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Cambio climático: de las calles a las aulas

Por: elmostrador.

El año pasado, jóvenes de todo el mundo dejaron las aulas para reivindicar en las calles acciones más contundentes en la lucha contra el cambio climático. ¿Y si parte de la solución está en las salas de clases?

Un viernes más la joven activista sueca Greta Thunberg protestó acompañada de un grupo de jóvenes activistas del movimiento ‘Viernes por el Futuro’, que aparca las clases escolares ese día para presionar a los gobiernos y reclamar una mayor acción climática. Esta demanda se llevó a cabo un par de días antes del Día Mundial de la Educación Ambiental que se celebró este domingo.

Unicef aboga por invertir en educación ambiental y cambio climático para «brindar a los niños y jóvenes las habilidades necesarias para contribuir a un futuro sostenible», tal y como se recoge en la ‘Declaración intergubernamental sobre los niños, niñas y jóvenes y la acción climática’. Promovida por la organización internacional, se dio a conocer en la pasada cumbre sobre el clima COP25 y fue suscrita por España, Chile, Perú y Costa Rica, entre otros países.

En el marco de la misma, se lanzó la iniciativa ‘Educación Ambiental Mundial’, que pretende «la educación ambiental sea obligatoria en todos los niveles educativos, enfocándose específicamente en la educación y conocimiento sobre cambio climático», dijo a DW Tiahoga Ruge, portavoz de Earth Day Network Mexico, una de las organizaciones detrás de esta iniciativa, que «nace para asegurar que la educación ambiental sea obligatoria en México y los países del Acuerdo de París».

Además de la iniciativa de Unicef (foto), la COP25 fue el escenario de la presentación de 'Educación Ambiental Mundial', cuyo objetivo es que durante la próxima cumbre en Glasgow, todos los países firmen un Acuerdo Global de Educación Climática y Ambiental para el Desarrollo Sostenible.

Además de la iniciativa de Unicef (foto), la COP25 fue el escenario de la presentación de ‘Educación Ambiental Mundial’, cuyo objetivo es que durante la próxima cumbre en Glasgow, todos los países firmen un Acuerdo Global de Educación Climática y Ambiental para el Desarrollo Sostenible.

Un derecho reconocido

El año pasado, México dio un paso adelante en esta cuestión con la modificación de su Constitución para incorporar la comprensión y el respeto del mundo natural como un requisito básico de la educación. Se trata de un hecho que, en América Latina, solo se había producido en Colombia, cuyo artículo 67 de la Carta Magna determina que «la educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia, y en la práctica del trabajo y la recreación para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente», recordó a DW Adriana Valenzuela, punto focal de jóvenes y educación de ONU Cambio Climático, con sede en Bonn (Alemania).

No obstante, «la educación ambiental en México tiene una larga tradición», aseguró Ruge. «Fue uno de los primeros países en desarrollar la Estrategia Nacional de Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable, en el marco del Decenio de la Educación para el Desarrollo Sustentable convocado por Unesco (2005-2014)», recordó.

Para Jorge Martínez Pérez Tejada, portavoz de ‘Viernes por el Futuro’, «México normalmente tiene bien la parte teórica en sus leyes. El problema es llevarlo a la práctica». Así, aunque el movimiento juvenil ve con buenos ojos la iniciativa mexicana, «consideramos que urge un cambio en los currículos en diversos niveles educativos y que se incluya el tema ambiental, con un énfasis en particular a la crisis climática y a la Agenda 2030». Para ello, consideran que se necesitan alianzas con expertos, así como financiamiento.

Igualmente, «los primeros que necesitan capacitaciones en materia ambiental son los directores de escuelas y el cuerpo docente», dijo a DW el joven mexicano, que dejó su puesto de trabajo como profesor en una escuela para dedicarse plenamente al activismo.

Desde este mes se están capacitando a los profesores en Italia, donde la educación climática se llevará a cabo semanalmente en todas las escuelas del país, a partir de septiembre de este año.

Desde este mes se están capacitando a los profesores en Italia, donde la educación climática se llevará a cabo semanalmente en todas las escuelas del país, a partir de septiembre de este año.

Educar para proteger

En Colombia, «la necesidad de vincular la educación como estrategia para el manejo y conservación de los recursos naturales se concibe desde 1974», explicó a DW Santiago Aldana, asesor ambiental en el Congreso. No obstante, no es hasta 2002 que se establece la Política Nacional de Educación Ambiental, que «entiende que la educación ambiental debe tratarse de forma integral y paralela a todas las asignaturas», recalcó.

Así, se desarrolla a través de Programas Ambientales Escolares (PRAE), que se aplican desde la etapa preescolar hasta la universidad y «buscan incentivar la sensibilización en temas de sostenibilidad ambiental, donde se centran en promover programas de manejo de residuos, creación de semilleros de investigación y cátedras ambientales para enfrentar los retos de lograr un desarrollo sostenible en el país», detalló.

