Colombia / 22 de octubre de 2017 / Autor: El abecedario La educación de la A a la Z / Fuente: Youtube
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=hJVEyi92rU0
Colombia / 22 de octubre de 2017 / Autor: El abecedario La educación de la A a la Z / Fuente: Youtube
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=hJVEyi92rU0
América del Sur/Colombia/17.10.2017/Autor y Fuente: http://www.rcnradio.com
Para el caso de la capital de la República, diferentes organizaciones sindicales, estudiantiles y un nutrido grupo de pilotos de Acdac que adelantan una jornada de huelga como reclamo a mejores condiciones salariales, partieron desde la calle 26 con carrera 30, con pancartas, mensajes y banderas.
El capitán Jaime Hernández, presidente del sindicato de Acdac, manifestó que la jornada busca que se reconozca el derecho a la protesta, además de lograr un acuerdo para buscar salidas al cese de actividades que completa tres semanas.
“Es salir a reclamar el derecho a la protesta y también para destacar que tenemos unos derechos que sentimos se están vulnerando y que tenemos que defender”, dijo.
Foto RCN Radio
Entre tanto y desde diferentes puntos de Bogotá, los maestros y estudiantes se movilizan hasta la Plaza de Bolívar para exigir al Gobierno nacional más inversión en educación, ciencia y tecnología.
Los docentes avanzan en su recorrido hacia la Plaza de Bolívar protestando por el cumplimiento de los acuerdos por parte del Ministerio de Educación pactados con Fecode, al finalizar el paro del primer semestre de este año.
Así mismo se unirán mientras caminan con los estudiantes que salen desde las universidades Nacional, Pedagógica y Javeriana.
Foto RCN Radio
Para el caso de la Universidad Nacional se partirá hacia el centro de la ciudad desde la entrada de la calle 26 para unirse con los docentes.
Por su parte, quienes están en la calle 72 en la Universidad Pedagógica, marcharán por la séptima para encontrarse con los jóvenes de la Universidad Javeriana quienes, por la misma vía, caminarán hasta la Plaza de Bolívar.
Estos son los puntos más importantes de la protesta según los estudiantes:
– 15.1 billones es el déficit de las Universidades Públicas calculado en 2016 por los rectores en el SUE (Sistema Universitario Estatal)
– En los últimos 8 años los aportes del Gobierno al Icetex han aumentado 960% mientras que los de las universidades públicas se han mantenido congelados en pesos reales.
– El Ministerio de Hacienda quiere hacer una adición presupuestal nuevamente al Icetex por casi un billón de pesos y a las universidades públicas les dicen que no hay recursos,
– Exigen que el Gobierno aumente el presupuesto para la investigación, ciencia y tecnología. De lo contrario afirman que seguirán caminando hacia un camino contrario al desarrollo.
En otras ciudades como Cali, Medellín, Bucaramanga y varias regiones de la Costa Atlántica también se desarrolla la jornada.
Con el lema ‘Movilízate por nuestros Derechos’, docentes agremiados en Adida y Fecode, pilotos de Avianca, estudiantes y empleados sindicalizados en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), entre otros, se unieron a la jornada nacional de movilización en Medellín, para protestar por los supuestos incumplimientos del Gobierno Nacional.
En la concentración, que comenzó en la Asociación de Institutores de Antioquia, al llegar a la calle de San Juan, en el Centro de la ciudad, un grupo de personas se habría infiltrado en las manifestaciones, protagonizando un enfrentamiento con el Esmad de la Policía.
La situación obligó a cerrar por algunos momentos esta importante vía, cerca al centro administrativo La Alpujarra, donde está ubicada la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia.
Fuente: http://www.rcnradio.com/nacional/marchas-en-bogota-y-en-el-pais-contra-el-gobierno-del-presidente-santos/
Imagen: http://static.rcnradio.com/wp-content/uploads/20171012115845/9e4257ec-b8d8-4273-84ba-2755be7b69f2.jpg
Por: Oscar Sánchez.
