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¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

España/04 de Septiembre de 2017/Notimérica

Iberoamérica destina más del 5 por ciento del PIB a educación, casi el mismo porcentaje que las naciones más desarrolladas Los hogares iberoamericanos dedican a educación un porcentaje mayor que los estadounidenses para compensar las carencias de la educación pública.

¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

Iberoamérica destina, en promedio, más del 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a educación y capacitación técnica, casi el mismo porcentaje del PIB de las naciones más desarrolladas, así lo revela el estudio ‘Aprender Mejor: Políticas públicas para el desarrollo de habilidades’, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

Sin embargo, la región está rezagada en relación con las economías más avanzadas en términos del gasto por alumno. Los estudiantes poseen más de un año de retraso respecto de lo esperable para el nivel de desarrollo económico de la región.

¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

Solamente el 30 por ciento de los niños en tercer y cuarto grado en Iberoamérica alcanzan el criterio mínimo de competencias matemáticas, en comparación al 66 por ciento en naciones con similar nivel de desarrollo y al 93 por ciento en países desarrollados.    En Brasil, Chile, México y Perú –los únicos cuatro países de la región con datos para los años 2000 y 2015– el porcentaje de alumnos con bajos resultados disminuyó un 14 por ciento, tanto en matemática como en lenguaje.

 De acuerdo al informe, las habilidades no solo son bajas en la región, sino que además están distribuidas de forma desigual entre los hogares de bajos y altos ingresos.

¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

El hogar promedio iberoamericano destina alrededor del 7 por ciento de su presupuesto a gastos relacionados con el desarrollo de habilidades. Esa cifra es superior a la de Estados Unidos, donde el hogar promedio dedica cerca del 6 por ciento a dicho fin. Lo que demuestra que los hogares de la región están gastando su dinero para compensar las deficiencias en el acceso o la calidad de la escuela pública, mientras que en Estados Unidos el gasto privado complementa al gasto público, señala el estudio.

¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

LO FUNDAMENTAL    El estudio indica que el desafío principal para la región es desarrollar habilidades, lo que implica el esfuerzo de diferentes actores: familias, maestros, directores de escuela, emprendedores y gerentes de empresas.    Así, uno de los objetivos de las políticas públicas consiste en coordinar diferentes ministerios que a menudo actúan de manera aislada, por ejemplo, Protección Social, Educación, Trabajo y Finanzas.

¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

Datos para Chile y Colombia muestran, por ejemplo, que la ingeniería y otras carreras relacionadas son altamente valoradas en el mercado laboral y brindan elevados retornos. En cambio, la educación, el trabajo social y el diseño tienen retornos promedio mucho más bajos.

¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

Aunque la base es siempre la educación, el mercado también valora la experiencia. Los individuos se vuelven más productivos a medida que suman más experiencia en sus empleos porque adquieren nuevas habilidades a través del aprendizaje con la práctica o de otras modalidades de capacitación.

CÓMO INVERTIR

¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

«Debido a las perspectivas de menor crecimiento en la región, los aumentos del gasto público parecen poco probables. Por lo tanto, la clave reside en utilizar los recursos disponibles de manera más inteligente», destaca el informe.

¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

Uno de los puntos más importantes radica en el fortalecimiento de la educación primaria, ya que las habilidades cognitivas y socioemocionales comienzan a desarrollarse a una edad temprana. Por lo tanto, invertir en el desarrollo de la primera infancia puede tener un impacto fundamental para su futuro profesional.

¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

El desarrollo de habilidades académicas durante la infancia se centra en materias fundamentales como matemáticas y lenguaje. Dominar estas habilidades académicas básicas es esencial para hacer frente a las competencias que demanda el entorno.

¿Cuánto invierte Iberoamérica en educación?

Sobre la educación en los adultos, la clave está en garantizar que la mayor cantidad posible de trabajadores cuente con acceso a empresas grandes que operen dentro de la economía formal, pues ellas ofrecen capacitación adicional y un crecimiento salarial tres veces superior que el de las pequeñas empresas.

Fuente: http://www.notimerica.com/economia/noticia-cuanto-invierte-iberoamerica-educacion-20170902071446.html

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Estados Unidos: Standardized testing is killing education

Estados Unidos/Agosto de 2017/Autora: Victoria Advocate/Fuente: Longview News Journal

Resumen:  Los nuevos resultados de STAAR salieron la semana pasada, pero arrojaron tanta luz sobre las escuelas públicas como el eclipse total de sol del lunes. STAAR significa las Evaluaciones de Preparación Académica del Estado de Texas, pero la gente lo conoce más comúnmente como las pruebas estandarizadas que cambian tanto cada año que se vuelven completamente inútiles. Los padres controlan debidamente los resultados de su escuela, pero la información es tan compleja y cambiante cada año que aquellos sin un doctorado en educación tienen poca idea de lo que significa. Cada sesión de los últimos 40 años, los legisladores han manipulado con las pruebas estandarizadas y han logrado hacer todo el proceso un colosal desperdicio de tiempo y dinero. Texas ha gastado 1.500 millones de dólares en las últimas dos décadas en la máquina de pruebas y ha cometido terribles errores en el camino.

