Por: Sandra Lario
“¡Fuera el agronegocio de las escuelas!”
La Red Federal de Docentes por la Vida (Argentina) y una apuesta por la agroecología y la soberanía alimentaria en las escuelas
En estos días circula un documento impulsado desde la Red Federal de Docentes por la Vida, que pretende visibilizar y denunciar, en plena pandemia, la intromisión de empresas del agronegocio en la escuela. Conversamos con Daniela Dubois, para que nos cuente cómo vienen trabajando en este momento.
¿Cómo se formó esta red?
-Ana Zavaloy fue una docente rural que sufrió varias fumigaciones con agrotóxicos en su escuela cuando era directora. Era la escuelita N° 11 en San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires, Argentina. Ella denunció estas fumigaciones en un momento histórico que que todavía no era un tema que circulara, ni existían pronunciamientos contundentes en contra. Ella fue la primera docente en la provincia de Buenos Aires en generar denuncias públicas. El registro data del año 2014. En ese momento un acompañamiento de los sindicatos docentes, a nivel del estado provincial o de la jefatura distrital. Comenzó a reunirse con otras docentes de la provincia de Buenos Aires y en el año 2017, en agosto, la Red se presentó por primera vez en el Encuentro Nacional de Pueblos Fumigados, en la comisión Educación y Escuelas Fumigadas. Ese año fue la sentencia en el juicio por la fumigación a la escuela en Entre Ríos, sentencia histórica obtenida por la lucha pionera de María Leyva de AGMER Paraná, que también forma parte de la red.
Desde ese momento se sumaron 200 personas de otras provincias y la red comienza a tomar fuerzas, a generar denuncias a divulgar materiales didácticos contra las fumigaciones con agrotóxicos, en particular, pero también dando cuenta de todo el sistema extractivista, como la megaminería y el fracking.
¿Cuál es la importancia de la educación para ustedes?
Anita siempre tuvo muy claro que la escuela era un espacio de socialización de las comunidades y un espacio que puede ser motor de cambio. Lxs docentes tenemos un rol en la transformación tenemos que poder acompañar los procesos, así como dar cuenta de que la educación es siempre situada, con los pies en la tierra. En cada territorio se está llevando a cabo una labor educativa y pedagogía considero y toda pedagogía con tina política y en ese sentido apuntamos a construir en un interés común, el de vivir en un ambiente sano, de poder gozar del derecho a la educación y a la salud. Son cuestiones fundamentales que en el ámbito educativo se ponen en debate y se puede producir conciencia. Sin una educación que sea emancipadora en esos sentidos es muy difícil que se garanticen los derechos. También hay que tener en cuenta que hay saberes que ya traen las niñas, niños y adolescentes, tanto como sus familias, cuando también se acercan a las instituciones educativas. Entonces, la soberanía alimentaria deja de ser meramente un concepto sino también es algo que valoran las mismas personas, en ese ámbito educativo para decidir ¿qué se desea comer? ¿Qué es un alimento y qué no es un alimento? ¿Cómo se producen los alimentos? ¿Cómo llegan a nuestra mesa? Todas esas cuestiones por ejemplo son maneras en que la educación puede poner en jaque al agronegocio y al extractivismo en general.
¿Cómo pensar la escuela en este contexto de fumigaciones en plena pandemia?
En este momento particular de pandemia, la salud cobra relevancia. Encontramos un nexo no solamente porque se dice que el origen de este virus es zoonótico -pasó los animales a los humanos-, sino también ésto tiene relación con la expansión de la frontera de producción de alimentos de manera agrobiotecnológica. Con el modo en que los animales se han ido expulsando de esos ambientes naturales. Además, está la cuestión no sólo del origen de este virus sino que este mismo sistema de producción es inmunodepresor para las personas.
Entonces si la sociedad está haciendo un esfuerzo enorme para cuidarnos, también es necesario que no se nos fumigue con agrotóxicos, ya que degradan muchísimo el estado de salud de la población en los pueblos fumigados. Muchas docentes están difundiendo esta situación donde las docentes rurales que acercan los módulos de alimentos a las casas, encuentran a las familias encerradas. Es una situación muy triste y en la cual hay que tratar de seguir llevando protección e información a esas familias.
Afortunadamente hay un crecimiento de la agenda de estos temas en educación. Se están trabajando más sobre estos temas en la escuela. Son ejes que se trabajan y no han dejado de trabajarse aún en medio de esta virtualidad. Desde cada lugar las personas que elegimos el rol educador o educadora tenemos que seguir insistiendo con estas temáticas porque es muy importante lo antes posible transformar el modo en que se produce para poder vivir realmente en un ambiente sano.
