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Análisis: Radiografía de la violencia contra líderes sociales en Colombia

Escrito por: Maria Alejandra Navarrete y Laura Alonso
El continuo aumento de los asesinatos de líderes sociales en Colombia ha puesto en evidencia los desafíos que al menos cínco departamentos del país enfrentan a la hora de abordar la creciente violencia y asegurar la gobernanza efectiva.

A continuación InSight Crime analiza el panorama criminal en Putumayo, Nariño, Antioquia, Cauca y Norte de Santander para entender el crecimiento de la violencia en estas zonas y analizar la dificultad que existe a la hora de identificar el número de líderes que han sido blanco de ataques.

Incertidumbre frente a las cifras

A lo largo de los años diferentes organizaciones de la sociedad civil, las Naciones Unidas y el Ministerio Público han monitoreado y denunciado el problema. Sin embargo, debido a la dificultad para recolectar información en los lugares donde ocurren estos asesinatos, las cifras presentadas hasta el momento difieren bastante.

De acuerdo con el Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (INDEPAZ) entre el 01 de enero de 2016 y el 08 de septiembre de 2019, 872 líderes sociales y defensoras de Derechos Humanos han sido asesinados en Colombia. 132 casos ocurrieron en el año 2016, 208 en el año 2017 y 282 en el año 2018. El 2019 cerró con 250 casos registrados.

Según Diana Sánchez, directora del Programa Somos Defensores, existe incluso un subregistro de este fenómeno en el país. “Detectamos una tendencia a desestimar los asesinatos. Hace unos años se explicaban por problemas pasionales o de linderos. Luego fueron los cultivos de coca y el narcotráfico. Ahora dicen que no eran líderes sociales ni defensores de derechos humanos” comentó Sánchez para el portal DW.

Como consecuencia de la disparidad en las cifras, la discusión en el país se ha centrado alrededor de la legitimidad de los números y no en la masacre que vive Colombia actualmente. La polémica ha girado en torno a cuál de todos es el listado correcto, o a quién califica como líder social o defensor de derechos humanos, más no realmente en el disparado aumento de la violencia luego de la firma del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y las FARC en 2016.

Un gran número de los líderes sociales son atacados por la labor que realizan para promover la implementación de los acuerdos de paz. Particularmente, por su trabajo para crear nuevos espacios de participación comunitaria y para frenar la incidencia de las economías ilegales en sus tierras.

Algunos han estado involucrados en actividades relacionadas con la sustitución de cultivos ilícitos, la creación de proyectos productivos y la repartición de tierras, todas actividades encaminadas a dejar de producir droga y encontrar una alternativa para su subsistencia.

También son atacados por defender los recursos naturales de sus territorios, particularmente por detener el uso del fracking, la minería y tala ilegal de árboles, y defender el uso de sus fuentes hídricas.

Muchos excombatientes de las FARC también se han convertido en blanco de amenazas, asesinatos y otras formas de violencia por parte de distintos grupos armados y fuerzas estatales.

Entre las razones detrás de estos ataques se encuentran el negarse a volver a la ilegalidad, promover la sustitución de cultivos de uso ilcíto y la desconfianza de los actores armados que operan en el territorio.

Martha Mancera, directora de la Unidad de Desmantelamiento de Bandas Criminales de la Fiscalía General, aseguró a El País, que su unidad investiga los casos de por lo menos 132 excombatientes de las FARC que fueron asesinados. Mancera afirmó que nueve de estos fueron víctimas de desaparición forzada, 107 fueron víctimas de homicidio y 16 están tipificados como tentativa de homicidio.

A esto se suma que por lo menos 41 familiares de desmovilizados de las FARC también fueron asesinados en el mismo periodo.

Si bien esta violencia ha alcanzados diferentes rincones de Colombia, las dinámicas criminales en las siguientes cinco regiones son las que más se han agudizado en el último año:

Bajo Cauca: Una zona de guerra

En está subregión del departamento de Antioquia, compuesta por los municipios de Zaragoza, Nechí, Cáceres, Tarazá, El Bagre y Caucasia la guerra no da tregua. Incluso antes desde la firma del Acuerdo de Paz ha sido uno de los lugares más convulsionados en Colombia.

