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Profesor de escuela rural con Excelencia Académica 2017: “Todo gira en torno a la ciudad. Si no es Santiago, no existe”

Chile / 15 de abril de 2018 / Autor: María Gabriela Salinas / Fuente: EduGlobal

Cristián Contreras Navarrete, docente de la escuela rural Ranguel, estuvo siete meses sin sueldo y poniendo de su bolsillo para que el recinto pudiera funcionar. “El profe que trabaja en el campo es por pura vocación”, asegura.

En Chile hay más de 3.200 escuelas rurales a lo largo del país, con cerca de 20 mil profesores trabajando en este nivel educativo. Pese a ello, sus necesidades no suelen aparecer en los anuncios públicos. Tampoco están en el programa de Gobierno.

Bien lo sabe el profesor Cristián Contreras Navarrete, docente de la escuela rural Ranguel, quien hace años intenta instalar esta problemática de manera esporádica en los medios de comunicación. La primera vez fue en 2013 por el resultado Simce de la escuela donde trabajaba, establecimiento que le adeudaba siete meses de sueldo.

“La prensa me conoció ese año cuando trabajé sin sueldo y es parte de mi vida”, cuenta Contreras a El Dínamo. Hoy la historia es distinta. La escuela rural Ranguel, dónde es director y uno de los dos profesores, fue destacada con la Excelencia Académica por parte del Mineduc este 2017, lo que se suma a resultados Simce sobre los 330 puntos y un premio Enlaces en mayo pasado por las clases innovadoras en matemáticas

Pero tal vez uno de los momentos más recordados del docente en su participación en la prensa fue cuando enfrentó al entonces candidato presidencial Manuel José Ossandón en el programa Aquí Está Chile. Contreras le preguntó sobre sus propuestas para la educación rural. La respuesta del senador fue lapidaria: “si quieres una lista de supermercado, te vas a ir decepcionado”.

“Yo fui en representación de las escuelas rurales para saber si había una propuesta. La respuesta que me dio no me la esperaba, pero también sé que la educación rural a nivel país no es un tema que se toque”, cuenta el profesor.

Para Contereras, el problema es que “todo gira en torno a la ciudad. Si no es Santiago, es Viña, si no es Viña, es Concepción. Más allá, no existe. Para mí Ossandón fue sincero, dijo que no había ninguna respuesta, que me decía la verdad, que no es un tema que le preocupe a los políticos”.

En esa línea, reconoce que el senador “fue bien duro. Me dijo que no es un tema que se toque, que se habla para las masas, para la educación secundaria, la universitaria, para las masas. Que las escuelas rurales no existen para los encargados de Educación”.

Para el profesor, este encuentro vino a reafirmar algo que experimentó en carne propia. En 2013, la sostenedora de la escuela en donde trabajaba murió y el establecimiento quedó en un verdadero limbo.

“Me tocó vivirla duro. Me tocó tirar la escuela para arriba sin sueldo y con un Ministerio que no hacía nada sabiendo todo el tema. Yo iba todos los viernes donde el Seremi a preguntarle qué pasaba, porque me iba a dejar sin escuela, ¿qué le podía importar a un ministro? Me sentí sólo durante seis meses… hasta que llegó la tele”, cuenta.

“Yo no entendí cómo podían dejar a la deriva a los niños. Ellos sólo vieron el daño político cuando aparecieron en los medios. Nunca vieron el fondo. Yo no lo hice para destruir a figuras pública, sino para sacar adelante a los niños, pero parece que no se entendió ni aquí ni en Santiago. Me condecoraron, pero qué pasó: se cerró la escuela”, relata Contreras.

Si bien hoy la situación cambió, reconoce que aun hay problemas de fondo que son trasversales a todas las escuelas rurales del país. “Aquí en el campo no tengo prekínder o kínder. Aquí todos entran en primero básico sin saber nada y la prueba Simce es para todas las misma. Aquí todos corremos con desventaja. En las ciudades saben las vocales, los números, acá no. Es un doble trabajo que hay que hacer. Cuando en Santiago enseñan a leer, aquí estamos con las manitos aprendiendo números con los niños”, explica.

“La educación rural es hermosa. El profe que trabaja en el campo es por pura vocación. Viaja todos los días, no ve a su familia, se queda a dormir. Uno a veces usa recursos propios para mantener bien la escuela. Hay una entrega, una pasión, que no siempre tiene apoyo de las políticas públicas. Por ejemplo, enseñamos a todos en una sola sala de clases y la gente puede decir ‘a pero con 14 niños quien no saca un Simce bueno’, pero claro, hay que enseñar a esos 14 niños de todos los cursos. La gente habla y desconoce de la educación rural”, agrega Contreras.