The new STAAR results came out last week, but they shed about as much light on public schools as Monday’s total eclipse of the sun.

STAAR stands for the State of Texas Assessments of Academic Readiness, but people know it more commonly as the standardized tests that change so much every year that they become completely useless.

Parents dutifully check their school’s results, but the information is so complex and shifting each year that those without a doctorate in education have little idea what it all means.

Each session for the past 40 years, legislators have tinkered with standardized testing and have managed to make the entire process a colossal waste of time and money. Texas has spent $1.5 billion in the past two decades on the testing machine and committed terrible blunders along the way.

In 2011, a group of concerned mothers formed Texans Advocating for Meaningful Student Assessments to try to put a stop to the madness. Before this past session started, the group presented a list of recommendations to legislators and examples of serious problems with the existing system. These are just a few of the alarming examples:

In 2015, Lewisville ISD and Arlington ISD had to pay tens of thousands of dollars to prove serious errors in standardized test grading. The next year, 50 Houston superintendents demonstrated similar problems, and parents from Dallas, Houston and Austin sued to have STAAR results thrown out for elementary and middle schools across the state.

Education Testing Services, the company that won a $240 million state contract to handle STAAR, uses uncertified graders — people from around the country who have shown no proficiency for writing — to grade students’ writing tests.

Since STAAR replaced the previous alphabet soup of testing, TAKS, four years ago, the testing has been flawed from computer glitches, tests misaligned with curriculum and grading problems.

Basically, the state bureaucracy has bungled this process in almost every way imaginable. The system continues because politicians think they can keep the public stirred up and confused.

About the only thing decades of standardized testing has proved is that more affluent students generally score better than poorer students. What it has failed to do is anything useful, such as to help students at all levels show progress during the school year.

For that, schools always have depended upon good teachers. They are the ones who tailor their lessons to each student and inspire learning.

Sadly, the culture of standardized testing stamps out individual inspiration from both teachers and students. Yes, students should have to pass tests, but the state and federal government doesn’t have to insert itself into the process.

Politicians often talk about the good old days of education and claim schools today are failing. But those over 40 know that schools of the past didn’t have to endure the education bureaucracy.

In the race to create a fast-food model of education, the United States has lost its way. School districts spend exorbitant amounts of money and time on playing the game rather than teaching students.

The solution is so simple it completely eludes lawmakers: Replace high-stakes standardized testing with meaningful student assessments that provide timely and useful feedback to teachers, students and parents. Local school districts who know their students best should handle these assessments.

National tests, such as the ACT and SAT, will remain valuable measurements for high school achievements. At the lower levels, the Iowa Test of Basic Skills and others can remain useful diagnostic tools. But the state and federal governments need to get completely out of the testing business.

Fast-food education is starving the nation’s children. Education expert and author Sir Ken Robinson wisely notes that education is about people, about their need for a balanced and diverse diet of learning.

«Most political strategies start from the top down,» Robinson said in a 2013 TED talk. «The more governments go into command-and-control mode, the more they misunderstand the nature of teaching and learning.»

Fuente: https://www.news-journal.com/news/2017/aug/23/other-voices-standardized-testing-is-killing-educa/

 

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Reino Unido: GCSE results 2017: “Tireless” work of staff and students lauded at City of London Academy Islington

Reino Unido/Agosto de 2017/Fuente: Islington Gazatte

Resumen:  Los resultados arrojaron que el 91 por ciento de los estudiantes lograron el equivalente de 9 a 4 en inglés (el equivalente de A * a  C bajo el nuevo sistema de calificación), 67pc de estudiantes lograron cinco A * a  C pases (incluyendo inglés y matemáticas), mientras que 18pc de todos los grados eran A * o  A. La directora Clare Verga dijo: «Estoy encantada de que todos los estudiantes reciban sus resultados hoy y estoy agradecida a todos los involucrados en asegurar estos éxitos». La Corporación de la ciudad, clasificada como el mejor patrocinador multi-academia en el país para el progreso de los alumnos por el Departamento de Educación, patrocina la academia. Henry Colthurst, presidente del consejo educativo de la corporación, dijo: «Estamos muy orgullosos de lo mucho que nuestros estudiantes han trabajado y estamos encantados de que este trabajo duro se haya traducido en resultados tangibles que les permitan seguir la educación y el empleo Oportunidades de formación de su elección.

The results saw 91per cent of students achieved the equivalent of 9 to 4 in English (the equivalent of A* to C under the new grading system), 67pc of students achieved five A*to C passes (including English and maths), while 18pc of all grades were an A* or an A.

Principal Clare Verga said: “I am delighted for all students receiving their results today and am grateful to all involved in securing these successes.”

