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Exclusión incluyente.

Mientras la educación sea una mercancía, los avances en escolaridad no nos harán mejores personas.

Por: Oscar Sánchez.

Pablo Gentili introdujo este concepto, que parece un oxímoron, para describir el proceso de escolarización en América Latina en los últimos cincuenta años, en el que se ha expandido notablemente el acceso de las masas recién urbanizadas (y por lo tanto, del grueso de la población) a la matrícula del ciclo básico en instituciones educativas precarias.

Es un proceso incluyente, pues sería necio negar el valor de esa presencia de los chicos en la escuela. Para entender la importancia del acceso y la permanencia que se han logrado en las ciudades de Colombia, solo hay que compararlas con el mundo rural disperso, donde la mitad de la población se queda por fuera de la secundaria y solo una cuarta parte llega a ser bachiller. Las condiciones de la población en ambos mundos son muy diferentes.

Pero en las ciudades, aun con el aumento de la cobertura, hay exclusión. No se puede llamar de otra forma a la desigualdad aberrante con la cual se ha hecho la expansión: mientras las clases medias pagan una educación con buenas condiciones, los pobres, con excepciones que confirman la regla, se quedan con el bagazo. Frente a ese hecho hay tres enfoques.

Uno que podemos llamar cínico, niega la exclusión y afirma que simplemente estamos haciendo lo que se puede. Que la desigualdad educativa es una condición temporal y que por el camino que llevamos llegaremos a la educación buena para todos, cada quien en su propia realidad. Y que cualquier esfuerzo adicional atentaría contra la sostenibilidad fiscal y la iniciativa privada. Es común escucharlo, expresado con crudeza, en boca de funcionarios a cargo de las finanzas públicas, y camuflado con eufemismos, en boca de buena parte de quienes manejan la educación.

Un segundo enfoque, que es el que venimos poniendo en práctica algunos convencidos del poder de la razón emancipadora y el empoderamiento popular, es el del desarrollo de las capacidades humanas. Este consiste en buscar gobernantes dispuestos a alimentar altas expectativas y apoyar con ingentes recursos públicos a los educadores y comunidades ejemplares en escuelas pobres, para cerrar brechas dando más al que tiene menos, sin forzar a los poderosos a una igualdad impuesta. Hemos apostado por formar a una nueva generación que entienda que la inclusión tiene que ser plena y que la buena educación, como el empleo decente, la salud preventiva y la seguridad ciudadana son derechos y no pueden ser desiguales, o dejan de serlo.

¿Seremos ingenuos quienes atribuimos a la educación en sí misma la capacidad de transformar el sistema ofreciendo a los débiles un lugar en el mundo?

Gentili, que ha sido dirigente del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, de Flacso y del Foro Mundial de Educación, propone un tercer enfoque que profundiza el anterior. Afirma que la inserción institucional, si bien es un avance, está muy lejos de marcar el camino del goce efectivo de los derechos y las relaciones humanas igualitarias que constituyen las bases de una sociedad democrática sustantiva. Lo que este autor llama ‘universalización sin derechos’ va más allá de la idea hoy aceptada en el mundo de que no basta con el acceso y hay que apostar a la calidad.

Gentili introduce tres reflexiones: i) existen la pobreza y la desigualdad educativas, aunque haya mayor acceso a la escuela, porque la universalización de la matrícula no cambia las estructuras sociales; ii) una educación con igualdad formal ante la ley y brutal desigualdad frente al mercado da como resultado un sistema segregado, en el que la educación no es un bien común, sino uno excluyente y, por lo tanto, no es pública, aunque se haya aumentado la oferta oficial, y iii) se ha impuesto recientemente una tendencia economicista que hace ver la educación predominantemente como un factor de producción, y se ha perdido su sentido como base de la humanización planetaria, planteado en las declaraciones de derechos humanos de hace 70 años.

En algo estamos de acuerdo con Gentili: mientras la educación sea una mercancía más, la formación integral de calidad sea un privilegio y prime el fin de educarse para ganarse la vida, antes que para construirse una vida, los avances en escolaridad no nos harán mejores personas ni nos llevarán a la justicia social.

