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El diagnóstico del autismo a los 14 meses es posible y mejora los resultados para el niño afectado

Por: Carolina García. 

Un estudio de EE UU concluye que la detección de TEA a esta edad es altamente estable, lo que sugiere que es factible

 

Uno de cada 160 niños en edad escolar padece Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) en el mundo y sus síntomas suelen comenzar en la infancia y persistir hasta la adolescencia y la adultez, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La edad media de los afectados cuando se determina el diagnóstico está entre los dos y tres años. Según un último estudio de la Universidad de California (San Diego, EE UU), publicado en Jama Pediatrics, esta edad de diagnóstico se podría adelantar a los 14 meses. “A esa edad, el diagnóstico ya es estable y tenerlo facilita la intervención más temprana, favoreciendo su evolución”, afirman.

«Históricamente, los niños con autismo normalmente ni siquiera comienzan su tratamiento hasta los tres o cuatro años, cuando gran parte de su trastorno ya se ha asentado. Cuanto antes se puedan abordar los problemas de TEA, mejor será para el niño afectado”, ha explicado una de las autoras del estudio, Karen Pierce, profesora de Neurociencias de la Universidad de California, a la CNN.

El estudio de cohorte se ha realizado con 2.241 bebés con y sin TEA, evaluados entre 2006 y 2018,. Para los expertos, los diagnósticos fueron más estables cuando se daban entre los 12 y 36 meses de vida que en aquellos niños que lo obtuvieron más tarde, según se explica en las conclusiones del estudio. “Un diagnóstico a los 14 meses de vida es factible y puede ofrecer la oportunidad de probar la utilidad y perspectivas del tratamiento del TEA más pronto, ofreciendo un beneficio terapéutico mejorado”, explican los expertos en el texto.

Además, señalan que “la evidencia sugiere que el TEA tiene sus orígenes en la vida prenatal, probablemente durante el primer o segundo trimestre del embarazo, y los niños comienzan a mostrar los síntomas de la enfermedad en sus primeros cumpleaños, como no responder a sus nombres o no interactuar positivamente con otros”. “Nuestros hallazgos sugieren que la detección y el diagnóstico de TEA pueden comenzar de manera confiable desde los 14 meses. Nuestro próximo desafío es determinar los mejores tratamientos y el grado en que dicho compromiso temprano beneficia a los niños pequeños y sus familias a largo plazo”, concluyen los expertos en Jama Pediatrics.

El TEA hace referencia a un conjunto amplio de condiciones que afectan al neurodesarrollo y al funcionamiento cerebral. Esto supone que las personas que lo padecen sufran dificultades en la comunicación e interacción con los demás, así como en la flexibilidad del pensamiento y de la conducta. Algunas estimaciones, incluso, sitúan su incidencia en uno de cada 59 nacimientos.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2019/05/01/mamas_papas/1556706175_653544.html?id_externo_rsoc=whatsapp

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Yo creía que el autismo era malo, ahora sé que no

Por: Ignacio Calderón Almendros.

 

Hay muchas veces que algunas palabras llenan de sentido el trabajo que realizas y también van directas al corazón. En tiempos duros, te paras a pensar si realmente tu trabajo merece la pena y esto mismo era algo que yo preguntaba ayer en una publicación:

Hoy, Lucía y yo, damos las gracias a todas las personas que nos leen, hacen comentarios y están ahí de alguna manera.
Nos gustaría saber qué es lo que habéis aprendido con nosotras y si os ha hecho cambiar vuestra opinión en determinadados aspectos de vuestra vida nuestras aportaciones.

Muchas gracias

Obtuve muchas respuestas preciosas que reafirmaron que sí, que se debe seguir pero hubo una que no pudo ser más bonita ni más sincera. Mentiría si dijera que no me emocioné al leerla. Sobre todo me llamó la atención cuando Laura decía:

“Yo creía que el autismo era malo, ahora sé que no”

Le pedí que me dejara compartir en este pequeño proyecto su respuesta y aceptó. Es todo un honor poder compartirla con todos vosotros.

Imagen de Paula Verde

Dice así:

“Belén, me has dado esperanza. A veces voy caminando por la calle, y me acuerdo de Lucía que sigue pintando con entusiasmo.

