinente

En terreno educativo todavía no existe un rubro que ayude a familiarizar a las alumnas con la experiencia del ciclo menstrual y cómo puede impactar su experiencia educativa, las instancias educativas de salud femenina para los hombres son todavía más escasas. El entendimiento de los hombres acerca del ciclo menstrual rara vez es superior al de las nociones básicas del proceso biológico.

La educación sexual y de salud en las escuelas está diseñada para codificar la menstruación ya sea solamente como la ausencia de un embarazo, la razón por la que las mujeres sufren de malestar físico o de desequilibrios emocionales u hormonales.

“Crecemos teniéndole asco a la menstruación. Pensando que es algo que hay que esconder” .

La conversación acerca de la menstruación, inclusive dentro de las escuelas, casi siempre es segregado, en un tiempo-espacio alienado del resto de la intención educativa y lejos de los oídos de estudiantes y docentes varones. A las alumnas mujeres se les enseña sobre la menstruación en función de aprender a gestionarla en silencio y fuera de su faceta como estudiante, o como miembro del mercado de trabajo.

“Crecemos teniéndole asco a la menstruación. Pensando que es algo que hay que esconder”, afirma Johana Karis Molina Ortiz, trabajadora social y experta en educación para la salud menstrual. Molina explica que una de las carencias más notorias de la educación para la salud y la educación sexual en las escuelas, es que la enseñanza sobre el tema de la menstruación está completamente desprovisto de su dimensión social, política y económica. No cuestiona los prejuicios ni los tabúes ligados a la menstruación, ni prepara a las alumnas a sobrellevar el impacto psicológico de estos juicios sociales sobre sus cuerpos y sus procesos biológicos.

Tampoco hay guías de visibilización para alumnos transgénero que también experimentan el ciclo menstrual. Añadiendo un peldaño más al conjunto de dificultades que enfrenta el estudiantado no heteronormado. Todo esto constituye un conjunto de condiciones inherentemente hostiles para cualquier estudiante con un cuerpo que menstrue. ¿Cómo empezar a dimensionar soluciones en este terreno?

La necesidad de una educación con perspectiva de género

Una de las trabas más determinantes para asegurar una experiencia educativa de equidad es la resistencia a integrar una perspectiva de género a la educación sexual. Si maestros y personal educativo se limitan únicamente a describir procesos biológicos, los alumnas quedan desprovistas de información importante acerca de cómo la visión social sobre la menstruación va afectar sus experiencias y oportunidades el resto de su vida, especialmente cuando se excluye a los hombres de estos aprendizajes.

El momento en el que se tratan estos temas en el aula también juega en contra, para cuando el currículo de educación sexual o educación para la salud toca el tema de la menstruación, muchas alumnas ya experimentaron su menarquía, y tanto niñas como varones, van años tarde para desarrollar habilidades sociales y de inteligencia emocional como para asimilar las implicaciones de lo que sucede con sus compañeras mujeres. El impacto sobre las alumnas que no están listas para procesar su menarquia es tan importante que puede también influir el tiempo que permanecen dentro del sistema educativo.

Yarimar Rosa Rodríguez, psicóloga clínica y autora de la investigación “Menstruamos: Experiencias, actitudes y creencias en América Latina”, sostiene una perspectiva polémica pero interesante acerca de cuándo debe comenzarse la tarea de la educación menstrual. “Si ya hay niñas que menstrúan a los 9 años, la educación menstrual debe empezar entre los 3 y 4 años”.

De acuerdo con la también doctora en Filosofía, este tiempo es instrumental para romper los esquemas educativos que eliminan la experiencia de las personas con cuerpos menstruantes de la educación sexual o para la salud, educando en base a la conversación y la integración de todos los aspectos de la vida de los estudiantes, incluyendo aquellos cuyos tabúes y mitos sociales separan a la mitad de la población en edad escolar del acceso a la educación.

Una conciencia social y política con respecto a la necesidad de recursos para la higiene menstrual también es de gran ayuda. Al inicio de este año, Reino Unido finalmente retiró el impuesto que gravaba los productos de higiene menstrual como artículo de lujo y Escocia dió un paso más allá al convertirse en el primer país en el mundo en instituir que estos productos son un derecho básico y que deben ser provistos por el estado a cualquiera que los necesite.

