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La innovación transforma la educación de los estudiantes refugiados en África

África/25 de Marzo de 2017/vlcnoticias.com

Gracias a las tabletas y a las redes móviles, los estudiantes en los campos de refugiados se benefician de los últimos avances de la educación on-line,que además estimula su interés por el aprendizaje. Los estudiantes están impacientes por utilizar las tabletas distribuidas en los kits Instant Network School.

DADAAB, Kenia, 14 de marzo de 2017 (ACNUR/UNHCR)- Dekow Mohamed todavía estaba temblando días después de que su ídolo, la ganadora del premio Nobel y activista por el derecho a la educación Malala Yousafzai, visitara el pasado mes de mayo su escuela en el complejo de campos de refugiados de Dadaab, en Kenia.

“No puedes imaginarte lo que contenta estaba cuando la vi frente a mí”, cuenta Dekow, una refugiada somalí de 18 años, apenas un año más joven que la activista pakistaní, quien escapó de un intento de asesinato tras desafiar a los talibanes y su prohibición de que las chicas puedan asistir a la escuela.

La historia de Malala dio la vuelta al mundo e inspiró a millones de personas. Sin embargo, no habría llegado a oídos de Dekow si no fuera por una innovadora iniciativa llamada Instant Network School (INS), que ha logrado llevar la educación online y la conexión a Internet a su campo de refugiados.

Algunas de las escuelas y centros comunitarios han recibido una “caja digital” que incluye un conjunto de tabletas, baterías solares, una red satélite o móvil, así como una serie de programas y apoyo pedagógico para el aprendizaje on-line. Los profesores reciben soporte informático y formación continua.

“Tanto los estudiantes como los profesores dicen que el programa ha aumentado su motivación”.

Desde el lanzamiento del proyecto piloto en el campamento de Dadaab en 2014, el programa se ha ampliado a 31 centros en cuatro países de la región: Kenia, Tanzania, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo.

El proyecto ha experimentado un crecimiento orgánico desde que inicialmente surgiera como un acuerdo entre ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y la Fundación Vodafone, y fuera puesto en marcha en escuelas de los campos de Dadaab. Dadas las enormes lagunas en materia de recursos y la falta de conexión a Internet en el campamento, se vio que las tecnologías móviles podrían mejorar la calidad de la educación en estas zonas tan remotas.

Más de 65 millones de personas se encuentran actualmente desplazadas de sus hogares por las guerras y la persecución, cifra que incluye a más de 21 millones de refugiados. La mitad de ellos son niños y niñas, y son demasiados los que no han tenido acceso a la educación. Según un informe de ACNUR, solo el 50% de ellos se ha matriculado en educación primaria, el 22% en secundaria y el 1% en educación superior.

En África, el continente que acoge a más personas desplazadas que ninguna otra región -sin contar a Oriente Medio-, millones de estudiantes refugiados tratan de proseguir sus estudios. Programas innovadores como el INS contribuyen a garantizar que puedan seguir estudiando durante el mayor tiempo posible.

Incluso cuando son escolarizados, los niños refugiados en África a menudo aprenden en condiciones extremadamente difíciles, en aulas masificadas y sin apenas recursos. A través de programas como INS, la Agencia de la ONU para los Refugiados está contribuyendo a cubrir algunas de estas lagunas y ayuda miles de estudiantes como Dekow.

“Los estudiantes entienden mejor lo que ven que aquello que oyen, y a nosotros nos solían hablar de muchas cosas que no habíamos visto nunca” explica Dekow. “Pero cuando llegaron las tabletas, incluso nuestros profesores se sorprendieron de lo mucho que participábamos. Somos capaces de responder preguntas difíciles sin tener que mirar los apuntes”.

Para Jacqueline Strecker, coordinadora del Laboratorio de Innovación de ACNUR en Nairobi, la idea era introducir la tecnología en las clases a través de un enfoque integral. “Queremos poner la tecnología al servicio de la mejora de la enseñanza, favoreciendo el acceso a materiales pedagógicos adecuados y a información actualizada que los profesores puedan utilizar, así como permitiendo que los estudiantes puedan acceder a fotografías y vídeos educativos”.

“Esta iniciativa se apoya en el compromiso de ACNUR de ofrecer una educación de calidad mejorando las aulas”.

Jacqueline Strecker añade: “Esta iniciativa se apoya en el compromiso de ACNUR de ofrecer una educación de calidad mejorando las aulas y favoreciendo el acceso de los refugiados a material digital. Tanto los estudiantes como profesores dicen que el programa ha aumentado su motivación. Los profesores también se muestran más entusiasmados de venir a la escuela y sienten que están recibiendo más apoyo”.

Gadafi Mohamed, profesor en el campamento de Hagadera en el complejo de Dadaab, señala cómo el acceso a las tecnologías de la información y de la comunicación, o TIC, ha estimulado el interés de todos en las clases. “Antes de tener TIC, muchos estudiantes ni siquiera venían a clase por falta de interés”, afirma. “Desde que empezamos a usar las TIC, se han registrado muchas mejoras. Básicamente se trata de poder visualizar las cosas en vez de enseñar con libros de texto. Esto ha despertado el interés de los estudiantes”.

El programa Instant Network Schools (INS) es uno de los ocho proyectos puestos en marcha en siete países que se han mostrado en África Shares, un fórum de tres días celebrado en Ginebra y que muestra cómo los refugiados pueden constituir una baza importante para las comunidades que les acogen. Organizado a iniciativa de ACNUR, el evento se celebra del 14 al 16 de marzo y tiene como objetivo mostrar que la innovación se está extendiendo por el continente y que los refugiados están muy comprometidos con estas exitosas iniciativas.