Vos/Tú Belén, has mostrado que un interés restringido es motivación, es algo bueno. Antes, yo sentía que no era bueno eso en mí, cuando no puedo parar de hacer o hablar solamente de lo que me interesa. Y llegó un punto, que me daba culpa ser así. Porque el entorno siempre me hacía sentir que estar haciendo matemáticas en mi cuaderno o en mi computadora, hasta cuando nos íbamos a la casa de mis abuelos en el verano, yo partía con mi computadora (1999, eran PC de escritorio). Y seguía programando algoritmos, y seguía con unos temas de aritmética o geometría. A mi me gustaba abrir la ventana y ver los árboles del campo, sentir el aroma de las plantas verdes, y escuchar el canto de los pájaros, mientras estaba sentada en mi escritorio. Siempre venían visitas, y en la galería estaban todos conversando, a mí me gustaba, oír de lejos que estaban, yo seguía con mis cuadernos de la universidad tratando de demostrar un teorema. Suspendía la matemática y la programación, sólo para tocar una flauta en soledad. Si jugaban con naipes, participaba. Bueno, podría seguir relatando. El tema es que me daba culpa ser así. Tuve la desgracia de ir a psicólogas psicoanalistas que nunca se dieron cuenta que tengo autismo. Y más me sentía obligada a ser como no soy, a ser normal, a estandarizarme. Pasaron más de 30 años así, llegó un punto que empecé a obligarme a no ser yo misma y eso me fue apagando, hasta caer en depresión. Para colmo, vas creciendo y se va tornando más complejo lo social.

Hace dos años, me llamó la atención una página, un blog que se llama La Habitación de Lucía. Esos relatos que escribías Belén, me llamaron la atención, me sentía tan identificada, y me sorprendía que una mamá valorice tanto el interés restringido de su hija. Yo estaba tras el diagnóstico de mi hijo, no del mío, y desconocía todo del Autismo.

Gracias a tus publicaciones de las flores de Lucía que tanto me gustaban, veía que publicabas sobre un tal Nacho. Hasta que un día veo que tenían un libro en la mano, y digo, parece que es un escritor. Busco en Google, y descubro que hablaba de educación e inclusión.

Tampoco sabía que era la inclusión, ni la diversidad. Hasta ese momento, yo pensaba que ser diferente era algo malo.

Me costó un año entero, estar de acuerdo con Nacho. Al principio me parecía un espanto lo que planteaba. Así, descubrí otro blog Mi mirada te hace grande. Y vos y Paula, se convirtieron en mis lecturas y fotos preferidas, aunque no llegaba a entenderlas. Después descubrí La mirada de Angel, y una amiga me dijo si había leído a Coral Elizondo. Busqué, y ahí empecé a entender a Nacho.

Fue un proceso de más de un año, entender y aceptar lo que proponía Nacho sobre inclusión educativa.

Paralelamente transcurría mi vida, y me angustiaba mucho ver que mi hijo no interactuaba con sus compañeros en la escuela, no jugaba con ellos, nisiquiera hacía rodar autos en el aula, simplemente los veía. Pasaban los años, y mi hijo seguía sin hablar, nisiquiera decía mamá.

Cómo iba a hacer… Era desesperante, mi hijo tenía más de cuatro años cuando empecé a leer tus textos Belén, y ver tus fotos.

Y vos, lograste transmitir esa parte “no académica”, junto con Paula, ustedes me siguen traduciendo todos esos conceptos revolucionarios de la inclusión a mi lenguaje visual. Ustedes le ponen realidad concreta a lo que dice Nacho y Coral.

Ustedes, ponen la parte descriptiva y visual que completa, que me traduce para mí.

La gente suele tener prejuicios sobre los autistas que podemos hablar, creen que eso nos deja en mejor posibilidad. Mi hijo tiene Autismo y casi no habla, apenas unos balbuceos. Tampoco señala, aunque ya aprendió a señalar con el dedo. La gente suele tener el prejuicio de que no saben muchas cosas, y ya confirmé que sí las saben, sólo que demuestran de otra forma.

Y si partimos de sus formas particulares, si aprendo primero el lenguaje de él, puede aprender el mío. Así, ya está comunicandose mejor, hasta está aprendiendo a escribir y leer, y de a poco se va animando a poner los sonidos de las palabras.

Di toda una vuelta, típica de mí, que para decir algo, digo un montón de palabras que llevan a pensar otra cosa a las personas.

Lo importante, es que ahora veo mi propio Autismo distinto. Ahora ya no siento que está mal. Ahora veo que puedo aprender a socializar. Y tantos aspectos de la vida diaria que para la gente estándar es obvio, para mi no.

Y también puedo ayudar a mi hijo, lo más importante.

Sólo agradecerte Belén tu generosidad y tu tiempo en escribir sobre Lucía.”

Laura Dillon

Tengo que dar las gracias a Basilisa, a mis compañeros de viaje, a los “Radicales Desadaptados”, a mi familia, a todos las personas que creen en nosotras y por supuesto a Laura por ese mensaje tan potente y esperanzador.

