Page 15 of 23
1 13 14 15 16 17 23

‘Sex Education’: las series adolescentes quieren tomar el relevo para hablar de sexo

Por:smoda.elpais.com/ María López Villodres/Reseña/09-01-2018

Un consultorio sexual en el instituto gestionado por dos alumnos. La nueva comedia dramática que Netflix estrena el 11 de enero confirma que los adolescentes son el target ante el que rendirse y que la manera de informarse sobre sexo adopta nuevas formas.

Élite, Stranger Things, Skam, Por 13 razones, The End of the Fucking World, Derry Girls… Que las series de adolescentes son ahora el filón que ninguna plataforma de streaming quiere dejar pasar está claro. Los perteneciente a la generación Z han nacido ya en la era del consumo a la carta y demandan ficciones con las que identificarse y que puedan consumir de un atracón. La última en sumarse para inaugurar el curso en Netflix es Sex Education, una producción británica creada por Laurie Nunn que el gigante estrena a nivel mundial el 11 de enero y que, como no es difícil adivinar, trata sobre todo (y en abundancia) de sexo. Su protagonista, Otis Milburn (Asa Butterfield), es el hijo de la sexóloga Jean Milburn, interpretada por Gillian Anderson (Scully en Expediente X). Con pocas habilidades sociales y virgen, también en lo que a darse placer a sí mismo respecta, acaba convirtiéndose en una suerte de gurú sexual para sus compañeros del instituto aprovechándose de todo lo que ha escuchado en casa.

La idea del consultorio clandestino corre a cargo de Maeve Wiley (Emma Mackey), la chica ‘mala’ e involuntariamente popular con la que va a medias en el negocio -y que bien podría pasar por la hermana pequeña de Margot Robbie-. Maeve gestiona los contactos y el dinero y Otis, que se cuelga por ella, resuelve los problemas más íntimos del resto de alumnos. La premisa de aportar solución a las trabas y dudas sexuales de sus compañeros sirve de excusa para acabar exponiendo sus propias dificultades en materia, a pesar de contar en casa con una madre que, según se ve en el tráiler, está dispuesta a abordar el tema en cualquier ocasión. “Me he dado cuenta de que estás fingiendo que te masturbas y me preguntaba si querrías hablar de ello”, le suelta Jean mientras se sientan en el sofá. Tamaño genital, vello incontrolable o inseguridades en las primeras veces en pareja son algunas de las inquietudes que rondan las cabezas de aquellos que atienden a su despertar sexual y a las que la serie da visibilidad.

El sexo no es ninguna novedad en una serie adolescente, pero sí lo son las narrativas en torno a él, a la relación con el propio cuerpo y a asuntos como identidades de género u orientación sexual. “La homofobia pasó de moda en 2008” es una de las frases que, según recogen en Fórmula TV, se escucha en la serie cuando el matón de turno ataca a Eric Effiong (Ncuti Gatwa), el mejor amigo de Otis, homosexual e hijo de padres muy religiosos que hace tutoriales de maquillaje en YouTube a escondidas. Desde Refinery 29, en otra de las pocas reseñas publicadas sobre Sex Education antes del estreno, señalan que el hecho de que la falta de experiencia del protagonista no se trate como un continuo chiste, a diferencia del comportamiento del que abusan programas como The Bachelor con el caso de Colton Underwood (cuya virginidad ha sido objeto de debate en medio Estados Unidos), es un punto a subrayar.

Lo son también sus personajes femeninos: “Maeve, con su chaqueta de cuero y su pelo rosa, se hace con la serie como una joven implacablemente complicada que es mucho más que una manic pixie dream girl a la que Otis pueda rondar”, escribe la periodista Ariana Romero. Y señala también su “apetito sexual sin disculpas” como uno de los rasgos más necesarios del personaje. Como en el caso de Élite con el personaje que tiene VIH, la manera de tratar los temas resulta didáctica, sin pretensión de serlo, por la naturalidad y la cercanía con la que se abordan. En el caso concreto de la producción española, la portadora del virus es quien más habla de ese tema tabú y lo normaliza. La crítica, de hecho, es hacia los personajes de los padres que, ya sea por una protección mal entendida, por prejuicio, o por ambas, quieren mantener silencio al respecto.

El papel que juega el audiovisual (que esta generación consume principalmente en internet) a la hora de informar sobre sexo a los adolescentes es importante. Como recogían en TVE a través del Instituto de la Juventud, “más de la mitad de los adolescentes de entre 14 y 17 años encuentran en internet su principal fuente de información sobre sexo” y “a partir de los nueve años ya es probable que se hayan topado con contenido pornográfico”, indicaban en la Asociación Protégeles. Un tipo de imágenes que aportan una percepción tóxica, peligrosa, alejada de la realidad sobre qué es el sexo, cómo se practica y sobre el consentimiento. Contribuyendo también a fomentar la violencia machista. “Ofrece modelos que no son reales, genera expectativas que no se van a cubrir y propone metas que te meten en el terreno de las obligaciones y aleja del mundo de los deseos”, explicaba el sexólogo Carlos de la Cruz. El mismo reportaje decía que 12 de cada 100 chicas explican haberse visto obligadas a realizar prácticas sexuales que no querían hacer en realidad, solo porque el porno tradicional ha enseñado a hombres y mujeres que ellas son sumisas y su placer es secundario.