Entre el conjunto de proyectos se incluyen: refugiados artesanos de Malí en Burkina Faso; una iniciativa para promover la lectura para niños en Etiopía; el proyecto en Ruanda sobre estufas que ahorran energía; un proyecto de avicultura en Zimbabue; un proyecto de conexión a Internet con Microsoft en Malaui, así como iniciativas para la urbanización y subvenciones para la compra de gas en Níger.

Todos estos proyectos se desarrollan a través del enfoque comunitario puesto en práctica por ACNUR y sus socios. Los refugiados, que son el elemento central de los proyectos, pueden poner en práctica sus habilidades y competencias al tiempo que aprenden otras.

“El principal activo de ACNUR es el hecho de que trabajamos con comunidades con gran resiliencia y creatividad”, dice Strecker. “Lo verdaderamente importante es permitirlas utilizar su creatividad en la gestión de este tipo de proyectos”.

Igual de importante es el hecho de ver cómo los refugiados en África utilizan la innovación para encontrar soluciones propias desarrolladas localmente. Para Dekow, la innovación no solo ha mejorado la calidad de su educación, sino que la ha motivado seguir el ejemplo de Malala Yousafzai, su modelo. “El principal activo de ACNUR es el hecho de que trabajamos con comunidades con gran resiliencia y creatividad”.

“Malala nos animó a hacer oír nuestra voz” afirma. “Me encantó su mensaje, porque se corresponde por completo con mis sueños. En mi caso, mi sueño es llegar a ser abogado y defender la causa de la educación en mi sociedad para que algún día, todos podamos llegar a ser grandes en el mundo”.

“La Educación en Emergencias y Crisis” es el lema escogido para la Mobile Learning Week (semana del aprendizaje móvil), la emblemática conferencia de la UNESCO sobre educación que este año tendrá lugar del 20 al 24 de marzo en París. La conferencia reunirá a expertos y responsables políticos de todo el mundo con el objetivo de explorar cómo promover la inclusión en la educación y preservar la continuidad en el aprendizaje en contextos de conflictos y desastres.

Este año, ACNUR coorganiza la conferencia, haciendo énfasis en el papel de la tecnología para garantizar una educación de calidad a los refugiados, incluso en caso de emergencia.

Fuente: http://www.vlcnoticias.com/la-innovacion-transforma-la-educacion-de-los-estudiantes-refugiados-en-africa/

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Entrevista a Pierre Krähenbühl: «Israel sabía dónde estaban las escuelas que bombardeó en Gaza»

Entrevista a: Pierre Krähenbühl

EL ESPAÑOL habla con el Comisionado General de la ONU para los Refugiados Palestinos sobre los retos que enfrenta esta comunidad tras 70 años de conflicto.

Como parte de la nueva doctrina de su política exterior, Donald Trump ha amenazado con cortar la financiación a aquellas agencias de la ONU que se han mostrado críticas con Israel. En el punto de mira se encuentran el Consejo de Derechos Humanos, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) o la UNRWA (la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos).

EL ESPAÑOL habla de ello con el Comisionado general de UNRWA, Pierre Krähenbühl, en su reciente paso por Madrid. De origen suizo, este funcionario europeo tiene a sus espaldas 25 años de experiencia en conflictos armados de medio mundo, habiendo trabajado durante más de una década en la organización neutral por naturaleza, el Comité Internacional de la Cruz Roja. En esta entrevista explica además los principales retos a los que se enfrenta la mayor comunidad de refugiados del mundo, hoy relegada en foros políticos y mediáticos tras las tragedias surgidas de conflictos regionales como los de Siria, Iraq, Libia o Yemen.

Después de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el Ejecutivo israelí ha aprobado la construcción masiva de asentamientos o propuesto el traslado de la embajada norteamericana de Tel Aviv a Jerusalén. ¿Han estudiado cómo podrían afectarles algunas de estas medidas?

No, porque es pronto para valorarlo. En una situación como la de Gaza sí hay que tomar en cuenta la posibilidad de que pueda haber un conflicto armado en el futuro y hay que prepararse. También hay que prepararse para que haya más colonias y que eso tenga un impacto. Lo que pueda pasar con la cuestión de la embajada es una cuestión política, pero evidentemente hay una serie de cosas que pueden suceder.

Entre ellas estarían los recortes a la aportación que EEUU hace anualmente a la ONU, como ha sugerido en alguna ocasión Trump. Agencias como la UNESCO o la UNRWA podrían verse directamente afectadas por haber sido críticas con Israel. ¿Se han planteado este escenario?

Los Estados Unidos han sido de manera constante el mayor contribuyente al presupuesto general de Naciones Unidas, donde las aportaciones de los países son voluntarias. No conviene especular sobre eso. De momento, no ha habido ninguna señal específica hacia UNRWA así que es mejor seguir con el diálogo y ya veremos lo que sucede.

Lo que sí estamos presenciando es cómo la doctrina de ‘mano dura’ de gobernantes del estilo Trump, Vladimir Putin, Recep Tayyip Erdogan o Bashar Al Assad se está extendiendo por una Europa cada vez más encerrada en sí misma. Una Europa que ha cerrado varias de sus fronteras a miles de refugiados. Como persona que trabaja con ellos, ¿cómo ve usted el futuro?

