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La República de Moldavia respalda la Declaración sobre Escuelas Seguras

Europa/Moldavia/PrensaIE

La Internacional de la Educación acoge con satisfacción la ratificación por parte de la República de Moldavia de la Declaración sobre Escuelas Seguras; un compromiso solemne del gobierno destinado a proteger a estudiantes, docentes, escuelas y universidades en tiempos de conflicto violento.

La República de Moldavia se convierte en el 86º Estado en respaldar la Declaración sobre Escuelas Seguras, un compromiso intergubernamental que tiene por objeto proteger escuelas y universidades de ataques y amenazas específicosasí como proteger a estudiantesdocentes y académicos de asesinatoslesionesviolacionessecuestros y reclutamientos por las distintas partes del conflicto. La Declaración cubre las instituciones educativas y el traslado hacia y desde dichas instalaciones. La rafiticación de Moldavia fue anunciada por la Coalición Mundial para proteger la Educación de Ataques (GCPEA, por sus siglas en inglés) el 17 de abril. 

Moldavia es también el 39° Estado participante en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, y el 37º miembro del Consejo de Europa que se ha unido a la creciente comunidad de Estados comprometidos con tomar medidas concretas para proteger la educación durante los conflictos armados.

«La ratificación de la Declaración sobre Escuelas Seguras por parte de Moldavia resulta especialmente significativa dados los desafíos para el sector educativo surgidos a raiz del conflicto congelado en Transnistria», afirmó la directora ejecutiva de la GCPEA, Diya Nijhowne. «La Declaración recoge el compromiso de promover políticas educativas sensibles al conflicto que fomenten la paz en lugar de alimentar las tensiones, lo que resulta particularmente relevante en este contexto«. 

Una conferencia clave sobre Escuelas Seguras se celebrará próximamente 

La ratificación de Moldavia se produce en el momento en que España se prepara para acoger la Tercera Conferencia Internacional sobre Escuelas Seguras, que tendrá lugar del 27 al 29 de mayo en Palma de Mallorca. 

Durante la conferenciagobiernosorganismos internacionales y organizaciones no gubernamentales compartirán su experiencia respecto a la protección de estudiantesdocentesescuelas universidades en situaciones de conflicto e inseguridadEn la conferencia se prestará una especial atención a las formas en que los ataques a la educación pueden afectar de manera diferente a las mujeres y las niñas que a los hombres y a los niños; se hará hincapié en la necesidad de mejorar la supervisión y la denuncia sobre ataques a la educación con el fin de documentar mecanismos de prevenciónmitigación y responsabilidad. Por último, se analizarán medidas concretas destinadas a evitar el uso militar de la infraestructura educativa. 

Un elemento fundamental de la Declaración sobre Escuelas Seguras es el compromiso de integrar las directrices para proteger las escuelas y las universidades del uso militar durante los conflictos armados en los marcos operativos y políticos nacionales pertinentes. 

Según el informe de la GCPEA, Education under Attack 2018en al menos 28 países de todo el mundo, entre los años 2013 y 2017, las fuerzas y los grupos armados utilizaron escuelas y universidades con ines militaresprivando a los estudiantes de su derecho a la educación y poniendo en riesgo la seguridad de los alumnos, los docentes y el personal educativo. 

Fuente; https://ei-ie.org/spa/detail/16239/la-rep%C3%BAblica-de-moldavia-respalda-la-declaraci%C3%B3n-sobre-escuelas-seguras

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Unos 850.000 niños quedaron sin acceso a la educación y la sanidad por el conflicto en Kasai, según UNICEF

Por: Expansion.com/15-09-2017

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha alertado este viernes de la amenaza que supone para la educación de los niños la violencia que sacude la región congoleña de Kasai (suroeste), resaltando que 850.000 niños se han quedado sin acceso a servicios como la educación y la atención sanitaria.

El organismo ha resaltado que los combates registrados en los últimos meses en esta provincia de República Democrática del Congo (RDC) han provocado el desplazamiento de miles de familias, anunciando una campaña para apoyar el regreso a la escuela de 150.000 niños.

En su comunicado, ha afirmado que 440.000 niños no pudieron terminar el año escolar anterior en las cinco provincias más afectadas por la crisis –Kasai, Kasai Central, Kasai Oriental, Lomami y Sankuru–, denunciando que más de 400 escuelas han sido atadas desde el inicio de la crisis.

«Es crucial que los niños regresen a la escuela para recuperar un sentido de normalidad en sus vidas después de meses de temor e incertidumbre», ha dicho Tajudeen Oyewale, representante interino de UNICEF en RDC.

La campaña lanzada por UNICEF y sus socios incluye actividades de comunicación que animan a los padres a inscribir a sus hijos, distribución de material escolar para los niños más vulnerables y capacitación de 2.750 maestros en educación para la paz y apoyo psicosocial.

Asimismo, lleva a cabo actividades de sensibilización en las comunidades sobre los riesgos relacionados con las minas antipersona y resto de municiones sin explotar en el entorno escolar.

«Todos los niños que han vuelto a casa después de esconderse (de los combates) durante meses, hablan de su afán por regresar a la escuela», ha manifestado Oyewale.

«Lo mismo ocurre con todos los niños que han sido obligados a participar en las hostilidades de una manera u otra. Están mirando hacia el futuro, y saben que la educación es un camino hacia adelante», ha remachado.

*Fuente: www.expansion.com/agencia/europa_press/2017/09/15/20170915074722.html

*Fuente de la imagen: http://www.teinteresa.es/mundo/quedaron-educacion-conflicto-Kasai-UNICEF_0_1870013026.html

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Siria: Las escuelas subterráneas proporcionan seguridad y una continuidad vital para los niños sirios asediados

Por UNICEF República Árabe Siria

Para los niños sirios que viven en zonas asediadas, ir a la escuela puede suponer un peligro para sus vidas. Un número cada vez mayor de escuelas subterráneas proporciona a los niños un espacio seguro para aprender.