Si pudiera hablar con el ministro de Educación, Gerardo Varela, o el mismo Presidente Sebastián Piñera, el profesor no duda en decir que “le diría que nos ayudara. Las escuelas rurales son parte de la educación. En la comuna de Hualqui sube sus puntajes no por los colegios urbanos, sino por las escuelas rurales porque los puntajes se suman. Eso no se sabe”.

“No somos dos ni tres escuelas. Estamos en el norte, en el desierto, en el sur, en el campo. Hay mucho desconocimiento. Si no es Santiago, pareciera que no existiéramos. Ojalá el nuevo Gobierno se preocupe de las escuelas rurales, que sepan que se hace un buen trabajo. Lo que pasa es que no nos toman en cuenta, de repente estamos muy lejanos…”, concluye.

Fuente del Artículo:

http://www.eduglobal.cl/2018/04/03/profesor-de-escuela-rural-con-excelencia-academica-2017-todo-gira-en-torno-a-la-ciudad-si-no-es-santiago-no-existe/

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El exitoso modelo Danés: una educación preescolar y básica de calidad

Dinamarca – Chile / 25 de marzo de 2018 / Autor: Dr. Franco Lotito C. / Fuente: Gran Valparaíso

“Niños chilenos de entre 12 y 14 años que llegan a octavo básico no saben leer ni escribir… ¿mala educación, malas políticas estatales o falta de ética profesional? ¿O todas las anteriores?” (Publicado en diversos canales de televisión y diarios de circulación nacional el día miércoles 7 de marzo de 2018).

Esta fue la reveladora noticia que fue entregada a la opinión pública, una noticia, que no sólo es desastrosa, sino que es, simplemente, repudiable e inaceptable: niños de varias escuelas públicas de diversas comunas de Chile que han llegado a octavo básico NO SABEN LEER NI ESCRIBIR.  Es decir, jóvenes de 13, 14 y 15 años son simples analfabetos. Esto en plena democracia y en pleno siglo XXI. Es por esta razón, que deseo comparar el modelo danés de educación  con nuestro sistema educacional, en función de lo cual, más adelante presentaré las bases de dicho modelo educativo.

No puedo comenzar este escrito, sin poner sobre el tapete de la discusión el drama –y la vergüenza personal– que les tocará vivir en carne propia a los miles de jóvenes analfabetos chilenos, quienes representan un claro ejemplo de la total ineptitud, indolencia e impudicia con la cual las autoridades del gobierno de la ex presidenta Bachelet “administraron” el tema de la educación. Pero esto no es todo. El Ministerio de Educación debió reconocer hace muy poco que “más de 400 mil personas adultas no saben leer ni escribir en nuestro país”. Directo, claro y… catastrófico.

Como todos saben, parece un desperdicio de tiempo intentar hablar acerca de la “calidad” de la educación en nuestro país, sea que hablemos de la  “calidad” en educación básica, media o universitaria. La razón es muy simple: lo único que, al parecer, les interesaba a las autoridades responsables, era que los niños y jóvenes “pasaran de curso”, no importaba cómo. Tampoco les importaba si salían ignorantes y analfabetos de algunas de las instituciones de educación, sea que hablemos de Básica o Media, e incluso universitaria.

Es más. A partir de 2019 entrará en vigor un decreto del Gobierno de Bachelet que elimina la repitencia automática de los alumnos, aún cuando no cumplan con los requisitos de asistencia a clases y/o de notas. Este nuevo decreto, de acuerdo con diversos expertos, no hará otra cosa que aumentar significativamente el número de niñas y niños que no sabrán leer ni escribir en nuestro país, es decir, tendremos abundancia de gente analfabeta que, en estricto rigor, representarán “mano de obra barata e ignorante” para las élites gobernantes y económicas de este país.

Pregunta… ¿qué diablos van a hacer estos niños cuando salgan de cuarto medio –si es que egresan alguna vez– y quieran ingresar a la Universidad, si  ni siquiera saben leer de corrido y menos aún escribir correctamente? Y hoy estamos hablando de educación gratis universitaria para el 60% de la población más vulnerable del país. Más bien, parece una burla a los jóvenes analfabetos.

Esto es lo que sucede cuando las cosas se hacen mal. Muy mal. Dando lo mismo, si el gobierno de turno es  de “izquierda” o de “derecha”.

