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Calidad de la educación

Ali Ramón Rojas Oyala

Debemos estar alerta cuando incorporamos a nuestro léxico político modas epistémicas eurocéntricas tales como aprendizaje por competencias, posmodernismo y -más recientemente- calidad educativa. Ellas forman parte de estrategias hegemónicas para disfrazar oscuras intenciones. La calidad de la educación tiene su génesis en el término empresarial “gestión de la calidad total” (Total Quality Management) que el estadístico estadounidense William Edwards Deming aplicó en Japón después que dos de sus ciudades fueran destruidas por sendas bombas atómicas. El traslado de ese concepto al campo educativo tiene como propósito mercantilizarlo, tal como lo explica el colombiano Renán Vega Cantor: “La educación debe considerarse como una empresa que produce mercancías”, las cuales “deben estar sujetas a procesos de control que apunten a generar mejores resultados, que pueden ser cuantificados y estandarizados”. La calidad educativa, dice el español Antonio Bolívar, “funciona como una práctica discursiva”. Para este autor, “calidad se convierte en un término fetiche que permite dar un barniz de excelencia a las prácticas cobijadas”. De esa manera, “calidad tiene el don de la ubicuidad: la podemos colocar ante los más diversos objetos, acciones, o productos; al tiempo que entenderla de múltiples formas”.

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Ahora, si lo que queremos es acompañar la palabra “educación”, que no sea con el nombre “calidad”, sino con el apellido “popular”, tal como lo hizo Simón Rodríguez para quien la educación tiene dos grandes objetivos, el primero derrotar al colonialismo; el segundo, acabar con la división de los seres humanos en clases sociales. En la época de Rodríguez la educación monárquica era de calidad: “Erudición y Habilidades. Profesiones y Oficios, en tumulto. Herencias, Privilegios y Usurpaciones es la divisa de las Monarquías. La de las Repúblicas debe ser Educación Popular”, es decir, “Destinación a Ejercicios útiles” y “aspiración fundada a la propiedad”. ¡Leamos a Rodríguez y dejémosles tanta basura epistémica a los neoliberales!

La luciérnaga y el murciélago

En la vida hay seres que encienden luces y hay quienes las apagan. Las luciérnagas poseen luz propia y con ella vencen la sombra. Los murciélagos son enemigos de la luz, su hábitat es la sombra, la oscuridad.

Simón Rodríguez en 1828 creó la educación popular: “Dénseme muchachos pobres” para formar sus corazones para la libertad, la justicia, lo grande, lo hermoso en escuelas que serán fábricas, huertos, laboratorios. Con ellos tendremos “la industria que pedimos, la riqueza que deseamos, la milicia que necesitamos, en una palabra, la ¡Patria!”.

En el año 2009 el cardenal Urosa Savino propuso una pedagogía opuesta a la rodrigueana, la de la sumisión: “los hijos de familias pudientes, llamados a ir a las universidades y, más tarde, tomar las riendas de empresas, negocios, ejercer las profesiones libres y ocupar los cargos más altos de la administración pública, deben ser educados para alcanzar estos fines”; por otra parte “los niños que, por su origen socioeconómico, tienen desventajas, deben ser educados en el respeto hacia la autoridad, en la diligencia, en la modestia y, sobre todo en el mensaje cristiano del amor”.

La educación de Rodríguez, argumenta Urosa, de concretarse, “nos llevará al caos” porque “los niños de los estratos más pobres querrán acceder a las mismas posiciones que sus compañeros más afortunados, creándose la inconformidad y alimentándose la envidia”; y “los de los estratos superiores perderán motivación para estudiar y alcanzar el éxito”.

Róbinson decía que la religión “da el derecho de oprimir al prójimo, y al prójimo le impone el deber de aguantar. Por este principio, los ministros del altar son instrumentos serviles de especulación. Predican a todo fiel cristiano, sumisión a los hacendados, a los fabricantes y a los mercaderes, llamando resignación, la ciega obediencia de los brutos y virtud, la estúpida conformidad con la voluntad del patrón”.

Rodríguez fue un obrero de la luz, una luciérnaga. Propuso la pedagogía para la emancipación. Urosa es un mercader del templo, un murciélago. Propone la pedagogía de la sombra. Dice Róbinson: “la luz, en su progreso, alumbra primero las cimas que las simas: en éstas, quedan, por algún tiempo, sombras”. En ellas aletea el cardenal.

Obreros de la ciencia y la virtud

El 15 de enero se celebró en el país el Día del Maestro, decretado por Isaías Medina Angarita en homenaje a la lucha por las reivindicaciones que en 1932 gestaron los obreros de la ciencia y la virtud contra la dictadura de Juan Vicente Gómez. Es una fecha vital para recordar que debemos poner en práctica el pensamiento socioproductivo y de conciencia de clases que Kléber Ramírez Rojas sintetizó en “producir alimentos, ciencia y dignidad”.

El referente sin dudas de esta síntesis es Simón Rodríguez. Para él, el saber y el trabajo van de la mano: cada fábrica debe ser una escuela, cada aula un taller y un sembradío, porque el aula es el crisol donde se fragua la esperanza. Rodríguez vivió en la sociedad esclavista en Estados Unidos y conoció la cicatriz que la revolución industrial dejó en los proletarios europeos. Para Robinson es fundamental que un gobierno verdaderamente popular dé “de comer al hambriento, vista al desnudo, dé posada al peregrino, remedios al enfermo y distraiga de sus penas al triste”. Esto es posible si los medios de producción están en manos de la clase obrera, pero ésta forja su conciencia con la formación política que debe proporcionar la vanguardia. “Educación popular, destinación a ejercicios útiles y aspiración fundada a la propiedad”.

El maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa nos convocaba a “luchar por el establecimiento de un régimen de igualdad, donde el poder económico esté en las manos del pueblo mediante el control de las industrias básicas y las palancas del poder económico del crédito, representado en los bancos, donde la tierra laborada por los campesinos organizados en grandes cooperativas produzca para todos y no para beneficio de una casta. Una estructura económica así organizada devolvería a la democracia su prístina esencia de régimen de la mayoría organizada de los que generan la riqueza. En ella el pueblo liberado de la coyunda oligárquica puede organizar las escuelas para formar ciudadanos y no ‘lacayos sumisos’ ni ‘trabajadores’ para producir a las órdenes de un amo”. ¡Maestros, leamos a Kléber Ramírez Rojas, Prieto Figueroa y Simón Rodríguez y compartamos sus legados con los estudiantes: es hora de sembrar conciencia!

La escuela de Rodríguez

En el libro capital de Simón Rodríguez, Sociedades americanas en 1828; cómo serán y cómo podrán ser en los siglos venideros; en esto han de pensar los americanos y no en pelear unos con otros”, escribe: “la suerte de mis compatriotas me llevó al patriotismo, el patriotismo a Napoleón, Napoleón a Bolívar, Bolívar a Venezuela. De allí volví a ver la América y en la América hallo las Repúblicas, que son las que me atormentan”. Inmediatamente, en su esencia de cimarrón sentipensante, reflexiona: “Bolívar estaba unido con la América y yo con él y con ella. Él ocupa toda mi memoria y ella toda mi atención”.

Robinson hace un análisis geopolítico: “En la fisonomía de los dos nuevos gobiernos, las primeras facciones se ven en la revolución de Francia, y las segundas en el genio de los dos hombres que, en estos últimos tiempos, han dado movimiento, a las ideas sociales, en mayor extensión de terreno”. Seguidamente Rodríguez hace una comparación de los dos genios políticos: “Napoleón en Europa” y “Bolívar en América”. “Napoleón se encerraba en sí mismo, Bolívar quería estar en todas partes. Napoleón quería gobernar al género humano, Bolívar quería que se gobernara por sí”, es decir, quería crear un gobierno popular. Y acá Rodríguez se inmiscuye en el estudio comparado con el propósito de dar solución al sueño bolivariano: “y yo quiero que aprenda a gobernarse”.

Para que un pueblo se gobierne, es decir, para que tenga la capacidad de la autodeterminación, para que desarrolle y privilegie su cultura, para que visibilice a sus tecnólogos populares de manera que reconstruya una ciencia con conciencia, para que asuma la economía con los medios de producción en manos de la clase trabajadora y por ende consolide la soberanía alimentaria con producción y eficiente distribución de los insumos, debe estar formado. Sin pedagogía política no hay conciencia revolucionaria. La escuela de Robinson forja la conciencia de clase, utiliza la práctica transformadora, la investigación y la acción, el análisis y la coyuntura, la amáutica y la filosofía como culturas que se integran y concretan en estudiar y luchar.

Rodríguez “hará todo el bien que alcance a hacer y los caballeros verán lo que sus padres no vieron, y lo que ellos no esperan ver”, es decir, que las personas “conozcan sus derechos cumpliendo con sus deberes sin que sea menester forzarlas o engañarlas”. Rodríguez aún espera al pueblo: “quiero que venga a aprender a mi escuela”.

El pueblo sentipensante

Sentir y pensar son dos acciones vitales en la obra de Simón Rodríguez. Para este visionario el Poder Popular se forja en la conciencia de clase desde la fusión del sentimiento y el pensamiento. Cuando tenía 35 años formó a Simón Bolívar como cuadro político entre 1804 y 1805 en Europa cuando tenía 21 años. El examen fue el juramento en el Monte Sacro. Bolívar vuelve a Venezuela, Rodríguez no: es un perseguido político. Diecinueve años después Bolívar se entera de que el genio caraqueño se encuentra en la Colombia nacida en Angostura un 17 de diciembre de 1819 y le escribe desde Pativilca: “Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso”. En estas dieciséis palabras de reciprocidad subyace la esencia de la Causa Social de Rodríguez: el sentipensamiento.

La pedagogía en Rodríguez es eminentemente política, no va dirigida al cerebro, sino al corazón. Sabe que “de la combinación de sentimientos forma cada hombre su conciencia, y, por ella, regla su conducta. En sociedad cada individuo debe considerarse como un sentimiento, y han de combinarse los sentimientos para hacer una conciencia social”. Para este científico “el hombre que piensa procede en todo según su conciencia, y el que no piensa, imita. No habrá, pues, armonía social donde no haya principios que reglen la conciencia pública”.

La división de los seres humanos en clases sociales la aborda Rodríguez desde la sensibilidad y de acá a la acción. “¿Cómo se hará creer a un hombre, distinguido por ventajas naturales, adquiridas o casuales, que el que carece de ellas es su igual? ¿Cómo, por el contrario, creerá otro que nada le falta, cuando está viendo que carece de todo? Y ambos, ¿cómo se persuadirán de que han pasado a otro estado, si se ven siempre en el mismo? Se discurre, se promete, se hermosean las esperanzas ¡Pero nada de esto se toca! El hombre sencillo no gusta de hipótesis porque no sabe suplir (tal vez no puede). Procédase de otro modo y se excitará su sensibilidad”.

Potencialidades

Existe en un importante sector educativo una terquedad a revisar, estudiar, analizar y poner en práctica el legado de Simón Rodríguez. La insistencia en desarrollar el currículo basado en competencias es antirobinsoniano. ¿Por qué repetir las modas epistémicas eurocéntricas aún a sabiendas de que Rodríguez nos alerta: “Los filósofos europeos convencidos de la inutilidad de su doctrina en el mundo viejo, quisieran poder volar hasta el nuevo, a emplear sus últimos días propagándola” ¿Qué hacemos? Tenemos dos opciones: permitir que vuelen hasta acá y que propaguen su basura epistémica o ponemos en práctica, de una vez por todas, la educación popular como instrumento para concretar la causa social, proyecto político de Rodríguez, para lograr la República verdaderamente popular donde se garantice la mayor suma de felicidad posible.

El artículo 102 de nuestra Carta Magna es muy claro en cuanto a desarrollar las potencialidades: “La educación es un servicio público y está fundamentada en el respeto a todas las corrientes del pensamiento, con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación social, consustanciados con los valores de la identidad nacional y con una visión latinoamericana y universal”. Rodríguez sabe que “millones de hombres se pierden en la abyección, por no conocer los medios de elevarse –o por no poder adquirirlos– o porque la pereza mental los abate o porque no se les permite aspirar a ser más de lo que son”. Fíjense que “el hombre más extraordinario del mundo, como lo llamó Bolívar, define las potencialidades como “medios de elevarse”. No seamos tercos, seamos firmes. Hagámosle caso a Rodríguez: “La terquedad pertenece al capricho” y “La firmeza es propia de la razón”.

Un hombre peligroso

El ingeniero falconiano Ibrahim López García fue profesor universitario e investigador de la UCV, LUZ y ULA. Su hijo Ibrahim López Zerpa explica que su papá propuso la “imitación a la naturaleza” al utilizar las formas curvas de las estructuras membranales como las de las palmeras, flores, hojas y árboles. Ejemplos de estas estructuras son las gradas del estadio de beisbol José Pérez Colmenares de Maracay y los hongos de la alcabala Los Médanos en el istmo de Paraguaná.