ESTE DE GHOUTA, República Árabe Siria, 13 de marzo de 2017 – Para algunos, la idea de pasar tiempo en un sótano subterráneo, oscuro y sin aire suena deprimente. Sin embargo, para los niños que viven bajo el asedio en la República Árabe Siria esos sótanos representan un refugio contra el frío, un lugar para dormir y donde sentirse a salvo de la violencia. Los sótanos de las zonas asediadas se han transformado también en escuelas subterráneas.

Al este de Ghouta, 200 niños que habían abandonado la escuela por miedo a los ataques y los desplazamientos o a resultar heridos asisten ahora a una “escuela subterránea”.

Imagen del UNICEF
© UNICEF Syrian Arab Republic/2016/Alshami
Maya, de 7 años, va al primer grado en la escuela del sótano. Esta escuela de sótano ofrece un entorno de aprendizaje más seguro para alrededor de 200 niños en una zona asediada en la República Árabe Siria.

“En nuestra situación, las escuelas subterráneas son más prácticas y están más concurridas que las escuelas normales, que suelen estar cerradas a causa de la violencia”, explica Lama*, uno de los profesores. “Es rara la ocasión en que no podemos abrir”.

Los profesores hacen todo lo que está en su poder para proporcionar a los niños una atmósfera lo más parecida posible a la de una escuela.

Los niños trabajan juntos en pupitres y las paredes están adornadas con dibujos coloridos. Las escuelas subterráneas ofrecen un entorno más seguro de aprendizaje para los niños de las zonas asediadas de Siria. Además, aportan una continuidad vital a los niños que han sufrido graves trastornos en su vida por culpa del conflicto.

“Todos los días tenemos una actividad creativa. Yo siempre dibujo flores y las coloreo con mis amigos; es mi clase favorita porque me encanta dibujar”, afirma Batoul, de 10 años, que asiste a la escuela subterránea del este de Ghouta.

Imagen del UNICEF
© UNICEF Syrian Arab Republic/2016/Alshami
Mazen*, de ocho años, dejó de ir a la escuela cuando presenció la muerte de su hermano por una bomba que estalló cuando volvían de la escuela. «Me entró miedo de ir a la escuela y no volví”. Mazen decidió regresar cuando se enteró de que había una escuela subterránea.

 Pese a las dificultades a las que se enfrentan los niños sirios cada día al ir a la escuela, todos están muy seguros de querer aprender y continuar su educación. Mona, de ocho años, nació con una discapacidad y no puede caminar. Su padre la trae todos los días a la escuela subterránea: “Me encanta la escuela y me encanta venir todos los días para ver a mis amigos. Quiero mucho a mi profesora”, dice Mona.

Para muchos niños de Siria, ir a la escuela está cargado de peligros. Mazen, de ocho años, dejó de ir a la escuela cuando presenció la muerte de su hermano por una bomba que estalló cuando volvían de la escuela. “El año pasado estábamos en la escuela cuando cayó la bomba. Mi hermano murió muy cerca de mí. Por eso, me entró miedo de ir a la escuela y no volví”. Mazen decidió regresar cuando se enteró de que había una escuela subterránea: “Empecé a perder el miedo y comencé a venir con frecuencia con mis amigos, porque de mayor quiero ser ingeniero para poder reconstruir nuestro país”, explica.

El caso de Mazen no es el único. Tras seis años de conflicto en Siria, se estima que 1,75 millones de niños han abandonado la escuela. Lo hacen obligados, ya sea por los desplazamientos, la pobreza o el miedo constante a los ataques. En 2016, las Naciones Unidas registraron más de 308 ataques a instalaciones y personal educativo de la República Árabe Siria que acabaron con la vida de 69 niños e hirieron a muchos más.

La educación no puede esperar a que el conflicto termine. UNICEF ha escalado su respuesta para cumplir con las crecientes necesidades educativas que hay por toda Siria. Sólo en 2016, UNICEF proporcionó libros de texto, mochilas y material de papelería a más de tres millones de niños. Además, UNICEF contribuyó al desarrollo de un programa de educación básica llamado “Currículum B”, orientado al aprendizaje acelerado para niños que han perdido clases por los desplazamientos continuos.

Imagen del UNICEF
© UNICEF Syrian Arab Republic/2016/Alshami
Batoul, de 10 años, colorea en un pedazo de papel con sus compañeros de clase. “Todos los días tenemos una actividad creativa. Yo siempre dibujo flores y las coloreo con mis amigos; es mi clase favorita porque me encanta dibujar”, afirma Batoul.

El caso de Mazen no es el único. Tras seis años de conflicto en Siria, se estima que 1,75 millones de niños han abandonado la escuela. Lo hacen obligados, ya sea por los desplazamientos, la pobreza o el miedo constante a los ataques. En 2016, las Naciones Unidas registraron más de 308 ataques a instalaciones y personal educativo de la República Árabe Siria que acabaron con la vida de 69 niños e hirieron a muchos más.

La educación no puede esperar a que el conflicto termine. UNICEF ha escalado su respuesta para cumplir con las crecientes necesidades educativas que hay por toda Siria. Sólo en 2016, UNICEF proporcionó libros de texto, mochilas y material de papelería a más de tres millones de niños. Además, UNICEF contribuyó al desarrollo de un programa de educación básica llamado “Currículum B”, orientado al aprendizaje acelerado para niños que han perdido clases por los desplazamientos continuos.

De nuevo en la escuela subterránea, el aire está cargado de los sonidos normales de unos niños que participan en unas clases en circunstancias totalmente anormales. “Tal vez no sea el mejor entorno de aprendizaje”, explica Lama, “pero es una de las opciones más seguras para que los niños puedan continuar su educación”.

