Carlos Rodrigues Brandão. [Autor]
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ISBN: 85-98757-03-9
Fundação Bando do Brasil. Petrobras. IPF
Brasil –
2005
ISBN: 85-98757-03-9
Fundação Bando do Brasil. Petrobras. IPF
Brasil –
2005
India/09 marzo 2017/Fuente: Las Provincias
«En el banco tenía por costumbre dar mis huellas dactilares (como firma). Me avergonzaba. Ahora me siento orgullosa de firmar con mi nombre», revela una alumna.
Vestidas de uniforme, mujeres de más de 60 años recitan el alfabeto en «la escuela de las abuelas» de una zona rural india, donde aprovechan la oportunidad que se les negó de niñas para aprender a leer y escribir. Esta treintena de mujeres de entre 60 y 90 años, en su mayoría viudas, cumplen su sueño gracias a una iniciativa única en los alrededores de Bombay. Es su revancha. «Cuando era niña nunca fui a la escuela. Es fantástico poder ir ahora y estudiar con mis amigas. Nos lo pasamos muy bien», declara Gulab Kedar, de 62 años, visiblemente encantada.
El colegio celebra el miércoles su primer aniversario con motivo del Día Internacional de la Mujer. Es su forma de combatir los prejuicios en las zonas rurales de India y de ayudar a las mujeres a liberarse del estigma del analfabetismo. Todos los días las 29 abuelas recorren la corta distancia que separa su aldea de Phangane, en el estado de Maharashtra (oeste), de la pequeña cabaña de «Aajibaichi Shala», la «escuela de las abuelas» en lengua marathi. «¡Adiós!» les dicen sus nietos. Algunos acompañan todo el trayecto a sus abuelas, que echan a andar con sus carteras, en las que llevan pizarra, tiza y un manual.
Lucen brazaletes y anillos nasales y sus trayectorias son similares. Durante su infancia se quedaron en casa o trabajaron mientras que sus hermanos iban al colegio. Se casaron e hicieron lo que se esperaba de ellas: tener hijos y criarlos en el hogar.
«Mis hermanos iban al colegio pero yo no tuve esa oportunidad», explica Janabai Dajikedar, de 75 años. La asistencia a clase les facilita la vida cotidiana. «En el banco tenía por costumbre dar mis huellas dactilares (como firma). Me avergonzaba. Ahora me siento orgullosa de firmar con mi nombre».
Esta «clase de las abuelas», financiada por un organismo caritativo local, es obra de Yogendra Bangar, profesor de la escuela primera de Phangane desde hace tres años. Se le ocurrió en 2016 cuando varias mujeres se quejaron de no poder participar en las lecturas públicas durante las celebraciones religiosas. «Hemos pensado que darles a estas abuelas una oportunidad equitativa de acceso a la escolaridad y alfabetización las haría felices», explica. «A sus edades, no van a buscar un empleo en una empresa. Pero la alegría de poder firmar con su nombre y de saber leer ha mejorado considerablemente su bienestar». Esta escuela de las abuelas contribuye a mejorar el estatus de las mujeres en el pueblo, estima el profesor Bangar, que espera que su escuela inspire a otras localidades de India.
El color llamativo del uniforme no se ha dejado al azar. «La mayoría de estas abuelas son viudas y deben vestirse de blanco en señal de luto. Hemos querido romper este tabú y otras tradiciones más antiguas para que cada una se sienta en pie de igualdad y miembro de la comunidad sin discriminación, por lo que elegimos un uniforme rosa».
Las 70 familias de la aldea apoyan el proyecto y acompañaron a las abuelas en su primer día de cole. «Había música y tambores, mucha fanfarria. Nos hemos sentido tan especiales», recuerda Kantabai More, de 70 años, que aprecia mucho cuando sus nietos la ayudan a hacer los deberes. Para el primer aniversario, el miércoles, se celebrará una fiesta, con más de 500 personas de las aldeas aledañas, explica Bangar. «Celebraremos su inestimable contribución a las aldeas y a nuestras vidas. Son nuestros diamantes y deberíamos mimarlas».