El creador de los trompos voladores fue considerado un hombre peligroso al punto de ser segregado de la academia universitaria por varias razones que expone Nelson Suárez: “Porque fue comunista, porque no escribía para revistas norteamericanas o europeas, porque sus “propuestas tecnológicas implicaban un cambio en los paradigmas del desarrollismo tecnocientífico que los países industrializados impusieron en el mundo entero”. Sobre este punto, en el documental sobre su obra del cineasta Marc Villá, se atribuye la peligrosidad de la obra de este ingeniero a que “los circunspectos señores del claustro universitario, los prósperos constructores del cemento y la cabilla, los vendedores de gas y energía eléctrica, los fabricantes de licores y cigarrillos, los importadores de aviones y automóviles, sintieron amenazados sus sacrosantos intereses y declararon la guerra a los sueños de Ibrahim”. Era tal la peligrosidad de este hombre de ciencia que “saboteaban el proceso de sus experimentos y robaban los resultados de su trabajo”, pero ante el empecinamiento del ingeniero “cambiaron de táctica y lo declararon loco, apedrearon su casa, le negaron el pan y el agua, y pretendieron sepultarlo debajo de una espesa capa de silencio”.

El día del entierro de este hombre de pueblo en el cementerio de la capital falconiana, el poeta coriano Rafael José Álvarez (1934–2004) en su discurso de orden preguntó a la multitud: “¿Está el señor gobernador?, y el gentío le contestó, – ¡No, no está! ¿Está el señor alcalde de Coro? – ¡No, no está! ¿Está el señor obispo? – ¡No, no está! ¿Está el rector de la Universidad de Coro? – ¡No, no está! ¿Está el director del Centro Tecnológico de Coro? – ¡No, no está!, entonces, estamos todos, ¡podemos comenzar!” Esa es la peligrosidad del Poder Popular.

Volemos en trompos

El 30 de enero de 1847, Simón Rodríguez escribe a José Ignacio París una carta que termina con estas palabras: “Ni me acuerdo de los muchachos con quienes jugué al trompo”. Precisamente será este juguete el que más vueltas dio en la cabeza del científico del pueblo, Ibrahim López García, un ser de esos que tienen poderes creadores. Un ingeniero de las causas justas. Un pedagogo de la ciencia, digno pupilo de Róbinson. Nació en Cabure en 1925 y murió en Coro en 1994. A comienzos de la década de los ochenta fue un férreo ecologista defensor del Cerro Galicia.

Un día se detuvo a ver cómo caía una flor de un caobo. Observó su movimiento giratorio en su descenso. Esto bastó, como lo explica su colega Heberto González, para que aquel hombre creara el motor giroscópico: “Le metió matemática a las formas de las plantas y copió el modelo para optimizar la utilización del material y lograr estructuras de longitud con mínimos espesores”.

Para el año 1970, el profesor propuso en su trabajo de ascenso de la Universidad Central de Venezuela un platillo volador electromagnético, basado en la estructura, diseño y funcionamiento del trompo. Esta investigación, llamada: Sobre trompos, cúpulas y vuelos, fue aprobada por el jurado calificador, el cual estaba conformado por el matemático y físico Raimundo Chela, el ingeniero aeronáutico Enrique Campderá y el ingeniero mecánico Edgar Caraballo. Con la masificación de este vehículo, creado en armonía con las leyes aerodinámicas de la naturaleza, se establecería un nuevo modelo de transporte que acabaría con el uso del petróleo como combustible y con la deforestación ocasionada al construir carreteras y autopistas.

El poco conocimiento que se tiene de la obra de este científico falconiano, que fue fiel a sus profundas convicciones políticas, se debe, según el ensayista Nelson Suárez, a que “los poderes hegemónicos que decidían en la industria de la construcción continuaron la senda de las tecnologías laudables”. Decía Ibrahim que el “orden cósmico sugiere que el universo mismo sea tal vez una sucesión de remolinos gigantescos” e invitaba a seguir “este camino de la naturaleza y veamos hasta dónde podemos llegar, partiendo de lo más pequeño y aparentemente más insignificante de nuestra vida diaria”. Giremos, pues, los trompos con los que jugó el niño Simón Rodríguez, y volemos con Ibrahim López García.

Vivián Trías: pedagogía antiimperialista

Dentro de la pedagogía del Alba hay un profesor que enseñó la historia no contada. Se trata del uruguayo Vivián Trías. Nació el 30 de mayo de 1922 y murió el 24 de noviembre de 1980. Fue profesor de historia en un liceo de su ciudad natal, Las Piedras, hasta el golpe de Estado de 1973. Entre 1959 y 1962 fue secretario general del Partido Socialista. Fue diputado entre 1956 y 1962 y desde 1972 hasta 1973. Desde su curul transformó el parlamento en escuela política desde donde propuso una ruptura con la “dependencia del pensamiento europeo”, una oposición al estalinismo y una crítica a la Unión Soviética “a partir de los propios textos de Marx y Lenin”.

El profesor Julio Louis señala que su “sólida formación marxista” y su capacidad para romper con los esquematismos le permitían facilitar la traducción de “la teoría en práctica y a partir de la práctica enriquecer la teoría”

Para Trías entre geopolítica e imperialismo hay “una relación profunda, orgánica y sutil, que es imprescindible desentrañar en las difíciles y complejas circunstancias del mundo actual”. Esta relación la compartía con sus estudiantes quienes colectivamente analizaban sus ensayos: «El imperialismo en el Río de la Plata» (1960), «Las montoneras y el Imperio Británico» (1961), «Reforma agraria en el Uruguay» (1962) e «Imperialismo y rosca bancaria en el Uruguay» (1972). El profesor Heber Freitas cuenta que Trías “veía los programas con una visión revisionista” y contaba la historia “desde los protagonistas más humildes, los ignorados”, tal es el caso de Encarnación Benítez, uno de los guerreros de Artigas.

Con su pedagogía reinterpretaba el artiguismo y su proyecto radicalmente social “unificador, republicano, igualitario”. Con ella entusiasmó a jóvenes de distintas toldas políticas. Sus ensayos «Historia del imperialismo norteamericano» en tres tomos (1977) y «Por un socialismo nacional» (1985) están vigentes. Los americanos del sur, como nos llamaba Artigas, estamos en la obligación de leer el legado del rodrigueano Vivián Trías.

La pedagogía de Nora y Jesús

Los pedagogos venezolanos Nora Castañeda y Jesús Rivero concibieron el aula como tribuna y trinchera. La pedagogía de ambos era rodrigueana, es decir, era emancipadora, socioproductiva y comunitaria. Compartían del Libertador Político de América su pensamiento: “Si los americanos quieren que la revolución política les traiga verdaderos bienes, hagan una revolución económica. Venzan la repugnancia a asociarse para emprender y el temor de aconsejarse para proceder. Formen sociedades económicas que establezcan escuelas de agricultura y maestranzas”. Ambos trabajaron para grupos humanos históricamente excluídos: ella para las mujeres, él para los obreros.

Nora Castañeda hizo del Banco de la Mujer, una maestranza que acogía a las mujeres en situación de exclusión y discriminación y las organizaba en colectivos solidarios, tal como lo encomendaba Bolívar, “para lo cual podrán acomunarse o acompañarse” a fin de promover su participación protagónica, soberana e igualitaria, en la construcción de un sistema socialista.

Jesús Rivero por su parte hizo realidad su sueño cuando creó la Universidad Bolivariana de Trabajadores y Trabajadoras, allí casó al saber y con el trabajo. Sabía que esta unión generaría capacidades para la transformación radical de la sociedad venezolana.

Nos decía Nora Castañeda, refiriéndose a su esposo Jesús Rivero, que “la práctica revolucionaria requiere de una teoría revolucionaria, también en la acción administrativa pública. De allí que este trabajador de la docencia, al calor de la Pedagogía del Oprimido y como lector crítico incansable que era, elaboró y compiló múltiples trabajos destinados a la acción educativa, entre otros: Planificación Administrativa y Administración Social; Metodología de la Investigación-Acción; Sistemas de Dirección; y, Evaluación de la Gestión Pública”.

Ambos sabían que hay dos modelos contrapuestos: el de la antipatria y el de la patria tal y como lo decía Rodríguez: las mujeres y “los hombres no están en el mundo para entredestruirse, sino para entreayudarse”. Hoy Nora y Jesús siguen haciendo patria.

Rufino Blanco Fombona

La pedagogía del escritor Rufino Blanco Fombona es bolivariana y antiimperialista. Nació en el seno de una familia burguesa el 17 de junio de 1874 en Caracas, entre las esquinas de Pinto y Gobernador en la parroquia Santa Rosalía, y murió en Buenos Aires el 16 de octubre de 1944.

Blanco Fombona desde muy joven conocía el peligro que significaba la injerencia estadounidense. Por ello, y consciente de que una revolución para que sea irreversible debe ser cultural, aplaude el criollismo. En 1902 en su artículo “Estado actual de la Literatura en Venezuela” lo define como “la pintura, à outrance, de las costumbres populares, con los tipos y en el lenguaje del bajo pueblo”. En 1908 complementará: “los criollistas, enemigos de todo lo exótico, tienen razón. Ellos fomentan nuestra literatura del porvenir. Hoy por hoy el criollismo es corriente poderosa y fecunda”.

En 1905, estando detenido en Ciudad Bolívar por combatir el monopolio del caucho en su rol de gobernador de Amazonas, escribió “El hombre de hierro”, en la cual describe el triste e impotente papel de la clase media venezolana en la política a través de Crispín Luz, burócrata servil que acata las órdenes de su patrón extranjero Perrín.

Fue un opositor al panamericanismo porque desde Estados Unidos se mueven todos los hilos para que se haga lo que ellos dispongan. Sobre las convocatorias panamericanas decía: “no es la América de Bolívar la que nos convoca, sino la América de Washington quien impone su hegemonía”. Sobre este país argumentaba: “Los Estados Unidos son el único pueblo de la tierra que no tiene nombre. Pueblo práctico, saca provecho hasta de sus defectos. En verdad os digo que llegará un día en que seréis aborrecidos por el mundo entero”. En 1924 publicó su libro “Crimen del Imperialismo Norteamericano” que desnuda la perversidad de la acción Imperial de Estados Unidos con particular énfasis en México y Nicaragua.

Visibilicemos a este bolivariano que al Libertador llamaba el “Héroe, que ansioso de infinito su caballo endereza al Sur”.

Pedagogía de la unidad

El 24 de noviembre de 1912 bajó del atalaya del Universo la energía bolivariana y envolvió con el manto de Iris a una niña que nacía en Cañar: Nela Martínez Espinosa. Su vida la dedicó a la lucha contra la política estadounidense intervencionista e imperialista. Su pedagogía fue (1) feminista: creó y lideró  la Unión Revolucionaria de Mujeres Ecuatorianas y la Alianza Femenina Ecuatoriana, (2) indigenista: creó la primera organización indígena del Ecuador, la Federación Ecuatoriana de Indios, (3) obrera: creó el sindicato Confederación de Trabajadores del Ecuador del Frente Continental de Mujeres contra la Intervención de Estados Unidos. ¿Por qué debemos asistir al aula donde imparte clases la pedagoga ecuatoriana Nela Martínez Espinosa? Porque su pedagogía es la de la unidad.

El 9 de septiembre de 2000 el presidente Gustavo Noboa decretaba la muerte del Sucre y dolarizaba el país. En el año 2001 dice: “En un Pacto llamado de la Paz y que es de infamia, nos han conducido a la participación en el Plan Colombia y en la guerra del Imperio. Tenemos una larga y dolorosa historia para reconstruir el sueño de Ecuador soberano y digno. Es nuestra obligación el hacerlo. Y sólo hay un camino: la revolución socialista. Unidos y organizados podemos lograrlo”.

En otro discurso de ese año expresa: “La luz de esperanza que de generación en generación nos unió, desaparece entre la corrupción de los vende patria, de los usurpadores de los ahorros de los pobres, del voraz apetito que quita el pan a los hambreados para aumentar el poder de los bancos, de los poderosos. Volveremos a ser dignos de nuestra historia, seremos libres. No somos colaboradores ni vendidos. No caerá sobre nosotros la maldición histórica de los cobardes. Para este honor y esta necesidad convocamos nuevamente a todos, a todas, a los jóvenes y aún a los niños. Es la hora de la prueba, del conflicto, pero también del triunfo. Para ello la unidad es indispensable”.

El 30 de julio de 2004 Martí la recibió en La Habana para que su antorcha alumbre eternamente los caminos de nuestra América.

Nela Martínez Espinosa

La pedagogía del Alba es la utopía posible del proyecto político de Simón Rodríguez (causa social) con sus tres bastiones: la Educación Popular como instrumento, la Economía Social como medio material y el pueblo como sujeto protagónico. La pedagogía del Alba tiene en la ecuatoriana Nela Martínez Espinosa una de sus más importantes exponentes.