Ante esta situación, las vías para combatir los modelos dañinos son la base de una educación sexual en las aulas, que en España depende de las autonomías y que a menudo se acaba reduciendo a uno o dos pequeños talleres o clases al año, y también en casa. Tener ‘la conversación’ o mejor, ‘las conversaciones’ sobre sexo es tan clave como difícil de abordar y, a menudo, con el conocimiento ‘inconsciente’ de que los niños tienen acceso a todo tipo de información en internet, se abandona la tarea. Por este motivo existen plataformas como The Porn Conversation, creada por la directora de cine porno alternativo Erika Lust y su pareja, Pablo Dobner, en la que se dan consejos para padres de niños de diferentes franjas de edad sobre cómo hacerlo. En este escenario, las series se postulan como una vía sencilla, efectiva y con enganche para conseguirlo.

*Fuente:https://smoda.elpais.com/placeres/sexo/sex-education-las-series-adolescentes-quieren-tomar-el-relevo-para-hablar-de-sexo/

Comparte este contenido:

Chile: Sexualidad. Una palabra complicada

Redacción: Pousta

Queremos invitarte a la feria sobre sexualidad “Sexpo”, que se realizará este 15 de diciembre en el Cine Arte Alameda.

Hablar de sexualidad siempre ha sido un tema complicado

La política y la religión cada vez nos han alejado más del significado de la palabra entintándola de oscuridad y llenándola de tabú. ¿Por qué un tema tan inherente a nuestra existencia ha sido un tema tan complicado para una sociedad, irónicamente hipersexualizada?

Primero que todo, nuestro mayor error es creer que algo tan complejo como el concepto de sexualidad se basa exclusivamente en algo tan básico como el acto sexual. Para los Taoistas, la fuerza sexual es la base de la creatividad, de la salud, de la vitalidad e incluso de la espiritualidad.

Para los toltecas, la sexualidad va más allá de lo reproductivo y fue vista como una manera de asegurar la marcha del mundo, ya que como humanos manejamos dos grandes fuerzas: una masculina o de penetración que es el amor y una femenina o de atracción llamada sexualidad. Al darle temimos de masculino y femenino no se refiere a hombre o mujer, sino al juego de energías contrarias que poseemos como individuos. Es nuestro propio Ying Yang. Mediante el amor podemos penetrar a las personas con sentimientos y acciones, llegando a generar cambios en ellxs.

Por amor logramos conectarnos con las personas.

Y la sexualidad es la energía mágica que atrae lo que queremos en este plano. Es la capacidad de seducción que tenemos con el universo. Es la energía que sirve para pedir las cosas, ya sean situaciones concretas, oportunidades laborales, o personas a nuestra vida.

Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la sexualidad como: “Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales”

Tomando en cuenta la definición de la sexualidad por la OMS y por culturas ancestrales, como las mencionadas anteriormente, podemos apreciar que la sexualidad forma parte importante de nuestra personalidad. Aquí hay un punto muy interesante del cual debemos reflexionar.

Cuando exigimos educación en sexualidad, no solo exigimos información sexual para protegernos de los riesgos que el sexo supone, es decir, prevención de embarazo precoz y de infecciones de transmisión sexual (ITS), exigimos educación sexual para constituirnos y formarnos en quién realmente somos, así de importante. Si solo nos enfocamos en una educación biologista de la sexualidad obtendremos como resultado escuelas que intentan dominar y controlar la misma, no dejarla ser, pues no toman en consideración el goce, el placer, la afectividad, el amor, la identidad de género, las orientaciones, etcétera. La idea es que con una educación sexual la gente se forme y se constituya en quien realmente es.

Dentro de este contexto surge Sexpo: un evento que habla de sexualidad en 360 grados y que pretende a través de charlas, workshops, talleres y performance educar a las personas para que puedan ser ellx mismxs, de ahí su slongan: “Por el derecho a ser tu mismx”.

Sexpo entiende que la sexualidad forma parte de cada unx, es personal, por ende su objetivo es entregar herramientas para que las personas la desarrollen como ellxs quieran. Es un evento con harta carga crítica necesaria para que la gente comience a cuestionar cuáles son las creencias y las normativas que la sociedad tiene y cuáles son las propias. Tiene como objetivo que las personas comiencen un proceso de decontrucción de lo socialmente impuesto y comiencen a construir lo que ellxs consideran como correcto, dentro de su propia moralidad, no dentro de la moralidad de una sociedad poco laica.

Buscamos una educación sexual que acompañe y respete, no una educación punitiva y castigadora.