El joven colombiano aseguró que se dedica a temas medioambientales gracias a la educación que recibió en su colegio público, uno de los 13.400 centros existentes en el país. «Desde el Congreso se sigue trabajando y hay dos propuestas de proyectos de ley que buscan volver la educación ambiental más vinculante, como la réplica de la propuesta de Italia de crear la Cátedra de Cambio Climático», avanzó.

«Colombia es un modelo para los países de América Latina», consideró Valenzuela, recalcando los avances de la región en dicha cuestión. «En República Dominicana está incluida en las políticas públicas», subrayó, agregando que Cuba cuenta con «un modelo de prevención de desastres». No obstante, reconoció la falta de «coordinación a nivel interinstitucional de los ministerios de Educación con los de Medio Ambiente, Agricultura y Energía». Igualmente, lamentó que, si bien «hay conocimiento, no se traduce en cambios en los comportamientos». «El reto es pasar del conocimiento a la acción», concluyó.

 

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La plaga de langostas del desierto pone en riesgo la alimentación de millones de personas

Europa/ 25.02.2020/ Fuente: news.un.org.

El Cuerno de África está experimentando actualmente el peor brote de langosta del desierto en décadas. La plaga migratoria más antigua y destructiva del mundo, cuyos enjambres pueden devastar los cultivos y los pastos de forma rápida y completa, afecta a Etiopía, Kenya y Somalia donde dañó decenas de miles de hectáreas de tierras. Djibouiti y Eritrea también sufren el impacto de la plaga, que se desplazó a Uganda en las últimas 24 horas.

Ante la magnitud de la catástrofe, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas y La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación celebraron este lunes una reunión informativa especial sobre la situación actual, seguida de un llamamiento para obtener 76 millones de dólares en apoyo urgente a la región.

El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, quien presidió el evento, explicaba de esta manera la magnitud de la tragedia.

“Una nube promedio de langostas de un kilómetro cuadrado, es decir de 40 a 80 millones de langostas, puede consumir en un solo día alimentos suficientes para alimentar a 35.000 personas al día. Se estima que un enjambre en el noreste de Kenya tiene un tamaño de hasta 2400 kilómetros cuadrados; de modo que, si mi calculadora funciona, todo lo que significa es que habría entre cien y doscientos mil millones de langostas en ese solo enjambre, y que estarían devorando suficientes alimentos para alimentar a 84 millones de personas en un solo día”.

Esas cifras palidecen si la plaga no se controla pues, con las lluvias adicionales que se esperan, la magnitud del brote podría crecer hasta 500 veces en junio.

Las plagas se propagan a toda velocidad

Pero este no es el único problema, las nubes de langosta se desplazan a una velocidad de vértigo, hasta 150 kilómetros en un solo día, e ironizó que no “han de pasar ningún control migratorio o poseer pasaportes y que no respetan las fronteras internacionales”, convirtiéndolo en un problema de ámbito regional que afecta a los cultivos y pastos, sobre todo de las personas de menos recursos.

A esta situación, hay que añadirle el combate a la hambruna en estos 3 países con 13 millones de personas que están al borde ella, que alcanzarían los 19 millones si se suma a Sudán del Sur y Uganda. Además, añadió que durante los dos últimos años estas comunidades también sufrieron graves afectaciones meteorológicas.

“Han soportado lluvias escasas, sequías e inundaciones, su capacidad de recuperación se ha visto socavada y muchas familias, especialmente mujeres y niñas, se han visto obligadas a adoptar mecanismos extremos para hacer frente a la situación”, afirmo.

Precisamente, son esos eventos climáticos los que están creando el entorno para facilitar el actual brote de langostas: las lluvias inusualmente intensas esta temporada y el aumento de la frecuencia de los ciclones en el Océano Índico han creado condiciones favorables para que la langosta se reproduzca.

Necesidades previas a la crisis de langostas

Lowcock resaltó, que previamente a esta amenaza, en Etiopía y Somalia ya había un alto número de personas que necesitaban ayuda humanitaria y que los planes de respuesta humanitarias para ambos países ascendían a los 1000 millones de dólares.

“Lo que quiero decir es que, en estas regiones, donde hay tanto sufrimiento y tanta vulnerabilidad y fragilidad, no podemos permitirnos otra gran perturbación y por eso tenemos que actuar con rapidez… Se nos acaba el tiempo. La temporada de lluvias comienza en marzo. Después será mucho más difícil controlar esta invasión, así que tenemos que actuar con decisión ahora para mitigar la posibilidad de que haya más sufrimiento humanitario y también para evitar un posible deterioro catastrófico de la situación”, alertó.

Del mismo modo, afirmó que actuar de inmediato costará mucho menos que enfrentarse a una emergencia mucho más compleja durante los próximos meses, por eso la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura necesita un amplio apoyo de la comunidad internacional para controlar la propagación de la langosta.

Así, recordó que hace tres semanas desembolsó 10 millones de dólares del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia debido a los negativos pronósticos de la crisis y también porque esperaba catalizar otros fondos de forma inmediata, en particular el apoyo al llamamiento de la FAO de 76 millones de dólares.

