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¿Toque de queda infantil o restricción horaria para proteger a menores?

Redacción: France 24

Un millón de personas de 8 comunas de Chile están habilitadas para votar una polémica medida que busca limitar el horario en que los menores de 16 años pueden transitar libremente y solos por las calles

El debate sobre la conveniencia o no de limitar la libertad de menores de 16 años de vagar libremente por las calles a partir de ciertas horas lleva meses dividiendo a Chile.

Pero el domingo 30 de junio se conoció qué opción prevalece: un millón de chilenos mayores de 18 años de 8 localidades, Quilpúe (Región de Valparaíso, centro de Chile), Antofagasta (Norte del país) y las comunas santiaguinas de Las Condes, Lo Barnechea, La Reina, Peñalolén, Colina y La Florida están habilitados para responder a la consulta ciudadana desde las 9 hasta las 18 horas, que se desarolla vía web en el sitio www.consultahorariolimite.cl.

Los que participen debieron responder a un mínimo de tres preguntas.

¿Debe existir un horario límite recomendado, que surja de este acuerdo social, para que los menores de 16 años no circulen por la calle en la noche sin la compañía de un adulto?

En caso de que uno responda que si se habilitarán otras dos para establecer los horarios límites recomendados para menores de 12 (desde las 21 hasta las 24 horas) y de entre 13 y 16 años (desde las 23 hasta las 2 a.m horas).

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El gran aporte de Netflix a los adolescentes: la educación sexual

04 Julio 2019/Fuente: Mundo películas

Sex education se encuentra disponible en Netflix

Hablamos de una serie de TV web y de comedia dramática, ambientada en la actualidad, en una secundaria británica, que ha causado gran revuelo entre los adolescentes del mundo, y ha sido tema de conversación en círculos sociales jóvenes que apoyan la libertad de expresión y sobretodo valoran, la información sobre educación sexual y problemáticas adolescentes que les pueden ser afines.Y Netflix lo hizo otra vez. La plataforma de películas ha demostrado anteriormente con producciones como Queer Eye o con Ru Paul’s: Drag Race que está a favor de las temáticas informativas, especialmente aquellas que tienen que ver con derribar estereotipos y roles de género y/o sexualidad.

Para ser más categórica aún, Sex education no sólo provee información a través del guión, sino que va mucho más allá. En ella se tratan temas como la homosexualidad, el aborto, masculinidades o problemáticas ligadas a la identidad de género y a la educación no sexista y cómo estos temas afectan en la vida secundaria de cada persona.

En primer lugar tenemos al personaje de Otis, un chico de bajo perfil, introvertido y un poco antisocial, quien tiene dudas sobre su propio proceso de iniciación a la vida sexual y quien empujado por la ansiedad y por Maeve, su amiga, decide dar consejo a otros compañeros sobre sexualidad. Esto sólo es posible gracias a que su madre es sexóloga y desde muy pequeño Otis ha tenido contacto con temas relativos al sexo. Es él, quien intenta ayudar a sus pares a encontrar respuesta a sus dudas, ya que hay muy poco material en la escuela que les proponga de manera poco invasiva y no tabú, tal información.

Por otra parte tenemos que destacar el personaje de Eric, el mejor amigo de Otis, quien es gay pero su familia es ultraconservadora y muy cristiana, por lo que debe ser recatado y discreto de no mostrarse demasiado afeminado frente a las personas. Por supuesto, también se aborda la violencia de género que vive Eric en una de las escenas más crueles de la serie, lo cual evidencia la mayor problemática social que la comunidad LGBTIQ+ vive diariamente, tema importantísimo de tratar.

En la serie, las problemáticas de les jóvenes se van visualizando de manera explícita y eso provoca un acercamiento a les espectadores, quienes además de querer entretenerse, buscan sentirse identificados, principalmente en una población juvenil poco informada, por lo que, el acierto de Netflix ha sido mostrar aquello que nos ha sido negado por otros canales de comunicación, de manera transversal.

Por otro lado tenemos a la madre de Otis, Jean, quien es terapeuta sexual muy destacada por sus investigaciones en torno a la sexualidad humana, pero principalmente es madre, y durante la serie vemos las contradicciones que debe enfrentar todo padre o madre de adolescentes. Desde un principio, Jean se manifiesta muy abierta a que Otis exprese su identidad sexual de manera libre y abierta , por lo que también pone en tensión el tema de la masculinidad y cómo es posible ir construyendo nuevas masculinidades.

En torno a eso, las desventuras de un grupo de adolescentes van dando forma a la clínica de consejos de Otis, donde se ponen en manifiesto dudas, conflictos e incomodidades que todos hemos sufrido en nuestra etapa de formación, donde por supuesto, existe curiosidad y ansiedad por comenzar nuestra actividad sexual, sin salir herido.

