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Ciencia y Tecnología: Las promesas incumplidas

Por: Alejandro Canales

La política científica y tecnológica en México no parece figurar como problema a resolver, se semeja más a un misterio insondables. Por alguna razón, casi siempre injustificable, tiene un comienzo prometedor, convincente, racional, persuasivo y cargado de expectativas, para finalizar con resultados completa y absolutamente decepcionantes. También, por razones no del todo comprensibles, la temporalidad para resolver varios de los asuntos del sector, no cuadran con los sexenios, ni con las décadas o los ciclos de desarrollo; una situación que se repite una y otra vez, más o menos, desde la misma creación del Conacyt. Desafortunadamente, la actual administración no ha sido la excepción.

En las páginas de Campus hemos dado seguimiento a algunas de las acciones y errores más destacados que se han verificado en el campo científico y tecnológico, incluyendo este periodo gubernamental. En este último, lo que hasta ahora son omisiones o promesas incumplidas, cada una, por separado, no dejan de contar y ser lamentables. Sin embargo, vistas en conjunto, no solamente nos  anticipan que se producirá la conocida imagen de resultados desencantadores, lo peor es que dan la impresión de que las acciones puestas en marcha pudieron ser de otro modo. Sí, con un mejor desenlace, aunque con mayor esfuerzo y dedicación.

Veamos solamente algunas de las iniciativas más sobresalientes de esta administración que trazan el indeseado e inevitable panorama.

El uno por ciento respecto al PIB para ciencia y tecnología. Esta fue la promesa más importante de la actual administración, la que estuvo en el Pacto por México y quedó plasmada como el compromiso No. 46: “Se dará cumplimiento a la Ley de Ciencia y Tecnología con el objeto de incrementar el financiamiento para la investigación científica y el desarrollo tecnológico, a fin de alcanzar, de manera gradual, una inversión del uno por ciento del PIB. El incremento presupuestal iniciará en el presupuesto 2013. Complementariamente, se incentivará la participación intensa de los sectores productivos en la investigación científica” (pág. 12).

La promesa constituyó el primer objetivo del Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (Peciti): contribuir a que la inversión nacional (pública y particular) en investigación científica y desarrollo tecnológico crezca anualmente hasta alcanzar el uno por ciento del PIB para el año 2018.

En su momento, parecía que por fin el gobierno de Peña Nieto daría cumplimiento a lo que establece la ley desde el 2002. Así que en el periodo de la actual administración la inversión pasaría de 0.45 respecto al PIB que tenía en 2013 al uno por ciento para el final del sexenio. Las expectativas y el optimismo se desbordaron.

Y sí, el Presupuesto de Egresos de la Federación en los primeros tres años de este sexenio  fue promisorio y creciente. Todo bien, pero hasta ahí llegó. A partir del 2015 llegaron los recortes al presupuesto y para el final de ese año, con la caída de los precios del petróleo, la inestabilidad de los mercados internacionales y el llamado presupuesto base cero, el panorama comenzó a complicarse todavía más. Incluso, el mismo director de Conacyt adelantó que seguramente no se alcanzaría la meta del uno por ciento y que tal vez se llegaría al 0.8 para el término del periodo (La Jornada 11.12.2015).

Ahora se ve que ni siquiera alcanzaremos el 0.8 por ciento al concluir este sexenio. En este año, según la estimación gubernamental, el indicador es de 0.54 por ciento y no es probable que para el año próximo se incremente para cumplir lo que no se hizo paulatinamente en los años anteriores. La culpa no es del organismo rector de las políticas científicas y tecnológicas, se dirá. Ciertamente, el nivel de inversión puede ser cosa de la baja participación de los empresarios, el establecimiento de prioridades presupuestales que no coinciden con las del sector o la inestabilidad del entorno internacional. Sin embargo, no por ello dejará de ser una promesa incumplida. Además, no toda la responsabilidad está del lado de los recursos financieros.

El rediseño institucional del sistema. Aquí se trataba de elevar de rango la política científica y tecnológica a través de un cambio organizacional importante. Por un lado, esto fue alentado por la idea de que el organismo rector podria convertirse verdaderamente en una secretaría más. Una propuesta expesada con cierta insistencia en los tiempos de campaña de Peña Nieto, respaldada por algunos actores, pero cuya recepción general fue controvertida y después reformulada. Por otro lado, por los antecedentes académicos del actual director del Conacyt, Enrique Cabrero, todo parecía indicar que esatría en condiciones de impulsar una reingeniería institucional, la cual convertiría al organismo en una entidad más eficaz y más eficiente, capaz de revolucionar y articular un sistema frágil, disperso y altamente concentrado.

