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“El capitalismo sobrevive gracias al desarrollo geográfico desigual”

El geógrafo David Harvey reedita el ensayo Espacios del capitalismo global (Akal)

“El neoliberalismo ha fracasado en cuanto a estimular el crecimiento económico mundial”, afirma el geógrafo marxista David Harvey.

Se basa en los datos del Banco Mundial. La tasa de crecimiento per cápita del PIB mundial se situó en torno al 3,5% anual en la década de 1960, y descendió a un promedio del 2,4% en los años 70; asimismo la tasa de crecimiento se redujo -aún en mayor medida- en las décadas posteriores: incremento medio del 1,4% en los años 80, del 1,1% en los 90 y sobre el 1% en la década de 2000. Sin embargo el neoliberalismo ha supuesto un gran triunfo en la restauración del poder de clase de las élites dirigentes, subraya el teórico social británico.

Otro “éxito” neoliberal puede apreciarse en el aumento de las desigualdades. En el libro Espacios del capitalismo global. Hacia una teoría del desarrollo geográfico desigual, reeditado por Akal en abril, Harvey se apoya en el análisis de Gérard Duménil y Dominique Lévy (Neo-Liberal Dynamics: A New Phase? 2004).

Respecto al 1% de la población más rica de Estados Unidos, escriben los dos economistas, “antes de la Segunda Guerra Mundial, esos hogares recibían alrededor del 16% de la renta total. Ese porcentaje cayó rápidamente durante la guerra y, en la década de 1960, se había reducido al 8%, una meseta que se mantuvo durante tres décadas. A mediados de la década de 1980 se disparó repentinamente, y para fines de siglo alcanzó el 15%. En cuanto a la riqueza total, la tendencia es en general idéntica (…)”.

David Harvey es profesor de Antropología y Geografía en el Graduate Center de la City University of New York (CUNY) y director del Center of Place, Culture and Politics de la citada universidad. Considera, en Espacios del capitalismo global, que la restauración del poder de clase que implica el neoliberalismo puede observarse como un proceso continuado de “acumulación por desposesión”.

En este proceso se insertan las privatizaciones que, por ejemplo en el caso de India, según las investigaciones de la escritora y activista Arundhati Roy, han llevado a que la tierra, los bosques, el agua o el aire acaben en manos de empresas (“un proceso de despojo bárbaro a una escala que no tiene paralelo en la historia”).

Y también se integra la llamada financiarización, que se caracteriza por unas formas “especulativas” y “depredadoras”, sostiene Harvey (el geógrafo económico Peter Dicken señala en el libro Global Shift que las transacciones financieras en los mercados internacionales pasaron de 2.300 millones de dólares en 1983 a 130.000 millones en 2001).

Otro factor mencionado por David Harvey, en el contexto de la acumulación por desposesión, es la “trampa de la deuda”. Las crisis de la deuda, poco frecuentes en los años 60 del siglo XX, proliferaron en las décadas de 1980 y 1990, de manera que muy pocos países del Sur estuvieron exentos. Ejemplos claros fueron la bancarrota y subsiguiente ajuste estructural en México (1994) o la crisis financiera de los países asiáticos, en 1997-1998, con epicentro en Indonesia, Corea del Sur y Tailandia.

A la acumulación privada contribuyeron, además, las redistribuciones estatales en sentido contrario al de la época de hegemonía socialdemócrata en Europa. El autor de Guía de El Capital de MarxSenderos del Mundo; o Marx, El capital y la locura de la razón económica cita el ejemplo de la privatización de la vivienda social en Gran Bretaña, durante la presidencia de Thatcher (1979-1990), que precipitó la especulación y las tendencias gentrificadoras; o la privatización de los ejidos en México, en los años 90, con un fuerte impacto sobre la población campesina.

El ensayo de Akal aborda también la diversidad en los movimientos de rechazo al neoliberalismo. Los movimientos obreros continuaron activos, pese a los ataques que sufrieron en los países del Norte y que los debilitó; en la década de los 80 cobraron vigor en Sudáfrica y Corea del Sur, con un potencial muy notable –destacado por Harvey- en Indonesia y China. Formas muy diferentes a las tradicionales adquirió la rebelión zapatista, a partir de enero de 1994, que no trató de conquistar el poder estatal. Muchas de las organizaciones de izquierda se reunían en el Foro Social Mundial.

La segunda parte del libro está dedicada al desarrollo geográfico desigual en el seno del capitalismo. Una de las ideas en las que insiste David Harvey es la inserción material de los procesos sociales en la “trama de la vida”. Es lo que ocurrió con la quiebra de la empresa Enron (finales de 2001) y la crisis energética en California, que se tradujo en restricciones y un incremento del precio de la electricidad que afectó a los usuarios.

El académico británico también subraya “los efectos de las crisis fiscales y las políticas de ajuste estructural en México, Argentina, Mozambique, Indonesia, Tailandia y Corea, que alteraron profundamente la vida cotidiana de casi toda la población en esos países”.

Rechaza, por tanto, que pueda considerarse un “mundo de la vida” aislado de las relaciones sociales capitalistas y la circulación del capital; asumir lo contrario supondría, además, alejarse de las enseñanzas de Marx sobre la investigación materialista histórica. En este contexto, Harvey valora especialmente las aportaciones del sociólogo Henri Lefebvre respecto a la transformación de la cotidianidad y de Gramsci sobre el “sentido común”.

El geógrafo atribuye gran importancia -para el estudio del desarrollo geográfico desigual- a los problemas planteados por el ecologismo; pero también tienen relevancia factores como la productividad agrícola, la disponibilidad de petróleo, la reducción en el coste y en el tiempo del transporte de mercancías o la exportación de excedentes de capital y mano de obra.

En esencia, la acumulación por desposesión –en sus diferentes grados- contribuye al desarrollo geográfico desigual y a que el sistema genere una apariencia de estabilidad. David Harvey cita el caso de “la destrucción en el siglo XIX de la industria textil artesanal india, muy desarrollada, para facilitar las exportaciones británicas baratas de tejidos de algodón”; o de la desindustrialización de numerosas regiones tradicionales en las décadas de 1980 y 1990. Por otro lado se despliegan las diferentes potencias hegemónicas de acumulación, sean las ciudades-Estado italianas (Venecia y Génova), Países Bajos, Gran Bretaña o Estados Unidos.

Pero el despojo de las poblaciones también deriva hacia movimientos de resistencia. “La lucha palestina por la restauración del derecho a la tierra y el agua es fundamental para comprender el conflicto de Oriente Próximo y se conecta con luchas geopolíticas más amplias sobre la dinámica de acumulación de capital dentro de la región”, escribe el autor de Espacios del capitalismo global.