En definitiva, según mi perspectiva, la serie está bien hecha, puesto que guía vivencias relacionadas a la sexualidad, entrega contenido, es divertida pero también enfrenta situaciones de relaciones afectivas, de amistad, de autoconocimiento, autoestima y construcción de identidades. La serie propone una nueva perspectiva acerca del sexo, te identificas, pues normaliza el acto y propone vínculos sobre paternidades y maternidades, considerando la sexualidad como tema de conversación.

Imagen tomada de: https://www.mundopeliculas.tv/wp-content/uploads/2019/07/SE_101_Unit_01217_FINAL.jpg

Fuente: https://www.mundopeliculas.tv/2019/07/01/netflix-aporte-a-la-educacion-sexual/

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Informe de UNICEF: Por qué se triplicaron los suicidios adolescentes en Argentina

Redacción: Perfil

Un informe de Unicef encendió el alerta sobre la dramática situación de los jóvenes en nuestro país. Los factores centrales.

Los jóvenes viven circunstancias inéditas en la historia que los coloca en una posición fortalecida en algunos ámbitos pero en una vulnerabilidad excesiva en otros. Las tres grandes problemáticas en la adolescencia en la actualidad son el consumo excesivo de alcohol, el embarazo no planificado y el intento de suicidio. Este último punto encendió las alarmas en las últimas semanas, después de que Unicef presentara un reporte en el que se indica que la tasa de suicidios adolescentes se triplicó en Argentina en las últimas tres décadas. Otro dato alarmante: es la segunda causa de muerte en esa franja etaria después de los accidentes de tránsito. La organización indicó que los suicidios son más frecuentes entre varones, en personas con menor nivel educativo y entre los habitantes de municipios chicos.

No hay un motivo único para este dramático panorama, sino que se trata de un escenario multicausal que culmina en el momento en el que se produce una situación traumática muy concreta que activa el deseo final de materializar el acto de terminar con su vida.

Uno de los principales problemas es que a veces como adultos no pueden identificar la gravedad de la situación, según sostuvo el médico psicoanalista Luis Gratch a PERFIL: “Nosotros tenemos una mayor tolerancia a las problemáticas que afrontan los chicos, como el aislamiento social o el sentimiento de fracaso personal. Para ellos adquiere mayor importancia este tipo de cosas”, explicó.

Preocupa la suba de casos de suicidios en adolescentes

Para el especialista, hay dos situaciones que son polarizadas y que pueden llevar al adolescente a pensar en el suicidio. Una es la sobreprotección: «Si el chico no fue acostumbrado a manejar las frustraciones y a desarrollar tolerancia a las mismas cualquier dolor psíquico es insuperable y ante una situación vital no sabe afrontarlo», argumentó. El otro es el abandono o las malas experiencias a lo largo de los años. «Las privaciones, inestabilidad familiar o tener una vida con poco contacto afectivo le genera al adolescente la sensación de que lo que le espera va a ser puro sufrimiento y no encuentra un motivo de entusiasmo a su vida, crece con una tristeza y melancolía crónicas», señaló.

“Tenemos una tendencia a creer que una persona se suicida porque su vida carece de sentido, yo pienso lo contrario. Cuando no se tiene sentido vos tenés espacios para darle; pero, si tenés la sensación de que lo único que te espera es sufrir más y peor, ves el suicidio como un alivio”, explicó Gratch.

Por su parte, la psicopedagoga María Zysman señaló a este medio cuatro factores que aumentaron las tendencias al suicidio de los adolescentes:

  1. Sentimiento de soledad. “Hay un corrimiento del adulto, que no está presente de la misma manera que estaba en otra época”, indicó Zysman.
  2. Parámetros más elevados de exigencia. Los chicos tienen una sensación grande de fracaso al compararse con el ideal de ser adolescente. “Ser joven para ellos implica tener que ser de una manera, probar ciertas cosas, saliendo, teniendo un cuerpo determinado, transgrediendo mucho más a lo que se hacía antes y tener un juego sutil con el peligro”, remarcó la experta.
  3. Baja autoestima. El sentimiento de no ser querido y no ser integrado es el que los hace sentir que su vida no vale, algo que es acumulativo. “El bullying es muy precipitador de las cosas. Con un escrache público o situaciones humillantes públicas sienten que la muerte digital o social supone el fin de su vida física. Los adolescentes tienen una sensación del tiempo especial y particular, para ellos solo está el aquí y el ahora, y estas cosa tienen más impacto”, detalló la directora de Libres de Bullying.
  4. Acceso a la información. Internet les permite obtener contenidos, información y ejemplos de formas y metodologías, algo que antes no ocurría.

Según la UCA, los casos de depresión y ansiedad se duplican en personas pobres

Otro factor a tener en cuenta es el incremento del consumo de alcohol y de drogas entre los adolescentes, en particular por los efectos que provocan. Las sustancias estimulan la impulsividad, disminuyen las barreras de la represión y exacerban el estado de ánimo en le que el sujeto las consume. Es decir, que si uno está deprimido, beber lo impulsa más hacia el abismo.