Sí se modificaron ligeramente las direcciones adjuntas y se crearon otras instancias menores, aunque no hubo tal rediseño institucional. Tampoco se advierte que en el plazo restante se pueda llevar a efecto. El cambio más notable en el sector fue la creación de la Coordinación de Ciencia, Tecnología e Innovación en abril de 2013. Una instancia vinculada al ejecutivo federal, puesto que sería dependiente de la oficina de la presidencia de la República y, según la norma correspondiente, le tocaría fundamentalmente apoyar las actividades de Conacyt.

El primer titular de la Coordinación fue Francisco Bolivar, cargo al que renunció en septiembre de 2015 para postularse como candidato a la rectoría de la UNAM. Después, en abril del año pasado, fue designado como segundo coordinador Elías Micha. Este último era director adjunto en el Conacyt y antes de ese cargo fue director del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología.

Los contras
Sin embargo, lo cierto es que, con uno o con otro directivo, con poco o mucho dinero, la Coordinación no ha marcado una diferencia en el impulso a las políticas científicas y tecnológicas. La oficina está cerca del ejecutivo federal; las decisiones en la materia siguen quedando lejos, muy lejos. De hecho, la Coordinación estuvo casi un semestre sin titular y públicamente nadie hizo notar su ausencia.

El programa sectorial, la información y las convocatorias. Tal vez es otro ritmo o temporalidad las que rigen las actividades del sector, pero no parece tener demasiada importancia lo que dice la norma sobre fechas o plazos a cumplir. Así como desde el 2002 la ley establece el monto de inversión en el sector y simplemente no se cumple, lo mismo ocurre con otros aspectos.

El caso del Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación es emblemático. Es el máximo órgano de gobierno y de política del sector, creado hace 15 años, presidido por el ejecutivo federal e integrado por los titulares de las secretarías que tienen más relación con la ciencia y la tecnología. La norma establece que el organismo se debe reunir por lo menos dos veces al año y extraordinarias las veces que sea necesario. Algunas de las decisiones clave, como el programa sectorial y la distribución de los recursos financieros pasan por ese Consejo. Pero no, desde su creación incumple lo que dice la ley. Lo mismo sigue ocurriendo en esta administración.

Igualmente, el documento prográmatico para el sector, el  Peciti, no se publicó en abril de 2014, cuando debió aparecer. En una situación jurídicamente anómala, el documento se conocía parcialmente, algunas de las medidas se estaban implementando, sus indicadores eran punto de referencia, pero el documento simplemente carecía de base legal porque el decreto de ley no se publicó en tiempo y forma. Al final, apareció hasta el mes de julio de 2014 y, una vez más, la anomalía careció de importancia.

También pasa con la creación del Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico para la industria petrolera que ya debeira estar en operación y no lo está. O bien, con la cuidadosa planeación del Progra estratégico para la formación de recursos humanos en materia de hidrocarburos.

Otro tanto ocurre con múltiples procedimientos y trámites vinculados a los fondos competitivos. Lo mismo pueden ser convocatorias para proyectos, para respaldo de revistas o para el fortalecimiento de redes. En algunos casos, las convocatorias se retrasan y en otros se modifican las bases y se establecen criterios irracionales. O bien, se plantean gestiones imposibles de alcanzar para ingresar la solicitud; también sucede que, una vez aprobada la solicitud, se difiere el apoyo y se entrega cuando está próximo a vencer el ejercicio fiscal. Al final los resultados son sumamente frustrantes y desalentadores.

La publicación de las estadísticas oficiales también es otro asunto. Las cifras del sector, completas y desagregadas, las que se reúnen en el reporte anual (Estado general de la ciencia, tecnología e innovación), no se publican oportunamente. De hecho, el informe más reciente es de 2014. A pesar de que la página electrónica del Conacyt contiene algunos datos, no está la información completa, no es intuitiva y es sumamente complicado encontrar lo que se busca. Una caracterítica de opacidad que comparten todas las páginas electrónicas gubernamentales.

El repositorio nacional, el comité de productividad y las cátedras Conacyt.  Finalmente, están las iniciativas que sonaban muy bien, pero sus logros han sido limitados. Desde el 2014, cuando se modificó el marco normativo para establecer lo que sería el acceso abierto a la información, Conacyt quedó como encargado de operar el Repositorio Nacional. Esto es, responsable de concentrar toda la información de interés social y cultural que se produce en México con fondos públicos, así como permitir el acceso electrónico a la misma.