Veamos ahora qué sucede cuando las cosas se hacen bien, con compromiso, con responsabilidad, con seriedad, usando la cabeza,  en lugar de usar las “patas” –perdonando la expresión– y otras partes del cuerpo humano que no corresponden al cerebro, precisamente. Es el caso del “Modelo danés de Educación”.

Dinamarca se ha convertido en uno de los países símbolos en el mundo –junto a Finlandia, Singapur, Noruega y Suecia–, que gracias a una fuerte política de inversión económica en educación preescolar y básica, logró disminuir totalmente la brecha educacional y social entre los niños de menores y de mayores recursos.

Tanto es así, que el modelo danés se convirtió en el ejemplo más exitoso de intervención social del mundo, por cuanto, el gobierno de este país decidió trabajar EN FAVOR de TODOS sus ciudadanos, volcando sus esfuerzos en mejorar la calidad de la educación, es decir, la mejor fórmula jamás “inventada” para sacar a la gente de la pobreza, del desamparo, la ignorancia y del subdesarrollo.

El modelo danés se basa en dos principios fundamentales: 1. Conseguir cobertura para todos los niños y, 2. Excelente calidad de la educación por IGUAL PARA TODOS. Sin importar, si los colegios se encuentran en la capital de Dinamarca o están ubicados en algún pueblo remoto y perdido en las montañas nevadas. Dinamarca invierte entre el 4 y el 7% de su Producto Interno Bruto en temas que para el gobierno de este país son relevantes: educación, capacitación, investigación y desarrollo.

Probablemente esta cifra podrá parecer “exorbitante” para nuestra clase política y gobernante, sin embargo la alta rentabilidad que esto tiene para el país, es simplemente EXTRAORDINARIA, puesto que los futuros profesionales que surgen de esta inversión en educación devuelven –cuando mayores– con creces el dinero invertido en los niños de prebásica y básica a través de los altos impuestos que pagan las personas en este país, con lo cual, se reduce la pobreza, disminuye la inequidad, así como el reparto desigual de la riqueza de una nación, al tener profesionales altamente calificados. Y no sólo esto: también se reduce la delincuencia, el alcoholismo, la drogadicción y, lo que no deja de ser importante, el RESENTIMIENTO de los pobres en contra de la élite privilegiada.

Y… ¿cómo se garantiza la calidad de la educación? Pues bien, el gobierno danés decidió imponer normas muy exigentes en su sistema educacional. Mientras que en los países de la OCDE se pide, por ejemplo, una parvularia cada 8 niños, en Dinamarca se exige UNA POR CADA TRES NIÑOS. ¿No le parece una maravillosa forma de exigir calidad en la educación?

Por otra parte, la fórmula exigida para estudiantes de básica y media es que los profesores no se hagan cargo, más allá de 15 a 20 estudiantes por curso, de modo tal, que los docentes puedan preparar sus clases en forma óptima y puedan seguir formándose de manera continuada. Un profesor danés (sueco, finlandés, noruego, etc.) gana tanto como un ingeniero o un médico, y está obligado a seguir capacitándose y formándose, lo que significa, que a lo menos, debe tener el grado académico de magíster si es que quiere ser maestro y, a lo menos un grado de doctor, investigaciones y publicaciones a su haber, si es un académico o docente universitario. ¿No le parece una excelente manera de lograr calidad en la educación?

El Dr. Gosta Esping-Andersen –sociólogo danés y asesor de diversos gobiernos europeos– ha demostrado con sus estudios, análisis e investigaciones que el “modelo danés permitió dar iguales oportunidades a todos los niños en una etapa crucial de su desarrollo”, donde se estimulan por igual las capacidades cognitivas de los menores, así como también sus habilidades socioemocionales.

De eso se trata, justamente, de hacer las cosas bien, con el fin de evitar “ensillar el caballo al revés”, tal como se ha hecho en Chile. De poco –o nada– sirve tener una “educación universitaria gratis”, si el futuro estudiante ni siquiera es capaz de entender lo que lee y, lo que es peor, apenas puede leer “de corrido”… si es que aprendió a leer.

En función de lo anterior… ¿cómo se le pide perdón a los miles  y miles de niños y adolescentes chilenos que irán por la vida –en pleno siglo XXI– como simples analfabetos, siendo incapaces de escribir ni siquiera su propio  nombre?

