Saber afrontar los peligros en Internet se ha convertido en una de las alfabetizaciones clave para garantizar nuestra seguridad al participar en los entornos digitales, ya sea para actividades de recreación, trabajo o estudio.
Los jóvenes representan uno de los grupos más activos en internet, sin embargo, son uno de los sectores más vulnerables. Este fue el tema que abordamos en uno de los webinars del observatorio IFE. Aquí te comparto un breve resumen.
Contrario a la creencia que se tiene, los jóvenes no son inmunes a las amenazas digitales ya que, aunque están bastante familiarizados en temas del entretenimiento y de socialización, en el ámbito de la seguridad por internet, realizan constantemente conductas de riesgo que los puede poner en peligro tanto física como emocionalmente. Así lo explicaron el Maestro Francisco Rocha, el Dr. Carlos George y el Dr. Leonardo Glasserman en el webinar del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación del Tec de Monterrey. Por ello, es importante desarrollar habilidades de seguridad en internet para proteger la privacidad de los jóvenes, datos sensibles y su identidad digital.
En este webinar, nuestros ponentes Francisco, Carlos y Leonardo, nos compartieron la relevancia de tener conocimientos básicos para desarrollar habilidades de seguridad en internet. Con el fin de reconocer la importancia de la privacidad, prevenir el acoso en entornos virtuales, comprender los riesgos asociados al sexting y proteger nuestros datos en el ciberespacio. También mencionaron que es muy importante saber cómo ejercer una ciudadanía digital segura y responsable, conocer cómo se construye el conocimiento en internet y gestionar varias identidades en la red. Estas habilidades son útiles no solamente para los jóvenes, sino para cualquier persona que quiera desempeñarse de forma segura en la era digital.
“Lo que hacemos o publicamos en el entorno digital tiene sus consecuencias en el mundo real y viceversa”. – Rocha (2022).
El Maestro Francisco Rocha nos compartió el curso gratuito “Seguridad Digital para Todos” que podemos tomar en línea como desarrollo personal, pero también podemos integrarlo como tema relevante de nuestra clase o compartirlo con nuestros estudiantes. El curso aborda tópicos como la ciudadanía digital, la construcción del conocimiento, la identidad digital y la privacidad. Asimismo, se abordan algunas conductas como el sexting, el ciberacoso y la protección de datos. Este curso consta de siete módulos con una duración de 30 minutos cada uno y se puede acceder en cualquier momento de forma gratuita.
La seguridad digital es uno de los temas más relevantes hoy en día, principalmente por las diversas problemáticas a las que una persona puede estar expuesta al navegar en la red, tales como el sexting, el ciberacoso, el robo de datos, la usurpación de la identidad y las noticias falsas. En los últimos años, el porcentaje de la población que tiene acceso a internet en América Latina se ha incrementado considerablemente, pasando de un 50 % en el 2012 a un 75 % en la actualidad.
El creciente número de amenazas digitales nos obliga a informarnos y a adquirir los conocimientos para afrontar los peligros de la red. La seguridad digital es una habilidad imprescindible para todos los ciudadanos. La experiencia de aprendizaje en el curso Seguridad Digital para Todos busca desarrollar estas habilidades en los jóvenes.
“Tenemos derecho a proteger nuestros datos personales y controlar el uso que se hace de ellos”. – Rocha (2022).
Las personas requerimos adquirir nuevas habilidades para participar de forma segura en los entornos digitales, ya que las actividades de recreación, trabajo y estudio se trasladaron a espacios virtuales. Las tecnologías brindan nuevas oportunidades, pero también nuevos riesgos. Por ello, conocer cómo afrontar los peligros en la red se ha convertido en una de las alfabetizaciones clave para garantizar el uso seguro de internet. No obstante, existen pocos recursos disponibles para adquirir estos conocimientos los cuales están dirigidos principalmente a personas de las áreas de informática, aun cuando las tecnologías han penetrado diversos aspectos de la vida.
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Acerca de los ponentes
Francisco Javier Rocha Estrada es estudiante del programa de Doctorado en Innovación Educativa en la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey. Forma parte del Grupo de Investigación e Innovación en Educación (GIIE) en la línea: Desarrollo y Uso de Tecnología en Educación (DUTE) y diseñó el curso Seguridad Digital Para Todos disponible en Udemy. https://twitter.com/FranciscoRochaE
Carlos Enrique George Reyes es Doctor en Ciencias de la Educación, se desempeña como líder del subgrupo de Desarrollo y Uso de la Tecnología en Educación (DUTE) del Grupo de Innovación Educativa. Es miembro adjunto del Grupo de Investigación Interdisciplinar (IRG) de Razonamiento para la Complejidad en el Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey. https://twitter.com/cgeorgemx
Leonardo David Glasserman Morales es Doctor en Innovación Educativa, se desempeña como director del programa de Maestría en Emprendimiento Educativo y profesor investigador asociado en la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey. Forma parte de la Unidad de Investigación de Tecnología Educativa y es miembro adjunto del Grupo de Investigación Interdisciplinar (IRG) de Razonamiento para la Complejidad en el Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey. https://twitter.com/glasserman
Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/seguridad-digital-de-los-jovenes-en-latinoamerica/
Con tres máquinas adquiridas con sumo esfuerzo, Cinthya Wipin se inició en la confección de prendas de vestir en el 2019, actividad que se truncó con el inicio de la pandemia. Ella forma parte de los trabajadores informales en Perú, que son 8 de cada 10, sin beneficios ni derechos laborales.
