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China influye en Brasil a través de universidades

El mundo académico de Brasil se ve cada vez más amenazado por la influencia de China. En los últimos años, las principales instituciones de enseñanza superior del país, establecieron asociaciones con instituciones chinas a un ritmo cada vez mayor, como la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp) y la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG). Los expertos advierten de los riesgos de este creciente poder blando utilizado por Pekín para promover el modelo chino.

“La influencia de China en las universidades brasileñas nunca ha sido mayor”, dijo a Diálogo el periodista Gabriel de Arruda Castro, editor del periódico brasileño Gazeta do Povo. “Obviamente, esto abre la puerta a la presencia de representantes de un régimen autoritario, lo que no ocurre cuando Brasil establece asociaciones académicas con países como Alemania o Francia”.

En enero de 2023, Castro publicó un artículo señalando la creciente influencia de China en las universidades brasileñas. “Desde entonces, esta influencia incluso ha aumentado”, afirma. “Instituciones como la Universidad de Brasilia (UnB) y la Universidad Federal de Santa María, firmaron otras asociaciones o reforzaron las que ya tenían [con instituciones chinas]”.

Aunque los acuerdos entre universidades brasileñas y extranjeras son habituales, Castro señala que estos países respetan la independencia y la autonomía académica de sus centros de enseñanza. Las universidades chinas, en cambio, están sometidas al estricto control del Gobierno de Pekín. “Desde el punto de vista del régimen chino, no tiene ningún sentido financiar ningún proyecto que pueda criticar al modelo chino”, afirma Castro.

Amenaza silenciosa en Brasil

El poder blando de China también crece en las universidades de todo el mundo. La diferencia es que en Brasil crece silenciosamente, mientras que en otros países está causando preocupación, dice Castro.

En Inglaterra, por ejemplo, un reciente documental de Channel 4 indica que las universidades sufren “la injerencia del Estado chino y la represión de disidentes en suelo inglés. Pekín apunta cada vez más a los campus universitarios para ejercer una fuerte influencia en todo el mundo”, afirma un informe de 2023 del laboratorio de ideas estadounidense Council on Foreign Relations.

En Brasil, en cambio, la influencia china crece sin trabas entre los muros universitarios, dice Castro. “No hay debate en Brasil sobre los riesgos de abrir las puertas, sin mucho cuidado, a un régimen que es autoritario y tiene la costumbre de promover el espionaje”, afirma Castro. “Nadie se preocupa por esto en Brasil”.

Instituto Confucio

Parte de la influencia china en las universidades brasileñas es inyectada a través de asociaciones con el Instituto Confucio, una organización vinculada al Ministerio de Educación chino, cuya misión oficial es difundir su cultura y su lengua.

Con sedes en más de 150 países, el Instituto afirma en su portal que las asociaciones están “basadas en los principios de respeto mutuo, consulta amistosa, igualdad y beneficio mutuo”. Pero la organización es criticada en varios países por socavar la libertad académica en las universidades que la acogen, participar en actividades de espionaje industrial y militar, y promover las opiniones del régimen chino en temas como Taiwán.

El 13 de agosto de 2020, el Departamento de Estado de los Estados Unidos designó al Instituto Confucio como “misión extranjera” de China, y señaló en un comunicado que “promueve la propaganda global de Pekín y su campaña de influencia maligna en las aulas. Los Institutos Confucio están financiados por la República Popular China y forman parte del aparato de propaganda e influencia global del Partido Comunista Chino”.

En 2023, la Oficina Federal Alemana para la Protección de la Constitución, calificó al Instituto Confucio como herramienta de influencia política. Afirmó en su informe anual que “Las actividades y formas de cooperación de China amenazan con socavar la libertad académica en el ámbito de la educación y la investigación”, publicó la agencia alemana de noticias Deutsche Welle.

Mientras tanto, en Brasil, el Instituto Confucio se extiende a gran velocidad. En la actualidad, 13 universidades brasileñas cuentan con filiales de la organización. La más reciente se creó en septiembre de 2023, en la Universidad Federal de Bahía (UFBA), mediante un acuerdo con la Universidad de Shanghai.