Sexpo es un llamado urgente a que las personas comiencen a tomar conciencia de la importancia que tiene la educación sexual entendida desde el autoconocimiento, autenticidad, afectividad y habilidades sociales. Somos uno de los países de la OCDE, después de Corea del Sur, en donde la tasa de suicidios aumenta en vez de disminuir. Este es un claro reflejo de que la educación actual que reciben niños niñas y adolescentes no está supliendo todas las necesidades que éstxs tienen.

No podemos seguir haciendo vista gorda y naturalizando estas cifras. Si no encontramos la educación que queremos en espacios académicos tendremos que buscarla en otros espacios como el que entrega Sexpo.

Fuente: https://pousta.com/sexualidad-sexpo/

Comparte este contenido:

España: ‘Insumisos’ en las aulas, cómo motivar a los adolescentes que no quieren estudiar

Redacción: El Mundo/28-11-2018

Su acto de «insumisión» pasará a engrosar estadísticas que están lejos de satisfacer a la comunidad educativa: España ha logrado reducir a la mitad la tasa de abandono en los últimos 25 años pero aún se encuentra entre los últimos de la clase con un 18,2% (casi duplica la tasa media de la UE y sólo Malta y Rumanía tienen peores resultados). Ese porcentaje habla actualmente de la realidad de 585.000 jóvenes de 18 a 24 años que han aparcado sus estudios con una titulación inferior a la Secundaria postobligatoria, es decir, sin FP de Grado Medio o Bachillerato.

El desasosiego de esta madre que ve cómo su hija entierra los libros de texto tiene su raíz en esa consciencia de la realidad futura de la que los adolescentes aún carecen. Y que dibuja un horizonte sombrío: cursando sólo Educación Primaria tendrá más posibilidades de caer en el desempleo (cuatro de cada 10 jóvenes en paro tienen su misma formación) y, cuando trabaje, su salario estará un 35,0% por debajo de la media, según el último anuario del Ministerio de Educación, ‘Las cifras de la educación en España’.

«Es una situación crítica porque es una merma en la igualdad de oportunidades de los chavales, ¿si no están en el sistema, dónde están?», alerta la pedagoga Eulalia Alemany, directora técnica de la FAD, fundación que trabaja con las familias en la prevención del consumo de drogas pero también de otras conductas de riesgo que pueden afectar al desarrollo de los menores y a la convivencia, como es el abandono educativo.

«Pensé que lo que me enseñaban no me iba a servir para nada»

En ese limbo del que alerta Alemany se vio atrapada durante tres años Alejandra, que alcanzará el próximo año la mayoría de edad. Durante el primer trimestre de 1º de la ESO abandonó los estudios. El cambio de ciclo y el nuevo ambiente, tan «distinto al del colegio», habían hecho mella en su estado de ánimo, ya vulnerable, hasta caer en una depresión: «No me sentía motivada. Lo primero que decidí dejar fueron las clases, sin preocuparme de lo que podía pasar en el futuro, en ese momento pensé que todo lo que me enseñaban no me iba a servir para nada».

El plante académico, que suelen protagonizar más los varones y jóvenes inmigrantes, suele venir precedido de un proceso largo y gradual de desinterés y de frustración disfrazada en ocasiones de rebeldía. Problemas de falta (o exceso) de capacidad para asimilar el conocimiento, de comportamiento o la falta de motivación son los factores principales que pueden conducir a una situación de abandono educativo.

Cuando percibe que alguno de sus alumnos se encuentra en esa situación suele sacarles individualmente del aula y tratar de conectar con ellos desde su propia experiencia personal mostrando los estudios como una «forma de superación» frente a ese peligroso camino «rápido» que les ofrece ahora su barrio y que les puede hacer coquetear con la delincuencia.

Alejandra emprendió con decisión ese cambio de vuelta a clase como alumna de 2º de PMAR (Programas de mejora del aprendizaje y del rendimiento), equivalente a tercero de la ESO. Y su rendimiento y motivación mejoraron con nota. Compartía aula sólo con otros diez alumnos y tenía menos profesores y materias, lo que hacía «más llevadera» la jornada escolar. «Pude adaptarme perfectamente y sacar mi graduadoen Secundaria, ahora sí me siento con ilusión. Agradezco que pudiese recapacitar y sacar mis estudios», relata con la fuerza renovada de quien sabe aprovechar una segunda oportunidad.

«No vale todo para todos»

«Nos tenemos que preguntar qué está haciendo el sistema educativo. Está organizado de una manera que no atiende a las diferencias y no vale todo para todos. Hay niños que se adaptan fácilmente y otros que no lo hacen», asegura Alemany, que considera la atención a estos «insumisos didácticos» una «urgencia de país», aunque sean una minoría.