Los expertos coinciden en que la consulta con un profesional por parte de los tutores tiene que ser en carácter urgente, no hay que dilatarlo, por más que el chico se niegue o se resista. Considerar un intento de suicidio como un intento de llamar la atención tampoco es aconsejable. “No hay que evitarlo este tema, ni tiene que ser tabú. Hay que preguntar cuánto hace que piensan en ello, por qué motivo y cómo pensaba hacerlo porque lo reprimido no se extingue sino lo contrario, crece y lleva a materialización de una fantasía”, consideró Gratch.

Señales de alarma que advierten sobre el riesgo de suicidio en un adolescente

Aislamiento.

Depresión.

Desinterés (anhedonia).

Cambios en la personalidad.

Insomnio o problemas en el descanso.

Bruscas alteraciones en el estado de ánimo (euforia un día y tristeza profunda al otro).

Dejar de cuidarse y de hacer cosas que le gustaban.

Consumo de sustancias.

Empieza a cometer actividades riesgosas.

Regala objetos personales y se desprende de cosas amadas.

Muestra una situación de desprecio hacia sí mismo y hasta se autolesiona.

Habla acerca del suicidio.

¿Cómo afrontar esta problemática?

Para Zysman, hay que evitar la normalización de ciertas conductas, como el consumo de sustancias o los juegos con el peligro, porque hace que uno no vea el sufrimiento de los chicos. También considera importante poder conectar con los chicos y estar presentes porque si nombran la palabra “suicidio” y “muerte” se tengan las herramientas y la vía para poder indagar sobre qué les pasa.

“Hay que llenar de palabras las relaciones con los hijos, sacar temas de conversación, mirar series juntos o los youtubers con los cuales se identifican porque conocer el mundo virtual de los adolescentes permite encontrar el lugar de acompañamiento y saber cómo acercarse a ellos”, aconsejó la especialista.

El suicidio es la segunda causa de muerte entre los adolescentes, después de los accidentes de tránsito.

El aislamiento o la melancolía son dos señales de alarma en los adolescentes.

Gratch remarcó la necesidad de campañas de prevención: “No hay que comunicar públicamente los suicidios, porque tienen una tendencia al contagio social”. E insistió con que ante la menor aparición de los síntomas “los padres tienen que consultar con especialistas, no dejar pasar ninguno de esas señales y no minimizarlas”.

El suicidio adolescente es un problema de salud pública y las políticas de estado lo tienen que abordar más allá de lo individual. “En la Argentina hay una Ley nacional de prevención del suicidio aprobada en 2015 y no está reglamentada de la misma manera que la Ley de convivencia escolar, si bien está sancionada, hay un gran vacío desde lo legal”, alertó Zysman.

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/salud/por-que-se-triplico-cifra-suicidio-adolescente-argentina.phtml

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El peligroso juego de la muerte que seduce a los adolescentes

Por: Ana Torres Menárguez. 

Lo llaman el “juego de la muerte”. Es una práctica entre adolescentes que consiste en presionar la carótida hasta que el cerebro achaca la falta de oxígeno y provoca la pérdida de consciencia. Aunque lleva tiempo circulando por las redes sociales, esta semana se han registrado dos casos en España. El último es el de una menor de 12 años de la localidad madrileña de Pinto que el pasado jueves acabó en el hospital tras perder el conocimiento después de que un grupo de amigas le oprimieran el pecho rodeándola con los brazos por detrás para cortarle la respiración. El “juego”, que era consentido, según informó la Policía Local de Pinto, no dejó secuelas graves en la joven, que el mismo jueves abandonó el centro sanitario en “buen estado” aunque “asustada”.

“No es algo nuevo que los adolescentes se compriman el cuello para producirse una sensación de mareo”, señala María Jesús Esparza, especialista en accidentes infantiles de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria. En su opinión, cuando los jóvenes graban y suben estas prácticas a las redes sociales buscan “llamar la atención”, “divertirse” y “seguir al grupo”. “No quieren suicidarse, sino hacer algo fuera de lo habitual y quedar como los más valientes. No tienen conciencia del peligro porque todavía no tienen la cabeza bien estructurada y creen que son inmortales, siempre van buscando experiencias límite”, agrega la pediatra.

Un caso similar se registró en Granada el pasado lunes, donde tres adolescentes de 14 y 15 años grabaron un vídeo a la salida del instituto en el que apretaban el cuello a uno de ellos simulando un estrangulamiento como parte de un juego aceptado por todos ellos. El clip empezó a circular por grupos de WhatsApp y un estudiante decidió ponerlo en conocimiento de la Policía Local de Granada a través de su cuenta de Twitter. La Fiscalía de Menores, que no tiene constancia de denuncias previas de las familias de los chicos, ha recibido un informe elaborado por la dirección del instituto granadino y está a la espera de los resultados de la investigación policial, informa Javier Arroyo.