The City Corporation, ranked as the top multi-academy sponsor in the country for pupil progress by the Department for Education, sponsors the academy.

Henry Colthurst, chairman of the education board at corporation, said: “We are very proud of how hard our students have worked, and we are delighted that this hard work has translated into tangible results which will enable them to pursue the further education and employment training opportunities of their choice.”

Selin Hasgul, left, hugs her friend Rukem Guvenc, after they both received an A* each in their GCSE results at City of London Academy Islington, on 24th August, 2017. Picture: Catherine DavisonSelin Hasgul, left, hugs her friend Rukem Guvenc, after they both received an A* each in their GCSE results at City of London Academy Islington, on 24th August, 2017. Picture: Catherine Davison

Eamon Martin, vice-chairman and a City, University of London sponsor governor, added: “We are absolutely thrilled for our students – whose hard work has clearly paid off with an excellent set of results. I know that the Academy staff are tireless in their commitment towards our students. They too can take great credit for these results.”

Fuente: http://www.islingtongazette.co.uk/news/education/gcse-exam-results/gcse-results-2017-tireless-work-of-staff-and-students-lauded-at-city-of-london-academy-islington-1-5162683

 

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Las competencias sociales y educativas

Por: Beatriz Villarreal

Jacques Delors en el libro “La educación encierra un tesoro” publicado en español  en 1998, hace nueve años, -2017- desarrolla un discurso educativo novedoso y profundo necesario para el siglo XXI para una gran cantidad de miembros de la UNESCO que son las voces de países y comunidades que necesitan renovar y transformar  la educación, desde la perspectiva de las ciencias humanas y de la interdicisplinariedad por la complejidad y el protagonismo que cada vez más adquiere la educación dentro de la globalidad como la característica esencial del mundo actual.

La educación requiere de conocimientos provenientes de la filosofía, las ciencias y la cultura para dar respuestas y lograr el impacto que las sociedades vienen reclamando desde hace varias décadas. Con los planteamientos de Delors y sus conceptos es posible afirmar que éstos rápidamente tomaron fuerza en muchos países democráticos conscientes de la importancia de estos cambios para sus sociedades.

Diez años después son parte de la institucionalidad y de la fortaleza de las políticas educativas. Muestran buenos resultados producto de la incorporación, en muchos países, de programas regionales para desarrollar y evaluar los aprendizajes y los resultados obtenidos. Contrariamente en Guatemala, al ser un país donde la educación históricamente,  sobre todo en los últimos 20 años, no ha tenido el reconocimiento ni la importancia requerida para su modernización y reproducción socioeconómica. Las novedades educativas llegan muy tarde o son aplicadas décadas después. Esto no hace posible obtener los resultados esperados como en los países que si han realizado los cambios necesarios.

En el país no se discute la importancia, contenido, ni posibilidades para fortalecer el sistema educativo, profundizando cada vez más sus rezagos. Su impacto es negativo. La educación en las sociedades democráticas fortalece el conocimiento y las tendencias igualitarias y democráticas. El que gana es todo el país, al generar mayores cantidades de personas formadas, útiles para el desempeño de competencias básicas de la sociedad, para continuar y mejorar la calidad educativa, la institucionalidad y el reconocimiento de lo educativo como un aspecto central. Procesos novedosos que apenas se están comenzando a digerir en países como Guatemala, al ser escasamente tomados en cuenta por la dirección educativa y por algunos educadores a nivel individual, en su labor docente.

Además en muchos casos esta propuesta educativa recibe mala prensa con críticas que hacen algunos grupos con interpretaciones sesgadas de lecturas que hacen de artículos publicados en revistas. Son retomados por profesionales poco conocedores de estos temas y de las perspectivas que ofrecen a las sociedades estas alternativas reales, para resolver sus déficits y realizar procesos educativos, sociales y económicos que significan cambios profundos y de fondo, no instrumentales.

Los planteamientos sobre la educación, formación, conocimiento y aprendizaje se tienen que tomar en cuenta. Sus contenidos son de gran actualidad y novedad,  especialmente en aspectos tan específicos como es en lo referente a las competencias educativas. Esta teoría es una propuesta y un contexto teórico-práctico para estos cambios.

Fuente: http://s21.gt/2017/07/31/las-competencias-sociales-educativas/

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¿Qué son las competencias básicas en educación?

Por: Beatriz Villareal

En el análisis crítico que hace José Gimeno Sacristán acerca de la inexistencia de una teoría educativa sobre las competencias educativas (2011) que haga referencia a sus fuentes teóricas, que sea vigente en lo referente a su definición que no la hay, sino que lo que hay son propuestas educativas de cursos y de universidades de países europeos, sin antes haber pensado o teorizado sobre ello, menos aún se conoce cuántas y cuáles son. Dos décadas después de su inicio específicamente sobre competencias básicas no se sabe mucho, sobre cuáles y cuántas son y sobre su campo de aplicación.