Comenzó a escribir desde niña. En su adolescencia se incorpora al Partido Comunista. Es una de las protagonistas del derrocamiento del dictador Carlos Arroyo del Río hecho conocido como la revolución La Gloriosa del 28 de mayo de 1944 que derrocó al dictador Carlos Arroyo del Río. Presidió el gobierno por dos días aunque sin nombramiento oficial. Nela Martínez Espinosa se convirtió en la primera mujer diputada de la Asamblea Nacional del Ecuador. Su verbo es crítico, incendiario y pedagógicamente claro. Cuando recibió el premio Manuela Espejo el 8 de marzo de 2002 dijo: “El Plan Colombia es para establecer la política global fascista”. El 21 de mayo de 2003 le escribe desde Quito a Fidel Castro: “La Independencia de Cuba es la esperanza de una humanidad que aspira a tenerla. Defenderla es nuestra obligación irrenunciable. Yo, la más humilde de sus amigas, levantaré el hecho de mis noventa años como una enseña de vida y lealtad. Ofrezco mis manos a Cuba, para la tarea que necesite”. El 27 de mayo de 2003 en Quito, Nela Martínez Espinosa recibe la condecoración Dra. Matilde Hidalgo de Prócel. En su discurso dirá “Concretamente la tierra del luchador y presidente Eloy Alfaro es hoy norteamericana: Manta es base de barcos e implementos de guerra y en préstamo para la nueva arremetida yanqui. Puede ser que yo nunca más pueda hablar en público. Pero ahora, si éstas son mis últimas palabras, es para llamar al sentido y espíritu patriótico de los que no hemos vendido el alma al diablo de la traición”. Allí pregunta “¿Cómo es posible cantar el Himno Nacional si asistimos impasibles a la entrega de nuestra independencia?”

El hijo de Otero

Francisco de Paula Otero fue un militar del Ejército Libertador. Nació argentino en Jujuy, Virreinato del Río de la Plata, el 2 de abril de 1786 y murió peruano, en Tarma, el 12 de abril de 1854. Su honrosa hoja de vida la orló en 1824 cuando combatió en la Batalla de Ayacucho al mando del Batallón N° 1 del Ejército del Perú. Tras la victoria el Libertador Simón Bolívar lo nombró prefecto de Arequipa, ciudad en la que se juró la independencia el 6 de febrero de 1825. Murió 43 días después de su amigo Simón Rodríguez.

EL 13 de febrero de 1832 Otero le encomendó su hijo al maestro de América con “una lista de ropa perteneciente al niño y una libranza de 200 pesos”. Rodríguez le escribe el 10 de marzo de 1832 una carta desde Lima a Otero en la que le cuenta que él se reencuentra con Bolívar para que hiciese valer sus ideas a favor de la causa. “Estas ideas eran (y serán siempre) emprender una educación popular para dar ser a la República imaginaria que rueda en los libros y en los Congresos. Con los hombres ya formados no se puede hacer sino lo que se está haciendo: desacreditar la causa social”.

En la casa de Rodríguez, además del hijo de Otero estaban el sobrino y el cuñado de José Domingo Cáceres, el sobrino de Cesáreo Sánchez y dos niños más. En pocos días aprendieron a sembrar y a hacer velas, y a dominar la Albañilería, Carpintería y Herrería porque Rodríguez les explicaba que “con tierras, maderas y metales se hacen las cosas más necesarias”.

En la referida carta le informa: “Cuando el niño salga de mi casa, al cabo de algún tiempo, sabiendo lo que es razón o disparate, verdad o mentira, modestia o hipocresía, hablando en castellano o en quechua, según convenga (pero no todo junto), lo poco de que un muchacho puede hablar, escribiéndolo con las letras que debe, y leyéndolo con sentido, no a gritos, ni en tono de cigarrón… habrá el señor general Otero conseguido mucho para cimentar la educación de su hijo, lo demás él lo hará, y yo tendré la satisfacción de haberle servido de algo”.

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Educadores/as africanos/as intensifican la lucha para erradicar la violencia basada en el género en la escuela

Fuente  Internacional de la Educación / 2 de Mayo de 2016

En África oriental y meridional, los/las líderes sindicales de la educación han puesto en marcha una nueva iniciativa sobre la violencia basada en el género relacionada con la escuela (VBGE) a fin de eliminar la amenaza que pesa sobre las niñas y las mujeres en sus sociedades.

 Los días 21 y 22 de abril tuvo lugar en Nairobi, Kenia una reunión de los secretarios generales de los sindicatos afiliados a la Internacional de la Educación (IE): Basic Education Teachers’ Union of Zambia (BETUZ), Association (ETA), Ethiopian Teachers’ Association (ETA), Kenya National Union of Teachers (KNUT), National Professional Teachers’ Organisation of South Africa (NAPTOSA), South African Democratic Teachers’ Union (SADTU), Uganda National Teachers’ Union (UNATU) y Zambia National Union of Teachers (ZNUT).
Estos siete sindicatos participarán en la nueva iniciativa desarrollada conjuntamente por la IE y la Iniciativa para la Educación de las Niñas de la ONU (UNGEI): Education Unions Take Action to End School-Related Gender-Based Violence (Acción de los sindicatos de la educación para poner fin a la violencia basada en el género relacionada con la escuela).
Un obstáculo importante para la educación de las niñas
La violencia de género relacionada con la escuela es una preocupación a escala mundial que impide a millones de niños y adolescentes en todo el mundo ejercer su derecho a una educación en condiciones de seguridad, inclusiva y de calidad. Alumnos/as, educadores/as y personal de apoyo educativo pueden ser igualmente víctimas y autores de este tipo de violencia. Pese a que afecta tanto a hombres como mujeres, a niñas y niños, las más vulnerables a este tipo de violencia son las niñas y las mujeres.
Aun cuando un número creciente de agentes de desarrollo están trabajando para hacer frente a la violencia de género relacionada con la escuela, los sindicatos de la educación se han mantenido esencialmente al margen de estos esfuerzos. Los educadores y sus sindicatos son claramente agentes clave en los planes, acciones y políticas significativas de múltiples partes interesadas en la escuela y la comunidad para eliminar esta violencia de género relacionada con la escuela.
En su discurso de apertura, Wilson Sossion, Secretario General del KNUT y Presidente del Comité Regional Africano de la IE señaló que “la violencia basada en el género en la escuela es una amenaza para las niñas en nuestras sociedades”.
Asimismo, añadió que los sindicatos tienen “una gran responsabilidad con la comunidad y deben unirse con el fin de erradicar por completo este tipo de violencia” y “para lograr una coexistencia sostenible, los sindicatos no deben contentarse solamente con su desaceleración o su minimización”.
Los sindicatos de la educación toman medidas para poner fin a la violencia de género relacionada con la escuela
Esta es la primera iniciativa de este tipo destinada a aplicar la resolución de 2015 de la IE sobre la violencia basada en el género relacionada con la escuela. La financiación proviene del Gobierno de Canadá (Global Affairs Canada) y se ha asignado a mejorar las capacidades de los sindicatos participantes y de sus miembros para participar en la lucha encaminada a erradicar la violencia de género relacionada con la escuela ensayando, reproduciendo y difundiendo de manera sistemática enfoques innovadores a múltiples niveles dentro de sus respectivos contextos.
Los socios técnicos de la iniciativa UNGEI, Gender at Work, guiarán a los sindicatos en la aplicación de la metodología de aprendizaje activo. El aprendizaje activo es un enfoque que permite a los grupos encontrar soluciones nuevas a problemas complejos. Fue desarrollado inicialmente por expertos científicos, posteriormente fue adoptado por el sector privado y ahora es practicado por organizaciones del sector público y sin fines de lucro de todo el mundo. Gender at Work ha diseñado e implementado procesos de aprendizaje activo con más de 50 organizaciones en todo el continente africano, incluyendo un extenso trabajo con varias grandes organizaciones sindicales en Sudáfrica.
Los siete sindicatos de África oriental y meridional pasarán por el proceso de aprendizaje activo en materia de violencia de género relacionada con la escuela durante un período de 18 meses (hasta octubre de 2017).
También participó en la reunión el personal encargado del trabajo relativo a la igualdad de género de los siete sindicatos, al igual que la Coordinadora Principal Regional de la IE, la Sra. Assibi Napoe y la Sra. Nora Fyles, Responsable de la Secretaría de UNGEI, así como los socios de Gender at Work.
De las palabras a la acción
La resolución de la IE sobre la violencia basada en el género en la escuela fue aprobada por unanimidad en el 7º Congreso Mundial de la IE en Ottawa, en julio de 2015, y mediante ésta, las organizaciones miembros de la IE afirman que “no es posible ofrecer una educación de calidad sin abordar las cuestiones relativas a la protección del menor y la seguridad del personal en los entornos educativos, así como en el camino hacia ellos, dado que los niños pequeños, las mujeres y las personas LGBT son particularmente vulnerables”.
Los afiliados también expresaron su preocupación de que este tipo de violencia sea “un obstáculo fundamental para la consecución de los ODM y de la EPT, y, a menos que se hagan esfuerzos serios para eliminar la violencia de género relacionada con la escuela, también seguirá siendo un obstáculo después de 2015”. Por lo tanto, en virtud de esta resolución, se dio mandato al Consejo Ejecutivo de la IE de “colaborar con las agencias de la ONU y otros socios estratégicos de la sociedad civil que trabajen en torno a cuestiones de VBGE a nivel nacional, regional e internacional para garantizar que el conocimiento, las experiencias y las perspectivas de los docentes, los educadores y el personal de apoyo educativo se incluyen de forma consistente y se reflejan en dicho trabajo”.
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Argentina/ Alternativa Docente: Boleto Educativo Gratuito

Fuente: Alternativa Docente / 2 de Mayo de 2016

Con la educación no, ajustar a los capitalistas sí

0% de aumento presupuestario para la universidad pública. Boletazo para el transporte de estudiantes y docentes. Provocación -más que propuesta- salarial a la docencia universitaria. En definitiva: declaración de guerra a la educación pública. Otra vez a las calles, otra vez asambleas, clases públicas y seguramente a empezar a preparar la toma de facultades, colegios y profesorados. Hay que generalizar la protesta, coordinarla y nacionalizarla
‪#‎AjustarAlosCapitalistas‬ ‪#‎BoletoEducativoYa‬
Viernes 6 en La Plata: ¡Todos a la marcha provincial por el Boleto Educativo Gratuito! ‪#‎NoalRecorteEnLaEducacion‬

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Fabricado en Taiwán: trabajo decente para el personal de educación infantil, indispensable para una educación de calidad

Fuente: Internacional de la educación / 2 de Mayo de 2016

La Internacional de la Educación ha insistido en la necesidad de un acceso universal a unos servicios educativos de calidad en la etapa infantil en una conferencia internacional sobre directrices políticas de la Organización Internacional del Trabajo.

IE: Fomentar el trabajo decente para el personal de educación infantil

El Coordinador Sénior de Educación y Empleo de la IE, Dennis Sinyolo, realizó una presentación relacionada con la perspectiva de la IE sobre las directrices políticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en cuanto al fomento del trabajo decente para el personal de educación infantil. También explicó la política de la IE sobre el personal de infantil y formas de fomentar las directrices sobre políticas de la OIT.

La Resolución del Congreso de 2015 de la IE sobre personal de educación infantil exigía a la IE el establecimiento de un grupo de trabajo para respaldar la labor actual de este colectivo (investigación, apoyo, actividades para compartir información) y fomentar las directrices sobre políticas de la OIT.

Sinyolo destacó que los profesionales de la educación infantil representan un bien público, un derecho y un servicio de interés general, y afirmó que las directrices establecen principios para el fomento del trabajo decente para ellos, de modo que se garantice el acceso universal a unos servicios de educación infantil de la mejor calidad.

Una financiación apropiada para el personal de educación infantil resulta fundamental para conseguir la calidad, equidad y sostenibilidad, continuó. No obstante, añadió que las directrices permiten la inversión privada en dicho personal para complementar el gasto público. Sinyolo argumentó que los fondos privados no son sostenibles y suponen una grave amenaza para disponer de personal de educación infantil de calidad. A continuación, destacó los esfuerzos de la IE para hacer frente a la tendencia hacia la Respuesta global ante la privatización y comercialización de y en la educación.

Pregunta sobre el ODS

Cuando llegó el turno de preguntas y estas se centraron en los objetivos del personal de educación primaria y en saber si estos estaban en sintonía con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4, meta 4.2, la IE aseguró que esto sería cierto si, en 2030, todos los niños y niñas tienen acceso un desarrollo, atención y educación infantil de calidad con el fin de estar listos para la educación primaria.

Problemas inminentes

En la Conferencia también se analizaron los retos actuales como los salarios reducidos, las condiciones de servicio deficientes y la baja participación sindical del personal de educación infantil en el sector privado, así como la escasa financiación gubernamental para este sector. Un ejemplo es el hecho de que solo el cinco por ciento de los fondos para educación se destina al personal de educación infantil mientras que los estudiantes de este nivel representan el nueve por ciento del censo escolar.

