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La cuestión del cuestionario sobre los deberes escolares

Por:

«El resto de los argumentos sindicales en relación al cuestionario son, a mi juicio, improcedentes. Que se aluda, una y otra vez, al presunto exceso de “actividades extraescolares” de los niños es, además de una injustificada intromisión en la vida privada de la gente, una concesión a esa “pedagogía parroquial” que considera los deberes de matemáticas o historia más importantes que practicar deportes o dedicar las tardes a la danza o la música».

Vuelve, por enésima vez, la polémica en torno a los deberes escolares. Y, por extraño que parezca, lo que se discute no es si los deberes son útiles o no para el aprendizaje ( ¡que es lo que habría que discutir!), sino si esto de los deberes es o no es una cuestión discutible. Así de absurda es la cosa.

Para algunos sindicatos docentes (PIDE, ANPE, CSI-F) la discusión en torno al valor didáctico de los deberes y su eventual regulación no es una cuestión que se deba someter al escrutinio público, ni tan siquiera al de la comunidad educativa, pues – según ellos –  esto supondría una intromisión intolerable en el trabajo de los profesores. Por eso se niegan obstinadamente a que este asunto salga a la luz y (a manera de cortina de humo) generan polémicas absolutamente artificiosas.

La última de estas polémicas es la fabricada y protagonizada estos días por el sindicato del profesorado PIDE (y secundada por los otros dos sindicatos corporativos) en torno a un cuestionario elaborado por el Consejo Escolar y la Consejería de Educación para recabar datos acerca de la percepción que de los deberes tienen alumnos, familias y docentes. La oposición de estos sindicatos a un simple cuestionario se justifica por cuestiones técnicas pero, sobre todo, por lo ya dicho: hacer encuestas sobre los deberes supone – según estos sindicatos – una injerencia inadmisible en el trabajo del profesor y una puesta en cuestión de su labor y profesionalidad. ¡Fíjense! Y eso que hablamos de una encuesta. ¡Qué pasará el día que el gobierno se decida a legislar sobre este asunto!

Seamos claros. Que estos sindicatos defiendan el (presunto) interés corporativo de sus afiliados es perfectamente comprensible; que sus quejas tengan sentido en el contexto, más amplio, de los intereses de toda la comunidad educativa (docentes incluidos) es otra historia. Yo creo que no lo tienen en absoluto. Que la Consejería de Educación haga encuestas para recoger la opinión de padres, alumnos y profesores acerca de una cuestión que afecta a todos (como es el caso de los deberes) es una práctica democrática legítima y deseable (¿no nos hemos quejado, tantas veces, de lo contrario?). Y que se planteen cuestiones que supongan opinar (por muy indirectamente que sea, pues la encuesta no plantea preguntas al respecto) sobre la labor del profesor es un saludable síntoma de que algo puede estar cambiando – ¡a mejor! – en el mundo educativo. ¿Por qué habrían de estar exentos los profesores (y les habla uno de ellos) del escrutinio de los alumnos y las familias a las que prestan sus servicios?

El resto de los argumentos que esgrimen PIDE y el resto de sindicatos corporativos son, a mi juicio, muy poco defendibles. Tal vez la encuesta se podría haber diseñado mejor por parte del equipo técnico de la Consejería. Pero la elaboración básica del cuestionario por parte de una comisión de miembros del Consejo Escolar en el que participó PIDE – y el que esto escribe –  fue irreprochablemente democrática. De otro lado, es pura demagogia afirmar que el debate abierto en torno a la pertinencia de los deberes escolares sea “fruto de la obstinación de una asociación de padres”. La iniciativa partió de la Asamblea de Extremadura, a instancia de un grupo político, y como expresión perfectamente legítima de una controversia mucho más general y que afecta igualmente a otras administraciones educativas.

Una controversia, por cierto, que no es entre padres y profesores (celosos, ambos, de su ámbito de competencias), como de manera simplista pretenden hacernos creer, sino más bien entre modelos pedagógicos diferentes (con padres y docentes indistintamente a favor de uno u de otro). Es esta controversia en torno al valor didáctico de los deberes (y a la conciliación de las tareas escolares con la vida familiar y el ocio) la que realmente debería ocuparnos, escuchando a los expertos (es decir, a los pedagogos), pero también al resto de la comunidad educativa (docentes, padres, madres, alumnos), para, después, legislar en consecuencia, igual que se hace con el resto de actividades escolares y como, de hecho, ya se hizo, o se intentó, en anteriores legislaturas. ¿A qué tanto miedo a racionalizar y someter a control público y administrativo algo que, como los deberes, afecta a la vida de tanta gente durante tantos años?.