Allí no han cesado los homicidios ni los desplazamientos a manos de, principalmente, dos grupos: El Bloque Virgilio Peralta Arenas o Caparrapos, y los Urabeños. También se registra presencia de disidencias del frente 18 y 36 de las FARC así como del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Actualmente, la disputa la libran los Urabeños y los Caparrapos — franquicia que se separó de los Urabeños a finales de 2017 — para asegurar el control de rentas ilícitas como la minería ilegal, el narcotráfico y la extorsión, en zonas como Tarazá, consideradas uno de los enclaves criminales de estos grupos.

La militarización de la zona del Bajo Cauca no ha impedido que se sigan llevando a cabo numerosos asesinatos y masacres, no únicamente contra líderes sociales. En los primeros 20 días de enero de 2020 tuvieron lugar alrededor de 30 homicidios, según reportó El Tiempo.

Aunque muchos de estos casos no obedecen exclusivamente a liderazgos sociales, en una reciente masacre en la vereda Guáimaro de Tarazá dos de las víctimas eran líderes comunales. Pedro Alexander San Pedro y Carlos Andrés Chavarria hacían parte de la Junta de Acción Comunal (JAC) del municipio y pertenecían al Programa Nacional Integral de Sustitución de cultivos ilícitos (PNIS).

El vehículo quemado en el que se encontró el cuerpo de la candidata a la alcaldía Karina García que se encontró en Suárez, Colombia, el 2 de septiembre de 2019

La crisis que vive la subregión se agudiza debido a que es una zona rica en cultivos de coca, cristalizaderos de droga, rutas de narcotráfico y minería ilegal. Así como un corredor estratégico con salida al sur de los departamentos de Bolívar y Santander, además a la región del Urabá antioqueño y el Pacifico colombiano.

Norte de Santander: El fortín de la coca

Con 33.598 hectáreas de cultivos de coca según el más reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Norte de Santander es el segundo departamentos con más cultivos ilícitos después de Nariño. Esto lo hace un lugar codiciado por varios grupos ilegales debido a que es a la vez un corredores estratégico para la entrada y salida de mercancías ilícitas por la frontera con Venezuela.

En la región del Catatumbo, al norte del departamento, confluyen con presencia armada el ELN por medio del Frente de Guerra Nororiental, el Frente 33 de las disidencias de las FARC, el Ejército Popular de Liberación (EPL), los Rastrojos, y existen denuncias sobre presencia de emisarios de carteles mexicanos.

Tras la firma del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC en 2016 han sido asesinados en esa zona 42 líderes sociales y defensores de derechos humanos, según cifras de INDEPAZ. La razón detrás de estos asesinatos se concentra en el reacomodo que desde entonces han tenido todos estos grupos en el territorio con el propósito de hacerse con los réditos de la coca, el contrabando, la extorsión y el tráfico de armas.

A pesar de que desde 2018 el gobierno nacional ha reforzado el pie de fuerza militar en esa región con 5.000 hombres del Ejército, no hay señales de que la violencia disminuya. Solo en 2020, ha sido asesinados dos líderes, César Tulio Sandoval Chía en el municipio de Tibú y Fernando Quintero Mena en Convención.

Cauca: el epicentro de los asesinatos

El departamento del Cauca fue el más golpeado por el asesinato de líderes sociales durante el 2019 con 36 casos registrados solo hasta octubre de ese año por INDEPAZ. En las primeras tres semanas del 2020 se han documentado al menos cinco nuevas víctimas, la más reciente en el municipio de Guapi.

Si bien la situación es crítica en todo el departamento, el flujo de la violencia es distinto en cada zona. En el norte del Cauca el control lo tienen mayoritariamente las disidencias de las FARC, específicamente la Columna Dagoberto Ramos a cargo de alias “El Indio” y la Columna Jaime Martínez al mando de alias “Mayimbú”. Este es el presunto responsable de al menos dos masacres ocurridas en noviembre de 2019, incluyendo el asesinato de Karina García, candidata a la alcaldía del municipio de Suarez en Cauca.