La lucha de la NTA por disponer de personal de educación infantil de calidad

Según las estadísticas del Ministerio de Educación, los centros preescolares privados suponen un 70 por ciento del total en Taiwán. La matrícula anual en dichas entidades tiene un coste entre 3.200 y 10.000 dólares estadounidenses por alumno, una carga demasiado pesada para la mayoría de los padres con hijos pequeños. A pesar de todo, los docentes del sector privado de esta etapa, cuyas jornadas laborales son muy largas, tienen un sueldo anual que no supera los 9.300 dólares.

Dado que existe una inmensa disparidad entre los centros de preescolar privados, fomentar los centros públicos es la única forma de garantizar la existencia de personal de educación infantil de calidad en el país, subrayó Hsu-cheng Chang, Presidente de la NTA.

Chang expresó la determinación de la NTA por defender sin descanso:

  • Al personal de educación infantil pública para garantizar la calidad y la equidad de este colectivo en Taiwán
  • Unas condiciones laborales mejoradas en los centros de preescolar privados, frente a los bajos salarios y las horas extra no remuneradas
  • Clases de preescolar con menos alumnos para agilizar la carga de trabajo de los docentes de preescolar

Cambios legislativos

En 2015, los legisladores propusieron enmiendas a la Ley de Educación y Atención Infantil que supusieron que las matrículas de centros de preescolar privados de Taiwán dejaran de ser supervisadas por el gobierno desde esa fecha. También facilitó la adquisición de fondos de cheques escolares por parte de escuelas de preescolar privadas. Además, según la NTA, al permitir que los centros privados de Taiwán no contraten a docentes de preescolar autorizados, las modificaciones fueron negativas para la calidad del personal de educación primaria de Taiwán.

La NTA organizó una gran manifestación contra estas propuestas el 7 de marzo de 2015 en la que participaron más de 10.000 personas, incluidos miembros de la NTA, padres y alumnos de preescolar. Incluyó una marcha hasta el Ministerio de Educación en la que exigieron la mejora del sector de la educación infantil antes de la revisión de la ley. En respuesta a la manifestación, el gobierno prometió aumentar el porcentaje de centros de preescolar públicos y mejorar las condiciones laborales del personal de educación infantil en el sector privado. Además, las propuestas de modificaciones se cancelaron y el gobierno sigue supervisando las tasas de matrícula de los centros de preescolar privados.

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La Tecnología como Fuerza Productiva Social: Implicancias de una Caracterización

El artículo presenta una definición de la tecnología como una fuerza productiva social y precisa el significado de esta caracterización frente a otras interpretaciones. Analiza la doble finalidad de la tecnología, su componente universal y sus rasgos derivados de las leyes del capital. Distingue la tecnología de la técnica por el uso de procedimientos científicos y la incidencia del criterio de rentabilidad. Subraya el impacto diferencial del proceso de valorización sobre la ciencia y la tecnología. Explica como se relaciona la ideología de las clases dominantes con las culturas tecnológicas. Propone analizar el contenido social de la innovación en relación a los conflictos de clase. El autor plantea una hipótesis sobre el lugar de los estudios de la tecnología en las ciencias sociales y naturales. Finalmente formula una propuesta de utilización provechosa de la tecnología, dentro de un proyecto emancipatorio

 

LA TECNOLOGIA COMO FUERZA PRODUCTIVA SOCIAL: IMPLICANCIAS DE UNA CARACTERIZACION.

La caracterización de la tecnología como una fuerza productiva social distingue al marxismo de otras concepciones teóricas contemporáneas. La tecnología es analizada como una fuerza productiva porque encarna todo conocimiento científico aplicado a la producción, que se materializa en objetos -máquinas y artefactos- o en sistemas de gestión y organización de la actividad económica. Pero además esta fuerza productiva tiene un carácter explícitamente social, por su dependencia directa de las normas de funcionamiento del sistema capitalista.

La tecnología actúa en dos dimensiones: sirve al cumplimiento de una finalidad práctica y contribuye a la valorización del capital. Viabiliza de esta forma la creación de valores de uso que operan en el mercado como valores de cambio. Tomando una clasificación de Dussel se puede denominar a la primera función «tecnología en general» y a la segunda «tecnología como capital».

Partiendo de esta caracterización, el cambio tecnológico puede definirse como toda modificación introducida en la actividad económica por nuevos productos, procesos de trabajo y formas de organización de la producción, que corresponden a las posibilidades técnicas («tecnología en general») y a los principios del beneficio («tecnología como capital»). Una invención es un descubrimiento que cumple los requisitos de utilidad (primer aspecto) y una innovación es la aplicación productiva que satisface las exigencias de rentabilidad (segundo aspecto).

Al entender a la tecnología como una fuerza productiva social se facilita la comprensión de sus aspectos universales y de sus rasgos específicamente capitalistas. El estudio que realizó Marx de los tres componentes de la máquina (fuerza motriz, mecanismos de transmisión y máquinas-herramientas) corresponde a la «tecnología en general», mientras que su investigación de la máquina como instrumento de generación de plusvalía relativa se ubica en el marco de la «tecnología como capital». El concepto fuerza productiva social tiene en cuenta este doble carácter de la maquinaria, como medio para fabricar más y mejores bienes y como herramienta de la explotación de los trabajadores.

En cualquier tecnología particular -un sistema informático, una máquina textil, o un tipo de gestión administrativa- siempre está presente una función universal y un rol en la valorización del capital. La noción fuerza productiva social subraya esta determinación simultánea, que sitúa al cumplimiento de una tarea y a la creación de beneficios como los dos parámetros con que se mide la efectividad de una tecnología.

 

TECNOLOGIA Y TECNICA.

Desde el punto de vista histórico, la noción fuerza productiva social facilita la distinción de la tecnología con respecto a la técnica. A diferencia de esta última actividad, que se desenvuelve con métodos pre-industriales a través de los oficios, la tecnología constituye un sistema de acciones orientadas a transformar objetos en forma eficiente, que exige un grado de conocimiento organizado muy superior a la destreza técnica. Requiere no solo «saber hacer», sino también «saber como hacer». Este aprendizaje se logra con la utilización de conocimientos científicos, que no estaban disponibles cuando prevalecía el uso de la técnica empírica .

La tecnología es «la técnica que pasa por la ciencia, se asocia al laboratorio y se utiliza en la fábrica» . Históricamente la tecnología surgió de la técnica con la profesionalización del ingeniero y el abandono de la actividad artesanal. La sustitución de una destreza subjetiva por una labor formalizada marcó el punto de ruptura entre ambas otra disciplinas . Pero a esta caracterización -muy desarollada por autores racionalistas como Bunge – debe añadirse el sometimiento de la tecnología a las reglas del capital, que se manifiesta en el traslado de los criterios de rentabilidad a la enseñanza técnica y en la fusión de la ingeniería, el management y las finanzas en la preparación de los ingenieros como directivos de empresa.

Al definir a la tecnología como una fuerza productiva social se evita extrapolar las características contemporáneas del cambio tecnológico a cualquier modo de producción. Este defecto es particularmente visible en los economistas neoclásicos, que se refieren al «progreso técnico», como un acontecimiento que navega en modelos imaginarios fuera del tiempo y del espacio. Pero también historiadores como Gille , utilizan la noción «sistema técnico», para investigaciones de la antiguedad, el medioevo o el capitalismo, sin establecer una diferencia cualitativa entre la «concatenación de estructuras y conjuntos técnicos» de los «sistemas» egipcio-mesopotámico, clásico-renacentista o industrial y contemporáneo.

En esta contrastación entre «sistemas» quedan oscurecidas las peculiaridades de la tecnología, determinadas por el componente científico, indicado por los racionalistas y por la influencia del proceso de valorización, señalada por los marxistas.

Este mismo problema aparece en el análisis de los impulsos psicológicos, lúdicos o irracionales, que subyacen en el proceso innovador, realizado por autores culturalistas que también tienden a identificar técnica con tecnología. La indagación del aspecto subjetivo de la innovación requiere diferenciar ambos conceptos y contextualizarlos adecuadamente.

 

CIENCIA Y TECNOLOGIA.

Al realzar las conexiones entre la tecnología y las leyes de la acumulación, el concepto fuerza productiva social ayuda a delimitar la frontera que separa a la ciencia de la tecnología.

Tradicionalmente se consideró a la tecnología como una simple aplicación de la ciencia, carente de dimensión intelectual propia. Pero a partir del rechazo del «modelo unilineal» – que atribuía total primacía a los descubrimientos en relación a las aplicaciones- se ha demostrado que esta última secuencia no es de ninguna manera única ni predominante. Por el contrario, prevalece una interacción entre las preguntas teóricas que formula la ciencia y las soluciones prácticas que encuentra la tecnología. La ciencia y la tecnología constituyen dos ámbitos separados por instituciones, reglas y tipos de conocimientos, que se influyen mutuamente sin preeminencia de uno sobre otro . Esta diferencia se expresa en la aparición de una sociología y una filosofía de la tecnología delimitadas de sus equivalentes tradicionales en la ciencia.

En la tecnología se estudia cómo y porqué se desarrollan objetos útiles con finalidades prácticas, mientras que en la ciencia se analizan diversas teorías con el objetivo de alcanzar la verdad. Existe una diferencia de propósitos entre «conocer por conocer y conocer para hacer». A la tecnología le interesa la aplicabilidad y se desenvuelve por medio de la creación de artefactos, mientras que la ciencia se desarrolla a través de la publicación de artículos. Por eso Price dice que la primera es «papirofóbica» y la segunda es «papirocéntrica».

En oposición a la idea que la tecnología constituye una simple aplicación de la ciencia, Perrin destaca que el conocimiento teórico depende de los instrumentos disponibles y que la investigación científica está condicionada por el desarrollo de los objetos. En la misma linea, Basalla reivindica el papel del pensamiento visual sobre el verbal y la gravitación de la acción práctica sobre las intuiciones teóricas.

Aplicando la noción de fuerza productiva social podría afirmarse que la ciencia mantiene una mayor autonomía de las exigencias inmediatas del proceso de valorización y su acción está menos determinada que la tecnología por los requerimientos sociales de la acumulación. Lo que distingue la actividad de preguntarse por la validez de una teoría de la acción de construir un prototipo, es la mayor influencia del principio de rentabilidad sobre esta última labor.

En la división de tareas entre la ciencia pura que estudia las propiedades de un fenómeno, la ciencia aplicada que los transforma en objetivos humanos y la tecnología que concreta su aplicación productiva, las reglas de la competencia y el mercado tienden a reforzarse en los últimos eslabones de la cadena .

Sin embargo, la creciente mercantilización contemporánea de la ciencia pone un legítimo signo de interrogante en estas distinciones entre ciencia y tecnología. Lander por ejemplo afirma que con la consolidación de los laboratorios en las grandes compañías, la privatización de la universidad y el estricto control comercial de las patentes, la ciencia asume objetivos utilitarios, mientras que la tecnología se desliza hacia problemas más teóricos. Vessuri considera que esta «cientifización de la tecnología e industrialización de la ciencia» tiende a reunificar la ciencia pura con la tecnología industrial.

La fusión actual de las «tecno-ciencias» es muy visible en algunas ramas, como la ingeniería química o la biología molecular y en ciertas industrias, como la farmaceútica, en dónde las reglas de costo-beneficio gobiernan todas las etapas de la investigación.

Pero es cierto también que este tipo de convergencia no se ha generalizado a todos los sectores, ni se ha consumado en todas las industrias. El surgimiento de nuevas disciplinas teóricas recrea además, la diferenciación entre ciencia y tecnología. Lo que fusiona el laboratorio se vuelve a desdoblar en la investigación ulterior. La linea demarcatoria entre ciencia y tecnología se ha vuelto más borrosa y por eso el concepto «fuerza productiva social» abarca también a todas las actividades científicas sometidas directamente a las leyes del capital.

FACTIBILIDAD TECNICA Y VIABILIDAD ECONOMICA.

En los estudios específicamente económicos de la tecnología es frecuente la distinción entre el rasgo «técnico» y el aspecto propiamente «económico» de la innovación. Se estama que la factibilidad del primer elemento debe converger con la viabilidad del segundo . Pero esta caracterización se limita a distinguir la función útil de la función rentable de la tecnología (personificadas en la figura del ingeniero y el economista) y es por lo tanto, puramente descriptiva. No esclarece cual es el patrón de funcionamiento que guía el uso de la tecnología y cuales son los principles condicionantes de su aplicación.

Para entender porqué el cambio tecnológico adopta en el capitalismo un carácter convulsivo e incierto, para explicar la predilección por innovaciones que refuerzan el control patronal del proceso de trabajo y para comprender porqué la introducción actual de nuevas tecnologías de la información viene acompañada de la masificación del desempleo, el estancamiento de los salarios y la expansión de la pobreza, la noción fuerza productiva social resulta irreemplazable. Este concepto explica de qué forma en la acumulación se produce un choque entre la optimización técnica y la maximización del beneficio, que se manifiesta en la sobreproduccción y el sub-empleo de los recursos económicos.