Fuente: https://www.unicef.org/spanish/infobycountry/syria_95096.html

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Ruanda:El país que superó la violencia de una guerra con educación

Colombia / www.semana.com / 29 de Marzo de 2017

Después de una de las historias más violentas y sangrientas del siglo XX, Ruanda se reinventó desde las aulas. Un ejemplo de éxito para el mundo y repicable para Colombia.

Ruanda podría ser conocido en el mundo por su biodiversidad: sus hermosos bosques y gorilas son suficientes para identificar al país de África Central con una nación de maravillosos parques naturales, fértiles campos y más de 1.000 colinas. Pero, por desgracia, su fama no proviene de la belleza de sus montañas que se desdibujan al atardecer, ni de los alaridos de los gorilas, sino de un pasado terrible. Como les ha pasado a las naciones que han sufrido de crueles enfrentamientos, Ruanda es conocida por su historia.

Los tutsis dominaban a los hutus antes de la llegada de los europeos. Pero la diferencia étnica se acrecentó cuando la corona belga gobernó el territorio con criterios raciales que dividían al pueblo en una pirámide. En la cima estaban los blancos y a medida que aumentaban la pigmentación de la piel, iban degradando a la población. Cuando administraban lo que hoy es Ruanda, dividieron a las personas según su raza: los tutsis, una etnia minoritaria, pero más blanca, con la nariz menos chata y más alta, gozaban de privilegios especiales, como el acceso a la educación; los tutsis, más negros y de menor estatura, quedaron en los últimos peldaños.

La medida propició el odio, la envidia y la segregación. Los tutsis detentaban el poder político a mediados del siglo XX, pero las revueltas hutus, apoyadas ahora por los belgas, invirtieron el orden existente, en especial, después de que declaron la indpendencia en 1962. Los europeos apoyaron a los hutus en su rebelión, como si un cambio de régimen fuese la solución. El resultado fue que miles de tutsis huyeron del país, mientras otros veían cómo la administración pública era captada únicamente por los hutus. Desde los cargos públicos se incentivó la exclusión.

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Años después, en la década de los noventa, los tutsis empezaron a organizar guerrillas, como el Frente Patriótico Ruandés (FPR). Empezó una guerra civil que se confundió con un enfrentamiento étnico. El gobierno hutu motivó la limpieza étnica, apoyado por grupos paramilitares. Ocurrió entonces una masacre que se llevó a más de un millón de personas y cerca del doble de esa cifra se convirtieron en refugiados alrededor del mundo, mientras la comunidad internacional permanecía indiferente. El país quedó destruido y la economía, devastada.

El pasado de odio y de exclusión, la colonización, la lucha étnica y luego el genocidio parecían haber marcado irremediablemente el futuro de Ruanda. La corrupción y la violencia eran como sogas imposibles de romper. Sin embargo, Ruanda ha demostrado después de dos décadas que es posible reconstruir un país: ha disminuido los índices de pobreza, de mortalidad infantil y ha tenido un crecimiento económico sostenido. Además, según los índices de Transparencia Internacional, Ruanda es el segundo país menos corrupto de África, después de Mauritania. Y aunque las comparaciones son de mal gusto,  hay que decir que Ruanda está 40 países mejor calificado que Colombia.

La explicación de esta transformación, según el plan de desarrollo de Ruanda (2013-2018), es la educación que empezó desde las aulas y ha tenido unos logros sin precedentes en el continente africano. Cuando en Colombia se citan ejemplos y se investigan experiencias exitosas, el país centroafricano debería ser un ejemplo, más allá que la lejana Singapur. No solo porque ha ganado menciones internacionales, como el premio a las buenas prácticas educativas del Commonwealth en 2012, por sus estrategias de innovación, de ampliación del acceso y por las estrategias para mejorar la calidad educativa, sino porque ha aprendido a afrontar un pasado terrible desde la educación.

¿CUÁLES FUERON LAS ESTRATEGIAS? 

1. Hay una gran claridad de metas medibles y cuantificables. Pero no se trata únicamente de medir: los objetivos se construyen después de un proceso de consulta, de asistencia pedagógica y luego viene un seguimiento minucioso para monitorear el cumplimiento.

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2. Asignación presupuestal clara por sector. No se trata de gastar más en educación, como si eso por sí solo fuera un logro, sino de justificar en qué se gastará, cuánto y para qué. El Ministerio de Educación explica, por ejemplo, cuánto está destinado para la elaboración del currículo, los libros de texto, la capacitación de profesores, entre otros rubros. Al final del año se coteja el plan con el porcentaje ejecutado.

3. Algunos de los principales objetivos han sido aumentar la cobertura en primaria y en secundaria, y disminuir el número de repitentes y la relación entre estudiantes y profesores. Desde luego, todavía hay dificultades: muchos jóvenes mayores todavía están en primaria por haber ingresado tarde a la escolaridad, y en 2016 disminuyó el promedio de estudiantes en bachillerato, en relación con los avances del 2015.

4. Hay una relación entre el mercado laboral y los estudios superiores. El objetivo es que las habilidades necesarias de los sectores productivos correspondan con las capacidades desarrolladas en los claustros. Ese es uno de los grandes retos de la educación en todo el mundo y se está resolviendo en Ruanda. Según el Tracer Study, una investigación sobre los vínculos de la eduación superior y el mercado laboral, el 80 % de los empresarios están satisfechos con la formación de los profesionales.

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5. Más allá de los planes generales, como ampliación de la cobertura, el Ministerio de Educación ha atendido los detalles con políticas específicas para resolver las dificultades. Por ejemplo, los maestros de preescolar solían estar peor pagados y tenían una débil formación pedagógica. Entonces, se tomó la medida de igualar salarialmente a los docentes y se empezó un programa de cualificación de los docentes de preescolar.