Sobre ese monto solo se ha conseguido recaudar un 28% del total, explicó Dominique Burgeon, un experto de la FAO sobre este tema, quien indicó que se estructura en cuatro partes:

  • control de la propagación de la langosta del desierto
  • protección de los cultivos
  • apoyo a las comunidades afectadas
  • tareas de coordinación, que incluyen el despliegue de expertos altamente cualificados sobre la plaga
FAO/Peterik Wiggers
Una langosta en la región somalí de Etiopía.

El nexo de la plaga con el cambio climático

Por su parte, el Secretario General de la ONU destacó este fin de semana el vínculo entre el cambio climático y la crisis sin precedentes de la langosta que asola Etiopía y el África oriental.

António Guterres explicó que el aumento de temperaturas en los océanos genera más ciclones que crean “el caldo de cultivo perfecto” para las langostas.

“Hoy en día, las nubes de langostas son del tamaño de las grandes ciudades y la situación empeora día a día. La FAO nos dice que una nube del tamaño de París consumirá en un día tantos alimentos como la mitad de la población de Francia”, afirmó António Guterres en la apertura de la Cumbre de la Unión Africana en Addis Abeba.

El titular de la ONU manifestó su solidaridad con las personas y comunidades afectadas y pidió una respuesta rápida y generosa de la comunidad internacional que sirva para para garantizar una respuesta eficaz y controlar la infestación “mientras tengamos oportunidad”.

La crisis de la langosta del desierto en datos:

  • Esta es la peor plaga de langostas del desierto que Kenya ha experimentado en 70 años y la peor que han experimentado Somalia y Etiopía en 25 años. Djibouti y Eritrea también están experimentando actividad de enjambres y reproducción de langostas. Se acaba de confirmar la propagación a Uganda en las últimas 24 horas. También nos preocupa la propagación a Sudán del Sur y a Tanzania. Al mismo tiempo, también se observan cuidadosamente la situación en Sudán, Yemen, Omán y Pakistán.
  • De no controlarse, y con las lluvias adicionales que se esperan, la magnitud del brote podría crecer hasta 500 veces en junio. Esto tendría un efecto devastador en el acceso a la comida y los medios de subsistencia de los cinco países afectados, con repercusiones en la salud, la nutrición, la educación y la protección. Las necesidades humanitarias ya son elevadas en los cinco países afectados y en dos países de alto riesgo, con más de 19 millones de personas al borde de la hambruna.
  • Se necesitan urgentemente más fondos para poder ampliar las operaciones de control a gran escala. Hasta el momento, se han prometido algo más de 20 millones de dólares sobre los 76 millones solicitados por la FAO.
  • La ventana para contener esta crisis se cerrará en marzo, que es cuando comienza la temporada de lluvias y de plantación, pero tomar medidas rápidas ahora le costará a la comunidad internacional mucho menos que esperar a responder a una crisis compleja y costosa dentro de varios meses.
  • La langosta del desierto puede viajar hasta 150 km en un día y una nube de langostas de un kilómetro cuadrado puede comer la misma cantidad de alimentos en un día que unas 35.000 personas. Se registró una única nube de gran tamaño en Kenya con una superficie de 60 km por 40 km.

Fuente de la noticia: https://news.un.org/es/story/2020/02/1469391

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Italia el primer país que hará obligatorio el estudio de las crisis climática, en las escuelas

Europa/Italia/20 Febrero 2020/https://www.eluniverso.com/

Una reforma a las mallas académicas de las escuelas en Italia, las obliga a introducir una asignatura afín a la crisis climática y desarrollo sostenible.

Italia será el primer país del mundo en hacerlo y la acción se basará en los 17 objetivos para el desarrollo sostenible de Naciones Unidas, que incluye cómo combatir la pobreza y la injusticia social.

El ministro de educación, Lorenzo Fioramonti, defensor de las políticas verdes en el gobierno, desea que Italia se convierta en un líder contra el cambio climático. Por ello los alumnos tendrán que ver la nueva materia al menos una hora a la semana (sumará 33 horas en todo el año).

Lorenzo Fioramonti de 42 años, espera que la sostenibilidad y el clima sean el núcleo del modelo educativo italiano, ya que las materias tradicionales también se verán con un enfoque ambientalista, estudiando las ciencias desde otra perspectiva.

«Quiero que el sistema educativo italiano sea el primer sistema educativo que coloque el medio ambiente y la sociedad en el centro de todo lo que aprendemos en la escuela», dijo Fioramonti en una entrevista a la agencia Reuters.(I)

Fuente e imagen tomadas de: https://www.eluniverso.com/noticias/2020/02/18/nota/7745847/italia-primer-pais-que-obligara-estudio-crisis-climatica-escuelas

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Trece tesis sobre la catástrofe (ecológica) inminente y los medios (revolucionarios) de evitarla

Por: Michael Löwy.

