La revolución de Internet y, con ella, la comunicación en línea es una de las principales características de la era en la que vivimos. Si bien, muchos de los avances tecnológicos relacionados a esta fueron creados el siglo pasado, los últimos años han tenido un mayor desarrollo y expansión. Y a medida que estos avanzan, es importante que la audiencia se eduque para ser consciente y crítica de la información que recibe. En esta línea, mucho se habla actualmente de la necesaria media literacy (alfabetización mediática).
Académicos como Carlos Scolari, Buckingham y Domaille explican que hablar de media literacy implica que el público genere conciencia crítica, tenga una participación democrática e, incluso, sepa disfrutar de la oferta de los medios. En esta línea, resulta de interés conocer cómo es que las cadenas de información contribuyen a la causa.
La iniciativa de la Australian Broadcasting Corporation (ABC) destaca en este aspecto con el trabajo que realiza desde su plataforma ABC Education. En esta web dedica exclusivamente un apartado a la Media Literacy, en el que comparte contenido propio con el que ahonda en temas que van desde los principios básicos sobre la generación de noticias y qué es la alfabetización en medios, hasta fenómenos como las fake news o la interactividad, además de dar tips para profesores de la materia.
La sección Explaning News se divide a su vez en dos apartados: News Basics y Learn from experts. En el primero se ofrecen notas en las que mayormente son los mismos periodistas de ABC quienes explican de forma sencilla y creativa (vídeo, texto o imagen), pero rigurosa, temas sobre la producción de información periodística. Se incluyen, por ejemplo, publicaciones sobre ética, opinión y periodismo de investigación. En el segundo, Lear from experts, podemos ver entrevistas a expertos de la industria informativa en formato de vídeo corto, y con ellos aprender sobre cómo los medios afrontan los desafíos de la tecnología.
Por su parte, el espacio Questioning Media desarrolla dos temas principales titulados Fake or False News y Fact check essentials. En estos se tiene acceso a notas y recursos interactivos relacionados a la temática de noticias falsas y verificación. Destaca el juego Real, LOLZ, oops or fake? que la misma ABC ha desarrollado y que consiste en que los estudiantes aprendan a cómo comprobar la credibilidad de una noticia.
En el apartado Teacher Tips, la ABC pone a disponibilidad de los maestros diversos recursos para usar en clase y educar sobre los medios, también ofrece kits de herramientas, plantea retos y concursos, da sugerencias de gestión de asignaturas con ayuda de los medios; todos estos acompañados de una guía detallada de aplicación. Asimismo, proporciona links de interés que dirigen a páginas externas que abordan la misma línea temática. Uno de los recursos que más llama la atención dentro de esta sección es el interactivo Fact vs opinion vs analysis, diseñado para ayudar a los estudiantes a comprender las definiciones de hechos, opiniones y análisis de noticias.
Interactivo Fact vs opinion vs analysis de la ABC.
Por último, en la sección Media Literacy Week se comparte contenido que profundiza en la alfabetización mediática como tal. De esta forma, se ofrecen notas textuales o en vídeo que explican la importancia de dedicar esfuerzos en pro de una sociedad que haga un consumo consciente de la información. También, presenta casos destacados a nivel mundial sobre medios que trabajan en esta línea.
Además de desarrollar estos cuatro apartados, ABC Media Literacy ha reservado un espacio, al final de su web, denominado More on Media Literacy, desde el cual se puede acceder a páginas que gestiona la misma cadena, con las que se suma a la lucha contra la desinformación. Estas páginas son ABC Factcheck, Navigating the News, Science y Backstory.
Más de 100 grupos de estudiantes de universidades y escuelas secundarias de todo Taiwán formaron una coalición contra las «noticias falsas», en particular para contrarrestar las campañas de medios de comunicación patrocinadas por el estado de China continental que buscan «distorsionar» los informes de noticias, incluso sobre temas relacionados con Taiwán. .
Los estudiantes liderados por las asociaciones de estudiantes de la prestigiosa Universidad Nacional de Taiwán (NTU) y la Universidad Nacional Chengchi dijeron que la coalición llamada ‘Frente Juvenil para Boicotear Noticias Falsas’ trabajará con grupos de estudiantes en campus de Taiwán para lanzar una campaña para boicotear a los medios de comunicación, particularmente Estaciones de televisión que promovían las falsedades.
La oficina presidencial de Taiwán dijo en marzo que las noticias falsas «representan una amenaza para nuestra democracia», y el presidente Tsai Ing-wen declaró:el 7 de abril, el Día de la Libertad de Expresión de Taiwán, esa «guerra de noticias falsas desde el exterior plantea desafíos para Taiwán, al igual que Europa es desafiada por el terrorismo».
«Las noticias falsas que vienen de fuera de Taiwán están dañando la libertad bajo el disfraz de libertad», dijo.
Pero los funcionarios también reconocieron las dificultades para controlar las falsedades y los medios de comunicación, ya que Taiwan valora la libertad de expresión, lo que lo diferencia de las draconianas restricciones en el continente chino.
Algunos comentaristas en Taiwan caracterizaron la campaña estudiantil como un nuevo ‘Movimiento de Girasoles’, refiriéndose al movimiento dirigido por estudiantes de 2014 que criticó los movimientos del entonces gobierno de Taiwan para mejorar las relaciones económicas con China, y que se convirtió en una fuerza política importante después de que los estudiantes ocuparon la Legislatura.
Se considera tan importante como un movimiento liderado por estudiantes antes de las elecciones generales que se celebrarán a principios de enero de 2020, y países como Australia , Nueva Zelanda y los Estados Unidos se han preocupado por las actividades en el extranjero del gobierno de Beijing para influir Medios locales y campus universitarios.
La creciente influencia de los medios de comunicación de China
Los grupos de estudiantes dijeron que estaban especialmente preocupados por la creciente influencia de Beijing sobre los medios de comunicación en Taiwán y en otros lugares.
Una petición en línea lanzada por estudiantes a principios de abril contra información parcial y no verificada también solicitó medidas gubernamentales contra campañas en los medios de comunicación orquestadas desde China continental.