Según el sitio web de la UFBA, también hay filiales del Instituto Confucio en la Universidad Federal Fluminense, la Universidad Estatal Paulista, la Unicamp, la UNB, la UFMG, la Universidad Federal de Río Grande do Sul, la Universidad de Pernambuco, la Universidad Federal de Ceará, la Universidad Estatal de Pará (UEPA), la Fundación Armando Alvares Penteado, la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y la Universidad Federal de Goiás.

Castro afirma que, por lo general, las asociaciones con el Instituto Confucio no implican que China envíe fondos directamente a las universidades. Pekín sólo paga a los profesores de mandarín en los espacios físicos existentes. De este modo, las universidades no se benefician económicamente de las asociaciones, pero sí de estrechar lazos con China.

“Obviamente, en estos casos no se cuestiona la visión oficial del régimen. Por tanto, la promoción de la cultura china se mezcla con la promoción del régimen chino”, afirma Castro. “En mi investigación no encontré ninguna perspectiva crítica de China”.

El resultado de estas asociaciones suele ser la exaltación del modelo chino en las universidades brasileñas. La Universidad Federal de Santa Catarina y la UEPA, por ejemplo, ofrecieron en los últimos años el curso en línea: China 1949-2025: de un país muy pobre a la mayor economía del mundo. El programa incluía temas como La ayuda rusa, 100 años del Partido Comunista Chino, El socialismo chino, y Becas en China, según los portales de las universidades.

Asociación tecnológica

La otra forma de influencia china en las universidades brasileñas son las asociaciones de innovación tecnológica en áreas como la agricultura. “Son áreas que requieren inversión financiera, y las universidades públicas brasileñas no siempre tienen esa capacidad. Así que China interviene ayudando a financiar laboratorios, por ejemplo, teniendo en cuenta la importancia de Brasil como exportador de materias primas agrícolas”, dice Castro.

En su opinión, estas iniciativas pueden entrañar un gran riesgo de espionaje. “Tal vez porque no es percibido como un adversario directo de China, Brasil tiene un poco menos de este aspecto [del espionaje]. Pero tal vez haya aquí un ‘espionaje blando’: saber dónde está Brasil en determinadas áreas de conocimiento, para luego utilizarlo como ventaja estratégica en una posible competencia en algún área o para ofrecer soluciones”, dice.

“Esto es más o menos lo que hacen en África por otros medios. Es decir, satisfacen la demanda local de forma pragmática al principio, pero hacen que estos países dependan cada vez más de China”, agrega Castro.

“Antes de entrar en asociaciones, incluidas las que implican recursos financieros, con regímenes extranjeros autoritarios como China, nuestros investigadores deberían ser un poco más cuidadosos. Lo mismo deberían hacer los gobiernos, que casi siempre son los mantenedores de estas universidades”, remarca Castro.

https://dialogo-americas.com/es/articles/china-influye-en-brasil-a-traves-de-universidades/

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Cuál es el país que más lee en América Latina, según el Cerlalc

Dos países limítrofes de América Latina son los más lectores de la región.

 

En Argentina, el 70% de la gente que lee lo hace por placer según un estudio.

 

A pesar de todos los pronósticos apocalípticos, leer un libro sigue siendo uno de los pasatiempos preferidos de muchas personas.

 

Es verdad que las ventas han caído, sobre todo las del libro impreso, pero también es cierto que estas todavía representan casi la mitad del mercado.

 

Los latinoamericanos permanecen como un público interesado en los libros, en especial en algunos países de la región.

 

Aquí algunos datos sobre los índices de lectura de libros en los países de América Latina.

Cuál es el país que más lee en América Latina

En 2021, la plataforma dedicada a la venta de libros Buscalibre informó que en Argentina y en Chile cada persona leía cinco libros al año, lo que colocaba a esos países en el primer lugar de América Latina. Los seguían México y Colombia con tres libros al año.

Los datos de esa plataforma coinciden solo en parte con los difundidos por el sitio Lectupedia en 2022, según los cuales Chile encabezaba el ranking con 5,3 libros por habitante, seguido por Perú (3,3), Brasil (2,5), Colombia (1,9), México (1,7) y Argentina (1,6).

 

Un trabajo con mucho más campo es el elaborado por el Cerlalc (Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe), un organismo intergubernamental auspiciado por la UNESCO, que confirma la preponderancia de Argentina y Chile a la hora de definir en cuál país de América Latina se leen más libros.