En algunos enfoques los componentes «técnico y económico» de la tecnología son presentados como los criterios interno y externo de su evaluación . Se considera que la eficiencia es un parámetro del primer tipo, mensurable por la capacidad para gobernar cierta propiedad en función de un objetivo buscado. En cambio los patrones que fija cada sociedad para evaluar la idoneidad de cada tecnología, son interpretados como indicadores del segundo tipo.

Esta distinción entre criterios internos y externos tiene puntos en común con los conceptos «tecnología en general» y «tecnología como capital», ya que en ambas intepretaciones se acepta que la eficiencia depende de parámetros objetivos e independientes de las metas del capital. Pero para los marxistas el principio rector de la «evaluación externa» son las leyes del capital y no criterios políticos, económicos o culturales establecidos por cada sociedad. Suponer que la «sociedad» es una entidad homogénea que fija las reglas de la tecnología en forma colectiva y consensuada, equivale a ignorar que las decisiones de innovación son patrimonio exclusivo de la clase capitalista. Solo este sector social detenta la propiedad de los recursos tecnológicos y cuenta con el poder para definir su utilización.

EL SIGNIFICADO SOCIAL.

El concepto fuerza productiva social implica una caracterización sociológica de los procesos de cambio tecnológico, muy diferente de los enfoques más difundidos en la actualidad. Los autores deterministas tecnológicos , constructivistas y co-evolutivos (Gille) suelen discutir si la «tecnología impacta a la sociedad», si por el contrario la «sociedad configura a la tecnología», o si predomina un proceso de «co-evolución» entre ambos fenómenos .

Lo «social» se refiere en el primer caso, al impacto de las nuevas tecnologías sobre las costumbres. En el segundo enfoque indica la influencia que tienen distintos grupos en la «negociación de un artefacto». En un caso se alude a transformaciones humanas derivadas de la tecnología y en el otro a la influencia de diversos agrupamientos en la forma final que adopta un objeto. Los co-evolucionistas intentan aunar ambas visiones. En los tres casos lo «social» alude a conflictos generados en la innovación, pero no se explicita la naturaleza de estos choques, ni se aclara tampoco cual es el papel de las clases sociales en estos procesos. La simple enumeración de «actores relevantes» (consumidores, usuarios, fabricantes, etc) no alcanza para conceptualizar los tres tipos de conflictos centrales que acompañan al proceso innovador.

Enfrentamientos derivados del aumento de la tasa de explotación, rivalidades por la apropiación de la renta tecnológica, y choques surgidos de la oposición entre utilidad social de la innovación y el imperativo de la ganancia.

Estudiar el cambio tecnológico a través de las clases permite interpretar cuales son los intereses en juego en la «configuración de la tecnología» y comprender las diversas formas de expropiación que se desenvuelven por medio del cambio tecnológico. A través de la innovación se procesa un aumento de la extracción de plusvalía en el proceso productivo y una apropiación de rentas, en favor de los empresarios y en desmedro de los creadores de nuevas tecnologías.

Este conflicto ha sido estudiado en la historia de la tecnología, como una oposición de objetivos entre inventores e innovadores. El ejemplo clásico es el contraste entre Watt -que concibió la máquina de vapor desinteresándose de su comercialización, Boulton -que se ocupó de negociarla y patentarla- y Arwkright que la convirtió en un instrumento de explotación fabril . La diferenciación no responde solamente a tipos psicológicos distintos – como subrayaba Schumpeter- sino a una división de tareas asociada a la extracción, la transferencia y la realización de la plusvalía.

El análisis de la tecnología como fuerza productiva social involucra el estudio de este tipo de confiscación del conocimiento, que se institucionalizó desde el momento en que el inventor independiente quedó absorbido por los laboratorios de las grandes compañías. Mediante el sistema de patentes se vehiculiza una apropiación de los derechos de los inventores sobre cualquier innovación realizada en la empresa . Estudiar a la tecnología como una fuerza productiva social permite relacionar este tipo de conflictos con la lógica objetiva de la innovación.

CULTURA.

Tener presente el contenido de clase en el análisis, sirve por otra parte, para contextualizar adecuadamente el fundamento cultural de ciertas habilidades, formas de organización laboral, o tipos de maquinarias, que ha son generalmente investigados por los autores de la revista «Technology and Culture» . Estos análisis destacan que la gran diversidad de características culturales de la innovación son dependientes de las singularidades nacionales, regionales o sectoriales.

Sin embargo solo explican parcialmente el origen de los éxitos y los fracasos tecnológicos y no dan cuenta debidamente del propósito lucrativo primordial de la innovación. Los patrones de novedad y selección tecnológica nunca son primordialmente culturales. Están antecedidos y condicionados por los intereses materiales de las clases dominantes, que imponen la adaptación de la tecnología a los principios de rentabilidad, mercado y explotación.

El concepto de fuerza productiva social ubica a las culturas tecnológicas, en el marco de las necesidades y los intereses de las clases dominantes. De esta forma se contextualiza la «vitalidad innovadora» en un país, o la «ausencia de ímpetu tecnológico» en otra comunidad, sin desdibujar las finalidades centrales de la innovación en el capitalismo.

No existe ninguna contradicción entre realzar la importancia del contexto económico y subrayar la relevancia de la cultura. El concepto fuerza productiva social facilita la integración de ambas explicaciones, evitando una antinomia ociosa entre la primacía de las normas culturales o el mercado en la determinación del cambio tecnológico. La burguesía ejerce dominación ideológica del proceso de innovación porque es propietaria material de los recursos tecnológicos. Este enfoque unitario surge del planteamiento propuesto por el marxismo.

LA MIRADA DESDE EL OBSERVATORIO.

Desde el punto de vista metodológico, el concepto fuerza productiva social induce el estudio de la tecnología como una disciplina de las ciencias sociales, situada en el límite con las ciencias naturales. La tecnología no es asimilable a la ingeniería, a la física o a la química, pero depende significativamente de los conocimientos de estas y otras disciplinas. La estrecha relación con las ciencias naturales diferencia a los estudios generales de la innovación de otras ciencias sociales clásicas, como la economía, la sociología o la política. La tecnología es un área de investigación rodeada por disciplinas «duras» y «blandas». Se asienta en las matemáticas, se nutre de las humanidades e influye sobre el arte.

Se encuentra en la «frontera caliente» de las ciencias sociales con las ciencias naturales. Recibe criterios de análisis la economía o la sociología, pero no está totalmente regida por este tipo de principios.

El concepto fuerza productiva social tiene en cuenta esta determinación múltiple y esta diversidad de vasos comunicantes de la tecnología con otras ramas del saber. La distinción entre «tecnología en general» y «tecnología como capital» permite justamente distinguir, los aspectos universales de la tecnología derivados de su cercanía con las ciencias naturales, de la innovación como proceso social e interpretable con los parámetros de las ciencias sociales.

Pacey conceptualiza esta diferenciación, distinguiendo a la «tecnología en un sentido restringido» de la «tecnología en un sentido abarcativo». Considera que se trata de una situación equivalente a la medicina, en dónde también resulta conveniente discriminar entre la «ciencia médica universal» y la «práctica médica específica». La primera sintetiza principios de validez general, mientras que la segunda se refiere a aplicaciones dependientes de condiciones organizativas, económicas y culturales particulares. Las categorías «tecnología en general» y «tecnología como capital» cumplen una función semejante, con la ventaja de situar estas determinaciones socio-históricas en las leyes del capital.

Cualquier enfoque de la innovación refleja una concepción del mundo, que se corresponde con intereses sociales particulares y puntos de vista de clase. No existen teorías «puras» y exclusivamente experimentales de la tecnología. Las preguntas que plantea y los temas de investigación que propone cada concepción, siempre se relacionan con la «mirada» de un sector y con su «conciencia posible», es decir con el recorte de la realidad que espontáneamente tiende a realizar una clase social.

Al buscar desligarse explícitamente de los intereses de las clases dominantes, al jerarquizar el análisis de la explotación y al asociar las contradicciones de la innovación a las del capitalismo, el marxismo encara una «mirada» crítica y desmistificadora. Su posicionamiento en el campo de los oprimidos le permite alcanzar una comprensión más integral de la tecnología. En un observatorio que captara todo el escenario de la innovación, los marxistas estarían ubicados en los pisos superiores del mirador, frente a otras teorías situadas en los niveles inferiores. El auto-ocultamiento de la explotación es la principal limitación cognitiva que impone el punto de vista de las clases dominantes a estas últimas concepciones .

Es igualmente cierto que una posición más favorable en el mirador no asegura una mejor asimilación de lo que se está observando. De la misma forma que un retrato depende de las cualidades del pintor, la acertada interpretación del cambio tecnológico depende de la capacidad de los investigadores, su conocimiento, sensibilidad y amplitud intelectual, con relativa independencia de la posición ideológica que adopten.

Desde cualquier escalón del observatorio se pueden formular interpretaciones valiosas o inútiles, contribuciones críticas o apologías irrelevantes. La distinción entre pensamiento científico y vulgar, que trazó Marx hace 100 años, está vigente para el análisis de la tecnología. El mismo abismo que separaba a Ricardo de Say en el campo de la economía política, divide aguas en la actualidad, en la sociología y en la filosofía de la innovación. El marxismo solo brinda una plataforma más favorable para encarar esta investigación, que se enriquece con el contacto, la asimilación y la re-elaboración de los puntos de vista opuestos.

UN PROYECTO EMANCIPATORIO.

El concepto fuerza productiva social tiene un claro significado político, al poner de relieve el carácter de clase que tiene el uso de ciertas innovaciones, asi como la ideología justificatoria de esta instrumentación. La tecnología no es un instrumento neutral del progreso. Los capitalistas la utilizan para maximizar sus beneficios, extendiendo incluso este principio al propio diseño de los artefactos. El concepto de fuerza productiva social subraya este aspecto de la «tecnología actuando como capital», que se evidencia nítidamente por ejemplo en la cadena de montaje taylorista.

La otra dimensión política de la noción fuerza productiva social es el proyecto que implícitamente contiene, en favor de la utilización socialmente provechosa de la tecnología. Esta propuesta surge del rechazo de la imagen racionalista del «progreso técnico», como una evolución ascendente de la humanidad garantizada por la simple aplicación productiva de los descubrimientos científicos.

La «tecno-euforia» es tan desacertada como la creencia espiritualista opuesta, en el «autodireccionamiento» de la tecnología . Los efectos nocivos del cambio tecnológico no tienen causas transhistóricas, ni se originan en la naturaleza del hombre, o en la rebelión de su alma. Tienen raíces sociales y no constituyen ninguna fatalidad.

El proyecto emancipatorio parte del reconocimiento del radio de posibilidades objetivas del cambio tecnológico. Una vez comprendidas estas potencialidades son los hombres, estructurados en torno a las clases sociales y en acuerdo a sus intereses y convicciones, quienes definen siempre la dirección del proceso innovador. Este curso es un resultado de confrontaciones sociales, que no viene pre-establecido por determinaciones tecnológicas.

Una propuesta socialista se nutre de la rica tradición de innovadores que concibieron sus aportes buscando favorecer el bienestar general y sin ninguna finalidad de lucro. «Inventar para cooperar, no para competir» ha sido el principio que históricamente impulsó la conducta de numerosos innovadores utopistas, cooperativistas, románticos, sindicalistas y socialistas.

Esta misma actitud también caracteriza la acción espontánea de la mayoría de los técnicos, ingenieros y científicos, que inventan bajo el impulso de la curiosidad y la propensión natural a mejorar las formas de trabajo . Este impulso no mercantil al cambio tecnológico, que apunta al logro de mayores satisfacciones en la vida social y laboral, ha estimulado la búsqueda de tecnologías alternativas a las dominantes actualmente. En el terreno del cambio tecnológico el proyecto socialista se nutre tanto de las tradiciones de resistencia a la explotación, como de las propuestas de emancipación social. La defensa de los derechos de los trabajadores contra las «flexibilizaciones laborales» y los proyectos de un nuevo uso de la tecnología están indisolublemente ligados. Constituyen dos momentos de un mismo proceso de ruptura del desenvolvimiento tecnológico con las exigencias de la ganancia. Otro tipo de sociedad y de tecnología pueden erigirse en base a este objetivo emancipatorio.

BIBLIOGRAFIA.

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Keynes y Bretton Woods, 70 años más tarde

Esta semana hace 70 años de la muerte de John Maynard Keynes. Y pasados 70 años, expiran los derechos de autor de todos los trabajos de Keynes. Keynes es el economista más famoso e influyente de la corriente principal nunca. Y es el origen de toda una escuela o sector de la teoría económica llamada keynesianismo. Y 70 años más tarde, el keynesianismo sigue siendo el motor del pensamiento económico en la izquierda del movimiento obrero internacional. Lo que se puso de manifiesto de nuevo este mes en la última conferencia de la serie de seminarios titulada Nueva Economía de la oposición laborista del Reino Unido,  una conferencia de Paul Mason.

