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Todas las luchas de las mujeres

Por: Daliri Oropeza

Las múltiples luchas de las mujeres florecen en el movimiento social de mayor potencia de inicio de siglo. Aunque no todas comparten la visión del feminismo, no cabe duda que la mujer es el motivo, inspiración y motor.

—¿Eres Feminista? —me preguntó la colega Andrea Arzaba en 2013.

Yo veía una ausencia de voces de mujeres en los medios de comunicación en general.

“No, pero siempre quiero escribir sobre mujeres en mis historias”.

Tuve una sensación cuando me hizo la pregunta. Me cuestioné a mí misma si necesitaba ser feminista para impulsar la voz de las mujeres ante una disparidad monumental en la narración de los hechos históricos vistos desde el periodismo. Es ahí donde encontré la justicia.

Seis años antes de esta entrevista, mi papá me regaló El segundo sexo, de Simone de Beauvoir. Estaba por entrar a la Universidad.

Al recordar esa sensación durante la entrevista con Andrea, pienso que ahora se ha vuelto una moda relacionar el feminismo al mostrar los naturales vellos en las cuerpas femeninas. Pero en mis años de estudiante me veían como a un escarabajo tornasol, con extrañeza.

Cuando hojeaba El segundo sexo, ya tenía discusiones candentes con tías conservadoras que me exigían depilarme las axilas. Claramente, yo me sentía cómoda con mis vellos y los exhibía en reuniones familiares. Una lucha por la cuerpa misma.

¿Necesito ser feminista para entender que si salen vellos es por algo y yo decido si los dejo o los quito?

No lo sé, algunas llegaron por ese camino.

Recuerdo estos pasajes porque leí este tuit:

Tal vez fue hasta el #MeToo que entendí que mi diferencia principal con el feminismo es el enfoque individualista que lo caracteriza. Yo no percibo el cambio sin lo colectivo. Que la postura crítica sobre la blanquitud que Valeria Angola señala tiene que ver con su creación como ideología. Enfoca desde la afrodescendencia.

Y es que en el comienzo del feminismo era más fácil identificar algo que unificara la lucha de la mujer, por el voto, por los derechos laborales, civiles y hasta humanos que nos han sido negados.

Hoy vivimos un movimiento de mujeres muy grande. Se desborda. Muchas lo llevan a cabo a través del feminismo. A muchas otras no las convoca. Y eso no quiere decir que no luchen por las mujeres.

Vemos muy claramente con las mujeres zapatistas que han llevado a cabo un reordenamiento profundo del tejido social, cuyo ejemplo es el impulso para las mujeres indígenas en todo el país, y el mundo, desde el enfoque de la triple discriminación: por ser mujer, por ser indígena y por ser pobre. La lucha de las mujeres zapatistas siempre ha sido desde la colectividad, desde sus comunidades.

Primer encuentro de mujeres que luchan en el caracol zapatista de Morelia. Foto: Daliri Oropeza

Eso lo entendí seis años después de intercambiar aquel libro de El segundo sexo de Beauvoir con una mujer en Oventik, en los Altos de Chiapas.

Las mujeres zapatistas, al realizar una actividad política activa en el Ejército o como promotoras, subvertían la principal opresión del tiempo Colonial. Lo que Aura Cumes señala como momento en que queda trunca la deliberación interna en las sociedades indígenas, pero previo a esto hay registros de mujeres en todos los niveles de la sociedad como gobernantas, sacerdotisas escribanas, comadronas, médicas, músicas.

“Las mujeres fueron sometidas sistemáticamente”, dice Cumes en el ensayo Cosmovisión maya y patriarcado al enfatizar que la colonización construyó una división jerárquica entre mujeres y hombres.

El que vivimos hoy es un movimiento de mujeres con muchísima fuerza por las distintas luchas que se acompañan, aunque también hay tensión.

Al feminismo también lo quieren volver institucional, descafeinado y también con motivos del poder hay quienes se vuelven feministas, y también vemos que por motivos de género hay una disputa por el poder.

