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Revista (PDF): Tramas y Redes Nº 1. Diciembre de 2021

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Somos TRAMAS que como hilos en una tela enlazan la producción académica con los procesos de luchas y transformaciones que buscan una sociedad más justa para América Latina y el Caribe. Y somos REDES porque promovemos el encuentro de estudios sobre diferentes temas abordados desde diversas perspectivas para mantener un debate permanente sobre las numerosas amenazas y los complejos problemas que asedian a nuestras sociedades. TRAMAS y REDES que generan las condiciones para el diálogo entre académicos, responsables de políticas públicas y actores de movimientos y procesos sociales, para construir horizontes alternativos.

Autora: Karina Batthyány [Directora]
Juan Agulló. Mónica Bruckmann. Ana Esther Ceceña. Alberto Santoro. Andrés Rivarola Puntigliano. Elisa Pinheiro de Freitas. Guilherme Vieira Dias. José Glauco Ribeiro Tostes. Lucas Pablo Serra. Alexandre Bonetti Lima. Jenny Andrea Romero González. Martina Davidson. Amneris Chaparro. Paula Fabrícia Brandão Aguiar Mesquita. Iván Suasnábar. Fernando Buen Abad Domínguez. [Autoras y Autores de Artículo]

Editorial/Edición: CLACSO.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina.

ISBN: en Trámite

Idioma: Español

Descarga: Tramas y Redes Nº 1. Diciembre de 2021

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2426&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1595

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Las luchas populares y los proyectos estratégicos de transformación social

Por: Julio C. Gambina

Nuestra historia está abierta a los debates, sustentados en luchas cotidianas por reconstruir rumbos estratégicos, en la perspectiva de transformación social profunda por la liberación de los pueblos y la defensa del planeta y el hábitat.

Las recientes elecciones en Chile motivaron interesantes debates, sin síntesis posibles. Cada análisis parte de una combinación de supuestos y perspectivas irreconciliables. ¿Es posible ir en contra y más allá del capitalismo? Es el interrogante que motiva mis reflexiones desde hace tiempo. A propósito del resultado electoral chileno señalé en redes al día siguiente:

“Gabriel Boric será Presidente de Chile por la movilización social electoral de ayer 19/12/2021. Una movilización antecedida de otras: a) por una Constituyente con pretensión plurinacional, en pleno desarrollo y con expectativas importantes para revertir el atraso y la derechización pinochetista; b) otras previas, en octubre del 2019 y, la rebelión de los «pingüinos» del 2011. El eje y el futuro para analizar la coyuntura chilena y regional está en la organización y la lucha popular.”

El mensaje trajo polémica y es que cada quien lee según sus propios pareceres o, si se quiere, se opina sobre la base de “prejuicios”, anticipando, tal cual, o profecía reformista o revolucionaria. En el centro de mi opinión está el proceso de “organización y lucha”, en este caso, del pueblo chileno, pero extensible al ámbito mundial en el marco de las condiciones de la lucha de clases en la coyuntura.

Si quieren, la experiencia reciente en Argentina, del pueblo de Chubut, que obligó a “derogar” La ley minera a menos de una semana de aprobada por la Legislatura local; igual que lo ocurrido en Mendoza, en diciembre del 2019, sobre el uso del agua para la mega minería a cielo abierto.

El pueblo movilizado en torno a reivindicaciones construidas colectivamente puede modificar la realidad, aun cuando no se avance en transformaciones estratégicas. No es menor decir que No es No. Ese camino puede conducir a rumbos estratégicos, que no son producto de un solo acontecimiento y menos de elucubraciones individuales, aisladas del accionar colectivo.

La realidad es como es, no como quisiéramos, por eso es imprescindible potenciar las luchas para transformar la realidad. Se trata de pensar que los proyectos estratégicos surgen de acumulaciones de luchas populares, de sujetos que se construyen en la lucha. El Manifiesto empezaba aludiendo al “fantasma del comunismo”, que no era otro que el proletariado en lucha constituyéndose como sujeto histórico de las transformaciones en contra y más allá del capitalismo.

¿Qué coyuntura?

La coyuntura a que remito es larga, por cierto, se remonta a 1973, como fecha símbolo del inicio de la contraofensiva del “capital contra el trabajo, la naturaleza y la sociedad”, para restaurar la dinámica de explotación y saqueo que sustenta al orden capitalista en crisis.

Sin muchas precisiones intelectuales, se denomina a este tiempo el de la hegemonía “neoliberal” del orden capitalista, que no es más que la recreación de la “liberalización” más radicalizada impulsada por los capitales trasnacionales más concentrados.

No olvidar que el libre cambio (libre comercio, libre competencia) fue la voz inicial del régimen del capital. La mercantilización y la ley del valor y el plusvalor en el origen y desarrollo del capitalismo, aun hoy.

La coyuntura se aceleró entre 1989 y 1991, con la ruptura de la bipolaridad y el fuera de juego del “socialismo” en el imaginario popular mundial. La alternativa anticapitalista quedó en off-side.