Mason es un conocido productor y periodista de la televisión británica y formalmente un marxista a su manera. Es autor de un libro titulado Post-capitalismo, que critica el capitalismo y propone una sociedad alternativa futura. Pero Mason, el marxista, en su intervención presentó una visión claramente keynesiana del estado de la economía británica y mundial y ofreció soluciones de política que el propio Keynes hubiera defendido de estar con nosotros. En realidad, probablemente no hubiera asistido a los seminarios ya que nunca fue partidario del Partido Laborista o de la clase obrera. Para él, el Laborismo era «un partido de clase y esa clase no es mi clase. La guerra de clases me encontrará del lado de la burguesía educada». (P371 Skidelsky). (Para más información sobre Marx y Keynes, ver mi  Contributions of Keynes and Marx).

Mason presentó un conjunto de políticas económicas totalmente en línea con las opiniones de los actuales dirigentes de izquierda, incluyendo gasto público para inversión, independencia del banco central del control democrático y un banco para la gente con inversión financiada mediante la impresión de dinero. De hecho, Mason defendió la financiación del sector capitalista privado para impulsar la inversión en vez del gasto público directo; «Y en una economía altamente mercantilizada, la inyección de dinero en el sector privado en realidad puede impulsar las reformas estructurales que necesitamos mejor que cambios específicos en el gasto público». Así que no se trata de sustituir el modo de producción capitalista, sino de buscar la manera de que funcione mejor. La economía y las opciones políticas keynesianas todavía predominan 70 años después, incluso entre marxistas declarados.

Para recordar el 70 cumpleaños de Keynes, otros keynesianos han recordado recientemente a los lectores del diario británico The Guardian (ese bastión del pensamiento económico keynesiano) que en 1944, un año antes de que Keynes muriese, había dirigido el equipo negociador británico que alcanzaría un acuerdo con los estadounidenses y otros para crear un nuevo orden económico mundial después de la guerra. Lo que se llamaría el acuerdo de Bretton Woods.

Los autores de este artículo en el Guardian, ex asesores del Partido Demócrata estadounidense, consideran el acuerdo de Bretton Woods uno de los grandes éxitos de la política keynesiana que permitió la clase de cooperación global que la economía mundial necesita para salir de su actual depresión. Lo que se necesita, ya ven, es que todas las principales economías del mundo se reúnan para elaborar un nuevo acuerdo sobre comercio y divisas, con unas normas que garanticen que todos los países trabajan para el bien global. El objetivo de la cooperación mundial ahora, afirman, debe ser «alejarse de un sistema económico caracterizado por el aumento de la desigualdad, la devastación ambiental y la falta de responsabilidad, y hacer lo mismo que Keynes intentó hace 70 años: imaginar un nuevo Bretton Woods«.

Es evidente que nuestros dos keynesianos demócratas tienen razón en que «la necesidad de una visión global del mundo nunca ha sido más evidente. Basta con echar un vistazo a cualquiera de los problemas de nuestra época, desde el clima a la desigualdad y la exclusión social … El diseño de un nuevo marco económico global requiere negociaciones a escala mundial«.

Pero ¿es Bretton Woods el ejemplo a seguir de como lograr ese orden mundial? y ¿puede hacerse cuando la dinámica misma del capitalismo es la competencia y la rivalidad entre potencias económicas imperialistas? Me temo que este tipo de utopía es lo que a menudo nos ofrecen los keynesianos. Se expresa en la contribución de Mason y en la de Joseph Stiglitz en una conferencia anterior en la misma serie de seminarios laboristas.

De todos modos, la idea de que Bretton Woods es un modelo de cooperación para el comercio mundial, la desigualdad, las divisas y el bienestar económico es ridícula. Incluso los autores citados admiten que el acuerdo de 1944 fue nada de eso. Según ellos, Keynes encontró que su «idea originaria de unanueva institución que equilibrase de manera más equitativa los intereses de los países acreedores y deudores fue rechazada«. En su lugar, los autores nos dicen que «lo que conseguimos por el contrario fue el FMI, las políticas de ajuste estructural y más de medio siglo de dolor y sufrimientos innecesarios para los países más pobres del mundo«.

Así que no fue para tanto. Sin embargo, los autores también se equivocan en algo más. Keynes no dirigió la delegación británica en Bretton Woods con la intención de conseguir una mayor igualdad y una mayor cooperación entre las principales economías en beneficio de todos, incluidos los países pobres del mundo de post-guerra. Fue allí para asegurar que los intereses nacionales del capital británica quedasen protegidos en un nuevo orden dominado por EE UU.

Como biógrafo de Keynes, Robert Skidelsky, señala, que el objetivo de Keynes era obtener el mejor acuerdo para Gran Bretaña, como importante prestatario de fondos de capital, de Estados Unidos, el principal prestamista de capital. «Los británicos querían un esquema que les permitiese pedir prestado sin condiciones, mientras los americanos querían uno en el que los prestamos fueran condicionados. Keynes representaba la perspectiva de los deudores y White (el negociador estadounidense) la de los acreedores«. (P671) Skidelsky describe las negociaciones de Bretton Woods como una operación de acceso a los fondos americanos: «lo que los delegados comprendían es que había una gran cantidad de dólares estadounidenses disponibles y querían para si cuantos más mejor«. (p764). Sí, muy idealista.

Skidelsky resume el resultado. Naturalmente, los estadounidenses se salieron con la suya debido a su poder económico. Gran Bretaña cedió su derecho a controlar las monedas de su antiguo imperio, cuyas economías se encontraban ya bajo el control del dólar, no a la libra (P817). A cambio, los británicos consiguieron crédito para sobrevivir – pero con intereses. Keynes dijo al parlamento británico que el acuerdo no era «una afirmación de poder estadounidense, sino un compromiso razonable entre dos grandes naciones con los mismos objetivos; restaurar una economía mundial liberal«. (P819). En otras palabras, la economía capitalista. Las otras naciones fueron ignoradas, por supuesto.

Bretton Woods no fue un éxito keynesiano, sino un punto de inflexión de la hegemonía imperialista estadounidense. EE UU estableció su dominio económico en Bretton Woods. El dólar se fijó con el oro y se convirtió en la moneda dominante en el mundo para el comercio y el crédito. Para controlar el nuevo orden económico mundial, se crearon el FMI y el Banco Mundial bajo control estadounidense y con sede en Washington. Los capitales en dolares americanos llovieron sobre Europa (el Plan Marshall) y Japón con el fin de restaurar la industria capitalista, para que estas economías destruidas por la guerra pudiesen comprar las exportaciones estadounidenses en dólares.

Pero Bretton Woods no salvó al capitalismo mundial para siempre. El acuerdo, con sus tipos de cambio fijos, la supremacía del dólar y de las instituciones internacionales bajo control de los EE.UU. parecieron funcionar durante la Edad Dorada de 1946 a 1965, principalmente debido a que la rentabilidad del capital estadounidense después de la guerra fue muy alta, y también aumentó rápidamente en Europa y Japón, con su excedente de mano de obra barata y nueva tecnología americana.

la hegemonía económica de Estados Unidos comenzó a declinar en la medida en que su relativa superioridad comercial y de crecimiento decayó paulatinamente desde mediados de la década de 1960 por el coste de la guerra de Vietnam, y el éxito comercial franco-alemán y japonés. Cuando la economía de Estados Unidos dejó de tener un superávit comercial y fue sustituido por un déficit cada vez mayor, el dólar sufrió una presión creciente y, finalmente, tuvo que abandonar su norma cuasi-oro en la década de 1970, lo que marcó el final de la era de Bretton Woods.

Con el colapso de la rentabilidad del capital en las principales economías desde la mitad de la década de 1960, todo el mundo luchó por su cuota de comercio y devaluó sus monedas. El FMI lo intentó y forzó con crisis financieras a varios gobiernos para mantener un régimen cambiario anclado en el dólar mediante la austeridad (la «devaluación interna»). En la subsiguiente era neoliberal a partir de la década de 1980, se redujeron los aranceles comerciales en beneficio de Estados Unidos, pero la «globalización» del capital permitió la “emergencia” de Japón, Corea y China como competidores de EE UU y Europa en los mercados mundiales. El sueño keynesiana de «dos grandes naciones” que organizasen la cooperación global y de un nuevo orden económico mundial quedó solo en un sueño.

El siguiente gráfico muestra como EE UU exportó capitales a nivel mundial en el período de post-guerra. Pero con el tiempo el capital norteamericano tuvo que financiar sus inversiones en el exterior no gracias a su superávit comercial, sino con créditos. Las empresas estadounidenses siguieron invirtiendo en el extranjero de manera rentable y Japón y Europa reciclaron sus excedentes comerciales mediante bonos en dólares, manteniendo así barato el coste del endeudamiento de Estados Unidos. Fue una gran manera para que EE UU mantuviese la rentabilidad a través de su hegemonía del dólar.

«Esencialmente, la economía de Estados Unidos ha sido capaz de endeudarse a bajo precio en el resto del mundo, y luego invertir esos fondos en empresas en todo el mundo. La rentabilidad de los activos financieros promedio durante períodos prolongados de tiempo es superior a la rentabilidad de la deuda. La brecha anual ha sido de entre 2.0% y 3.8% desde 1973». Pierre-Olivier Gourinchas analiza este patrón en «La Estructura del Sistema Monetario Internacional».

La realidad que no reconoce la economía keynesiana cuando analiza la economía mundial es que, bajo el capitalismo, el desarrollo puede ser “combinado” (globalización, tratados comerciales, etc.), pero también es “desigual” (desigualdad, monopolio del crédito, etc.), como muestra el ejemplo de Bretton Woods. Los autores del Guardian quieren un nuevo Bretton Woods, a partir de las ideas de Keynes. Pero es una ilusión bajo el capitalismo e incluso un espejismo que Keynes nunca sufrió.

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Retos y desafíos de la educación del siglo XXI

 Introducción

Me plantearon que dijera unas palabras relacionadas con la ética nuestra americana y los saberes para la emancipación, he estado reflexionando,  en la forma de abordar los temas planteados en este  ejercicio académico. Y he decidido hablar de los aspectos que más me preocupan en la actual  coyuntura  de la sociedad venezolana. Considero que a pesar del esfuerzo que realizó el Presidente Chávez por la educación venezolana, estamos en un proceso regresivo en esa materia.

Fernando Braudel un extraordinario historiador francés de la escuela de los anales, dedicó parte importante de su vida,  a estudiar la evolución de histórica  del mar Mediterráneo.  En estos estudios desarrolló la distinción entre corto plazo y largo plazo. Es decir, encontró los elementos para  distinguir  los eventos, las coyunturas, la estructura, el sistema y la civilización de las sociedades.   Esta distinción fundamental  para comprender la naturaleza de los fenómenos que están sucediendo en Venezuela.  La distinción braudeliana de la temporalidad histórica; hoy es una herramienta insustituible para  poder interpretar, comprender y explicar la naturaleza de los fenómenos que se presentan aquí,  para así poder realizar proposiciones que distingan las dinámicas que son  civilizacionales, sistémicos, coyunturales o eventuales.

En la sociedad neoliberal o postmodernas para otros, los fenómenos se nos presentan como un amasijo  multi-presencial de hechos que pareciesen darse simultáneamente y sin ningún corte temporal, esta simultaneidad, de los fenómenos, es considerada por la ideología postmoderna (en el sentido de falsa conciencia de la realidad) como una transformación que nos obliga a cambiar permanentemente. Coincido con Ana Esther Ceceña, en señalar que esta simultaneidad es uno de los mecanismos más poderosos inventados por el capitalismo del siglo XXI para crear una sociedad sin sentido histórico, sin raigambre,   con una ética regida por el consumo.    Boaventura De Sousa Santos utiliza para distinguir el cambio que propone el neoliberalismo del cambio revolucionario, que el primero está atrapado por las ciencias de la regulación y el segundo por los conocimientos de la emancipación. Prefiero liberación, por aquello de las fuerzas que impulsan la independencia ante la opresión.

Esta lógica de cambio permanente de las ciencias de la regulación, es una narrativa gatopardeana, que simula cambiar todo para no cambiar nada, porque el cambio se circunscribe a crear dispositivos que en lo económico nos convierta en consumidores y en lo cultural en individualistas consumistas que sólo nos realizamos en la medida que tenemos. Tener, tener, tener, es lo importante, para sentirte realizado y para poder tener, necesitas capacitarte en trabajos competitivos que te permitan subir en la escalera social, así sea aplastando al otro. Esa lógica individualista y competitiva le plantea a la educación retos que van más allá de las consignas y frases vacías que son excelentes para la marcha y la arenga, pero muy poco sirven para formular políticas públicas de largo aliento que combatan la lógica cultural del capitalismo.

Esta lógica cultural del capitalismo trasciende las características de orden sistémica y presentan elementos que cambian la dinámica civilizacional que se instauró en la modernidad. Autores como Daniel Stulin afirman que estamos en presencia de un  cambio que transformará a los seres humanos en transhumanos. Es decir, hasta la condición humana se quiere modificar para  servir a los intereses del mercado. Ante esta situación desde la ética tenemos mucho que decir, pero también desde la educación y allí centraré mi exposición.