Hay una herencia de la segunda Guerra Mundial, que queda recogida en la Carta de Naciones Unidas o en la Convención de Refugiados de 1951 y que muchas personas consideran como algo de un tiempo pasado. Tenemos que decidir si queremos vivir en un mundo que se rija por un marco legal internacional reconocido o en otro. Me parece muy importante que los países europeos no abandonen su compromiso histórico con estas Convenciones y lo digo porque a menudo son ellas los que las ponen como ejemplo para decirles a los países de América Latina, de África, de Asia lo que tienen que hacer.

Pero hemos visto que los convenios se han violado en propio suelo europeo. Un ejemplo es el acuerdo firmado entre la UE y Turquía tras la llegada masiva de refugiados. Varias organizaciones de DD.HH., incluida la ONU, denunciaron que contravenía el Derecho Internacional…

Hay un riesgo de que el sistema internacional se desmorone y Europa tiene que preguntarse qué tipo de futuro quiere gestionar. No podemos utilizar estos marcos de derecho internacional para imponérselos a otros si no estamos listos para aplicárnoslos. No obstante, hay que decir también que ha habido varios países europeos que han sido muy abiertos a la hora de recibir a refugiados. Hay que entender que pueda haber reacciones de miedo entre la población que se pregunta qué va a pasar. Por otro lado, ha habido manifestaciones de solidaridad que han influido en algunos procesos políticos europeos.

Con el brexit, en el Reino Unido, ha sucedido justo lo contrario. O lo que está pasando en Hungría, Austria o más cerca, en Francia, con la ultraconservadora Marine Le Pen con opciones reales de llegar al poder. Como persona que está en contacto con los representantes de algunos de estos líderes, ¿tiene la impresión de que las aguas son cada vez más turbulentas?

Así es, por eso mi papel es describir la situación que viven los refugiados en países como Siria, Líbano o Gaza y explicar por qué hay que respetar sus derechos. El papel de cómo acogerles en Europa es competencia de ACNUR (la Agencia de la ONU para los refugiados), no nuestra. Lo que sí puedo dar es un ejemplo, mi propio país, Suiza. Si en Líbano hay una población de cuatro millones de habitantes, en Suiza somos ocho. En Líbano han acogido a más de un millón y medio de refugiados, lo que significa que en Suiza tendríamos que haber acogido, en términos proporcionales, a unos 3 millones, ¡y ya tenemos debates emocionales por acoger solo a 3.000!

Resulta paradójico que países de Oriente Próximo con recursos mucho más limitados sean los más solidarios.

Es cierto que Europa tiene ahora sentimientos encontrados de miedo y solidaridad. Durante muchos años, sus dirigentes pensaron que los problemas del Medio Oriente se iban a quedar allí y que si uno no entraba en sus procesos políticos no habría consecuencias. Eso refuerza mi mensaje de que lo más importante hoy en día es legitimar la acción política y la negociación. Europa ya no es ajena a lo que ocurre en el Medio Oriente.

Siria…Aún tenemos esa imagen en la retina, también de 2014, en el campo de refugiados de Yarmouk, (Damasco) con miles civiles desesperados que salieron de las ruinas para recibir la ayuda de la UNRWA. Muchos eran palestinos…

Sí. Es una comunidad que enfrenta el doble trauma: el trauma de los abuelos, de los padres y ahora una nueva generación de refugiados de Palestina que tienen que vivir la experiencia de la pérdida de hogares, empleos, la pérdida de miembros de su familia por la catástrofe que es el conflicto en Siria. La generación más joven que no tenía la experiencia del ’48 (primera guerra árabe-israelí) o del ’67 (guerra de los Seis Días) ahora entiende lo que todo eso representa.

¿En qué situación están ahora?

Antes del conflicto en Siria había 560.000 refugiados de Palestina en Siria, hoy quedan 440.000 o sea que 120.000 huyeron del país, 32.000 están en el Líbano y 16.000 fueron a Jordania, países en los que también trabajamos. Aquí les hemos integrado en nuestros programas. Les apoyamos con asistencia como ya hacíamos con los refugiados palestinos que estaban allí. Los demás que salieron de la región y llegaron a Europa, Brasil, Asia salen del ámbito del trabajo de UNRWA.

Hablando de procesos políticos. En Oriente Próximo llevan 70 años con un proceso político enquistado, el conflicto israelopalestino. ¿El mundo lo ha olvidado?

Cuando uno piensa lo que significan siete décadas sin una solución política a la situación que produjo un desplazamiento forzoso inicial de 700.000 personas (1948), es tremendo. Una comunidad que hoy supera los 5 millones de personas, que no ve horizonte político ni personal (empleo, libertad de movimiento, etc) y sobre la que se acumulan las presiones. No, no se puede olvidar a la misma población que tiene Noruega, Madrid o Singapur en medio de este Medio Oriente tan inestable.

Hay gente que dice que la propia UNRWA se ha convertido en un problema más a resolver dentro del conflicto, que afianza la falta de perspectivas de los palestinos creando dependencia…

Hay que explicar dos cosas. Una es que la intención nunca era la de necesitar una organización como UNRWA durante décadas, la idea era acompañar a una comunidad de refugiados unos meses o un par de años hasta que se lograra la solución política. Una forma de fracaso internacional es la ausencia de ella, lo que implica, precisamente, que tengamos que mantener nuestras actividades. Esto nunca fue la idea inicial. Por otra parte, desde 1950 dos millones de refugiados palestinos han salido de nuestras escuelas. Algunos no han logrado encontrar un empleo, pero muchos sí y me los encuentro en Argentina, Brasil, Chile, EEUU, Europa, en los países del Golfo, en la misma Palestina. Estamos contribuyendo a desarrollar la columna vertebral de un futuro Estado Palestino, ayudando a una base que puede contribuir a una situación mucho más estable en el futuro.