Me queda la inquietud: ¿seremos ingenuos quienes atribuimos a la educación en sí misma la capacidad de transformar el sistema ofreciendo a los débiles un lugar en el mundo? ¿El cambio de las estructuras políticas, económicas y culturales es una condición para tener un derecho efectivo a la buena educación, o cambiando las mentes con un mayor esfuerzo político y pedagógico dentro del sistema actual podemos hacer que cambien esas estructuras?

Fuente:  http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/oscar-sanchez/exclusion-incluyente-discriminacion-educativa-135392

Imagen: http://elsalvadortrespuntocero.com/wp-content/uploads/2015/06/chica.jpg

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Colombia: Estudiantes protestaron por la pésima infraestructura de su colegio en Santander.

Denuncian que la infraestructura de la Institución Educativa Sergio Ariza en Sucre, Santander, continúa en precarias condiciones y podría desplomarse. Los alumnos alzaron su voz el pasado martes, en una protesta que finalizó con un plantón al frente de la Alcaldía.

America del Sur/Colombia/12.09.2017/Autor y Fuente: http://www.vanguardia.com

La Institución Educativa Sergio Ariza en el municipio de Sucre, Santander,tiene más de 60 años al servicio de los estudiantes. El rector de la institución, Hugo Burgos,  indicó que desde hace 12 años no se le realiza mantenimiento al inmueble y con el pasar del tiempo la infraestructura se debilitó.

Por tal razón, los estudiantes salieron a marchar esta semana por las calles de Sucre.Posteriormente realizaron un plantón al frente de la Alcaldía para exigir la reconstrucción del colegio Sergio Ariza.

A pesar del compromiso de la Secretaria de Educación  de Santander y la Alcaldía de Sucre para hacer vigilancia y control frente a la mala infraestructura, los directivos de la institución educativa denuncian el abandono estatal en el que se encuentra el colegio.

Peligro inminente

La coordinadora de la institución educativa, Berta Cecilia Martínez Cifuentes, manifestó a Vanguardia.com que  la infraestructura del colegio está muy deteriorada. Afirmó que se necesita una pronta solución, porque en cualquier momento podría colapsar el techo del centro educativo.

Un total de 300 estudiantes de primaria y básica secundaria del centro educativo están en peligro. Martínez agregó que la situación más crítica se registra en dos aulas. Los estudiantes no han sido reubicados, ya que no se le han hecho las adecuaciones al nuevo salón donde se trasladarían.

Vanguardia.com  se comunicó con el Alcalde de Sucre, Javier Rojas,quien afirmó que hay un grupo de personas trabajando en las adecuaciones para la reubicación de los estudiantes. Así mismo, explicóque se radicó un proyecto que costaría alrededor de tres mil millones de pesos para la construcción de unnuevo colegio.

Esta determinación surgió tras un estudio de suelo realizado en julio pasado por la Alcaldía de Sucre, en la cual se estableció que la estructura física de la Institución debía ser construida nuevamente.

El mandatario de Sucre agregó  que el centro educativo será construido en una zona rocosa dentro del mismo sector donde está actualmente el colegio. Agregó que se construirán las aulas de básica secundaria y el área administrativa de la institución. Según el Alcalde, no se construirán los salones de primaria, ya que sus estructuras están en óptimas condiciones.

Fuente: http://www.vanguardia.com/area-metropolitana/bucaramanga/video-408904-estudiantes-protestaron-por-la-pesima-infraestructura-de

Imagen: http://www.vanguardia.com/sites/default/files/imagecache/Noticia_600x400/foto_interna/2017/09/07/web_21_wide_tp.jpg

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La discriminación racial en Colombia.

Por: Rodrigo Uprimny.

LA LEY 975 DE 2001 ESTABLECIÓ EL “Día Nacional de la Afrocolombianidad”, que se celebra cada 21 de mayo, para recordar la abolición de la esclavitud en esa fecha en 1851. Esa conmemoración indicaría que Colombia es una democracia racial, respetuosa de la diferencia, poco discriminatoria y que valora positivamente la contribución de los afrocolombianos a nuestra nacionalidad.

La realidad es, sin embargo, muy distinta, como lo muestra la reciente publicación de las observaciones preliminares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el tema, basadas en la visita que realizó a Colombia en 2007 Clare Roberts, el relator especial contra la discriminación racial.

Este documento muestra que, a pesar de que Colombia cuenta con un marco constitucional apropiado para lograr la igualdad racial, lo cierto es que persisten formas estructurales agudas de invisiblización y de discriminación de la población afro.

