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Israel: Israel: piden la renuncia del ministro de Educación por «discriminación» a homosexuales

A pesar de que Rafi Peretz suavizó sus declaraciones y aseguró que fue «malinterpretado», los ciudadanos pidieron a Benjamin Netanyahu que defienda a la comunidad LGBTI y despida al ministro.

Rafi Peretz, el ministro de Educación de Israel, volvió al centro de la controversia en menos de una semana al mostrarse a favor de las terapias de conversión para personas homosexuales.

En una entrevista para televisión, el funcionario aseguró que cree «que es posible» usarlas y añadió que tiene «una gran familiaridad con el asunto de la educación y lo hice».

Las declaraciones despertaron una oleada de críticas dentro del Gobierno y la sociedad israelí. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, condenó las palabras de Peretz y resaltó que «no reflejan la posición» del Gobierno».

Asimismo, anunció que habló con el funcionario a quien le dejó claro «que el sistema de educación israelí continuará aceptando a todos los niños y niñas de Israel sin ninguna diferencia de orientación sexual».

El ministro de Justicia, Amir Ohana, abiertamente homosexual, reprobó lo afirmado por Peretz e indicó que «la orientación sexual no requiere terapia ni conversión. Las nociones preconcebidas y la ignorancia sí las requieren».

Peretz: mis palabras fueron «tergiversadas»

Posteriormente, a través de Facebook, el funcionario trató de suavizar sus declaraciones al asegurar que no apoya las terapias de conversión y defender que sus declaraciones fueron «malinterpretadas», «distorsionadas» y «sacadas de contexto».

De igual forma, acusó al Canal 12, que publicó su entrevista, de querer «obtener beneficios políticos a expensas de la comunidad LGBT» y agregó que «desde que llegué a la política aprendí que hay libertad de expresión para cierto tipo de comentarios y libertad de incitación contra aquellos que presentan otras opiniones».

En su mensaje también resaltó que defiende una política educativa de amor y respeto por todos y tildó de «populismo barato» la reacción a la entrevista.

Decenas de israelíes pidieron la renuncia del ministro de Educación

Las declaraciones de Peretz hicieron que decenas de israelíes se manifestaran en las calles de Tel Aviv. Los ciudadanos no solo pidieron respeto por la comunidad LGBTI sino también la renuncia del ministro.

Manifestación para pedir la renuncia de Rafi Peretz en Tel Aviv.
Manifestación para pedir la renuncia de Rafi Peretz en Tel Aviv. Jack Guez / AFP

«Volvemos a las calles para protestar contra la discriminación de la comunidad LGBTI en Israel. En particular protestamos en contra de que el ministro de Educación apoye las terapias de conversión. Le pedimos al primer ministro que lo despida y que defienda a nuestra comunidad», puntualizó Chen Shmilo, uno de los manifestantes.

«Protestamos para que en Israel los niños no piensen y sientan que ser gay es un error y que deberías tratar de cambiar aunque eso te haga daño», indicó Ila Peer, otra ciudadana que participó en la movilización.

Esta es la segunda vez en menos de una semana que Peretz se encuentra en el centro de las críticas luego de que hace pocos días asegurara que los matrimonios de judíos con personas de otras religiones son como «un segundo holocausto».

Fuente de la Información: https://www.france24.com/es/20190715-israel-discriminacion-homosexuales-rafi-peretz
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Cómo ser una profesora lesbiana visible y disfrutar en el intento

Nuestra cultura heterosexista ha generado la idea de que las mujeres lesbianas no podemos ser felices y esa idea hay que desterrarla de una vez por todas.

Por Ana Ojea

Tomando como referencia el título de la novela de Carmen Rico-Godoy Cómo ser una mujer y no morir en el intento he sustituido ese “no morir” por disfrutar, ya que generalmente las lesbianas es lo que hacemos: disfrutar.

Disfrutamos de nuestra sexualidad, de nuestros afectos, de nuestras experiencias vitales… también sufrimos, claro, ¡somos humanas! Quizás pueda llamar la atención, pero aún a día de hoy es importante recordar esas facetas placenteras de nuestras vidas porque nuestra cultura ha construido un estereotipo para nosotras, que poco o nada tiene que ver con el disfrute; de hecho, la mayoría de las ficciones lésbicas tradicionalmente terminaban en muerte, en locura o en cualquier otro trágico final. Nuestra cultura heterosexista ha generado la idea de que las mujeres lesbianas no podemos ser felices y esa idea hay que desterrarla de una vez por todas, en todos los ámbitos pero, por supuesto, también en las aulas.