Dos niños juegan en una calle de Gaza.

Dos niños juegan en una calle de Gaza. Khalid Atif Hasan UNRWA

Pero casi dos millones de palestinos hoy, con educación o no, no pueden salir de sitios como la Franja de Gaza. Este año se cumple una década del bloqueo impuesto por Israel…

La asistencia sigue siendo necesaria porque no hay otra salida. Al mismo tiempo hay que tener un discurso muy claro. El bloqueo de Israel es ilegal. Si seguimos así en Gaza no solamente vamos a tener una situación insostenible pronto sino que también van a faltar todas las condiciones básicas para la supervivencia. La actividad de UNRWA es apoyar y aliviar el sufrimiento en este sentido y tener un discurso público claro sobre las consecuencias de la ausencia de solución política para que los que tienen esa responsabilidad hagan su trabajo.

Usted, como representante de la Agencia de la ONU que nació precisamente para darles asistencia y protección, ha dicho en su última conferencia en Madrid que los refugiados palestinos viven hoy peor que antes. ¿Cómo explica eso?Cuando digo que la situación es peor es porque el espacio político que se abrió con el Proceso de Oslo se ha cerrado. Ya no hay proceso político serio y eso, con todos los conflictos regionales, ha empeorado las perspectivas para los palestinos aunque el apoyo que han recibido haya sido muy importante. Las actividades que hacemos en Gaza son inmensas. Apoyamos a 1 millón de personas con ayuda alimentaria. Al mismo tiempo es una cifra escandalosa porque nunca debería suceder en Gaza donde la gente tiene altos niveles de educación. Medio millón de alumnos acuden a nuestras 700 escuelas. Hay que concienciar al mundo de que no todo se puede solucionar de parte de UNRWA.

Sigamos con Gaza. Durante la guerra de 2014, 44 personas que buscaron protección en siete de sus escuelas murieron (más de 200 resultaron heridas) por bombardeos israelíes. ¿En qué punto está la investigación?

La investigación que hizo Naciones Unidas estableció la responsabilidad de Israel en esos siete casos. Lo que ocurra después de esa investigación es algo que sale de mis manos porque es un proceso que continúa en Nueva York entre Naciones Unidas y los israelíes a nivel político. Nosotros hicimos el trabajo que había que hacer con la contribución de todos los datos que teníamos sobre esos acontecimientos.

Datos como las coordenadas que le pasaron al ejército israelí para evitar precisamente que bombardearan sus instalaciones…

Lo notificamos, sí. En el caso de la escuela de Jabalia se hizo 17 veces; en la de Rafah, 33 veces. Todo el mundo sabía donde estaban, Israel también. Ahora, yo no soy un juez militar que pueda dictaminar si los bombardeos de las escuelas sucedieron con intención porque en un caso tan complejo como el de Gaza, donde hubo una guerra en un ámbito tan urbanizado, este tipo de situaciones pueden darse. Justamente por eso notificamos el lugar exacto de nuestras escuelas y, si usted toma la parte positiva de eso, hay otros 300.000 desplazados que sí pudimos proteger.

Eso es difícil de explicar a las familias de las víctimas…

Estoy de acuerdo. Lo ocurrido es inaceptable, pero protegimos a 300.000 y eso es una vez y media la población de mi ciudad, Ginebra. No es poco. Nosotros también perdimos a 11 colegas en 50 días, algo que muy pocas organizaciones pueden decir haber experimentado.

¿Esperan una indemnización por parte de Israel?

Después del conflicto de 2009 hubo un proceso similar al que se esta realizando ahora mismo en Nueva York y que contribuyó a la primera indemnización por parte de Israel. El proceso que se inició tras la guerra de 2014 no se ha concluido todavía y no sabemos si habrá indemnización o no en este caso. Es algo que se discute entre la sede y con los israelíes.

El ejército israelí siempre alegó que Hamás escondía armas en esas escuelas. ¿Las había?

No, eran solo componentes. No fueron cohetes como tal ni nada parecido. Los grupos palestinos las pusieron en instalaciones o escuelas vacías donde no había desplazados durante la guerra y nosotros las descubrimos en inspecciones que la UNRWA organizó. Igualmente, lo condenamos públicamente porque violaron la neutralidad de nuestras instalaciones. Lo mismo que con los bombardeos israelíes sobre nuestras escuelas. Yo mismo hice un briefing al Consejo de Seguridad desde Gaza para también condenar esta situación.

En marzo de 2014, usted asume el Comisionado de la UNRWA. Meses después llegaría la guerra más sangrienta entre Israel y Hamás en la Franja. Su organización estaba en el punto de mira de todas las partes. ¿Tuvo ganas de abandonar?

No, qué va… Uno no se rinde cuando hay dificultades. Para ningún conflicto armado hay soluciones simples. Suele ser al contrario. Lo que siempre me impresiona en esos momentos es el coraje de la gente que sobrevive en el contexto, cómo buscan sus propias soluciones.