Estas iniciativas son esenciales para  instaurar la práctica social de un periodo digno, también son una gran ayuda para la disminución de la pobreza extrema que ataca con más incidencia a las mujeres, y eliminar el subsector de la pobreza que inhabilita a las personas que menstrúan a asegurarse un periodo digno.

¿Piensas que las instancias de educación menstrual son necesarias en las escuelas? ¿Has notado un desbalance en la experiencia educativa de tus alumnas por la falta de este recursos o de una logística que sea más amigable para las necesidades de la población femenina estudiantil? ¿Crees que esto también impacta no solo en sus oportunidades educativas sino laborales a largo plazo? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/absentismo-menstruacion

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Entrevista a Maryanna Abdo:“En educación se puede medir casi todo si hacemos las preguntas adecuadas”

Entrevista/Autor: Rodrigo Santodomingo/eldiariolaeducacion.com

Detectar el éxito o fracaso de la acción educativa es el primer paso. Después hay que interpretar los datos y convertirlos en iniciativas que atiendan a cada contexto y sean asímismo evaluables. Hablamos con Maryanna Abdo, managing director del Centre for Evidence and Implementation, sobre este flujo constante que retroalimenta el vínculo entre investigación y práctica educativa.

Con sede en Australia, Singapur y Reino Unido, el Centre for Evidence and Implementation asesora a gobiernos y organizaciones de todo el mundo en la mejora de servicios como la educación o la salud. Su fórmula combina la investigación con pautas precisas para transformar lo que nos dice la ciencia en prácticas de éxito. En ese aterrizaje de los números en el mundo real, la adaptación al contexto emerge como la condición que marca la diferencia.

Hablamos con Maryanna Abdo, su managing director. Nacida y educada en EEUU, Adbo vive en Asia desde hace casi una década. Allí ha desarrollado diversos proyectos en los que su preocupación por los más desfavorecidos aparece como constante. La estadounidense participa en el próximo congreso digital de WISE, que se celebra entre el 23 y el 25 de este mes. En su cuenta de Twitter, Abdo se define como education nerd.

Vemos en los últimos años una especie de fiebre por las evidencias en educación. ¿Existen factores que han desencadenado esta tendencia?

Sin duda hay un interés creciente por saber qué funciona y qué no. Pienso que aquí han cobrado un papel relevante los Objetivos del Milenio en cuanto a acceso universal a la educación. Muchos países lograron grandes avances en la primera década del siglo construyendo escuelas, pero ahora las cifras aumentan levemente o se han estancado. Solo construir más escuelas ya no funciona, especialmente en zonas rurales o entre las niñas. Y ahora las autoridades educativas y los que financian la ayuda internacional quieren tomar decisiones a partir de la investigación, de estudios rigurosos que demuestren la efectividad de sus medidas.

¿Abundan también los estudios sobre rendimiento en esas nuevas escuelas de países en vías de desarrollo? Entiendo que no es solo un problema de cantidad, sino de calidad.

Sí, se está haciendo un gran esfuerzo por evaluar los resultados. Y en muchos casos, las cifras muestran deficiencias, con porcentajes significativos de alumnos que no alcanzan un nivel mínimo en conocimientos básicos.

Medir el acceso a la educación o el aprendizaje en matemáticas o lectoescritura resulta relativamente fácil. Pero la cosa se complica cuando el objeto de estudio se centra en competencias como el pensamiento crítico, la capacidad de síntesis o la creatividad.

Se puede medir casi todo, siempre y cuando se hagan las preguntas adecuadas. Si queremos saber si una práctica aumenta la creatividad, quizá no sea de gran ayuda fijarnos en las notas de exámenes. Pero sí podemos indagar sobre el interés artístico de los alumnos o el número de vocaciones en esa dirección.

Tu organización destaca la importancia de saber cómo implementar, mediante prácticas concretas, lo que nos dice la ciencia.

