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La tesis doctoral es perjudicial para la salud mental

Por: El país. Pablo Barrecheguren

Un estudio asegura que los doctorandos son seis veces más propensos a desarrollar ansiedad o depresión en comparación con la población general

En los últimos años se han publicado diversas investigaciones que alertan sobre el estado de salud mental que sufren los estudiantes de doctorado. Un ejemplo reciente es el trabajo que acaba de publicarse en Nature Biotechnology donde se describe cómo los doctorandos son seis veces más propensos a desarrollar ansiedad o depresión en comparación con la población general. Según este trabajo dirigido por el investigador de la Universidad de Kentucky (EE UU) Nathan Vanderford, esto supone que el 39% de los doctorandos se encuentran en un perfil de depresión moderada o severa frente al 6% de la población general.

Podríamos pensar que estos resultados se deben a recortes en las condiciones de trabajo o que son algo intrínseco a empleos altamente competitivos, sean o no tesis doctorales; sin embargo, otro estudio realizado por la Universidad de Gante (Flandes, Bélgica) concluye que los estudiantes de doctorado, en comparación con otros grupos laborales con alta formación, sufren con mayor frecuencia síntomas de deterioro en su salud mental. “Esta es una publicación muy importante ya que progresivamente estamos comprendiendo que existen problemas de salud mental entre los doctorandos y estudios como este nos ayudan a entender mejor sus causas”, afirma Vanderford.

Para profundizar en esta cuestión, Katia Levecque, investigadora de la Universidad de Gante y  primera autora del estudio belga, toma como muestra 3.659 doctorandos de universidades flamencas, quienes siguen un programa doctoral muy similar al resto de Europa o Estados Unidos, y cuantifica la frecuencia con la cual los estudiantes afirman haber experimentado en las últimas semanas alguno de entre doce rasgos considerados como signos de estrés y, potencialmente, problemas psiquiátricos (especialmente depresión). Por ejemplo, entre estos rasgos están sentirse infeliz o deprimido, bajo presión constante, pérdida de autoconfianza o insomnio debido a las preocupaciones.

Los resultados fueron que el 41% de los doctorandos se sentía bajo presión constante, el 30% deprimido o infeliz y un 16% se sentía inútil. Es más, la mitad de los estudiantes afirmaba vivir con al menos dos de los doce rasgos evaluados en el test.

El 39% de los doctorandos se encuentran en un perfil de depresión moderada o severa frente al 6% de la población general

“Hemos sido los primeros en estudiar a los doctorandos como un grupo aparte usando un tamaño de muestra adecuado y comparándolos con otros grupos de población altamente formados”, enfatiza Levecque. Y es que los resultados más llamativos de este estudio aparecen cuando se comparan personas haciendo una tesis doctoral con otras poblaciones (un grupo de población general, otro de trabajadores y uno de estudiantes) todas ellas con un alto nivel educativo (desde estudiantes de carrera universitaria a doctorados): en todos los casos el grupo de personas que estaban haciendo una tesis doctoral tenían con mucha más frecuencia signos de deterioro en su salud mental, llegando por ejemplo a afirmar el 32% de los estudiantes de doctorado que experimentaban al menos cuatro de los doce síntomas frente al 12%-15% de las personas pertenecientes a los grupos control.

Además, el estudio profundiza sobre si dentro de los estudiantes de doctorado existen condiciones que aumenten las posibilidades de tener o desarrollar un problema psiquiátrico. Por ejemplo, Levecque concluye que el desarrollo de estos síntomas es independiente de la disciplina en la cual se realice el doctorado ya sean ciencias, ciencias sociales, humanidades, ciencias aplicadas o ciencias biomédicas. No ocurre lo mismo con el género, ya que las mujeres que realizan su doctorado tienen un 27% más de posibilidades de sufrir problemas psiquiátricos que los hombres.