Las perspectivas a corto plazo de mejora del empleo no son optimistas en América Latina y el Caribe, región con 662 millones de habitantes donde el mercado laboral fue uno de los más golpeados durante la pandemia por la covid-19.
Durante el confinamiento se perdieron masivamente los puestos de trabajo, más de 30 millones de personas se quedaron sin sus fuentes de sustento, siendo las más afectadas las mujeres, cuya participación laboral en la región retrocedió 18 años.
Un informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), advirtió en diciembre de 2022 que pese a los avances en la reducción del desempleo en el primer semestre de dicho año, esta tendencia sería difícil de sostener.
“El contexto económico global se ha complicado bastante en los últimos meses y tiene un impacto en la dinámica mundial”, dijo a IPS mediante entrevista virtual Gerhard Reinecke, especialista principal en políticas de empleo de la oficina de la OIT en Santiago de Chile.
“Tenemos el menor crecimiento de China por la política de combate a la covid, estábamos acostumbrados a que crezca 7, 8, 9 % y ahora está en 3%; la guerra de Rusia contra Ucrania; y el contexto inflacionario que impacta sobre las perspectivas económicas del mundo y de la región latinoamericana”, agregó Reinecke, coautor del informe de OIT y Cepal, Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe, dinámica de productividad laboral.
Cepal proyectó que la desaceleración económica se acentuará en la región en 2023. Estima un crecimiento de 1,3%, porcentaje que limita el optimismo frente a la recuperación del empleo de calidad, tras los indicadores auspiciosos logrados en el primer semestre de 2022.
En ese período disminuyó la tasa de desocupación en los 16 países analizados en el estudio conjunto de OIT y Cepal, ubicándose en 7 %, porcentaje menor al de pre pandemia. Y se incrementó el trabajo asalariado con una mayor demanda en el sector industrial.
Los países que formaron parte del estudio fueron Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Jamaica, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana, Trinidad y Tabago y Uruguay.
Ocho de ellos mostraron un crecimiento de más de 4 % del empleo total con respecto al 2021: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay y Perú.
El difícil contexto global así como la menor inversión y crecimiento económico de los países, y el alza de la inflación, recortan las expectativas de sostener la recuperación del mercado laboral en la región y de superar el histórico problema de la informalidad, que hace perder derechos a la población trabajadora.
“Al corto plazo esas nubes siguen estando ahí, no se han despejado las perspectivas para un crecimiento tan dinámico como el que se requiere para dar un impulso fuerte a la creación de trabajo decente”, afirmó Reinecke, cientista político y economista de profesión, con más de 20 años de residencia en Chile.
Es difícil tener empleo con derechos
Cinthya Wipin, migrante en Lima de 36 años, proveniente de la ciudad nororiental peruana de Chachapoyas, es parte de los ocho de cada 10 trabajadores que se encuentran en la informalidad y sin gozar de sus derechos laborales en el país andino de 33 millones de habitantes.
Madre de un adolescente de 16 años y de mellizos de seis, decidió estudiar confecciones en 2018 para tener una mejor calidad de vida y garantizar la educación de sus hijos. Terminado su periodo de capacitación, con los ahorros de su labor de entonces como trabajadora del hogar y los de su esposo obrero de construcción civil, más un préstamo familiar, logró comprarse las máquinas necesarias para empezar su negocio.
“Una amiga me vendió su máquina Singer, es antigua pero buenota, es para coser. A una prima le compré su máquina recubridora, que es para hacer los acabados, y en plazos conseguí la remalladora, que es nueva. Y así fue como me inicié”, contó a IPS en su hogar ubicado en un barrio del distrito de San Juan de Miraflores, al sur de Lima.
No imaginó entonces que luego de tres meses se declararía la pandemia y el confinamiento que encerró a las familias en sus casas entre marzo y julio del 2020. “Yo no lo podía creer, había invertido todos mis ahorros, estaba endeudada y con las máquinas paradas… fue un momento desesperante”, recuerda.
A mediados del año decidió anunciar su servicio de confecciones a través del Facebook y le llegaron pedidos. Continúa así en la actualidad y ha logrado sanear sus deudas, pero necesitaría producir 300 poleras al mes para poder lograr ingresos que cubran sus costos de producción y obtener una rentabilidad suficiente para sostenerse y crecer.
“Tendría que generar unos 15000 soles al mes –unos 3900 dólares- para poder contratar a una persona y alquilar un local. Mi sueño es tener un taller, dar trabajo a otras mujeres y surgir haciendo lo que nos apasiona, porque a mí me encanta coser”, remarca.
Frente a sus máquinas, siente que se realiza.
“Mi esposo me dice para qué te esfuerzas tanto, por qué mejor no compras ropa al por mayor y lo vendes. No, le digo, yo misma quiero comprar la tela, trazarla, cortarla, remallar y hacer los acabados”, explica, refiriéndose al proceso de confección de las prendas.
Ella trabaja más de 12 horas al día realizando labores productivas y de cuidado: tres veces por semana es empleada de hogar; todos los días se hace cargo de la alimentación de su familia, en particular de los mellizos; y cada noche destina tiempo para atender los pedidos que le llegan de camisetas, buzos o poleras.
No es mucho, pero le permite mantenerse en actividad en su rubro y no verse absorbida por lo doméstico.
Con su extenuante jornada laboral logra el sustento diario y ahorrar un poco, pues cuenta con los ingresos que aporta su esposo. Pero no sabe lo que son vacaciones, seguridad social, compensación por tiempo de servicios o fondo de pensiones.