El resto de los argumentos sindicales en relación al cuestionario son, a mi juicio, improcedentes. Que se aluda, una y otra vez, al presunto exceso de “actividades extraescolares” de los niños es, además de una injustificada intromisión en la vida privada de la gente, una concesión a esa “pedagogía parroquial” que considera los deberes de matemáticas o historia más importantes que practicar deportes o dedicar las tardes a la danza o la música (por no hablar de las alusiones a la pereza o a los “vicios” tecnológicos en que incurrirían los niños faltos de esa suerte de “disciplina forjadora del carácter” que por lo visto es – para algunos – hacer tareas escolares en casa).

Solo en una cosa coincido con la postura de estos sindicatos: el exceso de deberes está relacionado con problemas estructurales del sistema educativo. Aunque no solo se trata del excesivo número de alumnos por aula, como reiteran ellos. También se trata de la insistencia en un modelo pedagógico que carga al alumno de contenidos absurdos, tareas repetitivas y series inacabables de exámenes. Justo contra cosas como estas (asumidas como naturales por la LOMCE) muchos docentes vamos a secundar la huelga general educativa del próximo día 9, apoyados por la mayoría de los sindicatos (entre los que esperamos encontrar no solo a PIDE, sino también a ANPE o al CSI-F, si es que saben rectificar a tiempo). Y lo haremos durante la jornada docente. Nada de dejarlo como tarea para casa.

Fuente: http://www.eldiario.es/eldiarioex/educacion/cuestion-cuestionario-deberes-escolares_0_618738475.html

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Los tímidos esfuerzos de China por paliar el estrés escolar

Por: EFE

Montañas de deberes, múltiples actividades extraescolares y poco tiempo para jugar, así es la vida para decenas de millones de niños en China, un país con una histórica y estricta educación que empieza a hacer leves esfuerzos por paliar el estrés infantil.

En la ciudad de Shanghái, en el este del país, la Comisión de Educación anunció la pasada semana una campaña para reducir la presión que sufren los niños desde temprana edad por lograr buenos resultados académicos.

Entre otras cosas, los profesores tendrán prohibido recetar a los alumnos clases extraescolares y, además, durante las dos primeras semanas del semestre, que comenzó hace unos días, no podrán hacer exámenes de clasificación.

Como respuesta, tres entidades organizadoras de competiciones matemáticas anunciaron  que no habrá concursos este año, para aliviar la presión sobre los escolares.

Y es que muchos padres ven en los concursos un punto extra que puede darles a sus hijos ventaja a la hora de solicitar entrar en una escuela superior y para ganarlos los someten a intensas clases extraescolares.

Tras diez años como profesora en Pekín, Tania Saleem lo sabe bien. «La mayoría de mis niños tienen clases extraescolares de música, baile, idiomas… es demasiada presión para tan corta edad, ya que los padres esperan que sus hijos sean perfectos», explica a Efe esta profesora de 33 años, originaria de Pakistán.

Los niños empiezan a vivir esa presión desde muy pequeños, pues la educación es vista como un «paso a paso», primero buscar entrar en «la mejor escuela superior» para luego poder acceder a «la mejor universidad». «Es muy agotador para los niños, no es sano», apunta Saleem.

La obsesión por los padres es tan grande, asegura, que en ciudades como Pekín muchos buscan vivir en zonas cercanas a las mejores universidades (escasas en el país, comparado con el gran número de estudiantes), donde también están las mejores escuelas secundarias.

Toda la educación primaria y secundaria está enfocada hacia el «gaokao», el examen de acceso a la universidad al que se enfrentan cada año unos 10 millones de estudiantes, todo un acontecimiento que decide el futuro de los jóvenes.

Para que sus hijos logren buenos resultados y entren en la universidad deseada, que les facilitará tener un buen y bien remunerado trabajo, los padres invierten durante años enormes cantidades de dinero en tutores, escuelas privadas o clases particulares. Y los hijos, tiempo y mucho esfuerzo.

En opinión de Scholastica Tanyi, de 30 años, profesora originaria de Carolina del Norte (EEUU), esta concepción tan sacrificada del estudio está cambiando poco a poco. «Algunos padres más jóvenes son más relajados y entienden que sus hijos necesitan otro tipo de esparcimiento», explica a Efe.

El fin de la política del hijo único ayudará también a rebajar la presión, pues durante décadas los padres sólo han tenido un descendiente en el que volcar sus esfuerzos.

Tanyi enseña inglés en una academia y ve cómo con solo 9 años los niños se llevan libros y libros de deberes a sus casas. «Muchas veces llegan a la clase de inglés preocupados porque no les ha dado tiempo de hacer los deberes», comenta.

Por las noches se acuestan tarde para hacer las tareas y por las mañanas madrugan mucho si no les ha dado tiempo. La presión es tal que en algunos lugares como Hong Kong han saltado las alertas.

El año pasado, 35 estudiantes se suicidaron en Hong Kong, según datos de la Oficina de Educación y en los últimos diez días, en coincidencia con el arranque del semestre, lo ha hecho otros tres estudiantes.