Una infografía del Cerlalc, publicada por el sitio Uvejota, detalla que España sigue al frente de los países de habla hispana que más leen con un 61 % (10,3 libros leídos por año), seguido por Argentina, primer país de Latinoamérica con un 55 % (5,4 libros por año) y luego Chile con 51% (4,5 libros leídos por año) .

 

El top seis de libros leídos de Latinoamérica lo completan Brasil con 46%, Colombia con 45%, Perú con 35% y México con 20% respectivamente. Una curiosidad de este estudio es que en la mayoría de los países, como Brasil, México o Chile, la razón de leer lo marca en un 50 % la búsqueda de conocimiento o razones académicas. Pero en el caso de Argentina, la principal razón de lectura de los libros que presenta la gente es «por puro placer», con un 70 %, razón también dominante en España, donde el 85% de los lectores dicen que solo lo hacen por placer.

 

Qué dicen las estadísticas en Argentina

Las estadísticas del Ministerio de Cultura de Argentina, en tanto, dicen que los argentinos compraron, en 2022, un promedio de 4,6 libros. Casi la mitad compró entre uno y dos; un tercio entre tres y cinco, y 20% seis o más libros.

 

Casi la mitad de los argentinos (48%) leyó libros impresos, mientras que un 20% lo hizo en formato digital, según el informe oficial. Entre los lectores digitales, el teléfono móvil es el dispositivo preferido para realizar sus lecturas, en lugar de la computadora.

 

Agrega que “los adolescentes y los jóvenes (13-29 años) son los grupos más lectores”. Y aclara que “estos rangos etarios coinciden con los de la educación formal y los géneros más leídos se corresponden con áreas de interés educativo, pero también con cómics o novelas gráficas y poesía”.

 

El Ministerio dice que “las personas leen principalmente por entretenimiento. Pero en adolescentes y jóvenes es muy importante el motivo ligado a la formación”. En 2022, un 77% dijo que el ocio era el principal motivo de sus lecturas.

 

Otro dato interesante es la cantidad de libros que los argentinos tienen en sus hogares. El 62% posee hasta 25 libros; un 23% entre 61 y 100, y solo un 11% dice tener una biblioteca con un centenar de ejemplares.

 

Entre los géneros, la narrativa ocupa el primer lugar, seguida por la historia, los textos y manuales escolares, los textos científicos, las biografías, el cómic, la autoayuda, la religión y la poesía.

 

En cuanto a los autores, una cuarta parte de los lectores dijo que seguía a los nacionales, mientras que el resto optaba por escritores de otros países.

 

El informe también destaca los motivos por los cuales los argentinos no leen libros. La falta de interés predomina en todas las franjas etarias desde los 18 años. La falta de tiempo es el principal motivo entre quienes tienen entre 30 y 64 años y el aburrimiento predomina entre los adolescentes.

 

https://www.clarin.com/informacion-general/pais-lee-america-latina-cerlalc_0_FsllJOdWff.html

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[RESEÑA] Enseñamos lo que somos (Las alas del educador)

Sinopsis

En este libro las reflexiones de Trinidad Lara vienen a que nos cuestionemos rasgos importantes de la educación que están cayendo en la normalidad más apática, con contenidos vacíos y normas impuestas. Se trata de abrir una vía de reflexión rigurosa de docentes, familias y ciudadanía en su conjunto que nos lleve hacia una educación consciente.
Desgrana en capítulos cuestiones intrínsecas en todos nosotros, las cuales no germinan porque el terreno social es tan complejo y laberíntico que nos distrae de lo esencial. Todos nacemos con unas alas grandes. Representan nuestros deseos, nuestra esencia, nuestros más sabios instintos. Una energía vital que nos impulsa hacia lo mejor. Con el paso del tiempo y muchos de los aprendizajes que conlleva la vida en sociedad, las alas se van encogiendo, marchitando.
Los educadores y las educadoras tenemos el privilegio y el deber de hacer que las alas de nuestro alumnado, hijos e hijas, se desplieguen con su máxima envergadura y alcen el vuelo desde sus voces internas y únicas, espantando a plumazos patrones estériles, necrosados e impuestos desde fuera que nos han llevado a la más disparatada de las locuras vitales.