Otra línea de investigación observaría cómo el surgimiento de unos centros de acumulación de capital “exitosos”, en los que se fabrican bienes de exportación global, pueden marcar los criterios de organización tecnológica, sindical y costes laborales en otras regiones del planeta; o incluso condicionar la desindustrialización de estas. El autor menciona el caso del Delta del Río de las Perlas, en el centro de Cantón (sur de China).

“El capitalismo supone un desarrollo geográfico desigual”, sostiene David Harvey. El investigador publicó en 2003 Paris, Capital of Modernity y unos años antes, en 1982, The Limits to Capital. En las dos obras abordaba, desde una perspectiva marxista, la acumulación de capital en el espacio y el tiempo y, por otra parte, las transformaciones urbanísticas en la capital francesa durante el II Imperio (1852-1870), lo que le permitió ahondar en la comprensión de la Comuna de 1871.

En el último apartado del libro, Harvey reflexiona en torno al “espacio” como palabra clave. “La concepción absoluta (del espacio) puede ser del todo adecuada para cuestiones de límites de propiedad y determinaciones de fronteras, pero no me ayuda en absoluto respecto a la pregunta de qué es la Plaza de Tiananmen, la Zona Cero de Manhattan o la Basílica del Sacré Coeur de París”, afirma. Por esta razón, en su trabajo de geógrafo extiende el uso de esta categoría al espacio-tiempo absoluto, relativo y relacional.

Fuente: https://rebelion.org/el-capitalismo-sobrevive-gracias-al-desarrollo-geografico-desigual/

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Boletín GEME: Grupo de Estudio Marxismo y Educación. Venezuela

Agosto, 2021

N.1

Editorial

Este es el primer número del Boletín GEME, el órgano informativo del Grupo de Estudio Marxismo y Educación. Este grupo tiene por objetivos profundizar en el estudio del marxismo e investigar sobre la relación entre el marxismo y la educación. Nos proponemos investigar sobre diversos aspectos y problemas de la educación desde la perspectiva marxista, es decir, desde una perspectiva histórica y materialista, desde una perspectiva de clase social. Asumimos como nuestros principales intereses los intereses de la clase trabajadora.

Este primer número contiene una lista de obras escritas por intelectuales revolucionario y revolucionarios intelectuales, en las que se tratan diversos temas relacionados con la educación desde una perspectiva marxista.

Julio Mosquera

Biblioteca de Marxismo y Educación

Biasutto, Carlos (comp.) (1978). Educación y clase obrera. México: Nueva Imagen.

Este libro está compuesto de seis artículos que tocan diversos temas sobre la relación de la clase obrera y la educación. Este libro resulta interesante y muy actual para enfrentar los intentos, incluso entre educadores que se llaman progresistas, de negar la existencia de las clases sociales o de minimizar su importancia en los procesos de transformación revolucionaria y el desvío de la atención de parte de movimientos identitarios y de los llamados a la defensa de la democracia burguesa.

Sushodolski, B. (1975). Tratado de pedagogía. Barcelona: Península.

Este es el cuarto libro del pedagogo polaco marxista Bogdan Sushodolski (1903-1992) publicado en español. La obra de Suchodolki está compuesta de muchos artículos y libros, los cuales ha sido traducidos a muchos idiomas. Estudiar la obra de Suchodolski es fundamental para comprender la pedagogía socialista.

Sushodolski, B. (1977). La educación humana del hombre. Barcelona: LAIA.

Hoy recomiendo otro libro del pedagogo polaco marxista Bogdan Sushodolski (1903-1992). Otra obra de importancia para los nuevos educadores que han sido víctimas del negacionismo y la censura sistemática de la pedagogía socialista.

Sushodolski, B. (1976). Fundamentos de pedagogía socialista. Barcelona: LAIA.

Reiteramos la importancia de la obra de este pedagogo marxista para comprender el origen, desarrollo y avance de la pedagogía socialista. Reitero una vez más la necesidad de romper el bloqueo a la obra de pedagogos y psicólogos marxistas que solo busca silenciar la existencia de las clases sociales y distraernos con la tarea de defender la democracia burguesa, disfrazada de democracia universal.

Biasutto, Carlos (comp.) (1978). Educación y clase obrera. México: Nueva Imagen.

Este libro está compuesto de seis artículos que tocan diversos temas sobre la relación de la clase obrera y la educación. Este libro resulta interesante y muy actual para enfrentar los intentos, incluso entre educadores que se llaman progresistas, de negar la existencia de las clases sociales o de minimizar du importancia en los procesos de transformación revolucionaria y el desvío de la atención de parte de movimientos identitarios y de los llamados a la defensa de la democracia burguesa.

Krúpskaya, N. (1986). La educación laboral y la enseñanza (V. Médnikov, trad.). Moscú: Progreso.

Nadezhda Krúpskaya es «la primera pedagoga marxista, esposa y compañera del gran Lenin, hizo ingente aporte a la teoría y la práctica de la instrucción politécnica y a la educación laboral de las jóvenes generaciones.» Krúpskaya es una de las fundadoras de la pedagogía marxista en la Unión Soviética.

Labarca, G. (Comp.) (1980). Economía política de la educación. México: Nueva Imagen.

«La economía política, además de hacer la crítica a la ideología burguesa sobre el papel que le cabe a la educación en los procesos económicos, se ocupa de dos líneas principales de problemas; por una parte, los que relacionan la educación con el proceso de acumulación y, por otra, los que vinculan sistema educativo con las condiciones de trabajo.» En este libro encontramos un enfoque que nos muestra una de las diferencias de la pedagogía marxista de la mayoría de los enfoques de la pedagogía crítica.

Broccoli, A. (1980). Ideología y educación. México: Nueva Imagen.

Este es el tercer libro de la trilogía de Broccoli sobre el marxismo y la educación. En el tercer capítulo de este libro Broccoli discute la relación entre ideología democrática, pragmatismo y educación. Capítulo muy recomendable para los nuevos educadores que son engatuzados en los pedagógicos y en las universidades con la ideología de la escuela nueva, la democracia burguesa, las ideas de John Dewey y sus populizadores en nuestro país.

Broccoli, A. (1980). Marxismo y educación. México: Nueva Imagen.

Este es el segundo libro de la trilogía de Broccoli sobre el marxismo y la educación. En la segunda parte de este libro Broccoli discute las Tesis sobre Feuerbach, las cuales están incluidas en la selección de lecturas sobre pedagogía revolucionaria que distribuí hace unas semanas atrás.

Broccoli, A. (1977). Antonio Gramsci y la educación como hegemonía. México: Nueva Imagen.

Este libro es parte de una trilogía de Broccoli sobre el marxismo y la educación.

Zuleta, E. J. (2006). Teoría socialista de la educación. En las notas y apuntes de Antonio Gramsci. Mérida: Universidad de los Andes.

Eduardo Zuleta, profesor jubilado de la ULA, desarrolla una concepción gramsciana de la pedagogía socialista.