Otro factor que puede influir en la salud del estudiante, en este caso tanto negativamente como positivamente, es el tipo de director de tesis que tienen: la salud mental de los doctorandos era mejor de lo normal cuando tenían un mentor cuyo liderazgo les inspiraba. Por el contrario, otros estilos de liderazgo eran neutros o en el caso de aquellos supervisores que se abstenían de dirigir o guiar al doctorando, un tipo de liderazgo laissez-faire, sus estudiantes tenían un 8% más de posibilidades de desarrollar sufrimiento psicológico. “Pero aparte del estilo de liderazgo, hay otros factores importantes como el nivel de presión en entorno laboral, el propio control sobre el ritmo de trabajo o cuándo realizar los descansos, que también están relacionados con el supervisor. Así que el director/supervisor es relevante tanto directa como indirectamente para la salud mental de los doctorandos”, detalla la investigadora.

La conciliación familiar es otro tema clave ya que quienes tienen una situación conflictiva entre su familia y el trabajo son un 52% más propensos a desarrollar un problema psiquiátrico. Y lo mismo ocurre con de la carga de trabajo, que según crece aumenta un mínimo del 65% la aparición de desórdenes psiquiátricos.

Las mujeres que realizan su doctorado tienen un 27% más de posibilidades de sufrir problemas psiquiátricos que los hombres

Todo este trabajo realizado por la Universidad de Gante pone de manifiesto que incluso en países como Bélgica, donde las condiciones económicas son favorables, el propio desarrollo de una tesis doctoral expone a los estudiantes a situaciones tóxicas para su salud mental por encima de lo que es habitual en otros ambientes similares. Sobre esto, Levecque enfatiza el valor de mejorar la asistencia en salud mental para los doctorandos ya que son uno de los pilares sobre los cuales se asienta la producción científico-tecnológica a nivel mundial; y da tres consejos básicos: “En primer lugar, fórmate e invierte tiempo en conocer tu propia salud… y la de otras personas. En segundo lugar, habla de un modo explícito sobre la salud mental. Y finalmente, a nivel de las organizaciones, estas deberían preocuparse por el bienestar de sus empleados tanto por razones humanitarias como financieras: el bienestar de un empleado y su eficacia laboral están altamente correlacionadas”.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/03/15/ciencia/1521113964_993420.html?id_externo_rsoc=FB_CC

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Un estudio revela que las intervenciones psicológicas y educativas reducen un 43% los nuevos casos de ansiedad

Por: Europa Press

Expertos destacan la importancia de la prevención contra la segunda patología de trastornos de salud mental tras la depresión

Un estudio, liderado por investigadores del Distrito Sanitario Málaga-Valle del Guadalhorce, pertenecientes al Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima), Juan Bellón y Patricia Moreno, y en el que han participado también investigadores españoles de la Red de Investigación en Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (redIAPP), del Instituto de Salud Carlos III, muestra la eficacia de las intervenciones psicológicas y educativas en la prevención de la ansiedad, reduciendo un 43 por ciento los nuevos casos.