La realidad a día de hoy es que muchos alumnos no se sienten especialmente motivados al acudir a clase («estudiar es mi responsabilidad y cumplo con ella») y otros actúan como si la lección no fuera con ellos. Éstas son algunas pautas de los expertos para motivar a los adolescentes a estudiar (y a aprender):

  1. DESCUBRIR EL VERDADERO PROBLEMAUn niño que no hace los deberes nunca, que no estudia, que no atiende, que se abstrae continuamente, que habla en clase o incluso desafía al profesor y provoca su expulsión está lanzando una «llamada de atención» con «banderín rojo», advierte Alemany. Y hay que atenderle. Preguntarse qué está pasando. No son «niños problemáticos» sino niños con «circunstancias diferentes»– precisa- y hay descubrir cuáles son: el entorno familiar quizás no favorece que esté motivado para aprender, puede estar sufriendo acoso, una situación familiar complicada o que haya empezado a consumir drogas…Por ello, uno de los pasos más importantes es cambiar (temporalmente) el foco y averiguar por qué ha dejado a un lado los libros de texto. Hay que «curiosear y curiosear» para conocer el mundo interior de nuestros hijos, recomienda la directora técnica de la FAD, que cuenta con una extensa experiencia en el diseño y gestión de programas educativos en España y Latinoamérica.Declararse insumisos en el aula también puede ser una forma de rebeldía. «Y qué mejor forma de rebelarse que evitando hacer justo aquello que nuestro padres nos obligan a hacer: estudiar», explica el psicólogo mexicano Fernando Pineda, que orienta desde su canal de YouTube a los padres sobre las inquietudes en su labor de educadores . En estos casos, el rechazo a estudiar es el «síntoma no el problema». Para solucionar las dificultades en el aula debemos preguntarnos primero si es posible que exista actualmente una mala relación con nuestros hijos o que se encuentren sufriendo algún desequilibrio emocional, agravado por el desorden hormonal propio de la edad.
  2. ESCUCHAR Y APLAZAR LOS CONSEJOSEn los casos en los que la rebeldía se deba a que sufren problemas personales, podemos mostrarles nuestro apoyo haciendo que se sientan escuchados. Formular preguntas que nos permitan entenderles más y, sobre todo, prestarles atención libres de prejuicios, evitando menospreciar o juzgar, explica Pineda, que recomienda «ahorrarnos los consejos hasta que nos los pidan». No podemos exigir que confíen en nosotros sin haberles demostrado que «somos de fiar».Es necesario tener cuidado de cómo les hablamos y esperar a hacerlo cuando estén receptivos: «Puedes darle una charla diciéndole que su futuro está en juego y el niño no sabe ni de qué estás hablando. Conocer el universo adolescente es fundamental y más aún cuando tienes un hijo que se sale de la norma», afirma Alemany.
  3. AVERIGUAR SU PASIÓNLa acumulación de asignaturas suspensas (de otro curso anterior o del actual) puede atrapar al alumno en una espiral de frustración por no poder hacer frente a todas ellas con éxito. Llegados a este punto es preferible una dosis de realismo y acordar con nuestro hijo, por ejemplo, que saque adelante las asignaturas principales, no todas al mismo tiempo, para que pueda seguir avanzando académicamente. Centrarse en valorar el esfuerzo, no sólo los resultados.Podemos ayudarle a planificar las asignaturas pero también su vida: darle un motivo para seguir estudiando que nazca de sus propias inquietudes personales. Descubrir a qué desea dedicarse en el futuro puede motivarle a superar la ESO, Bachillerato o la FP como puente de acceso a sus sueños aunque las asignaturas actuales le parezcan aburridas. Desarrollar al máximo sus capacidades, respetar su identidad propia y no imponerle otra.Muchos chicos rechazan sus estudios porque «no tienen una visión clara de su futuro», concluye Pineda de su experiencia profesional. El reto del trabajo en equipo de padres e hijos es descubrir no sólo sus intereses y capacidades sino qué actividad profesional despierta en ellos pasión, porque «sólo por lo que nos apasiona nos esforzamos al máximo».

    Durante tres años Alejandra se mantuvo alejada de las aulas hasta que cambió de ciudad y la forma de afrontar su vida. «Cuando volví a estudiar ya pensaba un poco mejor las cosas y quería hacerlo porque era algo esencial que me iba hacer falta. Supongo que todos en algún momento de nuestra vida nos damos cuenta de que es lo que queremos incluso viviendo muy lejos de ello».

  4. DAR RESPONSABILIDADES Y DEJAR QUE SE EQUIVOQUENMuchos de los adolescentes que se niegan a estudiar no valoran su educación y «creen que merecen todo sólo por existir, no saben lo que es ganarse algo con esfuerzo». Y la solución en estos casos, subraya Pineda, pasa por «poner los pies de los adolescentes en la tierra, enseñarles que todo en esta vida cuesta y brindarles responsabilidades». Y no caer en la «clásica actitud de regañar» porque de esa manera parece que nos están haciendo a nosotros «un favor» por estudiar y caemos justo en el error que les impide valorar su educación: «Los únicos beneficiarios de este derecho son ellos y tienen que darse cuenta de ello».El cerebro de un adolescente está en pleno desarrollo y de ahí que sean más impulsivos o más contestones, lo que puede llevar a situaciones de conflicto en casa o en el aula. «Se vuelven más antipáticos», lamentan muchos padres. Su forma de reafirmarse es colocarse enfrente del adulto para distinguirse de él.»Demonizamos esas situaciones y tiene una explicación fisiológica evolutiva sencilla. Y al cabo del tiempo se pasa. Tenemos que intentar que en ese proceso no se pierdan oportunidades educativas o de desarrollo», explica Alemany.