Para comenzar a erradicar los estereotipos negativos y prejuicios sobre las lesbianas, para neutralizar el estigma que se nos atribuye y desactivar el tabú -que se refleja en detalles tan sutiles como bajar el tono de voz cuando se pronuncia la palabra lesbiana, haced la prueba-, es imprescindible la visibilidad. De ahí proviene la necesidad y la importancia de un día como hoy, 26 de abril, para la visibilidad lésbica.

La invisibilidad de las lesbianas es la estrategia por excelencia de la lesbofobia, la no-representación es la forma tradicional de representación del lesbianismo y esa invisibilidad desactiva toda posibilidad de existencia ya que sólo lo que se ve, existe, sólo lo que se nombra, existe. Pero, como dice Beatriz Gimeno en su lúcido libro La construcción de la lesbiana perversa, invisibilizando a las lesbianas, no sólo se niega nuestra existencia, sino que desaparecen, al mismo tiempo, las posibilidades de resistencia a la lesbofobia.

Ser visible ha cambiado mi vida laboral. Aunque he sido visible en el resto de ámbitos vitales, he tardado 16 años de docencia en decir en un aula: “Soy lesbiana”, y aunque no pretendo flagelarme por mi tardanza, ya que la asumo como un proceso vital que ha seguido su propio ritmo, a veces una vocecilla interior me reprocha mi lentitud ya que he perdido un tiempo precioso en el que podría haber disfrutado de este cambio tan positivo para mí misma, para mi alumnado y para el día a día en mi trabajo.

Antes de aquel comienzo del curso 2015-2016 en el que el primer día de clase les dije a mis 140 alumnes de Cultura Audiovisual en 1º de Bachillerato de Artes, que estaba casada con mi mujer; antes de tomar esa decisión, que hizo que me temblaran las piernas en aquel momento pero que después reforzó todos mis cimientos como profesora y apuntaló mi autoestima, mi invisibilidad laboral cotidiana consistía en no hablar de mi vida personal con casi nadie, ni con el resto del profesorado ni mucho menos, con el alumnado. Nunca me había inventado una doble vida, un novio o marido, pero no hablaba de ello, o sólo hablaba en primera persona del singular, por lo que durante 16 años parecía no tener pareja, cuando no era así. Todas mis compañeras y compañeros heterosexuales hablaban libremente de sus parejas, incluso algunxs casi no hablan de otra cosa; sin embargo, yo seguía silenciando mi vida personal.

Ese silencio era lesbofobia, el silencio es el armario, ese mecanismo de control y opresión del sistema heteronormativo que nos somete a una invisibilidad que se termina asimilando en forma de lesbofobia interiorizada que mina nuestra autoestima, infravalora nuestras relaciones de pareja y nos asfixia poco a poco mientras nos auto engañamos con una falsa idea de protección.

Pero es un espejismo. El armario no protege de la lesbofobia, el armario es la materialización directa de esa lesbofobia que construye todos los prejuicios que tememos reproducir. Nuestro silencio, el armario, alimenta el tabú y reafirma los estereotipos heterosexistas, además de confirmar la presunción de heterosexualidad que campa a sus anchas en la vida, en general y en los centros educativos, en particular.

Por tanto, sólo desde la visibilidad podemos desactivar esa carga negativa y demostrar que los prejuicios son erróneos y, de ese modo, podremos generar referentes positivos y reales para nuestro alumnado.

Es necesario superar ese miedo. Por nosotras mismas, para dignificar nuestra propia existencia y por la responsabilidad que tenemos respecto a nuestro alumnado, sobre todo hacia nuestras alumnas lesbianas que están viviendo lo mismo o probablemente situaciones mucho más difíciles y en edades infinitamente más complicadas.