Voy a presentar los resultados de la investigación que realicé para ascender de escalafón, que se denominó “la escuela en transición” retos de la escuela en la construcción de una sociedad socialista. Esa investigación abordó cuatro aspectos. Uno legislativo, otro histórico, otro teórico. Para finalizar realizando una serie de propuestas en donde se presenten las características que en nuestro concepto, debería tener la escuela venezolana en este momento de transición. En esta oportunidad además, voy a concluir presentando algunas pistas de las   reflexiones iniciales de la investigación que estoy empezando a realizar para mi próximo trabajo de ascenso.

La legislación educativa de la 5ta república.

En la primera parte de la investigación se hizo una comparación entre la legislación educativa de la denominada 4ta República y la 5ta; es decir, la Constitución Nacional del 61 y 99 y la LOE de 1980 y la de 2009. Esta comparación tenía como propósito ver los puntos de continuidad y ruptura entre la ley que deviene de la democracia representativa y la teoría de justicia de Rawls  y la de democracia participativa y protagónica y el garantismo constitucional de Ferrajoli.

Ese análisis nos llevó a concluir que más allá  los aspectos vinculados a la profundización del Estado docente, no hay mayores modificaciones en materia educativa y peor aún, no está presente en la LOE de la 5ta una visión integral del sistema educativo; porque al igual que en la 4ta república se confunde el sistema educativo con el sistema escolar. Esta confusión no es un detalle menor, porque da cuenta de visiones que en el fondo no se diferencia, o dicho de otra manera, son aparenciales al no incluir en el instrumento legislativo aquellas instituciones que inciden en la conformación de la subjetividad. El constituyente fue sabio cuando incluyó en el mismo capítulo de la Constitución, la educación, la ciencia, la cultura y los medios de comunicación. Al hacerlo así los concibió como un todo integrado. Sin embargo, las sucesivas leyes que se han formulado en estas materias no han establecido con suficiente fuerza las articulaciones entre estos aspectos.

Ahora bien; sería fácil atribuirle ese error a un acto de insuficiencia teórica o  a una visión cortoplacista del problema. Hoy estoy convencido, que esa confusión es el producto de la presencia en el gobierno de sectores conservadores que ven al sistema  escolar como una prolongación del sistema escolar de la 4ta república. Creo por ejemplo, que toda la discusión sobre el currículo ha sido un distractor para no introducir cambios sustanciales en la escuela venezolana. Este aspecto quiero resaltarlo, porque considero que  se impuso en la escuela venezolana cierta visión del currículo que hoy la tenemos presente en la Universidad Bolivariana y más grave aún, se cometen errores con esa visión  como utilizar la categoría “básico curricular” que responde más a la primaria y el bachillerato y no a la educación universitaria, en donde la investigación es transversal al proceso de enseñanza y aprendizaje. El Comandante Chávez señalaba permanentemente a sus más inmediato colaboradores que “en el detalle está el diablo”. Creo que tenemos el diablo pululando por los pasillos de la UBV porque se comete cada exabrupto…..

Esta reflexión sobre el currículo, no formó parte de mi investigación, pero la señalo, porque voy a retomar este tema cuando aborde la parte propositiva de esta exposición, en el marco de la guerra económica.

El debate Estado Docente vs Sociedad Educadora, le genera algunos problemas a la revolución bolivariana, porque en Venezuela, históricamente, los sectores oligárquicos y la jerarquía eclesiástica han tratado de imponer una visión de la educación, en donde la política educativa, sea una responsabilidad  de la familia organizada como sociedad civil; con esto se pretende crear una concepción de la política educativa que apunta a la formación de individuos y no de ciudadanos comprometidos con el proyecto de país. Al plantearse que la revolución tiene un carácter protagónico, la participación de la gente es fundamental en la formulación de la política. Siendo así ¿cuál es la diferencia?

En el Estado social y de derecho de la constitución del 61 la categoría que vertebra su operación es “el velo de la ignorancia”, es decir, aquella concepción según la cual las fallas en la aplicación de la norma, se debe a la insuficiencia  de la legislación de ver las consecuencias de su aplicación. En cambio en la concepción garantista de la norma la voluntad política del ciudadano se ve expresada en la norma y el Estado como institución encargada de cumplir esa voluntad política, debe garantizar el cumplimiento de la norma. La primera concepción ve el presupuesto educativo como un gasto social y una inversión privada. La segunda como una inversión social en donde el particular es corresponsable.

Hasta ahora las propuestas que se han formulado desde la revolución no han sabido compensar la relación Estado docente participación protagónica,   lo que nos impide formular una sólida propuesta que incluya distintos niveles de participación, cooperación y corresponsabilidad.  La propuesta de la escuela como centro del quehacer comunitario tiene implicaciones que van más allá del hecho escolar. Lamentablemente no se han arbitrado mecanismos que permitan que la escuela se convierta de verdad, en el centro del quehacer comunitario. En algunas comunidades muy pequeñas, sobretodo, en los caseríos  y poblaciones rurales la escuela se comporta de esta manera, pero eso depende, en mucho del liderazgo de los directivos de la escuela y su maestros, no porque sea una expresión de una política pública.

Esta insuficiencia del marco normativo de la 5ta república me llevó a analizar la resolución 058, para indagar, si está resolución introducía transformaciones que apuntaran en la dirección adecuada y sí la misma permitiría construir la escuela que demanda la sociedad venezolana de cara a las exigencias del proyecto Simón Bolívar y en el contexto de las transformaciones que se han venido operando en el siglo XXI  o mejor dicho en el marco de lo que se denomina el cambio civilizacional. Las conclusiones a las que llegué de cara a los aportes teóricos que nos da las ciencias sociales me llevaron a concluir que esa resolución era un amasijo de instrucciones que hacían inviable la operación de la escuela y además generaban resultados contrarios a los propósitos que perseguía.

 

La escuela en la historia de Venezuela

En el segundo capítulo de la investigación estudié  la evolución de la escuela venezolana desde la colonia hasta la actualidad; esto lo hice, para  conseguir al igual que en la primera parte de la investigación los puntos de continuidad y ruptura de la escuela venezolana. A pesar de ser la escuela el foco de la investigación que realicé; lo hice desde una perspectiva que me permitió indagar el contexto cultural  e ideológico en que se creó  la escuela  como institución de la modernidad y el papel que jugó y juega en la conformación de un esquema de valores que contribuyen a formar cierta visión del mundo en los y las estudiantes. Dicho en términos gramscianos; cómo la escuela construye hegemonía o dicho con Bordieu y Passeron para identificar el carácter reproductivo de la escuela.

Esta parte de la investigación me llevó a concluir varias  cosas que voy a telegrafiar porque me interesar profundizar en la tercera y cuarta parte de la investigación.

  1. la constitución de la escuela en Europa tuvo un sentido de clase, pero en América Latina, además de tener un carácter de clase se convirtió en un factor importante para la constitución de un mundo de vida que justifica “la superioridad del hombre blanco” sobre los pueblos indígenas y posteriormente la población africana.
  2. Una segunda conclusión está asociada lo planteado por Dussel, E. al señalar: “La colonización de la vida cotidiana del indio, del esclavo africano poco después, fue el primer proceso “europeo” de “modernización”, de civilización, de “subsumir” (o alienar) al Otro como “lo Mismo”, pero ahora no ya como objeto de una praxis guerrera, de violencia pura,(…) sino de una praxis erótica, pedagógica, cultural, política, económica, es decir, del dominio de los cuerpos por el machismo sexual, de la cultura, de tipos de trabajo, de instituciones creadas por una nueva burocracia política(p. 49)”[1]
  3. El desarrollo de la escuela no sólo implicó el surgimiento de un tipo particular de institución, sino, que la misma, desarrolló un tipo de disciplinamiento del cuerpo y la mente, que se estructuró a partir de la clausura, es decir, la especificación de un lugar heterogéneo a todos los demás y cerrado sobre sí mismo. Por otra parte la disciplina “establece las presencias y las ausencias, de saber dónde y cómo encontrar a los individuos, instaurar las comunicaciones útiles, interrumpir las que no son, poder en cada instante, vigilar la conducta de cada cual, apreciarla, sancionarla, medir las cualidades o los méritos.
  4. La educación venezolana del siglo XVI, y XVII estuvo influenciada por lo que denomina Fernández Heres, R. (1995) la vertiente cristiano–católica, que se caracteriza por poner el énfasis de la enseñanza en los preceptos cristianos que eran fundamentales para garantizar las creencias del reino de España en la población originaria de Venezuela y de esta manera asegurar la dominación.
  5. Con la ideología liberal-ilustrada, la nación del siglo XIX quedó imaginada desde una sola cultura, una religión y una lengua, también la identidad en singular fue inventada bajo los códigos de la homogeneización occidental. Al lado de este imaginario de la supuesta unidad identitaria, hoy observamos que –sin haber logrado rupturas con estas falacias históricas negadoras de sus procesos comunes, diversos y diferentes- estamos sometidos a los efectos de las identidades planetarias sustentadoras del sistema-mundo
  6. Bigott señala al analizar la escuela colonial que : “Finalizado el período colonial no existían ni sistema, ni estructura escolar; se observan un conjunto de instituciones inconexas: a) las escuelas de las primeras letras para blancos donde se enseñaba lectura, escritura, aritmética, y religión; b) educación religiosa y del castellano en los pueblos denominados pueblos de misión; c) Un conjunto de cátedras aisladas: de gramática que comprendía gramática, literatura, escritura, aritmética, geografía, historia de Europa y de España e historia sagrada; d) Colegios en algunas ciudades donde además de la enseñanza elemental se agregaban algunas de las cátedras; e) los seminarios y la universidad con sus cátedras de gramática, latinidad, artes (filosofía, física, historia, teología, jurisprudencia y medicina)”.
  7. El sistema educativo vigente durante la era republicana (Independencia), era en cierto modo una continuidad en su concepción, propósito y métodos del implantado por la colonización hispánica. En la rama de primaria se conservó la misma escuela colonial: privada y religiosa.
  8. La educación en la segunda mitad del siglo XIX va a ser en lo sustancial, parecida en sus características a la escuela colonial y va a estar sometida a los vaivenes de la política local. Con la presidencia de Guzmán Blanco la escuela se va a inscribir de manera nítida como parte del sistema cultural. Esto significó el desarrollo de la religión patria con la creación del Panteón Nacional, la institucionalización de los símbolos patrios y la consolidación de la opinión pública.
  9. La escuela de inicios del siglo XX va estar influida por el pensamiento positivista que plantea que: La confianza en la educación como forma de transformar los hábitos del pueblo, es otra de las características del positivismo nativo. Una educación dirigida a abrir las mentes a los nuevos descubrimientos de la ciencia positiva y que deje atrás las explicaciones metafísicas o teológicas que no hacen más que paralizar a los hombres haciéndolos conformes con lo que se les ha impuesto, es lo que proponen estos autores como otra medida eficaz para acelerar la construcción de un nuevo orden que sustituye la anarquía desintegradora, que acaba con nuestras posibilidades de progreso de realizar lo que soñaron nuestros libertadores.
  10. Con la muerte de Juan Vicente Gómez el debate educativo se centra en las concepciones que van a marcar parte importante del siglo XX. La presencia de Luis Beltrán Prieto Figueroa va a marcar una visión de la educación que se centra en la concepción del Estado Docente y la educación de masas. Este debate, se extenderá hasta mediados del siglo XX cuando se instaura la dictadura de   marcos Pérez Jiménez.
  11. Con el retorno de la democracia, los adecos desarrollan un modelo de escuela que es coherente con la política de Alianza para el Progreso impulsada por los Estados Unidos de Norteamérica. El desarrollo del sistema escolar se centra en una estrategia basada en el pupitre, el profesor y el pizarrón.
  12. Esta concepción del desarrollo escolar generó un proceso de enseñanza y aprendizaje que más allá de sus matices, estuvo y está marcado por un modelo frontal de enseñanza que convierte al estudiante en un receptor de conocimiento o como señalaba Paulo Freire una educación bancaria en donde se depositaba el conocimiento.
  13. Por último este modelo generó, una escuela rutinaria, culturalmente deficiente, poco pertinente y con muy baja calidad. Y cuando nos referimos a calidad estamos señalando de una escuela que no forma para que en sus estudiantes no cubran las necesidades básicas de aprendizaje.

El debate pedagógico que se ha dado alrededor de la escuela venezolana, más allá de las distintas posiciones que han asumido los investigadores educativos, los políticos y los diferentes actores que inciden en la realidad escolar, han fortalecido una concepción de la escuela como una institución reproductora del sentido común. Ese sentido común es coherente con los intereses de los sectores sociales dominantes.

A pesar de las distintas tendencias pedagógicas que han existido en el país, existe una coherencia a lo largo de la historia del país que le ha atribuido a la escuela la misión de “civilizar” la población originaria, en la colonia. Contribuir al proyecto nacional en la república y formar ciudadanos aptos para vivir en democracia en la 4ta república.

