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Elisa Hidalgo: «Formar al profesorado es clave en la calidad educativa»

Por PILAR L. CARMONA

Elisa Hidalgo es maestra de Infantil, Primaria y Música desde hace 30 años. Es asesora de formación desde el 2003 y directora del CEP de Córdoba desde hace tres años. Se declara amante de la música, la poesía y del aprendizaje.

-¿Qué expectativas tiene para el nuevo curso?

-Como cada septiembre, espero que la educación, especialmente la educación pública, sea tenida en cuenta como un elemento clave en la mejora de la sociedad y de cada individuo y poder participar como maestra, como asesora o como directora del CEP en esa mejora. Mi convencimiento del valor de la escuela y de los docentes me obliga cada curso a seguir aprendiendo, a seguir trabajando y a no perder la ilusión en que es posible.

-¿Cuál es la principal función del CEP de Córdoba?

-Acompañar a los centros y docentes de nuestro ámbito en los procesos de formación, de innovación y de mejora que necesiten y garantizar una formación de calidad.

-¿Con qué novedades nos sorprenderá durante el curso que recién arranca?

-Queremos marcarnos tres grandes objetivos que, a pesar de no ser totalmente nuevos, sí pretendemos darles un importante impulso en el curso que comienza. Por un lado, impulsar la presencia de las asesorías en los centros educativos; priorizar las actuaciones formativas que respondan a un proceso de autoevaluación y reflexión en los equipos docentes y tengan una incidencia directa en el cambio metodológico y la mejora de la práctica educativa; y realizar un plan de formación de calidad para el equipo asesor que nos permita mejorar nuestras competencias profesionales.

-¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrenta el Centro de Profesorado?

-Creo que nuestras dificultades pueden ser muy similares a las de los demás centros educativos: los tiempos y espacios para la reflexión y el trabajo en equipo, la burocracia administrativa, desarrollo normativo que facilite los objetivos… Pero yo siento que somos privilegiados en varios sentidos. En la provincia de Córdoba sentimos el apoyo incondicional de la Delegación Territorial de Educación, que nos acompaña y reconoce, y además contamos con una red provincial de formación coordinada que nos permite la unificación de objetivos, criterios y desarrollar un importante plan provincial.

-¿Cuáles son las principales necesidades de formación del profesorado?

-Hay muchas temáticas y líneas formativas, pero podríamos resumir las necesidades en tres niveles. Por un lado, la mejora del alumnado, de su aprendizaje, de los resultados y de las competencias de los niños y niñas; ser mejor docente, todo lo que permita mejorar la práctica educativa, gestión de aula, metodologías adecuadas, competencias profesionales; y por último, la mejora de los centros, la organización escolar, la convivencia, el trabajo en equipo y la relación con las familias.

-¿Es el profesorado de Córdoba un profesorado preocupado por su continuo reciclaje?

-Creo que puedo afirmar que sí. Nuestro CEP puede presumir de unas cifras de actividades, asistencia y certificaciones muy elevadas. Durante todo el curso las aulas del centro están al completo, contando una media de 250 a 300 docentes. Después de 14 cursos que llevo en el CEP de Córdoba, no ha dejado de sorprenderme la respuesta incondicional del profesorado a pesar de las dificultades.

-¿Ha contribuido la teleformación a un incremento de la participación del profesorado en los cursos y jornadas?

-Por supuesto, la ausencia de límites de espacio y de tiempo beneficia a aquellas personas que necesitan conciliar su vida familiar, que tienen dificultades para desplazarse, facilita una formación generalizada y unificada en determinadas temáticas o contenidos específicos y, por supuesto, el desarrollo y el uso cotidiano de la tecnología convierte a esta modalidad en una manera natural de aprender.

-¿Cuáles son las principales demandas formuladas por los centros educativos al CEP?

-Las temáticas más demandadas en los últimos cursos han sido las de convivencia, atención a la diversidad, tecnologías aplicadas al aprendizaje, plurilingüismo, competencias clave… Es importante señalar el crecimiento de la formación en determinadas enseñanzas específicas: Educación Permanente, Formación Profesional y Enseñanzas Artísticas, con un gran respuesta de este profesorado a la amplia oferta formativa.

-En un reciente estudio de satisfacción, las familias han valorado con un notable alto la labor del profesorado andaluz. Algo de culpa tendrá en este buen resultado los centros de profesorado.