La propuesta para establecer un Repositorio Nacional fue bien recibida. Sin embargo, ponerla en marcha y que funcione no ha resultado nada sencillo. Otra vez, los plazos que estaban previstos en la norma se han incumplido y a la fecha los contenidos disponibles son sumamente limitados y dispersos; en su mayoría corresponden a tesis de posgrado. Los vínculos electrónicos a los repositorios institucionales de una veintena de centros públicos de investigación aparecen en la página, el problema es que nada más no funcionan.

El CNP y las cátedras
Luego está el Comité Nacional de productividad (CNP), un organismo presidido por el secretario de Hacienda y en el que participan otros secretarios, representantes de instituciones académicas, organizaciones empresariales y el titular de Conacyt. El próximo mes de mayo cumplirá cuatro años de instaurado, con la misión de proponer iniciativas en materia de productividad y empleo, así como para sugerir acciones de coordinación entre difeentes entidades.

Al CNP le ocurre lo mismo que al Consejo General de Investigación Científica, simplemente no se reúne cuando debe hacerlo; no ha cumplido con las cuatro veces al año que prescribe la regla y menos de forma extraordinaria. Tampoco ha sido excepcionalmente activo en la formulación de propuestas. Únicamente  ha formulado medidas para tres sectores productivos.

Finalmente, la puesta en marcha del programa cátedras Conacyt. Una iniciativa que generó altas expectativas laborales en los posgraduados. A partir del 2014, el organismo sectorial, expide selectivamente nombramientos de confianza a jóvenes investigadores y los comisiona a instituciones públicas de investigación. El Conacyt se reserva para sí el papel de patrón, por lo que los jóvenes no son personal académico de las instituciones.

Independientemente de las características de la nueva figura laboral en el mercado académico y de las facilidades u obstáculos que enfrentan los jóvenes comisionados, conviene notar que el número de cátedras ha disminuido sensiblemente. Si en el primer año se asignaron más de 500 plazas, en los dos años siguientes se redujeron a poco más de la mitad. En total, el número plazas asignadas a través de este programa apenas sobrepasa el millar; una desilusión para los jóvenes.

A la actual administración le resta poco más de un año de ejercicio y no logrará cumplir con lo prometido. Al menos no en lo que concierne a las iniciativas aquí anotadas. Los recursos financieros han sido y serán un factor decisivo. Sin embargo, no todas las fallas,  omisiones y promesas incumplidas se pueden atribuir a los recursos financieros. Las decisiones pudieron tomar otro derrotero y tener otros resultados. No fue así. Ahora solamente resta esperar los componentes de una nueva versión exculpatoria.

Fuente: http://campusmilenio.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=6456:ciencia-y-tecnologia-las-promesas-incumplidas&Itemid=140

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8 postulados que te pueden ayudar como profesor

Javier Tourón
Esta entrada será corta, en contra de lo que suele suceder. Y es así porque he decidido poner en práctica lo que digo con frecuencia: “que cada uno somos protagonistas de nuestro propio aprendizaje”; “nadie puede aprender por tí”. Por eso os dejo una tarea planteada para que cada uno reflexione por su cuenta.Sabéis que en los estudios internacionales de rendimiento se analiza la proporción de la varianza de las puntuaciones que es varianza entre centros y dentro de cada centro. La varianza entre centros (between) suele ser relativamente pequeña comparada con la varianza dentro de cada centro (within).“Dado que la variación en el rendimiento de los estudiantes entre las escuelas es pequeña en relación con la varianza dentro de las escuelas, es una locura creer que una solución reside en diferentes formas de escuelas”, escribe John Hattie en su nuevo informe. Dice que es “irónico” que los gobiernos traten de abordar las “escuelas que fracasan” creando nuevas formas de escuelas, como escuelas charter, escuelas con fines de lucro, escuelas faro, escuelas gratuitas, academias, escuelas públicas y privadas, cualquier otra cosa que una escuela publica”.

“Hasta la fecha, hay demasiada discusión que se centra en las diferencias entre escuelas, cuando el mayor problema son las diferencias dentro de las escuelas. La varianza entre las escuelas, basada en los resultados del PISA de 2009 para la lectura en todos los países de la OCDE, es de 36%, y la variación dentro de las escuelas es del 64%. Para Australia, es 18 y 72 por ciento; Canadá, 20 y 80 por ciento; Finlandia, 8 y 92 por ciento; Nueva Zelandia, 16 y 84 por ciento; El Reino Unido, 24 y 76 por ciento; Suecia, 9 y 91 por ciento; y los Estados Unidos, 30 y 70%”.