Suchodolski, B. (1966). Teoría marxista de la educación. México: Grijalbo.

Bogdan Suchodolski, pedagogo marxista, hizo importantes contribuciones para la elaboración de una pedagogía socialista. Varios de sus libros están traducidos al español, lo cual facilitar romper el cerco de censura, silencio y negación de la pedagogía socialista imperante en nuestros pedagógicos y universidades. Recomendable promover la lectura del primer capítulo, donde se ofrecen las bases teóricas nutridas del pensamiento de Marx y Engels y la importancia del materialismo dialéctica para la pedagogía.

Morsy, Z. (1980). Aprender a trabajar. París: UNESCO.

Siguiendo con el tema de la educación politécnica, una importante contribución de la pedagogía socialista a la humanidad, recomiendo los artículos en la sesión del libro compilado por Morsy titulada «La educación politécnica generalizada». En esta sección están incluidos dos artículos, de Semykine y de Epstein respectivamente, sobre la educación politécnica en la ex-Unión Soviética y un artículo de Neuner sobre la educación politécnica en la extinta República Democrática Alemana. Desde hace muchos años se viene hablando de educación productiva en todos los gobiernos de la Revolución Bolivariana sin ningún avance importante ni en lo teórico ni en lo práctico. Las concepciones y prácticas de la educación politécnica en los países socialistas cobran especial relevancia en este momento.

Jesualdo (1974). La escuela politécnico-humanista. Buenos Aires: Losada.

En este libro, Jesualdo Sosa, educador uruguayo que vivió en Venezuela y fue profesor en la UCV, presenta sus impresiones sobre una de las más interesantes experiencias educativas socialistas en la desaparecida República Democrática Alemana (RDA). Jesualdo centra su exposición en la educación politécnica, uno de los principios básicos de la pedagogía socialista. La obra de Jesualdo Sosa no es estudiada en ni ningún pedagógico ni universidad que forma docentes, ni en las de más reciente creación. Instituciones donde todavía el pensamiento educativo adeco es hegemónico.

Leontiev, A. N. (1984). Actividad, conciencia y personalidad. México: Cartago.

Este es una de las obras clásicas de la psicología marxista. En este libro A. N. Leontiev expone magistralmente su concepción de la teoría de la actividad. Contiene un Apéndice sobre el carácter consciente del estudio. Este libro es de lectura altamente recomendada para educadores.

Mészáros, I. (2008). La educación más allá del capital. Buenos Aires: Siglo XXI.

Tse-Tung, M. y otros autores (1977). Enseñanza y revolución en China. Barcelona: Anagrama.

Ponce, A. (2015). Educación y lucha de clases y otros escritos. Presentación de N. Arata y P. Gentili. Buenos Aires: UNIPE.

«Siguiendo los métodos del materialismo dialéctico, Aníbal Ponce consigue una metódica exposición del medio social en el que el hombre se educa e instruye, así como del condicionamiento que la estructura de ese medio social impone a las formas de la educación y la adquisición de conocimientos.

Davidov, V. V. (1972). Tipos de generalización. La Habana: Pueblo y Educación.

La pedagogía basada en el materialismo dialéctico ha hecho importantes avances, muchos de ellos tienen sus orígenes en las obras de destacados psicólogos y pedagogos soviéticos, tales como Vigotski, Rubinstein, Leontiev, Galperin, Elkonin, Talizina, Davidov y muchos otros. Es lamentable que en nuestras universidades y en medios de comunicación se silencie y hasta se niegue toda esta inmensa obra, además en continuo desarrollo. Un educador que desconozca la pedagogía histórica materialista (algunos la llaman histórico cultural) es un educador con una formación muy deficiente. Para combatir esa guerra de silencio y negación, publicare diariamente una referencia de algún trabajo importante en el campo de la pedagogía histórico cultural o histórico materialista, basada en el marxismo.

Zazzo, R. (1976). Psicología y marxismo: la vida y la obra de Henry Wallon. Madrid: Pablo del Rio.

La psicología es una de las ciencias que más ha influido en las concepciones de la educación. Aquí también los enemigos del marxismo ocultan y niegan la existencia de una psicología marxista, fundada en la dialéctica materialista. Es necesario pues combatir esa operación de silenciamiento y negación en el campo de la psicología. Es especialmente importante hacer del conocimiento de los jóvenes educadores la valiosa contribución de la psicología marxista a la propia psicología como ciencia y a la pedagogía.

La operación de silencio y negación de la psicología marxista llevada a cabo de manera cómplice en nuestras universidades ha sido muy eficiente, al punto que uno de los psicólogos marxistas más importantes, L. S. Vigotski, sea conocido entre nuestros educadores como constructivista, despojándolo de su fundamentación marxista.

Manacorda, M. A. (1979). Marx y la pedagogía moderna. Barcelona: Libros Tau.

Schukina, G. I. (1968). Los intereses cognoscitivos de los escolares. México: Grijalbo.

Vigotski, L. S. (2003). Psicología pedagógica. Edición comentada G. Blanck, R. van der Veer y M. Carretero. Sao Paolo: ArtMed. [En portugués, existe edición en español].

Este libro fue escrito por Vigotski especialmente para maestras y maestros. Para aquellos educadores que no conozcan el trabajo de Vygotsky puedo decirles que es uno de los psicólogos marxistas más influyentes, aunque muchos que lo usan no conocen u ocultan premeditadamente las bases marxistas de la psicología y psicología pedagógica desarrolladas por Vigotski. Vigotski nació en 1896 y falleció en 1934.

La operación de silencio y negación de la psicología marxista llevada a cabo de manera cómplice en nuestras universidades ha sido muy eficiente, al punto que uno de los psicólogos marxistas más importantes, L. S. Vigotski, sea conocido entre nuestros educadores como constructivista, despojándolo de su fundamentación marxista.

La psicología es una de las ciencias que más ha influido en las concepciones de la educación. Aquí también los enemigos del marxismo ocultan y niegan la existencia de una psicología marxista, fundada en la dialéctica materialista. Es necesario pues combatir esa operación de silenciamiento y negación en el campo de la psicología. Es especialmente importante hacer del conocimiento de los jóvenes educadores la valiosa contribución de la psicología marxista a la propia psicología como ciencia y a la pedagogía.

Snyders, G. (2005). Escola, classe e luta de classes. Sao Paulo: Centauro.

Rasumovski, V. G. (1987). Desarrollo de las capacidades de los estudiantes en el proceso de enseñanza de la física. La Habana: Pueblo y Educación.

La pedagogía socialista va mucho más alla de la crítica a la educación en los países capitalistas. La pedagogía socialista ha sentado las bases científicas para el desarrollo de una didáctica y de una metodología específicas a las asignaturas. Este libro de Rasumovski es una contribución de la pedagogía socialista en ese sentido para el caso de la enseñanza de la física en el liceo y la escuela técnica.