Apunto al “imaginario social” construido desde 1848 y al Manifiesto, con todas las derivas históricas que conocemos, de procesos revolucionarios con el objetivo de la transición del capitalismo al socialismo, una asignatura pendiente que convoca a la praxis imaginativa de la lucha y la organización popular alternativa.

El cambio de siglo vino con novedades de cambio político y emergencias de propuestas estratégicas de transformación social, muchas de las cuales remiten al territorio latinoamericano y caribeño. Del “caracazo” al levantamiento “zapatista”; del Presupuesto Participativo al Foro Social Mundial; de la pueblada argentina del 2001 a las movilizaciones populares recientes de Chile, Haití o Colombia, en estos años, junto al empecinamiento histórico de la revolución cubana.

Solo bajo esas condiciones de luchas masivas por tres décadas es que se recrearon propuestas estratégicas por el socialismo, del “Siglo XXI”, “comunitario” o las propuestas de recreación temporal por transformaciones civilizatoria inspiradas en el “vivir bien” o el “buen vivir” que recogen las nuevas Constituciones de Bolivia o Ecuador.

La ofensiva capitalista liberalizadora nos conduce al presente de convergencia de problemas sanitarios y económico sociales, con mayor desigualdad y un ostensible privilegio a la ganancia por encima de la satisfacción de amplias necesidades sociales.

El reseteo del capitalismo es proyecto de los que dominan, para lo que reestructuran las relaciones entre el capital y el trabajo, en desmedro de los ingresos populares; resignifican el lugar del Estado capitalista en el sostenimiento de los objetivos por la ganancia y la acumulación y, propenden a sustentar una juridicidad favorable al movimiento internacional de capitales.

Objetivos estratégicos

Sobran los diagnósticos al respecto, y el problema es la alternativa o los rumbos estratégicos que animan la voluntad colectiva de lucha reivindicativa, por derechos democráticos (alimentación, educación, salud, vivienda, recreación, entre otros), y aquellos que definen la revolución, contra la explotación de la fuerza de trabajo y el saqueo de los bienes comunes, contra la subsunción del trabajo, la naturaleza y la sociedad en el capital.

La experiencia de los pueblos es lo que vale, en la construcción de una subjetividad transformadora, revolucionaria, que sea síntesis de una conciencia colectiva que asuma la demanda de derechos como programa por las transformaciones; que en el camino construya los instrumentos políticos adecuados para hacer realidad el imaginario por una sociedad sustentada en la emancipación de las trabajadoras, los trabajadores y los pueblos.

Nuestra historia está abierta a los debates, sustentados en luchas cotidianas por reconstruir rumbos estratégicos, en la perspectiva de transformación social profunda por la liberación de los pueblos y la defensa del planeta y el hábitat.

Buenos Aires, 21 de diciembre de 2021

Fuente de la información e imagen: https://www.alainet.org

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¿El estrato en la matricula cero, un factor de discriminación en las Universidades? Colombia

Las universidades públicas están desfinanciadas y según el SUE a 2021 la cifra se acerca a 15 billones, necesarios para lograr un equilibrio de mínimos, en las ahora 34 públicas con la llegada de la Universidad intercultural indígena ubicada en el sur y Unitropico ubicada en el oriente. La fórmula más general converge en reformar con urgencia los artículos 86 y 87 de la ley 30 de 1993.

       Se desfinanciaron no por corrupción, ni malos manejos, si no por la presión del estado durante dos décadas para incentivar el crecimiento real por encima de los recursos enviados. Las nuevas necesidades no fueron cubiertas por el estado ensanchando la brecha entre lo real y lo formal. El número de estudiantes, programas de pregrado ofertados, productividad pagada según decreto 1279 de 1993 y las demandas tecnológicas y de infraestructuras duplicaron las necesidades no satisfechas para cumplir con el derecho a la educación. El presupuesto enviado por el estado pasó de cubrir el 70% del ya reducido costo de un estudiante antes del año 2000 a ser inferior al 50% en 2021. Las plantas docentes quedaron rezagadas, las nóminas de docentes ocasionales las superan en número y actividades docentes y la investigación creció de manera exponencial.

      En 2021 el gobierno acogió la fórmula de matrícula cero, como mecanismo de distribución de recursos per-cápita, para más del 80% de estudiantes. Con la matrícula cero las universidades reciben menos del 10% de lo que cuesta el derecho a la educación de un estudiante, por lo que no se atacando la desfinanciación, ni fortaleciendo el sentido de lo público, aunque sea un logro importante de las movilizaciones de jóvenes en 2018, con acompañamiento de rectores, profesores y del interés del gobierno. Sin embargo, si le sumo a las universidades otra contradicción interna (que debilita su razón de ser), al tener que tratar con la identificación de sus estudiantes según el estrato, cuando es de común saber, que estratificar resulta contrario al sistema de derechos. Al estratificar se discrimina y, cuando un sector de jóvenes es tratado con distinción al asociarlos a su pertenencia y posición económica y no a su condición de jóvenes, se pasa la línea de la igualdad pudiendo provocar exclusión o segregar.

