España/Septiembre de 2016/Huffingtonpost
El curso escolar no se inicia este año con suspensos, pero sí con suspense. La vuelta al cole, que estos días se produce en todas las comunidades autónomas, está marcada por la incertidumbre de lo que ocurrirá en junio. La falta de Gobierno, los posibles pactos entre partidos y la oposición de los Ejecutivos regionales han abierto muchas dudas sobre cómo se seguirá implantando la Lomce este año. Y eso significa que está en el aire la forma en que se llevarán a cabo las polémicas reválidas de 4º de la ESO y, sobre todo, la de 2º de Bachillerato, que desde este año sustituye -o debería- a la Selectividad. En total, más de 700.000 alumnos afectados.
El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, garantizó esta semana en la Cadena Ser que las nuevas pruebas se realizarán y que se parecerán mucho a las anteriores. Pero sólo unas horas antes, en una entrevista en Europa Press, no se había atrevido a asegurar lo mismo. Se limitó a decir que, en caso de un nuevo pacto entre PP y Ciudadanos, se suspendería la reválida de 4º de la ESO, pero no la de Bachillerato.
Por otro lado, si el PSOE llegase finalmente a La Moncloa ya ha avisado de que quiere derogar la ley y, por tanto, las reválidas. De hecho, fuentes de Educación citadas porEl Mundo afirman que «la ley dice que las pruebas hay que hacerlas, salvo que haya cambios legislativos que decidan los partidos políticos en el Parlamento».
«NADIE SABE LO QUE VA A PASAR»
Mientras, en el sector califican de inaudita la situación de incertidumbre que viven al iniciar el curso. “Nadie sabe lo que va a pasar”, resume Mario Gutiérrez, presidente de Educación de la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF), quien asegura que el contexto es “tan grave” que incluso “se duda de que se vaya a cumplir la ley”.
Se refiere a la posición de las Comunidades Autónomas, las encargadas de aplicar la Lomce, puesto que 13 de ellas se oponen a las reválidas y muchas ya han adelantado que no piensan instaurarlas. Es el caso de Cataluña o de Andalucía, que está pidiendo la paralización del Real Decreto. Su rechazo se basa en que estas nuevas pruebas pueden dejar a algunos alumnos en una especie de limbo. Con las reválidas ya no será suficiente aprobar la ESO o Bachillerato, sino que los jóvenes tendrán que aprobar estos exámenes para obtener el título. Eso sí, este primer año la de 2º de Bachillerato sólo será necesaria para acceder a la universidad, pero no para lograr el título.
En la práctica, todo esto supone que si un estudiante aprueba la ESO pero suspende las dos convocatorias de la reválida, no tendrá más remedio que cursar la Formación Profesional Básica, dirigida a alumnos de entre 15 y 17 años que sólo han superado el primer ciclo de la ESO. No tiene más opciones si quiere seguir estudiandado el curso siguiente. Además, muchos expertos apuntan a que estas pruebas son injustas porque no tienen en cuenta la progresión del alumno.
SITUACIONES «INACEPTABLES»
Mario Gutiérrez advierte de que si cada Comunidad Autónoma aplica su propio modelo de reválida -como ya sucedió el curso pasado con las pruebas de 6º de Primaria- habrá situaciones “absolutamente inaceptables”. “Podría suceder que un estudiante de Madrid tenga una prueba más difícil que uno de Castilla La-Mancha, o viceversa. Y luego ambos alumnos pueden estar peleando por entrar en la misma carrera en la misma universidad. ¿Cómo podemos comparar las notas?”, se pregunta mientras califica la situación de “gravísima”.
En su opinión, todo ello se debe a la falta de Gobierno. “Con un acuerdo político no hubiese sucedido, pero en un clima continuo electoral todo se hace por electoralismo. Todos han hecho y están haciendo política con la educación, maltratando al alumnado y al profesorado”, denuncia.