“Quién tiene trabajo estable en estos tiempos, unos poquitos serán. Yo siento que dependo solo de mí, de mi esfuerzo, no hay apoyo de las autoridades. Me animo pensando que de aquí a cinco años, cuando mis niños estén grandecitos y tenga más tiempo y un pequeño capital, podré hacer realidad mi sueño de ser una confeccionista que trabaja con otras mujeres”, dice con una sonrisa.
Desafíos para crear empleo formal
Reinecke indicó que la OIT plantea a los Estados estrategias integradas para las políticas orientadas a superar la informalidad, partiendo por las causas que la originan como es el tejido productivo.
“Hay muchas unidades productivas que son estructuralmente débiles y les cuesta asumir los costos de la formalidad; y falta también el conocimiento de cómo hacerlo”, dijo.
Se refirió también a la “informalidad oportunista” que ocurre cuando una empresa de 50 u 80 trabajadores decide tener 10 o 20 sin contrato, sin cobertura, sin cotización a la seguridad social.
“Según cual sea el segmento de informalidad, las medidas de política también son distintas”, precisó.
Añadió que es necesario ajustar los factores para el fomento productivo, que redunden en más recursos para poder asumir los costos de la formalidad. Y, a la vez, garantizar que la formalidad sea más atractiva, con beneficios evidentes, menores costos posibles y con información disponible para proceder.
“Entonces, los desafíos para seguir creciendo y seguir creando empleos formales, trabajos decentes, siguen ahí”, subrayó.
En movimiento.
ISBN 978-987-813-296-9
CLACSO.
Buenos Aires.
Septiembre de 2022
*Disponible sólo en versión digital
Por tercera vez en su historia, el feminismo se ha convertido en un movimiento de masas: las mujeres salen a las calles, toman las plazas y las avenidas, sus reclamos ocupan el espacio y el debate públicos. En las distintas ciudades y países de América Latina, se asiste a formas ampliadas de feminismo, con inéditas adhesiones y la participación mayoritaria de jóvenes. Este libro presenta un conjunto de escenarios de la región en lo que va del siglo XXI, caracterizado por movilizaciones masivas con reclamos y prerrogativas que buscan la conquista de sociedades más igualitarias.
En el año que se va, en términos electorales, lo sobresaliente han sido los triunfos de las fuerzas progresistas en Colombia y Brasil, llevando a la presidencia a Gustavo Petro y por tercera vez, a Lula da Silva, luego de la persecución judicial encarnizada de la que fue objeto.
De gran importancia es el fortalecimiento del proceso de paz en Colombia y también el cambio de signo en la relación entre Colombia y Venezuela, gobiernos que han dado pasos concretos con la apertura de sus fronteras y la progresiva normalización en sus relaciones.
También en Cuba se produjo un avance relevante con la aprobación mayoritaria de un nuevo Código de las Familias, que amplía y actualiza derechos de protección de niñas y niños, adultos mayores, personas con discapacidad, condena la violencia intrafamiliar y reconoce la diversidad de realidades que existe entre las familias cubanas, entre otras cuestiones positivas.
En el Caribe anglófono, destaca la re-elección de la laborista Mía Mottley como primera ministra de Barbados, convertida en república independiente de la corona británica, en un nuevo avance de descolonialización.
Tanto en Granada como en San Cristóbal y Nieves, triunfaron las oposiciones, tratándose en el caso del granadino Dickon Mitchell, del Congreso Nacional Democrático, de una renovación generacional en el ambiente político de la isla.
La derecha pudo también cosechar algunas victorias, como la obtenida por Rodrigo Chaves en Costa Rica contra José María Figueres Olsen, candidato del ya vetusto Partido de la Liberación Nacional, ex presidente e hijo del caudillo fundador de la Segunda República.
Una de las derrotas más dolorosas de este año ocurrió en el plebiscito constitucional de salida en Chile, que debía ratificar el nuevo texto constitucional para dejar atrás la herencia pinochetista y fue rechazado por una mayoría abultada.
En Uruguay, pese al logro de la izquierda que cosechó 800.000 firmas para levantar la consulta popular sobre la Ley de Urgente Consideración, la coalición oficialista neoliberal de Lacalle Pou alcanzó un triunfo ajustado que abre la puerta a un programa de restauración conservadora.
En otros niveles de gobierno, se produjeron en México elecciones en algunos Estados que arrojaron como resultado el fortalecimiento de Morena y la figura de Andrés Manuel López Obrador, mientras que en términos municipales, el Frente Sandinista ganó todas las alcaldías en Nicaragua sin mayor oposición y la ultraderecha se hizo con la alcaldía central de Lima.
En lo que se pensaba sería un eclipse político total a causa del mundial de fútbol en Qatar, varios hechos políticos sacudieron el mapa regional.
En el Perú, luego de repetidos e infructuosos intentos, la oligarquía centralista violentó la voluntad popular derrocando al maestro rural y sindicalista Pedro Castillo a menos de año y medio de su mandato.
En Argentina, mientras la euforia popular se desataba ante la obtención de su tercera copa mundial de fútbol, el campo popular sufrió un fuerte revés. Maniatado el país por una deuda odiosa contraída por el gobierno de Macri y con claros visos preelectorales, la mafia judicial-mediática, en su carácter de gestora de los grupos de poder concentrado y de la estrategia de lawfare estadounidense, logró – al menos de momento – sacar de la cancha a la principal referente progresista, la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, proscribiendo su posible candidatura mediante una sentencia viciada.
Mientras tanto, en la convulsionada e intervenida Haití, los movimientos populares lograron un acuerdo con el gobierno irregular de Ariel Henry, que estipula una salida institucional ante las dificultades que atraviesa su población y la amenaza de una nueva invasión de fuerzas multinacionales.