Según un estudio del Instituto de Educación de Hong Kong en 20015, cerca del 50 % de los estudiantes de secundaria presentan algún signo de depresión, mientras que una cuarta parte del alumnado habría considerado la opción del suicidio.

Algunas escuelas están tomando cartas en el asunto, como el Colegio I de Nankín, un centro internacional que ha implementado una especie de sistema bancario escolar, que permite a los alumnos pedir prestadas décimas de su nota si suspenden, con la condición de que las devuelvan después haciendo méritos o en exámenes posteriores.

Según explicó a la prensa local Yu Hongmei, profesora del centro, este plan funciona, ya que no solo reduce el estrés de los alumnos sino que también los estudiantes que solicitan puntos tienen «más interés en el estudio y estén más concentrados».

Fuente: http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=453744

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‘La jornada continua es un caramelo para un profesorado descontento’

14 de febrero de 2017/Fuente: el mundo

La jornada continua se ha convertido en la gran apuesta del Consell esta legislatura. Muchos colegios han manifestado ya su intención de optar a esta reformulación horaria que, algunos expertos, como el catedrático de Sociología y Coordinador del Doctorado en Educación de la Complutense de Madrid,Mariano Fernández (Zaragoza, 1951) no la ven como la solución a los problemas sino una forma de compensar al profesorado como defendió recientemente en la Jornada sobre Temps Escolars celebrada en Onda.

¿Cuál es su punto de vista sobre la jornada continua?
Es un privilegio laboral que muchos profesores quieren vender como una mejora pedagógica, una vía de las familias de clase media profesional para aliviar el aburrimiento escolar de sus hijos y un factor de riesgo añadido para los alumnos y familias más vulnerables.
¿Considera que se está gestionando de una forma adecuada por parte del Gobierno?
No. Los gobiernos solo huyen del problema. Los de izquierda porque son rehenes del profesorado, que consideran su base electoral; en el caso valenciano, con un consejero originario del STEPV, no cabía esperar sino complacencia con esa vieja reivindicación corporativa sindical. Los de la derecha no tenían esa motivación, pero han visto en la jornada continua un caramelo para un profesorado muy descontento y una cuña entre éste y las familias.
¿Qué ventajas y desventajas puede ocasionar al alumno?
Si el alumno va a una escuela buena, con una educación desafiante, no hay ventaja ninguna. Si la escuela le hace perder tiempo y lo aburre, cuanto antes pueda salir para dedicarse a otra cosa, mejor. Si ya tiene dificultades para seguir el ritmo, mantener la atención, etc., solo se agravarán. En cuanto a las familias, dependen del tiempo y el dinero de que dispongan, dos cosas que están mal distribuidas. Para las familias de los docentes, en todo caso, bien.
¿Están preparados los profesores para hacerse cargo de una jornada así?
¿Quién no está preparado para irse a casa a las tres y, si te dejan, a las dos? Para ese viaje no hacen falta alforjas. Lo que no creo es que estén preparados para mantener una atención tan continuada del alumnado, pero eso se arregla con unos descansitos informales, aunque se pierda tiempo de clase. Los grupos profesionales auxiliares o de apoyo cuentan poco porque son muy reducidos.
La continuidad en una jornada escolar, ¿puede ocasionar más irritabilidad en los niños?
La continuidad produce saturación. Madrugar más generará algún déficit adicional de sueño en los mayores (como ya sucede en la ESO, aunque a nadie le importe ese secreto disparate a voces). Y comer más tarde contraviene todo lo que sabemos sobre nutrición.
¿A qué países debe ‘imitar’ España en modelos de educación?
No hay un país al que imitar en especial, pero si un amplísimo elenco de experiencias. Medio mundo desarrollado se pregunta hoy cómo ampliar el tiempo escolar (vía horario o calendario), aunque sin tenerlo muy claro habitualmente con la resistencia sindical, y el otro medio mira o espera. En el mundo menos desarrollado se pugna por doquier por ampliar el tiempo y, con él, el salario docente (como aquí en los 60). Solo España se dedica a comprimirlo.
Para educación Infantil (aulas de niños de dos años) se plantea un horario de jornada partida, mientras que Primaria se fijaría la jornada continua. ¿Qué opina de que un centro comparta dos horarios?
Un centro puede tener no dos, sino una docena de horarios dentro de un lapso razonable. Lo más chirriante de la polémica actual es que consiste en saber qué horario único vamos a imponer a todos. Es irónico que la institución y la profesión se llenen la boca constantemente hablando de la «diversidad», tan difícil de percibir y de abordar en muchos aspectos, mientras ignoran lo que sería más fácil.
¿Conoce la situación de la Comunidad Valenciana?
Ciñéndome al tema vertebral de la entrevista, se me antoja algo irresponsable que, con los niveles de fracaso y abandono existentes -que no pueden atribuirse a un bajo nivel económico-, la gran innovación vaya a ser la concentración del horario formal y consecuente reducción del horario real.
¿Cree que las extraescolares gratuitas pueden ser un aliciente?
Las extraescolares deberían servir precisamente para diversificar el horario a lo largo del día, es decir, para descansar de un tipo de actividad con otra. Puestas todas tras la comida perderán público, en consecuencia calidad y, en última instancia, desaparecerán o se reducirán a maneras de matar el tiempo.
¿Las instituciones deben hacerse cargo de este pago? Por ejemplo, en Castellón, el Ayuntamiento lo plantea, al ser muchos colegios los que desean jornada continua.
Creo que las instituciones deben hacerse cargo de todo lo que ordinariament acompaña a la escolarización reglada no universitaria, por tanto también las extraescolares, pero la jornada coninua, al empujar a una parte del alumnado a casa (y veremos qué pasa con los comedores pequeños), erosiona las economías de escala, lo hace todo más caro e introduce desigualdad.
¿Qué le parece el requisito de que para somete a voto la jornada continua deban votar sólo el 55% del total de los padres censados?
Cualquier sistema de votación es malo, pues impone la preferencia de unos a otros. Si el 100% votase, el 51% podría imponerse al 49%. Si la participación es menor, una minoría mejor organizada puede imponerse a una mayoría desorganizada. Los centros y las zonas deberían simplemente preguntar a las familias qué quieren, acumular las preferencias y formar los grupos en función de estas. Excepto en zonas rurales muy dispersas, las ratios que hoy tenemos permitirían dar satisfacción a todos.
¿A quién beneficia más la jornada continua, a padres o profesores?
A los profesores, sin ningún género de dudas. El efecto sobre los padres es errático y casuístico: dependerá de dónde viven, dónde y con qué horario trabajan, el número y la(s) edad(es) de los hijos, los medios de transporte y la oferta cultural locales. Sabemos mejor lo que será para los alumnos: tiempo que dedicar a actividades y aprendizajes que la escuela no ofrece para los que ya viven con ventaja y tardes ante la televisión y la videoconsola o en la calle para los que están en desventaja; un alivio para los primeros y más presión escolar para los segundos.