6. Se puede contar con un gobierno que establece metas pertinentes, que las controla, pero es fundamental la articulación. Por lo tanto, fue crucial crear un nuevo currículo que guiara el desarrollo de libros de texto, con material didáctico y pedagógico para todas las facetas del aprendizaje. No se podía redefinir la nación sin pensar antes en para qué educar, cómo enseñar los contenidos, cuándo y qué tipo de prácticas deberían incentivarse.

7. Para superar el conflicto era necesario desarrollar la economía y el capital humano. Los objetivos además de ampliar el acceso equitativo y de combatir el analfabetismo, eran promover la ciencia y la tecnología, el pensamiento crítico, los valores positivos, la lectoescritura, el razonamiento analítico y la creatividad.

8. Sin embargo, no era suficiente establecer objetivos, suministrar materiales educativos y enmarcados en lineamientos curriculares: había que acompañar a los maestros, hacerles seguimiento, formarlos y asistirlos cuando fuese pertinente.

9. Fue necesario hacer un plan de infraestructura, en especial, de sanitarios, pero también de laboratorios de ciencias y salas de computadores.

10. Existe una gran cooperación de la empresa privada con la educación; son especialmente importantes las comunidades religiosas, responsables de fundar numerosas instituciones educacativas. Además, muchas empresas han auspiciado el sector. Por ejemplo, la Fundación de Mastercard ha invertido para mejorar la calidad de la enseñanza y formar a los jóvenes en las habilidades necesarias del siglo XXI.

Fuente:http://www.semana.com/educacion/articulo/ruanda-el-sistema-educativo-de-ruanda/519915

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La ocupación israelí, silencios informativos

Por: Enric Llopis

 Es cierto que tres de cada cuatro noticias reconocen la existencia de un conflicto, concluye el “Estudio de la cobertura mediática entre Israel y Palestina” realizado por el Grup de Periodistes Ramon Bernils a instancias del Servei Civil Internacional de Catalunya, movimiento que trabaja para impulsar la cultura de la paz. El estudio presentado ayer, que analiza 261 informaciones publicadas en la sección catalana de El País, La Vanguardia y Ara entre el uno de abril de 2015 y el 30 de septiembre de 2016, señala que pese a hacer referencia a una situación de conflicto entre los actores, sólo la mitad de las noticias explican el origen y el contexto. Por ejemplo, el 32% de las informativas que dan cuenta de un hecho violento, no lo sitúan en el conflicto entre Israel y Palestina. Además los tres periódicos prefieren la mención de “territorios ocupados” a la de Estado de Palestina, pese a que, según recuerda la investigación, en la que ha colaborado el Observatori Mèdia.Cat, tanto el Parlamento Europeo (diciembre de 2014) como Naciones Unidas (abril de 2015) han reconocido la realidad estatal palestina. El uso del término “Israel” triplica al de la palabra “Palestina”.

Realizado por Maria Manyosa Masip y Sergi Franch Segarrès, el informe aborda los contenidos de los tres periódicos citados durante 18 meses, en los que entre otros hechos ocurrió la llamada “revuelta de los cuchillos” o “tercera intifada”. La investigación, que adopta como enfoque el “Periodismo de Paz”, destaca que El País es el medio que incluye más informaciones (140, de las 261 analizadas en relación con el conflicto), seguido de La Vanguardia (61) y Ara (60). Tal vez el mayor interés resida en comprobar si los tres periódicos ahondan o no en las raíces de la cuestión. Así, sólo 57 de las 261 noticias abordadas apuntan como eje la batalla por la propiedad de la tierra y el derecho a vivir en el territorio; y 33 piezas informativas hacen mención a las resoluciones internacionales o recomendaciones sobre derechos humanos en los territorios ocupados.

En el desglose por medios, el porcentaje de artículos que explican que Israel está ocupando territorios palestinos representa el 40% de los analizados en El País, el 23% en Ara y el 20% en La Vanguardia. Pero la proporción disminuye a la hora de considerar la propiedad de la tierra como foco del conflicto: 26% de artículos en El País, 20% en Ara y 13% de los analizados en La Vanguardia. ¿Se evidencian en los titulares y textos las condiciones desiguales entre Israel y Palestina? En este punto, la omisión es mayor. El diario que insiste más en el desequilibrio entre los actores es Ara (22%), seguido de El País y La Vanguardia, ambos con el 8%. El estudio aporta otra conclusión de relieve: “Los miembros del ejército israelí protagonizan las agresiones y, al mismo tiempo, el Estado de Israel es el actor que aparece en más ocasiones como mediador”. Otro hecho medular que se desprende del trabajo es que los periodistas se nutren principalmente de fuentes oficiales israelíes, sean miembros del gobierno o de los partidos de la oposición. No es que se nieguen las fuentes oficiales palestinas, pero se recurre a ellas en muchas menos ocasiones –la mitad- que a las israelíes.

Tanto El País como La Vanguardia y Ara cuentan con corresponsales en la región. De ahí que aporten en las informaciones otras fuentes además de las institucionales: población civil, soldados o periodistas, especialistas, académicos y ONG israelíes. El grupo de “fuentes minoritarias”, apunta el documento coordinado por Maria Manyosa Masip, lo constituyen las de carácter documental, las ONG palestinas y, en último lugar, las ONG catalanas. Si se agrupan los tres periódicos, la suma de noticias que parten de sólo una fuente y las que no concretan fuente alguna representan cerca del 60%. Por otra parte, desde la perspectiva del “Periodismo de Paz”, los autores manifiestan su preocupación por la escasez de titulares “en positivo”, sólo el 20%. O por el hecho de que sólo el 29% de las noticias subrayen, como necesidad, trabajar para la resolución del conflicto.