Gracias de corazón. Si tú lo dices, será.

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El autismo: necesidad educativa y priorizada en Cuba

Centro América/ Cuba/ 08.04.2019/ Fuente: www.sierramaestra.cu.

La enseñanza especial en Cuba es una prioridad dentro del sistema Educación, actividad que antes del triunfo de la Revolución en enero de 1959, era prácticamente inexistente. Actualmente en la provincia de Santiago de Cuba existen 47 escuelas, de ellas 27 en el municipio cabecera.

Uno de estos centros es la escuela “William Soler”, ubicada en el consejo popular Vista Alegre, que destaca en la atención a niños con autismo, desde 3 a 18 años, una escuela de tránsito cuyo objetivo es llevar a cabo la llamada corrección- compensación de las áreas afectadas en los infantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA).

El autismo, como necesidad educativa, según especialistas, es un desorden del desarrollo del cerebro que compromete el desarrollo de habilidades del niño para la comunicación, y para establecer relaciones sociales.

En la actualidad tiene matrícula de 22 niños y niñas, los que asisten diariamente, y otros 14 con modalidad combinada, que proceden del programa Educa a tu Hijo, círculos infantiles y escuelas especiales, los que acuden al centro 2 o tres veces a la semana en dependencia del grado de la afectación del aérea de la sociabilidad, comportamiento, comunicación lenguaje, entre otros trastornos.

Según informó la directora del centro MS.c Miriam Verdecia Delis, en la tarea de hoy disfrutarán de un concierto de piano por la hermana con u niño con autismo, espacio durante el cual disfrutaran, además de otras actividades recreativas.

“Hoy estamos vestidos de azul, del color del cielo, como muestra de paz, de esa paz que queremos en nuestros niños”, afirmó la directiva.

Cada 2 de abril, se celebra el día Mundial de Concienciación sobre el autismo. Fue en diciembre del 2007 cuando la Asamblea general de la ONU, adoptó la resolución, con el objetivo de alertar acerca de esta discapacidad, cuya incidencia ha aumentado en todo el mundo.

 

Fuente de la noticia: http://www.sierramaestra.cu/index.php/santiago-de-cuba/24836-el-autismo-necesidad-educativa-y-priorizada-en-cuba

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Documental “Hay alguien allí” sensibiliza sobre el autismo

Redacción: Radio Mundial

Eduardo Viloria, responsable del documental «Hay Alguien Allí», señaló que esta película tiene como enfoque acercarse al autismo de manera sensible desde una perspectiva afectiva de manera cotidiana.

Así lo informó Viloria desde el programa Buena Vibra que transmite Venezolana de Televisión (VTV), en el cual destacó que esta producción cuenta la historia de Helena, una niña con autismo de 9 años de edad cuyos padres se encuentran angustiados por el futuro de su hija.

Añadió que  los padres emprenden una conmovedora exploración al universo del autismo, partiendo de filmaciones a niños autistas realizadas en los años 70 por la doctora Lilian Negrón, pionera en los estudios del autismo en Venezuela y en el mundo.

Asimismo, puntualizó que se pretende sensibilizar a la población venezolana sobre el tema del autismo, como la lucha por la plena satisfacción de los derechos de quienes viven con esta condición.

Se cree que el autismo está relacionado con la infancia y es para toda la vida. En la sociedad hay muchos mitos por falta de información, de difusión de contenido.

El documentalista indicó que  “existen servicios de terapia, atenciones educativas fundamentalmente para la infancia y para la adolescencia, después que estas personas llegan a los 18 se quedan sin oportunidades, ya que existe poco para su atención y por esta razón  es importante que la familia asuma con la  madurez, la condición del integrante de autismo.

Agregó que el documental fue realizado en el año 2014 en el cual se realizaron muchos cines foros y está disponible en la plataforma de Youtube de manera libre.

Puntualizó que el autismo  es una forma de ser humano, concreta y específica donde el ser humano se manifiesta, “es una condición que tiene complejidades neurológicas, sensoriales y cognitivas con rasgos específicos”.

Fuente: http://www.radiomundial.com.ve/article/documental-%E2%80%9Chay-alguien-all%C3%AD%E2%80%9D-sensibiliza-sobre-el-autismo

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La experiencia de trabajar con un niño autista en una escuela rural

A través de juegos adaptados y asambleas de clase, el niño logró “una buena integración” en su primer encuentro social.

Ana Sellanes (i), y Gelen Romero, en el Décimo Coloquio de Educación Rural.