Fuente: http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/castellon/2017/02/12/589f71e4268e3e73068b456f.html

Imagen: estaticos.elmundo.es/assets/multimedia/imagenes/2017/02/11/14868446892104.jpg

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Sí a las actividades extraescolares, pero sin abusar

Por: Observatorio FAROS Sant Joan de Déu

La mayoría de niños no finaliza su actividad diaria con la jornada escolar, sino que acude a clases extraescolares, que en ocasiones pueden suponer un estrés para el pequeño.

¿Qué debemos tener en cuenta para escoger correctamente estas actividades?

En muchas ocasiones, es la jornada laboral de los padres la que determina el tiempo que los niños ocupan en actividades extraescolares. Los padres necesitan mantener a los pequeños ocupados después de la escuela, hasta que acaben de trabajar y puedan cuidar de ellos. Pese a que a veces se trata de una necesidad, es importante no abusar de estas actividades y tener en cuenta diferentes aspectos para escoger las más adecuadas para cada niño.

En general, la mayoría de pequeños practican algún deporte durante las horas extraescolares. Los idiomas, sobre todo el inglés, y las actividades relacionadas con la música o el teatro también ocupan gran parte del tiempo extraescolar de los niños. En los últimos tiempos, algunos colegios han añadido actividades más innovadoras como el yoga o la psicomotricidad.

Las actividades extraescolares pueden ser muy positivas, siempre que no se abuse de ellas, dejen tiempo libre y motiven al pequeño. Sólo así, tu hijo podrá desarrollar sus aptitudes y capacidades, y pasárselo bien al mismo tiempo. Hay que pensar siempre en el niño y no en ocupar las horas de trabajo, ya que estas actividades pueden generar estrés y cansancio entre los pequeños.

A continuación, exponemos una serie de aspectos que pueden ayudar a escoger las actividades extraescolares más adecuadas para cada niño:

  • Tener en cuenta el presupuesto disponible y la oferta de cada centro: hoy en día, la mayoría de escuelas e institutos disponen de una gran variedad de actividades extraescolares y, muchas veces, están subvencionadas. Algunos Ayuntamientos ofrecen actividades sin apenas coste económico favoreciendo que muchas actividades están al alcance de muchas familias.
  • No sobrecargar al niño con tareas extraescolares y asegurarse de que dispone de tiempo libre para actividades de carácter lúdico: las tareas posteriores a la jornada escolar nunca deben ocupar el tiempo de actividades necesarias para los más pequeños como descansar, hacer los deberes, jugar y pasar tiempo con la familia.
  • Tener en cuenta las circunstancias y el carácter de cada niño: cada niño es diferente y tiene sus particularidades y, por ello, unas actividades que son adecuadas para unos pueden no serlo para otros. Así, por ejemplo, si un niño es muy tímido, las actividades en grupo pueden ayudarle a socializarse y abrirse, y si un pequeño es inquieto, un exceso de actividades deportivas puede ser contraproducente y aumentar su nerviosismo.
  • Dar preferencia a los gustos del niño y que así esté motivado: es importante que los pequeños den su opinión sobre las actividades que les gustaría practicar y, aunque los padres pueden orientar, nunca deben escoger o imponer una actividad. Sólo así los niños estarán motivados y podrán divertirse, al mismo tiempo que desarrollan sus capacidades en la materia en cuestión. Si la actividad se convierte en una obligación, la respuesta del niño puede ser contraproducente, además de generar estrés.
  • Hacer un seguimiento de las actividades del niño y saber cómo evoluciona: es importante que los padres se involucren en las actividades extraescolares de los niños y sepan cómo evolucionan. Para ello, se puede preguntar a los profesores, a los orientadores y a los propios niños. Así, se podrá detectar si se sienten estresados, desmotivados o cansados, y si estas actividades afectan a su rendimiento escolar.

Acceso a las fuentes de consulta:

Ojo con cargar la agenda del niño. El País, 2010 [Fecha de consulta 03 de septiembre de 2015].

Actividades extraescolares. yodona.com, 2013 [Fecha de consulta 03 de septiembre de 2015]].

Actividades extraescolares: ¿estresamos a los niños? Padres o nones, 2013 [Fecha de consulta 03 de septiembre de 2015]].

Fuente: http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/si-actividades-extraescolares-pero-sin-abusar

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Eva Bailén: «Antes las tardes eran para jugar y no para hacer deberes»

13 de octubre de 2016/Fuente: el mundo

La ingeniera de telecomunicaciones Eva Bailén se puso a recoger firmas el año pasado pidiendo la racionalización de los deberes ante la «impotencia» que decía sentir por ver cómo su hijo, de 10 años, tenía que dedicarle tres horas diarias a hacer todo tipo de ejercicios en casa. Su campaña en change.org fue un éxito de más de 215.000 rúbricas que ha popularizado el debate sobre los tiempos escolares. Acaba de sacar un libro, Cómo sobrevivir a los deberes de tu hijo(Planeta), en el que, como la Ceapa, anima a las familias a no hacer la tarea.

¿Cuál es, en su opinión, el tiempo razonable que se puede dedicar a hacer deberes?

En Secundaria, no más de una hora. En 5º y 6º de Primaria, media hora como mucho. Y en los cursos anteriores no me parece que necesiten hacer deberes, porque con las horas lectivas es suficiente. Son niños y necesitan jugar. Lo que sí creo que es bueno es que lean todos los días.

¿La Lomce ha supuesto más deberes?Eso es algo que yo he notado. El curso 2014/2015, cuando comencé a recoger firmas, fue el primero en el que se implantó la Lomce en los cursos impares. La duración de las clases en el colegio de mi hijo pasó de 60 a 45 minutos. Como eran clases más cortas y la dinámica seguía siendo la misma, no les daba tiempo a acabar los ejercicios en clase. En 5º de Primaria mi hijo empezó a tener una hora más diaria de deberes. Pasó de dos a tres horas diarias con 10 años.Entonces le cambió de colegio…Yo le decía: «No hagas los deberes» y él respondía: «No, no, que, si no, me castigan».Le decía a su hijo que no hiciera los deberes. En su libro llama a otras familias a no hacerlos.

¿No le parece ésta una actitud irresponsable?

Lo que es irresponsable es seguir permitiendo que nuestros hijos lleguen a Secundaria y no quieran seguir estudiando. Debemos posicionarnos y empezar a pedir cambios. Hay padres que me dicen que están objetando a los deberes y han asumido que sus hijos van a sacar menos notas, pero, a cambio, aprovechan mejor las tardes. Esta postura, en cualquier caso, sería aplicable a Primaria. En Secundaria ya deben ser capaces de abordar los deberes.En su libro afirma: «Me he dado cuenta de que ni las extraescolares ni los deberes van a convertir a mis hijos en adultos más felices».

¿Depende de los padres que sean felices o su misión debe ser enseñarles a ser responsables?

Al final, lo más importante es la felicidad. Con eso no quiero decir que no haya que ser responsable. Un niño para ser feliz necesita tener cubiertas sus necesidades básicas y tener tiempo de juego.

¿Hay que hacer los deberes con los hijos?

Eso depende. Con mis dos hijas no he tenido que hacerlo pero con mi hijo, sí. A los padres nos han echado una carga encima con lo de que no acompañemos a nuestros hijos con los deberes, cuando en la escuela están acompañados. El sistema educativo español está muy uniformizado y la escuela pública no personaliza el nivel de cada niño. Yo creo que poner los mismos deberes a los 25 niños de una clase es erróneo, los colegios deberían personalizar los deberes.Cuando los padres no están en casa por las tardes, ¿qué es mejor?