Asimismo, en Chile se abre un nuevo capítulo para avanzar hacia un nuevo texto constitucional. Constitución que emergerá (en el mejor de los casos) de una modalidad “en la medida de lo posible” y destrabará algunas cuestiones, pero dada la naturaleza cupular de este renovado intento, de ningún modo logrará cumplir con las necesidades de cambio que expresó el “Despertar” chileno de 2019.
Ya en el estertor del año, se efectúa la detención de uno de los principales agentes del golpismo en Bolivia, Luis Fernando Camacho, quien en conjunto con las logias cruceñas dominantes escenificaron este año una nueva intentona para conmocionar al país, del mismo carácter racista y secesionista puesto de manifiesto en el transcurso del proceso constitucional que llevó a la fundación del Estado Plurinacional o con el desconocimiento de los resultados electorales en 2019.
Perspectivas para el 2023
Si se mantiene el contexto de un sistema capitalista hiperconcentrado y financiarizado, son pocas – o ninguna -, en este esquema, las válvulas de escape para los pueblos latinoamericanos.
La rasante tecnologización digital de la economía y las relaciones sociales promovida por los mismos actores (corporaciones y fondos de inversión) sin control ni incidencia social, se revela como falsa promesa de “innovaciones”, cumpliendo la función de fetiche distractivo, de reconversión de las fuerzas productivas sin progreso humano real y por ende, de postergación.
En términos geopolíticos, la cada vez más dura puja de los Estados Unidos por detener el avance de un mundo más multipolar genera un marco de tensión permanente contra las aspiraciones de soberanía y autodeterminación de los pueblos de la región, los que tendrán que fortalecer alianzas intrarregionales de signo emancipador (como por ejemplo la CELAC) y extra-regionales (como el BRICS+) para no ser arrastrados por las intenciones neocolonizadoras.
En este marco, es previsible que las derechas continúen usando todas las estratagemas a su alcance para evitar, minimizar los alcances, aislar e incluso liquidar nuevas experiencias progresistas o de izquierda en América Latina y el Caribe.
De este modo, no habrá que extrañarse ante una combinación de estrategias de demonización mediática, proscripción judicial, bloqueos parlamentarios, medidas coercitivas comerciales y financieras unilaterales, nuevos intentos de golpe o incluso magnicidios hacia gobiernos proclives a producir cambios a favor de sus poblaciones. Es decir, el repertorio completo de artimañas del poder establecido para frenar las demandas populares.
Por otra parte, es evidente que persiste una extendida y justa insatisfacción popular, lo que no deja mucho margen para procesos de mediano plazo. Los pueblos exigen de sus representantes electos coherencia y rapidez en la solución de las graves problemáticas que atraviesan, coherencia y velocidad que encuentra barreras difíciles de superar en la cerrada oposición del poder económico y mediático – principales ejecutores de la crueldad capitalista.
De este modo, habrá también nuevas protestas masivas, paros, rebeliones populares y también represión ante las pretensiones de gobiernos conservadores de mantener y profundizar el decrépito y asfixiante sistema establecido.
En general, el mapa político se ha vuelto algo más favorable a las transformaciones, haciendo eje en tres bloques. Por una parte, el “hexágono moderado” de inclinación socialdemócrata, que conforman México, Brasil, Argentina, Colombia, Honduras y Chile, gobiernos fruto de la unidad en la diversidad. Por otro lado, el “cuadrado” formado por Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, cuyo carácter antiimperialista es mucho más definido. Finalmente, el archipiélago de naciones anglófonas del Caribe, cuyo signo, por necesidad del presente y pasado compartido, es en general de actuación colectiva en pos de una mayor autodeterminación.
Frente a ello, persisten enclaves reaccionarios como Paraguay, Guatemala, Ecuador, Uruguay, El Salvador, Costa Rica o Panamá, que atestiguan con el incremento de la violencia en su interior, la imperiosa necesidad de cambio de dirección en el timón político.
En síntesis, el panorama de 2023 presenta retos similares al del año que culmina.
Ante el deterioro de la democracia formal, es preciso avanzar hacia una democracia real de carácter multidimensional, es decir, de distribución progresiva del poder en todos los ámbitos, fortaleciendo las capacidades de decisión de la base social.
En esa dirección, la conquista de una comunicación plural, la redistribución de ingresos, la descentralización creciente del poder político, la elección directa del poder judicial, la democratización del espacio digital, la colaboración para la resolución conjunta de los desafíos comunes a través de la integración regional, la ampliación y cumplimiento de derechos humanos y sociales, la inclusión plena de las demandas generacionales, la transformación del modelo de consumo que genera endeudamiento y depredación medioambiental, la supresión de la gestión corporativa multinacional de los recursos naturales comunes, la desmercantilización de la salud y la educación, son algunas de las medidas a encaminar en lo inmediato.
Sin embargo, para que estas transformaciones adquieran nuevamente un carácter de revolución, es preciso incluir en la concepción de la misma, en simultáneo con las conquistas sociales, poner energía en promover cambios en la interioridad humana.
Es impensable creer que la lucha histórica colectiva hacia la liberación podrá acometerse sin modificar los sentidos comunes que guían el actual accionar de los grandes conjuntos humanos.
Desde la perspectiva de un nuevo humanismo, para ahondar la inacabable e indetenible ruta desde el campo de la determinación al campo de la libertad, es imprescindible la reflexión sobre el sentido más profundo de la existencia y sobre la necesidad de modificar en cada hogar, cuadra y vecindario, hábitos impuestos por la violencia, que dificultan, enlentecen o retrotraen el avance.