        El pacto de derechos económicos, sociales y culturales de 1966, dispone que los estados parte, y Colombia lo es, garantizarán el ejercicio de cada uno de los derechos sin discriminación alguna y al determinar un pago según estrato, aunque sea para pocos, se crea una distinción que afecta el goce de este derecho en condiciones de igualdad a todos los jóvenes, cuyo único requisito de acceso a la universidad debe ser de méritos, otras fórmulas medidas en factores de ingresos, bienes, riqueza material, lamentablemente pueden ocurrir en universidades de interés privado, donde poco pueden importar igualmente la democracia participativa o el reconocimiento de diversidades.

        El estrato es una práctica en apariencia neutra, pero no lo es, en tanto a ciertos jóvenes por causas ajenas a su condición individual, se les aplica una limitante propia de la esfera privada de su familia, no de ellos, que son quienes actúan ante la institución como responsables de su destino, como lo señaló la ilustración siglos atrás. El trato según el estrato origina una posible discriminación directa para un aproximado del 20% o menos de los jóvenes de las universidades públicas, de los cuales cerca de la mitad no tienen aún cedula de identidad, y desde ya reciben un trato menos favorable que los demás de su misma situación y “condición esencial de jóvenes”. En las calles han estado defendiendo la educación pública hombres y mujeres jóvenes, brutalmente reprimidos sin importar el estrato.

       La matrícula cero pagada por el estado según estratos, señala un trato diferencial, que al poner límites a los jóvenes por su pertenencia a una clase social afecta la naturaleza de la universidad pública, llamada a ser ocupada por quienes tengan los méritos, no por clases, ni pertenencia a grupos, ni por quien pueda pagar una matrícula, que, en todo caso, solo cubre la décima parte de lo que cuesta la totalidad de beneficios que compromete la institución. Entrar en la esfera de los diferenciales prohibidos por el sistema de derechos, de los que hace parte la “posición económica, junto con otros tales como origen, raza, color, identidad sexual, religiosa, o política, desvirtúa el artículo 13 del pacto de derechos cuando dispone que “la enseñanza primaria debe ser obligatoria y asequible a todos gratuitamente y que la enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos”, ese todos, indica el derecho de acceso a los jóvenes, sin factores diferenciales de distinción, salvo méritos.

       Esa es la razón fundamental para reivindicar la defensa de la universidad pública con financiación total del estado, no parcial, ni con subsidios por demanda. La desfinanciación es de las instituciones, no de sus estamentos. Llamar a invertir lo que necesitan las universidades, para formar jóvenes y tener laboratorios de ciencia, bibliotecas, conectividad, docentes de alta calidad, siempre será mejor que invertir en batallones, armamentos y soldados, a quienes el estado cubre sin demora el 100% de lo que gastan. La matrícula cero es una estrategia compensatoria, que aunque útil, se separa del marco de los derechos, tampoco ataca la desfinanciación y en cambio pone en la agenda del debate la posible discriminación y vulneración a derechos, conforme a las letras de la Carta de las Naciones Unidas , la Declaración Universal de derechos humanos e inclusive del convenio 111 de la OIT.

       La matrícula cero en síntesis, es una apuesta del gobierno para entregar por demanda un aproximado 10% del presupuesto requerido por las universidades para sostener el equilibrio financiero y presupuestal. Los riesgos internos de déficit y faltantes adicionales cada año, al menor descuido pueden acelerar la privatización, si sus autoridades por desesperación ante el asedio de metas que cumplir caen en la trampa de conseguir recursos como sea o ahorrar hasta ahogarse. Salidas equivocas pueden conducir a degradar garantías y conquistas de docentes y trabajadores, imponer nuevas obligaciones, más tareas, reducir condiciones de tiempos de vinculación de ocasionales con afectaciones salariales y laborales, implementar la virtualidad como fin, no como medio, restar atención a políticas de inclusión y mitigación de la deserción, eliminar sistemas de becas y estímulos, empobrecer los campus y quizá dejar caer edificios icónicos o eliminar lo que parezca que “sobra” de estatutos y normas basadas en la autonomía y cumplir acríticamente los designios del capital.

       Está bien la matricula cero, aunque también adiciona un excesivo desgaste de gestión y tramite, pero la salida en defensa de la educación pública sigue siendo el justo reclamo por financiación total de las universidades y a los jóvenes darles tratamiento de jóvenes iguales, atenderlos con políticas de acceso, participación y bienestar, no como propietarios marcados por la casta, el linaje, el estrato.

P.D. La uptc recibió acreditación de alta calidad por 6 años más, un esfuerzo colectivo de quienes no han abandonado su compromiso ético para seguir siendo una universidad pública a toda prueba.

Fuente: https://rebelion.org/el-estrato-en-la-matricula-cero-un-factor-de-discriminacion-en-las-universidades/

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Frei Betto señala desafíos para lograr soberanía alimentaria en Cuba

Durante encuentros con estudiantes, investigadores, productores y otros grupos el teólogo brasileño reflexiona acerca de ese tema estratégico para el país.