Fuente: http://www.lasprovincias.es/sociedad/educacion/201703/08/aprender-leer-escribir-escuela-20170308015400-rc.html
Por: Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia
Universidad Iberoamericana, Ciudad de México
El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticas del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.
El estado de las sociedades latinoamericanas en el marco de un mundo cada vez más interconectado, pero a la vez más desigual es muestra del posicionamiento de la democracia como significante vacío al que diversos sectores recurren como fuente de legitimación de sus proyectos. Así, los movimientos políticos que han contado con un amplio apoyo popular muestran cadenas equivalenciales diversas coaligadas en torno a liderazgos de rasgos populistas. Así, las centrales obreras en Brasil llegaron a converger con el liderazgo de Luis Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores; las clases medias pauperizadas y los sectores de trabajadores del Estado, entre ellos los docentes se aglutinaron en torno a la propuesta de los Kirchner en Argentina. La larga tradición aymara de autogobierno ha sido la base de la refundación de Bolivia en clave plurinacional con la llegada al poder de Evo Morales.
Estas experiencias han sido representativas de los movimientos político-sociales surgidos como respuesta ante las crisis generadas por las políticas neoliberales de ajuste, así como del retorno de la democracia en los contextos postdictadura. Estos liderazgos populistas se entienden en el marco de la frontera política trazada entre el conjunto de la población agraviada por las crisis padecidas entre las décadas de 1990 y 2000 y las desprestigiadas clases políticas que impulsaron las políticas emanadas del Consenso de Washington. Sin embargo, la tensión sigue presente y la vulneración de la democracia como expresión de la voluntad popular se encuentra amenazada. La propia fragilidad de las experiencias neopopulistas, que basaron sus programas redistributivos en un repunte favorable que experimentaron las exportaciones en el mercado internacional, revelaron su vulnerabilidad a partir de la crisis financiera de 2008.
A partir de entonces, se han posicionado los llamados golpes blandos de Estado, que vulneran la democracia a través de mecanismos legales con los que se han destituido a gobiernos representativos, elegidos democráticamente. Tales son los casos recientes de Honduras en 2009, Paraguay en 2012 y de Brasil en 2016. La confluencia del predominio del capital financiero internacional con los intereses de las oligarquías nacionales conforma las condiciones de producción de este contexto de vulnerabilidad de los regímenes elegidos democráticamente y de las políticas redistributivas que se basaron en lógicas compensatorias.
Dicho contexto plantea la necesidad de radicalizar el vínculo democrático en las experiencias basadas en liderazgos populistas. La reivindicación de las luchas populares va más allá de demandar una efectiva representación. Por el contrario, debe apuntar a conducir un proyecto de nación incluyente, que retome las revolucionarias ideas de Simón Rodríguez en torno a fundar el proyecto de instrucción pública como medio de cohesión sobre la base de los actores subalternos. Este horizonte apunta a revertir la dicotomía civilización/barbarie instalada por la tradición sarmientina que creó dualidades jerárquicas como la de ciudad/campo, dualidades basadas en la imposición de una cultura occidental sobre las diversas culturas populares. El normalismo como dispositivo de formación de un sujeto destinado a ejercer una labor de disciplinamiento en la escuela también creó una tendencia a la homogeneización. Dicha tendencia se recicla en el presente con el énfasis otorgado a las pruebas estandarizadas nacionales e internacionales, que miden el logro de aprendizajes en función de indicadores, lo cual resulta en un reduccionismo del acto educativo.