Casañas Díaz, M. (2006). La filosofía de la educación desde una perspectiva marxista. Caracas: Universidad Bolivariana de Venezuela.

Luria, A. R., Leontiev, A. N., Vigotski, L. S. y otros (1973). Psicología y pedagogía. Madrid: Akal.

En este libro se recogen una serie de artículos de algunos de los más influyentes psicólogos y pedagogos soviéticos. Ya he comentado que la psicología marxista se ha desarrollado en estrecha conexión con la pedagogía. La pedagogía socialista se ha nutrido de esa psicología, ambas basadas en los mismos fundamentos teoricos elaborados a partir del marxismo. Recuerdo que esta biblioteca tiene como uno de sus fines romper el cerco de silencio y negación sistemática de la pedagogía socialista no solo en las universidades sino también por todos los medios a disposición de sus enemigos.

Zankov, L. (1984). La enseñanza y el desarrollo. Moscú: Progreso.

Uno de los principios básicos de la pedagogía socialista es la relación dialéctica entre educación y desarrollo. Incluso se ha acuñado la expresión «educación desarrollante» para referirse a la educación cuya finalidad es el desarrollo de la personalidad. En este libro, Zankov presenta un experimento de educación desarrollante realizado en varias escuelas diversas ciudades rusas.

Yakoliev, N. (2007). Metodología y técnica de la clase. La Habana: Pueblo y Educación.

La pedagogía socialista surge de la necesidad de los gobiernos revolucionarios de reorganizar la educación sobre nuevos principios. La pedagogía socialista es obra de destacados maestros y profesores de aula y de académicos e investigadores. La contribución de la pedagogía socialistas al desarrollo de la educación es silenciada y negada en nuestras escuelas de educación y pedagógicos por razones ideológicas. En este libro Yaloliev recoge el conocimiento pedagógico histórico y social sobre la enseñanza en el aula. Especialmente escrito para maestros y profesores.

Zinóniev, S. I. y otros (1974). La lección. Experiencias metodológicas de la escuela superior soviética. México: Grijalbo.

Una de las más importantes contribuciones de la pedagogía socialista ha sido en todo lo relacionado con la lección. La lección es concebida como método de enseñanza y como una de las formas de la labor docente. Las investigaciones sobre la lección y las experiencias de destacados profesores basadas en la dialectica materialista resultan muy valiosas para los docentes en formación. Este libro esta dividido en dos partes. En la primera Zinóniev presenta sus investigaciones y reflexiones sobre la lección. En la segunda parte, están incluidos 6 artículos de diversos autores sobre cuestiones de metodología de la enseñanza. En este libro se recoge un material muy interesante para docentes en formación y ya graduados con experiencia.

Tomaschewski, K. (1974). Didáctica general. México: Grijalbo.

Este es un libro fundamental de la pedagogía socialista. Tomaschewski presenta los fundamentos marxista leninista de la pedagogía socialista. Recomiendo este libro en especial a futuros docentes y a docentes recién graduados. Este libro tiene que formar parte de círculos de estudio independientes de docentes marxistas, porque no se lo recomendarán en la universidad ni en las redes sociales donde predominan los enfoques que silencian y niegan la existencia de una pedagogía socialista.

Salcedo, I. M., Hernández, J. L., del Llano, M. R., McPherson, M. y Daudinot, I. (2009). Didáctica de la biología. La Habana: Pueblo y Educación.

La pedagogía socialista sirve de sustento a las didácticas especiales, las cuales se diferencian profundamente de la didáctica dominante al servicio de la educación burguesa. Este libro está dirigido a profesores de biología y de otras especialidades. Esta es una importante contribución para profesores de aula que enseñan diariamente a estudiantes de educación media.

Hedesa Pérez. Y. J. (2014). Didáctica de la química. La Habana: Pueblo y Educación.

Con este ya hemos recomendado cuatro libros sobre didáctica general y didácticas especiales basadas en la pedagogía socialista. Este libro de Hedesa Perez está dirigido a profesores de química y puede resultar de mucha utilidad a profesores de otras especialidades interesados en otras ciencias y en el enfoque polidisciplinario.

Vigotski, L. S. (1995). Pensamiento y lenguaje (Nueva edición a cargo de Alex Kozukin). Barcelona: Paidos.

Este es uno de los libros fundamentales de la psicología y la pedagogía marxista. Este es el libros de estas disciplinas más tergiversado por los intelectuales de la burguesía, sobre todo al tratar de asimilarlo al constructivismo y despojarlo de sus raíces marxistas. En especial recomiendo los capítulos 5 y 6, sobre el desarrollo de los conceptos y de los conceptos científicos en particular respectivamente. Evite leer comentaristas de Vigotski si usted tiene a su disposición sus libros

Small, R. (2014). Karl Marx. The revolutionary as educator [Carlos Marx. El revolucionario como educador]. Nueva York: Springer.

Este es un pequeño libro de unas ochenta páginas y organizado en cinco capítulos. Small ha escrito otros trabajos sobre educación y marxismo.

Marx, K. y Engels, F. (1978). Textos sobre educación y enseñanza. Madrid: Comunicación.

Aquí, son recogidos una selección de escritos de Marx y Engels donde hablan sobre temas de educación y enseñanza desde la perspectiva de la clase obrera.

Barnes, J. (2001). La clase trabajadora y la transformación de la educación. El fraude de la reforma educativa bajo el capitalismo. Nueva York: Pathfinder.

Barnes presenta unas reflexiones sobre las reformas educativas en Estados Unidos durante el gobierno de Bush hijo desde la perspectiva de la clase obrera.

McLaren, P. y Jaramillo, N. (2008). No neomarxista, no post-marxista, no marxiana: en defensa de la crítica cultural marxista. Opciones Pedagógicas, Número 38, pp. 30-53.

Hasta ahora, solo había recomendado libros como parte de esta biblioteca de pedagogía marxista. Este artículo de McLaren y Jaramillo revela la evolución de la pedagogía crítica en los Estados Unidos. De especial interés es la sección titulada: La domesticación de la pedagogía critica.

Julio Mosquera

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Experimento sojero con niños wichí

Por: Silvana Melo

A casi veinte años de la super sopa sojera del derrumbe, el agronegocio propone, una vez más, intervenir en los cuerpos de los niños más frágiles. Y experimentar en la vulnerabilidad extrema de la desnutrición wichí. La creación, desde el Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, de una madalena con sabor a dulce de leche y corazón de trigo y soja, es un salvavidas para la desnutrición de la infancia. Un muffin (en el idioma también colonizado) transgénico, veteado de agroquímicos, testeado en 30 chiquitos wichí salteños. En Santa Victoria Este, donde la infancia está condenada por origen, la agroindustria ensaya su alimento para engorde. Que a la vez es una llave más para producir ganancia con la alimentación no saludable, esta vez a través del estado. En un tiempo sombrío, de hambre y desaliento, el círculo del agronegocio vuelve a 2002, como si nada hubiera sucedido en este extenso camino que se cargó la vida de tantos niños. De pequeñas historias con nombres, caritas y porvenires talados.