Ambos grupos mantiene una alianza en el territorio, donde controlan el negocio de la minería ilegal y el narcotráfico, incluyendo rutas importantes como la que baja desde Jamundí en el Valle del Cauca hacia el norte del Cauca por la vía Panamericana y luego al corredor del río Naya hacía el Océano Pacífico.

A diferencia de los municipios cerca al Pacífico, la situación del norte se ha agudizado por la oposición de las comunidades indígenas afrodecendientes al uso de sus territorios para cultivos de uso ilícito y minería ilegal .

La Guardia Indígena en municipios como Toribio, Corinto y Caloto  ha realizado varias capturas de disidentes y les han incautado y destruido gran cantidad de armas y estupefacientes. En lugares como Suárez, Buenos Aires y Santander de Quilichao las comunidades afro se oponen al uso de mercurio y maquinaria pesada para proteger los ríos que atraviesan su territorio.

Pero la violencia que vive actualmente el Cauca no es exclusiva de las disidencias. Hacia el centro y sur del departamento se registra presencia del Frente José María Becerra del ELN en municipios como El Tambo, Sucre y Mercaderes. En lugares como Argelia se ha responsabilizado a este grupo de ataques contra la población civil.

Familiares de Karina García, quien fue asesinada en el sur de Colombia, lloran mientras abrazan uno de sus estandartes políticos, en Suárez, Colombia, el 2 de septiembre de 2019

En zonas de frontera con Nariño como Guapi y Mercaderes, hace presencia el Frente Manuel Vásquez del ELN y el frente 30 de las disidencias de las FARC.

Nariño: Una tierra sumida en el conflicto

Como el mayor productor de droga en el país, que además cuenta con explotación ilegal minera y salida hacia el sur del continente por la frontera con Ecuador, Nariño es sin duda una de las regiones de Colombia más apetecidas por grupos criminales.

Su condición estratégica y la constante reorganización de los grupos armados que allí operan en un intento por quedarse con los réditos de la ilegalidad se ve reflejada en las constantes disputas por el control del territorio y la fragmentación de estas organizaciones que impacta profundamente a las comunidades.

Desde el 2016 hasta octubre de 2019, fueron asesinados en ese departamento 75 líderes sociales, comunales, campesinos y defensores de derechos humanos.

En los municipios que se desprenden desde el océano Pacífico hacia el interior del departamento, la violencia ha estado a cargo de los enfrentamientos entre reductos de las disidencias de las FARC, particularmente entre las Guerrillas Unidas del Pacífico (GUP) y el Frente Oliver Sinisterra (FOS), además de la presencia de mafias narcotraficantes como el grupo de Los Contadores.

Si bien en zonas como el área rural de Tumaco existe información sobre un pacto de no agresión entre el FOS y las GUP, en el resto de la región se viven fuertes confrontaciones. El FOS continua enfrentado por un lado con Los Contadores y recientemente se han presentado varios desplazamientos por su pelea con un grupo que se desprendió del FOS y se hace llamar el Bloque Oriental Alfonso Cano.

Hacia la zona de la cordillera, en el nororiente del departamento hacen presencia el ELN con el Frente Manuel Vásquez, el Frente Estiven Gonzales de las disidencias y los Urabeños a través del grupo Héroes de la Cordillera.

Putumayo: Una violencia silenciosa

Putumayo, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), es el tercer territorio con más coca sembrada en Colombia, con un total de 26.408 hectáreas. Es un territorio estratégico por sus salidas fronterizas con Ecuador y Perú y los ríos Caquetá y Putumayo que conectan con el oriente del país y por donde pasan armas, narcotráfico y ocurren extorsiones, homicidios selectivos y desplazamientos forzados.

En este departamento el narcotráfico sigue siendo el motor de la guerra. La criminalidad sigue creciendo a manos de las disidencias del Frente primero de las FARC que delinquen en el municipio de Puerto Asís. En esta zona, así como en Puerto Guzmán, se libra una guerra entre el Frente Carolina Ramírez de las disidencias y la alianza criminal autodenominada la mafia Sinaloa.