La tensión que se produce entre el reconocimiento de las culturas populares y una educación enfocada en los requerimientos del mercado, repercute en la orientación que se imprime a los sectores subalternos del sistema educativo, como lo son los adultos en condición de rezago o analfabetismo. Su misma condición es evidencia de las desigualdades intrínsecas del sistema educativo. Asimismo, es muestra de la necesidad de ampliar los espacios de socialización por fuera de la escuela para llevarlos a los lugares en que estos sujetos se desempeñan, ya sea en sus distintos contextos laborales o en función de los requerimientos de desarrollo de sus referentes regionales. En ese sentido, se mantiene la disputa por el proyecto de educación pública, tras las reformas descentralizadoras de la década de 1990 que fragmentaron el sistema educativo en sus niveles locales, con consecuencias en el acceso equitativo a una educación gratuita y de calidad, ya que la descentralización administrativa no se tradujo en una descentralización de la dotación de recursos y en cambio afloraron las desigualdades regionales junto con las políticas de subvención a la oferta privada.[i]
En este marco, en América Latina hacia 2015 la tasa de alfabetización de las personas de 15 a 24 años fue de 98.2%, de 98.4% en mujeres y 98% en hombres.[ii] Sin embargo, esta disminución en el analfabetismo se ha debido más por la ampliación de la escolarización en el nivel primaria que por la acción de políticas exprofeso para la alfabetización de adultos.[iii] Este problema se relaciona con el hecho de que el sistema educativo “no elimina las desigualdades, sino que las recicla y traslada a otros momentos del proceso de escolarización”[iv]. En esa lógica se inscriben los programas gubernamentales enfocados a la reducción del analfabetismo en la población mayor de 15 años. Uno de los más sobresalientes es el Plan Iberoamericano de Alfabetización y Educación Básica de Personas Jóvenes y Adultas (PIA), cuyo objetivo es cubrir a un universo de 34 millones de adultos analfabetos. Otro es el programa cubano “Yo sí puedo” creado en 2003 y que opera en 12 países latinoamericanos, entre los que se encuentran Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Panamá y Venezuela. Mientras que en México el Modelo de Educación para la Vida y el Trabajo (MEVyT), dirigido a personas mayores de 15 años que no concluyeron sus estudios elementales, atiende cada año a 12,000 personas en sus 3 módulos básicos del nivel inicial.[v]
Sin embargo, en la mayoría de estos programas los alfabetizadores son voluntarios,[vi] lo cual indica que en América Latina la Educación para Jóvenes y Adultos (EPJA) experimentó un reflujo hacia un enfoque compensatorio. Esto se relaciona con el hecho de que los programas que atienden a la EPJA se enmarcan en la política de discriminación positiva, que despliega distintos programas de acuerdo a las diferentes necesidades para obtener resultados equiparables en cuanto al logro de aprendizajes significativos. Estructuralmente, esta política genera una segregación que perpetúa las desigualdades generacionales y tiene su raíz en una escuela homogénea con respecto al servicio que los educandos reciben, que no reconoce la diversidad social y cultural. En este filtro del acceso a la escolarización influye la educabilidad, como factor que predispone a amoldarse al requerimiento de ser alumno. Este requerimiento tiene en mente a un alumno idealizado, con el consiguiente problema de demandar a los maestros la formación prescriptiva de ese sujeto que inevitablemente debe amoldarse a una cultura occidentalizada, ajena a su historicidad. A la vez, se genera una fragmentación en la diversidad de modalidades que integran el sistema educativo, creándose un archipiélago de circuitos educativos inconexos.[vii] En cambio, sigue siendo necesaria una concepción de escuela entendida como un espacio democrático que debe asociarse a la justicia social y a la igualdad de oportunidades.[viii]
A pesar del horizonte de equidad que se persigue a través de los distintos informes y encuentros internacionales, no se asume que la inequidad educacional en el caso de América Latina ha ido en aumento. Tal situación obedece a las políticas neoliberales que enfatizan el rendimiento de la inversión desvinculado del bienestar social y sólo comprometido con las ganancias. En consecuencia, los organismos internacionales pese a que plantean metas loables no asumen que las políticas neoliberales son parte de la causa del problema, siendo difícil avanzar en muchas materias educativas, si no se modifica la lógica neoliberal que se ha impuesto en las últimas décadas en la región.