Las observaciones de la CIDH coinciden, en lo esencial, con las conclusiones del primer informe elaborado por el Observatorio de Discriminación Racial, conformado por el programa de Justicia Global de la Universidad de los Andes, el Proceso de Comunidades Negras (PCN) y DeJusticia.

Ambos documentos muestran que la presencia de los afros ha tendido a ser invisibilizada, incluso estadísticamente. Por ejemplo, contra toda evidencia, y por errores técnicos, el censo de 1993 concluyó que sólo el 1,5% de la población colombiana era afrodescendiente. El censo de 2005 mejoró la forma de indagar sobre el tema; la participación afro creció al 11% pero, según varios expertos, esta cifra sigue minimizando su magnitud.

De otro lado, la población afro sufre discriminación en el goce de casi todos sus derechos sociales. Por ejemplo, la tasa de mortalidad infantil de las comunidades afro es aproximadamente el doble de aquella de los colombianos en general. La incidencia del hambre en los afro es prácticamente el doble de aquella de los mestizos. El acceso a los servicios de salud o a la vivienda de los afro es más precario que aquel del resto de los colombianos.

Uno de los resultados más dramáticos de esta discriminación es que la esperanza de vida de las mujeres afro es menor en 11 años que la del total de la población.

En los últimos años, además, el desplazamiento forzado ha afectado desproporcionadamente a los afro, que representan casi la cuarta parte de la población desplazada. Esto se explica porque sus territorios ancestrales no sólo son espacios estratégicos en la guerra, sino que son ambicionados para la realización de proyectos energéticos, como bien lo resalta el reciente Auto 05 de 2009 de la Corte Constitucional, que da órdenes al Gobierno para amparar los derechos de esta población.

Colombia está muy lejos entonces de ser esa democracia racial que a veces nos pintan. El cumplimiento o no del mencionado Auto 05 de la Corte por el Gobierno será una buena prueba para saber si, más allá de los rituales del Día de la Afrocolombianidad, las autoridades realmente están comprometidas en desarrollar estrategias adecuadas para superar la discriminación racial.

Adenda: el orden del día para la Plenaria de hoy es una muestra de la gran sensibilidad de la Cámara de Representantes hacia las víctimas de la violencia en Colombia. El debate del proyecto relativo a sus derechos quedó en el puesto veintinueve. No tengo nada contra la celebración de los 200 años de municipios como Tello o Campoalegre o de los 50 años de la Universidad Santiago de Cali. Pero, ¿no ameritan las víctimas de Colombia una atención más prioritaria de nuestros legisladores?

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/la-discriminacion-racial-en-colombia-columna-142461

Imagen: http://asomecosafro.com.co/wp-content/uploads/2015/06/discriminacion-2.jpg

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Los mandos medios.

Sistema educativo obediente al proyecto integral de reducir las horas de cátedra de ética por cómo hacer empresa.

Por: Émerson Castaño González.

Vive el país su peor momento por la destapada corrupción en los supra-poderes de la administración de justicia. Hay quienes han salido a examinar las causas del fenómeno que ha permeado todo el sistema. Como también muchos se evitan de pronunciar palabra al respecto porque es tan complejo el asunto, que no encuentran explicación alguna.

E incluso filósofos de la talla de David Hume optaron por hacerse los de la vista gorda frente al entramado de la naturaleza humana que solo se atrevió a preguntar “¿por qué desentrañar esos rincones de la naturaleza que propagan daños a su alrededor?” “¿Por qué desenterrar la pestilencia de la fosa en la que está enterrada?”.

No niego que el problema de corrupción implique un serio análisis moral y ético como la gran mayoría de los filósofos así lo consideran. Es necesario abordarlo por la complicidad del mismo sistema, es decir, desde las manzanas podridas que hacen carrera sin que nadie los detenga haciendo uso de su poder en detrimento de moral pública de justicia.

Recuerdo aquel fiscal que hacía uso de su investidura para abusar de su secretaria. Nadie dijo nada, todo quedó en silencio. Lo vieron más como accidente laboral. Quizás llegará en el futuro a ocupar la dirección de fiscalía por buen “comportamiento”.

Los mandos medios, sin ningún control, sin que nadie los vigile y sancione, son aquellos que determinan y cambian el rumbo de las cosas. Ellos se acoplan, obedecen a su superior, tapan lo que deben de tapar, luego serán recompensados. Cuando al superior le hallan culpabilidad, responsabilidad y, siempre ha sido la coima un modo de vida, es porque fue un mando medio.