Los beneficios de ser una profesora lesbiana visible son todos, como dice mi alumna María, “libera mucho vivir sin la máscara”. Ahora no tengo que preocuparme por cruzarme con mi alumnado por la calle si voy cogida de la mano de mi mujer, ya no tengo que hablar en primera persona del singular, puedo comentar anécdotas cotidianas o domésticas con mi alumnado o mis compañeres, con la misma naturalidad que la que lo hacen ellos y ellas, en resumen, mi vida es mucho más relajada y eso se traduce en felicidad, en orgullosa felicidad.

Pero no sólo los beneficios se encuentran en lo cotidiano, sino que mi visibilidad como profesora lesbiana me ha permitido avanzar un paso más: ejercer esa resistencia a la lesbofobia y desarrollar una labor en defensa de los derechos humanos en mi instituto y de lucha contra la discriminación y el acoso LGTBfóbicos. De ese modo, junto a mis compañeras del Equipo de Igualdad y Diversidad del IES Politécnico de Vigo llevamos un año desarrollando un Programa de Atención a la Diversidad LGTB y el consejo escolar del instituto aprobó recientemente mi nuevo cargo de Tutora LTGBIQA+ del centro.

Cuando comencé a pensar en este artículo, le pregunté al alumnado que pertenece al grupo de apoyo LGTB que hemos creado en el instituto, qué había supuesto para ellxs el haber tenido una profesora lesbiana visible.

Para Peter, que está en 3º de ESO: “Tener una profesora tan visible como ella me ha ayudado a sentir menos miedo por abrirme, por salir del armario”.

Según me ha escrito mi ex alumna Antía: “Las consecuencias positivas de haber tenido una profesora del colectivo visible fueron innumerables, pero las más importantes fueron quizá las siguientes:

  1. Saber a quién recurrir cuando hay algún problema relacionado con el tema.
  2. Ayuda al feedback y a un buen conocimiento de alumno-profesor.
  3. Ayuda a visibilizar el colectivo y a eliminar prejuicios y acoso/abuso y demás en las aulas.
  4. Ayuda a poder ser una misma en plenitud sin esconderse y ser respetada.

Ha marcado un antes y un después el haberte tenido como profesora. Pues cuando dije que era bisexual en clase era la primera vez también que salía del armario a lo grande y me sentí arropada, podía hablar con libertad sin ser juzgada y eso me ayudo indudablemente a conocerme mejor a mí misma. Si no fuese por eso, creo que a día de hoy seguiría escondiéndome y negándome a mí misma”.

Poco puedo añadir, salvo un llamamiento al profesorado LGTBI: rompamos los armarios en la docencia y dignifiquemos orgullosamente esta profesión.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/26/como-ser-una-profesora-lesbiana-visible-y-disfrutar-en-el-intento/

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Reino Unido: Estudio encuentra altos niveles de depresión entre adolescentes LGB

Europa/Reino Unido/TheGuardian

La investigación ha encontrado que las personas jóvenes lesbianas, gays y bisexuales comienzan a deprimirse y autolesionarse a partir de los 10 años porque se sienten diferentes a sus compañeros heterosexuales.

Según un estudio basado en entrevistas con 4.800 jóvenes de Bristol y sus alrededores, las personas LGB de 16 a 21 años tienen cuatro veces más probabilidades de sentirse deprimidas, de hacerse daño y de pensar en suicidarse .

Los expertos dijeron que los números estaban relacionados con la intimidación, el estigma y el abuso que algunas personas jóvenes experimentan como resultado de su sexualidad.

Los hallazgos son de la primera investigación británica sobre la prevalencia de síntomas depresivos y autolesiones en los jóvenes.

Los problemas de salud mental se vuelven mucho más comunes entre los jóvenes LGB que en los heterosexuales a la misma edad que la adolescencia.

«Es profundamente preocupante que una proporción tan alta de jóvenes LGBQ + estén luchando con su salud mental», dijo Tom Madders de la organización benéfica YoungMinds.

«Si bien los factores detrás de los problemas de salud mental son a menudo complejos y múltiples, las cifras altas pueden relacionarse con la intimidación, la discriminación, sentirse como un extraño o preocuparse por las reacciones de familiares o amigos».

De los 4,828 participantes, 625 no dijeron que eran heterosexuales, sino que se describían a sí mismos como homosexuales, bisexuales, principalmente homosexuales, principalmente heterosexuales, inseguros o no atraídos por ninguno de los dos sexos. Todos ellos fueron calificados como pertenecientes a una «minoría sexual» por los académicos de University College London y King’s College London que llevaron a cabo la investigación.