En el caso del campo de la EPJA convive la necesidad de matizar los índices de escolaridad, que ocultan importantes rezagos al interior, con un desplazamiento en el sentido economicista que se le ha otorgado a la EPJA, así también se advierte la importancia de recuperar su sentido más integral de formación a lo largo de la vida. Esta recuperación emergente es una oportunidad para revitalizar el sentido inicial de la EPJA en el marco del derecho a la educación, que consiste en promover y preservar el acervo cultural que representa el patrimonio intangible que se encuentra en los “saberes, hábitos comunitarios, herencias artísticas y técnicas”.[ix] Dicho patrimonio se refiere a una comunidad en movimiento de la que son parte los sujetos de la EPJA, como portadores de tal acervo que, al formar parte de la tradición oral quedan invisibilizados para la ciudad letrada[x] en tanto que el analfabetismo persiste como una barrera que separa ambas culturas. El acercamiento entre las esferas orales y letradas se sitúa como un itinerario más en el campo de la EPJA.
i] Stubrin, F. (2006). “Protesta magisterial y reformas educativas en América Latina” en Cadernos de Sociologia e Política. V. 9, p. 112.
[ii] CEPALSTAT (2016). América Latina y el Caribe: perfil socio regional demográfico. Consultado en: < http://estadisticas.cepal.org/cepalstat/Perfil_Regional_Social.html?idioma=spanish>
[iii] UNESCO (2015). América Latina y el Caribe Revisión Regional 2015 de la Educación para Todos. Santiago. pp. 200
[iv] Blanco, E. (2012) “El reciclaje de la desigualdad: exclusiones educativas en América Latina”. En Puchet, Martín; Rojas, Mariano; Salazar, Rodrigo; Valenti, Giovanna; Valdés Ugalde, Francisco (Coords.) América Latina en los albores del siglo XXI. 2. Aspectos políticos y sociales. México, FLACSO.
[v] CEPAL (2010). Panorama social de América Latina 2010. Capítulo 2: “La educación frente a la reproducción inter-generacional de la desigualdad y la exclusión, situación y desafíos en América Latina”.
[vi] Infante, M., Letelier, M. (2013). La alfabetización de personas jóvenes y adultas
en América Latina y el Caribe: análisis de los principales programas. Santiago, CEPAL. Pp. 38
[vii] Blanco, “El reciclaje…” Op. Cit.
[viii] Rivero, J. (2000). “Reforma y desigualdad educativa en América Latina”. Revista Iberoamericana de Educación Número 23 ¿Equidad en la Educación? mayo – agosto.
[ix] Rojas, M. (2009). “La responsabilidad cultural de la universidad pública” en Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos, UNAM, México, núm. 48, enero-junio, pp. 9-27.
[x] Rama, A. (1998). La Ciudad Letrada. Montevideo, Arca.
Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-reivindicacion-de-los-sujetos-populares-y-la-educacion-de-jovenes-y-adultos-en-america-latina/
Bolivia/Enero de 2017/Autor: J.C. Palacios/Fuente: Página Siete
Seis grandes avances y cambios profundos
Fuente: http://paginasiete.bo/sociedad/2017/1/22/falta-armonizar-educacion-escolar-universitaria-124638.html
Por: José Saturnino Martínez García
La interpretación de los resultados de PISA es sumamente compleja, pero desgraciadamente lo que mueve el debate público son las lecturas simplificadores que se hacen de estos informes. Por ejemplo, hemos pasado sin solución de continuidad en tres años de tener uno de los peores sistemas educativos de la OCDE a tener uno de los mejores, si nos dejamos llevar por las declaraciones de Rajoy en 2013 y en 2016. Sin embargo, una mirada rigurosa sobre los datos lo único que nos puede decir es que somos un país en el promedio internacional, antes estábamos ligeramente por debajo de la media, y ahora ligeramente por encima. El mayor error al interpretar PISA es creer que la posición ordinal entre países es informativa, cuando las diferencias en puntuación son tan pequeñas. Si hablásemos de estatura, estaríamos haciendo un relato épico cuando pasamos de medir 1,69 a 1,71 (y la media es 1,70cm)…
Un efecto no esperado de este error de lectura de los datos ha sido que hayamos centrado el debate en las grandes diferencias entre comunidades autónomas y no en el tradicional papanatismo de compararnos sin reflexionar con otros países. Desde 2009 ya sabíamos que las diferencias entre comunidades autónomas son tan grandes como entre países, pero no se le había prestado tanta atención. Si Castilla y León fuese un país, estaría entre los primeros de la OCDE, mientras que Andalucía, estaría entre los últimos. Podríamos pensar que dichas diferencias son tan grandes debido a la descentralización autonómica. Pero, por un lado, bajo la Dictadura, la desigualdad territorial en indicadores de desempeño educativo era mayor que en la actualidad. Y por otro lado, sistemas educativos más centralizados que el nuestro, como el italiano, arrojan mayores diferencias entre territorios.