-Para nosotros, el profesorado es el motor de cualquier mejora y su reconocimiento es el nuestro. En primer lugar porque todas las personas que trabajamos en el CEP somos docentes y, en segundo lugar, porque nuestra tarea no es otra que animar, impulsar, apoyar todo lo bueno que pase en los centros. Sabemos que la formación del profesorado es una de las claves en la calidad educativa y nada nos gustaría más que ser parte de ese reconocimiento.

-¿Algún mensaje para el profesorado en el inicio de curso?

-Mirar a los niños y a las niñas, pensar qué y cómo nos gustaría que nuestros hijos e hijas aprendieran y crecieran, y trabajar por conseguirlo. Como nos decía el curso pasado Juan Vaello: «cambiar la cultura del Es que… por la del Y si…, sólo así cambiaremos las quejas en oportunidades».

Fuente: http://www.diariocordoba.com/noticias/educacion/formar-profesorado-es-clave-calidad-educativa_1171110.html

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Nicaragua: Gobierno impulsará nuevos programas para fortalecer la educación.

Por: el19digital.com/15-09-2017

La Vicepresidenta de la República, Compañera Rosario Murillo, anunció este viernes que en los próximos días se darán a conocer una serie de proyectos y programas destinados a fortalecer la educación en lo falta del 2017 y el próximo año.

Dijo que el impulso de esos proyectos es porque «estamos comprometidos en mejorar la calidad de la educación y brindar a nuestros estudiantes la oferta educativa que demandan, que necesitan y que requieren”.

Indicó que “también estamos trabajando con los muchachos de la juventud, programando una serie de encuentros en todos los municipios del país, alrededor de los temas de juventud, la ciencia, la tecnología, la comunicación, la educación, la educación universitaria, la educación técnica”.

Estos anuncios se producen después que la Vicepresidenta conversó con el asesor presidencial en temas educativos, compañero Salvador Vanegas.

“Hablando de los deportes, de los jóvenes deportistas, encuentros de los jóvenes que trabajan en la defensa de la naturaleza, encuentros también de los muchachos alrededor de los temas de salud juvenil”, dijo.

Rosario dijo que se han programado una gran cantidad de eventos a desarrollarse en el país “en los próximos días que tienen que ver con los intereses de la juventud y que van ampliando el trabajo que queremos desarrollar en todo nuestro país, para que los jóvenes se sientan cada vez más contentos y orgullosos de vivir en Nicaragua”.

*Fuente: www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:61555-gobierno-impulsara-nuevos-programas-para-fortalecer-la-educacion

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México: Calidad educativa y desigualdad social.

Por: Mario Torres López. Revolución 3.0. 15/09/2017

 Un punto nodal en la propuesta de la Reforma Educativa, es el que se refiere a la educación con equidad, 50 millones de mexicanos en condiciones de pobreza y más del 90 por ciento de la riqueza nacional concentrada en 20 familias, seguramente nos acercan al principio de equidad, echando por tierra la tesis de que no se puede garantizar la calidad y la equidad educativa si no hay equidad social, en el México perfecto de nuestros gobernantes resulta un eufemismo decir que si no se garantiza el ejercicio pleno de los derechos sociales como la educación, la seguridad social, el trabajo digno, el bienestar familiar y un salario justo, capaz de satisfacer lo anterior -más la cultura, la recreación y el deporte- no podremos hacer cuentas alegres del deber ser de la educación .

¿Cómo puede haber educación de calidad con bajos ingresos, tanto de los padres como de los docentes? Las becas y otros programas compensatorios no son la solución a la desigualdad social, sino un obstáculo en sí, pues obliga a los estudiantes a creer que han nacido para vivir de la caridad gubernamental y de programas evasores de impuestos de la iniciativa privada.

En condiciones de desigualdad social, no puede pensarse realmente en igualdad educativa; así sea como referencia de un ideario político o con fines propagandísticos. Además, no podemos olvidar que a las carencias alimenticias se suman las carencias escolares, las deficiencias administrativas y la ausencia de recursos académicos para fortalecer la formación integral de los estudiantes.

De esto no son culpables los docentes, aunque sí en mayor medida los burócratas de la educación y las manifiestas anomalías en las políticas públicas del sistema gubernamental.

Así pues, si en la aparente reconversión actual del discurso reformador de la educación pública, los tiempos de realización se han alargado para un futuro muy muy lejano, quedando rebasado el tiempo electoral, sería bueno que se empezaran a dar pasos lentos en un proceso dialógico entre las partes implicadas.