Eso no le quita la relevancia al feminismo como pensamiento de nuestra época. Sin embargo, vale la pena abonar a su reflexión crítica y ver en sus diferentes enfoques su fortaleza, desde el feminismo negro, decolonial, comunitario, interseccional, radical, socialista, disidente, marxista, de la igualdad, de la diferencia, anarquista. O también detectar feminismo libera, como ha sido nombrado, pero que excluyen en vez de tejer.

En esta apertura de narrativas, de cohesión, es más difícil que entre la derecha o la blanquitud, que suelen ser verticales. Donde no solo se etiquete con el feminismo, sino que encuentre en las diferencias un modo de impulsar todas las luchas de las mujeres.

¿Desde dónde dan la lucha por las mujeres?

Desde que estaba en medios tradicionales procuraba buscar la voz de las mujeres, y hasta la fecha sigue siendo parte característica mi trabajo, en donde intento que, por lo menos, haya voz de una mujer en la mayor parte de lo que hago. A veces no se puede y no lo voy forzar. Así es la realidad. Cuando sí, las impulsamos y se vuelven medulares para provocar cambios en el tejido social.

TODAS. Foto: Daliri Oropeza
Fuente: https://piedepagina.mx/todas-las-luchas-de-las-mujeres/

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Videoconferencia del Profesor Reinaldo Bolívar: Rescate de los valores afrodescendientes en nuestro país

Por: Mppeuniv.

 

Vamos todos a acompañar  a la *Videoconferencia del Profesor Reinaldo Bolívar,  Director del Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños* sobre el Rescate de los valores afrodescendientes en nuestro país, de cara a la situación actual dónde en varias ciudades del Mundo se ha puesto en manifiesto las diferencias raciales y la lucha por el respeto a la vida en el marco de la diversidad con el eslogan _»Black Lives Matter»_
Hora: 10:30 a.m.
Fuente de la reseña: Equipo de Ove
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Afrodescendiente en Chile: “La gente se acerca y toca nuestra piel y nuestro pelo como si fuéramos una mascota”

Redacción: La Tercera

A pesar de la invisibilización histórica que sufre la cultura africana en Chile, se sabe por estudios que un 3,8% de nuestro genoma proviene de ese continente. Mujeres afrochilenas e inmigrantes se han agrupado para dar visibilidad a la lucha negra y a sus vivencias, tras años de estigmatización y discriminación. Este es el testimonio de Ofelia Hayde Munizaga de Castro (26), música y activista nacida en Angola, sobre lo que significa estar fuera de la norma blanca.

Mi papá y mi mamá se conocieron en Angola, África. Él era militante socialista y antes del 73 se fue de Chile por estudios. Estuvo 18 años en el continente, ocho de esos en Angola, y siempre dice que es el lugar donde se ha sentido más libre. Yo nací en Luanda, la capital, y pasé mis primeros cuatro años de vida allá. A pesar de haber sido pequeña recuerdo olores, texturas, sabores. A mi papá lo veía un par de veces al mes porque trabajaba lejos de donde vivíamos y nos juntábamos con él en una bahía cercana. Era un momento breve, pero importante. También recuerdo que no comíamos en la mesa, sino en una esterilla, y siempre con las manos, que es costumbre allá. La siesta se dormía también en una esterilla y andaba con los pies descalzos.