Trinidad Lara es profesora desde 2006 del Ciclo de Grado Superior de Educación Infantil (FP). Gestiona con los centros de trabajo las prácticas del alumnado en las escuelas infantiles. Ha coordinado proyectos de intercambio Erasmus tanto para alumnos como para profesores, lo que le ha permitido ampliar el espectro en formas de vivenciar la educación. Investiga métodos más humanísticos de enseñanza en la etapa infantil. Con este fin, viajó a Dinamarca y Alemania para conocer en profundidad la metodología de las escuelas bosque, facilitando su difusión en España.

Es autora del ensayo Enseñamos lo que somos. Las alas del educador, acerca del autoconocimiento docente, que tiene como punto de referencia una educación más consciente.

Ha publicado artículos en revistas especializadas de educación. Ponente y autora en el Congreso Internacional de Educación, Conciencia y Competencias organizado por REDIPE (Red Iberoamericana de Pedagogía) Ponente y autora. Enseñamos lo que somos: Hacia una educación consciente.

Forma parte del grupo de Investigación “Pedagogía, formación y conciencia” (P. F. C.) de la Universidad Autónoma de Madrid que está constituido por un grupo interdisciplinar de profesores e investigadores de diferentes universidades.
Orienta sus acciones hacia una renovación radical o profunda de la Pedagogía y de la educación.

En la actualidad imparte conferencias y tertulias en distintas instituciones (colegios, universidades, institutos de educación secundaria, asociaciones culturales, bibliotecas, etc) con el fin de compartir ideas, que permitan una mejora socioeducativa, así como su difusión a través de artículos.

(Sacado de su web)

Reseña

Este libro de Trinidad Lara te hace reflexionar sobre las personas y nuestros estudiantes deben ser tratados como tal, no es solo cuestión de instruirlos, es necesario educarlos en su personalidad para que estén bien preparados en el discurrir de la vida., personas con pensamiento crítico que no se dejen llevar por lo que otros digan sin haberlo pensado antes.

Nos dice la autora que es un ensayo filosófico que apunta directo a todos los elementos básicos que el docente del siglo XXI tendría que mimar para contrarrestar la inercia insana en la que centrifugamos, tan mareados que hemos perdido de vista el sentido de la vida.

La autora parte de la tesis de que los docentes enseñamos lo que somos y con nuestra forma de ser estamos siendo modelos para los estudiantes en período de formación, por ese motivo no debemos descuidar nuestra manera de estar ante ellos y ellas.

El libro se lee muy bien, su lectura genera curiosidad para seguir leyendo. Está dividido en ocho capítulos, con una presentación y una conclusión. Los capítulos con los que nos lleva a la reflexión más sincera son: La lentitud, El silencio, El valor de aburrirse, El miedo, el sinsentido de las cabezas pensantes,, Educar dando sentido a la vida, Educar en el amor, y La magia de las palabras.

A lo largo de todos estos temas la autora nos va dando pautas de acción para ir mejorando en el aspecto que está tratando, intentando que la educación sea más consciente y atienda a las personas en su integridad.”Acciones muy sencillas por parte de los docentes podrían marcar puntos de inflexión”: Cultivar la paciencia, evitar el entumecimiento corporal, dejarlos levantarse y charlar entre clase y clase, contenidos que puedan perdurar a lo largo del tiempo, debates, escuchas reflexivas, espacios para la reflexión, tiempo para conocerlos mejor, potenciar la colaboración, respetar los silencios…

“Urge educar a un profesorado que, de la mano de las familias, tenga el coraje de desaprender lo que no funciona, desterrando ese elevado porcentaje de creencias limitadoras, y tenga la valentía de desenseñar reaprendiendo desde lo que de verdad importa”.

En definitiva, un libro muy interesante para aprender caminos que haga la educación más consciente y menos de niños y niñas papagayos (o educación bulímica, como lo llama María Acaso) que repiten lo aprendido, lo exponen en un examen y lo olvidan.

“Urgen docentes que sanen con autoconocimiento las heridas. Porque cuando el alma grita, los docentes tenemos la labor de escuchar”


Para saber más

Tacita de café para políticas educativas, es un espacio abierto al diálogo educativo; tan necesario para la mejora de la educación como pilar de una sociedad sana, pacífica, saludable y amorosa.