El documento presenta un segundo apartado con los resultados de una investigación sobre contenidos televisivos. En concreto, se trata de 118 piezas emitidas por TV3 (con un promedio de una noticia cada doce días) y el primer canal de Televisión Española (con una media de una noticia a la semana) entre el uno de abril de 2015 y el 30 de septiembre de 2016. El tipo de formato puede orientar sobre la calidad de las informaciones. Así, en el 93% de los casos las televisiones han optado por el formato noticia, mientras que reportajes y entrevistas “han tenido una presencia residual en las pantallas”. En relación con el contexto, un dato significativo es que el 38% de las informaciones no mencionan el lugar específico donde ocurren los hechos, se trate de territorio israelí o palestino.

A la hora de caracterizar el conflicto, TVE lo describe como abierto y/o actual en el 61% de las informaciones, mientras que TV3 lo hace en el 42%. Que resulta necesario trabajar para la solución del litigio es algo que reconoce el ente público catalán en el 19% de las piezas, y el español en el 13%. ¿Se vulneran los derechos humanos? Así lo destacan sólo el 17% de las piezas analizadas de TV3 y el 13% de TVE, según el estudio de Grup de Periodistes Ramon Barnils. Pero aún subrayan menos las televisiones que en la “cuestión” palestina exista un “opresor” y un “oprimido” (11% en las noticias de TV3 y sólo el 3% en las de TVE). Además, los dos medios televisivos disponen de corresponsalías sobre el terreno, pero las fuentes que utilizan sólo pueden identificarse en el 32% de los casos. Las que sí puede reconocer el espectador son las oficiales. Por el contrario, “organizaciones internacionales y ONG tienen un papel residual como fuentes de información, sólo son identificadas como tales el 2% de las informaciones”, apunta el documento de 66 páginas. El medio que menos identifica a las fuentes es TV3 (54% de las noticias), y el que más se basa en fuentes oficiales israelíes es Televisión Española (56%).

En la investigación de contenidos se constata una clara dicotomía entre “normalidad” y “anomalía”, según el actor del que se trate. Éste es un elemento no menor, que permite al espectador visualizar a Israel con sus elevadas temperaturas en verano, las elecciones en las que se renueva el Parlamento o la realidad de Tel Aviv como ciudad cosmopolita y abierta al turismo global. Mientras que las televisiones consideran a Israel un agente de primer orden, Palestina se ve reducida a un “problema de seguridad”. Así ocurrió en una información de TVE emitida el 21 de octubre de 2015: “Los alcaldes de Jerusalén y Asdod han recomendado a los ciudadanos que tengan armas y que las lleven encima para repeler los ataques”.

Los autores también introducen en el texto tres categorías diferenciadas: agresores, víctimas y mediadores. A partir de este distingo, el Estado de Israel aparece como “agresor” en el 50% de las informaciones, “sobre diversos episodios y hechos relatados”; en un 29% de los casos es la “víctima” y en el 21%, “mediador neutral”. Tal vez llame la atención esta última caracterización, explicable al presentarse el Estado de Israel como factor de contención frente al expansionismo ilegal de los colonos o por la investigación judicial y procesamiento de líderes ultraortodoxos que emplearan la violencia contra los palestinos. Además, los militares israelíes figuran como “agresores” en el 65% de las piezas televisivas, en un 32% en calidad de víctimas y un 3% en el rol de mediadores. Si se buscan actores principales en los medios audiovisuales, estos serían el ejército y los colonos israelíes. En cuanto a la población palestina, “queda como agresora y víctima en la misma proporción”, en el contexto de la llamada “revolución de los cuchillos”, apunta la investigación. “Dos palestinos armados con un cuchillo y una pistola matan a un israelí y hieren a cinco más”, informaba Televisión Española.

Fuente: http://www.telesurtv.net/opinion/La-ocupacion-israeli-silencios-informativos-20170317-0046.html

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República Centroafricana: Grupos armados utilizan escuelas

República Centroafricana/23 marzo 2017/Fuente: hrw.org

Impiden que los niños accedan a la educación.

Grupos armados en la República Centroafricana han ocupado, saqueado y causado daños a edificios escolares, impidiendo que los niños obtengan una educación, dijo Human Rights Watch en un informe publicado hoy.

El informe de 31 páginas, “No Class: When Armed Groups Use Schools in the Central African Republic,” (“Sin clase: cuando los grupos armados utilizan las escuelas en la República Centroafricana”), documenta cómo los grupos armados e incluso los soldados de la misión de paz de Naciones Unidas, conocida como MINUSCA, han empleado centros educativos como bases o cuarteles, o han basado sus fuerzas cerca de los recintos escolares. El gobierno y la misión de mantenimiento de la paz deberían aumentar la protección de los estudiantes y las escuelas en las zonas del país afectadas por el conflicto armado, recomendó Human Rights Watch.

“Los niños han perdido años de escolaridad en muchas partes de la República Centroafricana debido a que los grupos armados no han tratado las escuelas como lugares de aprendizaje y refugio para los niños”, dijo Lewis Mudge, investigador sobre África de Human Rights Watch y coautor del informe. “El gobierno y la ONU pueden hacer más para garantizar que los combatientes se mantengan alejados de las aulas y que los niños puedan ir a la escuela de manera segura”.

El informe se publica cinco días antes de la celebración de la Segunda Conferencia Internacional sobre Escuelas Seguras, organizada por el gobierno argentino en Buenos Aires. La conferencia pondrá de relieve el problema global de los ataques contra estudiantes, profesores y escuelas, así como la Declaración sobre Escuelas Seguras, un compromiso político internacional respaldado por la República Centroafricana y otros 59 países.

Human Rights Watch entrevistó a más de 40 personas para el informe, incluyendo niños en edad escolar, padres, profesores y comandantes de grupos armados en las provincias de Lobaye, Nana-Mambéré, Nana-Grébizi, Ouham-Pendé, Ouham y Ouaka.