    El objetivo, nada sencillo, es educar en la responsabilidad y la independencia con la suficiente firmeza y sin caer en un exceso (ni falta) de control. «La adolescencia es un momento de soltar cuerda y da vértigo pero es la única manera de aprender: procurar que se equivoquen sin poner en riesgo su salud y su vida«.

  5. LÍMITES Y REVISIÓN DE HÁBITOSCuando no se establecen límites, el niño se siente abandonado a nivel educativo. Para revertir el problema en clase, hay que reflexionar sobre si las normas y consecuencias en casa han sido hasta ahora lo suficientemente claras o no para que el chaval haya dejado de estudiar. Y probar a recurrir a una estrategia diferente al castigo porque con ello «sí sorprenderemos al adolescente», propone Eulalia Alemany.Revisar los hábitos de estudio, la utilización de teléfonos móviles u otros dispositivos que puedan restarle tiempo y concentración y, muy importante, controlar las horas de sueño. «El cansancio afecta directamente al rendimiento y va a haber cada vez peores notas porque los niños están durmiendo poquísimo», advierte.
  6. BUSCAR ORIENTACIÓN. El afecto y apoyo incondicional ayudan a que los menores se sientan mejor emocionalmente y de ahí que cumplan las normas y refuercen su capacidad de autocontrol, pero no siempre es fácil saber cómo mejorar el vínculo con nuestros hijos. La confianza es un lazo que se va tejiendo desde la infancia pero sí con 15 años no existe ese espacio para diálogo entre padres e hijos, hay que aprender a crearlo. Y si no se sabe cómo, buscar ayuda de los expertos con la máxima naturalidad [Teléfono Fad de apoyo a la familia, gratuito. De lunes a viernes, de 9 a 21h. 900 16 15 15 ].
  7. SACARLES DEL RINCÓN DEL AULA«El profesor tiene que poner todas sus energías en que salgan adelante esos niños que no cumplen la normalidad en el aula. Si su familia no les puede apoyar, ellos siempre tienen que encontrar otra ventana de oportunidad. No pueden quedarse en un rincón del aula», subraya la directora técnica de la FAD. Y esa ventana, a modo de comprensión, de escucha, de confianza en sus capacidades y también de imposición de límites y de disciplina, la abre a menudo su tutor u otro docente.Desde esa posición de adulto referente hay quien, como Begoña Visuerte, trata de implicar y orientar a los progenitores en la formación adecuada de los chavales: «Hay padres a los que llamas, mandas notas y no se comunican contigo por muchos ceros que tenga. Y luego están las otras familias que no saben qué hacer. Nunca podemos cuestionarles como padres, lo están haciendo lo mejor que pueden».»Todos tienen potencial pero el sistema no te permite sacarlo. Tiramos la toalla por una cuestión de recursos, si te desgastas con esos alumnos abandonas al resto que quiere salir adelante«, lamenta Begoña Visuerte. Actualmente, una de sus clases de 1º de la ESO está formada por 33 alumnos, 13 más de lo que considera apropiado para fomentar el trabajo colaborativo y conocerles más allá de su nombre y apellidos.
  8. «ENGANCHAR» A LOS ALUMNOSEs normal que durante la adolescencia se produzca una reducción del rendimiento escolar. Puede decaer algo el interés por los estudios porque los chavales se abren a otros descubrimientos, el de la propia identidad y el de ese nuevo mundo exterior sin la supervisión permanente de los padres. Y el reto al que se enfrentan los profesores es cómo motivarles y sorprenderles alejándoles de esa idea de que la escuela es «un poco rollo» y de que no le aporta nada diferente («todo aquello que me cuentan lo puedo encontrar yo en la red»).»Tendemos a culpar al niño», advierte Alemany, pero se deberían «revisar otras condiciones del aula»: reforzar los recursos de los centros, introducir metodología innovadoras que les sorprenda, impulsar técnicas de participación activa en el aula y de trabajos en grupo. El nivel de atención ha bajado por el uso de la tecnología y no se les puede ya mantener sentados durante horas en el pupitre, de ahí la importancia de recurrir a estrategias nuevas.
  9. UN TEMARIO ADECUADO A SUS INTERESESAlejandra «descubrió que le gustaba aprender» cuando retomó las clases en el PMAR y salió de la ESO, que se le hacía «súper pesada con tanto examen». Existe un consenso general en que el currículo actual resulta «academicista, extenso y repetitivo», como advierte CCOO en su último informe sobre Fracaso Escolar [PINCHA AQUÍ PARA LEERLO ÍNTEGRO]. Y parece que en ese sentido el Gobierno se muestra dispuesto a dar pasos para modernizar el programa académico y apostar por la FP para que deje de ser vista como una «opción de segunda».Begoña Visuerte propone despertar el interés de los chavales con currículos más abiertos que tengan en cuenta sus inquietudes. «Quizás la calidad literaria de un libro que acaba de publicar un youtuber esté en entredicho, pero les puede enganchar a la lectura en un principio», sugiere esta docente, que ve cómo se insiste en » responsabilizar» al profesorado de las deficiencias del sector educativo cuando éste muchas veces «suple las carencias de la administración». Éstas, sumada a la desmotivación y frustración del alumno, termina en ocasiones en repetición de curso. España está en el grupo de países en donde más se repite en Primaria y Secundaria.
  10. ¿Y SI NO TIENE CAPACIDAD PARA LOS ESTUDIOS?Hay que plantearse sin temor una realidad que muchos padres prefieren ignorar: «No todos los seres humanos están hechos para la educación académica y debemos aprender a valorar a las personas por lo que son y no por lo que creemos que deberían ser», recomienda Pineda. «¿Esto significa que si mi hijo me dice que su vocación es el circo, debo sacarle del colegio y meterle en el circo? Por supuesto que no. Si ellos afirman que su pasión está fuera del ámbito académico, número 1: hay que creerles pero, número 2, que lo demuestren. Cualquiera puede decir que su pasión es la música, pero muy pocos tienen la verdadera pasión para estudiar 16 horas al día. Si la escuela no es para nuestros hijos, debemos enseñarles valores como el esfuerzo y el trabajo dirigido a aquello que es su vocación, pero siendo sumamente exigente».