Este último grupo tendría una alianza criminal con la estructura de La Constru que mantiene el control del microtráfico en los municipios de Puerto Asís, Orito, La Hormiga, San Miguel y Valle del Guamuez .

Pero lo que más ha llamado la atención de autoridades y comunidades es el desenfreno con el que la muerte se ha ensañado con el municipio de Puerto Guzmán, particularmente en lo que va corrido del 2020.

A pocos días de que comenzara el año, este municipio del departamento de Putumayo al sur occidente de Colombia, amaneció con visos de tragedia. En la noche del 6 de enero, sicarios en moto asesinaron a Gloria Ocampo, una reconocida líder de 37 años que apoyaba programas de sustitución de cultivos ilícito en la zona, según reportó El Espectador.

Dos días después, otros dos líderes, Gentil Hernández y Óscar Quintero, fueron asesinados de la misma forma en las veredas de El Mango y Caño Zabala, reportó El Tiempo.

Una semana más tarde fue el turno de Yordan Tovar, directivo del Sindicato de Trabajadores Campesinos Fronterizos del Putumayo, quien fue asesinado en el municipio de Puerto Asís, según informó El Espectador.

La muerte de líderes como OcampoHernández, Quintero, y Tovar se enmarcan todos dentro de una caravana de la muerte de asesinos que atraviesan las trochas del municipio en las noches, se bajan de sus motos, tocan a la puerta de sus víctimas y luego de llamarlos por nombre propio los asesinan sin contemplación.

Un modus operandi que se repite a lo largo de Colombia.

Fuente: https://es.insightcrime.org/noticias/analisis/violencia-lideres-sociales-colombia/

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Libro(PDF): «La ciudadanía no es como la pintan : una mirada desde los jóvenes»

Reseña: CLACSO

Es importante profundizar la manera como los jóvenes perciben su participación en la vida sociopolítica del país, particularmente por su concepción de ciudadanía, tarea posible a partir del rico suelo que proporciona una mirada sociocultural, terreno privilegiado en el que irrumpen y se enuncian estos sujetos. Si bien algunas investigaciones de la última década sobre jóvenes han hecho explicita su adscripción al enfoque múltiple y complejo de la cultura, la construcción de imaginarios políticos desde lo juvenil, ofrece aún un terreno por explorar. En particular, el presente trabajo toca dos núcleos temáticos, uno sobre la construcción de ciudadanía y la reconfiguración de los conceptos de nación e identidad nacional, y otro sobre la emergencia de nuevos actores políticos.

Autores (as):  Diego H. Arias Gómez; Myriam Romero Castro

Editorial/Editor: Viento Sur Publicaciones

Año de publicación: 2005

País (es): Colombia

Idioma: Español

ISBN: 958338221-3

Descarga: La ciudadanía no es como la pintan : una mirada desde los jóvenes

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Libro: Redes para la comprensión de la política

Reseña: El Perro y la Rana

FICHA

Autor:María Ángela Petrizzo Páez
Colección:Alfredo Maneiro
Serie:Pensamiento social
Materia:Ciencias Sociales
Año de publicación: 2018 (digital)
Número de páginas: 200
ISBN: 9789801443728
Depósito legal: DC2018002100

“Este libro no pretende describir las políticas públicas y el proceso de construcción de decisiones políticas desde una óptica tradicional. Consideramos que la crítica al enfoque tradicional ya ha sido abordada por otros estudios que evidencian sus insuficiencias, ante las cuales el análisis de las redes políticas –que es el que pretendo mostrar como alternativa– se convierte en un potente instrumento complementario, dados los niveles de abstracción que puede manejar y el grado de complejidad del entorno del que puede dar cuenta.El alcance que propongo es abordar el referente institucional de las redes políticas y, en este sentido, hay preguntas germinales que dieron cabida a este escrito: ¿puede explicarse la configuración de las redes políticas, conociendo las características de las instituciones políticas que participan de ellas? En un contexto de falta de madurez institucional, ¿podemos explicar las redes políticas de igual modo a como se atiende este fenómeno en otros contextos? A estas preguntas se pretende dar respuesta examinando la literatura más relevante sobre redes políticas.”