“No es normal que un niño pierda tanto tiempo; esto afecta mi futuro”, dijo un joven de 18 años en la provincia de Ouaka, que había perdido cuatro años de escolaridad porque los combatientes de la alianza rebelde Seleka, una de las partes del conflicto que azota el país, ocuparon su escuela. “Quería ser médico, pero eso es imposible si no vas a la escuela”.

La República Centroafricana está en crisis desde finales de 2012, cuando los rebeldes Seleka, en su mayoría musulmanes, iniciaron una campaña militar contra el gobierno. La alianza Seleka tomó la capital, Bangui, en marzo de 2013, en un período marcado por abusos generalizados de derechos humanos. A mediados de 2013, las milicias cristiana y animista anti-balaka se unieron para luchar contra la alianza Seleka. Los anti-balaka también han cometido abusos generalizados, especialmente en las partes occidentales del país.

La violencia de grupos armados y los ataques contra civiles han aumentado significativamente desde octubre de 2016, especialmente en el centro del país. La lucha entre dos facciones Seleka en las provincias de Ouaka y Haute-Kotto ha provocado un aumento de los ataques contra civiles y el desplazamiento de decenas de miles de personas.

Los Seleka son responsables de ocho de los casos documentados en el informe, pero los combatientes anti-balaka también han ocupado y causado daños a escuelas. En dos casos, las fuerzas de paz de la ONU utilizaron una escuela como base, en violación de las regulaciones de la ONU, pero las abandonaron después de que Human Rights Watch informara a funcionarios de la ONU.

El uso de escuelas por parte de las fuerzas armadas deteriora, perjudica y destruye la infraestructura educativa del país, ya de por sí insuficiente y de mala calidad. Los combatientes que ocupan escuelas a menudo queman muebles y libros como combustible para cocinar. En un caso documentado por Human Rights Watch, un combatiente anti-balaka golpeó a un maestro en la cabeza con un cuchillo cuando el maestro intentó impedir que quemara un pupitre.

Incluso cuando los combatientes han abandonado una escuela, su proximidad a los recintos escolares puede atemorizar a los estudiantes y maestros y hacer que se mantengan lejos. “Los Seleka están justo al lado de la escuela así que los padres están muy asustados para dejar que sus hijos vengan”, dijo un profesor de la provincia de Nana-Grébizi. “Los Seleka creen que es normal instalarse en las escuelas”.

La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios estimó en noviembre de 2016 que 2.336 escuelas en todo el país estaban operando normalmente pero que al menos 461 no lo estaban. Las razones principales por las cuales las escuelas están cerradas son la inseguridad, la falta de profesores, el desplazamiento causado por los combates, la destrucción de la propiedad escolar y la ocupación de las escuelas por parte de grupos armados.

La República Centroafricana firmó la Declaración sobre Escuelas Seguras en junio de 2015, comprometiéndose a proteger a las escuelas del ataque y el uso militar. Este importante paso impulsó a la MINUSCA a comenzar a desalojar las escuelas que estaban ocupadas por milicias. La misión de la ONU logró importantes avances en 2016, pero se vio socavada cuando las propias fuerzas de mantenimiento de la paz usaron las escuelas como bases y cuarteles militares.

“Al respaldar la Declaración sobre Escuelas Seguras, el gobierno puso en evidencia el valor que otorga a la educación para el desarrollo y la estabilidad del país”, dijo Mudge. “Los grupos armados y las fuerzas de paz de la ONU deberían respetar el llamado de la declaración a proteger las escuelas y ayudar a los niños a obtener la educación que quieren y merecen”.

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Entrevista a Jesús Martín Barbero: «Necesitamos jóvenes problemáticos»

05 de Febrero 2017/Fuente: Colombia2020/Autor: Nicolás Sánchez

Con casi 80 años, el académico es contundente en criticar las políticas educativas del gobierno de Juan Manuel Santos y en aseverar que no aportan a la paz ni reflejan las necesidades de los jóvenes. Tal y como, según él, pasa con las escuelas.

Jesús Martín Barbero recuerda el momento, en los años 60, en el que Manuel Marulanda Vélez, más conocido como ‘Tirofijo’, declaró que Marquetalia, Riochiquito y El Pato Guayabero como zonas libres de América. Se encontraba en la Universidad Nacional y el furor revolucionario hacía parte de la vida estudiantil.

Desde aquella época, Martín se ha dedicado a estudiar las transformaciones culturales y es testigo de los cambios que ha habido en Colombia. En Cali fundó el Departamento de Comunicaciones de la Universidad del Valle, en donde trabajó de la mano con referentes de la cultura caleña como el escritor Andrés Caicedo y el cineasta Carlos Mayolo. “Yo me enamoré de la gente joven de Cali”, cuenta. Sin embargo, de esa ciudad tuvo que salir en 1996 porque las presiones del Cartel del Norte del Valle se cernían sobre la universidad.

Martín no es políticamente correcto. Asevera que en Colombia “hay escuelitas para formar periodistas, pero les falta mucho país”. Ha criticado las posturas de la izquierda frente a la cultura y cuenta que tuvo problemas con gobiernos del siglo XX “por pensar con mi propia cabeza”, dice. Además, entre el 2000 y el 2003 se tuvo que exiliar en México.  

Su producción ha girado en torno a dos temas: la juventud y la cultura. Sus libros son consultados en las facultades de periodismo y de trabajo social en todo el país. Al filo de cumplir 80 años, está por publicar un nuevo libro sobre la juventud.

Ese nuevo texto que estaría listo en abril de 2017 verá la luz en un momento en el que la juventud ha empezado a reclamar espacios en la construcción de paz. Esto, luego de que se conocieron los resultados del plebiscito para refrendar el Acuerdo de La Habana entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc.

Los jóvenes han empezado a tomarse las calles de varias ciudades del país pidiendo que su consigna de paz no se fuera al traste debido a la victoria del No. Desde ese momento, han pedido celeridad en el cumplimiento del acuerdo al que llegaron el Gobierno y la guerrilla. A su vez, se han reunido en la Plaza de Bolívar de Bogotá para exigir que el proceso de diálogo con el ELN arranque cuanto antes.