¿Que estén haciendo deberes o que estén viendo la tele o jugando a la consola?

Son dos problemas paralelos. En España los padres tenemos unos horarios que no piensan en los niños. La falta de conciliación es un problema muy grave, pero tampoco podemos solventarla a base de fastidiar a los niños. Yo no prefiero ninguna de las dos cosas.

¿Y si hay que elegir?

Si hay que elegir y mi hijo ya ha estado en el colegio, pues que juegue a la consola.

¿Sirven para algo tantas actividades extraescolares?

Las extraescolares existen por la necesidad de rellenar el tiempo de los padres mientras están trabajando y porque hay padres que quieren que sus niños sepan más que nadie. Es mejor estar en el parque, jugando o dando un paseo.

¿Para qué eran las tardes cuando usted estudiaba?

Soy de Alicante y me pasaba toda la tarde jugando en la calle con mis amigas y el perro.Nos tomábamos un bocata en la calle y a jugar. Mis tardes eran para jugar. Hasta 6º de EGB no tuve ni idiomas, ni extraescolares ni, desde luego, deberes.

Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2016/09/23/57e4421d468aeb44148b45a0.html

Imagen: e03-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/09/22/14745769106373.jpg

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España: El caos en extraescolares enturbia el inicio de la jornada continua

Europa/España/6 de octubre de 2016/Fuente: el mundo

La jornada escolar intensiva que estrenaron este lunes día 3 de octubre una docena de colegios de Educación Infantil y Primaria de la provincia de Castellón (a los que también se sumaron los dos centros educativos experimentales de Oropesa del Mar) no ha empezado con buen pie. De hecho, una gran parte de los padres de los escolares de dichos colegios que votaron a favor de la jornada intensiva se han visto sorprendidos con la negativa de la Conselleria de Educación a que las AMPA de dichos colegios puedan ofertar sus actividades extraescolares, tal y como lo hacían hasta el presente curso en la jornada partida.

De hecho, según han destacado desde la junta directiva de la AMPA del colegio Manel García Grau de la capital de La Plana, uno de los centros que estrenó este 3 de octubre la jornada escolar intensiva, «siempre hemos sido conscientes que la jornada continua implicaba que el centro ofertase actividades extraescolares gratuitas de 15.30 horas a 17.00 horas, lo que desconocíamos es que no se podían ofertar actividades pagadas por los padres, como siempre».

De igual forma, desde la AMPA del colegio de La Asunción de Vinaròs también han destacado la sorpresa de la comunidad educativa de la población (pues en Vinaròs la jornada continua está implantada en todos los CEIP) ante la notificación que realizó la inspección y la Conselleria a distintos centros educativos de la provincia la semana pasada para comunicarles que sus AMPA no podían ofertar extraescolares de 15.30 o 16.00 horas a 17.00 horas.

Los responsables de las AMPA de Vinaròs, que ven en esta decisión de Educación un agravio comparativo respecto a los centros con jornada partida, han reaccionado ante esta imposición trasladando sus extraescolares de pago de 17.00 a 18.00 horas, aunque anuncian que solicitarán a Conselleria que reconsideren esta prohibición y permitan que los padres, ahora descontentos, puedan elegir sin tener que dejar a sus hijos más tiempo en el colegio.

«Nos vamos a sumar a todas las iniciativas que ponga en marcha la plataforma por la jornada continua para reivindicar estas extraescolares a Conselleria», aseguran desde las AMPA del norte de Castellón.

Por su parte, la AMPA Manel García Grau, que ya tenía preparadas y ofertadas las actividades extraescolares para este curso, también acogió con desagrado la prohibición de la Conselleria de Educación para desarrollar estas actividades. «Nos pusimos en contacto con la Conselleria para solucionar este problema y ellos argumentaron que la normativa sobre jornada continua destacaba claramente la gratuidad de las extraescolares por la tarde por lo que habíamos malinterpretado la normativa», indican los representantes de los padres del Manel García Grau, insistiendo en que desde la semana pasada están recogiendo firmas en change.org para respaldar la solicitud a la Conselleria de Educación para que ponga fin a esta prohibición y permita así la convivencia entre las actividades extraescolares de pago que ofertan las AMPA y las gratuitas del centro por el proyecto derivadas de la aplicación de la jornada continua.

«El curso pasado más de 200 de los 500 alumnos del centro disfrutaron de las actividades programadas por la AMPA de 12.30 a 15.30 horas, no vemos por qué ahora no pueden celebrarse de 15.30 a 17.00 horas», se interrogan representantes de los padres, calificando esta cuestión de «castigo para la jornada continua».