La enseñanza multigrado es un desafío para los docentes del medio rural, porque implica que niños de diferentes edades estén todo el año en una misma clase aprendiendo lo mismo, pero en distintos niveles. A esa complejidad, las maestras de la escuela 6 de Mangrullo, en Rincón del Pino, San José, tuvieron que agregar el trabajo con un niño con autismo severo en la clase de cuatro años de educación inicial. Sobre esa experiencia centraron su ponencia en el décimo coloquio nacional de educación rural y la titularon “Miradas diferentes hacia una verdadera inclusión”.

La maestra Ana Sellanes relató para sus colegas que “esta fue una experiencia muy movilizadora durante todo el año”. Comenzó cuando la madre se acercó a la escuela y preguntó si a su hijo le correspondía entrar a la institución. Tanto Sellanes como la otra maestra, Gelén Romero, no dudaron en aceptar el desafío: “Nosotras le dijimos que sí, pero a partir de ese momento comenzamos a buscar, a ver qué era lo que podíamos hacer. Era un niño con un Trastorno del Espectro Autista [TEA] muy fuerte, que no habla, que iba a tener a la escuela como su primera interacción en sociedad”. Como primera acción le pidieron a los padres que comenzaran a llevarlo durante el verano, que conociera el espacio, los juegos que había y los salones donde iba a pasar el resto del año. Allí obtuvieron la primera información sobre los gustos del niño: tenía un fuerte interés por los números.

Cuando comenzó el tiempo compartido con los demás compañeros decidieron que empezara a ir a la escuela poco a poco: “Una de las primeras preocupaciones fue hacerlo sentir lo mejor posible y se planteó un periodo de adaptación –como se le plantea a todos los niños de nivel inicial–; lo único que previmos fue que iba a ser un poco más extenso para él que para los demás niños”, explicó Romero. La adaptación no fue sólo para el niño con TEA sino también para el resto de los niños, las docentes y la comunidad educativa.

De hecho, Romero implementó una asamblea semanal de clase el día que el niño no iba a la escuela por tener que concurrir a un centro en la ciudad. “En la asamblea veíamos cómo había sido la semana, cómo podíamos seguir actuando para ayudarlo y todos los demás compañeros planteaban sus dudas. Tenían muchas preguntas y yo no quería que ellos se quedaron con cosas sin saber o que sólo jugaran con él porque sus padres se lo pedían. Para que ellos puedan aceptar la situación necesitan una explicación, hay que argumentar por qué hay cosas que a él se le permiten y a los demás no. Por ejemplo, durante la adaptación, los otros niños de cuatro años no podían estar con sus padres aunque quisieran, y a él lo dejábamos estar con su madre. Todo esto necesitaba una explicación y un acomodarnos todos”, detalló la maestra.

Romero destacó que el año pasado fue “un proceso de inversión”, en el que tuvieron que trabajar en conjunto “todas las partes que integran el apoyo del niño: padres, centro y comunidad educativa; todos realizamos con frecuencia evaluaciones y ajustes. Es un proceso, no podemos planificar todo lo que vamos a hacer con él porque es muy variable, no sabemos cómo van a actuar él ni sus compañeros porque son muy chicos y es muy difícil comprender la situación”.

Adaptados

Una parte fundamental de la enseñanza en primera infancia es el juego, pero fue aun más importante en esta clase. En el medio rural a veces el acceso al material didáctico es limitado. Sin embargo, Romero se dio maña y logró construir un set de juegos con materiales tomados de desechos, todos relacionados con los números. Contó que uno de sus preferidos era un juego hecho con los rollos en los que viene envuelta la manguera que se usa para regar las plantaciones de papa, también juegos con palillos que servían para trabajar la motricidad de todos los niños, o botellas con líquidos brillantes. La impresión que tuvieron es que se logró que el niño se integrara con los demás y “estuviera fascinado trabajando”.

Como parte del trabajo de integración, la maestra decidió presentar los nuevos juegos a los compañeros el día que el niño no iba a clase: “Fuimos incorporando estos juegos de a uno, primero para los demás y después para él, porque todavía no maneja bien el compartir. Aprovechábamos el día que él no iba para presentárselo primero a los compañeros, ellos jugaban, lo exploraban, lo compartían, y al otro día se lo dejaban a su compañero para que él lo explorara en el tiempo que necesitara”.