El trabajo, publicado por la revista JAMA Psychiatry, de la Asociación Médica Americana, ha supuesto la revisión sistemática y análisis de 29 ensayos clínicos con un total de 10.430 pacientes de once países y cuatro continentes.
Tras el análisis, Juan Bellón, médico del centro de salud de El Palo, y Patricia Moreno, profesional de la Unidad de Promoción y Participación Comunitaria del Distrito, han llegado a la conclusión de que las intervenciones psicológicas cognitivo-conductuales o de otro tipo y también las educativas, llevadas a cabo por especialistas en salud mental, médicos de familia, enfermeras e incluso por maestros en las escuelas, reducen la aparición de nuevos casos de ansiedad en un 43 por ciento.
Se trata, según los investigadores de un hallazgo «muy relevante», ya que una vez que las personas desarrollan un trastorno de ansiedad, existen tratamientos psicológicos y con psicofármacos que son eficaces «sin embargo, no son todo lo eficaces que nos gustaría».
La consecuencia es que cuando las personas enferman de ansiedad, los tratamientos sólo consiguen una reducción limitada del impacto negativo que esta enfermedad produce sobre la salud y la calidad de vida mental y física de las personas y sus familias y también sobre los costes para el sistema sanitario y la sociedad en general.
«Lo que hemos demostrado con nuestro estudio es que las intervenciones preventivas, es decir las que hacemos antes de que se llegue a enfermar de ansiedad, son efectivas y consiguen evitar que el trastorno de ansiedad se inicie; en este sentido funcionarían como lo hacen las vacunas y daría fundamento al conocido ‘más vale prevenir que curar'», han sostenido.
No obstante, han aclarado que con este estudio no se puede saber cuáles de las intervenciones preventivas de la ansiedad son más efectivas, «pero sí podemos afirmar que el conjunto de ellas son efectivas, en todas las edades y en países y culturas muy diferentes».
En este sentido, han considerado que para que los programas preventivos de la ansiedad «tengan el deseado impacto positivo sobre la salud y la sociedad es necesario que lleguen a un gran número de personas sanas pero con factores de riesgo». Esto, han agregado los especialistas, se podría conseguir llevándolos a cabo en las escuelas, en los lugares de trabajo, en la atención primaria e incluso mediante programas implementados desde Internet y los teléfonos móviles.
Por su parte, JAMA Psychiatry ha puesto de manifiesto la trascendencia del trabajo al dedicarle uno de sus editoriales, donde la revista destaca que los autores han hecho «una contribución única en este campo», mostrando cómo las intervenciones psicológicas y educativas pueden evitar nuevos casos de desorden por ansiedad a nivel poblacional.
Los editores ponen de manifiesto cómo este grupo investigador español de la RedIAPP ha dado relieve a la prevención e intervención temprana frente a los efectos de la ansiedad como problema de salud mental a lo largo de la vida.
UN TRASTORNO DE SALUD MENTAL
La ansiedad, distinta de la depresión, se caracteriza por un estado de excesiva preocupación sostenida durante semanas, con dificultades de concentración, irritabilidad, tensión muscular, problemas para conciliar el sueño, fatiga sobrevenida, y malestar que no puede atribuirse a una causa concreta.
La ansiedad, han recordado, «complica la vida cotidiana de las personas, las sume en un desasosiego permanente que no consiguen focalizar, acompañado por una sensación de estar en riesgo o amenazadas por factores que no pueden identificar ni controlar».
El trastorno de ansiedad también puede manifestarse en forma de crisis de ansiedad o ataques de pánico e incluso como obsesiones compulsivas. El desorden de ansiedad suele comenzar en la infancia, la adolescencia o en adultos jóvenes y en muchas personas no sólo no desaparece con los años, sino que incluso puede empeorar, contribuyendo además a que a lo largo de la vida se añadan nuevas enfermedades mentales como la depresión o las adicciones.
Las relaciones sociales y el rendimiento escolar o laboral se ven afectados con frecuencia. Entre 2005 y 2015 se estima que el sufrimiento, medido como años vividos con discapacidad, que produce la ansiedad ha experimentado un aumento global del 14,8 por ciento, siendo, después de la depresión, la segunda patología en importancia dentro del grupo de los trastornos de salud mental y dependencia a sustancias.
Fuente: http://www.cuatro.com/noticias/sociedad/estudio-intervenciones-psicologicas-educativas-ansiedad_0_2468550738.html
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Costa Rica: Jóvenes ticos están entre los estudiantes que más temen a los exámenes

Costa Rica / 07 de junio de 2017 / Por: DANIEL SALAZAR M / Fuente: http://www.elfinancierocr.com/

Costa Rica reporta el primer lugar en un índice de ansiedad relacionado con el trabajo escolar, generado por la OCDE

Los estudiantes costarricenses de 15 años muestran niveles de ansiedad mucho más altos  en comparación con la mayoría de jóvenes de otros países.

Esos jóvenes dicen preocuparse más por las pruebas en el colegio, estresarse más cuando estudian y ponerse más nerviosos de lo que responderían, en promedio, los estudiantes de otros cincuenta y seis países, entre los que se encuentran los más desarrollados del globo.

Así se desprende de un reciente estudio de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) sobre bienestar estudiantil, elaborado a partir de una encuesta aplicada a estudiantes de 15 años en 57 países durante el 2015. Allí, Costa Rica obtiene un desfavorable primer lugar  (con resultados casi idénticos a los de Brasil y Singapur) en un índice de ansiedad relacionada con el trabajo escolar.