“Es una práctica muy peligrosa que puede acabar con un coma vegetativo o incluso con la muerte”, advierte Xavier Díaz, coordinador del grupo de trabajo del niño y el adolescente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria. “Es incomprensible que se propague con tanta rapidez entre los adolescentes y que se quiera replicar cuando no produce placer, sino todo lo contrario”, añade. La falta de oxígeno provoca la llamada anoxia cerebral; a más segundos sin oxígeno, mayores daños neuronales. “La reducción de oxígeno y la disminución del riego sanguíneo durante cuatro o cinco minutos puede generar daños irreversibles, desde parálisis cerebral a déficit cognitivo, motor o del habla”.

Cuando la menor de Pinto perdió el conocimiento por quedarse sin oxígeno cayó al suelo y se golpeó la cara, esa caída le provocó un hematoma y una brecha en una de las cejas. El “juego” comenzó pasado el medio día en una calle de la ciudad y fue la abuela de la joven la que acudió a socorrerla y llamó al 112. El servicio de emergencias de Pinto la trasladó al Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro, de donde salió pasadas unas horas sin daños graves.

Policía Local Pinto@policiapinto

Hoy hemos intervenido en la C/ Alpujarras por este mismo «juego» que consiste en estrangular a alguien hasta dejarlo inconsciente. Una menor de 12 años ha sido trasladada por @PIMERPinto al hospital.
Pedimos a los padres y profesores que alerten a los menores de los riesgos.

Policía Local de Granada@Policia_Granada

⚠️ALERTA‼️
Esta mañana hemos estado en un IES de #Granada porque hemos detectado a menores de ESO grabándose con el móvil y subiendo a #RRSS el reto #JuegoDeLaMuerte (ahorcar a alguien hasta la inconsciencia). Padres y madres, revisad sus móviles y advertidles del peligro.

“Hay que tener en cuenta que no solo lo hacen en grupo, sino en solitario. Las familias deben estar muy alerta de posibles señales físicas como marcas en el cuello o irritaciones en los ojos”, indica la doctora María Jesús Esparza. En la investigación El juego de la asfixia: un juego potencialmente mortal, publicado en 2010 en la revista Anales de Pediatría, se habla de los peligros de esa práctica, que definen como “comportamientos que buscan una breve euforia por la disminución del flujo de oxígeno en el cerebro”. En el informe se documentó la muerte de un joven español de 15 años que perdió la vida al ahorcarse de forma accidental durante un “juego asfíctico”, él solo en su habitación.
Otro estudio de Estados Unidos —del Centro de Control y Prevención de Enfermedades—, analizó la muerte de 82 chavales entre 1995 y 2007 como consecuencias de esas prácticas. “Es crucial la prevención por parte de las escuelas y las familias. Con Internet, las ansias por imitar corren como la pólvora”, remarca la pediatra.

Primer caso

Se trata del primer caso de esas características que se registra en Pinto, según confirmó la Policía, que trasladará el caso a la Fiscalía de Menores. Los agentes activaron ayer un dispositivo especial para informar a los alumnos, a sus familias y a los profesores del riesgo neuronal que conllevan estas prácticas. Pilar García, madre de dos niñas escolarizadas en centros públicos de Pinto, se mostraba ayer inquieta. “Preocupación hay, pero como madre adviertes de lo que no se debe hacer”, aseguró. En el colegio público de su hija pequeña, el Buenos Aires, sucedió algo parecido hace dos semanas y los docentes mediaron para que no se repitiera. “Era parecido, pero sin estrangular”, explicó su hija Paula, de once años y dio algunos detalles más. “Un amigo se desmayó y lloró, no por la caída, sino por las tortas que le estaban dando para que se despertara”, añadió.

A pocos metros de distancia, en el colegio concertado Sagrada Familia, también en el centro del pueblo, el ambiente es otro. Nadie parece conocer el tema. Pero la escuela sí ha reaccionado. Ana Isabel Quintana, de 43 años, es madre de un niño de nueve años y profesora en ese centro. “Estamos intranquilos, es algo que nos da mucho miedo. Los niños están expuestos a mucha información dentro de la Red y les tenemos que enseñar qué es lo que tienen que ver. En teoría, aquí no ocurre, pero ellos están expuestos a todo”.

Los agentes tutores de la Policía Local —que cooperan con los centros escolares para asegurar una buena convivencia— informan a lo chavales en diferentes charlas a lo largo del año sobre los peligros de Internet, como los delitos contra la intimidad o la sextorsión (difusión de imágenes sexuales sin consentimiento). En el instituto de Granada, el equipo directivo también se ha volcado con el suceso y ha implicado a la policía y las familias.