Se necesita una revolución que acople a la transformación del mundo exterior, la del mundo interior de cada persona, que estructure en una misma unidad ambos mundos, dotándola de coherencia entre el pensar, el sentir y la acción. En definitiva, una revolución integral, afuera y adentro, cuyo advenimiento no dependerá de fuerzas mecánicas sino de la intencionalidad de los pueblos.
¡Ojalá el nuevo año y la marea de la historia nos encuentre fortalecidos en la tarea de humanizar y humanizarnos, de aprender sin límites, de superar el resentimiento y las contradicciones y de amar la realidad que construimos, día a día, de todxs y para todxs! Entonces, el nuevo año será realmente nuevo.
La representación en América Latina del Movimiento de Mujeres de Kurdistán repudió el ataque ocurrido en París, Francia, contra el Centro Cultural Kurdo Ahmet Kaya, del barrio de Strasbourg Saint Denis.
En el ataque con armas de fuego, perpetrado por un hombre de 69 años que fue detenido luego del hecho, fallecieron Emine Kara, una de las principales figuras del Movimiento de Mujeres Kurdas; M. Şirin Aydın y Abdullah Kızıl, del Movimiento Cultural.
A continuación publicamos la declaración completa de la representación latinoamericana del Movimiento de Mujeres de Kurdistán:
¡París fue regado con la sangre del pueblo kurdo por segunda vez!
Una de las pioneras del movimiento de mujeres de Kurdistán Evîn (Emine Kara), la artista de Kurdistán Mir Perwer y un patriota llamado Abdullah Kızıl perdieron la vida en el ataque armado contra el Centro Cultural Kurdo Ahmet Kaya en el centro de París esta mañana.
El Estado francés, que no llevó a juicio a los verdaderos culpables de la Masacre del 9 de enero de 2013, y contribuyo al suprimir todas las pruebas, permitió que se repitiera la masacre que tuvo lugar hoy como hace 10 años.
La elección de las potencias internacionales de permanecer en silencio frente a estas masacres es una indicación de su asociación con la masacre. Para el pueblo kurdo, los asesinos están identificados. Para los kurdos, el asesino no es el que aprieta el gatillo, sino el poder que lo ordena.
El pueblo kurdo sabe muy bien que este ataque fue llevado a cabo por la mano del estado turco. No es una coincidencia que el ataque se haya llevado a cabo contra instituciones kurdas y lugares de trabajo de kurdos.
Nuevamente, no es una coincidencia que este ataque haya tenido lugar cerca del aniversario de la masacre del 9 de enero. Las fuerzas detrás de este ataque son el sistema genocida alimentado por la mentalidad del estado-nación.
Si bien los ataques fueron organizados por el Estado turco, el esfuerzo del Estado francés por encubrir el crimen y presentar el incidente como un simple asesinato o un ataque racista también muestra la participación del Estado francés en este ataque.
Hoy, los estados capitalistas están creando una gran manipulación al definir como terroristas a las personas que luchan por la libertad y resisten protegiendo sus derechos culturales, idiomas e identidades.
Los mismos estados capitalistas están revelando su hipocresía al ignorar a los responsables de un verdadero ataque terrorista que tuvo lugar en París contra el pueblo kurdo.
El esfuerzo por tratar el incidente en el marco de una simple investigación de asesinato diciendo que ocurrió por alguien que es mentalmente inestable o tiene pensamientos racistas hace que el estado francés sea sospechoso en este incidente, como lo fue en la masacre del 9 de enero.
Las autoridades francesas descartaron testigos oculares; es una muestra de ello que ignoran sus testimonios que demuestran que el ataque fue un ataque planeado y dirigido. Una vez más, las mismas autoridades francesas no pueden explicar el hecho de que el atacante prosiguiera el ataque durante varios minutos a pesar de que muchos policías de civil estaban de servicio en el lugar donde se produjo el ataque, y que estos policías no intervinieron durante ese tiempo. El atacante fue capturado por patriotas kurdos en el lugar y entregado a la policía. Las autoridades francesas, por su parte, declararon que el atacante fue neutralizado por la policía.
No es una coincidencia que nuestra camarada Evin, una de las principales cuadros del Movimiento de Mujeres del Kurdistán, haya sido baleada en el ataque. Nuestra compañera de europa es una pionera revolucionaria que dedicó su vida a la lucha por la Liberación de la Mujer. Evin (Emine Kara), quien ha trabajado en muchas áreas de la lucha por la libertad de las mujeres, se concentraba en organizar a las mujeres brindándoles un sentido de libertad en todos los campos a los que se dirige.
Levantó el movimiento de mujeres en todos los ámbitos que visitó y pidió cuentas al estado turco fascista colonialista. Es por eso que los estados masculinos asesinos están atacando con profundo miedo e ira la ola de revolución que se extiende en torno al lema de JIN JYAN AZADI, que es el heraldo de la vida libre, tejido alrededor de las mujeres que brota en Kurdistán y se extiende a Oriente Medio.
Mientras intentan silenciar el grito de libertad de las mujeres kurdas que se extiende por todo el globo, no pueden evitar que las mujeres de todo el mundo se aferren a este grito con más fuerza. El estado turco fascista, ahogándose en su propia inmundicia, incluye cada vez más a las fuerzas internacionales en su oscura identidad a medida que las consignas de la revolución abandonan lo individual y adquieren una identidad universal. La mentalidad que asesinó a Jina Amini en Irán y asesinó a Nagihan Akarsel en Sulaymaniyah hoy trató desesperadamente de silenciar el grito de libertad de las mujeres asesinando a Evin (Emine Kara).