Para Romero fue muy importante que los juegos pudieran ser usados por todos los niños de su clase. Explicó que ello “provocaba ir hacia una inclusión natural, sin forzar al niño a lo que no estuviera preparado” y sin obligar a sus compañeros a jugar con él sin tener ganas. “A través de su trabajo también fuimos aprendiendo nosotros; a veces él armaba secuencias de formas que nosotros no imaginábamos porque siempre tendemos a esperar que hicieran lo normal, no llegamos a comprender su criterio para ordenarlo pero a su vez estamos seguras de que hay uno, porque cuando desordenábamos las piezas, él las volvía a ordenar de la misma forma. Eso es un tema que también trabajamos con los otros nenes, y así se aprovechó la diferencia a favor de toda la clase”, contó la maestra.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/1/la-experiencia-de-trabajar-con-un-nino-autista-en-una-escuela-rural/

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“Sabemos que el entorno por excelencia donde se da el acoso es el patio, es un entorno duro”. Entrevista a Juana Hernández Rodríguez. Psicóloga especialista en autismo

Entrevista/11 Octubre 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la educación

Recientemente ha terminado una guía sobre acoso y personas con TEA, con la que se pone el foco en un asunto, el acoso a personas con discapacidad, que para ella pasa desapercibido.

Psicóloga de formación, Juana Hernández Rodríguez se especializó en atención a personas con autismo (“no autistas”, aclara, “el Trastorno del Espectro Autista, TEA, es una condición que te acompaña, no que te define”) desde el ámbito educativo. También ha sido profesora en la Universidad Autónoma de Madrid, desde donde ha investigado y publicado trabajos sobre acoso y discapacidad, detección temprana y diagnóstico. Su último trabajo es Acoso escolar y Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). Guía de Actuación para Profesorado y Familias, elaborado bajo petición de la Confederación Autismo España y enmarcado en la campaña de esta asociación contra el acoso. La guía, a modo de manual práctico, es de libre distribución y se puede descargar en la web de la campaña de la confederación ().

¿La guía era necesaria porque se desconoce cómo tratar estos temas?

Hay que hablar de los temas de acoso. En la población normotípica el acoso se alimenta del silencio, y si no se habla de ello, sigue perviviendo. Hablar de ello es la mejor forma de evitar que esto ocurra. En el caso de nuestro alumnado en concreto hacía mucha falta. En los últimos años se ha trabajado mucho en el acoso en general, se ha hecho un esfuerzo con campañas de sensibilización, como la de Langui de “Se buscan valientes”. Se ha hecho mucho esfuerzo en campañas de formación, se ha sacado un protocolo para cuando se detectan casos. Pero que se haya hecho un trabajo importante no quiere decir que no haya que seguir. Todavía hay muchas diferencias entre lo que se considera acoso o no, las familias creen una cosa, los profesores otra, los alumnos otra. Se ha prestado mucha atención al tema, pero no al acoso a personas con discapacidad. No se visibiliza, pero está ahí desde hace años y afecta a personas con nombres y apellidos y a familias. Hay que sacarlo a la luz, que en los protocolos se hable de esto, de esta población, que se sepa que esto ocurre. La guía era muy necesaria y es importante haberla dirigido por una parte a familias, pero también a los profesionales, ellos demandan qué hacer y cómo actuar. Y no desde el ensayo y error, que es lo que se hace ahora, o desde acciones aisladas, sino desde un planteamiento más integrado o sistemático. El profesorado a veces tiene acciones bien intencionadas, pero que no llegan a buen puerto y lo que hace es marcar más la diferencia del chico con TEA que integrarlo con sus compañeros. Que se le acepte es el objetivo de la guía, no que se marque la diferencia, que acaba en aislamiento y exclusión. El ejemplo del profesor es fundamental, su buena actuación positiva hace que los chicos lo hagan como el profesor. El profesorado tiene un rol fundamental a la hora de detectar, prevenir y actuar. También he pretendido tender puentes entre profesores y familia, con frecuencia lo que ocurre en este tipo de situaciones cuando hay un posible caso de acoso se suele crear una situación de desencuentro entre unos y otros. Se desconfía de lo que la familia cuenta, la familia desconfía de lo que el centro le comunica. Por experiencia sé que es muy importante en estas situaciones crear un clima de confianza familia-centro y mi objetivo es que la guía pueda contribuir a ello, es fundamental para abordar bien situaciones de este tipo.

¿Están formados los profesores para atender estas situaciones?