El informe también sugiere una posible relación entre altos niveles de ansiedad y bajo desempeño académico en la mayoría de los países, lo que podría encender las alarmas sobre el problema de ansiedad en los jóvenes ticos.

¿Qué es ansiedad?

La encuesta, aplicada durante el desarrollo de las pruebas estandarizadas PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) preguntó a los estudiantes si suelen preocuparse con frecuencia sobre si un examen va a ser difícil, si se preocupan por salir mal en el colegio o si –incluso cuando están preparados– se sienten ansiosos al hacer una prueba, entre otras cuestiones.

En la mayoría de las preguntas, el promedio de jóvenes que responden afirmativamente en Costa Rica es mucho más alto que el del resto de los países.

¿Por qué tendría que preocupar un mayor nivel de estrés o de ansiedad, según lo afirman los estudiantes? Hay una primera respuesta. Altos niveles de ansiedad pueden estar relacionados con un peor desempeño educativo.

Aunque no hay una relación causal, la OCDE destaca que los estudiantes que obtienen mejores resultados en sus pruebas PISA suelen ser estudiantes con menores niveles de ansiedad.

En Costa Rica el fenómeno no es la excepción. Un 75% de los estudiantes costarricenses con mejores notas en las pruebas de ciencias de PISA dijo sentirse ansioso para los exámenes del colegio, incluso cuando están bien preparados (se trata del grupo del cuartil superior con mejores notas). La proporción sube a un 84% en el caso de los estudiantes con peores resultados (cuartil inferior a partir de resultados en ciencias).

Disminuir la ansiedad puede no provocar mejores notas entre los estudiantes, pues no hay una causalidad demostrada. Sin embargo, eso sí mejoraría la eficiencia con que se invierten los recursos en la educación, al mejorar los ambientes para el aprendizaje: motor al que Costa Rica apuesta como punta de lanza de su desarrollo socioeconómico y en el que invierte casi un 8% de su producción económica medida por el Producto Interno Bruto.

Ansiosos y satisfechos con la vida ¿por qué?

Hay una buena noticia entre toda esa tendencia. Aunque los jóvenes ticos muestran más ansiedad, también suelen indicar niveles mayores de satisfacción con la vida respecto a los manifestados en otros países.

Por ejemplo: un estudiante promedio de Hong Kong en China ubicará su nivel de satisfacción con la vida en un 7, si le piden categorizarlo de un 0 al 10 (siendo 0 una bajísima satisfacción y 10 una alta satisfacción). En Costa Rica, el estudiante promedio dirá «8,5», uno de los más altos del mundo.

 

La aparente contradicción entre estudiantes ansiosos pero «satisfechos con la vida» lanza una pregunta: ¿es el sistema educativo el que genera estos niveles de ansiedad? 

«Siempre es normal un cierto nivel de estrés en cualquier actividad humana y una de las tareas del sistema es que prepare a los estudiantes para enfrentar el estrés» valora Leonardo Garnier, exministro de educación. «Pero cuando hablamos de niveles de ansiedad altos, eso debería de llamar a la preocupación» destaca.

A primera vista –considera– si los estudiantes muestran altos niveles de satisfacción con la vida, su ansiedad podría estar más relacionada con la evaluación que con ellos mismos.

«Uno tendría que ver en qué medida la lógica del sistema de evaluación y la actitud de los docentes está convirtiendo la evaluación en algo demasiado amenazante. Uno preferiría tener un sistema de evaluación muy variado. Algunas de las reformas que se hicieron combinan exámenes tradicionales con trabajos en grupo, con coevaluación. Eso tiende a bajar el estrés de cada una de las partes» valora.

La ansiedad puede tener muchas causas, agrega Ronald Soto, docente e investigador de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica. Para él hay que tomar en cuenta muchos factores socioculturales relacionados. Subraya uno de ellos: Costa Rica tiene un sistema que podría incentivar la memorización, en lugar de la comprensión de los conceptos y la «competitividad» en lugar de la «competencia».

«Lo que pasa es que tenemos una cultura de medición. No una cultura evaluativa» valora.