En su análisis Gimeno Sacristán considera que esta nueva perspectiva educativa no tiene una base conceptual nueva diferente al constructivismo y al empirismo donde todo es posible y arbitrario, que lo que une y estandariza son las evaluaciones cuantitativas de algunos variables medibles. Que no existe nada nuevo, en las dos décadas anteriores si fue algo efectivo para algunas empresas e industrias desarrolladas que necesitaban mano de obra con habilidades precisas para producir algunos productos y conocimientos nuevos, acorde al crecimiento productivo que estaba experimentando en las empresas y el mundo privado.

Los resultados fueron posteriormente incorporados al mundo escolar privado y público con el nombre competencias educativas. Lo difícil es como acreditar si los sujetos alcanzan o no las competencias en educación solo con instrumentos de medición y no de formación. Al no determinarse cuáles son las competencias básicas no se sabe cuál es el modelo teórico a seguir, qué es lo que pretende, cuáles son sus objetivos.

Pero como son básicas tiene que ser para todos, es un derecho que se tiene pero a su vez todos tiene que alcanzar las mismas competencias, lo que la convierte en una arma ideológica y deja de lado la diversidad y particularidad de cada uno, estandarizando y unificando a los estudiantes, pues se forma solo un tipo de educación y de persona, que es lo que no considera Gimeno que se hace o es posible hacer en España, por ejemplo, pero que se imita en los países latinoamericanos como el nuestro y muy particularmente hasta ahora ha venido haciendo la deficiente educación en Guatemala al no incorporar la diversidad cultural y de lenguas existentes en este país, lo cual es fundamental para lograr una adecuado desarrollo económico y social para su población, pues esto es posible solo si se tiene una educación de calidad, ya que se ha probado (Castells y otros Cap. I, 2007) que educación y riqueza van de las mano en el desarrollo de las naciones.

A pesar de lo anterior hay que señalar que en el año 2001 se celebró en Europa el primer simposio donde se definieron las competencias básicas, por sus contenidos son importantes de tomarlas en cuenta. Son tres, 1) Contribuir a valorar qué resultados son valiosos para los individuos y las sociedades, 2) Ayudar a los individuos a encontrar retos importantes en una amplia y variada serie de contextos y 3) que sean importantes para todos los individuos y no solo para los especialistas. Esta discusión anterior es importante para reflexionar, estar actualizados sobre la discusión y la problemática educativa actual y poder aplicarla a nuestras necesidades y particularidades.

Fuente del Artículo:

¿Qué son las competencias básicas en educación?

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Insumos para el debate educativo y la construcción colectiva (primera entrega)

Por: Fernando Filgueira

En esta y subsecuentes notas se discutirán cinco grupos de propuestas diferentes, pero que deben pensarse articuladamente, tanto con las entregas anteriores sobre la crisis educativa y sus principales causas como en las sinergias que las propuestas deben tener entre sí:

a. Las propuestas de cambios curriculares, de estrategias pedagógicas y de sistemas de evaluación considerando el perfil de egreso, esto es, lo que se espera que el estudiante logre al final del ciclo educativo en cuanto al desarrollo de conocimientos y competencias, como el eje vertebrador de la propuesta educativa en su conjunto.

b. Las propuestas de cambio en la organización de los ciclos, subsistemas y estructura de gobernanza del sistema para alinearlos con los perfiles de egreso.

c. La propuesta de cambio en los sistemas de asignación de recursos (materiales y humanos) alineados con la propuesta curricular y pedagógica.

d. Los cambios propuestos para los modelos de conformación de equipos de centro y gestión de centro alineados con la propuesta curricular y pedagógica. e. Las propuestas de cambio para la formación y carrera docente, que impliquen fortalecer el rol docente como el principal tomador de decisiones en el sistema educativo.

Esta nota se concentra en el primer conjunto de propuestas y se apoya en los documentos elaborados desde los grupos del comité académico de Eduy21. Uno de ellos, vinculado a los temas de evaluación, fue coordinado por Pedro Ravela, y el otro, relativo a los desafíos curriculares y de innovación pedagógica, por Ricardo Vilaró. Claro está que a ello le he sumado en algunos casos mis propias preferencias, por lo cual este no es un documento que refleje en el detalle posturas oficiales de Eduy21, pero sí en su orientación general.

a. El cambio curricular como proceso permanente

La autoridad central de la educación debe contar en su estructura con una unidad de desarrollo, gestión y evaluación curricular. Es esta unidad la encargada de generar un marco curricular común de los tres a los 18 años, estructurado sobre un conjunto fundamental de competencias y capacidades y con una detallada proyección cronológica de los logros esperables por parte de los alumnos. Las competencias y capacidades dan cuenta de lo que una persona requiere para un actuar de forma competente como persona, ciudadano y productor de valor, respondiendo efectivamente a diversos órdenes de desafíos. En un sentido abstracto se las puede definir como la conjunción del “saber aprender”, “saber hacer”, “saber ser” y “saber relacionarse”.