De todas las características que podamos encontrar relacionadas con estas diferencias territoriales, la tasa de alfabetización es la que guarda más relación con los datos de PISA. La tasa de alfabetización de 1960, incluso la de 1870, guarda más relación con la competencia en lectura en 2015 que otras características, como el PIB per capita actual. Dicho de otra forma, la inercia de la historia es lo suficientemente fuerte en los resultados actuales en PISA como para que debamos ser muy cautos a la hora de establecer relaciones directas entre políticas educativas y resultados en PISA. La historia, por supuesto, no lo explica todo. Es llamativo el caso del País Vasco, con un pasado educativo por encima de la media, con una inversión por estudiante que duplica la media nacional, un buen desempeño en indicadores educativos como abandono educativo temprano, y sin embargo, empeorando en PISA. Habrá que esperar a estudios detallados para saber qué está pasando.
La comparación entre comunidades autónomas ofrece una gran ventaja frente a la comparación entre países. Los cambios de leyes educativas son los mismos, la formación y selección del profesorado, el currículum, los métodos didácticos… son mucho más parecidos entre comunidades autónomas que entre países, y es más fácil aprender de lo que se hace en la comunidad autónoma de al lado de un exótico país a miles de kilómetros. Pero al mismo tiempo pone sobre la mesa que con las mismas reglas de juego, es posible obtener resultados educativos muy diferentes. Se podría argumentar que las mismas reglas del juego producen resultados distintos según el contexto socioeconómico y cultural de cada comunidad autónoma, pero como hemos señalado previamente, la inercia educativa parece bastante fuerte como para explicar buena parte de estas diferencias, sin necesidad de hipótesis más complejas.
También debemos tener cuidado con saber qué es lo que realmente mide PISA. Julio Carabaña, catedrático de Sociología, ha estudiado con gran detalle los informes PISA, para concluir que lo que miden no es algo que se enseñe principalmente en la escuela. Esto se debe a que las pruebas de PISA se diseñan con gran independencia de los contenidos escolares, para permitir la comparación entre tantos países. A medida que una prueba educativa es más independiente de los contenidos escolares, su resultado tiene menos que ver con lo que sucede en la escuela y más con lo que sucede fuera. Una evidencia a favor de esta tesis es que entre 2000 y 2009 mejoró la inversión por estudiante o la ratio estudiantes/profesorado, sin que mejorasen los resultados, mientras que los recortes en educación no ha llevado a peores resultados educativos.
Fuente: http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/alfabetizacion-pasada-pisa-presente-5743247
Fuente CTERA / 1 de Enero de 2017
A raíz de algunos debates expresados en medios gráficos del país respecto de la intención del gobierno nacional de cambiar “el” método para enseñar a leer y escribir a niñas y niños, desde la Secretaría de Educación de CTERA ponemos a disposición de los y las trabajadores de la educación, dos escritos que, sin dudas, mueven a la reflexión e intentan dar cuenta de nuestro posicionamiento respecto de la Alfabetización Inicial.
Texto “Reflexiones acerca de la Alfabetización Inicial”, escrito por Cristina Martín, Maestra Normal Nacional, Prof. de Castellano y Literatura, Magister en L.I.J.
Texto “Alfabetizarse es mucho más que aprender letras. El reduccionismo del ´nuevo método de alfabetización´ en Argentina”, escrito por Nora Scheuer, doctora e Investigadora principal de CONICET, Grupo de Estudios Cognitivos y Culturales vinculado al Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales, CONICET – Universidad Nacional del Comahue.
Por Oscar Figueredo Reinaldo
Hace 55 años, el 22 de diciembre 1961, Fidel proclamó en la Plaza de la Revolución que Cuba era el primer territorio libre de analfabetismo en América Latina; un acontecimiento extraordinario para la naciente Revolución que marcaba el punto de partida del desarrollo educacional de la nación cubana y definía los destinos del propio país.