Sabemos que la catástrofe educativa es multidireccional; pongamos, entonces, en práctica nuestra capacidad diagnóstica, crítica y propositiva para marchar todos en la misma dirección. Para esto, se hace necesario reconocer la existencia de la diversidad de opiniones, de criterios de interpretación de los hechos sociales y de intereses económicos y políticos. De igual manera, aun cuando sabemos que en la interacción entre educación y poder, la primera está subordinada al segundo, es nuestra obligación encontrar las mejores condiciones para el reconocimiento y la interacción entre iguales y diferentes.

La cultura de la otredad implica el reconocimiento de lo múltiple, de la intersubjetividad y de las dinámicas grupales en un contexto de multiculturalidad histórica.

De esto saben más los especialistas en investigación en ciencias sociales, los docentes de todos los niveles y los pedagogos, que los burócratas y los expertos en imagen pública; no podemos ignorar que en manos de estos últimos, en México, más que en ningún otro país, el dinero destinado a la educación tiende a convertirse en basura y en bonos para el fomento a la corrupción gubernamental.

De hecho, aunque muchos mexicanos tenemos la impresión de que los resultados gubernamentales con que envuelven los programas sociales se miden por la cantidad de dinero que invierten ¡En Publicidad!, nos queda claro también que no podemos solucionar los problemas académicos y educativos al reducirlos a problemas netamente administrativos.

El reto, para todas las partes, es ganar en credibilidad, respeto y confianza para emprender acciones conjuntas teniendo por delante el bien común. Sin utopía no hay futuro.

Fuente: michoacantrespuntocero.com/calidad-educativa-y-desigualdad-social/

Fotografía: Revolución 3.0

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Libro: Profesores excelentes

Profesores excelentes

Barbara Bruns , Javier Luque

Book Details:

Year: 2014
Publisher: Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento
Pages: 76 pages
Language: spanish
Since: 18/06/2015
Size: 1.38 MB

Este estudio, parte del Programa de Estudios Regionales sobre América Latina y el Caribe del Banco Mundial, es obra de un equipo dirigido por Barbara Bruns y Javier Luque. Fue concebido a partir de una sugerencia de Chingboon Lee, quien señaló que la ola de reformas innovadoras en las políticas docentes que se extendió en toda América Latina y el Caribe en la década de 2000 merecía ser investigada y que los resultados de esos estudios debían darse a conocer a los funcionarios encargados de formular políticas en otras regiones. Con el apoyo generoso del Gobierno de los Países Bajos, a través del Programa de Colaboración entre el Banco y los Países Bajos, y del Gobierno español, a través del Fondo Español para la Evaluación de Impacto y el Fondo Español para América Latina y el Caribe, nuestro equipo comenzó a evaluar programas de pago de bonificaciones y otras iniciativas dirigidas a recompensar la calidad docente, y a mirar lo que ocurría dentro de las aulas para comprender si los incentivos modifican las prácticas docentes y de qué manera.

Para descargar el libro, haga clic aquí:

https://openlibra.com/en/book/download/profesores-excelentes

 

Fuente de la Reseña:

https://openlibra.com/en/book/profesores-excelentes

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Por la lectura, desde la escuela

Por: Manuel Valdivia Rodríguez

En el presente artículo comparto una propuesta para la enseñanza y desarrollo de la lectura durante toda la educación básica de los estudiantes, sin limitarla a los primeros grados ni reducirla solo a las sesiones del área de Comunicación o Lenguaje. estoy convencido de que la lectura, especialmente la que se ejecuta con textos funcionales, solo puede ser cabalmente formada si se la integra a las actividades de aprendizaje de otras áreas del currículo y si colaboran los docentes especializados en otros campos.

 Pido disculpas a los lectores y suscriptores de este blog porque estuve alejado del mismo durante casi un año. Ya mejor de salud, estoy decidido a recuperar el tiempo, aprovechando la amable paciencia de quienes lo abren regularmente.

— oo —

En los últimos años,  en nuestro país ha cundido una razonable preocupación por la calidad de la lectura de los estudiantes de educación básica regular, que no alcanzan el grado de solvencia que esperamos. La consciencia de este problema se despertó cuando conocimos los resultados del Primer Estudio Regional Comparativo realizado por la UNESCO en 1997 con pruebas de lectura y matemática a aplicadas a alumnos de tercer y cuarto grados. Se recordará que esta evaluación nos fue tan mal que el gobierno del Presidente Fujimori se opuso a que  se publicaran los resultados del Perú, que recién fueron dados a conocer en el 2001, ya con otro gobierno.