«Hace tiempo que sabemos que los jóvenes de minorías sexuales tienen peores resultados de salud mental, y es bastante preocupante que hayamos descubierto que esta tendencia comienza a los 10 años y empeora durante la adolescencia», dijo la Dra. Gemma Lewis. El autor principal del estudio.

Los autores dijeron que sus resultados, publicados el miércoles en la revista Lancet Child & Adolescent Health , deberían hacer que los médicos y otros profesionales de la salud consideren la sexualidad de los jóvenes a los que tratan de ayudar con la depresión o la autolesión.

Los encuestados eran jóvenes que participaron en el Estudio Longitudinal de Padres e Hijos de Avon y reportaron su sexualidad a los 16 años.

Los síntomas depresivos ya eran más comunes entre los jóvenes LGB a la edad de 10 años que entre sus pares heterosexuales. Esa brecha se amplió hasta el 21, después de lo cual comenzó a cerrarse.

«A medida que avanzan en la adolescencia, pueden estar involucrados una variedad de factores estresantes, como la discriminación, la estigmatización, los sentimientos de soledad, el aislamiento social, la vergüenza o el miedo o el rechazo, incluso en el hogar o en la escuela», dijo Madeleine Irish, otra autora del estudio. .

Irish pidió a los ministros que se aseguren de que la nueva relación y el plan de estudios de educación sexual deberían alentar a los jóvenes a hablar sobre su sexualidad y género y abordar los prejuicios contra esos temas.

Las escuelas podrían empeorar el problema inadvertidamente al hacer que los estudiantes de «minorías sexuales» se sientan aislados al centrarse demasiado en relaciones directas, sugiere el estudio.

El Departamento de Salud y Asistencia Social lanzó un plan de acción LGBT de 4,5 millones de libras para mejorar el bienestar mental en el verano. Un portavoz dijo: «Nuestros planes ayudarán a que 70,000 niños más al año tengan acceso a atención especializada de salud mental para el 2020-21».

Fuente: https://www.theguardian.com/world/2018/dec/12/study-finds-high-levels-of-depression-among-lgbt-teenagers

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¡Vamos a desmontar prejuicios, trá-la-rá!

Por: Ana Ojea

Mientras el trabajo por la diversidad siga siendo anecdótico y restringido a unos pocos centros no podremos de verdad hacer frente a la violación de los derechos humanos que supone la LGTBfobia.

Los prejuicios LGTBfóbicos, como buen producto heteropatriarcal, tienen la perversa facultad de replicarse destructivamente, en una multiplicación viral que nos va consumiendo poco a poco, en una homofobia, tanto externa como interna, que nos convierte en una sombra de lo que realmente somos o podemos llegar a ser y sólo podemos salvarnos de ellos con una efectiva vacuna.

Para conseguir la vacuna necesitamos desmontar los prejuicios que nos impiden visibilizarnos como docentes LGTB, o como docentes aliados, para poder incluir de forma efectiva y real la diversidad afectivo-sexual y de género en nuestra práctica docente diaria. Porque mientras el trabajo por la diversidad siga siendo anecdótico y restringido a unos pocos centros donde nuestra voluntariedad consigue pequeños logros, oasis en medio del gran desierto del sistema educativo, no podremos de verdad hacer frente a la violación de los derechos humanos que supone la LGTBfobia y muches docentes y muchísimes más alumnes, seguirán sufriendo.

Mis principales antígenos para esta vacuna fueron los siguientes:

Prejuicio número 1: ¿Por qué tengo que visibilizarme si les heterosexuales no lo hacen? ¡Qué injusticia!

Pues sí, es así, y cuanto antes se asuma, mejor. El tener que visibilizarnos es una prueba de homofobia, es uno de los peajes que tenemos que pagar por no ser heterosexuales, es una injusticia, por supuesto, pero más injusto y sobre todo, más dañino es tener que esconderse de por vida. Este es el principal prejuicio que debemos desterrar, y uno de los más difíciles porque supone librarse de uno de los autoengaños más efectivos, el de la supuesta comodidad o facilidad para nuestras vidas si nos mantenemos invisibles.

Prejuicio número 2: Voy al instituto/escuela/facultad a dar clase, no a hablar de mi vida privada.