Los grupos de estudiantes involucrados en la petición y apoyados por docenas de académicos y políticos notaron que Beijing estaba constantemente tratando de «imponer la censura» a los medios de comunicación taiwaneses ofreciendo inversiones o acceso al mercado continental como un incentivo.
En una campaña que tenía como eslogan ‘Recuperar el control remoto de la televisión’, los estudiantes de la NTU a fines de marzo hicieron una campaña para prohibir las transmisiones de CtiTV News, un canal de televisión nacional por cable propiedad de Tsai Eng Meng, un magnate de los medios de comunicación que favorece la reunificación de Taiwán con El continente – en las cafeterías del campus. La campaña obtuvo un gran apoyo de los estudiantes en cuestión de días.
La estación de televisión es conocida por sus programas pro-China y pro-Kuomintang, el partido nacionalista que favorece la reunificación. El holding de la estación de televisión Want Want China Times Group defendió parte de su cobertura alegando que atraía a los espectadores.
La campaña «Recuperar el control remoto de la televisión» surgió de la creencia de muchos estudiantes de que prohibir el canal desde el campus violaría la libertad de los medios. «Prohibir ciertas estaciones de noticias de televisión dañaría la reputación de la universidad de ser una institución libre y democrática», dijo la presidenta de la Asociación de Estudiantes de la NTU, Michelle Wu, en una conferencia de prensa el 14 de abril, y agregó que era mejor cambiar de canal que imponer un boicot.
Canales de medios múltiples
CtiTV News recibió una multa este mes de aproximadamente TWD1 millón (US $ 32,400) por parte de la Comisión Nacional de Comunicaciones de Taiwán por fallas en la verificación de hechos en virtud de la Ley de Radiodifusión por Satélite de Taiwán, luego de una revisión del contenido por un comité de expertos.
Pero Taiwán también se ha preocupado de que China use canales de medios, incluidos servicios de transmisión de video que operan desde el continente, como canales de influencia política.
«Nos preocupa que los servicios de transmisión de medios que tienen vínculos estrechos con Pekín puedan tener influencias culturales y políticas en Taiwán», dijo Chiu Chui-cheng, viceministro del Consejo de Asuntos de China Continental que se ocupa de los asuntos a través del Estrecho. Agregó que podrían «incluso afectar las elecciones de Taiwan».
Los expertos señalan que, a diferencia de China continental, en Taiwán no existe un servidor de seguridad que restrinja el acceso a los servicios en línea de China continental.
Pero Hu Yuan-hui, profesor de la Universidad Nacional Chung Cheng y director de un centro de verificación de hechos independiente en Taiwán, dijo que los investigadores «no tenían forma de distinguir qué desinformación es producida directamente por el gobierno chino y cuál no».
Un artículo del diario La Nación 1 pone otra vez el poder de fuego en la escuela pública, el periodista hace un análisis filtrado, obviamente, por la ideología de la colonialidad de pensamiento que le impone el medio que lo publica.
“Extraviada en el laberinto de los conflictos sindicales, incapaz de garantizar lo elemental -el dictado continuo de clases- y reacia a ser evaluada, la escuela pública parece cada vez más alejada del impulso creativo, de la innovación y de la capacidad de generar curiosidad y motivación entre los jóvenes.”. Arranca el periodista su texto de remanido desprestigio reformista, el párrafo emula per se los eslogan que desde hace casi 30 años los reformadores y sus
voceros disparan contra la escuela pública como estrategia de invasión.
La “crisis” de lo público fue el formato apropiador para el plan de desposesión de los activos públicos de países como el nuestro, desde la privatización de las empresas de energía y servicios, hasta las continuidades reformistas de la escuela pública para su apropiación y posterior puesta en la conformación creciente del mercado educativo que necesita el modelo capitalista para poder subsistir. ¿O, no fue Sunny Varkey 2 quien dijo que el mercado de la educación estaba valuado en 3 trillones de dólares? y seguramente ahora mucho más.
El negocio varias veces millonario es la causa de la crisis de la educación, una fórmula que no falla, poner en crisis lo público, en este caso la escuela, que le ha permitido al propio Varkey ser billonario con una fortuna personal de 2.5 billones de dólares, según la revista Forbes.
Así que, la escuela está en crisis, porque fue puesta en crisis. Incluso con los sucesivos desfinanciamientos presupuestarios, subejecuciones de partidas y la pauperización continua de los salarios docentes, sumado a los discursos eficientistas de “preocupación política” y de licenciados en administración de empresas, economistas y abogados, todos ceos de fundaciones corporativas “preocupadas” por la educación, invocando los lineamientos de los obsoletos organismos internacionales y subvencionadas por el Departamento de Estado de los EEUU en muchos casos.
El periodista del diario que tiene una fundación y que patrocina encuentros reformistas, dice que la escuela está “extraviada en el laberinto de conflictos sindicales…”; yo diría que la escuela está a merced de la conflictividad creada por el gobierno en materia salarial, programática y didáctica y estos últimos dos conceptos englobados en una pedagogía que no pasa de ser instrumental.
Luego continúa con “… incapaz de garantizar lo elemental…” y por supuesto reza el credo reformista… creatividad; innovación, curiosidad; motivación.
Otra vez, el periodista, recostado en la comodidad de un discurso archidigitalizado, ignora todos los factores que conviven en el día a día escolar y que sólo los docentes conocen y también los integrantes de las familias de los alumnos/as, que están en la práctica diaria, lo que no vamos a detallar aquí por razones de economía lingüística. Aunque como ejemplo podríamos citar la lucha por el no traslado de la Escuela de Cerámica 1, o al intento de cierre de las nocturnas y de los profesorados por parte de un ministerio de educación de la Ciudad que tiene una estructura
obsoleta, decimonónica y su burocracia es la verdadera máquina de impedir.
Incluso el ineficaz ministerio de la Nación que no tiene escuelas, ni paga salarios docentes pero hace convenios multimillonarios con fundaciones, como la de Sunny Varkey, para no abundar.