María Ángela Petrizzo Páez

Resulta muy difícil entender la política en nuestro mundo actual sin conocer las claves que ayudan a descifrar el complejo sistema de pesos y contrapesos que la accionan. Frente a esta realidad, las redes políticas son la urdimbre que entrelaza las relaciones entre actores como el Estado, las instituciones y las corporaciones. En esta obra se aborda el referente institucional de las redes políticas, planteando preguntas que la autora considera básicas y que tienen que ver con el modo en que las redes políticas se configuran para ayudar a identificar los diversos escenarios en los cuales ocurren. Siendo que de la interacción de las redes políticas se determinan las decisiones públicas, entonces nuestras vidas cotidianas pudieran estar atravesadas por las relaciones entre los factores que conforman las redes políticas, pues establecen las condiciones en las cuales se desarrolla nuestra convivencia ciudadana.

En la presente obra, la autora reúne de manera exhaustiva un extenso compendio de autores, en los que se apoya para desarrollar su perspectiva acerca del complejo tema de las redes políticas. Factores ejecutivos, alto gobierno, ministerios, grupos y actores sociales, económicos y educativos, son objeto de estudio incluyendo otros tan controversiales en el mundo político actual, como los lobbies.

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SOBRE EL AUTOR
María Ángela Petrizzo Páez

Politóloga, Msc. En Administración de Empresas y doctora en Gestión para la Creación Intelectual. Se ha desempeñado como investigadora en campos relativos a las ciencias políticas y en el área de las políticas públicas. Ha conducido diversas investigaciones en el sistema de salud venezolano y turismo como opción para el desarrollo endógeno y de participación activa de ciudadanos y ciudadanas. Ha formado parte de equipos de investigación en áreas como gobierno electrónico, gobierno abierto y prácticas institucionales para aplicación de tecnologías libres. Como producto de estas investigaciones, María Ángela Petrizzo Páez ha elaborado numerosos documentos, artículos y manuales para su aplicación organizacional. Ha sido incluida en cuatro compilaciones bilingües español-inglés.

Fuente: http://www.elperroylarana.gob.ve/libros/redes-para-la-comprension-de-la-politica/

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Una época ansiosa (un libro que ayuda a entender a los Estados Unidos hoy)

Blanca Heredia

“La nuestra es una época ansiosa –La época ansiosa. Un momento en el que las tribulaciones espirituales en los Estados Unidos parecieran más fuertes que en ningún otro momento, quizá, desde los 1730”. Así arranca su libro, An Anxious Age: The Post-Protestant Ethic and the Spirit of America, Joseph Bottum, ensayista, conocedor de temas religiosos y crítico literario norteamericano.

Una aseveración fuerte y osada. Una, también, que rompe con el guion subyacente de mucha de la cháchara previsible que, con frecuencia, se ostenta hoy como análisis y crítica del presente. Aseveración fuerte y osada, pues habla del presente en los Estados Unidos, como “LA” época ansiosa.

Aseveración disruptiva y útil, pues, en lugar de repetir lo de todos, trae de regreso a la mesa un tema clave para esclarecer algunas de las razones de fondo detrás del estado (lamentable) que guarda la vida pública en aquel país.

El tema grande que Bottum nos invita a volver a mirar es la religión con mayúsculas. La religión entendida como una respuesta central a las necesidades espirituales de los seres humanos. Subrayo, la religión no como hecho sociológico o como “ideología” o como dogma encarnado en instituciones.

La religión puede ser y es todo eso otro. Sin embargo, señala Bottum, antes que nada y conseguir tener cualquier efecto (bueno o malo), la religión tiene que ser entendida como creencia vivida, real y profunda. Como acto de fe con respecto al valor y verdad de ciertos hechos, valores y prácticas a través de los cuales el creyente le da sentido al mundo y aquieta de veras su zozobra frente a lo que lo excede, lo inquieta y lo pone ansioso. Por ejemplo, la muerte o el contenido cierto del bien y del mal.