 

I. La crisis ecológica está ya presente y se convertirá todavía más, en los meses y años próximos, en la cuestión social y política más importante del siglo XXI. El porvenir del planeta y de la humanidad va a decidirse en los próximos decenios. Los cálculos de algunos científicos en relación con los escenarios para el 2100 no son muy útiles, por dos razones: a) científica: considerando todos los efectos retroactivos imposibles de calcular, es muy aventurado hacer proyecciones de un siglo; b) política: a finales del siglo, todos y todas nosotros y nosotras, nuestros hijos y nietos habrán partido y entonces ¿qué interés tiene?II. La crisis ecológica incluye varios aspectos, de consecuencias peligrosas, pero la cuestión climática es sin duda la amenaza más dramática. Como explica el GIEC [Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, ndt], si la temperatura media sobrepasa más de 1,5 grados en relación con la del período preindustrial, existe el riesgo de que se desencadene un proceso irreversible de cambio climático. ¿Cuáles serían las consecuencias? A continuación se señalan algunos ejemplos: la multiplicación de mega-incendios como el de Australia; la desaparición de los ríos y la desertificación de los suelos; el deshielo y la dislocación de los glaciares polares y la elevación del nivel del mar, que puede alcanzar hasta decenas de metros, mientras que solo con dos metros amplias regiones de Bengala, de India y de Tailandia, así como las principales ciudades de la civilización humana –Hong-Kong, Calcuta, Viena, Amsterdam, Sangai, Londres, Nueva York, Río- desaparecerán bajo el mar. ¿Hasta dónde podrá subir la temperatura? ¿A partir de qué temperatura estará amenazada la vida humana sobre este planeta? Nadie tiene respuesta a estas preguntas…

III. Estos son riesgos de catástrofe sin precedente en las historia humana. Sería preciso volver al Plioceno, hace algunos millones de años, para encontrar una condición climática análoga a la que podrá instaurarse en el futuro gracias al cambio climático. La mayor parte de los geólogos estiman que hemos entrado en una nueva era geológica, el Antropoceno, en el que las condiciones del planeta se han modificado por la actividad humana. ¿Qué actividad? El cambio climático empezó con la Revolución Industrial del siglo XVIII, pero fue después de 1945, con la globalización neoliberal, cuando tuvo lugar un salto cualitativo. En otros términos, es la civilización industrial capitalista moderna quien es responsable de la acumulación de CO2 en la atmósfera y, con ello, del calentamiento global.

IV. La responsabilidad del sistema capitalista en la catástrofe inminente está ampliamente reconocida. El Papa Francisco, en la Encíclica Laudatio Si, sin pronunciar la palabra capitalismo, denunciaba un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso, exclusivamente basado en “el principio de maximización del beneficio” como responsable a la vez de la injusticia social y de la destrucción de nuestra Casa Común, la Naturaleza. Una consigna universalmente coreada en las manifestaciones ecologistas en todos los lugares del mundo es: “¡Cambiemos el sistema, no el clima!” La actitud de los principales representantes de este sistema, partidarios del business as usual – millonarios, banqueros, expertos, oligarcas, politicastros- puede ser resumida en la frase atribuida a Luis XIV: “Después de mí, el diluvio”.

V. El carácter sistémico del problema se ilustra cruelmente con el comportamiento de todos los gobiernos (con rarísimas excepciones) al servicio de la acumulación de capital, de las multinacionales, de la oligarquía fósil, de la mercantilización general y del libre comercio. Algunos -Donald Trump, Jair Bolsonaro, Scott Morrison (Australia)- son abiertamente ecocidas y negacionistas climáticos. Los otros, los razonables, dan el tono en las reuniones anuales de la COP (¿Conferencias de los Partidos o Circos Organizados Periódicamente?) que se caracterizan por una vaga retórica verde y una completa inercia. La de más éxito fue la COP21, en París, que concluyó con solemnes promesas de reducciones de emisiones por todos los gobiernos participantes -no cumplidas, salvo por algunas islas del Pacífico-; ahora bien, si se hubieran cumplido, los científicos calculan que la temperatura podría sin embargo subir hasta 3,3 grados suplementarios.

VI. El capitalismo verde, los mercados de derechos de emisión, los mecanismos de compensación y otras manipulaciones de la pretendida economía de mercado sostenible se han revelado completamente ineficaces. Mientras que se enverdece a diestra y siniestra, las emisiones suben en flecha y la catástrofe se aproxima a grandes pasos. No hay solución a la crisis ecológica en el marco del capitalismo, un sistema enteramente volcado al productivismo, al consumismo, a la lucha feroz por las partes de mercado, a la acumulación del capital y a la maximización de los beneficios. Su lógica intrínsecamente perversa conduce inevitablemente a la ruptura de los equilibrios ecológicos y a la destrucción de los ecosistemas.

VII. Las únicas alternativas efectivas, capaces de evitar la catástrofe, son las alternativas radicales. Radical quiere decir que ataca a las raíces del mal. Si la raíz es el sistema capitalista, son necesarias alternativas anti-sistémicas, es decir anticapitalistas, como el ecosocialismo, un socialismo ecológico a la altura de los desafíos del siglo XXI. Otras alternativas radicales como el ecofeminismo, la ecología social (Murray Bookchin), la ecología política de André Gorz o el decrecimiento anticapitalista, tienen mucho en común con el ecosocialismo: en los últimos años se han desarrollado las relaciones de influencia recíprocas.