En la provincia de Tumaco-Barbacoas, que tiene cerca de 400.000 habitantes y diez municipios (La Tola, El Charco, Magüí Payán, Mosquera, Barbacoas, Olaya Herrera-Bocas de Satinga, Francisco Pizarro-Salahonda, Roberto Payán, Santa Bárbara-Iscuandé y Tumaco), solamente uno de cada diez niños logra convertirse en bachiller, y si se va más allá de la ciudad de Tumaco, esas cifras se disparan.
Gracias a programas como Vive la Educación, que adelantan allí Save the Children y el Consejo Noruego para los Refugiados con recursos de la cooperación canadiense (https://www.elespectador.com/noticias/educacion/falla-educacion-del-pacifico-colombiano-articulo-501105), las comunidades, los docentes y los propios jóvenes comienzan a sentir que el derecho a la educación hay que valorarlo, exigirlo y adaptarlo a la realidad. Pero conversar con los chicos y chicas que han persistido en la escolaridad rompe el corazón, pues en esas zonas rurales extremadamente aisladas, donde las economías ilegales campean, sus sueños de éxito tienen pocas posibilidades de cumplirse por el camino tradicional. ¿Y nos preguntamos por qué esos chicos son la excepción y muchos se dedican a cultivar coca?
Hace 250 años, al finalizar el período colonial, en el litoral Pacífico la explotación de oro en minas cuyos propietarios vivían en el mundo andino llevaba dos siglos de historia. Varios de estos municipios fueron fundados en el siglo XVI. En el siglo XVIII se definía como libre en los censos a quien no pertenecía a ninguna de las otras cuatro categorías con las que se ordenaba esa sociedad de castas (eclesiásticos, blancos, indios, esclavos y… libres). En las provincias del Pacífico, la población indígena había sido menguada, la población esclava estaba dejando de ser importante porque el auge de la minería del oro estaba decayendo, y comenzaba a volverse mayoritaria una población negra que había comprado su libertad o nacido de padres cimarrones, dedicada a la agricultura de subsistencia, la pesca, la caza y el lavado de oro, muy dispersa a lo largo de los innumerables ríos y quebradas y que, unida a algunos mestizos y mulatos aventureros, el censo de 1787 denominó “libres de varios colores”.
Las comunidades, los docentes y los propios jóvenes comienzan a sentir que el derecho a la educación hay que valorarlo, exigirlo y adaptarlo a la realidad
Pasaron otros dos siglos; Colombia se independizó, la urbanización se disparó en el mundo andino, se construyeron, para bien y para mal, las instituciones y dinámicas socioeconómicas que hoy nos definen, y el mundo negro del Pacífico siguió viviendo una realidad aparte. Las tasas de mortalidad infantil, analfabetismo e ingreso comenzaron a ser noticia hace 40 años, cundo vivieron un terremoto y tsunami sin precedentes en el país, y aún hoy tienen niveles de desarrollo humano semejantes a los de Congo y Haití. Tuvo que llegar el siglo XXI para que se terminara de construir y pavimentar la única carretera para comunicarse con el centro del país.
Y entre tanto, la cultura oral y musical, de la solidaridad, de la movilidad humana; el sentido del tiempo, una gran capacidad de producción orgánica de productos como el cacao y hasta la relación comercial intensa con otros países en esas sociedades y su territorio megadiverso e hiperdotado habrían podido mostrarnos a todos los colombianos una nueva idea sostenible del progreso. Pero en los últimos años, del centro de Colombia (Estado, comercio, guerrillas y paramilitares), y de sus propias élites políticas regionales, esos pueblos han recibido unos cuantos programas asistenciales, una pizca de modernidad excluyente y depredadora y lo peor de la guerra y la corrupción.
Comunidades como la que vivió la masacre de la semana pasada tienen cada vez mayor conciencia de su realidad y cada vez mayor interés en una educación pertinente y sólida para que sus jóvenes tengan alternativas. Es lo que hemos visto quienes visitamos escuelas allí en estos tiempos recientes de tregua (que por lo visto se acabaron).