Y seguirán insistiendo que el problema de corrupción es un problema de las universidades. Claro que sí, y de las mejores universidades, incubadora de corruptos. Sistema educativo obediente al proyecto integral de reducir las horas de cátedra de ética por cómo hacer empresa. Porque dicen que el país necesita es gente prepara para el mundo empresarial “no salga a buscar empleo sino que construya su propia empresa”. Y, como mando medio, cuéstele lo que le cueste, en poco tiempo, podrá ser ascendido a un cargo superior ¡Está triunfando mi hijo! dice la mamá.

Fuente: http://www.cronicadelquindio.com/noticia-noticia_opinion-seccion-opinion-titulo-los_mandos_medios-op-16915

Imagen: http://madero.org/wp-content/uploads/2015/07/4.png

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Hoja de ruta educativa.

Por: Luis Felipe Gomez Restrepo.

Así como nacionalmente se viene trabajando en la elaboración del Plan Nacional Decenal de Educación, Cali debe pensarse, a fondo y con una mirada de largo plazo, la educación en el municipio. Más allá de pruebas Pisa, más allá de los resultados de las pruebas Saber, debemos romper dos constataciones que son dolorosas: de una parte, se evidencia una gran frustración nacional, no obstante todos los avances logrados en cobertura y calidad: “La educación no consigue generar los impactos profundos y estructurales que requiere nuestra sociedad”. Y por otro lado, que el gasto en educación llega solamente al 4,5% del PIB, mientras que la meta era alcanzar el 7%.

En pocas palabras, debemos buscar una educación mucho más significativa y que genere profundas experiencias en los estudiantes para que genere importantes cambios culturales en el país. Y ello implica destinar mayores recursos. ¿Cómo podemos aumentar el presupuesto para educación en el municipio?

El pasado mes de junio, el equipo de trabajo del programa Cali Cómo Vamos, presentó a la comunidad caleña el informe sobre educación, el cual analiza el desempeño de Cali. Según los datos presentados, por segundo año consecutivo Cali se encuentra por debajo de ciudades como Bogotá, Manizales, Pereira y Medellín en cobertura educativa en los niveles de preescolar, primaria, básica y media. En términos de calidad educativa, en 2016 los estudiantes caleños mejoraron sus resultados en las Pruebas Saber 3º, 5º y 9º, frente a 2015. Por su parte, los puntajes obtenidos por los colegios privados en las Pruebas Saber 11º del primer semestre de 2017, fueron inferiores a los registrados en el mismo período del año pasado, e inferiores a los de Bogotá, Medellín, Cartagena, Barranquilla, Manizales, Pereira y al general de Colombia.

No se debe atender cobertura solamente, sino que ésta sea aparejada con una educación de calidad. Por ello, será fundamental la puesta en marcha y el impacto que deberá generar el Plan Nacional Decenal de Educación (Pnde) 2016-2026, el cual se encuentra en un estado germinal. Y que Cali pueda contar con una carta de navegación con la misma ventana de tiempo.

El Pnde 2016-2026, es la política pública que marcará el norte en Educación durante los próximos 10 años. La comisión de sabios propone 5 principios orientadores: que el plan sirva para construir la paz; que esté centrado en el desarrollo humano; que sirva para reducir la inequidad en la sociedad nacional y la brecha entre regiones; que propenda por una participación de toda la sociedad; y que la sociedad sea como un todo educador.

Nuestra región debe aprovechar el punto de inflexión que se está dando en el sector educativo. Actualmente hay una conciencia colectiva sobre la importancia que tiene para el futuro de los colombianos la inversión en su formación integral. La participación activa de nuestra comunidad en la conformación e implementación del Pnde 2016-2026, alineados los planes de desarrollo educativos Municipal y Departamental, deberán atender y mejorar nuestros actuales indicadores de cobertura, calidad, deserción, Saber 11º, entre otros.

Sector público de la mano con el privado, debe contar con una carta educativa de Cali para el largo plazo. Y lo que es más importante, lograr alinear esfuerzos y compromisos de todos con la educación de las nuevas generaciones.

