Cuando el actual ministro de Educación, Cultura y Deporte asumió el cargo en el verano de 2015 confesó que no conocía su cartera: «Estudio por las noches». Año y medio después, Íñigo Méndez de Vigo (Tetuán, 1956), lamenta que le criticaran «mucho» por aquellas palabras.»Alguien dijo que aquí había que venir sabido, alguien importante en el Congreso de los Diputados», explica este abogado y profesor, que milita en el PP desde 1989. «Sé más que entonces, pero todavía estoy aprendiendo». Durante este tiempo, ha tenido que enmendar algunas de las medidas más polémicas que heredó de su predecesor, José Ignacio Wert. España es uno de los países con una tasa de repetidores más alta de la OCDE, que ha alertado a España por este asunto. Méndez de Vigo coge el guante y asume que los alumnos rezagados necesitan ayuda de la Administración, aunque fue su Gobierno el que retiró los programas de apoyo. Entre sus misiones, cerrar un pacto de Estado por la educación inédito en España. La subcomisión que debe acordarlo acaba de echar a andar. La entrevista con EL PAÍS tuvo lugar el pasado jueves 19 de enero. Estas son las preguntas centradas en su faceta de titular de la cartera de Educación (puede consultar aquí la parte centrada en su labor como portavoz).
Pregunta. El PP fue el único partido que se descolgó del anterior intento de un pacto educativo que encabezó el PSOE y el que ha aprobado leyes educativas en solitario. ¿Se ven en condiciones de encabezar un pacto que aglutine a todos?
Respuesta. Tenemos esa obligación siendo Gobierno, nos hemos comprometido en el acuerdo de investidura con Ciudadanos y es uno de los grandes pactos de Estado que ha propuesto el presidente del Gobierno. Creo que tenemos la experiencia acumulada de estos años. Hay acuerdo en temas importantes como que hay que bajar las cifras de abandono temprano o la mejora de la calidad educativa. Yo veo que hay ganas. Ya cerramos un acuerdo con el aplazamiento de las evaluaciones de la LOMCE [Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa].
P. El presidente Rajoy anunció que cerraría un pacto de Estado en un plazo de seis meses. ¿Va a dar tiempo?
R. Seis meses es la fórmula que pactaron PSOE y Ciudadanos. Y PP y Ciudadanos la repitieron. Pero no está escrita en letras de oro. Los seis meses cuentan a partir de que se constituya la comisión, pero hay que darle tiempo al tiempo, no es una guillotina que cae. Si queremos hacer una ley participativa, tenemos que escuchar a la comunidad educativa. Espero que la subcomisión escuche a mucha gente. Ese plazo no me preocupa demasiado, se puede alargar. Lo que sí creo es que hay que tomárselo en serio y veo buena disposición.
P. Empiezan a negociar una nueva ley educativa justo cuando acababa de implantarse la última, con 300 millones en los últimos presupuestos para esa implantación. ¿En qué falló la LOMCE?
R. La LOMCE ha obtenido un gran rechazo social. Tiene virtudes, hace un ben análisis de la situación, pone énfasis en el abandono temprano y la necesidad de mejora de la calidad educativa.
P. ¿A qué atribuye ese rechazo?
R. Es muy difícil hacer una reforma educativa al mismo tiempo que tienes que lidiar con restricciones presupuestarias.
P. ¿Cree que es una cuestión de presupuestos? La ley nació sin apoyo.
R. Cuando hay que tomar medidas presupuestarias que implican bajar de manera muy llamativa la tasa de reposición de profesores, es evidente que los docentes no se sentían cómodos con la misma. Cuando los planes interterritoriales disminuyen, ocurre otro tanto. Hacer una ley educativa es arduo y creo que el clima político financiero tiene que ser favorable.
Las «líneas rojas» para negociar una nueva ley
P. ¿La religión haciendo media para la nota final será una línea roja en esa nueva ley?
R. Creo que la LOMCE en eso es equilibrada, garantiza el derecho de los padres a elegir la educación de los hijos y en qué valores.