La literatura y las experiencias internacionales, de la región y de fuera de ella, nos permiten identificar tres grandes órdenes de tipos de competencias:

  • El uso competente en forma interactiva de los lenguajes, símbolos, instrumentos e información que conforman la sociedad digital (alfabetizaciones tradicionales, numéricas, digitales, etcétera, y su combinación creativa y crítica para plantearse problemas, resolverlos, aprender y hacer).

  • La competencia para un actuar competentemente como persona, ciudadano y trabajador en grupos diversos y complejos (relacionarse con otros, cooperar, resolver conflictos, impulsar proyectos colectivos de transformación o innovación, saber manejar las emociones, empatía con los otros).
  • La competencia del pensar y del hacer autónomo y creativo (definir y administrar proyectos personales, capacidad de pensamiento crítico, el cuidado personal, así como de la sociedad y del planeta).

Estas competencias, consideradas ciudadanas y de vida, dan cuenta de la visión educativa que se quiere forjar, así como orientan las decisiones en torno al currículo, la pedagogía y el centro educativo. Estas permean los planes de estudio, y críticamente a las áreas de conocimientos/ asignaturas entendidas como herramientas de pensamiento que contribuyen al desarrollo de las competencias seleccionadas. De ese conjunto de competencias se deriva un conjunto de habilidades específicas, a saber:

  • Lectoescritura, argumentación, capacidad expresiva y de comunicación.
  • Alfabetización numérica, razonamiento lógico y programación/pensamiento computacional.

  • Comprensión de la naturaleza y sus interrelaciones, alfabetización científica.
  • Comprensión del mundo social, alfabetización humanística.
  • Nuestro desarrollo y cuidado del cuerpo y de la mente, estilos de vida.
  • La creatividad y las capacidades críticas.

Es a partir del marco curricular de tres a 18 años, y de las competencias y habilidades específicas asociadas a su desarrollo, que se diseñan las especificidades curriculares de los niveles primario y medio. Es decir, el marco curricular orienta todo el proceso de especificación curricular. En suma, tendríamos un marco curricular madre, de todo el sistema educativo, con orientaciones curriculares por cada nivel, alineadas con ese marco curricular. No habría más currículos “autónomos” por nivel sin relación vinculante con el marco curricular.

En términos concretos, nuestro sistema educativo se movería progresivamente hacia contenidos curriculares por niveles primario y medio, cuyas razones de ser tendrían que estar alineadas con el marco curricular y con las competencias como el eje vertebrador de los perfiles de egreso. Se ganaría en claridad y profundidad respecto de la significación de lo que se quiere enseñar y lograr en términos de aprendizajes relevantes y sustentables.

Este esquema de organización curricular alternativo implicaría, por ejemplo, que una adecuada comprensión del rol de los ríos en el esquema de uso y de protección de la naturaleza es más significativo que recordar todos los ríos de un continente. O entender cómo se argumenta en un texto es más importante que la enumeración memorística de los adverbios. Que no se confunda esto con la idea de suprimir la adquisición de contenidos y de información y el ejercicio de la memoria. Pero todos estos elementos deben ser calibrados y trabajados mancomunadamente con un fin ulterior, que es la generación de las competencias que el sistema define como deseables y la progresión que espera de los niños/as, adolescentes y jóvenes en estas competencias.

Esta organización curricular supone también ampliar el abanico de instrumentos para el desarrollo de las competencias. Entre otros elementos, temas transversales a varias disciplinas, como por ejemplo el reconocimiento y las implicancias del cambio climático, pueden trabajarse a partir de proyectos interdisciplinarios y de talleres. La tendencia creciente en el mundo es que los currículos habilitan trabajar temas transversales a todas las disciplinas como módulos interdisciplinarios localizados en cada contexto educativo.

Esta transformación, que requiere tiempo, inversión en formación docente, producción de materiales de apoyo, cambio en los sistemas de evaluación –tanto de aula como estandarizados–, habilita a cuatro espacios de flexibilidad y creatividad que convierten al docente en un profesional cuya función pasa a ser mucho más desafiante y compleja que la de transmitir en forma clara y didáctica contenidos, información y rutinas para habilidades específicas.

Esencialmente los sistemas educativos progresistas en el mundo se estructuran en función del docente como un educador que orienta al alumno y los procesos de aprendizaje, y del alumno como el protagonista y el regulador de sus propios aprendizajes. Esto supone que los sistemas educativos tienen que direccionar sus recursos y orientar sus acciones a sostener a docentes y alumnos. Veamos en concreto los cuatro espacios.