VIII. ¿Qué es el socialismo? Para muchos marxistas es la transformación de las relaciones de producción –mediante la apropiación colectiva de los medios de producción- para permitir el libre desarrollo de las fuerzas productivas. El ecosocialismo se reclama de Marx pero rompe de forma explícita con ese modelo productivista. Ciertamente, la apropiación colectiva es indispensable, pero es también necesario transformar radicalmente las mismas fuerzas productivas: a) cambiando sus fuentes de energía (renovables en lugar de fósiles); b) reduciendo el consumo global de energía; c) reduciendo (decrecimiento) la producción de bienes y suprimiendo las actividades inútiles (publicidad) y las perjudiciales (pesticidas, armas de guerra); d) poniendo fin a la obsolescencia programada. El socialismo implica también la transformación de los modelos de consumo, de las formas de transporte, del urbanismo, del modo de vida. En resumen, es mucho más que una modificación de las formas de propiedad: se trata de un cambio civilizatorio, basado en los valores de solidaridad, igualdad y libertad y respeto de la naturaleza. La civilización ecosocialista rompe con el productivismo y el consumismo para privilegiar la reducción del tiempo de trabajo y, así, la extensión del tiempo libre dedicado a las actividades sociales, políticas, lúdicas, artísticas, eróticas, etc., etc. Marx designaba ese objetivo con el término Reino de la libertad.

IX. Para cumplir la transición hacia el ecosocialismo es necesaria una planificación democrática, orientada por dos criterios: la satisfacción de las verdaderas necesidades y el respeto de los equilibrios ecológicos del planeta. Es la misma población –una vez desembarazada del bombardeo publicitario y de la obsesión consumista fabricada por el mercado capitalista- quien decidirá, democráticamente, cuales son las verdaderas necesidades. El ecosocialismo es una apuesta por la racionalidad democrática de las clases populares.

X. Para llevar a cabo el proyecto ecosocialista no bastan las reformas parciales. Sería necesaria una verdadera revolución social. ¿Cómo definir esta revolución? Podríamos referirnos a una nota de Walter Benjamin, en un margen a sus tesis Sobre el concepto de historia (1940) : “Marx ha dicho que las revoluciones son la locomotora de la historia mundial. Quizá las cosas se presentan de otra forma. Puede que las revoluciones sean el acto por el que la humanidad que viaje en el tren aprieta los frenos de urgencia”. Traducción en palabras del siglo XXI: todas y todos somos pasajeros de un tren suicida, que se llama Civilización Capitalista Industrial Moderna. Este tren se acerca, a una velocidad creciente, a un abismo catastrófico: el cambio climático. La acción revolucionaria tiene por objetivo detenerlo, antes de que sea demasiado tarde.

XI. El ecosocialismo es a la vez un proyecto de futuro y una estrategia para el combate aquí y ahora. No se trata de esperar a que las condiciones estén maduras: hay que promover la convergencia entre luchas sociales y luchas ecológicas y batirse contra las iniciativas más destructoras de los poderes al servicio del capital. Es lo que Naomi Klein llama Blockadia . Es en el interior de las movilizaciones de este tipo donde podrá emerger, en las luchas, la conciencia anticapitalista y el interés por el ecosocialismo. Las propuestas como el Green New Deal forman parte de ese combate, en sus formas radicales, que exigen el abandono efectivo de las energías fósiles pero no en las que se limitan a reciclar el capitalismo verde.

XII. ¿Cuál es el sujeto de este combate? El dogmatismo obrerista/industrialista del pasado ya no es actual. Las fuerzas que hoy se encuentran en primera línea del enfrentamiento son los jóvenes, las mujeres, los indígenas, los campesinos. Las mujeres están muy presentes en el formidable levantamiento de la juventud lanzado por el llamamiento de Greta Thunberg, una de las grandes fuentes de esperanza para el futuro. Como nos explican las ecofeministas, esta participación masiva de las mujeres en las movilizaciones proviene del hecho de que ellas son las primeras víctimas de los daños ecológicos del sistema. Los sindicatos comienzan, aquí o allá, a comprometerse también. Eso es importante, ya que, en último análisis, no se podrá abatir al sistema sin la participación activa de los trabajadores y las trabajadoras de las ciudades y de los campos, que constituyen la mayoría de la población. La primera condición es, en cada movimiento, asociar los objetivos ecológicos (cierre de la minas de carbón o de los pozos de petróleo, o de centrales térmicas, etc.) con la garantía del empleo de los y las trabajadores y trabajadoras afectados.