Fuente del Artículo:

 

El exitoso modelo Danés: una educación preescolar y básica de calidad

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Reconocido actor de Netflix entregó apoyo a profesores de filosofía chilenos

Chile / 11 de marzo de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: ADN 91.7

El catalán Francesc Orella interpreta a Merlí, un docente de esta asignatura en un instituto público.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El reconocido actor catalán, Francesc Orella, envió un saludo de apoyo a los profesores de filosofía de Chile ante la decisión del Consejo Nacional de Educación (CNED) de objetar las asignaturas de filosofía, ciencias y orientación.

El artistas interpreta a Merlí Bergeron en la serie «Merlí» de TV3 y distribuida por Netflix, un docente de este ramo que insta a los alumnos de un instituto público a desestructurar sus pensamientos con métodos poco ortodoxos, lo que alborota el colegio y sus familias.

En un video publicado por la Coordinadora de Estudiantes de Filosofía, Orella manifiesta su solidaridad con la movilización y aseguró que «comparto absolutamente vuestra lucha para esta arbitraria y autoritaria medida«.

Para el actor, la medida del CNED busca «impedir y obstaculizar que se consiga uno de los aspectos esenciales de de la formación intelectual de los jóvenes, que es precisamente tener capacidad de análisis, de reflexión, y de crítica ante el mundo que les rodea«.

«No en vano la filosofía siempre ha sido una materia incómoda para el poder establecido y en estos tiempos actuales, todavía más. Adelante con vuestra lucha compañeros, por el derecho a la Filosofía», cerró.

Fuente de la Noticia:

http://www.adnradio.cl/noticias/sociedad/reconocido-actor-de-netflix-entrego-apoyo-a-profesores-de-filosofia-chilenos/20180306/nota/3719763.aspx

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Reformar la Universidad del siglo XXI

Cuba / 4 de marzo de 2018 / Autor: / Fuente: Granma

Las reformas solo son fecundas  cuando penetran en el espíritu de los pueblos.
José Martí

Una universidad anquilosada en un pasado en extremo conservador, con un modelo arcaico de enseñanza heredado del lastre colonial, caracterizaban la región latinoamericana tras la Primera Guerra Mundial, y la casa de altos estudios de Córdoba, en Argentina, no era la excepción. En un contexto de crisis y de enajenación de los problemas de su sociedad, en ella se erige, en 1918, la primera crítica a la universidad tradicional, en lo que se conoce como la Reforma de Córdoba, hecho histórico de enormes ramificaciones en la región, que este año llega a su centenario.

«Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y –lo que es peor aún– el lugar en donde las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara». Aunque breve, este fragmento del Manifiesto de 1918 resulta contundente, y refleja la situación que vivía la educación superior por aquellos años.

 Sus instituciones seguían siendo los últimos «virreinatos del espíritu» –comenta a Granma Jose Luis García Cuevas, asesor del Ministro de Educación Superior de Cuba–, y en ese contexto el movimiento estudiantil de Córdoba toma la universidad. Para ese entonces, ya se había creado la Federación de Estudiantes del centro, y con ello se concretó la implementación de una serie de reformas relativamente revolucionarias para el momento. En junio de ese año, aparece el conocido Manifiesto Liminar, «un llamado que levantó a las universidades de América Latina», una suerte de declaración de principios de los jóvenes, que tomó el pulso a los problemas más acuciantes de la región.

Los postulados del Manifiesto Liminar se centraron, apunta García Cuevas, en la necesidad de renovar la universidad, del cogobierno estudiantil, la gratuidad de la enseñanza y sobre todo en la vinculación de la universidad con la sociedad. «Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda», rezaba el documento del movimiento reformista.

Los ecos del Manifiesto fueron seguidos, entre otras acciones, con desfiles en las calles, la creación del Primer Congreso Nacional de Estudiantes y la huelga estudiantil en todo el país. Pero sobre todo –y eso es lo más importante– tuvo su resonancia en toda la región, en países como Paraguay, Chile, Venezuela y Perú, entre otros.

CÓRDOBA LLEGA A CUBA

En el año 1922, la visita a Cuba del doctor José Arce, médico argentino a cargo del rectorado de la Universidad de Buenos Aires, y sus intervenciones acerca de los sucesos de Córdoba, actuaron como detonantes para impulsar el proceso de Reforma Universitaria en nuestro país. La situación en que sumía a la Mayor de las Antillas la dictadura reinante de Gerardo Machado, y la necesidad de romper vetustos modelos de enseñanza y democratizar el acceso a las universidades, eran caldos de cultivo suficientes.