No. Son temas bastante colaterales si es que se tocan. Esto es hablar de convivencia, de cómo se relacionan los alumnos en los centros, es hablar del clima social del aula y, por desgracia, a veces estamos demasiado focalizados en los planes de estudios y los profesores se centran mucho en que los alumnos adquieran el conocimiento, que es importante, pero los otros temas de enseñar a convivir en la diversidad, cómo crear un buen clima, crear una cohesión o que al alumno que se percibe como diferente no haya prejuicios se dejan de lado. Estos temas se tocan menos en la formación. Hay colegios que trabajan bien estos asuntos, pero otros no. Que los alumnos son todos iguales es un espejismo, pero si además hay alumnos diferentes la diversidad es mayor. Si no se trabaja el clima del aula, las normas, ya se entra mal en el tema. El acoso, cuando hay una situación —y si hay con uno lo normal es que haya más, no son casos aislados— se pone la mirada en la convivencia en el centro, si las clases son pacíficas o más bien difíciles, si los alumnos respetan las normas o hablan en clase. Cuando la convivencia en el aula no es pacífica, probablemente ahí hay acoso del alumno con TEA y de alguno más.

¿Era necesaria la guía porque desconocemos cómo actuar en estos casos?

Era necesaria para hacer visible una realidad. Es la primera guía que se hace. Hay pocas sobre el ámbito de la discapacidad y acoso escolar. Este tema no se ha visibilizado todavía. Supongo que las cosas llevan un ritmo y primero van unas y luego otras, pero se podía haber hecho un abordaje conjunto. Lo que hay que destacar es que las personas con TEA son más vulnerables al acoso por sus dificultades comunicativas y sociales. Tener un trastorno del espectro del autismo aumenta las posibilidades de sufrir acoso. Sabemos que tener pocos amigos o ninguno es un factor de riesgo de acoso, y en el caso del autismo tienen dificultades, quieren relacionarse pero les cuesta mucho y no siempre tienen las oportunidades o facilidades para poder tenerlos. Lo que nos dicen los estudios es que el acoso es una realidad frecuente en la vida de estas personas, son más acosadas que sus compañeros. En España se ha investigado poco, pero la proporción dice que si un alumno normotípico sufre acoso, cuatro con TEA lo harán. Las consecuencias luego sí son iguales, les afecta por igual. El malestar emocional, los problemas de aprendizaje, disminución del rendimiento… Todo se da en los compañeros normotípicos. Lo que ocurre es que para los alumnos con TEA los efectos son más intensos y duraderos que para sus compañeros, el riesgo es mayor y los problemas más graves, por tanto. Los estudios también dicen que el acoso es más grande en el último tramo de primaria y el primero de Secundaria. Afecta más cuando tienes un trastorno del espectro del autismo más leve, quizá porque se ve menos el trastorno. Sabemos que el entorno por excelencia donde se da el acoso es el patio, es un entorno duro en el que les cuesta relacionarse, se manifiesta más su comportamiento repetitivo, sus intereses más restringidos. Tenemos conocimiento sobre los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de acoso para prevenir, para hacer algo con los patios, con esos tramos de edad, y estar más vigilantes con ese alumnado. Hay que prevenir mucho.

¿Cómo se debe actuar?

Lo ideal sería prevenir para que haya el menor número de casos posibles. La prevención pasa por buscar que la convivencia en las aulas sea positiva. Hay que poner mucho esfuerzo ahí. También hay que saber detectar, tenemos un cuestionario en la guía para detectar posibles situaciones. La detección te lleva a que si se confirma que esto es acoso o no, se intervenga. Siempre hay que intervenir porque en estas situaciones siempre hay un conflicto, haya acoso o no. Y si es acoso hay que intervenir con medidas de apoyo a la víctima y también con acosadores y testigos. Hay que poner un pack de medidas para cuando se confirme que es una situación de acoso.

Supongo que sin datos claros es complicado hacer un diagnóstico, pero, ¿cree que hay más acoso ahora o solo se habla más de él?

No es que ahora haya más sino que ahora se ha puesto la mirada. Antes es que no se hablaba de esto, y lo que no se habla no existe. Al hablar, sale más. Incluso los compañeros lo denuncian ahora, se visibiliza más porque los implicados en una situación lo dicen, las familias también saben más y entonces se detecta más.

“Los compañeros lo denuncian”. ¿Cree que los chicos están más concienciados?

Mucho más. Los chicos que presencian una situación de este tipo sabemos que el que se atrevan a dar el paso y decirlo es fundamental para que no se siga dando. Todas las campañas de sensibilización van dirigidas a los compañeros, como las que hablábamos de El Langui. Hay más conciencia de valores que no se pueden aceptar en la escuela, como la falta de aceptación del otro, de respeto, que te puede llevar a victimizar a un compañero. Los compañeros cada vez alzan más la voz y esto es fundamental porque el acoso es una cosa de grupo, no solo de agresor y víctima, y el efecto del grupo es fundamental. Las campañas de sensibilización son muy importantes y a la hora de intervenir la actuación de los iguales es fundamental, para mí (alumno acosado) la ayuda de mis iguales no es lo mismo que la de mis profesores. Esto es bueno para unos y otros, aprender a mostrar solidaridad con los compañeros y estos aprenden cómo salir de esta situación de una forma más efectiva. Ellos comparten la cultura de iguales y tienen más ideas de cómo se puede salir de ahí. Son fundamentales tanto a la hora de detectar, prevenir y actuar.