Desde entonces, han sido puestas en marcha varias medidas: se difundió la idea de que las instituciones educativas tuvieran un Plan Lector y muchas en efecto lo tienen;  diversas organizaciones de la sociedad civil levantan campañas de promoción de la lectura; de parte del Ministerio de Educación se ha reforzado las acciones de capacitación y acompañamiento de los docentes; cada año se realiza una evaluación CENSAL, y muchos maestros, en número crecido, ponen empeño especial para que sus alumnos mejoren en lectura. Son esfuerzos plausibles, sin duda, pero lo que se está logrando no tiene la dimensión ni la profundidad que se quisiera. No podemos cejar, sin embargo; más bien parece ser necesario emprender otros pasos, algunos de los cuales, los de mayor potencia, corresponden a las instituciones educativas, que son los lugares “donde se juega el partido”.

ACCIÓN DE LA ESCUELA COMO CONJUNTO

Las instituciones educativas tienen un papel decisivo en la tarea. Lo que se pueda hacer desde fuera es más bien complementario de lo que se haga en ellas.  Pero al hablar de instituciones  nos estamos refiriendo a la totalidad de su plantel docente, a los maestros de todos los grados de la EBR. No se puede esperar mucho del trabajo de docentes aislados, por mucho empeño que quieran poner: la educación de la lectura –como en general la educación del lenguaje- es producto de un programa de intervención, duradero y bien coordinado, en el cual cada uno de los integrantes del cuerpo docente hace lo que debe hacer porque tiene claro lo que se espera de su labor. Para este efecto, para que cada uno cumpla con su responsabilidad, conviene asumir un plan explícito para la adquisición y desarrollo de las capacidades de lectura  de los niños y adolescentes[1], idealmente asumido como parte del Proyecto Educativo Institucional (PEI).

UNA TAREA DE LA EBR EN TODOS SUS CICLOS

Es preciso reconocer que los once grados de la EBR constituyen un trayecto demasiado largo para ser visto como una línea sin interrupciones desde el primer grado de primaria hasta el quinto de secundaria. En este largo camino se puede distinguir tramos en gran parte correspondientes a los niveles, ciclos y grados en que está organizada la EBR,  e indicar para cada tramo propósitos y deberes claramente definidos.

Tomando en cuenta solo la lectura funcional, aquella que se requiere para fortalecer los procesos de aprendizaje durante la vida escolar y cubrir las necesidades de la vida social y laboral ya fuera de la escuela (sin tocar por ahora la lectura de textos literarios, de similar importancia para el desarrollo de la persona) se puede levantar un cuadro de lo que se debiera conseguir en cada momento de la escolaridad. Un resumen de este cuadro es el siguiente: Es responsabilidad del Ciclo III de la EBR (1° Y 2°) conseguir que los niños aprendan a leer y que logren lo que podríamos llamar una lectura inicial que los deje a punto de proseguir en los ciclos IV y V (3° a 6°) con una lectura  intermedia, de manera que en los ciclos VI y VII (ya en la educación secundaria) se pueda apuntar a una lectura avanzada (Decir experta es por ahora excesivo; en todo caso esta es lo que se debería atender en la educación post secundaria o conseguida por el esfuerzo individual de quienes lo deseen).

EL TRABAJO EN EL CICLO III DE LA EBR 

Primer grado

El tercer ciclo de la EBR tiene dos grados. En el primero, los niños deben aprender a leer, en un nivel todavía básico pero suficiente para constituirse en el primer piso de un edificio cuya construcción durará varios años. Es enteramente posible que los niños de primer grado consigan una lectura inicial. Si se hace uso de una metodología que se oriente a la comprensión de textos todavía sencillos pero portadores de un contenido significativo para los niños, sin pasar por alto lo que se debe hacer con las palabras y unidades menores de la palabra, es posible sentar buenas bases para el desarrollo posterior de la lectura infantil. El castellano[2] es una lengua con una ortografía[3] bastante transparente, y esa característica allana mucho el camino hacia la lectura y la expresión escrita. Por lo general, la escritura en castellano refleja con bastante fidelidad las formas orales del habla (lo que no sucede en inglés o francés, lenguas cuya ortografía es tan opaca que crea problemas incluso a lectores de buen nivel)[4].