El líder estudiantil Julio Antonio Mella emprende, entonces, el camino. Así es como surge la Federación Estudiantil Universitaria en 1922, y  un año después se realiza el Primer Congreso Nacional de Estudiantes. De igual forma, en 1923 se proclama la Reforma Universitaria –que al decir del doctor José Ramón Saborido Loidi, titular de Educación Superior de Cuba– asumió tres presupuestos: la lucha contra la cátedra vitalicia, la vinculación universidad-sociedad y la depuración de todo elemento corrupto y práctica docente anacrónica que lastrara el pleno desarrollo universitario.

Un asunto clave para el desarrollo del movimiento estudiantil significó que Mella se percatara de que una revolución universitaria implicaba una revolución social, a esa meta dedicó sus últimas fuerzas, así como a darle acceso al pueblo con la creación de la Universidad Popular José Martí, apunta García Cuevas, y señala que fue en Cuba donde la Reforma de Córdoba tuvo su repercusión más radical.

Por ello, como afirmaría Fernando Vecino Alegret, quien fuera ministro de Educación Superior durante más de 30 años en Cuba, no se puede escribir la historia de la universidad cubana sin acudir a la Reforma de Córdoba. No en vano fue uno de los temas centrales del 11no. Congreso Internacional de Educación Superior, que concluyó recientemente en La Habana.

En ese espacio, el doctor Gustavo Cobreiro, rector de la Universidad de La Habana, apuntó que la más profunda transformación «llegó después de enero de 1959», triunfo al cual contribuyó sobremanera la juventud estudiantil. Desde entonces la educación superior cubana «ha estado en un permanente proceso de reforma».

Ejemplo de ello son –grosso modo– la erradicación del analfabetismo, la Reforma Universitaria de 1962, la graduación de casi un millón y medio de profesionales desde 1959 hasta hoy, el crecimiento y expansión de sus instituciones, la superación constante de su potencial humano, los resultados de la vinculación universidad-sociedad, y de la aplicación de la ciencia, la tecnología y la innovación en el desarrollo de la enseñanza.

Todo ello bajo el principio defendido por Ernesto «Che» Guevara, cuando en la Universidad de Oriente, en fecha tan temprana como noviembre de 1959, criticó que estas instituciones pudieran convertirse en un «castillo de marfil alejado de las realizaciones prácticas de la Revolución», por lo que la Reforma Universitaria debía convertirse en un pivote para la «gran tarea de la industrialización del país». Así ha sido durante más de 55 años, en los que la universidad cubana, en permanente transformación, ha sido uno de los puntales del desarrollo de la nación.

LA ACTUALIZACIÓN DE UN MANIFIESTO

Poner al día los postulados de la Reforma de Córdoba constituye un compromiso al que se deben los catedráticos e investigadores del mundo, y sobre todo de la región latinoamericana, si se quiere construir la universidad nueva que aporte educación de calidad para todos.

Como dijo a este rotativo el doctor Hugo Juri, rector de la Universidad Nacional de Córdoba, en el contexto del 11no.

Congreso de Educación Superior, la universidad reformista debe ser una parte integrante, total, de la sociedad. «Fue ese el legado de aquellos jóvenes a quienes les tocó hacer una disrupción de lo que era entonces la universidad. Así que nosotros tenemos que replantearnos cuál es la universidad que nuestras sociedades necesitan en los próximos años».

El tema es uno de los ejes temáticos de la agenda que en junio próximo discutirán los profesionales reunidos en la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES 2018), en la Universidad de Córdoba, donde constituye un reto la creación de un nuevo Manifiesto de las universidades latinoamericanas. «Tenemos que hacer cumplir los sueños de los jóvenes reformistas de construir una universidad comprometida con el desarrollo de sus pueblos», dijo el doctor Francisco Tamarit, presidente de su comité organizador.

El doctor Pedro Henríquez Guajardo, director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, insistió por su parte en la importancia de contextualizar los postulados de Córdoba a las realidades y contextos del siglo XXI.

Hay principios que tienen que ver con el cogobierno, con la participación, con el carácter de la universidad, y  tenemos que actualizarlos en cuanto a metas, desafíos y estrategias –precisó Francisco Telémaco Talavera, presidente del Consejo Nacional de Universidades de Nicaragua– en una contemporaneidad que se rige por nuevos paradigmas, pero que debe desarrollar la formación del talento humano desde la educación integral, el compromiso, la formación de valores, la investigación, extensión y vinculación universidad-sociedad, por un mundo que no tenga los niveles de injusticia, inequidad e insostenibilidad del actual.