De aquella heroica hazaña conversaron cuatro de sus protagonistas en la Mesa Redonda de este jueves. Cuatro mujeres que siendo muy jóvenes estuvieron en esa cardinal campaña de alfabetización.
El 29 de agosto de 1960 en la graduación del primer contingente de maestros voluntarios en Cuba, Fidel daba a conocer la decisión del gobierno revolucionario de organizar una campaña masiva de alfabetización.
“El año que viene vamos a librar la batalla contra el analfabetismo, el año que viene, tenemos que establecernos una meta: liquidar el analfabetismo en nuestro país. ¿Cómo? Movilizando al pueblo, señalaba el líder de la Revolución Cubana quien el 26 de septiembre de 1960 en su histórica intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas refrendaría ante el mundo el propósito de la Revolución Cubana de liquidar el analfabetismo en nuestro país.
Al comentar sobre las motivaciones de tantos jóvenes en ese momento trascendental para Cuba, Nereida Cruz Tejas, alfabetizadora Conrado Benítez y hoy profesora del pedagógico Enrique José Varona, señaló que primeramente hay que tener en cuenta la confianza infinita de Fidel en su pueblo en los jóvenes.
“Esa confianza fue lo que lo hizo realizar ese compromiso de erradicar el analfabetismo en un año en nuestro país y por supuesto el pueblo no se hizo esperar”, expresó.
Nereida rememoró que la campaña de alfabetización estuvo estructurada en diferentes grupos.
“Los alfabetizadores estuvieron integrados en las Brigadas Conrado Benítez la cual contó con un total de 100 mil jóvenes. Además se constituyó el grupo de alfabetizadores populares que aupó a más de 120 mil muchachos así como los 13 mil brigadistas Patria o Muerte”, señaló.
Para esta pedagoga también fue muy importante la actitud asumida por los propios alfabetizados pues gracias a su disposición se pudo lograr tan encomiable labor.
Al recordar todo lo sucedido en esos momentos, Cruz Tejas advirtió que muchas familias se volcaron por completo en esa tarea, mientras que otras, permitieron que jóvenes entre 10 y 16 años salieran de sus casas para alfabetizar.
“La familia cubana rompió esquemas porque permitió a hijos e hijas alejarse hasta los lugares más intrincados de la geografía nacional para cumplir con el llamado del Comandante. Entre tanto muchas familias campesinas abrieron sus hogares para recibir a los brigadistas como un hijo más”, valoró.
Nereida con tan solo 14 años marchó junto a sus otros tres hermanos a los alrededores del poblado de Puerto Padre, actualmente en la provincia de Las Tunas a enseñar.
“Desarrolle esa tarea en un barrio llamado Los Hoyos, en el actual municipio Jesús Menéndez. Me incorporé a un hogar campesino en el cual alfabeticé a siete personas y fue una experiencia muy formativa porque no solo enseñamos sino que también aprendimos”, añadió.
Para esta alfabetizadora la Campaña fue un espacio propicio en el que se forjaron valores como la solidaridad y la vocación de magisterio.
“Por eso de esas filas salimos tantos maestros que aún estamos en las aulas. Pero también esta campaña marcó un hito cultural para el país porque marcó no solo a la educación sino la cultura de todo un pueblo”.
Mireya Suárez Ortega, alfabetizadora también Conrado Benítez, era una de las tantas jóvenes de la Escuela Normal de Maestros de La Habana que acudió al llamado de la Revolución. Comenta emocionada en la Mesa Redonda que acabar con el analfabetismo era un viejo anhelo de muchos jóvenes en la época ya que era una forma de corresponder al sacrificio de tantos jóvenes que un poco antes habían luchado en la Sierra Maestra.
“Para mí la alfabetización fue una experiencia inolvidable. El lápiz, cartilla y Manual fue mi posición de combate y es por eso que en el horario de la tarde del 16 de abril mientras Fidel declaraba el carácter socialista de la Revolución nos dispusimos a salir desde Ciudad Libertad hasta Varadero para enfrentar el enemigo si hubiese sido falta”.