Presentación artística Enseñamos lo que somos

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Las Artes desde los Feminismos. Programa de El Aquelarre de las Insumisas

El conocimiento ha ocupado un lugar especial en el campo del *Arte* , no como forma o tema con condición pasiva, tampoco como elemento contemplativo, sino, estimulante para un contingente que expresa rebeldía y confrontación a los estereotipos y normas hegemónicas impuestas en las sociedades.

 

Desde los *Feminismos* se asume una postura consciente tanto en la producción artística como en el campo teórico, lo cual se suma a las luchas reivindicativas en el terreno social, asociadas al activismo sobre los derechos civiles y la distribución del trabajo.

 

El feminismo nos ha heredado una mirada advertida que contribuye a reinterpretar la realidad, contribuyendo a recuperar formas expresivas periféricas sin la neutralidad del lenguaje y del arte.

 

Lxs invitamos a encontrarnos nuevamente este Sábado 04 de mayo del 2024 siguiéndonos por el facebook de “ *El Aquelarre de las Insumisas* ” junto a *Julia Antivilo y Ana Chávez* como invitadas, y así, seguir tejiendo en luchas y resistencias por un mejor vivir!

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Joaquín Gairín: La investigación educativa, una construcción compartida entre diferentes profesionales

La educación avanza gracias al conocimiento acumulado y al nuevo conocimiento que se genera constantemente. Los profesionales de la educación tienen un conocimiento sobre la realidad que está configurado por elementos objetivables como son los datos, las informaciones o las experiencias propias, pero también por otros elementos más subjetivos como puedan ser sus sentimientos, expectativas o comportamientos, asimilados y acumulados a partir de sus vivencias escolares, familiares, sociales o profesionales. Este conocimiento personal puede ser compartido/socializado con otros profesionales y enriquecerse a partir del intercambio generado o mediante aportaciones de otras fuentes (documentos, estudios, lecturas, prácticas analizadas…).

La construcción del conocimiento pedagógico sobre la realidad educativa es y ha de ser una construcción colectiva de los investigadores y profesionales, si queremos que sea útil y funcional para la mejora educativa. Los primeros pueden aportar fundamentación, técnicas y procedimientos de investigación mientras que los segundos pueden contribuir con la identificación de problemas reales, con mecanismos adecuados de actuación y, por último, con el conocimiento exhaustivo que poseen de los contextos educativos. Pero, más allá del bagaje general de cada colectivo y del enriquecimiento que aporta la información compartida, se trata de cocrear conjuntamente respuestas a los retos que la realidad educativa plantea, en una asociación en la que todos podemos aprender unos de otros.

Hablamos de una colaboración necesaria y de una investigación aplicada y centrada en los problemas de la práctica profesional, que no excluye ni la investigación básica que los investigadores puedan hacer ni las comunidades de práctica profesional que desarrollen los docentes u otros profesionales de la educación. Tampoco se trata de que los docentes se hagan investigadores ni que estos últimos aprendan a ser docentes; aunque, seguro, que del intercambio todos van a aprender técnicas y procedimientos de trabajo de los otros profesionales al mismo tiempo que pueden identificarse más con las problemáticas existentes y con la cultura de los colectivos implicados.

La investigación-acción, la práctica basada o informada por evidencias u otros planteamientos cercanos (los profesionales como prácticos reflexivos) buscan así una intervención educativa más apoyada en el conocimiento contrastado y menos en el sólo sentido común o en la propia y limitada experiencia personal. La finalidad última es promover mejoras continuas en las actuaciones profesionales y sedimentar procesos de innovación sostenibles.

De lo que se trata es de superar la perspectiva epistemológica tradicional que se funda en la idea de que el sujeto primario (y algunas veces único) del conocimiento es el individuo y que su desarrollo es independiente de la realidad social y cultural. En la actualidad, parece claro que todo conocimiento está situado y que en su configuración y desarrollo hay procesos colectivos importantes tanto para el enriquecimiento de ese conocimiento como para la implicación colectiva y social de su utilización. Se considera que el conocimiento transciende la reflexión mental de las personas, tiene lugar en una realidad material sujeta a las visiones y lecturas diversas de las personas que la analizan y exige procesos de intersubjetividad colectiva que nos permitan consensuar interpretaciones y acordar propuestas de acción para avanzar en las mejoras educativas que precisamos.

Podemos hablar, así, de la construcción del conocimiento como un hecho colectivo en el que participan diferentes agentes que interactúan y dialogan entre sí en condiciones de igualdad. De alguna manera, no hay jerarquías y cada participante aporta elementos de su dominio con la perspectiva de superar los retos colectivos que se plantean.