Como movimiento de mujeres de Kurdistán, creemos que todos los pueblos y mujeres del mundo, que no han escatimado su solidaridad con el pueblo kurdo, apoyarán la búsqueda de justicia en este caso de hoy. Nuestro llamamiento es para que todas las mujeres del mundo pidan cuentas al dictador fascista Erdogan dondequiera que estén, y obliguen a los responsables a llevar a los verdaderos asesinos ante la justicia para romper el silencio de los estados francés y europeo.
Si algo nos han enseñado los movimientos feministas, es que los temas sobre los que se debate son siempre los más actuales en el sentido de la demanda por la igualdad y la equidad, la erradicación de la violencia contra las mujeres o la no discriminación por asuntos de género.
Así lo manifestó Guadalupe Valencia García, coordinadora de Humanidades de la UNAM, al poner en marcha la Tercera Conferencia Anual Latin American Interdisciplinary Gender Network (LAIGN), “Irrupciones Feministas Anti-Sistema en América Latina”, realizada en conjunto entre el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), la Universidad de Yale y UNAM-Boston.
En realidad, destacó, siempre se está hablando de derechos humanos, de libertad, de justicia, de ética, de política, y para tratar cada uno de estos temas no hay mejor manera que el trabajo interdisciplinario. Esto asegura, continuó, que a través de los diversos discursos disciplinarios, de las discusiones, del debate, y desde las narrativas de los activismos feministas, se puedan construir microcomunidades enredadas que desemboquen en una reflexión colectiva, una visión de conjunto, y así veamos cuáles han sido nuestros alcances y cuáles son los desafíos.
La Conferencia Anual LAIGN, agregó Valencia García, llega a su tercera edición en la búsqueda de su consolidación como parte de las actividades interinstitucionales de la UNAM, en la que intervinieron 120 integrantes de la red, provenientes de 35 instituciones de América Latina.
Las calles latinoamericanas se inundan con pañuelos verdes y morados, y pancartas demandando justicia. Las feministas provocan a través de la escritura, las artes y la reflexión colectiva; se hacen escuchar en calles, aulas, mercados, parlamentos y redes sociales; se apropian de espacios y de sus cuerpos; resignifican la memoria; intervienen el lenguaje y los símbolos patrios; proponen antimanuales y antimonumentas, así se lee en la introducción y bienvenida del CIEG a dicho cónclave.
Y continuó: “cada movilización es única, pero todas forman parte de un proceso más amplio de luchas antisistema. La tercera conferencia abre un espacio para discutir los desafíos que enfrentan los feminismos y analizar posibles antídotos para estos tiempos de conservadurismo”.
Al respecto, Marisa Belausteguigoitia, titular del CIEG, enfatizó: “estos movimientos son críticos, y la crítica se hace con lo que se deja fuera y desordena el centro, es ese orden de lo que quedó fuera: reflexión desde lo anti, que produce efectos críticos”.
En su oportunidad, Benjamín Juárez Echenique, exdirector del Centro de Estudios Mexicanos (CEM) de la UNAM en Boston, Estados Unidos, dijo que nadie se resiste a la convocatoria de la red que cuenta con una marca irresistible: UNAM-Yale.
Ante esto, añadió que el feminismo no es algo que compete sólo a las mujeres, sino a todos, y tampoco únicamente a la interdisciplina, pues además a los estudios intersección en los que vemos género, junto con situaciones de clase, geografía, economía e ideas políticas.
“Porque no se trata de hablar para quienes tienen las mismas ideas, sino dirigirnos a aquellos que no las tienen, y llegar a construir consensos y acciones; es por eso que el primer motor para la creación de esto fue romper geografías, porque estamos en uno de los centros más importantes del mundo de pensamiento y de acción”.
Finalmente Claudia Valeggia, directora del Council on Latin American & Iberian Studies (CLAIS) de la Universidad de Yale, manifestó que la unión de la mencionada red, así como de la universidad que representa y la UNAM, se dio para generar conocimiento a través de contenidos académicos, culturales y activistas que faciliten un diálogo y ofrezcan posibles soluciones a temas respecto al género.
Se realizaron, detalló, labores en siete grupos de trabajo: Género y educación; Teoría del género y feminismo; Género, economía, pobreza y salud; Género en las artes y las humanidades; Género en la ciencia, la tecnología y la innovación; Género y derechos humanos; y Foro de género y políticas.
Cuautla, Morelos. En el libro «Mundos Otros y pueblos en movimiento. Debates sobre anti-colonialismo y transición en América Latina», el periodista y escritor uruguayo Raúl Zibechi propone una mirada social a las experiencias y luchas de América Latina; el papel del Estado y sus alianzas; del pensamiento crítico, de los pueblos originarios y de las resistencias, e invita a pensar en las renovadas y e innovadoras lecturas de una realidad.
En entrevista con Desinformémonos, Raúl Zibechi explica que “los pueblos originarios y su lucha anticolonial, junto con las mujeres y su lucha antipatriarcal, son dos movimientos o sujetos colectivos que han hecho entrar en crisis al pensamiento crítico de cuña eurocéntrica, ya sea marxista, anarquista, cristiana. Son colectividades que han mostrado un mundo nuevo, que no se va a construir después de la toma del poder, sino que ya existen en retazos pequeños de mundos otros”.
Los movimientos que gestan esos mundos nuevos, la resistencia, la lucha y la esperanza, asegura Zibechi, “siempre se ubicaron en la periferia”. Esos mundos donde los sectores populares tienen una fuerza importante en sus propios territorios, pueblos originarios, pero también negros, campesinos y periferias urbanas, “ya no esperan al mañana, ya existen hoy”.