Hemos calculado que se necesitan hasta 17 años para transformar una evidencia en una práctica de éxito. Aspiramos a acortar ese tiempo.

Uno de los grandes retos en la implementación pasa por adaptar buenos programas a otros contextos educativos. Algo puede funcionar en un sitio pero no en otro. De hecho, varios organismos [EduCaixa en España] apuestan por sintetizar en meta-análisis los resultados de diferentes estudios sobre un mismo tema.

Varios factores influyen en el proceso: los currículos nacionales, el enfoque pedagógico, la geografía, variables culturales… Por eso es tan importante saber no solo qué queremos hacer, sino también qué condiciones contribuyen a su éxito. Te pondré un ejemplo, en este caso del sector salud. Un país occidental intentó exportar un modelo de mejora sanitaria -basado en la atención domiciliaria- a otro país asiático. No funcionó, en buena medida por las diferentes relaciones paciente-doctor y las reticencias a recibir atención en casa.

¿Ayudaría también acercar a los profesores a los métodos y técnicas de la investigación?

Sin duda. Hemos llevado a cabo recientemente un estudio sobre el uso de las evidencias entre los profesores australianos. Las conclusiones apuntan a un gran margen de mejora en áreas como el acceso a los propios recursos de investigación educativa o la capacidad del docente para identificar evidencias robustas.

¿Existe resistencia entre algunos profesores a la hora de cambiar su metodología a la luz de la ciencia?

Me cuesta pronunciarme porque no tengo un contacto frecuente y directo con la primera línea en las escuelas. Pero percibo un gran entusiasmo. Al final, todos queremos hacer bien nuestro trabajo, y estamos abiertos a recibir información que nos ayude a mejorarlo.

Para evaluar sistemas educativos en su conjunto, primero hemos de tener más o menos claro para qué queremos educar. Y los fines de la educación no siempre se nos presentan tan obvios. ¿Complica este eterno debate el diseño de buenas investigaciones?

Este tipo de tensiones y visiones divergentes se dan en la mayoría de sistemas educativos. Quizá por ello hemos observado que algunas de las evidencias más sólidas proceden de un nivel menor, a escala escolar o red de escuelas.

¿Podrías citar alguna práctica educativa que en principio suena bien pero la ciencia se haya ocupado de desterrar?

No pertenece exactamente al ámbito escolar, pero sí a la educación en sentido amplio. Hay un programa que utilizan en EEUU para disuadir a adolescentes con delitos menores de que sigan por el mal camino. Se llama Scared straight [algo así como Asustado de golpe] y consiste en visitas a prisiones de adultos donde los presos les explican lo que allí les espera si finalmente acaban ingresando. Se trata básicamente de meterles miedo para encauzarles. Parece una excelente idea, ¿no? Pues las evidencias demuestran no solo que no tiene un impacto positivo, sino que puede aumentar la probabilidad de terminar en la cárcel. No sabemos exactamente por qué ocurre esto. Puede ser porque algunos chavales de entornos deprimidos ven la vida en la cárcel como una opción atractiva, con tres comidas al día y un techo. O por la mala influencia que ejercen sobre ellos los presos con quienes tratan durante las visitas. No lo sabemos. Pero la moraleja del cuento se antoja clara: lo que suena bien no siempre está bien.

Lo verdaderamente innovador en educación es hacer cosas que sabemos que funcionan y hacerlas bien

¿Es la educación un campo especialmente fértil para lanzar propuestas con un bonito envoltorio y escaso fundamento?

Creo firmemente que la innovación tiene un enorme potencial transformador, y para innovar hay que arriesgar. Pero te diré algo que mi jefe asegura con frecuencia: lo verdaderamente innovador en educación es hacer cosas que sabemos que funcionan y hacerlas bien. Sean estas innovadoras o tradicionales. ¿Por qué distraernos con el brillo de la última novedad cuando a veces ni siquiera hemos intentado lo que ya sabemos con certeza que funciona?

A veces el debate tradición/innovación se plantea como si fueran opciones incompatibles. Hay estudios que reconcilian ambas posturas y concluyen que innovar es bueno, pero solo cuando el alumno ha asimilado una buena base de conocimiento, que quizá haya que enseñarle mediante metodologías clásicas.