Pero ese es otro tema (o el mismo) que habrá que debatir en un amplio Congreso Pedagógico, para transformar el modelo parasitario de las fundaciones corporativas alimentándose del dinero público que debería ir a las escuelas para que no se caigan, para que no se lluevan, para que no sean una trampa de electrocución, por ejemplo. O a los comedores escolares en épocas donde el hambre y el aumento de la pobreza vuelven a ser una cuestión primordial, sobre todo cuando la mitad de los chicos y chicas son pobres y paradójicamente, por no decir perversamente, el
gobierno de la Ciudad pretende cobrar 110 pesos por día a aquellos alumnos y alumnas que no hayan tramitado la beca alimentaria (por internet).
Podría, señor periodista, haberse enterado de esas resoluciones ministeriales. Y, tal vez, pueda ver que los conatos de “conflictividad”, siempre, siempre, son provocados por este gobierno, incapaz de un plato de comida, pero obscenamente dadivoso para la quita de retenciones a las megamineras.
Y es en estas circunstancias, cuando se habla de “vulnerabilidad educativa”, se debería aclarar que la escuela no es más que la manifestación de la vulnerabilidad social generada por las políticas de Estado. Cuando el Estado decide “seleccionar” para dar un plato de comida a los pibes y pibas, que, además, se tienen que “inscribir” para solicitarlo y posteriormente si la solicitud es aceptada, recibirlo, firmando una suerte de “certificado de pobreza”, no sólo es estigmatizante, sino obscenamente discriminatorio.
Naturalizar estas prácticas es naturalizar la “cultura represora” que anida en la intelligentsia elitista gubernamental y sus “voceros” (correveidiles) mediáticos. En esos temas, no recuerdan hablar del sistema de educación finlandesa que otorga el almuerzo a todos/as sus estudiantes de las escuelas públicas (97%), y que les da una hora o más para ese refrigerio con alimentos de alta calidad nutricional y eso no es porque sus alumnos/as sean pobres, es porque tienen una política de Estado de mucha atención y protección a la niñez y a la juventud.
En cambio en estas latitudes, es en la escuela pública donde aparece en toda su dimensión la problemática social que el señor periodista del diario La Nación no pudo focalizar porque el velo de su ideología le tapa la realidad. Piensa la escuela como un laboratorio aséptico, artificial donde aparecen los premios de las fundaciones y sus premiados que llevan a Davos a vivir en el mundo de Disney por un millón de dólares, y por un ratito, que uno solo “gana”.
¿Qué es para Varkey un millón de dólares de los miles de millones que gana con sus “servicios educativos” prestados de manera estandarizada a gobiernos como este o el de Ghana?, incluso en un convenio con la UNESCO, para no abundar. Asegurándose la difusión de su negocio corporativo y de la ideología del “mérito” y el “éxito” con todo lo que eso conlleva en lo que Angelique del Rey definió como “Un ‘hombre sin atributos’” 3 formado para “no saber”, para “no ser”, es decir, formado en las competencias.
¿Ideologismo, privilegio? o la era del pospensamiento que impulsan los reformadores y sus lenguaraces?
Pero hay más, el periodista insiste con los mismos argumentos: “En las últimas décadas, la escuela ha confundido vanguardia pedagógica con confusas reformas programáticas y con la imposición de neologismos y maquillajes que han dado muy malos resultados. Las Pruebas Aprender son una demostración categórica: los chicos tienen severas dificultades para comprender textos y resolver cálculos elementales. Ni hablar de la capacidad para exponer ideas, oralmente o por escrito, con claridad y coherencia. El retroceso en la calidad educativa es un dato que solo puede negarse desde algún ideologismo que, por lo general, encubre la defensa de un privilegio.”
Parece ser que el periodista confunde escuela con ministerio, las “confusas reformas programáticas” no surgen de la escuela, no se piensan en la escuela, se imponen de la dirección de Planeamiento del decimonónico ministerio de educación, que para ejemplificar con la Ciudad de Buenos Aires, primero fue “La Nueva Escuela Secundaria” y ahora, “La Secundaria del Futuro”, dos engendros que se superponen; reforma de la reforma, o como diría el presidente, “el
reformismo permanente”.
Y para coronar, en épocas de reyes (que poco o nada saben de Borges), “El Plan Maestro”, un plan de desposesión fundado en esa intelligentsia elitista, viral de las fundaciones, ong’s y universidades privadas (que son una especie de faro de la reforma educativa), si es que seguimos de cerca las “citas de autoridad” que aparecen en las argumentaciones, o incluso rastreamos que en su texto aparece 72 veces la palabra “evaluación” y menos de la mitad (30 veces) la palabra “conocimiento” , el adjetivo “pedagógico” en 7 oportunidades y el adjetivo “didáctico”, una.
Probablemente esto, que acabo de describir, tampoco le llamó la atención al señor periodista.
Mientras que en la “ley de formación docente…”que legaliza la UniCABA, que es lo más parecido a un reglamento de vigilancia para castigar a los profesorados históricos; la palabra “evaluación” aparece 36 veces; “conocimiento”, 26; “pedagógico”, 3 y “didáctico”, 0.
De qué hablamos, entonces, cuando hablamos de cuerpos legales que se enmascaran en la “educación” pero los efectos que buscan generar tienen otro sentido.
En correlato, dice el periodista: “…Las pruebas Aprender son la demostración categórica…”. Las pruebas Aprender no fueron ni pensadas, ni diseñadas por los/as docentes. Sólo fueron pensadas como un instrumento para continuar con el ejercicio provocador de degradación y sumisión de la docencia, que, además, transforma al que estudió en un mero “aplicador”, sobran los ejemplos mundiales para demostrar que las pruebas estandarizadas son un multimillonario negocio, como ejemplo están las famosas pruebas PISA, patrocinadas por la OCDE y negociadas por Pearson PLC, una de las mayores corporaciones editoriales del mundo con una trayectoria poco transparente,
sobre todo en EEUU. ¡Lo que no hará en países como el nuestro!