¿Los planes de convivencia de los colegios funcionan?

Hay una obligación de tener un plan de convivencia y un protocolo de acoso en todos los centros. Pero a veces puede quedarse ahí escrito y no bajar a acciones concretas de implementación en el aula, en algunos centros sí y en otros no. Y ese documento hay que traducirlo en acciones.

¿Echa en falta un mayor liderazgo de la administración con estos temas?

El liderazgo de la administración es clave y últimamente le ha prestado más atención al acoso. Hay que seguir llegando más al detalle, no a los grandes megaplanes. Los profesores están muy sobrecargados con mucho horario lectivo y poco tiempo para trabajar otros temas como la convivencia y la prevención, ahí es donde se exige ese compromiso de la administración. ¿Cómo puede haber un equipo de convivencia en un colegio si están sobrecargados con la jornada lectiva? ¿Qué tiempos tiene el profesorado para desarrollar el plan? ¿En qué formas? Ahí es donde pedimos el compromiso.

Por último, ¿qué rol debe jugar la familia?

Muchas veces los que detectan una posible situación de acoso es la familia, ven las señales de alarma de una forma más continua e intensa en el ámbito familiar, mientras en el colegio pasan más desapercibidas. Pero en casa lo cuentan. Y si hay dificultades expresivas lo notan en su manera de comportarse y los padres ven las señales. Es muy importante que en el ámbito educativo se recojan esas señales de alarma y que se investigue, que se vea qué está pasando. Puede suceder que esté pasando por un momento más tensionado por época de exámenes o que esté presionado en algún ámbito, pero llamar la atención es importante para que el profesorado recoja como debe estas señales de alarma e investigue qué está pasando.

Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/11/sabemos-que-el-entorno-por-excelencia-donde-se-da-el-acoso-es-el-patio-es-un-entorno-duro/

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“Los efectos del maltrato son más graves y duraderos en niños con autismo”

Por: Carolina García

Un niño de ocho años con trastorno del espectro del autismo y que cursa Primaria ha sido presuntamente maltratado por dos de sus profesoras y una auxiliar de enfermería de su colegio, el centro de Educación Especial Ramón y Cajal de Getafe, según ha informado la cadena Ser. Las tres personas están siendo investigadas, después de que los padres colocaran un dispositivo de grabación entre la ropa del niño y pudieran registrar momentos de su rutina escolar, en los que las docentes le amenazaban con tirarle agua por encima, pincharle en el culo o se burlaban de su forma de hablar, según se oye en el audio. Ante estos hechos, los padres decidieron denunciar. Sostienen que el niño no había dado muestras de agresividad hasta que llegó a este centro. Las tres trabajadoras han justificado su comportamiento, basándose en el protocolo de actuación del mismo.

Los niños con autismo son más vulnerables que otros menores. Cabe recordar que el trastorno del espectro del autismo se caracteriza por hacer referencia a un conjunto amplio de condiciones que afectan al neurodesarrollo y al funcionamiento cerebral, dando lugar, a las personas que lo padecen, a sufrir dificultades en la comunicación e interacción con los demás, así como en la flexibilidad del pensamiento y de la conducta de la persona que lo presenta. Una de las opciones educativas que tienen los padres de niños con autismo es escolarizarlos en centros de educación inclusiva, lugares que tienen como objetivo atender las necesidades de aprendizaje de todos los niños con especial énfasis en aquellos que son más vulnerables a la marginalidad y la exclusión social, entre otros.

Los expertos consultados coinciden en la mala praxis de los profesionales de este centro de Getafe, a pesar de reconocer que la información con la que se cuenta es parcial.  «No sabemos qué ocurrió antes ni después». «Pero el hecho en sí está mal hecho», explica por teléfono Luís Pérez de la Maza, patrono de Aucavi, centro especializado en TEA también asentado en esta población. «Las diferencias entre nuestro centro y el Ramón Cajal, son dos. La primera es que el nuestro es concertado y nos permite contar con autonomía para elegir a los profesionales que trabajan en él, los cuales, según las cualidades de cada niño, van adaptando su formación de forma continua. La segunda diferencia es que estamos especializados en niños TEA».