Evidentemente, a veces fallamos y no logramos resultados impresionantes. Siempre habrá críticas, es parte del trabajo, lo acepto, pero cuando pienso en que hemos protegido a 300.000 personas durante este conflicto en medio del desastre, eso fue un logro increíble

Fuente: http://www.elespanol.com/mundo/oriente-proximo/20170317/201480332_0.html

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UNESCO: Educación en situaciones de crisis y guerra: tecnología y movilidad para los refugiados

Francia/20 de Marzo de 2017/20 Minutos

La Semana del aprendizaje móvil examina este año cómo la tecnología puede ayudar a resolver necesidades educativas. Los dispositivos móviles son las más valiosa posesión de los refugiados y estudiantes desplazados crisis y guerras.

El mundo se enfrenta en estos tiempos a las cifras más altas jamás registradas de grupos humanos desplazados. Nunca hubo tanta conciencia sobre el problema pero nunca hubo tantos refugiados. En 2015, según cálculos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 24 personas por minuto fueron obligadas a abandonar sus hogares, cuatro veces más que hace diez años, y uno de cada 113 habitantes del planeta se ha visto desplazado por motivos de conflicto o persecución. Más de la mitad de los refugiados son niños.

Los dispositivos móviles se han convertido en una de las más valiosas posesiones para estos refugiados. No sólo les permite mantener el contacto con los suyos, sino que cada vez son más usados para mantener el vínculo con la educación. Las tecnologías móviles facilitan la integración en las comunidades de acogida, ayudan a estimular la imaginación, permiten la recuperación y sirven de orientación en el tránsito de un presente incierto a un futuro más prometedor.

La próxima semana, del 20 al 24 de marzo, se celebra en la sede de la UNESCO en París la Semana del aprendizaje móvil. Por lo explicado antes, estará dedicada este año a examinar el modo en el que la tecnología puede ayudar a resolver las necesidades educativas de los refugiados y de los estudiantes desplazados a causa de una guerra, una crisis o una emergencia en sus países de origen. ACNUR calcula que los niños refugiados tienen cinco veces más probabilidades de verse privados de escolarización que los no refugiados.

En este momento, sólo la mitad de los niños refugiados tiene acceso a la educación primaria y esta brecha se agranda conforme se avanza en edad. Así, menos de una cuarta parte de ellos de los refugiados se matricula en secundaria y sólo un uno por ciento accede a la enseñanza superior. Es fundamental que los niños en desarraigo no se queden aún más rezagadosSegún datos del Instituto de Estadística de la UNESCO, los niños que viven en zonas en conflictos presentan tasas de escolarización cada vez más reducidas.

Sin embargo, la educación, una valiosa herramienta para ayudar a romper el círculo de la violencia, no se tiene en cuenta en las primeras etapas de intervención en situaciones de crisis y emergencia. “Es fundamental que los niños que se encuentran en situación de desarraigo debido a las guerras y a la violencia no se queden aún más rezagados”, afirma Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. La Semana del aprendizaje móvil, promovida por la UNESCO y el ACNUR, congregará a líderes y expertos de los diferentes sectores de la educación, las tecnologías y las crisis humanitarias para compartir prácticas innovadoras que se llevan a cabo en todo el mundo y dar visibilidad a las opciones que disponen los gobiernos y otros organismos.

La UNESCO tiene un programa específico que investiga cómo las tecnologías móviles asequibles pueden potenciar el aprendizaje, especialmente entre los grupos humanos más vulnerables. El ACNUR, que también realiza estudios en torno al tema, ha creado una unidad para la innovación, encargada de elaborar soluciones que ayuden a los refugiados. Además, se ha asociado con otras organizaciones para formar el Humanitarian Education Accelerator (Programa acelerador de la educación humanitaria), con el fin de definir, apoyar y difundir las últimas innovaciones educativas.

Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/2988485/0/educacion-crisis-guerra-refugiados-tecnologia-semana-movilidad/

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Menos de un cuarto de los estudiantes de secundaria en situación de emergencia tiene acceso a la educación

Por: Internacional de la Educación 

Un nuevo Informe Mundial de Human Rights Watch examina la educación secundaria de los niños y niñas en situaciones de emergencia e insta a todos los agentes y donantes humanitarios a que garanticen el acceso a la educación de los adolescentes refugiados, independientemente de dónde se encuentren.

El informe recoge datos sorprendentes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR): mientras la mitad de los 3.5 millones de niños y niñas refugiados en edad de ir a la escuela primaria asisten a clase, menos de un cuarto de los 1.95 millones de niños y niñas en edad de ir a la escuela secundaria tiene acceso a la educación. Y la situación de las niñas es peor en todo el mundo: apenas siete niñas por cada diez niños refugiados asisten a la escuela secundaria.

Se prima la educación primaria

El récord de refugiados y personas desplazadas internamente en todo el planeta ha llevado a que se preste atención a la necesidad de garantizar la escolarización de los niños y niñas desplazados, pero las respuestas humanitarias a las crisis han incidido sobre todo en la educación primaria y no en la secundaria, destaca el informe.

Coincidiendo con dicho informe, se ha publicado un ensayodedicado por completo a la educación secundaria, que examina los problemas específicos que enfrenta durante las emergencias — especialmente cuando los conflictos armados obligan al desplazamiento de población infantil. Además, el ensayo ofrece soluciones que los países anfitriones, las organizaciones donantes y humanitarias podrían adoptar para promover y garantizar la escolarización secundaria en los países receptores de ayuda afectados por crisis o grandes flujos de refugiados.