La gente en Angola no tiene prejuicios, todos tienen una mentalidad muy abierta y son muy libres, alegres. Cuando toca una banda no hay nadie quieto, porque es inevitable bailar: sienten la música por dentro, la sienten de verdad. Aun así, es un país que ha sufrido mucho con las guerrillas y en esa época había minas antipersonales en todas partes. Por eso a mis padres les pareció peligroso que creciera ahí. Además, no había certezas de si iba a poder acceder a una educación adecuada. Por lo que mi papá decidió traerme a Chile. Como los pasajes eran muy caros –tuvo que pedir plata prestada a sus amigos–, nos vinimos los dos en el año 2000. Fue muy duro. Recuerdo que era mayo y yo no entendía por qué la gente usaba tanta ropa, porque en Angola prácticamente no existe el frío. Por otro lado, dejar a mi madre fue complejo. Nos llamábamos, nos mandábamos cartas y al año siguiente nos visitó durante un mes, pero ella sabía que este no era su lugar. Esta era una cultura muy distinta para ella, muy preocupada del qué dirán. Además, en ese momento prácticamente no había gente negra en Chile. Yo ahora tengo una hija y no sé si sería capaz de dejarla ir. Pero entiendo que ella, a pesar de su infancia y su vida difícil, trató de darme todo el amor que pudo.

Vi a mi mamá por última vez en 2006, cuando fui a visitarla, y al año siguiente falleció. Mi mamá simbolizaba mis raíces y me pesaba que la gente me preguntara por ella, por mi familia, si mi papá era realmente mi papá porque era blanco. Ser la única con mi color me costó mucho durante la infancia y la adolescencia, porque el único referente de mi cultura era mi madre. Yo tenía mis costumbres, mi forma de ser y tuve que encajarlas para que no me miraran mal. En segundo básico comenzaron los acosos. Mis compañeros me empujaban, me escupían, me tiraban el pelo, me lanzaban cosas y no me dejaban tranquila hasta que yo comenzaba a llorar. Una vez me metieron los dedos en un enchufe descompuesto y me electrocuté. Cuando fui a acusarlos con el inspector, le causó gracia. Dejé de querer ir al colegio porque hasta los profesores se burlaban de mí: me decían indirectamente que yo era más tonta por ser negra. Me gritaban cosas en la calle y algunos adultos, afuera o dentro del colegio, se limpiaban la mano luego de saludarme, situación que hasta hace poco me pasó. Mi pelo siempre lo llevaba amarrado por miedo a que me molestaran, porque es muy llamativo. No entiendo ese afán de alguna gente en el metro y en la calle de acercarse y tocar nuestra piel y pelo, como si fuéramos una mascota. Es muy invasivo y a casi todas las mujeres negras nos ha pasado.

La gente pensaba que lo que me hacían no era racista y me daba mucha impotencia. Por eso durante la adolescente me puse más violenta y reactiva. No me sentía escuchada. Mi papá siempre me apoyó, me ayudó a entender que nadie tenía el derecho de poner el pie encima a otra persona y que había que poner límites. Desde muy chica tuve que ser consciente del egoísmo de las personas y de su incapacidad de ponerse en el lugar del otro. Por suerte tuve amigas, pocas pero buenas, que me acompañaron y me defendieron en todo momento.

Siempre fui buena para las artes, sobre todo en música, y era la mejor en educación física, así que a los 15 le pedí a mi papá que me cambiara a un liceo con enfoque artístico y experimental, el mismo al que asistían mis primas. Ahí por primera vez me sentí libre: no había prejuicios, nadie me pedía que me alisara el pelo y mi raza no era tema. Nunca voy a olvidar el día en que comencé a mostrar el pelo. “Ahora vas a tener que andar con el pelo así, te queda muy lindo”, me dijo mi mejor amiga cuando me soltó el colet. De a poco comencé a atreverme, aunque en la calle me lo tomaba. Eso ya no es tema: ahora ando siempre con mi corona a la vista.

Luego del colegio, hice estudios de música y comencé a conectar con los ritmos africanos. Tocaba en una banda y fue así que desde Colectiva Negrocéntricas me contactaron para un evento de concientización sobre la cultura negra. Me gustó el colectivo y me quedé. Ahí empecé a conocer otras organizaciones de mujeres negras, como la Red de Mujeres Afrodiaspóricas que funciona desde el año pasado. Buscamos a través de herramientas del feminismo negro y desde nuestras propias experiencias dar apoyo a las mujeres negras que recién llegan a Chile y viven todas las aberraciones que una ya vivió. Además nos interesa generar políticas que protejan la cultura afrodescendiente en Chile y acabar con la discriminación que sufrimos.