Este riñón del capitalismo más feroz ha sido un pauperizador y generador de éxodos, en su ampliación de la frontera agraria para la siembra de commodities exportables. Miles de familias campesinas fueron desterradas y buscaron refugio en los conurbanos de las grandes ciudades. Las villas y asentamientos exhibieron un crecimiento exponencial en dos décadas de transgénesis y divisas aseguradas para un estado que –sin grietas- se sostuvo y se sostiene con la lógica extractiva. La lógica perversa de un sistema productivo que afecta la salud de la gente, que excluye y vulnera.

Los niños wichí se mueren cada veranode a racimos por desnutrición y deshidratación. El agronegocio los dejó sin el monte –el Chaco salteño es la zona más desmontada del país-, los desnudó frente a un mundo que no es el propio, les quitó la farmacia y el almacén (1), los dejó sin aguadas y los confinó a los terrenos más yermos cuando fueron los propietarios de unatierra sin mal. Su cultura no fue de acopio, sino de caza y recolección. Sin el habitat que les arrancaron, la supervivencia es una quimera. Lo más cercano a la salud es un hospital donde nadie habla su lengua. Y donde no se comprende la estrategia sanitaria que bajaba de los árboles y tejían los espíritus.

En Santa Victoria Este “las estadísticas relevadas indicaron una tasa de mortalidad infantil de 17,19 por mil y de menores de 5 años llega al 31,94 por mil, con los niños y las niñas indígenas como principales afectados”, dice la Agencia Tierra Viva.

Los niños no comen y beben agua mala. Se mueren al año de vida, a los dos años, brotecitos apenas de una planta que no crecerá. Hojitas al viento.

El gobierno de Salta los ofrece y los dispone para testear el nuevo juguete alimentario del agronegocio: un muffin super proteico –así lo publicitan los voceros mediáticos- con trigo y soja. Y un regreso al 2002, cuando el reparto de la leguminosa en los comedores populares creó una generación de niños pobres con graves problemas hormonales y de nutrición. Más allá del contenido fatal de agrotóxicos, parte del paquete tecnológico que había introducido Monsanto seis años antes en el país. Con la firma a ciegas de Felipe Solá (2).

El problema nutricional de los niños argentinos no se soluciona con soja. Ni con los delirios de Abel Albino en Salta. Sino con una alimentación saludable y variada, con acceso a las frutas y verduras sin veneno, a distancia del ultraprocesamiento industrial. Los ingredientes cambian: en el lugar de la soja, soberanía alimentaria.

Cuando la presidencia de Eduardo Duhalde, jaqueada por el poder de la agroindustria y una situación social dramática con una pobreza que superaba largamente el 60%, lanzó la soja solidaria, las consecuencias de disponerla en el centro de la alimentación no eran todavía públicas. Sin embargo la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) consideró que no debían consumirla los niños de entre 2 y 5 años porque “generaba alteraciones hormonales”.

El médico entrerriano Darío Gianfelici, en su consultorio del gran Paraná, observó una mudanza en el perfil sanitario de sus pacientes, coincidente con la profusión sojera en los comedores, como respuesta a la pauperización explosiva. “Noté problemas en los nacimientos, cáncer en personas de menos de 40 años, esterilidad, labio leporino, malformaciones”. Y no sólo: “en los primeros años, cuando los productores llevaban soja a los comedores escolares, la cantidad de hormonas hacía que los nenes tuvieran desarrollo mamario y las nenas comenzaran a menstruar aceleradamente”. En 2003 estaba asistiendo a las consecuencias del plan “soja solidaria”, que alimentaba a los pobres creados por la perversidad sistémica con una experimentación transgénica de resultados inciertos.

Luis Sabini escribió en enero de 2003: “el 99% de la soja que se produce en el país se exporta. Justamente porque no está incorporada socialmente a la dieta nacional. Una mitad aproximadamente va a los mercados de consumo del este y sudeste asiático, para humanos. Otra mitad va primordialmente a Europa, como forraje. La soja que se ofrece a los indigentes y pobres del país es la más barata. Es la forrajera. La que se exporta para cerdos y vacas europeas. Esa soja puede contener legalmente, hasta cien veces más restos agroquímicos que la destinada al consumo humano”. Gianfelici y Sabini formaban parte de las voces solitarias de esos tiempos.

“Son datos oficiales en Argentina que el 99,86 % de la soja que se produce en el país es transgénica y fumigada con agrotóxicos, principalmente con glifosato”, dice la organización Naturaleza de Derechos. Y es contundente: “en los 49 controles realizados por el SENASA, entre los años 2017 y 2019, sobre residuos de agrotóxicos en los cultivos de soja, se detectaron 5 principios activos (2.4-D, Glifosato, Pirimifos-metil, Malation, Ditiocabamatos). El 60 % de las sustancias peligrosas encontradas son posibles o probables agentes cancerígenos, el 80 % alteradores hormonales y el 40 % afectan el sistema nervioso”.

Casi veinte años después, resolviendo el círculo fatal del agronegocio como meta-poder en el corazón del estado, regresa la experimentación sojera con el hambre de la infancia confinada, expulsada de los brillos del sistema. Con treinta niños wichí que, se habrá considerado, poco tenían que perder.

Y es política pública, es decisión estatal. Desde la oficina de dios en la mismísima provincia de Buenos Aires.

(1) Las medicinas para todos los males surgió ancestralmente de la naturaleza. Y los alimentos, de la caza, de la pesca, de los frutos y de los vegetales.
(2) 108 de los 136 folios del expediente fueron los informes de Monsanto, nunca traducidos del inglés.

Fuente de la información e imagen:  Pelota de Trapo

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Capitalismo y patriarcado, sin igualdad de género en el trabajo

Por: Eduardo Camín

Un año y medio después de entrar en la pandemia de la Covid-19, la igualdad de género en el mundo del trabajo ha empeorado, ya que este año habrá 13 millones menos de mujeres empleadas que en 2019, mientras que el empleo de los hombres podría recuperar los niveles de dos años atrás.

Un nuevo análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca que aunque el crecimiento del empleo femenino previsto para 2021 supera al de los hombres, no alcanzará para devolver a las mujeres a los niveles de empleo anteriores a la pandemia.

A pesar que todos nuestros países y sus gobiernos han aprobado convenciones, tratados y convenios internacionales, y se han comprometido en cuanta conferencia internacional les sale al paso, a reducir la discriminación, las brechas de desigualdad, y a generar mayor igualdad entre mujeres y hombres, la realidad muestra otra realidad. La igualdad de género en el trabajo ha empeorado. Las mujeres han sufrido pérdidas desmesuradas de empleo e ingresos, debido también en parte, a su sobrerrepresentación en los sectores más afectados, y muchas siguen trabajando en primera línea, sosteniendo los sistemas de cuidados, las economías y las sociedades y a menudo realizando también la mayor parte del trabajo de cuidados no remunerados.