Fuente: http://www.elpais.com.co/opinion/columnistas/luis-felipe-gomez-restrepo/hoja-de-ruta-educativa.html

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Educación y reconciliación nacional.

La educación no tendría sentido si su objetivo no fuera la vida, la convivencia, la libertad, la mejora del conocimiento, el progreso y la necesidad de luchar por preservar los derechos que hoy disfrutamos, gracias a las luchas de nuestros antepasados.

Por: Ángel Perez Martinez.

Para el próximo 30 de agosto, un grupo de instituciones y personas del sector educativo están promoviendo la celebración de una jornada nacional por la reconciliación y el perdón en los establecimientos educativos.

Celebro y acompaño esta iniciativa porque el sector educativo por su tamaño y su misión tiene responsabilidades morales, éticas y sociales que van más allá de la educación. Por ello es loable que pedagogos como Julián de Zubiria; las secretarías de educación de Bogotá, Cali y Barranquilla, entre otras; organizaciones como Todos por la Educación y la Asociacion de Establecimientos Educativos Privados, ADESPRIP; cerca de 5.000 colegios oficiales y privados;  universidades como la del Rosario, la Pedagógica; y las agremiaciones estudiantiles estén vinculadas con la jornada nacional por la reconciliación y el perdón.

La reconciliación nacional y el perdón alrededor de la paz debería estar en la agenda de los dirigentes empresariales, políticos, gubernamentales, académicos y sindicales. Los hechos demuestran lo contrario, los acuerdos de la Habana ampliaron divisiones y heridas con respecto al proceso de paz, aún entre sectores de la población que nunca estuvieron en la guerra. las diferencias con respecto al proceso de paz pueden ser de franca enemistad, entre amigos, compañeros de trabajo y familiares. Lo anterior es un reflejo de lo que ocurrió en el plebiscito donde la votación fue mitad a favor y mitad en contra.

Las últimas encuestas políticas muestran que el país está cansado de la polarización en torno a la paz, que sus dirigentes de uno y otro lado sufren el desgaste, la opinión desfavorable del presidente Santos es del 73% y la Uribe del 58%, con un incremento sustancial de este último, de no cambiar esta tendencia, en 2 o 3 meses estarán iguales. En el marco de las pasiones y odios que generó el proceso de paz, la evidencia indica que las FARC se desarmaron, cumplen con lo firmado y ahora no son un obstáculo para eliminar cultivos ilícitos en aquellos territorios donde ejercían influencia.

Por ejemplo, sobre evidencia de beneficios del proceso de paz, Zubiría sostiene en revista Semana que el Hospital Militar atendió en 2011 a 424 militares y a 388 en 2012. Para el año 2016 recibió 36 heridos y en lo corrido del año, apenas van tres. También, el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, CERAC señala que en el año 2007 hubo en Colombia 1795 muertos (civiles, fuerzas armadas y guerrilleros) por acciones en eventos de conflicto con participación de las FARC, para el año 2016 se registraron 6 muertos y ninguno en lo corrido en el año 2017. Recordemos que la vida es el primer derecho humano, sin ella no existen los otros. En palabras de Antanas Mockus: “Cuando una sociedad aprende a respetar la vida, aprende a respetar los otros derechos”.   

La paz, la reconciliación y el perdón van de la mano

La reconciliación según Karen Brounéus implica reconocer que entre las partes hay un sentimiento mutuo de sufrimiento generado en el pasado que aleja y produce enemistad. Las acciones de reconciliación tienen como objetivo cambiar aquello que nos separa por actitudes, conductas y emociones constructivas, propias de la razón humana y de la necesidad de fortalecer la convivencia social y política.

La reconciliación en sí misma es un acto de paz y de posibilidad de unidad humana en favor de la vida, la amistad y la convivencia. La reconciliación debe llegar a permitir compartir con el otro, así el otro piense diferente, no es mi enemigo y puedo llegar a participar en acciones que nos convienen. La reconciliación no requiere perdón total, pero hay algo de perdón. La reconciliación en torno a la paz debería ser ejemplo para frenar otras formas de reproducción de la violencia y para favorecer un tejido social más proclive a la búsqueda de acuerdos.

La paz es un bien humano, nadie puede ser dueño o apropiarse de la paz. la experiencia de Colombia muestra que la paz es compleja y difícil de alcanzar, hay que luchar por la paz. La reconciliación en pequeños actos con la familia, con los compañeros de trabajo y los amigos, así como los eventos y movilizaciones públicas en favor de la reconciliación nacional son formas de lucha por la paz civilizadas, propias de la inteligencia y del amor humano.