En primer lugar, este modelo curricular disminuye la cantidad de contenidos prescriptivos permitiendo diversas combinaciones para llegar a forjar las competencias deseadas (flexibilidad curricular en el marco de orientaciones universales claras y potentes). En segundo lugar, libera al centro y a la comunidad educativa de la camisa de fuerza de asignaturas fijas y con cargas horarias idénticas –manteniendo troncos comunes básicos universales–, considerando los tiempos y los contenidos de instrucción como procesos que deben servir para personalizar los aprendizajes (los vestidos y los trajes a medida como tantos estudiantes haya en el centro educativo). En tercer lugar, permite evaluar al estudiante no contra la adquisición de tal o cual rutina o conocimiento prescriptivo, sino en torno a la adquisición progresiva de las competencias establecidas, entendiendo a la evaluación como aprendizaje y no como sanción y estigmatización. Finalmente, promueve y habilita estrategias pedagógicas y de evaluación mucho más diversas y adecuadas a los contextos, necesidades y posibilidades de los estudiantes y docentes en los diferentes entornos educativos.

La tragedia es que, si bien los diferentes subsistemas parecen estar avanzando en sus perfiles de logro específicos, repiten lógicas contenidistas en muchos casos; pero –lo que es más grave– no existe un marco común que dé consistencia a lo que los diferentes subsistemas están haciendo. En contraposición con lo que pasa en el mundo, que es progresar hacia sistemas educativos compactos en base al desarrollo de competencias y marcos curriculares comunes a varios niveles, se opta a nivel nacional por seguir una lógica de desarrollo autárquico por nivel.

El marco curricular de referencia nacional que impulsan las actuales autoridades no es un instrumento que oriente, ordene y mandate al sistema educativo en su conjunto. Más bien se trata de orientaciones genéricas que no son necesariamente vinculantes para los diferentes niveles. Se renuncia desde el inicio a su función fundamental: guiar, reordenar, revisar y redefinir los contenidos de los diferentes ciclos y asignaturas en función de las progresiones de competencias definidas.

Por su parte, la orientación general de menos listado de contenidos atiborrados de información y más profundidad de aprendizajes, si bien se menciona en algunos de sus documentos, no parece estarse plasmando como principio rector de reorganización de los contenidos curriculares y como norma para definir los objetivos curriculares.

b. Alinear las estrategias pedagógicas con el cambio curricular

Sin renunciar al trabajo por asignaturas y conocimientos, absolutamente necesarios para el desarrollo de las competencias, las estrategias pedagógicas deben incorporar en forma creciente lógicas de talleres, proyectos y situaciones problema como eje estructurador del proceso de enseñanza-aprendizaje. Esta es una transición que lleva tiempo y debe hacerse en forma planificada y paulatina, adecuando el uso de los tiempos lectivos, generando un sistema de desarrollo profesional docente y de formación en servicio, y aumentando las cargas horarias docentes para permitir labores de planificación y coordinación pedagógica. Los laboratorios tecnológicos del Plan Ceibal y los clubes de ciencia son buenas iniciativas en este sentido, así como las actividades adicionales que en la educación media se están desarrollando en las modalidades de tiempo completo extendido y de tiempo completo. Son pistas de por dónde podría ir el cambio, aun cuando su aislamiento como proceso de cambio (no son parte de un cambio del sistema) se transforma en su principal talón de Aquiles.

Es perfectamente posible definir que tanto en primaria como en la educación media una parte del tiempo lectivo y de trabajo con los estudiantes estará orientada al desarrollo de proyectos colectivos interdisciplinarios de duración semestral o anual, u otras modalidades innovadoras en torno a situaciones problema o lógicas de taller. Para ello es necesario definir recursos, tiempos y formatos alternativos de evaluación a los tradicionales. Se requiere un conjunto de cambios sistémicos y progresivos, anidados en una visión común transversal a todo el sistema educativo.

Las experiencias internacionales que pueden ayudar a pensar los formatos de cambio curricular y su articulación con la innovación pedagógica en Uruguay tienen orígenes en contextos muy variados. Por ejemplo, el documento que elabora Eduy21 señala:

En forma reciente, Perú ha diseñado un currículo para toda la educación básica que se caracteriza por baja densidad, gradualidad explícita y coherente, y claridad. El Marco Curricular Nacional es el eje que vertebra todos los componentes del sistema curricular de Educación Básica (Inicial, Primaria y Secundaria) y orienta a todos los niveles y modalidades de la educación básica. Al Marco Curricular Nacional se alinean los currículos regionales, los Mapas de Progreso, los recursos pedagógicos, las pruebas de evaluación, la formación del docente y la gestión escolar.

Particularmente rica es la experiencia de los centros educativos jesuitas de Cataluña, que retoma experiencias anteriores y donde se ha reorganizado la propuesta curricular de nivel inicial, y el tramo de transición entre el final de la educación primaria y la media básica. La propuesta modifica los contenidos programáticos, las prácticas de enseñanza de los docentes –colocando a la enseñanza por proyectos en el centro–, la estructura edilicia y los espacios educativos de manera radical, el lugar del alumno en el modelo educativo, y la relación con las familias. Se trata de un cambio sistémico y profundo, cuyos impactos habrá que ir aquilatando y de cuya implementación habrá que extraer lecciones.