¿Cómo se da la intromisión de las corporaciones del agronegocio en las escuelas?
También así como va ganando en el ámbito educativo la problemática y desde hace tiempo, las corporaciones del agronegocio están tratando de introducirse en la educación capacitaciones a docentes y proyectos educativos programas para que los estudiantes generen proyectos también. ¡Hay cosas que no se pueden creer! ¡Se hacen “Campeonatos de fumigaciones”! Es una forma de instalar que sean los próximos peones. Justamente, los peones son quienes no tienen la mayor responsabilidad en este modelo, y muchas veces son muy perjudicados y perjudicadas. Cuando hablamos con las familias nos cuentan se ven afectados directamente sus puestos de trabajo por este sistema. Están en un lugar muy difícil y sufren también las consecuencias de este sistema. Es delicado y hay que ver de qué manera hablarlo.
¿Cómo ven la cuestión del discurso de las “Buenas Prácticas Agropecuarias”, tan en boga en este momento?
AAPRESID, la asociación de siembra directa Argentina, los grupos CREA vienen tratando de instalar estas capacitaciones y programas, tal como indicamos en esta denuncia y bueno la virtualidad obviamente no lo frena. Estos contenidos que introducen, están definidos por sus intereses. Por ejemplo, tematizan la producción o el cuidado de los suelos, sin mencionar las graves consecuencias que generan, los problemas de la salud, la contaminación, la pérdida de fertilidad de los suelos. Venden todo el discurso de las Buenas Prácticas Agrícolas, un eufemismo para que las personas no se preocupen porque “si se hace bien no pasa nada”. No olvidemos que se trata de tóxicos y una vez que se liberan al ambiente no se pueden controlar. En el caso de las familias de la comunidad educativa, quienes manejan el mosquito o trabajan con este sistema obviamente que es mejor que conozcan cómo protegerse, o que pueden hacer como para minimizar los riesgos. Pero sabemos que sigue siendo muy peligroso. Todo lo que aleje las fumigaciones, las limitaciones en las condiciones, las distancias mínimas y los vientos, todo lo que permite que una fumigación no sea tan dañina, como por ejemplo, identificar los vientos, tenemos que tratar de tomarlo a favor para frenar lo más posible esas prácticas. Pero no son “Buenas Prácticas”; la única buena práctica agrícola que existe es la ecología, la que produce sin agrotóxicos.
A continuación compartimos el documento elaborado e invitamos a sumar adhesiones al siguiente correo reddocentesporlavida@gmail.com
Fuera el Agronegocio de las Escuelas
Desde la Red Federal de Docentes por la Vida, hemos denunciado en reiteradas oportunidades la intromisión de las empresas del agronegocio, y del extractivismo en general, en los distintos niveles de la educación formal, fundamentalmente en las escuelas técnicas agrarias, mediante el otorgamiento de pasantías, el desarrollo de jornadas como “Escuelagro” o las “olimpiadas de pulverización”.
En esta oportunidad AAPRESID (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) y FEDIAP (Asociación Civil de Escuelas, Bachilleres e Institutos Agrotécnicos, Centros de Formación Rural, Escuelas de la Familia Agrícola e Institutos Superiores) convocan a una gran aula virtual a desarrollarse el día 14 de octubre, con el objeto de disertar sobre una “agricultura sustentable” basándose en lo que estos actores denominan “Buenas Prácticas Agrícolas” y el desarrollo de tecnologías a fin de potenciar la productividad, sin considerar las externalidades de este modelo: venenos que invaden suelo, aire, agua y nuestros cuerpos; el deterioro del ambiente y la concentración de la tierra que sigue generando desarraigo y descampesinización.
De manera similar grupos CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) junto a Bayer/Monsanto convocan con el proyecto “Así son los suelos de mi país” a escuelas primarias y secundarias a trabajar en torno a la sostenibilidad de los suelos sin considerar tampoco una reflexión o crítica sobre la contaminación, erosión y pérdida de fertilidad que generan la agricultura de insumos (basada en agrotóxicos y fertilizantes de síntesis química).
Las distintas actividades por la cuales ingresan las empresas a las aulas se encuentran avaladas por los organismos estatales. Es por todo lo expuesto, que solicitamos a los gremios docentes que se pronuncien a favor de los derechos de los y las estudiantes y trabajadores/as de la educación afectada gravemente por el agronegocio y nos acompañen en esta denuncia y pedido de firmas para que no se permita la intromisión de las empresas en las aulas.







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