“Hay muchas causas de esta varianza dentro de las escuelas, pero una de las más importantes (y una que tenemos alguna influencia para reducir) es la variabilidad en la efectividad de los maestros. Esto no significa que todos los maestros sean malos. Significa que hay mucha variabilidad entre los profesores en el efecto que tienen sobre el aprendizaje de los estudiantes. Casi todos los maestros, líderes escolares, estudiantes y padres saben de esta variabilidad, aunque con demasiada frecuencia está ausente de las discusiones sobre política, enseñanza y escuelas”.

“Tal discusión significa hacer preguntas muy difíciles. Por lo tanto, la política de la distracción se invoca a menudo para evitar preguntar. Sólo podremos encontrar una solución cuando reconozcamos que las diferencias dentro de la escuela son las fundamentales. La evidencia de muchas décadas de investigación sobre lo que realmente mejora el aprendizaje de los estudiantes refleja esto, y apunta a soluciones tales como mejorar la experiencia de maestros y líderes escolares, asegurando que unos y otros trabajan juntos para llegar a un entendimiento común sobre el progreso y las altas expectativas para el impacto de su enseñanza; líderes escolares que se centran en el desarrollo de la experiencia colectiva entre sus profesores; sistemas que tienen sólidas discusiones para decidir el propósito y los resultados deseados de sus escuelas, y los estudiantes que quieren aprender las habilidades que necesitan para convertirse en sus propios profesores”.

Me parece que siendo muy cierto lo anterior, se olvida un factor imponente que es el de las diferencias entre los estudiantes, diferencias que los buenos profesores pueden paliar, pero nunca eliminar. Incluso me atrevería a decir que los mejores profesores las incrementarán, pues favorecerá el óptimo de cada escolar, de modo que los más capaces estarán cada vez más lejos de cualquier media (que como decía Eisner, subirá, pero también lo hará la varianza). Otra cosa es que comparemos las diferencias en situaciones de capacidades iguales. En fin, esto para otro día.

Dije que iba a ser corto y poner una tarea. Eso haré. A continuación inserto un vídeo en el que John Hattie establece ocho postulados. La tarea es sencilla: ¿a tí qué te dice cada uno de ellos?, ¿cómo influyen en tu práctica diaria? ¿qué implicaciones pueden tener para la mejora de tu trabajo?

Los ocho postulados son los siguientes:

1.- Mi tarea fundamental es evaluar el efecto de mi enseñanza sobre el aprendizaje y el rendimiento de los estudiantes.
2.- El éxito y el fracaso del aprendizaje de mis estudiantes tiene que ver con lo que hago o no hago. Soy un agente de cambio.
3.- Quiero hablar más sobre el aprendizaje que sobre la enseñanza.
4.- La evaluación es sobre mi impacto.
5.- Yo enseño a través del diálogo, no del monólogo.
6.- Me gusta el reto y nunca me rindo cuando se trata de “hacer lo mejor”.
7.- Mi papel es desarrollar relaciones positivas en las clases y en la sala de profesores.
8.- Informo todo sobre el lenguaje del aprendizaje
Recomendar ver el Video: https://youtu.be/6xpcXobZF1k
Fuente del articulo: http://blogs.larioja.com/talento-educacion-tecnologia/2017/03/29/8-postulados-que-te-pueden-ayudar-como-profesor/
Fuente de la imagen:
https://3.bp.blogspot.com/-U52YtSAbVbI/WNWdGdI_NOI/AAAAAAAAGKU/ZTaIGHVrwvAi0LsCSYdaJAs-12exSpWxACLcB/s1600/postulados%2Bhattie_javiertouronpg
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Un impulso para la Ciencia en Colombia

América del Sur/Colombia/8 Abril 2017/Fuente: Semana 

El gobierno nacional invertirá 234.000 millones en el Programa Colombia Científica. Semana Educación le explica de qué se trata el proyecto.

El acceso a la educación en Colombia ha sido particularmente inequitativo: los niños y jóvenes que nacieron en familias acomodadas tienen enormes ventajas sobre los menos favorecidos. La pirámide a la formación de calidad, así parezca sorprendente, empieza en los primeros meses de vida, incluso desde la gestación. Una investigación de la Universidad de los Andes, por ejemplo, demostró las enormes diferencias que se abren en los niveles sociocognitivos desde los tres años por ingresos. Un niño privilegiado socioeconómicamente puede estar casi un año por delante en el desarrollo del lenguaje, que otro menos favorecido.