EL PELIGRO DE LA RÁPIDA PROPAGACIÓN POR WHATSAPP

“No es que difundieran los vídeos por las redes sociales con la intención de que el mundo entero los viera, sino que lo hicieron a través de aplicaciones de mensajería en el entorno cercano porque los consideran graciosos. Ahí es donde entra la responsabilidad de los padres”, considera María Zabala, fundadora de la plataforma iWomanish, sobre el uso que hacen las familias de la tecnología. “El asunto crucial es que los niños de 12 años no siempre son, ni tienen por qué ser, conscientes del peligro de estas actividades. Si, como progenitores, les damos un móvil y les dejamos que utilicen WhatsApp, no se trata de que les espiemos, pero sí de informarnos de qué clases de contenido comparten”, explica.

Cerca del 90% de los adolescentes españoles entre 14 y 16 años disponen de dos a cinco dispositivos digitales personales y el 86% reconoce un uso “muy habitual” del móvil, según el estudio Las TIC y su influencia en la socialización de adolescentes, publicado el pasado enero por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, que ha estrenado una línea de apoyo contra adicciones tecnológicas.

Zabala, experta en alfabetización digital, recomienda dos aplicaciones: Family Link, para Android, y En familia, para dispositivos Apple. Esas herramientas permiten que cada vez que el menor quiera descargarse alguna aplicación llegue un mensaje a los dispositivos de los padres, quienes tienen que autorizar, o no, dicha descarga. Zabala advierte de que, en ocasiones como esta, son los medios de comunicación los que viralizan esos contenidos al difundirlos de forma masiva. Los chavales a través de sus grupos de WhatsApp no tienen ese poder. Por eso hace una llamada de atención a la responsabilidad.

Fuente del artículo: https://elpais.com/sociedad/2019/05/31/actualidad/1559292914_355098.html

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El Salvador: 707 jóvenes desertaron de los centros escolares por causa de un embarazo

Redacción: El Salvador

Según el mapa de embarazo de niñas y adolescentes del 2017 hubo 19,190 niñas en estado de embarazo en el país. Hugo González, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas, opinó que la sociedad tiene que brindar las condiciones para que las menores de edad logren el mayor grado académico, por el bienestar familiar y social.

A causa de un embarazo, 698 mujeres en edades de 10 a 19 años abandonaron los estudios académicos, de acuerdo con datos del Mapa de Embarazos en niñas y adolescentes del 2017, presentado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa). El registro también reporta que 9 hombres, en el mismo rango de edades, abandonaron su estudio porque su pareja estaba embarazada.

Los departamentos con más casos fueron San Salvador, La Libertad, Sonsonate y Santa Ana.

Hugo González, representante del Unfpa, explicó que el documento registra 19,190 niñas y adolescentes que experimentaron la maternidad en ese año, equivalente a un promedio de 53 menores, por día.

En cuanto a los embarazos en menores de 15 años manifiesta que algunos son casos que están vinculados a violencia sexual, y que, a pesar de que en comparación al año 2015 los embarazos han disminuido, las denuncias de abuso sexual han aumentado.

“Las consecuencias de esa maternidad temprana, en el caso de El Salvador, se ha visto que de cada cuatro niñas que se encontraban estudiando al momento que experimentaban la maternidad tres abandonaron los estudios con un promedio de educación de cinco años de escolaridad”, comentó González.

Añadió que esto coloca a las niñas y adolescentes en un círeculo de mayor profundización de pobreza, de dependencia y de violencia, lo cual trae la dificultad de poder ejercer sus derechos, de satisfacer sus necesidades básicas y los de sus hijos, además la sociedad pierde un ser humano productivo.

Entre los años 2015 y 2017 hubo 65,000 menores de edad que enfrentaron un embarazo en El Salvador. De esa población, 7 de cada 10 abandonaron los salones de clases, en los grados de sexto y noveno.

“Pero el abandono se da desde el tercer grado hasta el bachillerato. Con ese grado de escolaridad ¿qué oportunidad de empleo puede existir para una joven? Que además confronta la responsabilidad de la crianza a edad temprana, sin los ingresos que lo permitan hacerlo, sin la educación o la información de cómo hacerlo y muchas veces como resultado de una situación de abuso y de violencia sexual”, dijo el representante del Unfpa.

Al calcular cuánto la sociedad pierde en términos de tributos que estas jóvenes dejan de aportar a la sociedad durante sus años de vida productiva, de las 65,000 menores embarazadas, el país dejará de percibir alrededor de $352 millones, en un lapso de 40 años.

“Esto es para enfatizar que no solo las repercusiones afectan a la niña y su familia sino que a toda la sociedad y por eso es importante que todos velemos por la protección de las niñas. Hay que redoblar los esfuerzos”, expuso González.

El viceministro de Educación, Francisco Castaneda, dijo que sus protocolos para garantizar la educación de los menores se basa en los artículos 76 y 90 de la Ley General de Educación.

“Donde nos define el mandato de prevenir, a través de la educación, los embarazos adolescentes. Y en caso de que se diera, asegurar el derecho a la educación y la permanencia en el sistema educativo”, dijo Castaneda.