Y… continúa el periodista: “… El retroceso de la calidad educativa…”. ¿A qué calidad se refiere?, Seguramente a la calidad de los resultados. Lo que decíamos antes, pedagogía instrumental. Los reformadores y sus voceros, no ven un sujeto de la educación, focalizan un individuo de los resultados, “un hombre sin atributos”.
¡Más Millonarios! ¡Basta Ya!
Más adelante, en su artículo propone actividades como si estuviera descubriendo el universo microscópico de “El Aleph” de Borges (el verdadero, Jorge Luis): “… ¿no han evaluado la posibilidad de que los chicos, en esas horas perdidas, escuchen y vean charlas TED sobre distintos temas, guiados por el preceptor? ¿O que busquen en YouTube entrevistas con escritores, músicos, líderes globales, como Bill Gates…” (¡Tal vez por eso lo llama “horas perdidas”!)
No debo asombrarme, porque este es el nivel de los que hablan de “educación pública” desde sus lugares de “¡privilegio!”, es decir un nivel TED, la simplificación del pensamiento propuesto por la organización que factura millones de dólares por hacer, en el mejor de los casos, divulgación científica en clave de entretenimiento para una elite seudointelectual, aunque buen negocio estadounidense de lo que podríamos llamar el “fast- knowledge” (conocimiento instantáneo).
¡Manifestaciones estupidizantes de la new – age!
Más adelante, el periodista, incluye a Bill Gates, como actividad, para mostrarlo como “líder global”. Tal vez tenga razón, Bill Gates, con su fundación “Bill y Melinda Gates”, está llevando a cabo un “excelente trabajo” para que los Estados Unidos terminen con la educación pública, es un impulsor de las escuelas chárter, al igual que Sunny Varkey y Pearson PLC (la editora del negocio de las pruebas PISA), entre otros tantos.
Bill Gates ha financiado un documental en Hollywood, “Esperando a Superman”, un libelo para denostar la escuela pública y a sus docentes; llegando al extremo de comparar un alumno de escuela pública con un futuro delincuente y los costos de la cárcel con la inversión familiar en la escuela privada. Además de comprar periodistas y políticos. ¡La manifestación del “ideologismo”!
Sobran los denostadores de lo público, porque tienen que trabajar para sus propios intereses o los de sus amos. No se necesita nada más para darse cuenta que lo público es el único territorio de lo “común” y es por eso que el proceso de desposesión se acentúa en el avance corporativo en la educación. Acechar y subsumir lo público a lo privado, borra lo común y suma, aun más, la dominación de unos pocos sobre las mayorías.
Es la escuela pública, la educación común, lo que debemos discutir en un amplio Congreso Pedagógico, entre los educadores, la comunidad educativa, sin la intervención de la colonialidad corporativa y contra ella en todas sus manifestaciones.
*Profesor y Licenciado en Letras. Docente durante 30 años en la Escuela de Comercio 3 Hipólito Vieytes (CABA) de la que se retiró como Rector en 2015. Autor del Ensayo “La novela educativa o el relato de la alienación” (2005) con prólogo de Osvaldo Bayer y de numerosos artículos.
Actualmente está próxima la publicación de su libro, “La educación en la era corporativa (la trama de la desposesión)” un esfuerzo conjunto de Ediciones Herramienta y el Portal Contrahegemonía Web.
Además es productor periodístico y columnista del programa radial “La Deuda Eterna”.
1 Roman Luciano https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/la-escuela-publica-extraviada-en-su-
laberinto-nid2234315
2 https://www.cnbc.com/video/2013/02/03/access-middle-east-part-one-sunny-varkey.html
La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) continúa impulsando la formación de los comités de Usuarios y Usuarias de la Gran Caracas en materia de percepción crítica, con el objetivo de garantizar la contraloría social en los mensajes transmitidos a través de los medios de comunicación. Erick Rodríguez, gerente de Responsabilidad Social y Participación Ciudadana de Conatel, explicó que este sábado 23 de junio la Comisión recibió en su sede principal al segundo grupo de representantes de las comunidades organizadas que desean involucrarse en el funcionamiento de las redes de telecomunicaciones y en la generación de contenidos. El programa de la actividad abarcó una aproximación a la metodología de trabajo en el análisis de los mensajes, el estudio de la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos (Resorteme), así como un segmento práctico en el que estudiaron diferentes contenidos y su efecto en el público. El taller, previsto en el articulo 12 de la Ley Resorteme, tuvo una duración de ocho horas académicas y en él participaron más de una decena de representantes de comités de usuarios de los sectores Propatria, Coche, La California y Las Mercedes. De acuerdo con Rodríguez, este tipo de actividades llegará al seno de las comunidades en las próximas semanas para garantizar su socialización, así como la formación de las nuevas generaciones en la percepción crítica de los mensajes. Periodista: Andreína Ramos
¿Por qué todos sabemos usar una computadora pero no sabemos programarla? ¿Cuál es el futuro de una sociedad controlada por una tecnología que al facilitarnos la vida cotidiana aparenta liberarnos? Irene Soria identifica posibles formas de opresión y nos cuestiona por qué no somos hackers.
Tan sutil que es casi invisible a los ojos, tan cómoda que ni siquiera la tocamos con los sentidos, y tan vital para algunas personas, que podrían defenderla a capa y espada. Hablar de una distopía tecnológica es hablar del presente, de nuestra rutina, de nuestra vida diaria.
Sin bien la ciencia ficción ha ofrecido durante décadas imágenes de diversos mundos posibles, donde los robots se apoderan de nuestra voluntad o donde viajamos en autos voladores, es en fechas recientes que algunas series y películas nos plantean la suerte de un futuro muy inmediato. Series como Black Mirror relatan situaciones tan escalofriantes como verosímiles (por supuesto, más logrado en unos capítulos que en otros) en un futuro tan cercano que podríamos estarlo viviendo hoy.
Si el futuro ya está aquí, o al menos una pequeña prueba de lo que podría llegar a ser, ¿qué tan conscientes somos de ello? ¿Hay manera de modificarlo? ¿Podríamos incluso decidir si deseamos vivir o no ese futuro? ¿Está en nuestras manos revertir la distopía?