Desde antes de entrar a la escolaridad se abre la brecha: después el acceso a la educación escolar, sigue determinando las diferencias. Cuando los colombianos entran a la educación superior, la diferencias son notables: según las cifras oficiales, un 80% de los estudiantes de estrato 6 estudian en instituciones acreditadas de alta calidad, mientras tanto, el 70% de los jóvenes de estrato 1 se forman en instituciones no acreditadas. La inequidad es también regional: “casi tres cuartas partes de la matrícula acreditada de educación superior está concentrada en el centro-oriente del país y en el Eje Cafetero, mientras que menos de un 1 por ciento de alumnos es de los Llanos Orientales”, asegura el Ministerio de Educación Nacional (MEN).

Una de las respuestas del Gobierno Nacional para cerrar las brechas en el acceso a la educación superior de calidad ha sido la creación de una serie de programas, como ´Colombia Científica´. Según el comunicado de prensa del Ministerio de Educación, el objetivo del programa es “mejorar la calidad de la educación superior, fortaleciendo la docencia, la investigación y la internacionalización de las instituciones educativas”. Para lo cual el presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, anunció la inversión de  234.000 millones de pesos la semana pasada. La financiación se hará con un préstamo del Banco Mundial, según Ignacio Mantilla, rector de la Universidad Nacional.

‘Colombia Científica‘ tiene el objetivo de disminuir las brechas en el acceso de los jóvenes a la educación superior de calidad, según el MEN. Además, se incentivan las relaciones entre Instituciones de Educación Superior (IES) acreditadas con aquellas no acreditadas, en procesos de formación de alto nivel y programas de Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación que impulsen el desarrollo regional y respondan a los retos del desarrollo social y productivo del país. Para lo anterior, cuenta con dos programas, ‘Ecosistema científico‘ y ‘Pasaporte a la ciencia‘.

‘Ecosistema científico‘

Busca contribuir al mejoramiento de la calidad “a partir de la conformación de alianzas que impulsen el desarrollo regional y respondan a los retos del desarrollo social y productivo del país, en focos estratégicos establecidos”. Para estos propósitos, los participantes deberán conformar alianzas con dos Instituciones de Educación Superior nacionales con acreditación de alta calidad (una de ellas con una vigencia de seis años o más, una Institución de Educación Superior nacional no acreditada, una Institución o Centro de investigación, desarrollo tecnológico y/o innovación internacional y una organización del sector productivo nacional.

El programa financiará Programas formulados por dichos Ecosistemas científicos, que contribuyan al desarrollo sostenible de las regiones en focos como salud, energía sostenible, bioeconomía, alimentos y sociedad. Durante 2017, Ecosistema Científico financiará al menos cuatro programas por un valor máximo de $19.000 millones de pesos cada uno.

‘Pasaporte a la Ciencia‘

Esta estrategia les brindará a los mejores profesionales, docentes e investigadores del país la oportunidad de efectuar estudios de maestría y doctorado en las mejores instituciones del mundo: en cualquiera de las 500 universidades del Ranking de Shanghái o en uno de los 25 centros de investigación de Thomson Reuters. Los beneficiarios recibirán créditos condonables para maestrías y para doctorados; para las primeras se financiará máximo dos años y para los segundos, máximo cuatro años. El compromiso es que vuelvan y pongan su conocimiento al servicio de la educación

Los beneficiarios deberán volver al país y permanecer al menos dos años. Sus tesis o productos de investigación deberán enfocarse en solucionar las necesidades de las regiones, en las temáticas ya mencionadas: salud, energía, bioeconomía, alimentos y sociedad.En 2017 ‘Pasaporte a la ciencia‘ beneficiará a 95 de los mejores docentes, profesionales e investigadores del país, 45 de ellos con programas de doctorado y 50 en maestrías, con una inversión de $74.000 millones de pesos.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/como-se-incentiva-la-ciencia-en-colombia/521090

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¿Qué nos trae el Mobile World Congress?

Por: Juana M. Sancho

La cita anual con la tecnología en Barcelona es un buen momento para preguntarse y poner en duda algunas de las «verdades» sobre los intereses y el impacto de las tecnologías y quienes las fabrican.