El docente alerta que los altos niveles de ansiedad  usualmente están ligados a una mayor impulsividad de los estudiantes. Para Soto, la tendencia preocupa, pues revela que los colegiales podrían priorizar obtener buenas notas y responder bien, a incorporar sus conocimientos en la vida cotidiana.

Más allá de evaluar

Ileana Arce, jefa del Departamento de Orientación Educativa y Vocacional del Ministerio de Educación afirma que los nuevos programas que el Ministerio buscan, entre sus objetivos, dirigir los procesos educativos hacia un panorama que trascienda la evaluación, y –con ello– disminuir la ansiedad.

«Es muy importante que la población estudiantil pueda reconocer qué le está pasando, porqué lo siente y qué puede hacer (cuando siente ansiedad). (…) Hay muchas acciones que realizamos para poder favorecer eso. Por ejemplo, hay una extensión del Servicio de Orientación como el Programa Guía, para motivar el diálogo, el manejo y reconocimiento de emociones y la retroalimentación», señala.

Empero, Arce cree que este proceso es continuo y necesita trascender de las evaluaciones a los estudiantes.

«Tenemos un reto importantísimo: trascender de los contenidos y poder movernos hacia el desarrollo de habilidades y capacidades aprendidas. Es importante encontrarnos con los estudiantes y poder clarificar bien qué están sintiendo y qué podemos hacer», cerró.

Fuente noticia: http://www.elfinancierocr.com/economia-y-politica/jovenes-panico-examenes-deberia-preocuparnos_0_1189081093.html

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Sala Snoezelen: Espacio de experimentación multisensorial

20 de enero de 2017/Fuente y autor/blogspot.com/

La palabra Snoezelen proviene de los vocablos holandeses “snuffelen” y “doezelen”, que respectivamente, significan oler y relajarse, por lo que las dos juntas sugieren una sensación indefinible de languidez. Con esta palabra, se hace referencia a una intervención global, destinada a proporcionar a las personas estímulos sensoriales que les faciliten una sensación de bienestar a partir de estimulación o relajación.

Las salas Snoezelen son entornos multisensoriales que comenzaron a gestarse en Holanda entre  los años 1970 y 1980. Los primeros en diseñarlas y aplicarlas fueron los terapeutas Ad Verheul y Jan Hulsegge, con el objetivo de ofrecer momentos de relajación y ocio a personas con discapacidad intelectual grave. Esta intervención surgió a partir del reconocimiento de que las personas con discapacidades profundas son capaces de interactuar con su medio a través de los sentidos y el movimiento. Los cuatros principios básicos de este método son:

  • El ocio y disfrute del usuario
  • La relajación
  • La atención individualizada
  • La estimulación sensorial.

En este sentido, la estimulación multisensorial se basa en dos conceptos claves para su aplicación: las sensaciones y las percepciones. Las sensaciones surgen de la información que las personas reciben del mundo exterior. Esta información puede estar compuesta por estímulos visuales, auditivos, táctiles, olfativos, gustativos; a los que sólo se pueden tener acceso a través de los órganos sensoriales. Una vez es recibida por los órganos sensoriales, la información es integrada y transformada en sensaciones que llegan hasta el cerebro. Por otra parte, además de las sensaciones también están presentes las percepciones que se le dan a estos estímulos que llegan del exterior. La percepción es un proceso neuropsicológico por el cual el cerebro elabora la información (sensaciones) que llega de los sentidos y le da un significado.

Las primeras aplicaciones de estas salas multisensoriales Snoezelen fueron en Holanda. Posteriormente, viendo su utilidad, se extendió este tipo de intervención por buena parte de Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia. En la actualidad se está investigando su uso en los países asiáticos.

Inicialmente la estimulación multisensorial se empezó a aplicar en personas con discapacidad intelectual. Actualmente, su uso se ha ido generalizando a otros campos de intervención como en las demencias y el Alzheimer, en el dolor crónico y cuidados paliativos, la parálisis cerebral y el traumatismo creaneoencefálico.