LA DISTOPÍA QUE SE VEÍA VENIR
Si hasta aquí sospecha usted que contravendré la tan proliferada idea de que la tecnología digital ha potenciado la libertad de expresión, la democratización de los medios, el conocimiento abierto al mundo y la producción de contenido más allá de la hegemonía, permítame decirle que tiene razón. Pero antes de que me queme en leña verde, me remontaré a la década de los ochenta, cuando inició el consumo tecnológico digital en masa y cuando algunas personas comenzaron a vislumbrar un futuro bastante oscuro.
Fue en 1984 cuando salió al mercado estadounidense la Macintosh. Con ella, el fundador de la empresa que la fabricó, Steve Jobs, aspiraba a que el cómputo estuviera al alcance de cualquier persona y no sólo de algunos conocedores del lenguaje de programación (como había sucedido hasta entonces). La Macintosh era tan fácil de usar como un electrodoméstico.
Esta tendencia a «hacer todo más fácil» se apoderó del mercado de Apple y de otras empresas que se apresuraron a fabricar tecnología cada vez más intuitiva y sencilla. Esta «facilidad» que hoy ha hecho que muchas y variadas personas puedan acceder y usar computadoras en sus casas, escuelas u oficinas, así como la invención de nuevos materiales, devinieron en la necesidad de utilizar estos equipos en cada vez más actividades de la vida diaria y hacer aquellas computadoras personales más portables y pequeñas; convirtiéndose, además, en un aparato íntimo e indispensable.
Ilustración de Coral Medrano (Ciudad de México, 1985)
Hoy en día estas computadoras caben en nuestros bolsillos y son parte de nuestra identidad, guardamos en sus memorias nuestra vida entera. La tendencia es lograr que sean cada vez menos visibles, al grado de traer gadgets pegados al cuerpo o incrustados en la piel.
Sin embargo, la portabilidad, la comodidad y la accesibilidad de los gadgetsse han convertido en un arma de dos filos. Estos procesos que «facilitan» la vida requieren de muchísimas acciones detrás, que siempre están veladas para las personas usuarias comunes. Dicho de otro modo, si bien la comunicación con nuestros equipos tecnológicos es eficaz e inmediata, ésta también nos oculta los procesos que ocurren detrás, lo cual vuelve estos mecanismos desconocidos para el usuario y lejanos a su entendimiento, ¿o tiene idea de la cantidad obscena de información que recolecta sobre usted una empresa, al momento que solicita su servicio de taxis por medio de una aplicación? Este pequeño detalle del «ocultamiento» del proceso, tan cotidiano e imperceptible en nuestros días, podría ser el campo de cultivo de una sociedad distópica que supere ampliamente la ficción.
Sin embargo, este ofuscamiento de procesos sólo lo es para las personas usuarias finales, pues el know how, el código o la receta de cocina con la que se hace dicha tecnología, sólo será visible y modificable para pocos agentes: el proveedor del servicio, el fabricante o la empresa, es decir, un tercero.
Así entonces, en nuestra presente-futura sociedad distópica, cada paso, actividad, palabra, conversación, canción, ubicación, signo vital, estado de ánimo, ciclo menstrual, hábito de consumo y de conducta, frustración, ruptura, reacción ante el conflicto y más, quedarán registrados en bytesalmacenados como cúmulo de datos completamente correlacionables, a la disposición de un cúmulo de intereses, los del proveedor-dueño del servicio.
LA DISTOPÍA PRESENTE-FUTURA
Aunque, hoy en día, esto parece no alterar mucho al inconsciente colectivo a pesar de las declaraciones de diversos personajes[1], las repercusiones de una sociedad súmamente vigilada distan mucho de poder ocultarse; es muy probable que, mientras que otras generaciones soñaron con ser famosas, nuestra sociedad distópica soñará con tener privacidad. En el «mejor» de los casos, estos datos son recolectados con fines de consumo, pero ¿qué pasaría si cruzamos esta posibilidad con contextos políticos, sociales y/o económicos de ciertas regiones del mundo? Imaginemos algunos escenarios.
En un mundo donde los datos de los ciudadanos son tan fácilmente recolectables y relacionables, es completamente posible conocer las preferencias ideológicas, sexuales y hasta debilidades psicológicas y hábitos de conducta, tanto de individuos como de masas, lo cual permitiría estudiar de manera más precisa a los votantes, por ejemplo, y lograr gracias al uso y manipulación de estos datos que un hombre millonario con nula idea de política y con claras tendencias sociópatas se convierta en presidente de una nación.[2].
En este mismo escenario, el motor de búsqueda del proveedor de servicio, (cuya infraestructura está alojada en el país cuyo presidente es el millonario sociópata) podría impedir el acceso a ciertos artículos de opinión o investigación donde esto se hace evidente, o peor aún, imposibilitaría la búsqueda de ciertos libros icónicos vinculados con teorías críticas o pensamientos libertarios.
En esta distopía presente-futura, será imposible encontrar ciertos libros digitalizados, pues los temas y las ideas políticas de las personas que hacen la búsqueda, contravendrían los intereses del poder dominante; se sabría por los registros en bases de datos, qué periodistas hacen qué tipo de investigación y a quién investigan, facilitando su desaparición antes de que completen su nota periodística.
De igual forma, cada persona tendrá una evaluación con base a sus acciones tanto sociales como privadas, permitiendo clasificarlos como buenos o malos ciudadanos y con ello permitirles o no el acceso a servicios que provengan del Estado.[3].
La neutralidad en la red, que permite que los paquetes de información que circulan en internet no sean «discriminados» por su contenido, sería regulada en nuestra sociedad distópica, impidiendo que podamos compartir videos de detenciones arbitrarias en las manifestaciones públicas, pues «no es posible enviar videos» a nuestros contactos a menos que subamos el rango de pago de nuestro paquete de internet.
En esta sociedad distópica, sería imposible ver una película producida en los dosmiles, pues habría sido retirada de todo repositorio, sin copias físicas suficientes, habría que pagar un derecho para verla una vez, cubriendo con el costo sólo la exhibición y restando la posibilidad de almacenarla, o preservarla como hicieran las antiguas filmotecas con el celuloide; mucho menos, podríamos compartirla o mostrarla en una clase.