A cien años de su proclamación, Córdoba sigue teniendo lecciones para dar. Es un grito de rebeldía que corresponde reivindicar por el bien de la educación. Defenderlo, como diría García Cuevas, implica defender nuestra izquierda, «lo que en el mundo universitario significa pronunciarse a favor de Gobiernos que promuevan las transformaciones necesarias para desplegar el potencial de las universidades en nuestra región».

Fuente del Artículo:

http://www.granma.cu/cuba/2018-02-21/reformar-la-universidad-del-siglo-xxi-21-02-2018-17-02-04

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Laura M. Ramírez: América Latina: adelante con la transformación educativa

México / 25 de febrero de 2018 / Autor: Laura M. Ramírez / Fuente: El Heraldo de México

La región todavía no logra que las niñas, los niños y los jóvenes estén, aprendan y participen en la escuela

Este año el panorama en América Latina trae un gran cambio político con elecciones presidenciales o legislativas en 10 países, más dos procesos de 2017: Chile con gobierno entrante en marzo y Honduras con un conflicto que puede desembocar en nuevas elecciones este año.

Para que la región logre superar los problemas de desigualdad, corrupción, pobreza extrema e inseguridad, se requiere apostarle a la educación, con estrategias de mediano y largo plazo.

La mayoría de los países empezaron procesos de transformación educativa desde los 80. Inicialmente el foco estuvo en aumentar la cobertura en educación primaria. Con los años se ha visto que esto no es suficiente y se necesitan cambios normativos y políticas públicas en- caminadas a mejorar la calidad.

Un caso representativo es el de México, que en 2013 realizó un cambio para que el artículo 3o estableciera que la educación que ofrece el Estado debe enfocarse para lograr el máximo logro de aprendizaje.

Muchos gobiernos han optado por impulsar políticas enfocadas a la primera infancia para dar atención integral y de calidad a l@s niñ@s de 0 a 6 años. Destaca el caso colombiano que con su iniciativa De Cero a Siempre logró articular servicios de salud, cuidado y educación inicial. También se ha trabajado en mejorar la formación docente y de líderes escolares mediante formación inicial y continua y evaluación de desempeño. Para mejorar la permanencia de alumnos hay pro- gramas como redes de tutoría, aulas interactivas y ampliación de jornada.

Sin embargo, la región todavía no logra que las niñas, los niños y los jóvenes estén, aprendan y participen. Un factor que dificulta obtener mejores resultados es que con frecuencia las políticas públicas se conciben de acuerdo al gobierno en turno, sin visión de largo plazo.

¿Qué podemos hacer los ciudadanos? Independientemente de la ideología de los gobiernos entrantes, la ciudadanía tiene un papel funda- mental para que la transformación educativa siga su curso. ¿Cómo?

• Exigiendo políticas de Estado y no de gobierno, los cambios llevan tiempo y es difícil avanzar cuando cada periodo presidencial se quitan y ponen programas sin evaluar su impacto y sin reconocer los aciertos.

• Informándonos sobre políticas que han dado resultado y demandar que permanezcan, que se ajusten los presupuestos para que lo bueno siga y cambiar lo que no funciona.

• Reconociendo a los buenos maestros y líderes escolares, apoyándolos en el papel que juegan en la transformación de las escuelas.

• Escuchando lo que niñ@s y jóvenes tienen que decir para fortalecerlos como ciudadanos y asegurar- nos de que la educación responde a lo que quieren y necesitan.

La transformación educativa en Latam no depende de un gobierno, es un proceso que lleva años y que debemos impulsar entre tod@s.

Fuente del Artículo:

https://heraldodemexico.com.mx/opinion/laura-m-ramirez-america-latina-adelante-con-la-transformacion-educativa/

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Latinoamérica por la educación

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Pactos, 4 por ciento y reforma de la educación -2 de 3-

República Dominicana / 25 de febrero de 2018 / Autor: Jesús de la Rosa / Fuente: Hoy Digital