Para los interesados en la educación de todas las personas y en un mundo menos desigual, más armónico y empático, muchas más cosas en las que pensar y decisiones que tomar. La carrera olímpica (¡Más rápido, más alto, más fuerte – o ¡Más poder, más dinero!) de las empresas de tecnología digital, ha vuelto a dejar grandes números. Más de 100.000 asistentes (77% hombres, 23% mujeres, no todos con el mismo papel). 3.500 medios de comunicación y analistas del sector. Un impacto económico de 465 millones de euros y 13.200 puestos temporales de trabajo. Unas cifras que satisfacen a los organizadores, apabullan al público en general y chocan a quienes vivimos la falta de inversión y deterioro en los sistemas públicos de educación. Aquí surge el primer punto de reflexión.

En los últimos años este encuentro se había convertido en la “caja de las sorpresas”. Lo importante no era el análisis profundo y complejo de las aportaciones reales de las nuevas invenciones a la vida de la mayoría de las personas, ni sus limitaciones y peligros, sino ser el primer consumidor de lo nuevo, estar más al día que nadie y vender más que nadie. En esta ocasión, ha habido cierto desencanto, al no presentarse nada espectacular. De aquí nace la segunda reflexión.

Como es sabido, las grandes corporaciones de tecnología digital: Apple, Alphabet (Google), Microsoft, Facebook y Amazon, están en este momento entre los 10 primeros puestos del mundo, y varias de ellas parecen poner especial atención en evitar pagar impuestos. En el encuentro, una de las pocas preocupaciones sociales surgió en el debate –ya propuesto en otros foros–, de si las máquinas programadas para aprender deberían pagar impuestos al sustituir a trabajadores. Y aquí viene la tercera reflexión.

mSchools, un programa de mEducation desarrollado por el Mobile World Capital, con apoyo público y privado (Ayuntamiento de Barcelona y Generalitat de Cataluña) en Barcelona, Cataluña y España, ha estado a cargo de la organización del Youth Mobile Festival con la participación de 11.000 estudiantes.

En definitiva, lo que nos trae el MWC a los que pensamos que la educación no consiste en adaptar y adaptarnos a las estructuras de la vida creadas por los poderosos es: (1) La necesidad de entender el mundo de intereses y lógicas que subyacen al impulso de unas tecnologías en detrimento de otras y las consecuencias educativas, sociales, económicas y políticas de la creciente brecha entre lo privado y lo público y entre diferentes grupos sociales. (2) La importancia de analizar el sentido de la innovación, de cuestionar la premisa de que “lo nuevo” es “mejor” y situar, educativamente hablando, la adicción a la novedad. (3) La “obligación”, como educadores, de desvelar las condiciones de todos los trabajadores (no solo los de Silicon Valley) que hacen posible el desarrollo de la industria digital, la ética medioambiental de las empresas y las consecuencias socio-económicas de un mundo de trabajo robotizado sin regulación económico-político social. (4) La necesidad de ir más allá de pensar en los estudiantes como consumidores o prosumidores para contribuir a formarlos como ciudadanos globales en un mundo digital.

El MWC también ha traído el encuentro alternativo Mobile Social Congress. Sin publicidad, pero con la participación de unas 20.000 personas que: por una mejora de las condiciones de trabajo en las fábricas de electrónica, proponen la compra pública socialmente responsable. Para acabar con la extracción ilegal peligrosa, apuestan por el comercio justo de minerales. Para reducir el impacto ambiental y el exceso de residuos, luchan contra la obsolescencia programada. Por el progreso del conocimiento, la cultura y la tecnología, apuestan por el dominio público y un modelo de producción común. Por una comunicación segura y respetuosa, promueven el software libre y la soberanía tecnológica. Por una telecomunicaciones libres y accesibles, apuestan por el trabajo cooperativo. Todo un programa tecno-social con muchos puntos en común con las implicaciones educativas apuntadas.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/05/que-nos-trae-el-mobile-world-congress/

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Los robots son los nuevos útiles escolares en centro educativo suizo

Europa/Suiza/8 Abril 2017/Fuente: Nmas1

Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza, han propuesto usar los robots modulares Cellulo como parte de su inventario educativo.

Desde que los componentes electrónicos abarataron sus costos, los investigadores han empezado a buscar nuevas esferas de aplicación para robots, siendo el sector educación una de las más prometedoras. Así, los robots han sido utilizado para enseñar herramientas básicas de programación a los niños. En el caso del proyecto del presente artículo, el robot Cellulo es utilizado como material pedagógico interactivo.