XIII. ¿Tenemos posibilidades de ganar esta batalla antes de que sea demasiado tarde? Contrariamente a los pretendidos colapsólogos, que proclaman, a bombo y platillo, que la catástrofe es inevitable y que cualquier resistencia es inútil, creemos que el futuro sigue abierto. No hay ninguna garantía que ese futuro será ecosocialista: es el objeto de una apuesta en el sentido pascaliano, en la que se comprometen todas las fuerzas, en un trabajo por lo incierto. Pero, como decía, con una gran y simple prudencia, Bertold Brecht: “El que lucha puede perder. El que no lucha ha perdido ya”.

Fuente del artículo: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=265523

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Unesco: La Antártida alcanza la temperatura más alta registrada

Mundo/Antártida/16-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

La temperatura más alta registrada en la Antártida corresponde a  20, 7 grados centígrados.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha compartido este viernes, a través de sus sitios en la web, que la Antártida alcanzó un nivel de temperatura nunca antes registrado en la historia.

La temperatura más alta registrada recientemente en la Antártida corresponde a  20, 7 grados centígrados , destacó la organización.

En este sentido la Unesco alerta sobre el problema por medio de un mensaje compartido en su cuenta oficial en Twitter: «Estamos ante una emergencia climática global».

UNESCO en español

@UNESCO_es

20,7 ºC

La Antártida ha alcanzado la temperatura más alta jamás registrada.

Estamos ante una emergencia climática global.

A través de la educación, podemos ayudar a las generaciones presentes y futuras a combatir el cambio climático. http://on.unesco.org/2kpeVUB 

Ver imagen en Twitter
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Cada vez más seguido se toma en cuenta que el cambio climático es el factor que más impacto tiene sobre la biodiversidad debido a sus efectos en el ser humano y en sus medios de subsistencia, por ello es reponsabilidad de todos atenuar sus efectos.

En este sentido, en su página web, la referida organización compartió una nota en la que informa sobre lo que ha denominado como «Iniciativa de la Unesco sobre el Cambio Climatico».

La iniciativa trata «de ayudar a los Estados Miembros a adaptarse al cambio climático, a atenuar sus efectos y educar a las sociedades para el desarrollo sostenible, a evaluar los peligros de los desastres naturales provocados por el cambio climático y a vigilar su impacto en los sitios de la Unesco» según el texto titulado «Afrontar el cambio climático» compartido en la página del organismo.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/antartida-unesco-cambio-climatico-temperatura-mas-alta-registrada-20200214-0028.html

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Para hacer frente de manera justa y democrática al cambio climático es imprescindible transformar y repartir el trabajo

Por: Tercera Información

  • Ecologistas en Acción presenta una modelización de escenarios que evalúa la evolución del trabajo (empleos, trabajo de cuidados y trabajo autogestionado) en el periodo 2020-2030 en España bajo el marco de distintas políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
  • El escenario Green New Deal (GND) se caracteriza por un despliegue masivo de las energías renovables de alta tecnología, una disminución de los consumos personales y un desarrollo de la agroecología. Este escenario no contempla límites en la disponibilidad de materiales y energía durante la próxima década. El escenario Decrecimiento (D) plantea un decrecimiento, ruralización y relocalización de la economía.
  • Los resultados de esta modelización muestran que el GND, aunque reduce de forma considerable las emisiones, se queda lejos de hacerlo de manera suficiente. Como contrapartida, lograría una considerable creación de empleos sin modificar la actual composición del mercado laboral.
  • En el escenario D se alcanzan las reducciones necesarias de GEI marcadas por Naciones Unidas, acordes a criterios de justicia ambiental internacional. En la hipótesis del mantenimiento de un mercado laboral como el actual, supondría una destrucción considerable de empleos. Por ello, este escenario tendría que venir acompañado de un importante reparto del empleo y de los trabajos de cuidados, así como de medidas de redistribución de la riqueza y de un aumento del control democrático de la sociedad sobre la organización del trabajo.

El desarrollo del capitalismo industrial ha causado un grado severo de destrucción ecológica y del tejido social, lo que ha producido una profunda crisis ecosocial. En ella, a la emergencia climática se une la pérdida de biodiversidad, los límites de disponibilidad material y de recursos energéticos fósiles, la pérdida de suelo fértil, la crisis de los cuidados, la falta de autonomía material y económica, y un largo etcétera.

En este escenario, la necesidad de reducir las emisiones globales de GEI es perentoria. El objetivo del informe ‘Escenarios de trabajo en la transición ecosocial 2020-2030’ es explorar el vínculo entre el trabajo (y dentro de él, el empleo) y las emisiones GEI. Para ello se han modelizado tres escenarios para la década 2020-2030 que permiten explorar, cualitativa y cuantitativamente, qué tipo de transformaciones en el trabajo tendrían que acompañar a la necesaria y urgente reducción de emisiones en España.