Otro prejuicio muy común, casi tanto o más que el anterior. Para el que la respuesta más obvia ya la escribió la histórica feminista Kate Millet, por la década de 1970, y es que “lo personal es político”. No se puede desligar, somos lo que somos en todos los ámbitos y el cómo somos y el cómo defendemos, o no, lo que somos, es personal pero
también afectará a nuestro entorno. En las aulas estamos constantemente transmitiendo construcciones de pensamiento, significados y creencias que configuran y determinan las relaciones sociales. Transmitimos todo un sistema de pensamiento, un curriculum oculto. No sólo transmitimos conocimientos.

Por ello, la educación nunca es neutral. Cuando no nos visibilizamos como docentes LGTB, cuando callamos, estamos enseñando miedo y vergüenza y ese será el referente que estará asimilando nuestro alumnado. Por tanto debemos tomar una importante decisión: ser un referente de miedo o un referente de valentía.

Prejuicio número 3: No me visibilizo porque no quiero que nadie piense que me puede atraer mi alumnado (sobre todo con alumnado menor de edad).

De entrada podría decir que este prejuicio es una solemne estupidez pero lamentablemente, hace mucho más daño y se le tiene mucho más miedo del que podría pensarse. Hay que decirlo alto y claro, a modo de mantra, si se tiene
interiorizado este prejuicio: la homosexualidad y la pedofilia son cosas totalmente diferentes y no existe ninguna base real que sustente la relación entre ambas. Sí existe, en todo caso, un imaginario colectivo que se ha construido para descalificar y agredir a las personas LGTB de modo totalmente cruel e irracional. Para empoderarse, librarse
de dicho prejuicio y desterrar el miedo, repetir el mantra varias veces al día hasta exorcizar semejante barbaridad.

Prejuicio número 4: No me visibilizo porque no quiero que me acusen de incitar a la homosexualidad.

Este prejuicio es similar al anterior, la ecuación conocimiento=incitación es una falacia absurda y sin sentido, pero ahí está, presente en el inconsciente colectivo. Bien, por supuesto, el conocer las cosas, el saber que existen múltiples  posibilidades de afectos, deseos y géneros, no incita a nada salvo a que cada persona pueda encontrar el camino que más feliz le haga, entre todas las alternativas posibles. Nada más, es así de simple. No hay incitación alguna, del mismo modo, que si se asiste a una charla sobre drogas no se incita al consumo de drogas, ni dar a conocer el pasado bélico europeo incita a la guerra. Conocer la diversidad humana enriquece nuestro conocimiento, no conocerla, nos convierte en personas ignorantes, de mente cerrada y tendremos mayor probabilidad de seguir perpetuando los prejuicios LGTBfóbicos y, con ellos, el sufrimiento de muchas personas.

Prejuicio número 5: No me visibilizo porque no quiero sufrir LGTBfobia en mi centro de trabajo.

El antígeno contra este miedo no es otro que una dosis generosa de empoderamiento, para ello, ayuda mucho acercarse a asociaciones que defienden nuestros derechos, al activismo LGTB, rodearse de personas que ya lo han superado y fortalecer la autoestima para defender la propia dignidad y el derecho humano a amar y desear en
libertad y con orgullo. Como docentes tenemos mucha más capacidad para poder luchar contra la discriminación que el alumnado, nos guste más o menos, tenemos cierta “autoridad” que nos permite utilizarla precisamente para luchar contra la discriminación y el acoso, tanto el que nos pueda afectar directamente como el que pueda sufrir nuestro alumnado. Por tanto, empoderamiento, redes de apoyo mutuo y a por ello, ¡sin miedo!.

Prejuicio número 6: No trabajo la diversidad afectivo sexual y de género en el aula porque no quiero que piensen que soy LGTB.

La discriminación por razón de orientación sexual o identidad de género tiene esta particularidad, el contagio del estigma y puede afectar tanto a profesorado como a alumnado. Es más habitual entre el alumnado y tiene que ver con la necesidad de pertenencia al grupo, el miedo a ser diferente, cuestiones sensibles, como sabemos, a
determinadas edades pero como adultes ya deberíamos tener superadas esas cuestiones. Como este prejuicio influye sobre todo al profesorado aliado, os pido, por favor, que no dejéis que os afecte, que os necesitamos y que vuestro alumnado os necesita. No es necesario ser parte del problema para formar parte de la solución porque tenemos la capacidad humana de la empatía.