Algo similar ocurre con la relación entre competencias digitales y socioemocionales. Cada vez hay un mayor consenso en cuanto a que el potencial de las primeras solo se puede desarrollar plenamente cuando el alumno confía en su capacidad para pensar críticamente y se siente cómodo colaborando y trabajando en equipo.

¿Qué podemos esperar en el futuro próximo de la investigación educativa? ¿Habrá campos de análisis predilectos?

Por razones obvias, la educación a distancia será uno de ellos. O la falta de medios tecnológicos para acceder a ella y cómo estas carencias influyen a la hora de que muchísimos alumnos se alejen, puede que definitivamente, de la escuela. El otro día escuché en una conferencia virtual que, durante el confinamiento, solo el 25 % de alumnos en India han dispuesto de tecnología para continuar aprendiendo. También se dijo que, durante la crisis del ébola, en Liberia se triplicó el porcentaje de alumnos sin escolarizar. Son datos terribles que requieren respuestas, y la investigación puede contribuir a dar las más efectivas.

En tu cuenta de Twitter te defines como education nerd [de difícil traducción, en castellano nerd sería una mezcla de empollona, pringada y obsesa]. ¿Qué implica ser una education nerd?

[Risas] Pienso que el sector educativo es el más interesante, con tantas variables, tan complejo y apasionante. Vivimos además un momento de cambio que lo hace aún más fascinante. Flujos de estudiantes internacionales, nuevas competencias para un futuro incierto… Podría hablar horas y horas sobre mi pasión por la educación, pero no creo que proceda. [Risas]

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/06/24/en-educacion-se-puede-medir-casi-todo-si-hacemos-las-preguntas-adecuadas/

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Libro (PDF): Hacer posible la escuela : vínculos generacionales en la secundaria

Reseña: CLACSO

Las investigaciones en educación han hecho hincapié en que las transformaciones sociales ocurridas en Argentina durante los últimos años repercuten notablemente sobre cómo las y los jóvenes se vinculan con las distintas instituciones con las que toman contacto. La escuela secundaria no ha salido indemne de este proceso, antes bien, ha sido objeto de estudio por el rol central que ocupa en él. Crisis o transformación son dos vocablos con los que se alude frecuentemente a las situaciones que transitan la escuela y sus poblaciones, independientemente del nivel de enseñanza, a partir de cada hito social o político que comporte alguna incidencia mayor en ellas, entre los más recientes, la obligatoriedad y universalidad del secundario. Los seis estudios aquí presentados, resultado de investigaciones sociológicas y educacionales recientes, tienen como territorio de referencia la Provincia de Buenos Aires y se centran en las políticas de inclusión, las revisiones del formato escolar, los vínculos intergeneracionales, la incorporación de tecnologías, las regulaciones sobre las maneras de estar y vivir en la escuela y la dimensión de los afectos.

Autor/a:   Otero, Estefanía – Núñez, Pedro – Litichever, Lucía – Guevara, Bárbara –   Fridman, Denise Laura –   Southwell, Myriam – Compilador/a o Editor/a  Piracón, Jaime – Autor/a  Salti, Patricia –   Vecino, Luisa
Editorial/Editor: UNIPE
Año de publicación:  2020
País (es): Argentina
Idioma: Español
ISBN : 978-987-3805-45-5
Descarga:    Libro (PDF): Hacer posible la escuela : vínculos generacionales en la secundaria
Fuente e imagen:

 

http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?novedad=si&c=ar-050&d=15334

 

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Universidad de Chapman otorga premio de Justicia Social a Luis Bonilla-Molina

OVE / 6 de diciembre 2020

 

El Proyecto Democrático Paulo Freire (PFDP por sus siglas en inglés) de la Universidad de Chapman, ubicada en Los Ángeles, EEUU, decidió nominar y otorgar al Dr. Luis Bonilla-Molina, el Premio Anual de Justicia Social 2020, el cuál será entregado por el Attallah College of Educational Studies, de esa universidad. El premio será otorgado el 19 de febrero de 2021 en acto formal del Proyecto Democrático Paulo Freire (PFDP) y consiste en un pergamino certificado por la Universidad de Chapman