La financiación como problema y solución

La raíz y la solución a estos problemas se encuentran en la financiación y las políticas hacia los refugiados, según el ensayo. Menos del 2 % de la ayuda de las organizaciones donantes en todo el mundo se dedica a la educación en situaciones de emergencia. De ese porcentaje, la educación primaria recibe una porción muy superior a la secundaria. Además, considera que la falta de recursos coincide con las políticas restrictivas hacia los refugiados de los países anfitriones, que con frecuencia afectan con más dureza a los niños y niñas al llegar a la adolescencia.

El informe mundial de Human Rights Watch World de 2017 resume los principales problemas que padecen más de 90 países y territorios en materia de derechos humanos. Además, se hace eco de la labor de investigación y de las estadísticas recopiladas a lo largo de 2016, en colaboración estrecha con activistas de derechos humanos de los países que pasa revista.

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ACNUR ve señales esperanzadoras entre las ruinas de Alepo.

El representante del ACNUR en Siria, Sajjad Malik, informó de que 261.000 residentes ya han recibido ayuda para el invierno, aunque permanezcan las necesidades, ya que muchas personas se han refugiado en edificios abandonados y campamentos informales.

Asia/Siria/10.01.2017/Autor y Fuente: http://www.acnur.org/

Las agencias de la ONU que trabajan contra reloj para brindar ayuda urgente a los civiles de Alepo están encontrando alentadoras señales de optimismo para el futuro, según informó Sajjad Malik, representante de la Agencia de la ONU para los Refugiados en Siria.

Malik ha visitado la ciudad para evaluar las necesidades de la población civil y organizar la ayuda, luego de que terminara el sitio a las zonas orientales de Alepo el mes pasado.

“El alma de Alepo sigue ahí y hay optimismo y esperanza”, dijo Malik, quien además está desempañando las funciones de Coordinador Residente y Humanitario de la ONU en Siria. Malik estaba hablando desde la segunda de ciudad Siria, donde el pasado miércoles participó en una conferencia de prensa organizada por la ONU.

“Necesitamos ayudar a la gente de la zona este de Alepo por lo menos a empezar a reconstruir sus vidas y medios de sustento”, agregó.

“Necesitamos ayudar a la gente de la zona este de Alepo por lo menos a empezar a reconstruir sus vidas y medios de sustento”.

La brutal batalla de Alepo, que duró más de cuatro años, terminó el mes pasado, cuando fuerzas apoyadas por el gobierno retomaron el control de la ciudad antigua y se ordenó la evacuación de los civiles. Hay actualmente parciales esperanzas de que las partes en conflicto entablen diálogos de paz para llegar al fin de la guerra civil en su totalidad.

De los 1,5 millones de personas que se encuentran en la actualidad en Alepo, las agencias de la ONU han tenido acceso a unas 400.000, el mismo número de personas de las que se estima se encuentren desplazadas en la ciudad. Algunas familias se están quedando con amigos o parientes, sin embargo, otros miles se están refugiando en edificios abandonados o asentamientos informales.

El ACNUR, otras agencias de la ONU y las agencias socias se están concentrando en la asistencia inmediata. Las prioridades para asistir a esta población golpeada por años de conflicto son el alojamiento, la comida, el combustible, la ropa invernal, el agua y saneamiento, la atención médica y la protección de  los civiles.

En Alepo, la ONU cuenta actualmente con apenas 100 funcionarios, que trabajan con socios como el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja Árabe Siria, así como algunas ONG sirias y

Una pequeña parte de Alepo todavía no tiene acceso a la ayuda, principalmente debido a la presencia de municiones sin explotar, y se necesita asistencia urgente para ayudar a remover de manera segura estos artefactos.

Malik ha comentado que los niños están empezando a repoblar las calles y los residentes ya están hablando de cómo poder reconstruir sus medios de vida. “Necesitamos invertir en este optimismo y esperanza de los sirios – esta gente tan resiliente que está ahí – necesitamos darle una posibilidad a la paz”, añadió. “Los últimos cuatro, cinco días, ya han hecho una gran diferencia”.

Desde el mes pasado, se ha restablecido el acceso al agua potable para 1,1 millones de personas, gracias a la instalación de tanques de almacenamiento y a la reparación de la red hídrica.

Dadas las duras condiciones invernales, otra preocupación ha sido mantener a la gente abrigada. Más de 261.000 personas han recibido ayuda a través de la distribución de cobijas, colchones, ropa invernal, material aislante, carpas familiares, colchonetas, sacos de dormir y bidones. Sin embargo, se necesita mucha más ayuda para enfrentar el rigor del invierno, advirtió Malik.

Siete clínicas móviles y 12 equipos móviles están proporcionando servicios médicos y 70 toneladas de suministros médicos preubicados están disponibles para el tratamiento de 300.000 casos en zonas escasamente atendidas. Además, 10.500 niños han sido vacunados contra la polio y 1.381 residentes de la zona este de Alepo gravemente enfermos o heridos han sido trasladados a los hospitales públicos. Decenas de miles de personas han recibido kits de higiene.

Raciones de comida se han distribuido con carácter de urgencia, suficientes para 119.500 personas durante un mes. Se han instalado cocinas comunitarias para proporcionar comidas calientes para 20.700 personas en albergues colectivos. La ONU está distribuyendo pan fresco todos los días para 40.000 personas.

“Necesitamos invertir en este optimismo y esperanza… necesitamos darle una posibilidad a la paz”

La ONU ha identificado casos de niños no acompañados y separados, a los que se está dando el seguimiento adecuado. También se están instalando salones de clases prefabricados para los niños desplazados, y se están trayendo útiles escolares. El objetivo del ACNUR y sus socios es ayudar a restablecer plenamente todas las estructuras educativas que han quedado destruidas en Alepo.