Porque, además, se habrían hecho más rígidas las leyes de derecho de autor apoyadas en gran medida por los escritores, pintores, cineastas y artistas que creyeron el cuento de que dichas leyes «protegerían su obra» para fomentar la creación. Así fue como las corporaciones pudieron poner copyright o legislaciones similares a las fijaciones de la memoria humana en soportes físicos, una vez que los avances tecnológicos hicieron posible poner en imágenes los recuerdos de las personas.[4].
En esta sociedad distópica será más fácil acceder a una obra del siglo XVII, que a una obra digital del siglo XXI.
EL FUTURO LO PREDIJERON LOS HACKERS
Richard Stallman, padre del software libre.[5], ya había vislumbrado en 1983 las implicaciones que tendría en la sociedad este velo en los procesos y las recetas de cocina secretos y cerrados. Desde su visión como programador en los años setenta, y con la imposibilidad de poder modificar algunos software para mejorar su vida cotidiana, Stallman y otras personas advirtieron las amenazas de dejar la tecnología en manos de las corporaciones.[6]. La sociedad les llamó paranoicos.
Ilustración de Coral Medrano (Ciudad de México, 1985)
Quizá por eso no sea gratuito que la figura del hacker, como se le ha considerado a Stallman, sea visto de manera negativa en la cultura popular. El hacker ha sido malinterpretado como un pirata informático, alguien con conocimientos profundos de computación que vulneran la seguridad digital y cometen delitos informáticos. Sin embargo, una de las aproximaciones del término hacker proviene de hack, que significa «golpe», un golpe que ayuda a que algo funcione mejor. Aunado a esto, el propio Stallman dice que hacker es alguien que usa de manera lúdica sus conocimientos y habilidades. Lo cierto es que las comunidades de hackerscontemporáneas se conciben como personas que gustan de solucionar retos informáticos por el placer de enfrentarse y solucionar problemas. Algunas de estas comunidades se han dedicado a abrir repositorios en internet para el libre acceso a libros, revistas, películas, artículos y arte digitalizados que sería imposible conseguir de otro modo.
Hombres y mujeres hackers entienden la tecnología desde otro punto de vista que no es el del consumo, el elitismo o el individualismo aislado. Su mirada es desde la soberanía, la comunidad, la apropiación y el saber cómo funcionan las cosas.[7]. Gracias a ello y a su conocimiento técnico, conocen gran parte del funcionamiento de las tecnologías digitales y la importancia del cuidado de la privacidad, la necesidad del anonimato y el acceso a la información.
Así pues, en nuestra sociedad distópica, hacker es la persona disidente tecnológica que nos ayudará a entender los problemas de la dependencia tecnológica y que, a su vez, impulsará la apropiación y conocimiento profundo de la tecnología. Por supuesto que estos hackers serán señalados y mal vistos, incluso, se les buscará por diversos medios y se hará popular el uso de la palabra hackear para referirse al robo de una contraseña o a la intromisión ilegal en un sistema con fines negativos y lucrativos.
SEAMOS HACKERS
Es muy probable que en un mundo distópico la resistencia esté conformada por hackers que han vivido la comunidad como una realidad posible y palpable, lo cual contraviene la idea de consumidores aislados compitiendo entre sí; sabrán que las tecnologías no se fabrican aisladamente y que han sido desarrolladas en comunidades; sabrán también que nadie inventa o desarrolla si no es a partir de los avances de alguien más. Sabrán, ¿o saben ya?, que hay que trabajar en comunidad.
La gran resistencia hacker no será fabricar tecnologías propias únicamente, sino enseñar a otros y otras a hacerlo; compartiendo y fomentando habilidades técnicas y su manera de entender y hacer la tecnología. Desde hoy, podríamos comenzar con una educación tecnológica en la infancia, vinculada con el aprendizaje de programación y no limitada al uso de una herramienta. Usted, por ejemplo, podría comenzar a usar software libre y aplicaciones más seguras y confiables en su celular (como Telegram o Signal para enviar mensajes instantáneos), leer las cláusulas de términos y condiciones de los servicios tecnológicos que usa y preguntarse si de verdad es necesario compartir todos los detalles de su vida en redes sociodigitales.
Si bien las estrategias para desmantelar la distopía aún son obtusas, comenzarán a clarificarse cuando cada uno de nosotros use su ingenio para el bien común, cuando seamos críticos y rompamos reglas injustas, pero sobre todo, cuando decidamos cambiar en cada uno de nuestros actos nuestra propia realidad… es decir, cuando seamos hackers.
NOTAS
[1] Ver el documental Citizenfour, de Laura Poitras, Estados Unidos, 2014.
[2] Para saber más: «The Data That Turned the World Upside Down», disponible en: https://motherboard.vice.com/en_us/article/mg9vvn/how-our-likes-helped-trump-win
[3] «China calificará a sus ciudadanos como en Black Mirror», disponible en: http://www.elfinanciero.com.mx/tech/china-calificara-a-sus-ciudadanoscomo-en-black-mirror.html
[4] Conferencia del Dr. Alejandro Miranda hablando de la nota: «Scientists Use Brain Imaging to Reveal the Movies in Our Mind», disponible en http://news.berkeley.edu/2011/09/22/brain-movies/
[5] Programa de cómputo cuya licencia de uso permite ser estudiado, copiado, distribuido y mejorado.
[6] Richard Stallman cuenta su anécdota con una impresora del MIT y cómo ésta dio origen al proyecto GNU y al movimiento del software libre en el libro: Software libre para una sociedad libre.
Desde que Winston Churchill acuñara en 1946 el término de “relación especial” para definir la vinculación entre su país con Estados Unidos, la cual se acentuaría durante la era de la Guerra Fría, el Reino Unido ha secundado todas y cada una de la barbaridades estadounidenses en política internacional. La última de ellas tuvo que ver con la participación de Tony Blair en la campaña de mentiras orquestada por el gobierno de George W. Bush respecto a la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, elemento “justificador” de la segunda invasión al Golfo Pérsico en 2003 y momento en el cual el inquilino de la Casa Blanca declararía ante el Congreso que su país no contaba con “un amigo más verdadero que Gran Bretaña”.