 

Este reconocimiento se debe a su trabajo pedagógico crítico realizado a nivel internacional usando modos virtuales durante el año 2020, que permitió unir a lo/a/es educadores más afectado/as durante esta pandemia histórica. En particular se aplaudió la incorporación en ese trabajo de temas relevantes sobre la educación popular, los abusos de género, y otros temas sociopolíticos y económicos que impactan al bienestar de educandos y sus maestra/o/es y profesores.

 

El trabajo en el que participó el profesor Luis Bonilla-Molina esta accesible en el YouTube del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación y consta de más de doscientos foros, encuentros y diálogos realizados en el año 2020 entre educadores/as y populares, pedagogos críticos y defensores de la educación. Actividades que se realizaron gracias al trabajo mancomunado de los equipos de CII-OVE (Venezuela), la CEIP-H (Argentina) y el MAECC (Oaxaca, México), por lo cual es también un reconocimiento al trabajo en equipo.

 

Este trabajo permitió impulsar y realizar por medios virtuales el I Congreso Mundial en defensa de la educación pública y contra el neoliberalismo educativo los días 25, 26 y 27 de septiembre en el cual expusieron líderes y lideresas de 92 federaciones y sindicatos de todos los continentes, colectivos de educación popular y pedagogos críticos y contó con más de 12.000 participantes. Congreso Mundial que ahora organiza la marcha global por el derecho a la educación.

 

Luis Bonilla-Molina es Doctor en Ciencias Pedagógicas, con más de cuarenta años de experiencia educativa Ha dirigido importantes instancias internacionales como el Centro Internacional Miranda (CIM) de Venezuela, el Consejo de Gobierno del IESALC UNESCO y es fundador del portal Otras Voces en Educación (OVE), así como del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en educación (CII-OVE).

 

El Proyecto Democrático Paulo Freire (PFDP) son un conjunto de iniciativas locales, regionales e internacionales desarrolladas desde la Facultad de Estudios Educativos Attallah de la Universidad Chapman. Estas iniciativas reflejan los imperativos políticos, pedagógicos y éticos del gran educador brasileño Paulo Freire y capturan su lucha democrática por la justicia social. Originalmente apoyado por la Cátedra Jack H. y Paula A. Hassinger en Educación, el PFDP comenzó en Chapman’s Attallah College en 1996. Es el efecto vivo y duradero de la inspiración de Paulo Freire en los corazones, mentes y trabajo de académicos y activistas comunitarios. La conciencia crítica de la injusticia y la opresión, así como las fuerzas materiales y epistemológicas que la perpetúan en la educación, se convierten en el tema central de interés del proyecto.

 

Algunos de quienes han recibido este premio son:

2019    Dr. George Sefa Dei

2018    Dr. Pedro Pedraza

2017    Dr. Sandy Grande

2016    Antonia Darder

2015    Dr. Henry Giroux

2014    Donaldo Macedo

2013    Jeff Duncan-Andrade

2012    Dr. Christine Sleeter

2011    Shirley Steinberg

2010    Russell Bishop

2009    Sonia Neito

2007    George Wood

2004    Rubén Martinez

2002    Dr. Peter McLaren

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MINERD presenta Política institucional de inclusión para las personas con discapacidad. República Dominicana

América Central/República Dominicana/06-12-2020/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

Destinan más de 200 empleos para personas con discapacidad.

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El titular del Ministerio de Educación (MINERD), Roberto Fulcar, presentó la llamada “Política institucional de inclusión para las personas con discapacidad”, documento que resume las acciones y programas en favor de los niños, niñas y adolescentes con discapacidad física, intelectual, psíquica o múltiple.

La “Política institucional de inclusión para las personas con discapacidad” ofrece un material informativo sobre diferentes estrategias para el abordaje a estudiantes con discapacidad múltiple y sordoceguera frente a la nueva modalidad educativa, recursos para padres como calendarios, planificaciones y orientaciones para el trabajo en casa.