Fue así como empezó a gestarse el concepto Snoezelen, pretendiendo ofrecer sensaciones de bienestar  y relajación a las personas con graves afectaciones, donde de una forma activa o pasiva pudiesen interaccionar con el mundo interno y/o externo. Tras estos objetivos iniciales, se observó que durante y tras las sesiones de estimulación multisensorial los usuarios mostraban reacciones que no se habían presentado antes en ellos y que se empezaron a plantear a partir de ese momento como objetivos principales de intervención. Estas nuevas conductas son; lenguaje espontáneo, expresiones faciales, disminución de estereotipias, relajación, disminución de problemas conductuales, entre otras.

El trabajo en la sala de estimulación multisensorial permite a la persona situaciones donde poder explorar su entorno en un ambiente relajado y controlado. Dentro de la sala se pueden encontrar distintos elementos que permiten trabajar a nivel sensorial y vestibular. Los elementos más comunes son: la fibra óptica, el colchón de agua, los tubos de Burbujas, el cañón de video, el cojín posicionador relleno de bolas de poliestereno, la luz ultravioleta, la piscina de pelotas y la bola de espejos, entre otros.

 En el año 2009 Schofield y cols. publicaron los resultados de un estudio en el que investigaban los efectos de las sesiones Snoezelen en un centro de cuidados paliativos. La investigación se realizó en un centro hospitalario, donde los pacientes presentaban elevados niveles de ansiedad al haber recibido el diagnóstico de una enfermedad terminal. Se evidenció en el estudio que las sesiones Snoezelen contribuyen a una mejora del bienestar de la persona, no teniendo que recurrir a tratamientos farmacológicos que ayudasen a controlar los niveles de ansiedad.

Más recientemente se ha inaugurado una sala multisensorial en el Hospital Nacional de Niños de Costa Rica «Dr. Carlos Sáenz Herrera», que han llamado la Unidad de Terapia Recreativa, donde se ofrecen terapias de relajación dirigidas a niños hospitalizados, para combatir el estrés originado por los tratamientos, o que van a ser intervenidos quirúrgicamente, además de brindar un espacio para jugar y divertirse. En esta sala multisensorial, tanto los pacientes como sus familiares tienen acceso a un área de terapia que funciona mediante el juego, que les permite relajarse y afrontar los duros y, a veces, prolongados tratamientos en el centro hospitalario.

De esta forma, a los niños se les ofrecen servicios tales como una cama de agua caliente para terapia en casos de trauma, por ejemplo, de quemaduras, cuenta con una piscina llena de pelotas transparentes, la cual permitirá a padres y niños recibir terapias de relajación con la ayuda de los terapeutas del mismo hospital, donde se persigue disminuir el estrés y aumentar las emociones o sensaciones positivas.

Son muchas las investigaciones y publicaciones científicas que recientemente están tratando de sistematizar y clarificar los efectos de la intervención en un espacio Snoezelen. Sobre todo existen publicaciones que pretenden evidenciar el efecto de este trabajo en muestras de poblaciones concretas con algún tipo de afectación, de discapacidad o dependencia. En campos como la psicología, medicina, rehabilitación neurológica o fisioterapia, entre muchos otros, es importante considerar está intervención como una opción más a tener en cuenta para abordar tratamientos en personas en las que se pretende mejorar su calidad de vida.

En resumen, se trata de proporcionar a las personas la oportunidad de gozar de un espacio que les ofrezca sensaciones de placidez y bienestar. A la vez, se pueden plantear metas terapéuticas más concretas, como pueda ser el reducir niveles de ansiedad y estrés, aumentar el nivel de conductas adaptadas, o potenciar una interacción positiva del sujeto con su entorno, entre otras. Son muchas las opciones que ofrece este tipo de intervención y que resulta necesario conocerlo y analizar más a fondo su aplicabilidad como un modo de intervención más de las que ya se disponen en la actualidad.

Fuente: http://marianserradas2.blogspot.com/2016/08/sala-snoezelen-espacio-de.html

Imagen: htttps://2.bp.blogspot.com/-kNQ5YOinX58/V63gmgjLLII/AAAAAAAADR8/h3oW_H8vnrMWB1I-J9lbmvwJRubAAsQgwCLcB/s400/ni%25C3%25B1a-en-la-piscina.jpg

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