Agregó que tratan de asegurar que las adolescentes continúen con sus estudios, si se dan aspectos culturales y económicos, además del bullying, que son razones por las que no regresas a sus estudios.

“La mesa de oportunidades educativas y modalidades flexibles ha constituido una opción importante para el retorno al sistema educativo de esta población femenina vulnerable a partir de una situación de embarazo prematuro”, aseguró Castaneda.

 

El presidente de la Asociación de Colegios Privados (Acpes), Javier Hernández, manifestó que el tema de embarazos en niñas y adolescentes lo manejan con mucha responsabilidad, en el sentido de brindarle el apoyo a la estudiante hasta donde el marco legal se los permite. “No suspendemos niñas que estén en estado de embarazo, y eso lo hacemos desde antes de la Ley Lepina (ley de niñez), se les da un trato distinto, pero no discriminatorio en el sentido de los permisos para no asistir a clases debido a su estado, suspendemos actividades que puedan dañar su estado, como las clases de educación física”, manifestó Hernández.

Aseguró que en la mayor parte de los casos de deserción es la alumna la que decide retirarse de sus estudios, no es el centro educativo el que le niegue el acceso a la educación.

Explicó que para garantizar que la menor termine su año educativo le brindan formas más flexibles para que pueda realizar sus actividades académicas, para que pueda darle continuidad a sus estudios.

Dentro de la currícula académica, explicó el dirigente de la Acpes, está el componente de educación sexual y reproductiva, que está incluido desde el primer ciclo en adelante, en la asignatura de ciencias, salud y medio ambiente, y en ciencias naturales para el bachillerato.

“Son contenidos dentro de la currícula que siempre han estado ahí, pero no son garantía para que se prevengan los embarazos en niñas y adolescentes, la garantía está más en los hogares que en los centros educativos porque son los padres o responsables quienes pueden orientar de mejor manera a los jóvenes para que todo se experimente de acuerdo a una edad biológica, social y psicológica determinada”, opinó Hernández.

Paz Zetino, secretario general de Bases Magisteriales, expuso que como docente se ha visto en el problema de afrontar las decisiones de muchos padres de permitir el noviazgo de sus hijos, y que estos se den dentro del centro escolar.

“Nosotros en las escuelas estamos haciendo todo tipo de prevención al respecto, incluso tomamos algunas medidas hasta extremas para detener este fenómeno, pero yo siento que desde la familia ahora no se está contribuyendo”, comentó Zetino. Manifestó que los docentes se ven ante la dificultad de no poder corregir a los estudiantes cuando están realizando una acción inadecuada, como un noviazgo escolar, debido a que son los mismos padres los que autorizan dichas situaciones.

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Sexo didáctico y educativo en la televisión Noruega

Redacción: Levante

Modelos reales enseñan educación sexual a los más jóvenes en el país nórdico

Ana GilNoruega ha sorprendido con su curiosa forma de informar y enseñar sexo a los más jóvenes. ‘Newton’ es el nombre del programa de la televisión pública noruega que enseña de manera didáctica y creativa educación sexual.

La propuesta comenzó en mayo del año pasado cuando el canal noruego NRK emitió ‘Pubertet’, una mini serie de ocho episodios en los que se trataban los temas relacionados con la pubertad y los cambios que se experimentan en el cuerpo de los adolescentes. El programa incluía temas como el crecimiento, el cambio de voz, el crecimiento de vello corporal, el sexo, la menstruación, el conocimiento de los genitales o la reproducción. Estos capítulos contaban con un lenguaje directo, fácil y didáctico para poder llegar al público más joven. «Buscamos ser claros, por eso, para ilustrar cómo el cuerpo de un niño se transforma en el de un adulto, utilizamos modelos reales» afirmaba Erling Normann, el responsable de ‘Newton’.

Normann defiende que dichos vídeos quieren huir de cualquier tipo de connotación sexual y que se trata de contenido audiovisual de carácter educativo para que los adolescentes puedan entender los cambios que experimenta su cuerpo y tener una educación sexual completa.

https://youtu.be/1Uuq1OnYdIo

El responsable televisivo explica también cómo el sistema educativo noruego incluye una asignatura obligatoria sobre adolescencia, desarrollo corporal e identidad sexual.

En España no existe este tipo de contenido en la televisión y, según un estudio de la OMM sobre los Estándares de Educación para Europa publicado en 2010, España y Portugal son los únicos países en los que la asignatura de Educación sexual no es obligatoria.

No es extraño que Noruega incluya este tipo de contenido en su televisión publica ya que fue el segundo país europeo en incluir la materia de educación sexual en el currículo en los colegios, después de Suecia, que lo implantó en 1955.