Contiene un banco de pictogramas para facilitar la rutina familiar y desarrollo del trabajo educativo en casa para estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA), la adaptación de los cuadernillos de inicial y primaria para estudiantes con ese trastorno.

En el caso de los estudiantes con discapacidad visual se actualizó el documento de lineamientos para los centros con recursos para la atención a la diversidad.

Fulcar anunció que ello es parte de un «cambio de enfoque, manejo y dirección de trabajo» del Centro de Recursos para la Discapacidad Visual Olga Estrella de Santo Domingo.

“Hoy queremos anunciar que mediante la Orden Departamental 90-2020 se establece el cambio de nombre al Centro nacional de recursos educativos para la discapacidad visual Olga Estrella a Centro Nacional de Recursos para Niños con Necesidades Específicas Olga Estrella».

No significa solo un cambio de nombre sino «un cambio de la política de atención y recursos de ese centro», remarcó.

También anunció la puesta en funcionamiento desde el 7 de enero de un canal de televisión exclusivo para las personas con discapacidad e insistió en que “estamos designando espacios en cada oficina de cada viceministerio, dirección Regional y Distrito para que las personas con discapacidad tengan empleos dignos”.

Dijo que el propósito de esas políticas es promover los derechos, la inserción y el desarrollo de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad desde una perspectiva inclusiva que irradie a la escuela dominicana.

“Las personas con algún tipo de discapacidad enfrentan muchas barreras que limitan sus posibilidades. Por ello, desde el Ministerio de Educación entendemos que el accedo a formarse, educarse, trabajar y ser protagonistas de su propio destino no debe estar entre esas dificultades. Hoy, hacemos un compromiso de acompañar y empujar en la dirección de derribar barreras porque la educación es inclusión, es un compromiso que nadie se quede atrás”, sostuvo.

UNICEF RECONOCE LOS AVANCES

Rosa Elcarte, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), destacó que el país ha avanzado en la aplicación de programas de inclusión.

«Reconocemos los esfuerzos que ha hecho el país para respetar y cumplir los derechos de esa población. En el caso de la población infantil, el principal de ellos es el acceso a la educación”, apuntó.

En la República Dominicana las cifras establecen que entre 700 mil y un millón de personas tienen algún tipo de discapacidad, cifra que será precisada cuando concluya un estudio en marcha.

En tanto que Lucia Vásquez, directora de Educación Especial del MINERD, detalló el programa de capacitación al personal que se ha realizado para la implementación de esta política de inclusión.

“Entre las políticas de inclusión destacan la adaptación de los cuadernillos elaborados en colaboración técnica con UNICEF en diferentes formatos: braille, macrotipo, para estudiantes con el trastorno de neuro desarrollo y en lengua de señas para los videos del programa “Aprendemos en Casa”, la elaboración de una guía con orientaciones para las escuelas específicas para estudiantes sordos y una para padres de estudiantes con discapacidad”, destacó Vásquez.

Capacitación para la inclusión

Para el año escolar 2020-2021 se realizó la capacitación a 136 docentes y psicólogos sobre estos lineamientos de aulas específicas para la inclusión educativa.

Se entregaron equipos a maestros itinerantes y coordinadores para llevar a cabo la educación a distancia y la virtualidad, encuentros formativos con los docentes que escolarizan estudiantes con discapacidad múltiple y encuentros con los directores de las 33 escuelas y aulas específicas de estudiantes sordos, sordo-ceguera e hipo acústicos para el acompañamiento a los ajustes al trabajo con los estudiantes y las familias.

Esta política inclusiva también ha conllevado la dotación de más de 200 empleos para personas con discapacidad.

A la actividad también asistieron la viceministra de Servicios Técnicos y Pedagógicos, Ligia Pérez, Dilia Stephany Ubiera Sosa, directora general de gestión humana del MINERD, técnicos del área de Educación Especial, personas con alguna condición de discapacidad y sus familias.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/actualidad/minerd-presenta-politica-institucional-de-inclusion-para-las-personas-con-discapacidad-8890110.html

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