Para los no creyentes, los científicos sociales y, más generalmente, para un momento histórico en el que las única razones comprensibles son las de la racionalidad fría (el cálculo costo-beneficio) y los datos, resulta mucho más fácil “explicar” y “entender” lo religioso como “falsa conciencia” o como “capital social”, restándole todo lo que no “computa” desde la racionalidad y los datos.

El problema, nos dice Bottum, es que, en el camino, acabamos restándole al fenómeno religioso todo lo que tiene, justamente, de religioso.

Desde ese lugar, casi inaccesible desde la pura razón de las sumas y las restas comprobables, aborda el autor de La Época Ansiosa el asunto que constituye el objeto y la tesis central del libro. A saber: el debilitamiento profundo del protestantismo tradicional (“mainline” ) en los Estados Unidos de los años 1970 en adelante y sus consecuencias –catastróficas, a juicio de Bottum– para la vida pública de ese país.

Con pluma ágil y a través de un texto que combina viñetas de personajes prototípicos de lo que el autor denomina “post-protestantismo” (adhesión a muchos de los valores centrales del protestantismo norteamericano tradicional aggiornado, por parte de sujetos que, sin embargo, ya no creen en las verdades religiosas y no ejercitan las prácticas rituales y sociales que les daban sustento efectivo a aquellos valores) con fragmentos de erudición en materia teológica y amplio conocimiento de la historia norteamericana, Bottum arma una interpretación muy interesante y plausible sobre la naturaleza y orígenes de la descomposición que vive en la actualidad la vida pública, en general, y la vida política, en particular, en los Estados Unidos de América.

Para Bottum, lo cito: “El protestantismo le dio a los norteamericanos un código de maneras y costumbres. Una mentalidad y una condición anímica. Una forma de ser en el mundo. Un fundamento político. Una definición como nación”.

El protestantismo funcionó como cemento –fundacional, básico y compartido– de la nación, la sociedad y el sistema político norteamericano. Lo hizo, pues los fundadores de esa comunidad, y, luego, una masa crítica lo suficientemente grande y poderosa, creía, en efecto, en cosas como que la salvación se ganaba con el trabajo y en que decir mentiras, estafar o robar estaba MAL y desataba la ira de Dios en contra de él o la que incurría en ellas.

Esas creencias compartidas, combinadas con prácticas cotidianas de millones orientadas por esas creencias, y con la ausencia de una sola organización eclesiástica que las representase, le ofreció un lenguaje moral compartido a la vida pública en ese país e hizo posible reconciliar, de forma inusualmente productiva y fértil, libertad individual y vida ordenada en colectivo.

A partir de la década de los 1970, las creencias de fondo que hicieron del protestantismo eje vertebral de la vida colectiva en los Estados Unidos, se fueron debilitando.

Fue ganando terreno el ánimo descreído característico de la modernidad secular, y perdiendo anclas el sustrato de fe compartido de una vida en común capaz de reconciliar orden y diversidad. Si bien echo en falta una explicación mejor y más detallada de cómo ocurrió todo esto, la tesis central del libro sigue pareciéndome iluminadora.

Iluminadora en el sentido de que me ayuda a entender cosas como Trump no condenando, de entrada, el fin de semana pasado a los supremacistas blancos y a los neonazis en Virginia.
Cosas importantes, como el hecho mismo de que un sujeto como Donald Trump haya conseguido convertirse en presidente de los estadounidenses.

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/una-epoca-ansiosa-un-libro-que-ayuda-a-entender-a-los-estados-unidos-hoy.html

Fuente de la imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2017/08/16/5993e616572c7.jpg

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Los mundos que convergen en la educación

Teresa Ortuño

Calidad en la Educación es un término que se entiende de diferentes maneras. Para empezar, tenemos tres definiciones legales en respectivos ordenamientos jurídicos en México.

Son muchos los actores que intervienen en el proceso educativo. Deben colaborar en sus distintas trincheras y no verse como adversarios sólo por el hecho de considerar el propio papel como el único relevante.