Jesús Martín Barbero camina pausadamente pero su tono es vivaz.  “Cuando uno está viejo, regular es lo mejor que se puede estar”, bromea. Este español llegó a Colombia en 1963, se fue en el 68, y regresó en el 72. Volvió a buscar a la mujer que sería su esposa y con quien echó raíces y tuvo dos hijos.

En esta entrevista habla sobre lo que el país tiene que cambiar para que “la paz” dialogue con los jóvenes.

-¿Cómo siente usted que las universidades están preparando a los jóvenes para este momento histórico donde se empieza a hablar incluso de posconflicto? 

La verdad es que los jóvenes no son una referencia para las universidades, son alumnos. La palabra alumno está por encima de niño, adolescente y joven. Pidiéndole perdón a Gina Parody, ella no se ha enterado de eso. En sus pretendidas reformas no se ha enterado de lo que son las escuelas. Los maestros que no son capaces de entender ni a los niños, menos a los adolescentes y menos a los jóvenes. Hay un desconocimiento muy fuerte de lo que está pasando en el mundo joven. Hay un montón de clichés religiosos y psicológicos que vienen muy bien para calmar la consciencia de los papás y de los maestros.

La clase media en Colombia apenas acaba de subir y tiene mucho miedo de bajar, entonces le apuesta a que sus hijos, con el mayor amor del mundo, salten y puedan llegar más lejos que ellos. La obsesión es el éxito social. Allí hay una trampa que se le está haciendo al país.

Hay una cierta mala consciencia de que el país no está entendiendo a sus jóvenes y por eso se ha venido toda esta vaina educativa, pero lastrada por esta huevonada de Pisa. No saben qué es Pisa ¡Es una empresa privada, no es pública! Depende de un conglomerado de empresas privadas. Hay un documento contra Pisa de cientos de investigadores europeos y gringos, pero en este país nadie lo ha leído.

-¿Cómo salir de esas trampas para hacer de los jóvenes un sector social que impulse la construcción de paz?

El lugar clave para eso es la escuela, el sistema educativo. Por eso yo soy muy duro en mi crítica porque las dos primeras ministras que tuvo Juan Manuel Santos no tenían nada que ver con la educación y la última es una señora que ha trabajado la mitad de su vida en el Ejército, que es de lo más retrogrado y de lo más inculto que haya habido.

Las claves para entender el mundo de los jóvenes son la escuela y los cambios de costumbres. No estoy diciendo que los maestros no quieren entender a los jóvenes, el tema es que ellos no están ahí para entenderlos, están para hacer lo que dicta el Estado.

En este momento estoy trabajando con un pequeño grupo de la Secretaría de Educación de Bogotá en formación de maestros, eso es cambiarles el chip. Por más de que el sistema de Estado haga los programas, ellos tienen que asumir la transformación de esos programas para que realmente sirva a la vida de los niños y de los jóvenes como sujetos humanos. Eso significa que tienen vida propia, que hay cosas que les gustan y cosas que les revientan.

-¿En Colombia se ha dejado de lado a los jóvenes como sujetos?

La prueba que tengo que en este país no se forman sujetos es que la gente no aprende a escribir, aprende a hacer tareas, no a escribir, no a contarse, no saben contar su vida. Pasan a la universidad y les preguntan de dónde vienen, pero no saben cómo responder. Sus padres y sus abuelos son eso, la memoria. Un mínimo de memoria.

-Usted ha hecho un llamado a poner el presente de los jóvenes en historia. Estamos en un momento histórico en el que necesitamos empezar a construir memoria ¿Cómo aterrizar el llamado que usted hace a esa construcción de memoria que estamos por empezar?

Ese es uno de los temas más importantes de mi vida. Yo nací con una España que estaba en guerra y viví las transformaciones de la memoria. Es decir, qué se recordaba antes de la guerra y qué se podía recordar después, porque tuvimos 50 años de franquismo.

Los historiadores estudian historia de atrás para adelante, los niños, los adolescentes y los jóvenes la estudian a partir de su presente. Para que la historia se convierta en memoria de los muchachos hay que partir de su presente. Hay que poner el presente en historia, eso nunca lo ha hecho la escuela.

Los profesores tendrían que escribir sobre la memoria de los niños. Ahí vamos a empezar a saber para dónde vamos. Si fuéramos capaces de empezar las clases diciendo de dónde vengo yo, de dónde vienes tú. Poner eso en común es transformar un montón de alumnos en una escuela de aprendizaje mutuo.  Lo que tú eres es el resultado de unas culturas, de unas memorias.

-Existe mucho miedo de mostrarles a los niños y a los adolescentes las atrocidades que se han cometido en el país ¿Cuál es su opinión frente a eso?

Yo pienso que no es solo miedo, es no entender qué es un país. Un país es una historia en común y esa historia tiene un montón de relatos. Yo descubrí que contar es la palabra más importante del castellano y de todos los idiomas. Contar significa contar cuentos, saber narrar, saber contar. Segundo, contar es tener en cuenta o no al otro, eso es vital en las relaciones sociales. Finalmente, hacer cuentas, contar es contar números.

Hay que aprender a contar con sus propias palabras. Lo que usted ha vivido no lo puede contar nadie más. Hay que aprender a contar su cuento para ser tenidos en cuenta y también hacer cuentas para la reparación.

-¿Usted cree que en Colombia se ha construido memoria excluyendo a la juventud?

Esa es la pregunta del millón ¿Qué tienen que ver los jóvenes con la memoria hoy? Primero con la memoria del país. La memoria del país está, en buena parte, en las novelas, los cuentos y los relatos, ahí está y ahí sigue. Gabriel García Márquez es un memorioso, él ha hecho memoria del país.