Pero si no hay respuesta para sus nuevas generaciones, mucho me temo que mientras más estudien y su proyecto colectivo de bienestar tenga mayor claridad, ante la crudeza de las circunstancias, cada vez van a protestar más. Esperemos que el país consiga ofrecerles algo más que coca y plomo, para que sean al fin libres. O, mejor dicho, para que algún día en Colombia podamos ser genuinamente “libres de todos los colores”.
Fuente: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/oscar-sanchez/libres-de-varios-colores-educacion-en-tumaco-140194
Imagen: https://encolombia.com/wp-content/uploads/2012/12/sistema-educacion-colombiano.jpg
Por: León Trahtemberg.
Hasta hace una década, los organismos internacionales veían a Chile como el referente latinoamericano a seguir por parte del resto del continente, por la aplicación de reformas liberales en la educación y por sus resultados en PISA, encabezando a los países latinoamericanos participantes.
Sin embargo, en los últimos años la educación chilena ha perdido prestigio y en cambio se empieza a hacer más notoria la educación colombiana, que es más flexible, innovadora, participativa y estable. Cuenta además con un gremio magisterial con visión moderna en su acción política y pedagógica.
Si bien ha aumentado la cobertura, sigue teniendo problemas de financiamiento de la canasta educativa (infraestructura, transporte, alimentación) y de las áreas de música, ciencia y deporte. Tienen la misma enfermedad que todo el continente de argumentar ilusamente que la educación pública mejora (además, más que la privada) porque crecen en algo los resultados de las pruebas entrenables “Saber” de matemáticas y lectura (las ECE de ellos).
Sin embargo, tanto en la educación superior como en la básica exhiben instituciones innovadoras, universidades mejor rankeadas y un creciente reconocimiento internacional.
Fuente: https://diariocorreo.pe/opinion/colombia-reemplaza-chile-778161/
Imagen: http://www.elmostrador.cl/media/2014/04/igraportada_816x428.jpg
Por: Carlos Angulo Galvis.
La calidad de la educación es uno de los principales problemas que afectan el desarrollo de los países. La deserción que afecta sustancialmente la calidad de la educación superior es muy alta en Colombia y tiene dos efectos negativos: la frustración de las personas que abandonan los estudios, para emplearse en labores poco productivas, y el desperdicio de recursos de las instituciones al perder estudiantes.
Los esfuerzos por aumentar la cobertura en todos los niveles, pre-escolar, básica, media y superior, han logrado buenos resultados, especialmente en los niveles de primaria y básica. Aún resta una tarea muy importante por realizar en la deserción. Expresaré algunas ideas sobre la deserción en la educación superior que comprende la universitaria, la técnica y la tecnológica; algunas podrían ser aplicables a los otros niveles.
El proceso formativo se asimila a una escalera donde los niveles corresponden a peldaños articulados. Las deficiencias en la educación preescolar, cuando el niño desarrolla sus competencias básicas, se reflejan necesariamente en su desempeño en los siguientes niveles. Las instituciones de educación, particularmente las de educación superior, que corresponden al nivel más alto, deben subsanar las falencias de todos los niveles.
Solamente uno de cada dos estudiantes que termina la educación media ingresa a la educación superior, con una deserción importante. Las deserciones en la educación universitaria y en la técnica y la tecnológica son del 50 % y del 67 %, respectivamente; uno de cada dos estudiantes que ingresa a carreras universitarias deserta y dos de cada tres que ingresan a carreras técnicas y tecnológicas lo hacen. Una pérdida de talento considerable en un sistema de educación superior altamente ineficiente. Además, muchas personas incurren en obligaciones financieras para buscar un mejor futuro, y la deserción hace muy difícilmente cumplir con los compromisos.
Solamente uno de cada dos estudiantes que termina la educación media ingresa a la educación superior, con una deserción importante
La reducción de la deserción, que generaría importantes beneficios al potenciar el talento, requiere acciones efectivas. Es fundamental que las instituciones de educación superior y el Gobierno consideren muy relevante esta reducción y adopten las medidas correctivas.