P. Eso ya estaba antes. Le pregunto si debe de estar dentro de la media de la nota final para, por ejemplo, acceder a la Universidad.
R. A mí me parece que sí, pero se tiene que debatir en la subcomisión con una mirada ancha. Aunque a mí el sistema actual me parece correcto, equilibrado y es bueno. Vamos a ver qué mayoría hay.
P. ¿Defenderán que se mantenga la financiación pública a centros que separan por sexos?
R. Ese derecho existe en todas partes, dentro del derecho de los padres a escoger la educación de sus hijos, creo que hay muy pocos en realidad. Provengo de un colegio de chicos y chicas y laico, pero creo que forma parte del derecho de los padres. Si no lo financias con fondos públicos, es muy difícil garantizar ese derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos
P. ¿Prevé algún cambio respecto a la educación concertada?
R. El sistema de pública, concertada y privada es bueno para garantizar la elección de los padres. Mi opinión personal es que es un sistema que funciona y debería continuar. Pero también es un tema que vamos a debatir.
El presupuesto educativo
P. ¿Habrá un incremento significativo para becas en el próximo presupuesto?
R. Va a ser un año presupuestariamente difícil porque tenemos que cumplir con los acuerdos de la Unión Europea que nos obligan a bajar del 4,6% a 3,1% del PIB. Son 15.000 millones de euros. A partir de 2018, será más sencillo. Pero este no va a ser un año de incrementos presupuestarios. Hemos tenido incrementos presupuestarios en becas todos los años.
P. En 2016 subió un 0,2%.
R. Tuvimos que hacer una serie de ajustes presupuestarios para cumplir con Bruselas en los que el Gobierno no incluyó las becas porque cubren una dimensión social muy importante. Creo que continuaremos subiéndolas pero de forma moderada, porque todavía tenemos compromisos exigentes con Bruselas.
P. Si hay que recortar 15.000 millones, algo le tocará a Educación.
R. Creo y espero que no afecte a Educación. En 2012 encontramos una situación calamitosa, mucho peor de lo que nos habían contado. Hubo que tomar medidas de cirujano de hierro. Esas medidas no tienen que volver a repetirse, no estamos en eso. Y para el Gobierno, tanto sanidad como educación son elementos claves, como las pensiones o las prestaciones al desempleo. Creo que ese futuro pacto social y político por la educación tiene que incluir también un pacto presupuestario.
P. Ciudadanos ha pedido que se destine el 5% del PIB y el PSOE el 7%. ¿Cuál considera usted un buen porcentaje?
R. Es difícil decirlo. Vamos a ponernos de acuerdo, sin líneas rojas.
Abandono educativo temprano
P. Seguimos a la cola de la UE en abandono educativo temprano. Y el informe PISA llama la atención de la brecha norte-sur en resultados académicos. ¿Qué medidas va a tomar el Gobierno para combatir eso?
R. Algo muy importante es la ayuda a alumnos con dificultades. PISA nos recuerda que la solución no es repetir curso. Tuve una conversación enormemente interesante con Andreas Schleicher [responsable del informe PISA de la OCDE]. He comprendido que repetir curso no es la solución, ayudar a los alumnos sí. Es una de las propuestas a la que hemos dado muchas vueltas en el pacto: dar fuerza al papel del docente. Para nosotros es capital. Creo que recordará una propuesta que le pedimos al profesor José Antonio Marina.
P. Con la que no han hecho nada en más de un año.
R. No pretenderá que hiciéramos una propuesta de ese calibre estando en funciones. Hemos cambiado el chip y eso significa buscar consenso. El Gobierno, sin perjuicio de liderar este proceso, también debe escuchar lo que dicen los demás. Tenemos un documento que hemos puesto a disposición del resto en la subcomisión para reflexionar conjuntamente. Hay muchas posibilidades.