No es que este país no tenga memoria. En términos de relatos, sí ha habido. Pero no en la gente. Hoy lo que está descubriendo el país es que la gente tiene derecho a tener memoria y a que esa memoria sea tenida en cuenta para hacer cosas con la gente. Que sea con ella, no utilizándola, sino contando con ella, ahí hay un cambio radical.

-¿Qué espacio tienen ahí los jóvenes?

Yo diría que primero son sujetos, no solamente un objeto sobre el cual contar cosas. Son los jóvenes los que tienen que contar su cuento. No lo puede contar nadie por ellos. No todo tiene que ser escrito, hay muchas maneras de contar ahora. Yo por salud mental no estoy en Facebook porque solo con correos electrónicos tengo. El día que me escribiste tú me escribieron otros seis o siete y a ninguno lo invité, no sé por qué te invité. La verdad algo leí que me pareció distinto, pero podías haber caído según el humor que tengo cada mañana cuando me levanto.

Los jóvenes son los mediadores entre lo que está pasando en la escuela y lo que está pasando en la sociedad. Pero la escuela tiene que asumir que los jóvenes son capaces de contar su memoria, su historia, su familia, su barrio, su país ¿De qué país habla la gente jóven? ¿Dónde están los que están haciendo libros con relatos de la gente joven? El lugar donde se podría cocinar eso con sentido es sacándolo de la palabra tarea. Esto no se hace por tareas ¿dónde la escuela está desarrollando gente creativa e innovadora? En los países en los que la escuela no es una sumatoria de tareas, sino de dimensiones de la vida con proyectos.

-¿Qué sensación tuvo cuando después del plebiscito los jóvenes invitaron a marchar y se tomaron las calles?

Lo lindo, para mí, es que fueron jóvenes, fueron viejos, fueron indígenas, fueron incluso enfermos de hospitales que pidieron que los ayudaran. Fue un país en chiquito, pero enormemente diverso y creativo. Fue realmente un movimiento político en su más profundo sentido.

Fue una sorpresa para todos porque ese país no existía, no se había visto desde hacía mucho tiempo. Siento que los jóvenes pusieron la primera piedra y después la continuidad. Fueron ellos los que sacaron al país a caminar.

-Usted dice que occidente se jodió cuando el juego dejó de ser importante para la educación ¿A qué se refería con eso?

En un simposio al que me invitaron en Barcelona coincidí con un sociólogo alemán que a la mitad de la conferencia se quedó en silencio y gritó: “¿Cuándo se jodió occidente?” y se respondió: “Cuándo separó el trabajo del juego”.

Hubo un tiempo en que el trabajo y el juego estaban juntos y este tenía que ver no sólo con la producción, sino con la creación que tiene que ver mucho más con el juego que con otras cosas. Empezando con que los niños jueguen con su cuerpo ¿Qué pueden hacer con el cuerpo? Pecados. Nacimos en esa iglecita católica que nos encerró en unos sustos porque el cuerpo era peligrosísimo, tanto el sexo como la imaginación eran los enemigos del mundo y de la sociedad.

Occidente perdió la capacidad de pensar su propio sentido: para dónde va, qué quiere, qué está haciendo. Donald Trump es un primer punto de llegada de eso que empezamos a percibir hace mucho tiempo. Se forman gerentes, es decir alguien que sabe hacer cosas, pero no sabe, es un saber instrumental. No es un saber de cuerpo, de barrio, de ciudad, de país, no. Es un saber instrumental así le pongamos muchos títulos.

-Un ejemplo…

Estoy planteando, que lo que estamos viviendo hoy es una mutación a nivel mundial, sobre todo en occidente, una mutación cultural. La modernidad fue un tiempo en el cual la clave era el progreso. Fue muy bueno porque la modernidad fue la liberación de muchas cosas: libertad y creatividad. Eso se fue poco a poco.

El fenómeno joven es estratégico para entender la mutación. Quien está viviendo la mutación y, de alguna manera, disfrutándola es la gente joven. La mutación tanto en sentido de transformación de los modos de escribir, de leer y de jugar, de todo. Está cambiando el juego, por lo tanto, está cambiado la clave de la vida.

El cuento viene a esto si queremos entender al mundo de los jóvenes tenemos que pensar en esta palabrita, hay una mutación cultural, como si hubiera una mutación genética.

-¿Esa mutación cultual hacia dónde va?

No va para un solo sitio. Por ejemplo, hoy el vestido es otra cosa. El vestido para la gente joven es otra cosa distintísima a lo que fue para sus padres y no es que los jóvenes no tengan vanidad. El sentido de la moda cambió.

-¿Cómo la paz puede aterrizar en las escuelas?     

Preguntándoles a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes por el país del que vienen. Construyendo con ellos sujetos problemáticos y complejos que son los sujetos verdaderos. La escuela se tiene que conectar con los cambios que piden los alumnos y trabajar para construir una imagen de país que tenga que ver con ellos y que cuente con ellos, todo lo demás va a ser muy pasajero.

Lo que se ha hecho de bulla con la educación, con las ministricas de Santos, no vamos a tener memoria para nada. Para que la escuela geste memoria tiene que empezar por saber de qué estamos hablando porque los maestros en su mayoría piensan que los que tienen memoria son los mayores. Ya no hay historia de Colombia en bachillerato, lo que me parece atroz porque no tienen idea de lo que se ha hecho en su país. En la mayoría de las casas de este país no hay libros, la gente joven no se va a enterar de dónde viene y si no se entera de dónde viene mucho menos va a saber a dónde va.

Fuente de la entrevista: http://colombia2020.elespectador.com/pedagogia/las-12-peliculas-para-aterrizar-eso-que-llaman-paz

Fuente de la imagen:http://colombia2020.elespectador.com/sites/default/files/styles/gallery_custom_user_md_1x/public/gallery-files/gus_6548.jpg

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