En las décadas de los años ochenta del pasado siglo 20, la instrucción pública de la República Dominicana confrontaba grandes calamidades. Sus índices de calidad revelaban un gran desastre: baja tasa de cobertura acompañada de una alta tasa de deserción; bajo porcentaje de estudiantes promovidos de grado y sobrecogedores índices de sobre edad. Más de 700 mil niños y jóvenes debieron permanecer fuera de las aulas por falta de cupo o por problemas económicos que los afectaban tanto a ellos como sus padres. En las comunidades más empobrecidas del país se había ido perdiendo la costumbre de enviar sus hijos a las escuelas. La educación inicial era un producto muy caro por lo que la cobertura en ese nivel apenas cubría el 20% de la demanda potencial. El 20% de los dominicanos mayores de 15 años no sabían ni leer ni escribir. La escolaridad promedia de la República Dominica apenas alcanzaba los 4 años de educación básica; hecho éste, que se manifestaba en una baja capacidad tecnológica en su población económicamente activa. Como bien lo señaló el entonces Secretario de Educación, Bellas Artes y Cultos, Nicolás Almánzar: “existe una severa crisis educativa. Sería necio y absurdo negarlo, cuando la realidad es más fuerte que el pálido reflejo de lo que escriben sobre la crisis educativa, los especialistas y los formadores de opinión”. ¿Qué evitó el colapso definitivo del sistema dominicano de instrucción pública? El diseño y puesta en práctica del Plan Decenal de Educación 1993-2003 a cargo, no de un individuo en particular, sino de cientos de personas capacitadas y deseosas de mejorar las condiciones de vida de los dominicanos. Los candidatos de los principales partidos políticos a ocupar la Presidencia de la República en las elecciones generales celebradas aquí en 1996 acordaron con los comisionados del Plan Decenal de Educación 1993-2003 que quien resultara ganador en esos comicios nombrara como Secretario de Educación, Bellas Artes y Cultos a una persona ligada al sector y muy entendida en materia de educación y de didáctica. El candidato triunfador en esas elecciones, el doctor Leonel Fernández Reina, cumplió con lo acordado.

¿Quién o quiénes fueron los primeros en sugerir un presupuesto para educación equivalente a un 4% del Producto Bruto Interno? El Sistema Dominicano de Instrucción Pública era, y todavía lo sigue siendo, uno de los peores financiados de la América Española y el Caribe. Los gobiernos que se sucedieron en las décadas de los años 90 y en los inicios de la primera del siglo 21, invirtieron en educación un promedio de 2.3% del PBI, en momentos en que el promedio de los gastos en educación de parte de los gobiernos latinoamericanos sobrepasaba con creces el 4.7% del PBI. Ante esa situación, nuestros gobernantes reaccionaban de distintas manera; unos, otorgando al sector de educación montos cada vez más insuficientes; y otros, dejando hacer a los secretarios de Estado del ramo lo que querían y podían para mejorar la grave situación en que se encontraba el sistema dominicano de instrucción pública.

Todo ello, sin analizar los graves problemas a los cuales nos enfrentábamos y sin concertar soluciones de fondo a los mismos. Afortunadamente, al multiplicarse los grupos sociales que demandaban más y mejor educación, aumentaron las expectativas. Lo mismo ocurrió con el financiamiento de las escuelas públicas. Cuando eran pocas y poco también su impacto en las finanzas públicas, sólo a un reducido grupo de personas se le ocurría pensar y sugerir que los gobiernos invirtieran más en el ramo.

Fuente del Artículo:

Pactos, 4 por ciento y reforma de la educación

Fuente de la Imagen:

http://crees.org.do/es/gráfica-del-día-calidad-de-la-educación-en-centroamérica-y-república-dominicana

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Un abogado a Educación: ¿desacierto o coherencia político-pedagógica?

Chile / 25 de febrero de 2018 / Autor: Domingo Bazán Campos / Fuente: La Nación

Cada vez que asume un nuevo gobierno, uno de los momentos más esperados, desde un punto de vista político y noticioso, corresponde a la designación de quienes acompañarán al Presidente electo en su mandato. Es decir, su gabinete, su equipo de confianza, esos más de 20 ciudadanos que asumirán la responsabilidad de la administración de la nación y de poner en marcha el valorado Programa de Gobierno.

En este contexto, más allá de las expectativas en torno a qué partidos de la coalición gobernante se favorece, es relevante observar el cumplimiento de una mínima coherencia entre los valores del Presidente y lo trazado en el Programa de Gobierno, por un lado, con los perfiles, competencias y experiencias previas de los designados, por otro lado, para ejecutar esas “partituras políticas” y asumir como ministros de Estado. En el caso de Educación, la opinión pública está manifestando sorpresa y desazón, resaltando la aparente baja experiencia en el campo educativo de Gerardo Varela junto a una relativa distancia del flamante ministro en relación a un determinado perfil exigido para ocupar esta cartera.