El proyecto Cellulo se dedica al desarrollo robots simples y de bajo coste. Este consiste en varias pequeñas unidades robóticas con ruedas y luces LED que se agrupan como en un enjambre y son capaces de interactuar entre si, por lo que resultan útiles para para ilustrar distintas ideas teóricas. Una característica llamativa de su programación es que estos robots son capaces de ofrecer “resistencia” cuando uno quiere separar una unidad del resto del grupo, ya que esta responde bloqueando sus ruedas y regresando a su posición en el enjambre lo antes posible.

Los desarrolladores han propuesto usar Cellulo como una demostración del comportamiento de los átomos y las moléculas individuales en la materia: el movimiento de uno de estos “átomos” robóticos activa el desplazamiento de sus vecinos. Del mismo modo, la luz LED sirve para ilustrar cuando un átomo se “recalienta”. Los autores del proyecto señalan que con la aplicación de los Cellulo voladores (todavía en fase de desarrollo), el profesor tendrá herramientas metodológicas adicionales para ilustrar el comportamiento de los gases.

Otra aplicación educativa de Cellulo se presenta en las clases de astronomía. Aquí, los robots pueden avanzar en “órbitas”, imitando el comportamiento de los cuerpos celestes. Un estudiante podrá alterar una órbita o extraer un cuerpo de un sistema y observar cómo esta acción afecta a los demás “planetas”.

A pesar de que sus aplicaciones en el aula parecieran multiplicarse, aún no se han reportado los planes para un uso comercial de Cellulo y tampoco se sabe si el proyecto pasará a ser de código abierto.

El año pasado, la Universidad de Harvard presentó la plataforma Root, otro proyecto de aplicación robótica en educación. En ella, los robots se desplazan por una pizarra blanca de acrílico, cuya ruta ha sido previamente delimitada con un simple marcador.

Fuente: https://nmas1.org/news/2017/04/06/robot-cellulo

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Colombia: Estas carreras no existirán en el futuro

América del Sur/Colombia/8 Abril 2017/Fuente: Semana 

Cada vez son más las profesiones y oficios que desaparecen. En algunos casos se convierten en actividades reservadas a las tecnologías o simplemente la sociedad, debido a las transformaciones, ya no necesita aplicar esos conocimientos.

Las costumbres cambian, y las nuevas tecnologías inundan nuestro día a día, relegando al olvido oficios y profesiones que de antaño fueron esenciales. Algunos trabajos solamente han cambiado de nombre; otros perdieron su puesto en la sociedad y fueron sustituidos por una máquina o a causa de un sistema económico que hizo imposible competir en precios para ganarse el sustento. Ciertamente, desde la academia empiezan a sentirse esos cambios en los que los futuros profesionales optan por las carreras que el mercado laboral más demanda.

Para nadie será un secreto descubrir que las carreras ligadas al área de humanidades son titulaciones con problemas para cubrir sus plazas en Colombia, que ya de por sí son escasas. Por poner un caso extremo, la carrera de Filología, que ofrece la Universidad Nacional, apenas tiene un promedio de 13 estudiantes por semestre. La diferencia es del cielo a la tierra si comparamos esta profesión con carreras populares como Comunicación Social en la Universidad Javeriana, que cuentan en promedio con 130 estudiantes por semestre.

Quien marca la pauta es el mercado laboral y su creciente demanda por profesionales calificados que satisfagan las necesidades del país. Las previsiones del futuro, de acuerdo con la opinión de algunos expertos del Observatorio de la Universidad Colombiana, es que algunas profesiones y oficios podrían desaparecer en el umbral de los próximos diez años. Según información suministrada por el Observatorio Laboral de Educación del Ministerio de Educación, en Colombia, en los últimos cinco años, no se ha graduado ningún agrólogo, oceanógrafo físico o estadístico informático; de la misma manera, carreras como Agrozootecnia, Artes Liberales en Ciencias Sociales, Museología y Matemáticas Aplicadas no sobrepasan los cinco estudiantes con título.

Aunque la carrera más estudiada por los colombianos es Derecho, pues tuvo 137.905 estudiantes matriculados en 2013 y 139.072 en 2014, señala el diario El Colombiano; por otro lado, las artes escénicas y dramáticas no pasan de 90 inscritas en el periodo de 2013. Es difícil pensar que los abogados van a desaparecer, pero esta disciplina presenta otra problemática. Según cifras del Dane en el 2010, la tasa de empleabilidad de graduados en Derecho era del 72,1 %. Es así como la demanda se presenta superior a la oferta. Sucede lo mismo con el Periodismo; alrededor de 1.753 profesionales se gradúan por semestre en el país. El portal JobStreet define al Periodismo como una profesión que no tiene futuro. “Precariedad y desempleo van unidos a este sector, aunque la lógica de evolución de estos profesionales se encamina hacia el social media manager, blogger y content manager”, afirma el portal.