Las interconexiones entre la agroecología, la participación del campesinado y las juventudes, el enfoque de género y la comunicación para el avance del Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional (Plan SAN) en Cuba fueron abordadas por el  teólogo brasileño Frei Betto.

Sin los campesinos y sin quienes se dedican al periodismo y la comunicación no tendrá éxito el Plan SAN, sentenció el sacerdote de la orden de los Dominicos durante el encuentro organizado por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí (IIPJM), junto a la representación en Cuba de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y la oenegé Oxfam.

Betto, uno de los máximos exponentes de la Teología de la Liberación, compartió reflexiones sobre el papel capital que le concede a la labor de las y los periodistas en la socialización del Plan SAN, del cual es asesor, y en la movilización de la sociedad: personas de todas las edades, comunidades organizaciones, organismos y proyectos e institutos de investigación de todo el país.

El Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, primero de su tipo en la historia del país, fue aprobado por el Consejo de Ministros en julio de 2020 y persigue organizar sistemas alimentarios locales, soberanos y sostenibles que integren toda la cadena agroalimentaria y el fomento de una cultura alimentaria y educación nutricional.

Visiones

Betto indicó que las personas no tienen forma de intervenir ni de decidir en las medidas gubernamentales, los desastres naturales como huracanes e inundaciones y situaciones como la pandemia.

Sin embargo, enfatizó, en el Plan SAN todas las personas pueden y deben actuar y participar y “no va a tener éxito si cada cubana y cubano, desde los niños hasta los más viejos, no lo asumen como suyo”, pues depende fundamentalmente de la movilización del pueblo.

Recordó que con la campaña de alfabetización Cuba se convirtió en el primer país de América Latina en eliminar el analfabetismo.

Ahora, destacó, se trata de erradicar la inseguridad alimentaria en un país pobre, que importa cada año alimentos por unos 2.000 millones de dólares –que podría invertir en mejorar las condiciones de vida e incidir en el sector del abastecimiento–, y sufre el impacto del bloqueo de los Estados Unidos.

En Cuba, consideró, no hay hambre, pero las personas no pueden comer lo que les gusta, ni en las cantidades que quieren, deben enfrentar las colas y no hay seguridad de encontrar los alimentos en los mercados, todo lo cual constituye un serio problema.

Otros desafíos

El teólogo recordó que en un mundo habitado por 7 300 millones de personas hay unos 900 millones de hambrientos, no porque no existan los alimentos, sino por su injusta distribución, lo que contrasta con la pandemia que representa la obesidad exagerada y crónica, que genera gastos millonarios en medicamentos.

También destacó el papel de la agroecología, donde existen múltiples buenas prácticas, porque alcanzar soberanía alimentaria pasa también por una transformación en las formas de explotar la tierra, sin destruir los suelos, los bosques, ni devastar el medio ambiente, dijo.

Nuevamente lanzó el reto a la comunicación y a la necesidad de socializar las experiencias agroecológicas exitosas, así como promover un cambio de paradigma nutricional que permita aprovechar mejor los alimentos y reducir considerablemente las pérdidas, estimadas en cerca de 30 por ciento de lo que se produce.

“La prensa tiene que socializar esa información de por qué la agroecología es más provechosa, más sostenible”, acotó. También valoró el fracaso de la 26 Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, que sucumbió frente a la prioridad del capitalismo de obtener ganancias para los más ricos.

Por otra parte, Betto enfatizó que “si la juventud cubana no abraza ese plan como una bandera suya, eso no va a tener futuro”. Asimismo, destacó el rol de la educación popular como metodología para dar a conocer el Plan SAN y para sistematizar sus saberes, en los cuales se basa la Cartilla Popular, que recomendó leer a todas las personas.

Plan SAN

Para Marcelo Resende, representante de FAO en Cuba, el país se encuentra en un momento muy especial, de transformación de los sistemas alimentarios, sobre grandes pilares: actualización del modelo económico, con el impulso al desarrollo local; el acercamiento a la ciencia, tecnología y la innovación a la agricultura y el Plan SAN.

Según dijo en el encuentro Elizabeth Peña, directora de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar del Ministerio de la Agricultura, los principales temas del referido plan se relacionan con la disminución de la dependencia de las importaciones de alimentos e insumos, la garantía de la calidad y la inocuidad, además de la reducción de las pérdidas y los desperdicios de alimentos.

Este programa prioriza también la consolidación de los sistemas alimentarios locales y la movilización de los sistemas educacionales, la cultura y la comunicación para fortalecer la educación alimentaria y nutricional.

Al valorar la importancia del Plan SAN, Juan Garay, jefe de cooperación de la Unión Europea en Cuba, mencionó que si bien las importaciones por 2 000 millones lastran la economía de la nación caribeña, comer sano evitaría gastos en salud por una cifra similar y aumentaría la ya elevada esperanza de vida y salud, admirable comparada con la región.

Fuente: https://rebelion.org/frei-betto-senala-desafios-para-lograr-soberania-alimentaria-en-cuba/

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Del sida al ómicron, el apartheid farmacéutico nos lastima a todos

Sería más fácil vacunar al mundo que tratar de impedir que las variantes de COVID-19 crucen fronteras.