Considerado el conocimiento y su creación colectiva como una realidad situada y contextualizada, será importante considerar lo que facilita o dificulta su desarrollo. En este sentido, hacer posible una mayor colaboración entre investigadores y profesionales de la educación no sólo es una cuestión de voluntad y actitudes, sino que también precisa considerar los factores estructurales y operativos que habría que activar para configurar un entorno más favorable a la colaboración que el actual.

No merece la pena remarcar de nuevo el déficit tradicional de los recursos que se dedican a la investigación en España que, aunque han aumentado en los últimos años, especialmente en el ámbito privado, siguen siendo inferiores al promedio de países de su entorno (ver gráfica). Pero no se trata sólo de los recursos destinados a la investigación general y a la educativa (aún más escasos) sino también de los dedicados a apoyar los procesos de innovación y mejora de la educación donde se inserta de manera más natural la colaboración que hablamos entre los distintos profesionales que inciden en los contextos educativos.

Es cierto que el sistema educativo español, o más bien los sistemas educativos de las diferentes comunidades autónomas, promueven las llamadas innovaciones y que los centros participan e impulsan muchas de ellas y otras propias. Pero también es cierto que no existen planes generales conocidos y sistemáticos de intervención en apoyo de mejoras educativas, más allá de los incidentales y potenciados con los recursos europeos (los últimos, centrados en la Competencia Digital Docente) o los impulsados como reacción a evaluaciones menos positivas que las deseadas (los últimos, vinculados a los resultados negativos de PISA 2022). El profesorado, los centros y las redes de centros promueven experiencias diversas con sus propios recursos, que pocas veces se institucionalizan y sostienen en el tiempo para que se pueda hablar de verdaderas innovaciones, dado que suelen desaparecer cuando sus promotores cambian de centro educativo o se cansan de trabajar desde la voluntariedad permanente.

El sistema educativo y el sector de la educación social pueden mejorar las condiciones que favorezcan el trabajo colaborativo entre investigadores y profesionales de la práctica educativa con diversas iniciativas. RETINDE ha planteado algunas como, por ejemplo,: convocatorias que promuevan investigaciones conjuntas entre universidades y centros educativos y/ o profesionales del ámbito socioeducativo; compensar económica o laboralmente a los profesionales e instituciones que participan o desean participar en los proyectos de investigación educativa; favorecer la realización de los doctorados institucionales, que permiten un mayor contacto entre investigadores y la realidad educativa; permitir que el profesorado asociado pueda participar en los proyectos de investigación; recuperar las licencias de estudios / comisión de servicios para que profesionales del ámbito educativo puedan realizar investigaciones vinculadas a dicho ámbito; promover la realización de estancias e integración de profesorado de las universidades en centros educativos (formales y no formales) o de formación para facilitar un mayor conocimiento de estos y fomentar la colaboración entre diferentes instituciones y entidades; incorporar la formación en investigación dentro de los estudios de educación, para favorecer su posterior participación en proyectos de investigación conjuntos; entre otras.

Desde una perspectiva más operativa, se ha de poner más énfasis en la promoción de equipos de investigación multiprofesionales y multidisciplinares, en la difusión de las colaboraciones realizadas y en la apertura de profesionales/investigadores y centros educativos a la colaboración como principio de acción. Asimismo, será importante reforzar los valores que hay detrás de investigaciones éticas, rigurosas y respetuosas con otros valores sociales propios del contexto de actuación.

La separación tradicional entre teoría y práctica educativa (más dialéctica que real) sólo puede ser superada con el trabajo colaborativo de ambos colectivos, investigadores y profesionales, y con el apoyo decidido y explícito de un ecosistema educativo que lo favorezca y potencie. Los beneficios que aporta son incontestables: acceso privilegiado a la realidad educativa, análisis educativos más fiables, incorporación de perspectivas distintas y multidisciplinares en la interpretación de la realidad, mayor confianza de los colectivos implicados en la validez y utilidad de los estudios, más sostenibilidad de los resultados y desarrollo de sinergias entre diferentes colectivos, entre muchos otros. Por eso, no dudo de que la colaboración será cada vez mayor y que, poco a poco, se construirá una nueva manera de analizar y transformar la realidad educativa, con (siempre deseable) o sin el apoyo de los sistemas educativos y sociales.