«Todos han hecho y están haciendo política con la educación, maltratando al alumnado y al profesorado»
Los docentes subrayan que la incertidumbre se extiende a la forma que tendrá el examen. Admiten que la materia será la misma en cualquier caso, que el currículum ya está publicado y que el Real Decreto marca, a grandes rasgos, cómo tiene que ser la prueba. “Pero la selectividad tenía unas reuniones donde los profesores establecían cuáles eran los contenidos principales del currículum de cara a la puntuación, se discutía sobre los criterios de calificación, de evaluación, la forma de corrección…”, explica Gutiérrez.
ALUMNOS CON «INCERTIDUMBRE»
Así, señala, los profesores tenían un horizonte hacia dónde caminar, los alumnos tenían la tranquilidad de que su profesor les estaba llevando por el buen camino y sabían que si atendían a las instrucciones podrían tener éxito. “Ahora, en cambio, tienen incertidumbre. Y todo el mundo sabe que toda intranquilidad en el proceso de estudio provoca divergencias que después pueden llevar a malos resultados”, destaca.
Enrique P. Mesa, profesor de Filosofía en un instituto de Madrid y miembro de la Red Española de Filosofía, apoya esa opinión. Dice que con la Selectividad acostumbraba a los alumnos a los modelos de exámenes durante el curso. “El problema ahora es que tú tienes un examen de reválida en que el alumno se juega el acceso a la universidad e incluso el título y no sabemos de qué va el examen ni cómo va a ser. Y tienes que tantear una serie de sistemas de examen para ver con cuál aciertas”, asegura mientras califica la situación de “auténtico cachondeo”.
«El alumno se juega el acceso a la universidad e incluso el título y no sabemos de qué va el examen ni cómo va a ser»
La situación es todavía más compleja en el caso de su asignatura. La Lomce ha arrinconado a las Humanidades hasta el punto de que un alumno puede acabar la educación obligatoria sin saber quién es Platón. Ahora sólo hay una asignatura obligatoria, en 1º de Bachillerato. Pero la movilización del sector ha llevado a que muchas regiones -hasta 10- hayan programado Historia de la Filosofía como asignatura obligatoria para todos los alumnos o, al menos, para los de ciencias sociales en 2º de Bachillerato.
Sin embargo, la asignatura entra en la reválida, independientemente de si el alumno lo ha cursado uno o dos cursos. Así que también aquí hay diferencias entre comunidades. “En una región en la que se da filosofía en segundo, como Andalucía o Extremadura, los alumnos van a estar mucho más preparados que los de Madrid, que van a hacer un examen obligatorio pero la van a dar en primero y no necesariamente en segundo”, alerta Mesa.
«UNA LEY IDEOLÓGICAMENTE PERVERSA»
José Luis Pazos, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa) asegura que la situación de incertidumbre que se vive con las reválidas es “la demostración de que se impuso una ley ideológicamente perversa, mal configurada y muy mal planteada”. “El contexto político es un añadido. Pero si la ley fuera buena y hubiera sido consensuada, el debate de los partidos estaría centrándose en otras cosas y no en lo educativo”, subraya.
Además, asegura que las familias tienen la preocupación añadida de cómo empezar el curso sin acabar con la cuenta bancaria vacía porque “la enseñanza sigue sin tener la gratuidad que exige la Constitución”. “Tenemos el agravante de los cambios legislativos, que nos llevan a tener que tirar material que está en buen estado y que no necesariamente debería cambiarse”, asegura.
«Si la ley fuera buena y hubiera sido consensuada, el debate de los partidos estaría centrándose en otras cosas»
Según sus cálculos, los padres de un alumno de Infantil se gastan entre 125 y 150 euros en libros y cuadernos. Los de Primaria, entre 200 y 300 euros. Los de la ESO, entre 250 y 300 euros. Y los de Bachillerato pueden irse a más de 400. “En la enseñanza básica, las familias no deberíamos poner ni un sólo céntimo para que nuestros hijos puedan estudiar”, reclama.
“En muchas comunidades seguimos sin becas y sin ayudas. Se cierran unidades, perdemos comedores escolares, transporte escolar, hemos perdido muchísimo profesorado… Y todo eso no se recupera. Encima, ahora tenemos la amenaza de las reválidas”, se queja. Un inicio de curso demasiado movido.
Fuente: http://www.huffingtonpost.es/2016/09/06/revalidas-curso_n_11875450.html