Nunca esperé encontrar a tantas mujeres como yo, con las mismas vivencias, y estoy muy agradecida. Nosotras damos un mensaje claro: queremos que nos dejen de estereotipar y cosificar, que nos dejen de tratar como tontas. El sistema es tan cruel y te lo deja tan claro que te empiezas a cuestionar tus reales capacidades. Por eso buscamos que las mujeres negras se unan entre ellas y que puedan ser lo que quieran ser, que nadie las convenza de lo contrario. Es importante intervenir y dejar de ser cómplices cuando vemos situaciones de racismo: no hacerlo te vuelve tan racista como la persona que está agrediendo. Es un cambio de consciencia que tenemos que hacer todas las personas, sin importar nuestro color. Sabemos que será un proceso largo, pero no podemos permitir que se siga manteniendo un sistema basado en la opresión”.

Fuente: https://www.latercera.com/paula/noticia/afrodescendiente-en-chile-la-gente-se-acerca-y-toca-nuestra-piel-nuestro-pelo-como-si-fueramos-una-mascota/C6ZP32VZ7BEV5BOGZVG4LD25GA/

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Uruguay: Marcha contra el racismo

Redacción: Tercera Información

Marcha contra el racismo, por la Avenida 18 de Julio hasta la Plaza Libertad, este pasado 28 de marzo.

Convocada en repudio al mensaje racista del cantante del género tropical Alex Stella.

Este personaje le expresa a su productor en duros términos por su color de piel. “No me gustan los negros”, le dijo: “¿Sabes lo que pasa? Yo te voy a ser sincero, loco. A mí los negros no me gustan, loco. Los negros no me gustan. No me gusta el olor de los negros”-

Este hecho generó en las organizaciones afro, total repudio y convocó a una marcha en el día de hoy.

Fotografía Martha Passeggi

La imagen puede contener: una o varias personas y exterior

 

 

Fuente: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/2019/03/29/uruguay-marcha-contra-el-racismo
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Afrodescendientes y Discriminación

Redacción: Fedora Carbajal

Si bien hay evidencia de que la discriminación existe, sus mecanismos de transmisión no necesariamente se alinean con las explicaciones que provienen de la economía