El 1 de diciembre se conmemoró el Día Mundial del Sida. En esta fecha, hace cuarenta años, se registraron los síntomas por primera vez y desde entonces más de 36 millones de personas han muerto en todo el mundo a causa de enfermedades relacionadas con el sida. La tasa de mortalidad se va desacelerando a medida que la distribución de tratamientos farmacológicos eficaces se expande. Sin embargo, la desigualdad que durante mucho tiempo alimentó la epidemia del sida aún existe y trae consecuencias funestas, particularmente para los pueblos del sur de África. La persistencia y los impactos enormemente desiguales de esta epidemia aún vigente sirven como advertencia frente a la incipiente circulación de la nueva variante ómicron del virus de la COVID-19 por el mundo.

Actualmente se sabe poco acerca de esta variante del SARS-CoV-2 identificada recientemente, particularmente con respecto a si se propaga con mayor facilidad o si puede ocasionar síntomas de COVID-19 más graves. Pero lo que sí se conoce se debe en gran medida a la rápida identificación de la variante por parte de científicos de Botsuana y Sudáfrica. En conversación con Democracy Now! Fatima Hassan, fundadora de la organización Health Justice Initiative, elogió a estos científicos: “Creo que se debe valorar el modo en que trabajaron, sin generar un manto de secretismo en torno a esta variante en particular”.

Sin embargo, en lugar de ser reconocidas, las naciones del sur de África están siendo aisladas. Estados Unidos implementó rápidamente una prohibición de viajes que restringe el ingreso de personas de ocho países del sur de África. Brasil, Canadá, la Unión Europea, Irán y el Reino Unido siguieron su ejemplo.

“Se impuso una prohibición de viajes desigual para muchos países del sur de África”, señaló Fatima Hassan. “En realidad, es bastante racista”.

En respuesta a las prohibiciones, el presidente de Sudáfrica Cyril Ramaphosa expresó: “La aparición de la variante ómicron debería ser un llamado de atención para que el mundo deje de permitir la desigualdad en el acceso a las vacunas. Hasta que no estemos todos vacunados, todos seguiremos estando en riesgo. En lugar de prohibir los viajes, los países ricos del mundo deben apoyar las iniciativas planteadas por los países en vías de desarrollo para obtener y fabricar la cantidad necesaria de dosis para vacunar a su población sin demora”.

El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, calificó las prohibiciones de viajar como un “apartheid de viajes”, que solo sirve para exacerbar la creciente división mundial ocasionada por el apartheid de las vacunas. En un artículo de opinión publicado recientemente, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, calificó el acaparamiento de dosis de vacunas por parte de países ricos, cuyas poblaciones están altamente vacunadas e incluso tienen dosis de refuerzo, como una “locura epidemiológica y moralmente repugnante”.

Sería más fácil vacunar al mundo que intentar vanamente impedir que las variantes de COVID-19 crucen fronteras. Ómicron es un ejemplo de ello; como detalló el periódico The New York Times esta semana, la variante ya estaba presente en Holanda antes de que se anunciara su existencia en África. Pasajeros de aviones procedentes de Sudáfrica llevaron la variante a Europa, donde las variopintas restricciones de viajes, que se contradicen de un país a otro, y los protocolos de cuarentena inadecuados hicieron que funcionarios holandeses obligaran a muchos viajeros potencialmente positivos de ómicron a partir hacia sus destinos finales, lo que aceleró la propagación de la nueva variante.

Las empresas farmacéuticas que se están beneficiando económicamente de la pandemia están ralentizando la vacunación en los países de ingresos medios y pobres. Con las patentes de las vacunas, empresas como Pfizer, BioNTech y Moderna están utilizando los derechos de propiedad intelectual para evitar compartir sus fórmulas secretas de vacunas.

El profesor de periodismo Steven Thrasher ve un paralelo entre el modo en que las grandes farmacéuticas están actuando ahora con la COVID-19 y el modo en que los países del Sur Global, y principalmente del sur de África, han sido y continúan siendo afectados por el sida.

“Hoy en día no hay ninguna razón para que alguien pueda morir de sida. Es un virus que avanza lento y, por lo tanto, desde el momento en que sabemos que alguien se ha contagiado, podemos brindarle todo el apoyo que necesita. Tenemos la capacidad científica para ello. Tenemos los medicamentos para ello. [Si esto no sucede] es simplemente por una cuestión de proteger el capitalismo y las ganancias de las empresas farmacéuticas”, afirmó el profesor Thrasher en conversación con Democracy Now! Y agregó: “Ahora, nuevamente, estamos viendo dinámicas muy similares con la COVID-19. Tenemos las vacunas y tenemos medicamentos que son muy efectivos, y una vez más su distribución en el Sur Global está siendo restringida para proteger las ganancias de las empresas farmacéuticas”.