Por otro lado, hay carreras y profesiones que ya salieron por completo del abanico de posibilidades que ofrecen las universidades y algunos institutos técnicos. Por ejemplo, la carrera de Delineación quedó sepultada, ya que los arquitectos y los ingenieros le robaron protagonismo a este tipo de diseñadores. Lo mismo pasó con el Patronaje Textil, que se encuentra próximo a naufragar. Estos profesionales son cada vez menos demandados por la industria textil, ya que los patrones se generan casi por completo por computador y los esquemas van directamente a la máquina de corte.

Mientras tanto, en Europa el panorama es muy parecido. Según el plan Bolonia, la falta de popularidad de distintas asignaturas como Antropología, Literatura, Historia, Geografía, entre otras, es la principal razón de que los nuevos planes de estudio integrados en el Espacio Europeo de Enseñanza Superior hayan agrupado, y en otros casos, eliminado muchas de estas humanidades en las distintas universidades del Viejo Continente. Se trata de una medida práctica que, sin embargo, ha causado polémica, y los más conservadores han puesto su grito en el cielo.


El problema que se vivió en las distintas revoluciones industriales se sigue viviendo ahora debido a los avances de la tecnología y a las necesidades de la sociedad. Aunque en todas las épocas han desaparecido trabajos, la crisis económica global ha acelerado la defunción de oficios hasta ahora comunes y, lo que es más grave, de reciente creación. Es por eso que el drama es mayor, pues los trabajadores más jóvenes son los que se ven afectados, ya que aprendieron, en teoría, un oficio que no iba a desaparecer tan pronto. Pasa lo contrario con las carreras universitarias que ya los más jóvenes no están optando por estudiar, pues esos conocimientos no pueden desaparecer y deben pasar a nuevas generaciones para que no se queden en el olvido.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/las-carreras-que-desapareceran-en-el-futuro/520941

 

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Cuba: Nuevo proyecto de mapeo cerebral

Cuba/Abril de 2017/Autor: Orfilio Pelaez/Fuente: Granma

Cuba, China y Canadá aunarán esfuerzos para desarrollar un proyecto conjunto de mapeo cerebral, iniciativa concertada durante una reciente reunión sobre el tema efectuada en el Centro de Neurociencias de Cuba (Cneuro).

Como indicó a Granma el doctor en Ciencias Pedro Valdés Sosa, coordinador del Proyecto Cubano de Mapeo Cerebral puesto en marcha hace más de una década, dentro de los acuerdos adoptados los tres países convinieron en impulsar investigaciones relacionadas con la detección temprana y manejo del envejecimiento patológico del cerebro, además de establecer un programa de intercambio académico que facilite tal propósito.

Uno de los resultados más prominentes de la cita, a la cual asistieron la señora Christine ST-Pierre, ministra de Relaciones Exteriores de Quebec y Xiuping Liu, representante de la Fundación Nacional China de la Ciencia, y Maryse Lassonde, directora del Fondo de investigación de Quebec y presidenta de la Real Academia de Canadá, es que cada nación se comprometió a entregar deter­minado financiamiento para respaldar la ejecución de las investigaciones conjuntas previstas durante los próximos tres años.

Lo anterior será asumido por el Fondo de la Ciencia de Quebec, la propia Fundación Nacional China de la Ciencia y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, a través del Fondo para la Ciencia y la Innovación Tecnológica (Fonci).

Durante la reunión tuvo lugar el lanzamiento del sitio web del mencionado proyecto en idioma español, inglés, francés y chino, a completarse en las próximas semanas, mientras que mediante videoconferencias los científicos del laboratorio chino de Chengdu, vinculado a los estudios sobre el cerebro en la nación asiática, pudieron intercambiar con los participantes en el encuentro.

Los proyectos de Mapeo Cerebral surgieron a nivel mundial en la década de los 90 del pasado siglo y de manera general pretenden investigar en detalle la estructura y funciones del cerebro humano, a través de avanzados equipos de neuroimágenes.

Fuente: http://www.granma.cu/ciencia/2017-02-28/nuevo-proyecto-de-mapeo-cerebral-28-02-2017-23-02-48

 

 

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