La integración de la población afrodescendiente a la sociedad uruguaya se ha dado históricamente en base a desigualdades. La discriminación existe y es un problema sistémico en los países latinoamericanos. La desigualdad de oportunidades se relaciona con desigualdades no aceptables y con características que no están bajo el control de un individuo (como la etnia, el lugar de nacimiento, el sexo de una persona, etc.) y su importancia en parte se fundamenta en su alta relación con la desigualdad de ingresos cuando los individuos llegan a la vida adulta. La existencia de igualdad de oportunidades en una sociedad, solo es posible si se eliminan las desventajas existentes por la existencia de discriminación. Existe discriminación cuando ante circunstancias idénticas los miembros de un grupo minoritario son tratados de forma menos favorable respecto a aquellos de un grupo mayoritario, aún cuando comparten características similares.
Si bien hay evidencia de que la discriminación existe, los mecanismos por los cuales esta se transmite no necesariamente se alinean con las explicaciones tradicionales que provienen de la economía (la discriminación basada en preferencias y la que se fundamenta en estadística). Sin embargo, en los últimos años, trabajos desde el campo de la psicología y de la evaluación experimental han avanzado en la comprensión de cómo se construye el prejuicio.
En este sentido, uno de los estudios experimentales pioneros y que se ha difundido en diferentes países para detectar si existe discriminación en el mercado laboral consiste en repartir Currículums Vitae (CVs) ficticios para cubrir vacantes laborales en llamados que efectivamente existen en la realidad (los que son publicados en los clasificados de un periódico de referencia, por ejemplo). Para ello se envían para cada vacante de forma aleatoria un conjunto de CVs idénticos respecto al nivel educativo alcanzado y la experiencia laboral, entre otras características relevantes, y se diferencian únicamente en algún elemento distintivo de la etnia o rasgo fenotípico del individuo (por ejemplo, a través de incluir una foto diferente en cada CV o un nombre o apellido identitario de una etnia específica). Estudios en Perú y Colombia, por mencionar algunos países latinoamericanos donde se aplicó este diseño, muestran evidencia de que los afrodescendientes reciben menos llamadas para entrevistas de empleo que los no afrodescendientes. Esto muestra mecanismos de discriminación explícitos o implícitos.
En Uruguay desde que se cuenta con información sobre ascendencia racial en la principal fuente de datos para estudios relativos a condiciones socioeconómicas, la Encuesta Continua de Hogares (ECH) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se han encontrado diferencias sistemáticas en términos de las remuneraciones que perciben trabajadores afrodescendientes respecto a los de ascendencia blanca, implicando que los primeros perciben ingresos alrededor de un 25% a 35% menores. Esto en parte se explica por diferencias en ocupaciones, ramas de actividad donde se emplean y tipo de empresas o instituciones donde están ocupados y por características propias de los trabajadores como es la educación y la experiencia laboral. Sin embargo, hasta un 32% de la brecha de ingresos laborales la explicaría lo que podría estar asociado a la discriminación. Asimismo, al desagregar empleos según sean de baja o alta remuneración, se ha encontrado que la discriminación se reduce en empleos de baja calificación lo cual implica que los afrodescendientes son segregados a este tipo de ocupaciones.
Adicionalmente, los afrodescendientes presentan mayores niveles de informalidad, subempleo y concentración en tipos de ocupación con menor calificación; mayor carga de trabajo no remunerado (principalmente las mujeres afro); mayor proporción de embarazo adolescente, resultados educativos menos favorables en términos de menos años de escolaridad promedio (los jóvenes afro alcanzan alrededor de dos años menos de educación), menor acceso a los niveles educativos más altos, mayor rezago educativo y deserción; mayores tasas de pobreza monetaria y de incidencia de pobreza multidimensional, hogares con mayor proporción relativa de niños y jóvenes y con necesidades básicas insatisfechas; mayor cobertura en la salud pública y peor percepción del estado de salud en general; se concentran (a excepción de Montevideo) como se observa en la Figura 1 en departamentos del país con menor Índice de Desarrollo Departamental de CINVE (Artigas, Cerro Largo, Rivera y Tacuarembó).
Fuente: elaboración propia en base a Censo de Población y Vivienda 2011 (INE) y CINVE (2018).
Nota: el Índice de Desarrollo Territorial (IDT) se elabora en función de las dimensiones: 1) seguridad ciudadana y sistema de derecho, 2) Sociedad incluyente, preparada y sana, 3) Mercados de factores eficientes y dinámicos, 4) Infraestructura física y tecnológica.
Sin embargo, estos antecedentes no son suficientes para determinar cuáles son los mecanismos donde mayormente opera la discriminación hacia la población afrodescendiente y en qué grado efectivamente existe discriminación en el mercado laboral uruguayo. Uruguay tiene que tomar muy seriamente la tarea de generar información y evidencia fuerte que permita dirigir las políticas públicas a eliminar la desigualdad de oportunidades que sufre la población afrodescendiente y diagnosticar la magnitud de la discriminación.
Para esto es necesario una serie de medidas. En primer lugar, se deben medir mejor las características étnicas de las personas, ya que la aproximación utilizada en la actualidad a través de la autoidentificación étnica es imperfecta. Esto es clave para la discusión y evaluación de políticas públicas ya que serán utilizadas como criterio de selección e identificación en acciones afirmativas, como por ejemplo por la Ley 19.122 que establece como obligatoria la contratación de personas afrodescendientes en un 8% de los puestos de trabajo en empleos. En segundo lugar, se debe recabar información de forma representativa, sistemática y periódica, en cada uno de los sectores de actividad y el sector público, que permita tener un mejor diagnóstico y por lo tanto, ofrecer políticas focalizadas para mejorar la condición de vida de la población afro más vulnerable. Finalmente, es necesario generar evaluaciones experimentales de la existencia de discriminación que ofrecen evidencia directa contundente sobre el fenómeno en Uruguay.
Afrodescendientes y Discriminación
Fuente: https://www.elobservador.com.uy/afrodescendientes-y-discriminacion-n1265785
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[Libro] Afrodescendencias. Voces en resistencia