Hace más de un año, Sudáfrica e India propusieron que la Organización Mundial del Comercio emitiera una exención temporal al acuerdo sobre los derechos de propiedad intelectual, conocido en inglés como TRIPS, con el fin de acelerar la vacunación contra la COVID-19 a nivel mundial. En mayo pasado, el presidente Joe Biden fue aplaudido por apoyar tal exención. La semana pasada, Amnistía Internacional, junto con miembros del Congreso de Estados Unidos y muchas organizaciones sindicales, de salud y de la sociedad civil entregaron una petición a la Casa Blanca, firmada por más de tres millones de personas, donde señalan que “seis meses después, en ausencia del liderazgo de Estados Unidos para lograr un acuerdo de exención, la Unión Europea, en nombre de Alemania, junto con Suiza y el Reino Unido han bloqueado el progreso de las negociaciones”.

La gente está por encima del lucro. Ese debe ser el mantra que nos guíe ahora que estamos entrando en el tercer año de la pandemia de COVID-19. Si no se toman medidas urgentes, así como hoy aún seguimos luchando contra el sida, bien podríamos terminar lidiando con la COVID durante cuarenta años más.


© 2021 Amy Goodman

Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Fuente: https://www.democracynow.org/es/2021/12/3/del_sida_al_omicron_el_apartheid

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Los (supuestos) límites del capitalismo

Por: Raùl Zibechi

Durante mucho tiempo una parte de los marxistas aseguraron que el capitalismo tiene límites estructurales y económicos, fincados en leyes que harían inevitable su (auto) destrucción.

Esas leyes son inmanentes al sistema y se relacionan con aspectos centrales del funcionamiento de la economía, como la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, analizada por Marx en El capital.

Esta tesis dio pie a que algunos intelectuales hablaran del derrumbe del sistema, siempre como consecuencia de sus propias contradicciones.

Más recientemente, no pocos pensadores sostienen que el capitalismo tiene límites ambientales que lo llevarían a destruirse o por lo menos a cambiar sus aspectos más depredadores, cuando en realidad lo que tiene límites es la propia vida en el planeta y, muy en particular, la de la mitad pobre y humillada de su población.

Hoy sabemos que el capitalismo no tiene límites. Ni siquiera las revoluciones han podido erradicar este sistema ya que, una y otra vez, en el seno de las sociedades posrevolucionarias se expanden relaciones sociales capitalistas y desde dentro del Estado resurge la clase burguesa encargada de hacerlas prosperar.

La expropiación de los medios de producción y de cambio fue, y seguirá siendo, un paso central para destruir el sistema, pero, a más de un siglo de la revolución rusa, sabemos que es insuficiente, si no existe un control comunitario de esos medios y del poder político encargado de gestionarlos.

También sabemos que la acción colectiva organizada (lucha de clases, de géneros y de colores de piel, contra las opresiones y los opresores) es decisiva para destruir el sistema, pero esta formulación también resulta parcial e insuficiente, aunque verdadera.

La actualización del pensamiento sobre el fin del capitalismo, no puede sino ir de la mano de las resistencias y construcciones de los pueblos, de modo muy particular de zapatistas y kurdos de Rojava, de los pueblos originarios de diversos territorios de nuestra América, pero también de los pueblos negros y campesinos, y en algunos casos de lo que hacemos en las periferias urbanas.

Algunos puntos parecen centrales para superar este desafío.

El primero es que el capitalismo es un sistema global, que abarca todo el planeta y debe expandirse permanentemente para no colapsar. Como nos enseña Fernand Braudel, la escala fue importante en la implantación del capitalismo, de ahí la importancia de la conquista de América, ya que le permitió, a un sistema embrionario, desplegar sus alas.

Las luchas y resistencias locales son importantes, pueden incluso doblegar al capitalismo a esa escala, pero para acabar con el sistema es imprescindible la alianza/coordinación con movimientos en todos los continentes. De ahí la tremenda importancia de la Gira por la Vida que estos días realiza el EZLN en Europa.

El segundo es que no se destruye el sistema de una vez para siempre, como debatimos durante el seminario El pensamiento crítico frente a la Hidra capitalista, en mayo de 2015. Pero aquí hay un aspecto que nos desafía profundamente: sólo la lucha constante y permanente, puede asfixiar el capitalismo. No se lo corta de un tajo, como las cabezas de la Hidra, sino de otro modo.

En rigor, debemos decir que no sabemos exactamente cómo terminar con el capitalismo, porque nunca se ha logrado. Pero vamos intuyendo que las condiciones para su continuidad y/o resurgimiento deben acotarse, someterse a control estricto, no por un partido o un Estado, sino por las comunidades y pueblos organizados.

El tercer punto es que no se puede derrotar el capitalismo si a la vez no se construye otro mundo, otras relaciones sociales. Ese mundo otro o nuevo, no es un lugar de llegada, sino un modo de vivir que en su cotidianidad impide la continuidad del capitalismo. Las formas de vida, las relaciones sociales, los espacios que seamos capaces de crear, deben existir de tal modo que estén en lucha permanente contra el capitalismo.