Me explico:

Los legisladores deben escuchar y conocer para establecer un marco jurídico que contemple y vaya ajustando la realidad a los requerimientos de todos. Las autoridades deben, en el marco de la Ley, operar para que escuelas, docentes y padres de familia, cuenten con la infraestructura, contenidos, materiales, capacitación, condiciones laborales, mecanismos de participación y todo lo que requiere el día a día de la educación. A los padres de familia corresponde saberse parte y cumplir como parte del proceso educativo, participar con sus hijos, escuela y comunidad.

Los docentes no sólo transmiten conocimientos.  El auténtico maestro se da a sí mismo, ama a sus alumnos, atiende la conflictividad que surge no sólo entre ellos, sino en las vidas de cada uno.  En muchas ocasiones, el docente es la única persona en quien puede confiar la criatura, ante sus dramas y sufrimientos personales. A los docentes corresponde vivir diariamente su misión, vocación y profesión.

Lo que no se vale, es negar la importancia de todos los actores en el proceso educativo. Una cultura de la colaboración nos llevaría más fácilmente al objetivo de alcanzar calidad y equidad en la educación.

Los países que han alcanzado niveles superiores en los indicadores, son aquellos en donde la colaboración es la regla. En cualquier parte del mundo donde hay pobres resultados, los actores del proceso se ven como adversarios: “Tú que vas a saber de esto, si estás en un escritorio”; “A ti te toca obedecer, que para eso soy la autoridad”; “Hijo, no hagas caso a las tonterías que dice tu maestro”; “Ese investigador/comunicador no sabe, que se venga a la trinchera si quiere hablar del tema”, son muestra de algunas actitudes que garantizan el fracaso escolar.

La comunicación y el intercambio de experiencias entre todos los que intervienen en el proceso educativo, cambia el panorama. La auténtica empatía es la que favorece la mejora.

En la era de la tecnología, no debería complicarse la posibilidad de esta comunicación de ida y vuelta entre autoridades, docentes, padres/madres de familia, investigadores y organizaciones.

La diversidad de puntos de vista debe verse como una riqueza, no como ocasión para el enfrentamiento.

Claro que esto requiere de un factor clave: ciudadanía. Este concepto supone estar informados, tener espíritu crítico y disposición a escuchar otros puntos de vista con respeto, sin descalificar, así como estar dispuesto a modificar el punto de vista propio, en la búsqueda del bien superior.

En Educación avanzaremos en la medida en que estemos dispuestos a escuchar, aprender, respetar, ceder, conceder y todo aquello que implica la vida en comunidad.

La democracia no se reduce a votar. Aunque las elecciones sirven para poner en la mesa las agendas de los temas que a todos interesa. Haya ganado o no quien recibió mi sufragio, es deber de todos participar para que los objetivos se alcancen.

La Educación requiere del ejercicio de ciudadanía responsable. Sin ello, estamos a expensas de los demagogos que hay en todas partes.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/los-mundos-que-convergen-en-la-educacion/

Fuente de la imagen:http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2013/10/profesores-ense%C3%B1ando-300×223.jpg

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¿Cómo podemos resolver en clase problemas sociales de la vida real?

Pablo Espeso

Leo en Edutopia un interesante artículo sobre resolver problemas en clase, pero sin aludir a los clásicos problemas matemáticos. Problemas sociales de la vida real, que quizá no padezcamos pero que otros sí tienen que resolver día a día.

Estas soluciones son a veces difíciles y requieren grandes cantidades de dinero, estando fuera de nuestro alcance. Pero encontrarlas es un proceso ideal para clase, según el problema que sea en unos cursos u otros. El único requisito es algo de tiempo para iniciarse en la búsqueda de estas soluciones a través de un trabajo en equipo. ¿Qué problemas son estos?

Block by Block, de la ONU

Hace un tiempo que me encontré, sin buscarlo directamente, con Block by Block, una iniciativa de la ONU para mejorar los espacios de las ciudades más desfavorecidas a través de Minecraft.