Natural de Palma Soriano, esta cubana fue primero hasta Santiago de Cuba y luego hacia Guantánamo para llevar la luz de la enseñanza. Finalmente desarrolló su labor educativa en el extremo de la isla en la punta de Maisí.
“Alfabeticé a 14 analfabetos. Allí fue recibida con mucho cariño y esas personas se convirtieron en una familia para mí. No solo me integré en las tareas hogareñas sino también en la recogida de café que era una tarea fundamental.”
Suárez Ortega relata que lo hacía para poder dar clases en el día a las mujeres entre tanto los hombres lo hacían en la noche.
“Años más tarde he vuelto a Maisí, incluso con mis hijos. Debo decir que no es el mismo Maisí que yo alfabeticé porque ya la Revolución ha transformado todo aquello: hay secundarias, escuelas primarias y hasta círculos infantiles. Si hay un lugar que puedo asegurar que ha sido beneficiado por la Revolución Cubana es Maisí.”, expresó.
En otro momento del programa, Mireya Suárez Ortega se refirió a la creación de los sindicatos de educación.
“Antes lo que existía era un Colegio pero esto no permitía que los trabajadores docentes y no docentes se unieran en un solo haz. Hasta que en noviembre de 1961 se constituye el sindicato nacional de trabajadores de la enseñanza”.
Al hablar de la prueba final de los alfabetizados explica que no todos los 14 analfabetos llegan a este momento a la misma vez.
“Aunque no todos tuvieron el mismo ritmo todos le escribieron a Fidel su carta en donde agradecieron la posibilidad de no tener que poner una cruz para firmar”, comentó.
Otra de las alfabetizadoras fue Mireya Leyva Betancourt. Para ella la campaña de alfabetización fue una expresión de aquellas palabras de Fidel que esta Revolución era por los humildes, con los humildes y para los humildes.
“Yo era una de esas humildes, hija de un obrero agrícola que no le cabía en el capitalismo más opción que ser la réplica de sus padres. Pero desde mi inocencia de 9 años yo fui capaza de sumarme a esa movilización popular que fueron las Brigadas Conrado Benítez. Pero al ser tan joven no se me permite ir en el grupo que se preparaba en Varadero y me dedico a ser alfabetizadora popular que también se desarrolla en el los barrios del campo y la ciudad”.
Leyva Betancourt rememora que tuvo a su cargo dos alumnos uno de los cuales tenía 26 años y fue miembro del Ejército Rebelde.
“Como yo no podía ir a su casa por la distancia a la que quedaba, él iba muy puntualmente todas las tardes a la mía con un espíritu de aprender tremendo.”
Mireya explicó además que luego de la Campaña de Alfabetización terminó los estudios primarios, la Secundaria Básica y el pre y tras el cual se incorpora en 1968 al llamado realizado por la UJC para formar profesionales para las FAR.
“Sin pensarlo dos veces y con la impronta de todos aquellos jóvenes que había sido del Ejército Rebelde yo doy el paso al frente. Luego comienzo a estudiar en el ITM la carrera de ingeniería mecánica”, señaló.
El cierre de la Mesa Redonda fue ocupado por una nonagenaria quien tiene en su haber más de 59 años dedicados a la enseñanza. Rina Peñalver González a sus noventas años se mantiene activa dentro del sector y da clases en el preuniversitario Gerardo Abreu Fontán en La Habana.
“La campaña de alfabetización fue una respuesta de nuestro Comandante en Jefe a Martí, a nuestra historia a nuestros mártires y a pesar del asesinato de tantos jóvenes como Domenech y Conrado Benítez miles nos incorporamos para salir del subdesarrollo cultural que nos sumía en la ignorancia”
Rina quien era maestra de Secundaria Básica, en Marianao y preparó a varios maestros para desarrollar la campaña.
“No solo fue alfabetizar sino que convencimos a muchas familias para que le abrieran las puertas a los brigadistas sobre todo en la región de Oriente. Esta campaña de alfabetización nos dio la dignidad plena del hombre, nos dio- como dijera Fidel- el placer de la felicidad”.
Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/alfabetizacion-con-impronta-de-mujer/