El cuarto es que, mientras exista Estado, habrá chance de que el capitalismo vuelva a expandirse. En contra de lo que pregona cierto pensamiento, digamos progresista o de izquierda, el Estado no es una herramienta neutra. Los poderes de abajo, que son poderes no estatales y autónomos, nacen y existen para evitar que se expandan las relaciones capitalistas. Son, por tanto, poderes por y para la lucha anticapitalista.

Finalmente, el mundo nuevo posterior al capitalismo no es un lugar de llegada, no es un paraíso donde se practica el buen vivir, sino un espacio de lucha en el que, probablemente, los pueblos, las mujeres, las disidencias y las personas de abajo en general, estaremos en mejores condiciones para seguir construyendo mundos diversos y heterogéneos.

Creo que si dejamos de luchar y de construir lo nuevo, el capitalismo renace, incluso en el mundo otro. El relato del Viejo Antonio que dice que la lucha es como un círculo, que empieza un día pero nunca termina, tiene enorme actualidad.

 

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2021/11/19/opinion/021a1pol

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Entrevista a Paola Sotomayor, socióloga y especialista en investigación visual de la Universidad Nacional Autónoma de México

Por: J. Fernanda Sánchez Jaramillo

Es socióloga y especialista en investigación visual de la Universidad Nacional Autónoma de México. Magister en comunicación política y doctora en ciencias sociales, con especialidad en sociedad y territorio en la Universidad Autónoma metropolitana.

Como parte de su activismo en pro de los animales, desarrolló la Brigada Animal México, el tour de activismo a nivel nacional y global más grande de la historia, visitando universidades, centros comunitarios y poblaciones activistas en 32 sedes del país. Ha sido coordinadora global y asesora de campañas antiespecistas para organizaciones internacionales, latinoamericanas e hispanohablantes, presentado conferencias magistrales sobre el especismo y las crisis que genera, creado contenido divulgativo, crítico, en medios audiovisuales y académicos; además, acciones disruptivas, legislativas, artivismo y de acción directa.

FSJ: ¿Cuándo nació tu vocación por la defensa de los demás animales?

PS: A los 12 años cuando empecé en el activismo.

FSJ: ¿Hubo algún referente en tu familia sobre el respeto y cuidado de las demás especies?

PS: No, pero me fue inculcado el interés por la lucha social vinculada a los derechos de lxs campesinxs y la soberanía.

FSJ: ¿Cómo enfrentas la lucha contra el especismo en un país como México?

PS: Con valentía, ante los riesgos que implican ser mujer y hacer activismo en un país misógino, armado, corrupto y profundamente desigual que apoya poco la lucha anti especista, donde hay una relación entre la industria alimentaria especista y lxs creadores de políticas públicas dañinas.

FSJ: ¿Cómo involucras elementos como etnia, clase y género en la defensa de los demás animales?

PS: Desde el estudio y enfoque interseccional, pues ninguna violencia es aislada. El especismo es un sistema de opresión que opera a través de mecanismos de control y normalización en las esferas: cultural, económica y política.

La violencia hacia lxs demás animales convive con otras formas de opresión, que se potencian unas a otras. La lucha anti especista no puede ser efectiva sin pensar sus estrategias desde el contexto capitalista y patriarcal. Esta perspectiva se encuentra en todas mis propuestas.

FSJ: ¿Crees que el movimiento animalista, liderado especialmente desde la academia, utiliza las herramientas adecuadas, materiales y discursivas, para persuadir a la comunidad en general de la importancia de esta causa?

PS: No. Creo que hay un esfuerzo importante por la divulgación, pero también autoritarismo, poca colaboración hacia el veganismo popular y carencia de pragmatismo, así como una ausencia de urgencia y radicalidad ante las crisis planetarias de origen especista y de consecuencias terribles para el resto de lxs animales

FSJ: ¿Cómo debe abordarse, desde tu perspectiva crítica, el problema del especismo en pueblos originarios -históricamente colonizados-para acercarse a ellos respetando su concepción del mundo?

PS: sin la perspectiva colonialista y romántica de que hay quienes «no entienden» o «sus costumbres deben ser respetadas sin cambio», puesto que la mayoría de los pueblos originarios no explotaba animales para la alimentación hasta la llegada de la invasión europea a nuestro continente, así como tampoco reproducía costumbres patriótico-cristianas que imponen la explotación animal bajo pretextos de «cultura».

Las comunidades indígenas también viven las consecuencias del especismo, en términos éticos, ambientales, políticos y económicos. Por lo que no debe ser menor su consideración, tanto desde el rol que juegan como violentadores, como el rol que les vulnera al imponerles prácticas alimentarias como la dieta estándar americana y costumbres judeocristianas especistas que reproducen desde contextos de vulnerabilidad sistemática.

FSJ: ¿Es el veganismo el ideal último en la defensa de los demás animales?

PS: lo es el veganismo popular.

FSJ: ¿Si es así, qué pasa con el problema del consumo y el capitalismo detrás de la ingesta de comida vegana o de la promoción de alimentos como el aguacate y la soya, ambos monocultivos, que comprometen la pervivencia de múltiples comunidades?