Es factible, en consecuencia, que al término del primer grado los niños consigan una lectura aceptablemente fluida sobre la base de un vocabulario visual bien asentado aunque mostrando todavía vacilaciones que pueden resolver aplicando habilidades de desciframiento (decodificación, predicción, atención al contexto, etc.) adquiridas de modo explícito en el trabajo de aula. Pero la lectura que se espera de los niños de primer grado va más allá de reconocer palabras, pues los alumnos deberán estar iniciados en habilidades para el procesamiento del texto y con una lectura oral bastante bien entonada, capaz de apoyar la comprensión y al mismo tiempo dar prueba de ella.

Segundo grado

Lo conseguido en el primer grado es, naturalmente, todavía feble,  y requerirá de un proceso de afianzamiento que ocupará todo el segundo grado. La lectura –junto con la escritura- deberá ser objeto de un trabajo específico, sistemático, desarrollado con actividades de reforzamiento con propósitos muy claros. No se debe creer que los niños ya aprendieron a leer y que con ello ya pueden enfrentar cualquier texto. Aquello de que “se aprende a leer leyendo” no es cierto. La escuela puede –y debe- hacer mucho más orgánicamente para que la lectura se desarrolle con solidez. En segundo grado es preciso enriquecer el vocabulario visual de los niños para que recurran menos a la decodificación. Las palabras que descifraban trabajosamente deben pasar a ser reconocidas globalmente, con lo cual avanzarán hacia una lectura fluida de la que depende mucho la comprensión. Ya sin tener que ocuparse de tareas de desciframiento, pues el reconocimiento de las palabras se ha hecho automático, el niño podrá concentrarse en lo que se dice. Existen procedimientos que ayudan en este paso, y que contribuyen conocimiento de significados, al reforzamiento de procesos de categorización y aun a la ortografía individual. En el segundo grado hay que trabajar con mayor ahínco en la formación de habilidades para el procesamiento del texto, principalmente la atención a las frases integrantes de la oración y a la lectura oral con una entonación funcional a la comprensión. El análisis textos, por muy sencillos que sean, iniciará a los niños en la mecánica de identificar  el tema y lo que se dice sobre él, estrategia esta que seguirá actuando a lo largo de su formación posterior como lectores. ¿Cómo hacer todo esto? Trabajando la lectura en forma sistemática, en sesiones específicas consideradas en la programación curricular. De ese modo, los niños culminarán el aprendizaje de la lectura inicial, y estarán listos para avanzar en los grados subsiguientes hacia un nivele más alto de lectura, pero esta vez de manera integrada al desarrollo de las diversas áreas del currículo.

EL CUARTO Y QUINTO CICLOS

Al llegar al tercer grado, los niños y niñas comenzarán a hacer uso de la lectura en mayor profundidad empleándola como un instrumento para obtener información requerida para el uso cotidiano y sobre todo para el aprendizaje de los contenidos de las diversas áreas del currículo. Ello no significa que los alumnos quedarán librados a su suerte.  Tienen todavía mucho que aprender mediante una lectura acompañada de los textos que se examina para el desarrollo de las áreas de contenido (Ciencia y ambiente, Personal social, Matemática). En otras palabras, la lectura se desarrolla en el curso de actividades que correlacionan el desarrollo del lenguaje (lectura, escritura, comunicación oral) con el tratamiento de las áreas curriculares distintas de Comunicación.

Comienza entonces un periodo que muy bien puede extenderse hasta el término de la Educación Primaria, con tareas que no son pocas. Los alumnos deben aprender a procesar textos que obedecen a estructuras distintas: narrativas, descriptivas, expositivas, básicamente. Esto implica prestar atención a elementos de cohesión (conectores, relaciones anafóricas, párrafos con funciones distintas, etc.). Además, comenzarán a enriquecer explícitamente su caudal léxico y a manejar mejor las palabras con función gramatical (pronombres, preposiciones). Como son niños, todavía se moverán en el mundo de lo literal, pero avanzarán hacia la inferencia y la extrapolación, y comenzarán a formar su capacidad crítica para distinguir lo verdadero, lo verosímil o factible, lo útil, lo bien sustentado, lo aceptable. Apoyados por sus maestros, se iniciarán en el manejo de estrategias para discriminar lo principal de lo accesorio, para construir esquemas, para esbozar y analizar mapas conceptuales, escribir resúmenes de textos asequibles, etc.