Sucede que muchas veces algunos pueblos y ciudades han sido levantados sin atender a las necesidades reales de la sociedad en ese momento, o sin prever el crecimiento de los siguientes años tras las construcciones. Block by Block va de diseño urbano, y tiene como objetivo crear ciudades más sostenibles y viables.

Cualquiera puede crear un diseño o proponer mejoras a ciudades ya existentes, crear el mundo en Minecraft y enviar todo esto a la gente del proyecto, quienes lo valorarán y propondrán su aplicación al mundo real. En la web del proyecto se anuncia que desde 2012, año en el que comenzaron con la idea, ya han usado estos resultados para mejorar 30 municipios en 20 países diferentes de todos los continentes.

Las propuestas de la FIRST LEGO League

Aunque a priori es una competición de robótica e ingeniería adaptada a edades a partir de primaria, la realidad es que las ideas que proponen año tras año en la First Lego League son excelentes y suelen afectar a la sociedad en general. Su objetivo es buscar mejoras a problemas muy habituales de nuestro día a día.

Más allá de las soluciones robotizadas, merece especial atención el proceso de planteamiento del problema, búsqueda de ideas y aplicación, sobre todo en lo referente a los temas más generales. Teniendo en cuenta que además es una competición veterana (la primera edición data de 1999), son muchos los contextos que han podido tocar.

Estos temas podemos encontrarlos tanto en la web oficial como en un resumen en Wikipedia, y plantean retos como el procedimiento para mantener un campo de césped en buen estado, la ayuda a personas discapacitadas, misiones en el planeta Marte o la búsqueda, uso y aplicación de energías alternativas u optimización en la gestión de residuos, entre otros muchos más.

Todos estos retos son especialmente atractivos para plantear en clase, desde un punto de vista teórico: implican la búsqueda de información para contextualizar el problema, la necesidad de encontrar ideas para resolverlos y la posterior puesta en marcha de un documento que acredite todo lo elaborado a lo largo de las diferentes sesiones de trabajo. Por supuesto es ideal el trabajo en grupo con el apoyo del profesor o tutor para mejorar, así como una presentación pública final para explicar las propuestas al resto de la clase.

Fuente del articulo: http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/problemas-sociales-para-resolver-en-clase/41088.html
Fuente de la imagen: http://www.educaciontrespuntocero.com/wp-content/uploads/2016/11/blockbyblock-un-minecraft.jpg
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Libro: Representaciones sociales: emociones, significados y prácticas en la educación superior

Representaciones sociales : emociones, significados y

prácticas en la educación superior

  • Año:    2012
  • Editor:    Universidad Nacional Autónoma de México
  • Páginas:    230 páginas
  • Idioma:    español
  • Desde:    13/10/2016
  • Tamaño:    933 KB
  • Licencia:    CC-BY-SA

Sinopsis:La teoría de las representaciones sociales ha cobrado un gran auge en las ciencias sociales. especialmente en la investigación educativa. donde ha probado ser una herramienta muy fecunda y útil para la comprensión de un concepto fundamental, por medio del cual las personas entienden el mundo y explican su vida cotidiana: el sentido común.

En consecuencia, los seis trabajos académicos reunidos en este libro parten del supuesto general de que toda institución educativa es un espacio atravesado por dimensiones simbólicas que no pueden ser ignoradas o minimizadas. Los autores consideran que aspectos tales como los valores, las creencias y las emociones deben ser analizados minuciosamente con el fin de descifrar la complejidad de la vida escolar.

Cada texto se enfoca en un aspecto clave: el estudio de las universidades públicas, el ámbito de las escuelas normales, la construcción de significados en la prensa escrita, y el surgimiento de representaciones en una institución desde sus inicios en el siglo XX.

Para descargar libro: https://openlibra.com/es/book/download/representaciones-sociales-emociones-significados-y-practicas-en-la-educacion-superior

Fuente de la reseña: https://openlibra.com/es/book/representaciones-sociales-emociones-significados-y-practicas-en-la-educacion-superior

Fuente de la imagen: https://s3.amazonaws.com/collection.openlibra.com/covers/2016/10/representaciones-sociales-OpenLibra-300×443.jpg

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