Si no nos vacunamos, y ahora que comienza el curso es un momento perfecto, no podremos nunca decir que somos una sociedad evolucionada, seremos una sociedad estancada o incluso retrógrada ya que no podremos progresar nunca si no atendemos, si no respetamos y si no aceptamos plenamente la diversidad afectivo-sexual y de género en la educación formal.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/17/vamos-a-desmontar-prejuicios-tra-la-ra/

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Candidato en Brasil propone criminalizar LGBTfobia y dar becas a personas trans

América del sur/Brasil/04 Octubre 2018/Fuente: huffingtonpost

Haddad, quien fue suplente de Lula, propone que las personas trans concluyan la educación básica y la formación profesional.

Si gana las elecciones presidenciales, el Partido de los Trabajadores quiere dar un paso contra los crímenes de odio, penalizando la LGBTfobia y promete crear políticas para personas trans. Las propuestas están en el plano de gobierno de Fernando Haddad.

En el tema sobre cuestiones LGBT, el partido afirma que dará prioridad a las personas en situación de pobreza. La sigla promete «todos los esfuerzos» para superar la violencia contra esa población. El plan defiende la aprobación de una ley que responsabilice los crímenes de odio, incluyendo aquellos practicados contra personas LGBT.

Según el levantamiento del Grupo Gay de Bahía, en 2017, 445 lesbianas, gays, bisexuales, travestis y transexuales (LGBT) fueron muertos en crímenes de odio. El número representa una víctima cada 19 horas en Brasil.

En el enfrentamiento a ese tipo de violencia, el documento promete fortalecer el Sistema Nacional LGBTI + y crear la Red de Enfrentamiento a la Violencia contra LGBTI +. La iniciativa involucrando organismos federales, estatales y municipales sería responsable de implementar políticas de promoción de la orientación sexual e identidad de género.

Becas y apoyos escolares para persona trans

La propuesta también prevé implementar políticas para enfrentar la mortalidad de las personas travestis y transexuales y crear el Programa TransitoriaLa medida promete garantizar becas a personas trans en situación de vulnerabilidad para concluir la Enseñanza Fundamental y de Nivel Medio, articulada con formación profesional.

De acuerdo con el informe Violencia contra las Personas LGBTI de 2015 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), promedio de la expectativa de vida de mujeres trans varía de 30 a 35 años de edad.

RICARDO MORAES / REUTERS
Fernando Haddad era ministro da Educação de Lula quando ocorreu polêmica do ‘kit gay’. O material nunca chegou a ser distribuído às escolas.

En las iniciativas de promoción de la seguridad, se prevén políticas interinstitucionales que den calidad a los servicios públicos en los territorios vulnerables, con atención a la situación de la población LGBTI +, además de otros grupos como niños, jóvenes, negros y mujeres.

La candidatura petista prevé además inversiones en la salud integral de ese segmento e implementación de acciones de educación para diversidad.

En 2011, cuando Haddad estaba al frente del Ministerio de Educación, en el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, el programa Escuela sin Homofobia, apodado «Kit Gay» por conservadores, no fue adelante después de ser blanco de polémica. Los videos elaborados por el MEC, en convenio firmado por el Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación (FNDE), trataban de homosexualidad, transexualidad y bisexualidad entre jóvenes. El objetivo era debatir la sexualidad en el ambiente escolar, como forma de reconocimiento de la diversidad sexual y alertar sobre el prejuicio.

Actualmente candidato Haddad también defiende el matrimonio homoafetivo. En una entrevista con El País, él defendió la decisión del STF (Supremo Tribunal Federal) sobre el tema. «Si el Ejecutivo hubiera mandado al Congreso un proyecto de ley, tal vez estuviéramos hasta hoy en un callejón sin salida, pero cuando es un derecho protegido por la Constitución, en el STF hubo otro desenlace [con la aprobación]. Cuando hay una visión distinta entre Legislativo (…) La sociedad va encontrando caminos para escapar de esa tradición más obscurantista por varios mecanismos «, afirmó.