Pero el trabajo del cuarto y quinto ciclos (todavía en la Educación Primaria) tan amplio como parece, constituye una primera vuelta, un primer acercamiento al complejo mundo de la lectura. Esto lo harán los alumnos de la mano de su profesor o profesora de primaria, que atiende todo el currículo. Los profesores de este nivel no son especializados por áreas y por eso lo que hagan por la lectura no estará concluido.  Se avanzará hacia la conclusión en el nivel subsiguiente, en la Educación Secundaria, con profesores por áreas, especializados en su campo, pero que deberán estar preparados para atender la lectura específica para sus áreas.

LA RESPONSABILIDAD CON LA LECTURA DE EDUCACIÓN SECUNDARIA

En la educación secundaria la estructura docente cambia: está el profesor de Comunicación y están los profesores de las otras áreas. En el esquema actual, la lectura, la producción de textos y el desarrollo del habla oral está dejado en manos del profesor de Comunicación; los profesores de las otras áreas se ocupan del aprendizaje de los contenidos respectivos y el desarrollo de las capacidades de sus campos, entre las cuales no se halla la lectura y mucho menos la producción de textos.

Sin embargo, las cosas no deben ser de ese modo: todos los profesores de secundaria tienen responsabilidad respecto de la lectura desde sus áreas y desde sus enfoques. El profesor de Comunicación se ocupa de ciertos aspectos teórico-prácticos referentes a la lectura y la escritura, pero no es el único responsable del perfeccionamiento de las capacidades de los alumnos. Esta tarea debe ser asumida también por los profesores de las otras áreas, porque cada uno tiene que orientar la lectura de textos especializados: un texto que describe, por ejemplo, el proceso de emancipación de los países americanos es distinto, por su estructura y por el uso del léxico, de un texto que describe el proceso de desglaciación en la Cordillera de los Andes. Y el análisis y procesamiento de cada uno es tarea del profesor correspondiente.

Si vamos a dejar la metodología tradicional de la secundaria, basada en la exposición del profesor (y sustituida a veces por un video o una presentación tipo Power Point, tan de moda hoy), si vamos a pasar, como se debe, a otro tipo de accionar en el aula, la lectura y la producción de textos tendrán un lugar de privilegio. Siguiendo con los ejemplos anteriores, para conocer el proceso de emancipación americana los alumnos tendrán que leer textos de historiadores, consultar mapas, construir líneas de tiempo, analizar declaraciones, escribir y leer sus comentarios, etc.; y para tomar consciencia de la desglaciación deberán leer imágenes y mapas, examinar cuadros estadísticos, consultar artículos periodísticos, analizar entrevistas, etc. En medio de todo eso aparecerán una y otra vez la lectura y la escritura; pero no será el profesor de Comunicación quien se ocupe de ellas, sino los docentes de cada especialidad. Así, su trabajo tendrá una doble ganancia: los estudiantes conocerán mejor la realidad que estudian y aprenderán más vivamente los contenidos pertinentes, pero al mismo tiempo pondrán en juego sus capacidades de lectura, afinarán el léxico, conocerán mejor las estructuras textuales, y estarán listos para nuevos retos.

FINAL

Como se puede apreciar, la formación de los estudiantes para la lectura toma tiempo y resulta de la contribución de muchos. Podría parecer que se exige demasiado a la escuela, pero es lo menos que se puede pedir si se desea estudiantes con destrezas lectoras bien formadas  y con base para continuar  ya por su cuenta con su perfeccionamiento personal. Aun así, faltará algo más. En el mundo actual, si se quiere jóvenes que se encuentren con herramientas suficientes frente la amplitud y densidad de información que se vuelca a través de los textos impresos, de la TV o de la Internet, se tendrá que trabajar en el manejo del hipertexto, en la consulta de fuentes, en la realización de síntesis, en la extrapolación de contenidos, en la inferencia supra textual, campos estos en los que se tendrá que insistir en los grados finales de la secundaria o en los estudios post secundarios.

La formación de la lectura es, pues, una tarea de postas en primaria, y después, en secundaria, un trabajo distribuido entre varios. Difícil, sí, pero no queda más que asumir el reto. De otro modo, nuestros adolescentes seguirán con malos puntajes en las evaluaciones internacionales – que es lo que menos importa-  y seguirán siendo candidatos a una formación profesional endeble y a un desempeño ciudadano a merced de aires poco saludables. El reto es, como se dijo al comienzo, para toda la escuela.