Señalaré algunas de ellas: la concientización de los estudiantes y de sus padres de la importancia de culminar un programa de educación superior; la prestación de una asesoría efectiva, principalmente en los dos últimos años de educación media, en la selección de la disciplina de estudio; la optimización de los esquemas de ingreso de estudiantes, teniendo en cuenta sus habilidades y sus deficiencias; el diseño de cursos de nivelación cuando se requieran, particularmente en matemáticas y lectoescritura, y la prestación de consejería personal y académica, para lograr el ajuste del estudiante al nuevo entorno.
Como las dificultades económicas afectan el rendimiento académico, se requieren recursos adicionales, pues, además de los costos de las matrículas, es necesario proporcionar fondos para el cubrimiento básico de los costos de vida de los estudiantes.
Sería fundamental que el otorgamiento del registro calificado de los programas y las acreditaciones, institucional y de programas, le dieran mayor relevancia al nivel de abondono. Es llamativo que instituciones que tienen deserción superior al promedio nacional tengan acreditación institucional mayor a ocho años, cuando este es un factor fundamental de la calidad. Adicionalmente, en los casos de altos niveles de deserción, las universidades deberían asumir parte de los costos de las matrículas pagadas por los estudiantes que se retiran.
El esfuerzo que se requiere es mayor. Es urgente revisar el sistema de aseguramiento de la calidad de la educación nacional y resaltar que la escalera de la educación es un proceso integrado. Se debe fortalecer la alianza Gobierno-sector educativo-sector productivo. Solamente así podrá Colombia dar el gran salto para lograr mayor equidad e incorporarse efectivamente al mundo desarrollado, particularmente relevante en el desenvolvimiento del proceso de paz.
Fuente: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/carlos-angulo-galvis/efectos-de-la-desercion-desercion-escolar-138230
Imagen: https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQOFyKfKmU-V-32_v7rwgrFOSYoPcylbUE5zPWd6HZL5wXz5gEnUA
Por: Jhon Fredy Franco Delgado.
Ante la expresión “países del tercer mundo”, aunque sea un término técnico con aceptación global, tengo serios reparos porque me da la impresión de que se pueda creer que hay seres humanos de primera categoría y de segunda o tercera.
Lo primero es que desde la fe cristiana católica“Dios creó al hombre y la mujer a su imagen y semejanza” (Gn 1, 27). Lo segundo es que la Declaración de los Derechos Humanos reza: “todos los seres humanos, nacen libres e iguales en dignidad y derechos…
Por lo anterior, considero más adecuado hablar de países subdesarrollados o en vía de desarrollo.
Colombia como país emergente está en un momento coyuntural para apostar a un auténtico camino de crecimiento.
Históricamente hemos tenido modelos de dominación o injusticia institucionalizada. Aunque la esclavitud haya sido abolida, hoy vivimos unas nuevas esclavitudes que de manera disfrazada y con estructuras institucionalizadas, continúan prologando su estela de miseria y exclusión.
Conscientes de esto, es necesario pensar como país que hay que continuar en la línea de la apuesta por la educación. Nuestra economía no puede estar centrada en la producción de materias primas, sino en el conocimiento.
Todo el aparato estatal se debe volcar al favorecimiento de los proyectos y programas educativos, a mayor cobertura, infraestructura y al mejoramiento de las condiciones laborales de los docentes.
Es muy preocupante que solo el 50% de nuestros bachilleres accedan a la universidad.
Tenemos que extirpar el imaginario de creer que otros pueblos son más inteligentes, la diferencia radica en las oportunidades. Lo grave de la pobreza no es la carencia de bienes materiales, lo grave es no tener medios y espacios para superarla.
Cada institución educativa debe replantear sus modelos de enseñanza y aprendizaje,adoptar nuevas formas de apropiación del conocimiento y asumir retos de innovación para el desarrollo de habilidades de acuerdo con los requerimientos del mundo.
Que desde la internacionalización de los currículos y el bilingüismo, se adquieran las competencias de actual pertinencia. Que creamos que no estamos en una categoría inferior en talento humano, que debemos asumir el reto de agregar y generar conocimiento, dinamizando todo lo que tenga que ver con la investigación como trampolín para el crecimiento socioeconómico nacional y oferta de productos de demanda mundial.