P. Schleicher dice que la repetición no sirve para nada. ¿Debería eliminarse?
R. Lo que tendríamos que hacer es ver de qué manera dar apoyo a los alumnos que están en dificultades para evitar que repitan. Detectar antes cuáles son las dificultades, para eso sirven las evaluaciones.
P. Había planes para esos alumnos en dificultades, como el plan PROA, que el Gobierno del PP eliminó. Y la educación compensatoria, destinada a los alumnos con más problemas, ha perdido más del 90% de su presupuesto en estos dos últimos años.
R. La Administración General del Estado y las comunidades han tenido que acomodarse en estos años a una realidad de reducción del déficit muy importante.
P. Usted mismo decía antes que es una cuestión de prioridades.
R. Si tienes 500 millones tiene que ver dónde los metes. Hemos metido poco.
P. No es que hayan metido poco, es que han recortado el 90%.
R. Poco. Es una de las cuestiones a las que les estamos dando ahora una vuelta y de la que tenemos que hablar con las comunidades autónomas y también con Ciudadanos. Y que las evaluaciones sirven para extraer consecuencias, no para apuntar con el dedo quién lo hace mal.
P. El que apuntaba con el dedo y anunció que haría ránkings de centros fue su predecesor, José Ignacio Wert.
R. En uno de los primeros debates en el Congreso Diputados me comprometí a eliminar los ránkings y así lo hice. Ese no es el objetivo que hay que perseguir, el objetivo es ayudar. La evaluación no es un obstáculo para pasar de curso sino una medición para ver lo que está bien y lo que está mal.
Medidas contra el acoso escolar
P. El 10 de enero se suicidó una menor por un supuesto caso de acoso escolar. Sus padres han pedido que se revisen los protocolos que no detectaron el problema. ¿Cree usted que hay que revisarlos?
R. Siempre es muy difícil pronunciarse ante una situación de este tipo. Hablé con la consejera de Murcia y me contó que los protocolos se activaron y no fueron suficientes. Todos los esfuerzos que hagamos en esto son pocos sabiendo que siempre puede haber un caso. Una de las primeras cosas que hice siendo ministro fue acudir a Lérida para entregar una condecoración a los padres Abel [el profesor al que mató un alumno con una ballesta]. Me impresionó la conversación con la familia. Es un tema al que España hace frente. Presentamos un plan en enero. Sí, ya sé lo que me va a decir, pero hemos estado en funciones.
P. Hace un año, y un Gobierno en funciones podría haber reunido el Observatorio de la convivencia o iniciar el registro de casos que anunciaron. Son medidas que no hubieran comprometido a un posible Gobierno posterior.
R. Lo que me dicen los que han tenido la experiencia del observatorio es que es un organismo demasiado grande, poco operativo.
P. Pues estaba en las propuestas que hizo usted hace un año.
R. Lo que estaba era hablar con la comunidad educativa para ver cómo lo articulábamos. Hemos hecho una cosa que a mí me parece importante: sacar el teléfono contra el acoso escolar. Hemos creado un instrumento ex novo que puede ser útil. La convivencia escolar nos implica a todos, hemos hecho reuniones y creo que tenemos que dedicarle un espacio grande en alguna conferencia sectorial. Mire, yo tengo una mochila por ahí, de una campaña de televisión, que dice ‘Sé valiente’…
P. Ustedes anunciaron un plan de convivencia que está parado. Y Wert prometió una fusión de protocolos que tampoco se ha hecho.
R. El Gobierno está impulsándolo porque le parece importante. Todas estas cuestiones hay que hablarlas con las comunidades, muchas tienen sus protocolos. Cuando sucede un caso triste como este, debe servir de acicate para que nos pongamos las pilas. Y eso es lo que vamos a hacer, pero tenemos que ponernos de acuerdo con las comunidades autónomas. No es tan sencillo en nuestra distribución territorial del poder hacer esas cosas.
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2017/01/21/actualidad/1485019009_488311.html