Las propuestas actuales del partido también incluyen el combate al prejuicio dentro del ámbito cultural. «Nuestro programa comprende la cultura como un derecho de todas y todos y como un campo de lucha por las libertades individuales y contra el racismo, el machismo, la LGBTfobia, la intolerancia religiosa y el avance del conservadurismo en Brasil«, dice el texto.

En el plano, el PT afirma que en los gobiernos de Lula y de Rousseff se constituyeron políticas de reconocimiento y ciudadanía a las poblaciones discriminadas y excluidas de la economía y del poder político, como la población LGBT. El documento, sin embargo, no cita medidas específicas para ese segmento.

Fuente: https://www.huffingtonpost.com.mx/2018/10/03/candidato-presidencial-en-brasil-propone-criminalizar-lgbtfobia-y-dar-becas-escolares-a-personas-trans_a_23550117/

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Canadá: Cuando la educación sexual que estudia tu hijo en el cole omite la homosexualidad

América del norte/Canadá/28 Septiembre 2018/Fuente: El país

Doug Ford, primer ministro de Ontario, retira el programa de 2015 por ser inapropiado para ciertas edades y vuelve a uno de 1998. Los alumnos se manifiestan: ‘Nosotros, los estudiantes, no consentimos’

A principios de este mes de septiembre, los alumnos de Primaria y Secundaria de las escuelas públicas de Ontario, la provincia más poblada de Canadá, volvieron a las aulas con un programa de educación sexual distinto del que se impartía desde 2015. Distinto, pero no nuevo: el Gobierno conservador de Doug Ford decidió reinstaurar el que fue creado en 1998, un programa que no incluye temas como homosexualidad, cyberbullying o acoso. “El planeta no dejará de girar si volvemos al programa de educación sexual que se enseñó hasta 2014”, expresó Ford dos semanas después de haber asumido el cargo de primer ministro. Tras la decisión del político, y las criticas de distintos sectores, los estudiantes se manifestaron el pasado viernes 21, bajo el lema Nosotros, los estudiantes, no consentimos. El Gobierno por su parte ha dicho que revisará los contenidos.

Una amenaza muy real

Durante la campaña electoral, Ford, líder del Partido Conservador de Ontario, hizo un voluminoso paquete de promesas para tomar las riendas del Gobierno. Ha cumplido ya con algunas de ellas. Por ejemplo, redujo el número de concejales en la alcaldía de Toronto, impuso un precio mínimo a la cerveza en establecimientos minoristas (un dólar canadiense por cada unidad en botella o en lata) y, de igual manera, sustituyó el programa de educación sexual en las escuelas públicas que fue instaurado por los liberales en 2015 por el que se elaboró en 1998. Ha justificado la medida señalando que varios de sus contenidos eran inapropiados para ciertas edades; también ha manifestado que los padres de familia no fueron tomados en cuenta suficientemente en su elaboración y promete un gran ejercicio de consulta en toda la provincia.

El programa de 2015 añadía al anterior (que ya abordaba temas como la higiene, los métodos anticonceptivos, las enfermedades de transmisión sexual y los cambios físicos y emocionales) aspectos como la homofobia, el acoso, la masturbación, el consentimiento, el sexo oral y anal, el texting y la identidad de género. La mayoría de estos contenidos se impartía a alumnos de entre 11 y 14 años de edad.

Algunos sectores aplaudieron el anuncio hecho por Ford de volver al programa de 1998. “Es necesario un programa que sea de más fácil comprensión para los menores. Necesitamos una educación sexual que prevenga comportamientos irresponsables”, comentó a The Toronto Star Christina Liu, madre de dos niños y presidenta de la Alianza de Padres de Familia de Ontario. Por su parte, la Campaña de Coalición por la Vida refrendó su apoyo a Ford en un comunicado, señalando que el programa de los liberales daba la impresión de que la sexualidad es una actividad de diversión y placer, distinta al amor o al matrimonio.