Es imperativo potenciar y fortalecer el talante innovador de los alumnos, desde la primera infancia, como factor decisivo para un desarrollo sostenible y bienestar de todos, que nos posibilite alcanzar niveles de justicia social auténticos y que cimienten una paz firme y duradera.
Fuente: http://www.eldiario.com.co/seccion/OPINION/la-educaci-n-aut-ntico-factor-de-desarrollo1710.html
Imagen: https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcScvhDup0yEL85eMP2lRLeo6wXBQZJId1vJJwp2pRo8R9kQpuUv
Por: Rosario Córdoba Garcés.
Colombia tiene como meta ser el país más educado de América Latina en el 2025. Para lograrlo, el Gobierno incluyó a la educación como uno de sus tres pilares prioritarios para el cuatrienio, junto con la paz y la equidad. Lo anterior está en línea con la importancia presupuestal que el sector ha ido ganando en los últimos años. Desde el 2010, se han incrementado en cerca del 27 por por ciento, en términos reales ,las apropiaciones presupuestales destinadas a educación. Para el 2017 este era el rubro con mayor asignación de recursos, 33 billones de pesos, superando a Defensa.
Esto ha permitido tener logros destacados en aspectos relacionados con el acceso, la cobertura, la pertinencia y la calidad de la educación, en todos sus niveles. No obstante, persisten retos enormes que impiden tener avances más contundentes. Uno de ellos, quizás el más relevante, está asociado con la calidad de los docentes.
Estrategias como incentivar el ingreso de mejor capital humano a la profesión docente, ya que quienes se deciden por esta no son los de mejor desempeño en pruebas estandarizadas; contar con una evaluación que cobije a toda la planta de educadores del país; continuar mejorando la calidad de programas de formación, como ‘Todos a Aprender’ y ‘Becas para la Excelencia Docente’, y nombrar profesores de planta a través de convocatorias oficiales y la aprobación de un examen de ingreso son un requisito sine qua non para tener una educación de mejor calidad. Afortunadamente, el Gobierno ha hecho esfuerzos para avanzar en medidas como las mencionadas. Por eso, sorprende que el pasado 15 de septiembre el Ministerio de Educación haya derogado en su totalidad la Resolución 2041/2016, reemplazándola por la Resolución 18583/2017.
La Resolución 2041 establecía unas características específicas de calidad de los programas de licenciatura para la obtención, renovación o modificación del registro calificado, en las cuales se definían unos conocimientos y competencias mínimas que debían ser desarrolladas por los aspirantes a educadores a lo largo de su proceso formativo. La nueva resolución establece que, en el marco de la autonomía universitaria, cada institución podrá determinar libremente las competencias o conocimientos que deben desarrollar los aspirantes a docentes. Es lo mismo que históricamente han hecho, y que ha llevado a que no se ajusten con los lineamientos y estándares del Ministerio para la carrera docente, explicando, en parte el bajo desempeño de los maestros.
Lo insólito es que esto va en contravía de lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo vigente, en el cual se advertía que el Ministerio debía establecer unos parámetros mínimos de calidad para las licenciaturas, así como la acreditación obligatoria de todos los programas de este tipo del país. En este último aspecto tampoco hay avances.
La autonomía universitaria ha posibilitado que algunas instituciones garanticen efectivamente los más altos estándares de excelencia y, por tanto, no debe utilizarse como argumento para bloquear propuestas que contribuyen a mejorar decididamente la educación. La calidad de la educación es fundamental para la competitividad. Una mejor educación contribuye a la disminución del desempleo y la informalidad, y posibilita una mayor remuneración de los factores productivos del país, lo que se refleja en el bienestar de su población y en el crecimiento de la productividad y de la economía. Medidas como las planteadas por la Resolución 18583, se constituyen en una barrera para lograrlo.
Fuente: http://www.portafolio.co/opinion/rosario-cordoba-garces/en-pro-de-la-calidad-educativa-510002
Imagen: http://1.bp.blogspot.com/-dSAM2JHdk1Q/VV5lW3e479I/AAAAAAAAALw/y8p2mpBXv6Q/s1600/calidad-educativa-2.jpg