Fuente: https://ocio.levante-emv.com/tv/noticias/nws-730316-sexo-didactico-educativo-television-noruega.html

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“Si no se aprende a mirar socialmente a la adolescencia siempre la enfocaremos desde el conflicto”. Entrevista a Jaume Funes

Entrevista/16 Enero 2019/Autor: Adrián Cordellat/Fuente: El país

Psicólogo, educador y periodista, Jaume Funes lleva más de cuatro décadas dedicado a escuchar, comprender y ayudar a los adolescentes, un grupo de población del que, dice, ha aprendido “cada día”. De ese aprendizaje surge Quiéreme cuando menos me lo merezca…porque es cuando más lo necesito: una guía para padres y maestros de adolescentes (Paidós), que Funes considera “algo parecido a un testamento vital”. Un libro que cree el último porque, como afirma en sus páginas, “es bueno dejar paso a otras miradas”. En él comparte gran parte de lo aprendido en estos cuarenta años rodeado por las capacidades, angustias e incomprensiones de los “encantadoramente insoportables adolescentes”.

PREGUNTA. No podía dejar de preguntarle en primer lugar por el título del libro. ¿Necesitan nuestros hijos más cariño que nunca en esta etapa en la que, paradójicamente, más nos sacan de nuestras casillas y más parece rehuir nuestro cariño?

RESPUESTA. El título lo que viene a decir es “soy insoportable, merecería que me dieras una hostia, pero…” (risas). Al final es un “pobre de ti si me das un beso, pero pobre de ti si no estás cerca por si necesito un abrazo”. Y eso es lo que más desquicia a los adultos: ¿En qué quedamos? ¿Me quiere o no me quiere? ¿Me necesita o no me necesita? Te necesita, pero no le demuestres que te necesita. La pregunta de fondo es: ¿Cómo enseñas a un adolescente que cree que lo sabe todo para que aprenda lo que no sabe sin tener que reconocer que no lo sabe y, además, sin reconocer que le has enseñado tú?

P. Qué locura, ¿no?

R. Es una locura para los adultos porque nunca sabes qué distancia mantener. Cuando te acercas demasiado te dan un “soplamocos” y “bufan”, pero si te alejas te dicen que ya no les quieres. Son las contradicciones propias de la entretenida vida con adolescentes.

P. Ante estas contradicciones escribe en la introducción del libro que “no existe un manual de buen padre o buena madre” y que todo el mundo lo es “en la medida en que no pasa de sus hijos y se para pensar cómo puede hacerlo mejor”, pero a la vez asegura que “no vale cualquier manera de educar a los adolescentes” y que algunas formas de hacerlo “generan desastres”. ¿Qué no vale con los adolescentes?

R. No vale, por ejemplo, querer imponerles un modelo de vida, pensar que la única vida buena es la que tú has llevado como adulto. Tampoco vale pretender que cambien de un día para otro, no tener paciencia. Tampoco quererlo resolver todo con la norma, con la imposición, porque muchas cosas se tienen que solucionar con mano izquierda, a través del diálogo. Y tampoco vale, entre otras muchas cosas, querer imponer valores en vez de permitir que ellos los descubran por sí mismos.

P. Como dice, no podemos pensar que la única vida buena es la que nosotros hemos llevado como adultos, pero ¿no tiene la sensación de que cada generación de padres y abuelos teme y menosprecia a la generación de adolescentes actual? Como si la nuestra siempre hubiese sido mejor.

R. La mayor parte de los adultos se olvidan de que fueron adolescentes. Muchas veces se lo tengo que recordar: “Oye, que tú fuiste adolescente, hiciste padecer a tus padres y, sin embargo, has llegado a ser una madre o un padre razonable”. Y por otro lado siempre tendemos a idealizar. Cuando recordamos nuestra adolescencia solemos recordar siempre la parte positiva. No recordamos si lo pasamos mal o el padecimiento que causamos a otras personas. Al final con esto pasa como con todo: “Yo hice la Revolución y estos son unos vagos”, “yo a tu edad ya trabajaba y tú no te esfuerzas”…

P. ¿Por qué ese concepto y esa imagen pública del adolescente y de la adolescencia? ¿Por qué tienen tan mala prensa?

R. Llevo cuarenta años trabajando con adolescentes y siempre vemos en ellos un problema y no un adolescente. Yo empecé trabajando cuando había un problema muy grave de violencia entre bandas, luego vinieron las drogas, luego las discotecas… Al final los convertimos en etiquetas: drogadictos, discotequeros… Aún hoy sigue costando mucho que los adultos no vean un problema, sino un adolescente que, por definición, está perfilando su propia personalidad, intentando diferenciarse de los adultos. Lo que pasa es que esta especie de “plantar cara”, de reafirmarse, hace que el adulto no quiera ver que simplemente es un adolescente que se reafirma y, por el contrario, acabe viendo a un puñetero maleducado.