PS: Esos problemas no son del veganismo ni de «la comida vegana» puesto que sus productores son empresas especistas como: Cargill (dueña de Purina, principal productora de alimento para animales de diversas especies), Nestlé y otras. La producción de alimentos y su consumismo conflictivo son problemas de la cultura capitalista no de la práctica ética y política que es el veganismo. Sus autores son las mafias empresariales o del narcotráfico (en el caso del aguacate), que reproducen prácticas especistas y contrarias a los derechos humanos, no lxs productores y consumidores veganxs.

No predomina en las personas veganas el consumo de aguacate. En promedio, solo el 10% de la población es vegana, pero no así el consumo de aguacate que es generalizado, en un país como México, por ejemplo. Por otro lado, más del 75% del cultivo de soya en el planeta corresponde a soya destinada a la alimentación de lxs animales presxs en las granjas, de manera que su producción es especista y una consecuencia de la alimentación con animales y poco tiene que ver con productores o consumidores veganxs. Incluso la producción de productos alimentarios de origen vegetal poco tiene que ver, en términos generales y estadísticos, con la «comida vegana». Se puede argumentar que la producción agrícola actual es contraria al veganismo.

No deben confundirse el problema de la agricultura capitalista y la cancelación de la soberanía alimentaria con el veganismo, pues responden a sujetos políticos distintos. La soberanía alimentaria, así como la práctica ética detrás de toda actividad laboral, incluida la agrícola, debe sostener valores de justicia integral, así como la búsqueda de un veganismo popular.

FSJ: La defensa de los derechos de los animales es una apuesta eurocéntrica y anglosajona, que está siendo ampliamente difundida por académicos y activistas latinoamericanos. ¿Qué características debería tener esta causa en el contexto de Abya yala, reconociendo el colonialismo ya existente? ¿cómo podría construirse un movimiento que tenga en cuenta la interseccionalidad y la diversidad cultural nuestra?

PS: en nuestros contextos existen abundantes colectivos, comunidades y pensadores de habla hispana, que conocen y viven el especismo en Latinoamérica. Estos son los trabajos que debemos divulgar, no las perspectivas extranjeras, que si bien son interesantes no son más valiosas que las propias ni corresponden a nuestras realidades ni valores ni tampoco son propuestas imprescindibles, sobre todo tomando en consideración que la lucha por los derechos de lxs demás animales ha estado presente desde cientos de años atrás, previo a toda interacción academicista del elitismo extranjero. Por otro lado, sí es imprescindible recordar que el especismo, como sistema de opresión, es una imposición de lxs europexs invasores y el imperialismo por demás violento del norte global. Mientras que, en nuestros contextos, las propuestas por un veganismo popular y consciente de la interseccionalidad son abundantes.

FSJ: Finalmente, en una reciente ponencia dijiste que no crees en la regulación para avanzar en la defensa de los demás animales. ¿Cuál es la ruta por seguir y cuál la radicalidad, entendida como ir al origen del problema, propones?

PS: la regulación, como vía jurídica en la lucha por los derechos de lxs demás animales, es insuficiente, y muchas veces especista; por lo tanto, contradictoria porque toda regulación implica mantener el estatus de propiedad sobre lxs demás animales.

No es suficiente regular contra el «maltrato», es imprescindible una postura radical contra la opresión, es decir, abolicionista, que impulse cambios estructurales, e integrales, en las áreas del sistema social, no solo en la normatividad. Pero, particularmente en las leyes se debe velar por la vida de lxs demás animales y no por el libre mercado como en la legislación actual.

El antiespecismo debe involucrarse en la implementación y popularización de prácticas de producción, laborales, culturales, etcétera, que sean éticas, porque aún si, en el caso hipotético, mañana fuera ilegal matar animales de cualquier especie mientras las prácticas sociales éticas (como la alimentación basada en plantas o la vestimenta de corte textil y local) no sean accesibles para todxs difícilmente habrá algún cambio estructural.

El antiespecismo no debe velar solo por los derechos de lxs demás animales, sino por una soberanía alimentaria y justicia ambiental que garanticen la reproducción del veganismo como puntero ético en todas las facetas de la vida humana. Solo una comprensión compleja, sin divisionismos, dará lugar al respeto, libertad y dignidad para todxs lxs animales sin distinción de especie.

Ninguna violencia debe ser tolerada y, si lxs activistas no practican la radicalidad desde esta óptica; entonces no estamos trabajando por la justicia, sino por mantener el statu quo desde el antropocentrismo (con todas sus opresiones), algo que, desafortunadamente, sucede mucho en el regulacionismo lo cual, en muchos casos, no construye el fin último (la liberación animal), sino por aquello que puede hacerse sin «ofender» los intereses humanos. El asunto es que ningún interés humano es más valioso que el de cualquier otro animal.

Más información sobre su trabajo en: www.polifaceticaenlaweb.com y www.brigadaanimal.com

J. Fernanda Sánchez Jaramillo, abogada, comunicadora social y periodista, magister em relaciones Internacionales y doctoranda en derecho.

“Ningún interés humano es más valioso que el de cualquier otro animal”

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