Fiel a su historia, Uruguay fue pionero y se anticipó a los tiempos al plantear propuestas curriculares de contenido progresista. Por ejemplo, el Plan Piloto 1963 de Educación Media y el Plan 2002 de Educación Media Superior (TEMS) bebían de la necesidad de entender el currículo y la pedagogía como herramientas para potenciar y democratizar oportunidades, procesos y resultados de aprendizaje, apostando al trabajo colaborativo entre docentes y con los alumnos.

c. La evaluación alineada al currículo y la pedagogía

La necesidad de concebir y gestar un sistema que combine en forma inteligente la evaluación formativa (orientada no a certificar, promover o establecer premios, sino en tanto insumo para la mejora progresiva de los aprendizajes) que es parte intrínseca del currículo y de la propuesta pedagógica, y la evaluación sumativa (aquella que sí posee efectos más fuertes o moderados sobre las unidades evaluadas, sean estos estudiantes, docentes o centros) es aún una tarea pendiente en el sistema uruguayo. Existen avances interesantes, como la evaluación en línea de apoyo a la tarea docente, principalmente en primaria, pero inscripta en una propuesta curricular que acumula contenidos y que es poco estimulante para que los docentes desarrollen la creatividad.

Entendemos que la evaluación, tanto en su dimensión masiva y estandarizada como en la de aula, a partir de los docentes, debe modificarse. También se propone modificar el reglamento de pase de grado en el sistema en su conjunto, y en la educación media en particular. Como se ha indicado, la evaluación es parte medular de la concepción pedagógica y de su práctica.

No existe hoy un sistema integrado que, anclado en perfiles de logro, se refleje en un sistema nacional de evaluación estandarizada para los terceros, sextos, novenos y duodécimos grados en forma censal. Estas evaluaciones no tendrían efectos sobre la progresión de los estudiantes (aunque en noveno y duodécimo dicha posibilidad debe abrirse al debate), pero permiten devolver al sistema, al centro, al docente y al estudiante elementos útiles para la modificación y el ajuste de los procesos de aula, así como planificación y fijación de metas. Un sistema de evaluación formativa en línea para todos los grados y todos los años también es posible, dado el avance que ya presenta desde la ANEP, no como herramienta optativa, sino como política del sistema. Este modelo no tiene control de aplicación –lo aplican los propios docentes– ni posee efecto alguno sobre la progresión del alumno, certificación de ciclos o evaluación docente. Su rol es puramente formativo y su uso variado entre centros y docentes.

Pero el corazón del cambio en el sistema de evaluación se encuentra en la forma (el qué, el cómo y el para qué) en que los propios docentes evalúan a sus estudiantes. Hoy los docentes evalúan sin una guía clara sobre cuáles son los niveles comunes básicos de desempeño que se espera a lo largo del ciclo de cada estudiante. También se debe señalar que las experiencias de aprendizaje deben diversificarse para que los alumnos puedan elegir diversas oportunidades de aprendizaje en función de sus motivaciones y fortalezas. La tríada currículo-pedagogía-evaluación debe incentivar al estudiante a optar por vocación e interés propio.

En ausencia de perfiles de egreso y progresión claros, lo que queda es una evaluación con altos grados de discrecionalidad sobre una interminable lista de contenidos y rutinas que cada curso/ asignatura presenta. Lo hacen además en general indicando la nota, pero sin una explicación detallada de los niveles de desempeño y las razones que llevan a esa calificación. Finalmente, los docentes se ven obligados, por las rigideces curriculares y pedagógicas del sistema educativo, a evaluar con alta intensidad y asignación de nota sobre la base de pruebas que se centran en la memoria y rutinas automatizadas, antes que en la comprensión y demostración de capacidades. No existe orientación ni apoyo al docente para que amplíe el portfolio de propuestas de evaluación.

Por ejemplo, cada programa debería obligatoriamente incluir una descripción de niveles de desempeño vinculados a la escala de calificaciones, en cuatro grandes categorías: qué es lo que sabe y es capaz de hacer un estudiante para obtener una nota insuficiente, aceptable, muy buena o destacada. Debería incluir además ejemplos del tipo de tareas y desempeños que ilustran el logro en cada nivel. Las formas e instrumentos de la evaluación pueden ser también transformados, incluyendo no sólo la evaluación del escrito tradicional y los parciales, sino proyectos colectivos e individuales, portafolios, diarios, trabajo en talleres, proyectos, etcétera. Esto es transformar la evaluación en un rutero y un instrumento amigable, sustantivo y claro, que permite la progresión de los aprendizajes sin dejar a nadie sin oportunidades reales de aprender.