[1] Por ahora abordamos el asunto de la lectura, pero no ignoramos que este campo tiene vinculación estrecha con el de la escritura y el de la comunicación oral. Es nuestra intención exponer primero lo de la lectura dejando para poco después el abordaje de los otros campos.

[2] Lo que digamos en este documento se referirá a lo que debiera suceder en las escuelas donde el habla materna de los niños es el castellano. Otro tema es del de las escuelas EIB, donde el tránsito por la lectura es más complejo, pero felizmente enteramente posible y hasta con mejores resultados.

[3] En la investigación lingüística, el término ortografía es empleado para referirse a la forma como los signos escritos representan lo oral. Este uso es distinto del uso común, referido a la calidad de la escritura  individual es decir, la manera como cada uno cumple con lo establecido para su lengua.

[4] Hago uso de una diferenciación ya difundida entre lenguas con ortografía transparente (en las cuales la correspondencia entre letras y sonidos es estrecha: vg. castellano, alemán, quechua, etc. ) y lenguas con ortografía opaca, en las cuales dicha correspondencia es bastante débil: vg. inglés, francés, etc.). Ya en 1994, los investigadores Leonard Katz y Ram Frost probaron cómo esta diferencia se manifestaba en la facilidad/ dificultad para la lectura: The Reading process is different from different ortographies: The ortographic depth hypothesis,http://www.haskins.yale.edu/sr/SR111/SR111_11.pdf

*Fuente: https://gacetadeeducacion.wordpress.com/2016/11/30/por-la-lectura-desde-la-escuela/

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Calidad educativa: la necesidad de una reforma sistémica

06 de septiembre de 2017 / Fuente: http://www.educacionfutura.org

Por: Blanca Heredia

A la reforma educativa impulsada en México desde finales de 2012, pueden y deben criticársele muchas cosas, pero es difícil negarle su orientación, llamémosla “sistémica”. Básicamente lo que distingue a esta reforma, no es el haber introducido tal o cual innovación particular, sino su intención declarada de promover cambios concatenados para reordenar la estructura general del sistema. Así conviene notarlo, para así analizarla, discutirla y evaluarla en sus propios términos.

Importa el tema, pues –a pesar de que lo llevan inscrito en el nombre– con frecuencia se olvida que los sistemas educativos son, en efecto, sistemas. Estructuras en las que la configuración de relaciones dentro de las cuales están organizadas las partes conforma un todo, cuya operación no puede reducirse a la simple suma de esas partes. En términos más técnicos: un sistema –especialmente aquellos, como el educativo, que son dinámicos y complejos– se caracteriza por desplegar “propiedades emergentes”. Propiedades y/o resultados que no son producto de la intención de los agentes individuales que los componen, sino de la operación conjunta de todos ellos.

Grupos de funcionarios, una o muchas maestras, una o varias directora de escuela, pueden llevar a cabo acciones potencialmente útiles para mejorar los aprendizajes de sus alumnos y, sin embargo, conseguir resultados magros o, de plano, fracasar en el intento. Algo así ha venido ocurriendo desde hace algún tiempo no sólo en México, sino también en muchos sistemas escolares del mundo. Reformas y más reformas que, sin embargo, con muy pocas excepciones no consiguen mejorar la calidad educativa.

Como bien señala un texto brillante al respecto1 de Lant Pritchett, profesor de la universidad de Harvard y actualmente director del proyecto RISE (Research on Improving Systems of Education), lo más intrigante de la gran mayoría de estos esfuerzos no es su limitado éxito general, sino el hecho de que lo que funciona en un lado no funciona en otro.

La investigación más rigurosa disponible muestra, de hecho, que prácticamente ninguna de las “mejores prácticas” para elevar la calidad educativa –currículos siglo XXI, menos alumnos por profesor, descentralización, evaluación, transparencia– tiene resultados similares en distintos contextos. A veces la descentralización ayuda, otras no. En algunos casos, la evaluación docente logra detonar mejoras en los aprendizajes, pero en muchos otros no.

Y así, sucesivamente, para casi todas las recomendaciones de política educativa “basadas en evidencia”, por la sencilla razón de que dicha “evidencia” varía –con frecuencia radicalmente– de un contexto (de un sistema) a otro.