Los tres escenarios han sido:

  • Escenario Bussiness as usual (BAU). Se caracteriza por una continuación de las dinámicas ya en marcha usando algunas medidas de reducción de emisiones.
  • Escenario Green New Deal (GND). Supone el desarrollo de sectores económicos como el de las energías renovables industriales, las TIC o la eficiencia energética, aunque también otros como la agroecología. Se acompaña de una reducción en el consumo de energía doméstico.
  • Escenario Decrecimiento (D). Parte de que es necesaria una reducción robusta del consumo de energía y materiales en las sociedades contemporáneas. Así, es posible alcanzar fuertes reducciones de emisiones de GEI construyendo economías más pequeñas, rurales, locales y menos industrializadas. En el marco del trabajo, también se apostaría por la desalarización y por la construcción de autonomía política y material.

Las conclusiones principales del estudio son las siguientes:

· El trabajo de sostenimiento de la vida (los cuidados) se encuentra invisibilizado y desigualmente repartido, pero sin embargo es el mayoritario. La suma de los trabajos cuidados remunerados en 2017 (8 % del total de horas de trabajo) y no remunerados (53 % del total) supone la mayoría de horas trabajadas en España. De aquí se deriva que es conveniente dejar de privilegiar el empleo a la hora de pensar en las transformaciones del trabajo.

· Para trascender el capitalismo (hoy industrial), que es el vector central de la crisis ecológica, es necesario un proceso de desalarización de la sociedad. Es decir, que la satisfacción de las necesidades humanas se realice por vías autogestionadas que permitan su control directo por los propios trabajadores y trabajadoras.

· El escenario BAU es incompatible con cualquier intento de encarar la emergencia climática, pues implica un importante incremento de las emisiones (21 %). Las posibles ganancias en horas de trabajo remunerado (13 %) producirían un agravamiento de las crisis ecosocial que las haría ambientalmente imposibles.

· En términos climáticos, Naciones Unidas plantea que las reducciones de GEI para no entrar en escenarios muy graves de cambio climático en 2030 deben ser a nivel global del 58 % respecto a las existentes en 2019. Desde Ecologistas en Acción se sostiene que para España esta reducción debe ser mayor fruto de nuestra responsabilidad histórica y actual en el calentamiento global (65 %). El escenario GND conseguiría una reducción apreciable de las emisiones (45 %), pero solo el escenario D alcanzaría una suficiente (68 %).

· En términos de estructura productiva, el escenario D es el más disruptivo: la economía española entraría en un proceso de contracción, localización y primarización significativo, por más que los sectores secundario y terciario seguirían siendo mayoritarios. La matriz productiva del escenario GND se parece más a la actual, aunque con un peso mayor de la energía, el sector público de cuidados (Estado social) y las nuevas tecnologías. También existen similitudes entre ambos escenarios: fuerte reducción en el consumo energético en transporte y en climatización, y desarrollo de la agroecología.

· En términos laborales, el GND podría crear 1.000.000 de empleos nuevos conservando la estructura del mercado laboral actualmente existente, y casi 5.000.000 en un mercado laboral en el que la jornada laboral se circunscribiera a 30 horas semanales y el empleo se repartiese de forma equitativa entre la población activa. En el escenario D, podrían perderse 2.000.000 de empleos conservando la actual estructura del mercado laboral, y ganarse 1.300.000 con una jornada de 30 horas. En este último escenario se abrirían además nuevos espacios para el trabajo autogestionado.

· Para la implantación de ambos escenarios, pero especialmente del D, se requieren importantes medidas redistributivas y democratizadoras. En concreto, el trabajo de cuidados, el empleo y la riqueza tienen que repartirse entre toda la población. Además, el control social sobre el trabajo debería aumentar. La transición ecológica debe ser una transición hacia sociedades más justas, autónomas y frugales.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/2020/01/30/para-hacer-frente-de-manera-justa-y-democratica-al-cambio-climatico-es-imprescindible-transformar-y-repartir-el-trabajo
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‘El Foro’, el documental que nos cuela en Davos

Redacción: La Marea

Por primera vez, el Foro Económico Mundial ha permitido grabar su reunión en Davos para un documental.

Los líderes políticos y económicos del mundo son plenamente conscientes de que están llevando el planeta al desastre con el aumento de la desigualdad, la consecuente pérdida de credibilidad del sistema democrático representativo y la crisis climática. Lo son y los vemos admitirlo sin pudor en el documental El Foro, que se emitirá esta noche en TV3.

Nunca hasta ahora el Foro Económico Mundial había permitido grabar el backstage de su evento más conocido, el encuentro más importante de líderes políticos, empresariales y algunos sociales que se celebra anualmente en las montañas suizas de Davos.

1.500 jet privados, cientos de todoterrenos negros blindados, decenas de helicópteros militares recalan cada enero en este puerto de montaña, desde 1971, para analizar supuestamente los retos más importantes de su momento. Al menos ese es el objetivo según explica el fundador y presidente del Foro, el economista suizo Klaus M. Schwab. “El comité para mejorar el estado del mundo”, leemos bajo el logo de esta entidad que durante unos días reúne a los CEO de BP, Nestlé, Monsanto y las mayores compañías del mundo con los representantes políticos, supuestamente para que establezcan alianzas público-privadas que “cambien en sistema”, dice en un momento del documental Schwab. Algo disparatado si tenemos en cuenta que esta fundación, en la que trabajan unas 800 personas, está fundada por mil corporaciones transnacionales. 