Incluso hoy, cuando el Reino Unido sigue su hoja de ruta para abandonar la Unión Europea, Theresa May —actual residente del 10 de Downing Street— encontró a su mejor aliado en Donald Trump, quien ha manifestado, pese a la actual política proteccionista, que los británicos estarán “los primeros en la fila” a la hora de mantener acuerdos de libre comercio con Estados Unidos.
Con base en lo anterior resulta pueril que los estrategas de la Cancillería del Ecuador, si es que los hay, hayan considerado en algún momento que el Foreing Office aceptaría el nombre de Julian Assange como miembro de su cuerpo diplomático en territorio de la “pérfida Albión”.
Pero chascarrillos aparte… ¿Cómo explicar que un Estado con la legitimidad del británico proceda con la destrucción de correos electrónicos relacionados con el caso Assange, información revelada por The Guardian el pasado mes de noviembre, violando las obligaciones de defender y salvaguardar la información para un debido proceso? ¿Cómo justificar que un gobierno con la trayectoria del británico ignore las conclusiones emitidas por un panel de Naciones Unidas el cual indica que Julian Assange esta “detenido arbitrariamente”, entendiendo que su confinamiento en la embajada ecuatoriana en Londres equivale a una detención ilegal, y que debería permitírsele la llegada al país que le otorgó el estatus de asilado político? ¿Cómo entender también que las autoridades británicas mantengan esta orden de detención, ignorando que desde el pasado 19 de mayo la justicia sueca archivó el proceso en su contra? Pues bien, pese a que tanto las autoridades británicas como las estadounidenses se nieguen a garantizar que el activista australiano no vaya a ser extraditado a Estados Unidos para su posterior enjuiciamiento, ha sido tanto el fiscal general Jeff Sessions, como el ex CIA John Kiriakou, quienes nos han aportado las respuestas.
Si bien Estados Unidos tiene dificultades legales para presentar cargos contra Assange dado que las revelaciones de Wikileaks han sido publicadas por los medios de comunicación más prestigiosos del planeta, lo que implicaría que estos también deberían ser procesados, su fiscal general Jeff Sessions —miembro del ala dura del Partido Republicano y tristemente conocido por sus comentarios racistas— ha manifestado públicamente que este arresto es una prioridad de la política estadounidense. De igual manera John Kiriakou, ex analista de la CIA y quien fuera el primero en revelar las técnicas de tortura aplicadas por el espionaje estadounidense en su guerra antiterrorista, indicó recientemente que Donald Trump ha intensificado la política de “mano dura” contra lo que consideran filtradores y denunciantes de la política exterior norteamericana. Según Kiriakou, el gobierno británico ha recibido “grandes presiones” por parte de Washington para que el activista, hoy confinado en Londres, sea arrestado y extraditado a Estados Unidos.
Así las cosas, la postura mantenida por Ecuador respecto a la protección otorgada a la referencia más importante del movimiento por la transparencia y la democracia global tiene un valor indiscutible, pese a que su origen devenga de la necesidad de legitimación de un régimen que con anterioridad fue denunciado por coartar la libertad de prensa.
Sin embargo, si algo caracteriza al conjunto de letras escritas y verborrea vertida durante estos últimos días por la mayoría conservadora de generadores de opinión en los distintos medios de comunicación ecuatorianos, es el desconocimiento y el cinismo respecto al caso Assange.
Desconocimiento respecto a lo que es un hacker y el rol de Assange en la conformación del nuevo periodismo en el presente siglo, así como cinismo respecto a las críticas vertidas por su naturalización y el fácil recurso del chovinismo barato.
En lo que respecto al primero de los casos, sería recomendable para estas excelencias del enjuiciamiento público la lectura del libro La ética del hacker y el espíritu de la era de la información, escrito por el finlandés Pekka Himanen, y publicado hace ya la friolera de diecisiete años.
El libro de Himanen, la biblia del hacker-activismo, es un texto exquisito e inspirador sobre la filosofía de los valores de los hackers, término aun confundido por estos grandes demiurgos de la ciencia infusa con el de crackers, es decir, quienes usan sus conocimientos informáticos para fines ilícitos.
Pero lo más grave de esto, es que son los medios de comunicación y sus periodistas quienes han dado espacio a estas ilustres voces de la erudición vulgatis, desconociendo que la industria de los medios se encuentra inmersa en una profunda y rápida mutación por la búsqueda de una nueva fórmula de relevancia.
Pues bien, si alguien ha dado una nueva relevancia al periodismo en esta última década ese ha sido Julian Assange y su organización Wikileaks, demostrándonos que el periodismo puede ir mucho más allá que usar la tecnología sólo para hacer lo mismo de siempre pero en tiempo real. En resumidas cuentas, hackeando el periodismo.
En enero del 2007 Wikileaks comenzó a publicar sus primeros informes respecto a órdenes de asesinato contra oficiales somalíes, pero sería en abril del 2010 cuando publicaría un famoso video donde soldados estadounidenses disparan al reportero de Reuters, Namir Noor-Eldeen, a su ayudante y a nueve personas más, algunas de ellas cuando iban a retirar a muertos y heridos. Dos meses más tarde, aparecerían 92.000 documentos denominados popularmente como los Diarios de la Guerra de Afganistán, donde se mostraban datos hasta entonces no revelados sobre víctimas civiles provocadas por soldados estadounidenses y otras tropas aliadas, así como las conexiones entre la inteligencia pakistaní y los talibanes insurgentes. En octubre de ese mismo año, aparecerían los Irak War Logs, otros 391.831 informes filtrados desde El Pentágono donde se demuestra el uso sistemático de técnicas de tortura y el asesinato de 31 civiles diarios entre los años 2004 y 2009. Wikileaks cerraría ese año difundiendo los Cablegate, otros 251.187 documentos más donde queda demostrada la injerencia de Estados Unidos en asuntos internos de prácticamente todos los países del planeta. En febrero del 2012 aparecerían los Global Intelligence Files Leak, donde se evidencian las espurias relaciones de la empresa privada de espionaje Stratfor y sus clientes; en marzo del 2016 aparecerían los correos electrónicos de Hillary Clinton con sus vinculaciones a grandes empresas —entre ellas Facebook—; para terminar desvelando, en marzo de 2017, los ilegales sistemas de intersección a usuarios de teléfonos, computadoras y televisoras utilizados por parte del espionaje norteamericano.