En el entorno de Alejandra hay varios chavales que, como ella, un día tomaron la decisión de dar un portazo a sus estudios. La mayoría, por «problemas personales que le impiden compaginar los estudios con su vida, otros simplemente por pereza o porque se dejan llevar por vicios«. Ella les cuenta su experiencia y cómo recuperó el control sobre su presente y su futuro con la confianza de que «todos somos capaces de recuperar las ganas de ir a clase».

Begoña Visuerte recuerda con cierta emoción cómo en una de sus últimas clases consiguió «enganchar a sus alumnos» relatándoles extractos del diario donde Anna Frank, esa niña judía de 15 años, de la misma edad que ellos, descubría la ilusión del primer amor en medio del terror por la persecución nazi. Mientras hablaba logró rodearse de un (inaudito) silencio sepulcral. También de aquellos que nunca atienden.

En #MundoAdolescente le daremos en cada reportaje la voz a jóvenes como Alejandra, María, Antonio, Mateo, Javier, Ada y Carlos, todos de entre 14 y 17 años, para que nos ayuden a entender su universo, sus preocupaciones e intereses sin intermediarios ni filtros. Éstas son sus respuestas sobre su motivación a la hora de ir a clase y qué cambiarían en las aulas para disfrutar aprendiendo:

Comparte este contenido:

HRW denuncia los abusos sexuales a adolescentes en colegios de África

Redacción: TN 8/31-10-2018

Adolescentes en Senegal sufren explotación y abusos sexuales por profesores y otros miembros del personal docente en escuelasde educación secundaria, denuncia un informe publicado hoy por Human Rights Watch (HRW).

El documento, de 85 páginas, relata las prácticas abusivas por docentes que ofrecen a las niñas dinero, buenas notas, comida, móviles o ropa a cambio de mantener relaciones sexuales.

«Un día el profesor me pidió ir a su casa y al llegar allí me ofreció dinero. Cuando le dije que no, se volvió desagradable y dijo que no me iba a poner buenas notas», explica Aïssatou, de 16 años, cuyo nombre real no ha sido desvelado para su protección.

El informe se basa en entrevistas realizadas a más de 160 niñas, así como a 60 padres, educadores, psicólogos y activistas en cuatro regiones de Senegal, donde son las propias adolescentes las que denuncian los abusos sufridos por los docentes.

Este es el caso de Fanta, quien ahora tiene 23 años y cuenta cómo mantuvo una relación con su profesor a la edad de 16 años.

Como consecuencia de esa relación, quedó embarazada y se vio obligada a abandonar la escuela para siempre por la discriminación de la administración y el resto de estudiantes.

«Mis compañeros de clase sabían que iba con él, también mis profesores, pero nadie dijo nada», lamenta Fanta.

Las niñas también denuncian otras formas de acoso por los maestros, quienes utilizan un lenguaje inapropiado en la clase y hacen constantes referencias a su cuerpo y la ropa que llevan.

«Senegal ha reconocido que la violencia sexual es un problema grave en sus escuelas, pero muchos maestros se salen con la suya y aún se toleran los delitos sexuales», lamentó la investigadora de derechos de la infancia de HRW y autora del informe, Elin Martínez.