La educación no tendría sentido si su objetivo no fuera la vida, la convivencia, la libertad, la mejora del conocimiento, el progreso y la necesidad de luchar por preservar los derechos que hoy disfrutamos, gracias a las luchas de nuestros antepasados. A la vez, tenemos la responsabilidad de dejar a las nuevas generaciones mejores derechos, por ejemplo, garantizar, a corto plazo, el derecho a la vida a los niños y a quienes nazcan en Colombia, en los próximos años.  

Por último, este 30 de agosto de 2017, como sostiene Zubiría: “démosle la bienvenida al papa con la celebración de una Jornada Nacional por la Reconciliación y el Perdón en todos los colegios y universidades del país. Una jornada que le enseñe a Colombia a contagiarse de paz, confianza, fe, esperanza y alegría: la posibilidad de despedirnos definitivamente de la guerra”. Invito a las secretarias de educación a las instituciones escolares, a las universidades y a los más de 500.000 docentes, para que junto con los estudiantes se preparé y se celebré en un ambiente académico y festivo la Jornada Nacional por la Reconciliación y el Perdón.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/educacion-y-reconciliacion-nacional-angel-perez-martinez/248535

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Colombia: «Aquí lo que tenemos garantizado es un par de tiros en la cabeza»

Entrevista con Jesús Santrich, ex jefe guerrillero que lidera en solitario una huelga de hambre por los guerrilleros encarcelados

Por: Semana

SEMANA: ¿Desde cuándo y por qué está en huelga de hambre?

Jesús Santrich: Desde el día 26 de junio hay una protesta nacional. Iniciaron 1.200 y en este momento hay 1.486 guerrilleros de las Farc en huelga y alrededor de 1.700 en desobediencia. Yo me vinculé el pasado lunes y lo que se busca es que se cumpla el acuerdo de La Habana que tiene que ver con la liberación de nuestra gente.

SEMANA: Pero, ¿ese trámite no viene caminando ya?

J. S.: Han salido de las cárceles, hasta ahora, 843 personas. Debido a esas bajas cifras, comenzó la protesta de la que participan 47 mujeres, una de ellas lactante. A eso se suman, 35 compañeros que tomaron la determinación coserse la boca. Este jueves, hubo un plantón en las principales ciudades del país: Medellín, Pereira, Popayán, Valledupar, Cúcuta y Bogotá.

SEMANA: ¿Quién es la madre lactante?

J. S.: Mayerli Becerra Muñoz y tiene un bebé de cuatro meses de edad. Ella está en la cárcel de Cúcuta y su caso está en manos del juez quinto de ejecución de penas.

SEMANA: ¿Qué ha entorpecido la aplicación de la Ley de Amnistía?

J. S.: Aquí no hay fallas normativas porque el acuerdo tiene el mayor detalle que pueda tener una Ley de Amnistía en el mundo. Eso se lo pueden preguntar a especialistas y juristas. Además de tener un acuerdo depositado en el Consejo Federal Suizo en Berna, existe una declaración unilateral del Estado ante Naciones Unidas, un acto legislativo que lo coloca en marco de interpretación y un decreto presidencial que la regula. Incluso, hay una resolución de reforzamiento del Hábeas Corpus, que no debió salir, pero ahí está. Lo que hay es un problema de voluntad política y demoras, por ejemplo, en la entrega de las certificaciones.

SEMANA: ¿A qué se refiere? ¿No todos los guerrilleros tienen el boleto que acredita su tránsito a la vida civil?

J. S.: En este momento están colgados con la entrega de alrededor de 930. Además, hacen falta actas de compromiso que el secretario de la Jurisdicción Especial de Paz -no sé si por falta de personal, falta de tiempo o voluntad- no se han gestionado. Me atrevería a pensar que es más por lo primero, que por lo último. Hay una actitud negligente, mezquina y antijurídica de los jueces de ejecución de penas porque están haciendo negación de justicia, están prevaricando y no hay instancia del Estado que le ponga freno a eso.

SEMANA: ¿Hasta cuándo va con la huelga de hambre?

J. S.: El día 26 de junio yo dije que en el caso mío, porque no quiero someter a los compañeros que están en las cárceles, es de una huelga de hambre indefinida hasta que salga el último hombre de prisión.