A nivel mundial, entre 2019 y 2020, el empleo de las mujeres se redujo en un 4,2 por ciento, el equivalente a una caída de 54 millones de puestos de trabajo, mientras que el empleo de los hombres se redujo en un tres por ciento, o 60 millones de puestos de trabajo. En 2021 solo el 43,2 por ciento de las mujeres en edad de trabajar estarán empleadas, frente al 68,6 por ciento de los hombres en edad de trabajar.

 La OIT asegura en el informe  

Avanzar en la reconstrucción con más equidad: Los derechos de las mujeres al trabajo y en el trabajo, en el centro de la recuperación de la COVID-19 , que la desproporcionada pérdida de empleos e ingresos sufrida por las mujeres durante la pandemia seguirá en el futuro. Según la reseña de la OIT, las mujeres han sufrido una pérdida de empleo e ingresos desproporcionada, debido a su excesiva presencia en los sectores más afectados, como los servicios de alojamiento y servicio de comidas y el sector manufacturero.

Sin embargo, no todas las regiones se han visto afectadas de la misma manera. La región de las Américas experimentó la mayor pérdida de empleo femenino a consecuencia de la pandemia (-9,4 por ciento). El segundo mayor descenso en el número de mujeres empleadas se observó en los Estados Árabes. Entre 2019 y 2020, el empleo femenino se contrajo un 4,1 por ciento, y el de los hombres un 1,8 por ciento.

En Asia y el Pacífico, la crisis de la pandemia provocó una disminución del empleo femenino del 3,8 por ciento, frente a una disminución del 2,9 por ciento en el caso del empleo de los hombres. En Europa y Asia Central, la crisis de la COVID-19 ha reducido el empleo de las mujeres considerablemente más que el de los hombres, provocando una disminución del 2,5 por ciento y del 1,9 por ciento, respectivamente.

Trabajo decente, empleo indecente

En 1999, Juan Somavia –primer director general de la OIT (fundada en 1919) proveniente del hemisferio sur– presentó su memoria en la 87° Conferencia Internacional del Trabajo denominada “Trabajo Decente”.   En ella introduce el mencionado concepto, caracterizado por cuatro objetivos o pilares estratégicos: los derechos en el trabajo, las oportunidades de empleo, la protección social y el diálogo social.

A pesar que los términos «empleo» y «trabajo» se usan como sinónimos, destacamos que este alude a una categoría de actividad humana más amplia que aquel. Debemos indicar que la OIT  define al trabajo como el conjunto de actividades humanas, remuneradas o no, que producen bienes o servicios en una economía, o que satisfacen las necesidades de una comunidad o proveen los medios de sustento necesarios para los individuos. Mientras que el empleo es definido como «trabajo efectuado a cambio de pago (salario, sueldo, comisiones, propinas, pagos a destajo o pagos en especie)» sin importar la relación de dependencia (si es empleo dependiente-asalariado, o independiente-autoempleo). Actualmente, el trabajo decente es un concepto que busca expresar lo que debería ser, en el mundo globalizado, un buen trabajo o un empleo digno.

El trabajo que dignifica y permite el desarrollo de las propias capacidades no es cualquier trabajo; no es decente el trabajo que se realiza sin respeto a los principios y derechos laborales fundamentales, ni el que no permite un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado, sin discriminación de género o de cualquier otro tipo, ni el que se lleva a cabo sin protección social, ni aquel que excluye el diálogo social.

Entre capitalismo y patriarcado, concepto y amnesia

Aun suele ocurrir que resulte difícil, y en ciertos casos imposible, distinguir exactamente la semántica de los organismos internacionales. Por eso a veces es necesario darle otra visión a esta parafernalia conceptual y ampliar la disyuntiva de los horizontes, generando el debate sobre  los (des)conocimientos que adolecen los informes, que se puede definir como un producto en constante construcción , pero siempre con los mismos materiales.

Urge  recordar que el capitalismo es un sistema económico basado en relaciones de explotación y de expoliación cuyo objetivo es la búsqueda de la mayor ganancia posible a través de la reducción progresiva de costos. Mientras tanto, el patriarcado es una forma de organización política, social, económica, ideológica y religiosa basada en la idea de la autoridad y superioridad de lo masculino sobre lo femenino, fundamentada ridículamente en mitos y que se reproduce a través de la socialización de género.

Dos evidencias conceptuales que en muchas ocasiones no se tiene conciencia de ello, y tampoco se cuestiona por haberlo visto siempre como algo “natural”. Si bien es un hecho inapelable que el patriarcado surgió mucho antes que apareciera el capitalismo, es precisamente con la aparición de éste donde se refuerza y profundiza la división sexual del trabajo: el trabajo para el mantenimiento de la vida (trabajo reproductivo o del cuidado) atribuido a las mujeres, y el trabajo para la producción de los medios de vida atribuído a los hombres.

Cuando aparece la producción excedentaria surge la necesidad de la acumulación de la riqueza y la división del trabajo en la familia sirvió de base para distribuir la propiedad entre hombre y mujer, como sostiene Federico Engels “el primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino”. A partir de entonces, la esfera de lo reproductivo pasó a ocupar un segundo plano, después pasó a institucionalizarse mediante la costumbre, la religión y las leyes, que le asignaban la “superioridad” a lo masculino sobre lo femenino.

Las desigualdades de género se han ido reproduciendo hasta la fecha, por imposición social, lo que conlleva a que actualmente pervivan grandes desigualdades económicas entre hombres y mujeres. De esta manera, la diferencia biológica de ser hombre o ser mujer se convierte, en la práctica, en un determinante para acceder al empleo –y en particular, a determinados tipos de empleo– y limita, sobre todo, las posibilidades de las mujeres aumentando sus dificultades para insertarse o progresar en el mercado laboral.

El capitalismo y el patriarcado les niegan a las mujeres tener acceso y control sobre los recursos económicos internos y externos, y de esta manera permiten que se mantenga invisibilizado el aporte del trabajo doméstico o reproductivo en los agregados macroeconómicos. Bajo estas condiciones, las mujeres son explotadas y expoliadas, al igual que los hombres bajo el sistema capitalista; pero con un impacto diferenciado.