Para explicar esta situación, Pritchett propone una hipótesis muy útil. Dado que los sistemas educativos son “sistemas” y la mayoría de ellos se construyeron NO con el objetivo de proveer calidad educativa, sino de atender la demanda de espacios en las aulas, las reformas a favor de la calidad tienden a naufragar, pues chocan con la lógica y organización real de tales sistemas.

Un gobierno puede introducir cambios razonables y prima facie adecuados para mejorar lo que aprenden los alumnos. Si ello ocurre, sin embargo, en un sistema educativo cuya razón de ser, lógica profunda y coherencia interna se orienta centralmente a proveer acceso a las escuelas, lo más probable es que el intento fracase. Lo anterior sucederá, pues lo que privilegiarán los diversos actores que integran al sistema es atender el tema de acceso (admitir a la mayor cantidad de alumnos, disminuir la repetición, asegurar que todos pasen al siguiente grado/ciclo escolar) más allá de si aprenden o no los estudiantes alguna cosa en el proceso.

Privilegiarán todo esto, pues, en la práctica cotidiana de un sistema escolar articulado en torno a proveer y expandir cobertura, lo que cuenta y se cuenta, lo que se premia o se castiga es contribuir (o no) a ello.

En el caso de México, como en la mayoría de los sistemas educativos en países de ingresos medios y bajos, intentar, en serio, mejorar la calidad educativa involucra la necesidad de introducir no tal o cual cambio específico y discreto (reforma curricular, evaluación, nuevos métodos pedagógicos, etc.), sino reorganizar la lógica del conjunto del sistema. Requiere, en suma, transitar de un sistema estructurado para ampliar cobertura a uno que permita reconciliar acceso con aprendizajes efectivos en los salones de clase.

Es por ello celebrable el que la Reforma Educativa en curso en México se haya planteado como intención –si no desde el principio, al menos sobre la marcha– de reordenar el sistema escolar en conjunto. Dicho esto, resulta indispensable señalar que, vista como cambio sistémico, la reforma presenta, al menos, dos faltantes mayúsculas.

La primera es que a la fecha no contamos con una definición oficial, consistente, clara y medible de “calidad educativa” –centrada, obviamente, en los aprendizajes de los alumnos– que pudiera ser empleada para orientar, en los hechos, la conducta de los millones de agentes que conforman el sistema escolar.

La segunda es que en ninguna parte de las numerosas reglas y documentos vinculados a la reforma encuentro algún planteamiento (traducible en nuevas rutinas burocráticas o formas de contabilizar conductas deseables) con respecto a cómo piensan los reformadores reconciliar –en la práctica cotidiana de las escuelas, de los maestros y los alumnos– cobertura y calidad educativa.

Se trata de dos vacíos graves para una reforma que se pretende sistémica. Urgiría atenderlos.

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/calidad-educativa-la-necesidad-de-una-reforma-sistemica/

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Venezuela, Ministro de Educación Elias Jaua : En Revolución se forja una educación productiva y de calidad

Venezuela/04 septiembre 2017/Fuente: VTV

“En Revolución continuamos ese sembrar de ideas, ese volar de ideas por una educación formadora, productiva y de calidad, ya que fue el sueño del maestro Prieto Figueroa, una educación que nos hace libres, productivos e indoblegablemente soberanos, educación que nos hace y nos hará libre e invencibles”, expresó este miércoles el ministro del Poder Popular para la Educación, Elías Jaua Milano.

Desde la sede principal de la institución, Jaua expresó que el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces) tiene una gran tarea para la sociedad, por lo cual instó a los jóvenes de la Patria “seguir adelante por encima de cualquier dificultad”, reseña el MPPE en su portal web.

De la misma manera,  Wuilkelman  Ángel,  presidente del Inces, dijo que “estamos celebrando con muchísimo optimismo la respuesta dedicada a la formación del pueblo, en un momento crucial significa el modelo de la formación económica, con esa configuración de los 15 motores en la educación”, apuntó.

Ángel destacó que el Inces tiene 172 Centros de Formación en todo el país, representados en las entidades de trabajo, también con la presencia en las comunidades, en las Bases de Misiones y Grandes Misiones, el Inces Militar  la formación de la clase trabajadora, también tenemos la formación de los centros privados de libertad, y también tenemos una formación avanzada a la juventud  Venezolana  la capacidad  de adquirir bachilleres productivos los bienes y servicios para satisfacer la necesidad de nuestro pueblo”.

Fuente: http://vtv.gob.ve/ministro-jaua-en-revolucion-se-forja-una-educacion-productiva-y-de-calidad/

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