Reseña: Rosa Campoalegre Septien

Colección Antologías del Pensamiento Social Latinoamericano y Caribeño. 
ISBN 978-987-722-339-2
CLACSO. CIPS.
Buenos Aires.
Julio de 2018

Texto completo en: https://www.lahaine.org/libro-afrodescendencias-voces-en-resistencia

Hemos vuelto para seguir más allá del Decenio internacional de los pueblos afrodescendientes colocando propuestas contrahegemónicas. La finalidad de este volumen no se circunscribe a ser un texto con fines didácticos, es también un instrumento de batallas, en particular referidas al reconocimiento, las autorreparaciones y las alianzas. Es un compartir de saberes que enlazan las academias y el movimiento afrodescendiente, en la pluralidad de voces provenientes de Colombia, Brasil, Argentina, Puerto Rico, Cuba, Estados Unidos y España, con el concurso de diversas y prestigiosas instituciones académicas.

Leer libro completo [PDF 2,8 MB]

 Link de descarga:   https://www.lahaine.org/libro-afrodescendencias-voces-en-resistencia

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Ecuador: Jóvenes afro piden mayor acceso a empleo y educación

Ecuador/31 octubre 2017/Fuente y Autor: Andes

La dificultad de acceder a la educación superior y al empleo fueron las inquietudes que el colectivo afrodescendiente de Guayaquil expuso al secretario técnico de Juventudes, Elías Tenorio, durante un foro para socializar el trabajo de la entidad que tiene dos meses de creación.

Durante una hora, representantes de jóvenes de los sectores afro de los barrios guayaquileños Guasmo e isla Trinitaria expusieron la situación social de este grupo poblacional que, coincidieron, continúa excluido de las políticas públicas.

Luego de la cita, Ángela Ramírez, de la cooperativa Valle Independiente del Guasmo Sur, manifestó que existe la confianza de que la Secretaría atienda no solo a este sector, sino a otros grupos colectivos, cuyos derechos son vulnerados, pese a ciertos avances logrados en los últimos 10 años.

“Ahora tenemos la visión de velar por nuestros derechos y que se cristalicen algunos temas sobre políticas públicas. Lo que más reclamamos es el acceso al empleo porque la mayoría de nuestros jóvenes solo tienen acceso al subempleo”, aseguró Ramírez.

Se mostró confiada en que los diálogos que impulsa el Gobierno abren expectativas para toda la población. En ese sentido también se pronunció Ana Cisneros, de la cooperativa Américo Vespucio, de la isla Trinitaria.

Para ella la reunión fue importante porque se toma en cuenta el criterio de los jóvenes y a los territorios para los problemas y la búsqueda de soluciones. “Confiamos en los diálogos, pero esperamos que se cristalicen en hechos”.

De su lado, Elías Tenorio, secretario técnico de Juventudes, indicó que al momento se ha reunido con jóvenes de cinco provincias de Ecuador. “Esta es la segunda vez que estoy en Guayaquil”, manifestó.

Considera que el objetivo es socializar los temas que involucran a las organizaciones afrodescendientes que de una u otra forma han vivido la exclusión y la falta de oportunidades, además existe el compromiso de planificar acciones como acceso a educación, créditos y empleo.

Fuente de la noticia:  http://www.andes.info.ec/es/noticias/jovenes-afro-piden-mayor-acceso-empleo-educacion.html

Fuente de la imagen:

http://www.andes.info.ec/sites/default/files/styles/large/public/field/image/secretaria_de_la_juventud_el_telegrafo.jpg?itok=3RL

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