En las últimas décadas se han mantenido las desigualdades en cuanto al acceso y control de recursos económicos que permitan la autonomía económica de las mujeres. Los hombres tienen más acceso al trabajo remunerado que las mujeres debido a que las éstas son las que mayormente asumen las responsabilidades domésticas. Y en cuanto al acceso a propiedad de empresas existe una brecha muy marcada entre hombres y mujeres. El modelo neoliberal, a través de los ajustes fiscales y la reducción del gasto social, ha provocado que la carga del trabajo doméstico se incremente, puesto que la reducción del gasto social se traduce en eliminación o “focalización” de subsidios, escasez de medicamentos, reducción de los servicios sociales públicos, lo que contribuye a que se dediquen más horas de trabajo no remunerado a los cuidados de personas adultas, niñez, y discapacitados. Esto deriva en que los impactos ocasionados por los programas de ajuste no han sido neutrales con respecto al género.

Bajo la crisis actual -con pandemia o sin ella-, a la que nos ha llevado el capitalismo y que no sólo es económica sino también ecológica, social y política; es necesario integrar dentro de los paradigmas teóricos de la economía tanto la igualdad de género como el principio de la sustentabilidad ambiental en los procesos de producción y consumo.
Muchas veces nos invade el sentimiento que hablar de las injusticias del capitalismo, en las “multinacionales del humanismo”, está prohibido, es un tema tabú, no obstante este es el pecado original por el cual se desatan todas las catástrofes humanitarias, de un sistema condenado por la historia.

No sólo se trata de “incluir a las mujeres” en las cuentas y en los indicadores de las estadísticas nacionales, ni en  los informes internacionales,  sino más bien de cambiar la lógica del funcionamiento del sistema económico, cambiar la lógica de la acumulación por la lógica del mantenimiento de la vida, en todas sus formas. Trabajo decente sí… pero la historia sigue reproduciendo los vicios del pasado, en un presente digitado y un futuro inadecuado.

*Periodista uruguayo acreditado en la ONU- Ginebra Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
https://estrategia.la/2021/07/29/capitalismo-y-patriarcado-sin-igualdad-de-genero-en-el-trabajo/

 

Fuente de la información e imagen: https://rebelion.org

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Derechos laborales y seguridad social: nuevas amenazas

Por: Juan J. Paz-y-Miño Cepeda

En América Latina y, sin duda, en Ecuador, el ingreso de la ideología neoliberal, de la mano del FMI y las teorías económicas globalizadoras a partir de la década de 1980, han alterado el piso histórico del derecho social en general y del derecho laboral, en particular.

La experiencia histórica de la superexplotación humana con sistemas como la esclavitud o la servidumbre, pero también del capitalismo de “libre competencia”, que desde su nacimiento a mediados del siglo XVIII originó fuertes luchas obreras y teorías cuestionadoras de sus condiciones laborales, explican el origen de la “cuestión social” en Europa, que condujo al nacimiento del derecho social. En América Latina, el derecho social fue inaugurado por la Constitución Mexicana de 1917 y en Ecuador por la de 1929. Bajo ese manto, se reconocieron los derechos laborales, que están regidos por el principio pro-operario, según el cual las leyes sobre el trabajo se inclinan a favorecer a los trabajadores, garantizan sus derechos y se interpretan siempre en el sentido más favorable al trabajador. Y son derechos fundamentales: contrato individual y colectivo, salario mínimo, jornada máxima, recargos sobre horas extras y suplementarias, descansos y vacaciones, protección a la mujer, prohibición del trabajo infantil, jubilación, indemnizaciones, sindicalización, huelga y seguridad social, que también es un sistema independiente que nació en 1928 con la Caja de Pensiones. Los derechos laborales forman parte de los derechos universales reconocidos por las Naciones Unidas y están ampliamente desarrollados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El derecho laboral, que refuerza los derechos individuales, de cierta manera incluso se impone sobre ellos, pues los derechos del trabajador son intangibles, es decir, no pueden alterarse y peor recortarse; pero, además son irrenunciables, de manera que ninguna persona puede, voluntaria y libremente, aceptar que no se le pague el salario mínimo o trabajar por sobre la jornada máxima en forma indefinida. Además, el derecho laboral igualmente rige como un conjunto de obligaciones para el sector patronal, cuyo incumplimiento ocasiona responsabilidades legales.

Por su naturaleza, los derechos sociales y, en su marco, los laborales, están garantizados por el Estado, de modo que los ministerios de Trabajo y otras instituciones que tienen que ver con el tema, están obligados a protegerlos y hacerlos respetar, especialmente sobre el sector empresarial que, de otro modo, establecería condiciones arbitrarias sobre el trabajo, como siempre lo ha demostrado la historia laboral en el mundo y particularmente en América Latina.

Los fundamentos históricos y los principios teóricos del derecho social y laboral han sido conquistas esenciales para el bienestar colectivo, para aliviar las tensiones entre capitalistas y trabajadores y para sentar las bases de una economía social. Los mejores ejemplos de ello se encuentran en Europa y particularmente en los países nórdicos, donde los avances del derecho y de la economía sociales han logrado convertirlos en sociedades con los mayores niveles de bienestar humano en el mundo. Incluso se habla de “socialismo nórdico” y también de sociedades con “socialismo del siglo XXI”.

Pero en América Latina y, sin duda, en Ecuador, el ingreso de la ideología neoliberal, de la mano del FMI y las teorías económicas globalizadoras a partir de la década de 1980, han alterado el piso histórico del derecho social en general y del derecho laboral, en particular. El neoliberalismo se ha unido a las tradicionales mentalidades oligárquicas de las elites empresariales latinoamericanas, que se lanzaron a liquidar los avances ya logrados en materia de derechos para los trabajadores. Han logrado éxitos en levantar la falsa idea de que los derechos laborales son “viejos”, deben “modernizarse” e impiden la “competitividad” de las actividades empresariales y el libre mercado. Y en todos los países latinoamericanos en los cuales los gobiernos neoliberales han impulsado la “flexibilidad” y la “precarización” del trabajo, no solo se agudizó la conflictividad social, sino que avanzó la desocupación, la subocupación y el deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de amplios sectores de la población, mientras se reforzó el enriquecimiento empresarial. Existen innumerables estudios nacionales e internacionales que lo demuestran. Y, sobre todo está la vida cotidiana, a tal punto que la conflictividad social se ha extendido y contradice la anhelada paz, pues ahora, quienes abogan o luchan por preservar el derecho social y alentar el derecho laboral, son perseguidos, criminalizados e incluso asesinados, como ocurre, a diario, en Colombia. La política está atravesada por una aguda “lucha de clases” lanzada por las elites empresariales del neoliberalismo latinoamericano en contra de los trabajadores.