“Hay mucho más por hacer, todavía”, dijo Malik. “Necesitamos seguir trabajando en esto”.

La ONU está trabajando con las municipalidades para remover los escombros de varios vecindarios y estaciones de bombeo; 115 personas desplazadas han atendido los talleres de la ONU sobre la rehabilitación básica de infraestructuras, y este modelo se usará en otros distritos.

Adicionalmente, se necesitará un enfoque integral sobre la reconstrucción. En esta área, la planeación todavía se tiene que definir, ya que el conflicto en el país no ha cesado. Se necesitarán maquinarias pesadas e ingenieros. La ONU está evaluando las necesidades de reconstrucción y pronto presentará sus conclusiones y los requerimientos financieros correspondientes a los donantes.

“En los últimos días, en que he ido y venido de la zona este de Alepo, con los equipos hemos visto la diferencia que este proyecto está haciendo en despejar las carreteras principales”, dijo Malik. “La gente está volviendo y empieza a preguntarse ‘¿Cómo reconstruimos nuestras vidas?’”

Malik subrayó que a pesar de que la batalla de Alepo haya terminado, permanecen enormes necesidades humanitarias en todo el país. El conflicto ha obligado a 4,86 millones de sirios a huir hacia los países vecinos, mientras que otros 13,5 millones dentro del país dependen de la ayuda humanitaria, de los cuales 6,3 millones de desplazados internos. Las agencias de la ONU y sus ONG socias han hecho un llamamiento por más de 4,69 millones de dólares (USD) para un plan de ayuda regional en 2017.

En una declaración el mes pasado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados Filippo Grandi dijo que todavía existe un “grave riesgo” de que el desplazamiento y el sufrimiento no terminarán en Alepo, y se repetirán en otras guerras. “Para garantizar la protección de los civiles por doquier, el conflicto en Siria debe cesar, ahora, y sin atraso”, dijo.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/acnur-ve-senales-esperanzadoras-entre-las-ruinas-de-alepo/

Imagen: http://www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_01.2017.04_Siria_ACNUR_01_d906341dc8.jpg

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ACNUR: Niños dialogan sobre integración de migrantes y refugiados tras visitar exposición fotográfica “Muchedumbre: Geografía de la Piel”

Se trató del cierre de un ciclo de talleres en donde niños, niñas y adolescentes chilenos, migrantes y refugiados tuvieron la oportunidad de expresarse mediante la fotografía.

América del Sur/Chile/10.01.2017/Autor y Fuente: http://www.acnur.org/

La Oficina Nacional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)- junto a la Fundación Ciudad del Niño y CorpArtes – llevaron a cabo una entretenida jornada en donde niños, niñas y adolescentes de diversas nacionalidades tuvieron la oportunidad de descubrir la mística de la fotografía y compartir directamente con el destacado fotógrafo Jorge Brantmayer, autor de la exposición “Muchedumbre:  Geografía de la Piel”, la que registra los rostros de más de 3000 personas, principalmente de origen haitiano, peruano, cubano y colombiano, que viven en nuestro país y que con su llegada han contribuido a enriquecer las costumbres nacionales.

El evento fue la culminación de un ciclo de talleres del ACNUR, en donde niños y niñas tuvieron la oportunidad de expresar, mediante la fotografía, las problemáticas de su vida diaria y sus visiones respecto a la multiculturalidad. «El objetivo principal fue dialogar con niños refugiados y migrantes, a modo de identificar cuáles han sido sus vivencias en torno a la integración local en Chile»”, señaló Daniela Peirano, funcionaria del ACNUR.

En el taller también participó la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas, FASIC (agencia socia del ACNUR en Chile), y la Municipalidad de Recoleta.

Respecto al cierre de los talleres, la Jefa del Departamento de Estudios de Fundación Ciudad del Niño, Francisca Gómez, indicó que este cumple con dos objetivos fundamentales para la institución; promover las relaciones interculturales entre niños y familias de diversos orígenes, y facilitar su acceso a instancias culturales de alto nivel como es esta exposición: “La Fundación Ciudad del Niño valora la diversidad cultural y la necesidad de integrar una perspectiva intercultural en las políticas públicas de infancia, con un enfoque que ponga el acento en la interacción entre las diversas culturas, reconociendo los aportes de cada una de ellas”.

“Muchedumbre”, que actualmente se expone en el Teatro de CorpArtes, se ha presentado en importantes museos y galerías del mundo, como Nueva York, Washington y La Habana, entre otros, por lo que los niños tendrán una oportunidad única de poder presenciar cultura de gran nivel en su ciudad.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/ninos-dialogan-sobre-integracion-de-migrantes-y-refugiados-tras-visitar-exposicion-fotografica-muchedumbre-geografia-de-la-piel/

Imagen: http://www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_01.2017.05_Expo_Fotos_edfa8e8ece.jpg

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ACNUR: Maha Mamo, una apátrida refugiada en Brasil, habla sobre los desafíos de una vida sin nacionalidad

América del Sur/ Brasil/ 9 Enero 2017/ Fuente: ACNUR.

Cuando nació, Maha fue declarada apátrida por las leyes de nacionalidad tanto de Siria como de Líbano.

De niña, Maha Mamo no podía asistir a los paseos escolares fuera del Líbano. Cuando los otros niños partían en los autobuses rumbo a Siria o a Jordania, ella quedaba atrás. Y a pesar de ser una de las mejores en baloncesto, nunca pudo representar a su país en competencias. ¿Por qué? Porque ella no tenía una nacionalidad.