En resumen, Wikileaks ha publicado durante la última década más documentos clasificados que toda la prensa mundial junta, lo que a muchos nos hace pensar que el arbitrario proceso abierto en contra de Assange, por parte de la fiscalía sueca, bien podría ser una artimaña articulada desde alguna agencia de espionaje internacional con el fin de silenciarle.
No puedo terminar sin hacer referencia a las críticas realizadas a la otorgación de la nacionalidad ecuatoriana a Julian Assange. Sorprende que se ponga el grito en el cielo exigiendo méritos al hacker australiano, pero no se hagan respecto a las naturalizaciones que de forma habitual suceden en el futbol ecuatoriano. Voy a poner tan solo un caso: ¿qué ex diplomático de gobiernos conservadores del pasado consideró una ofensa la nacionalización de Damián (Kitu) Díaz —quien posteriormente fue sancionado por insultos racistas a un arbitro negro— bajo el pretexto de ser un ejemplo para los niños?
En todo caso y más allá de los errores de la Cancillería ecuatoriana, resulta muy triste ver como el periodismo y los analistas ecuatorianos no comprenden el significado y los méritos de un sitio como Wikileaks. Este, a través de un sistema modificado del software de MediaWiki y una serie de herramientas añadidas (OpenSSL, Freene, Tor y PGP) autoriza a cualquiera a subir anónimamente información que posteriormente es examinada, decidiéndose cuáles gozan de los parámetros de veracidad necesarios para ser publicados, lo cual conforma un ejemplo sumamente peligroso de periodismo de investigación para Estados, poderes fácticos y económicos.
Francia/Diciembre de 2017/Autor: Henry Samuel/Fuente: The Telegraph
Resumen: Francia debe imponer una prohibición total a los alumnos que usan teléfonos móviles en escuelas primarias y secundarias a partir de septiembre de 2018, confirmó su ministro de educación. Los teléfonos ya están prohibidos en las aulas de francés, pero a partir del próximo año escolar, los alumnos no podrán sacarlos durante los descansos, el almuerzo y entre las clases. Sin embargo, los maestros y los padres están divididos por una prohibición total, y algunos dicen que los niños deben poder «vivir en su tiempo». En Francia, alrededor del 93 por ciento de los jóvenes de 12 a 17 años poseen teléfonos móviles.
France is to impose a total ban on pupils using mobile phones in primary and secondary schools starting in September 2018, its education minister has confirmed.
Phones are already forbidden in Frenchclassrooms but starting next school year, pupils will be barred from taking them out at breaks, lunch times and between lessons.
Teachers and parents are divided over a total ban, however, with some saying children must be able to «live in their time». In France, some 93 per cent of 12 to 17-year-olds own mobile phones.
«These days the children don’t play at break time anymore, they are just all in front of their smartphones and from an educational point of view that’s a problem,» said Jean-Michel Blanquer, the French education minister.
«This is about ensuring the rules and the law are respected. The use of telephones is banned in class. With headmasters, teachers and parents, we must come up with a way of protecting pupils from loss of concentration via screens and phones,» he said.
«Are we going to ban mobile phones from schools? The answer is yes.»
Studies suggest that a significant number of pupils continue to use their mobiles in class and receive or send calls or text messages.
Up to 40 per cent of punishments are mobile-related, according to Philippe Tournier, a Paris headmaster with the Snpden-Unsa teaching union. But he said it was tricky to know how to clamp down on the practice without being able to, say, search pupils’ bags.
It remains unclear how the ban would work. Mr Blanquer had previously suggested that schools would have to provide lockers for pupils to store the phones during school hours.
«We are currently working on this [ban] and it could work in various ways,» said Mr Blanquer. «Phones may be needed for teaching purposes or in cases of emergency so mobile phones will have to be locked away.»
Earlier this year, he suggested that if French politicians were able to put their phones away during council of ministers meetings, then surely it was «possible for any human group, including a class» to do the same.
The practice is already in use in many French «colleges», or primary schools.
«A box placed on the table at the entrance to my class awaits mobile phones. I have never had any problems. It takes two minutes at the start of each hour. This was already the case in primary schools I worked in in Paris,,» one teacher based in Rueil-Malmaison told Le Figaro.
In another establishment in Essonne area, pupils place their phones in named bags in an office at the school entrance and take them back at the end of the day.
But one headmaster in Marseille, southern France, said he remained unconvinced but this «so-called miracle solution», saying that phones could get mixed up, lost or stolen. «If they are switched off at the bottom of the bag, then it works,» he said.
Previous education ministers have resisted a total ban. In 2011, Luc Chatel, then then president Nicolas Sarkozy’s education minister, told senators: «The use of mobiles has entered modern daily habits. We cannot ignore the need to communicate, notably between children and their parents, who are themselves in demand, naturally outside class hours.»
Peep, one of France’s biggest parents’ associations, has already expressed scepticism. «We don’t think it’s possible at the moment,» said its head, Gerard Pommier.
«Imagine a secondary school with 600 pupils. Are they going to put all their phones in a box? How do you store them? And give them back at the end?,» he asked.
«One must live with the times. It would be more intelligent to pose rules and discuss their meaning with pupils,» said Peep, pointing out that «adults themselves are not always exemplary with mobiles».
But for the education minister the issue of mobile phones and tablets is a matter of «public health». «It’s important that children under the age of seven are not in front of these screens,» he added.
The minister also sees the move as a way of cutting down on cyber-bullying. The ban would apply to children up to 15 but phones would be allowed in lycees (secondary school).
Emmanuel Macron spelled out his intention to ban mobile phones in schools in his manifesto before his election as French president in May.
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