Frente a esto, el país africano ha tomado medidas para combatir la violencia sexual en las escuelas secundarias con el fin de que más niñas accedan y permanezcan en las mismas.

Algunos centros cuentan ya con políticas de tolerancia cero contra estas prácticas y han creado espacios seguros donde las niñas puedan denunciarlibremente los abusos.

«Le digo a mis alumnas que si algún profesor que les pide favores, deben acudir a la comisaría a presentar cargos», indicó la profesora de secundaria Lalia Mané.

Estas medidas no se ven replicadas, sin embargo, en todas las escuelas, ya que no existe una política nacional para combatir el acoso sexual en los centros.

Además, algunas niñas tampoco se atreven a denunciar por temor a ser culpadas, la vergüenza y la falta de sistemas que garanticen su confidencialidad.

«El Gobierno de Senegal quiere ver a las niñas lograr éxitos educativos, pero para ello tiene que terminar con la cultura del silencio en cuanto al abuso y mandar un mensaje inequívoco de que es intolerable», concluyó Martínez.

Fuente: https://www.tn8.tv/mundo/459895-hrw-denuncia-abusos-sexuales-adolescentes-colegios-africa/

Comparte este contenido:

Entrevista con Josep López Romero. Adolescentes: «No deleguemos en YouTube la responsabilidad de transmitirles lo que pensamos los padres»

Redacción: ABC

Entrevista con Josep López Romero, autor de «El pequeño libro para mis hijos adolescentes»

Una buena tarde del verano de 2016 Josep López Romero se dio cuenta de que, por pudor o por inercia, nunca había hablado con sus hijos adolescentes sobre lo que pensaba sobre los grandes temas de la existencia: el amor, la vocación, el trabajo, el éxito, la suerte, la búsqueda del sentido… «Me di cuenta en ese momento de que en buena medida los padres de hoy delegamos esa transmisión de conocimiento en la escuela, en los amigos… ¡incluso en YouTube! Y, aunque para algunas cosas esas fuentes son válidas, no estaría de más que supieran lo que pensamos».

De aquella tarde surge «El pequeño libro para mis hijos adolescentes», una especie de brújula que el autor recomienda dejar a la vista por si en algún momento necesitan orientación. El libro está estructurado de forma muy sencilla, por capítulos, sobre temas como el amor, la familia, el trabajo, el dinero… de manera que lo puedan consultar fácilmente tanto ellos como los padres.

«Son los grandes temas de la existencia con los que todos tropezamos en algún momento. Es de lo que trata este libro, pero siempre con humildad y dejando claro que ni soy psicólogo, ni pedagogo. Soy un padre preocupado por unos hijos adolescentes que están a punto de despegar. ¡No tengo la pretensión de aleccionarlos!».

Seguramente no lo conseguiría tampoco…

No… A ellos les causa rechazo que les diga lo que tienen que hacer en un tono que aunque no sea una imposición lo parezca… Además para ellos lo primero en este momento son los amigos, que son sus iguales, sus pares… por pura identificación. Están viviendo lo mismo que ellos, encuentran su comprensión. Por eso en esta etapa los amigos son tan importantes. Más adelante, cuando se les pase el sarpullido de la adolescencia -que es una etapa con mucha alteración hormonal-. a veces se dan cuenta de lo que les decían sus padres.

Sí me parece importante poder trasladar este mensaje a los padres: que no renuncien a decirles qué es lo correcto. Porque aunque parezca que no escuchan… es como una semillita que en algún momento brota.

A veces tienen que pasar muchos años, o llegar los hijos…

Sí, a veces, un buen día te miras al espejo y ves a tu padre o a tu madre y te preguntas, ¿Dios mío qué ha pasado? (risas). Hay que tener claro que los chavales ahora mismo buscan su lugar en el mundo, buscan sus límites, y lo primero con lo que chocan es con nosotros. Pero somos sus referentes, insisto, y lo que decimos, aunque parezca que les entra por un oído y les sale por el otro, como que lo almacenan. No todo, ellos también eligen su camino, y es bueno que sea así, pero hay cosas como los valores que realmente creo que llegan a cuajar.

Mientras tanto, tienen que tomar decisiones, cometer errores…

Todos hemos querido ser mejores que nuestros padres en algún momento de la adolescencia. Pero en ese momento te falta mucho por crecer. Equivocarte forma parte de buscar tu sitio en el mundo. En el fondo, lo único que les diferencia de mi, en realidad, son los treinta años de más que he sufrido, disfrutado, errado y rectificado, reído y llorado, leído, conversado, compartido y amado. Por supuesto, está lo que se puede leer en el libro, pero ellos son libres de elegir su propio camino, de cometer sus propios errores y de llegar a sus propias conclusiones. Es parte del aprendizaje de la vida.

¿Por qué parece que este tipo de conversaciones entre padres e hijos es mejor dejarlas por escrito que expresarlas de viva voz?