«Es de una huelga de hambre indefinida hasta que salga el último hombre de prisión».

SEMANA: ¿Cómo le ha ido en estos cinco días?

J. S.: He estado tomando agua e hidratándome con suero. La idea es que se aguante lo que más se pueda para que alcancen a salir todos. Ojalá haya una actitud de sensatez porque en La Habana nosotros dialogamos fue con el Gobierno, representando al Estado colombiano. No puede ser que la implementación se convierta en una renegociación con cada una de las instancias y ramas del poder público. Esto, incluyendo a la Fiscalía que se ha convertido en otro palo en la rueda de la paz.

SEMANA: ¿Es decir, el tránsito de la guerrilla a la vida civil no se ha completado?

J. S.: Las Farc ha cumplido a cabalidad con sus compromisos. Cuando se han presentado demoras no ha dependido de nosotros, sino del Gobierno con su parte. Este es un acuerdo que tiene un principio de igualdad, buena fe, de Pacta sunt servanda para cada una de las partes. Es decir, que lo que se acordó hay que cumplirlo. Se habló desde un principio de simultaneidad e integridad. En la medida que las Farc cumplía, el Gobierno también. Sin embargo, nosotros entramos a las zonas veredales sin que la construcción de los campamentos hubiera terminado. La idea era que esos lugares la guerrilla iba a llegar a vivir de manera digna, el problema es que el tiempo pasó y todavía no se han terminado de construir.

SEMANA: Y… ¿Por el lado de la reincorporación de los excombatientes cómo van?

J. S.: Hay algunas acciones asistencialistas que -de su propia inspiración- han hecho entidades del Estado como el SENA. Sin embargo, acciones derivadas del acuerdo de paz como tal, en el capítulo de Reincorporación, no hay ninguna. Hay un decreto que crea las instancias que manejarán la reincorporación pero no han derivado en acciones prácticas. Aquí lo que hay son puras promesas en materia social, salud y generación de proyectos productivos. Yo siempre he dicho que seguimos con el proyecto Escalona. Es decir, con la casa en el aire.

SEMANA: Explíquese…

J. S.: No hay certeza para los excombatientes de dónde van a ir el día 240 porque los sitios que ocupan ahora son terrenos alquilados. Se ha dicho, después de tanta presión nuestra, que esos espacios se van a convertir en escenarios de formación y reincorporación, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. No queremos que por cuenta de este incumplimiento en las liberaciones y en la implementación, el pacto de La Habana se convierta en un falso positivo contra las esperanzas de reconciliación de los colombianos.

SEMANA: Entonces, ¿ve cruda la arquitectura de la reincorporación de los excombatientes?

J. S.: Sí, totalmente. Hay unos planteamientos normativos que -por más sea decirlo- están en manos de una Corte Constitucional que se ha mostrado inclinada hacia la derecha que ha dicho hará trizas el acuerdo. Una posición que también ha mostrado el Procurador. En vez de velar por la administración pública, él ahora está es viendo cómo quita la posibilidad de que los extranjeros que están en las Farc tengan vías de reincorporación. Por eso digo, que aquí debe haber un compromiso de Estado. No podemos seguir con esa farsa de que como no hay división del poder en ramas y de que así es la democracia, toca ver qué se le ocurre a cada funcionario.

SEMANA: En La Habana se acordó la creación de unas comisiones que ayudarían a sacar adelante la implementación, ¿están funcionando?

J. S.: Si están en acción. La Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación (Csivi) que tiene un componente de Gobierno y otro de Farc está funcionando. Precisamente a esa pertenezco yo, al lado de Iván Márquez, Victoria Sandino y tres ministros. Ahí hemos podido adelantar los debates de la implementación normativa, pese a que muchas veces el Gobierno ha pasado proyectos sin tener el visto bueno de la comisión, que es el procedimiento correcto.

Sin embargo, aunque estamos ahí tratando que esos desarrollos normativos se den. Luego vienen otros debates como los del Congreso de la República donde da la impresión de que hay que negociar con cada congresista para que no le pongan 20.000 proposiciones al acuerdo que van en contra vía de ellos. Luego la corte, le colocó cortapisas, casi una puñalada al fast track. Lo que uno puede prever es que la corte más adelante -si le da la gana- puede actuar contra la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) o la misma Ley de Amnistía.