Esas elites no tienen idea de lo que es el derecho social. En Ecuador creen que basta generar trabajo y que éste se sujete a la voluntad de las partes, es decir, patrono y trabajador. El Estado, argumentan, no debe intervenir, pues la “libertad” se impone. Han cuestionado el principio pro-operario. Si dependiera solo de ellos son capaces de revivir la esclavitud. Y la última novedad (en realidad viene desde los años ochenta) es su deseo por “privatizar” la seguridad social, incluyendo las prestaciones médicas ligadas a ella. Suponen que el Estado no puede “monopolizar” la seguridad social, que debe abrirse a la “competencia”, que los ciudadanos deben tener la opción de decidir “libremente” a cuál sistema se acogen y que hay que tomar los exitosos ejemplos de las “administradoras de fondos de pensiones” (AFP) de Chile y las eficiencias de los “seguros privados”. En noviembre de 1995, movido por los mismos argumentos y mitos, el gobierno empresarial-neoliberal de Sixto Durán Ballén (1992-1996) hizo una consulta popular para privatizar la seguridad social. Felizmente la población se pronunció por el NO.

Pero, con perspectiva histórica, lo que contraponen es la seguridad social frente a la seguridad privada. La seguridad social solo puede ser pública y, como ordena la Constitución ecuatoriana (2008) tiene que ser universal y “no podrá privatizarse” (Art. 367). En Europa o Canadá, donde existen consolidados sistemas de seguridad social estatal, universal, gratuita y sustentada por fuertes impuestos, a nadie se le ocurre “privatizar” un derecho fundamental de todos los ciudadanos. En América Latina -y Ecuador- debería quedar en claro que la seguridad privada no es seguridad social. Su base es la rentabilidad empresarial. Por eso el derecho social, que incluye a la seguridad social, se impone por sobre cualquier sistema de seguridad privada y sobre los intereses empresariales. De manera que el Estado tiene que monopolizar la seguridad social, no tiene que competir con nadie, sino asegurar los derechos de sus ciudadanos. El sector privado sabrá cómo se desarrolla para ofrecer servicios a quienes deseen acudir a ellos, pero no a costa de la seguridad social monopólica del Estado.

A pesar de estas formulaciones teóricas, muy claras en otras épocas, los derechos de los trabajadores ecuatorianos se han visto seriamente afectados por las políticas antilaborales y proempresariales del gobierno de Lenín Moreno (2017-2021) y particularmente las que se tomaron aprovechando de la pandemia Covid-19. La “Ley de Apoyo Humanitario” (2020) rompió con el principio pro-operario; permitió arreglos -sin protección laboral- entre empresarios y trabajadores y, sobre todo, permitió violar la jornada máxima de 8 horas diarias, que puede extenderse a 12, sin pago por horas extras ni suplementarias. Además, hay varias resoluciones sobre modalidades de contratos en materia laboral que igualmente afectan derechos históricos. Lastimosamente, todo ello ha ocurrido bajo las condiciones de debilidad, división y oportunismo político de una serie de dirigencias de las centrales de trabajadores, limitadas por su visión tradicional y su insuficiente comprensión de las condiciones del trabajo en el siglo XXI. Pero, sin duda, es urgente mantener la defensa de los derechos sociales.

Blog del autor: Historia y Presente – www.historiaypresente.com

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Libro(PDF): Expansión mercantil capitalista y la Amazonía como nueva frontera de recursos en el siglo XXI

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Con el objetivo de profundizar en el conocimiento de las causas de las transformaciones socioeconómicas y espaciales que están ocurriendo en la Amazonía, desde el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), con el apoyo de la Embajada de Suecia en Bolivia y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) lanzamos, a fines de 2019, la convocatoria de investigación: “Expansión mercantil capitalista y la Amazonía como nueva frontera de recursos en el siglo XXI. Procesos, actores, disputas”. En abril de 2020, de las 150 propuestas recibidas se seleccionaron 20 como resultado de la revisión realizada por un Comité Internacional compuesto por 16 evaluadores/as expertos/as de Bolivia, Brasil, Venezuela, Perú, Ecuador, México, Colombia y Argentina. Destacamos la calidad y relevancia de las postulaciones recibidas, que derivó en la selección de una mayor cantidad de propuestas, pasando de 10 a 20 los proyectos reconocidos.

Autoras(es): 

Javier Gómez Aguilar. Karina Batthyány. [Presentación]

Neyer Maximiliano Nogales Vera. Lizandra Jannette Paye Vargas. Débora Assumpção e Lima. Andrea P. Sosa Varrotti. José Octavio Orsag Molina. Nohely Guzmán Narváez. Jorge Efraín Paucar Anchirayco. Natividad Quillahuaman Lasteros. Bruno Cezar Pereira Malheiro. Milson Betancourt Santiago. Juan Pablo Neri Pereyra. Isabella Cristina Lunelli. Marina Corrêa de Almeida. Manuel Bayón Jiménez. Rinaldo de Castilho Rossi. Nelson Eduardo Bernal Dávalos. Juan Carlos Guzmán Salinas. María Cristina Chuquimarca Mosquera. Martha Moncada Paredes. Tania Verónica Mancheno. Omar Vázquez Heredia. Claudia Rodríguez Gilly. Gustavo Adolfo Muñoz Gaviria. Elizabeth López Canelas. Huáscar Salazar Lohman. Mabel Lizbeth Martínez Carpeta. Julián Andrés Neira Carreño. Luis Fernando Novoa Garzon. Daniele Severo da Silva. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. CEDLA.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-897-7

Idioma: Español

Descarga: Expansión mercantil capitalista y la Amazonía como nueva frontera de recursos en el siglo XXI

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2377&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1549

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Libro (PDF): El concepto de alienación según Augusto Salazar Bondy

Reseña: CLACSO

Este libro centra su interés en la explicación del hombre concreto en un contexto determinado, en donde un individuo o grupo social se muestra extraño a su realidad, imitando formas de existencia que hacen que deje de ser lo que es para convertirse en otro. En las primeras páginas se exponen las influencias en el pensamiento de Salazar Bondy tomadas de la fenomenología, la filosofía analítica y el marxismo existencialista, luego, de Hegel, de Marx, hasta llegar a exponer el concepto de alienación de Salazar Bondy, forjado en medio de la elucidación crítica del concepto de capitalismo, subdesarrollo, desarrollo, dependencia y dominación. El libro explica además las formas culturales de la alienación, la cultura de la dominación y cómo se manifiesta en el Estado, en la educación y en la filosofía. Finaliza reflexionando sobre las posibles formas de desalienación, la conciencia libertaria y el papel de los filósofos. En suma, es un libro-guía para el lector interesado en el tema de la alienación, porque facilita el acceso al pensamiento filosófico y político de Augusto Salazar Bondy y contribuye al esclarecimiento de la alienación en el sistema capitalista.

 

 

Autor/a:                               Espíritu Avila, Andrés 
Editorial/Editor: Universidad de Ciencias y Humanidades, Fondo Editorial
Año de publicación:  2014

 

País (es):  Perú
Idioma: Español
ISBN : 978-612-4109-23-2
Descarga:   Libro (PDF): El concepto de alienación según Augusto Salazar Bondy
Fuente e imagen:

http://biblioteca.clacso.edu.ar/

 

 

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