Derivado de la revisión histórica del comportamiento de la escuela en la historia de Venezuela, se pudo además concluir que la escuela siempre ha operado como una organización, es decir, como una agrupación social que tiene fines y medios para lograr estos fines y además está regida por un marco normativo que la regula. A propósito del peso que ha tenido las organizaciones en el marco del desarrollo de la civilización moderna (porque está presente en el capitalismo y el socialismo)  posteriormente analizamos la teoría que ha servido para interpretar a la escuela como organización.

La escuela como organización

La tercera parte de esta investigación abordó los supuestos  de la teoría que sustenta el estudio de la escuela como organización. Para ello,  se registraron once (11) conceptos de escuela y se revisaron 24 teorías, estas teorías han permitido generar un área de conocimiento denominado “teoría de la organización”; estas teorías han tenido una gran influencia en   la teoría de la educación;  a tal punto que en muchas universidades del mundo; el departamento de currículo se denomina currículo y teoría organizacional.

Las once (11) conceptualizaciones utilizadas de la escuela la caracterizan como el centro neurálgico de las comunidades modernas. La institución de formación para el patrimonio identitario, Institución educadora con fines, roles para aprender a aprender. Es un ecosistema social y humano. Es un sistema. Con elementos diferenciados conformado por varios subsistema. Espacio para consolidar la revolución industrial. Institución estructurada.

Esta conceptualizaciones dan cuenta de los elementos que todos hemos vivenciado a lo largo de nuestra formación. En efecto, la escuela es ese lugar en donde aprendimos a leer escribir, lleno de alegrías y frustraciones. Ese sitio donde modulan nuestras pulsiones, donde nos definen, nos enmarca, nos estructuran. En fin donde las generaciones adultas forman a las generaciones jóvenes. Cada uno de nosotros tiene de la escuela. Esa escuela realmente existente, y los que decidimos ser docentes, la vivimos a diario. Con sus potencialidades y sus limitaciones. Ahora bien, más allá de la conceptualización de escuela que utilicemos, lo importante es tener pendiente que no es posible formar a nadie, si esa formación no está precedida de una voluntad indeclinable de servir al otro. Eso es central en cualquier análisis volveré a este tema más adelante.

 

Decidimos abordar las diferentes teorías organizacionales que han sido desarrolladas a lo largo  del siglo XX y principio del siglo XXI, porque más allá que la escuela es una organización que cumple un rol específico en la sociedad, la forma organización es el dispositivo que inventó la sociedad capitalista para instrumentar sus fines.

Las diversas teorías que caracterizan a las organizaciones se  pueden agrupar en cinco (5) perspectivas  teóricas que son: la estructural basada en la ingeniería,  la de recursos humanos, basada en la psicología, la sociología y la psiquiatría.  La política inspirada en las ciencias políticas,  la simbólica basada en la antropología  y la teoría sistémica inspirada en la teoría de sistemas. Estas perspectivas han tenido transformaciones desde la década del 90, en el marco del desarrollo del neoliberalismo.

El impacto que ha tenido la teoría de la organización se  debe al rol que juegan las organizaciones en el capitalismo a mejor dicho, las empresas,  que son las organizaciones en donde el capitalismo, es decir, los capitalistas realizan la explotación. Con relación a esto,  Pablo González Casanova indica de manera absolutamente  clara que:

“Hoy más que nunca se comprueba que es imposible  la comprensión del sistema capitalista global y sus límites históricos y sociales sino se incluyen las relaciones de dominación, apropiación y acumulación. Pero ni estas -ni las de explotación y exclusión- pueden ser comprendidas si la totalidad ampliada del pensamiento crítico no da un peso primordial a la complejidad organizada del capitalismo moderno y postmoderno, y en sus estudios y luchas deja de desentenderse de ella, o de incluirla sólo en formas esporádicas y marginales. Hoy el mundo vive bajo el dominio de un capitalismo complejo  y en una situación lamentable de separación y desarticulación teórica-práctica entre quienes dominan la complejidad e ignoran y ningunean el análisis crítico marxista y quienes dominan el pensamiento crítico y sólo excepcionalmente profundizan en ellos problemas teórico-prácticos de la complejidad y en su redefinición de la lucha de clases y de liberación, y de los obstáculos en la construcción de un mundo alternativo”.

Esta cita de Pablo González Casanova, pone, en mi opinión el problema en su justo lugar, al precisar que la naturaleza de la explotación capitalista se ha transformado en el capitalismo complejo y requerimos de herramientas teóricas que den  cuenta de esa complejidad. Con ello, no estoy diciendo que la explotación capitalista, no se da, lo que estoy resaltando que la explotación corre por otros cauces, porque para el desarrollo permanente de la acumulación de capital, no sólo se requiere la apropiación de la plusvalía por parte del capitalista, sino que ese asalariado se convierta en un consumidor.

Esta transformación del capitalismo encuentra en la teoría organizacional, los marcos interpretativos que permitan justificar y construir la teoría del management  o de la gestión que opera como una tecnología moral  que jusifica la lógica cultural del capitalismo. Dicho en palabras de Stephen Ball:

La gestión constituye un discurso imperialista. La teoría de la gestión considera que el mundo social está encerrado en un caos irracional y necesita que le aporten su orden redentor. Construye su superioridad mediante un conjunto de poderosas operaciones discursivas; el orden se sitúa por encima y en contra del caos, la racionalidad contra la irracionalidad, la cordura contra la locura, la neutralidad contra el sesgo político, la eficiencia contra la ineficiencia y la meritocracia contra la influencia personal. Es la antítesis lingüística de la crisis y como tal, ocupa un papel político central en la década de 1980 (…) El sujeto de la gestión es el producto objetivado de la organización, la autoridad y la responsabilidad. Los límites y las posibilidades de acción y significado están determinados con precisión por la posición y la destreza en la estructura de gestión.

La teoría del managament opera como una ideología que justifica el dominio de unas clases sociales sobre otras. Por razones de tiempo y espacio no voy a especificar las características de cada una de las 24 teorías que revisamos y su influencia en la teoría educativa.

La escuela es una institución de la modernidad y su finalidad, más allá de la inserción social y la incorporación de los jóvenes a la cultura de la sociedad, consiste en crear los hábitos y costumbre para adaptarse a la vida laboral. No sólo se trata de adquirir habilidades y destrezas o competencias para el mundo laboral, sino generar la subjetividad necesaria para que los ciudadanos y ciudadanas vean como natural un mundo donde la explotación, la cosificación y la alienación.

Superar esta situación implica crear una escuela distinta, que debe servirse de varias disciplinas para estudiar esta institución en el marco de la complejidad que se genera en el capitalismo. La pedagogía, por más crítica que sea, es insuficiente para abordar la problemática de la escuela, consideramos que los Estudios Críticos de la Gestión nos pueden ayudar a encontrar fórmulas para superar la crisis de la escuela moderna. Para Herrero Mitjans, S. un representante latinoamericano de esta corriente señala “Por lo general las disciplinas de  gestión  son entendidas como dedicadas a la mejora “científica” de las prácticas directivas vinculadas con el funcionamiento de las organizaciones, de ahí su estrecha relación con la eficiencia y la efectividad, razón por la cual dicho conocimiento es sólo relevante para los directivos. (…) el pensamiento crítico (…) está motivado por el esfuerzo concreto de trascender y abolir la tensión/ oposición entre el arrojo, espontaneidad y racionalidad del individuo y las relaciones que surgen del proceso de trabajo sobre la que está construida la sociedad (…) El propósito de la teoría crítica nunca es incrementar el conocimiento como tal. Su objetivo es el de la emancipación del hombre de su esclavitud”.

La escuela en la transición. Retos y desafíos.

La cuarta parte de esta investigación consistió en una propuesta de escuela para la transición.

La condición de posibilidad que permite la construcción del socialismo implica instrumentar medidas  que  transformen las relaciones de producción y las consecuencias que ellas generan. Por otra parte, en materia educativa deben crear las condiciones para contribuir a crear la mujer y el hombre nuevo; es decir la y el ciudadano consustanciado con el socialismo; eso no significa pertenecer a una determinada organización política, sino desarrollar los valores, la conciencia, la aptitud y actitud de solidaridad, justicia, encuentro con el otro que contribuya a construir un patria distinta.

La transición al socialismo está definida en el Plan de la Patria, esto implica en materia educativa el desarrollo de una serie de transformaciones que nos obliguen a tener una escuela cualitativamente distinta, es decir, una escuela que no siga la lógica de la escuela tradicional y que contemple cambios que no se circunscriben a lo curricular.

Una escuela  para la transformación de la sociedad requiere que se instrumenten medidas concretas que apunten a ese proceso; es decir, medidas que lleguen a la escuela y cambien su lógica de trabajo; por ello, se requiere una ley que regule el funcionamiento de la escuela y que establezca una clara distinción entre  el funcionamiento del Ministerio del  Poder Popular de la Educación, en tanto aparato administrativo del Estado y las escuelas.

Una ley de gestión del sistema escolar podrá crear las condiciones de posibilidad que permitan al pueblo ejercen contraloría social de las escuela y así convertir a la educación en un tema que no se reduce a la discusión de los expertos.

Los supuestos epistemológicos que sustentan esta propuesta son:

1.- Es en la escuela se crea el hábito, que homogeniza el tiempo, que es la condición de posibilidad, que hace posible la explotación por la apropiación del capitalista del tiempo abstracto de trabajo.

2.- La escuela moderna se constituyó  y conformó a partir de estos presupuestos y el desarrollo de un modelo de organización que establece  los niveles crecientes de secuenciación y jerarquización que hizo posible el acceso a mayores niveles de complejidad. Tedesco, J. C. (1995). El diseño de una escuela para la transición  implica romper esta lógica y montar un diseño que genere el acceso de altos niveles de complejidad rompiendo los parámetros de jerarquización y el desarrollo de una secuenciación que parte de lo grupal al individuo y no al revés.

3.- La escuela para la transición demanda en sus estudiantes desarrollar capacidad simbólica, es decir, que la escuela requiere romper la lógica de desestructuración simbólica que genera los medio de comunicación y las tecnología de la información, esto implica el desarrollo de un currículo que al operar como un “complejo rito mito”  desarrolla habilidades y destrezas en los estudiantes que le permitan construir habilidad hermenéutica. El desarrollo de estas habilidades, en el marco del capitalismo actual, implica romper lo que denomina Dufour, D. R. (2009) la servidumbre del hombre liberado en el capitalismo total.

A partir de estos supuestos epistemológicos se propone una escuela que:

1.- Tiene un horario integral, es decir, dos turnos.

2.- Dos criterios de organización del estudiantado. Por área de interés y por grados académicos.

3.- Un modelo de evaluación curricular que tome en cuenta el desempeño colectivo e individual. La evaluación tomará en cuenta los logros individuales, los colectivos. Esto implica además los conocimientos, las actividades sociales, las culturales, las de recreación y las de educación física.

4.- El desarrollo curricular se estructura en un trabajo en equipo que le permite a estudiantes y docentes una visión colaborativa del proceso de enseñanza aprendizaje.

5.- La escuela de este tipo coordina la inserción social de los estudiantes, en áreas tales como la prevención en salud integral y odontológica, atención psicológica y psiquiátrica, documentación oficial, etc.

  1. – Una escuela de este tipo es una escuela de inmersión total es decir, fortalece la personalidad de los participantes a través de actividades grupales y realiza un esfuerzo para que los estudiantes realicen en las escuelas todas las actividades que demanda el currículo

Para finalizar, deseo señalar, que esta investigación continúa con un estudio de la subjetividad de los jóvenes en el siglo XXI y su influencia  en la escuela.

Hoy se ha venido estableciendo un relato alrededor de la escuela que centra su problemática alrededor del aburrimiento de los y las estudiantes. La escuela divertida  es la nueva moda que se está construyendo alrededor de la escuela.  Estar divertido, parece un estado emocional, en donde, la estupidez y fatuidad de una ciudadanía que sólo se interesa en consumir.  Divertirse es un estado emocional que nos sumerge en una infancia perpetua, en donde el logro humano sólo se da en el consumo.  Esta investigación  tendrá como premisa que:

El neoliberalismo no se orienta únicamente a la destrucción de la instancias colectivas construidas desde hace mucho tiempo (familia, sindicatos, partidos y, con carácter más general, la cultura), sino también la de la forma individuo-sujeto aparecida durante el largo período de la modernidad (1). La fábrica del nuevo sujeto “postmoderno”, no crítico y “psicotizante” es el resultado de una empresa temiblemente eficaz en cuyo núcleo central encontramos dos importantes instituciones dedicadas a la fabricación de ese nuevo sujeto: la televisión y una nueva escuela considerablemente transformada por treinta años de reformas pretendidamente “democráticas” que siempre se han orientado al debilitamiento de la función crítica.

Ser crítico en el siglo XXI comporta tener capacidad simbólica y eso se logra en la medida que la escuela forme hombres y mujeres libres, autónomos, creativos y con carácter que significa ser unos combatientes por la verdad, la dignidad y la solidaridad de los seres humanos.

[1] Ver: Dussel, E. (2001) La Pedagógica Latinoamericana. Bogotá: Editorial Nueva América.

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