SEMANA: En resumen, ¿qué está fallando?

J. S.: Inseguridad jurídica, inseguridad personal por la expansión del paramilitarismo e inseguridad socioeconómica porque no hay claridad sobre qué proyectos productivos van a desarrollar los excombatientes. Los otros dos puntos son la renegociación en la que se ha convertido esto y la desfinanciación. El Gobierno apenas promete comprometer 0.6 puntos del PIB. Eso no es nada con la deuda social inmensa que tiene el Estado con su pueblo.

SEMANA: ¿En qué va la Comisión de Garantías?

J. S.: Sólo hay denuncias y promesas. Hay más de 15.000 compulsas de copias que están en ese escenario de lucha contra el paramilitarismo y la Fiscalía nunca ha actuado. Del acuerdo se debió derivar una Unidad Especial de Investigación para la desarticulación de ese fenómeno, pero lo único que ha encontrado son obstrucciones por parte del fiscal. Aquí hay una especie de protección a los financiadores del paramilitarismo y señalo de manera directa al fiscal en ese papel. Hasta cuándo va a obstruir el proceso de paz.

SEMANA: ¿Se siente en riesgo?

J. S.: Aquí lo que tenemos garantizado es un par de tiros en la cabeza. No hay garantías para la acción política no sólo para las Farc, sino para el movimiento popular y social. Yo me aventuraría a decir que lo que se está configurando es una reedición de la Unión Patriótica, del exterminio de la UP.

SEMANA: ¿Qué va a pasar cuando desaparezca la figura de las zonas veredales?

J. S.: El plan nuestro es el acuerdo. La insistencia desde la Csivi y el CNR es que se cumpla todo lo que está allí. Eso implicaría actuar contra el paramilitarismo, generar medidas de seguridad para las comunidades y la organización que salta a la legalidad. No hablo con desazón sino con realismo. Hay un estado de incertidumbre porque no se ven garantías para que después del día 240 haya tierra para los guerrilleros, dudo mucho eso.

SEMANA: A propósito del artículo de Iván Gallo, algunos sienten un distanciamiento suyo de las posiciones del Secretariado…

J. S.: Si vi el artículo con la supuesta solidaridad hacia mí y atacando a la dirección de las Farc. Yo estoy en absoluta coincidencia con la dirección de las Farc. Nunca he hecho acciones ni imposiciones de disidencia. Pero también estoy sentando posiciones realistas frente a lo que se viene porque ha habido una actitud sistemática de incumplimientos por parte del Estado.

SEMANA: ¿Cree que ese estado de incertidumbre más el efecto de la campaña electoral aumentará las disidencias?

J. S.: No pienso más en desertores porque las Farc son una organización política que ya dejó las armas. Sin embargo, sí puede haber desaliento y desazón. Por eso el Estado tiene el compromiso de generar alternativas para la construcción del buen vivir. No sólo a las Farc sino a las comunidades. Aquí no se trata sólo del asunto de las armas. La paz no sólo es el silenciamiento de los fusiles, la paz es darle vivienda, salud y resolver las necesidades básicas que tienen los colombianos.

En el país hay más 12 millones de pobres. No se trata de que los que pertenecieron a las Farc se alzan o no en armas, aquí va continuar el alzamiento armado de parte de la gente oprimida, segregada y excluida si no se solucionan esos problemas que pretenden palear -de alguna forma- el acuerdo de La Habana.

SEMANA: ¿Cómo va el engranaje de las ECOMUN, el modelo asociativo con el que aterrizarán en la economía legal?

J. S.: Queremos entrar a todos los sectores de la economía y la acción social que hay en Colombia. La reincorporación tiene dos capítulos: uno es el político que abre las puertas para tener la personería jurídica que permite establecer el partido, eso se dará después de la primera semana de agosto. El otro es el económico, no se trata de crear guetos sino de vincularlos con todas las comunidades que han estado apartadas, aisladas del conjunto de desarrollo nacional. Eso es lo que deseamos. Estar en todos los sectores de la producción, de las políticas y las artes. La terminación de la guerra implica eso, una transformación económica, política pero también social y cultural.

Fuente original: http://www.semana.com/nacion/multimedia/jesus-santrich-de-las-farc-habla-de-la-huelga-de-hambre-que-emprendio/530727

 

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