Cuando nació, Maha fue declarada apátrida por las leyes de nacionalidad tanto en Siria como en Líbano, así como porque el derecho a la adquisición automática de nacionalidad por nacimiento en Líbano, donde Maha nació, no está permitido. Por esto, para Maha la única opción era adquirir una nacionalidad a través de sus padres.

¿Cuál era el único problema? Una madre siria, por ser mujer, no puede transmitir legítimamente su nacionalidad a sus hijos, lo que provocó que su padre quedara como la única oportunidad para poder tener una nacionalidad.

Sin embargo, en Líbano, donde los matrimonios interreligiosos son ilegales, el padre cristiano de Maha no podía casarse legalmente con su madre musulmana, lo que significaba que Maha y sus hermanos efectivamente nacieron fuera del matrimonio. Y como los hombres sirios no pueden transmitir su nacionalidad a los hijos nacidos fuera del matrimonio, Maha y sus hermanos nacieron apátridas.

Para los niños que nacen en las mismas circunstancias que Maha, el camino hacia la adultez viene plagado de problemas y frustraciones ya que los servicios que requieren, especialmente en educación y salud, son posibles dependiendo de la buena voluntad de las personas. “Tuve que recibir una exención especial para pasar mi certificación de educación secundaria”, dijo Maha, cuyos padres tuvieron que rogarle al director de su colegio para que les permitieran a ella y a sus dos hermanos poder acceder a la educación.

Después de graduarse, únicamente una de las muchas universidades a las que aplicó, la aceptó. Pero no para estudiar medicina, lo que era su sueño. “Ser apátrida duele mucho más cuando sabes que eres capaz de hacer mucho”, dijo Maha. “No puedes saber cuál es tu potencial, si no te dan el derecho a existir».

Cuando estaba en sus veinte años, cansada de escribirles cartas a diferentes ministros pidiéndoles una nacionalidad y cambiando de trabajo constantemente por miedo a ser atrapada sin los papeles necesarios, Maha empezó a pensar que su solución estaba en el exterior. Ella investigó sobre el reasentamiento por medio del ACNUR o conseguir permiso para viajar al extranjero, pero sus esfuerzos no dieron fruto. El oficial de procesamiento de visas de Canadá le dio una de sus respuestas favoritas: “Maha, nos encantaría tenerte aquí en Canadá, pero ¿Dónde pondríamos el sello de tu visa?”. Fue solo después de que su hermana enviara cartas a todas las embajadas en Líbano, que obtuvieron una respuesta positiva de Brasil. El 19 de septiembre de 2014, por primera vez en su vida, Maha tenía los medios legales para salir del Líbano.

En Brasil, Maha pudo obtener una visa por seis meses gracias a su ascendencia siria, ya que le daba la posibilidad de solicitar asilo. En mayo de 2016, con la ayuda de ACNUR Brasil, a Maha y a su familia se les reconoció la condición de refugiado en Brasil, dándoles derechos similares a los de los residentes brasileños, pero sin otorgarles aún una nacionalidad. Fue la primera vez que Maha pudo sostener una tarjeta de identificación que le concedía ciertos derechos. “Cuando la tuve en mis manos, lloraba y gritaba, y después le pregunté a mi hermana si estaba segura de que el documento era real”, dijo ella. “¡No podía creerlo!”.

Un mes más tarde, Eddy, el hermano de Maha, fue asesinado en un violento asalto en Brasil. “Recuerdo que la primera pregunta que hizo mi hermano cuando le dieron la condición de refugiado, era si eso le permitía regresar a nuestro natal Líbano”, dijo ella. Para honrar sus deseos, Maha llevó el cuerpo de su hermano de vuelta al Líbano para enterrarlo allí, en el lugar que Eddy llamaba su patria. “Lo más triste es que Eddy nunca pudo saber lo que se sentía viajar legalmente a su hogar”.

La muerte de Eddy le ha dado a Maha, quien ahora es una prominente portavoz de las personas apátridas en Brasil y en todo el mundo, aún más determinación para adquirir una nacionalidad, así como para ayudarles a otros en su misma situación a que hagan lo mismo. Maha es ahora una panelista regular en los talleres de ACNUR, y es parte del esfuerzo internacional, liderado por el ACNUR con la campaña #IBelong, para cambiar las leyes y las prácticas sobre nacionalidad. Esta campaña recientemente celebró su segundo aniversario, y el próximo año, el objetivo de la campaña será brindar derechos igualitarios entre todas las personas, lo que incluye eliminar la discriminación de género de las leyes de nacionalidad, algo que, por obvias razones, apasiona a Maha.

“Quiero que todos conozcan el infierno por el que he pasado, y sé que algún día el Presidente de Brasil escuchará mi historia y me dará la nacionalidad de Brasil”, dijo Maha empáticamente. En Brasil, la naturalización por medio de la residencia puede tomar hasta 15 años, pero Maha espera que se le otorgue antes. Ella agregó, “Cuando reciba mi nacionalidad, ¡Voy a gritar, voy a llorar! ¡Actualizaré mi estado en Facebook! ¡Viajaré a Walt Disney, a Paris, a Italia. A todo el mundo!, dijo con mucho entusiasmo. “Voy a gritar con toda la fuerza: ¡Finalmente EXISTO!”.

Disponible: http://www.acnur.org/noticias/noticia/maha-mamo-una-apatrida-refugiada-en-brasil-habla-sobre-los-desafios-de-una-vida-sin-nacionalidad/

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