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El trastorno por déficit de la naturaleza

Por Aurora Lázaro Melero*/ Ecoportal

El contacto directo con la naturaleza favorece la autonomía, la creatividad, el interés por aprender y la salud tanto física como mental en los niños y niñas. La sociedad debería asumir el reto de hacer posible ese contacto.

2005 el periodista y escritor Richard Louv publicó el libro «Last child in the woods» -El último niño en los bosques-, que ya ha sido traducido a 9 idiomas en 13 países y va camino de convertirse en un best seller de educación ambiental, cosa poco común en los tiempos que vivimos. En su libro, Louv arremete contra las sociedades que han dejado de lado la importante relación entre el ser humano y su entorno natural, dificultando que los niños y niñas puedan estar en contacto con la naturaleza tanto en la escuela como en su tiempo de ocio. Este hecho causa, según Louv, problemas de falta de autonomía, creatividad, capacidad para concentrarse, calmar los ánimos e incluso sobre la salud. Denomina a este fenómeno «trastorno por déficit de naturaleza«, un concepto del que se está hablando mucho y que ha generado ya conferencias, artículos en revistas y prensa, grupos de trabajo e incluso organizaciones que buscan promover esa relación perdida entre naturaleza e infancia1.

Desde luego habrá grandes diferencias en este déficit entre las sociedades industrializadas y las que no lo están, y entre los entornos rural y urbano, pero en cualquier caso esta carencia se debe principalmente a dos factores independientemente del lugar donde nos encontremos: el cambio de paradigma en cuanto al juego -qué, cuándo y cómo deben jugar los niños y niñas-, y la pérdida o degradación de espacios naturales.

El cambio de paradigma en cuanto al juego

Cuando los niños y niñas están en un entorno natural, lejos de los juguetes de su habitación y de la enorme lista de posibilidades que les ofrece la sociedad actual para entretenerse, también juegan. Pero el juego es radicalmente distinto. Es desestructurado y autónomo. No hay juegos dirigidos en la naturaleza, la libertad es absoluta. Los palos, ramas, piedras, montículos, tierra, caminos, insectos, huellas, escondrijos y recovecos de un bosque o un parque, no tienen instrucciones de uso. Los espacios naturales además cuentan con una serie de características que favorecen el juego libre, la creatividad y el desarrollo de las emociones, las capacidades físicas y cognitivas: son espacios abiertos en los que correr y poner en marcha los músculos del cuerpo saltando, trepando, agachándose, subiendo y bajando; son espacios saludables donde no llegan o llegan atenuados el polvo, el ruido y el humo del tráfico; son espacios que favorecen el uso de todos los sentidos para comprender y asimilar el entorno, no invitan a que la atención se focalice en un único punto como ocurre por ejemplo cuando los niños y niñas ven la televisión; son espacios de vida, donde todo está interconectado mediante las leyes de la física y la biología en un delicado equilibrio del que el ser humano forma parte; en un espacio natural hay respeto absoluto en cuanto a las necesidades de cada cual. ¿Que lo tuyo es trepar a un árbol? Adelante, ¿Que prefieres entretenerte deshojando una margarita tranquilamente? Muy bien. No hay una pauta para desarrollar la tarde, no se dirige e el juego. Y se juega. Y se aprende. La niña que trepó al árbol puso en marcha su destreza física, pero también sospesó en todo momento los límites de cada rama para sostenerla y se enfrentó a sus propios límites. El niño que prefirió deshojar la margarita pasó un agradable rato consigo mismo y comprendió enseguida las partes de la flor, aunque no las sepa nombrar aún.

Es un hecho que en nuestra sociedad han cambiado muchas pautas en cuanto al juego, desde aquellos tiempos en que jugaban nuestros abuelos. En su época nadie les decía a qué tenían que jugar después de la escuela.  Ahora las familias en muchas ocasiones dirigimos el tiempo de nuestros hijos e hijas cada tarde: los lunes música, los martes piscina, los miércoles inglés, los jueves ballet… y el viernes libre, si el niño tiene un poco de suerte o los padres no pueden permitirse más actividades extraescolares. Por su bien, para facilitarles un futuro prometedor, una inteligencia o habilidad deportiva sobresaliente o simplemente porque tenemos que trabajar.

Las ciudades crecen, los pueblos se despueblan, y las calles no son lo que eran. Ahora muchas personas tienen vehículo propio para poder cubrir la distancia que les separa del trabajo cada día, lo que lleva a un incremento del tráfico y a laordenación de las ciudades en función de las necesidades de los automóviles antes que de las personas. En este sentido es muy interesante el trabajo de Francesco Tonucci2, psicopedagogo italiano que aborda la cuestión de la falta de libertad de los niños y niñas para moverse y hacer uso propio -como parte de la ciudadanía que son- de su ciudad.