Cuando el Gobierno liberal de la ex primera ministra Kathleen Wynne implantó el programa de 2015, se dieron algunas manifestaciones de rechazo en Toronto y otras ciudades de la provincia. Diversas familias decidieron no enviar a sus hijos a clases como protesta. Cabe destacar que algunos estudiantes estuvieron exentos de seguir estos cursos, ya que sus padres obtuvieron una autorización por razones religiosas. Una encuesta realizada en Ontario por la firma Forum Research arrojó que 40% de la población estaba en contra del programa liberal al momento de su puesta en marcha. El diario The Globe and Mail entrevistó en ese tiempo a un grupo de alumnas de octavo grado (13 años). Su opinión fue unánime: el programa de 1998 necesitaba ser actualizado, ya que no brindaba información sobre temas como el consentimiento y la interacción en redes sociales.

“La decisión del Gobierno de Ford de retomar el programa de 1998 me parece sumamente errónea. Muchos padres mostramos apertura en estos temas. Podemos resolver dudas. Pero no siempre es el caso y los niños y adolescentes necesitan tener información. Si no, ¿dónde la obtendrán? ¿En la pornografía de internet o con los amigos?”, comenta a El País Catherine Lord, una profesora de lenguas que tiene un hijo de 13 años y una hija de 12. “El programa de 2015 incorporaba temas muy necesarios en estos tiempos. Pensemos lo que pasa en redes sociales, en casos de suicidio por jóvenes víctimas de acoso por un ambiente de intolerancia. No era una promoción de actos, sino una forma de brindar recursos a los menores”, añade Lord vía telefónica desde la ciudad de Kingston.

Los liberales no han dejado de catalogar la decisión de Ford como un retroceso. Andrea Horwath, líder del Nuevo Partido Democrático de Ontario, presentó a principios de agosto una petición a la Asamblea provincial firmada por cerca de 1.800 profesionales (médicos, trabajadores sociales, personal de enfermería), donde aparece que la medida de los conservadores pone en peligro la salud de los alumnos por la falta de información en asuntos como la seguridad, el consentimiento y la inclusión.

En el mismo sentido, la Federación de profesores de primaria de Ontario solicitó el 4 de septiembre un mandato judicial para anular la decisión del primer ministro, bajo el argumento de que los docentes tienen la obligación profesional de brindar información para reducir los peligros que puedan enfrentar los alumnos. Asimismo, el organismo criticó la página web creada por el Gobierno para que los padres puedan denunciar a los maestros que no acaten la medida. La Federación de profesores de secundaria de esta provincia también se ha manifestado en contra del clima de intimidación. Ambas instituciones han señalado que en el diseño del programa de 2015 participaron expertos en distintas disciplinas y también padres de familia.

Además del recurso presentado por los profesores, varias familias con miembros de la comunidad LGTBQ han señalado que llegarán en breve a los tribunales para pedir que la decisión de Doug Ford quede sin efecto, ya que consideran que se están pisoteando sus derechos constitucionales. El programa de educación sexual creado en 1998 se está enseñando de nueva cuenta en Ontario. Sin embargo, las tensiones están lejos de terminar.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/09/17/mamas_papas/1537169537_267417.html

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Brasil: Las universidades públicas, admitirán transexuales

América del sur/Brasil/02 Agosto 2018/Fuente: news.culturacolectiva

También habrá mayor acceso para personas de color, discapacitados, y otras minorías sociales.

La Universidad del Estado de Bahía, en Brasil, será la primera en ofrecer cupos para personas transexuales, travestis, y otras minorías sociales que son rechazadas en otras instituciones. Con estas admisiones habrá un aumento del 5% en las vacantes ofrecidas por el sistema de educación superior pública de Brasil.

¿Qué otras minorías?

También habrá vacantes para estudiantes de raza negra que representa un incremento del 40% en la capacidad de recibimiento en alumnos, y también habrá oportunidad para personas con discapacidades, sin importar su padecimiento.

universidades publicas de brasil admitiran transexuales 1

La Universidad de Bahia, es la pública más grande del país sudamericano. (Foto: e mais goias)

A pesar de que la legislación brasileña permitió el acceso a educación superior a estas minorías desde 2012, es en pleno 2018 que una institución de educación superior se atreve a admitirlos.

Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), tan solo el 2,2% de la población afrobrasileña, tenía acceso a la educación superior en el año 2000. Hoy la cifra se elevará hasta el 9,3%. La comunidad LGBTI por primera vez tendrá acceso a la educación superior en el país sudamericano.

Fuente: https://news.culturacolectiva.com/derechos-humanos/universidades-publicas-de-brasil-admitiran-transexuales/

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