Finalmente es necesario reformar el sistema de regulación del pase de grado en el sistema en su conjunto y en la educación media en particular. Las dos propuestas concretas en este sentido implican modificar el sistema en el que la evaluación posee efectos de progresión en cada curso/grado para hacerlo al final de los grandes ciclos curriculares (tercero, sexto, noveno, duodécimo). Segundo, y en forma aun más modesta: suprimir el artículo que determina que si un estudiante en la educación media presenta, luego de febrero, tres asignaturas insuficientes debe repetir el grado entero. Lo razonable es que pase con su cohorte en las asignaturas en que ha sido suficiente y asista a cursos de apoyo en las que no lo fue. Estas propuestas serán afinadas bajo el precepto de dar siempre una oportunidad más de aprendizaje.

A modo de cierre

Las propuestas aquí planteadas requieren más trabajo: para especificarlas mejor, para definir el modelo de cambio deseable y posible, y para establecer los tiempos y secuencias que requerirían. En muchos casos esto se está desarrollando en otros documentos o ya está documentado, pero el espacio inhibe su tratamiento pormenorizado en este medio. En otros, efectivamente se requiere trabajo adicional. En todos los casos se trata de propuestas abiertas, sujetas a refinamiento y a corrección a partir del debate. Eduy21 propondrá para el segundo semestre de este año un conjunto de mesas redondas sobre las propuestas que se están elaborando y difundiendo. Esperamos que tanto las autoridades educativas, los actores políticos y sociales, así como investigadores y educadores de diversos ámbitos y posturas se sumen a un debate constructivo y propositivo.

 Fuente: https://findesemana.ladiaria.com.uy/articulo/2017/7/insumos-para-el-debate-educativo-y-la-construccion-colectiva-primera-entrega/

 

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Guatemala: ¿Qué son las competencias básicas en educación?

Guatemala / www.s21.gt / 21 de Junio de 2

En el análisis crítico que hace José Gimeno Sacristán acerca de la inexistencia de una teoría educativa sobre las competencias educativas (2011) que haga referencia a sus fuentes teóricas, que sea vigente en lo referente a su definición que no la hay, sino que lo que hay son propuestas educativas de cursos y de universidades de países europeos, sin antes haber pensado o teorizado sobre ello, menos aún se conoce cuántas y cuáles son. Dos décadas después de su inicio específicamente sobre competencias básicas no se sabe mucho, sobre cuáles y cuántas son y sobre su campo de aplicación.

En su análisis Gimeno Sacristán considera que esta nueva perspectiva educativa no tiene una base conceptual nueva diferente al constructivismo y al empirismo donde todo es posible y arbitrario, que lo que une y estandariza son las evaluaciones cuantitativas de algunos variables medibles. Que no existe nada nuevo, en las dos décadas anteriores si fue algo efectivo para algunas empresas e industrias desarrolladas que necesitaban mano de obra con habilidades precisas para producir algunos productos y conocimientos nuevos, acorde al crecimiento productivo que estaba experimentando en las empresas y el mundo privado.

Los resultados fueron posteriormente incorporados al mundo escolar privado y público con el nombre competencias educativas. Lo difícil es como acreditar si los sujetos alcanzan o no las competencias en educación solo con instrumentos de medición y no de formación. Al no determinarse cuáles son las competencias básicas no se sabe cuál es el modelo teórico a seguir, qué es lo que pretende, cuáles son sus objetivos.

Pero como son básicas tiene que ser para todos, es un derecho que se tiene pero a su vez todos tiene que alcanzar las mismas competencias, lo que la convierte en una arma ideológica y deja de lado la diversidad y particularidad de cada uno, estandarizando y unificando a los estudiantes, pues se forma solo un tipo de educación y de persona, que es lo que no considera Gimeno que se hace o es posible hacer en España, por ejemplo, pero que se imita en los países latinoamericanos como el nuestro y muy particularmente hasta ahora ha venido haciendo la deficiente educación en Guatemala al no incorporar la diversidad cultural y de lenguas existentes en este país, lo cual es fundamental para lograr una adecuado desarrollo económico y social para su población, pues esto es posible solo si se tiene una educación de calidad, ya que se ha probado (Castells y otros Cap. I, 2007) que educación y riqueza van de las mano en el desarrollo de las naciones.

A pesar de lo anterior hay que señalar que en el año 2001 se celebró en Europa el primer simposio donde se definieron las competencias básicas, por sus contenidos son importantes de tomarlas en cuenta. Son tres, 1) Contribuir a valorar qué resultados son valiosos para los individuos y las sociedades, 2) Ayudar a los individuos a encontrar retos importantes en una amplia y variada serie de contextos y 3) que sean importantes para todos los individuos y no solo para los especialistas. Esta discusión anterior es importante para reflexionar, estar actualizados sobre la discusión y la problemática educativa actual y poder aplicarla a nuestras necesidades y particularidades.

Fuentes: http://s21.gt/2017/06/19/las-competencias-basicas-en-educacion/

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