Existe una corriente de pensamiento en el ámbito de la pedagogía que se viene desarrollando en los últimos años, pero que en realidad tiene su origen en los inicios de la pedagogía precisamente, que aboga por el juego libre3 para favorecer el desarrollo de los niños y niñas a todos los niveles: cognitivo, emocional y físico. El juego libre es la base del trabajo de María Montessori (1870-1942), Paolo Freire (1921-1997) o Rebeca Wild (1939-).

Los espacios naturales

Las zonas verdes favorecen que los niños y niñas disfruten de espacios naturales, pero también mejoran la calidad de vida de toda la ciudadanía y la habitabilidad de las ciudades4. La lista de funciones que desempeñan las llamadas zonas verdes en la ciudad es muy larga: zona de esparcimiento para pequeños y mayores, gimnasio gratuito al aire libre, espacio de encuentro y comunicación entre las personas del vecindario, control de la contaminación del aire, acústica y visual, sumidero de CO2, o control de avenidas e inundaciones.

Está empezando a ser habitual que en los parques infantiles la tierra se haya sustituido por caucho para suavizar los golpes contra el suelo y facilitar la limpieza. Lo más triste del caso es que las familias prefieren el caucho antes que la tierra para el juego de sus hijos e hijas: basta con que introduzca en un buscador «parques de tierra o de caucho» para que salten 485.000 resultados en los que mayoritariamente las familias que opinan se decantan por un parque aséptico del que los niños puedan volver a casa con la ropa limpia. Un parque de caucho es un parque con menos árboles (o encauchados también), sin piedras, sin arena, sin charcos, sin hormigas, sin arbustos que puedan convertirse en casitas para jugar, sin vida.

La educación ambiental

Además de su tiempo de ocio, los niños y niñas tienen su tiempo de escuela. La educación ambiental se sitúa como material transversal al mismo nivel que la educación para la paz, la educación cívica y moral o la afectivo-sexual.  Aunque nos felicitamos por este avance, la educación ambiental que se hace en la escuela suele ser «de interior»: ocurre a menudo que el profesor no tiene tiempo de sacar a su alumnado al campo, la elevada ratio en las aulas dificulta la realización de excursiones, o incluso es imposible realizar desdobles en las clases de ciencias para las prácticas de laboratorio porque en la escuela pública faltan personal y recursos.

En el ámbito de la escuela la importancia del contacto con la naturaleza comienza a abrirse paso en forma de talleres sobre agua, biodiversidad, energía y reciclaje, o con iniciativas como las de huertos escolares, espacios vivos y compartidos donde los niños y niñas se implican directamente en el cuidado de las plantas, comprenden los ciclos biológicos porque los ven suceder, y se favorece el respeto por la naturaleza que nos alimenta. Hay multitud de documentos e información en las bibiotecas e internet acerca de cómo poner en marcha una iniciativa de este tipo en casa o en la escuela5, y sobre los beneficios que tiene para los niños y niñas ocupar su tiempo en un huerto.

Todas las personas que tenemos la suerte y la responsabilidad de acompañar en su desarrollo a los niños y niñas, deberíamos pararnos un momento a reflexionar sobre la importancia de facilitarles estar en contacto directo y libre con la naturaleza, de pasear por un bosque, buscar huellas en la nieve, pisar charcos, jugar entre los arbustos del parque y llenarse los bolsillos de piedras.

Nada más… y nada menos.

[1] Web de la Asociación Children and Nature http://www.childrenandnature.org/

[2] Proyecto La ciudad de los niños de Francesco Tonucci http://www.lacittadeibambini.org/spagnolo/interna.htm

[3] Algunas lecturas sobre juego libre y educar en libertad son «El método de la pedagogía científica aplicado a la educación de la infancia» de María Montessori, Ed. Biblioteca Nueva (2003); «La educación como práctica de la libertad» de Paolo Freire, Ed. SXXI (2009); «Educar para ser: experiencias de una escuela activa» de Rebeca Wild, Ed.Herder (2011);

[4] Entrevista a José Fariña, catedrático de Urbanismo y Ordenación del Territorio por la Universidad Politécnica de Madrid,http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-escarabajo-verde/jose-farina-zonas-verdes-ciudades/1812554/

[5] Algunas referencias sobre huertos: libros básicos como «Guía del huerto escolar» de Carlos Romon, Ed. Popular (2014); «El huerto escolar ecológico» de Montse Escutia, Ed. Grao (2009), «El huerto familiar ecológico» de Mariano Bueno, Ed.RBA (2004); y una experiencia motivadora en la web http://www.lasonrisadelatierra.org/

*Terrativa S. Coop. Mad.

www.terrativa.net  / www.cursos-medioambiente.com

EcoPortal.net

Fuente: http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/El-trastorno-por-deficit-de-la-naturaleza

Imagen: http://actualidadpedagogica.com/wp-content/uploads/2014/04/r1032209_11818803-604×270.jpg

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