Por su parte, el investigador de la Universidad de Valencia y hermano de una persona con autismo, Gerardo Herrera, argumenta que, en su opinión, estos centros de educación especial deberían dar garantías a las familias de que los menores TEA van a tener apoyo, aportando profesionales cualificados. Normalmente, en los centros que trabajan con niños con autismo se aplican programas TEACCH (Treatment and Education of Autistic and Related Communication Handicapped Children). «Procedente de Carolina del Norte, este método puede ser un buen aliado a la hora de potenciar y mejorar la comunicación de los niños con autismo. Suelen ser muy sencillos de usar, muy atractivos visualmente y hay muchos sistemas, por ejemplo, como el uso de pictogramas o de una agenda donde se marcan las actividades diarias», explica Herrera.

«Siempre encontramos ejemplos buenos y malos de profesionalidad en estos centros. Pero esta vez ha sido una muy mala práctica desde el punto de vista del trato humano», argumenta. «Es muy grave lo que han hecho. Yo sacaría al niño directamente del colegio. No es la primera vez que ocurren este tipo de casos así, por desgracia».

Herrera expone que los menores con TEA con discapacidad intelectual tienen cinco posibilidades a la hora de su escolarización en España. La primera es la Educación Especial Generalista, que es lo que ocurre en el centro Ramón y Cajal de Getafe donde han ocurrido los hechos. «En estos centros, tienen cabida distintas discapacidades. Aún así, deberían contar con profesores especialistas en autismo»,reitera el experto. Luego existe también la Educación Específica del Autismo, las aulas TEA en el sistema público, las denominadas Aulas estables en la privada y la escolarización en aula ordinaria.

Para Ruth Vidriales, responsable de Asesoramiento de Autismo España, el centro ideal para un niño con autismo es aquel que mejor se adapte a las necesidades de cada alumno con TEA y cuente con los recursos y apoyos necesarios para responder a las necesidades individuales de cada alumno, porque «el TEA abarca un amplio espectro de características y necesidades, y se presenta en cada persona de manera diferente». Además, incide en la importancia de la relación y colaboración entre padres y profesores para prevenir estas posibles situaciones de maltrato. «Hay que intensificar», prosigue, «el trabajo en equipo entre la familia y el centro educativo, para que ambas partes puedan compartir estrategias que favorezcan el correcto desarrollo del menor y mejoren su calidad de vida. El apoyo y la ayuda entre ambas partes es esencial. Y, sobre todo, que todos nos esforcemos para que casos como este no vuelvan a repetirse», añade la experta.

Consecuencias del maltrato para un niño con autismo

Las personas con autismo y con discapacidad en general, pueden ser más vulnerables, pero vulnerabilidad no significa determinación. Esto quiere decir que no son las características propias del TEA (asociadas fundamentalmente a dificultades en el ámbito social y comunicativo) las que determinan el acoso o el maltrato. Los niños y niñas con TEA son, ante todo, niños que comparten intereses y disfrutan de la compañía de sus amigos como los demás. «Pero, en muchas ocasiones, son percibidos como diferentes, convirtiéndose en objeto de burlas, acoso o maltrato por parte de sus compañeros o, incluso, de sus profesores. Es el grupo, el contexto social, el que convierte la diferencia en motivo de maltrato», explica Vidriales.

«El problema de la burla o el maltrato hacia estas personas viene de una sociedad que no empatiza con ellas, que no se pone en su lugar ni se para a pensar en sus necesidades e intereses. Y ese desconocimiento lleva solo a centrarse en las cosas en las que presentan dificultades, y no dejan ver las capacidades y habilidades que tienen las personas con TEA», sostiene Vidriales. Esto hace que sea muy fácil que se conviertan en objeto de burlas por parte de otros niños y niñas, dejándoles fuera de juegos, o no invitándoles a cumpleaños: «Simplemente, porque los niños con TEA son percibidos como diferentes, porque sienten y viven de otra manera».

Las situaciones de acoso escolar o maltrato acarrean consecuencias muy perjudiciales para los menores, tanto para su desarrollo cognitivo como socioemocional. «En el caso de los niños con TEA, las consecuencias que padecen son similares, pero los efectos son más graves y más duraderos, traduciéndose en problemas de aprendizaje (por el miedo a ir al centro educativo), dificultades sociales (disminuyen las relaciones sociales) o malestar emocional (aumenta el riesgo de sufrir problemas de salud mental), entre otros», termina la experta.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/04/18/mamas_papas/1524046832_516106.html

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