Cuando hablamos, parece que siempre me despachan con prisa porque han quedado con los amigos o tienen cosas más importantes que hacer. Si lo dejo por escrito, seguro que no miran el último WhatsApp que les ha entrado en el móvil con impaciencia mientras yo me desespero porque no encuentro forma de retenerles. Con esta carta, sin embargo, he podido explicar, sin prisa y sin pausa, con cercanía pero con un poquito de distancia, cosas que me parecen importantes para su presente pero, sobre todo, para su futuro.

¿Quién cree que va a leer más este libro? ¿Los padres, o los hijos?

En realidad va dirigido a los dos. El adolescente… no lo sé, para qué voy a engañar. Mis dos hijos se lo han leído, y me gustaría que llegara a gente de su edad de alguna manera. O a través de los padres. Los dos caminos son válidos siempre y cuando les lleguen algunos de los valores o reflexiones de un padre que les puedan ser útiles en su vida futura.

La ventaja de este libro es que se puede quedar ahí, en algún rincón de casa, para que en el momento en el que ellos lo necesiten, porque sientan que pierden el norte, le echen un vistazo. Como si fuera un libro de cabecera.

Es interesante lo que dice de la importancia de ser agradecido. Hoy en día parece que ser amable te quita «poder».

Me preocupa que hoy en día se identifique el ser agradecido con ser «blandengue». Parece que te coloca en una posición inferior. Pero decir gracias te hace sentir bien y sentirse bien a la otra persona. Es un regalo. No tiene sentido no decir gracias. Es más, se ha demostrado científicamente que es bueno para la salud. Pero efectivamente, parece que hoy en día ser amable o sonreír te quita poder. Es todo lo contrario. Y de todas formas, prefiero que mis hijos tengan menos «poder» pero no sean unos infelices. Y en todo caso, que tengan poder sobre ellos mismos.

Otro punto interesante es el de abordar con los hijos el tema del amor, de los afectos. Parece que se hace poco.

Parece que hablar con los hijos de amor cuesta, nos da como vergüenza, pero tenemos que vencer esa barrera porque al final es la clave de todo. Si no somos capaces de transmitir esa palabra, difícilmente vamos a transmitir nada. Es importante que los afectos estén ahí, y es mejor pecar por exceso que por defecto.

La vocación, el éxito, los valores, la gratitud, la personalidad, el humor, el riesgo, la voluntad, el placer, la pareja, la familia, el agradecimiento, el decir «te quiero»… En esta larga lista de temas tratados, se echa de menos el perdón.

Es verdad. Es un buen punto a tratar y es necesario para vivir mejor. Perdonar y saber pedir perdón. Me ha faltado y me lo apunto para la segunda parte, lo prometo.

Fuente: https://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-adolescentes-no-deleguemos-youtube-responsabilidad-transmitirles-pensamos-padres-201809132342_noticia.html

 

Comparte este contenido:

150 millones de adolescentes son víctimas de bullying: UNICEF

Redacción: El Horizonte

El organismo indicó que el flagelo tiene efectos negativos en el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes

El fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reveló que la mitad de estudiantes de entre 13 y 15 años de edad en el mundo sufren violencia por parte de sus compañeros dentro o fuera de la escuela.

En el informe, divulgado este jueves, el organismo indicó que eso significa que unos 150 millones de adolescentes en el mundo afirmaron haber sido acosados o haber sido presas de bullying, en el último mes. Además, indicaron haber participado en una pelea física durante el último año.

El documento titulado «Una lección diaria: Alto a la violencia en las escuelas» estableció que ese flagelo tiene efectos negativos en el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes en países ricos y pobres por igual.

«La educación es la clave para construir sociedades pacíficas, y sin embargo, para millones de niños en todo el mundo la escuela en sí no es segura», declaró la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.

Resaltó que todos los días se enfrentan a múltiples peligros, que incluyen peleas, presión para unirse a pandillas, intimidación o bullying tanto en persona como en línea, disciplina violenta, acoso sexual y violencia armada.

Unicef aseguró que en 39 países industrializados, tres de cada 10 estudiantes admiten que acosan a compañeros.

En 2017 se reportaron 396 ataques documentados o verificados en escuelas del Congo; 26 en escuelas en Sudán del Sur; 67 ataques en Siria; y 20 ataques en Yemen.

Se alertó que la violencia que involucra armas en las escuelas, como cuchillos y pistolas, siguen cobrando vidas. En México, se especificó, que el siete por ciento de los jóvenes y el cinco por ciento de las jóvenes de preparatoria informaron haber sufrido insultos sexuales de sus compañeros de clase en el último año, de acuerdo con una encuesta realizada en 2013.

Asimismo, un porcentaje menor de estudiantes de preparatoria de México reportó haber sido forzado a tener un «comportamiento sexual», durante el último año.

Fuente: http://www.elhorizonte.mx/internacional/150-millones-de-adolescentes-son-victimas-de-bullying-unicef/2291531

Comparte este contenido:
Page 15 of 23
1 13 14 15 16 17 23