¿Qué sentido y validez posee esta desazón por el nombramiento de un abogado y directivo empresarial en el Ministerio de Educación? Si miramos desde un enfoque crítico y social, no debería ser sorpresa esta reciente designación, pero si miramos desde cierta superficialidad periodística, de la novedad, las expectativas rotas y la frustración podrían entenderse. Revisemos algunos argumentos que están detrás de esta novel frustración de una parte de la opinión pública:

a) Dime con quién andas y te diré quién eres: Como hemos sugerido, los ministros son hombres de confianza de su Presidente. De ellos, se espera “unidad, diálogo y calidad”, en el fondo, lealtad al Mandatario y su programa. No tiene sentido esperar un ministro que no esté dispuesto a hacer lo que tiene que hacer. Los partidos que lo avalan han asegurado previamente que cada nombre sugerido cumpla estos principios. En este contexto, si las intenciones del nuevo gobernante refieren a desmontar distintas leyes asociadas a gratuidad, lucro e inclusión, qué mejor que un abogado para ello, máxime si públicamente el designado ya se refirió negativamente a estas transformaciones de la Nueva Mayoría. Si, por otro lado, se concibe a la educación como un bien de consumo más que como un derecho, qué mejor que un experto líder empresarial para resignificar lo avanzado y girar hacia categorías más economicistas de la educación y la sociedad. En todo esto hay estricta coherencia política, la mejor y más eficiente de las coherencias. Los sorprendidos con esta designación, sorprenden.

b) Pastelero a tus pasteles: Esta premisa -ya fuerte en las redes sociales- supone que las carteras ministeriales deben ser ocupadas por expertos en los temas propios de cada cartera. Así, un economista a Hacienda; un artista a Cultura; un abogado a Justicia; un médico a Salud, en fin. Aunque esto se diluye en otras carteras, como Vivienda y Defensa, por ejemplo, persiste la representación social que sostiene que los educadores saben más de educación que otros. Lamentablemente, nunca ha sido comprendido así por quienes detentan el poder (pocas veces, en rigor, si recordamos a M. Aylwin o E. Schiefelbein). Bien sabemos que si algo caracteriza a nuestra sociedad es la gran importancia que le asigna a la educación, pero no a los educadores. Esta contradicción se explica por la connotación social, cultural, política y económica que tiene el fenómeno llamado educación, lo que lleva a pensar que debe ser administrada por otros profesionales, mas no por profesores. Así, la expectativa de un profesor para el Ministerio de Educación es una ilusión que no correlaciona con los valores de la sociedad chilena, con su ethos cultural, más allá del gobierno de turno. Nuevamente, los sorprendidos deben sorprenderse de su sorpresa.

c) En casa del herrero, cuchillo de palo: Supongamos ahora que alguna epifanía (o iluminación pedagógica freiriana) hubiese orientado a Piñera a designar un profesor en Educación. La algarabía en el Colegio de Profesores no duraría medio día, pues, no podría tratarse de un pedagogo cualquiera sino de uno que enfatice la racionalidad de la política pública chilena, más preocupada de los rendimientos que de lo que ocurre en el corazón y la mentes de niños y niñas, más centrada en el currículum prescrito que en la vida en las aulas, más obsesionada de enseñar que de aprender, más cuidadosa de la eficiencia que de la eficacia de fines pedagógicos construidos participativamente, más satisfecha de la homogeneidad en la escuela que de la heterogeneidad. En consecuencia, un profesor que llegue a Ministro de Educación debe asegurar la continuidad de la racionalidad instrumental por sobre los procesos de formación crítica y de transformación social. Por algo sonaba fuerte para esta cartera la ex ministra y profesora M. Aylwin, es decir, más de lo mismo. Que un abogado sea Ministro de Educación, no es sorpresa; que un profesor sea Ministro es una sorpresa, pero menor (siempre y cuando sea tecnócrata, eficientista y tenga un posgrado en economía). La verdadera sorpresa sería nombrar un pedagogo (estudioso de la educación), con formación fuerte en torno al sistema escolar (administración educacional o políticas educativas) y, todo ello, desde un enfoque crítico y social (pedagogía y didáctica crítica).

De acuerdo a esto, la designación de un abogado-empresario en Educación representa un acto político de estricta coherencia, así como un potencial desacierto si se subvalora la expresión popular, gremial y juvenil que desencadena. En efecto, pocas sorpresas nos trae 2018, pues, podemos anticipar ya los cambios que esta cartera tendrá en su accionar, tampoco debe sorprender las tempranas expresiones de descontento de una parte de la sociedad que no cree en la educación como un negocio ni en su instrumentalización para profundizar un sistema opresor, competitivo e individualista. Nada es sorpresa, entonces.

Fuente del Artículo:

http://lanacion.cl/2018/02/06/un-abogado-a-educacion-desacierto-o-coherencia-politico-pedagogica/

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