El documental El Foro, rodado durante casi más de un año -desde la preparación de la reunión de 2018 hasta mediados de 2019– es una oportunidad de ver ‘cara a cara’ cómo se relacionan, se mueven y se dirigen al resto de los asistentes Donald Trump, Jair Bolsonaro y Theresa May, entre otros representantes políticos. Pero también la aparente confianza que gente como Schwab y sus trabajadores tienen en conceptos como la responsabilidad social corporativa mientras se sientan con los responsables de las plantaciones de aceite de palma en Indonesia, a los que mediante una diplomacia suave intentan convencer de las bondades de las plantaciones sostenibles. “Todos son humanos, todos”, repite un alto directivo del Foro en referencia a su capacidad de influir a todas las capas de poder, desde presidentes hasta secretarios de sindicatos.

Todo esto mientras vemos cómo Schwab, un hombre que está en las antípodas de la ostentación y el histrionismo, hace llamadas para conseguir que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, acuda al Foro y se le ocurre que una buena manera de seducirlo sería ofreciéndole sentarse al lado de un premio Nobel; cómo las primeras sillas de las conferencias inaugurales están destinadas a los perennes influencers (Leonardo DiCaprio, Bono…) y cómo algunas de las entrevistas de los medios internacionales más importantes son un masaje de espalda para Schwab.

Porque sí, es Schwab el verdadero protagonista del documental: un hombre que considera que no hay que combatir el cambio climático, sino cambiar el sistema, y que se puede hacer desde dentro, casi susurrando frases contundentes a Aung San Suu Kyi, líder birmana que ha justificado el genocidio de los rohinyás, para que permita retornar a un millón de estos; con ministros indonesios que se jactan de controlar el Parlamento…

Pero la verdadera obsesión del economista es la cuarta revolución industrial, una apuesta del Foro Económico Mundial que cuenta con una sede en San Francisco para asesorar a gobiernos en la implantación de tecnología dirigida al control de las fronteras, movilidad sostenible como los coches autónomos y los drones. De hecho, una de las imágenes más bucólicas del documental es cuando el profesor Schwab viaja a Ruanda para comprobar la buena marcha de una empresa a la que han apoyado económicamente para desarrollar el transporte de sangre mediante drones a los hospitales. “El cambio de la legislación para permitirlo ha sido fundamental”, le recuerda Schwab al ‘emprendedor social’, como le llaman, haciendo hincapié en la capacidad de influencia del Foro. Al menos en los países empobrecidos, habría que añadir.

El alter ego del profesor suizo es Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace Internacional. Asistimos a las reuniones que mantiene con su equipo para decidir si acudir al evento y, en caso afirmativo, cómo y para qué. “Gastamos mucho dinero y tiempo a veces intentando comunicarnos con estos ‘chicos malos’. Enviamos barcos, nos colgamos de edificios… Y en realidad no podemos conseguir nuestro objetivo sin este grupo de gente (…). Son los que pueden cambiar el rumbo y evitar la catástrofe. Así que tenemos que lidiar con ellos”, sostiene uno de sus asesores.

Morgan tiene las hechuras de la activista con capacidad de influencia: se reúne con Schwab para decirle que no basta con lo que está haciendo, se presenta a Bolsonaro y le entrega su tarjeta mientras le pregunta por el Amazonas, pero, sobre todo, es capaz de reconocer con entusiasmo el potencial de una niña que ha aparecido recientemente en la luz pública: Greta Thunberg. Consigue que se proyecte un vídeo de ella antes de la conferencia de Al Gore en el Foro, y habla entusiastamente de la joven activista ante todos los micrófonos. Porque, como vemos en la cinta, Thunberg es el elemento disruptivo, la nueva pantalla, el nuevo tiempo que se abre y que arrastra incluso a Schwab.

Thunberg llegó al enclave suizo cuando aún era relativamente desconocida, en enero de 2019, como representante de la incipiente revuelta mundial juvenil de los Viernes por el climalas imágenes más emocionantes de la cinta: miles de jóvenes en numerosos rincones del planeta alzando la voz por lo que en Davos llevaban dándole vueltas desde 1991 sin adoptar ninguna medida efectiva real.

Tras la partida de Bolsonaro, encargado de impartir la conferencia inaugural de 2019 en su primer viaje internacional, los todoterrenos, jets y helicópteros alzan el vuelo… Meses después, el primer ministro canadiense Justin Trudeau anuncia la prohibición de los plásticos de un solo uso en Canadá para 2021, Costa Rica se proclama como el primer país del mundo descarbonizado… mientras el Amazonas arde.

El Foro, un documental dirigido por el alemán Marcus Vetten, es una ventana a una forma de entender la gobernanza global que languidece, pero que en su agonía se resiste dando coletazos a perder su poder mientras arrasa con todo, mientras nos arrasa.

Fuente: https://www.lamarea.com/2020/01/28/el-foro-el-documental-que-nos-cuela-en-davos/

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