Desde hace más de 30 años, Raúl Zibechi ha recorrido la América Latina insumisa. Es un viajero que acompaña movimientos y procesos sociales, así como educador popular y periodista, que forma parte del equipo de trabajo en Desinformémonos y en otros medios de comunicación.
Zibechi explica que su formación en los años 60 y 70 comenzó cual ferviente seguidor del marxismo-leninismo, que defendía la revolución, la toma del poder, la organizacion jerarquizada, la dirección con centralismo democrático y la conquista del poder. En ese tiempo era la puerta que abría el tránsito de un mundo nuevo a un mundo poscapitalista, socialista “o como se le quiera llamar”, hasta que “esa forma de ver el mundo entró en crisis”.
Era una crisis ideológica, aclara el periodista. “En principio pensaba que había entrado en crisis por el fracaso del socialismo real, pero luego me doy cuenta de que, además de eso, la irrupción de dos fuerzas sociales muy importantes, que son los pueblos indígenas y las mujeres, que esos mundos otros están tejidos, no con la producción de mercancías o valores de cambio, sino por la producción de valores de uso. Son básicamente un mundo de los cuidados, del sostenimiento y la reproducción de la vida”.
En Mundos Otros, Raúl Zibechi escribe que “uno de los obstáculos a superar en este proceso anticolonial era el propio concepto de movimientos sociales y de movimiento anti-sistémico, conceptos creados en contextos determinados”. Más adelante, Zibechi emplea el término de “sociedad en movimiento” para ubicar territorios y organizaciones territoriales, pero argumenta que las experiencias zapatista, kurda y de pueblos originarios en Latinoamérica lo llevaron al concepto de “pueblos en movimiento”, al que se suma el ingrediente de la autodeterminación.
Esos mundos, señala el escritor, “los encontramos en comunidades indígenas, en palenques, en espacios donde los sectores populares organizados recuperan territorios y van construyendo su vida en esos espacios, esos mundos no hegemonizados por el capital ni por el Estado ni por relaciones sociales patriarcales y coloniales capitalistas”.
Estados que mutan
Sin olvidar el papel del Estado y su desarrollo, Raúl Zibechi explica que éstos “han mutado radicalmente. Aunque no hay una fecha concreta de esa mutación, sí hay un periodo que podría llamarse periodo neoliberal, en los años 80 y 90, cuando los Estados se transforman bajo la hegemonía del capital financiero, pues antes el capital era básicamente un capital productivo, industrial”.
Explica que el Estado, en el periodo anterior, “contribuía a la formación de ciudadanos, el Estado-Nación, que defendía la soberanía nacional”. México, señala, es un ejemplo de ello, pues desde el Cardenismo, la soberanía nacional y la construcción de ciudadanos “es a través de la escuela, de los símbolos patrios y del trabajo”.
Fue un periodo en el cual “una familia podía llegar del campo a la ciudad, existía una fuerte migración interna, y a lo largo de una o dos generaciones podían tener una desarrollo ascendente. Llegaban a la ciudad como albañiles o mujeres que trabajaban en la limpieza, y después de un tiempo podían enviar a sus hijos o hijas a la Universidad. Eso fue una realidad en todo el mundo, y también en América Latina”.
Hoy en día, expone Zibechi, “la situación se han invertido, pues hoy la ciudadanía no tiene ningún valor y la soberanía nacional tampoco. Los Estados-Nación han sido secuestrados por ese uno por ciento que representa el capital financiero. El Estado ya no sirve más para crear ciudadanos ni para proteger a través de la salud, de brindar educación, de alentar la vida y la reproducción de las familias; sino que son parte del sistema de acumulación por robo, de acumulación por desposesión, como lo menciona el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, en el texto La Cuarta Guerra Mundial”.
Las formas en las que se traduce la guerra de despojo contra los pueblos se observa, agrega el periodista y acompañante, en el desplazamiento de comunidades enteras para convertir la naturaleza en mercancías. Esa política de capital, explica, “es apoyada y avalada por el Estado, en un proceso donde sus instrumentos, desde las fuerzas armadas y policiales hasta la justicia y un andamiaje institucional, facilitan el despojo, mercantilizando todo lo que puedan. Ahí es donde se encuentran las resistencias”.
“Ya no importa tanto quién esté en el gobierno, si es de derecha, izquierda, centro o lo que sea, porque la política y las acciones concretas se deciden en otro lugar, en los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, que es un tribunal internacional de arbitraje al servicio del capital”, enfatiza Zibechi.
El proceso de secuestro del Estado por el capital financiero, como lo llama el autor, ha sido muy rápido, se produjo en muy poco tiempo, en un par de décadas. “Ya no depende a considerar que hay sectores o personas buenas dentro de esas institucionalidades, porque eso no cambia”, sentencia.
La resistencia en la periferia
Una de las cosas que ayudó a definir las periferias, expone Raúl Zibechi, fue estudiar a fondo el proceso de trabajo y resistencia en las fábricas de Uruguay y de las causas y el desarrollo de las rebeliones contra el sistema de explotación de la división social del trabajo, en lo que se llamó Fordismo y Taylorismo.
En este sistema de trabajo, explica, participaron “los obreros no calificados, la periferia de los obreros, y los obreros más calificados o una parte de ellos. Pero inicialmente esta periferia de obreros no calificados estaba en las secciones más ruidosas, más contaminadas en pintura, en aquellas secciones que implicaban una maquinaria terriblemente ruidosa, con frío en invierno y calor en verano. Ellos son los que se rebelaban. Esas rebeliones obreras no pasaban por los sindicatos, sino que los sindicatos las bloqueaban o intentaron bloquearlas, aunque en algunos casos hicieron un puente y a veces acompañaron esas luchas”.