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Estados Unidos: Solo el 11% de las universidades puede ofrecer un salario competitivo a los investigadores, revela encuesta

Los intentos de atraer y retener talento académico se ven obstaculizados por la incapacidad de las universidades de ofrecer compensaciones monetarias competitivas con las investigaciones financiadas por empresas.

Las universidades luchan por competir con la industria en materia de remuneración económica por las investigaciones que se deben llevar a cabo respecto a los avances tecnológicos que surgen al momento. Sin embargo, una encuesta reveló que apenas un 11% de la academia pueden afrontar el reto económico que tienen frente a lo que prometen las empresas.

 

De acuerdo con la encuesta global realizada por la editorial Elsevier a 115 líderes académicos y financiadores, un 75% de los líderes académicos cree que abordar los desafíos asociados con la atracción y retención de talentos es una alta prioridad para ellos. Y aunque el 93% de los encuestados dice que necesita más financiación para atraer a los mejores talentos, apenas uno de cada 10 líderes académicos dice sentirse bien preparado para enfrentar los desafíos de brindar un salario competitivo.

 

Si ya desde antes este fenómeno era tendencia, desde la pandemia los investigadores tienen un mayor poder de negociación y, en ocasiones, optan por abandonar las universidades para buscar empleos mejor remunerados en el sector privado.

 

Desde la pandemia de COVID-19, los investigadores tienen mejores oportunidades de elección laboral (Imagen Ilustrativa Infobae)

 

En ese sentido, Nick Fowler, director académico de Elsevier, dijo a Times Higher Education (THE) que las universidades enfrentan una “guerra por el talento” y que algunas corren el riesgo de descubrir que “cuando pierden talento entran en una espiral negativa donde su reputación se daña y se vuelve más difícil atraer a los académicos”.

 

En el reporte de la editorial, un líder académico de las Américas dijo que “luchan por reclutar a las mejores personas y, por otro lado, se corre el riesgo de perderlas en sectores industriales donde tienen una gran demanda”. Lo anterior lo ejemplificó con la inteligencia artificial, en donde la academia quiere que se toquen temas de índole social, donde se consideren repercusiones, y sus alcances éticos, sin embargo, la industria continua pagando a los académicos para avanzar en sus aplicaciones y generaciones.

 

“Si se toma un área como la IA generativa, la mayoría de las personas más importantes han dejado sus puestos académicos para trabajar en la industria. Eso es cierto en las mejores universidades de Estados Unidos y en Cambridge, Oxford, UCL e Imperial, por lo que he visto”, expuso el líder académico.

 

Según el informe, las instituciones de América del Norte generalmente pueden ofrecer salarios más “atractivos” que cualquier otra región, lo que deja a las de otras partes del mundo incapaces de competir financieramente. Sin embargo, los líderes académicos de América central y Sudamérica a menudo todavía no se sienten preparados para ofrecer paquetes competitivos.

Fuente: https://www.infobae.com/educacion/2024/03/27/solo-el-11-de-las-universidades-puede-ofrecer-un-salario-competitivo-a-los-investigadores-revela-encuesta/

 

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El estancamiento de la educación en México: PISA 2022

La última prueba PISA, realizada cada 3 años para evaluar a estudiantes de 15 años en el mundo, dejó a nuestro país en número rojos que ya son una constante.

a desarrollar.

 

La SEP responde

Ante los resultados que designaron al país en números rojos educativos, la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través de la Tarjeta Informativa 11 publicada a inicios de mes, señalizó que si bien, la prueba busca medir la formación de estudiantes de 15 años, las pruebas realizadas por el Programa Internacional, no consideran las condiciones reales en las que se desarrolla el trabajo docente, puntualizando como poco equitativa la comparación entre países.

 

De igual manera, informó que los principales retos educativos se vieron agraviados por la pandemia del COVID-19, problemática que obligó a diferentes sectores, principalmente el de la educación, a improvisar modelos de trabajo.

 

Finalizando que la prueba debería considerar contextos socioeconómicos y culturales para una reinterpretación justa de las condiciones educativas entre países.

Fuente:  https://www.elhorizonte.mx/nacional/el-estancamiento-de-la-educacion-en-mexico-pisa-2022/7709199539

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