P. La mirada hacia el adolescente de la que habla en el libro.

R. Es que es fundamental. Si de entrada ya miramos al adolescente como un problema hipotético real, ya no hay nada que hacer. Hay que abrir los ojos y ver que es nuestro hijo, nuestro sobrino, nuestro vecino, un niño que hasta hace nada considerábamos un encanto. Si no se aprende a mirar socialmente la adolescencia siempre la enfocaremos desde el conflicto. Y a todo esto, por cierto, hay que sumarle ahora un añadido.

P. Explíqueme.

R. Hasta ahora buena parte de la educación se basaba en una cierta lógica de pensar que lo que había sido bueno en un determinado momento de la vida, tenía que serlo por fuerza ahora. Sin embargo, en un mundo tan cambiante como el actual, la mayoría de los padres y las madres están perdidos porque el pasado les sirve de poco.

P. Justo lo dice en el libro, que hoy criamos a adolescentes “dinámicos y que se transforman” y que además viven en un mundo “aceleradamente cambiante”. ¿Qué nos exige como padres esta adolescencia de nuestros hijos vivida en un entorno tan cambiante?

R. Exige lo de siempre, una revisión de qué demonios significa ser padre o madre en el contexto en el que te toca vivir la experiencia. Hace 20 años podías preguntarle a un chaval que dónde había ido o que con quién había estado. ¿Pero ahora qué le pregunto? ¿Cuál es la última foto que has colgado en Instagram? Esta nueva realidad me obliga a mirar sus gestos, a dejar que me enseñe, a no fisgarle demasiado. Antes le podían “preocupar” a las madres las malas amistades o los peligros de la calle, pero ahora debe preocuparnos cómo es nuestro hijo en internet, lo que obliga a otro tipo de relaciones que pasan por dejarse enseñar, por preguntarle como aquel que no sabe nada para que te explique. Al final lo más importante es que sepan que nos importan sus vidas.

P. Me ha gustado mucho una reflexión del libro que enlaza con mucho de lo que hemos hablado ya: “choca la inestabilidad vital y vitalista adolescente con la madurez adulta, que tiende con facilidad hacia el conservadurismo”.

R. Los mayores nos hemos ido construyendo la vida sobre la base de unos ciertos andamios. Sabemos que tenemos muchas contradicciones, así que hemos ido apuntalando esos andamios con una cierta coherencia de la vida que tiene mucho de incoherencia. Y en ese punto aparece un adolescente y nos hace ver que realmente somos unos falsos, nos descoloca en todos los sentidos, y entonces echamos mano de estrategias de educación antiguas y conservadoras. Pero, ¿qué es educar? Educar es ayudarles a sentirse bien, ayudarles a descubrir el mundo, ayudarles a descubrir al otro. Y tenemos que encontrar la forma de hacerlo, porque antes la idea de fondo era buena, pero no la forma en la que se educaba.

P. Me ha llamado especialmente la atención la parte del libro en la que habla de aquello que podemos esperar de un adolescente y aquello que no. ¿Son las expectativas incumplidas de aquello que pensamos que pueden darnos/hacer, pero para lo que realmente no están preparados todavía, lo que provoca muchas de las fricciones en esta etapa?

R. Sí. Entre padres e hijos y entre adolescentes y los propios profesionales. Observa que muchos colegas de la educación y del mundo de la salud mental necesitan tener una especie de definición previa, un manual de clasificación. Y claro, si tú aplicas esos manuales, todos los adolescentes están para encerrarlos (risas). Y en el caso de los padres sucede igual. Esperamos que sean educados, que se dediquen a estudiar, que hagan los deberes, que aguanten las horas de escuela infumable, que en casa protesten pero poco… Y claro, entonces no serían adolescentes. No tiene sentido que se comporten ya como algún día nos gustaría que acabasen siendo. Nuestro ideal sobre su vida igual se acaba cumpliendo, pero eso en todo caso será mucho más adelante.

P. Y por último, y volviendo al conservadurismo, muchas de esas fricciones tienen su base también en otro tema que explica: “ellos y ellas ven sus conductas con altas dosis de atractivo. En cambio, nosotros, sus adultos, enseguida detectamos un riesgo innecesario”. Y entonces les contamos nuestras batallitas de juventud con moraleja final.

R.  Nuestras batallitas no sirven de nada. Nosotros tenemos experiencia, que es una supuesta virtud pero que no sirve para ellos, porque son ellos los que deben construir sus propias experiencias. Pero sí que hemos de estar disponibles porque ellos y ellas también están angustiados y a veces, cuando dudan, dejan caer sus dudas para que tú, sin querer darles lecciones ni consejos, les expliques tu experiencia. Es decir, no aceptarán de su madre que ponga pegas al novio o a la novia que tienen, pero sí aceptarán que, en determinado momento, sin querer dar lecciones, les explique de quién se enamoró, cómo y por qué, que les cuente por qué le entusiasmaba su padre. Es decir, es compartir tu vida sin pretensiones de consejo moralista, porque lo otro no conduce a nada.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/12/24/mamas_papas/1545633882_665223.html

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