Insiste en que existe una lectura en el movimiento obrero sobre “que el sindicato fue el centro de la lucha. Ha habido sindicatos muy buenos, pero siempre fue la base obrera y sobre todo los no calificados (periferia) en la industria los que tomaron la iniciativa”.
Ahora, explica Zibechi, son los pueblos originarios, los pueblos negros, campesinos y las periferias urbanas los centros de los movimientos, pero esto tampoco quiere decir que son todos los que participan en las luchas.
“Si uno mira con la lupa”, detalla el viajero y acompañante, “ve lo que existe en las comunidades, que algunos jóvenes y jóvenas toman la inciciativa y en el mejor de los casos consiguen arrastrar a buena parte de la comunidad, o a muchas comunidades en algunos momentos. Después viene la represión y lo que queda es un núcleo reducido, pero con convicciones muy firmes”.
Añade que son grupos no jerarquizados, que no responden a un aparato que funciona en el centralismo democrático, sino una organización de carácter comunitaria, con compromiso militante. “No hace falta estar en una organización jerarquizada para tener un firme compromiso con la vida, con la lucha y la resistencia. Además ellos tienen un diálogo con sectores más amplios, que cuando pueden se expresan”. Eso, resalta Zibechi, es el corazón.
“Las cosas funcionan en la vida con base en dos momentos: la expansión y la contracción. Cuando la represión es muy fuerte aparece la contracción y los pueblos se protegen, pero cuando hay condiciones se expanden. Sucede así en el invierno o en el verano con las plantas, con los animales, con la vida y con las luchas”, aclara el periodista.
“La vida son ciclos”, dice. “Eso es lo que pasa en las Juntas de Buen Gobierno, en Cherán u otras experiencias. Cuando la situación se pone muy dura, parece que las cosas se reducen al mínimo, pero luego vuelven. Lo digo para no desesperar, porque las cosas en este momento están pasando por una sequía muy depredadora, y tiene muchas raíces esa sequía, algunas en institucionales, otras represivas y otras vivenciales”, remarca.
Economías legales e ilegales
“Yo quiero desarmar la idea de las economías legales e ilegales para pensar que todo el sistema funciona como un mecanismo aceitado legal o ilegal, pacífico y con violencia, y que en cada momento se utiliza lo que conviene. Las llamadas economías ilegales o el narco no podrían existir ni sobrevivir sin un apoyo explícito de las Fuerza Armadas y policiales, del aparato de justicia y por lo tanto del Estado”, recalca el periodista Raúl Zibechi.
El concepto de lo legal y de lo ilegal, considera, “habría que aparcarlo, estacionarlo a un costado”, porque “uno puede decir que la economía capitalista es legal, pero fue fundada en el despojo. Cuando los Españoles llegan a la América no había propiedad privada, pero entonces usurparon tierras y le pusieron el nombre de los hacendados a las tierras, y así todo”.
Si miramos a largo plazo y miramos esto ciclos, cuenta el escritor, “vemos que la economía llamada legal siempre estuvo fundada en lo ilegal, en las fuerzas brutas, y se reproduce en buena medida de la misma manera. Hoy existe todo un aparato publicitario queriendo convencer a la población de que la sociedad funciona bien, sólo que existen malos muy violentos llamados narcos. Pero el sistema hoy funciona con base en el despojo, y las llamadas economías ilegales o narcos son complementarias de esas economías supuestamente legales”.
Un ejemplo que explica a la economía legal son las patentes de las semillas, dice. “Hoy en día se patentan semillas que durante milenios cultivaron los campesinos, pero llega Monsanto u otras empresas y se apropian de ellas, y el campesino ya no la puede seguir usando. En Colombia hay gente presa o asesinada por usar y guardar sus mejores semillas, algo que siempre hicieron los campesinos, para usarlas en la próxima temporada. Las semillas patentadas semillas que se suicidan, que ya no sirven para un segundo cultivo”.
Esta es una práctica de muerte, asegura Zibechi. “Es una economía de muerte y los campesinos lógicamente la resisten”. “La diferencia entre la economía legal e ilegal es mínima, es una cuestión de formas. Toda la economía capitalista, y en este periodo del capitalismo particularmente, se basa en el despojo, la muerte, el desplazamiento forzado y el genocidio, y eso o lo entendemos o nos llevan a la tumba sonriendo, porque creemos que estamos en la legalidad”, considera.
El escritor y periodista se pregunta, “¿cuál es la legalidad de la Guerra contra las Drogas?” En relación con las “economías ilegales”, dice, “éstas contribuyen porque les ayudan a despejar en los lugares donde existe oposición, y no es ninguna casualidad que en Chiapas, Guerrero, Oaxaca y en buena parte de México, los narcos a quienes atacan no van contra el ejército ni el gobierno. Atacan a los pueblos que resisten. Sistémicamente son parte de lo mismo. Más que una alianza, diría que es un engranaje que funciona abarcando todas esas facetas”, concluye el periodista.
Frente a todo el engranaje sistémico de violencia y despojo contra la vida, sin embargo, Zibechi asegura que los movimientos y las luchas sociales, gestadas en la periferia, son el frente que no sólo resiste a las embestidas del Estado y el capital, sino que también, como parte de su resistencia, construyen y participan desde su cotidianidad los mundos otros, aquellos que abren paso a los nuevos mundos.
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